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24-26 Día de graduación en la nueva escuela de Galaad ***


Día de graduación en la nueva escuela de Galaad
La trigésima sexta clase de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower

DE TODAS partes del mundo llegaron mensajes a la oficina central en Brooklyn. “Felicidades a la primera clase en
graduarse de la nueva escuela de Galaad,” decía uno de Corea, “Adoradores unidos en Turquía les envían su afecto y
amor cristianos.” Desde Australia: “4,500 les envían amor y saludos desde acá abajo.” En Inglaterra, Noruega, el Canadá,
el Perú, Guatemala, México, el Japón y en otros lugares por todas partes del globo terráqueo los pensamientos de los
testigos de Jehová el lunes 27 de noviembre se concentraron en los 100 estudiantes que se graduaban en ese día.
Para las 3:30 p.m. el salón de actos principal no podía admitir más personas —había 606 personas allí y otras 114
hallaron cabida en el salón de conferencias del segundo piso. En esa hora el presidente de la Sociedad, N. H. Knorr, invitó
a todos a cantar unidamente el cántico del Reino número 88, tras lo cual Federico Franz pidió la bendición de Jehová.
Entonces cada uno de los cuatro instructores de Galaad dio consejo de despedida. Federico Rusk instó a los
graduandos a no perder el propósito de su entrenamiento por llamar atención a sí mismos. Solo podían seguir siendo algo
a la vista de Dios si seguían siendo “esclavos inútiles” a sus propios ojos. Enrique Peloyan advirtió que el conocimiento
aumentado solo agrada a Jehová cuando se combina con amor cristiano. Solo al usarse con amor producirá buen fruto la
sabiduría aumentada de ellos. Ulises V. Glass declaró que esta clase había tenido oportunidades que los estudiantes
anteriores de Galaad no habían conocido. Los diez meses anteriores los habían favorecido con más discursos de
conferenciantes visitantes, asociación estrecha con la junta administrativa y compañerismo con la familia del Betel de
Brooklyn. Habiendo recibido tanto que los edificaba, dijo, ellos ahora deberían salir y edificar a otros. Eduardo Dunlap,
instructor y registrador, recordó a los estudiantes procedentes de cuarenta y cinco países que no habían aprendido el
punto de vista norteamericano de las cosas ni ningún otro punto de vista nacional. Ustedes han aprendido “la manera de
pensar del Señor,” les dijo, “los métodos que Jehová Dios está haciendo que su pueblo use.”
Entonces Milton Henschel, uno de los directores de la Sociedad, leyó telegramas y mensajes de amor y saludos.
Representando a los trabajadores de la imprenta, Max H. Larson, superintendente de la imprenta, expresó la esperanza de
que la clase hubiera aprendido la importancia de buena organización, pues el éxito de su ministerio dependería en gran
manera de su coordinación de muchas actividades teocráticas vitales. El siervo de la Casa Betel, Jorge Couch, hablando
en representación de los que trabajan en la casa, expresó aprecio por la devoción piadosa de los estudiantes, y su buena
disposición y bondad. Esperaba que siempre exhibieran esta identificación de cristianos verdaderos.
Fue presentado de nuevo el vicepresidente de la Sociedad, el hermano Franz, quien dijo que las profecías de Isaías
2:2-4 y Zacarías 8:23 y las multitudes que vinieron a Jerusalén en el Pentecostés eran cosas que venían a la memoria
ahora. Después de dulce compañerismo, instrucción y entrenamiento a los pies de los apóstoles aquellos siervos de Dios
de tiempos lejanos volvieron a casa a empezar su verdadero trabajo. Así los graduandos volverían a casa a promover el
gran trabajo de profetizar, que verdaderamente edifica. Comentando sobre una declaración de un prominente rabino de
que las grandes religiones del mundo se están muriendo, el orador declaró: “En realidad, ya están muertas, pero no han
enterrado el cadáver —eso se hará en el Armagedón, pero con la religión verdadera no es así.” Dijo a los estudiantes que
tienen que actuar como siervos que cierran la brecha, en el espíritu de Isaías 58:12, puesto que habían sido entrenados
para subir a puestos de responsabilidad que tuvieran que ser abandonados por otros en cualquier emergencia futura.
Oídos atentos escucharon después el emocionante discurso del hermano Knorr animándolos a ser valerosos y hacer
fuertes sus corazones. (Sal. 27:14) “En los días del futuro cada uno de ustedes y cada uno de nosotros necesitará valor,”
dijo el presidente: Advirtiendo que Satanás tiene el propósito de hacerlos transigir, dijo que esto se intentaría por medio de
persecución y por corrupción interna. El expulsar o excomulgar a un asociado íntimo que se aparta de lo correcto quizás
duela más que ir a un campo de concentración, dijo el orador, pero tiene que hacerse cuando es necesario para mantener
limpia la congregación de Dios. Repasó el ejemplo de valor de hombres como Josué, Jesús y Pablo e instó a los
graduandos a usar su celo, valor y fe aumentados y su corazón unificado para hacer brillar su luz por dondequiera.
La atención entonces se fijó en la ordenada fila de sobres blancos que había sobre la mesa adornada de flores tras el
micrófono del orador. Había llegado la hora para que los estudiantes aprendieran el privilegio de servicio que les esperaba
después de salir de Galaad. Al subir a la plataforma en orden alfabético se les identificó por nombre y país, se les entregó
su sobre blanco y entonces se les dijo su nueva asignación. Muchas fueron las sorpresas al anunciar el hermano Knorr
nombramientos de siervo de sucursal, siervos de distrito y circuito, misioneros y precursores especiales, traductores,
impresores e instructores de la Escuela del Ministerio del Reino. Es obvio que el nuevo curso de Galaad hizo más que solo
entrenar misioneros. El curso de estudios sobre doctrina, organización, ministerio del campo e historia proveyó siervos
entrenados para ocupar una variedad de asignaciones de responsabilidad.
Con los diplomas y las nuevas asignaciones en la mano, los estudiantes estuvieron muy emocionados. De parte del
grupo de los estudiantes León Greenlees subió a la plataforma a leer una expresión unánime de las gracias de los
graduandos a Jehová y su maravillosa organización por el entrenamiento recibido en los diez meses anteriores. Se sentían
como plantas que hubiesen sido tomadas en la mano para atención especial, y entonces sido transplantadas de nuevo al
campo abierto. Los estudiantes resolvieron continuar creciendo como “árboles” que proveerían sombra para otros. El
hermano Knorr reconoció esto como una expresión excelente de parte del grupo de los estudiantes. Los ejercicios de
graduación fueron entonces suspendidos para una comida especial.
Refrescadas por la cena, las multitudes gozosas volvieron a reunirse a las 7:30 p.m. para un estudio de La Atalaya
preparado con precisión. A medida que el hermano Knorr presentaba las preguntas, estudiantes seleccionados venían al
micrófono de la plataforma y daban contestaciones excelentes e informativas. Después del estudio, estudiantes
procedentes de los diferentes países representados en la clase pasaron a dar sus declaraciones de despedida. Uno por
uno, cuarenta y cuatro estudiantes deleitaron al auditorio con expresiones, desde el corazón, de agradecimiento a Jehová
y la Sociedad. Mezclado con amor hubo buen humor y sátira juguetona acerca de la escuela y los afanosos instructores
que habían mostrado tanta paciencia y disposición de ayudar. Hubo también alguna poesía, interesantes experiencias y
profundo aprecio por la amorosa ayuda que brindó la familia de Betel.
Cuando se había oído a todos los que habían sido seleccionados, el presidente pidió a los graduandos que llevaran el
amor de la familia de Betel a todos por todas partes. A las 11:30 p.m. terminó la agradable ocasión de la trigésima sexta
graduación de Galaad con el cántico número 22 y la oración por el hermano Knorr. El día siguiente los graduados
comenzaron a salir para cincuenta y tres diferentes países. Pronto los buenos efectos del nuevo curso de Galaad serían
compartidos por el pueblo de Jehová por todo el mundo.
[Fotografía de la página 26]
La trigésima sexta clase de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Izquierda a derecha: Primera fila: Higa, E., Eslinger, F., Bachman, G., Ibanga, J., Pysh, M., Spahr, M., Cordonnier, A.,
Dlckmon, J., Salde, M., Rendboe I. Segunda fila: Bread, A., John, W. Masilamani, R; Wenas, N., Kawasaki, R., Pantelidis,
G., Brignolo, K., Green, B., Dickmon T. Gay, D. Tercera fila: Au, K., Brignolo, G., Park, I., Shalkoski, L., Bautista, W.,
Furrer, E., Hagan, R., Iribar C. McBrine, J., Miura,T., Songor, F. Cuarta fila: Sallis, G., Salvatierra, W., Valentina, L, Wenas,
M., Greenlees, L., Hutchinson, N. Jakobsen, E., Kluschewski, G., Opara, S. Psaltis, A., Bazán, J., Rubio, R. Quinta fila:
Allinger, G., Almati, L., Herrera, H., Kuokkanen, R., Gay, V., Eslinger, D., Amado, G., Piispa, V., Spence, S., Alemán, F.,
Uhlig, G. Sexta fila: Bjorsvik, G., Campbell, M., Chan, D., Hanson, U., Marshall, G., Nykanen, J., Piet, G., Sinaali, M.,
Uzomaka, N., Thompson, M., Stepien, E: Séptima fila: Bahus, P., Hutchinson, R., Bromwich, N., Darko, T., Kaunds, J.,
Machado, A., Rundel, J., Pysh E., Archibald, E., Sellars, R., Spahr, D. Octava fila: Cowling, R., Furchtmann, H., Fayad, S.,
Johnson, W., Rendboe, L., Nowills, D., Reuter, G., Remmie, L., Shalkoski, H., Wall, L., Wynn, J. Novena fila: Lindstrom,
D., Buckingham, G., Gosson, L., Jones, J., Metcalfe, F., Walker, A., Bachman, S., Bosshard, W., Green, A., Hanson, B.,
Sibrey, D., Tolenaar, J., Hubler, H.
*** g63 22/2 págs. 24-26 Singular Escuela de Galaad gradúa clase 37a ***
Singular Escuela de Galaad gradúa clase 37a

ENTRE las escuelas misioneras hay una que es singular. Es la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, ubicada
en la oficina central internacional de la Sociedad Watch Tower en Brooklyn, Nueva York. Estudiantes son traídos a ella
desde los cuatro cabos del globo; se paga su pasaje a la escuela y de regreso; no se les cobra nada por la matrícula y
hasta se les provee comida y alojamiento, además de un estipendio de 14 dólares al mes para gastos incidentales. El
propósito de la escuela es el de entrenar a ministros a ser mejores maestros y superintendentes, principalmente en los
países de donde hayan venido.
El curso, que dura diez meses, recalca el más excelente entrenamiento en investigación bíblica, en ministerio del
campo, en superintendencia de congregaciones y grupos más grandes de cristianos y en procedimiento organizacional. En
él se pone énfasis en que los estudiantes produzcan fruto del espíritu santo de Dios y particularmente en la fe y el amor.
Se les enseña principios bíblicos y cómo aplicarlos a los problemas diarios de la vida. La enseñanza se hace
principalmente por cuatro instructores de tiempo cabal así como por más de una veintena de otros conferenciantes,
ministros especialmente capacitados en sus ramos respectivos. Los estudiantes también reciben entrenamiento en la
operación de oficinas sucursales, imprentas y hogares Betel. Películas cinematográficas educativas son un rasgo regular.
El programa de los estudiantes es exigente, equivalente a once horas al día, seis días a la semana. Los domingos ellos
participan en el ministerio de casa en casa y asisten a reuniones de congregación igual como lo hacen todos los demás
testigos de Jehová.
La Escuela de Galaad, la cual se inauguró en medio de la II Guerra Mundial, graduó su primera clase el miércoles 23
de junio de 1943. Su clase más reciente se graduó el lunes 26 de noviembre de 1962.
Así como es singular esta escuela en cuanto a las provisiones que hace para sus estudiantes y en la clase de
entrenamiento que les da, también lo es en sus graduaciones, las cuales se efectúan en el Salón del Reino de la oficina
central, el cual siempre es decorado hermosamente con flores.
El programa comenzó a las 3:30 p.m., y tal como es apropiado para una graduación religiosa se inició mediante la
entonación de un cántico del Reino y la pronunciación de una oración, por Lloyd Barry, superintendente de la Zona del
Oriente Lejano de la Sociedad Watch Tower así como de la sucursal en el Japón. El acontecimiento principal fue un
discurso por el presidente, N. H. Knorr, sobre el tema “Capacitados para enseñar.” Sincera, poderosa y no obstante
bondadosamente estableció sus puntos. Empezó haciendo notar que el propósito de asimilar conocimiento bíblico no
debería ser egoísta sino altruista, el de llegar a estar capacitado para enseñar a otros. Al discutir su tema él señaló que
Jesucristo y el apóstol Pablo eran humildes, apacibles, amorosos, bondadosos y pacientes, que ellos enseñaron con
términos sencillos y fáciles de entender y no trataron de obligar por la fuerza a nadie. Entre otras cosas él hizo hincapié en
lo necesaria que es la fe, lo importante de la oración y en particular que todos deberían orar a Dios pidiendo que él les
haga hacer su voluntad.—1 Tim. 3:1; 2 Tim. 2:24; Sal. 25:4, 5, 9.
Después de su discurso él entregó a los 103 estudiantes, quienes habían venido de 50 diferentes países, sus
asignaciones, una por una; se les estaba enviando a 64 diferentes países para servir en una gran variedad de
capacidades. Entonces un miembro de la clase que se graduaba leyó una Resolución, la cual había sido adoptada
previamente por la clase, en que la clase expresaba su aprecio a su Creador, Jehová Dios, a su Hijo, Jesucristo, y a la
organización visible de Dios así como a todos los Testigos cuyas contribuciones habían hecho posible que ellos recibieran
este entrenamiento, y su resolución de nunca violar su lealtad a Jehová y a su organización.
El discurso por el Presidente fue precedido por una serie de discursos cortos. Los que hablaron primero fueron los
cuatro instructores de Galaad: Federico Rusk, Enrique Peloyan, Ulises Glass y el registrador Eduardo Dunlap. Entre los
puntos que ellos establecieron en su consejo de despedida a los estudiantes estaban los siguientes: Mantengan fuerte su
amor a la “casa” de Jehová (Sal. 27:4), y tengan cuidado de nunca hacer cosa alguna que requiera que usted sea
removido de su servicio en esta casa. Igual que el apóstol Pablo ustedes tienen el privilegio de servir como puntas de
lanzas agudas y durables en el esparcimiento de la adoración pura. Sea marcado su ministerio por unidad y amor
fraternal, no siendo ustedes oidores olvidadizos, sino hacedores de la Palabra de Dios. Tengan presente la importancia del
gozo y cultívenlo mediante la oración, el servicio e interés en otros.—Fili. 4:4-7.
Estas excelentes palabras de consejo fueron seguidas por la lectura y el reconocimiento de los muchos telegramas,
procedentes de unos cincuenta diferentes países y representando seis continentes. Entonces Max Larson,
superintendente de las imprentas de la Sociedad en Brooklyn, habló brevemente. Instó a los estudiantes a continuar
mejorando su ministerio, a hacer uso del entrenamiento que habían recibido y a usar los principios aprendidos para
entrenar a otros. Jorge Couch, superintendente del hogar Betel de Brooklyn, también dio exhortación de despedida.
Recordó a los estudiantes que Jehová Dios como el Alfarero está aceptando a criaturas humanas que estén dispuestas a
dejar que él les moldee así como una masa de arcilla se forma en la rueda, luego se pule y se cuece para hacer una vasija
útil.—Isa. 64:8.
Y, entonces, inmediatamente antes del discurso principal de la tarde, el vicepresidente de la Sociedad, F. W. Franz, dio
consejo notable y sabio, basando sus comentarios en 1 Timoteo 6:20 y 2 Timoteo 1:12-14. Los estudiantes habían recibido
un fideicomiso, un depósito, por decirlo así, de Jehová Dios, y la pregunta era: ¿Lo mantendrían firmemente asido? ¿Qué
es este depósito, este fideicomiso? Pues “el modelo de palabras saludables,” toda la excelente instrucción que los
estudiantes habían recibido en toda ocasión y especialmente la que habían adquirido durante los pasados diez meses.
Ahora dependía de ellos el seguir añadiendo a este depósito de palabras saludables por medio de estudio regular y
ministerio fiel, guardándolo estrechamente, para que nunca sea desalojado de sus mentes y vidas por “discursos vacíos
que violan lo que es santo,” sea que fuesen tales discursos inducimientos a la inmoralidad sexual, al nacionalismo,
racismo o alguna otra cosa. En conclusión les instó a tener confianza en la organización y a dar a la organización razón
para tener confianza en ellos.
Después del programa de la tarde, que duró desde las 3:30 hasta las 5:45, y en el cual hubo presentes más de 725
personas, todos gozaron de una excelente cena de despedida, y entonces a las 7:30 comenzó el programa de la noche.
Primero vino la lección semanal de The Watchtower (La Atalaya) , “¡Cobre valor—el reino de Dios se ha acercado!” en la
cual cuarenta de los estudiantes dieron comentarios que todos apreciaron profundamente.
Para la última parte del programa más de cuarenta estudiantes pronunciaron expresiones de aprecio por los beneficios
recibidos en la escuela, contaron experiencias o se expresaron respecto al programa de enseñanza, mostrando tanto gran
originalidad como un agudo sentido de humor. Tal vez lo más sobresaliente de todo fue el cuadro al vivo presentado por
los estudiantes africanos, representado dramáticamente en atuendo completo y mostrando exactamente cómo los
misioneros predican las buenas nuevas por medio de un intérprete a un jefe tribal sentado en corte con un asistente
sosteniéndole un quitasol al lado. El programa concluyó a las 11:30 con cántico y una oración por el Presidente. Así
terminó un programa singular de graduación de una singular escuela misionera.
[Fotografía de la página 26]
La trigesimaséptima clase de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Izquierda a derecha: Primera fila: Shanab, G., Sosa, P., Keeble, B., Ayers, A., Strong, M., Bockaert, D., Clements, M., Loh,
M., Hartsten, B., Adriá, M., Bayonne, A. Segunda fila: Enevoldsen, J., Crawford, C., Charuk, J., Nti, K., Elias, N., Künz, I,
Lunkenheimer, O., Konstanty, W., Aigner, F., Rees, M., Dauchot, C., Armale, C. Tercera fila: Enevoldsen, G., Bockaert, J.,
Clements, L., Klenk, H., Robbins, C., Kwakye, A., Dower, L., Donaldson, W., Guzmán, C., Bangle, A., Mayer, W., Fry, J.
Cuarta fila: Mills, W., Hansen, J., Wilson, J., McLean, J., Henschel, H., Gregory, A., Nielsen, A., Chae, S., McLain, B.,
Kronvold, K., Ayala, J., Gannaway, K., Thew, W. Quinta fila: Harvey, E., Canty, C., Lukuc, F., Teller, M., Bonno, A., Kushnir,
J., Turnbull, D., Hartung, K., McLean, D., Parkin, R., Johansen, J., Johnson, B. Sexta fila: Thebaud, G., Yeatts, W.,
Darawan, D., Tharp, A., Powers, J., Thompson, A., Pearce, E., Nestorides, N., McDonald, A., Kasten, W., Gregory, E.,
Carlson, E., Hopkinson, D., Engelkamp, R. Séptima fila: Johnstone, A., Msinga, B., Buschbeck, G., Rees, P., Künz, G.,
Flnkbeiner, R., Schemmel, J., Preble, W., Palliser, P., Muller, C., Morrison, D., Matthews, A., Hartsten, R., Adriá, S. Octava
fila: Hewson, A., Arnett, D., Bowen, K., Castañeda, R., Taylor, J., Crawford, G., Donaldson, N., Nordin, K., McLain, T.,
Keeble, M., Robbins, K., Tuendemann, S., Steele, D., Strong, D.

*** w64 15/2 págs. 126-127 Graduación de la clase 38va de Galaad ***
Graduación de la clase 38va de Galaad

PARA los 103 estudiantes de la trigésima octava clase de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, era una
ocasión que por largo tiempo habían esperado: el día de la graduación había llegado. Era el lunes 25 de noviembre de
1963; la hora: 3 p.m. El lugar era el Salón del Reino en el edificio de la oficina central de la Sociedad Watch Tower, donde
prevalecía una atmósfera de júbilo y emoción, mientras esperaban ansiosamente la graduación las 764 personas que
había en el salón y en la sección para los que no cupieran allí.
Antes de comenzar la conferencia principal de la graduación por N. H. Knorr, presidente tanto de la escuela como de la
Sociedad, hablaron brevemente los cuatro instructores de la escuela. W. R. Wilkinson comentó que los estudiantes habían
pasado ahora una marca significativa de progreso en el camino a la vida, y que cuando podemos pasar una marca de
progreso a lo largo de este camino, es verdaderamente maravilloso. Federico Rusk habló después sobre el ser completo
así como Jehová es completo; él instó a los estudiantes a cultivar en equilibrio apropiado las cuatro grandes cualidades de
Jehová: justicia, sabiduría, poder y amor. U. V. Glass animó entonces a los estudiantes que se graduaban a usar una
fuerza que es más poderosa que cualquier combustible atómico—el espíritu santo de Dios. E. A. Dunlap, el registrador de
la escuela, señaló al hecho de que el entero grupo de estudiantes lo formaban personas de la clase de las “otras ovejas,” y
dijo que muchos estudiantes se habían expresado con aprecio por haber estado en la oficina central tan cerca de tantos
de los del resto ungido de los herederos del Reino.
El secretario de la Sociedad, Grant Suiter, leyó entonces mensajes y telegramas procedentes de todas partes del
mundo, por lo menos de cuarenta diferentes países. Luego el siervo de la fábrica, Max Larson, hizo declaraciones acerca
de la madurez de los estudiantes; no solo el promedio de edad que tenían era de treinta y cuatro años, sino que también
alcanzaban un promedio de dieciséis años de su vida como cristianos dedicados. Les instó a ayudar a otros a disfrutar del
“alimento sólido” espiritual. El siervo del hogar Betel, Jorge Couch, animó a los estudiantes a ayudar a otros dondequiera
que fueran de modo que la buena influencia de ellos se esparciera en todas direcciones.
F. W. Franz, el vicepresidente de la Sociedad, comentó acerca de la era de violencia en que vivimos y la cual culminará
en la violencia más grande de todas—cuando Jehová Dios hiera a sus enemigos, comenzando con Babilonia la Grande, el
imperio mundial de la religión falsa. Hizo hincapié en el hecho de que ahora es el tiempo de ayudar a la gente a librarse de
la Gran Babilonia. Expuso que es engañoso creer que después del fin destructivo de la Gran Babilonia y antes de
comenzar el Armagedón habrá un intermedio durante el cual la gente se pondrá del lado de Dios. ¡Pero no será así! No
habrá ningún tiempo de salvación disponible a la gente después que Jehová comience a herir a la Gran Babilonia. “De
modo que no permitan que se filtre por la organización,” recalcó enérgicamente Franz a los estudiantes, “la idea de que
habrá una muchedumbre innumerable de gente entrando como bandadas después del fin de la Gran Babilonia.”
Siguió después la conferencia principal de la graduación, hablando el presidente de la Sociedad, N. H. Knorr, sobre la
necesidad de prestar atención a las cosas oídas por nosotros. Basando su conferencia en Hebreos 1:1, 2 y 2:1-4, dio
énfasis al hecho de que Dios nos habla a nosotros por medio de su Hijo. Por eso “es necesario que prestemos más que la
acostumbrada atención a las cosas oídas por nosotros.” El explicó que Dios apoyó a su Hijo cuando estuvo en la Tierra, de
modo que su Hijo pudiera ejecutar milagros, curaciones y aun resurrecciones.
Hoy día Dios nos habla por medio de su Hijo, para ordenarnos lo que debemos hacer. Por eso aconsejó a los
estudiantes que se graduaban que no pensaran en ningún tiempo que no vienen a estar bajo la autoridad del Hijo de Dios.
Tengan presente, recalcó, que lo que Jesús hizo fue auténtico; no fue fábulas, cuentos de hadas. Por lo tanto debemos
obedecer los mandamientos que nos ha dado sobre lo que hemos de hacer y lo que no hemos de hacer. Tenemos que
escuchar al Hijo; si no, ¿cómo escaparemos si descuidamos una salvación que fue hablada por medio del propio Hijo de
Dios? Puesto que Dios siempre apoyó a su Hijo en toda declaración que él hizo, podemos estar seguros de que si se nos
manda que no hagamos una cosa y sin embargo la hacemos, no hemos de pensar que escaparemos del castigo. Pero si
prestamos atención al Hijo y hacemos lo que él nos manda, entonces conseguiremos la bendición de Dios.
Entonces el presidente Knorr dio a cada estudiante su asignación. Habían venido de cincuenta y seis diferentes países
y ahora recibían sus asignaciones, muchos de ellos como siervos de sucursal, a sesenta y siete diferentes países. Hubo
un intermedio a las 5:40 p.m., para una excelente cena de despedida. El programa se reasumió a las 7:25 p.m. con un
estudio condensado de la lección de La Atalaya; cuarenta estudiantes dieron sus comentarios sobre las preguntas.
Entonces unos cuarenta estudiantes participaron en un programa alegre con experiencias y escenas, ilustrando, por
ejemplo, cómo se lleva a cabo la obra del Reino en el Africa y en la India. Después de un cántico, y la oración por el
presidente de la Sociedad, el programa inspirador de la graduación terminó a las 11:05 p.m.
*** g64 8/2 págs. 24-26 El “prestar atención” recibe énfasis en la graduación de Galaad ***
El “prestar atención” recibe énfasis en la graduación de Galaad

NUNCA dejen de prestar atención a lo que Dios nos dice por medio de su Hijo—esto fue lo que N. H. Knorr, el
presidente de la Escuela, les dijo a los 103 estudiantes que se graduaban de la Escuela Bíblica de Galaad de la
Watchtower, en el día de graduación el 25 de noviembre de 1963. Los estudiantes de la clase trigésima octava habían
disfrutado de un curso de diez meses, durante el cual habían abarcado la Biblia entera versículo por versículo; sin
embargo, ni a ellos ni a ningún otro cristiano le conviene dejar de prestar atención.
El discurso de graduación por el presidente, basado en Hebreos 1:1, 2; 2:1-4, vigorosamente hizo que se comprendiera
bien el punto de que nunca debemos pensar que ya hemos llegado a tal punto de adelanto que sabemos suficiente sobre
la Palabra de Dios. A ninguno le conviene dejar de prestar atención. Hablando en un tono intensamente serio, el
presidente de la Sociedad advirtió: “El Diablo está interesado en ustedes porque no los ha puesto en contra de Jehová
Dios.” Pero el Diablo no se ha apoderado de ustedes, dijo él a los estudiantes, porque ustedes han prestado atención a la
Palabra de Dios. Todos nosotros, declaró él, debemos prestar más que la acostumbrada atención, o nos deslizaremos. “La
posibilidad de que eso suceda,” aclaró él, “existe para cada uno de nosotros. El Diablo dirigirá sus esfuerzos contra
ustedes, pero ustedes jamás se deslizarán si prestan más que la acostumbrada atención a lo que Dios ha dicho por medio
de su Hijo.”
Una concurrencia de 764 personas que no pudo ser acomodada toda en el Salón del Reino del edificio de la oficina
central de la Sociedad Watch Tower, decorado con muchos colores, escuchó el discurso de graduación del presidente. La
pared del frente en el Salón del Reino estaba decorada con crisantemas blancas, amarillas y anaranjadas que formaban
enormes marcos cuadrados, dentro de los cuales, a un lado, había un mapa grande de color dorado de los continentes e
islas principales del mundo. Muchos de los estudiantes que se graduaban añadieron color a la escena al lucir la
indumentaria nacional de sus países.
El programa de la graduación comenzó a las 3 p.m., con el cántico número 48, “Una vida de alabanzas.” Entonces,
después de la oración por M. G. Henschel, uno de los directores de la Sociedad, cada uno de los cuatro instructores de la
Escuela habló ofreciendo estímulo a los estudiantes que se graduaban. El primero de los instructores, W. R. Wilkinson, les
dijo a los estudiantes que deberían manifestar aguante para pasar otras ocasiones marcadoras de progreso en el camino
hacia la vida. Federico Rusk les aconsejó que demostraran las cualidades de Dios en equilibrio apropiado, moderando la
justicia con misericordia y nunca abusando del poder que se les hubiera delegado. U. V. Glass les instó a jamás dejar
pasar un día sin presentar ante Jehová en oración sus éxitos y problemas. El registrador de la Escuela, E. A. Dunlap,
aconsejó a los estudiantes que se mantuvieran al día con la verdad, tomando apuntes en sus Biblias, que les serán útiles
para mantenerse al día con la verdad.
El secretario de la Sociedad, Grant Suiter, leyó o hizo referencias entonces a más de cincuenta mensajes y telegramas
procedentes de por lo menos cuarenta diferentes países. Estos se colocaron después sobre una mesa en la sala de
espera de Betel para que los pudieran examinar los que deseasen. Después Max Larson, siervo de la fábrica, hizo
comentarios sobre el gozo que tuvo la familia de Betel por haber tenido con ella a los estudiantes; y Jorge Couch,
superintendente del hogar Betel, animó a los estudiantes a que pusieran el ejemplo en amor, bondad, paciencia y celo.
Entonces el vicepresidente de la Sociedad, F. W. Franz, hizo destacar la urgencia de ayudar a otros a huir de Babilonia
la Grande, el imperio mundial de la religión falsa. Se refirió a la acción que debe tomarse ahora, según se predijo en
Jeremías 50:8: “Emprendan su huida de en medio de Babilonia, . . . y lleguen a ser como los animales que llevan la
delantera ante el rebaño.” El resto espiritual de los seguidores de Cristo, dijo él, ha tomado la posición de los animales que
llevan la delantera en el rebaño, señalando el camino a otros para que salgan con ellos fuera de la Gran Babilonia. El
vicepresidente instó a los estudiantes a llevar la delantera también en ayudar a otros a salir de Babilonia la Grande tal
como el resto lo ha hecho.
Fue entonces que el presidente de la Sociedad pronunció la conferencia principal de la graduación sobre la necesidad
de prestar atención a las cosas que hemos oído, después del cual pidió a los estudiantes que subieran a la plataforma
para recibir sus asignaciones, tanto en lo que respecta a país como a puestos de servicio. Muchos estudiantes tuvieron el
privilegio de recibir asignaciones como misioneros, siervos de circuito, distrito y sucursal; también a algunos siervos de
sucursal se les dio el privilegio añadido de efectuar trabajo de zona. A los estudiantes, que habían venido de cincuenta y
seis diferentes países, se les enviaría a sesenta y siete diferentes países—estando ahora mejor equipados para declarar
las “buenas nuevas eternas.”
Inmediatamente después de la distribución de los diplomas y la lectura de las asignaciones, uno de los estudiantes,
Guillermo A. Bivens, leyó una carta de parte de todos los estudiantes de la clase, dirigida al presidente de la Sociedad, y
que decía, entre otras cosas:
“Tenemos presente la amorosa generosidad de nuestros hermanos por toda la sociedad del nuevo mundo cuyos
regalos han hecho que Galaad sea realidad junto con el traer a los estudiantes de los cuatro cabos de la Tierra. . . . El
curso ha sido verdaderamente una bendición para nosotros, sobre todo, al aguzar nuestra visión espiritual y aclararnos
tanto el incomparable privilegio que tenemos de ser testigos y siervos de nuestro Padre celestial, Jehová. Ahora estamos
equipados como nunca antes para ofrecer a El la alabanza que se le debe, y para promover los intereses del Reino de su
amado Hijo, Cristo Jesús. . . . Reconocemos que, ante todo, nuestras gracias deben darse a Jehová, quien, como
Proveedor amoroso, ha hecho posible a Galaad, y cuyo espíritu es lo que impulsa los corazones de su pueblo a seguir el
camino de amor. Aprovechamos esta oportunidad para asegurarle a usted y a la Sociedad y a nuestros hermanos que
nuestra resolución es, con la ayuda de Jehová, usar de la mejor manera, en nuestras asignaciones, todo este
entrenamiento que hemos recibido.
El programa de la graduación se suspendió entonces, puesto que eran casi las 6 p.m.—la hora para una cena especial
de despedida. Después de un excelente refrigerio material, se reasumió el programa a las 7:25 p.m. con la lección de La
Atalaya sobre “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa.” Se habían escogido cuarenta estudiantes para que
subieran a la plataforma y contestaran las preguntas.
En la última porción del programa más de cuarenta estudiantes tomaron parte en relatar experiencias, haciendo
comentarios interesantes acerca de la Escuela de Galaad, cantando canciones y representando maravillosamente algunas
escenas con un sentido agudo de humor. Entre todas estas encantadoras escenas hubo una que representó la rutina de
un adorador hindú. También se demostró el problema que surge cuando se empieza un estudio de la Biblia con un hindú,
debido a su filosofía y mente divagadora. Una escena representada por los estudiantes africanos ataviados con su
indumentaria nacional mostraba cómo se pudiera ayudar a los africanos esclavizados a la superstición del yuyu y el
fetichismo a desprenderse de la adoración falsa. Después de cantar el cántico número 56, “¡Andad con Dios!,” el
presidente de la Sociedad hizo oración, y, a las 11:05 p.m., terminó el memorable programa de graduación.
[Fotografía de la página 24]
La trigésima octava clase de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Izquierda a derecha: Primera fila: Chantrarat, C., Raper, A., Hardy, B., Holms, R., Rietz, A., Glass, A., Gnanasundaram, A.
Segunda fila: Cove, D., Gee, M., Fajardo, F., Obarah, P., Thelise, O., Barquín, S., Oda, M., Adu-Manuh, D. Tercera fila:
Bellegarde, R., Spilling, B., Walters, G., Demetrius, K., Feller, J., Burt, D., Chun, Y., Une, C., Akpabio, A., Andrzejewski, P.
Cuarta fila: Gee, G., Hardy, S., Roca, E., Adjei, E., Charuk, M., Smith, N., Santos, A., Farneti, W., Jenkins, P., Morales, M.
Quinta fila: Gavino, P., Bicknell, J., Thomas, C., Goffi, N., Jenkins, G., Chung, B., Tuomisto, A., McLenachan, J., Holms,
R., Glass, E. Sexta fila: Klinck, W., Varughese, A., Kammerer, W., Nilsen, T., Wilkes, G., Young, K., Sosa, F., Sandstrom,
B., Ballard, W., Yates, A., Guevara, R. Séptima fila: Van Daalen, E., Bicknell, R., Brisart, N., Kankaanpaa, E., Makumba,
S., Naarendorp, H., Toikka, E., Miller, G., Kays, H., Blundy, S., Arnett, R. Octava fila: Ramseyer, A., Smith, J., Soans, P.,
Latyn, M., Jensen, S., Arnott, H., McKee, B., Daniel, C., Vigo, M., Thomas, H., Cove, E., Jennings, H. Novena fila: Lovato,
P., Yeatts, R., Aldrich, L., Kushnir, P., Kerr, S., Gorondy, S., Bivens, A., Gibson, S., Baxter, A., Anderson, M., Wilson, F.,
Sugiura, I. Décima fila: Price, A., Stegenga, D., Eisenhower, C., Newton, R., Rietz, L., Webster, J., Jenkins, J., Kissel, J.,
Abrahamson, R., Krochmal, C., Hibshman, D., Gooch, W.
*** g65 8/2 págs. 19-24 Se gradúa la clase 39a de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower ***
Se gradúa la clase 39a de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower

EN LA hermosa zona residencial Heights, de Brooklyn, como parte del local de las oficinas principales de la Sociedad
Watch Tower, está ubicada la Escuela Bíblica de Galaad. Esta escuela misional graduó su clase trigésima nona el lunes 23
de noviembre de 1964. La clase consistió de 82 hombres y 18 mujeres que habían venido de 53 diferentes países y
habían de ir a 57. En el auditorio también había miembros de la familia de las oficinas principales y unos cuantos
huéspedes. Puesto que el Salón del Reino no podía acomodar a todas estas personas, más de 800, se usó televisión de
circuito cerrado para llevar el programa a otros dos salones donde se acomodaron los que no cupieron.
Natán H. Knorr, presidente tanto de la Sociedad como de la escuela, presidió el programa, y éste empezó a las 3:00
p.m. Los primeros en dirigir la palabra a los estudiantes fueron sus cuatro instructores así como el superintendente de las
imprentas de la Sociedad y el superintendente de la casa Betel. También se leyeron muchos telegramas de
verdaderamente los cuatro cabos de la Tierra.
Entonces se escuchó a F. W. Franz, vicepresidente de la Sociedad. El hizo notar que el papa actual afirma que él es
papa misionero y que su iglesia es una iglesia misionera. No obstante, en cuanto al texto misional preparado por el
Segundo Concilio del Vaticano, un delegado al Concilio, un obispo católico romano africano, se quejó de que éste había
reducido “la gloriosa tradición misional de la Iglesia. . . a unas pocas proposiciones secas y miserables” que “nunca podrán
inspirar a los superiores [de las órdenes religiosas] a enviar misioneros al extranjero.” (Times de Nueva York del 8 de
noviembre de 1964) Por medio de una conversación imaginaria con el apóstol Pablo, Franz hizo un contraste eficaz entre
esto y el fervor y celo que Pablo mostró por la obra de misionero, como se nota en el capítulo 15 de Romanos, en el cual
Pablo repetidamente citó de los profetas hebreos para apoyar su misión de decirles a las naciones que se alegraran. Los
estudiantes tenían ahora una comisión similar.
Entonces vino el excelente consejo de N. H. Knorr, quien habló por aproximadamente una hora, basando sus
declaraciones principalmente en Mateo 10:40: “El que los recibe a ustedes, me recibe también a mí, y el que me recibe a
mí, recibe también al que me envió.” El hizo recordar la notable expansión que se había efectuado en el pueblo de Jehová
entre 1943, cuando se inauguró la escuela misional de Galaad, y el tiempo actual, como se podía ver por el aumento de
proclamadores del Reino de 109,000 a más de un millón hoy día. En esta gran obra de expansión la escuela misional de
Galaad desempeñó un papel prominente, especialmente en el aumento que hubo en el número de países en que se da el
testimonio, de 54 en 1943 a 194 hoy.
Dando énfasis al tema de que el que recibe a estos misioneros cristianos recibe a Cristo y a Dios, el presidente Knorr
también hizo notar que lo mismo es cierto en otra dirección, que Dios recibía y mostraba afecto a los que tenían afecto a
Jesucristo. (Juan 16:27) No sería fácil seguir los pasos de Jesús, como Jesús mismo advirtió, y por lo tanto se tendría que
ejercer fe, paciencia, perseverancia. “Apéguense a su trabajo, muestren paciencia; quizás no vean resultados en seis
meses,” les dijo el orador. Y el entrenamiento que ahora se recibía, señaló además, sin duda será útil después del
Armagedón, tanto para educar la misma prole de uno como a las grandes multitudes que serán entonces levantadas de la
muerte. Además, Knorr reveló que, aunque en años recientes el énfasis de la escuela se había puesto en instrucción con
referencia a organización, de ahora en adelante se dará más prominencia al servicio misional.
Después de sus declaraciones cada estudiante recibió un regalo de la Sociedad junto con su diploma, si calificaba para
uno, y 94 de los 100 calificaron. Entonces se leyó una excelente carta llena de aprecio procedente del grupo estudiantil,
leyéndola con sentimiento y elocuencia su miembro de más edad, de setenta y un años de edad; después hubo un receso.
Durante el intermedio todos disfrutaron de una excelente comida de despedida, y entonces, aproximadamente a las
7:40 p.m., se reanudó el programa. En éste todos los estudiantes tuvieron parte, fuera por participar en el estudio semanal
abreviado de La Atalaya o en el entretenedor programa que siguió a esto. Entre otras cosas, hubo en éste impresiones y
expresiones de aprecio, canciones folklóricas, escenas de la obra misional extranjera, y escenas bíblicas, representadas
en vestiduras correspondientes. Poco antes de la media noche terminó el programa con una emocionadora canción de
despedida.
[Ilustración de la página 24]
La trigésima nona clase de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Noviembre 1964 clase 39a.
Izquierda a derecha: Primera fila: Engler, P., Castillo, R., Kirby, B., Brun, E., Held, H., Mason, B., Scaglione, F., Idowu, T.,
Salinas, A. Segunda fila: Simpkins, M., Sanchez, D., Canete, C., Goff, J., Clifton, E., Schofield, M., Reyes, H., Wawro, C.,
Barry, M., Carpenter, L. Tercera fila: Liang, F., Monterroso, F., Turner, M., Nicholls, M., Fraser, J., Gabrielidis, P., Noll, X.,
Steimann, A., Papyros, E., Peacock, B. Cuarta fila: Strickler, B., Maza, P., Martin, S., Fleury, M., Held, D., Hamilton, M.,
Hoffmann, F.,’ Matthews, R., Muñoz, A., Caballero, M. Quinta fila: Cavazos, M., Beauzieux, G., Stebbins, K., Simpkins, W.,
Nicholls, R., Mondesir, C., Ntentha, W., Smith, K., Winandy, C., Brun, P. Sexta fila: Funk, B., Gamero, J., von Kaenel A.,
Smith, S., Mundell, J., Rasmussen H., Svensson, A., Cavazos, R., Franz, R., Khumalo, S. Séptima fila: Jones, T., Fanin, F.,
Clifton, D., Carpenter, J., Clare, D., Hartlief, M., Kallio, A., Mitrega, P. Octava fila: Scaglione, J., Palau, E., Goff, C., Danley,
A., Barry, L., Van Dalfsen, A., Bellotti, N., Hamilton, J., Santos, J., Tracy, R. Novena fila: Peacock, W., Doering, J., Pettitt, L.,
Jacka, R., Forbes, B., Siemens, A., Eneroth, J., Grahn, R., Lindh, R., van Seijl, W., Papyros, P. Décima fila: Idreos, P.,
Kokkinidis, P., Wentzel, P., Strickler, W., Bingham, L., Johansson, L., Butler, J., Schofield, J., Turner, L., Witherspoon, E.,
Kirby, L., Mason, B.
*** w65 1/2 pág. 95 Misioneros que se gradúan reciben excelente consejo ***
Misioneros que se gradúan reciben excelente consejo

EN LA tarde del 23 de noviembre de 1964 se graduó la clase 39. a de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower en
el local de las oficinas principales de la Sociedad. Verdaderamente los estudiantes recibieron excelente consejo de parte
de ocho oradores, empezando con sus cuatro instructores normales.
Primero vino W. Wilkinson, quien dio énfasis al hecho de que se cosecha lo que uno siembra, por medio del espíritu, la
organización y la palabra. [Dio realce a esto mostrando que la palabra para sembrar en inglés, SOW, contiene las iniciales
de las palabras en inglés para espíritu (Spirit), organización (Organization) y Palabra (Word).] (Gál. 6:7) Entonces vino
F. Rusk, quien llamó atención al hecho de que se necesita paciencia, esperar que Jehová dé la recompensa, mientras uno
se mantiene felizmente activo. (Lam. 3:26) Entonces habló U. Glass, quien hizo notar que, habiendo recibido mucho
activo, los estudiantes ahora tenían una correspondiente deuda pasiva, para usarla en enseñar a otros las cosas que
habían recibido. (Rom. 13:8) El instructor que habló en último lugar, E. Dunlap, mostró que no solo era necesario ayudar a
los hombres a librarse de la religión falsa, sino que entonces era necesario conseguir que quedaran establecidos en
comunidades cristianas seguras.—2 Cor. 10:4, 5.
Los setenta mensajes que se recibieron por telégrafo, radio y correo aéreo, de los cuales se leyeron entonces varios,
reflejaron el interés mundial en la graduación. Después, M. Larson, superintendente de la fábrica, mostró cómo el principio
de la fábrica de una fila de producción aplicaba al ministerio misional; y entonces G. Couch, el superintendente de la casa
Betel, hizo notar que los estudiantes estaban en posición de hacerse verdaderamente productivos, como un árbol frutal
bien cuidado.
Después que cada uno de estos seis oradores había presentado su cápsula de cinco minutos de excelente consejo, se
escuchó al vicepresidente de la Sociedad, F. W. Franz. El habló acerca del excelente ejemplo de misioneros que pusieron
el apóstol Pablo y otros cristianos primitivos. Basando sus declaraciones principalmente en las profecías que Pablo citó en
el capítulo 15 de Romanos, instó a los ministros que se graduaban: “¡Denles lo que han recibido aquí! ¡Hagan que se
sientan alegres de que ustedes hayan venido!”
Entonces, por la siguiente hora, N. H. Knorr, presidente tanto de la escuela como de la Sociedad Watchtower, habló. El
grabó en la mente de los que le escuchaban la importancia de conseguir que la gente los aceptara. ¿Por qué? Porque al
hacer esto la gente estaría aceptando o recibiendo a Cristo, y al recibir a Cristo estarían recibiendo a Dios; así por el
ministerio de ellos la gente se estaría acercando a Dios. (Mat. 10:40) El instó a seguir adelante con celo y vigor. “¡La gente
los recibirá por el espíritu que ustedes muestren! ¡Ustedes saben que ustedes hacen lo correcto!”
Después de hacer notar el gran aumento que había acontecido desde que se graduó la primera clase de Galaad,
reveló que, comenzando con 1966, habrá dos clases para misioneros que durarán cinco meses en cada año en vez de
una clase de diez meses. Al concluir, Knorr declaró que el entrenamiento que los estudiantes habían recibido sin duda les
servirá para impartir enseñanza a los que sean resucitados después del Armagedón.
Los estudiantes habían venido de 53 países y se les estaba enviando a 57 países. El estudiante de más edad, quien
había estado sirviendo a Jehová por unos cuarenta y cinco años, leyó conmovedoramente una carta de aprecio de los
estudiantes. Entre otras cosas, la carta decía: “Jehová ha demostrado amorosamente su buena voluntad para con
nosotros a través de los esfuerzos infatigables e incesantes de todos los que participaron en nuestro entrenamiento. Los
instructores han sido realmente dádivas en hombres. Como maestros pacientes, amorosos, comprensivos, ciertamente
han establecido un maravilloso patrón para nuestra futura actividad. . . . La humildad y lealtad de [todos] han hecho una
profunda impresión. La buena voluntad de Jehová para con nosotros ha sido verdaderamente grande y le damos gracias
con corazones desbordantes. . . . Hemos resuelto extender los beneficios a muchos más.”
Después de un intermedio comenzó el programa de la noche. Primero hubo el estudio semanal de La Atalaya. Después
de eso, por unas tres horas, los estudiantes presentaron un programa muy interesante y provechoso que consistió, entre
otras cosas, de música folklórica nativa, expresiones de aprecio e impresiones del entrenamiento recibido,
representaciones de la actividad misional extranjera y caracterizaciones bíblicas. Después del programa hubo un cántico, y
el presidente de la Sociedad cerró la gozosa ocasión con oración.
*** g66 8/1 págs. 22-24 La cuadragésima clase de misioneros de Galaad se gradúa ***
La cuadragésima clase de misioneros de Galaad se gradúa

HABIA un ambiente de fiesta en el 107 de Columbia Heights, Brooklyn, Nueva York, el lunes por la tarde del 13 de
septiembre de 1965. ¿Por qué? Porque allí es donde está ubicada la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower; y ésa
era la ocasión para la graduación de su cuadragésima clase.
Esta cuadragésima clase fue singular entre las clases de Galaad, porque se enseñaron cinco idiomas. De los 108
estudiantes, 89 fueron matriculados en las clases de idiomas, en las que se enseñó chino (lengua mandarina), japonés,
español, portugués y francés para que pudieran servir en partes específicas del mundo. Como resultado de métodos
eficaces, su aplicación y el espíritu de Jehová todos pudieron hablar hasta cierto grado y algunos podían conducir estudios
bíblicos en estos idiomas para el tiempo que terminaba la escuela. Los instructores o hablaban esos idiomas como su
lengua nativa o habían llegado a ser expertos en el uso del idioma mientras servían ellos mismos como misioneros.
El programa de la graduación comenzó a las 3 p.m. con cántico y oración. Los primeros que dirigieron la palabra a los
estudiantes fueron los cuatro instructores regulares de la escuela, cada uno de los cuales dio consejo adecuado y breve
de despedida. W. Wilkinson citó muchos textos que comentan sobre el uso de los diversos miembros del cuerpo para
alabar a Jehová e instó a los misioneros a prestar atención a estos textos, mostrando así aprecio a las maravillosas
provisiones espirituales que habían recibido. F. Rusk basó sus comentarios en Proverbios 2:10, 11, que recalca la
importancia del conocimiento y el discernimiento, y mostró que discernimiento quería decir, entre otras cosas, saber qué
hacer y cuándo y cómo hacerlo; cuándo hablar y cuándo escuchar.
El siguiente orador, U. Glass, indicó que al enseñar a otros el “lenguaje puro” que se menciona en Sofonías 3:9,
necesitarían tanto el método correcto como la habilidad correcta para inspirar en otros la anuencia a trabajar duro, así
como se necesitaron estos requisitos indispensables para que ellos como misioneros en perspectiva aprendieran un nuevo
idioma. Entonces E. Dunlap, el registrador de la escuela, mostró que para que ellos prestaran atención al consejo de
Hebreos 13:7, tendrían que recordar los buenos ejemplos cuando se enfrentaran a pruebas y problemas; particularmente
notó el ejemplo de una misionera que, en dieciocho años, ha ayudado a 65 personas a ponerse de parte de Jehová.
Entonces se leyó una gran cantidad de telegramas, después de lo cual se escucharon otras dos conferencias breves.
M. Larson, superintendente de la imprenta de la Sociedad, recalcó la necesidad de apropiarse uno de los principios
bíblicos para hacer cautivo todo pensamiento a Cristo, tales principios sirviendo como protección, así como un aprisco
protege a las ovejas de los lobos. (2 Cor. 10:5) Y luego G. Couch, superintendente del hogar Betel, instó a prestar atención
al consejo de Proverbios 22:17, 18, que nos dice que oigamos las palabras de los sabios, que apliquemos nuestro corazón
al conocimiento de Dios y lo establezcamos en nuestros labios.
Luego habló el vicepresidente de la Sociedad F. W. Franz. Llamó la atención al efecto asombroso que tenía el espíritu
reinante de rebelión sobre las instituciones mundanas de enseñanza superior. Así, según la revista Esquire (septiembre de
1965), en la Universidad de Berkeley, California, el universitario ha desechado los viejos valores y encuentra sus
principales intereses en lo que se da a entender por SPIDER (inglés para araña), el nombre de una revista distribuida en la
universidad, las letras de la cual representan Sexo, Política, Comunismo Internacional, Drogas, Extremismo, y música de
Rock and roll.
Además mostró cuán lejos se habían apartado otros de la Palabra de Dios al citar de dos números recientes del Times
de Nueva York. Uno de éstos hablaba de un rabino que seguía siendo rabino aunque no creía en la existencia de Dios; el
otro hablaba de cómo el difunto Alberto Schweitzer llegó a ser misionero médico porque había perdido la fe en el relato
que da la Biblia de la vida de Jesucristo. En contraste con éstos, el hermano Franz instó a sus oyentes a adherirse
tenazmente a los viejos valores enseñados en la Biblia, a seguir siendo creyentes firmes en el Jesucristo que se presenta
en la Biblia y a salir para llevar a cabo obras de curación espiritual. “Si ustedes hacen esto, Jehová derramará su
bendición sobre ustedes y la Escuela de Galaad estará justamente orgullosa de ustedes.”
Después de las declaraciones del hermano Franz vino el discurso por el presidente de la escuela, N. H. Knorr.
Comenzó diciendo: “Cuando ustedes recibieron su asignación, ¿qué pensaron? ‘Esto es demasiado grande para mí, para
hacerlo con mi propia fuerza.’ No podemos hacer nada con nuestra propia fuerza, pero podemos hacer todo con la fuerza
de Jehová. Ustedes han adquirido mucho conocimiento, a ustedes se les ha hecho más fuerte su fe, su esperanza se les
ha hecho más segura, y pueden avanzar a causa de amor.
“¿Por qué vinieron a la escuela? ¿Por qué emplean tiempo para hablar a la gente que no han conocido antes? Quizás
algunos de nosotros tengamos más conocimiento que otros, pero todos tenemos el mismo impulso, amor; un amor que es
extraordinario en este mundo. El mundo está lleno de revoluciones. La revolución no es amor, es odiar algo, querer
cambiar algo.”
Luego señaló el ejemplo del amor de Dios. Su amor fue tan grande que alcanzó desde el cielo hasta aquí, la Tierra, y a
los pecadores tratándose de eso. Esta es la clase de amor que deben tener las cristianos, un amor, como Jesús mostró,
que llegue aun hasta nuestros enemigos. El amar solo a los que nos aman no es amor. Los pecadores hacen eso.—Juan
3:16; Luc. 6:27, 32.
El hermano Knorr notó además que el conocimiento y el discernimiento nos ayudarán a ejercer amor, así como se
expresa en Filipenses 1:9-11. Mostró que nuestro amor no ha de limitarse a los que enseñamos sino que tiene que incluir
a nuestros compañeros maestros, nuestros compañeros cristianos, nuestros compañeros misioneros, porque de acuerdo
con Juan 13:34, 35, hemos de amarnos unos a otros como Cristo nos amó; y mediante esto todos conocerán que
verdaderamente somos seguidores de Cristo.
Después de esas declaraciones el presidente entregó las asignaciones para el servicio misional extranjero junto con
diplomas a los que los habían ganado. Habían venido de 31 países y se estaban enviando a 43 diferentes países.
Después de esto, uno de los estudiantes leyó una carta de aprecio de parte de la clase en la que los estudiantes
expresaban sus gracias a Jehová por “la oportunidad de aprender como nunca antes en cuanto a su benignidad, bondad
amorosa, misericordias y el depender completamente nosotros de él. Nos hemos acercado mucho a Dios durante estos
meses recientes, y oramos para que esto resulte ser un peldaño para una relación personal que siempre aumente con él.”
También se expresaron gracias a todos los que habían ayudado a hacer su curso un curso tan provechoso. Un cántico y
oración terminaron la sesión de la tarde, poco antes de las seis de la tarde. Hubo 743 concurrentes; incluyendo un
auditorio adicional presenciando los acontecimientos por televisión de circuito cerrado.
Durante el intermedio todos disfrutaron de una excelente comida de despedida, y a las 7:25 el grupo se reunió de
nuevo para el programa de la noche, que dio prominencia especial a entretenimiento por los estudiantes. Muchas fueron
las selecciones musicales muy bien presentadas, y fueron particularmente conmovedoras las muchas expresiones
excelentes de aprecio por las cosas aprendidas. El programa terminó a las 10 p.m., con cántico de alabanza a Jehová y
oración.
[Nota]
6 y 12 de septiembre de 1965.
[Fotografía de la página 22]
La clase cuadragésima de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Izquierda a derecha: Primera fila: Carter, G., Koch, M., Little, E., Landers, N., Acasio, R., Horiuchi, J., Taylor, A., Phillips,
E., Urban, T., Miller, A. Segunda fila: Nwachuku, I., Anderson, E., Munyer, G., Pittman, M., Linton, A., Prosser, M.,
Stribling, S., Lassos, A., Hartsten, C., Irizarry, J., Reese, D. Tercera fila: Peter, E., Crawfor, M., Toyota, N., Ives, M., Hines,
J., Thompson, A., Shook, D., Kapininga, F., Selbert, S., Mazariegos, J. Cuarta fila: Phillips, W., Ignacio, F., Seegelken, G.,
Wilson, C., Diehl, M., General, J., Miler, P., Harris, B., Bamberg, M., Pottage, B., Bailey, C., Little, K. Quinta fila: Prosser,
C., Carter, R., Ogosi, Z., Selbert, H., Rolley, A., Hines, L., Savage, J., Vázquez, R., Taylor, E., Landers, J., General, R.
Sexta fila: Irizarry, V., Larsen, J., Truman, I., Alexander, J., Lebid, M., Kimker, E., Arnold, M., García, L., Stribling, R.,
Zielinski, A. Séptima fila: Pittman, W., Thompson, A., Mama, E., Lassos, R., Haisley, H., Adams, A., Wiegersma, A.,
Iszlaub, P., Crawford, J., Rolley, W., Sanderson, H. Octava fila: Miller, C., McCartney, F., Baynes, T., Ward, D., Klimker, E.,
Friend, S., Hartsten, R., Diehl, W., Pottage, M., Reese, J., Harris, E. Novena Fila: Logan, H., Shepp, L., Savage, R.,
Munyer, W., Moffatt, G., Akinwale, M., Ives, W., Arnold, M., Gibson, D., Adams, H., Miller, T. Décima fila: Schmidt, R., Gilks,
W., Bamberg, E., Griesinger, T., Linton, J., Urban, J., Beltramelli, D., Koch, R., Shook, T., Anderson, W., Bailey, R.
*** w65 15/12 págs. 763-764 Consejo de mostrar amor dado a misioneros en graduación ***
Consejo de mostrar amor dado a misioneros en graduación

EL 13 de septiembre de 1965 aconteció la graduación de la clase cuadragésima de la Escuela Bíblica de Galaad de la


Watchtower. La clase consistía de 108 estudiantes que habían venido de 31 países y que estaban siendo enviados a 43
diferentes países. El programa, que comenzó a las 3 p.m. con cántico y oración, fue presidido por N. H. Knorr, presidente
de la Sociedad Watchtower y de la Escuela de Galaad
El hermano Knorr también pronunció el discurso principal sobre el tema del amor cristiano, después que varios
oradores se habían expresado. El preguntó a los estudiantes: “¿Hasta dónde debe llegar su amor? Hasta a sus enemigos,
dice Jesús. Ahora bien, solo porque ustedes van pacíficamente de casa en casa, hablándole a la gente de la Biblia,
algunos se van a perturbar y los perseguirán. ¿Los van a odiar ustedes por ello? No, porque Jesús dijo que tenemos que
amar a nuestros enemigos. Por lo tanto, en toda oportunidad que ustedes tengan les hablarán acerca de la esperanza de
vida eterna. Ustedes no quieren que ellos sean destruidos, aun si son sus enemigos. Si ustedes pueden enderezar la
manera de pensar de ellos en cuanto a los propósitos de Jehová, con gusto ustedes harán eso.”—Luc. 6:27.
Entonces el hermano Knorr leyó Filipenses 1:9-11, donde el apóstol Pablo oró por sus hermanos, que “el amor de
ustedes abunde todavía más y más con conocimiento exacto y pleno discernimiento.” “Sí,” dijo a los estudiantes, “ustedes
han trabajado con la gente, ustedes han tenido experiencia con la gente. Ustedes deben poder mostrar más amor que las
personas con quienes se encuentran debido a que ustedes han adquirido este conocimiento adicional.
“No hay ley contra el amor, que es uno de los frutos del espíritu. La luz roja de un semáforo le dice a uno que detenga
su automóvil, y un cartel quizás limite la velocidad de uno a cincuenta millas por hora; pero no hay ley que limite su amor.
Nunca los llevarán a ustedes al tribunal debido al amor.”—Gál. 5:22, 23.
“Este amor tiene también que incluir a nuestro prójimo cristiano,” siguió diciendo el hermano Knorr. “No hay duda de
ello, podrá haber choques entre nuestras personalidades, podremos tener malos entendidos, pero si tenemos amor
no retendremos algo contra nuestro hermano ni lo ignoraremos, sino que haremos más que esfuerzos usuales para
enderezar los asuntos.” En conclusión, hizo notar: “El tiempo dirá hasta dónde llega su amor, y esperamos que ese tiempo
se extienda indefinidamente.”
Estas declaraciones fueron apreciadas por toda la concurrencia, como lo fueron las del vicepresidente de la Sociedad,
F. W. Franz, mientras él, por más de media hora, hizo referencia a tres noticias corrientes-acerca de la mala condición de
las instituciones mundanas de enseñanza superior, acerca del rabino norteamericano que no creía en Dios, y acerca de la
negación del Jesús bíblico por el difunto Schweitzer-para mostrar el contraste marcado entre éstos y los que se graduaban
de la Escuela Bíblica de Galaad y para instar a los graduandos a tener una fe fuerte y conducta correcta.
Entonces, después de los discursos del hermano Knorr los misioneros recibieron sus asignaciones y diplomas, y un
estudiante leyó una resolución de parte de la clase, expresando su aprecio a Jehová y a todos los que El usó para
entrenarlos. Este programa cerró con cántico y oración a las 6 p.m. Siguió a esto una excelente comida de despedida,
después de la cual se reanudó el programa con un estudio condensado de la lección semanal de La Atalaya, seguido por
entretenimiento de parte de los estudiantes, incluso muchas hermosas selecciones musicales y expresiones amorosas de
aprecio. A las 10 p.m. terminó el programa con cántico y oración. Realmente había sido espiritualmente edificante para
toda la concurrencia, directamente y por televisión de circuito cerrado.

*** g66 22/5 págs. 24-26 La Escuela de Galaad y su clase cuadragésima primera ***
La Escuela de Galaad y su clase cuadragésima primera

EL 27 de febrero de 1966, señaló la primera vez que se usó el Salón de Asamblea de los Testigos de Jehová en la
ciudad de Nueva York para la graduación de una clase de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Este amplio
edificio era en otro tiempo una sala cinematográfica, y los testigos de Jehová Io usan ahora para sus asambleas de circuito
en la ciudad de Nueva York. Aquí, el domingo 27 de febrero, la clase cuadragésima primera de Galaad graduó ante una
sala repleta con 1.905 personas. ¿Quiénes componían esta clase graduanda? ¿Qué cursos de instrucción habían
tomado?
La clase cuadragésima primera consistió de 103 estudiantes, 53 hombres y 50 mujeres. Habían venido de catorce
países diferentes, incluso Nueva Zelandia, Costa Rica, Grecia, Alemania, Suecia y Eire. La edad media de ellos era de
27,5 años. Todos habían sido siervos dedicados de Jehová por 11,3 años, como promedio, y todos habían estado en la
obra de predicación de tiempo cabal por lo menos dos años.
El programa de estudios
Quizás sorprendió a algunos de los estudiantes, al comenzar las clases, saber que la Escuela de Galaad no da
“tarjetas de calificación.” Esto hizo ver a los estudiantes que en Galaad un enfoque intelectual no es todo lo que importa,
sino que la profundidad de la devoción y el amor y otras cualidades cristianas son las cosas vitales. Los estudiantes
reciben lo que llaman “Informes sobre el progreso,” los que les hacen ver cómo les va y cómo pueden mejorar, no solo en
lo que se refiere a las tareas de clase, sino también a las cualidades cristianas de máxima importancia de la “nueva
personalidad.”—Efe. 4:24.
La clase cuadragésima primera de Galaad tuvo su programa de estudios de veinte semanas dividido en cuatro partes
de cinco semanas cada una. Se dividió a los estudiantes en cuatro grupos de unos veintiséis alumnos cada uno. Dos de
los grupos asistían a las clases por la mañana y dos por la tarde. Cuando no estaban en clase, los estudiantes empleaban
la otra mitad del día trabajando en el hogar Betel o en la planta impresora de la Sociedad.
¿En qué consiste precisamente el curso de instrucción de los estudiantes? Se divide en cuatro categorías generales:
doctrinal, ministerial, historia e idioma.
Su curso doctrinal incluye una consideración de toda la Biblia capítulo por capítulo. Cada estudiante da un informe oral
sobre una veintiseisava parte de toda la Biblia durante el curso de veinte semanas. Una vez cada semana por lo menos un
estudiante da su informe oral especial y analítico. Para prepararse para estos informes los estudiantes tienen acceso a la
biblioteca de 10.000 volúmenes de Galaad. Al hacer una indagación intensa sobre sus propios informes y al escuchar los
informes orales de los demás estudiantes, todos pueden abarcar analíticamente la Biblia entera. El auditorio en la
graduación de Galaad disfrutó de un ejemplo de uno de estos informes orales, basados en Primera a los Corintios.
Durante su curso doctrinal, los estudiantes hacen un interesante estudio detenido de la ley mosaica. Para hacer
especialmente instructivo el curso, los estudiantes imaginan casos que podrían haber surgido en Israel, y algunos de los
estudiantes toman el lugar de jueces, para decidir casos teniendo como base la ley mosaica. Los estudiantes designados
como jueces interrogan a los testigos como también a los acusados y luego pronuncian el fallo basado en la ley mosaica.
No solo aprenden cuán práctica era la Ley sino que ven cómo los principios básicos de la Ley aplican hoy.
Para su curso bíblico los estudiantes también participan en demostraciones, representando dramáticamente escenas
de varios libros bíblicos. Con el libro de Job, por ejemplo, algunos estudiantes desempeñan el papel de Job y otros las
partes de sus tres amigos falsos o de Eliú. Hablan en idioma conversacional en vez de un estilo poético, para ayudar a sus
condiscípulos a obtener el máximo beneficio. En el programa de graduación de Galaad el auditorio estuvo emocionado al
ver a los estudiantes representar dramáticamente en forma realista partes de los libros bíblicos de Job y Jeremías.
Otra característica del curso bíblico que la clase cuadragésima primera disfrutó constaba de las demostraciones “Por
qué es provechoso,” que se celebraban los sábados por la mañana. En éstas, los estudiantes representaban condiciones
que existieron, por ejemplo, al tiempo de escribirse un libro bíblico y que hacían resaltar cuán provechosos eran esos
libros para los siervos de Dios de entonces. Para el programa de graduación de Galaad, los estudiantes representaron
condiciones que existían cuando Pablo escribió la carta a los Hebreos. El auditorio observó el beneficio inmenso que esta
carta produjo en los cristianos primitivos.
¿Qué hay de su curso ministerial? En este curso, la clase cuadragésima primera no solo aprendió cómo mejorar en los
distintos aspectos de su ministerio del campo, sino que aprendió cómo preparar reuniones y demostraciones eficaces y
cómo exponer la Palabra de verdad de Dios en caso de que sean entrevistados en la televisión o radio. Durante la cuarta
parte de su curso ministerial, se usó el libro “Make Sure of All Things; Hold Fast to What Is Fine,” y los estudiantes
aprendieron cómo explicar las verdades bíblicas a médicos, tribunales y juntas mundanas en autoridad, y cómo refutar
objeciones.
La clase cuadragésima primera de Galaad también disfrutó de un curso sobre “Fundamentos de la historia bíblica,” un
estudio de la historia del hombre tal como la trata la Biblia y cómo ha afectado a los adoradores de Dios por muchos
siglos. Para sus cursos de historia y de la Biblia, los estudiantes iniciaban cada período de clase con un repaso escrito de
veinte minutos de duración sobre el material que habían abarcado en el período anterior.
En conexión con sus cursos, los estudiantes tienen el privilegio de oír discursos especiales de una hora cinco días por
semana, de las 12:50 a la 1:50 p.m. Estos se celebran en el amplio Salón de Conferencias de la escuela. Algunos de los
discursos los pronuncian los miembros de la junta directiva de la Sociedad Watch Tower.
Enseñanza de idiomas
Cada uno de los 103 estudiantes fue asignado a aprender un idioma extranjero. Esta clase de Galaad fue dividida en
cinco grupos para estudiar alemán, chino cantonés, francés, español y portugués. Cada día de clase los estudiantes
empleaban el 50 por ciento de su horario escolar en el aprendizaje del idioma; de este modo empleaban más tiempo en un
idioma que en cualquier otra materia. Después de estudiar el nuevo idioma por varios días, el uso del inglés se limita
durante la clase, para que se converse en la sala de clase tanto como sea posible en el idioma que se enseña. Este
método de enseñar un idioma se demostró deleitablemente en el programa de graduación. ¿Por qué este énfasis en un
idioma? Porque estos estudiantes que van a salir como misioneros no esperan que la gente de otros países aprendan el
inglés; ni esperan que otros les sirvan de intérpretes. Quieren enseñar personalmente a la gente.
Esta enseñanza de un idioma no concluye con el día de la graduación, porque, cuando los estudiantes llegan a sus
asignaciones extranjeras, pasan un mes completo estudiando el idioma once horas por día. Después del primer mes,
pasan 130 horas en el ministerio del campo y dedican cuatro horas cada día al idioma. Luego, después del segundo mes,
mientras dedican 150 horas en el ministerio del campo cada mes, trabajan con el idioma dos horas cada día hasta que lo
dominan.
Después de la graduación, los estudiantes fueron enviados a todas partes del mundo para compartir los beneficios de
su profunda instrucción con sus hermanos cristianos y todos los que se interesan en la Biblia.
[Fotografía de la página 24]
La clase cuadragésima primera de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Izquierda a derecha: Primera fila: Rudtke, B., Jensen, L., Boss, J., Gillet, E., Tumak, J., Christensen, B., Walters, D.,
Levering, M., Daniels, G., Manneraak, E. Segunda fila: Terleski, A., La Thangue, J., Hoffmann, G., Marlowe, J., Fook, C.,
Collins, M., Livingstone, S., Smola, M., Jendretzky, E., Smith, A. Tercera fila: Brodie, J., Wood, C., Sharp, C., Irby, E.,
Hainz, E., Gonzales, J., Hartley, M., Königer, M., Zeller, H., Nielsen, A. Cuarta fila: Geidlinger, K., Muino, M., Krause, E.,
Hamilton, C., Geidlinger, M., Dull, E., Goodall, E., Mullin, M., Maddox, P., Dowling, E., Hylton, M. Quinta fila: Dowling, R.,
Davis, D., Andersson, A., Whisnant, L., Vandermeer, E., Tumak, J., Williamson, B., Walters, G., Borden, B., DeJulio, C.
Sexta fila: Sharp, R., Greig, K., Dugan, P., Tsafantakis, J., Marlowe, D., Repasky, B., Vandermeer, G., Vestre, P., Rawlings,
B., Shivas, S., Gillet, M. Séptima fila: Heller, L., Wilcox, M., Terleski, A., Livingstone, R., Christensen, J., Bilokraly, A., Dull,
J., Boulware, M., Andersson, E., Rose, D. Octava fila: Stein, W., Shivas, B., Rosart, L., Murray, D., DeJulio, R., Boss, R.,
Genis, J., Krause, G., Manneraak, J., Smith, W. Novena fila: Wilson, C., McDaniel, W., Hamilton, R., Daniels, A., Brodie,
J., Wood, K., Boulware, F., Bunn, E., Irby, J., Jensen, W., Levering, W. Décima fila: Smola, T., Collins, N., Rudtke, W.,
Lunde, D., Dugan, T., Smith, T., Loesch, G., Greig, C., Murray, J., Holmes, T.

*** w66 1/5 págs. 259-260 Misioneros para satisfacer la necesidad ***
Misioneros para satisfacer la necesidad

¿HA DESEADO alguna vez que alguien se sentara con usted en su casa y le ayudara a entender la Biblia? ¿Le
agradaría a usted estar mejor familiarizado con la vida y enseñanzas de Jesucristo? ¿Se pregunta frecuentemente qué
dicen las Escrituras concerniente a este presente período de aflicción, y las perspectivas para el futuro?
Si usted no conoce la Biblia tan bien como quisiera, sepa que hay muchos que están en la misma condición. Muchas
personas que han asistido a la iglesia la mayor parte de su vida no han recibido adecuada instrucción sobre la Biblia. Con
relación a esto el Christianity Today, en su número correspondiente al 18 de febrero de 1966, dijo:
“Los profesores de los seminarios saben que es inútil esperar que sus estudiantes recién matriculados que han estado
bajo la instrucción de la Iglesia toda la vida tengan algo que se aproxime siquiera a un conocimiento ordenado del contexto
principal de las Escrituras. . . . Como dijo el profeta Amós a Israel, hay un hambre en la tierra, hambre de oír la Palabra de
Dios.”
El fracaso de las religiones de la cristiandad en suministrar instrucción bíblica ha resultado en una gran necesidad de
maestros de la Palabra de Dios. Para satisfacer esta necesidad, los testigos de Jehová, que ahora son más de un millón
por todo el mundo, visitan regularmente los hogares de la gente por todas partes y ofrecen estudiar la Biblia gratuitamente
con personas interesadas en sus propios hogares. Además, teniendo presente esta necesidad la Escuela Bíblica de
Galaad de la Watchtower fue establecida en febrero de 1943, y ahora envía a unos 100 misioneros especialmente
entrenados cada seis meses a veintenas de países. El domingo el 27 de febrero graduó la cuadragésima primera clase de
103 estudiantes de la escuela.
En la graduación que se celebró en el amplio Salón de Asamblea de los Testigos de Jehová en la ciudad de Nueva
York, 1.905 personas se congregaron para oír las palabras exhortativas de despedida.
El vicepresidente de la Sociedad Watch Tower, F. W. Franz, en sus palabras de apertura se refirió al período de tiempo
de a mediados de la II Guerra Mundial cuando, en septiembre de 1942, el presidente de la Sociedad dirigió la palabra a un
gran auditorio en Cleveland, Ohio, sobre el tema “Paz—¿Será duradera?” Franz preguntó: “¿Estaba el orador, Natán
H. Knorr, loco? ¿Acaso no sabía en qué estado se hallaban las condiciones del mundo?”
Franz pasó a explicar que las palabras del orador eran perfectamente cuerdas, pues la Palabra de Dios preveía el fin
de la II Guerra Mundial, y que le seguiría una paz de la posguerra que no duraría. “Ahora bien, aquí estamos,” continuó
Franz, “en el vigésimo primer año de esta paz desde la II Guerra Mundial, y la predicción es que esta paz no durará. . . .
Esto debe llenarlos con una sensación de urgencia,” dijo Franz a los estudiantes, “al darse cuenta de que las arenas en la
parte superior del reloj de arena se están acabando, y el tiempo para esta obra que debe hacerse antes que termine esta
paz se está acabando.”
“Miren a lo que se encara la gente,” instó Franz. “No exactamente al principio de la III Guerra Mundial, una batalla entre
hombres, no, pero a lo que ustedes se encaran y a lo que la gente se encara en sus asignaciones se predice en la Palabra
de Dios.” Luego dirigió la atención del auditorio a Isaías 66:15-18, donde dice que la gente se encara a la venida de
Jehová “como fuego mismo” para ejecutar su cólera contra toda carne.
“Así pues, ¿qué van a hacer?” preguntó Franz. “¿Cómo se van a aprovechar de la paz en la cual todavía nos hallamos
hasta que termine . . . en el Armagedón?” Entonces instó a los estudiantes a servir como “una señal” a las “naciones,” y
dirigir a la gente a la organización de Dios, representada en la Biblia por “Jerusalén.”—Isa. 66:19-24; 2:2, 3.
El presidente de la Sociedad Watch Tower, N. H. Knorr, entonces concluyó el programa de la mañana con la
exhortación práctica de cómo lograr felicidad en la vida. Al señalar a la clave para una vida feliz que se registra en
Eclesiastés 3:12, 13, Knorr recalcó: “Es un modo tan sencillo de vivir, y resume lo que cada uno de nosotros está haciendo
cada día de nuestra vida.” El texto dice: “He llegado a saber que no hay nada mejor para ellos que regocijarse y hacer el
bien durante la vida de uno; y también que todo hombre debería comer y en realidad beber y ver el bien por todo su
trabajo duro. Es don de Dios.”
“Dios nos ha suministrado alimento y bebida y trabajo que hacer,” explicó Knorr. De modo que al comer, beber y
efectuar un trabajo arduo, podemos regocijarnos en lo bueno que hemos hecho. “Cada día de nuestra vida, debemos
poder acostarnos por la noche estando contentos, felices, por ese día de vida, porque debemos poder ver lo bueno que
hicimos debido a nuestro trabajo arduo.”
“Cuando Jesús vino a la Tierra, trabajó,” señaló Knorr. Terminó el trabajo de Dios. (Juan 4:34) Jehová Dios había hecho
la promesa de que un libertador surgiría para aniquilar la organización del Diablo, traer paz a la Tierra y quitar el pecado.
Jesús fue enviado a la Tierra para vindicar el nombre de Dios y suministrar el sacrificio de rescate, para que pudiera
quitarse el pecado. “De modo que Jesús vino a terminar aquello que Jehová Dios había comenzado,” explicó Knorr. “Y lo
hizo; compró toda la familia humana, y se sentó a la diestra de su Padre en el cielo hasta el establecimiento del gobierno
justo que traerá paz y prosperidad a todo el que ama la vida.”
Dirigiendo su atención a la obra por delante, Knorr le dijo a la clase graduanda de misioneros que hay mucho que
hacer. “Hay millones de personas en esta Tierra que necesitan ayuda para obtener entendimiento de la Palabra de Dios,”
dijo. “Es en esto en lo que el mundo entero está débil; no tiene conocimiento de la Palabra de Dios.” Por tanto Knorr
recalcó: “Trabajen duro, y entonces se regocijarán debido a las cosas que están haciendo.”
Después que se les presentó a los 103 estudiantes sus asignaciones, un representante del cuerpo estudiantil leyó una
resolución en la que expresaba la disposición de ellos para ir a cualquier lugar del mundo. “Cuando vinimos a la escuela
éramos como Isaías, que dijo: ‘Aquí estoy yo.’ Ahora bien, habiendo recibido los beneficios de haber asistido a la Escuela
de Galaad . . . de todo corazón decimos: ‘Envíame a mí,’ sí, envíanos para que podamos hacer nuestra parte en declarar
el gran nombre de nuestro Dios y Padre, Jehová.”
Si uno de estos misioneros, o cualquier otro testigo de Jehová, lo visita a usted en su casa y le ofrece estudiar la Biblia
con usted, no deje de aceptar su invitación. Aprenda y acepte las grandiosas provisiones de Dios para vida eterna en
felicidad.
*** g66 8/12 págs. 24-26 El espíritu de Isaías en el siglo veinte ***
El espíritu de Isaías en el siglo veinte

“¡AQUI estoy yo! Envíame a mí” es la expresión de los que tienen el espíritu de Isaías en este siglo veinte. Los que
tuvieron el privilegio de presenciar el programa de graduación de la cuadragésima segunda clase de la Escuela Bíblica de
Galaad de la Watchtower, en la ciudad de Nueva York el 11 de septiembre de 1966, quedaron impresionados
particularmente por este espíritu, según lo manifestaron los 106 misioneros entrenados que recibieron sus asignaciones
para ir a predicar y enseñar en treinta y cinco países.
Estos estudiantes vinieron de trece países, en algunos casos con problemas y dificultades. Por ejemplo, el equipaje de
un estudiante fue robado en viaje a Nueva York. Otros Testigos acudieron en ayuda para reparar lo que se había perdido.
El automóvil de otro se descompuso totalmente en camino a la Escuela de Galaad. El dueño generoso de un
establecimiento de automóviles, un Testigo también, le invitó a que escogiera uno de sus automóviles sin costo alguno.
Estos 106 estudiantes vinieron de distintas asignaciones: De los barrios bajos de Londres, Inglaterra, y de asignaciones
aisladas del oeste de los Estados Unidos, también de servir entre canadienses de habla francesa de Quebec y de gente
de habla española de Centroamérica. Algunos, en el pasado, habían sido miembros del personal de las oficinas principales
de la Sociedad Watchtower en Brooklyn, Nueva York. Otros servían de superintendentes viajeros como representantes de
la Sociedad.
Todos ellos, costare lo que costase, anhelaban ser enviados al extranjero, como misioneros. Sin temor a la certeza de
que carecerían de muchos lujos y conveniencias de la vida moderna en los lejanos campos misionales, estaban listos para
ofrecer voluntariamente sus energías ahora en este tiempo crítico al trabajo de esparcir las “buenas nuevas” en los
territorios donde hay mayor necesidad de ayuda.
Estudiaron juntos por cinco meses, dejándose amoldar por las cosas profundas de la Palabra de Dios. De hecho, la
Biblia fue su principal libro de texto. A los estudiantes se les pidió que leyeran toda la Biblia, que dieran breves informes
orales sobre pasajes asignados de la Biblia, y que aun representaran escenas bíblicas de tal modo como si hubieran
estado allí. Se les entrenó a usar la excelente lista de textos en el libro en inglés “Asegúrense de todas las cosas;
adhiéranse firmemente a lo que es excelente” en una gran diversidad de circunstancias, tal como el ofrecer consejo a
alguien, el tener una entrevista con la prensa o con representantes de la TV, el resolver situaciones problemáticas como en
un hospital o en la escuela o en el lugar donde uno trabaja.
Y, además, se consideraron y se representaron casos jurídicos basados en los estatutos de la ley mosaica. Un grupo
de estudiantes se pondría de acuerdo mutuamente en cuanto a los hechos de un caso imaginario. Entonces se presentaba
a otro grupo que actuaría como jueces. Los jueces tenían que convocar a los testigos, hacer las investigaciones, examinar
minuciosamente la evidencia, referirse a las leyes básicas de la Biblia que estaban implicadas y entonces dictar su fallo.
De esa manera se hizo hincapié en obedecer los buenos principios de esta ley de Dios que aplican a Sus siervos
cristianos de hoy.
La enseñanza de idiomas fue otro rasgo sobresaliente del entrenamiento de Galaad. No que alguien haya aprendido
totalmente un idioma nuevo durante los cinco meses del curso. Pero a todos se les dio instrucción básica de algún idioma,
y se les mostró cómo llevar a cabo en el futuro sus propios estudios del idioma. Durante el término de clases de la escuela
de Galaad se enseñó español, francés y japonés. Adicionalmente, se proveyeron cursos particulares para ciertos
estudiantes en coreano, portugués y chino cantonés. Los misioneros estaban deseosos de ir a enseñar a personas
hambrientas por la verdad en el idioma que mejor pudieran entender.
Amigos y parientes de los estudiantes habían venido de todas partes para presenciar la graduación. También,
representantes de veintenas de congregaciones de las afueras de la ciudad de Nueva York dentro de un radio de noventa
y cinco kilómetros fueron invitados a asistir. Así que fue ante una buena concurrencia de 2.023 personas que los
estudiantes escucharon las palabras finales de consejo y estímulo del presidente y del vicepresidente de la Sociedad
Watchtower Bible and Tract, así como también de los instructores y otros hermanos maduros. Verdaderamente fue una
ocasión memorable. Los estudiantes por largo tiempo recordarán las palabras de exhortación por el presidente Knorr
cuando les dijo: “Recibieron gratis, den gratis.”
A medida que estos misioneros competentes con el espíritu de Isaías recibían sus asignaciones para servir en muchos
países de Asia, Africa, Europa, América del Sur y Centroamérica, los observadores no podían evitar el reflexionar sobre el
buen historial de la Escuela de Galaad. Con esta clase aumentó a 4.361 el total de los que se han graduado y que han
sido asignados a servir como misioneros en 140 países desde que se inauguró la Escuela en 1942. Muchos de esos
misioneros aún continúan sirviendo fielmente en sus asignaciones originales después de diez, quince, veinte años o más.
El trabajo misional es su carrera.
¡Qué manera tan grandiosa para que la juventud, que ha dedicado su vida a Jehová y a hacer su voluntad, lleve a cabo
su voto y sin egoísmo dedique los mejores años de su vida en el trabajo que el apóstol Pablo describe como “no declarar
las buenas nuevas donde Cristo ya había sido nombrado, para no estar edificando sobre fundamento ajeno”! (Rom. 15:20)
La obra es urgente, y hay gran oportunidad de esparcir las “buenas nuevas” en muchas regiones donde pocos han oído.
Durante el programa de graduación el presidente Knorr exhibió diapositivas e hizo comentarios sobre la expansión
maravillosa del servicio misional de la Sociedad en todos los continentes. Las fotografías de las sucursales y de los
hogares misionales que se han establecido como resultado del trabajo concienzudo de los misioneros, ayudaron a la
concurrencia a ver las posibilidades del mucho y buen trabajo que se podría hacer en los campos extranjeros. Uno de los
instructores hizo alusión al año 1975, hablando cronológicamente la conclusión de los seis mil años de historia humana.
Su pregunta fue: ¿Qué se le encontrará a usted haciendo cuando llegue esa fecha? ¡Qué satisfacción habrá sido el
haberse ofrecido voluntariamente para el entrenamiento de Galaad con el espíritu de Isaías y estar ocupados llevando el
mensaje de las buenas nuevas del Reino a las naciones y pueblos lejanos!
Por las escenas presentadas de modo real por ellos como parte del programa de graduación fue evidente que se les
había impartido a los estudiantes conocimiento de las circunstancias en que iban a servir. Hubo una escena de un
mercado hispanoamericano. También, los estudiantes representaron escenas muy reales de la predicación en el Africa
francesa usando el francés que habían aprendido. Las costumbres del Japón y el método de abordar los hogares
japoneses fueron demostrados eficazmente. El auditorio casi sintió que se le había transportado a lejanos territorios
misionales.
Según las palabras dirigidas a los estudiantes por el vicepresidente de la Sociedad, F. W. Franz, hay necesidad de
compartir con las multitudes que están sin esperanza y sin fe, algo que ya tenemos en abundancia; la de darles algo en
que creer.
Sí, cada programa de graduación, igual que éste, debería hacer que cada joven se pregunte: ¿Estoy yo libre para ir y
predicar en campos extranjeros? ¿Puedo ser yo también un Isaías? ¿Puedo yo, también, decir: “¡Aquí estoy yo! Envíame
a mí”?
[Fotografía de la página 24]
Izquierda a derecha: Primera fila: Rodríguez, A., Toews, G., Eaton, A., Cole, V., Cronau, M., Reed, R., Clark, M., Borden,
S., Bliss, J., Tylich, B. Segunda fila: Fook, A., Humphrey, J., Kaczmarek, L., Hasselgren, N., García, E., Butler, J., Butler,
C., Reissmann, A., Piriano, R., Michael, E. Tercera fila: Roberts, G., Thomas, C., Sánchez, D., Richey, G., Moseley, P.,
Kelly, J., Crist, E., Charney, M., Brichard, N., Bailey, H., Lucas, M. Cuarta fila: Young, P., Lisk, A., Honma, T., Heath, E.,
Harris, H., Furman, A., Dressler, M., DeCarlo, J., Willcox, S. Quinta fila: Rutter, M., Nakayama, P., Pereira, R., Parker, B.,
Lang, L., Lang, W., Fowler, R., East, A., Barnard, A., Ainsworth, V., Lonzaga, T. Sexta fila: Lucas, D., Hagen, D., Croy, S.,
Bozalka, J., Pengelly, B., Oliver, R., Jackson, P., Walker, C., Tucker, H., Thomas, L., Östlund, G. Séptima fila: Foster, M.,
Clark, D., Berger, G., Snider, J., Michael, O., Mertens, K., Griffiths, R., Butler, R., Tarhonen, É., Rivera, L., Reissmann, R.
Octava fila: Splane, D., Harris, H., Brown, S., Brichard, D., Lisk, R., Le Pavoux, M., Jackson, E., Piriano, L., Pengelly, P.,
Parker, J., Turner, R. Novena fila: Heidelberg, J., Croy, G., Campion, M., Kaczmarek, W., Hall, C., Eaton, K., Berger, A.,
Barlow, R., Toews, R., Sömisch, K., Roberts, L. Décima fila: Hohle, M., Havie, E., Fulbright, A., Crist, D., Young, D., Peters,
C., Hellermann, R., Tylich, J., Östlund, B., Smith, D., Ross, S.

*** w66 15/12 págs. 762-763 Misioneros que dan gratis ***
Misioneros que dan gratis

EN ESTOS días en que los precios constantemente aumentan, ¡cuán refrescante es enterarse de misioneros que dan
gratis de lo que tienen! “Recibieron gratis, den gratis” fue el tema del discurso por el presidente N. H. Knorr a un auditorio
de 2.023 personas con motivo de la graduación de la 42 a clase de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower en la
ciudad de Nueva York el 11 de septiembre de 1966.
El presidente Knorr ilustró su punto refiriéndose a las cosas de la creación. Las nubes reciben y dan agua
gratuitamente. También la tierra, la vida vegetal y, finalmente, los humanos ingieren alimento físico y luego lo dan en forma
de crecimiento, trabajo y pensamiento. Del mismo modo las dádivas gratuitas de los testigos de Jehová en todas partes
hicieron posible el entrenamiento especial para misioneros que recibieron gratis los estudiantes que se graduaban, y ahora
les tocaba a ellos dar gratis.
El orador advirtió a los estudiantes que, aunque ellos estaban saturados de la verdad, deberían dársela gradualmente a
los sedientos de la verdad, no en un torrente arrasador, sino como la lluvia suave que promueve la fructificación. También
aconsejó al cuerpo estudiantil a seguir llenándose de la verdad mediante el estudio continuo, para poder seguir hablando
la verdad pura a los que encuentren en sus asignaciones misionales. Les recordó que “el labio de verdad” es lo que “será
firmemente establecido para siempre.”—Pro. 12:19.
Aunque ahora los estudiantes dejarían a sus amados para ir a campos misionales distantes, el orador les recordó que
ya eran amados por muchos que todavía no los habían visto, personas en regiones remotas que esperan confiadamente
que los misioneros los ayuden. El llamamiento final del presidente a los estudiantes fue: ‘Ustedes han recibido gratis,
ahora den gratis.’ A continuación siguió la lectura de una resolución por toda la clase estudiantil, en la que expresaron
aprecio por los beneficios que recibieron y la determinación de dar generosamente de sí mismos en sus asignaciones
misionales.
El vicepresidente de la Sociedad, F. W. Franz, habló brevemente también durante el programa de graduación. Describió
gráficamente la situación mundial y los clamores insistentes de la juventud, hasta en la Rusia comunista, por algo en que
creer. Les recordó a los estudiantes que, debido a su entrenamiento en Galaad y a su entero proceder de dedicación,
tenían algo en que creer, a saber, en un Dios que puede ser explicado, su Hijo Cristo Jesús, que no es un reformador
frustrado ni un Cristo muerto, sino un Cristo vivo, reinando desde 1914. Hizo hincapié a la necesidad que muchos tienen
de que se les fortalezca la fe, y exhortó a los misioneros que se graduaban a salir con confianza y responder al clamor
extenso por algo en que creer.
El programa también incluyó música y canciones edificantes por el cuerpo de estudiantes, la exhibición de diapositivas
por el presidente Knorr en las cuales se exponían los logros misionales de la Sociedad hasta el presente, y finalmente una
excelente presentación dramática por los estudiantes intitulada “Conformémonos a los principios eternos de Dios.” En la
puerta de una ciudad israelita estaban tres jueces dando audiencia en un caso que implicaba la supuesta muerte
accidental de un hombre israelita. Las leyes de Dios habían sido quebrantadas. Había habido falso testimonio, soborno,
chantaje, culpabilidad por derrame de sangre. Los hombres de mayor edad escucharon a los testigos, escudriñaron la
evidencia, y pronunciaron un juicio contra los malhechores—muerte a pedradas para dos de ellos.
Tal como aquellos jueces de Israel concienzudamente administraron los justos requisitos de Dios para Su
congregación, de igual modo deben hacerlo los comités de las congregaciones de nuestro día. El fondo provisto por
artistas y la indumentaria realista que usaron los estudiantes actores sirvió para hacer vivir este excelente drama. Los
mismos principios fundamentales y eternos de Dios aplican en nuestro día. Podemos obtener paz y felicidad solo al
conformar nuestra vida a la voluntad de Jehová.
No desprovisto de buen humor, el programa, que se presentó enteramente gratis, incluyó la escena de un mercado
hispanoamericano dramatizado por los estudiantes, que mostró a dos misioneros recién asignados expuestos por primera
vez a la necesidad de regatear por sus compras. También hubo escenas del Africa francesa y del Japón.
El programa concluyó con una muy conmovedora versión del cántico “Andando en integridad” por un coro de los
estudiantes de esta 42a clase de la Escuela de Galaad. Después de una oración, y al dispersarse la multitud, uno podía oír
a menudo la expresión: “¡Cuán edificante y fortalecedor!”
*** w67 1/5 págs. 287-288 Se insta a misioneros gozosos a apreciar la vida ***
Se insta a misioneros gozosos a apreciar la vida

“USTEDES estudiantes o alumnos, ¿están felices?” Esa fue la pregunta que hizo F. W. Franz, vicepresidente de la
Sociedad Watch Tower, el 12 de marzo, a la clase 43 a de la Escuela Bíblica de Galaad de la Sociedad Watchtower reunida
en la ciudad de Nueva York con motivo de su graduación. “No pregunto si están felices porque se están graduando, sino
felices en general. Pues, deberían estar felices porque hemos entrado en el quinto decenio de un tiempo maravilloso.”
¿Cuál tiempo es ése? Franz dijo que era el tiempo bendito que se menciona en Daniel 12:12; esto se debe al hecho de
que el ‘conocimiento verdadero se ha hecho abundante debido a que muchos han discurrido’ en la Palabra de Dios. (Dan.
12:4) Como resultado, hoy los testigos de Jehová están experimentando una explosión de conocimiento. Al concluir Franz
dijo a los estudiantes: “¡Felices son ustedes por haber discurrido en la Biblia y participado de este abundante
conocimiento! ¡Felices serán ustedes a medida que lo compartan bondadosa y celosamente con otros!”
Max Larson, otro orador, señaló un ejemplo de la felicidad que les espera. Relató una experiencia acerca de una
población a unos 800 kilómetros de Santiago, Chile, donde se iba a celebrar una asamblea. Había un grupo de misioneros
celosos y una congregación de treinta y seis Testigos en esa población. ¿Cuántos asistieron a la asamblea? ¿Los treinta y
seis? Más que eso; ¡100 personas viajaron los 800 kilómetros a esa asamblea de testigos de Jehová!
N. H. Knorr, presidente de la Sociedad Watch Tower, habló a estos misioneros felices, con perspectivas tan felices,
sobre el aprecio a la vida y el papel que desempeña la madurez al mantenerse uno asido de esa vida. El empezó así:
“¿Qué pensamos acerca de la vida? ¿Cuánto tiempo dedicamos a meditar sobre la vida? ¿Cómo llegamos a existir? Ahora
que ya estamos aquí . . . ¿qué vamos a hacer con la vida? ¿De dónde conseguimos esta vida? La vida de ustedes, en
efecto, originó con Dios, pues si nos remontamos en el pasado lo suficiente llegamos a Adán, y la Biblia nos dice que Adán
era hijo de Dios. (Luc. 3:38) Dios es la Fuente de vida. (Sal. 36:9) Ustedes han gozado de la vida hasta ahora, pero
pueden gozar de ella aun más en el futuro. La vida es tan importante, pues sin ella no podemos hacer nada a favor de
otros. Como dice Eclesiastés 9:5, 10, en la muerte nadie está consciente de nada, no hay trabajo ni sabiduría, ni formación
de proyectos ni conocimiento. Si tenemos vida podemos mostrar a otros el camino a la vida.”
Entre otras cosas, Knorr añadió “Si apreciamos la vida atribuiremos mérito a Dios por el hecho de que estamos vivos.
Si tenemos vida podemos trabajar, podemos hacer que otros sean felices. Si hemos de seguir teniendo vida debemos de
continuar adquiriendo conocimiento de Dios y de su Hijo, porque esto significa vida eterna. (Juan 17:3) Aun Jesucristo tuvo
que adquirir conocimiento continuamente. Y es por eso que la madurez es tan importante. La madurez nos ayuda a
retener la vida, a alargar nuestra vida, a retenerla para siempre. Y seamos humildes, nunca pensemos que lo sabemos
todo. No lo sabemos todo. Hay tanto que aprender. . . .
“Nos sentimos felices a causa de ustedes. Todos nosotros los estamos apoyando, pero más que nadie, Dios está con
ustedes. El se interesa en ustedes y en apoyarlos. El les dio vida a ustedes en primer lugar. Esperamos que ustedes sigan
adelantando, esforzándose por lograr la madurez, porque al lograr la madurez ustedes se asirán de modo mucho más
fuerte de la vida, la vida eterna.” Después de estas observaciones él presentó los diplomas a los que habían salido
sobresalientes en sus estudios, casi todos. Los 103 estudiantes habían venido de doce países y se les estaba enviando a
veintinueve diferentes países. Eran jóvenes, la edad media de ellos era de veintiséis años, y habían sido ministros
cristianos dedicados por un promedio de once años.
Los puntos descollantes del programa de la tarde, los cuales presentaron los estudiantes mismos, también sirvieron
para aumentar el aprecio por la vida. Fue muy conmovedora así como inspiradora la gráfica representación de una Testigo
que había pasado dos años. en la prisión, que vivía de cortezas de pan y que se apoyaba en su esperanza de vida en el
nuevo orden de Dios por medio de recordar pasajes específicos de la epístola a los Filipenses. Por una hora presentaron
un drama bíblico, con vestiduras típicas, que trató de la provisión antigua y misericordiosa de Dios para el homicidio
involuntario, las ciudades de refugio, y se demostró que dicha provisión tenía su cumplimiento en nuestro día, y señalaba a
la misma lección moral. Vigorosamente demostró que la vida depende de la obediencia a Dios y que la vida vale más que
cualquier posesión material que se pueda tener.
Sí, sin duda el programa de la graduación recalcó no solo la felicidad de los misioneros sino también la apreciación de
ellos para con la vida y lo que deben hacer para retenerla. Unos 2.000 invitados, amigos y parientes, disfrutaron
grandemente del programa, algunos de los cuales habían venido de tan lejos como Hawai y tan lejos como Londres,
Inglaterra.
*** g67 22/6 págs. 24-26 ¿Podría usted ‘seguirlo’ como misionero? ***
¿Podría usted ‘seguirlo’ como misionero?

¿SEGUIR a quién? Pues, seguir a Jesucristo, el Hijo de Dios, quien cuando estuvo en la Tierra dijo a dos de sus
discípulos que estaban pescando en esa ocasión: “Vengan en pos de mí.” Al instante abandonaron sus redes y
literalmente siguieron a Jesús, llegando a ser “pescadores de hombres,” misioneros cristianos.—Mat. 4:19, 20.
Jesucristo mismo fue el principal misionero, pues verdaderamente fue “uno enviado a propagar la fe, doctrina o
principios de una religión,” la adoración de Jehová. Dejó los alrededores gloriosos y congeniales de que disfrutaba en el
cielo, el compañerismo de su Padre celestial y de sus muchos hermanos espirituales. El dejar su hogar celestial y venir a
la Tierra fue un cambio mucho mayor que el que cualquier misionero deje hoy el país más próspero y progresivo del
mundo y vaya al país más atrasado y más azotado por la enfermedad y la pobreza de la Tierra.
Si usted quiere ser un misionero cristiano necesita fe, fe en que Dios cumplirá su promesa de proveer para todas sus
necesidades si usted responde a la llamada misional. (Mat. 6:33) También se requiere valor para desprenderse de su
suelo nativo y arriesgarse a entrar en territorio extraño, para aprender allí una lengua extraña. Y, sobre todo, se requerirá
mucho amor, altruista, basado en principios, amor agape.
Hoy hay unos 25.000 misioneros estadounidenses activos en Africa, Asia y América latina. Pero, ¿qué clase de
misioneros? Muchos de ellos siguen tras metas que no son evangelizadoras; son misioneros de salud y medicina;
enseñan a la gente principios políticos y cómo ganarse la vida, o cómo mejorar sus métodos agrícolas.
Pero tales metas no evangelizadoras no le aplicarán a usted si es entrenado como misionero por la Escuela Bíblica de
Galaad de la Watchtower. Allí usted aprende a apreciar que su meta principal será la de llevar a cabo la comisión que
Jesús dio a sus seguidores antes de dejarlos: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les
he mandado.” (Mat. 28: 19, 20) ¿Y cómo obedecieron los apóstoles de Jesús ese mandato? ¿Practicando medicina?
¿Interesándose en los problemas políticos, sociales y económicos de la gente? ¡Ni pensarlo! Dieron a conocer los
propósitos y requisitos de Dios para los. hombres.—Hech. 10:34-43; 17:22-31.
Sí, en la Escuela de Galaad se le enseña a los estudiantes a ser la clase de misioneros que fueron Jesús y sus
apóstoles. Como lo expresaron los estudiantes de la clase 43 a que se graduó (entre otras cosas) en su resolución de
aprecio al presidente de la escuela: “¿Cómo pudiera alguien pedir una bendición mayor que el tener cinco meses de estar
completamente absorto en estudiar la Palabra de Dios? Esta ha sido la dádiva de Jehová para nosotros aquí en la
escuela. Salomón escribió: ‘Si . . . clamas por el entendimiento mismo y . . . como a tesoros escondidos sigues en busca
de ello, en tal caso entenderás el temor de Jehová.’ . . . En nuestras horas de ‘buscar y escudriñar’ verdaderamente
hemos sido remunerados con entendimiento aumentado de la Palabra de Dios, junto con aprecio mucho más profundo de
la sabiduría divina que se manifiesta en las Escrituras y el valor de aplicar sus principios en nuestras vidas.”—Pro. 2:3-6.
En su graduación, que tuvo lugar el 12 de marzo de 1967, en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en la
ciudad de Nueva York, recibieron lo que pudiera llamarse consejo de despedida y el ímpetu final para elevarse a la altura
de misioneros cristianos. Un orador, U. Glass, les recordó la importancia de mantener el punto de vista correcto, nunca
desviándose por ‘ver lo que es inútil.’ (Sal. 119:37) Otro, E. Dunlap, trajo a su atención el hecho de que aunque iban como
mensajeros de paz, así como se nota en sus diplomas, encontrarían fuerte oposición y por eso tendrían que estar
‘sufriendo el mal’ como buenos soldados de Jesucristo.—2 Tim. 2:3.
Todavía otro orador, G. Couch, observó que, aunque en la escuela misional de Galaad tuvieron condiciones favorables
para crecer espiritualmente, de ahora en adelante encontrarían cosas mucho menos ideales, así como una tomatera
transplantada en la primavera del invernadero al campo raso quizás encuentre su nuevo medio lejos de ser ideal. El
vicepresidente de la Sociedad Watch Tower, F. W. Franz, notó que se les estaba enviando para llevar a cabo una lucha
contra el analfabetismo y la ignorancia de la Biblia hasta los cuatro cabos de la Tierra. Y en particular recibieron consejo
excelente y extenso de parte del presidente de esta Sociedad y de la escuela, N. H. Knorr. Comenzó notando a qué grado
figura la casualidad en cuanto a lo que físicamente somos, y luego desarrolló su tema de apreciar la vida y la necesidad de
esforzarnos por la madurez espiritual para que nos afiancemos firmemente de la vida eterna.
Los 103 estudiantes habían venido de muchas condiciones sociales: maestros de escuela y trabajadores manuales,
impresores y músicos profesionales (uno había tocado por años en la orquesta de Duke Ellington), peluqueros y
embellecedoras, etc. Habían venido de muchos países: tres de Hawai, cinco de Australia; de hecho, un joven había venido
de tan lejos de Nueva York, donde está ubicada la escuela, como es posible en esta Tierra, desde Perth en Australia
occidental, por lo menos a unos 19.300 kilómetros.
¿Por qué habían contestado estos jóvenes, cuyo promedio de edad era de veintiséis años, la llamada para hacerse
misioneros? Cuando se les hizo esa pregunta, contestaron: “Porque quería adelantar espiritualmente.” “Porque quería
servir más plenamente.” “Porque quería predicar donde la necesidad fuese mayor que en mi territorio nativo.” “Según
puedo recordar, desde que tenía cinco años de edad, había querido ser misionero.” “Cuando tenía quince años de edad,”
dijo una hermosa señorita hawaiana, “los misioneros me trajeron la verdad acerca de Jehová. Mi asociación con ellos
desde entonces me hizo querer ser misionera, también. Después de ocho años lo he logrado al fin.” En muchos casos
también fue el excelente entrenamiento de parte de un padre o una madre o padres dedicados lo que inspiró el espíritu
misional en estos jóvenes.
Se requerirá fe, valor, amor y trabajo duro para que usted llegue a ser un misionero cristiano, pero los resultados valen
la pena. Tales misioneros son un grupo rico, así como un viajero, que había conocido a muchos de ellos en una gira por la
América del Sur lo expresó en su discurso a los estudiantes: “Entre nosotros los viajeros había algunos materialmente
ricos, pero nunca oí a uno de los misioneros decir: ‘Desearía estar en su lugar.’ Pero oí a muchos de estos viajeros decir:
‘¡Cuán ricos son esos misioneros en gozos del servicio! Desearía poder participar de algunos de ésos!’ Esos misioneros
son ricos en gozo, ricos en contentamiento, ricos en placeres de cosechar.”
¿Podría usted ser o le gustaría ser como uno de esos misioneros ricos? Si es que sí, escriba a los publicadores de esta
revista pidiendo información.
[Fotografía de la página 24]
La cuadragésima tercera clase de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Izquierda a derecha: Primera fila: Sagpang, L., Betancourt, V., Schafer, J., Thompson, E., Kanlund, D., Schlott, J.,
Ochsner, R., Barr, D., Cameron, E., Butcher, R., Carter, M., Tamayo, R., Longworth, S., Weiss, J. Segunda fila: Whitcomb,
L., Loch, P., Nicholson, P., Swerid, V., Roberts, M., Yonamine, M., Soria, M., Cobb, B., Boychuk, R., Anderson, M., Rose,
M., Cortez, Y., Benninger, M. Tercera fila: Smith, L., Williams, B., Power, S., Washburn, J., Crepaz, K., Byrd, J., Collier, A.,
Dutton, D., Butchart, S., Yeda, J., Ross, M., Stoin, M., Titus, L. Cuarta fila: Brewer, V., Norbom, D., Ward, E., Lyders, E.,
Larsson, G., Le Vinus, B,. Larotonda, S., Larotonda, J., Kopp, C., Harman, F., Norbom, R., Nugent, K., Power, D. Quinta
fila: Møller, J., Smith, E., Mazzola, J., Kroemer, E., Thunberg, J., Sterbling, V., Rogers, G., Møller, K., Lewellyn, S., Horan,
J., Darragh, C., Sopko, S., Watson, R. Sexta fila: Fletcher, J., Sawyer, I., Sandow, M., White, R., Horan, B., Hayes, D.,
Cook, S., Burris, V., Brewer, J., Stratford, S., Galisheff, K., Prosser, W. Séptima fila: Collier, R., Baldis, M., Longworth, A.,
Lilly, J., Thompson, T., Lytle, M., Johanson, S., Prosser, J., Tättäläinen, R., Sterbling, F., Beatty, C., Wszolek, L. Octava
fila: Galisheff, J., Resehke, G., Franceshetti, R., Harman, R., Baker, K., Tylich, J., Dugan, M., Robinson, D., Cook, D.,
Foster, J., Larsson, R., Crepaz, R. (Anderson, C.—no está en la fotografía, debido a enfermedad)
*** g67 8/12 págs. 22-24 La graduación de Galaad despierta interés por todo el mundo ***
La graduación de Galaad despierta interés por todo el mundo
LA FECHA, el 10 de septiembre de 1967, el lugar, el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en la ciudad de
Nueva York. El programa de graduación de la clase cuadragésima cuarta de la Escuela Bíblica de Galaad de la
Watchtower había sido fijado para las 10 a.m. Varias horas antes una multitud de personas deseosas de presenciar la
graduación se habían conglomerado en el salón. Del estado de California al estado de Maine, del Canadá, de Alemania,
de Inglaterra y de El Salvador vinieron padres, parientes y amigos, atraídos por este grupo de estudiantes que se iban a
graduar como misioneros. Se recibieron telegramas y mensajes de veintidós países en los que se expresaba profundo
interés por esta ocasión especial.
Fue interesante saber que de los 102 graduandos más de la tercera parte tenían parientes en la obra de predicación de
tiempo cabal. Otros en el auditorio eran miembros de Betel, de las oficinas centrales de la Sociedad Watchtower. Además
300 representantes de 80 congregaciones de los testigos de Jehová de Pensilvania, Nueva York, Nueva Jersey y
Connecticut, vinieron a presenciar con vivo interés esta graduación, y todas estas personas habían sido invitadas. Por
todo, había 2.069 personas en el salón esa mañana.
¿Pero qué hay de los estudiantes mismos cuya graduación despertó tal interés por todo el mundo? Los estudiantes
eran procedentes de once diferentes países y de muchas ocupaciones. Por ejemplo, mecánicos, camioneros, agricultores,
maquinistas, carpinteros, reporteros, pintores, zapateros, vendedores, electricistas, plomeros, marinos, topógrafos,
confiteros, pintores de letreros, peluqueros, albañiles, químicos y vidrieros, todos éstos estaban representados. Once del
mismo grupo habían sido recientemente miembros de la familia de Betel de la Sociedad Watchtower, ya sea en Brooklyn o
en alguna otra parte del mundo. El promedio de edad de los estudiantes era de 26,5 años.
El auditorio escuchaba atentamente a medida que el presidente de la escuela, N. H. Knorr, hablaba entusiásticamente
a los estudiantes, instándoles a permanecer fieles en sus asignaciones a pesar de las diferencias en condiciones de vida.
El comentó sobre el privilegio sin par de esos 102 hombres y mujeres. El número total de los que hasta la fecha han tenido
el privilegio de cursar la Escuela de Galaad (4.464 personas), explicó él, era como una pequeña aldea en comparación
con los millones de la Tierra. Les recordó que otros misioneros han permanecido fieles en sus asignaciones y se sienten
felices por ello. Añadió: “Especialmente hoy son ellos un grupo feliz, porque saben que ustedes se unirán a ellos.”
La felicidad y el interés vivo de personas de todas partes del mundo se manifestaron por mensajes como éste:
“Esperando con interés la llegada de los nuevos misioneros aquí en Laos.” De la Costa de Marfil llegó otra expresión de
felicidad: “¡Cuán felices nos sentimos por el hecho de que algunos de ustedes pronto estarán aquí para predicar las
buenas nuevas en este territorio fértil!” De Venezuela: “¡Qué felices estamos porque muy pronto se unirán ustedes a
nosotros como misioneros!” Otro, procedente de Colombia, decía: “Reciban nuestro cariño y sepan que esperamos
ansiosamente a los nuevos misioneros.” Y la felicidad de los de Bolivia, quedó reflejada en este mensaje: “Que ricas
bendiciones sean derramadas en abundancia sobre ustedes en este día de graduación. Que su felicidad y gozo sean
completos al prepararse para servir los intereses del Rey en el extranjero. Sus hermanos bolivianos esperan ansiosamente
a los catorce misioneros que serán enviados acá.”
Antes de que uno de los directores de la Sociedad, M. G. Henschel, leyera los telegramas y mensajes, otros directores
de la Sociedad y los instructores de la Escuela de Galaad se dirigieron a los estudiantes con palabras de consejo y
despedida. W. Wilkinson explicó que el gozo es como las aguas profundas, que no pueden ser afectadas por disturbios
superficiales, y que estos misioneros experimentan un gozo profundo a causa de su devoción a la predicación de las
buenas nuevas. U. V. Glass hizo comentarios sobre las muchas excelentes cualidades que exhibió esta clase como
conjunto, y puesto que serán dispersados hasta los confines de la Tierra, los animó individualmente a reflejar las mismas
excelentes cualidades. E. A. Dunlap habló sobre el tema “¿A quién van a prestar atención ustedes?” Recalcó que la
decisión de uno en cuanto a esto es de gran importancia. Eva prestó atención al que no debía. Jesús, en cambio, rehusó
prestar atención a la insistencia de Pedro de tenerse consideración a sí mismo. Examinen lo que llegue a sus oídos, se les
aconsejó a los graduandos, rechazando lo que despierta los deseos de la carne. M. Larson les advirtió a los estudiantes
que fueran como Bernabé lo fue para con los cristianos de su día. . . una verdadera fuente de estímulo. G. Couch explicó
que los misioneros tienen que efectuar la obra de derribar así como también la obra de reconstruir, igual que Jeremías.
(Jer. 1:10) Y el vicepresidente de la Sociedad, F. W. Franz, dio un relato de su reciente viaje a las tierras bíblicas y otros
países donde los cristianos verdaderos sufren persecución. Animó a los que se graduaban a edificar personalidades
cristianas en otros, de modo que desplieguen valor ante el odio y oposición y sean protegidos a través del Armagedón y
entren en el nuevo orden de Dios.
El programa de la mañana concluyó con una resolución de aprecio presentada por un graduando que representaba a la
clase. Se expresó gratitud a Jehová y a su organización, y se describió el excelente entrenamiento que recibieron. El
alumnado dijo:
“Nuestro estudio de la Biblia en este lugar comenzó apropiadamente desde el mismo principio. La Ley que se dio por
medio de Moisés empezó, casi inmediatamente, a hacérsenos real a medida que dramatizábamos en clase la manera en
que se aplicaba. Y lo mismo con el resto de la Biblia, capítulo por capítulo, a medida que completábamos las Escrituras
Hebreas y continuamos con las Escrituras Griegas. Y al mismo tiempo en las otras clases íbamos considerando la misma
información por otro sistema de estudio: por temas. Los Fundamentos de la Historia Bíblica fue un fascinador estudio de la
antigüedad y los pueblos de entonces; el curso sobre Actividad Ministerial nos enseñó, entre otras cosas, la manera
correcta de presentar demostraciones; y el curso sobre Doctrinas completó nuestra instrucción bíblica. Al mismo tiempo
estábamos aprendiendo el español, el francés o el portugués. ¡Qué maravilloso curso de instrucción tan equilibrado!”
Por la tarde el alumnado presentó un programa agradable de música y canciones ante 2.114 personas presentes. La
expectativa de todos los presentes era grande a causa de programas de graduación anteriores, y ciertamente no iban a
quedar desilusionados. Los graduandos pusieron en escena un drama muy emocionante de dos horas, intitulado “El modo
de obrar de Jehová es el de la victoria.” Representando al juez israelita Jefté y su lucha contra los enemigos amonitas, el
drama fue marcado con aplicaciones del día moderno, mostrando que es menester que el pueblo de Dios se apegue a su
organización bajo el Jefté Mayor, Jesucristo, para la victoria.
Al concluir el programa del día con oración por el presidente de la Sociedad, los misioneros expresaron su gran deseo
de partir para sus asignaciones en países lejanos. Estaban conscientes del interés mundial en su graduación, y ahora,
querían probarse dignos del excelente entrenamiento que habían recibido persistiendo en su obra como misioneros de las
buenas nuevas del reino de Dios.
[Fotografía de la página 22]
La cuadragésima cuarta clase de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Izquierda a derecha: Primera fila: Sotomayor, I., Shipley, M., Fair, L., Casanova, J., Alarcón, J., Kuilan, A., Dermasa, J.,
Hector, S., Feswick, N., Hahn, R. Segunda fila: Flores, M., Marks, B., James, R., Chorney, V., Bryan, S., Dorantes, C.,
Pentney, P., Waagan, N., Bolduc, M., Meisl, M. Tercera fila: Pefferman, S., Scurlock, B., Johansson, M., Johansson, E.,
James, A., Honsinger, E., Eadie,T., Brindle,E., Corkum, A. Thatcher, D. Cuarta fila: Pentney, H., Woito, M., Rainer, R.,
Naviski, E., Fredlund, G., Frdlund, L., Daeumler, H., Lehnert, A., Knapp, A. Quinta fila: Shortland, J., House, S., Herron,
R., Etoe, K., Currie, B., Beebe, A., Massier, S., Pugh, N., Matheson, C. Sexta fila: Eadie, W., Knapp, A., Sotomayor, B.,
Skidmore, W., Gustavsson, S., Werner, I., Ledbetter, D., Urban, E., Balaski, K., Drum, L., Matheson, G., Shipley, R.
Séptima fila: Englund, A., Elliott, A., Latvala, T., Gustavsson,B ., Anderson, E., Balaski, B., Baxter, S., Reatherford, H.,
Massier, R., Fair, R. Octava fila: Hector, W., Guimond, R., Brindle, L., Dehnbostel, H., Corkum, S., Brown, D., Breneman,
J., Genz, A., Mikkola, A., Thatcher, D. Novena fila: Paschal, P., Olsen, T., Oatman, T., Scurlock, C., Lilly, D., Johansson, J.,
Honsinger, W., Pefferman, M., Lindsey, C., Gruen, R., Kuilan, N. Décima fila: Siolkowski, J., Fortune,C., Beebe, J., Brock,
E., Daeumler, R., Fabian, D., Andersson, G., Marus, S., Bryan, R., Tonak, M., Quistorff, H.
*** w67 15/12 págs. 739-740 Algo que otros no tienen ***
Algo que otros no tienen

¿HAY algo en la vida que usted aprecia y que muchos otros no tienen? ¿Quizás el cariño de un cónyuge o un hijo?
¿Talentos sobresalientes? ¿O es salud robusta? ¿Vista aguda? ¿Conocimiento de varios idiomas? ¿O un nivel social
amplio y variado? De veras, cualquiera de estas cosas es una bendición para los que saben convertirla en beneficio
duradero para ellos mismos y para otros. Pocos podrían decir con veracidad que disfrutan de todas estas cosas
apreciadas.
Sin embargo, a algunas personas les llega la oportunidad cuando algún trabajo especial coincide con las capacidades
de uno para el trabajo y con el tiempo preciso para hacer el trabajo. Para los que son bendecidos con tal circunstancia,
podría decirse con mayor fuerza que tienen algo que otros no tienen.
En la esfera de cosas espirituales yacen las oportunidades mayores y más remuneradoras. Considere, por ejemplo, a
las personas que en este tiempo crítico de la historia se han mostrado anuentes a capacitarse para servir los intereses del
reino establecido de Dios y para predicar “estas buenas nuevas.” (Mat. 24:14) Han llegado a un tiempo cuando la
oportunidad para efectuar esta predicación del Reino terminará pronto. Pero aún hay tiempo, y aceptan prestamente una
asignación especial. Ciertamente tienen algo que otros no tienen.
Dando énfasis a este mismísimo asunto de tener privilegios espirituales que otros no tienen, el presidente de la
Sociedad Watch Tower, N. H. Knorr, hablando a los 102 estudiantes de la 44. a clase que se graduaba de la Escuela Bíblica
de Galaad de la Watchtower, el 10 de septiembre, ofreció excelente exhortación de despedida. El lugar fue el Salón de
Asambleas de los Testigos de Jehová en la ciudad de Nueva York con la asistencia de 2.069 personas. A continuación
publicamos unos cuantos de sus comentarios:
“Ustedes, estudiantes, realmente están viviendo en un tiempo sumamente maravilloso. Pueden tener algo que otros no
tienen. Están viviendo en los ‘últimos días’ de este sistema de cosas. Están viviendo en el tiempo cuando tienen que
predicarse las buenas nuevas del reino establecido de Dios antes de que venga el fin de este sistema de cosas. Ustedes,
102 estudiantes, de los más de tres mil millones de personas que viven en la Tierra hoy en día, tienen algo que otros no
tienen. Ni lo conseguirán ellos jamás, porque estamos demasiado avanzados en la vida de este sistema de cosas.
Ustedes se ofrecieron voluntariamente en buen tiempo. Ustedes han dicho: ‘¡Aquí estoy yo! Envíame a mí.’
“Tienen ante ustedes un privilegio singular de servicio... salir a un campo extranjero y predicar las buenas nuevas e
introducir este mensaje por primera vez en algunos países hasta que termine este sistema de cosas. Ustedes serán
enviados a treinta y cuatro diferentes países. Su servicio a Jehová Dios se debe a que lo aman y quieren servirle. Ustedes
lo aman con todo su corazón, alma y fuerzas. Ustedes tienen algo que muchos otros no tienen... la oportunidad de ir hasta
los cabos de la Tierra para predicar el Reino. Jesús predijo que se haría esto, y nos da gusto que ustedes se hayan
ofrecido en el tiempo aceptable. Adhiéranse firmemente a este privilegio de servicio; llévenlo a buen fin y Jehová los
bendecirá.”
¡Qué excelente espíritu de anuencia han mostrado los graduados de la Escuela de Galaad! Es algo que muchos no
tienen hoy en día. Al ofrecerse para este servicio ellos no preguntaron primero: ‘¿Cuáles son las condiciones de vida en
estos campos misionales?’ No, porque ellos dan más importancia a hacer la voluntad de Dios que a las comodidades
materiales. ¿Es ése su punto de vista? ¿Es así de fuerte su fe? ¿Qué está usted haciendo para aumentar sus privilegios
de servir a Dios? ¿Tiene usted el espíritu del profeta Isaías, que dijo: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí”?—Isa. 6:8.
Esos 102 estudiantes no eran novicios. No se ofrecieron por el simple deseo de la aventura. Todos eran predicadores
expertos de las buenas nuevas, pues el grupo tenía un promedio de 10,4 años de servicio dedicado. Han progresado
constantemente, y ahora, al aceptar una asignación misionaI, han dado otro paso grande hacia adelante.
Una experiencia que sirve para ilustrar esto es la de aquel joven de El Salvador que, a la edad de diez años, se
presentó para ser bautizado en símbolo de su dedicación a Dios. A los doce años de edad fue asignado a una región
aislada en la cual predicar, donde progresó de manera excelente y ayudó a otros a llegar a ser siervos de Dios. Ahora, en
1967, a la edad de veinticuatro años, se halla preparado para salir a una asignación misional en Honduras después de
veinte semanas de entrenamiento misional especial. Ciertamente tiene algo que otros no tienen.
No todos los cristianos pueden ser misioneros, es verdad. Pero, ¿tiene usted el espíritu de misionero, este vivo deseo
de aprovecharse de las oportunidades para ensanchar el alcance de su servicio del reino de Dios? ¿Qué está usted
haciendo para poder disfrutar con el tiempo de privilegios y tesoros espirituales que otros no tienen? ¿Puede usted
ofrecerse para la predicación de tiempo cabal en su propia ciudad o país?
Por supuesto, todos los que se han ofrecido voluntariamente y han seguido el ejemplo del Señor Jesucristo, aunque no
pueden participar en la actividad de predicación de tiempo cabal, han llegado a poseer algo que otros no tienen. Considere
el asunto de la paz y la unidad, por ejemplo. En relación con esto, los que asistieron a la graduación de esta 44. a clase de
la Escuela de Galaad oyeron algo interesante de parte de F. W. Franz, vicepresidente de la Sociedad Watch Tower, en
cuanto a su visita reciente a tierras bíblicas. Habló en cuanto a una singular asamblea internacional de testigos cristianos
en la sección antigua de Jerusalén, el 6 de agosto. A pesar de existir a su alrededor odios internacionales intensificados
por la reciente guerra árabe-israelí, los testigos cristianos de Jehová de descendencia judía y árabe se reunieron
pacíficamente para oír la discusión de la Palabra de Dios. Se tradujeron los discursos al árabe y al hebreo. El entero
auditorio de 176 personas ciertamente disfrutó de algo que sus vecinos no tienen.
¡Lo que tienen es lo que esos 102 graduados de Galaad quieren compartir al dispersarse hasta los cabos de la Tierra!
Adondequiera que vayan, encontrarán esta paz, amor y unidad incomparables entre los que ya han aceptado el mensaje
del reino de Dios, y servirán para llevarlo a multitudes de personas que anhelan conocer a Dios y aprender la manera de
agradarlo. Sí, esos misioneros tienen algo que otros no tienen.
*** w68 15/5 pág. 318 La Escuela de Galaad gradúa a 101 marcadores auxiliares ***
La Escuela de Galaad gradúa a 101 marcadores auxiliares

EL DIA de graduación para los 101 estudiantes de la clase cuarenta y cinco de la escuela misional de Galaad fue el 10
de marzo de 1968, día que nunca olvidarán. Dirigiendo la palabra a ellos, así como a un auditorio de unos 2.000 amistades
y parientes de los estudiantes, el vicepresidente de la Sociedad Watch Tower identificó a los estudiantes como marcadores
auxiliares.
Recurriendo a la profecía del capítulo noveno de Ezequiel, que predijo que se pondría una marca en las frentes de las
personas que “están suspirando y gimiendo por todas las cosas detestables que se están haciendo,” F. W. Franz dijo que
los estudiantes son personas marcadas que estarían saliendo a ayudar a marcar a otros. La marca que se pone en la
frente no es meramente un aprecio intelectual de la Palabra de verdad de Dios, comentó él. Es marca que identifica a uno
como cristiano. Es evidencia de una personalidad cristiana. El vicepresidente fue solo uno de varios que dirigieron la
palabra ese día a la clase cuarenta y cinco de Galaad.
El presidente de la Sociedad Watch Tower, N. H. Knorr, en su discurso de admonición, el último de varios en el
programa, instó a los estudiantes a no olvidar el voto que habían hecho de hacer la voluntad de Dios. “Ha habido personas
que han dejado la organización de Dios por completo,” dijo él, “que con el tiempo olvidaron lo que antes creían. Olvidaron
a Dios.”
“Ahora que ha terminado su período escolar,” dijo él, “no es el fin, sino el principio.” Concluyó por medio de decir:
“Ustedes tienen un privilegio maravilloso. No deben olvidar lo que han aprendido ni su voto a Dios de hacer su voluntad.”
Al terminar el presidente Knorr su admonición a la clase, los estudiantes subieron en fila al escenario y recibieron de él
individualmente un sobre que contenía, en casi todo caso, un diploma. Para recibir un diploma fue necesario alcanzar
ciertas normas escolásticas. El sobre también contenía una foto de la clase cuarenta y cinco y un poco de dinero para
ayudarlos con sus gastos personales. Cuando el último graduado se dirigió a su asiento, un aplauso atronador se levantó
del auditorio.
Un representante del grupo que se graduaba luego le presentó una carta de aprecio al presidente de la Sociedad, la
cual leyó para que todos oyeran. En ella los graduados le dieron gracias a la Sociedad por el excelente entrenamiento que
habían recibido durante los pasados cinco meses. Declararon que ahora tenían un concepto de la organización de Jehová
y aprecio de ella más allá de lo que habían esperado. También les parecía que la Biblia ahora tenía para ellos nuevas
dimensiones. La lectura de esta expresión de aprecio no le puso fin al programa del día. Habría más esa tarde.
Les ocasionó gozo a todos los presentes cuando varios graduados presentaron diferentes números musicales, todos
espléndidos, entre ellos canciones en español muy animadas cantadas por un grupo de graduados que habían estudiado
el español en la escuela.
Intercalada entre estos números musicales hubo una escena que estimuló a pensar, pues, se vio cómo procedieron
varios estudiantes para cumplir su asignación de hacer una demostración en la sala de clase que mostrara cómo es
provechoso todo el libro de Primera a los Corintios. Después de una discusión se decidieron a dramatizar una escena
hipotética en la congregación corintia del primer siglo. En ésta se mostró la manera en que la carta de Pablo, entre otras
cosas, trató el asunto de divisiones en la congregación, aconsejó acción contra un miembro inmoral de la congregación y
dio consejos a los que tenían cónyuges incrédulos. Diestramente lograron que el auditorio captara el punto principal: que
los principios en la Biblia nos son provechosos a todos.
La parte del programa de la tarde que más resaltó fue una dramatización en trajes de la época muy impresionante de
escenas en la vida de la hija de un juez del antiguo Israel, el juez Jefté. Fue un drama conmovedor, sí, emocionante, e
inspirador de la fe, una presentación del todo deleitable.
Terminado el drama, toda la clase subió al escenario y cantó una canción de despedida muy afectuosa. Entonces el
presidente de la Sociedad, al hacer sus observaciones de conclusión, les exhortó a “seguir en esta obra excelente.” Con
su oración final llegó a su fin este magnífico programa de graduación de la clase cuarenta y cinco de Galaad.
*** g68 8/6 págs. 17-24 Proclamadores de paz a las naciones ***
Proclamadores de paz a las naciones

CUANDO Jesucristo estuvo en la Tierra envió setenta discípulos, con la instrucción de decirle a la gente: “El reino de
Dios se ha acercado a ustedes.” (Luc. 10:1-9) Después de su resurrección de entre los muertos, él dio a sus apóstoles la
instrucción de extender su proclamación de verdades cristianas a todas las naciones, al decirles: “Por lo tanto vayan y
hagan discípulos de gente de todas las naciones.” —Mat. 28:19.
Varios años más tarde el apóstol Pablo y Bernabé fueron enviados por dirección del espíritu santo a proclamar el
mensaje pacífico del cristianismo a personas que vivían fuera de las provincias romanas donde Jesús había predicado.
(Hech. 13:2-4) Pablo fue hasta Roma y posiblemente hasta España al efectuar esta obra bajo comisión divina. Las buenas
nuevas que predicó acerca del Príncipe de Paz y el reino de Dios eran para toda clase de persona. Hoy es igual.
Ahora que nos acercamos al fin del sistema actual de naciones políticas y el tiempo para que el reino de Dios bajo el
Príncipe de Paz introduzca una nueva era de paz, es especialmente oportuno enviar proclamadores de ese reino a las
naciones del mundo. Cada año desde 1943 la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower ha estado haciendo
precisamente eso.
El 10 de marzo de 1968 se graduó la cuadragésima quinta clase de estudiantes entrenados por esta escuela. Sus 101
graduados fueron enviados a proclamar las buenas nuevas del reino de Dios a la gente de treinta y cuatro países. Durante
la semana que siguió a su graduación cuarenta y nueve de ellos ya viajaban por avión a los varios países a los cuales se
les enviaba.
Veintisiete de los graduados fueron asignados a ocho países africanos, trece a cuatro países del Extremo Oriente,
dieciséis a siete países de Europa y cuarenta y cinco a quince países en las Américas del Norte, Central y del Sur. En
todos estos países proclamarán la esperanza cristiana de paz mundial, una paz que el gran Creador del hombre ha
prometido establecer por medio de su reino bajo el Príncipe de Paz, Jesucristo.
De muchos países
Los estudiantes habían sido traídos a Brooklyn, Nueva York, donde está ubicada la Escuela de Galaad, desde once
países. Todos habían estado dedicando su tiempo cabalmente al ministerio cristiano como testigos de Jehová por lo
menos por los pasados dos años. El número de años en que habían estado activos como testigos de Jehová era, como
promedio, 8,9, y la edad media de los estudiantes era de 25,8 lo cual significa que algunos de ellos ni siquiera habían
nacido cuando comenzó la Escuela de Galaad en 1943. Veinticinco de la clase eran hombres solteros, treinta y cuatro eran
jóvenes solteras y los demás eran parejas casadas. Todos ellos están plenamente dedicados al servicio de su Creador.
El 23 de octubre de 1967 los estudiantes comenzaron su curso escolar en un ambiente de excitación en sus nuevos
alrededores. No pasaron muchos días antes de que estuvieran cómodamente ajustados a la rutina diaria de la escuela,
que tenía un muy intenso horario de estudio para ellos.
Habían venido a la escuela con la actitud expresada por el profeta Isaías, quien dijo: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí.”
(Isa. 6:8) Como se pudiera esperar, la expectativa los dominaba en la noche del 25 de diciembre de 1967, cuando el
presidente de la Sociedad Watchtower los llamó uno por uno a la plataforma delante de un auditorio de casi 1.000
personas y les dio a cada uno su asignación para el extranjero. Aquella noche a muchos se les hizo difícil dormirse
temprano, porque pensaban acerca del país al cual iban. Desde entonces en adelante, todo lo que cada uno aprendía lo
aprendía pensando en aquel país.
El plan de estudios
Como bien se puede imaginar, el plan de estudios de Galaad estaba diseñado para preparar a los estudiantes para la
obra cristiana que estarían haciendo en sus asignaciones extranjeras. Ya tenían buena base para esta obra por haber
estado participando en el ministerio cristiano de tiempo cabal antes de venir a Galaad.
El plan de estudios se divide en cuatro partes de cinco semanas cada una, lo cual permite que haya dos clases al año.
Como se hizo con las otras clases, la clase cuadragésima quinta fue dividida en cuatro grupos de estudiantes; dos grupos
asistían a la escuela en la mañana y los otros dos en la tarde. La mitad del día la pasaban los estudiantes en asignaciones
de trabajo en el gran establecimiento de imprenta de la Sociedad Watchtower.
Durante las cuatro partes del plan de estudio los estudiantes consideraron la Biblia completa, sus sesenta y seis libros,
examinándola casi toda capítulo por capítulo y una gran porción versículo por versículo. Prepararon informes para
consideración versículo por versículo en clase, utilizando la bien surtida biblioteca bíblica de la escuela. También tuvieron
discusiones y sesiones de foro sobre doctrinas bíblicas fundamentales, además de un estudio de la historia bíblica.
¿Qué efecto tuvo esta inmersión en tópicos bíblicos por cinco meses? Amplió su entendimiento de la Biblia y reforzó su
comprensión y aprecio de sus verdades. Para cuando se graduaron estaban mucho mejor preparados para ser
proclamadores y maestros de la Palabra de verdad de Dios que cuando vinieron a Galaad. Un estudiante hizo notar que
ahora se siente mucho más capacitado para usar la Biblia en su ministerio. Otro dijo que la Escuela había aumentado
grandemente su aprecio a la organización terrestre de Dios.
Un curso intensivo de idiomas dio a la mayoría de ellos un conocimiento básico del idioma que se habla en los varios
países a los cuales se les asignó. El español, el portugués, el francés y el chino se enseñaron. Cada semana se dedicaron
once horas de instrucción en la sala de clase al estudio del lenguaje y otras nueve horas a tareas con el lenguaje después
de las horas de clase.
En la graduación de ellos, W. R. Wilkinson, uno de los instructores de la escuela, comparó su consumo de alimento
espiritual en Galaad con comer alimento material. Tal como una persona que está a la mesa con otros se sirve y pasa el
alimento a otros, dijo él, así los graduados debían hacer con el alimento espiritual que habían adquirido en Galaad. U. V.
Glass, otro instructor, los instó a mantener fuerte su esperanza de lograr la libertad de los propios hijos de Dios.
También hablando acerca de la obra misional que habían de hacer, el registrador de la escuela, E. A. Dunlap, les dijo
que eran administradores y mayordomos de la bondad inmerecida de Jehová. Así como el apóstol Pablo mantuvo su
mayordomía mientras estuvo entre personas extrañas, dijo él, ellos querrán hacer lo mismo.
Las aproximadamente 2.000 personas presentes en la graduación de ellos observaron con interés intenso mientras
ellos subieron a la plataforma y recibieron del presidente de la Sociedad Watchtower, Natán Knorr, un sobre que, en la
mayoría de los casos, contenía un diploma. Al darlo a cada graduado, él anunció a dónde iba esa persona, y el auditorio
respondió con aplausos de felicitación.
Todos los graduados de esta clase cuadragésima quinta se han unido ahora al número creciente de los que han sido
alumnos de la Escuela de Galaad. Se han llevado preciosos recuerdos que les servirán como fuente de estímulo al cumplir
su misión como proclamadores de paz a las naciones.
[Fotografía de la página 24]
La cuadragésima quinta clase graduada de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Guerrero, M., Hart, E., Ramseyer, J., Sharman, M., Barker, P., Rittenhouse, V., Pyle, S., Petras, R., Birtles, P., Kopsies,
S., Johnson, Y., Lucas, J., Lee, A. (2) Large, V., Hubbard, C., Latimer, L., Parr, C., Poling, B., Lee, J., Wax, J., Williams, K.,
Zwiep, M., Zwiep, M., McMillan, L., Carr, M., Yasovsky, S. (3) Kalwat, B., Sokollek, A., Schöche, B., Rodriguez, P., Robison,
G., Johansson, L., Clear, R., Ritchie, L., Redman, L., Levine, C., Koltzau, D., Verbrugge, R. (4) Graf, R., Vetrovsky, L.,
Verbrugge, G., Shirton, L., Rodriguez, F., James, P., Renoldner, A., Ramseyer, H., Pröpstl, G., Hart, R., Powell, R., Froyd,
L., Cochrane, M. (5) Reams, C., Jorgensen, A., Nelson, J., Kopsies, L., Lucas, J., Hiltbrand, F., Skarda, J., Yasovsky, W.,
Stanfield, J., Clark, I., Callaway, G., Barker, J., Karlsson, B. (6) Cone, G., Sotelo, A., Sharman, F., Powell, R., Petras, T.,
Nylund, J., Johnson, M., Neuhardt, J., McMillan, D., Little, D., Lewis, J., Lesky, P. (7) Cormican, H., Genrich, C., Fierke, H.,
Williams, D., Koch, B., Danielsson, R., Rittenhouse, W., Pröpstl, H., Hauck, O., Arthur, C., Alderman, R., Bohannan, A.,
Bretzke, F. (8) Parr, R., Pohl, H., Birtles, B., Latimer, T., Fynn, R., Ward, R., Kratt, I., Renoldner, J., Wax, S., Teichmann, R.,
Petrovic, P., Lea, E.
*** w68 15/11 págs. 701-702 Misioneros animados a reflejar cualidades piadosas ***
Misioneros animados a reflejar cualidades piadosas
“¿QUE ven ustedes cuando miran en un espejo?” Esta pregunta estableció el tema del discurso que N. H. Knorr, el
presidente de la Sociedad Watch Tower, pronunció en la mañana del 8 de septiembre de 1968. La ocasión era la
graduación de la clase 46 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower en la ciudad de Nueva York.
Sosteniendo en alto un espejo grande, el presidente preguntó al auditorio de 2.045 personas qué podían ver cuando
miraban en él. Sería el reflejo de ellas. Pero ese reflejo sería solo el de la apariencia física, o externa, de uno. No revelaría
lo que la persona verdaderamente era en lo interior.
Entonces, el presidente levantó una Biblia abierta y preguntó: “¿Qué ven ustedes cuando miran en este espejo?”
Cuando uno mira en este libro, ¿se ve? Al leer la Biblia, escuchamos a Jehová Dios hablarnos. Así veremos lo que Jehová
exige de nosotros y podemos comparar lo que verdaderamente somos con las normas de Dios. ¡Cuánto mejor se puede
ver un cristiano cuando mira con cuidado en la Palabra de Dios que cuando mira en un espejo literal! El auditorio apreció
esta excelente ilustración.
Usando el libro de Santiago, el capítulo 1, se señaló que si un individuo es solo un oidor de la Palabra de Dios, pero no
un hacedor de ella, entonces “éste es semejante al hombre que mira su rostro natural en un espejo. Pues se mira, y se va
e inmediatamente se olvida qué clase de hombre es.” (vs. 23, 24) Pero el que persiste en mirar con cuidado en la ley
perfecta de Dios y que toma en serio su consejo cambiará su personalidad de modo que se conforme a la ley de Dios.
Entonces este individuo, “por cuanto se ha hecho, no un oidor olvidadizo, sino un hacedor de la obra, será feliz al hacerla
él mismo.”—v. 25.
Este consejo fue especialmente apropiado para los noventa y nueve misioneros a quienes se enviaba a otros países
después de su entrenamiento en la Escuela de Galaad. Se les recordó que su apariencia física no es lo que cuenta para
Dios, porque “Dios no se rige por la apariencia exterior del hombre.” (Gál. 2:6) Mucho más importante es la apariencia que
presentan cuando se les compara con la Palabra de Dios. Puesto que estos misioneros estarán llevando las verdades de
las Escrituras inspiradas a personas de otros países, es vital que dejen que la gente vea lo que verdaderamente son, que
sostengan a Dios y su Palabra y vivan por sus leyes.
Después de este discurso, los graduandos recibieron sus diplomas, y se anunció el país adonde sería enviado cada
uno para que lo supiera el auditorio. En total, los noventa y nueve graduandos habían venido de ocho países y serían
enviados a treinta y dos diferentes tierras, la mayoría de las cuales están en la América latina y el Africa.
Antes de esto, el vicepresidente de la Sociedad, F. W. Franz, mostró que el aliento o respiración literal de una persona
da evidencia de su condición física o emocional o de lo que ha tomado por su boca, de modo que lo que una persona
figurativamente ‘respira,’ es decir, aquello a que da salida, es evidencia de su personalidad, o su yo más interno. (Pro.
20:27) Se hizo referencia al capítulo 9 y el versículo 1 de Hechos, donde se relata que Saulo ‘respiraba amenazas y
asesinato contra los discípulos del Señor.’ Pero después de convertirse al cristianismo, éste llegó a ser el apóstol Pablo y
expresó declaraciones que resultaron en beneficio para otros.
El vicepresidente señaló que los que inhalan la atmósfera de este mundo inicuo bajo Satanás reciben influencia para
exhalar o respirar lo que resulta en daño para otros. Pero los que continúan adquiriendo conocimiento de Dios y
aplicándolo en su vida reciben influencia para obrar lo que resulta en bien para otros. Lo que ‘respiren’ será un aliento de
amor, paz, misericordia y un deseo de salvación para muchos. Los misioneros, y otros, al exhalar o respirar las buenas
nuevas del reino de Dios recibirán el favor de Dios y serán bendecidos con el aliento literal de vida para siempre en el
nuevo sistema de Dios.
Después de un intermedio para la comida del mediodía, el programa de la tarde incluyó selecciones musicales y una
sobresaliente consideración del tema “Cuando habla la experiencia, ¿escucha usted?” Las experiencias edificadoras de
hermanos y hermanas cristianos de más edad sirven de gran estímulo a los más jóvenes cuando éstos contemplan
efectuar obra de tiempo cabal como la actividad misional, o trabajo en hogares Betel como el que aloja a la central de la
Sociedad Watchtower en Nueva York.
Después de esto, el programa concluyó con una electrizante dramatización del tema “Manténgase animoso confiando
en Jehová.” Se dio énfasis al hecho de que hoy día, como en el pasado, el pueblo de Jehová puede tener confianza plena
en que lo que Jehová ha prometido sucederá sin falta. Se pintó vívidamente la fe que el profeta Daniel tuvo en las
promesas de Jehová durante el reinado del rey Belsasar de Babilonia. Después de este drama inspirador los ejercicios de
graduación terminaron con un cántico final y una oración. Los que asistieron expresaron profundo aprecio por la
información verdaderamente edificadora que ayuda a fortalecer a los cristianos para la obra del futuro.
*** w69 15/5 pág. 318 La siega espiritual de Galaad ***
La siega espiritual de Galaad

“NOS acercamos a una siega final,” señaló F. W. Franz, vicepresidente de la Sociedad Watch Tower, la mañana del
domingo 9 de marzo de 1969. El acontecimiento era la graduación de la clase 47 de Galaad, la escuela misional de la
Sociedad. Los noventa y siete graduandos, y más de dos mil de sus amigos y parientes que se reunieron para este día
especial, se preguntaban a qué siega final se refería el conferenciante y en qué sentido estaban envueltos ellos
personalmente.
Las respuestas vinieron rápidamente. El dinámico conferenciante citó Jeremías 8:20: “¡Ha pasado la siega, se ha
acabado el verano; pero en cuanto a nosotros, no hemos sido salvados!”
Haciendo la aplicación espiritual, mostró que la cristiandad no ha producido la espiritualidad que pudiera permitir que se
le conservara con vida en el futuro. En contraste gozoso, la cosecha espiritual que hoy está efectuándose entre los
testigos de Jehová ha sido abundante, como se indica en Amós 9:13. (Lev. 26:3-5) Porque la obra de los cosechadores
cristianos espirituales contó con la bendición de Dios, el resultado ha sido una gran cantidad de fruto. Así cuando viene la
destrucción final en la guerra del Armagedón, los que tienen esta espiritualidad abundante serán salvados para entrar en el
nuevo orden.
El punto sobresaliente del día fue el discurso que pronunció N. H. Knorr, el presidente de la Sociedad, intitulado “La
implantación de la palabra.” Se basó en Santiago 1:21, que dice: “Desechen toda suciedad y esa cosa superflua, la
maldad moral, y acepten con apacibilidad la implantación de la palabra que puede salvar sus almas.”
“Esta implantación de la palabra no solo debe hacerse en las personas de afuera, ha de hacerse en nosotros mismos.”
Esto es importante, recalcó él, porque querrá decir la salvación de nuestra vida.
Con demasiada prisa terminó el día agradable, y llegaron a su fin el último cántico y oración. Pero tanto los estudiantes
como los visitantes habían sacado gran provecho del acontecimiento especial. Todos estaban resueltos a dejar que la
palabra se arraigara aun a mayor profundidad en su corazón y a participar a grado cabal en la siega espiritual ahora para
poder disfrutar eternamente de las abundantes bendiciones de Dios.
*** g69 22/6 págs. 24-26 Misioneros que saben con qué propósito se les entrenó ***
Misioneros que saben con qué propósito se les entrenó

“ME ALEGRO mucho de estar entre ustedes, y con gusto espero el entrenamiento de la escuela de Galaad,” fueron las
palabras de conclusión de un ministro de veinticuatro años procedente de Dinamarca.
La ocasión de estos comentarios fue la noche del 21 de octubre de 1968, cuando los noventa y siete nuevos
estudiantes de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower se presentaron personalmente a más de ochocientos
miembros del personal de la Sociedad Watchtower Bible and Tract en Brooklyn, Nueva York. Fue una noche emocionante,
una que marcó el comienzo de otra clase de esta escuela especializada. Al graduarse, los estudiantes irían a muchos
países como misioneros e instruirían a otros con la Biblia.
Estos misioneros serían muy diferentes del misionero típico de la cristiandad, acerca del cual Newsweek dijo: “El da
testimonio de su fe no por tratar de convertir [a otros] a la creencia verdadera, sino por ayudarlos materialmente.”
En contraste, en cada día escolar se dio énfasis ante los estudiantes de Galaad al verdadero propósito de su
entrenamiento... ayudar a otros a aprender las verdades bíblicas que pueden resultar en vida eterna. (Juan 17:3) Es
verdad que muchas personas de los países a los cuales ellos serían asignados podrían necesitar pan y otras cosas
materiales. Jesús sabía que así sucedería. Sin embargo, él no comisionó a sus verdaderos seguidores a ser misioneros
médicos ni consejeros técnicos, sino maestros de la verdad dadora de vida, hacedores de discípulos.—Mat. 24:7; 28:19,
20.
Día de graduación
La culminación del entrenamiento especializado que se dio a estos estudiantes misionales vino en el día de la
graduación, el 9 de marzo de 1969. Las 2.155 personas que se reunieron para los ejercicios de graduación que se
celebraron en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en Queens, Nueva York, se alegraron por la soleada
mañana de aquel día.
N. H. Knorr, presidente de la Sociedad Watchtower, explicó que los estudiantes habían venido de once diferentes
países, que iban a servir en veintisiete países, aunque la mayoría de ellos permanecerían en Nueva York hasta e inclusive
el 13 de julio para asistir a la asamblea internacional de los testigos de Jehová en el Estadio Yanqui. Se habían preparado
para sus asignaciones extranjeras por medio de estudiar francés, japonés, portugués o español. Pero puesto que el
propósito de su entrenamiento era dar instrucción bíblica, habían dedicado muchas horas a estudiar los sesenta y seis
libros de la Biblia.
Uno de los instructores de la clase, W. Wilkinson, hizo comentarios de despedida que tuvieron como centro el uso que
da la Biblia a la palabra “puerta.” Llamó atención al hecho de que los estudiantes ya habían pasado por muchas “puertas,”
la puerta de la fe cuando alguien estudió la Biblia con ellos, la puerta del Salón del Reino donde aprendieron a expresar o
enseñar las verdades bíblicas y la puerta abierta a Galaad donde crecieron espiritualmente. (Hech. 14:27; Col. 4:3; 2 Cor.
2:12) Ahora, si pasaban por la gran puerta que llevaba a la actividad como misioneros, dijo él, podrían ayudar a otros a
pasar por “este siclo de puerta en puerta.”—1 Cor. 16:9.
U. V. Glass, instructor de Galaad, habló después y ofreció selectos comentarios sobre la importancia de prestar
atención a los detalles. Comparando el “ser completo en su ministerio” a un excelente automóvil, hizo resaltar el hecho de
que algunos fabricantes han tenido que hacer volver a la fábrica automóviles nuevos para rectificar diseño defectuoso o
para reemplazar partes que cederían bajo la tensión del uso. Al prestar atención a los detalles de sus cualidades
cristianas, mostró él, estos misioneros pueden aguantar tiempos de tensión y tendrán “viaje seguro en la carretera que
lleva a la vida eterna.”
Después, el registrador de la escuela, E. A. Dunlap, señaló que al principio el trabajar en un país extranjero puede ser
atractivo, pero que más tarde pudieran desarrollarse problemas. Les recordó que pueden aguantarlos si “recuerdan la
recompensa” que Dios da, porque Jehová paga con abundancia.—Heb. 11:6.
Dando énfasis a otro aspecto, Max Larson, superintendente de la fábrica de la Sociedad en Brooklyn, habló acerca de
la “casa espiritual” que los misioneros deben edificar. No deben poner en primer lugar los intereses personales. Declaró
que los conflictos de personalidad, los problemas con el horario del hogar misional o el alimento y las tentaciones a hacer
lo malo pueden ser vencidos si ponen en primer lugar los intereses del Reino, edificando así una casa espiritual más
fuerte. George Couch, quien superentiende el hogar Betel donde vivieron los estudiantes, ilustró el gozo que recibirían los
misioneros en sus asignaciones, comparándolo con el gozo de un cultivador durante la siega.
Para deleite de todos los presentes, M. G. Henschel leyó telegramas y mensajes procedentes de varios lugares. El
personal de la sucursal de la Sociedad en el Japón envió una “bienvenida desde el corazón” al grupo misional que iría a
ese país. “Calurosa bienvenida espera a los cuatro asignados a Tailandia” fue otro saludo. Hubo hasta un gracioso
mensaje de “congradulaciones” a los graduados de parte de “los trabajadores nocturnos del Betel de Brooklyn,” que viven
en el mismo edificio en que vivían los estudiantes, pero a quienes no siempre veían debido a la diferencia de horario.
El vicepresidente de la Sociedad presentó profundos puntos bíblicos acerca de la obra de pastoreo y siega espiritual de
los misioneros. Consideró Isaías 61:5, mostrando que hay “extraños” y “extranjeros” ayudando a los israelitas espirituales
como ‘pastores’ y “viñadores.” Los estudiantes son de esta clase que suministra ayuda, con la esperanza de vivir para
siempre en la Tierra, dijo él.
La culminación de la serie de discursos fue una conferencia provocadora de pensamiento pronunciada por el
presidente de la Sociedad. El usó la parábola de Jesús registrada en Mateo 13:18-23 para dar énfasis al hecho de que los
misioneros deben dejar que las ‘raíces’ de la verdad bíblica penetren profundamente en sus corazones. Deben ‘captar el
sentido de ella’ si quieren ser ministros productivos y perseverantes, y si quieren llevar fruto abundante. Y definitivamente
todos los graduados quieren hacer esto, porque ése era el propósito mismo de su entrenamiento.
En la tarde los estudiantes demostraron sus talentos musicales. El instructor de japonés, quien también era estudiante,
cantó dos canciones en su rica voz de barítono, una en japonés y la otra en inglés. Estudiantes que formaron una pequeña
orquesta y un grupo coral completaron la porción musical; todas las selecciones se tomaron del cancionero que usan los
testigos de Jehová.
El auditorio esperaba que los estudiantes presentaran un drama bíblico, como lo han hecho otras clases en el pasado.
¡Cuán emocionados quedaron al tener, no un solo drama, sino dos! El primero fue una intensamente conmovedora
representación de la ilustración que dio Jesús de un joven que se extravió, frecuentemente llamada “El hijo pródigo.” (Luc.
15:11-32) Entonces vino el drama “Muestre respeto a los nombramientos de Jehová,” que sacó puntos de los relatos
bíblicos en que estuvieron envueltos David, Saúl y Abigaíl. Todos pudieron ver el valor de la aplicación moderna, que tiene
que ver con la actitud de uno para con los siervos nombrados de la congregación.
No hay duda alguna de que los misioneros que se graduaron podrán recordar su memorable día de graduación como
un día que les suministró excelente información acerca del propósito de su entrenamiento... ayudar a otros a conocer y
servir a Jehová con vida eterna en mira.
[Fotografía de la página 24]

En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Alvarez, P.; Mizusaki, T.; Nako, S.; Fukuhara, A.; Bachman, A.; Harada, K.: Kinoshita, R.; Odle, J.; McDaniel, N. (2)
Tost, M.; Morris, G.; Hunter, P.; Gibson. A.; Reed, B.; Tate, L.; Martin, V.; Pfannkuche, L.; Darner, K.; Wildig, J. (3)
Kirkpatrick, M.; Sellas, J.; Alvarez, R.; Mijo, M ; Terleski, S.; Wright, J.; Ament, H.; Ruiz, A.; Valtersson, R. (4) Speaks, M.;
Kavesos, S.; Nako, T.; Pfannkuche, J.; Pearce, J.; Ostman, Y.; Nichols, A.; Mizusaki, A.; Nielsen, I.; Gates, M.; (5) Coleman,
M.; Arias, P.; Fukushima, J.; Tost, M.; Bachman, C.; Evans, M.; Fone, M.; Tutty, P.; Canales, D.;(6) Ruiz, B.; Coleman, A.;
Sharp, S., Nichols, B.; Steven, C.; Fukushima, M.; Gibson, J.; Moskal, E.; Shaw, L.; Terleski, M. (7) Morris, A.; Steven, L.;
Hunter, W.; Sellas, J.; Widell, J.; Andersen, G.; Bäuchle, D.; Bint, G.; Knowles, R.; Darner, P. (8) Koenig, L.; Nielsen, A.;
Dunkerton, H.;........ Odle, J.; Pearce, B.; Fone, N.; Ament, T.; Cotton, P.; Östman, H. (9) Evans, P.; Latham, T.; Svensson,
J.; Shaw, C.; McDaniel, V.; Martín, D.; Selby, W.; Tripp, M.; Wursch, A.; Moskal, E. (10) Sharp, D.; Bolman, J.; Ireland, D.;
Wright, M.; Wildig, C.; Pedersen, H.; Tate, H.; Whitlatch, R.; Kavesos, E.; Reed, P.

*** w70 15/5 págs. 318-319 Persistan en “El Camino,” se les aconsejó a los misioneros ***
Persistan en “El Camino,” se les aconsejó a los misioneros
ENTRE las personas más felices en la ciudad de Nueva York la mañana del 8 de marzo de 1970 estuvieron más de dos
mil testigos cristianos de Jehová. ¿Por qué? Porque tenían el privilegio de asistir a la graduación de la clase cuarenta y
ocho de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower que se celebraba en el Salón de Asambleas de los Testigos de
Jehová.
El programa empezó a las 10 de la mañana y lo presidió N. H. Knorr, que es presidente de la escuela y también de la
Sociedad Watch Tower. Después de oírlo pronunciar unas palabras cordiales de bienvenida, y de participar juntos en
cántico y oración, escucharon atentamente una serie de discursos breves pronunciados por los que habían tenido la
superintendencia de los misioneros durante los seis meses anteriores, fuera como instructores o en otra calidad. T. Galfas
hizo notar que, así como el venir Jesús a la Tierra mostró gran amor, estos misioneros podrían mostrar amor en la
actualidad al servir en países extraños y lejanos. U. Glass les dijo a los misioneros que, al hallarse frente a un problema
serio, deben copiar el ejemplo del rey David y fortalecerse en Jehová y consultar con los que están en condiciones de
ayudarlos, como los siervos de sucursal y otros.
E. Dunlap recalcó la importancia de ser leales en su asignación, mientras que M. Larson llamó atención a varios puntos
análogos entre los misioneros y el uso que el constructor hace del dibujo de ejecución, uno de los cuales es la necesidad
de seguir cuidadosamente las instrucciones. Entonces G. Couch les recordó a los misioneros que como resultado de su
entrenamiento ahora tienen una llave excelente de conocimiento y que deben usarla con paciencia al enseñar a otros.
Entonces M. Henschel leyó muchos mensajes de saludos enviados de diferentes partes de la Tierra a los estudiantes.
Después F. W. Franz, vicepresidente de la Sociedad Watch Tower, pronunció su discurso. Aclaró varios puntos
relacionados con profecías de la Biblia que están por cumplirse. Dio énfasis en particular a la urgencia de ayudar a los que
aman la verdad a huir ahora de Babilonia la Grande, el imperio mundial de religión falsa, puesto que Revelación 18:4
muestra que cuando las plagas destructivas enviadas por Dios den contra ella, será demasiado tarde para huir.
N. H. Knorr pronunció el discurso principal de la mañana, discurriendo sobre el tema “El Camino.” Hizo notar que
actualmente hay dos caminos entre los cuales la gente puede escoger. Hay el camino del mundo, que es el camino del
Diablo. Los cristianos dedicados han escogido andar por el camino correcto, el camino de Jehová. Es posible disfrutar de
la vida a grado cabal andando por ese camino. Para conseguir vida eterna hay que seguir andando por ese camino.
El conferenciante entonces mencionó que Jesucristo había abierto El Camino. Él anduvo por el camino y de la manera
que su Padre celestial quería que anduviera, y era un camino basado en el amor. Dios, mediante su Palabra y por
publicaciones tales como La Atalaya, ayuda a los cristianos hoy a andar por Su camino, como Él mismo dice: “Tus propios
oídos oirán una palabra detrás de ti que diga: ‘Este es el camino. Anden en él,’ en caso de que ustedes se fueran a la
derecha o en caso de que se fueran a la izquierda.”—Isa. 30:21.
Jehová Dios se interesa en la gente; ama a la gente, recalcó el presidente de la Sociedad en seguida. Es por eso que
Dios dio la verdad a los hombres y les mostró el camino por el cual andar. Al prestar más que la acostumbrada atención,
los cristianos no se desviarán a la derecha ni a la izquierda.
Los cristianos deben ser del mismo parecer que los salmistas que repetidas veces se refieren al camino de Jehová. Y
el conferenciante comentó de modo especial sobre el ruego que se halla en Salmo 119:37: “Haz que mis ojos pasen
adelante para que no vean lo que es inútil; consérvame vivo en tu propio camino.” Entonces preguntó: “¿Hacemos eso?
¿O permitimos que nuestra cabeza se dirija hacia todo lo que es inútil, a las cosas inicuas que se presentan por la
televisión,” y por otros conductos? Es fácil desviarse del camino, advirtió, y puede que esto sea especialmente cierto en
sus asignaciones en el extranjero. Aseguró a los misioneros que la organización entera siempre está lista para ayudarlos,
y al concluir les instó: “Procedan justamente como lo hizo Jesús. Ustedes están en el mundo pero no son parte de él . . .
Recuerden: ‘Este es el camino. Anden en él.’”
Después de su discurso, N. H. Knorr dio a cada misionero un sobre que contenía la fotografía de la clase, un regalo de
la Sociedad y su diploma si lo merecían. Entonces se leyó una resolución en la cual los estudiantes expresaron su
agradecimiento por el entrenamiento que habían recibido y su determinación de ser fieles en lo que se les había
encomendado.
Hubo un intermedio y entonces se reanudó el programa. Entre las cosas selectas que el auditorio oyó y vio estuvo un
excelente programa musical de hermosas canciones en seis idiomas; un drama bíblico conmovedor y extraordinariamente
hermoso; informes del excelente progreso que se está logrando en algunos de los países a los cuales irían los misioneros
y una canción que ellos habían compuesto especialmente para esta ocasión. Entonces los presentes cantaron juntos, y el
presidente de la escuela terminó el programa con oración sincera.
*** g70 8/6 págs. 21-24 ¡Conozca a los estudiantes de la clase 48 de Galaad! ***
¡Conozca a los estudiantes de la clase 48 de Galaad!

“¡MARAVILLOSO! ¡Fantástico!” “¡Magnífico!” “¡Indescriptible y deleitable!” “¡Es la mejor educación que un predicador
joven de tiempo cabal de las buenas nuevas de Jehová puede conseguir!”
Estas son algunas de las expresiones entusiásticas que salieron irreprimiblemente de los labios de los que fueron los
felices estudiantes de la clase cuarenta y ocho de Galaad. Son expresiones que revelan lo que los cincuenta y cuatro
estudiantes pensaban acerca de los cinco meses de entrenamiento para servicio misional que recibieron en la Escuela
Bíblica de Galaad de la Watchtower en Brooklyn, Nueva York.
¡Qué gozo fue mezclarse con este grupo joven y de mente inclinada a lo espiritual de siervos de tiempo cabal de
Jehová Dios! Fácilmente uno se contagiaba con su ardiente entusiasmo, sin duda estimulado por su intenso deseo de ir a
sus asignaciones misionales. Sí, estaban desbordantes de emoción por la expectación de servir en veinticuatro países
donde la gente necesita atención espiritual. Era fácil percibir el profundo sentido de responsabilidad que tenían estos
estudiantes en cuanto a las asignaciones extranjeras que habían recibido. Confiaban en que su obra en estos países
ayudaría a muchos a hallar el camino que lleva a la vida eterna.—Mat. 7:13, 14.
Como otras clases de Galaad, la clase cuarenta y ocho fue una clase internacional. Los estudiantes vinieron de Corea,
el Japón, Kenia, Zambia, Austria, Dinamarca, Haití, Colombia, Argentina y otros países; veintiuno, para ser exactos. Su
edad promedio era de alrededor de 27 años y habían estado sirviendo como testigos de Jehová por un promedio de más
de diez años. Tres grupos de estudiantes estudiaron francés, coreano y español respectivamente. Un cuarto grupo estudió
historia mundial. Los de este grupo estudiarán el lenguaje del país al cual se les ha asignado cuando lleguen allí.
Aunque otras clases de Galaad habían tenido como promedio unos cien estudiantes, ésta tuvo solo cincuenta y cuatro.
¿Se debió esto a que no hubiera muchos solicitantes? No, por todo el mundo hay muchos jóvenes que están muy
deseosos de venir a Galaad. Pero algunas de las comodidades de Galaad estaban siendo usadas temporalmente para
alojar a trabajadores que se necesitaban para satisfacer la demanda creciente de literatura bíblica. La cantidad de
personas de todo el mundo que desean aprender la verdad de Dios contenida en la Biblia aumenta diariamente. Por lo
tanto los misioneros que ya están activos en la predicación y centenares de miles de otros Testigos necesitan literatura
que explique la Biblia para atender a estas personas que en sentido espiritual tienen hambre.
Teniendo como meta el entrenamiento misional en Galaad
Galaad había sido por mucho tiempo la meta de muchos que estuvieron en esta clase. Para lograr esta meta
emprendieron la obra de predicación de tiempo cabal, llamada con frecuencia el servicio de precursor. Considere el relato
alentador de cómo esta joven estudiante procedente de Austria se esforzó por alcanzar la meta de entrenamiento misional
en Galaad:
“Desde que era pequeñita mis padres me hablaron constantemente acerca de ser precursora, de modo que en mí se
desarrolló un ardiente deseo de lograrlo. Recuerdo que cuando tenía diez años de edad leí un artículo acerca del servicio
de precursor. Lloré mucho porque tenía que ir a la escuela cuando yo prefería haber comenzado a servir como precursora.
También recuerdo que conseguí una solicitud para el servicio de precursor cuando tenía doce años de edad y que la leía
cada noche antes de acostarme a dormir. ¡Tanto me fascinaba!
“Finalmente terminé la escuela y pude hacer lo que tanto quería... servir como precursora. Pero mi madre solía
decirme: ‘Un buen siervo de Jehová siempre tiene una meta.’ Por eso, poco tiempo después de empezar a servir como
precursora hice de Galaad mi meta. Estaba muy deseosa de ir a Galaad, pero tenía que esperar hasta que tuviera
suficiente edad. Ahora Jehová me ha ayudado a ver realizada esta meta por tanto tiempo acariciada y hoy espero ir a
Kenia a compartir con la gente de allí todas las cosas maravillosas que he aprendido en la escuela de Galaad.”
Una estudiante de Guyana recordó que cuando tenía once años de edad dos misioneros estuvieron ayudando a su
madre a aprender la Biblia. Ella quiso hacer la misma obra cristiana que ellos estaban haciendo. Ocho años más tarde
empezó a servir como precursora y hoy se regocija de servir como misionera en Sierra Leona.
Algunos estudiantes rechazaron oportunidades en los negocios y educativas para poder emprender el servicio de
tiempo cabal y obtener entrenamiento en Galaad. Uno de éstos renunció a un negocio lucrativo de hotel y restaurante en
la Argentina. A otro le otorgaron una beca para estudiar arte en Europa. Cuando supo que podía usar el dinero de
cualquier manera que quisiera, lo usó para ayudarse a entrar en el servicio de precursor de tiempo cabal. Otro, de Irlanda,
no dejó que la oferta de su padre de suministrarle educación académica superior lo apartara de su meta del servicio de
tiempo cabal y el entrenamiento misional en Galaad. Él y su esposa ahora están de camino al Congo (Kinshasa) en África.
Evidencia de su excelente talla espiritual
En asociación con estos celosos estudiantes uno notaba rápidamente su excelente talla espiritual. Por ejemplo, un
estudiante de Haití renunció a un trabajo que recibía buena paga para ir a predicar de tiempo cabal en un lugar donde
no había testigos de Jehová y donde era difícil conseguir empleo. Sin embargo, él se había resuelto a permanecer en
aquel lugar. Por eso, antes de irse compró equipo de barbero y con él pudo suministrarse sus necesidades. Su fe y
resolución fueron bendecidas, porque ayudó a once personas, incluso a un pastor protestante, a aprender el mensaje de
verdad de Dios.
Un estudiante de Chile, aunque no tenía dinero, fue a predicar en un puerto. Después de un mes se le enviaría algún
dinero, pero ¿cómo pudo atender sus necesidades mientras tanto? Él explica: “La primera mañana no tuve desayuno,
porque no tenía dinero. Me hice recordar el texto bíblico acerca de que el trabajador es digno de su salario. (Luc. 10:7) De
modo que preparé mi maletín de libros y fui de casa en casa con el mensaje de la verdad. Para el mediodía había recibido
suficientes contribuciones por la literatura bíblica que había dejado en manos de las personas que mostraron interés, de
modo que pude conseguir una comida.
“Durante todo ese mes confié plenamente en que Jehová me suministrara lo necesario y él nunca me falló. Aunque
unos amigos habían tratado de desanimarme de ir a este puerto sin dinero, yo les dije sin vacilación que Jehová se
encargaría de todo, y él lo hizo. Más tarde, cuando supieron que se me había suministrado lo que necesitaba, exclamaron:
‘¡Realmente Jehová cuida a sus siervos!’” ¡Una fe como ésa refleja un admirable desarrollo y punto de vista espiritual!
La talla espiritual de una estudiante procedente de Kenia puede comprenderse al saber de su aguante de seria
oposición de parte de sus padres. Ellos no querían que ella se hiciera cristiana. Su padre amenazó con matarla si ella
no dejaba a “esos monos blancos,” como solía llamar a los Testigos. Viendo que esto era en vano, alquiló criminales para
que le causaran daño. Declara ella:
“La protección de Jehová hizo que nunca cayera en sus manos. Durante toda esta dolorosa oposición vi que el servicio
de tiempo cabal y la escuela de Galaad eran las únicas cosas importantes y que valían la pena en mi vida.
“De modo que trabajé duro por dos años para ahorrar suficiente dinero para poder entrar en el servicio de precursor. Al
fin logré esta meta tan feliz y esto sencillamente fue magnífico. Cuando vino una carta en que se me invitaba a ir a Galaad
me emocioné tanto que me parecía que estaba flotando en las nubes. Le dije a todo el mundo que iba a ir a la escuela de
misioneros. Mis palabras no pueden expresar adecuadamente mi gozo por haber estado en Galaad y la perspectiva
excitante de ser una misionera para Jehová el Dios verdadero.”
Verdaderamente el celo de esta clase cuarenta y ocho, junto con la excelente talla espiritual de ellos, los hará haberes
preciosos para los países en los cuales servirán como educadores sobre la Palabra de Dios. La obra cristiana de ellos en
esos países resultará en bendiciones espirituales para muchos que gimen debido a los perturbadores problemas que
afronta la humanidad hoy día.
Su gozoso día de graduación
¡Y qué día fue éste! El muy esperado 8 de marzo amaneció con tiempo que señalaba el acercamiento de la primavera.
Lo especial de este día quedaba manifiesto tan pronto como uno llegaba al Salón de Asamblea. Allí se presentaban ante
los ojos de uno estudiantes emocionados y parientes y amistades alegres. El murmullo de conversaciones animadas
interrumpidas con expresiones de deleite al ver y saludar a viejos amigos repletaba los oídos de uno. ¡Qué gozo se
difundía entre esta muchedumbre de 2.064 personas!
A las 10 de la mañana comenzaron los ejercicios de graduación al elevarse las voces en un cántico, y entonces las
cabezas se inclinaron en oración. N. H. Knorr, presidente de la Sociedad Watch Tower, afectuosamente dio una bienvenida
a todos. Entonces invitó a los instructores de Galaad a decir algunas palabras finales de estímulo al cuerpo estudiantil. Al
oír la lectura de telegramas de más de veinte países, uno se daba cuenta de que alrededor del mundo había muchas
personas pensando en la graduación de esta clase cuarenta y ocho de Galaad.
F. W. Franz, vicepresidente de la Sociedad, habló. Aclaró el punto de que los cristianos verdaderos no deben esperar
un gran fluir de personas a sus filas después de la destrucción de la religión falsa, Babilonia la Grande. Los cristianos
tienen la obligación de advertir y ayudar a las personas a salir de Babilonia la Grande ahora antes de que sea demasiado
tarde. Cuando comience su destrucción, no quedará esperanza de escape para los que estén en ella.—Rev. 18:4.
El discurso de N. H. Knorr, “El Camino,” contenía consejo afectuoso y amoroso desde el corazón. Él dio a todos el
consejo de evitar cualquier cosa que les cerrara los oídos a la voz de Dios que les dice cuál es el camino correcto por el
cual ir. (Isa. 30:21) Señaló que la llegada de la revista La Atalaya al hogar de uno cada dos semanas actúa como una voz
que le recuerda a uno que debe mantenerse en el camino que le agrada a Dios. Otra salvaguarda en este asunto es
permanecer uno cerca de los siervos de Jehová. Esta asociación excelente y edificadora sirve también como recordatorio
para que permanezcamos en el camino que lleva a la vida.
El programa de la tarde, de canciones que entonaron en varios idiomas los estudiantes en indumentaria nativa, deleitó
al auditorio. Emocionante, ciertamente, fue la parte del programa intitulada “El amor es un vínculo perfecto de unión,” un
drama bíblico basado en el libro bíblico de Ester. Una oración conmovedora concluyó el programa, un programa que jamás
olvidará la feliz clase cuadragésima octava de Galaad.
[Ilustración de la página 22]
La Cuadragésima octava clase graduanda de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Arai, C.; Raphael, S.; Rivera, I.; Morgan, E.; Tagg, J.; Rollason, E.; Reid, P.; Haeusler, M. (2) Andrew, B.; Sawada, T.;
Fry, P.; Nishigori, A.; McAlman, F.; Laustsen, H. M.; Laustsen, A. V.; Caicedo, R. (3) Dölling, J.; Peters, L.; Lull, K.; Berrios,
M.; Delgado, L.; Stevens, J.; Lyons, M.; Seda, M.; Rieder, H. (4) Acevedo, W.; Pallett, J.; Nigl, C.; Vercueil, D.; Yuh, H.;
Alleyne, N.; Kopezny, R.; Barnes, A.; Baker, F.; Acevedo, A. (5) Matos, A.; Andrew, T.; Haeusler, N.; Ardiles, H.; Sartison, D.;
Schullo, A.; Sanui, H.; Kardos, T.; Lucas, D. (6) Gillette, W.; Sartison, G.; Whittingslow, M.; Baker, J.; Barnes, P.; Breitfuss,
J.; Nigl, U.; Long, A.; Traverso, R.; Thibou, A.
[48th Class March 1970]
*** g70 8/12 págs. 24-26 Satisfaciendo los requisitos para ser misioneros ***
Satisfaciendo los requisitos para ser misioneros

“DURANTE los pasados cinco meses escolares, todos ustedes han podido experimentar la gran manera en que
Jehová, el Gran Alfarero, puede plasmar vasos humanos, tal como un alfarero plasma el barro.” Con esas palabras
T. Galfas, el primero de un simposio de siete oradores, comenzó a hablar a setenta ministros cristianos que se graduaban
de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower.—Isa. 64:8.
Además de los graduandos, aproximadamente dos mil de sus amigos y parientes se reunieron el domingo 13 de
septiembre en un salón de asambleas en Nueva York para la graduación de la clase cuarenta y nueve de Galaad. ¡Y qué
ocasión gozosa e instructiva fue aquella! ¡El día pasó demasiado rápido!
Como sugiere su nombre, la escuela a la cual habían asistido los que se graduaban no tiene el propósito de suministrar
una educación seglar general, sino que más bien se especializa en preparar a ministros cristianos para que sean
misioneros. Así, pues, el orador, uno de los instructores de la escuela, añadió: “Cuando ustedes aceptaron la invitación de
venir a la Escuela de Galaad, estaban, de hecho, diciéndole a Jehová: ‘Quiero ser plasmado en la clase de vaso que tú
puedas usar para un propósito especial, para la obra misional.’”
A los estudiantes se les recordó que habían sido objeto de mucho “plasmar” durante el curso escolar de cinco meses, y
que continuarían siendo “plasmados” por Dios por medio de “aprendizaje, consejo, corrección y bendición,” como sucede
en el caso de todo cristiano. Pero también los que se graduaban podían mirar atrás a sus vidas y ver que aun antes de
venir a esta escuela habían hecho muchos ajustes beneficiosos, muchos de los cuales les ayudaron directamente a
satisfacer los requisitos para asistir a esta escuela bíblica.
Las personas a quienes se invita a Galaad no son jóvenes que quieran hacerse ministros, sino que son hombres y
mujeres entre los veintiuno y cuarenta años de edad que ya son ministros y que tienen dos años de experiencia como
predicadores de tiempo cabal. Una estudiante sueca de la clase era una jovencita cuando se fijó como objetivo asistir a la
Escuela de Galaad. Su prima, quien se hizo misionera, la estimuló a dar pasos en esa dirección. En 1962 esta joven
comenzó a predicar de tiempo cabal en Suecia. Seis años más tarde recibió nombramiento como representante especial
de la Sociedad Watch Tower. Por lo tanto, aunque la obra como misionera en el extranjero era su meta, estuvo
demostrando que era una trabajadora diligente en su país natal. Y sabía que esta actividad especial, según dijo ella, “haría
más fácil el ajuste al horario de una misionera en el extranjero.” Más de quince años después de haberse fijado como meta
el servicio misional, recibió con deleite la asignación de servir en Bolivia.
La clase graduanda estaba compuesta de veintidós parejas casadas, quienes, de acuerdo con los requisitos de
Galaad, habían estado casados por lo menos por dos años. Así cada pareja de marido y mujer habían tenido tiempo para
ajustarse a la vida de casados así como para decidir si querían familia o si podían, sin obligaciones de familia, ser
misioneros en otro país. Después de casi dos años de vida de casados y mientras servían juntos como ministros
especiales a una distancia de casi cinco mil kilómetros de sus familias, una pareja canadiense solicitó entrada en Galaad.
Para entonces sabían que no serían vencidos por la “nostalgia” si se les asignaba a un lugar distante. Además, veían que
tenían buena salud, que no dependían de ningún tratamiento médico especializado. Estaban seguros de que podían
enfrentarse al desafío de un nuevo clima, diferente alimento y un modo de vivir de país extranjero. ¡Cuánta dicha
reflejaban cuando recibieron sus asignaciones a la República del Congo!
Un requisito vital para la persona interesada en educación en Galaad es un buen conocimiento práctico del inglés. En
la escuela la mayoría de los estudiantes estudian el nuevo idioma que usarán en sus asignaciones. Pero aparte de las
clases de idioma, todas las otras clases y conferencias escolares son en inglés.
Uno de los graduandos, procedente de Alemania, había analizado algunos años antes las perspectivas que tenía de
llegar a ser misionero. Parecía estar física y emocionalmente preparado para hacer los grandes ajustes que se
necesitarían. Había sido bautizado más de tres años antes, era un predicador celoso de tiempo cabal y estaba disponible y
capacitado para ir a cualquier país que designara la Sociedad Watch Tower. Pero se dio cuenta de que su conocimiento
del inglés era limitado. Para mejorarlo escuchaba cada día una transmisión radial de noticias en inglés. Además, comenzó
a estudiar en inglés uno de los libros de tamaño grande que la Sociedad produce como ayuda para estudiar la Biblia. Era
una marcha lenta, y tenía que consultar constantemente el diccionario, pero fue logrando progreso. Ahora habla el inglés
muy bien y no tuvo dificultad en cuanto a entender todo lo que se discutió en las clases y hacer sus tareas asignadas.
Durante el curso obtuvo un conocimiento básico de otro idioma, el español, y le deleitó ser asignado a Honduras, para
ayudar en la predicación allí.
Programa de la graduación
Los que asistieron a la graduación sabían por lo que los oradores dijeron que los instructores de la escuela estaban
realmente interesados en los graduandos. El registrador de la escuela señaló que muchas cosas ‘sucederían, en sus
asignaciones, que ellos deberían considerar la censura de la vida que los ayudaría a adquirir corazón, que es aun más
valioso que el conocimiento.’ (Pro. 15:31, 32) Otro instructor dio énfasis a que continuaran no solo amando lo que es
bueno sino también odiando lo que es malo. (Sal. 45:7) Dos superintendentes de la central de la Sociedad también
hablaron a los estudiantes. Uno los instó a ser “pastores de toda clase de tiempo” que no abandonaran a las “ovejas”
frente a las dificultades... como, por ejemplo, el problema de acostumbrarse a un nuevo idioma o a un clima diferente,
nuevos tipos de alimento o costumbres de vida. (Eze. 34:1-14) El segundo los animó a no juzgar a las gentes de sus
asignaciones por la apariencia exterior —condiciones económicas o educación seglar— sino a buscar a personas que
tengan buen corazón, que es lo que Dios busca.—2 Cor. 10:7.
El simposio llegó a su culminación en los discursos del vicepresidente y el presidente de la Sociedad Watchtower. El
primero señaló prominentemente que, como sucedió en el caso del discípulo Timoteo, Dios y Jesús estarán vigilando
sobre los misioneros para ver que cumplan sus deberes y para ayudarles. (2 Tim. 4:1) Y el presidente, N. H. Knorr,
excelentemente comparó la expansión de la obra evangelizadora del primer siglo E.C. con su expansión en este siglo.
En la tarde los estudiantes presentaron un conmovedor drama bíblico. Este mostraba a una familia de nuestros días en
la cual un joven cuyos padres eran testigos de Jehová mostraba una actitud frívola. Aunque iba a las reuniones cristianas y
no cometía ningún mal, no tenía toda su vida envuelta en hacer la voluntad de Dios. Entonces el drama pasó a representar
el relato bíblico de Rut, Noemí y Boaz y mostrar lo intensamente interesados que éstos estaban en los propósitos de Dios.
El mensaje del drama era claro... que es vital dejar que los propósitos de Jehová guíen el modo de vivir de uno. ¡Cuán
apropiado era que los estudiantes ayudaran a presentar un pensamiento tan importante, porque todos los concurrentes
sabían que los graduandos habían dejado que los propósitos de Dios guiaran su modo de vivir, según lo mostraba el
hecho de que satisfacían los requisitos que hacían posible que se les enviara como misioneros.
[Ilustración de la página 24]
La cuadragésima novena clase graduanda de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Norton, L.; Schwarzrock, E.; Major, D.; McNutt, D.; MacDonald, C.; Janzen, S.; Gustavsson, S.; Böde, A.; Barnes, M.;
(2) Barnes, J.; Palmer, N.; Gravedoni, L.; Sanderson, G.; Bleckmann, A.; Klauer, E.; Hamrén, E.; Rohatynsky, R.; Dultz, G.;
Maldonado, M.; (3) Klapschi, K.; Gravedoni, D.; Mitchell, T.; Abke, G.; Christiansen, E.; Davis, G.; Hansson, V.; Jensen, E.;
Lomker, G.; (4) Davis, P.; Norton, G.; Deadmond, D.; Carpenter, R.; Carlsson, A.; Carlsson, B.; Gustavsson, Ö.; Jakobsen,
K.; Lomker, P.; Nielsen, M.; (5) Wallace, J.; Schoenhardt, G.; Millman, J.; Kirschmann, A.; Hermann, L.; Hummel, P.;
Clauss, S.; McNutt, M.; Nielsen, J.; Christiansen, O.; (6) Leydig, J.; Byron, P.; Millman, D.; Janzen, H.; Raju, V.; Griffin, J.;
Hummel, S.; Jones, C.; Peyton, B.; Poburski, D.; Major, L.; (7) Hamrén, T.; Böde, G.; Zinke, W.; Schwarzrock, A.;
Deadmond, G.; Clauss, N.; Jones, R.; Rohatynsky, V.; Peyton, J.; Carlson, J.; Olson, T.
[49th Class September 1970]

*** w71 1/1 págs. 22-23 Que los propósitos de Jehová guíen su modo de vivir ***
Que los propósitos de Jehová guíen su modo de vivir

EL HECHO de que es posible que individuos de este siglo veinte dejen que los propósitos de Jehová guíen su modo de
vivir, tal como lo hicieron los apóstoles de Jesucristo, quedó demostrado por las setenta personas que constituyeron la
clase cuarenta y nueve de la Escuela de Galaad. Estos estudiantes, procedentes de seis diferentes países, dieron a su
adoración de Jehová, el Creador, y su servicio a él, un lugar de suma importancia en su vida personal. Demostraron esto
recientemente al completar cinco meses de enseñanza intensa que recibieron en preparación para trabajo misional en
veinte diferentes países.
El 13 de septiembre de 1970 estas setenta personas dedicadas se graduaron de la Escuela de Galaad, recibiendo en
esa ocasión exhortación edificante. Por ejemplo, un conferenciante les recordó que la única manera sabia de proceder es
la de siempre querer agradar a Dios. Citó Judas 20 y 21, donde se da la exhortación de ‘edificarse sobre su santísima fe’ y
‘mantenerse en el amor de Dios.’
El vicepresidente de la Sociedad Watchtower al pronunciar su discurso a la clase que se graduaba hizo mención de
que ellos estaban por asumir una designación nueva, la de “misionero.” Pero hay algunos países que no los quieren
porque saben que la palabra “misionero” quiere decir una persona que es enviada para convencer a la gente y hacer que
adopte cierta forma de pensar, y no quieren eso. Ellos creen, dijo él, “que ustedes están en su país como misioneros del
comunismo o que los ha enviado algún país extranjero que es enemigo de ellos y tiene algún propósito siniestro en su
país. Los misioneros de la cristiandad le han dado mala cara a la cristiandad en estos países.” Entonces hizo notar que la
palabra “evangelizador” indica con exactitud lo que ellos, los graduados, estarán haciendo.
Citando 2 Timoteo 4:5, según la Traducción del Nuevo Mundo, el conferenciante dio énfasis al punto de ser ellos
evangelizadores. El texto dice así: “Tú, sin embargo, mantén tu juicio en todas las cosas, sufre el mal, haz la obra de
evangelizador, efectúa tu ministerio plenamente.” Les dijo a los que se graduaban que esto significa ser portador de
buenas nuevas.
En conclusión, el vicepresidente de la Sociedad dijo: “Hoy ustedes se gradúan, y eso me hace recordar esto: que no es
lo que ustedes comienzan lo que importa, sino lo que terminan. Eclesiastés 7, versículo 8 dice: ‘Mejor es el fin de un
asunto posteriormente que su principio.’ Pues bien, el principio que ustedes están teniendo hoy como graduados de la
Escuela Bíblica de Galaad es algo bueno, pero ¿se pondrá mejor el asunto? Puede hacerse mejor si ustedes hacen lo que
el apóstol Pablo mismo hizo y lo que le dijo a Timoteo que hiciera... ‘efectuar su ministerio plenamente.’”
El presidente de la Sociedad Watchtower remató la serie de discursos dando su exhortación de despedida a la clase.
Dio énfasis al hecho de que el propósito de Jehová para ellos es que prediquen las buenas nuevas del Reino. Les recordó
que Jesús había sido enviado por Jehová para lograr la predicación de las buenas nuevas del Reino, y Jesús entrenó a
otros en la predicación. Justamente antes de ascender a los cielos Cristo Jesús dio a éstos instrucciones definitivas de que
serían testigos de él “tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria y hasta la parte más lejana de la tierra.” (Hech.
1:8) El conferenciante entonces pasó a explicar que los discípulos de Jesús realmente salieron y predicaron en todos
estos lugares y en otros también.
El día del Pentecostés los discípulos de Cristo, especialmente Pedro, hablaron a personas de por lo menos quince
nacionalidades, y 3.000 de ellas aceptaron a Jesucristo y se bautizaron, llegando a ser discípulos de él. El presidente de la
Sociedad también comentó que cuando algunas de estas personas volvieron a Egipto y Libia, de donde habían venido,
llevaron consigo allá el mensaje del Reino. Así las buenas nuevas se predicaron en África en el primer siglo E.C. Entonces
hizo mención de que algunos de los estudiantes de esta clase cuarenta y nueve de Galaad han recibido asignaciones para
ir a África y predicar allí las buenas nuevas. En el año 1942 había solo unos 10.000 testigos de Jehová que llevaban a
cabo esta predicación en África. En abril de 1970 predicaban allá 242.000 Testigos. Hoy, por todo el mundo, hay 1.453.000
individuos que participan en esta obra como testigos de Jehová.
Entonces el conferenciante llamó a la atención del auditorio lo que está escrito en Hebreos 12:25, que dice: “Vean que
ustedes no se excusen de oír al que está hablando.” Como parte de sus comentarios de conclusión dijo: “Este no es
tiempo para que nos excusemos de llevar a cabo el trabajo que Dios nos ha dado.”
Concluido el discurso del presidente de la Sociedad, los setenta estudiantes pasaron en fila delante de él para recibir
sus diplomas y las sinceras felicitaciones de él. Pero el programa no había terminado, pues los estudiantes habían
preparado para el auditorio un excelente drama bíblico basado en el libro bíblico Rut.
Después de este drama conmovedor toda la clase canto junto con los 2.022 concurrentes la hermosa canción “¡Sean
firmes como Rut!” Entonces una oración por el presidente de la Sociedad, afectuosa, animadora, puso fin a su programa
de graduación. Los graduados y todos los que estuvieron presentes partieron de allí sintiendo la satisfacción de haber sido
espiritualmente edificados y abrigando la determinación de seguir dejando que los propósitos de Jehová guíen su modo de
vivir.

*** g70 8/12 págs. 24-26 Satisfaciendo los requisitos para ser misioneros ***
Satisfaciendo los requisitos para ser misioneros

“DURANTE los pasados cinco meses escolares, todos ustedes han podido experimentar la gran manera en que
Jehová, el Gran Alfarero, puede plasmar vasos humanos, tal como un alfarero plasma el barro.” Con esas palabras
T. Galfas, el primero de un simposio de siete oradores, comenzó a hablar a setenta ministros cristianos que se graduaban
de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower.—Isa. 64:8.
Además de los graduandos, aproximadamente dos mil de sus amigos y parientes se reunieron el domingo 13 de
septiembre en un salón de asambleas en Nueva York para la graduación de la clase cuarenta y nueve de Galaad. ¡Y qué
ocasión gozosa e instructiva fue aquella! ¡El día pasó demasiado rápido!
Como sugiere su nombre, la escuela a la cual habían asistido los que se graduaban no tiene el propósito de suministrar
una educación seglar general, sino que más bien se especializa en preparar a ministros cristianos para que sean
misioneros. Así, pues, el orador, uno de los instructores de la escuela, añadió: “Cuando ustedes aceptaron la invitación de
venir a la Escuela de Galaad, estaban, de hecho, diciéndole a Jehová: ‘Quiero ser plasmado en la clase de vaso que tú
puedas usar para un propósito especial, para la obra misional.’”
A los estudiantes se les recordó que habían sido objeto de mucho “plasmar” durante el curso escolar de cinco meses, y
que continuarían siendo “plasmados” por Dios por medio de “aprendizaje, consejo, corrección y bendición,” como sucede
en el caso de todo cristiano. Pero también los que se graduaban podían mirar atrás a sus vidas y ver que aun antes de
venir a esta escuela habían hecho muchos ajustes beneficiosos, muchos de los cuales les ayudaron directamente a
satisfacer los requisitos para asistir a esta escuela bíblica.
Las personas a quienes se invita a Galaad no son jóvenes que quieran hacerse ministros, sino que son hombres y
mujeres entre los veintiuno y cuarenta años de edad que ya son ministros y que tienen dos años de experiencia como
predicadores de tiempo cabal. Una estudiante sueca de la clase era una jovencita cuando se fijó como objetivo asistir a la
Escuela de Galaad. Su prima, quien se hizo misionera, la estimuló a dar pasos en esa dirección. En 1962 esta joven
comenzó a predicar de tiempo cabal en Suecia. Seis años más tarde recibió nombramiento como representante especial
de la Sociedad Watch Tower. Por lo tanto, aunque la obra como misionera en el extranjero era su meta, estuvo
demostrando que era una trabajadora diligente en su país natal. Y sabía que esta actividad especial, según dijo ella, “haría
más fácil el ajuste al horario de una misionera en el extranjero.” Más de quince años después de haberse fijado como meta
el servicio misional, recibió con deleite la asignación de servir en Bolivia.
La clase graduanda estaba compuesta de veintidós parejas casadas, quienes, de acuerdo con los requisitos de
Galaad, habían estado casados por lo menos por dos años. Así cada pareja de marido y mujer habían tenido tiempo para
ajustarse a la vida de casados así como para decidir si querían familia o si podían, sin obligaciones de familia, ser
misioneros en otro país. Después de casi dos años de vida de casados y mientras servían juntos como ministros
especiales a una distancia de casi cinco mil kilómetros de sus familias, una pareja canadiense solicitó entrada en Galaad.
Para entonces sabían que no serían vencidos por la “nostalgia” si se les asignaba a un lugar distante. Además, veían que
tenían buena salud, que no dependían de ningún tratamiento médico especializado. Estaban seguros de que podían
enfrentarse al desafío de un nuevo clima, diferente alimento y un modo de vivir de país extranjero. ¡Cuánta dicha
reflejaban cuando recibieron sus asignaciones a la República del Congo!
Un requisito vital para la persona interesada en educación en Galaad es un buen conocimiento práctico del inglés. En
la escuela la mayoría de los estudiantes estudian el nuevo idioma que usarán en sus asignaciones. Pero aparte de las
clases de idioma, todas las otras clases y conferencias escolares son en inglés.
Uno de los graduandos, procedente de Alemania, había analizado algunos años antes las perspectivas que tenía de
llegar a ser misionero. Parecía estar física y emocionalmente preparado para hacer los grandes ajustes que se
necesitarían. Había sido bautizado más de tres años antes, era un predicador celoso de tiempo cabal y estaba disponible y
capacitado para ir a cualquier país que designara la Sociedad Watch Tower. Pero se dio cuenta de que su conocimiento
del inglés era limitado. Para mejorarlo escuchaba cada día una transmisión radial de noticias en inglés. Además, comenzó
a estudiar en inglés uno de los libros de tamaño grande que la Sociedad produce como ayuda para estudiar la Biblia. Era
una marcha lenta, y tenía que consultar constantemente el diccionario, pero fue logrando progreso. Ahora habla el inglés
muy bien y no tuvo dificultad en cuanto a entender todo lo que se discutió en las clases y hacer sus tareas asignadas.
Durante el curso obtuvo un conocimiento básico de otro idioma, el español, y le deleitó ser asignado a Honduras, para
ayudar en la predicación allí.
Programa de la graduación
Los que asistieron a la graduación sabían por lo que los oradores dijeron que los instructores de la escuela estaban
realmente interesados en los graduandos. El registrador de la escuela señaló que muchas cosas ‘sucederían, en sus
asignaciones, que ellos deberían considerar la censura de la vida que los ayudaría a adquirir corazón, que es aun más
valioso que el conocimiento.’ (Pro. 15:31, 32) Otro instructor dio énfasis a que continuaran no solo amando lo que es
bueno sino también odiando lo que es malo. (Sal. 45:7) Dos superintendentes de la central de la Sociedad también
hablaron a los estudiantes. Uno los instó a ser “pastores de toda clase de tiempo” que no abandonaran a las “ovejas”
frente a las dificultades... como, por ejemplo, el problema de acostumbrarse a un nuevo idioma o a un clima diferente,
nuevos tipos de alimento o costumbres de vida. (Eze. 34:1-14) El segundo los animó a no juzgar a las gentes de sus
asignaciones por la apariencia exterior —condiciones económicas o educación seglar— sino a buscar a personas que
tengan buen corazón, que es lo que Dios busca.—2 Cor. 10:7.
El simposio llegó a su culminación en los discursos del vicepresidente y el presidente de la Sociedad Watchtower. El
primero señaló prominentemente que, como sucedió en el caso del discípulo Timoteo, Dios y Jesús estarán vigilando
sobre los misioneros para ver que cumplan sus deberes y para ayudarles. (2 Tim. 4:1) Y el presidente, N. H. Knorr,
excelentemente comparó la expansión de la obra evangelizadora del primer siglo E.C. con su expansión en este siglo.
En la tarde los estudiantes presentaron un conmovedor drama bíblico. Este mostraba a una familia de nuestros días en
la cual un joven cuyos padres eran testigos de Jehová mostraba una actitud frívola. Aunque iba a las reuniones cristianas y
no cometía ningún mal, no tenía toda su vida envuelta en hacer la voluntad de Dios. Entonces el drama pasó a representar
el relato bíblico de Rut, Noemí y Boaz y mostrar lo intensamente interesados que éstos estaban en los propósitos de Dios.
El mensaje del drama era claro... que es vital dejar que los propósitos de Jehová guíen el modo de vivir de uno. ¡Cuán
apropiado era que los estudiantes ayudaran a presentar un pensamiento tan importante, porque todos los concurrentes
sabían que los graduandos habían dejado que los propósitos de Dios guiaran su modo de vivir, según lo mostraba el
hecho de que satisfacían los requisitos que hacían posible que se les enviara como misioneros.
[Ilustración de la página 24]
La cuadragésima novena clase graduanda de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Norton, L.; Schwarzrock, E.; Major, D.; McNutt, D.; MacDonald, C.; Janzen, S.; Gustavsson, S.; Böde, A.; Barnes, M.;
(2) Barnes, J.; Palmer, N.; Gravedoni, L.; Sanderson, G.; Bleckmann, A.; Klauer, E.; Hamrén, E.; Rohatynsky, R.; Dultz, G.;
Maldonado, M.; (3) Klapschi, K.; Gravedoni, D.; Mitchell, T.; Abke, G.; Christiansen, E.; Davis, G.; Hansson, V.; Jensen, E.;
Lomker, G.; (4) Davis, P.; Norton, G.; Deadmond, D.; Carpenter, R.; Carlsson, A.; Carlsson, B.; Gustavsson, Ö.; Jakobsen,
K.; Lomker, P.; Nielsen, M.; (5) Wallace, J.; Schoenhardt, G.; Millman, J.; Kirschmann, A.; Hermann, L.; Hummel, P.;
Clauss, S.; McNutt, M.; Nielsen, J.; Christiansen, O.; (6) Leydig, J.; Byron, P.; Millman, D.; Janzen, H.; Raju, V.; Griffin, J.;
Hummel, S.; Jones, C.; Peyton, B.; Poburski, D.; Major, L.; (7) Hamrén, T.; Böde, G.; Zinke, W.; Schwarzrock, A.;
Deadmond, G.; Clauss, N.; Jones, R.; Rohatynsky, V.; Peyton, J.; Carlson, J.; Olson, T.
[49th Class September 1970]
*** w71 15/5 págs. 319-320 La Clase 50 de Galaad estimulada a buscar la sabiduría ***
La Clase 50 de Galaad estimulada a buscar la sabiduría

“¿QUIÉN es sabio y entendido entre ustedes?” ésa fue la pregunta que se planteó ante los cincuenta estudiantes que
componían la Clase Quincuagésima de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, en el acto de su graduación el
domingo 7 de marzo.
El acto se verificó en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová, en el distrito de Queens de la ciudad de Nueva
York. Desde las diez de la mañana hasta alrededor de las cinco de la tarde los 1.999 concurrentes estuvieron absortos en
el programa sin darse cuenta de la lluvia que caía sin cesar afuera.
El programa de la mañana tuvo como tema central las palabras del escritor bíblico Santiago (3:13-18) y las del rey
David (Salmo 139). N. H. Knorr, presidente de la Sociedad Watch Tower, señaló que la sabiduría de arriba se despliega en
el individuo por sus obras, pero que estas obras tienen que distinguirse por excelente conducta, porque la sabiduría de
arriba es “primeramente casta.” La limpieza, la pureza, especialmente en lo moral, es la cosa de primera importancia. Sin
esto, las obras de uno no cuentan con Dios. Aun así, la sabiduría de esta índole no hace alarde, sino, más bien, está
caracterizada por la mansedumbre. El presidente Knorr advirtió a los estudiantes de los lazos que aguardan a la persona
que deja que su conocimiento la haga hincharse de modo que haga una exhibición de lo que aparenta falsamente ser
sabiduría.
Por eso, siguió diciendo el conferenciante, al llegar a su asignación en el extranjero, los misioneros nuevos no deben
pensar que por haber salido recientemente de la escuela están equipados para dirigir a los misioneros radicados allí o a
los residentes nativos del país que son maduros o que están sirviendo como superintendentes en las congregaciones. En
vez de hablar orgullosamente de su propia erudición, deben escuchar humildemente a los misioneros experimentados.
Deben dedicar su atención y esfuerzos al objetivo de aprender la mejor manera de ayudar a la gente de ese país a
conseguir un entendimiento de la Palabra de Dios. La sabiduría, si la emplean, los dirigirá a concentrarse en esto, su
trabajo principal, e impedirá que su atención sea desviada a cosas inútiles.—Pro. 17:24; 16:9.
Milton G. Henschel, un director de la Sociedad Watch Tower, aconsejó a los graduados que al seguir sabiamente su
carrera misional deben mantener firme su fe. Podrían confiar en que esa fe lograra mucho a favor de ellos, como lo ilustró
enfáticamente el apóstol Pablo en el capítulo once del libro bíblico de Hebreos.
Los misioneros en perspectiva recibieron mucho estímulo de las palabras de otro conferenciante, Fred W. Franz, el
vicepresidente de la Sociedad. Él llamó a su atención un hecho de sabiduría científica, a saber, la ley de la gravitación, una
fuerza que obra por todas partes en el universo físico. Entonces señaló que el espíritu santo de Jehová es una fuerza
mucho más poderosa y una que puede penetrar en todo sitio. Se puede tener plena seguridad de que esta fuerza opera
tan poderosamente en el territorio más aislado y más alejado como en la tierra natal de uno, donde uno posiblemente haya
estado rodeado de hermanos cristianos.—Sal. 139:7.
Al citar copiosamente del Salmo 139, F. W. Franz dio énfasis a las siguientes palabras de David: “Si tendiera mi lecho
en el Seol, ¡mira! tú [Jehová] estarías allí” (Sal. 139:8) Por consiguiente, el misionero de Jesucristo no debe temer la
posibilidad de morir en su asignación, ni debe creer que tiene que regresar a sus parientes amados para terminar sus días.
Pues, por su espíritu santo ‘¡Dios puede meter su mano directamente en el sepulcro mismo y resucitarlos!’ exclamó Franz.
‘Sin embargo,’ agregó en conclusión, ‘ustedes no van a sus asignaciones para morir, sino para vivir... para vivir y declarar
las buenas nuevas del reino de Dios a la gente para que ésta, a su vez, pueda vivir.’
Los cincuenta estudiantes cumplieron con los requisitos necesarios para recibir el Certificado de Mérito de la Escuela. A
medida que cruzaron la plataforma en fila también recibieron sus asignaciones, a diecinueve países. Cuando se anunció al
graduado número 5.000 de la Escuela —un joven de Austria que estaba recibiendo su asignación a Taiwan— hubo
grandes aplausos.
Por la tarde los estudiantes tuvieron la oportunidad de entretener y edificar a la concurrencia. Esto lo hicieron, primero
por un programa en que presentaron música típica de los ocho países que representaban. En seguida vino la parte
sobresaliente de la tarde, un drama que los estudiantes habían estado preparando por varias semanas. Intitulado “Jehová
bendice a los leales,” se concentró en el tiempo en que vivimos actualmente, tan cerca del nuevo orden de Dios, y
estimuló a limpieza moral en lealtad a Jehová; excelente consejo en este período crítico en que abunda la inmoralidad en
el mundo.
La Escuela de Galaad, situada en Brooklyn, Nueva York, fue establecida en 1943 para entrenar a aquellos entre los
testigos de Jehová que pueden ir, y están dispuestos a que se les envíe, a una asignación misional en el extranjero. Al
llegar a su asignación en el extranjero, estos misioneros tienen alojamiento y alimento adecuados, provistos por la
Sociedad Watch Tower, pero no viven de modo costoso ni ocioso, como lo hacen muchos misioneros de la cristiandad.
Los misioneros graduados de Galaad han iniciado la proclamación del Reino en todas partes de la Tierra. En 1943 el
número de ministros y predicadores activos en anunciar las buenas nuevas, fuera de los Estados Unidos, fue de 53.839.
Para 1970 el número había aumentado a 1.094.510. Verdaderamente es tal como dijo Jesús: “La sabiduría queda probada
justa por sus obras.”—Mat. 11:19.
*** g71 8/6 págs. 24-26 ¡Qué testimonio ha amontonado Galaad! ***
¡Qué testimonio ha amontonado Galaad!

EL 7 de marzo de este año fue el Día de Graduación para la clase quincuagésima de la Escuela Bíblica de Galaad de
la Watchtower. Los ejercicios de graduación se celebraron en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en la
ciudad de Nueva York. Fue una ocasión notable porque en ella el número de los graduados de la Escuela pasó de la
marca de 5.000. En total, 5.037 personas han recibido hasta ahora el entrenamiento misional especial que suministra
Galaad.
El programa de graduación que abarcó todo el día estuvo cargado de emoción. Varios de los oradores, entre ellos el
presidente y el vicepresidente de la Sociedad Watch Tower, N. H. Knorr y F. W. Franz, dieron excelente consejo, usando
las Escrituras. Cada uno de los cincuenta graduados recibió entonces el Certificado de Mérito de la Escuela junto con una
asignación de servicio en el campo extranjero. Habían venido de ocho países y estaban siendo enviados a diecinueve.
Durante la tarde los graduados mismos presentaron un excelente programa musical, así como un conmovedor drama
bíblico. El drama, edificado alrededor del tema “Jehová bendice a los leales,” suministró una culminación apropiada a un
día que por mucho tiempo recordarán las 1.999 personas que tuvieron el privilegio de asistir.
Para muchos de los presentes, la graduación de esta clase cincuenta suscitó recuerdos de veintiocho años atrás
cuando la Escuela fue inaugurada el 1 de febrero de 1943, en medio de la II Guerra Mundial. En aquella ocasión
N. H. Knorr, el presidente de la Escuela, bosquejó el propósito que la Escuela esperaba lograr. Era, citando sus palabras,
para “preparar a ministros que, por la gracia del Señor, en todas partes del mundo levantarán un MONTÓN DE
TESTIMONIO para el Reino y para la vindicación del nombre de Jehová. . . . Creemos que, según lo que su nombre
[Galaad] indica, un ‘montón de testimonio’ saldrá de este lugar a todas partes del mundo y que ese testimonio llegará a ser
un monumento para la gloria de Dios.”
Este propósito anunciado era verdaderamente un propósito elevado y noble, pero ¿podría lograrse alguna vez?
Algunos quizás se preguntaron si sería así cuando los graduados de aquella primera clase fueron solo a Costa Rica,
Cuba, México y Puerto Rico durante 1943-1944. Pero en el año de servicio de 1945 otros graduados de la Escuela fueron
a Alaska, el Brasil, Honduras Británica y el Canadá, Chile, la República Dominicana, Guatemala, Haití, Nicaragua, Panamá
y el Uruguay.
A medida que otros completaron sus estudios en Galaad se transportaron al África, Europa, Asia y a muchos territorios
insulares alrededor del mundo. De ese modo, para el fin de 1949 estaban ocupados testificando acerca del reino de Dios
en más de ochenta diferentes países. Durante los 1950 más de ellos fueron enviados a casi cincuenta países más, y
desde 1960 otros treinta países han recibido el beneficio de la presencia de estos ministros especialmente entrenados. En
total, los graduados de Galaad habían sido enviados a 159 países para el fin del año de servicio de 1970.
En unos cuarenta de estos países se había efectuado poca testificación, si alguna, antes de que llegaran estos
misioneros. Aquí y allí había unos cuantos proclamadores aislados del reino de Dios, pero el dar un testimonio cabal de
manera bien organizada data desde la llegada de los graduados de Galaad. Entre estos países estuvieron Bolivia,
Colombia, la República Dominicana, El Salvador, Costa de Marfil, Guatemala, Haití, Islandia, Israel, Corea, Laos, la
República Malgache, las Antillas Holandesas, Nicaragua, el Perú, Portugal, Senegal, Singapur, Venezuela y Vietnam.
El “montón de testimonio” en algunos de estos países ha sido verdaderamente fenomenal. Considere a Nicaragua
como ejemplo de este incremento. Al principio cuando dos de los graduados de Galaad llegaron en 1945 no había ningún
testigo de Jehová en aquel país. Pero este año pasado hubo un máximo de 1.446 personas informando servicio como
ministros activos, junto con 21 misioneros. O considere lo que sucedió en Corea. En 1949, cuando dos graduados de
Galaad llegaron, solo había 13 publicadores del Reino allí. ¡Pero qué aumento ha habido en los últimos veinte años!...
¡12.267 Testigos informando junto con 18 misioneros en 1970!
Todavía hay varios países donde les ha sido imposible la entrada a los ministros entrenados en Galaad. Rusia y sus
satélites detrás de la Cortina de Hierro están muy opuestos a la actividad de siquiera sus propios ciudadanos en cuanto a
anunciar el glorioso reino mesiánico de Jehová como la única esperanza de la humanidad para la paz y prosperidad.
En la actualidad hay graduados de Galaad sirviendo en solo 124 países. Eso se debe en gran medida a la actitud hostil
de algunos gobiernos en cuanto a la actividad de los testigos cristianos de Jehová, una actitud que se ha demostrado al
expulsar a los misioneros que ya estaban allí. Un ejemplo de esto aconteció en la China comunista cuando dos graduados
de la Escuela que fueron a Shanghai en 1947 fueron arrestados en 1958 bajo cargos inventados. Después de servir
términos de prisión de cinco y siete años, fueron expulsados de la China continental. Los misioneros de Galaad también
han sido echados de Birmania, el Camerún, Gabón, la República Malgache, Malawi, Zambia y otros países, para
vergüenza de esos gobiernos.
Cuando la primera clase de Galaad se graduó el 23 de junio de 1943, N. H. Knorr advirtió que estos enviados del
régimen del reino de Cristo podrían esperar esas experiencias. “El camino adelante,” declaró, “puede ser largo todavía;
puede ser difícil. Estamos seguros de que será difícil, pero quizás no sea demasiado largo. No será tan largo como en la
experiencia de Abrahán, ni en la de Moisés, ni en la de los profetas . . . Pero sea cual haya de ser ese tiempo, que la
prueba de su fe obre paciencia, aguante; . . . que se les halle intachables en integridad, haciendo la voluntad del Señor a
todo tiempo, . . . jamás faltándoles celo, devoción y esfuerzo obediente.”
El presidente Knorr entonces hizo referencia a lo que el escritor bíblico Santiago (1:5) dijo acerca de la sabiduría. “‘Si
alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría’ bajo las condiciones de prueba que necesariamente les
vendrán, tengan fe en la Fuente de la sabiduría y acudan a Él.” Es interesante el hecho de que en la reciente graduación el
presidente Knorr escogió de nuevo la sabiduría como su tema, desde el mismo libro de Santiago: “¿Quién es sabio y
entendido entre ustedes?”—Sant. 3:13.
¡Qué gozo es para los más de la mitad de los 5.000 graduados que todavía están en sus asignaciones el ver cómo
Jehová ha bendecido abundantemente su predicación! Esto es especialmente cierto para los más de treinta y cinco de los
noventa y cuatro que estuvieron en la primera clase de Galaad que todavía están apegándose a sus asignaciones. Han
visto el incremento desde menos de 110.000 alabadores de Jehová por todo el mundo en 1943 a trece veces ese número
en 1970... ¡1.483.430!
Por supuesto, este crecimiento no se ha producido únicamente por los esfuerzos de los graduados. Una medida más
ajustada a la realidad del efecto de la Escuela en la obra sería la tremenda expansión en el número de países que han
sido alcanzados por los Testigos. ¡En 1943 había solo 55 países informando, en comparación con 206 países en 1970!
¡Qué “MONTÓN DE TESTIMONIO para el Reino y para la vindicación del nombre de Jehová” ha sido éste! Por el poder y
la bendición de Jehová, la Escuela de Galaad ciertamente está cumpliendo su propósito.
[Ilustración de la página 24]
La quincuagésima clase graduanda de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Schmidt, H.; Theiser, R.; Jepsen, I.; Shiroma, J.; Shiroma, S.; Jakobsen, B.; Hake, U.; Claesson, B. (2) Tsutsui, E.;
Sjoberg, K.; Pauschack, M.; Kober, I.; Lathrop, T.; Bleckmann, G.; Schlosser, I.; Hansen, M. (3) Pauschack, K.; Hoder, A.;
Wedig, M.; Crepaz, D.; Jeppesen, K.; Jespersen, A.; Luddecke, U.; Chewning, J. (4) Fleck, G.; Buis, J.; Lathrop, G.; Wedig,
N.; Weyand, J.; Bruun, F.; Crepaz, L.; Schlosser, W.; Claesson, E. (5) Buis, J.; Foerster, R.; Duncan, R.; Schachner, W.;
Rasonsky, A.; Nielsen, N.; Chewning, M.; Gournon, W. (6) Carr, M.; Jespersen, H.; Seidl, H.; Hockett, J.; Selling, U.; Hilton,
J.; Zillner, C.; McNeil, L.; Morris, D.
[50th Class March 1971]
*** w71 1/12 págs. 735-736 Misioneros exhortados a lealtad y misericordia ***
Misioneros exhortados a lealtad y misericordia

EL 7 de septiembre de 1971 fue el día de graduación para los cien estudiantes de la clase 51 de la escuela misional
Galaad, de la Sociedad Watchtower. La graduación, que se celebró en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová
en la ciudad de Nueva York, comenzó con las excelentes observaciones que expresaron los instructores de la escuela.
Pronunció el discurso principal el presidente de la escuela, N. H. Knorr.
‘Jehová es “leal en todas sus obras,”’ dijo el presidente Knorr a la clase graduanda, ‘pero la pregunta es ésta: ¿Le
serán leales ustedes a él?’ (Sal. 145:17) Después de mostrar la importancia de permanecer leales a Dios, el presidente de
la Sociedad dio énfasis a lo necesario que es ser leales a la organización de Dios. Dijo a los estudiantes que a veces
suceden cosas que estorban el que uno muestre lealtad. Por ejemplo: es posible que surjan problemas debido a vivir en
estrecha asociación con otros en un hogar misional.
Ayudando al auditorio a conseguir el punto de vista correcto, el hermano Knorr dio énfasis al hecho de que todos los
cristianos son pecadores. ‘Todos, incluso los superintendentes, cometen errores. Por lo tanto, cuando suceda algo así, ¿va
usted a hacer sus maletas y abandonar su asignación misional, o permanecerá leal a la organización de Dios?’ preguntó.
El hermano Knorr les dijo a los estudiantes que se graduaban que recordaran que Jehová está guiando a su organización.
Explicó que en Mateo 18:15-17 Jesús bosquejó la manera de allanar una dificultad que uno tenga con su hermano
cristiano: Vaya y háblele; si no quiere escuchar, lleve consigo uno o dos cristianos maduros. Pero a veces sucede que por
temor al superintendente, no se dan estos dos pasos vitales para allanar la dificultad con dicha persona. Entonces el
hermano Knorr citó Proverbios 29:25: “El temblar ante los hombres es lo que tiende un lazo.” De modo que el temor al
hombre no debe disuadirlo de hacer lo que Dios quiere que usted haga, recalcó el hermano Knorr. Si no fuera a hablarle al
que le haya ofendido, entonces es posible que usted mismo se esté tendiendo un lazo o una trampa, y el resultado pudiera
ser tenderles un lazo a otros.
Pero ¿cómo pudiera uno que teme estar tendiendo un lazo a otros? Al chismear a otros acerca de algún
superintendente, y hacer así que ellos también le cobren temor. ‘El que chismea acerca de las faltas de un
superintendente no está mostrando lealtad a la organización de Dios. Por eso,’ dijo él, ‘si surgen dificultades debido a la
imperfección humana, vayan a hablarle a su hermano y sigan el consejo de Jesús y así disfruten de paz.’
Entonces el presidente de la Sociedad pasó a dar énfasis a lo necesario que es mostrar misericordia. Valiéndose del
ejemplo de misericordia que puso José al tratar con sus hermanos (Gén. 37:1-36; 39:1-45:28), les dijo a los graduandos
que fueran misericordiosos con los nuevos en la organización de Dios, con los de su hogar misional y con los
superintendentes, puesto que Jesús dijo: “Quiero misericordia, y no sacrificio.” (Mat. 9:13) Por eso, sean personas que
estén llenas de misericordia, aconsejó el hermano Knorr.
En su discurso, el presidente de la Sociedad también le dijo al auditorio que el arreglo respecto a superintendentes que
cambian de puesto por turno, anunciado en las Asambleas “Nombre Divino,” sería puesto en vigor en Betel, la central de la
Sociedad, el 13 de septiembre de 1971. Explicó que sería semanal el cambio por turno de los miembros del cuerpo
gobernante de los testigos de Jehová en cuanto a conducir la consideración del texto bíblico en las mañanas y el estudio
de La Atalaya los lunes por la noche. Así la central de la Sociedad estará poniendo en vigor el arreglo de turnos más de un
año antes que lo hagan las congregaciones.
Justamente antes del discurso principal, el vicepresidente de la Sociedad, F. W. Franz, explicó a la clase que se
graduaba el significado de Marcos 9:49, 50: “Todos tienen que ser salados con fuego. . . . Tengan sal en ustedes mismos,
y mantengan paz entre unos y otros.”
¿Se refiere el “fuego” del versículo 49 a persecución o pruebas? No, explicó, porque el contexto muestra que lo que se
está considerando es el “fuego” de Gehena. Y la palabra “todos” no se refiere simplemente a cualquier persona, sino a
aquellos cristianos ungidos que permiten que sus manos, pies u ojos hagan que ellos u otros tropiecen y se hagan infieles.
Las personas que procedan así tendrán que ser saladas con el fuego de la destrucción eterna.
Pero ¿cómo han de tener “sal” en sí mismos los cristianos fieles? ¿Y qué tiene que ver esto con la vida del misionero?
El hermano Franz explicó que la sal del versículo 50 representa aquella cualidad de los cristianos que los hace hacer y
decir cosas que son de buen gusto. Todo cristiano debe hacer las cosas de tal manera que manifiesten buen gusto desde
un punto de vista cristiano. Al proceder así no hará tropezar a nadie de la organización de Dios. “¡Oh, amados misioneros,”
aconsejó él, “tengan sal en ustedes mismos!”
Después que los estudiantes recibieron sus diplomas, uno de ellos leyó una carta en la que decían, entre otras cosas:
“Vinimos a la escuela a estudiar, pero eso era de esperarse. Lo que no pudimos prever fue lo caluroso y amplio de la
bienvenida que recibimos de la Familia de Betel. Ustedes, los hermanos y hermanas, abrieron su corazón para nosotros.
Queremos darles las gracias con todo nuestro corazón.”
El programa terminó con unas canciones deleitables presentadas por los graduados y también con un drama bíblico
intitulado “¿Es usted una persona misericordiosa?” El drama, basado como estaba en el relato bíblico de José y sus
hermanos, subrayó la cualidad que poco antes había recibido énfasis del presidente de la Sociedad.
*** g71 8/12 págs. 24-26 Los felices graduados de la Escuela de Galaad ***
Los felices graduados de la Escuela de Galaad

LA GRADUACIÓN de la clase 51 de la Escuela de Galaad el 7 de septiembre de 1971, en el Salón de Asambleas de


los Testigos de Jehová en la ciudad de Nueva York, fue en verdad una ocasión de felicidad. ¡Qué inspirador fue para la
concurrencia el ver a cien graduados de esta escuela de misioneros dispuestos a ir a las partes más lejanas de la Tierra
para compartir con otros las buenas nuevas y ayudarlos a aplicar en su vida los principios bíblicos!
El presidente de la Sociedad Watch Tower, N. H. Knorr, al comenzar el programa a las dos de la tarde suministró al
auditorio algunos datos acerca de estos felices estudiantes. Su edad promedio, dijo, era veintisiete años, y antes de venir
a la escuela ya habían estado en el ministerio por un promedio de doce años cada uno. De hecho, habían sido
predicadores de tiempo cabal por más de seis años y medio, como promedio. Entre este grupo feliz de ministros se
hallaban treinta y un matrimonios, veinticinco solteros y trece solteras.
El presidente de la Sociedad también explicó que estos estudiantes habían venido de doce diferentes países, tales
como Alemania, Suecia, Inglaterra y Nueva Zelanda, y ahora iban a servir en veintinueve países. Habían sido equipados
para sus asignaciones extranjeras por medio de estudiar francés, español, portugués y chino. Después de su discurso de
graduación sobre la importancia de la lealtad a Jehová Dios y su organización y de mostrar misericordia al tratar unos con
otros, el presidente Knorr entregó los diplomas. Relató que los estudiantes iban a países lejanos como Taiwan, el Japón,
Indonesia, Marruecos, Hong Kong, España, Brasil, Costa de Marfil y la República Centroafricana.
Aunque la mayoría de los cien graduados serían misioneros, algunos de ellos fueron asignados a servir en Sucursales
de la Sociedad. En la fábrica impresora de la Sociedad Watchtower en Brooklyn han recibido entrenamiento para ayudar
en la impresión de literatura bíblica en Ghana, Nigeria, el Japón, Australia y las Filipinas. El presidente Knorr relató que se
han comprado tres grandes rotativas en el Japón; una se usará en el Japón, otra en las Filipinas y la otra en Australia, de
modo que estos países puedan imprimir las revistas La Atalaya y ¡Despertad!
Antes del discurso principal se presentó una serie de discursos cortos con el objetivo de dar estímulo a los graduandos.
Por ejemplo, el instructor escolar U. V. Glass señaló que hay centenares de personas mencionadas por nombre en la
Biblia. Pero hay algunas cuyos nombres no se dan, y sin embargo sus buenos hechos están registrados allí. Glass explicó
que cuando el profeta Elías pensó que solo él quedaba fiel a Dios, Jehová le dijo que había otros 7.000 fieles. (1 Rey.
19:18) También habló acerca de la jovencita israelita, cuyo nombre no se da, que dijo la verdad valerosamente mientras
estuvo cautiva en Siria. (2 Rey. 5:2, 3) Estas personas tuvieron buen éxito, explicó, debido a su lealtad a Jehová.
Recuerden los hechos de estos innominados, animó Glass, e imítenlos con lealtad a Dios, y “ustedes tendrán un nombre
que Jehová mismo conozca y que recordará.”
M. G. Henschel, uno de los directores de la Sociedad Watch Tower, dijo a los graduandos: “Las experiencias que
tendrán en su ministerio harán que ustedes consideren el ministerio como un gran tesoro. Tendrán muchas bendiciones.”
Para ilustrar la clase de bendiciones que les esperaba, relató una experiencia que un graduado de Galaad informó desde
la América del Sur:
Un hombre de ochenta y ocho años, afligido con asma, se preparó para morir. Se compró un ataúd y también ropas
para su entierro. Pero cierto día un misionero de las buenas nuevas del reino de Dios visitó su hogar. El anciano aceptó un
estudio bíblico. Dentro de tres semanas el punto de vista de este hombre había cambiado completamente. Comenzó a
asistir a las reuniones cristianas que se celebraban en el Salón del Reino de los testigos de Jehová, llevando consigo a
sus ocho hijos. Progresó espiritualmente. Cuando llegó el tiempo para una asamblea cristiana, el hombre quiso asistir y
bautizarse. Pero necesitaba dinero para ir. Por eso, vendió su ataúd. Ahora tenía dinero. Sin embargo, necesitaba algo que
ponerse mientras se bautizaba, de modo que se puso sus ropas de entierro. ¡Ahora toda su familia está estudiando la
Biblia, y él mismo ha comenzado un estudio bíblico con otro hombre, uno de noventa y nueve años de edad!
Más tarde en el programa, los graduandos mismos expresaron su felicidad por haber estado en Betel, la central de la
Sociedad, y haberse asociado con miembros de esa familia. En una carta escrita por la clase graduanda, y leída al
auditorio, llamaron atención al gozo que también recibieron al asociarse con tantos cristianos ungidos, los llamados al
reino celestial de Dios. Dijeron:
“Ustedes nuestros queridos hermanos de los ungidos del Señor en la familia de Betel nos han hecho escudriñar
nuestro corazón y examinarlo cuidadosamente y han provisto el cuidado y la corrección amorosos que necesitamos para
ser personas que actuemos de todo corazón en nuestra vida de alabanza a Jehová. Hemos llegado a apreciar que entre
los escogidos de Dios ciertamente aplican estas palabras de Isaías: ‘Grande en medio de ti es el Santo de Israel.’ (Isa.
12:6) Queremos que sepan que nuestra asociación aquí con ustedes nos ha ayudado a acercarnos más a nuestro Padre
celestial.”
La felicidad de los graduandos fue aumentada por mensajes que vinieron de todas partes del mundo. Dio lectura a
éstos el secretario-tesorero de la Sociedad, G. Suiter. Entre ellos hubo uno de Irlanda que decía: “En este grandioso día de
su graduación los recordamos y nos regocijamos con ustedes. Que tengan mucho gozo.” Desde Alemania: “Nos
regocijamos con ustedes mientras concluye una muy interesante fase de su entrenamiento en la organización de Jehová.
Aunque no estamos presentes sentimos la excitación y expectativa que llena su programa de graduación.” Otro mensaje
decía: “Saludos mientras esperamos con gozo futuras bendiciones juntos en el ministerio teocrático. [Firmado] Los
veinticuatro felices misioneros en Panamá.”
Después de los ejercicios de graduación, los graduados deleitaron al auditorio por medio de una demostración de sus
talentos musicales. Aun mientras estuvieron en la escuela estos felices estudiantes disfrutaron de reunirse en sus
habitaciones, tocar instrumentos musicales y cantar. Y ahora para el programa de la noche tocaron una variedad de
instrumentos, como el clarinete, la armónica, el ukelele, la guitarra y el acordeón, y cantaron muchas canciones. La música
folklórica de varios países fue interpretada con belleza y espíritu. Fue un verdadero placer oír su canto.
Otra cosa que ilustró el talento de estos graduados felices fue su excelente aptitud como actores. Representaron un
drama bíblico, la historia de José y sus hermanos, con potencia y eficacia. Fue un drama que tocó el corazón y todo el
auditorio pudo ver el valor de la aplicación moderna, que mostró lo necesario que es que los cristianos se muestren
misericordia unos a otros.
Sin duda los graduados de la clase 51 de Galaad podrán recordar su día de graduación como un día
sobresalientemente feliz en su vida. Y ahora estarán mejor capacitados para hacer a otros verdaderamente felices al viajar
a sus asignaciones en partes lejanas de la Tierra.
[Ilustración de la página 24]
La clase graduanda 51 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Dinoo, S.; Brown, L.; Flores, C.; Duffy, G.; Porstendorfer, E.; Hollender, L.; Dover, P.; Reid, F.; Salleo, A.; Black, V.
(2) Price, J.; Corley, W.; Heads, J.; Schaefer, A.; Brown, S.; Slupina, U.; Moore, J.; Agren, M.; Cox, H.; Mitchell, M.
(3) Sibley, D.; Morris, Y.; Taylor, M.; Morawietz, W.; Lentz, J.; Hughes, R.; Thomas, E.; Flack, E.; Domínguez, M.; Mentor,
M. (4) Pérez, J.; Lay, H.; Edmondson, C.; Forde, B.; Hatsel, C.; Hudema, L.; Lommatzsch, S.; Marston, B.; Schredl, M.;
Domínguez, A. (5) Aragón, B.; Punko, J.; Sibley, N.; Stevens, J.; Bacher, U.; Bridgman, G.; Allen, E.; Pedersen, B.;
Reynolds, T.; Bridgman, G. (6) Corley, T.; Pischke, E.; Hollender, M.; Ramírez, B.; Pischel, G.; Lougheed, S.; Pevy, P.;
Matzen, H.; Harper, R.; Heads, W. (7) Morris, L.; Punko, L.; Pandachuk, V.; Willingham, P.; Pischel, G.; Kaeufer, K.;
Schredl, F.; Shepherd, D.; Edmondson, D.; Agren, G. (8) Reid, E.; Richards, D.; Trotman, L.; Verollet, P.; Zukiwsky, L.;
Thomas T.; Bohmert, W.; Dover, M.; Ramírez, E.; Lentz, J. (9) Williamson, P.; Marston, D.; Stevens, E.; Lougheed, T.;
Willingham, J.; Moore, R.; Berríos, T.; Brown, I.; Forde, M.; Hudema, M. (10) Duffy, B.; Cox, A.; Hatsel, C.; Taylor, T.; Price,
W.; Dyer, K.; Flores, R.; Pevy, R.; Lupul, P.; Ruckman, E.
[51st Class September 1971]

*** w72 15/5 págs. 317-318 Impelidos a humildad en la graduación de Galaad ***
Impelidos a humildad en la graduación de Galaad

EL LUNES 6 de marzo de 1972 a las dos de la tarde dos mil y una personas llenaron por completo el Salón de
Asambleas de los Testigos de Jehová en la ciudad de Nueva York. ¿Cuál fue la ocasión? La graduación de la clase 52 de
la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower.
Presidió el programa N. H. Knorr, el presidente de la escuela. Después de una canción y oración de apertura, el
hermano Knorr hizo unas cuantas observaciones acerca de la juventud y el entusiasmo de los estudiantes de esta clase.
A esto siguió una serie de discursos breves, pronunciados por los instructores de Galaad y otros. En el primero de
estos discursos se señaló que no existe una crisis de identidad entre los Testigos como reconocidamente existe entre otros
que afirman ser ministros cristianos. El segundo orador enfatizó la importancia de interesarse en el bienestar de sus
hermanos cristianos. El siguiente discursante amonestó contra el mirar atrás con anhelo, pues esto no solo resulta en que
uno se compadezca de sí mismo, sino en desaliento. El siguiente discurso mostró la importancia de tener uno su habilidad
para pensar entrenada según la Biblia al tomar decisiones. Otro discursante dio énfasis a la humildad, a la necesidad de
ser de mente humilde, y animó a los misioneros a aceptar a la gente en su asignación misional. El último de estos
discursos breves recordó a los misioneros la felicidad que les espera por haber establecido metas prudentes para sí
mismos.
Después de estos discursos se le leyó al auditorio varios mensajes, entre ellos cablegramas y telegramas, y entonces
F. W. Franz, el vicepresidente de la Sociedad Watch Tower, habló. Subrayó la seriedad del compromiso contraído por los
estudiantes misionales, su dedicación como siervos de Dios. También consideró en detalle Eclesiastés 5:1-7, que trata de
votos. Entre otras cosas hizo notar que los “sueños” mencionados allí que vienen de ‘una abundancia de negocios’ no se
refieren a los sueños que uno tiene al dormir después de un día muy ocupado. Más bien, éstos son sueños egoístas,
personales, que son el resultado de dejarse uno desviar del servicio de Dios y envolverse en actividades materialistas. El
dejar que esto suceda produciría una gran cantidad de “vanidades” y “palabras” proferidas en un esfuerzo por disculparse.
En conclusión dio énfasis a la importancia de temer “al Dios verdadero” como una ayuda en su esfuerzo por cumplir
lealmente su asignación misional.
Entonces se oyó el principal discurso de la graduación, pronunciado por N. H. Knorr. Repasó brevemente la historia de
la escuela misional y la obra maravillosa que los graduados han logrado. Desde que se inauguró la Escuela el 1 de febrero
de 1943, más de cinco mil estudiantes se han graduado, y más o menos la mitad de éstos todavía están participando
activamente en el ministerio de tiempo cabal.
El orador comentó sobre la expresión “adhiéranse a lo que es bueno,” diciendo que en el griego es, literalmente,
‘pegarse con cola a lo que es bueno’ y exhortó a los estudiantes a estar pegados a sus asignaciones. (Rom. 12:9, 11;
Kingdom Interlinear Translation) Dijo que la perseverancia no solo encierra la idea de aguantar penalidades, sino también
de continuar por largo tiempo en cierto proceder. Hoy, después de 29 años, 36 de los primeros cien estudiantes de Galaad
continúan sirviendo en algún lugar en el ministerio de tiempo cabal.
El hermano Knorr dio importancia especial a la necesidad de que los misioneros sean humildes, que muestren ser de
mente humilde al enseñar a otros. El que trataran de impresionar a otros hablándoles de su educación y el entrenamiento
especial que han recibido bien pudiera desanimar a la gente y disuadirla de tratar de imitarlos en el ministerio del campo.
En vez de eso, les aconsejó, “su humildad en general y su humildad de mente ayudará a las personas a entender.” Tal
como Jesús ayudó a los que estaban literalmente ciegos a ver, así los misioneros pueden ayudar a los que están
espiritualmente ciegos a ver, y esto contribuirá a la vindicación del nombre de Jehová. En conclusión el hermano Knorr dijo
con instancia: “Estamos plenamente conscientes de que tenemos que ser de mente humilde, que tenemos que estar
dispuestos a dar. Ustedes tienen la verdad. Al salir entre la gente... DEN.”
Esa noche los estudiantes presentaron un programa musical excelente, el cual fue seguido por un drama bíblico que
también dio énfasis a la necesidad de que los cristianos sean humildes, que muestren ser de mente humilde en sus tratos
los unos con los otros.
*** g72 22/5 págs. 24-26 Se gradúa la entusiástica y juvenil clase 52 de Galaad ***
Se gradúa la entusiástica y juvenil clase 52 de Galaad

LOS estudiantes misionales de la clase 52 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower eran un grupo juvenil
especialmente expresivo, con menos de veintiséis años de edad, en promedio, al matricularse. Anteriormente habían
dedicado unos diez años, como promedio, en el ministerio cristiano y habían sido enriquecidos por una amplia variedad de
antecedentes. Demostraron un intenso entusiasmo en cuanto a aprender.
Y tenían buena razón para su entusiasmo, porque el curso de conferencias de la Escuela de Galaad había sido
mejorado tremendamente. Las conferencias se ajustaban específicamente a los problemas particulares que encontrarían.
Además, el curso de conferencias tenía mayor profundidad, una más amplia variedad de asuntos y mayor número de
oradores. Formó parte del curso una exhibición del Fotodrama de la Creación, y la arqueología y la cronología fueron
colocadas en su lugar apropiado.
Los estudiantes habían esperado ansiosamente su día de graduación, el 6 de marzo de 1972, y lo marcaron con su
entusiasmo juvenil. Después de los rasgos preliminares del programa de graduación los estudiantes escucharon por última
vez las expresiones de sus instructores y otros que habían estado encargados de sus actividades. Primero habló Fred
Rusk. Él citó palabras del presidente del Seminario Teológico Union, de Nueva York, quien confesó el año pasado a la
clase graduanda de esa escuela que ellos se enfrentaban a una “crisis de identidad,” que “tenían que empezar a pensar
cosas impensables,” y que “todavía no hemos llegado a un acuerdo en cuanto a la naturaleza del problema.” Rusk hizo
notar que, en contraste con eso, estos graduandos de Galaad no se encaraban a problemas de esta índole. Sus frutos
piadosos los identifican, y la Palabra de Dios señala el proceder que han de seguir.
Después habló a la clase U. V. Glass. Él asemejó la obra de ellos de edificar la adoración verdadera a la obra de
edificación que efectuó Nehemías. Aunque la obra de Nehemías de reedificar los muros de Jerusalén fue urgente y
peligrosa, él dedicó tiempo a aliviar a sus compañeros judíos que estaban siendo oprimidos por acreedores. Así, también,
los misioneros deben mostrar interés amoroso en sus hermanos. Entonces también pueden orar como oró Nehemías:
“Recuerda a favor mío, sí, oh Dios mío, para bien, todo lo que he hecho en el interés de este pueblo.”—Neh. 5:19.
Después habló E. A. Dunlap, registrador de la escuela. Citó de Eclesiastés 7:10: “No digas: ‘¿Por qué ha sucedido que
los días anteriores resultaron ser mejores que éstos?’” Aplicando el texto a los misioneros, aconsejó no mirar atrás a los
tiempos anteriores ni a mejores condiciones en el hogar, porque esto lleva a compadecerse de uno mismo, lo cual a su vez
lleva a desanimarse y abandonar la obra. Advirtió contra el ‘poner la mano en el arado y entonces mirar atrás.’—Luc. 9:62.
M. G. Henschel, siervo de sucursal de los Estados Unidos, habló después sobre el tema: “Adquieran habilidad para
pensar,” basando sus declaraciones en Proverbios 5:1, 2. Señaló que los graduandos habían adquirido una buena base de
conocimiento, una cosa muy esencial para el ejercicio de la habilidad para pensar. Esta habilidad para pensar protege al
individuo al hacerle posible ver las consecuencias de cierto proceder. Significa ‘usar la cabeza,’ poder pensar según el
conocimiento de lo que Dios ha escrito en su Palabra. Esta habilidad para pensar capacitó a Jesús a ver las malas
consecuencias que vendrían de seguir las sugerencias del Diablo. (Mat. 4:1-10) “La habilidad para pensar basada en
conocimiento exacto de la Palabra de Dios,” declaró Henschel, “hará que salgan airosos. No actúen precipitadamente.”
Max Larson, el siervo de la fábrica, escogió como su tema: “¿Aceptarán a la gente?” En sus viajes había observado
que los misioneros más felices y de mejor éxito eran los que habían aceptado a la gente de su territorio, de sus
congregaciones y de sus hogares misionales. Leyó Gálatas 6:7-10, señalando que, para ‘obrar lo que es bueno para con
todos,’ uno tiene que aceptar a la gente como es, y no criticar sus singularidades ni faltas. “Acepten a la gente como es,”
dijo, “y serán buenos misioneros y Dios los bendecirá.”
George Couch, siervo del hogar Betel, fue el siguiente orador. Describió la satisfacción que produce el haber logrado la
meta de uno en la vida. Aquellos cuya ambición es alcanzar metas materialistas solo alcanzan éxito de poca duración. En
contraste, el buen éxito y la felicidad durables vienen a los que han hecho de la obra misional cristiana su vocación.
Estimuló a los que le escuchaban a no descuidar el estudio personal, la oración y la concurrencia a las reuniones
cristianas.
Entonces Grant Suiter leyó unos treinta mensajes enviados desde quince diferentes países, entre ellos lugares tan
lejanos como el Japón, Nueva Guinea y Afganistán. Un saludo vino de 85 ministros cristianos encarcelados en prisiones
militares españolas, algunos ya por once años.
Después de la lectura de estos mensajes, F. W. Franz, vicepresidente de la Sociedad Watch Tower, habló. Dio énfasis a
la seriedad del compromiso contraído por los estudiantes misionales. Dio ejemplos bíblicos para mostrar la importancia de
la dedicación de ellos y lo apropiado del término. Entonces se explayó sobre Eclesiastés 5:2-7, donde Salomón recalca la
obligación de cumplir el voto hecho, haciendo notar que un voto es algo voluntario. Al concluir instó a los estudiantes a ser
leales a sus asignaciones misionales.
Se pudiera decir que hasta este punto el programa había sido preliminar, conduciendo al discurso principal que
pronunció el presidente de la escuela, N. H. Knorr. Él llamó atención al hecho de que fue en medio de la II Guerra Mundial,
cuando había solo 90.000 Testigos por todo el mundo, que la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower fue concebida y
comenzó a funcionar en 1943. Citó de Romanos 12:9-11 y dio énfasis a lo necesario que es aborrecer lo que es malo,
adherirse a lo que es bueno y fulgurar (literalmente “hervir”) con el espíritu. Hoy cuando la gente ‘va desenfrenada por
no tener visión,’ es el privilegio de los testigos cristianos el dar a la gente una visión del reino de Dios. (Pro. 29:18)
También dio énfasis a la necesidad de que fueran humildes, de modo que ni siquiera hicieran referencia a su
entrenamiento escolar en Galaad, para no abrir una brecha entre las personas humildes a quienes enseñaran y ellos
mismos.
Después de recibir sus diplomas, uno de los estudiantes leyó una carta de aprecio de la clase dirigida a “Estimados
hermano Knorr y familia de Betel.” Fue una expresión afectuosa de gratitud por la “educación, el entrenamiento y la
disciplina” que habían recibido. Verdaderamente se les había ayudado a comprender “que lo que principalmente Jehová
requiere de nosotros es servicio con un corazón completo.”
El programa ya bosquejado, que duró desde las dos hasta las cinco de la tarde, fue seguido por un intermedio.
Entonces a las seis de la tarde los estudiantes presentaron un muy excelente y variado programa musical, con música que
variaba desde la de Mozart y Chabrier hasta la de canciones típicas europeas y de rústicos montañeses norteamericanos.
Particularmente sobresaliente fue una composición original cuyo título en español pudiera ser “¡Qué bueno estar en casa,
mamá!” que describió la visión de bendiciones del Reino que tuvo el apóstol Juan. A esto siguió un drama bíblico que
aplicó con eficacia la lección de humildad que encierra el relato bíblico del general sirio Naamán, que fue curado de lepra.
—2 Rey. 5:1-27.
[Ilustración de la página 24]
La clase graduanda 52 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Hartig, A.; Martínez, L.; Mercado, R.; Bosold, M.; Lacayo, R.; Sandá, M.; McQuaters, B.; Díaz, C.; Kettelle, S.
(2) Williams, C.; Waterhouse, J.; Bottorf, L.; Camacho, C.; Torres, M.; Maybee, S.; Guillén, R.; Frazee, P.; Dunne, S.;
Huerta, J. (3) Benites, C.; Oliver, L.; Barnes, S.; Bux, H.; Schisel, C.; Karstensen, E.; Nelson, L.; Hreczanyk, M.; Dunne, T.;
Pobuda, L. (4) Hurd, F.; Kuhr, F.; Jensen, E.; Matos, G.; Mantz, S.; Jepsen, H.; Howard, O.; Vilas, T. (5) Ewers, A.;
Gonzales, S.; Lum, N.; Sharpe, M.; Jacobsen, L.; Neumann, L.; Sandá, D.; Almost, C.; Almost, P.; Malling, J. (6) Kettelle,
W.; Matos, R.; Thusgaard, G.; Grover, L.; Lum, P.; Zimmerman, A.; Martin, G.; Jackman, S.; Benites, A.; Christiansen, S.
(7) Garfman, D.; Lacayo, A.; Frazee, W.; Benítez, C.; Wilson, A.; Steinle, L.; Jackman, J.; Neumann, T.; Bell, D.; MacDuff, L.
(8) Adelman, G.; Kristensen, K.; Camacho, F.; Bottorf, W.; Fischer, E.; Blessing, W.; Schisel, D.; Oliver, R.; Karstensen, H.
(9) Martin, J.; Sharpe, R.; Longreen, P.; Mantz, J.; Waterhouse, D.; Jacobsen, V.; Hurd, R.; Barnes, T.; Maybee, C.; Lindtoft,
T.; Howard, J., Jr. (10) Pobuda, R.; Hreczanyk, J.; Wilson, P.; Zimmerman, J.; McQuaters, S.; Kuhr, H.; MacGillivary, R.;
Grover, G.; Steinle, W.; Nelson, D.
[52nd Class March 1972]

*** w72 1/12 págs. 734-735 La reunión de Pittsburgo subraya la urgencia de los tiempos ***
La reunión de Pittsburgo subraya la urgencia de los tiempos

ANTES de rayar el alba del primer día de octubre, algunas personas empezaban a reunirse alrededor de la Civic Arena
de Pittsburgo, Pensilvania. El acontecimiento que las atraía era la reunión anual de corporación de la Watch Tower Bible
and Tract Society of Pennsylvania combinada con la graduación de la clase cincuenta y tres de la Escuela Bíblica de
Galaad de la Watchtower.
El programa empezó a las 8:30 de la mañana y, después de oración y una consideración del texto bíblico para el día,
los concurrentes oyeron informes y experiencias animadores relatados por representantes de las sucursales de la
Sociedad que habían venido de Alemania, Suiza, Canadá, Jamaica y México. Entonces el director M. G. Henschel leyó
saludos que los hermanos de muchos países —Laos, Hawai y Micronesia, y muchas partes del África, América del Sur y
Europa— le habían enviado a la clase de graduandos.
Enseguida el vicepresidente de la Sociedad, F. W. Franz, pronunció un discurso en que dio fuerte exhortación contra el
dejar que la apatía se desarrolle entre el pueblo de Dios hoy día. ¿Tendemos algunos de nosotros a pensar que todavía
falta mucho antes del tiempo de Dios para ejecutar su juicio y que podemos deslizarnos a la vida despreocupada que
caracteriza a este mundo? En tal caso, tenemos que corregir nuestra actitud, hacer que armonice con el inspirado consejo
que se nos da en 2 Pedro 3:12. Según la Versión Moderna (y la lectura marginal de la King James Version), en ese texto
se insta a los cristianos a estar “esperando y apresurando el advenimiento del día de Dios.” ¿Podemos nosotros realmente
apresurar el tiempo que Dios tiene designado en su horario para la venida de su día de ejecutar juicio? No, pero sí
podemos seguir “teniendo muy presente” ese día, como vierte este texto con más exactitud la Traducción del Nuevo
Mundo. Pedro y otros cristianos de su día no tenían manera de saber exactamente cuándo vendría ese “día,” pero sabían
que era una cosa absolutamente segura, que con toda certeza vendría, ¡y con eso bastaba! Hoy tenemos abundante
evidencia de que una generación ya envejecida realmente tendrá la experiencia de ver la predicha “tribulación grande” que
despejará el camino para la entrada del nuevo orden de Dios. Ciertamente debemos vivir cada día con pleno conocimiento
de su inminencia, no postergándolo en nuestra mente o corazón.
Durante la reunión anual de la corporación que empezó a las 10 de la mañana, el presidente de la Sociedad,
N. H. Knorr, reveló que, aunque el informe para el año de servicio de 1972 todavía no estaba completo, ya muestra el
excelente total de más de 162.000 personas bautizadas durante el año. Esto quiere decir que durante los pasados cinco
años más de 680.000 personas se han bautizado por todo el mundo, y éstas representan el 41 por ciento de los testigos
de Jehová hoy día.
Entonces el instructor U. V. Glass dirigió algunos comentarios finales a la clase que se graduaba. Después de
mencionar que los de la clase tenían como promedio veintinueve años de edad, señaló que hace veintinueve años que
‘nació’ la Escuela de Galaad. Basando su consejo en Hebreos 12:1-3, exhortó a los estudiantes a nunca caer en el pecado
de falta de fe. Los corredores no aflojan el paso al acercarse a la meta. Puesto que el Nuevo Orden está tan cerca, los
graduandos deben dedicar toda partícula de fuerza a la carrera. El registrador de Galaad, E. A. Dunlap, entonces enfatizó
que el dar de Dios es caluroso y generoso, e instó a los estudiantes a nunca hacer que Dios se sienta ‘herido en el
corazón’ obrando con falta de aprecio en cuanto a sus dones.
Luego vino el discurso final, pronunciado por el presidente de la Sociedad sobre el tema “El nombre en que todas las
naciones están escogiendo andar,” basado en los capítulos 3 y 4 de Miqueas. Aunque está dividida por religión y otros
factores, la gente idolatriza el ideal de su nación política en particular, haciendo de éste un dios nacional. Pero sus ‘dioses’
nacionales no están salvando a la humanidad de un derrotero desastroso. En esta “parte final de los días,” centenares de
miles de personas en todas partes de la Tierra están despertando y reconociendo la realidad y están acudiendo a Jehová
como el único Dios verdadero en quien confiar. ‘Andan en su nombre’ por medio de seguir la “ley” y la “palabra” de Jehová
procedentes de Sion y Jerusalén celestiales, la sede del ya reinante reino del Mesías.
Después de la distribución de los diplomas y un intermedio que permitió tomar almuerzo, vino la sesión de la tarde en
que los cuarenta y ocho estudiantes graduados presentaron un programa musical lleno de vida y colorido en once idiomas.
El programa llegó a su punto culminante con la presentación de un drama bíblico, escrutador del corazón, que trataba del
pecado que el rey David cometió con Bat-seba. Hizo resaltar el excelente equilibrio de la justicia de Dios y su misericordia.
Con buena razón, al terminar el día, los 7.614 concurrentes se sintieron abundantemente recompensados.
*** g72 8/12 págs. 24-26 La Escuela de Galaad ayuda en la proclamación del Reino por toda la Tierra ***
La Escuela de Galaad ayuda en la proclamación del Reino por toda la Tierra

ERA domingo, 1 de octubre de 1972. Desde temprano en la mañana centenares de personas se habían reunido en la
Arena Cívica de Pittsburgo esperando a que se abrieran las puertas. La ocasión era la reunión anual de corporación de la
Sociedad Watch Tower Bible and Tract de Pensilvania. Pero este año la atracción especial del programa fue la graduación
de la clase 53 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Un total de 7.614 amigos y bienquerientes estaban
presentes.
Hace solo treinta años, el 24 de septiembre de 1942, la junta de directores de la corporación susodicha en conjución
con la corporación de Nueva York de la Sociedad votó a favor de establecer la Escuela de Galaad. El propósito de la
escuela, que es dirigida por la corporación de Nueva York, es entrenar a misioneros para proclamar por todas partes de la
Tierra que el reino de Dios es el único gobierno que puede traer paz duradera a la humanidad. ¿Ha cumplido Galaad con
este propósito?
Dedicación y clases anteriores
Los ejercicios de dedicación de Galaad se efectuaron el lunes, 1 de febrero de 1943, después de lo cual los cien
estudiantes de la primera clase comenzaron sus estudios. La escuela suministra un curso de cinco meses de intensivo
entrenamiento bíblico. Cada libro de la Biblia se estudia cuidadosamente, y la ley y las doctrinas bíblicas se examinan.
Además, por lo general se enseña un lenguaje, y hay entrenamiento en la oratoria pública.
Las primeras cinco clases de Galaad se graduaron mientras la II Guerra Mundial todavía estaba en progreso. Hoy día,
después de más de 27 años de haber terminado la escuela, ¿cuál es la situación actual de los 465 graduados de esas
cinco clases?
Algunos han muerto. De hecho, ¡la edad promedio de ellos es de cincuenta y cinco años o más! ¡No obstante 163 de
los 465, más de uno de cada tres, todavía están en la obra de la predicación de tiempo cabal o están sirviendo en las
oficinas sucursales de la Sociedad Watch Tower en algún lugar del mundo! Verdaderamente, esos graduados de las
primerísimas clases de Galaad han participado en llevar a cabo una obra maravillosa.
Dando comienzo a la obra de predicar
Requiere verdadera fe y perseverancia el ir a un país extranjero en el que solo hay pocos, si es que hay, compañeros
Testigos, para encontrar un lugar en el cual vivir, y hacer frente a condiciones de vida completamente diferentes. Pero eso
es lo que esos graduados de Galaad hicieron.
En 1946 no había congregaciones de testigos de Jehová en el Perú. Pero en octubre de ese año Walter B. Akin y su
esposa, graduados de la segunda clase de Galaad, junto con otros seis misioneros, llegaron. Aunque sabían poco
español, inmediatamente se pusieron a trabajar, usando una tarjeta impresa para presentar el mensaje. Christine Akin
encontró a dos familias interesadas durante aquel primer día. Se hicieron revisitas, ¡y pronto había once nuevos
publicadores del Reino! ¡Actualmente el número de proclamadores del Reino en el Perú ha aumentado a más de 6.100!
El 28 de junio de 1945, Francis Wallace y su hermano Fred de la primera clase de Galaad llegaron a Nicaragua,
hallaron un apartamento, y llegaron a ser los únicos proclamadores del Reino en ese país. ¡Ahora hay más de 1.800! Unas
pocas semanas antes Roscoe e Hilda Stone, graduados de Galaad, empezaron la obra de predicación en El Salvador, y
ahora más de 2.500 están predicando el mensaje del Reino allí. Lennart Johnson y su esposa, de la segunda clase de
Galaad, llegaron a la República Dominicana el 1 de abril de 1945, llegando a ser los únicos predicadores del Reino en ese
país. ¡Ahora hay más de 4.300!
La historia es parecida para Venezuela, Liberia, Bolivia, Honduras, Colombia y otros países. Los graduados de las
primeras clases de Galaad dieron comienzo a la obra de predicación en muchos, muchos lugares.
Las siguientes clases de Galaad
La primera clase internacional fue la octava, que contó con estudiantes de 18 países. Dos de éstos, Stanley Jones y
Harold King, fueron asignados a China. Llegaron en junio de 1947, y continuaron sirviendo allí cuando los comunistas se
apoderaron del poder en 1949. Se alcanzó un máximo de 54 publicadores del Reino, pero entonces las autoridades
comenzaron a interferir. Por fin en octubre de 1958, Jones y King fueron arrestados y pasaron siete y cuatro años y medio
respectivamente en prisiones de China, no obstante salieron fuertes en la fe.
Don Haslett, de la clase 11, fue enviado para fines de 1948 a Tokio, Japón, a preparar el camino para compañeros de
clase. Diariamente buscó por la ciudad para hallar un hogar apropiado; al fin en febrero halló uno. En 1948 no había
predicación del Reino organizada en el Japón, ¡pero hoy día hay más de 14.100 proclamadores unidos del Reino!
En 1950 tres misioneros de Galaad empezaron la obra de predicación en Etiopía. Poco después de su llegada, un
joven, al enterarse de que el extranjero era un misionero, le rogó: “Por favor, señor, hábleme acerca de Jesucristo.” Este
joven y su amigo llegaron a ser los primeros publicadores etíopes. ¡Pero ahora hay más de 800 predicadores del Reino en
ese país!
Aumenta la influencia de Galaad
Un punto culminante fue la graduación de la clase 31 en el Estadio Yankee en 1958. Notablemente, había
representantes de 64 países entre los 103 estudiantes. Pero lo que es más notable aún, ¡180.291 personas, entre ellas los
1.461 graduados de las anteriores treinta clases, estaban presentes durante los ejercicios de graduación! El presidente de
la Escuela de Galaad, N. H. Knorr, conmovió al vasto auditorio llamando la atención a estos cientos de fieles misioneros de
las clases anteriores sentados al frente en la pista. “¡El hacer la voluntad divina,” declaró él, “y persistir en ello es el único
trabajo que vale la pena!”
Y eso es lo que han hecho cientos de misioneros, permaneciendo en sus asignaciones por diez, veinte o más años. De
los 5.235 estudiantes que se han graduado de las 52 clases de Galaad durante los pasados 29 años, ¡muchos más de
2.500 aún están en sus asignaciones proclamando el reino de Dios! ¡Y considere la participación que ellos han tenido en el
aumento maravilloso de la proclamación del Reino!
Allá en 1942, cuando no había misioneros de Galaad en ninguna parte, solo 10.070 publicadores del Reino estaban
predicando en 11 países africanos. ¡Ahora hay más de 265.000 publicadores en 50 países de África! En toda otra parte de
la Tierra ha sucedido igual. La Escuela de Galaad ha tenido un tremendo efecto sobre la predicación del reino de Dios por
toda la Tierra.—Mat. 24:14.
Hasta ahora, los estudiantes han venido a Galaad de 111 países, y han sido enviados a 159 países. A través de los
años se han enseñado 12 idiomas en Galaad, pero los graduados están predicando el mensaje del Reino en veintenas de
lenguas.
La clase graduanda 53 tiene el mismo deseo de hacer que el mensaje del Reino se predique por toda la Tierra. Como
dijo un matrimonio de Dinamarca en esa clase: “Le oramos juntos a Dios. Puesto que la organización de Dios quiere enviar
misioneros, estaríamos anuentes a ir. Deseábamos estar donde la organización de Dios quería que estuviésemos.”
Es este deseo de miles de jóvenes hombres y mujeres de ser usados por Dios el que le ha permitido a la Escuela de
Galaad cumplir con su propósito de entrenar misioneros para proclamar el reino de Dios por toda la Tierra.
[Ilustración de la página 24]
La clase graduanda 53 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Costa, A.; Asmussen, T.; Plank, L.; Schawohl, H.; Ryle, J.; Hüsener, B.; Smode, S.; LaSalle, P. (2) Hüsener, A.; Nonkes,
F.; Bahr, M.; Blackett, W.; Bauer, K.; Jackman, J.; Hansen, B.; Ederle, H. (3) Sattler, R.; Beaumont, E.; Breuer, G.; Garbe,
K.; Capriotti, P.; Zwally, H.; Yeomans, W.; Bauer, P. (4) Reichbauer, C.; Ryle, G.; Garza, R.; Pixley, R.; LaSalle, O.; Smode,
J.; Costa, R.; Wettach, J. (5) Makoff, D.; Pfister, D.; Uhlig, R.; Nonkes, W.; Capriotti, R.; Asmussen, K.; Hudson, S.; Grasso,
R. (6) Sinowski, J.; Loud, F.; Reichbauer, G.; Javens, C.; Burgess, W.; Bahr, G.; Leivers, J.; Schawohl, H.
[53rd Class October 1972]

*** w73 1/5 págs. 287-288 Galaad envía más misioneros a la mies ***
Galaad envía más misioneros a la mies

CUANDO Jesús declaró: “La mies, en realidad, es mucha . . . Por lo tanto rueguen al Amo de la mies que envié obreros
a su mies,” no pudieron haberse imaginado sus oyentes que más de 1.900 años después la Escuela Bíblica de Galaad de
la Watchtower estaría haciendo precisamente eso. (Luc. 10:2) Por ejemplo, el lunes 5 de marzo fue otro Día de
Graduación de Galaad; esta vez de la clase cincuenta y cuatro. Otros cuarenta y nueve misioneros fueron enviados a
ingresar en las filas de los miles que ya están trabajando diligentemente en la “mies” en este “tiempo del fin.”
El programa empezó a la 1:55 de la tarde. Después de un cántico y oración de apertura, varios oradores pronunciaron
algunas declaraciones muy animadoras. El instructor Ulysses Glass dijo a los que se graduaban: “Algún día del futuro
no muy distante será el último día en que ustedes predicarán a persona alguna en este viejo sistema de cosas. Sin
embargo, entre ahora y ese ‘último día’ su fe será probada severamente. Pero, si son fieles cada día en su ministerio,
entonces cuando llegue ese ‘último día’ de su predicación, ustedes también ‘serán hallados causa de alabanza y gloria y
honra al tiempo de la revelación de Jesucristo.’”—1 Ped. 1:6, 7.
“Para tener buen éxito es preciso que tengan la actitud correcta,” declaró el registrador de la escuela, Edward Dunlap.
Citó las actitudes del apóstol Pablo y del Señor Jesucristo como las correctas que debemos copiar. Edificando sobre estas
excelentes ideas, el superintendente de la sucursal estadounidense, Milton Henschel, entonces habló acerca de apreciar
lo de verdadero valor, contrastando el valor de las posesiones materiales con el de las riquezas espirituales. Para hacer
entender claramente su punto le mostró al auditorio varias monedas... moneda de conchas de las islas de Oceanía,
moneda de ocupación impresa por los japoneses durante la II Guerra Mundial y viejos chelines británicos, todos los cuales
hoy tienen muy poco valor. Aun el billete de diez dólares de los Estados Unidos que exhibió ha perdido mucho de su valor
anterior. Entonces, ¡cuán prudente es el consejo que da el apóstol Pablo en Hebreos 13:5 acerca de estar ‘exentos del
amor al dinero’!
El siervo de la fábrica, Max Larson, recordó a los graduandos que su asociación con la familia de Betel realmente había
sido parte de su entrenamiento, para ayudarlos a adherirse fielmente a sus asignaciones. ¿Cómo es esto? Bueno, dijo
Larson, hay setenta miembros de la familia que han estado trabajando aquí en Betel por más de 28,6 años, la edad media
de esta clase. ¡Excelentes ejemplos, éstos, de personas que se adhieren fielmente a sus asignaciones en el ministerio!
El siervo de Betel, George Couch, se refirió al hecho de que esta clase había sido alimentada especialmente bien con
un conocimiento de cosas espirituales. Pero ahora el buen éxito que tendrían como misioneros dependería de lo
sabiamente que aplicaran este conocimiento al ayudar a otros a aprender el camino que lleva a vida eterna.
Después de la lectura de más de veinte telegramas y saludos especiales enviados a los graduados de diferentes partes
del mundo, el vicepresidente F. W. Franz pronunció un discurso dinámico. Al progresar en su discurso hizo unas cuantas
preguntas interesantes a los graduados: ‘¿Han pasado los testigos de Jehová su máximo? ¿Es eso lo que creen ustedes
como grupo de misioneros? ¿Es ésa la actitud de ánimo que tienen al partir para el campo misional? No, de ninguna
manera. Ustedes creen que la cumbre todavía está delante de nosotros, y todos estamos resueltos a llegar hasta la misma
cima.’
Parece que todo el programa iba preparando el camino para el discurso que el presidente, N. H. Knorr, pronunció
intitulado “Su fe es probada por sus labios,” un discurso basado en Romanos 10:8-10. ‘Nuestros labios,’ declaró Knorr,
‘tienen mucho que ver con nuestra fe en Jehová Dios. Pero antes que pueda estar en sus labios tiene que estar en su
corazón, porque es del corazón que habla la boca. Durante los pasados cinco meses ustedes han mostrado que tienen fe
en su corazón. Ahora van a salir como misioneros y usar sus labios para probar su fe . . . porque la fe sin obras realmente
está muerta, según Santiago 2:14-26.’
Luego los estudiantes recibieron un sobre con sus asignaciones. Los dieciséis hermanos solteros, las cinco hermanas
solteras y los catorce matrimonios habían venido de seis diferentes países. Ahora se les enviaba a veintitrés países.
Después de un intermedio para cenar, los 2.061 concurrentes estaban listos para disfrutar del programa de la noche, la
parte sobresaliente del cual fue la presentación de dos dramas bíblicos. El primero tenía el título “¡Griten! ¡Porque Jehová
les ha dado la ciudad!” Más que una mera representación entretenida de la urgencia que existió dentro de la antigua
ciudad de Jericó, el drama grabó fuertemente en todos la urgencia actual que impele a las personas de la actualidad que
fueron representadas por Rahab y su casa.
El segundo drama bíblico se llamó “El celo por tu casa me consumirá.” Ésta también fue una presentación muy
conmovedora, pues abarcó muchos sucesos del dinámico ministerio de Jesucristo. Ciertamente hizo que todos los que
estaban presentes se preguntaran si ellos” también, podrían seguir semejante proceder de servicio de tiempo cabal en el
corto tiempo que todavía queda.
Si alguna idea quedó grabada como la impresión general del día fue ésta: No hemos llegado al cumbre, porque el Amo
de la mies sigue enviando más obreros a la cosecha mundial.

*** g73 8/6 págs. 24-26 Graduación de Galaad da énfasis a la expansión ***
Graduación de Galaad da énfasis a la expansión

¡SIGAN adelante con la predicación de las buenas nuevas del Reino! ¡Aceleren la obra de hacer discípulos! Este fue el
espíritu que dominó en los ejercicios de graduación de la clase cincuenta y cuatro de la escuela de misioneros de Galaad,
celebrados en el Salón de Asamblea de los Testigos de Jehová de la ciudad de Nueva York, el lunes 5 de marzo de 1973.
Los cuarenta y nueve estudiantes habían venido de seis países para asistir a la Escuela. Todos terminaron con buen
éxito el curso intensivo de cinco meses, pues cada uno recibió un diploma de mérito ante un auditorio de
aproximadamente 2.000 amigos y parientes. Fueron asignados a veintitrés países, entre éstos el Canadá, Irlanda, el
Japón, Taiwan, Chile, países de África, Nueva Zelanda, las Filipinas y otras islas.
La idea principal la presentó F. W. Franz, vicepresidente de la Sociedad Watchtower Bible and Tract, al preguntar:
‘¿Han alcanzado su máximo los testigos de Jehová, ahora que el fin de este sistema de cosas está tan cerca?’
‘¿Continuará la tendencia hacia abajo de ahora en adelante?’ De ningún modo, fue la enfática respuesta. Entonces citó del
capítulo 1 de Colosenses, usando el ejemplo de los cristianos del primer siglo y el punto de vista enfocado al futuro que
éstos tenían. Mostró que ellos no disminuyeron sus actividades debido a que el fin de Jerusalén estaba cerca...
celosamente aumentaron su vigoroso predicar.
Entonces, N. H. Knorr, el presidente de la Sociedad Watchtower, estimuló aun más a los futuros misioneros al hablar
sobre el tema “Su fe es probada por sus labios.” Basó la mayor parte de su material en la carta bíblica de Santiago,
mostrando la necesidad de obras cristianas a fin de demostrar la fe. Los muchos ejemplos de fe que se encuentran en el
capítulo 11 de la carta de Pablo a los Hebreos demuestran claramente que los que fueron aprobados por su fe fueron
enérgicos en obras para la alabanza de Dios y para el bien de su prójimo.
La Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower ha recibido atención internacional desde su establecimiento en febrero
de 1943. Ha graduado a 5.332 estudiantes, una gran parte de los cuales han venido de países extranjeros. Estos han sido
enviados a más de cien países, incluso a remotas islas del mar. En muchos de estos lugares no había testigos de Jehová,
o solo había unos pocos. Sin embargo los graduados han seguido el consejo del apóstol Pablo a Timoteo: “Las cosas que
oíste de mí con el apoyo de muchos testigos, estas cosas encárgaselas a hombres fieles, quienes, a su vez, estarán
adecuadamente capacitados para enseñar a otros.”—2 Tim. 2:2.
El entrenamiento que recibieron en la Escuela ha capacitado a los graduados para enseñar las buenas nuevas a los
nativos en sus propios idiomas. La respuesta ha sido maravillosa, decenas de miles de personas de corazón honrado han
escuchado, cambiado sus vidas, a menudo de costumbres paganas, abandonado a sus dioses, su vida inmoral o
polígama, y se han dedicado a Jehová en verdadera adoración. (Col. 3:5-11) Los graduados los han entrenado en la obra
de predicar y enseñar.
Evidencia de que el espíritu de Dios ha apoyado la obra de los misioneros de Galaad se ve en una sencilla
comparación. En 1945, antes que misioneros de la Escuela hubieran tenido tiempo de ejercer su influencia, había, en todo
el mundo, 127.478 testigos de Jehová proclamando activamente el Reino. De éstos, 65.207 eran residentes de países
fuera de los Estados Unidos. Veintisiete años más tarde, en 1972, había, en todo el mundo, 1.596.442 participando en esta
obra de predicar, de éstos 1.178.203 se encontraban en países fuera de los Estados Unidos. Esto representa, para el
mundo, un aumento de once veces la cantidad original, y para países fuera de los Estados Unidos, a los cuales los
misioneros han sido principalmente enviados, ¡un aumento de más de diecisiete veces la cantidad original!
Por supuesto, a Jehová el Dios Todopoderoso va el crédito por esta expansión de los intereses de su Reino en la
Tierra, porque, como declaró el apóstol Pablo: “Yo planté, Apolos regó, pero Dios siguió haciéndolo crecer.” (1 Cor. 3:6)
Pero la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower ciertamente ha sido un instrumento en la mano de Jehová, dirigido
por su espíritu, a fin de entrenar a misioneros para ir a extensos campos. Los ha equipado para tomar parte en recoger y
entrenar al núcleo de los proclamadores del Reino para que ellos, a su vez, ayuden a otros centenares de miles de
personas a llegar a ser celosos siervos de Jehová.
El motivo para ser misioneros
¿Qué mueve a la gente, la mayoría de ellos jóvenes y saludables, a emprender una obra en una tierra extraña, a
menudo sacrificando la vida cómoda que pudieran tener en su propio país? En el nuevo país tienen que aprender un
nuevo idioma, visitar a personas y estudiar con los que se interesan en sus hogares, tienen que pacientemente tomar
tiempo para ayudarlas, a menudo enseñando a estas personas humildes a leer y escribir. Sin embargo están deseosos de
hacerlo. ¿Por qué?
Estos misioneros toman en serio las palabras de Cristo, quien dijo: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de
todas las naciones, . . . enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” (Mat. 28:19, 20) Ven la gran
necesidad espiritual de la gente de estas naciones, que han sido “desolladas y desparramadas como ovejas sin pastor”
por sus líderes religiosos. (Mat. 9:36) Uno de los estudiantes expresó lo que pudiéramos llamar la actitud típica de ellos:
“Mi esposa y yo comenzamos a pensar seriamente acerca de lo que estábamos haciendo con nuestra vida después de oír
un discurso del hermano Knorr, en el cual él consideró cómo los Testigos en países como los Estados Unidos podrían ser
enredados debido a su vida fácil, haciendo solo un servicio pequeño de muestra en el ministerio del campo. Comenzamos
a preguntarnos: ¿Qué esperamos para el futuro? Allí estábamos, sin responsabilidades de familia, trabajando los dos, y sin
embargo cuando llegaba el día del pago nos preguntábamos qué cuentas lograríamos pagar. Sí, aparentemente
estábamos satisfechos de continuar en nuestra rutina, dedicando algún tiempo a predicar cada mes, pero ciertamente
estábamos en la situación de aumentar nuestro servicio a Jehová.
“Consideramos en oración el asunto de comenzar a servir como precursores [predicadores de tiempo cabal] y, unos
cuantos meses más tarde, yo había dejado mi empleo de tiempo cabal, nos habíamos mudado del apartamento y
habíamos comenzado a participar en el servicio de precursor para el 1 de septiembre de 1967. Buscamos un lugar donde
hubiera verdadera necesidad de más publicadores del Reino, y nos mudamos a un pueblo de Kentucky.
“En los cinco años que pasamos allí nos enfrentamos a un verdadero desafío, pero esto fue una gran ayuda en nuestro
desarrollo espiritual, pues nos enseñó a apoyarnos en Jehová y a confiar en él. Trabajamos duro para llenar los requisitos
por medio de aumentar nuestra predicación y nuestra actividad de enseñanza, y por fin fuimos invitados a la clase 54 de la
Escuela de Galaad, que comenzó en octubre de 1972.
“La Escuela ha suministrado una experiencia inspiradora de fe; nos ha proporcionado un fundamento muy amplio de la
historia y la profecía bíblica así como información profunda y sustanciosa de las doctrinas que se enseñan en la Palabra
de Dios. Es muy bueno ver que nuestros esfuerzos como individuos forman parte de la obra total que se está llevando a
cabo para la alabanza de Jehová. Así es que hallamos gran satisfacción en nuestras labores.”
Muchos de los estudiantes dijeron que, desde el tiempo en que llegaron a conocer los propósitos de Dios, habían
tenido el deseo de asistir a la Escuela de Galaad, no principalmente por la educación que ésta ofrece, sino para poder
servir eficazmente como misioneros, ayudando a tantas personas como sea posible a salir de la oscuridad a la maravillosa
luz de Dios.
[Ilustración de la página 24]
La clase graduanda 54 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista que sigue, las filas están enumeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a
derecha para cada fila.
(1) Breyer, S.; Burgos, S.; Fix, N.; Toguchi, Y.; Ploeger, B.; Salazar, R.; Niebergall, A.; Toy, V. (2) Tiganish, D.; Jess, C.;
Myers, J.; Clair, B.; Bean, D.; Makin, M.; Richter, I.; Andrews, M. (3) Mannings, I.; Pichurski, O.; Jess, K.; Smallwood, R.;
Pompl, P.; Fry, C.; Ángelo, Y.; Madsen, M. (4) Niebergall, W.; Salazar, R.; Garza, A.; Mihank, L.; Malpass, D.; Makin, R.;
Breyer, M.; Skantz, D. (5) Nickerson, G.; Latham, C.; Myers, J.; Bean, R.; Burgos, J.; Ángelo, M.; Kasten, W.; Fix, T.
(6) Ploeger, S.; Andrews, P.; Richter, F.; Shanafelt, G.; Tiganish, R.; LeVenton, L.; Oehm, R.; Mroz, T.; Sørensen, N.
[54th Class March 1973]

*** w73 1/12 págs. 735-736 El aprecio recibe énfasis en la graduación de Galaad ***
El aprecio recibe énfasis en la graduación de Galaad

“¿QUÉ quiere decir usted cuando dice: ‘Lo aprecio mucho’? ¿Son solo palabras, o es una expresión llena de
significado?” Con esas preguntas N. H. Knorr, presidente de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, empezó el
discurso que pronunció a los graduandos de la clase cincuenta y cinco de esta escuela misional. Fue el 10 de
septiembre de 1973; el lugar, el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en la ciudad de Nueva York, donde se
había reunido una muchedumbre de 1.975 concurrentes. Los cincuenta estudiantes que se graduaban oyeron buen
consejo acerca del significado del verdadero aprecio.
El discurso les ayudó a apreciar el valor del conocimiento y lo que Jehová Dios está haciendo para nosotros. “Dios nos
aprecia,” dijo e hermano Knorr, y citó estas palabras de Jesús: “Los mismísimos cabellos de la cabeza de ustedes están
todos contados.” (Mat. 10:29-31) El orador subrayó la importancia de que los estudiantes aprecien el valor de su fe.—Gál.
5:6.
Comentando sobre 1 Pedro 1:7-12 (The New English Bible), el hermano Knorr dijo que ‘las pruebas vienen para que
su fe pueda demostrarse digna de toda alabanza, gloria y honra cuando sea revelado Jesucristo. Entonces segarán la
cosecha de su fe, es decir, salvación para su alma.’ Predicadores les llevaron las buenas nuevas de la salvación a estos
estudiantes, y ahora ellos iban a salir como misioneros para llevar estas buenas nuevas a otros. El hermano Knorr terminó
su discurso con la exhortación de que ‘apreciaran su fe,’ y agregó: “Tienen que mantener firme su fe para que nunca vacile
y nunca se debilite. Jehová Dios aprecia la fe de ustedes porque ésta produce honra y gloria y alabanza para él.”
Terminando este discurso, los graduandos procedentes de nueve diferentes países pasaron en fila ante el presidente
de la Sociedad para recibir sus diplomas y oír sus asignaciones a veinticuatro países, entre ellos Honduras, Indonesia,
Hong Kong, Taiwan, Islandia, Liberia, Perú, Tailandia, India, Corea, Japón, Chile, Brasil, Paquistán y Vietnam del Sur.
Justamente antes de la conferencia principal, hubo una serie de discursos breves. Por ejemplo, el instructor de la
escuela U. V. Glass les dijo a los estudiantes que habían sido sometidos a pruebas de diversas maneras. Como caso
preciso mencionó que el 40 por ciento de ellos se habían bautizado mientras sus padres no eran creyentes en la verdad
de Dios; además, de éstos la mitad habían sufrido oposición de parte de su familia. “Esta determinación por la verdad de
Dios,” aconsejó Glass, “debe permanecer con ustedes”... porque había otras zonas en las cuales no habían sido probados.
Nuevas cosas surgirían para probar su fe. Les advirtió del peligro de hacerse quejumbrosos y de rendirse cuando estamos
tan cerca del fin del sistema de cosas actual.
M. G. Henschel explicó por qué los misioneros futuros necesitan un curso de entrenamiento especial de cinco meses...
para que sean espiritualmente fuertes y puedan háberselas con una variedad de cosas, entre ellas un nuevo idioma, un
clima diferente, y cosas por el estilo. ‘Pero otros lo han hecho, y ustedes también lo pueden hacer,’ dijo él. ‘Y una cosa que
les ayudará a hacerles frente a molestias,’ agregó Henschel, ‘es mantener el sentido del buen humor.’
F. W. Franz, vicepresidente de la Sociedad Watchtower, animó a los estudiantes a que les sirviera de ejemplo
provechoso un hombre que rara vez, si es que nunca, se menciona como ejemplo que debemos imitar. Éste fue un
hombre de la tribu de Judá. Lo que hizo se menciona en solamente dos versículos de la Biblia. (1 Cró. 4:9, 10) Se llamó
Jabes y “llegó a ser más honorable que sus hermanos.” ¿Por qué? Porque invocó al Dios de Israel: “Si me bendices sin
falta y verdaderamente agrandas mi territorio y tu mano realmente resulta estar conmigo, y realmente me conservas de
calamidad, para que no me lastime,...”
Jabes no estaba haciendo un voto, sino ofreciendo una oración muy sincera. ¿Buscaba más territorio a costa de otros?
No, explicó Franz, pedía el agrandamiento pacífico de su territorio. Según la antigua tradición judía, dijo él, Jabes quería
establecer una escuela e instruir en la adoración de Jehová Dios. Quería conseguir discípulos para Dios. Puesto que su
motivo era bueno, la Biblia dice: “Por consiguiente, Dios hizo que viniera a suceder lo que había pedido.” De modo que
Jabes trató de cooperar con Dios, y Franz animó a los graduandos a que fueran como éste, y, de hecho, dijeran: ‘Oh, si
me bendices sin falta y verdaderamente agrandas mi territorio,’ ¡lo cual hará posible que hagan más discípulos del Señor
Jesucristo!
Esa noche los estudiantes ofrecieron un programa musical deleitable, y éste fue seguido por un conmovedor drama
bíblico que presentó escenas sobresalientes en la carrera del apóstol Pablo.
El entero programa edificó la fe y ayudó al pueblo de Jehová a apreciar que ‘la cualidad probada de nuestra fe es de
mucho más valor que el oro y es causa de alabanza y gloria y honra.’—1 Ped. 1:7.
*** g73 8/12 págs. 24-26 Respuesta a la necesidad de más obreros ***
Respuesta a la necesidad de más obreros

EL 10 de septiembre de 1973, amaneció claro y despejado en la ciudad de Nueva York. Fue un día lleno de expectativa
para un grupo de cincuenta jóvenes hombres y mujeres que iban a graduarse de la Escuela Bíblica de Galaad de la
Watchtower. Habían terminado su entrenamiento de veinte semanas, diseñado con el fin de equiparlos para servir de
misioneros en países distantes.
¿Qué los había impulsado a solicitar entrada en la Escuela de Galaad? ¿Era el amor a la aventura? No. Ya antes de
venir a la escuela, los estudiantes de la clase cincuenta y cinco habían llegado a apreciar la importancia de las palabras de
Jesús: “La mies es mucha, mas los obreros son pocos.”—Mat. 9:37.
Comentando acerca de por qué había hecho del servicio de misionero su meta, un estudiante sueco de veintinueve
años de edad declaró: ‘Lo que aprendí de la Biblia cambió mi concepto de la vida y la llenó de propósito. Así es que quería
ayudar a otros. En Suecia los testigos de Jehová pueden atender bien a las personas que muestran interés en el mensaje.
Pero puesto que yo estaba en la situación de ir a otro país donde hay pocos Testigos, quería ir y servir.’
Un matrimonio danés en sus años treinta al principio estaban un poco temerosos en cuanto a servir de misioneros en
un país extranjero. La esposa declaró: ‘Pero cuando leímos acerca de la gran necesidad de más obreros en otros países,
nuestra conciencia nos dijo que lo correcto era responder. La gente arrostra penalidades para hallar oro. Médicos han ido
a países en desarrollo y han hecho de éstos su hogar. ¿Por qué no debería un siervo de Jehová estar anuente a hacer lo
mismo cuando puede ayudar a otros a hallar el camino que lleva a la vida eterna?’
Este matrimonio tuvo que hacer un esfuerzo de antemano para venir a la Escuela de Galaad con la perspectiva de
servir como misioneros. Aproximadamente veintidós años antes el esposo había estudiado inglés en la escuela por
cuestión de un año pero en realidad no sabía el idioma. Su esposa no tenía conocimiento del inglés. Por lo tanto ambos
emprendieron un curso de once meses por correspondencia y pudieron aprender suficiente inglés para calificar para el
entrenamiento misional de Galaad.
Estos y otros graduados de la clase cincuenta y cinco ciertamente no eran neófitos. Ya se habían esforzado duramente
por enseñar las verdades bíblicas a la gente en sus propios países. Como promedio, los miembros de la clase habían
estado haciendo eso por más de once años. Pero todos sintieron que el entrenamiento de Galaad los había equipado para
hacerlo de un modo mejor.
Estas son algunas de sus observaciones: ‘La instrucción era atractiva al corazón. Fortalecía nuestra decisión de servir
en una asignación extranjera.’ ‘La asociación con gente de muchos países en la central mundial de la Sociedad
Watchtower ensanchó nuestro punto de vista de la familia humana. Ya no nos parecía distante una asignación extranjera.
Nuestra asociación profundizó el interés sincero que sentimos por otras personas.’ ‘El leer y estudiar toda la Biblia en
veinte semanas fue muy útil. Grabó en nosotros los esfuerzos que hicieron otros, como el apóstol Pablo, lo cual nos
impulsa a querer imitarlos.’
Así como el curso había sido instructivo, los discursos presentados por los oradores durante los ejercicios de
graduación, que comenzaron a las 2 de la tarde, estaban llenos de consejo práctico.
U. V. Glass, uno de los instructores, se apoyó en el ejemplo del antiguo Israel para animar a los graduandos a
no rendirse ni comenzar a quejarse.
El registrador de la escuela, E. A. Dunlap, señaló que su asignación misional era un ministerio especial, uno que
no debían abandonar sin una razón válida. Si lo hacían, eso podría contristar el espíritu de Dios.
M. G. Henschel, superintendente de sucursal de los Estados Unidos, habló prácticamente de las nuevas y a veces
difíciles condiciones a las cuales el misionero quizás tenga que enfrentarse en su asignación. Les aconsejó a mantener su
sentido del buen humor y los instó a observar las costumbres de la gente en sus asignaciones, permitiendo que lo que
vieran los impulsara a predicar.
El supervisor de las facilidades de imprenta de la Sociedad Watchtower en Brooklyn, Max Larson, enfatizó la necesidad
de ganar la confianza de las personas a las cuales ellos ministrarían, siendo amables y tiernos como una madre que cría a
su propio hijo.—1 Tes. 2:7, 8.
G. M. Couch, supervisor del hogar Betel de la Sociedad Watchtower, les dijo que como misioneros quizás algún día
experimentarían falta de alimento físico pero siempre tendrían una abundancia de alimento espiritual. Los animó a imitar a
Jesús, quien dijo: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra.”—Juan 4:34.
En sus declaraciones a la clase, F. W. Franz, vicepresidente de la Sociedad Watchtower, habló de Jabes, un hombre a
quien la Biblia solo menciona brevemente, mostrando que de ese breve relato acerca de él se podían discernir principios
valiosos. (1 Cró. 4:9, 10) Jabes oró por el agrandamiento pacífico de su territorio, evidentemente para que pudiera
acomodar a más personas temerosas de Dios. Se dio cuenta de que no podía hacer eso de su propia fortaleza, pero
fervorosamente oró por la ayuda de Dios. Aplicando el ejemplo, F. W. Franz instó a los graduandos a trabajar por el
agrandamiento de su territorio en un sentido individual por medio de esforzarse celosamente por hacer discípulos.
N. H. Knorr, presidente de la Sociedad Watchtower, dio a relucir la importancia del aprecio. Animó a los graduandos a
apreciar el conocimiento bíblico, estimándolo altamente. Ese conocimiento suministra una base sólida para la fe y por lo
tanto él apropiadamente les aconsejó a mantener firme su fe.
Después de un intermedio el auditorio disfrutó cabalmente del resto del programa que fue presentado por la clase. Este
incluyó música y un estimulante drama bíblico que presentaba las poderosas actividades del apóstol Pablo.
Al llegar al fin del programa, los graduandos sabían que pronto estarían de camino para servir en veinticuatro países
diferentes. Miles habían ido antes que ellos, poniendo un excelente ejemplo para que ellos lo imitaran. Un caso que sirve
de ejemplo es el de los misioneros que sirven en Viet Nam del Sur. Aunque se les había dado la oportunidad de partir
cuando la situación comenzó a ponerse difícil, permanecieron allí. Uno de los misioneros asignados a Saigón relató la
siguiente experiencia:
“Fue una permanencia interesante. Desde el tejado de nuestro hogar misional, podíamos ver las batallas. Podíamos ver a
los aviones de bombardeo en picada arrojando sus bombas. Podíamos ver fuegos por toda la ciudad. Y precisamente
enfrente de nuestro hogar misional, la gente por millares huía por su vida, a medida que los comunistas avanzaban en
varias partes de la ciudad. Un día siete de nosotros caminábamos por la calle, cuando un terrorista pasó y arrojó una
bomba plástica. Esta cayó a unos seis metros de nosotros. Pudimos sentir la sacudida de aire y todos caímos al suelo.”
Por medio de continuar imitando la fe de los misioneros que se han apegado a sus asignaciones a pesar de los
problemas, los graduados de la clase cincuenta y cinco estarán demostrando que verdaderamente han respondido a la
necesidad de más ‘obreros para la mies.’
[Ilustración de la página 24]
La clase graduanda 55 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) McFarland, K.; Weiss, B.; Hepworth, B.; Sorrels, D.; Taylor, B.; Hernández, A.; Jung, I.; Labatzki, C.; Padgett, C.
(2) Archibald, R.; Sekomoto, D.; Mølck, A.; Chapa, M.; Patterson, I.; Müller, M.; Shinsato, M.; Padgett, T. (3) Patterson, T.;
Fook, G.; Hepworth, D.; Frandsen, E.; Rieman, A.; Nako, G.; Hernández, R.; Melinder, A. (4) Müller, W.; Ellmark, L.;
McFarland, T.; Glinka, U.; Hunter, T.; Labatzki, W.; Jensen, H.; Tabor, G. (5) Mølck, E.; Andrews, W.; Glinka, U.; Weiss, R.;
Kutschke, C.; Makaike, E.; Frandsen, V.; Martensen, S. (6) Kutschke, H.; Fourcault, H.; Jung, A.; Tabor, M.; Taylor, B.;
Sorrels, A.; Harrison, R.; Hunter, D.; Ray, S.
[55th Class September 1973]

*** w74 1/5 pág. 262 Se insta a graduandos de Galaad a imitar a los Galaaditas antiguos ***
Se insta a graduandos de Galaad a imitar a los Galaaditas antiguos

NO ES cosa fácil salir a servir de misionero en un país extranjero. Significa dejar atrás a amigos, parientes y
alrededores familiares a uno. Exige ajustarse a nuevas circunstancias y posiblemente encararse a problemas con los
cuales uno no está familiarizado. Pero hay abundantes bendiciones que esperan a los que están prontos y aptos para
hacer sacrificios que ayuden a personas de corazón honrado a llegar a ser siervos devotos de Jehová Dios.
Los cincuenta hombres y mujeres jóvenes que se graduaron de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower el 4 de
marzo de 1974 tienen razón para estar a la expectativa de estas bendiciones. Esto se debe a que la mayoría de ellos
recibieron asignaciones de servir de misioneros en campos extranjeros.
Los discursos que se pronunciaron durante los ejercicios de graduación en la tarde del lunes los estimularon a
apegarse a sus asignaciones para que no perdieran los gozos del servicio misional. Un discursante dio a los graduandos
la admonición de mantener como meta de ellos el adelanto de la adoración verdadera, y no permitir que los distrajeran de
eso. Otro recalcó la importancia de que tuvieran valor, imitando a hombres como el Josué de la antigüedad. Otro más
llamó atención a la necesidad de usar sabiduría al considerar cada paso que darían y no permitir que los ojos mentales
miraran atrás.
F. W. Franz, basando sus comentarios en 1 Crónicas, capítulo 5, señaló a los antiguos Galaaditas como un ejemplo
que es digno de ser imitado.
En los días del rey Saúl los israelitas que vivían en la tierra de Galaad al oriente del Jordán disfrutaban de gran
prosperidad. Su ganado se había multiplicado mucho. Por eso, valerosamente adelantaron en dar expansión a su territorio
hasta más allá de la tierra de Galaad, hacia el río Éufrates. Esto lo hicieron en armonía con la promesa que Dios había
hecho a Abrahán el antepasado de ellos.—Gén. 15:18; 1 Cró. 5:10.
Por eso, entraron en conflicto con los agarenos (posiblemente descendientes de Agar y por eso descendientes de
Ismael el hijo de ella, y por lo tanto ismaelitas). Los galaaditas tuvieron que encararse a una tremenda disparidad
numérica. Ellos eran 44.760. Pero en el conflicto que se produjo se apoderaron de 100.000 cautivos vivos. Esto no era en
absoluto la fuerza agarena completa, porque la Biblia informa que ‘muchos habían caído muertos violentamente.’
Patentemente los israelitas no pudieron haber obtenido la victoria por su propia fuerza y no la lograron así. Cifraron su
esperanza en que Jehová Dios los ayudaría. “Fue a Dios que clamaron por socorro en la guerra,” dice el relato bíblico, “y
él se dejó rogar a favor de ellos porque confiaron en él.”—1 Cró. 5:18-22.
Aplicando esto a los graduandos de Galaad, F. W. Franz los instó a confiar del mismo modo en Jehová mientras,
equipados con el escudo de la fe y la espada del espíritu, la Palabra de Dios, participaban, no en guerrear físico, sino en
guerrear espiritual en medio de gran disparidad de condiciones.
Después de las declaraciones de F. W. Franz, el presidente de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower,
N. H. Knorr, ofreció consejo emocionante en cuanto a seguir predicando en imitación de Jesucristo, sus apóstoles y otros
discípulos. En la porción concluyente de su discurso, relató ejemplos modernos del excelente trabajo que están
efectuando misioneros y otros en la predicación de las “buenas nuevas.”
Después de esto los graduandos recibieron un sobre que contenía su diploma, y el presidente de la Escuela anunció
sus asignaciones de servicio en diecisiete diferentes países.
En la noche los graduados de la clase cincuenta y seis de Galaad presentaron un programa muy agradable, con
música de Europa, el Oriente Medio y la América del Norte así como dos dramas bíblicos que ciertamente pusieron a
pensar a los espectadores. El primero de estos dramas ayudó al auditorio a obtener beneficio de lo que le sucedió al
profeta cuyas actividades se relatan en 1 Reyes 13:1-32; el otro drama pintó experiencias sobresalientes de los israelitas
durante sus cuarenta años en el desierto. ¡Ambos fueron excelentemente presentados!
No es de dudar que los graduados y otros que participaron en el gozo de esta ocasión quedaron impresionados con la
necesidad de seguir predicando, en imitación del valor y la devoción de los siervos de Dios de tiempos antiguos.
*** g74 22/5 págs. 24-26 Galaad contribuye a la expansión global ***
Galaad contribuye a la expansión global

EL LUNES, 4 de marzo de 1974, fue el día de la graduación para el cuerpo estudiantil de la clase cincuenta y seis de la
Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Desde su establecimiento, el 1 de febrero de 1943, esa Escuela ha cobrado
fama mundial. Esto no se debe a su tamaño ni tampoco a credenciales impresionantes de parte de sus instructores. Más
bien, lo que han efectuado sus graduados ha hecho que el nombre “Galaad” sea preciado por centenares de miles de
personas por todo el mundo.
El nombre “Galaad” se obtuvo de la Biblia y significa “majano de testimonio,” un majano que sirve de testimonio a algún
suceso o transacción. Este ha resultado ser un nombre apropiado, pues los varios miles que han sido enviados como
misioneros desde que Galaad comenzó han, con la ayuda del espíritu de Dios, efectuado una obra tremenda en dar
testimonio a la verdad bíblica.
Cuando la Escuela de Galaad se estableció allá en 1943, los testigos cristianos de Jehová estaban activos en
54 países. En el exterior de los Estados Unidos continentales, había más de 53.000 hombres, mujeres y jóvenes que
informaban haber dedicado algún tiempo en la proclamación de la verdad bíblica a otros. Hoy día, unos treinta y un años
más tarde, los testigos cristianos de Jehová están predicando celosamente en 208 países. Y hay aproximadamente
veinticuatro veces tantos predicadores hoy en día en el exterior de los Estados Unidos continentales como había allá
en 1943.
Los graduados de Galaad han contribuido mucho a alcanzar esos resultados estupendos. Su ejemplo en celo y
devoción y su anuencia a dejar las comodidades del hogar y a soportar las inconveniencias han hecho una profunda
impresión en los que estudiaron la Biblia con ellos. Muchos de esos estudiantes han llegado a ser proclamadores celosos
del mensaje del Reino y ellos mismos han sido instrumentales para ayudar a aun otros a obtener un conocimiento exacto
de la Biblia.
Un ejemplo extraordinario de lo que ha sucedido es el país de Brasil. Cuando los primeros trabajadores entrenados en
Galaad llegaron para fines de 1945 había unos 350 publicadores de las “buenas nuevas” en ese país. ¡Hoy día hay
78.729!
¿A qué se debe esto? Como N. H. Knorr, presidente de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, señaló en sus
declaraciones a la clase graduanda, estos resultados maravillosos se han logrado debido a que se ha continuado la obra
que Jesucristo comenzó hace más de mil novecientos años. Jesucristo ciertamente fue un predicador activo de las
“buenas nuevas del reino.” Sus apóstoles y otros continuaron la obra que él comenzó, y hoy en día ésta se está
efectuando en una escala mayor. Pues, tan solo en el transcurso de un año (1 de septiembre de 1972 a 31 de agosto
de 1973), 193.990 personas se bautizaron por todo el mundo.
Hacia el fin de sus comentarios, N. H. Knorr relató experiencias que los misioneros han disfrutado en la América del
Sur. Estas experiencias enfatizaron poderosamente la determinación, el celo y el interés que los graduados de la Escuela
de Galaad han demostrado al ayudar a la gente en sus asignaciones a obtener un conocimiento exacto de la Palabra de
Dios.
Mientras servía en Venezuela, un matrimonio de misioneros tuvo la siguiente experiencia: Mientras trabajaban por
separado, hablando con la gente acerca de la Biblia, un ama de casa recomendó a la esposa que regresara a su hogar,
pues había señales de dificultades. No obstante, al relatarle a su esposo lo que la señora había dicho, él no se inquietó, de
modo que continuaron con su obra de predicación. Pero pronto vieron que los militares parecían estar apoderándose de
cada manzana. Así es que decidieron irse apresuradamente a casa. Había comenzado una revolución. No mucho después
de haber llegado a su hogar, sonó el timbre de la puerta. Una vecina y su hija, asustadas por lo que había sucedido,
deseaban entrar. Para ahora ya habían comenzado a silbar las balas, y los cuatro se metieron debajo de la cama.
No obstante, la vecina se aterrorizó tanto que se salió de debajo de la cama y se metió en la alacena. Cada vez que se oía
un disparo ella repetía “Ave María.” Dándose cuenta de que la mujer necesitaba conocimiento exacto, los misioneros
usaron la ocasión para hablarle acerca de la Biblia. Entre los tiros, compartieron con ella el consuelo de las Escrituras.
A veces la gente responde muy lentamente al mensaje del Reino. Esa fue la experiencia de una misionera que ahora
sirve en la Argentina. Hace unos treinta años mientras servía en Puerto Rico, esta misma misionera visitó a un hombre;
solo recientemente él le escribió para informarle que ahora es un testigo de Jehová bautizado. Así es que las expresiones
que ella hizo acerca del reino de Dios hace muchos años finalmente dieron fruto.
Aunque los graduados de la Escuela de Galaad han tenido mucho gozo, también han tenido sus dificultades. Una
misionera que trabajaba en el territorio más meridional de Chile necesitaba atención médica y una cirugía. Aunque sus
recursos financieros eran limitados, ella no pensó en abandonar su asignación. Halló un médico que apreciaba la obra que
los misioneros hacen y él efectuó la cirugía sin costo alguno.
Más tarde, este médico le pidió a la misionera que fuera a su hogar a visitar a su hija. La hija había quedado paralizada
hasta cierto grado debido a una enfermedad. Habiendo sido una bailarina, ahora estaba muy deprimida debido a estar
confinada al hogar. La misionera la visitó y comenzó un estudio bíblico con ella. Pronto el semblante de la hija se hizo
alegre y ella comenzó a asistir a las reuniones en el Salón del Reino de los Testigos de Jehová. Con el tiempo, la hija, la
madre y la sirvienta llegaron a ser testigos de Jehová bautizados. El médico, aunque aún no es un Testigo, está deleitado
con el excelente efecto que el estudio de las Escrituras tuvo en su hija.
Así como los que habían ido antes que ellos, los graduados de la clase cincuenta y seis expresaron su anhelo por
comenzar a servir en sus asignaciones misionales. Habían venido a la Escuela de ocho países, pero pronto harían uso de
su entrenamiento en diecisiete países. Todos sintieron que el entrenamiento de Galaad había sido excelente y
remunerador. Esto se hizo evidente de una carta de aprecio de la clase cincuenta y seis. Esta decía en parte:
“No esperamos, por medio de esta carta, expresar todo nuestro aprecio por la Escuela. Pero nos gustaría relatarles
algunas de las expresiones de los estudiantes. Por ejemplo: ‘La Escuela ha sido como poner a la Biblia bajo un
microscopio. Vimos los detalles, obtuvimos el sentido de ello y el entendimiento.’ O para decirlo de otra manera, ‘la Biblia
ya no es tan grande, porque toda ella gira alrededor de una cosa... el Reino. Y cuando uno entiende eso, todo el resto es
fácil de entender.’ . . . Ahora esperamos con placer encargarnos de nuestras asignaciones en diferentes partes del
mundo. . . . Confiamos por medio de oración que podremos usar todo lo que hemos recibido, para la alabanza y el honor
de Jehová.”
Por medio de continuar imitando el ejemplo de Jesucristo y el de los misioneros fieles del siglo veinte, los graduados de
la clase cincuenta y seis pueden contar con que ellos, también, harán una contribución a la expansión de la adoración
verdadera por todo el mundo.
[Ilustración de la página 24]
La clase graduanda 56 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Robertson, E.; Blatzheim, L.; Andersen, B.; Cason, L.; Buchmann, R.; Starycki, C.; Martin, M.; Jensen, V.; Fiore, G.
(2) Scheffel, W.; Wood, S.; Fiore, J.; Petruch, R.; Scheffel, B.; Geelnard, I.; Stogre, R.; Schoenherr, I. (3) Petruch, F.;
Andersen, P.; Cason, M.; Nabholz, E.; Toth, T.; Christensen, H.; Stogre, J.; Orozco, R. (4) van Selm, H.; Jakobsen, H.;
Devoe, G.; Sellers, A.; Mathiesen, A.; Vestre, F.; Bode, B.; Witty, B. (5) Robertson, R.; Wolff, G.; Sellers, M.; Hale, C.;
Christensen, P.; Jensen, T.; Toth, J.; Martin, B. (6) Trad, G.; Mathiesen, H.; Blatzheim, W.; Hale, R.; Geelnard, K.; Mares, J.;
Starycki, S.; Wood, J.; Nabholz, H.
[56th Class March 1974]

*** w74 1/12 págs. 731-732 Se insta a misioneros a ‘trabajar con Dios’ ***
Se insta a misioneros a ‘trabajar con Dios’

LAS palabras del apóstol Pablo acerca de ‘trabajar junto con Dios,’ registradas en la Biblia en 2 Corintios 6:1, fijaron el
tema para la graduación de la clase cincuenta y siete de la escuela misional de Galaad que se celebró el 8 de
septiembre de 1974. Aunque la clase de veinticinco estudiantes era la clase más pequeña de Galaad hasta la fecha (no
por falta de solicitantes, sino porque se necesitaba el alojamiento para trabajadores que se ocuparían en imprimir Biblias y
ayudas para el estudio de la Biblia), parientes y amigos de los Estados Unidos, el Canadá, Hawai y Europa llenaron por
completo el Salón de Asambleas en el barrio Queens, Nueva York, para presenciar este acontecimiento. Los estudiantes
que se graduaron habían venido de cuatro países y recibieron asignaciones a trece países.
La sesión matutina tuvo como punto sobresaliente el discurso de N. H. Knorr, presidente de la Escuela, en el cual
animó a los graduados a manifestar gran paciencia, junto con los otros frutos del espíritu de Dios, en su obra de
evangelizar. Así, dijo él, estarían cooperando con Dios, quien realmente ‘hace crecer la semilla de la palabra del Reino.’—
1 Cor. 3:6.
Antes del discurso de Knorr, los instructores y superintendentes de la Escuela y de la central de la Sociedad
Watchtower dieron consejo breve. Entonces F. W. Franz habló sobre la urgencia de la obra de evangelizar, con la mira de
salvar tantas vidas como sea posible de la destrucción en la “grande tribulación,” que, según todas las evidencias, ya está
muy cerca.—Mat. 24:21.
El programa de la tarde fue una presentación unida de los estudiantes. Después de una sesión divertida en que
ofrecieron innovaciones musicales de sus países de origen, presentaron dos dramas. El primero fue una representación
breve, con escenas de lo antiguo y lo moderno, respecto a la manera en que las mujeres pueden aplicar el consejo que les
dieron los apóstoles Pablo y Pedro. (Tito 2:2-5; 1 Ped. 3:1-6) El programa concluyó con un repaso histórico y dramático de
cosas que sucedieron cuando el inicuo rey Acab y su esposa Jezabel gobernaban a Israel, y el papel que durante aquel
período desempeñó Elías el profeta de Dios.
FORTALECER LA FE EL PROPÓSITO DE LA ESCUELA
El entrenamiento de la Escuela de Galaad les suministra a los misioneros, sobre todo, un fortalecimiento de la fe. La
Escuela enfatiza el modo amplio de ver los propósitos de Dios, y no simplemente unos cuantos puntos doctrinales. El
objeto es comunicar a los estudiantes el “modelo de sanas palabras” que la Biblia entera da. Esto provee un baluarte
contra “el pecado que fácilmente nos enreda,” es decir, la falta de fe. (2 Tim. 1:13; Heb. 12:1) Pues, la obra misional
somete la fe de uno a verdadera prueba. Además, los verdaderos misioneros de Jesucristo tienen que poder edificar en
otros esa clase de fe fuerte, inquebrantable.
Esta prueba de fe a menudo viene debido a la gran diferencia de ambiente en que se halla el misionero cuando va a
otro país. Por lo general hay conceptos de Dios y la Biblia y modos del vivir diario que le son nuevos al misionero.
También, en las primeras etapas de la vida misional, el aprender el idioma es un problema... el gran esfuerzo que se hace
por expresar los pensamientos de tal manera que la gente comprenda, que lleguen a su corazón.
Dijo un misionero que ha pasado veinte años en ese campo: “Aunque el entrenamiento que recibimos en la Escuela de
Galaad resultó ser una excelente ayuda para todos nosotros, descubrí que los misioneros que permanecieron firmes en
sus asignaciones fueron quienes desarrollaron un amor verdadero por la gente y un deseo de ayudarles. Se interesaban
profundamente en otros. Este es el requisito básico para tener éxito en la obra de misionero. Por supuesto, esto no es
asombroso, puesto que Jesucristo tenía esa actitud. Cuando vino a la Tierra era hombre perfecto. Cada día vivió con gente
que estaba llena de imperfecciones. No obstante, se dijo de él: ‘Al ver las muchedumbres se compadeció de ellas, porque
estaban desolladas y desparramadas como ovejas sin pastor.’”—Mat. 9:36.
“Es cierto,” dijo la esposa del misionero. “Al principio los alrededores desconocidos y las costumbres extrañas, y
especialmente el idioma, ocupaban gran parte de mis pensamientos, y a veces me parecía que nunca iba a aprender. Pero
la gente me ayudó bondadosamente con el idioma, y para el tiempo que aprendí lo suficiente del idioma para expresarme,
hallé a muchísimas personas amables. Éstas apreciaban la ayuda espiritual que yo podía darles y respondieron tan
prestamente que la asignación vino a ser mi verdadero hogar, y jamás hubiera querido dejarla para ir a lo que antes
llamaba ‘mi hogar.’”
Ha habido un tremendo aumento en el número de testigos activos de Jehová por todo el mundo desde que se inició la
Escuela de Galaad en 1943. Sin embargo, este aumento en ningún sentido está limitado a aquellos a quienes los
misioneros han podido ayudar. El mayor número de estos Testigos nuevos se han unido a las filas debido al excelente
trabajo de sus propios paisanos que tal vez oyeron las buenas nuevas por primera vez por medio de los misioneros, pero
que han seguido adelante en la obra con verdadero celo y también han dado excelente ejemplo de vivir, trabajar y criar a
sus familias en armonía con la Palabra de Dios. Han llevado el mensaje de las buenas nuevas a lugares que son más
difíciles de alcanzar y han ayudado a veintenas de miles de personas a declararse de parte de la verdad al lado de ellos.
Los misioneros de Galaad se han alegrado de ver esto.
En todo ello ha quedado de manifiesto la sabiduría de Jehová, y a él se dirigen todas las gracias por la prosperidad
espiritual y el aumento. Como lo expresó el apóstol Pablo, que hizo mucho trabajo de misionero: “Yo planté, Apolos regó,
pero Dios siguió haciéndolo crecer.”—1 Cor. 3:6.
*** g74 8/12 págs. 24-26 Misioneros llevan buenas nuevas a zonas que no han recibido el mensaje ***
Misioneros llevan buenas nuevas a zonas que no han recibido el mensaje

LA CLASE 57 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower contaba con solamente veinticinco estudiantes.
No obstante, en sus ejercicios de graduación en Queens, en la ciudad de Nueva York, el domingo 8 de septiembre,
aproximadamente 2.000 parientes y amigos estaban presentes. ¿Por qué tanto interés en un grupo tan pequeño?
Es debido a lo mucho que han logrado los más de 5.000 graduados que la Escuela ha enviado desde su
establecimiento en 1943. Estos graduados, sirviendo como misioneros, han contribuido mucho a esparcir las actividades
de los testigos de Jehová, particularmente en lo que respecta a comenzar nuevos campos en las partes remotas de la
Tierra.
Antes que la Escuela comenzara a enviar misioneros en 1943, no había testigos de Jehová en muchos países de la
América del Sur, Asia, África, y en centenares de islas del mar. Como un ejemplo de cuán fructífera ha sido la obra
misional, en tan solo cinco de esos países de la América del Sur ahora hay más de 30.000 Testigos activos.
Esta excelente obra de parte de los misioneros que han precedido a los que se graduaban fue recordada en las
palabras finales de consejo dadas por los instructores de la Escuela y otros oradores. N. H. Knorr, presidente de la
Escuela, animadoramente señaló que al declarar las buenas nuevas fielmente, los misioneros están ‘trabajando junto con
Dios.’—2 Cor. 6:1.
Las buenas nuevas producen cristianos genuinos
La obra del misionero es la de un “evangelizador,” es decir, un mensajero de las buenas nuevas del reino de Dios por
medio de Jesucristo. Y esto es verdaderamente buenas nuevas, porque hablan del gobierno que dominará la Tierra por mil
años, para traer a la humanidad salud, vida y perfección.—Rev. 20:4-6; 21:3, 4.
Estas verdaderas buenas nuevas producen cristianos genuinos. No son cristianos de “arroz,” “comprados” con cosas
materiales, como se llama a los que encargan la crianza de sus hijos a los establecimientos misionales de la cristiandad
para que éstos los críen a cambio de alimento. Los que oyen las verdaderas buenas nuevas reciben sustento espiritual.
Llegan a saber que han sido comprados por la sangre de Jesucristo. (1 Ped. 1:18, 19) A menudo de formas idolátricas muy
degradadas, cambian a vidas honradas y limpias, personas temerosas de Dios, y entonces, a su vez, relatan las buenas
nuevas a otros.—Col. 3:5-10.
Provisiones y requisitos
Los misioneros que envía el cuerpo gobernante de los testigos de Jehová reciben un ‘hogar misional,’ comidas, y una
pequeña mesada. Dedican 150 horas o más cada mes para declarar las buenas nuevas de casa en casa y estudiar la
Biblia gratuitamente con las personas que desean conocer a Dios y sus propósitos. No esperan que la gente vaya a ellos
para servirles. Ellos sirven a la gente.
En algunos sitios se asigna a los misioneros a fortalecer congregaciones ya existentes. Algunos se envían como
ministros viajeros. Pero es en comenzar la obra en territorio donde las buenas nuevas no han sido predicadas que el
deseo de ellos para ayudar a la gente recibe su más dura prueba.—Rom. 15:20, 21.
Evangelizando en las islas de la Micronesia
La experiencia de un matrimonio de misioneros asignado al grupo de islas de la Micronesia es una buena ilustración de
la obra misional. También muestra que Dios está apoyando esta obra evangelista.
Al llegar a su asignación este matrimonio halló una casa para alquilar para su ‘hogar misional.’ No había conveniencias
modernas... solamente lámparas y un hornillo que utilizaban gasolina; el agua de lluvia era recogida en grandes barriles de
combustible, un excusado fuera de casa y un servicio de correos semanal. Era necesario vigilar constantemente y
controlar por medio de trampas, rocíos de aerosol y mosquiteros a las sabandijas comunes a las zonas tropicales.
No había libro de texto o diccionario en el idioma que tenían que aprender. Sin embargo, fue un deleite encontrar que
las Escrituras Griegas Cristianas (o el “Nuevo Testamento”) y los Salmos habían sido traducidos al idioma principal de las
islas.
A puro esfuerzo en predicar de choza en choza, por medio de sermones cortos que tenían escritos y con la ayuda de la
gente, gradualmente aprendieron el idioma. La gente se impresionó favorablemente por el hecho de que los “extranjeros”
los visitaran en sus hogares. No estaban acostumbrados a esto de parte de los misioneros de las religiones de la
cristiandad que estaban allí.
Estos misioneros tenían que vivir en medio de las condiciones más primitivas de vida, junto con los peligros del mar y
de tierra a medida que visitaban las diversas islas pero fueron ricamente recompensados. Comenzando en 1965,
establecieron una congregación para 1968. Construyeron un excelente Salón del Reino con madera de la selva y arena
del mar. Para 1971 la congregación estaba lo suficientemente fuerte para encargarse de sí misma y de las islas
circundantes, de modo que los misioneros recibieron una nueva asignación. Para 1973 había más de cien personas
participando en la proclamación de las buenas nuevas en este grupo de dos islas montañosas y en ocho pequeños
atolones que estaban esparcidos en más de 420 kilómetros cuadrados del océano Pacífico.
Las experiencias de otros misioneros son tan variadas como el número de los muchos países en los que ellos trabajan.
Un misionero en las Antillas visitó una pequeña isla. No había hoteles ni posadas. Después de mucho buscar, halló un
cuarto vacío y un catre del ejército. En una tienda pequeña compró un poco de queso y galletitas y té. Así es que para
desayuno él comía queso y galletitas y té, para el almuerzo queso y galletitas y, para variar, una bebida fría. (La isla
no tenía electricidad, solamente refrigeradores operados por medio de kerosene.) Para su cena volvía a comer el queso y
las galletitas y el té.
La gente de la isla, aunque decían ser cristianas, eran muy reservadas en su actitud hacia el misionero. Pero en el
transcurso de su predicación de casa en casa decidió leer el texto bíblico de Hebreos 13:2 a varias mujeres en un hogar.
Este dice: “No olviden la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles.” El misionero se dio
cuenta de que este texto parecía haberlas impresionado fuertemente.
Durante el resto de su estancia de una semana varias personas vinieron al lugar del misionero trayendo comidas, más
de lo que el misionero podía comer. Esas personas de corazón sencillo no querían que su afirmación de ser cristianas
fuera considerada como una mera pretensión.
En otra isla pequeña los habitantes fueron diferentes. Ellos le dieron importancia al alimento espiritual y a su necesidad
de éste. Escuchaban de buena gana lo que decía el misionero. Durante su visita de tres días, además de mucha literatura
bíblica, aceptaron veintitrés suscripciones a las revistas La Atalaya y ¡Despertad! Por este medio recibirán esta buena
información bíblica con regularidad hasta la próxima visita del misionero.
Por lo tanto, por medio de la buena obra de los misioneros, “aquellos a quienes no se les ha hecho anuncio acerca [de
Cristo] verán, y los que no han oído entenderán.”—Rom. 15:21.
[Ilustración de la página 24]
La clase graduanda 57 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Davies, M.; Davis, L.; Moy, J.; Cairsn, D.; Wentworth, S.; Alderson, R.; Lange, H.; Wierutsch, G. (2) Parczany, D.; Davis,
W.; Tewolde, G.; Candee, L.; Wentworth, J.; Alderson, P.; Krenicki, B.; Wierutsch, H. (3) Lange, P.; Pijanowski, R.; Krenicki,
J.; Faller, A.; Cairns, J.; Davies, E.; Burton, J.; Knaack, T.; Grafton, R.
[57th Class September 1974]

*** w75 1/5 págs. 285-286 Un contraste... misioneros con una obra salvavidas urgente ***
Un contraste... misioneros con una obra salvavidas urgente

BAJO el título “Cuando se expulsa a los misioneros,” la revista The Christian Century, en su número del 29 de enero
de 1975, señaló que muchos ‘misioneros de la cristiandad están siendo censurados por criticar el gobierno local.’ Esto
viene como resultado de envolverse en actividades políticas y movimientos de protesta en su esfuerzo por lograr la
reforma social.
Pero, ¿están copiando esos misioneros el modelo que puso Jesús? En un país, del cual fueron expulsados
recientemente algunos de estos misioneros, un líder universitario escribió lo siguiente a un periódico de importancia: “El
gobierno bajo el cual Jesús vivió era corrupto y opresivo; . . . No obstante, el Salvador no procuró efectuar reformas
civiles. No atacó los abusos nacionales . . . [¿Por qué?] porque el remedio no estribaba en medidas meramente humanas
y externas. Para ser eficaz, el remedio tiene que llegar a los hombres individualmente, y tiene que regenerar el corazón.”
(Se han añadido las bastardillas.)
En contraste con los misioneros de la cristiandad, hay misioneros hoy día que están esforzándose por llegar a los
corazones de individuos con el mensaje salvavidas de la Biblia. Estos son los misioneros de los testigos de Jehová. Otros
veinticinco de estos misioneros se graduaron de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower el domingo 2 de marzo
de 1975.
Durante el programa de la graduación, que se celebró en un salón de asambleas de los testigos de Jehová en Nueva
York, varios oradores hicieron claro este contraste al dirigir la palabra a la clase de graduandos. El registrador de la
escuela, E. A. Dunlap, les dijo a los estudiantes que durante su período escolar “habían sido edificados espiritualmente,”
así como lo habían sido los discípulos de Jesús al ser testigos de la transfiguración. (Mat. 17:1-9; 2 Ped. 1:16-19) ¿Con
qué objeto? Bueno, ahora estos misioneros habrían de ir a trece países lejanos “para edificar a otros.” Este es su trabajo,
no la reforma social.
N. H. Knorr, el presidente de la Sociedad Watchtower, mostró claramente que los misioneros habrían de predicar “el
reino de Dios que la gente tiene que aceptar y con el cual tienen que alinearse,” así como lo predicó Jesús. Hay que
ayudar a la gente para que sean personas “a la imagen de Dios” y manifiesten Sus cualidades. El orador llamó la atención
sobre Efesios 5:1, donde el apóstol Pablo insta a los cristianos a que imiten a Dios, al escribir: “Procuren ser como él.”
(Versión Popular) Eso significa que uno tiene que hacer cambios en su personalidad y en su modo de ser.—Efe. 5:2-8.
¿Podrían esperar los misioneros tener éxito en su esfuerzo por tocar el corazón de las personas? Recibieron estímulo
de una experiencia que el discursante relató acerca de una mujer de Italia que de niña fue puesta en un convento donde
pasó quince años. Al fin salió y se dedicó a la prostitución. Años más tarde, cuando aprendió acerca del mensaje de la
Biblia con la ayuda de los testigos de Jehová, abandonó la “profesión” aunque para entonces tenía tres hijos a los cuales
mantener. Estudió la Biblia y se bautizó. Los Testigos de su localidad le ayudaron con dinero hasta que consiguió trabajo, y
ahora ella está ayudando activamente a otras personas a “ser como él,” Jehová Dios.
Otro orador, F. W. Franz, el vicepresidente de la Sociedad, impresionó al auditorio enérgicamente con la urgencia de la
obra cristiana de predicar. Recalcó el hecho de que, según la cronología confiable de la Biblia, 6.000 años de la historia
humana terminarán el próximo septiembre según el calendario lunar. Esto coincide con un tiempo en que “el género
humano [está] al punto de causar su propia muerte por inanición,” y también se encara con envenenamiento por la
contaminación del ambiente y destrucción por armas nucleares. Franz añadió: “No hay base para creer que la humanidad,
obligada a hacerle frente a lo que ahora tiene ante ella, pueda existir por el séptimo período de mil años” bajo el sistema
de cosas actual.
¿Quiere decir esto que sabemos exactamente cuándo Dios destruirá este viejo sistema y establecerá un sistema
nuevo? Franz mostró que no lo sabemos, puesto que no sabemos cuánto tiempo duró el intervalo entre la creación de
Adán y la creación de Eva, punto en que empezó el día de descanso de Dios de siete mil años. (Heb. 4:3, 4) Pero el
orador señaló que “no debiéramos pensar que este año de 1975 no tiene importancia para nosotros,” porque la Biblia
prueba que Jehová es “el mayor cronólogo” y “tenemos una fecha que nos sirve de ancla, 1914, que marca el fin de los
Tiempos de los Gentiles.” Por eso, dijo él al continuar, “estamos llenos de expectación en cuanto al futuro cercano, en
cuanto a nuestra generación.”—Mat. 24:34.
Esa tarde los estudiantes pusieron en escena unos excelentes dramas bíblicos, uno de los cuales dio énfasis a la
urgencia de mantener uno su juicio en el tiempo que queda. El drama tenía que ver con la actitud de Noé y su familia
antes del diluvio, a medida que predicaban y construían el arca. De acuerdo con las palabras de Jesús en Lucas 21:34, 35
y Mateo 24:37-42, la experiencia de Noé debería hacernos vivamente conscientes de lo necesario que es mantenernos
alerta y estar activos en la obra salvavidas tan urgente hoy de predicar acerca del reino de Dios y ayudar a las personas a
ser como Él.
*** g75 8/6 págs. 25-26 La clase cincuenta y ocho de Galaad... anuente y apreciadora ***
La clase cincuenta y ocho de Galaad... anuente y apreciadora

EL DOMINGO, 2 de marzo de 1975, fue un día especial en la vida de los veinticinco testigos de Jehová que formaban
la clase cincuenta y ocho de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Este fue su día de graduación, y los ejercicios
se llevaron a cabo en el Salón de Asamblea de los Testigos de Jehová en Queens, Nueva York. Las actividades incluyeron
varios discursos dirigidos a los estudiantes, un excelente programa musical y dos dramas bíblicos.
¿Qué es la Escuela de Galaad? ¿Por qué trata la gente de beneficiarse de su curso de instrucción?
Galaad es una escuela para entrenar a misioneros de los testigos de Jehová. Desde que fue establecida en 1943, esta
escuela ha preparado a más de 5.500 personas para la obra misional cristiana en tierras lejanas. Como resultado, los
testigos de Jehová se encuentran ahora en 207 países e islas del mar. Breves conversaciones con algunos de los
estudiantes de la clase cincuenta y ocho mostraron su anuencia a asumir responsabilidades adicionales y el aprecio que
tienen por lo que habían aprendido.
“Aunque había estado en la predicación de tiempo cabal por años,” hizo notar un estudiante, “quería hacer más por
Jehová, realmente servir ‘de toda alma,’ como el apóstol Pablo dijo que los cristianos deben hacer.” (Vea Colosenses
3:23.) Otro comentó: “Cuando uno piensa en cuanto a todo lo que Jehová ha hecho por uno, lo único que puede hacer es
servirle tan cabalmente como pueda.”
Otro factor que impulsó a estos estudiantes a emprender la obra misional fue el hecho de que estaban conscientes de
las necesidades espirituales de otras personas. “Desde que comencé a aprender acerca del Dios verdadero, Jehová,”
explicó un estudiante, “me pregunté cómo obtendría la gente en las aldeas remotas este conocimiento salvador de vidas.
Me convencí de que la obra misional me capacitaría para poder explicar en términos sencillos estas cosas a esta gente, a
fin de ayudarla.”
Algunos de los estudiantes hicieron esfuerzos especiales para poder asistir a Galaad. Por ejemplo, un matrimonio de
habla alemana tuvo que aprender inglés primero. La esposa relata: “Al principio me tomaba siete horas estudiar un solo
artículo en la edición en inglés de La Atalaya. No podía expresar correctamente ni siquiera una oración en inglés. Pero
gradualmente progresé. Recuerdo una experiencia muy cómica que tuve cuando le pregunté a una persona: ‘¿Quién cree
usted que es el mayor enemigo de Dios?’ Cuando él contestó: ‘El elefante,’ me quedé sorprendida. Entonces me di cuenta
de que había dicho ‘animal’ en vez de ‘enemigo.’”
El programa de graduación enfatizó la responsabilidad que estos nuevos misioneros estaban asumiendo. Durante su
discurso a los estudiantes, Max Larson, superintendente de la fábrica de la Sociedad Watchtower en Brooklyn, señaló: “La
responsabilidad de ustedes en sus asignaciones misionales es participar en un programa de edificación espiritual. Ustedes
deben esforzarse por edificar espiritualidad en la mente de la gente. . . . Su material de construcción será, no madera y
pez, como en el caso de Noé al construir el arca, sino la Palabra de la verdad, la Santa Biblia.”
El cumplir con una asignación de esta índole exige un conocimiento amplio de la Biblia. El programa de instrucción en
Galaad está designado para satisfacer esa necesidad. Este incluye un curso de historia bíblica que abarca el entero
período desde la creación del hombre hasta el fin del reinado de mil años de Cristo. El estudio de las doctrinas bíblicas
comprende temas como: pecado, restauración, diferentes pactos y la “presencia” de Jesucristo. Un rasgo especial del plan
de estudios es un estudio libro por libro, a veces capítulo por capítulo, de toda la Biblia.
La clase cincuenta y ocho tomó sus estudios en serio. “Creo que esta clase ha resultado ser una gran pregunta,”
declaró su instructor, U. V. Glass. “Lo que quiero decir es que creo que esta clase ha hecho más preguntas por persona
que prácticamente ninguna clase anterior.” Hizo notar que eso era bueno; mostraba que los estudiantes deseaban
afirmarse profundamente en la verdad bíblica.
Pero, ¿puede efectuarse un estudio satisfactorio de toda la Biblia en tan solo cinco meses? “Aunque el material se
abarcó rápidamente,” observó un estudiante, “las ideas principales quedaron en nuestra mente. Ahora puedo entrelazar las
enseñanzas bíblicas importantes como las piezas en un mosaico.” Otro dijo: “Hemos recibido las partes más importantes.
En vez de ‘aprenderlo todo,’ hemos recibido un fundamento, una plataforma maravillosa sobre la cual edificar.” Aun otro
comentó: “Este programa de estudio me ha ayudado a apreciar más la verdad bíblica y a amar más profundamente a
Jehová.”
Los estudiantes también apreciaron el poder vivir y trabajar con los miembros de la central mundial de la Sociedad
Watchtower, conocidos como: “La familia de Betel.” Uno dijo acerca de esa experiencia: “Cuando se vive y trabaja con más
de mil personas, uno llega a darse cuenta de que las cosas no siempre van a ser como uno quiere. Se aprende a
no perturbarse por cosas pequeñas, sino a ceder un poco.” Otro declaró: “Sabemos que la Sociedad ha suministrado un
lugar para todos los misioneros en el cual vivir en nuestras diversas asignaciones. La vida en Betel nos ha ayudado a
hacer ajustes para vivir en estrecha relación los unos con los otros.”
En una carta de aprecio que se leyó durante la graduación, la clase expresó gratitud por “el pensar espiritual de los
hermanos jóvenes que hemos conocido [en Betel] y por el servicio fiel de los de más edad, lo cual ha hecho un excelente
impacto en nuestra vida.”
Los estudiantes radiaban felicidad al presentar su programa musical que incluyó selecciones clásicas, del Oriente
Medio y orientales. Después de esto, representaron dos dramas bíblicos. El primero representaba la niñez del profeta
Samuel, enfatizando la necesidad de que los padres entrenen a sus hijos en principios piadosos desde muy temprano en
la vida. El segundo drama trataba con Noé y su familia a medida que ellos preparaban el arca para sobrevivir al diluvio
global.
El programa de la graduación suministró la oportunidad de reflexionar gozosamente en los previos meses de ardua
labor y estudio. Pero de ningún modo consideraron los estudiantes su graduación de Galaad como una meta final. Milton
G. Henschel, un director de la Sociedad Watch Tower y miembro del cuerpo gobernante de los testigos de Jehová, enfatizó
lo siguiente en su discurso a los estudiantes:
“El día de graduación para ustedes es el final de algo y el principio de algo. La raíz latina del verbo ‘graduar’ significa,
‘paso a paso.’ Ustedes han dado un paso adelante en el servicio de Dios al venir a Galaad. Y ahora van a dar otro paso
adelante al servicio misional.”
Los veinticinco estudiantes de la clase cincuenta y ocho de Galaad vinieron de cuatro países diferentes y recibieron
asignaciones a trece países diferentes. Al referirse a su anuencia a servir como misioneros, Henschel concluyó su discurso
diciendo: “Nosotros . . . nos sentimos acerca de ustedes tal como se sintió el apóstol Pablo acerca de los cristianos en
Filipos cuando les escribió: ‘Porque tengo confianza de esto mismo, que el que comenzó una obra buena en ustedes la
consumará hasta el día de Jesucristo.’”—Fili. 1:6.
*** w75 15/11 págs. 703-704 Graduandos de la clase 59 de Galaad instados a apegarse a la obra ***
Graduandos de la clase 59 de Galaad instados a apegarse a la obra

LOS estudiantes de la clase 59 de Galaad tuvieron su día de graduación el 7 de septiembre de 1975. Habían
completado con buen éxito un curso intensivo de cinco meses, preparado para equiparlos para la obra misional. Durante el
programa de la mañana que se celebró en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en Queens, Nueva York, los
oradores dieron énfasis a la importancia de una excelente relación con Dios y al hecho de que era necesario que los
graduandos se apegaran a sus asignaciones misionales.
U. V. Glass recordó a los graduandos que son “ovejas” de Jehová Dios bajo el cuidado amoroso de Jesucristo. Usando
el Salmo 23, explicó que su hermosa descripción del pastoreo de Dios tiene base en la experiencia verdadera de ovejas y
pastores.
E. A. Dunlap dio énfasis al hecho de que el buen éxito no está en la propia fuerza o habilidad de los misioneros, sino en
‘aceptar la bondad inmerecida de Dios sin dejar de cumplir su propósito.’ (2 Cor. 6:1) Los estimuló a recordar que su
propósito es llevar el nombre de Dios a la gente del lugar al cual se les ha asignado. Al apegarse a ese propósito, como lo
hizo Josué de la antigüedad, hasta al verse frente a oposición, los graduandos podrían estar seguros de lograr buen éxito.
—Jos. 1:2, 3; 21:45.
Para ilustrar el valor de continuar en la asignación de uno, M. G. Henschel relató la siguiente experiencia: Un músico
empezó a pensar seriamente en cuanto al propósito de su existencia y oró a Dios. Recordó a una misionera que lo había
visitado quince años antes. Empezó a buscarla y, puesto que ella todavía estaba en su asignación, pudo localizarla; la
reconoció en la calle. Como resultado de esto, uno de los hijos del hombre ya ha llegado a ser un siervo dedicado de
Jehová y otros miembros de la familia están progresando hacia el mismo punto. ¡Qué excelente bendición experimentó
esta misionera por haber permanecido en su asignación!
En sus comentarios, M. H. Larson mostró que los graduandos poseían alimento espiritual dador de vida y, por lo tanto,
deberían estar dispuestos a enfrentarse a problemas parecidos a tormentas para ayudar a la gente. Les aconsejó que
fueran como el profeta hebreo Habacuc, quien dijo: “En mi puesto de guardia ciertamente seguiré de pie, y ciertamente me
quedaré estacionado sobre el baluarte; y vigilaré.”—Hab. 2:1.
Entre otras cosas, G. M. Couch dirigió la atención al ejemplo de Jesucristo, que dejó atrás su hogar celestial para
ministrar a criaturas humanas pecaminosas. Sin embargo Jesucristo fue feliz. ¿Por qué? Porque entendió la importancia
de su asignación y vio lo bueno en la gente. Al imitar a Jesucristo, los graduandos podían también hallar felicidad en sus
asignaciones.
Dirigiéndose a los graduandos, F. W. Franz mostró por qué no estaban siendo enviados por un cuerpo eclesiástico
como el que existe en las iglesias de la cristiandad. Según las Escrituras, ni Felipe ni el apóstol Pablo, dos sobresalientes
evangelizadores o misioneros del primer siglo E.C., recibieron asignaciones misionales del cuerpo apostólico en Jerusalén.
Ambos hicieron su obra bajo la dirección de la verdadera cabeza de la congregación cristiana, Jesucristo. Pablo, de hecho,
había sido escogido directamente por Jesús como apóstol a las naciones. Más tarde, por dirección del espíritu de Dios,
Pablo y su compañero Bernabé fueron enviados desde la congregación de Antioquía. Ambos hombres reconocieron que
su asignación no había venido de hombres, sino de Jesucristo. Los misioneros entrenados en la Escuela de Galaad
también pueden confiar en que Cristo los apoya y los dirige.
En la conclusión del programa de la mañana, N. H. Knorr hizo resaltar la importancia de mantener una buena relación
con Dios por medio de habla saludable. Instó a los graduandos a “añadir lustre a la doctrina de Dios nuestro Salvador.”
(Tito 2:10, New English Bible) ¿Cómo podían hacer eso? Podían hacer que esta doctrina fuera hermosa y brillante los ojos
de otros por su habla saludable, excelentes modales, su honradez, confiabilidad y, sí, por ser cristianos de toda alma. Así
estarían apoyando la Palabra de Dios por lo que dijeran e hicieran.
En la tarde los graduados presentaron un deleitable programa en el cual estuvieron incluidos dos informativos dramas
sacados de la Biblia y la experiencia de la actualidad.
Ciertamente la admonición de permanecer fieles a las asignaciones cristianas y salvaguardar la relación de uno con
Dios por medio de ‘añadir lustre a su doctrina’ fue muy oportuno para los graduandos y todos los demás de la
concurrencia. Solo al hacer esto puede cualquiera de nosotros esperar que continuará experimentando el favor y la
bendición de Dios.
*** g75 22/11 págs. 24-26 “Testigos . . . hasta la parte más lejana de la tierra” ***
“Testigos . . . hasta la parte más lejana de la tierra”

“PARA ESTO he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad.” (Juan 18:37) Con estas
palabras Jesús señaló la principal actividad en que se ocupó cuando estuvo en la Tierra.
Entrenó a sus seguidores a hacer la misma obra. Después de su muerte y resurrección, Jesús les indicó a sus
discípulos el alcance que tendría esta obra de testificar, al decir: “Recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre
ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria y hasta la parte más lejana de la
tierra.”—Hech. 1:8.
El domingo 7 de septiembre de 1975 fue una fecha importante por estar relacionado con el cumplimiento de esta
predicción. Este fue el día de graduación para los veintiséis estudiantes de la clase 59 de Galaad, la escuela de los
testigos de Jehová para el entrenamiento de misioneros. Desde su principio en 1943, Galaad ha entrenado y enviado a
miles de misioneros a zonas remotas de la Tierra. Como resultado, los Testigos se hallan activos actualmente en
207 países e islas del mar.
Esta clase fue internacional, pues sus estudiantes habían venido de ocho diferentes países e islas del mar. Antes de
venir a la escuela habían empleado como promedio diez años en actividades de predicar. Al graduar, los estudiantes
recibieron asignaciones a doce diferentes países.
¿Qué es lo que impulsa a personas ofrecerse para este entrenamiento misional en Galaad? Un estudiante danés
comentó: “Las Escrituras, en 1 Corintios 6:19, 20, declaran: ‘Ustedes no se pertenecen a sí mismos, porque fueron
comprados por precio.’ No hemos dedicado parte sino toda nuestra vida a Jehová. Siempre ha sido mi actitud que, si
Jehová quería que yo hiciera algo, lo haría si no hubiera algo que lo impidiera.”
Un estudiante de los Estados Unidos expresó otra razón por la cual deseó ser misionero: “A mí me gusta la gente y me
gusta trabajar con ella. La obra de misionero nos suministra maravillosas oportunidades para mostrarle amor a Jehová y
para ‘ensancharnos,’ según lo expresa Pablo, en cuanto a desplegar amor a nuestros semejantes.” (2 Cor. 6:13) De modo
parecido un estudiante de Puerto Rico dijo: “Si uno se muda de una congregación en una zona donde hay muchos testigos
de Jehová, siempre hay alguien que pueda encargarse de lo que usted deja. Pero este no es el caso en muchos campos
del extranjero. Cuando uno ve la gran necesidad de ayuda en estos lugares, hace que valga la pena todo sacrificio que
uno tenga que hacer.”
El curso de instrucción de Galaad solo dura cinco meses. ¡Pero qué período repleto de acción es este! Durante ese
tiempo se lee toda la Biblia y se estudia su contenido libro por libro. Se escudriña la historia mundial a la luz de las
profecías bíblicas. Se concentra atención especial sobre la promesa de Dios de bendecir a toda la humanidad por medio
de la “descendencia” de Abrahán. (Gén. 12:1-3; 22:18) Y el curso incluye un examen detallado de las profecías acerca de
la “parusía” (presencia) de Cristo.
¿Apreciaron los estudiantes la instrucción que recibieron? Una joven de Grecia hizo este comentario: “No hay otra
escuela en la Tierra que pueda ayudar a uno a aprender lo que realmente necesita desde el punto de vista de Dios. Este
curso fue la cosa más importante de mi vida, en realidad el ‘escabel para medrar.’” Otro estudiante dijo: “La bondad y la
prudencia o tacto de nuestros instructores hicieron que mi esposa y yo nos determináramos a desarrollar estas cualidades
nosotros mismos. Puesto que yo había sido maestro de escuela, aprecié el hecho de que nunca se hizo nada para que
nos viéramos en un aprieto. Cuando lleguemos a nuestra asignación en Zaire, queremos manifestar la misma paciencia y
bondad al tratar con las personas a quienes llevamos las buenas nuevas.”
Muchos estudiantes comentaron favorablemente acerca de la oportunidad de vivir junto con unos 1.700 de sus
compañeros cristianos que componen la familia de Betel de Brooklyn. Uno de ellos dijo: “El haber estado aquí me ha
ayudado definitivamente a desarrollar cualidades cristianas. Debido a vivir junto con tantos compañeros cristianos, cada
día hemos tenido la oportunidad de mostrar que nos preocupamos de los intereses de otros, más bien que dar la primera
atención a nosotros mismos. Esto ha sido para mí un ‘curso especial’ en ser considerado.”
El programa de la graduación en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en Queens, Nueva York, tuvo como
concurrentes a los estudiantes, sus parientes y amistades, y a los miembros de la familia de Betel. Durante la primera
porción de los ejercicios de la graduación se presentaron varios discursos breves dirigidos especialmente a la clase.
En uno de estos discursos E. A. Dunlap, registrador de Galaad, señaló que por lo general en los ejercicios de
graduación del mundo los conferenciantes no les dan a los estudiantes un verdadero propósito en la vida. A menudo los
graduados perciben las dificultades que tendrán al solo mantenerse a flote en este mundo. “Pero, ¿cuál es la situación con
ustedes, los estudiantes de esta clase 59 de Galaad?” preguntó Dunlap. Instó a que no dejaran de cumplir el propósito de
su entrenamiento especial, a saber, “ir a un país del extranjero y llevar el mensaje de la verdad bíblica a sus habitantes.”
Otro conferenciante, G. M. Couch, superintendente del hogar Betel, preguntó: “¿Serán tan agradables los días futuros
en sus asignaciones misionales como lo han sido los pasados diez años durante los cuales han estado sirviendo a
Jehová? ¿Han considerado alguna vez que la obra misional puede ser aun más agradable? En algunos de sus territorios
la gente en casi todo hogar los invitará a pasar y les permitirá hablarle acerca del reino de Dios.”
Entre algunos otros que dirigieron la palabra a los estudiantes estuvo F. W. Franz, vicepresidente de la Sociedad Watch
Tower. Hizo notar que durante el primer siglo se efectuó actividad misional cristiana por nombramiento divino. Igualmente
hoy día Jehová Dios y Jesucristo han mandado que los misioneros de los testigos de Jehová vayan a las partes remotas
de la Tierra. En la conclusión de la primera parte del programa, N. H. Knorr, presidente de la Sociedad Watch Tower y de la
Escuela, dio énfasis al hecho de que los principios bíblicos deben tener un efecto beneficioso en la vida personal de los
estudiantes. “Nuestra conducta de día en día, el modo en que tratamos con otros y el lenguaje que empleamos,” comentó
él, “hablan fuertemente acerca de la verdad que Dios nos ha dado. Nuestra vida misma apoya la Palabra de Dios.”
Después de un intermedio breve, la clase presentó un programa divertido que incluyó canciones en francés, danés y
alemán, música instrumental y varias presentaciones originales. Entonces los estudiantes presentaron dos dramas
bíblicos. El primero representó sucesos en los días del rey israelita Josías. Así como Josías desarraigó del antiguo Israel
los accesorios de la adoración falsa, se le instó al auditorio a que se deshiciera de cualquier fascinación que todavía
abrigara por el modo de pensar y las prácticas no cristianos del presente sistema de cosas moribundo. El segundo drama
hizo resaltar la importancia de que todos los cristianos, especialmente los ancianos, “lleven la delantera” en mostrarse
honra unos a otros.—Rom. 12:10.
Después de unos comentarios de conclusión pronunciados por N. H. Knorr, el programa terminó con oración y cántico.
Finalizados los acontecimientos del día, los estudiantes se hallaron aún más resueltos a tomar su lugar entre los miles de
misioneros que están sirviendo como “testigos” de Jehová Dios y Jesucristo hasta la parte más lejana de la Tierra.—Isa.
43:10, 12; Hech. 1:8.
[Ilustración de la página 24]
La clase graduanda 59 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Dohn, E.; Monnett, G.; Karathanassis, M.; Lundquist, J.; Fossett, P. (2) Horton, M.; Lucas, J.; Boulais, D.; Angerhuber,
E.; Grøndrup, A. (3) Sánchez, P.; Pedersen, R.; Ayrault, Y.; Karathanassis, C.; Angerhuber, H. (4) Fosset, M.; Smoot, M.;
Sánchez, M.; Grøndrup, M.; Dohn, T. (5) Fourcault, J.; Horton, W.; Monnett, J.; Lundquist, B.; Devito, J.; Lucas, L.
[59th Class September 1975]

*** w76 15/6 págs. 376-377 Misioneros enviados... ¿por quién? ***
Misioneros enviados... ¿por quién?

‘SE LES está enviando como representantes ¿de quién?’ fue la pregunta que presentó Milton Henschel a los
veinticinco misioneros de la clase número 60 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, en los ejercicios de
graduación de éstos, celebrados en la ciudad de Nueva York el domingo 7 de marzo.
Henschel, el tercero de los seis discursantes del programa, contestó su propia pregunta para beneficio de los
graduandos y sus centenares de bienquerientes presentes. Señaló al ejemplo del Misionero Principal, Jesucristo, quien
dijo: “Yo lo conozco [a Dios] porque soy representante de parte de él, y Aquél me envió.”—Juan 7:29.
El discursante llamó atención al hecho de que Jesús fue enviado desde las regiones del cielo. Bajó a vivir en medio de
criaturas humanas imperfectas, cuyo pensamiento y cuyas prácticas no serían el pensamiento de Dios. (Isa. 55:8) Jesús
nunca se quejó, ni se exaltó como el misionero de Dios, sino glorificó a Aquel que lo había enviado.
Theodore Jaracz, que presidía en aquella ocasión, comenzó el programa haciendo notar que de ultramar habían venido
varios parientes de los graduandos. Declaró que esta clase era joven, de modo que tenían un promedio de veintiocho años
de edad, pero que, por término medio, habían servido de testigos de Jehová por trece años, casi la mitad del tiempo que
habían vivido.
Jaracz entonces pidió que U. V. Glass, instructor de Galaad, dijera unas cuantas palabras de despedida a los
estudiantes. Glass llamó atención al oído humano y al hecho de que puede distinguir hasta ligeras diferencias en el tono y
la calidad de un sonido. Señaló que el cristiano conoce el “sonido,” el “tono” exacto de la verdad procedente de la Palabra
de Dios... la voz del Pastor Excelente. (Juan 10:2-5) Aconsejó a los estudiantes que se mantuvieran alerta para rechazar
los “tonos” falsos o engañosos que pudieran desviarlos de su verdadero objetivo como misioneros.
John C. Booth, el siguiente discursante, se había encontrado en una situación que le había permitido familiarizarse con
casi todos los más de 5.000 graduados de Galaad desde el principio de esta escuela en 1943. Booth animó a los
graduandos por medio de preguntarles primero: “¿Califican ustedes para ser enviados como misioneros?” Llamó atención
a las cincuenta y nueve clases previas. ¿No son prueba viva de que éstos calificaron los aumentos que ha habido en el
número de alabadores de Dios en los países a los cuales fueron enviados los misioneros?
Después de este discurso hubo un breve período de descanso durante el cual el auditorio se puso de pie mientras el
registrador de la escuela, E. A. Dunlap, leyó telegramas de cerca y de lejos, en los cuales se expresaba aprecio por la
escuela y buenos deseos para los graduandos en sus asignaciones.
“No vayas a abandonar tu responsabilidad,” fue el tema que desarrolló Lyman Swingle. Recordando a los graduandos
que ellos habían sido estudiantes de la Biblia antes de venir a la Escuela de Galaad, añadió que mientras habían estado
en la escuela habían aprendido mucho más. Pero ahora en realidad solo estaban empezando a aprender. Si pensaban de
otra manera, pudieran perder la espiritualidad y con el tiempo abandonar su posición en las filas misionales. Ciertamente,
hasta las circunstancias indeseables que pudieran ser usadas como excusa para abandonar la responsabilidad de uno
podrían en realidad llegar a ser otra lección que impartiera fortaleza.
“Nada de lo que podamos hacer enriquece a Jehová Dios, y sin embargo él nos invita a llevarle regalos.” Con estas
palabras, Leo Greenlees introdujo una descripción de los arreglos de Dios para los sacrificios que se le ofrecían en el
templo de la antigua Jerusalén. Únicamente los sacrificios sanos y sin tacha se aceptaban. De igual manera, cuando
presentamos un “sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de [nuestros] labios,” tiene que ser sincero, de todo corazón,
acompañado de oración.—Heb. 13:15; Sal. 141:2.
Como orador final de la sesión de dos horas de la mañana, N. H. Knorr habló sobre el tema “¿Qué piensas?” Pudiera
ser que un cambio de lenguaje, costumbres y condiciones de vida afectaran el correcto pensar de los que empezaban a
desempeñar su labor de misioneros en el extranjero. Pudiera ser que empezaran a pensar en abandonar sus asignaciones
misionales. Solo si se apegaban a la manera de pensar que se encuentra en la Palabra de Dios podrían permanecer
firmes. El discursante pasó a citar el incidente en el cual el apóstol Pedro, sincero, pero pensando pensamientos de
hombres, trató de disuadir a Jesús de cumplir con su derrotero de morir en sacrificio. Jesús, sin embargo, pensando los
pensamientos de Dios, inmediatamente rechazó el pensar de Pedro y se mantuvo en su correcto proceder.—Mat. 16:21-
23.
Después de los discursos los nuevos misioneros recibieron sus diplomas y asignaciones a doce países, entre ellos
Islandia, las islas Seychelles, Ruanda, España, Surinam y la India.
La sesión de la tarde fue arreglo de los estudiantes. En esta clase escolar había grupos de escoceses, ingleses,
estadounidenses, alemanes, personas de extracción hispánica y hawaianos. Cada grupito consiguió la ayuda de otros
para su propia parte y los instruyó, hasta salir con un programa que deleitó cabalmente al auditorio. Después de esto hubo
una presentación de tres dramas basados en la Biblia.
En conclusión, el hermano Jaracz cerró la gozosa reunión del día con las palabras del apóstol Pablo a los ancianos de
la antigua ciudad de Éfeso: “Y ahora los encomiendo a Dios y a la palabra de su bondad inmerecida, la cual palabra puede
edificarlos y darles la herencia entre todos los santificados.”—Hech. 20:32.
*** g76 8/6 págs. 25-26 “Enviados”... ¿para qué? ***
“Enviados”... ¿para qué?

ERA el año de 1943. La II Guerra Mundial seguía en toda su furia, y muchas personas posiblemente consideraran
impráctico el que los testigos de Jehová empezaran a entrenar a misioneros para que sirvieran en todas partes de la
Tierra. No obstante, eso es lo que se estaba haciendo en la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, que comenzó el
1 de febrero de 1943. Algunos meses después, los primeros graduados de la Escuela estaban en camino a sus
asignaciones misionales en diferentes países. ¿Para qué se les estaba enviando?
La razón básica se halla incorporada en las palabras del apóstol cristiano Pablo, que escribió: “‘Todo el que invoque el
nombre de Jehová será salvo.’ Sin embargo, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han puesto fe? ¿Cómo, a su vez,
pondrán fe en aquel de quien no han oído? ¿Cómo, a su vez, oirán sin alguien que predique? ¿Cómo, a su vez, predicarán
a menos que hayan sido enviados?”—Rom. 10:13-15.
La clase sexagésima de Galaad
Fue con ese mismo objetivo que veinticinco hombres y mujeres de seis países vinieron a Brooklyn, Nueva York, para
asistir a la clase sexagésima de la Escuela de Galaad. Para ellos, el domingo 7 de marzo de 1976 fue especialmente
significativo. En ese día se llevaron a cabo los ejercicios de su graduación en el Salón de Asamblea de los Testigos de
Jehová en Long Island City, Nueva York.
Durante el programa de la graduación, un miembro del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová enfatizó el hecho
de que a estos graduados de la Escuela de Galaad se les estaba enviando para predicar. Hizo referencia a las palabras
del apóstol Pablo ya citadas. El orador también hizo resaltar el punto de que el mayor privilegio que puede tener una
persona es el de recibir una asignación en el servicio de Jehová Dios.
Adelante a países lejanos
Dentro de poco, estos graduados felices —algunos casados, otros solteros y solteras— estarían emprendiendo sus
asignaciones para predicar en doce países. No, no estarían viajando a lugares distantes en busca de aventura.
No obstante, hallarán que sus asignaciones son cautivantes, sí, sumamente interesantes.
Por ejemplo, dos de los graduados son hombres jóvenes asignados a predicar en la “Tierra de hielo y fuego.” Se le ha
aplicado ese título a Islandia debido a sus glaciares, géiseres, fuentes termales y volcanes. Aunque esta nación insular
está situada en el Atlántico del Norte justamente al sur del círculo ártico, y la meseta interior es fría y yerma, la corriente
del golfo de México calienta las tierras bajas a lo largo de las costas meridional y occidental y partes de la costa norteña.
Los dos graduados de Galaad servirán de misioneros en Reikiavik, la capital del país. Más de la mitad de los
216.628 habitantes de Islandia viven en esta ciudad del sudoeste o cerca de ella. Durante el año que terminó el 31 de
agosto de 1975, se alcanzó el máximo de 157 proclamadores del Reino en Islandia. Así es que la proporción de testigos
de Jehová para la población fue de 1 Testigo para cada 1.380 habitantes. De paso merece mención el hecho de que uno
de estos graduados de Galaad es de ascendencia islándica y habla ese idioma. El otro es de los Países Bajos y tendrá
que aprender el islandés. Pero se muestra optimista y dice: “Es un desafío.”
Al sudeste, en el continente de Europa, está España. Durante muchos años los testigos de Jehová trabajaron allí sin
tener reconocimiento legal. Pero en julio de 1970 el gobierno español legalizó la organización de los Testigos en ese país
bajo una nueva ley de libertad religiosa. En los años que han transcurrido desde entonces, los Testigos de ese país han
estado haciendo tremendos esfuerzos por predicar las buenas nuevas.
Un matrimonio de la clase sexagésima de la Escuela de Galaad está “contentísimo” con la asignación que recibió para
servir de misioneros en España. Puesto que son originalmente de Alemania, tendrán que aprender español, pero lo harán
con mucho gusto puesto que eso les dará una buena oportunidad de realizar el gran deseo que tienen de ayudar a la
gente. Durante el año de servicio de 1975, un máximo de 30.838 testigos de Jehová predicaron entre los
34.196.245 habitantes de España... una proporción de 1 Testigo para cada 1.109 habitantes.
Una de las jóvenes de esta clase de graduados ha sido asignada a servir de misionera en un país del África Occidental
que tomó su nombre del comercio valioso que por años se llevó a cabo allí. A fines del siglo quince, los franceses
empezaron a traficar en marfil en este país costanero. ¿Puede decir su nombre? Sí, esta graduada de Galaad servirá en la
Costa de Marfil.
¡Qué contraste con Islandia! La Costa de Marfil es un país tropical, el hogar de 4.100.000 personas. Aunque el francés
es el idioma oficial, los diferentes grupos tribuales del país hablan más de sesenta idiomas. Hay una variedad de
religiones, también. Más o menos el 23 por ciento de la población son musulmanes, y aproximadamente el 12 por ciento
pertenecen a las religiones de la cristiandad. Sin embargo, la mayoría de los marfileños practican formas de adoración
tribuales que cuentan con siglos de edad. La cifra más reciente que se ha publicado del máximo de publicadores del Reino
en la Costa de Marfil es de 1.021. Así es que, con una proporción de 1 Testigo para 4.016 personas, los testigos de Jehová
tienen mucho que hacer allí en cuanto a predicar las buenas nuevas.
Un matrimonio de esta clase sexagésima ‘siempre había tenido el deseo de ir a América del Sur.’ Ahora su deseo será
realizado porque han sido asignados a predicar como misioneros en Colombia. Más exactamente, el lugar adonde van es
la segunda ciudad en cuanto a tamaño... Medellín. Está situada en el noroeste de Colombia central, arriba en los Andes a
una altitud de 1.524 metros sobre el nivel del mar. Medellín tiene un clima deleitable y está en una zona célebre por sus
hermosas orquídeas. Brinda la perspectiva de predicación agradable y también fructífera, pues se calcula que esta ciudad
es el hogar de 1.039.800 personas.
Muchos son “enviados”
El 1 de febrero de 1943 cuando empezó la Escuela de Galaad, se llamó la atención a su nombre. Se dijo que “Galaad”
quiere decir “majano de testimonio.” Se esperaba que esta institución preparara a predicadores que ‘amontonaran un
majano que sirviera de testimonio en todo el mundo para el reino de Dios y para la vindicación del nombre de Jehová.’
Desde entonces, esta Escuela ha cumplido lo indicado por su nombre, porque muchos graduados de Galaad han ido a
países en toda parte de la Tierra, para predicar allí las buenas nuevas del reino de Dios “para testimonio.”—Mat. 24:14.
Durante los años desde 1943 hasta 1975 inclusive, se han enviado a 5.809 graduados de la Escuela de Galaad. De
éstos, más de 2.500 todavía están activos en sus asignaciones. En realidad, varios de los que asistieron a la primera clase
de Galaad todavía están sirviendo en los países a los cuales se les asignó.
Ahora, otros veinticinco graduados de la Escuela de Galaad han sido enviados. Lo mismo que sus compañeros testigos
de Jehová en todas partes de la Tierra, estos hombres y mujeres predicarán celosamente las buenas nuevas del reino de
Dios ya establecido. Acarician el privilegio inestimable que tienen de servir al Altísimo y de ayudar a otros a invocar el
nombre de Jehová en fe.

*** w76 15/11 págs. 683-684 La graduación 61 de Galaad un agasajo espiritual ***
La graduación 61 de Galaad un agasajo espiritual

“¡QUÉ banquete espiritual!” “¡Qué programa práctico y edificante!” Expresiones como éstas se escucharon acerca del
programa de la graduación número 61 de Galaad, celebrada el 5 de septiembre de 1976. Y ciertamente fue un agasajo
espiritual, no solo para los veintiséis misioneros que se graduaron, sino también para las otras 1.968 personas de la
concurrencia.

Fue en un hermoso día de fines del verano que todos aquellos parientes y amigos, incluso los miembros de la familia
del Betel de Brooklyn, llenaron el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová, ubicado en la ciudad de Long Island. Los
estudiantes, que tenían un promedio de veintisiete años de edad, habían venido de seis países y estaban siendo enviados
a once diferentes países de Europa, Asia, África y las Américas.
Después del cántico de apertura, y una oración por Albert Schroeder, Leo Greenlees, quien presidía, habló primero. Él
mencionó que, debido al deseo intenso, el planear práctico y la oración sincera, los estudiantes ahora estaban realizando
su meta de disfrutar de mayores privilegios de servicio como misioneros. Entonces hubo una serie de ocho discursos de
diez minutos cada uno, verdaderamente animadores y muy prácticos.
Primero vino Karl Adams, instructor de Galaad. Él llamó la atención sobre la importancia de una buena relación con
Jehová Dios y el valor del aguante y la perseverancia. Aplicando la sabiduría, que se obtiene de la Palabra de Dios, los
graduandos podrían perseverar con gozo, como aconseja el discípulo Santiago. (Pro. 4:7; Sant. 1:2-5) Ulysses Glass,
instructor y archivero de Galaad, mencionó que en Israel, como lo ilustran los casos de Juan el Bautista y Jesucristo, los
privilegios de que pudiera disfrutar un hombre a veces resultaban determinados según la tribu a que pertenecía el hombre
al nacer... un arreglo fijado por Dios. Pero la obra de estos misioneros resulta preparada o definida para ellos debido a su
dedicación y a que se han ofrecido voluntariamente, más bien que debido a su nacimiento. Dios sabe lo que es mejor para
cada uno, y el someterse a él en realidad significa mayor libertad.—Jer. 10:23; Pro. 3:5, 6.
Los discursantes que hablaron después ocupaban la presidencia de los seis comités del Cuerpo Gobernante durante
1976.
Milton Henschel señaló que todas nuestras bendiciones, espirituales y materiales, presentes y futuras, se deben al
abundante amor de Dios. El que Dios permita que sus siervos experimenten dificultades y sufrimiento no significa que él
no nos ama. Prescindiendo de lo que venga, es necesario que recordemos que el amor de Dios es fuerte y duradero y
está próximo.—Rom. 8:35-39.
Después que Karl Klein leyó varios alentadores telegramas y otros mensajes procedentes de varios continentes, el
auditorio escuchó a Grant Suiter. Él llamó la atención sobre nuestras manos, que son el más maravilloso instrumento que
poseemos. En vez de “malgastar el tiempo,” nuestra actitud debería ser la del que dice: “Dios, enséñame a dar el mejor
uso posible a mis manos.” Después de él vino Raymond Franz, él mismo un graduado de la Escuela de Galaad que había
servido por veinte años en asignaciones extranjeras. Él instó a seguir al apóstol Pablo, hombre de cultura y altamente
educado, quien aprendió a estar contento sin importar en qué circunstancias se hallara. Como Pablo, bien pudiera ser que
se exigiera que los graduados de Galaad llevaran las ‘marcas de un esclavo de Cristo’ debido a dificultades y persecución.
—Gál. 6:17; Fili. 4:11, 13.
El siguiente discursante fue Daniel Sydlik. Él hizo notar que la vida se componía de muchos principios, y para la clase
graduanda la actividad misional estaba por empezar. El que permanecieran o no en su asignación principalmente
dependería de si habrían de sentirse felices en ella o no. La Palabra de Dios está llena de expresiones acerca de las
causas de la felicidad. De manera similar, Lloyd Barry, también graduado de Galaad, quien pasó más de veinticinco años
en el servicio misional en el Japón, dio énfasis a la importancia de tener gozo para mostrar aguante. (Sal. 100:2; Neh.
8:10) El gozo hizo posible que Jesús y sus seguidores primitivos sirvieran fielmente. Barry además señaló que la
autodisciplina es necesaria para tener buen éxito y desplegar gozo como misionero. Apoyó su tema por medio de
referencias a ejemplos de fidelidad en el servicio misional hasta la edad avanzada y aun la muerte.
El orador final fue Theodore Jaracz, otro graduado de Galaad, quien habló acerca de la importancia que da la Escuela
de Galaad a las cosas espirituales, y en contraste con esto puso el énfasis que tantos seminarios teológicos dan a asuntos
seglares. Como resultado de esto, los graduados de Galaad están mejor equipados que nunca para hacer discípulos.
Puesto que más se les ha dado, más habría de esperarse de ellos. (Luc. 12:48) Después de este discurso todos los
estudiantes recibieron sus diplomas, y uno de ellos leyó una excelente carta de aprecio por todo lo que habían recibido.
El programa se reanudó a la 1:30 con un estudio abreviado de la Biblia por medio de La Atalaya, conducido por Nathan
Knorr, después de lo cual hubo un deleitable programa musical presentado por los graduados. Después, éstos presentaron
dos dramas. El primero recalcó la importancia de la oración personal, y el segundo la importancia de que los cristianos
rindan servicio de toda alma a Dios mientras traen todas sus décimas partes al almacén de Dios. (Mal. 3:10) Acabaló el
agasajo espiritual del día una oración por Fred Franz, a la cual todos los presentes pudieron decir un muy sincero:
“¡Amén!”
*** g76 8/12 págs. 25-26 La felicidad, tema descollante de la graduación ***
La felicidad, tema descollante de la graduación

ENTRE los que se graduaban había un matrimonio que había venido desde Australia de las regiones muy alejadas de
las poblaciones donde habían servido entre los aborígenes; dos matrimonios de Alemania; un matrimonio de Dinamarca y
otro del Canadá; también un joven de Marruecos. Los demás eran de los Estados Unidos.
No solo eran de diferentes países, sino que eran diferentes las circunstancias rodeantes de las que habían venido y
también sus antecedentes. Un estudiante había estado en el negocio de relaciones públicas. Otro había sido guitarrista de
concierto conocido internacionalmente. Otro en un tiempo había sido artista cuya música de rock se grababa.
¿Qué tenían todos ellos en común? Bueno, se contaban entre los graduandos felices de la clase 61 de la Escuela
Bíblica de Galaad de la Watchtower. Los ejercicios se celebraron el 5 de septiembre de 1976 en el Salón de Asambleas de
los Testigos de Jehová en Queens, ciudad de Nueva York. ¡Y qué gozosa ocasión fue! En realidad, fue la culminación de
casi una semana entera de actividades felices.
Los estudiantes pasaron el martes y miércoles tomando sus exámenes finales. ¡Qué gusto y descanso sintieron una
vez que éstos terminaron! Felizmente, cada uno de los estudiantes mereció un diploma. El punto sobresaliente del
miércoles fue una comida especial en reconocimiento de la graduación, y disfrutaron de ella junto con otros
1.800 individuos de la familia Betel, miembros del personal de la oficina central de los testigos de Jehová en Brooklyn. En
esa ocasión cuatro de los estudiantes representaron a la clase al dirigir la palabra a los comensales. Uno contó que habían
disfrutado y sacado gran provecho de la escuela y que les impresionó aprender que la felicidad proviene de ayudar a otros
a conocer a Jehová Dios. Otro expresó aprecio por haber aprendido que la verdadera satisfacción resulta de hacer lo que
uno sabe que debe hacer. Todavía otro mencionó cuánto disfrutaron de la bondad fraternal que les habían extendido los
miembros de la familia Betel.
Durante todo el día del jueves se hallaron ocupados en los ensayos finales de su programa para la graduación, los
cuales ensayos fueron presenciados por una cantidad considerable de personas a quienes no les sería posible asistir al
programa mismo de la graduación, así como también por unos sesenta músicos que habían grabado la música para los
dramas bíblicos que los estudiantes presentarían. El viernes todos los estudiantes fueron llevados en automóviles a las
granjas de la Watchtower, donde se verificó un programa especial. Empezó a las 8:30 de la mañana, y los primeros
participantes fueron tres miembros del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová, cuyas palabras de exhortación
fueron excelentes.
Se les recordó a los estudiantes cuánto tenían en común con Abrahán, Rut y Pablo, que dejaron a familias y amistades
para servir a Dios en países del extranjero. También se les amonestó vigorosamente a continuar en sus asignaciones, a
adherirse lealmente al sitio donde les tocara servir. También fue muy edificante el tema que se desarrolló acerca de que si
se acercan a Dios, Dios se acercará a ellos.—Sant. 4:8.
Entonces los estudiantes presentaron un excelente programa musical en que se hizo resaltar la música de guitarra y el
canto, después del cual pusieron en escena dos dramas bíblicos: El primero dio énfasis a la importancia de la oración
personal según lo aclaran las experiencias del rey Ezequías. El segundo hizo entender claramente la importancia de que
nuestro servicio a Jehová Dios sea de toda alma, tal como amonestaron el gobernador Nehemías y el profeta Malaquías.
(Mal. 1:12-14; 3:10) Así los estudiantes disfrutaron de un programa que duró cuatro horas durante las cuales dieron y
también recibieron.
Entonces ellos, junto con su auditorio, que incluía a más de 600 miembros de la familia de las granjas Watchtower y
400 convidados, disfrutaron de una excelente comida y asociación con muchos amigos. Después de esto los estudiantes
tuvieron el placer de recorrer las granjas.
El domingo a las diez de la mañana en el Salón de Asambleas, después de una canción y oración de apertura, el
presidente fijó la felicidad como tema de la graduación cuando hizo notar que este ciertamente era un día feliz para los
misioneros a punto de graduarse y que todos los demás presentes se sentían felices con ellos. Se oyó hablar a varios
oradores, ocho para ser exactos. Todos dieron consejo bíblico muy práctico, y la felicidad fue el tema que se oyó
mencionar periódicamente. Así, se les dijo a los graduandos que, con la ayuda de la sabiduría obtenida de la Palabra de
Dios, podrían sentirse felices aun cuando se enfrentaran a pruebas. El dejar que Dios dirija su vida en vez de querer hacer
su propia voluntad resultará para ellos en satisfacción, contentamiento y felicidad.—Sant. 1:2-4.
También fue un pensamiento feliz el considerar que, de los dos millones de alabadores de Jehová Dios por todo el
mundo, estos veintiséis graduandos tenían el privilegio especial en este tiempo de recibir entrenamiento misional con la
perspectiva de servicio misional. Otro motivo para sentirse felices es el hecho de que nada puede separar a Dios de sus
siervos verdaderos. (Rom. 8:35-39) La ocasión se hizo aún más gozosa cuando se leyeron mensajes de felicitación.
Se sonó una nota feliz de índole más ligera cuando otro orador sacó una lección de la carta que una niña de ocho años
de edad le había enviado a la Sociedad Watch Tower en la cual adjuntó un dólar para ayudar a imprimir más revistas
bíblicas. En su carta dijo: “Me gustan mucho los bonitos cuadros en La Atalaya . . . Sigan con el buen trabajo,
hermanos . . . Tenemos que portarnos bien porque a Jehová y a papá no les gusta que pasemos el tiempo en tonterías.
Amor. M. W.” También fueron de índole más ligera los comentarios de otro conferenciante que, basado en su propia
experiencia, contó como un sentido de humor le ayuda a uno en su asignación misional cuando tiene que hacerle frente a
condiciones primitivas de saneamiento y un abastecimiento de agua que abunde en larvas de mosquito.
Otro conferenciante recalcó la parte que desempeña la felicidad en la vida del misionero y les dijo: ‘El que ustedes
permanezcan en su asignación dependerá en gran manera de si están felices o no. La felicidad es una de las mayores
paradojas. Puede crecer en cualquier terreno, vivir en toda condición; proviene del interior. La felicidad es el ardor reflejado
de un corazón que está en paz con sí mismo porque la persona sabe que la vida que lleva es de la clase correcta.
Busquen la felicidad por medio de limitar sus deseos, por medio de aceptar de buen ánimo toda situación; no se empeñen
tanto en hacer lo que les gusta, sino en gustarles lo que hacen. Para lograr la felicidad, cultiven una relación estrecha con
Jehová Dios; asóciense con su pueblo feliz; den de ustedes mismos a otros.’—Hech. 20:35.
También dio motivo para sentirse felices lo que relató otro orador acerca de misioneros que habían continuado fieles en
sus asignaciones hasta la muerte, a pesar de las condiciones circundantes o su salud. Entre éstos hubo uno en cuyo
funeral los seis portadores del féretro eran jóvenes con quienes él había tenido estudios bíblicos y quienes no solo se
pusieron de parte de Jehová y su reino, sino que emprendieron el servicio de tiempo cabal en la oficina principal de los
Testigos en el Japón.
De todo esto constó el programa de la mañana. El domingo por la tarde más de dos mil concurrentes presenciaron con
deleite el mismo programa que los estudiantes habían presentado en las granjas Watchtower. Entonces un cántico de
alabanza y una oración de gracias a Jehová Dios terminaron el programa en una nota espiritual excelente y edificante.
Había sido un día sumamente feliz para todos los que asistieron a la graduación.
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Clase que se gradúa todavía espera exámenes

El 10 de abril de 1977 fue el día de graduación para los estudiantes de la clase sesenta y dos de la Escuela Bíblica de
Galaad de la Watchtower. En el programa, además de declaraciones finales por parte de los dos instructores que con
regularidad enseñaban en las aulas, U. V. Glass y K. Adams, hubo penetrantes discursos por miembros del cuerpo
gobernante de los testigos de Jehová. A. D. Schroeder, quien por mucho tiempo había sido instructor de la Escuela
también, presidió. Aunque los exámenes escolares habían sido completados cuatro días antes, los discursos de
graduación hicieron que cada estudiante se examinara a sí mismo y le avisaron de exámenes que todavía había de
afrontar.
W. K. Jackson le recordó al auditorio la graduación de la primera clase de la Escuela de Galaad, allá en 1943. En aquel
tiempo, N. H. Knorr, el presidente de la Sociedad Watchtower, le había dicho a la clase graduanda: ‘Ustedes pueden
esperar penalidades que exigirán perseverancia, pero Jehová Dios los sostendrá.’ ¿Perseverarían ellos? ¿Y qué hay de la
clase sesenta y dos? Jackson relató que recientemente él había hablado con graduados de la primera clase que todavía
están en el servicio de tiempo cabal en el extranjero. Ellos le contaron sus experiencias, y estaban bien conscientes del
hecho de que Jehová los había sostenido. “Jehová no los va a abandonar a ustedes tampoco,” aseguró Jackson a este
nuevo grupo misional que pronto partiría para servir en doce países.
Desplegando gran sentimiento, el siguiente orador hizo que la clase supiera que todavía les esperaba aprender mucho.
“Estarán en la escuela permanente de instrucción dadora de vida de Jehová para siempre,” dijo G. D. Gangas.
Hablándoles acerca de una de las grandes lecciones que se han de aprender en esa escuela, dijo: “Todos tenemos orgullo
y celos. No digan que no los tienen. Los tienen. Tenemos que librarnos de eso.” Para ayudar, los instó a tomar a pechos el
consejo de Gálatas 6:3.
También sondeando profundamente e instando a cada uno a considerar sus motivos, E. C. Chitty habló primero acerca
del servicio en la oficina central mundial de los testigos de Jehová en Brooklyn, Nueva York, y entonces acerca de la obra
misional. Aconsejó: “No dejen que la infelicidad personal sea un factor decisivo” en cuanto a permanecer en la asignación
que han recibido. La felicidad viene de hacer la voluntad de Jehová. A veces se necesita aguante perseverante, pero se
muestra confianza en el arreglo de Jehová por estar uno dispuesto a servir, hasta a costo personal. Señaló al propio
ejemplo de Jesús, en su oración de Juan 12:27, 28, y al del apóstol Pablo según se expresa en Hechos 20:23, 24, como
ejemplos que sirven de modelo que todos debemos tomar en serio.
Expresando pensamientos que enlazaban muy bien con lo que ya se había dicho, K. F. Klein advirtió a los estudiantes:
“Una de las lecciones más importantes y sin embargo más difíciles de aprender es la de humildad mental.” Especialmente
dio énfasis a lo importante que es llevarse bien con los misioneros compañeros, e ilustró cómo el deseo intenso de obtener
mayor reconocimiento personal podría hacer que uno dejara de apreciar el excelente privilegio de servicio que tuviera.
Concluyó así: “Usted disfrutará plenamente de su privilegio como misionero si se contenta con ser uno de los menores.”
Antes de la distribución de los diplomas, F. W. Franz también habló a la clase. Les recordó los exámenes escolares que
habían tenido anteriormente, pero entonces captó su atención al preguntar: “¿Han tenido ustedes el más vital y serio
examen de sus riñones?” Mostró, usando Job 19:27, que en la Biblia “los riñones” con frecuencia representan lo más
recóndito del ser de uno. Por eso, cuando Jeremías 17:10 dice que Jehová ‘examina los riñones,’ explicó Franz, esto no es
un examen médico, sino que se hace en capacidad judicial. El discursante señaló que los misioneros se encararán a tal
examen de sus riñones en su vida de después de la graduación. ¿Por qué? Porque afrontarán nuevas situaciones en la
vida. Cuando se vean en estas pruebas, ¿qué resultarán ser en realidad, en lo más interno? El salmista David, aunque era
pecador, no temía tal inspección por Dios. (Sal. 26:1-3) Tampoco debemos temerla nosotros. Concluyendo, Franz dio este
consejo: “Sean cristianos genuinos, no hipócritas, no falsos. Sean cristianos sólidos hasta el fondo de su personalidad. Si
lo son, pasarán el examen de sus riñones con créditos eternos, y con certificación de salud espiritual.”
Posteriormente en aquel día, después de una consideración de La Atalaya, hubo un programa estudiantil de
entrenamiento en varios idiomas, además de dos excelentes dramas bíblicos: “Jóvenes, ¿qué meta tienen en la vida?” y
“El adorno bíblico de las cristianas.”
Todo el que estuvo presente en el programa se dio cuenta de que los exámenes espirituales que se consideraron, y el
consejo que se dio en los dramas, no fueron solo para los misioneros. Cada uno se halló preguntándose: ‘¿Soy yo
realmente la clase de cristiano que debo ser?’
*** g77 8/7 págs. 25-26 Se ofrecieron a servir dondequiera ***
Se ofrecieron a servir dondequiera

HABLANDO recientemente en la ciudad de Nueva York, un miembro del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová
dijo: “Más de cinco mil estudiantes se han graduado de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Más de mil de ellos
actualmente están activos como misioneros en varias partes del mundo, y muchos otros están en otras ramas del servicio
de tiempo cabal.” Todas éstas eran personas que, debido a estar intensamente interesadas en la predicación de las
buenas nuevas del reino de Dios, se habían ofrecido para servir en cualquier parte de la Tierra. El 10 de abril de 1977, se
graduó otra clase de la Escuela de Galaad igualmente deseosa de servir.
En esta clase sexagésima segunda había veintisiete estudiantes que habían venido de seis países. Para asistir a la
Escuela de Galaad, tenían que saber inglés, y para los estudiantes europeos eso exigió esfuerzo especial. Algunos de
ellos habían aprendido un poco de inglés en la escuela. Pero se mudaron a zonas donde vivían personas de habla inglesa,
y vivieron y trabajaron con ellas hasta que dominaron bien el idioma. Esta experiencia también les permitió tratar con
personas de muchos diferentes antecedentes. Como dijo una estudiante de Alemania: “Me ocasionó verdadero gozo
hablar con personas de todas partes del mundo. Yo misma estudié la Biblia con personas de Vietnam, Corea, Japón y
Taiwan.” A medida que ella llegó a conocer a personas de diferentes países, su propio amor por estas personas aumentó,
junto con el deseo de ayudarlas.
Pero, ¿por qué no simplemente quedarse en su país natal? Después de todo, hay personas ahí a quienes se puede
predicar. Un estudiante de los Estados Unidos que reconocía esto dijo: “El mayor obstáculo que yo tenía era mi actitud de
satisfacción serena. Estaba trabajando de precursor, era anciano en la congregación, estaba casado con una esposa
hermosa, tenía mi propio hogar y negocio, y descubrí que simplemente me estaba poniendo demasiado cómodo.”
Consideró el asunto con su esposa y tomaron la decisión de que debieran ofrecerse para servir dondequiera que se les
necesitara.
Un estudiante canadiense agregó: “Puesto que las circunstancias en que nos hallábamos nos permitían ofrecernos
para este trabajo en particular, el no ofrecernos hubiese significado que estábamos reteniendo algo que le debíamos a
Jehová y que no le estábamos sirviendo de todo corazón.”
Algunos estudiantes, debido al estímulo que recibieron de sus padres, habían estado preparándose para el servicio
misional desde la niñez. Sin embargo, otros confesaron francamente que, aunque les gustaba ayudar a la gente,
no hallaban especialmente fácil ir de casa en casa en busca de personas que desearan escuchar. Como resultado,
no habían hecho de la obra misional su meta. Entonces, ¿por qué se habían ofrecido para hacerlo?
Porque estaban dispuestos a satisfacer una necesidad que existía. Reflejaron el espíritu acerca del cual el escritor
bíblico David le dijo a Jehová: “Tu pueblo se ofrecerá de buena gana.” (Sal. 110:3) Así es que al solicitar el servicio
misional uno de los estudiantes lo había hecho con este pensamiento: “Si esto es lo que Jehová quiere que haga, de
buena gana lo haré.” Y un estudiante del Canadá dijo: “La obra misional me dará la oportunidad de ser usado donde hay
mayor necesidad, y cuando hay una necesidad y me es posible ayudar de alguna manera a satisfacer esa necesidad, allí
es donde yo quiero estar.”
Para muchos de ellos, el mudarse a una zona alejada de su hogar y trabajar entre personas de costumbres diferentes
no sería nada nuevo. Lo habían hecho antes. Algunos, con la idea de prepararse para el servicio en el extranjero, ya
habían dejado a sus propias congregaciones para ir y servir donde se necesitaban más los predicadores de las buenas
nuevas.
Un matrimonio de la clase había participado en una expedición por canoa en los territorios del noroeste del Canadá que
exigió un viaje de 4.000 kilómetros de ida y vuelta por el río Mackenzie. Durmieron en carpas y soportaron enjambres de
insectos a fin de llevar las buenas nuevas del reino de Dios a la gente de esa zona. Los poblados distaban de 80
a 320 kilómetros unos de otros. Rara vez llegan visitas a esos lugares aislados, pero muchas personas expresaron aprecio
al oír las buenas nuevas. Los estudiantes que habían participado en esta obra sabían lo que el trabajo misional pudiera
incluir.
Sin embargo, no fue sino hasta que se acercaron al fin de sus estudios que se les dio información acerca de los países
en los que habrían de servir. Las asignaciones incluyeron a Bolivia, Botswana, Chile, Colombia, la República Dominicana,
el Ecuador, Honduras, Lesotho, Liberia, España y Samoa Occidental. Todos aceptaron sus asignaciones gustosamente.
Pero ésta no habría de ser simplemente una aventura de viajar. En el día de graduación, U. V. Glass, uno de los
instructores en la sala de clase, consideró con los estudiantes sin rebozo por qué iban a esos lugares. Para trabajar. Como
reconoció francamente, éste es un tema que para muchas personas de nuestro día es bastante desagradable. Pero ése
no siempre ha sido el caso. Les mostró que hay más de una manera de mirar al trabajo. Si uno hace un trabajo
simplemente porque se tiene que hacer, puede llegar a ser desagradable. Pero, ¡qué diferente es cuando uno aprende a
deleitarse en lo que se logra! Glass instó a los estudiantes a considerar su servicio misional de este último modo.
El otro instructor de la Escuela que también les enseñó con regularidad en la sala de clase, K. A. Adams, animó a los
estudiantes a no simplemente tener almacenada en su mente las cosas que habían aprendido, sino a usarlas para ayudar
a otros. Así pues, al consolar a una madre cuyo niño hubiese muerto, además de leer la promesa bíblica de que “la muerte
no será más,” podrían compartir con la afligida la experiencia tomada de la vida real en que Jesús resucitó a la niña de un
matrimonio de Capernaum. (Rev. 21:4; Luc. 8:40-42, 49-56) Para ayudar a alguien que vacila tímidamente ante los
privilegios de servicio, en vez de simplemente decirle que debe ver las cosas de modo diferente, podrían con buen
provecho sentarse y leer juntos el libro bíblico de Jonás para que la plena fuerza de su consejo llegue al corazón de la otra
persona. Y al tratar con los problemas de la congregación, en vez de simplemente hallar un texto bíblico o dos que
apliquen, bien podrían recordar una de las congregaciones cristianas del primer siglo que se hubiese enfrentado a una
situación parecida, y entonces valerse de la entera porción de la carta inspirada escrita a esa congregación en que se
expresa el punto de vista de Dios sobre el asunto. El entrenamiento que los estudiantes habían recibido en Galaad los
había equipado a mayor grado para hacer esto.
Los estudiantes a punto de graduarse no solo recibieron los consejos de partida ya mencionados de sus instructores,
sino también excelente amonestación que varios miembros del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová les
impartieron en que enfatizaron, entre otras cosas, la importancia de la lealtad, la humildad de mente y el examen de su
propia conciencia.
Desde su graduación, los miembros de la clase sesenta y dos han empezado a partir para sus asignaciones en el
extranjero. Algunos de ellos estarán en países donde el número de Testigos en proporción con la población les dará tres,
cuatro o cinco —hasta noventa— veces más personas con quienes compartir las verdades de la Biblia que la cantidad que
tuvieron antes. Los que se han ofrecido voluntariamente para el servicio misional muestran que tienen el mismo espíritu
que tuvo el profeta de Dios quien dijo: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí.”—Isa. 6:8.

*** w77 15/11 pág. 698 Graduados de Galaad, ¡no se rindan! ***
Graduados de Galaad, ¡no se rindan!

EL APÓSTOL Pablo pasó por muchas pruebas. Sufrió mucha persecución. Fue afligido por dolencias físicas. Muchas
veces careció de bienes materiales. Por eso, ¿cómo respondió a esto? ¿Estuvo anhelando el pasado, cuando no tenía
estas pruebas? ¿Quería regresar a Tarso? Pablo mismo responde: “Teniendo este ministerio . . . no nos rendimos.”—
2 Cor. 4:1.
Con esas expresiones abrió Karl Adams, un instructor de la Escuela de Galaad para el entrenamiento de misioneros,
una serie de discursos cortos dirigidos a la clase graduanda número sesenta y tres. Los ejercicios de graduación se
efectuaron el 11 de septiembre de 1977 en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová, en Long Island City, Nueva
York. Veintitrés graduandos recibieron diplomas y asignaciones en el extranjero.
Otro instructor, Ulysses Glass, usó una ilustración tomada de la Biblia para recalcar el mismo punto, a saber, el de
no rendirse. Se refirió a la ilustración de Jesús acerca del padre que tenía dos hijos y que les pidió que fueran a trabajar en
su viña. Uno dijo que iría, pero no lo hizo. El otro dijo que no, pero lo hizo. El último fue el que recibió aprobación. El
hermano Glass entonces les recordó a los estudiantes que ellos habían concordado en ir a trabajar en campos
extranjeros, en la viña de Jehová. Ahora les tocaba cumplir con aquella promesa.—Mat. 21:28-31.
A. D. Schroeder señaló que Jehová es un comunicador. Como tal, él usó a ángeles y profetas, y también usó a su Hijo,
Jesucristo. Ahora los que siguen en los pasos de Jesús tienen que comunicar su mensaje a los pueblos de la Tierra,
usando muchos idiomas para hacerlo. Jesús prometió buen éxito: “Yo les daré boca y sabiduría, que todos sus opositores
juntos no podrán resistir ni disputar.”—Luc. 21:15.
“¿Por qué se les está enviando como misioneros?” preguntó entonces John Booth a los que se graduaban. Él
respondió a la pregunta que les había hecho con las palabras de Jesús: “Alcen los ojos y miren los campos, que están
blancos para la siega.” (Juan 4:35) Uno siembra, otro siega, y ambos se regocijan juntos.
Después de la lectura por Robert Wallen de saludos enviados por misioneros que ya estaban en campos extranjeros,
los discursos continuaron. M. G. Henschel dio énfasis a usar inmediatamente el lenguaje del país al cual van los
misioneros. ¡Por hacer esto los misioneros que han estado largo tiempo en asignaciones extranjeras han podido traer a
muchas personas a las filas de los testigos de Jehová!
L. A. Swingle les recordó a los graduandos que ellos habían tenido buen éxito en el servicio de precursor, en ser
invitados a Galaad, y ahora en graduarse. Pero ¿por qué habían tenido buen éxito? ¿Por habilidad? ¿Por estudio? ¿Por
perseverancia? Esos son factores que contribuyen al buen éxito, pero lo principal es confiar en Jehová. (Gén. 24:40; 39:2,
3, 23) El apegarse estrechamente a Su Palabra produce buen éxito. (Jos. 1:8; Sal. 1:1-3) El estar alerta y orar traerá buen
éxito en cuanto a pasar con vida a través de la grande tribulación: “Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo
haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder.”—Luc. 21:36.
F. W. Franz, presidente de la Sociedad Watchtower, llevó el consejo de no rendirse a una culminación al recordar a los
graduandos que eran soldados de Cristo. En esa condición en asignaciones extranjeras sufrirían penalidades, pero, se les
dijo, “como excelente soldado de Cristo Jesús acepta tu parte en sufrir el mal.” Además, “el fruto del justo es un árbol de
vida, y el que está ganando almas es sabio.” (2 Tim. 2:3; Pro. 11:30) “Ganar almas... esto es lo que se supone que hagan,”
dijo Franz. “¿Lo harán?”
La respuesta era vigorosamente afirmativa, a juzgar por la resolución que leyó un miembro de la clase graduanda
después de haber recibido los estudiantes sus diplomas, que les fueron entregados por el presidente de la reunión, Karl
Klein.
Después de un intermedio, y un estudio de La Atalaya conducido por Dean Songer, y un deleitable programa de música
y diapositivas presentado por los estudiantes, dos poderosos dramas bíblicos representados por los graduados dieron
énfasis a la admonición: ¡No se rindan!
Un auditorio de 1.870 personas que les deseaban bien a los estudiantes disfrutó de estar con los que se graduaban en
este día especial de ellos, y les acompañan oraciones de que de veras ‘no se rindan.’
*** g77 8/12 págs. 25-26 Graduandos de Galaad reciben consejo sobre el éxito ***
Graduandos de Galaad reciben consejo sobre el éxito

LA Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower tiene un registro de buen éxito. Su primera clase se graduó en 1943.
En ese tiempo, 106.000 testigos de Jehová estaban predicando las buenas nuevas del reino de Dios en 54 países,
dirigidos por 21 sucursales de la Sociedad Watch Tower. Ahora, después que 62 clases de graduados han estado
haciendo discípulos en campos extranjeros, hay 2.248.000 Testigos activos en 210 países y trabajan bajo la dirección de
96 sucursales.
Fue en el programa de graduación de la clase número 63 de Galaad que M. G. Henschel hizo notar este punto. Se
habían reunido 1.870 personas para presenciar este acontecimiento que se celebró el 11 de septiembre de 1977 en el
Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en la Ciudad de Long Island, Nueva York. Veintitrés graduandos recibieron
sus diplomas y asignaciones para ser enviados al extranjero como misioneros para añadir todavía más éxito a la obra de
predicar. El discursante explicó que aunque los graduados de Galaad no eran los únicos responsables de los aumentos, sí
habían desempeñado un papel prominente en la obra de expansión. Ahora esta clase número 63 habría de ir a campos
extranjeros y unirse a los que se habían graduado previamente, y añadir sus esfuerzos a los de los testigos de Jehová por
todo el mundo.
Se siguió desarrollando el tema de éxito en el discurso que L. A. Swingle pronunció a los graduandos. Él dio énfasis a
la fuente del éxito. Cuando Abrahán envió a su siervo en una misión y el siervo expresó el temor que sentía de que
fracasara la misión, Abrahán dijo: “Jehová . . . ciertamente dará éxito a tu camino.” Y en cuanto a todo lo que José hacía
en Egipto “Jehová estaba haciendo que tuviera éxito.” Cuando Nehemías y sus compañeros comenzaron el trabajo de
reconstruir el muro de Jerusalén y se levantaron opositores, Nehemías dijo: “El Dios de los cielos es Quien nos otorgará
éxito.”—Gén. 24:40; 39:3; Neh. 2:20.
Josué tuvo éxito en la asignación que recibió de Dios porque obedeció el mandato de estudiar la ley divina: “Este libro
de la ley no debe apartarse de tu boca, y día y noche tienes que leer en él en tono bajo, a fin de que cuides de hacer
conforme a todo lo que está escrito en él; porque entonces tendrás éxito en tu camino y entonces actuarás sabiamente.”—
Jos. 1:8.
Otros factores necesarios para éxito
Por supuesto, uno no puede tener éxito si abandona su asignación. Karl Adams dio importancia a este punto cuando
habló a la clase acerca del apóstol Pablo. Pablo aguantó una gran variedad de penalidades y persecuciones, pero él y sus
compañeros apreciaron el privilegio que tenían de ‘reflejar cual espejo la gloria de Jehová.’ Inmediatamente después que
Pablo dijo eso, expresó esta resolución: “Por eso es que, teniendo este ministerio según la misericordia que se nos
mostró, no nos rendimos.”—2 Cor. 3:18; 4:1.
La cualidad de compasión fue subrayada por Ulysses Glass. Hizo notar la manera compasiva en que Jehová habló
acerca de las viudas y huérfanos de padre, en Éxodo 22:22-24. Dios dijo: “No deben ustedes afligir a viuda alguna ni a un
huérfano de padre.” Les dijo que si los afligieran él los destruiría a ellos, y entonces “sus esposas tendrán que quedar
viudas y sus hijos huérfanos de padre.” Jehová mismo llegará a ser “padre de huérfanos de padre y juez de viudas.”—Sal.
68:5.
Pablo se refirió a sí mismo como un padre en sentido espiritual de aquellos que en un tiempo estaban alejados de Dios
pero a quienes él llevó las “buenas nuevas.” Considerado en este sentido, hay millones de personas por todo el mundo
que son huérfanos de padre, pues no conocen a Jehová ni sus propósitos. Glass les dijo a los graduandos que ellos
podrían mostrar misericordia a estos “huérfanos de padre” en sentido espiritual, y ayudarlos a conocer a Jehová y hacer
que él llegara a ser su padre. Adicionalmente Glass aplicó en este sentido el texto de Santiago 1:27: “La forma de
adoración que es limpia e incontaminada desde el punto de vista de nuestro Dios y Padre es ésta: cuidar de los huérfanos
y de las viudas en su tribulación.”
A. D. Schroeder mostró que si los graduandos querían tener éxito tendrían que ser comunicativos. Tendrían que usar
su lengua, y posiblemente tendrían que aprender un lenguaje extranjero. Los cristianos primitivos se comunicaron en
lenguas extranjeras en el Pentecostés por un don del espíritu, pero los graduandos de Galaad tendrían que estudiar y
practicar el lenguaje que ellos habrían de usar. Centenares de misioneros que precedieron a estos graduandos lo habían
hecho.
Schroeder contó esta experiencia de un misionero en el Brasil que conducía un estudio bíblico con una familia que
tenía en su casa un mono: “El mono me ha mordido dos veces, pero el estudio progresa bien. El único que no ha aceptado
la verdad es el mono. Un día fui y la señora no estaba en casa, pero su hija y varias amistades estaban allí. Mientras
esperaba a la madre le dije a la hija que había una oración en el libro de estudio que no entendía, y le pedí que me lo
explicara. Ella me lo explicó, y se interesó en ello, de modo que ella y sus amistades lo consideraron conmigo
detenidamente. La próxima vez que hice la visita había 17 personas allí y el estudio duró dos horas y media. La siguiente
vez 30 personas estuvieron presentes. Desde entonces un grupo grande ha estudiado con regularidad y muchos van a
bautizarse en la próxima asamblea.” Después de haber estado este misionero solo dos años en el Brasil, pronuncia
discursos de una hora en portugués.
El discursante John Booth mostró cuánta falta hace el comunicarse con buen éxito, y citó Juan 4:35, 36: “Alcen los ojos
y miren los campos, que están blancos para la siega. Ya el segador está recibiendo salario y recogiendo fruto para vida
eterna, a fin de que el sembrador y el segador se regocijen juntos.”
El presidente de la Escuela, F. W. Franz, consideró las condiciones rigorosas que son una parte de ser soldado de
Cristo. Los hombres a quienes se escogían para ser soldados romanos tenían que someterse a entrenamiento estrenuo a
fin de recibir la honra de estar en los ejércitos de César. Los soldados de Cristo también tienen que recibir entrenamiento y
soportar penalidades. “Como excelente soldado de Cristo Jesús acepta tu parte en sufrir el mal.” La honra que tienen de
pertenecer al ejército de Cristo es la honra más elevada posible, y para estar seguros de tener éxito ‘se ponen la armadura
completa que proviene de Dios.’—2 Tim. 2:3; Efe. 6:11.
Después que el presidente de la asamblea, Karl Klein, repartió los diplomas, los estudiantes presentaron un programa
variado de música y diálogo, acompañado de diapositivas, algunas de ellas chistosas, pues hasta mostraron a los
estudiantes cuando eran bebés. Los miembros de la clase también presentaron dos dramas bíblicos; en uno se vio a los
cristianos primitivos predicar con buen éxito a pesar de la persecución y en el otro se vio la huida dramática de Lot y su
familia de Sodoma.
Dígnese Jehová colmar de éxito a los miembros de la clase número 63 de Galaad, a medida que añaden sus esfuerzos
al ‘montón de testimonio’ que los testigos de Jehová están dando por todo el mundo.

*** w78 1/7 págs. 29-30 Graduados de Galaad muy amados... ¿por qué? ***
Graduados de Galaad muy amados... ¿por qué?

“¿POR qué se nos han hecho tan amados ustedes?” preguntó el discursante a la clase graduanda número 64 de la
Escuela de Galaad. “No es porque sean tan bien parecidos . . . o porque sean tan brillantes doctos en la Biblia,” explicó.
“No, más particularmente es por el espíritu que muestran con relación a la obra del Señor.”
El discursante, D. Parsons, fue el primero de ocho miembros del personal de la oficina central de los testigos de Jehová
que dio amonestación y estímulo de partida a los 24 graduandos. En total, 1.944 personas se congregaron para los
ejercicios de graduación en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en Long Island City, Nueva York, el 5 de
marzo de 1978.
El programa empezó a las 10 de la mañana, y lo presidió C. W. Barber, miembro del Cuerpo Gobernante de los
Testigos de Jehová. Después del cántico y la oración de apertura, Barber señaló que la Escuela de Galaad ha servido para
la diseminación de la verdad bíblica hasta los fines de la Tierra.
Durante los 35 años del funcionamiento de la escuela, 5.633 graduados han sido enviados a una amplia diversidad de
lugares en la Tierra para predicar. Estos graduados han manifestado una disposición altruista de servir, aun en medio de
adversidades. Algunos de los que componían la clase graduanda ya habían pasado más de 10 años en la obra de predicar
de tiempo completo en los cinco países de los cuales habían venido. Pero al venir al curso de cinco meses de Galaad se
ofrecieron para ir a cualquier lugar en la Tierra donde la gente tuviera una necesidad particular de la ayuda de ellos.
¿No se le hacen muy amadas a usted también las personas que tienen un espíritu cristiano tan altruista?
El segundo discursante, T. Jaracz, hizo notar que los graduandos “están dispuestos a dejar padre y madre y hermanos
y hermanas y hogares y otras posesiones e ir a un nuevo país, y enfrentarse a problemas y persecuciones.” Pero
preguntó: “¿Por qué razón están ustedes dispuestos a hacer todo esto?” Apropiadamente, enfatizó, debería ser “por causa
de [Cristo] y por causa de las buenas nuevas.” (Mar. 10:29, 30) Jamás olviden esa razón, concluyó Jaracz.
M. G. Friend, de ochenta y siete años de edad, quien fue instructor de las primeras 34 clases de Galaad, entonces hizo
un conmovedor llamado a la clase. ‘Amados estudiantes de Galaad,’ dijo, ‘continúen demostrando su cooperación gozosa
y armoniosa con la organización de Dios.’ Después L. K. Greenlees presentó amonestación de despedida basada en
Proverbios 8:33: “Escuchen la disciplina y háganse sabios.” Planteó varias situaciones que quizás tuvieran que afrontar los
graduandos en la vida misional y en las cuales resultaría vital el ejercicio de la sabiduría piadosa.
Entonces L. Weaver habló a la clase acerca del magnífico “privilegio” de que habían disfrutado al asistir a Galaad. “La
cuestión es,” dijo, “¿continuarán ustedes apreciando este privilegio, y continuarán asignándole el valor debido?” Weaver
señaló a María como ejemplo que se debería imitar. Ella atesoró su privilegio de dar a luz a Jesús el Hijo de Dios a pesar
del riesgo a su propia vida.” Porque, como mujer comprometida, según explicó él, ella pudo haber sido apedreada
equivocadamente como adúltera.
Después, los dos instructores de Galaad ofrecieron palabras de despedida. K. A. Adams señaló excelentes lecciones
que se derivan del relato acerca del primer misionero mencionado en la Biblia, Jonás, y también de la vida del misionero
que tan extensamente viajó, el apóstol Pablo. U. V. Glass destacó la cualidad de lealtad, y señaló que él admiraba esta
cualidad en la clase. Entonces llamó atención hacia el sacerdote Abiatar, quien, después de casi una vida entera de
servicio leal, se hizo desleal al dar su apoyo a Adonías, el hijo de David, en el intento de éste por apoderarse del reinado.
De modo que es necesario ejercer lealtad, enfatizó Glass.
El discursante final, F. W. Franz, consideró extensamente el capítulo 61 de Isaías y mostró que los que se gradúan de
Galaad tienen el privilegio de ofrecer su contribución a la obra del Señor al lado del resto ungido. Franz señaló al
versículo 5 y explicó que las “otras ovejas” del Señor, grupo al cual profesaban pertenecer todos aquellos graduandos de
Galaad, son los “extraños” y “extranjeros” que sirven de ayudantes a la clase sacerdotal ungida. Sin embargo, les dijo:
“Ustedes, también, son siervos de Jehová Dios en sentido sagrado.”
Más tarde en el día, después de un intermedio para el almuerzo y después de una consideración de La Atalaya,
conducida por R. Walls, los estudiantes presentaron un corto programa musical. Finalmente, el programa concluyó
aproximadamente a las 4:45 de la tarde, después que los estudiantes habían presentado dos excelentes dramas bíblicos:
“La necesidad del huérfano de padre... ¿puede usted darle ayuda?” y “¿Qué está escogiendo usted?”, el cual destacó la
vida temprana de Moisés.
*** g78 22/5 págs. 24-26 Los enviados... ¿cómo son? ***
Los enviados... ¿cómo son?

“¿QUÉ clase de misionero será usted?” K. A. Adams propuso esta pregunta a los 24 estudiantes a quienes había
estado instruyendo por los pasados cinco meses. Hizo esto en la graduación de la clase 64 de la Escuela de Galaad que
se celebró el 5 de marzo en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en Long Island City, Nueva York.
“Hay lecciones que ustedes pueden aprender de las vidas de aquellos que los antecedieron,” dijo Adams al continuar.
Entonces llamó la atención de los estudiantes a dos misioneros que se mencionan en la Biblia, Jonás y el apóstol Pablo.
Hizo notar que Jonás había manifestado una actitud mala para con el territorio que se le había asignado, Nínive, pues
no veía a los habitantes de ésta de la manera en que Dios los veía. De modo que Jonás partió en otra dirección. “Pero
Dios lo detuvo repentinamente,” dijo Adams, “le dio unos cuantos días para que pensara en ello, y finalmente, desde el
vientre del pez, Jonás dijo: ‘Lo que prometí en voto, pagaré.’”
“Pero Jonás todavía tenía problemas,” comentó Adams. “Aunque fue a Nínive y estaba haciendo el trabajo,
evidentemente no tenía verdadero interés en la gente. Por eso, cuando los ninivitas dejaron sus malos caminos, y Jehová
decidió no destruirlos, la Biblia dice: ‘A Jonás le desagradó sobremanera.’” Esto nos da algo en qué pensar, especialmente
puesto que la Biblia indica que Jonás mostró gran interés en su propia comodidad personal.—Jonás caps. 1 al 4.
Los graduados entendieron bien el punto de la lección... que deberían interesarse genuinamente en ayudar a otras
personas, más bien que preocuparse demasiado por sus propias comodidades. En los días después de la graduación,
hubo muchas despedidas a medida que los estudiantes empezaron a partir para los 10 países a los cuales habían sido
asignados: Las Bahamas, el Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Guayana Francesa, Japón, Paraguay, Senegal y Sierra
Leona. En conjunto, desde que la Escuela de Galaad empezó hace 35 años, se han enviado 5.633 graduados a unos
160 países diferentes.
Los que han partido en semanas recientes pueden imitar el excelente ejemplo que les han puesto muchos misioneros
de las clases previas. Considere, por ejemplo, a Leo y Eunice Van Daalen de la primera clase de Galaad. Llegaron a
Puerto Rico en marzo de 1944, cuando solo había seis personas activas allí como testigos de Jehová. Hallaron un lugar
donde vivir y se pusieron a predicar bajo el caluroso sol tropical. Para noviembre de 1951 los seis predicadores del Reino
que se hallaban allí en 1944 habían aumentado a 622.
Entonces, el siguiente abril, Leo Van Daalen y su esposa partieron para los Estados Unidos para visitar a sus padres.
Sin embargo, el avión se precipitó al océano. Eunice, una nadadora excelente, dio su salvavidas a otra persona, acto
altruista por el cual los periódicos la alabaron. Pero ella y su esposo se ahogaron. Por ocho años habían trabajado duro
predicando, y, en buen grado, se debe a su actividad y a la de sus compañeros graduados de Galaad que actualmente
haya más de 16.700 proclamadores del Reino en Puerto Rico.
También tenemos a Donald Baxter, un graduado de la quinta clase de Galaad. El 2 de junio de 1946 llegó a Caracas, la
capital de Venezuela. En ese tiempo solo había cuatro Testigos en el país. Se halló una casa pequeña, sin agua corriente,
a la orilla de la ciudad, en una calle que no estaba pavimentada. Aquí se empezó el primer hogar misional de Venezuela.
Baxter todavía está en Venezuela y ha tenido el gozo de haber participado en el aumento de los publicadores del Reino
que actualmente ascienden a más de 13.800.
En país tras país, los graduados de Galaad han iniciado la actividad de predicar el Reino... en El Salvador, Nicaragua,
Perú, la República Dominicana y muchos otros países. Respecto al comienzo de la obra en Ecuador, el 1948 Yearbook of
Jehovah’s Witnesses informa: “Requiere verdadera determinación de parte de los misioneros el ir a un país donde son
extraños absolutos y donde nadie simpatiza con ellos o cree en la verdad como ellos la creen, y entonces marchar
adelante intrépida y valerosamente . . . Esto lo han hecho los graduados de Galaad.”
Durante el programa de graduación de la clase 64, ocho miembros de la oficina principal de los testigos de Jehová
instaron a las 1.944 personas presentes a demostrar semejante determinación y fidelidad. L. Weaver señaló al privilegio
de que habían disfrutado los graduados al asistir a Galaad, pero hizo notar que en condiciones de presión pudieran perder
su aprecio por dicho privilegio. “Consideren a Demas,” dijo él. “Él disfrutó del privilegio de ser colaborador del apóstol
Pablo. Pero más tarde Pablo declaró: ‘Demas me ha abandonado porque amó el presente sistema de cosas.’”—2 Tim.
4:10.
L. Greenlees dio excelente consejo sobre la necesidad de ejercer sabiduría al tratar con la gente, tanto con los
misioneros compañeros con quienes los graduados pronto estarán viviendo como con la gente de la localidad que
posiblemente tenga costumbres y modos muy diferentes de hacer las cosas. Animó a los misioneros a no considerar que
sus propios modos son superiores. Para ilustrar la importancia de realmente mezclarse con la gente y aprender sus
costumbres, Greenlees leyó esta experiencia de un miembro del Cuerpo de Paz, publicada en The Wall Street Journal:
“Al tiempo en que sucedió lo siguiente, yo había estado en Kenia por casi dos años, y era maestra en un pueblo
pequeño en la parte central del país. Un estudiante que se llamaba Samuel me invitó a su hogar, donde llegué a conocer a
su familia y tomé la excelente comida que su madre había preparado. Naturalmente, alabé lo que había cocinado.
“Al ir a casa, Samuel me preguntó si podía decirme algo. ‘Señora,’ dijo él, ‘no quiero ofenderla, pero se considera una
gran descortesía decir cosa alguna acerca de la comida a no ser que tenga algo malo.’
“Ante eso, me sentí muy desalentada. Dos años y todavía ignoraba a tal grado los modos de esta gente entre quienes
había venido a vivir y ‘ayudar’ que ni siquiera sabía una cosa tan sencilla como la manera de portarme en una cena.”
Sí, interés genuino en la gente... eso es lo que los misioneros necesitan. Juzgando por los resultados que consiguieron
al ayudar a la gente en los cinco países de los cuales habían venido, hay buena razón para creer que los graduados
presentes serán excelentes misioneros. En realidad, algunos ya han dedicado más de 10 años a la predicación de tiempo
cabal. De modo que no son jóvenes inexpertos. Como promedio tienen 29 años de edad.
En su discurso final a la clase, el instructor U. V. Glass citó lo siguiente de la Biblia: “Mejor es el fin de un asunto
posteriormente que su principio.” (Ecl. 7:8) Entonces, al fin de su discurso que tocó el corazón de los estudiantes y en el
cual mencionó la excelente cualidad de lealtad que habían demostrado, dijo: “Esto es lo que deseamos para ustedes. Que
su servicio misional resulte aún mejor en el fin que al principio.” Sí, que cada uno de los graduados de la clase 64, sin
excepción, continúe mostrando lealtad y otras cualidades cristianas en sus asignaciones misionales.
[Ilustración de la página 25]
La clase graduanda 64 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Beatty, M.; Gillar, W.; Byrd, L.; Regalade, L.; Jefferson, M.; Landells, C.; Gabel, G.; Gabel, U. (2) Keller, R.; McCoy, S.;
Triplett, B.; Segura, L.; Aponte, S.; Keller, C.; Jones, C.; Regalade, E. (3) Triplett, R.; Beatty, M.; Gillar, H.; Segura, G.;
Reed, A.; Aponte, R.; Fawcus, B.; Henser, S.

*** w78 1/11 pág. 11 Se estimula a fidelidad a la clase 65 de Galaad ***


Se estimula a fidelidad a la clase 65 de Galaad

El 10 de septiembre de 1978 fue el día de graduación de los 29 estudiantes de la clase 65 de la Escuela Bíblica de
Galaad de la Watchtower. Estos habían completado con éxito su entrenamiento de cinco meses en Brooklyn, Nueva York,
y recibieron asignaciones al servicio misional en partes de África, América del Sur y Eurasia y en islas de Oceanía. Todos
habían esperado con gran emoción su entrenamiento. Una pareja había esperado 10 años hasta que se les presentó la
oportunidad de asistir a la escuela. Otros habían esperado por lo menos tres años. Ninguno de los estudiantes era novato
en cuanto a suministrar ayuda espiritual a sus congéneres humanos. Por término medio, habían dedicado unos 10 años a
esta obra vital.
El programa de graduación tuvo dos partes distintas. La mañana se dedicó a consejo de despedida a la clase, y en la
tarde hubo un programa presentado por los graduados a un auditorio de casi 1.900 amigos y parientes.
F. W. Franz, el presidente de la escuela, hizo que los graduados pensaran en la necesidad de prestar atención a sí
mismos de modo que permanecieran fieles a Dios. Para su consideración, se fundó en el capítulo cuatro de Marcos.
Después de dar énfasis a la importancia de dar atención indivisa y respeto profundo a Jesucristo en su capacidad de
maestro, Franz advirtió a los graduados que se cuidaran de envolverse con malas asociaciones tanto dentro como fuera
de la congregación cristiana.
Sacó a relucir los siguientes puntos: Al emprender una nueva asignación como misioneros, los graduados estaban,
realmente, siendo trasplantados. Se hallarían en nuevo suelo, es decir, un nuevo ambiente. ¿Cómo responderían a esta
situación? ¿Continuarían desarrollando sus capacidades y excelentes actitudes y cualidades? Al llegar el tiempo de la
siega, es decir, cuando ya no haya más oportunidad de desarrollar su personalidad cristiana, ¿en qué condición se les
hallaría? Esto dependería en gran grado de lo que ellos hubieran permitido que ejerciera influencia en ellos.
Por eso, Franz instó a los graduados a ejercer cuidado para no caer bajo la influencia mundana. En vez de eso,
deberían poner en primer lugar en su vida el reino de Dios y esforzarse por cultivar el fruto de Su espíritu. Entonces, al
venir el día del juicio, pasarían por él con buen éxito.
Antes, otros oradores, entre ellos los dos instructores de la escuela, también presentaron consejo edificante sobre el
asunto de permanecer fieles. Dieron prominencia a aspectos como la importancia de la paciencia, el conservar una actitud
sana, el no juzgar a las personas por la apariencia exterior, el hallar gozo en servir humildemente y mantener amor
profundo a Dios y confiar en el amor de él.
Hasta el programa presentado por los estudiantes sirvió de estímulo a la fidelidad. Después de ilustrar el desarrollo de
la música que usan los testigos de Jehová en sus reuniones, los estudiantes presentaron dos dramas bíblicos. El primero
demostró la necesidad de cuidarse de las tendencias que pudieran hacer que uno perdiera la oportunidad de ver el
cumplimiento de las promesas de Dios. En el segundo drama se representaron acontecimientos del reinado del rey Josafat
de Judá. El que Judá obtuviera liberación de las fuerzas combinadas de Moab, Amón y las del monte Seír en el tiempo de
Josafat reveló especialmente que el confiar con fidelidad en Dios sí conduce a bendiciones.
Por supuesto, no solo los graduados de la clase 65 de Galaad, sino todos los discípulos de Jesucristo deben pensar
con seriedad en permanecer fieles a Dios. Solo por aguante fiel hasta el fin de la vida de uno como cristiano o hasta la
ejecución del juicio divino puede uno estar entre los que han de disfrutar de bendiciones eternas como parte de los
“nuevos cielos y una nueva tierra” que Dios hace.—2 Ped. 3:13.
*** g78 8/12 págs. 23-24 Educación que fomenta el buen éxito ***
Educación que fomenta el buen éxito

‘POR medio de amar profundamente a Jehová Dios y estar convencidos de que Él los ama, podrán lograr éxito en su
camino.’ ¿Cómo responde usted a esa declaración?
Las 1.899 personas que se reunieron en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en Long Island City, Nueva
York, el domingo 10 de septiembre, concordaron plenamente con esta idea. W. L. Barry expresó esta idea en la ceremonia
de graduación de los 29 estudiantes que componen la clase 65 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Estos
estudiantes habían terminado un curso de entrenamiento especial de cinco meses de duración que los ha equipado para
la obra misional en territorios extranjeros.
Años antes, Barry había asistido a la Escuela de Galaad y después de eso por muchos años había disfrutado de
trabajar con misioneros en el Japón. Por lo tanto, el que él animara a los graduandos a considerar la asignación misional
como una expresión del amor de Dios tenía el apoyo de una rica experiencia personal. Fue muy factual al señalar que
tendrían que enfrentarse a problemas en una asignación extranjera. Tendrían que acostumbrarse a ‘un nuevo idioma,
nuevos alimentos, un nuevo arreglo de hogar misional y hasta a nuevas enfermedades.’ No obstante, por medio de
adherirse fielmente a la obra debido al amor a su Hacedor, los misioneros entrenados en Galaad, fortalecidos por la
Palabra de Dios y la oración, pueden tener buen éxito.
El programa educativo de la Escuela de Galaad está diseñado para ayudar a los estudiantes tanto desde el punto de
vista espiritual como práctico. Al llamar atención a esto, Don Adams aludió a la instrucción práctica especial que ellos
habían recibido para poder encargarse de la lavandería y la preparación de comidas en el hogar misional. Se espera que
este nuevo rasgo del plan de estudios contribuya a que todos los interesados puedan disfrutar más del servicio misional.
Por supuesto, este entrenamiento práctico está subordinado a la educación que equipa a los estudiantes de Galaad para
ser mejores maestros de las verdades bíblicas. Y, como señaló Don Adams, la buena actitud determina el que un
misionero sea feliz. El interés por el bienestar espiritual de la gente y el contentamiento personal desempeñarían un papel
importante en que fueran misioneros que se apegaran fielmente a la obra.
Otro orador, M. S. Allen, compartió ideas que fueron útiles para evaluar apropiadamente el buen éxito. Usó como tema
la siguiente pregunta que Jesucristo planteó a Juan y Andrés: “¿Qué buscan?” (Juan 1:38) Allen hizo notar que el motivo
de lo que hacemos es muy importante. Para el misionero cristiano de buen éxito ese motivo no puede ser el
reconocimiento, el deseo de sobresalir como mejor que otros o el deseo de encontrarse entre un grupito de privilegiados.
El misionero puede beneficiarse del ejemplo de Andrés que estaba dispuesto a ocupar el segundo lugar y que presentó a
otros, incluso a su propio hermano Pedro, al Mesías. Así, si uno puede hallar gozo en servir humildemente a Dios por
medio de familiarizar al prójimo con Jesucristo, puede ser un buen misionero.
En varios de los países a los cuales se enviaría a los graduados, muchas personas son analfabetas. Por lo tanto,
Richard Wheelock animó a los estudiantes a usar las ilustraciones de un libro recientemente publicado. De ese modo,
después de aprender el idioma local, los nuevos misioneros tendrían buen éxito en llevar el mensaje bíblico aun a los
analfabetos de entre el pueblo.
K. A. Adams, instructor de la escuela, advirtió a los estudiantes en contra de ver a la gente desde el punto de vista
humano, pues Jesucristo dijo: “Dejen de juzgar por la apariencia exterior.” (Juan 7:24) La respuesta de la gente en un
territorio en particular pudiera ser lenta, pero es posible que Dios vea en la gente algo que nosotros no vemos. Por
ejemplo, después de muchos años de trabajar en Italia y España, los testigos de Jehová vieron poco progreso. Sin
embargo, durante los últimos años ha habido tremendo crecimiento. Este fue excelente estímulo para que los misioneros
permanecieran en sus asignaciones.
Semejantemente, U. V. Glass, archivero de la escuela, recalcó la importancia de la paciencia. Al llegar a una asignación
extranjera, el misionero es como una planta que ha sido trasplantada y quizás experimente un retraso. No obstante, por
medio de permanecer allí y ser paciente, al fin recibirá bendiciones.
F. W. Franz, el presidente de la escuela, dio considerable énfasis al esfuerzo personal que los graduados tendrían que
hacer para continuar teniendo la aprobación divina. A este fin, usó las siguientes palabras de Jesucristo: “Presten atención
a lo que oyen. Con la medida con que ustedes miden, se les medirá a ustedes, sí, aun se les añadirá.” (Mar. 4:24) Por lo
tanto, la medida de atención indivisa y respeto profundo que una persona le muestre al Maestro, Jesucristo, determinaría
la medida de su crecimiento espiritual. El individuo también tiene que vigilar sus asociaciones a fin de que nada obstruyera
su adelanto como cristiano. Por lo tanto, se advirtió firmemente a los estudiantes que no se asociaran con personas que
pudieran contaminarlos con su mundanalidad.
El programa que los graduados presentaron después también recalcó las cosas que son esenciales para el buen éxito.
Esto fue especialmente cierto de los dos dramas bíblicos. Entre otras cosas, el primero manifestó lo importante que es el
poner fe en la dirección de Dios y obedecerla a fin de compartir en las bendiciones que vendrán como resultado del
cumplimiento de las promesas divinas. El segundo drama trató con los sucesos del reinado del rey Josafat y enfatizó el
hecho de que el buen éxito que él tuvo se debió a que confió plenamente en Jehová Dios.
Ciertamente, la ceremonia de graduación de la clase 65 de Galaad manifestó el hecho de que la meta principal de la
escuela es ayudar a los estudiantes a tener buen éxito en la obra misional. Al mismo tiempo, el entero programa sirvió
para animar a todos los presentes a acudir a Jehová Dios en busca de ayuda para lograr éxito en su camino.

*** w79 1/6 págs. 30-31 Se instruye a misioneros: ¡Conozcan a Jehová como persona! ***
Se instruye a misioneros: ¡Conozcan a Jehová como persona!

“MUCHOS han preguntado: ‘Bueno, ¿qué has aprendido?’” Así se expresó un portavoz de la clase graduanda
número 66 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. De pie ante un auditorio de 1.952 personas que llenaban el
salón, leyó una resolución de la clase que expresaba el sentimiento de los 26 estudiantes. A continuación, dijo: “Una
hermana lo expresó muy bien de esta manera: ‘He apreciado el haber adquirido mucho mejor entendimiento de Jehová
como persona y de la compasión con que trata a su pueblo. Esto ha fortalecido mucho mi confianza en él y en el deseo
que tiene de cuidarme en cualquier circunstancia que me encuentre.’”
¿Cómo habían llegado a tener un mejor entendimiento “de Jehová como persona” aquellos graduandos? Al dirigirse a
la clase por última vez, el instructor K. Adams reveló la respuesta al auditorio cuando dijo: “Comenzamos un proyecto de
estudiar toda la Biblia como grupo. Tomábamos de 10 a 15 páginas al día, y todos ustedes los estudiantes efectuaban
investigación y contribuían a la consideración que teníamos. Si nos topábamos con un versículo difícil, considerábamos
(1) el contexto, (2) las circunstancias que existían en el tiempo en que se escribió y (3) el significado de palabras claves
del texto. Constantemente preguntábamos: ‘¿Qué nos dice esto acerca de Jehová y sus cualidades?’ Encontramos que
siempre nos decía algo acerca de él.”
¿Qué cualidad de Jehová se destacó constantemente? El instructor Adams dijo a continuación: ‘Fue la bondad
amorosa de Jehová. Es esta “preciosa” cualidad la que engendra confianza y seguridad en sus adoradores, y hace que
sientan que, sin importar dónde o bajo qué circunstancias se encuentren, Jehová cuidará de ellos.’—Sal. 36:7.
Uno de los resultados positivos de conocer a Jehová personalmente es un profundo respeto de corazón a su autoridad.
Esto incluye respeto amoroso a aquellos a quienes Dios ha dado autoridad en la congregación. Fue acerca de este
aspecto que habló el registrador de la escuela, U. Glass. Él captó la atención de todos al decir: “Todos estamos dedicados
a Jehová y somos leales a su Palabra. Pero puede que a algunos de nuestros hermanos se les haga difícil aceptar la
autoridad que Dios ha dado a hombres imperfectos en la congregación.”
Entonces, ¿cuál debería ser nuestra actitud para con estos hombres? ¿Deberíamos convertirnos en seguidores de
hombres? Glass hizo referencia a Hebreos 13:7 y mostró que después de contemplar el proceder o conducta de estos
hombres, es la fe de éstos lo que tenemos que imitar. Podemos mantener este respeto vital a la autoridad por medio de
este contemplar, acoplado con amor. El primer hombre fue probado a este respecto, y puede que la actitud de uno hacia la
autoridad esté envuelta en la prueba final de la humanidad después que termine el reinado de 1.000 años de Cristo.—Rev.
20:1-10.
Lo siguiente en el programa del día fue una penetrante consideración del capítulo tres de Malaquías. El discursante,
C. Barber, advirtió que existe el peligro de desarrollar una actitud negativa, como hicieron individuos del día de Malaquías
que decían: ‘No es de ningún valor o provecho el servir a Dios y observar sus leyes.’ (Vs. 14) ¡Pero qué falso era aquel
razonamiento! Los que conocen a Jehová como persona se regocijan con la excelente asociación que tienen con una
hermandad internacional y se les hace ricos en sentido espiritual por medio de las sobreabundantes bendiciones de Dios.
(Vs. 10) Estas personas, debido a que traen sus sacrificios espirituales de buenas obras al templo de adoración de
Jehová, llegan a ser para él una “propiedad especial” o un “tesoro.” (Mal. 3:16, 17, Versión Moderna) La serie de siete
discursos culminó con la consideración que hizo el presidente de la escuela acerca del cumplimiento de las siete plagas
que se mencionan en Revelación, capítulos 15 y 16. Él mostró la gran participación que han tenido en derramar los
mensajes semejantes a plagas los que tienen esperanzas terrestres en cuanto al futuro.
Estos graduandos, que fueron asignados a 12 países, no son novatos, pues ya habían conocido a Dios personalmente
por muchos años antes de graduarse el 11 de marzo. De hecho, Viola Scott, quien ha sido cristiana bautizada por más de
20 años, dijo: “Fue nuestro aprecio a Jehová y nuestro amor a la gente lo que nos movió a mi esposo y a mí a venir a
Galaad.”
Antes de llegar a ser Testigo, Michael Molina había sido ametrallador en aviones de la marina y había volado en
284 misiones de combate en Vietnam. Lo habían condecorado con numerosas medallas debido a su audacia. “Matar era
mi especialidad y era muy bueno en ello,” dijo él. Ahora convertido en un hombre diferente, emprendió una carrera de
misionero cristiano que lo llevará a Guatemala, donde puede participar en salvar vidas... todo esto debido a que ha
desarrollado una relación personal con Jehová.
El programa tan agradable que presentaron los estudiantes incluyó una sesión que mostró el uso de la música en las
Escrituras, así como dos dramas bíblicos. De este modo, al terminar todo el acto, todos los concurrentes habían llegado a
estar más conscientes de la necesidad de analizar su propia relación con Jehová y de llegar a estar cada vez más cerca
de él.
*** g79 8/6 págs. 24-26 Los misioneros disciernen los obstáculos que les esperan ***
Los misioneros disciernen los obstáculos que les esperan

“¡SABEMOS a dónde vamos, qué clase de circunstancias vamos a encontrar, y estamos listos para ir!” afirmó Mark
Albers. Así expresó la buena voluntad con que sus compañeros misioneros de la clase 66 de la Escuela Bíblica de Galaad
de la Watchtower aceptaban sus asignaciones para servir en 11 países.
No será fácil enfrentarse a los desafíos que les esperan. La mayoría de los misioneros afrontarán nuevos idiomas,
nuevas normas de vida y costumbres extrañas. Ciertamente necesitaban consejo útil que les ayudara a habérselas con
cambios tan grandes.
A medida que progresó el programa de la graduación (el 11 de marzo de 1979), los 1.952 concurrentes empezaron a
darse cuenta de que el consejo que se daba les sería provechoso a ellos también... no simplemente a los 26 graduados.
Un conferenciante, V. Wisegarver, dijo: “En este sistema, a menudo nos hallamos plagados por muchos problemas.
Ciertos reveses y otros obstáculos pueden ser una verdadera prueba. A veces nos enfrentamos a circunstancias penosas
que afectan nuestra vida, circunstancias que simplemente no podemos cambiar.”
¿Qué se necesita para arrostrar esas circunstancias incambiables? El conferenciante contestó: “¡Paciencia!” Llamó la
atención sobre Santiago 5:7, que habla acerca de la paciencia que el labrador tiene que ejercitar. “Además de plantar y
cultivar, ¿qué puede hacer el labrador?” preguntó Wisegarver. “Bueno, pudiera preocuparse excesivamente, o pudiera
patear y gritar. ¡Pero todo esto solo le despojaría de sus fuerzas, salud y gozo, y ciertamente no produciría ni una sola gota
de lluvia!”
Entonces, ¿cuál es el “secreto” para permanecer tranquilo bajo dichas adversidades y diversas circunstancias difíciles?
En respuesta, otro orador, R. Rains, dirigió la atención a las palabras de un misionero que había servido por mucho
tiempo, el apóstol Pablo, en Filipenses 4:12, 13. “¿Cuál fue el ‘secreto’ que Pablo aprendió?” preguntó Rains. “Es el
aceptar y ajustarse a cualesquier circunstancias que haya, y durante todo el tiempo confiar en que Jehová nos dará la
fuerza para continuar.”
De un modo práctico, Rains mostró que para tratar con las diferentes personalidades que hay dentro de la
congregación cristiana uno tiene que estar dispuesto a ajustarse. Leyó una carta de una persona que había aprendido el
“secreto.” Ésta decía: “En nuestro hogar misional hay un maravilloso espíritu de cooperación. Todos dejan que los demás
se conduzcan con naturalidad, y no obstante todos se muestran muy prestos para ayudar.” Así, por medio de recordar el
“secreto,” se puede evitar una pugna con una persona cuya personalidad pudiera servir de obstáculo.
El siguiente orador en el programa, D. Olson, aconsejó a los estudiantes acerca de lo necesario que es contribuir en
vez de competir, a pesar de vivir en un mundo donde muchos opinan que ‘ganar es la única cosa que vale.’ Todos
escucharon atentamente a medida que mostró a qué profundidad puede arraigarse la competición, aun entre algunos
cristianos. Sin embargo, si adoptamos la actitud de dar o contribuir libremente, sin importar lo poco que tengamos para
ofrecer, podemos evitar el lazo de hacer las cosas movidos por ‘un espíritu de contradicción o egotismo.’—Fili. 2:3.
El presidente de la escuela, F. W. Franz, de 85 años de edad, habló sobre este intrigante tema: “Lo que sigue en la
escena mundial visto desde otro ángulo de visión.” Consideró el cumplimiento de las plagas que se describen en los
capítulos 15 y 16 de Revelación. Explicó que representaban el mensaje semejante a plagas que el pueblo de Dios empezó
a “derramar” en 1922. Franz mostró la correspondencia entre estas declaraciones del día moderno y las siete últimas
plagas que le fueron impuestas a la tierra del Egipto antiguo. (Éxo. 8:20–11:10) Después de la plaga final, los israelitas
salieron marchando de Egipto, solo para hallarse de ‘caras a la pared’ del mar Rojo. Sin embargo, Dios les proveyó
liberación de este obstáculo aparentemente insuperable.
Franz advirtió que bien pudiera suceder que nos acercáramos a una situación que parezca ser un bloqueo insuperable
semejante a aquel con el cual se enfrentaron en el mar Rojo los israelitas liberados. Si esto acontece, debemos recordar
las palabras de Dios a Moisés: “¡Deja de orar y diles que se den prisa! ¡Adelante, marchen!” (Éxo. 14:15, The Living Bible)
“De modo que eso es lo que ustedes deben recordar,” continuó Franz. “Cuando lleguen a dar con esta situación
aparentemente insuperable, han de seguir marchando adelante bajo el mando del Moisés Mayor, el Señor Jesucristo.”
Un programa musical presentado por los estudiantes e intitulado “El uso del don de la música dado por Jehová”
suministró diversión deleitable. Siguió paso a paso el tema de la música en la Biblia desde el tiempo de Jubal, el fundador
de los que manejaban el arpa y el caramillo, hasta el canto de la “nueva canción” por un gran coro celestial, que se
describe en Revelación.—Gén. 4:21; Rev. 14:3.
Entonces los graduados presentaron un drama bíblico intitulado “Transfórmense rehaciendo su mente,” que tenía por
propósito suministrar discernimiento en cuanto a evitar el desarrollo de obstáculos morales. Este drama repasó
cuidadosamente la situación que existía entre los israelitas en las llanuras de Moab poco antes de que entraran en la
Tierra Prometida y así puso al descubierto los sutiles lazos morales de hoy día. El segundo drama dio atención especial a
ciertas situaciones durante la vida de David que ilustran la necesidad de tener la lealtad que emana del corazón. Logró
comunicar bien el punto de su tema: “Jehová guardará el camino de sus leales.”
Ese día de graduación —el 11 de marzo de 1979— ciertamente será recordado por largo tiempo, no solo por los
graduados, sino también por todos los concurrentes.
[Ilustración de la página 25]
La clase graduanda 66 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
66th Class March 1979
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) A. Del Carlo, E. Lahker, B. Albers, A. Todaro, G. Peay. (2) R. Del Carlo, K. Lahker, V. Scott, D. Rochfort, K. Aaro. (3) D.
Todaro, V. Taylor, D. Geringer, L. Graves, W. Geringer. (4) R. Peay, M. Albers, D. Cole, J. Cole, M. Molina. (5) F. Graves,
G. Scott, D. Taylor, M. Rochfort, H. Fritz, T. Munz.

*** w79 15/11 págs. 31-32 Se dice a graduandos de Galaad ‘nada sino gozosos tienen que llegar a estar’ ***
Se dice a graduandos de Galaad ‘nada sino gozosos tienen que llegar a estar’

LA FECHA del 16 de septiembre de 1979 significó gran gozo para la clase 67 de la Escuela Bíblica de Galaad de la
Watchtower; era el día de graduación. Los 51 estudiantes, reunidos en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová
en Long Island City, escucharon una exhortación del presidente de la escuela, F. W. Franz, en la cual él los estimuló a
estar gozosos. El dio énfasis al gozo que se experimentaba en la Fiesta de las Cabañas, que celebraba la recolección de
los frutos del suelo en el Israel antiguo.
A un auditorio total de 2.033 personas, el presidente de la escuela describió el gozo prolongado que se experimentaba
en esta Fiesta de la Recolección. Duraba siete días, y, por medio de Moisés, Jehová dijo al pueblo: “Nada sino gozoso
tienes que llegar a estar.”—Deu. 16:15.
Franz señaló a dos gozosos aspectos de esta fiesta que fueron añadidos posteriormente, y que se efectuaban cuando
Jesús estuvo en la Tierra. Uno de éstos era que el sacerdote iba al estanque de Siloam con un cántaro de oro, lo llenaba
de agua, regresaba al templo y derramaba el agua en un receptáculo que conducía a la base del altar. Cuando el agua se
derramaba, había gran regocijo, tanto, que se decía que ‘el que no haya visto el derramamiento del agua de Siloam jamás
en la vida ha visto el regocijo.’
Otro aspecto gozoso de la fiesta, explicó Franz, era algo que acontecía de noche. Había cuatro grandes candelabros
de oro en el Atrio de las Mujeres, y cada candelabro tenía cuatro grandes tazones de oro. Se les echaba aceite, y se
usaba como mechas ropa vieja de sacerdotes. Cuando se encendían las lámparas, su brillo era tanto que parecía que la
ciudad entera estaba iluminada. Algunos hombres bailaban y cantaban. Esto duraba hasta el amanecer.
Siguió explicando que existe la posibilidad de que Jesús, al asistir a la Fiesta de las Cabañas en el año 32 E.C., haya
aludido a la ceremonia que se efectuaba con el agua de Siloam cuando clamó: “Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. El
que pone fe en mí, así como ha dicho la Escritura: ‘De su parte más interior fluirán corrientes de agua viva.’” (Juan
7:37, 38) Además, puede ser que Jesús haya aludido al hecho de que Jerusalén fuera iluminada por las lámparas durante
la fiesta cuando dijo a los judíos: “Yo soy la luz del mundo.”—Juan 8:12.
¿Tiene un cumplimiento antitípico la Fiesta de las Cabañas, o de la Recolección? Si así es, ¿cuándo? Franz explicó
que las Escrituras suministran claves que nos ayudan a entender esto. Por ejemplo, Isaías 12:3 predijo un tiempo en que
el pueblo de Dios ‘con alborozo sacaría agua.’ En Mateo 13:39 Jesús reveló que la “siega es una conclusión de un sistema
de cosas.” Y en Mateo 24:31, en un contexto que tenía que ver con la “señal” de la conclusión del sistema de cosas, Jesús
predijo que sus “escogidos” serían recogidos por todo el mundo. Por eso, el cumplimiento moderno de la gozosa Fiesta de
las Cabañas, o de la Recolección, no podía comenzar antes del “tiempo del fin.” Ese recogimiento se ha estado
efectuando ahora desde 1919, y conducirá a un tiempo de gran gozo.
Pero ¿qué se recoge? Gente. Por eso, el presidente de la escuela estimuló a los 51 graduandos a continuar
participando en esta obra de recogimiento y servir como “la luz del mundo” en sus respectivas asignaciones misionales.
“Sigan amando la Fiesta de la Recolección y de las Cabañas,” recalcó al terminar. “Que el regocijo que Jehová les da sea
fortalecedor para ustedes, y que sigan regocijándose para siempre.”
Anteriormente otro orador había dado énfasis también a la felicidad, Joel Adams dijo a los estudiantes que Jehová se
complace en que ellos estén felices. Los estimuló a no dejar que cosas de poca importancia los privaran de gozo.
“Retengan su espíritu de felicidad,” amonestó. “Sí, Jehová es un Dios feliz, y desea que todos seamos felices en la vida.
Significa honra para él el que mantengamos un espíritu feliz.”
De manera similar, J. E. Barr estimuló así a los estudiantes: “¡Cuántas cosas tienen ustedes por las cuales sentirse
agradecidos... en este feliz día de su graduación! ¡Que ninguno de ustedes, en ninguno de todos los años del futuro, deje
jamás de sentirse agradecido a Jehová! ¡Ese es el secreto que les dará gozo y felicidad duraderos, prescindiendo de a
dónde se les asigne!”
En la tarde los estudiantes ya graduados de Galaad presentaron un gozoso programa musical de sabor internacional,
en el cual desplegaron la música y el baile culturales de los países de los cuales habían venido los misioneros. En la
culminación del programa de la tarde, los graduados presentaron un drama en el cual se enfatizaba el hecho de que es
necesario apreciar las cosas que son verdaderamente importantes. El drama se intitulaba “No desprecien las cosas
sagradas,” y era acerca de Jacob y Esaú.
Al terminar el programa del día con una oración por M. G. Henschel, los graduados estaban firmemente resueltos a
tomar a pecho la palabra de Jehová por medio de Moisés: “Nada sino gozoso tienes que llegar a estar.”
*** g79 8/12 págs. 24-26 Sirviendo gozosamente con constancia ***
Sirviendo gozosamente con constancia

Estímulo para la clase 67 de la Escuela de Galaad

FUE un día emocionante para los 51 estudiantes de la clase 67 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower que
estaban a punto de graduarse. El día de graduación, 16 de septiembre de 1979, fue brillante y claro, y había gran
expectación en el ambiente a medida que 2.033 personas llenaron el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en
Long Island City, Nueva York. Los estudiantes se habían ofrecido para servir de misioneros en cualquier parte del mundo.
La ocasión ofreció una excelente oportunidad para que el presidente de la escuela, los instructores y otros dieran a los
estudiantes algunos consejos finales a fin de ayudarles a obtener éxito en sus remotas asignaciones misionales.
Algunos oradores, como F. W. Franz, el presidente de la escuela, recalcaron el hecho de que los misioneros tienen que
mantener su gozo. Franz hizo alusión a la gozosa Fiesta de las Cabañas que celebraban los israelitas de la antigüedad y
animó a los estudiantes a tener esta misma clase de espíritu gozoso, pues por ese medio Jehová les impartiría fuerza.
Otros oradores enfatizaron la necesidad de desplegar constancia. Por ejemplo, C. Chyke dijo: “La constancia es una
cualidad admirable, una cualidad que deberíamos querer que otras personas vieran en nosotros.” Jehová, el “Padre de las
luces celestes,” explicó él, es el ejemplo principal de constancia, puesto que “con él no hay la variación del giro de la
sombra.” (Sant. 1:17) Chyke citó a Daniel el profeta como otro ejemplo de constancia. Mostró que hasta el rey persa Darío
se dio cuenta de que Daniel servía a su Dios “con constancia.” (Dan. 6:20) ¿Cuál es el resultado de servir con constancia?
“Les vendrán muchas bendiciones,” explicó él, “a medida que reciban otras dádivas buenas de nuestro Padre celestial...
con tal que muestren aprecio por el privilegio que tienen ahora de servir como misioneros y que se adhieran a su
asignación y trabajen constantemente por el adelanto de las ‘buenas nuevas.’”
Suministrando más estímulo de esta índole, el instructor Karl Adams preguntó: “¿Dónde estarán el año que viene
alrededor de este tiempo?” Los miembros de la clase, dijo él, han mostrado una excelente actitud que puede influir en la
respuesta. Hizo notar que ellos habían manifestado el espíritu del profeta Isaías, quien dijo a Dios: “¡Aquí estoy yo!
Envíame a mí.” (Isa. 6:8) Lo que contaba no era sencillamente la oferta de Isaías, sino “lo que hizo.” A pesar de los
problemas y las dificultades permaneció en su asignación por 46 años. ‘El año que viene, ¿estarán cuidando de la
asignación que se les ha dado debido a que dijeron a Jehová: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí”?’ preguntó el orador. Para
cerrar, Adams hizo notar que los estudiantes no solo tienen este espíritu excelente, sino que sirven con gozo, pues no son
ascetas y saben disfrutar de la vida.
El mantener gozo y constancia en el servicio misional exige algo que el instructor U. V. Glass llamó a la atención de los
estudiantes. “La mejor palabra que se puede usar para caracterizar a esta clase,” declaró él, “es ‘equilibrio.’” Añadió:
“Saben divertirse. Y saben ser normales.” Los antecedentes de ellos quizás sean responsables de este buen equilibrio,
explicó él, puesto que no son novatos en el modo de vivir cristiano, sino que como promedio han sido cristianos por más
de 13 años, y su edad media era de 30,5 años. Glass los animó a continuar mostrando equilibrio: “No se dejen atrapar en
ninguna clase de extremismo. No permitan que cosas que sean de poca importancia los desequilibren. No pierdan el
sentido del buen humor, pero manténganlo bajo control.”
Otro orador, R. Wallen, preguntó a los estudiantes: “¿Qué serán ustedes? ¿haberes o deudas en su asignación
misional?” El ser un verdadero haber requiere ‘que recuerden que el entrenamiento que han recibido en Galaad quizás los
ha equipado mejor, pero no los ha hecho mejores que sus hermanos.’ Como resultado del entrenamiento que habían
recibido en Galaad, dijo él, tanto sus vidas como sus labios deben ofrecer excelentes sermones que atraigan a otros al
cristianismo verdadero.
En los intermedios Schroeder, quien presidía en la reunión, leyó cablegramas procedentes de todos los continentes de
la Tierra en los que se deseaba el bienestar de los estudiantes. Ellos habían venido de 15 países y ahora iban a 23 países
diferentes. Entre éstos Chile, las Islas Salomón, India, Papuasia Nueva Guinea, Samoa Occidental, Japón, Alto Volta,
Surinam, Costa de Marfil, Austria, Bolivia, Sri Lanka, República Dominicana, Senegal, Colombia, Martinica y Nigeria.
Después del intermedio los graduados presentaron un programa de música internacional y también un drama bíblico
acerca de Jacob y Esaú. El programa del día ciertamente estímulo a los misioneros y a todos los presentes a servir a
Jehová con gozo y constancia.

“Realmente hacia Dios espera silenciosamente, oh alma mía, porque de él viene mi esperanza. Realmente él es mi roca y
mi salvación, mi altura segura; no se me hará tambalear. En Dios está mi salvación y mi gloria. Mi roca fuerte, mi refugio
está en Dios. Confía en él a todo tiempo, oh pueblo. Delante de él derramen ustedes su corazón. Dios es refugio para
nosotros.”—Sal. 62:5-8.

*** w80 1/7 pág. 30 Graduados que tienen una comisión vital ***
Graduados que tienen una comisión vital

EL 9 de marzo de 1980 fue el día de la graduación de la clase 68 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower.
Desde que empezó el programa a las 10 de la mañana hasta que se distribuyeron los diplomas poco antes del mediodía,
los conferenciantes no dejaron dudas en la mente de nadie respecto a que todos los graduandos tenían una comisión
importante.
Basando sus comentarios en el Salmo 91, J. E. Barr los instó a nunca dejar de confiar en Jehová Dios como Protector
de la vida espiritual de ellos. También les dijo que podían sentirse seguros de que tenían el apoyo e interés de los ángeles
con relación a su obra misional.
Por medio de diapositivas que se habían tomado en los 11 países de África, Asia y la América Latina a los cuales
serían enviados los 45 graduandos, Don Adams les dio a conocer lo que podían esperar. En cada una de las asignaciones
respectivas “la mies es mucha, mas los obreros son pocos.” (Mat. 9:37) De modo que definitivamente hacen falta los
graduados.
Harley Miller usó Mateo 13:45, 46 para recalcar el punto de que la verdad es un tesoro inestimable que no se puede
tratar de modo pasivo, indiferente ni irresoluto. Dijo: ‘De toda manera, y en toda oportunidad, exhiban y compartan su
tesoro.’
De lo que se dice en 2 Corintios 2:14-17 y la historia antigua, Dean Songer mostró que las procesiones triunfales del
Imperio Romano proveen lecciones vitales. En una de esas procesiones el general victorioso era la figura central. El
incienso que se quemaba en aquella ocasión les resultaba grato a los que compartían la victoria. Pero anunciaba muerte
para los cautivos encogidos de temor. En la procesión que se describe en 2 Corintios 2, la atención se enfoca en Jehová
Dios y la gran victoria que él ha realizado por medio de Jesucristo. Por lo tanto, el conferenciante estimuló a todos a
difundir el conocimiento de Dios y Cristo por medio de la palabra hablada y la página impresa, y, al hacerlo, asegurarse de
que, a pesar de las reacciones negativas, su modo de actuar sea “grato” a Jehová.
Jack Redford subrayó lo valioso que es el tiempo. Puesto que el tiempo es una dádiva preciosa que hemos recibido de
Dios, debe usarse todos los días sin excepción para alabar el nombre del Creador. ‘No desperdicie ni un solo día,’ dijo
Redford. ‘A los que usen el tiempo de modo prudente ahora al servir a Jehová se les preservará hasta tiempo indefinido.’
Después de presentar en líneas generales lo que los estudiantes habían considerado, Ulysses Glass dio uso a Miqueas
6:8 para ofrecer su consejo de despedida. El “ejercer justicia” exigirla que la persona fuera justa con todos. El “amar la
bondad” requiere que haya acciones, que uno sea sensible y responda a las necesidades de otros. El ser ‘modesto al
andar con Dios’ indica que uno tiene que ser puro, decente y sin pretensiones al servir continuamente a su Creador. El que
uno se atenga a las palabras de Miqueas ciertamente le ayudará a ser buen misionero.
Grant Suiter subrayó el papel que los graduandos desempeñarían como misioneros especiales en obra de evangelizar.
Puesto que habían sido instruidos bajo la dirección de la Sociedad Watchtower, los de la clase graduanda debían cierta
lealtad a esta Sociedad y a sus sucursales locales, y se les estaba enviando para ‘propagar la fe, doctrina y principios’ de
los testigos de Jehová... el gran conjunto de verdades que se ha edificado durante el pasado siglo.
Con el presidente de la Escuela, Frederick Franz, el programa llegó a una conclusión vigorosa. Él describió con viveza
la visión profética que se expone en el capítulo 21 de Isaías respecto a la destrucción de la antigua Babilonia a las orillas
del Éufrates. ¿Por qué fue apropiado este capítulo de Isaías en particular? Desde 1879 hasta 1938 la portada de la revista
Watchtower llevó las palabras de Isaías 21:11: “¡Guarda! ¿qué hay de la noche?” (Versión Moderna) Esto constituía una
invitación a los que estaban en la oscuridad de la ignorancia para que investigaran lo que se estaba revelando por medio
de la clase moderna del guarda. El conferenciante señaló que la clase del guarda todavía está vigilando. Es necesario que
nos mantengamos alerta con esta clase para el próximo gran suceso... la destrucción de “Babilonia la Grande.” Mientras
esperamos esto, todos tenemos que repetir como nuestras las siguientes palabras del ángel de Dios: “Sálganse de ella,
pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados.”—Rev 18:4.
Verdaderamente el programa de esta graduación de Galaad aclaró el hecho de que los siervos de Dios tienen una obra
vital que hacer. Que no tan solo los que se gradúan de la Escuela de Galaad, sino todos los testigos de Jehová tomen en
serio la comisión de ayudar a cuantas personas sea posible a llegar a ser un pueblo para el nombre de Dios. Esto
especialmente debe ser así puesto que, como declaró F. W. Franz, ‘la noche de ignorancia esta pasando, y entrará la
mañana del reinado de 1.000 años de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.’

*** g80 8/7 págs. 22-23 Se gradúan estudiantes de Galaad llenos de aprecio ***
Se gradúan estudiantes de Galaad llenos de aprecio

“¡NO ME hubiera querido perder esto por nada!” “¡Ha sido el tiempo más feliz de mi vida!”
Expresiones como ésas fueron hechas por estudiantes llenos de aprecio de la clase número 68 de la Escuela Bíblica
de Galaad de la Watchtower. Hablaban acerca del entrenamiento que habían recibido en preparación para servir de
misioneros. La culminación de su feliz curso de entrenamiento de cinco meses vino el domingo 9 de marzo de 1980 en la
graduación que se celebró en aquella fecha en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová, en Long Island City,
Nueva York.
¿Por qué se expresaban con tanto entusiasmo sobre su curso de estudio los 45 estudiantes que se graduaban? ¿Qué
los movió a ofrecerse voluntariamente para ser misioneros?
Una joven dijo: “En realidad creo que en cinco meses en Galaad aprendí más acerca de ser maestra eficaz que en los
cuatro años que pasé en la universidad. La calidad de la educación que se imparte en Galaad realmente me impresionó.”
Otro estudiante dijo que el curso era “muy realista y muy práctico.” Dando más detalle en cuanto al entusiasmo de ellos, un
joven dijo: “Aprecié la consideración general de las Escrituras. El aspecto fundamental que más aprecié tuvo que ver con
los puntos acerca de edificar una mejor relación con Jehová y mejorar nuestra personalidad cristiana. En todo cuanto
estudiamos se hizo resaltar esto.”
En una carta leída al auditorio, la clase expresó aprecio de este modo:
“El estudio del desarrollo de la verdad en orden cronológico ha profundizado en gran manera nuestro aprecio de las
Escrituras. Hemos investigado el contexto de todo libro bíblico y hallado que cada versículo fue escrito con un propósito
específico de aplicar tanto entonces como ahora. Así, esto siguió revelándonos que nuestro Dios, Jehová, no es un Dios
de generalidades, sino que ha suministrado instrucción escrita específica para su pueblo que viva en cualquier tiempo. Y
Galaad nos ha ayudado a aprender a efectuar investigación provechosa y a presentarla de manera práctica a las personas
a quienes hablaremos en nuestras asignaciones.
“Por ser la primera clase que ha podido disfrutar de las nuevas salas de clase y la nueva biblioteca, ciertamente nos
consideramos privilegiados. Estamos seguros de que los estudiantes de Galaad del futuro también disfrutarán del
excelente ambiente, que tanto contribuye al estudio unificado y la asociación espiritual entre los miembros de la clase. . . .
“La instrucción misma ha sido de muy elevada calidad y nos ha equipado bien para llevar el bálsamo sanador del
mensaje de consuelo de Jehová a las naciones.”
Los 45 estudiantes habían venido de nueve países, y ahora fueron asignados a efectuar trabajo misional en 11 países.
Entre estos países estaban Ecuador, Colombia, Bolivia, Japón, la República Centroafricana, Ghana, Kenia, la República
de las Filipinas y El Salvador.
Además de ser de diferentes países, los estudiantes también habían venido de una variedad de antecedentes. Uno de
ellos, de California, había sido “hippie” y había vendido drogas antes de aprender la verdad de Dios. Dijo él: “Un amigo mío
y yo estábamos empeñados en construir un bote de vela para viajar a Oceanía. Queríamos ir al paraíso. No habíamos
adelantado mucho todavía en la construcción del bote cuando los testigos de Jehová nos visitaron. Ellos vieron nuestro
deseo y preguntaron: ‘¿Les gustaría que el Paraíso viniera a ustedes?’ Dijimos: ‘Eso sería excelente. ¡Muéstrennos qué se
necesita!’ Tuvimos un estudio bíblico, y en cuatro meses nosotros dos nos declaramos de parte de la verdad bíblica, con
su promesa de que el Paraíso será restaurado a la Tierra por medio del reino de Dios.”—Luc. 23:43.
Un estudiante procedente de la India había sido buen jugador de fútbol (soccer), y, de hecho, iba bien encaminado a
representar a la India en los juegos olímpicos de 1956. El sueño de su vida fue desbaratado por una lesión en una pierna.
Pero pronto halló algo más satisfaciente que los juegos olímpicos; halló la verdad bíblica y ahora puede dedicar todo su
tiempo a compartirla con otras personas.
Algunos de los estudiantes relataron que habían estado buscando la verdad de Dios por años. Una joven de Nueva
Zelanda dijo: “Siempre estuve interesada en hallar la verdad, hasta de niña. Después que salí de Nueva Zelanda y fui a
Australia, todavía estuve buscando la verdad, de modo que investigué diferentes religiones.” Desilusionada después de ir
a varios grupos eclesiásticos, pidió a Dios en oración que le ayudara a hallar Su verdad. Precisamente en aquel tiempo
viajaba hacia Inglaterra en barco, y dice: “Conseguí una muy rápida respuesta a mis oraciones.” ¿Cómo? Pues, en este
barco conoció a una persona que era testigo de Jehová y estudió la Biblia en el barco cada día con la ayuda del libro La
verdad que lleva a vida eterna. Para cuando llegó a Londres, sabía que al fin había hallado la verdad de Dios.
¿Qué mueve a las personas a ofrecerse voluntariamente para recibir entrenamiento misional en Galaad? Un estudiante
dijo: “Siempre deseé ayudar a la gente. En realidad disfruto de enseñar a otros.” Otro dijo: “Desde mi niñez, siempre quise
efectuar obra de misionero. Era en realidad la meta de querer servir a Dios, y parecía que el servicio de misionero sería la
manera más útil de hacer eso.” Un joven de Inglaterra dijo: “Desde que leí un Anuario de los testigos de Jehová y aprendí
acerca de su obra misional, eso fue lo que deseé hacer. El leer las experiencias de los misioneros fue un gran estímulo
para mí.”
En la mañana de la graduación ocho miembros del personal de la central de los testigos de Jehová dieron consejo de
despedida a los estudiantes, y entonces el presidente J. E. Barr les entregó sus diplomas.
Por la tarde, los graduados presentaron un programa especial como “una de las lecciones no escritas de Galaad...
lecciones sobre la gente.” Aunque están unidos en adoración y propósito, demostraron las diferencias extrañas, a veces
divertidas, que existen en cuanto a lenguaje, música, ropa, alimentos y costumbres entre sus culturas, de modo que quedó
clara la lección de que la unidad no es necesariamente uniformidad.
Tras esto, los estudiantes presentaron dos dramas bíblicos, el primero basado en los capítulos uno a seis inclusive de
Proverbios, el segundo en los capítulos tres a cinco inclusive de Esdras. Por medio de una serie de escenas del día
moderno, el primer drama demostró cómo la sabiduría divina “clama,” con el resultado de que se vencen dificultades en la
crianza de los hijos y se resuelven dificultades de comunicación entre jóvenes y viejos. En el segundo drama: “Pongan su
corazón en sus caminos” (Ageo 1:7), se presentó un excelente escudriñamiento personal. Se mostró que los obstáculos
sutiles que retardaron la reedificación del templo de Jehová después del regreso de los judíos a Jerusalén en 537 a. de la
E.C. son los mismos obstáculos a los cuales frecuentemente se encaran los cristianos celosos en su actividad hoy día.
Las 2.047 personas que se hallaban en aquel salón de asambleas expresaron su aprecio por aplauso vigoroso. La
clase número 68 de Galaad ciertamente recordaría aquel día.

*** w80 15/11 pág. 19 Se dice a misioneros: “¡Glorifiquen su ministerio!” ***


Se dice a misioneros: “¡Glorifiquen su ministerio!”

CINCUENTA estudiantes de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower se graduaron el 14 de septiembre de 1980


y recibieron sus asignaciones a 19 países. En las palabras que les dirigió, el presidente de la escuela, F. W. Franz, habló
en torno al texto bíblico de Romanos 11:13, donde el apóstol Pablo escribió: “Por cuanto soy, en realidad, apóstol a las
naciones, glorifico mi ministerio.”
Los cristianos dedicados tienen un ministerio glorioso, explicó Franz, en el cual todos ellos, hombres y mujeres, pueden
participar. Son ministros de la Palabra de Dios. Este ministerio, pues, no consiste en atender cosas seglares ni asuntos de
familia, sino que es el ministerio clasificado de predicar y enseñar las buenas nuevas del reino de Dios. ¿Y qué hace que
esto sea especialmente glorioso hoy? “Desde 1914,” dijo él, “ustedes los graduados de Galaad y todo cristiano dedicado y
bautizado . . . ustedes están predicando las buenas nuevas de un reino establecido; en eso está la diferencia.”
Franz explicó que muchas traducciones de la Biblia al inglés, tales como la Versión Autorizada y la Traducción del
Nuevo Mundo, usan la palabra “ministro.” Tal término, pues, es un término legítimo para todos los que son seguidores
bautizados y dedicados de Jesucristo. “Ustedes los graduados de Galaad,” declaró él, “tienen derecho a llamarse ministros
y pedir todas las exenciones que se otorgan a los clérigos de la cristiandad.”
‘Estamos viviendo en el “tiempo del fin,”’ fueron las palabras de conclusión del presidente de la Escuela, ‘¡y, de todos
los tiempos, éste es el tiempo de mayor importancia en el cual vivir uno como ministro del Dios Altísimo Jehová! Por eso,
recuerden lo que dijo el apóstol Pablo respecto a su ministerio. Dijo: “Glorifico mi ministerio.” Quiero estimularlos a hacer lo
mismo... ¡a glorificar su ministerio!’
Antes, L. A. Swingle había hablado acerca de la satisfacción que se deriva del logro. Pero con el logro, dijo él, hay
algunos escollos; uno puede hincharse y enorgullecerse. A los graduandos se les estimuló a ser como el apóstol Pablo,
quien logró mucho en su ministerio, pero dio la honra a Dios.—2 Tim. 4:17.
En una consideración de Salmo 102:1-6, D. Sydlik mostró que el salmista se sintió como “el pelícano del desierto.” El
misionero, también, pudiera a veces sucumbir a sentimientos de nostalgia y de hallarse fuera de su ambiente. Si así
sucediera, podría ayudarle el leer los Salmos y tener siempre presente que la asignación misional viene de Jehová.
Max Larson habló acerca de “Edificar con Jehová.” Señaló que es un gran privilegio ser “colaboradores de Dios” y
edificar mentes espirituales en la gente por medio de la Palabra de Dios.—1 Cor. 3:9; Hech. 20:32.
El instructor J. Redford dijo que el hombre fue hecho para trabajar, no para holgazanear. (Gén. 2:15; Rom. 12:11) Pero
‘no envidie las asignaciones de trabajo de otra persona en la organización de Dios,’ dijo. ‘Vaya adonde él lo envíe, y que
todos disfruten por largo tiempo de la obra de sus manos.’
El registrador de la Escuela, el instructor U. V. Glass, presentó un ‘plan para la supervivencia espiritual’ que consistía
en tres puntos: (1) Establecer y mantener una estrecha relación personal con Jehová. (2) Reconocer el conducto de
comunicación de Jehová. (3) Permanecer en estrecha asociación con los hermanos cristianos y ‘tener amor intenso los
unos para los otros.’—1 Ped. 4:8.
L. Barry señaló al excelente ejemplo de Jesús respecto a humildad. (Fili. 2:7-10) Las penalidades que a veces afrontan
los misioneros ayudan a mantenerlos humildes, explicó. También es bueno un sentido del humor. La humildad trae
recompensas.—Pro. 22:4.
Después que el presidente K. Klein hubo distribuido los diplomas a los estudiantes, T. Jaracz anunció que en México se
está estableciendo una Escuela Cultural para los latinoamericanos. Las clases se conducirán en español. Cada clase
tendrá 25 estudiantes y durará dos meses y medio. La primera clase empieza el 24 de noviembre de 1980.
Por la tarde, los graduados presentaron un muy deleitable programa estudiantil, con canciones, bailes nativos y dos
excelentes dramas bíblicos intitulados “Jehová recompensa a sus leales” y “Cuidado con el habla rebelde.” El primer
drama tuvo que ver con David y sucesos de antes de que él fuera rey, que pusieron a prueba la lealtad de él a Jehová. El
segundo drama fue acerca de Coré, fomentador de rebelión.
A los 2.059 concurrentes, el programa del día entero les suministró magnífico estímulo para servir a Jehová con
humildad y lealtad, y para siempre ‘glorificar su ministerio.’

*** g80 8/11 pág. 23 Resueltos a ser misioneros ***


Resueltos a ser misioneros

UN ESPÍRITU resuelto hizo que 50 jóvenes de ambos sexos llegaran a formar parte de la clase número 69 de la
Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Estos estaban resueltos a ser misioneros, y el entrenamiento que se les dio
en esta escuela tiene el propósito de ayudarles a lograr esa meta. Como otras clases de Galaad, la 69 fue internacional.
Los estudiantes vinieron de 10 diferentes países. Tenían, como promedio, unos 30 años de edad, y habían estado
sirviendo de testigos de Jehová por un promedio de casi 12 años. Para estos estudiantes, el 14 de septiembre de 1980 fue
el día de graduación.
Un caso que ilustra la resolución de estos estudiantes es el del joven que, junto con su esposa, había estado sirviendo
por años en Irlanda. “Desde que llegué a ser Testigo en 1969,” dijo él, “había deseado ser misionero. Hasta antes de
bautizarme tenía como meta ir a Galaad.” La resolución de éstos era tal que “de ninguna manera podíamos arrancarla de
nuestra mente.” Mantuvieron su meta en sus oraciones, cada año llenaron sus solicitudes para asistir a la Escuela de
Galaad, y se esforzaron diligentemente como maestros bíblicos de tiempo completo. Finalmente su persistencia fue
premiada, y se les llamó a la clase 69 de Galaad.
También mostró resolución el que los estudiantes estuvieran dispuestos a abandonar carreras seglares para predicar
las buenas nuevas del reino de Dios como trabajadores de tiempo completo. Un estudiante de México había abandonado
la carrera de ingeniería electrónica, aunque solo le quedaba un año más de educación en este ramo de actividad. Una
joven estudiante que había conseguido una beca para estudios de enfermera abandonó una carrera en ese campo
porque, como dijo, “como maestra de la Biblia podía dar ayuda permanente a la gente.”
Algunos de los estudiantes habían hecho transformaciones notables en su vida. Uno, de los Estados Unidos, había
sido hippie. Dijo: “Para cuando tenía unos 15 años de edad estaba enviciado con las drogas. Podía ver la inutilidad de este
sistema de cosas. Como mi esposa, me envolví en movimientos radicales, además de introducir armas en las
universidades durante los años sesenta.” Sin embargo, un testigo de Jehová le habló acerca de la destrucción venidera de
las naciones mundanas por el reino de Dios, y le explicó el pensamiento de Daniel 2:44. “Aquello realmente lo pude
entender,” dijo él, “y me llevó a aceptar un estudio de la Biblia.” A medida que progresó en conocimiento bíblico, se libró del
vicio de las drogas. Poco a poco fue recortándose el pelo largo. “Fui a la barbería siete diferentes veces, a siete dólares el
recorte, pero valió la pena.” Este matrimonio hizo este interesante comentario: “La mayoría de los que antes eran nuestros
amigos están muertos o están en la cárcel, o se han vuelto locos debido a las drogas.” ¡Cuán agradecidos están de haber
hecho los cambios necesarios para agradar a Jehová!
¿A qué lugares se les ha enviado como misioneros? A 19 diferentes países, entre ellos Colombia, Ecuador, Honduras,
Chile, Perú, Brasil, Paquistán, India, Birmania, República Dominicana, Kenia, Sierra Leona, Zaire, Liberia, Alto Volta, Japón
y Hong Kong.
El deseo de todos los graduados de la clase 69 de Galaad es ayudar a otras personas a conocer a Jehová, a apreciar
el beneficio de escuchar su Palabra y servirle, con la mira de recibir vida eterna.

*** w81 15/6 pág. 30 La Escuela de Galaad sigue acumulando un ‘montón de testimonio’ ***
La Escuela de Galaad sigue acumulando un ‘montón de testimonio’

“¡LA ESCUELA DE GALAAD realmente ha cumplido con su nombre, que significa ‘montón de testimonio’! Se ha
edificado una montaña de alabanza como resultado de esta escuela.” Eso declaró C. W. Barber, quien presidió el
programa de graduación de la septuagésima clase misional de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. La
graduación se celebró en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en Long Island City, Nueva York, el domingo 8
de marzo.
Muchos de los presentes podían recordar que, cuando la escuela comenzó, en 1943, solo había unas 110.000
personas predicando las buenas nuevas del Reino en todo el mundo. Ahora, más de 2 millones de personas participan en
esta obra.
El grupo de 49 graduandos, hombres y mujeres, provenía de 9 países y sería enviado a 18 países. Después de cinco
meses de entrenamiento intenso, estos ministros experimentados de tiempo completo escucharon algunas palabras de
consejo de despedida que beneficiaron a las 2.124 personas allí presentes.
W. K. Jackson recordó a los estudiantes que ellos habían contestado una llamada para servir, como lo había hecho
Isaías, quien dijo: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí.” (Isa. 6:8) Jackson instó a los estudiantes a que continuaran reafirmando
esta respuesta.
M. G. Henschel llamó la atención de los estudiantes a estas palabras del apóstol Pablo: “Por lo tanto no nos rendimos.”
(2 Cor. 4:16-18) Dijo que ellos tal vez envejecieran y experimentaran algunos problemas, pero que deberían continuar en
pos de lo que es eterno.
A. D. Schroeder siguió el hilo, recalcando las palabras de Jesús: “Ven, sé mi seguidor.” (Mat. 19:21) Schroeder animó a
los estudiantes a nunca darse por vencidos, sino a continuar siguiendo a Jesús hasta tiempos indefinidos.
J. Redford instó a los alumnos a mantenerse en movimiento, a olvidar las cosas que quedaban atrás y seguir
extendiéndose adelante a las cosas del futuro. (Fili. 3:13-16) Recordó algo que le había dicho 30 años antes el fiel
hermano Giovanni DeCecca (quien ya ha muerto), a quien él había elogiado por haber hecho tanto en el servicio de
Jehová. DeCecca, quien para entonces había servido por más de 40 años en las oficinas centrales de los testigos de
Jehová, dio una mirada severa al hermano Redford y, en su inglés chapurrado, dijo: “¡Hermano, lo que cuenta no es lo que
uno ya haya hecho, sino lo que va a hacer!”
U. V. Glass animó a los estudiantes a permanecer en sus asignaciones. Declaró: “Resuélvanse, y díganse: ‘Si alguien
se va de esta asignación, no seré yo.’”
G. M. Couch recalcó que los estudiantes deberían seguir en pos de su meta, y nunca darse por vencidos. Teniendo
presentes las palabras de Jesús en Lucas 9:62, aconsejó: “Ustedes han puesto la mano al arado. No miren atrás.”
F. W. Franz, presidente de la escuela, recordó a todos que estamos viviendo en un tiempo de prueba ardiente, como se
menciona en Lucas 12:49-53. El contenido de los versículos 40-48 muestra que el punto en cuestión tiene que ver con
identificar al “mayordomo fiel” de Dios. Franz instó a los estudiantes a seguir trabajando en unión con la clase del
“mayordomo fiel” de Jehová con la perspectiva de sobrevivir al Armagedón con esta clase.
¿Está usted progresando en sentido espiritual? ¿Podría ofrecerse para la obra misional de tiempo completo? Todavía
hay necesidad de misioneros. Hay que levantar un mayor ‘montón de testimonio.’
*** g81 22/6 págs. 24-26 La obra misional cristiana... ¿es obra anticuada? ***
La obra misional cristiana... ¿es obra anticuada?

MUCHOS piensan que lo es. Creen que las necesidades de las personas son más de índole material que espiritual.
Por eso muchos de los que alegan ser misioneros cristianos concentran sus esfuerzos en mejorar la ayuda médica y las
viviendas o en desarrollar las destrezas técnicas y agrícolas de las personas a quienes sirven.
Sin embargo, hay quienes están convencidos de que lo que más se necesita es ayudar a las personas en sentido
espiritual. Esto las equipa para mejorar la calidad de su vida ahora y les da una esperanza para el futuro.
Esto se explicó claramente a las 2.124 personas que se reunieron en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová
en Long Island City, Nueva York, el domingo 8 de marzo. La ocasión era la graduación de la septuagésima clase misional
de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower.
Desde 1943 esta escuela ha estado entrenando a hombres y mujeres para llevar a cabo más extensamente el
mandamiento misional que Jesús dio a sus seguidores: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las
naciones, . . . enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” (Mat. 28:19, 20) Para hacer esto se
necesita una fe fuerte y una esperanza viva, además de un deseo de compartir estas cosas buenas con otros. Hombres y
mujeres de esta índole componían la clase de 49 graduandos que habían venido de 9 países, para ser enviados a 18.

Una estudiante de 25 años de edad de Misuri, E.U.A., que tenía un fuerte deseo de ver justicia en este mundo, tenía
como meta estudiar derecho para ayudar a la gente. Pero su meta cambió cuando aprendió acerca de la maravillosa
esperanza que la Palabra de Dios ofrece para el futuro, y comenzó a experimentar la vida plena y llena de significado que
resulta de la guía de las Escrituras.
Otra estudiante estadounidense de 30 años de edad, de Oregón, describió su vida anterior de estudiante universitaria
de ideas radicales y persona que vivía al margen de la sociedad. Su deseo había sido el de ayudar a las personas y
mejorar el mundo. Pero cuando se familiarizó con los testigos de Jehová y con las enseñanzas de la Biblia, dijo: “¿Es que
realmente existe un pueblo que viva las enseñanzas de Cristo? ¿que en realidad no pelee en las guerras? Esta era mi
causa, el objetivo al que yo podía subordinar todo lo demás.”
Un estudiante tras otro dijo que lo que lo había impulsado a ofrecerse para el servicio misional era ‘la esperanza que la
Biblia ofrece para el futuro y el consejo sano que contiene para mejorar la calidad de la vida ahora.’ Dijeron: ‘Esto
realmente puede ayudar a resolver los problemas de la gente.’ Muchos ya habían dedicado más de 10 años al ministerio
de tiempo completo, visitando a las personas y esforzándose por compartir con ellas esta esperanza.
Durante cinco meses los estudiantes disfrutaron de un estudio cabal de las Escrituras, y recibieron instrucción práctica
sobre cómo efectuar su actividad misional. Ahora habrían de escuchar unas palabras de consejo que les dirigirían a
manera de despedida sus instructores y otras personas que eran experimentadas en predicar las buenas nuevas del reino
de Dios como la única esperanza para la humanidad.
W. K. Jackson instó a los misioneros a permanecer en sus asignaciones y no pensar: “Voy a hacer la prueba y, si no
me gusta, puedo regresar a casa.” Dio excelente consejo sobre las relaciones humanas y recordó las palabras de
Romanos 15:2: “Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para su edificación.”
M. G. Henschel habló de cosas que debemos apreciar profundamente. Debemos buscar el entendimiento como si
estuviéramos buscando tesoros escondidos. El reino de Dios es un tesoro que debemos buscar primero en la vida. Y al
escribir acerca del ministerio, el apóstol Pablo lo llamó un tesoro. (2 Cor. 4:7) Se instó a los misioneros a tener firmemente
asidos estos tesoros.
A. D. Schroeder se refirió a las palabras de Jesús: “Ven, sé mi seguidor.” (Mat. 19:21) Esto significa manifestar
cualidades como las de Cristo y ayudar a otros a hacer lo mismo. Dijo que los estudiantes no se habían “graduado” como
seguidores de Jesucristo. Estaban tan solo comenzando un nuevo capítulo en la vida como seguidores de él.
J. Redford animó a los misioneros a continuar progresando en sentido espiritual. Citó las palabras de George Bernard
Shaw, quien dijo: “Me horroriza el éxito. El haber triunfado significa que uno ha terminado su trabajo en la Tierra . . . Me
gusta estar continuamente llegando a ser, teniendo una meta ante mí, no detrás.”
U. V. Glass encomió a los misioneros por el vigoroso interés de ellos en saber lo que estaban haciendo y por qué.
Muchos habían preguntado: “¿Cómo podemos permanecer en nuestras asignaciones?” Glass contestó: “Aprendan a
conocer a la gente y a amarla.” Mencionó la necesidad de perdonar libremente, de mantener la actitud mental correcta y
seguir siendo humildes. Para subrayar esto, leyó una carta de un misionero graduado que recientemente había sido
enviado a Kenia:
“Creo que el entrenamiento que recibí en Brooklyn fue solo el comienzo de mi aprendizaje. Los hermanos de este lugar
tienen mucho que enseñarme. He tratado de determinar cuál es la cualidad que más necesita el misionero para tener éxito
en su asignación. Y creo que sobre todo tal vez le haga falta la ‘humildad.’ Humildad para caminar, más bien que para
conducir un automóvil. Humildad para sentarse en duras tablas de madera o en grandes rocas, más bien que en asientos
acolchados. Humildad para dar comentarios como los de un niñito en las reuniones porque está hablando en un nuevo
idioma. Sobre todo, necesitamos humildad mental para hacer el esfuerzo necesario y no rendirnos, confiando en Jehová y
no en nosotros mismos, hasta que volvamos a ser ‘útiles,’ y hagamos lo que vinimos a hacer.”
G. M. Couch instó a los graduandos a nunca dar la espalda a su asignación misional. Les dijo que deben tener
presentes las palabras que se encuentran en Eclesiastés 7:8: “Mejor es el fin de un asunto posteriormente que su
principio.” Los instó a recordar que el fin de lo que se hace es lo que realmente cuenta.
Al final del programa, F. W. Franz, presidente de la Escuela, habló acerca del “mayordomo fiel” de Dios que se
menciona en Lucas 12:40-53. Recordó el tiempo del rey Ezequías, en el octavo siglo a. de la E.C., cuando el reino de Judá
se vio amenazado. El relato de Isaías 22:15-25 muestra que había un punto en cuestión que tenía que ver con
mayordomía. Sebna, un mayordomo infiel, fue reemplazado por Eliaquín, un mayordomo fiel. En su cumplimiento
moderno, este relato muestra la necesidad de identificar a los siervos fieles de Dios en la Tierra hoy. Franz instó a los
estudiantes a estar seguros de que no había duda alguna en su mente en cuanto a la identidad de la clase del mayordomo
fiel de Dios.
Entonces C. W. Barber, quien dirigió la reunión, hizo entrega de los diplomas. Por la tarde los estudiantes presentaron
dos dramas instructivos. Un drama bíblico, intitulado: “Busquen a Jehová y sigan viviendo,” tenía que ver con el ministerio
del profeta Amós en Israel. El drama del día moderno se intitulaba: “¿Cómo oirán a menos que alguien les predique?” Con
efecto alentador, éste consideró aspectos del ministerio de casa en casa como lo efectúan los testigos de Jehová hoy día.
Los 49 estudiantes que se graduaron, y todos los demás que estuvieron presentes, recordarán por mucho tiempo el
excelente y edificante programa. Verdaderamente los asuntos espirituales son de importancia vital. El apóstol Pablo
escribió en 1 Timoteo 4:8: “La devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la
vida de ahora y de la que ha de venir.”
[Fotografía en la página 24]
Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Clase núm. 70, marzo de 1981
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a
derecha para cada fila.
(1) Browne, P.; Hitz, J.; Floyd, B.; De Jesús, M.; Davison, E.; Hoover, M.; White, J.; Gunn, A.; Wyssen, P. (2) Goff, M.;
Karwoski, J.; Paulk, L.; Pedersen, S.; Altmeyer, H.; Rendell, D.; Spatz, P.; Oger, P.; Mathon, T.; Johns, E. (3) Brederlow, S.;
Kelppe, L.; Reilly, G.; James, S.; Dennison, L.; Kemppainen, C.; Klopson, C.; Reilly, C.; Bivins, A.; Winbush, E. (4) Hoover,
D.; De Jesús, J.; Klopson, T.; Hitz, E.; Lovini, D.; Mathon, L.; Pedersen, F.; Knox, H.; Reyna, R.; Karwoski, M. (5) Browne,
R.; Johns, K.; Floyd, M.; Paulk, J.; Bivins, M.; White, R.; Winbush, W.; James, D.; De Wolfe, R.; Wyssen, J.
*** w81 15/12 págs. 8-10 Cristianos activos en un tiempo crítico ***
Cristianos activos en un tiempo crítico

PUEDE ser que usted, al igual que otras personas de toda la Tierra, esté muy consciente de que vivimos en tiempos
críticos.
Muchos se han dado cuenta de que los tiempos son críticos debido a la mucha atención que se da a los armamentos y
la guerra. Otros perciben el carácter crítico de los tiempos por los problemas económicos que hay. O, si a usted se le
preguntara por qué son críticos nuestros tiempos, puede que piense en el crimen y la violencia que van en aumento. Estos
problemas no son otra cosa sino evidencia de que estamos viviendo durante un período predicho: “En los últimos días se
presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar.”—2 Tim. 3:1-5.
Pero el domingo 13 de septiembre de 1981 se celebró una ocasión especial que ilustra bien que hasta en nuestros
“tiempos críticos” los cristianos pueden estar activos espiritualmente y ser optimistas respecto al futuro. ¿Cuál fue esa
ocasión? ¿Qué beneficios podemos obtener de ella?
GRADUACIÓN DE LA ESCUELA DE GALAAD
La ocasión especial que se celebró en la ciudad de Nueva York, N.Y., E.U.A., fue la ceremonia de graduación de la
clase setenta y uno de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Hacemos bien en reflexionar sobre algunos
puntos que se consideraron durante el programa.
El orador principal fue F. W. Franz, presidente de la Sociedad Watchtower y de la escuela. Su discurso, que duró una
hora, comenzó con una reseña histórica de la escuela. Después del estallido de la II Guerra Mundial, el entonces
presidente de la Sociedad, J. F. Rutherford, pensaba que una persecución intensa contra los testigos de Jehová podía
obligarlos a mudarse de las oficinas centrales de la Sociedad, ubicadas en Brooklyn, Nueva York, a otro lugar. De modo
que hizo que en la región norteña del estado de Nueva York se construyeran edificios que pudieran servir de refugio para
el personal que trabajaba en las oficinas centrales. Entonces, en 1942, cuando N. H. Knorr llegó a ser el tercer presidente
de la Sociedad, un examen cuidadoso del capítulo 17 de Revelación reveló que la Liga de las Naciones, organización para
la paz simbolizada por la bestia salvaje, reaparecería en alguna forma. (Rev. 17:8) Aquello quería decir que la guerra
terminaría y que después vendría un período de paz. Como usted sabe, eso fue exactamente lo que sucedió, ya que se
restableció la organización para la paz en la forma de las Naciones Unidas.
Con aquel entendimiento bíblico, se tomó la decisión de utilizar los edificios de la región norteña del estado de Nueva
York para establecer una escuela especial en la que se entrenara a misioneros que pudieran esparcir las “buenas nuevas
del reino” en muchos países extranjeros durante el venidero período de paz. (Mat. 24:14) Esta singular escuela abrió sus
puertas el 1 de febrero de 1943, y ahora Franz, cuarto presidente de la Sociedad, dirigía la palabra a la septuagésima
primera clase graduanda de esta escuela.
Apropiadamente él preguntó lo siguiente a los 27 estudiantes que venían de ocho países: “Han transcurrido unos 36
años del presente período de paz, así que ¿cuánto durará este período? Y ¿qué señales tenemos de que va a terminar
muy, muy pronto?” ¿Qué contestaría usted?
Franz entonces pasó a considerar algunos aspectos fascinantes de la cronología bíblica que tiene que ver con nuestro
mismísimo tiempo. Mencionó que desde hace mucho tiempo los testigos de Jehová han sostenido que el 1914, el año en
que comenzó la I Guerra Mundial, marcó el fin del período al cual Jesús hizo referencia en el siguiente versículo:
“Jerusalén será pisoteada por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones [o ‘tiempos de
los gentiles,’ Versión Autorizada].” (Luc. 21:24) Eso significa que el reino de Dios, representado por Jerusalén, fue
establecido en los cielos en aquel año. Pero algunos han afirmado que el 1914 no tuvo ningún significado y que lo que
Jesús tenía presente era un pisotear de la ciudad literal de Jerusalén. Sin embargo, el orador preguntó: “¿Qué descubre
uno al examinar los resultados de ese punto de vista?”
En 1967 el ejército del estado de Israel se apoderó del control de la margen occidental del río Jordán, incluso de la
antigua ciudad amurallada de Jerusalén. “Pero,” preguntó Franz, “¿ha resultado eso en gloria para Jehová Dios? ¿Resultó
aquello en la venida del Mesías para establecer el Reino de Dios allí en la Jerusalén terrestre?” Claramente la respuesta
es: No. Tampoco están los judíos literales predicando las “buenas nuevas del reino” en cumplimiento de Mateo 24:14. Por
lo tanto, los hechos muestran que el ‘pisotear de “Jerusalén” por los gentiles’ no terminó en 1967. Más bien, la “señal” que
dio Jesús se ha estado cumpliendo desde el año crucial de 1914. Desde entonces el Mesías, el Señor Jesucristo, ha
estado gobernando desde los cielos en medio de sus enemigos. (Sal. 110:1, 2) Por eso se instó a los nuevos misioneros
en este sentido: ‘El tiempo que queda ciertamente tiene que ser reducido,’ y ellos deberían tener un sentido de urgencia,
con mucho que hacer en estos tiempos críticos.—1 Cor. 7:29-31.
Los graduandos pudieron ver claramente la razón por la cual ellos debían estar activos en la obra cristiana. También la
pudieron ver sus parientes y otras personas del auditorio, unos 2.000 concurrentes. Todos se llenaron de gozo cuando se
enteraron de que se habían hecho arreglos para entrenar a más misioneros. Dos de los estudiantes regresarían a
Alemania para ser instructores de la nueva “Extensión de la Escuela de Galaad” en ese país. Se ofrecerá un curso
concentrado de dos meses y medio para ministros que, sin tener que aprender inglés, puedan ser entrenados para ir a
otros países como misioneros.
CONSEJO ÚTIL PARA LOS CRISTIANOS ACTIVOS
Otros oradores que participaron en el programa de graduación ofrecieron a la clase consejo bíblico excelente, consejo
del cual todos los cristianos pueden beneficiarse en nuestros tiempos críticos.
U. V. Glass, uno de los instructores de la Escuela de Galaad, animó al auditorio a reflexionar en el ejemplo de
Jeremías, que continuó predicando a pesar de oposición y peligro. En contraste, el profeta Urías se atemorizó y huyó a
Egipto, solo para ser traído de vuelta a Judá y ejecutado por el rey. También, en un drama excelente que los estudiantes
pusieron en escena esa tarde, se hizo resaltar el ejemplo de Jeremías y el apoyo que recibió del etíope Ebed-melec. El
drama se intituló “Proclamador intrépido de un mensaje impopular.”
El programa de graduación incluyó discursos breves, pero provechosos, a cargo de ministros experimentados. Por
ejemplo, David Olson consideró 1 Samuel 2:30, donde Dios dice: “A los que me honran honraré.” Se señaló que a todos
nos agrada el que se nos trate con respeto, y por eso debemos hacer todo lo posible por otorgar a otros honra o respeto.
Esto es útil especialmente entre personas que viven o trabajan juntas, como es el caso de los misioneros. Karl Klein
consideró la importancia de ‘no exhalar suspiros los unos contra los otros,’ según se aconseja en Santiago 5:9. Aunque
pudiéramos quejarnos o suspirar debido a nuestras propias faltas, el quejarnos de las debilidades de nuestros compañeros
cristianos ordinariamente envuelve el juzgarlos, y esto puede hacer que ellos se desanimen o se depriman.
Aunque los estudiantes no tuvieron que hacer ningún voto para llegar a ser misioneros, Ralph Walls enfatizó que ellos
(y todos nosotros) debemos imitar el espíritu de los antiguos nazareos. Ellos se negaron a sí mismos ciertas cosas para
poder concentrarse en los asuntos espirituales... el mismo proceder que los misioneros debían esforzarse por seguir. Y tal
como el pelo de los nazareos enfatizaba la sujeción de ellos a Jehová, los cristianos activos necesitan desplegar un
espíritu de sumisión para con aquellas personas entre quienes ellos sirven, al igual que para con Dios.—Núm. 6:3-7.
La ceremonia de graduación concluyó después de la presentación del drama y de una oración final. Pero el auditorio
estaba más resuelto que nunca a continuar ‘andando con Dios’ activamente, como George Gangas había instado antes a
la clase a hacer en un animado discurso en el que consideró los ejemplos de Enoc y Noé. (Gén. 5:24; 6:9) Y todos pueden
recordar el discurso del instructor J. Redford, quien concluyó dando estímulo a los graduandos y al auditorio para que
continuaran ‘anunciando al Rey y al Reino’ en estos tiempos críticos.
[Fotografía en la página 8]
Futuros instructores de la Extensión de la Escuela de Galaad en Alemania, con misioneros filipinos graduados
[Fotografía en la página 9]
El drama bíblico presentó conmovedoramente a Jeremías como proclamador intrépido del mensaje de Dios
*** g81 8/12 págs. 20-23 ¿Qué trabajo realmente deben hacer los misioneros? ***
¿Qué trabajo realmente deben hacer los misioneros?

CUATRO misioneras fueron muertas a tiros en un país centroamericano, y los disparos se oyeron alrededor del mundo.
Este acto violento que ocurrió en 1979 convirtió en asunto de la primera plana la antigua pregunta: ¿Qué trabajo realmente
deben hacer los misioneros cristianos?
El papel que estas cuatro misioneras desempeñaron ha sido asunto de discusión acalorada. Hay diferentes puntos de
vista respecto a lo que debe ser el trabajo del misionero. Según se informa, un graduado de una escuela misional católica
declaró: “No queremos cambiar a la gente... solo queremos ayudarla.” Muchas personas creen que los misioneros deben
ayudar a la gente por medio de establecer hospitales, escuelas seglares, centros para refugiados u orfanatos...
principalmente, que deben cuidar de las necesidades materiales de la gente.
Actualmente hay otros que creen que los misioneros deben hacer que la gente pobre a quien sirven esté más
consciente de su situación y sus derechos. “Antes era la voluntad de Dios que se aceptara el sufrimiento,” declaró un
misionero católico de Sudamérica. “Ahora la voluntad de Dios es que protesten en contra del sufrimiento.” Esta actitud ha
hecho que los misioneros estén en pugna con los gobiernos nacionales.
¿Son estas actividades realmente el trabajo del misionero cristiano? ¿Constituyen la mejor manera de ayudar a la
gente?
Una clase diferente de misioneros
Hay por lo menos una escuela misional que está convencida de que el papel del misionero cristiano es el de enseñar la
Biblia a la gente. La Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower que fue establecida hace 40 años, durante la furia de la II
Guerra Mundial, empezó a producir misioneros que solo se ocuparían en dar instrucción bíblica. “Su trabajo principal,”
declaró N. H. Knorr, el entonces presidente de la escuela en el día de apertura de ésta, “es el de predicar el evangelio del
Reino de casa en casa como lo hicieron Jesús y los apóstoles.”—Mat. 28:19, 20.
Los que terminan el curso de estudio con éxito reciben un diploma en el cual se declara que el graduado está
“especialmente capacitado para participar en obra educativa que promueve la buena voluntad y obra en el interés de la
paz permanente.” Por eso, los que componen la presente clase de graduados (vea la fotografía) han de promover la paz,
no la contienda. “Nuestros misioneros han de ser educadores bíblicos,” declaró A. D. Schroeder, el primer secretario
general de la Escuela. “Empleando la Palabra de Dios han de dar a la gente la más excelente educación para el corazón.”
Para ayudar a los estudiantes a desempeñar este papel, se da atención especial a cursos bíblicos. Un estudio detallado de
cada libro de la Biblia forma una parte importante del programa de educación.
Pero, ¿es práctica esta educación bíblica? ‘Hoy día muchas personas necesitan atención médica, alimento y
alojamiento adecuados,’ exclaman los misioneros de las religiones tradicionales. ‘Necesitan ayuda material primero.
Entonces podemos dar atención a sus necesidades espirituales.’ Por eso, ¿es poco práctico el papel de los misioneros
instruidos en Galaad? ¿Qué han demostrado los resultados de casi 40 años?
“Una educación en cómo vivir”
“Los primeros cuantos días que trabajé en los sectores pobres de mi asignación en un país centroamericano llegaba a
casa deshecha en lágrimas debido a las condiciones de vida,” declaró Charlotte Bowin Schroeder, que estuvo en la
primera clase. Julia Clogston, que acompañó a Charlotte, añadió: “Pero cuando las personas comenzaban a poner en
práctica los consejos de la Biblia, su vida de familia mejoraba, sus casas llegaban a estar más limpias y la gente misma
vestía mejor. De hecho, en una de nuestras asambleas la hija de un antiguo presidente del país estaba trabajando al lado
de varias otras jovencitas que eran Testigos. Pero su modo de vestir no revelaba diferencia alguna entre estas jóvenes.
¡Las muchachas que vivían en circunstancias poco afortunadas estaban vestidas con la misma pulcritud y nitidez que la
hija del expresidente!”
Pero, ¿cómo hizo la educación bíblica que la gente mejorara su vida? Julia puso el siguiente ejemplo: “El esposo de
una señora que ya estaba estudiando la Biblia con una misionera de Galaad me preguntó: ‘¿Qué tiene que hacer uno para
llegar a ser Testigo?’ Le mostré el capítulo 5 de Gálatas [versículos 19-21], donde dice que cesen de prácticas tales como
la inmoralidad sexual, los enojos, la borrachera y cosas semejantes. Él también empezó a estudiar la Biblia.
“En aquel tiempo este hombre estaba compartiendo sus pocas ganancias con ‘otra mujer.’ Esta práctica adúltera era
común. Algunos hombres hasta mantenían varias familias. Por medio de aplicar lo que dice la Biblia, este hombre dejó de
ser adúltero. Entonces su familia tenía más dinero, porque, aunque ganaba poco, ¡todo iba a un solo lugar! Como Testigo
él ahora estaba orgulloso de su familia. He visto veintenas de casos exactamente como éste,” dijo Julia.
Esta obra de instrucción bíblica no se limitaba a los pobres. Entre las personas a quienes dieron instrucción los
graduados de la primera clase de Galaad estaba un funcionario gubernamental que ciertamente no necesitaba la ayuda
material de ningún misionero. ¿Por qué, pues, fue de tanto valor para él el conocimiento bíblico?
“La Biblia ayudó a nuestra familia a reconocer y estimar las realidades de la vida y a no vivir en un mundo de ensueño,”
dijo el hijo de este funcionario, Baltasar Perla, hijo, al reflexionar sobre el asunto. “Por lo que dice la Biblia, mi padre se dio
cuenta de que el ser ‘persona célebre’ no hace que uno sea mejor persona que las demás. Como resultado, desarrollamos
amistades afectuosas, duraderas, porque podíamos ver el verdadero valor y mérito de otros. Aprendimos a tratar con
respeto a toda persona, sin importar su origen o antecedentes.” Pausando entonces, como para dar una mirada
retrospectiva a su vida, Baltasar añadió: “Pienso en las personas acaudaladas de nuestro país que de la noche a la
mañana perdieron todo. O en los que ocupan puestos elevados y están demasiado atareados para poder disfrutar de sus
familias, posiblemente pagando a criadas para que les cuiden los hijos. ¡Qué vacía hubiese sido mi vida si la riqueza
hubiera sido la cosa principal de nuestra vida! Aunque teníamos criadas que se encargaban de las faenas de la casa, me
alegro de que mis padres no tenían una que cuidara de nosotros, los hijos, sino que ellos mismos nos dieron de su tiempo.
¡La educación bíblica que los misioneros proporcionaron dio a nuestra familia el punto de vista correcto de los valores!”
¿Es práctica la educación bíblica?
Entre los 27 graduados de la clase de Galaad más reciente, la clase 71, estaba un matrimonio, Jamir y Rufina Dela
Paz, que nacieron y se criaron en las Filipinas. Antes de venir a Galaad, Jamir enseñaba la Biblia a la gente en una zona
en que servían los misioneros de otras iglesias. “Si la religión de usted es verdaderamente cristiana, ¿por qué no dan
alimento a los pobres como lo hacemos nosotros?,” preguntó uno de estos misioneros. “¡Estoy repartiendo ‘alimento’!,”
contestó Jamir. “No, no alimento como el de ustedes, sino ‘alimento’ espiritual.” Añadió: “Esperen hasta que se les acabe
el alimento y no tengan qué dar a estas personas, entonces sabremos quién está haciendo la obra de Dios.” ¿Qué método
resultó ser realmente práctico?
“Efectivamente, las provisiones alimenticias se acabaron,” informó Jamir. “Una por una la gente dejó de ir a la iglesia,
que hoy día está prácticamente abandonada. Pero, ¡cómo contrasta esto con la congregación que yo ayudé a establecer
allí usando la Biblia y que sigue aumentando en número!
“Había una familia allí que, antes de hacerse Testigo, recibía limosna en la forma de comestibles de esta misión. El
hombre tenía relaciones con muchas mujeres y no estaba casado con la mujer con la que estaba viviendo. Puesto que
eran pobres, ni la pareja ni sus hijos tenían ropa apropiada ni un lugar apropiado en que vivir,” explicó Jamir. “Entonces
empecé a estudiar la Biblia con él. Pronto quiso enderezar su vida, de modo que pidió a la mujer con quien convivía que
se casara con él.” Ella respondió: “¡De ninguna manera!” Ella le dijo a Jamir: “¡No se puede confiar en ese hombre! ¡Sé
que tan pronto le dé la espalda tomará otra mujer!”
Solo después que ella observó la conducta fiel de este hombre por un año, accedió a contraer matrimonio. “Pero, ¡qué
cambios efectuaron!” exclamó Jamir. “Ambos se hicieron testigos de Jehová y dejaron de fumar, de beber en exceso y de
jugar a la lotería. Entonces podían comprar ropa adecuada y alimento... sí, hasta arreglar su casa. Los vecinos
comentaban sobre lo bien que esta familia vivía. Ahora no solo tienen lo que precisan para vivir, sino también una rica vida
de familia, respeto de sí mismos y una esperanza firme para el futuro.”
Pero, ¿puede la educación bíblica producir paz verdadera? ¿Puede promover buena voluntad entre la gente, como se
promete en el diploma que se da a los misioneros de Galaad?
La clave a la paz verdadera
“Puesto que las guerras comienzan en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres que hay que construir
las defensas de la paz,” así reza el preámbulo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO), y así reconoce que para que haya paz se necesita la educación apropiada. Muchos líderes de
gobierno reconocen que un factor que contribuye a la paz es un fuerte carácter moral en el país. De hecho, Charlotte
Schroeder recuerda haber visitado varias veces al presidente del país en que ella servía para considerar con él el trabajo
de los misioneros. Charlotte explicó: “Le dijimos que nuestro trabajo ayudaba al país puesto que enseña a la gente a
llevarse bien los unos con los otros y a abstenerse de la violencia.” Esto impresionó tanto al presidente que él también
empezó a estudiar la Biblia con los Testigos después que terminó su mandato.
Razonando sobre esto mismo, Julia Clogston dijo: “Cuando hay más de 7.500 personas en un país, pertenecientes a
toda clase social, que rehúsan matar, engañar y hurtar, y que están hablando con sus vecinos acerca de estos principios
elevados en un país de más o menos 4 1/2 millones de habitantes, no puede menos que mejorar el carácter moral del país
y promover la paz.”
Puesto que los misioneros de Galaad dan de sí mismos altruistamente, han forjado muchísimas amistades afectuosas
con la gente de la localidad. Rufina Dela Paz meditó sobre la relación que ella y sus padres tuvieron con los misioneros de
Galaad que les ayudaron a aplicar los principios bíblicos hace muchos años, cuando estaban llegando a ser Testigos.
“Nuestra familia se sentía estrechamente unida a los misioneros porque hicieron algo más que estudiar la Biblia con
nosotros,” informó Rufina. “Nos visitaban con frecuencia en nuestro hogar simplemente para animarnos y para ayudar a
mis padres con sus problemas.”
Pero el amor no fue solo de parte de Rufina y su familia. Mientras ella asistía a Galaad, recibió una carta de la persona
que como misionero había ayudado a su familia. Aunque han pasado 30 años, él escribió: “Tu madre es una de las
muchas madres que Jesús prometió que tendrían los que dejaran casa y familia por causa de las buenas nuevas. ¡Cuánto
agradezco la atención que ella me dio cuando me picó la pastinaca y estuve muy enfermo! Jamás olvidaré su amor.”—Mar.
10:29, 30.
Un ‘amor inolvidable.’ Sí, este mismo amor es el que los misioneros que se graduaron el 13 de septiembre de 1981
esperan dar y recibir cuando viajen a los 14 países a los cuales han sido asignados. Su trabajo será el de dar instrucción
bíblica... el único trabajo práctico y bíblico del misionero cristiano verdadero.
[Fotografía en la página 21]
Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Clase núm. 71, septiembre de 1981
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Boissiere, D.; MacNerland, K.; Dela Paz, R.; Weathers, B.; Widen, S.; Kaemmer, L. (2) Larsson, L.; Larsson, E.; Smith,
S.; Dela Paz, J.; Guttau, G.; Larsson, E.; Larsson, W. (3) Boissiere, P.; Palviainen, A.; Rehurek, J.; Dalcius, A.; Du Raan,
M.; Moreau, D.; Widen, D. (4) Forster, D.; Guttau, B.; Welch, J.; Weathers, J.; Du Raan, R.; Rehurek, P.; Tipton, S.

*** w82 15/6 pág. 9 Padres celosos producen misioneros ***


Padres celosos producen misioneros

HACE más de tres mil años Ana, una mujer fiel de Israel que no tenía hijos, prometió que si se le concedía dar a luz un
hijo dedicaría su primogénito al servicio de Jehová. Jehová contestó sus oraciones sinceras y ella cumplió con su
promesa. Su hijo Samuel llegó a ser siervo de Dios de tiempo completo y escritor bíblico.—1 Samuel 1:4-28.
Muchos padres cristianos en tiempos modernos han sido ejemplos para sus hijos en efectuar el servicio de Jehová y
los han animado a que sean siervos de tiempo completo como Samuel, más bien que hacer planes para ejercer una
carrera seglar. Este punto quedó demostrado de manera convincente el 7 de marzo en la graduación de la clase 72 de la
Escuela Bíblica de Galaad de la Sociedad Watchtower ubicada en Brooklyn, Nueva York. Por cinco meses los
42 estudiantes habían recibido adiestramiento intensivo para la obra misional en el extranjero. ¿Qué atrajo a muchos de
ellos al servicio de tiempo completo? Tres hermanas carnales —Brenda, Rhonda y JoDene Rittenbach— pueden contestar
esa pregunta:
“Nos criamos en un hogar feliz y teocrático en el cual nuestros padres nos ayudaron a vivir y amar la verdad. Ellos
dieron el ejemplo. En diferentes ocasiones, cuando las circunstancias se lo permitían, participaban con nosotros en el
servicio de precursor auxiliar (en el cual el ministro cristiano dedica 60 horas al mes a la predicación), especialmente
durante las vacaciones,” explicó Brenda.
“También nos enseñaron a tener un punto de vista práctico del servicio de precursor,” añadió JoDene, “por medio de
sentarse con nosotros y repasar nuestras responsabilidades en el hogar y en el servicio de precursor. Nos ayudaron a
planear los asuntos de manera realista más bien que tener un parecer idealista de los asuntos.”
Ya que los seis hijos han crecido, ¿cuál es la situación de la familia Rittenbach? Pronto, las tres hijas estarán sirviendo
en Colombia. Tres hijos casados también están en el servicio de tiempo completo con sus respectivas esposas. Y ¿qué
hacen el padre y la madre? ¡Trabajan de tiempo completo en la Hacienda de la Sociedad Watchtower en el estado de
Nueva York!
No hay duda de que los padres de Janice Peterson de Ontario, Canadá, influyeron en ella para que emprendiera el
servicio de tiempo completo. “Mi padre fue ministro precursor antes de casarse. Una vez casado y con hijos, su meta era
emprender el servicio de precursor junto con su familia y servir donde hubiera mayor necesidad de predicadores. Su
anhelo se realizó en 1969 cuando todos nosotros, incluso mi madre inválida, nos mudamos a Nicaragua. ¡Qué gozo
cuando mi padre y yo pudimos servir juntos como precursores especiales! Ahora mi esposo y yo pronto estaremos
sirviendo en América del Sur.”
En algunos casos hasta los abuelos han influido en la vida de estos graduados. La abuela de Ross Miller fue
repartidora (precursora) a principios del siglo y su celo ha influido en dos generaciones. Su hijo, el padre de Ross, sirvió
como precursor especial y en el Betel de Brooklyn donde están ubicadas las oficinas centrales de la Sociedad Watchtower.
La madre de Ross ha sido precursora también. El tiene un tío y una tía que sirven en México. Sin duda, padres y parientes
celosos pueden influir en la siguiente generación.
Varios más de esta clase están agradecidos por el excelente ejemplo que pusieron sus padres y por el estímulo que
recibieron de ellos, muchos de los cuales asistieron a la ceremonia de la graduación.
Todas las 2.044 personas que concurrieron a la graduación se regocijaron del excelente programa que incluyó
discursos animadores pronunciados por ancianos de Betel, así como una excelente variedad de experiencias, música y un
drama bíblico que presentaron los estudiantes. Todos apreciaron en gran manera el dinámico discurso sobre el tema:
“Pórtense como hombres,” pronunciado por el presidente de la Sociedad Watch Tower, F. W. Franz, quien cuenta con 88
años de edad. El enfatizó que todos los cristianos, tanto mujeres como hombres, tienen que servir valerosamente,
especialmente en estos días peligrosos antes del Armagedón.—1 Corintios 16:13; Salmo 68:11.
Los 42 estudiantes que provienen de 5 países han sido asignados a servir en 18 países de varios continentes. Sin duda
su servicio misional será una excelente contribución al adelantamiento del Reino.
*** g82 8/6 págs. 20-21 La escuela misional de Galaad... ¿cómo es diferente? ***
La escuela misional de Galaad... ¿cómo es diferente?

LA ESCUELA Bíblica de Galaad de la Watchtower, situada en Brooklyn, Nueva York, no es ni universidad ni seminario
conciliar. No obstante, es una institución de enseñanza superior, de hecho, de la enseñanza más elevada. ¿Por qué?
Porque su curso de cinco meses está basado en la Biblia, la Palabra inspirada de Dios.
El 7 de marzo de 1982, ante una asistencia de 2.044 personas que llenó por completo el Salón de Asambleas de los
Testigos de Jehová ubicado en Queens, Nueva York, se celebró la graduación de la clase número 72 de estudiantes
preparados para ser misioneros.
Es interesante que 11 de los graduados tuvieron la experiencia de asistir a universidades y colegios de los Estados
Unidos y del Canadá antes de llegar a ser Testigos. ¿Cómo les pareció la Escuela de Galaad en comparación con la
universidad?
Ken Merritt, titulado en economía con honores, dijo: “En general, en la universidad uno simplemente es una cifra, no
una persona. El objetivo principal es el de conseguir un título y entonces un buen puesto. En contraste, este curso de
estudio intensivo de la Biblia ha influido en nosotros como personas y ha ejercido un efecto en nuestra personalidad.
Aunque los instructores y discursantes insistieron en que nuestro trabajo fuera de alta calidad, nos enseñaron con un
espíritu de amor cristiano.”
Gary Gontero, quien estudió en la universidad estatal de Kent, confirmó esta opinión y agregó: “El programa de
estudios fue excelente. Nos proporcionó una vista general y profunda de la Biblia. Fue un curso completo para la
preparación de misioneros, pues se hizo un repaso de los personajes sobresalientes de toda la Biblia. Tuvimos que hacer
una evaluación de nosotros mismos por medio de compararnos con ellos, y esto nos ayudó a ver cuáles aspectos de
nuestra personalidad cristiana teníamos que mejorar.”
Robert Landis, quien sirvió de ministro precursor de tiempo completo en el norte de Irlanda por diez años, previamente
había asistido a cuatro diferentes universidades de los Estados Unidos como estudiante de sicología. El comenta: “Cada
universidad se apegaba a una enseñanza diferente sobre la sicología, de modo que era difícil llegar a conclusiones
definitivas sobre la motivación y el comportamiento de los seres humanos. Nuestro estudio de la Biblia en la Escuela de
Galaad nos ha proporcionado un entendimiento mucho más claro aun de estas ramas. Además, el aplicar los principios
cristianos es una forma de sicología positiva. Se nos ha equipado y preparado para instruir a otros en el camino de la vida
que la Biblia ofrece.”
A los 42 graduados, provenientes mayormente de los Estados Unidos, con la excepción de unos cuantos que vinieron
del Canadá, Chipre, Austria e Irlanda, se les ha asignado a efectuar la obra misional en 18 diferentes países. Se está
enviando a la mitad de la clase a ocho países de habla hispana en Centro y Sudamérica, donde grandes números de
personas están respondiendo de manera positiva al mensaje del reino de Jehová bajo Cristo. A otros ocho graduados se
les está enviando a los países africanos de Senegal, la Costa de Marfil, Sierra Leona y Zaire. Los demás irán a Europa,
Asia e Islas del Caribe y del Pacífico. La mayor parte de ellos aprenderán un nuevo idioma al llegar a su “hogar” adoptivo.
En su discurso a los graduados, F. W. Franz, presidente de la Sociedad Watch Tower, quien tiene 88 años de edad, les
instó a ‘portarse como hombres,’ sea que fueran hombres o mujeres, por medio de ser valerosos en el campo misional.—
1 Corintios 16:13; vea también Versión Popular.
[Fotografía en la página 21]
Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Clase núm. 72, marzo de 1982
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Gossland, P.; Weygand, D.; Gontero, G.; Lung, A.; Román, E.; Cardamone, D.; Dobbins, P.; Emmanuel, O.
(2) Arnold, C.; Roberds, A.; Morrisey, B.; Peterson, J.; Landis, P.; Sedlack, C.; Williams, J.; Powell, P.(3) Rittenbach, J.;
Rittenbach, R.; Miller, D.; Pilon, D.; Tockner, R.; Emmanuel, D.; Smith, T.; Rittenbach, B.(4) Morrisey, F.; Lung, D.;
Dobbins, D.; Gontero, G.; Roberds, T.; Cardamone, D.; Fry, D.; Weygand, G.(5) Miller, R.; Peterson, E.; Crysler, D.;
Powell, J.; Merritt, K.; Sedlack, E.; Landis, R.; Gossland, J.; Arnold, G.

*** w83 1/1 pág. 15 Se insta a los nuevos misioneros: “¡Manténganse leales!” ***
Se insta a los nuevos misioneros: “¡Manténganse leales!”

EL DOMINGO 12 de septiembre de 1982 fue un día cálido y húmedo en la ciudad de Nueva York. Pero un grupo de
unas dos mil personas apenas lo notó. Temprano aquel día éstas se dirigieron al Salón de Asambleas de los testigos de
Jehová, en el distrito de Queens, para presenciar la graduación de la clase setenta y tres de la Escuela Bíblica de Galaad
de la Watchtower.
Ese día a las 10 en punto de la mañana el presidente del programa, Leo Greenlees, miembro del Comité de Enseñanza
del Cuerpo Gobernante, pidió la atención de todos. Se apagó el fuerte murmullo de voces, todos buscaron sus respectivos
asientos, y la reunión dio comienzo con un cántico de alabanza a Jehová y una oración. En sus comentarios de apertura el
hermano Greenlees les recordó a los estudiantes que ellos eran “pescadores de hombres”. (Mateo 4:19) Hasta ahora, dijo
él, la mayor parte de su pesca ha sido en “aguas locales”. Ahora irían a lugares distantes a “pescar en alta mar”. En la
Escuela de Galaad habían aprendido las técnicas necesarias para esta clase de pesca.
Luego el hermano Greenlees introdujo a Grant Suiter, miembro del Comité de Publicación. Este orador hizo mención de
la profecía de restauración que aparece en el capítulo 2 de Oseas, versículos 21 al 23. Era una gran bendición para los
graduandos el entrar en el campo misional en un tiempo de siega y en un tiempo en que tanto Jehová Dios como su
pueblo verdaderamente estaban ‘respondiendo’, dijo él.
El siguiente orador, Calvin Chyke, del Comité de la Fábrica, animó a los estudiantes a que siguieran perfeccionando la
“devoción piadosa”. (1 Timoteo 4:7, 8, 12) “El poder de su devoción piadosa”, dijo él, “moverá a otros a desear unírseles
en el servicio sagrado”.
A continuación habló Dan Sydlik, representante del Comité de Personal. El explicó que no es por casualidad que entre
las personas se establecen relaciones personales y afectuosas. Uno tiene que buscar establecer ese tipo de relación.
“Hasta algo tan pequeño y espontáneo como una sonrisa puede ayudar”, dijo él.—Romanos 12:13.
Lloyd Barry representó al Comité de Redacción y animó a los nuevos misioneros a que se aseguraran de llevar consigo
una buena porción de espiritualidad cuando hicieran las maletas y partieran hacia sus asignaciones. Haciendo uso de las
palabras del profeta Ageo, les aconsejó lo siguiente: “Sean fuertes [...] y trabajen”.—Ageo 2:4.
Se invitó entonces a los dos instructores de la Escuela de Galaad a dar sus consejos finales. Jack Redford, ex
misionero, advirtió a los estudiantes: “Todos tenemos nuestros altibajos. Cualquiera puede arreglárselas cuando las
circunstancias son favorables. Pero la manera como uno se enfrente a las adversidades determinará si perseverará en el
servicio misional”. Y el registrador de la Escuela, Ulysses Glass, les instó a enfrentarse con madurez, como adultos, a los
problemas que encontrarían en sus asignaciones.
Finalmente el presidente de la Escuela, Frederick Franz, se dirigió a los estudiantes. Este orador, quien ya cumplió
ochenta y nueve años de edad, les recordó que ellos servían a un gran Pastor, quien también es gobernante mundial. Les
instó a permanecer unidos y leales en el rebaño mundial, y concluyó: “¡Que el Dios Altísimo, por medio de su Pastor,
Jesucristo, les bendiga y les use poderosamente en sus asignaciones!”.
Los estudiantes recibieron sus diplomas, y el presidente del programa anunció un receso para el almuerzo. Entonces, a
las 2:15 de la tarde, Don Adams, del Comité del Hogar Betel, condujo el estudio correspondiente de la revista La Atalaya, y
los estudiantes contestaron las preguntas. Después éstos presentaron un encantador programa de música y experiencias,
y finalmente representaron un conmovedor y animador drama bíblico.
El programa había concluido para las 4:30 de la tarde. Entonces, con estos consejos excelentes todavía sonando en
los oídos, los estudiantes se prepararon para partir y ser “pescadores de hombres” en sus distantes asignaciones
misionales.
*** g83 8/1 págs. 24-26 Nuevos misioneros entran en el campo ***
Nuevos misioneros entran en el campo

EL VERANO pasado algunos estudiantes poco comunes pasaron cinco meses juntos en los Estados Unidos, en
Brooklyn, Nueva York. Eran los treinta y ocho miembros de la clase setenta y tres de la Escuela Bíblica de Galaad de la
Watchtower, y eran poco comunes porque, en esta era de escepticismo y egoísmo, se habían ofrecido para servir de
misioneros en el extranjero. ¿Quisiera saber qué clase de personas escogen ser misioneros cristianos en esta era
moderna y materialista?
Diferentes caminos a Galaad
Para algunos estudiantes, la obra misional era algo que habían deseado por mucho tiempo. Tanto Carlton como
Georgina Bailey habían querido ser misioneros desde que se criaban en California. Cuando se casaron, siguieron tras esta
meta juntos. Consideraban que el haber predicado de tiempo completo tanto en vecindarios muy ricos como en
vecindarios pobres, al igual que entre los indios seminola y los grupos minoritarios de habla hispana, era como una
preparación para la obra misional. Ahora podrán usar esa experiencia en su asignación en El Salvador.
En el caso de otros estudiantes, el deseo de ser misioneros surgió más tarde en la vida. Uno de éstos es Gunnar
Stanzen, quien hace catorce años era un joven actor prometedor allá en Suecia, su país natal. En aquel tiempo su único
deseo era triunfar en la carrera que había elegido. Entonces cierta noche su primo lo llamó por teléfono para decirle que
los testigos de Jehová vendrían a visitarle, y Gunnar debería venir también si quería participar en un buen debate. Gunnar
fue. Durante la discusión se halló defendiendo a los testigos de Jehová en vez de a su primo, y aquello lo llevó finalmente
a dejar su carrera de actor y a participar de tiempo completo en la obra de predicar. Ya va en camino a su asignación
misional en Zaire, junto con su esposa, Noomi.
También Martin Witholt es una persona amigable, pero cuando era más joven ni siquiera se le había ocurrido ser
misionero. De hecho, hubo un tiempo en que no creía que hubiera ninguna esperanza para la humanidad, y, junto con una
amiga, partió de Holanda, su país natal, en una embarcación de unos 11 metros con la intención de hallar una isla remota
y apartada donde pudieran olvidarse del mundo moderno. Pero la embarcación empezó a hacer agua y tuvieron que tomar
puerto en Alicante, España. Allí Martin conoció a los testigos de Jehová y, por primera vez, oyó acerca del reino de Dios.
Sucesos posteriores les llevaron a él y a la muchacha con quien se casó más tarde, Catharina, no a una isla apartada,
sino a una interesante asignación misional en Kenia.
Al igual que Martin, todos los estudiantes estaban preocupados por los problemas mundiales. En un tiempo algunos de
ellos trataron de hallar la solución por su propia cuenta. En California, Christine Sowers se unió a un grupo religioso
llamado “Cruzada en el Campus”. Stephen Richards, de Nueva Inglaterra, siguió la tradición familiar y se envolvió en la
política. Tom Gilmore acarició brevemente la idea de ser sacerdote, y luego se dedicó de lleno a los movimientos
antibélicos y en pro de la conservación ambiental.
Ellos eran sinceros, pero tarde o temprano descubrían que aquellas no eran las maneras de resolver los problemas.
Llegaron a comprender que sólo el reino de Dios podía efectuar con éxito la enorme tarea de eliminar la guerra, la falta de
honradez, la injusticia y todas las otras plagas de este siglo veinte. Ahora quieren ser misioneros para esparcir las buenas
nuevas de este Reino tan extensamente como sea posible.
El curso de Galaad
¿Qué hallaron estos estudiantes cuando llegaron a la Escuela de Galaad? Mucho trabajo, pero era remunerador.
“¡Había tanto que estudiar!”, dijo con voz jadeante un estudiante. Se estudió toda la Biblia capítulo por capítulo, y también
consideramos en detalle cosas como doctrinas bíblicas, leyes bíblicas e historia bíblica. Un anciano cristiano que lleva
muchos años sirviendo en tal capacidad consideró con ellos el tema “Dando consejo de la Palabra de Dios”. Otro
hermano, con muchos años de experiencia como orador público, les ayudó a mejorar en la lectura y el arte de la oratoria.
Un instructor, quien había sido misionero en las Filipinas y en Vietnam, dio una serie de lecciones sobre los problemas
cotidianos de la vida misional.
Los estudiantes también disfrutaron de escuchar los discursos que pronunciaron miembros del Cuerpo Gobernante de
los Testigos de Jehová, incluso el discurso intitulado “Fidelidad bajo persecución”, que pronunció Martin Poetzinger, quien
pasó muchos años en campos de concentración nazi debido a su fe. Y el presidente de la Sociedad Watchtower, Fred
Franz, pronunció dos conferencias en las que analizó cómo opera el espíritu santo.
¿Qué opinan de la Escuela los estudiantes? Para Tim Lockwood, del estado de Nueva York, el amor y la aptitud
docente de los instructores es un recuerdo feliz que llevará consigo a su asignación en Panamá. Tim Kinyon y su esposa,
Yvonne, llevarán a su nuevo hogar en la República Dominicana un entendimiento más profundo de cómo opera el espíritu
de Jehová sobre Su organización.
Catharina Witholt, la esposa de Martin, dijo que el estudiar en Galaad era “como llegar a conocer la verdad otra vez”,
mientras que a Tom Gilmore le impresionó lo práctico de los cursos. Por ejemplo, un orador alistó catorce grandes
problemas a los que usualmente se enfrentan los nuevos misioneros en sus asignaciones. “Esa información es valiosa”,
dijo Tom. “¡Hombre prevenido vale por dos!” Mary, la esposa de Tom, dijo que en Galaad le habían enseñado a ser mejor
estudiante de la Biblia. “Ahora sé cómo usar la literatura bíblica para extraer de la Biblia verdaderas ‘joyas’”, dijo ella.
En resumen, los estudiantes provinieron de seis países y fueron enviados a dieciséis países. Seguramente Jehová está
bendiciendo la predicación de las buenas nuevas del Reino alrededor del mundo al entrenar a estos excelentes misioneros
nuevos para llevar a cabo la obra.—Mateo 24:14.
La clase se graduó el 12 de septiembre en el Salón de Asambleas de los testigos de Jehová, en Queens, Nueva York.
Los estudiantes presentaron un programa instructivo y entretenido para la numerosa familia de Betel de Brooklyn y
también escucharon algunos consejos finales de sus instructores y otros oradores. El presidente de la Sociedad habló
sobre el tema “Unidos bajo un pastor que es mayor que el rey David”. Después los estudiantes partieron hacia sus
distantes asignaciones. Aunque el tiempo que pasaron en la Escuela de Galaad se ha convertido en tan solo un recuerdo,
éste es uno que atesorarán toda su vida. ¡Que Jehová los bendiga mientras se unen a los miles de graduados de las
clases de Galaad anteriores, quienes todavía están sirviendo fielmente de tiempo completo en el campo, que es el mundo!
—Mateo 13:38.
[Fotografía en la página 24]
ESCUELA BÍBLICA DE GALAAD DE LA WATCHTOWER
Clase núm. 73, septiembre de 1982
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Gómez, L.; Gilmore, M.; Koh, Y.; Murakami, L.; Dela Cruz, N.; Stanzen, N.; Stubenvoll, C. (2) Payne, J.; Koh, C.;
Sowers, C.; Kinyon, Y.; Bailey, G.; Witholt, I.; Elb, A. (3) Sowers, R.; Shannon, J.; Madsen, S.; Ferguson, C.; Garland, R.;
McClung, P.; Gómez, S. (4) Stanzen, G.; Kinyon, T.; Currie, K.; Garland, D.; Richards, B.; Ford, W.; Stubenvoll, T.; Bailey,
C. (5) Payne, J.; Stringer, R.; Witholt, M.; Gilmore, T.; Lockwood, T.; Richards, S.; Elb, T.
*** w83 1/7 págs. 30-31 Celebración de 40 años de entrenamiento misional ***
Celebración de 40 años de entrenamiento misional

SI USTED hubiera estado por los alrededores del Salón de Asambleas de los testigos de Jehová en Queens, Nueva
York, el 6 de marzo de 1983, tal vez se hubiera preguntado a qué se debía el entusiasmo. ¡Una multitud de
2.000 personas visiblemente contentas entraba a raudales, sin interrupción, en el salón para presenciar la graduación de
los 38 estudiantes que constituían la 74 clase de Galaad!
Las ceremonias seglares de graduación a menudo son poco más que discursos aburridos, llenos de frases
estereotipadas. Las graduaciones de Galaad, sin embargo, son singulares. A los graduados de esta clase, por ejemplo, se
les ha enviado como misioneros a 16 países. Las personas que se interesan en la predicación de las buenas nuevas del
Reino no pueden menos que emocionarse por ello. Y el presidente de los actos de graduación, A. D. Schroeder, miembro
del Cuerpo Gobernante, explicó que esta graduación señalaba 40 años de tal entrenamiento misional. Desde el 1 de
febrero de 1943, cuando se inauguró la escuela, más de 6.000 estudiantes procedentes de más de 50 países han pasado
por esta escuela. Sin embargo, el predicar en algún país del extranjero presenta varios desafíos. De modo que diversos
oradores que tomaron parte en el programa dieron consejo pertinente a los futuros misioneros.
“La humildad puede salvaguardarles”, dijo Martin Poetzinger. Cuando lleguen a sus respectivas asignaciones, los
misioneros encontrarán nuevas personas con quienes trabajar. “No podemos transformar a la gente”, dijo
Martin Poetzinger, pero mediante la humildad podemos “hacer los ajustes en nosotros mismos” para tratar con las
personas. Max Larson, miembro del Comité de la Fábrica, aconsejó a los estudiantes: “Piensen como misioneros”. Nunca
deberían ni siquiera abrigar la idea de abandonar sus asignaciones, aconsejó él, sino que en vez de eso, deberían afrontar
cada problema con la resolución de permanecer en el lugar al que se les asignó.
Los instructores, U. V. Glass y J. Redford, habían trabajado diariamente con los estudiantes por cinco meses. Por eso
U. V. Glass animó a los misioneros a ser como el apóstol Pablo, quien estuvo dispuesto a ‘derramarse’ por otras personas.
Habló acerca de una joven misionera que comenzó a servir junto con su esposo en la obra de circuito en el sur del océano
Pacífico. A esta hermana bastante refinada no se le hizo fácil viajar por la selva y subir colinas a pie hasta quedar
totalmente agotada. No obstante, perseveró en su trabajo y derivó satisfacción de ayudar a sus hermanos y hermanas. De
igual manera, Jack Redford animó a los misioneros a “tomar las cosas como vienen”... que pudiera envolver alguna
dolencia, incomodidad, molestia e incluso enfermedad. Pudiera ser que a veces echaran de menos cosas de poca
importancia... como su gaseosa favorita. Pero si mantenían los ojos fijos ‘en las cosas que no se ven’, a pesar de eso
podrían derivar deleite de sus asignaciones. (2 Corintios 4:16-18.)
Theodore Jaracz y Milton Henschel, miembros del Cuerpo Gobernante, también dieron algunos consejos afectuosos.
Jaracz recordó a los estudiantes el caso de los israelitas que, aunque habían visto plagas milagrosas y la división del mar
Rojo, olvidaron a Jehová (Deuteronomio 6:10-12). Milton Henschel desarrolló sus comentarios en torno a Eclesiastés 7:12,
donde se contrasta el dinero con la sabiduría piadosa. En algunos países la inflación ha hecho que el dinero sea todo
menos útil. Sin embargo, la sabiduría que los estudiantes habían adquirido se podía ‘esparcir’ para beneficiar a muchas
personas. (Proverbios 15:7.)
Por último, el presidente de la Escuela de Galaad, F. W. Franz, explicó con todo detalle el tema “La organización de
Jehová”. Recordaba el tiempo en que el pueblo de Jehová no entendía claramente la necesidad de que hubiera una
organización. No obstante, a medida que fue aumentando nuestro entendimiento de la Biblia llegamos a ver que realmente
había solo dos organizaciones... la de Jehová y la de Satanás. Por lo tanto, exhortó a los misioneros a adherirse a la
organización que Jehová está utilizando.
Por la tarde los estudiantes presentaron un emocionante programa de diapositivas en el que mostraron la historia de la
Escuela de Galaad. También presentaron un conmovedor drama del día moderno, que describió de modo realista algunos
de los problemas que tienen muchos padres para comunicarse con sus hijos.
Estamos seguros de que estos misioneros graduados se ajustarán a sus nuevos hogares y harán una excelente
contribución al progreso de la obra mundial de predicar. Los que les han precedido ciertamente lo han hecho.
[Fotografía en la página 30]
La familia del Betel de Brooklyn asiste a los actos de graduación en el 40 aniversario de la Escuela Bíblica de Galaad de la
Watchtower
*** g83 22/6 págs. 13-15 Galaad... ¡sigue adelante con éxito después de cuarenta años! ***
Galaad... ¡sigue adelante con éxito después de cuarenta años!

CINCO AÑOS. Al principio parecía que la Escuela de Galaad sólo duraría esa cantidad de tiempo. Los fondos eran
limitados, y el presidente de la escuela se preguntaba si siquiera podrían hallarse suficientes estudiantes que estuvieran
dispuestos a matricularse. Hoy 6.000 estudiantes tienen la singular distinción de ser graduados de Galaad. Pero ¿qué
clase de escuela es ésta? ¿Y a qué debe su éxito?
La Escuela de Galaad se fundó en medio de la agitación de la segunda guerra mundial. A los testigos de Jehová se les
había hecho objeto de persecución enconada por todo el mundo. En varios países se habían cerrado las oficinas de
sucursal de la Sociedad Watch Tower. Por consiguiente, el entonces presidente de la Sociedad Watch Tower, J. F.
Rutherford, temía que se cerraran las oficinas centrales de la Sociedad, en Brooklyn, Nueva York. Así que en 1941 hizo
arreglos para la construcción de un enorme edificio de ladrillos en una granja del norte del estado de Nueva York, E.U.A.,
para alojar al personal de las oficinas centrales en caso de que surgiera una emergencia de esa índole. Rutherford puso al
edificio el nombre de Galaad (que significa “montón de testimonio”), que se deriva del nombre de un lugar bíblico que se
menciona en Génesis 31:48, 49. El nombre, que se cinceló sobre la entrada del edificio, resultó ser profético.
John Booth vivió en Galaad y recuerda: “Solo tres fuimos asignados a vivir allí en septiembre de 1941. Y yo recibí una
habitación en la que viví por los siguientes 28 años [...] Pero después que Nathan Knorr llegó a ser presidente [en 1942],
otros miembros del personal de la granja también se instalaron en el edificio”. Knorr, sin embargo, previó un uso más noble
para el edificio.
Por muchos años el presidente de la Sociedad había servido como el portavoz principal de los testigos de Jehová. Pero
Knorr quería que todos los Testigos pudieran hablar individualmente de la verdad con otras personas. De modo que, como
parte de un vasto programa educativo, hizo arreglos para establecer una escuela que adiestrara y enviara evangelizadores
a todas partes del mundo. ¡El edificio medio ocupado de Galaad era sencillamente perfecto para albergar una escuela
como ésa! Apropiadamente, Knorr decidió conservar el nombre de Galaad para la escuela misma. Pues un gran testimonio
mundial se amontonaría como resultado.
En diciembre de 1942 se enviaron unos cuestionarios confidenciales a un sinnúmero de ministros de tiempo completo
que satisfacían los requisitos fundamentales para matricularse. Se escogió a cien de ellos para la primera clase... ¡y se les
dio solo unos cuantos días para presentarse! Así que ellos viajaron en automóvil, tren y autobús desde todas partes de los
Estados Unidos, y todos llegaron antes de que se convocaran las clases el 1 de febrero de 1943.
¡La escuela ha sido un éxito rotundo! Los misioneros adiestrados en Galaad han ayudado a establecer firmemente el
cristianismo en varias partes del mundo donde todavía no había llegado el mensaje de la Biblia. Las contribuciones
generosas han hecho posible que la escuela no solo haya durado más de cinco años, sino que también se haya invitado a
estudiantes de todas partes del mundo. Hasta la fecha, a Galaad han asistido estudiantes procedentes de más de 50
países, y a éstos se les ha asignado a servir en más de cien países del extranjero.
La escuela hoy día
A fin de tener un contacto más estrecho con el personal de las oficinas centrales de la Sociedad, en 1961 se mudó la
escuela a Brooklyn, Nueva York. El libro de texto fundamental de la escuela es la Biblia. Mediante informes y
consideraciones en clase, los estudiantes disfrutan de un análisis, capítulo por capítulo, de la Biblia. Otros cursos enseñan
doctrinas fundamentales de la Biblia e historia bíblica. A los estudiantes también se les da la oportunidad de perfeccionar
sus técnicas de enseñanza por medio de participar en la predicación.
Los que terminan el programa de instrucción de cinco meses emplean de modo muy especial lo que han aprendido. En
la graduación de la primera clase, Nathan Knorr explicó: “Su obra principal es predicar el evangelio del Reino de casa en
casa, como lo hicieron Jesús y los apóstoles”. Los 38 estudiantes de la clase número 74, que acaban de graduarse,
planean hacer eso en 16 países. Tal como Jesús predijo, las buenas nuevas se están esparciendo “hasta la parte más
lejana de la tierra”. (Hechos 1:8.)
¿Qué ha movido a esos misioneros a dedicarse a un modo de vida como ése? Un estudiante del Asia recuerda a un
misionero que formó parte de la octava clase. Éste “estaba dispuesto a afrontar los enjambres de mosquitos y la humedad
sofocante. [...] Aún más impresionante era su habilidad de hacer presentaciones tanto en chino como en malayo, aunque
era de Inglaterra. [...] Su calma y confianza me estimularon a querer llegar a ser misionero cuando creciera”.
De igual manera, Felix Okpalefe relata cómo recibió ayuda de Peter Obarah, graduado de la clase número 38 de
Galaad. En cierta ocasión a Felix se le asignó como ministro de tiempo completo a una región de Nigeria donde las
condiciones de vida eran miserables. Por eso le dijo a Peter: “Si permanezco en este lugar, ¡voy a morir!”. El misionero, sin
embargo, instó a Felix de modo convincente a quedarse allí, lo cual éste hizo. Felix no solo no murió, sino que recibió
ánimo para ir en pos de un privilegio de servicio aún más difícil... ¡el de ser misionero!
Pero ¿tendrán éxito como misioneros los graduados de esta clase de Galaad? Una indicación de que sí lo tendrán es la
manera positiva como han respondido a la instrucción que han recibido. Cierto estudiante dijo: “El poder recibir este
adiestramiento en Galaad ha sido un privilegio muy grande. [...] Nos ha acercado aún más a Jehová”. Otro mencionó: “Ha
sido el tiempo más feliz de nuestra vida”. Y todavía otro dijo: “Hemos estado aquí embebiendo el espíritu de Jehová, y
edificándonos y fortaleciéndonos. Y aunque al principio sólo estaremos enseñando a la gente las verdades fundamentales,
ahora vemos el valor del profundo estudio personal que nos ha de sostener en nuestras asignaciones”.
Aunque ya tiene 40 años, la Escuela de Galaad, a pesar de su comienzo humilde, continúa teniendo éxito de maneras
que sobrepasan las perspectivas humanas. Y esto sólo puede atribuirse a la bendición de Jehová. Adondequiera que se
les haya asignado, los estudiantes de la clase número 74 pueden estar seguros de Su apoyo. Por supuesto, harán todo lo
que puedan para tener éxito en su asignación. Después de todo, pueden imitar el maravilloso registro de 40 años de los
graduados anteriores.
[Fotografía en la página 15]
Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Clase núm. 74 marzo de 1983
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
1) Bailey, P.; Guerreiro, F.; Blankenship, R.; Mumma, C.; Larson, J.; Agnew, C. 2) Briggs, A.; Okpalefe, F.; Anderson, C.;
Woolston, M.; Jorge, B.; Ascencao, L. 3) Underwood, S.; Ward, B.; Blankenship, L.; Frisbee, G.; Jorge, F.; Petruzzi, G.;
Petit, M. 4) Ward, B.; Ascencao, R.; Mumma, hijo, J.; Woolston, hijo, R.; Blythe, P.; Ashoff, M.; Guerreiro, R.;
Nwogwugwu, G. 5) Frisbee, B.; Ashoff, D.; Anderson, G.; Donna, K.; Blythe, A.; Underwood, D.; Weller, A.; Petit, C.;
Crespo, J.
*** w83 1/12 pág. 30 Misioneros de Galaad... ¡diferentes de manera singular! ***
Misioneros de Galaad... ¡diferentes de manera singular!

¡LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ son diferentes! Este hecho se recalcó repetidamente en los ejercicios de graduación de
la clase 75 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, celebrados el domingo 11 de septiembre. Un auditorio de
2.023 personas escuchó atentamente a medida que cada orador exhortaba a los misioneros que se graduaban a continuar
en su posición singular como representantes leales de Jehová Dios.
En sus declaraciones de introducción, el presidente del programa, Karl F. Klein, dejó claro el hecho de que los testigos
de Jehová son verdaderamente diferentes. Éste dijo: “Muy pocas organizaciones religiosas de los Estados Unidos envían
misioneros de la manera como Jesús dijo que debía hacerse” (Mateo 28:19, 20). Y las pocas que envían misioneros
generalmente hacen arreglos para que éstos se concentren en asuntos seglares, económicos y sociales, o se convierten
en activistas políticos o misioneros que prestan servicios médicos. “Los pocos que sí predican —dijo Klein— no tienen
nada que decir en cuanto a la importancia del nombre de Jehová o acerca de las buenas nuevas del Reino.” “Pero, no hay
duda alguna de que a todos los testigos de Jehová se les enseña a predicar el Reino de Dios, y en especial logramos esto
con la ayuda de nuestra escuela misional de Galaad.”
L. A. Swingle, otro miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, señaló a lo atractiva que era la clase...
especialmente en sentido espiritual. “A nuestros ojos y a los de Jehová —dijo el hermano Swingle a los estudiantes—
ustedes son un hermoso grupo de Testigos, pues han completado su curso de estudios aquí y han aceptado una
asignación para ir a las partes lejanas de la Tierra.”
Los estudiantes también recibieron consejo de despedida de sus instructores. Señalando al hecho de que Isaías se
comparó a sí mismo con una flecha pulida, en Isaías 49:2, U. V. Glass recordó a los estudiantes que ellos también habían
sido entrenados y preparados adecuadamente, y que podrían ser un arma formidable en las manos del Rey-Guerrero,
Jesucristo. El instructor Jack Redford exhortó a la clase: “Vivan de acuerdo con su buen nombre —graduados de Galaad—
por medio de dar testimonio en los países a los cuales se les envía”.
C. W. Barber, miembro del Cuerpo Gobernante, grabó en los estudiantes la necesidad de tomar en serio sus
asignaciones. R. Wheelock, uno de los discursantes, señaló al éxito que han tenido misioneros anteriores por seguir el
ejemplo de Jesucristo.
Por medio de comparar a los graduados con los antiguos gabaonitas, quienes estaban resueltos a servir a Jehová,
L. K. Greenlees, otro miembro del Cuerpo Gobernante, aconsejó: ‘Resuélvanse a ser como aquellos gabaonitas. Atesoren
su asignación y dedíquenle su interés más industrioso’.
El programa de la mañana fue coronado por el discurso de F. W. Franz, presidente de la Sociedad Watch Tower y de la
Escuela de Galaad. Al hablar acerca del tema “Un tiempo para resplandecer”, atrajo la atención al hecho de que los
estudiantes ya habían estado resplandeciendo como ministros precursores en el campo de la testificación. “Debido a su
entrenamiento en Galaad —dijo él— están mejor equipados, como nunca antes, para ir y dejar resplandecer su luz y
mostrar lo poderosa que es la agencia que Dios está usando en la forma de la Escuela Bíblica de Galaad de la
Watchtower.” Los estudiantes recibieron después sus diplomas en medio de aplausos sinceros.
Los estudiantes presentaron el programa de la tarde. Después de contestar las preguntas del estudio de La Atalaya,
presentaron un programa musical que tenía como tema “Canten alabanzas a Jehová en toda la Tierra”. Éste resumió la
historia de la música que han usado los testigos de Jehová en los pasados 100 años y mostró que los Testigos han sido
verdaderamente diferentes del mundo... aun hasta en las melodías y la letra que cantan.
La representación de un drama bíblico por parte de los estudiantes concluyó el programa. Llenos de gozo por poder
servir a Jehová de esta manera especial, y con una oración de gracias y de petición por la bendición de Jehová sobre
ellos, los 38 estudiantes partieron... deseosos de ir a los 17 países adonde se les ha asignado.
*** g83 8/12 págs. 25-27 Galaad... ¡la escuela que los estudiantes aman! ***
Galaad... ¡la escuela que los estudiantes aman!

“A MÍ no me gustaba mucho la escuela”, dijo Curtis, al rememorar sus días de estudiante de secundaria. “Tampoco me
gustaba la universidad.” Continuó: “Pero eso fue antes de que llegara a ser testigo de Jehová”. Al explicar el porqué, su
esposa, Kathy, agregó: “En la secundaria, la información que enseñan no parece tener valor práctico inmediato. Y una
persona que es tímida, como yo, tiene que valerse por sí misma. En verdad, los 12 años que asistí a la escuela me
decepcionaron”.
Sin embargo, tanto Curtis como Kathy, de 31 y 32 años de edad respectivamente, acaban de graduarse de otra
escuela... la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Dice Kathy: “Galaad es diferente. Los instructores en verdad se
preocupaban por nosotros y mostraban interés personal en cada estudiante. Esto fue sumamente provechoso, ya que me
ayudó a percibir claramente mi meta en la vida”.
El caso de otros dos estudiantes, Michael y Sheryl, ambos de 27 años de edad, es similar. Dice Michael: “En la escuela
secundaria existe un espíritu de competencia, y en realidad no conduce al aprendizaje. Pasé mucho trabajo en la escuela
y me alegré cuando terminé los estudios”. “La razón —dice Sheryl— es que hoy día hay muchos estudiantes a los que no
les importa lo que hacen. Con frecuencia los profesores quieren ser como los estudiantes, y cualquiera que sea diferente
sencillamente se siente fuera de lugar.” “Pero en Galaad uno tiene un propósito”, añadió Michael. “El propósito de ésta es
ayudar a uno a efectuar el trabajo que uno ama. Se aprende a ayudar mejor a la gente... a interesarse en ella. Siempre he
querido participar en la obra de predicar de tiempo completo, y el curso de Galaad recalca cómo podemos servir
cabalmente a Jehová prescindiendo de lo que otras personas hagan.”
Para ambas parejas el entrenamiento que recibieron en Galaad está bien fresco en su mente. Ellos estuvieron entre los
38 estudiantes que se graduaron el domingo 11 de septiembre, durante los ejercicios de graduación que se celebraron
ante un auditorio de 2.023 personas reunidas en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová de Queens, Nueva
York. Las sesiones se transmitieron por microondas para que otros centenares de hermanos y hermanas oyeran y vieran
el programa por televisión en el Betel de Brooklyn.
Pero, precisamente, ¿qué es Galaad? ¿Y por qué es la escuela que los estudiantes aman?
Lo que Galaad es
Según el instructor Jack Redford, “Galaad es una escuela preparada y patrocinada por la Sociedad Watchtower Bible
and Tract de Nueva York con el fin de entrenar a los que están deseosos de participar en la obra misional en el extranjero.
En su curso de cinco meses de duración, el libro de texto fundamental es la Biblia, y los estudiantes, que ya son ministros
con experiencia y están versados en la Biblia, reciben entrenamiento intenso que les ayuda a adquirir un entendimiento
más profundo de la Biblia y les prepara para enseñar de las Escrituras; también se les enseñan temas prácticos
relacionados con la vida cotidiana de algún país extranjero”. Los estudiantes reciben este entrenamiento, además de
comida y alojamiento gratis.
La Escuela ofrece cinco cursos básicos: Escrituras Hebreas, Escrituras Griegas, Organización Teocrática,
Fundamentos de Historia Bíblica y Servicio Misional. “En los cursos de las Escrituras Hebreas y Griegas se considera la
información fundamental de cada libro de la Biblia”, comenta Redford. “En Fundamentos de Historia Bíblica se considera la
historia de la religión e información de fondo referente a la historia mundial que ayudará a los estudiantes a entender las
profecías bíblicas. En Organización Teocrática se estudia paso a paso la historia de la organización de Dios desde sus
comienzos en la antigüedad hasta ahora. Servicio Misional trata sobre los problemas reales a los que se enfrentan los
misioneros al vivir en el extranjero.”
De las 75 clases que ha habido desde que se fundó la Escuela en febrero de 1943, se han graduado un total de 6.067
estudiantes. Los estudiantes, procedentes de muchos países, han sido enviados a otros países donde se necesitan más
misioneros. Estos misioneros ciertamente han tenido en cuenta el mandato de Jesús: “Por lo tanto vayan y hagan
discípulos de gente de todas las naciones [...] enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado”. (Mateo
28:19, 20.)
Los estudiantes de la recién graduada clase 75 vinieron de Canadá, Finlandia, Francia, Ghana, Nueva Zelanda,
Suecia, los Estados Unidos y Venezuela. Dos estudiantes regresarán a los países donde vivían y el resto será enviado a
15 diferentes países para efectuar una obra especial como misioneros. Por ejemplo, Curtis y Kathy han recibido una
asignación para servir en la isla de Dominica, en el Caribe. Michael y Sheryl están deseosos de comenzar su asignación
en Taiwan, donde tomarán un curso intensivo para aprender chino mandarín.
Alumnos y ex alumnos la aman
Los alumnos aman tanto a Galaad que Leena, estudiante procedente de Finlandia, preguntó: “¿No podrían prolongar el
curso por unas semanas más?”. Algo que ella apreció en especial fue el haber conocido y hablado con muchos graduados
de clases anteriores, quienes visitaron el Betel de Brooklyn en camino a las recientes asambleas de distrito de los testigos
de Jehová, o a su regreso de éstas. Ella exclamó: “¡Fue algo muy emocionante! El simple hecho de hablar con los
misioneros que estaban de visita nos ayudó a estar mejor preparados para nuestra asignación en el extranjero”. Estos ex
alumnos de Galaad, muchos de los cuales han estado en sus asignaciones durante muchos años, todavía recuerdan con
cariño a la escuela que tanto amaron.
“Todavía recuerdo cuando estuvimos en Galaad allá para el 1945”, dice Dora. Ella y Dorothea, su compañera en el
servicio misional, se graduaron de la cuarta clase, compuesta de 104 estudiantes, en febrero de 1945. “El plan de estudios
era un poco diferente en aquel entonces”, recuerda Dora. “¡Pero los instructores eran sencillamente maravillosos!
Verdaderamente se interesaron en nosotros individualmente.” ¿Resultó ser verdaderamente práctico el curso y les ha
ayudado durante los casi 40 años en que han sido misioneras en Chile? “Oh, sí”, dice Dorothea. “Aprendimos a llevarnos
bien con las personas. Se nos entrenó a hablar con buen volumen y a expresarnos con claridad; a estudiar y aprender por
nosotras mismas. Y nosotras hemos usado los mismos métodos al enseñar acerca de la Biblia a otras personas.”
“Galaad es un arreglo maravilloso”, dice Jessica, quien es natural de los Países Bajos y ha estado sirviendo como
misionera en Ecuador. “Todo lo relacionado con Galaad es beneficioso. Galaad edifica a tal grado que el estudiante está
preparado para aceptar cualesquier diferencias y para tratar con cualesquier problemas que se le presenten.” Ollie, que
fue asignado a Alto Volta, concuerda: “Es un curso que se apega mucho a la realidad”, dice él. “Ayuda y anima a uno
muchísimo. Aunque el misionero esté a miles de kilómetros de distancia, la Sociedad sigue muy interesada en éste y
amorosamente le ayuda a permanecer en su asignación.”
A pesar de que los requisitos para ingresar en esta escuela son elevados, centenares de aspirantes siguen aguardando
con la esperanza de que se les invite a asistir a la Escuela de Galaad. Muchos de los graduados habían llenado varias
solicitudes durante cierta cantidad de años antes de que por fin fueran aceptados. Pero, eso es precisamente lo que uno
esperaría de una escuela que los estudiantes aman.
[Fotografía en la página 27]
Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Clase núm. 75—septiembre de 1983
En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Schavers, L.; McLeod, G.
*** w84 15/6 pág. 9 Graduados de Galaad... “cartas de recomendación” ***
Graduados de Galaad... “cartas de recomendación”

EN LA mañana del domingo 4 de marzo un total de 1.995 personas se reunieron en el Salón de Asambleas de los
testigos de Jehová en el condado de Queens, en la ciudad de Nueva York. Era el día de graduación para los 40 alumnos
de la clase 76 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Dos días antes de la graduación, el viernes,
1.040 personas se reunieron en la hacienda de la Sociedad Watchtower, a unos 160 kilómetros (100 millas) al norte de la
ciudad de Nueva York, y vieron de antemano parte del programa de graduación. También oyeron los discursos
pronunciados por Leo Greenlees y Theodore Jaracz, miembros del Cuerpo Gobernante.
Karl Klein, agitando una batuta blanca, inició los ejercicios de graduación del domingo, dirigiendo a los del auditorio
mientras cantaban el cántico 155 del nuevo cancionero de la Sociedad Watchtower. (Los demás cánticos también se
escogieron del nuevo cancionero y todos disfrutaron de ellos enormemente.) Después que Daniel Sydlik hizo la oración, el
presidente del programa, Carey Barber, hizo referencia a la pregunta que Pedro planteó a Jesús: “Nosotros hemos dejado
todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros realmente?”. Barber aplicó a los misioneros la respuesta de
Jesús: “Todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o tierras, por causa de mi
nombre, recibirá muchas veces más y heredará la vida eterna”. (Mateo 19:27, 29.)
Lloyd Barry, ex misionero en el Japón, animó a los estudiantes a que se esforzaran por aprender un nuevo idioma. “Al
principio —dijo él— las palabras nuevas estarán dando vueltas en la cabeza, guruguru (vuelta tras vuelta) como dicen los
japoneses, a medida que ustedes las aprendan botsubotsu (poco a poco). Pero puede que los ojos les empiecen a
pikapika (brillar) cuando comiencen a hablar el idioma y finalmente puedan hacerlo perapera (con fluidez).”
Milton G. Henschel reveló el “verdadero secreto para tener éxito” y alcanzar mayor felicidad. “Es sencillo —dijo él—.
Vaya y comparta las buenas nuevas con alguien. Estará siguiendo el consejo de Jesús de que ‘hay más felicidad en dar
que la que hay en recibir.’” Charles Woody entonces exhortó a los misioneros a que consideraran “como un reto para su
habilidad” los territorios en los que la gente fuera poco receptiva.
Puesto que parte del entrenamiento que los estudiantes reciben en la escuela misional incluye trabajar dos horas y
media casi todas las tardes, de lunes a viernes, Vernon Wisegarver agradeció a los graduados el trabajo que
desempeñaron en 14 diferentes oficinas o departamentos de la Sociedad, y les animó a que ‘siguieran reteniendo el
modelo de sanas palabras’.
Hablaron también los dos instructores de Galaad, Jack Redford y Ulysses Glass. El hermano Redford, ex misionero en
Vietnam, recordó a los misioneros la importancia de la sabiduría. Les preguntó: “¿Aplicarán de manera provechosa su
conocimiento? Estén resueltos a aprender durante toda su vida; aprendan por medio de aguantar con dignidad las afrentas
de la vida”. Entonces el hermano Glass sacó de una bolsa de papel una réplica de una barra de oro, y dijo: “La cualidad
probada de nuestra fe puede ser de mayor valor que el oro. Aunque nuestra carne, como la bolsa de papel, tal vez se
deshaga debido a desgaste físico, edad o enfermedad, aún puede seguir llevando el oro... nuestra fe”.
Un miembro de la familia de Betel que ha servido en Betel por más de 63 años dio el discurso de conclusión del
programa de la mañana... Frederick W. Franz, presidente de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Recordó a los
misioneros que el clero habría de poner en tela de juicio la autoridad de ellos para predicar las buenas nuevas. “Jesucristo
se encaró a este desafío —dijo él—. El apóstol Pablo también. Pablo dijo que las personas a quienes él había enseñado y
que habían llegado a ser discípulos de Cristo eran cartas vivas de recomendación.” El hermano Franz dijo que los
misioneros podían señalar a cartas semejantes y que ‘Jehová gustosamente desplegará las cartas de ellos ante todo el
universo y hará que sean cartas de recomendación de Jehová para las personas resucitadas de entre los muertos’.
La mañana culminó con la distribución de los diplomas. Las asignaciones de los graduados incluyen el África, América
Central, América del Sur y las islas del mar... un total de 16 diferentes países.
Por la tarde, después del estudio de La Atalaya dirigido por David Olson, los estudiantes presentaron un programa
musical que ayudó al auditorio a experimentar un poco de lo que está envuelto en la vida del misionero. Entonces hubo un
drama que recalcó la necesidad de esforzarse por alcanzar privilegios especiales del servicio sagrado.
El programa concluyó con una oración sincera en la que el hermano John Booth pidió que Jehová derramara sus ricas
bendiciones sobre la obra misional de cada graduado.
McLenithan, S.; Kardell, K.; Eaton, T.; Shewkenek, S. (2) Sebenik, E.; Nelson, J.; Hobby, M.; Maves, V.; Van Doorn, A.;
Aho, L.; Burnett, B. (3) Saakwa, K.; Longa, R.; Johansson, T.; Speegle, J.; Mulford, D.; Johansson, E.; McCray, K.;
Dawson, P. (4) Curiel, J.; McLenithan, M.; Aho, H.; Shewkenek, G.; Eaton, W.; Young, B.; Schavers, I.; Burnett, M. (5)
DiGregorio, M.; Sebenik, T.; Speegle, C.; McLeod, J.; Maves, G.; Reed, G.; McCray, C.; Van Doorn, H.; Tagliabue, D.
*** g84 22/5 págs. 25-27 Una graduación diferente ***
Una graduación diferente

LAS ceremonias de graduación han despertado el interés de la gente desde el siglo XIV, pero ninguna ha sido tan
importante para el futuro de la familia humana como las que comenzaron a celebrarse hace más de 40 años en una
comunidad agrícola del nordeste de los Estados Unidos. El 23 de junio de 1943 se graduó la primera clase de misioneros
de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. El 4 de marzo de 1984 se graduó la clase número 76. Y entre esas
fechas, los graduados de la Escuela de Galaad han encabezado la predicación de las “buenas nuevas” del Reino
establecido de Dios hasta “la parte más lejana de la tierra”. (Mateo 24:14; Hechos 1:8.)
Cuando se envió a campos en el extranjero a la primera clase, compuesta de 94 misioneros, había 126.000 Testigos
predicando las “buenas nuevas” en 54 países. Pero ahora hay más de 2.500.000 Testigos que publican con regularidad las
“buenas nuevas” en 205 países. Los 40 recién graduados unirán sus voces a la declaración de las “buenas nuevas” que se
están predicando en 16 de esos países.
¿En qué se diferencia?
¿Qué distingue a una graduación de la Escuela de Galaad? “Varias cosas —contesta Frederick W. Franz, actual
presidente de la Escuela—. Una de ellas es que los graduados de otras escuelas han completado cursos que ellos
mismos han seleccionado y que los han preparado para emprender una carrera en un campo que ellos mismos han
escogido. Pero en la Escuela de Galaad todos los graduados participan en los mismos cursos y otras personas escogen
por ellos la que ha de ser su asignación misional. El Cuerpo Gobernante escoge el curso, además del territorio al cual se
enviará a cada misionero.”
Al principio, los estudiantes de la Escuela de Galaad no se enteraban de cuál sería su asignación misional sino hasta el
día de la graduación, pero en los últimos años lo han llegado a saber a mediados del curso, que dura cinco meses. Eso no
presentó ningún problema para Dominic y Tjitske Busciglio. Cuando ellos recibieron la invitación para asistir a la Escuela
de Galaad, no tenían la menor idea de que serían asignados al país africano de Senegal. “Recordábamos a Abrahán y a
su esposa Sara, quienes también recibieron una asignación de Jehová y no sabían adónde irían a parar —dijo Tjitske,
cuando se refirió al día en que les llegó la invitación—. Mi esposo y yo meditábamos en Hebreos 11:8, donde dice: ‘Por fe
Abrahán, cuando fue llamado, obedeció saliendo a un lugar [...] aunque no sabía adónde iba.’”
Las metas son otra razón por la que una graduación de Galaad es diferente. Para explicar esto, remontémonos en la
historia a la primera ceremonia de graduación de la Escuela de Galaad. Note lo que Nathan H. Knorr, primer presidente de
la Escuela, dijo a los presentes:
“Los hombres de este antiguo mundo, y sus mujeres y niños, atesoran riquezas en la tierra, para asegurarse un lugar
de seguridad. Pero ¿realmente prosperan? Nunca pueden estar seguros contra la destrucción inevitable que vendrá sobre
el mundo entero. Sin embargo, los que han entrado en pacto con Dios atesoran riquezas en el cielo, que no pueden
enmohecerse ni destruirse. Son de valor para con Jehová Dios, que está en el cielo.
”De modo que el trabajo que hacen ustedes, los graduados [de la escuela bíblica], al ir [...] proclamando el mensaje del
Reino [...] donde el mensaje nunca se ha dado [...] es trabajo vital y preliminario al establecimiento del [Nuevo Orden] de
justicia”.
La meta de los graduados de Galaad no es conseguir riquezas materiales o prestigio por medio de un empleo. En vez
de eso, ellos esperan con ansias la graduación como medio de satisfacer su deseo ardiente de predicar las “buenas
nuevas” del Reino de Dios y ‘hacer discípulos de gente de todas las naciones’. Y su asignación misional puede extenderse
hasta el nuevo sistema de cosas, donde habrán de poder enseñar a los resucitados las “buenas nuevas”. (Marcos 13:10;
Mateo 28:19; Juan 5:28, 29.)
Los estudiantes de la Escuela de Galaad no llegan a ser ministros ordenados por primera vez al graduarse. Eran
ministros ordenados mucho antes de asistir a la Escuela de Galaad. Lo que N. H. Knorr dijo a la primera clase, en el
mismísimo primer día de clases, aún es cierto hoy. Dijo:
“NO es el propósito de [esta escuela] equiparlos para ser ministros ordenados. Ya son ustedes ministros y han estado
activos en el ministerio por varios años. Este es un requisito para ingresar [...] El curso de estudios en [la escuela] tiene por
único propósito el de prepararlos para ser ministros más capaces en los territorios adonde van”.
Los graduados de la clase número 76 han estado sirviendo individualmente como ministros ordenados por más de
12 años, como promedio, y 8 de esos años los han pasado en el servicio de tiempo completo. Es interesante el hecho de
que 1 de cada 3 de los graduados, un total de 14 estudiantes, había servido como ministro de tiempo completo en los
hogares Betel de Gran Bretaña, Canadá o los Estados Unidos.
Sam Gjesdal, asignado a Brasil, señaló a un rasgo de la Escuela de Galaad que contribuyó a que la graduación fuera
especialmente significativa. “Las universidades mundanas dan información y el estudiante capta lo que puede —dijo él—,
pero aquí [los instructores] se interesan realmente en uno y quieren ver que a uno le vaya lo mejor posible. Ellos se toman
interés genuino en uno.”
Hasta la ceremonia de graduación fue diferente. No hubo ninguna fanfarria ruidosa para inaugurar el programa. No
hubo ninguna procesión pomposa encabezada por directores de facultades universitarias, cuyos rostros mostraran gran
seriedad. No hubo nadie que desfilara por los pasillos del Salón de Asambleas al son de música estruendosa. No hubo
nadie ataviado con largas togas negras ni birretes cuadrados, adornados con borlas. No, no hubo nada que diera muestra
de que se estaba glorificando a criaturas humanas o a sus logros. En lugar de eso, la gloria y el agradecimiento se
concentraron en Aquel que lo hizo todo posible, Jehová Dios. Las graduaciones de Galaad son verdaderamente diferentes.
[Fotografía en la página 26]
Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower Clase núm. 76, marzo de 1984
En la lista de abajo, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás; y los nombres, alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
1) Berglund, G.; Cortez, G.; Bartlett, B.; Wilson, M.; Vittum, Z.; Thompson, K.; Thompson, R. 2) Miranda, M.; McNeill, K.;
Turincio, A.; Turincio, C.; Busciglio, T.; Donald, S.; Zubeck, M.; Meyer, D. 3) George, D.; Busciglio, D.; Steinlein, A.;
Thrasher, D.; Barreira, J.; George, C.; Etheridge, K.; Hackney, R. 4) Bartlett, K.; McKeel, S.; Cortez, E.; Donald, D.;
Fleet, R.; Berglund, C.; Williams, C.; Gjesdal, S. 5) Meyer, R.; Chappell, B.; Nobiss, J.; Vittum, P.; Wilson, R.; Crawley, W.;
Thrasher, R.; Zubeck, J.
[Recuadro en la página 27]
Descripción de la clase
● Cantidad total de estudiantes ‥‥‥ 40
● Número de países representados ‥‥ 6
● Número de países adonde fueron
asignados los estudiantes ‥‥‥‥‥‥ 16
● Cantidad de hermanos solteros ‥‥‥ 12
● Cantidad de hermanas solteras ‥‥‥ 2
● Cantidad de parejas casadas ‥‥‥‥‥ 13
● Edad promedio ‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥ 30,6
● Promedio de años que llevan
de haberse bautizado ‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥ 12,5
● Promedio de años en el servicio
de tiempo completo ‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥‥ 8,3
*** w84 1/12 pág. 27 Nuevos misioneros... preparados para tener éxito en el campo ***
Nuevos misioneros... preparados para tener éxito en el campo

EL AIRE parecía estar electrizado; ¡tan intenso era el júbilo de las 2.121 personas que se hallaban reunidas en el Salón
de Asambleas de los testigos de Jehová de Queens, Nueva York, el domingo 9 de septiembre de 1984 por la mañana!
¿Con qué motivo se hallaban reunidas? Era el día de la graduación de los 37 estudiantes que componían la 77 clase de la
Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. ¿A qué se debía el entusiasmo? A que estas ceremonias de graduación
siempre brindan a los concurrentes la oportunidad de escuchar discursos inspiradores pronunciados por miembros
responsables del personal de la oficina central de la Sociedad Watchtower, de ver un emocionante drama bíblico y otras
presentaciones edificantes, y participar del gozo de los estudiantes con relación a sus futuras asignaciones misionales.
Ninguno de los presentes quedó desilusionado.
Para comenzar la serie de discursos de la mañana, A. D. Schroeder, miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos
de Jehová, evocó su infancia, diciendo: “Mi padre solía decir: ‘Si tienes que hacer un trabajo, consigue las herramientas
adecuadas y entonces termina bien el trabajo... no lo dejes a medias’”. Explicó que los estudiantes tienen ahora las
herramientas, entre las que se cuentan la útil literatura bíblica de la Sociedad, además de los conocimientos que han
adquirido durante el curso de cinco meses de adiestramiento ministerial. Entonces dio ejemplos de misioneros fructíferos
que hoy día están teniendo éxito en sus asignaciones.
Jack Redford, uno de los instructores de Galaad, dijo lo siguiente: “Los misioneros que tienen éxito usan el cerebro”. Al
referirse al mandato registrado en Mateo 22:37 de ‘amar a Dios con toda la mente’, mostró cómo los misioneros podían
hacerlo. A modo de ejemplo, el hermano Redford señaló las bien pensadas y cuidadosas precauciones que tomó una
pareja de misioneros en cierta parte de África para cuidar de su salud. También elogió a una misionera que lleva muchos
años en Chile y que utilizó su ingenio para predicar, a pesar de haber quedado sorda. “Puede que ustedes los estudiantes
se enfrenten también a desafíos de alguna clase”, dijo el hermano Redford. “Pero cada desafío puede ser muy
remunerador, dependiendo de cómo se enfrenten a él”. El consejo del hermano Redford fue: “Piensen”.
Práctico, también, fue el consejo del otro instructor de Galaad, el hermano U. V. Glass. Comparó a los estudiantes a
plantones en un invernadero, y explicó que ahora estaban a punto de ser transplantados a un ambiente nuevo, pero que
debían “mantener sus raíces plantadas en suelo teocrático”. Aconsejó a los estudiantes que no fueran demasiado
sensibles, ni estallaran en ira cuando aumentaran las presiones. Entonces ofreció algunas sugerencias en cuanto a cómo
aliviar las presiones que se hallan a veces en la vida misional.
John E. Barr, miembro del Cuerpo Gobernante, recordó a los estudiantes que una de las cosas más preciosas que
estarían llevando consigo a sus asignaciones era “el gozo de Jehová” (Nehemías 8:10). “Que éste rebose hasta llenar el
corazón de otros centenares de personas”, dijo él. Leon Weaver aconsejó a los estudiantes que se hicieran ejemplos en
amor y fe, en armonía con 1 Timoteo 4:12. Y Eldor Timm los animó a tener la misma actitud que tuvo Jesús cuando acudió
en ayuda de las personas y dijo: “Quiero”. (Marcos 1:40, 41.)
El último orador de la mañana fue F. W. Franz, presidente de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, quien
habló sobre el tema “Cultiven la mejor amistad de todo el universo”. Al explicar que, de acuerdo con el significado de la
raíz de las palabras que se usan en hebreo y griego para amigo, éstas pueden traducirse “amador”, el hermano Franz
señaló que los estudiantes adquirirían amigos verdaderos si mostraban amor genuino para con las personas a quienes
sirvieran en sus nuevas asignaciones. Pero el hermano Franz recalcó que nunca deberían descuidar el cultivar la mejor de
todas las amistades... la de Jehová Dios.
Para concluir la sesión de la mañana, el presidente del programa, L. K. Greenlees, hizo entrega de los diplomas. Al
auditorio le deleitó enterarse de que los graduandos, procedentes de 7 países, habrían de ser enviados a 13 países
diferentes de África, América Central y del Sur, Asia, Europa y las islas del mar.
Entonces llegó el programa de la tarde. Donald Krebs dirigió la consideración del estudio de La Atalaya para aquella
semana, y los estudiantes ofrecieron comentarios. Después los estudiantes presentaron una serie de escenas animadas
para describir algunos de los rasgos interesantes de su curso de cinco meses. A éstas siguió el punto culminante de la
tarde... un magnífico drama bíblico en el que se representaron las pruebas y bendiciones de Job. Sí, el programa de
graduación fue en verdad una experiencia estimulante en sentido espiritual para todos los presentes.
La Sociedad Watchtower ha invertido mucho tiempo en estos futuros misioneros y les ha dado un adiestramiento
intensivo... pero esto no ha sido sin un propósito. “La Escuela de Galaad los ha preparado para que tengan éxito”, dijo a la
clase uno de los oradores. Ciertamente, estamos seguros de que la 77 clase de Galaad tendrá la bendición de Jehová al
emprender sus nuevas asignaciones misionales.
*** g84 22/11 págs. 18-20 Respondieron a la llamada... por más misioneros ***
Respondieron a la llamada... por más misioneros

“ESPERÁBAMOS al cartero todos los días, llenos de esperanza”, dice Andrew Reed. La carta que esperaban Andrew y
su esposa, Miriam, llegó... la invitación para asistir a la clase número 77 de la Escuela de Galaad, la escuela para adiestrar
y educar misioneros que la Sociedad Watchtower tiene en Brooklyn, Nueva York. Ellos estaban listos para partir.
Paul y Pamela Worcester también estaban listos para partir. “Nos hallábamos en vías de mudarnos para servir donde
hacían falta más predicadores”, dice Paul, al explicar que estaban a punto de mudarse a una congregación pequeña de
Kansas. Pamela añade: “Ya estábamos preparados; estábamos vendiendo algunas cosas y deshaciéndonos de otras. Así
que cuando recibimos la invitación para asistir a Galaad, sencillamente ultimamos los detalles, y en lugar de irnos a
Kansas, vinimos acá”.
¿Qué tienen en común estos hombres y mujeres jóvenes que asistieron recientemente a la Escuela de Galaad? Ellos,
al igual que sus compañeros de clase —un total de 37 estudiantes— estaban listos para venir a Brooklyn a recibir
educación y entrenamiento misional, sí, estaban deseosos de venir. Uno de los estudiantes dijo: “Es un sueño hecho
realidad”. Todos ellos, sin excepción, estaban dispuestos a efectuar cambios en la vida para responder a la llamada.
Así se sentían indudablemente los estudiantes Mark y Patricia Noumair cuando recibieron su invitación para asistir a
Galaad. “Pero —dice Patricia— no fue difícil porque desde el principio habíamos estado esforzándonos por alcanzar esa
meta. Llevábamos una vida sencilla. Teníamos un negocio de limpieza sólo lo suficientemente grande para los dos. Y si
surgían otros clientes que no podíamos atender, se los pasábamos a otras personas.” Vendieron su casa remolque y su
negocio en dos semanas. Mark dice: “Estábamos listos para partir”.
Esta clase de espíritu ha caracterizado a los aproximadamente 6.100 ministros que han pasado por la Escuela de
Galaad desde 1943, el año en que comenzó a funcionar la escuela. Pero ¿por qué querían emprender la obra misional, si
podían ir en pos de una carrera que les proporcionara mayor comodidad, o hasta predicar de tiempo completo en algún
territorio más cerca de su casa?
“Ésa es una buena pregunta”, dice Karen Enns, una de las seis solteras de la clase número 77, que se había
despedido de sus buenas amistades de Alma, Quebec, Canadá. “Me agradaba la gente de Alma, y me encantaba el
territorio. Todo era sencillamente maravilloso. Sin embargo, dije para mis adentros: ‘Puedes hacer más’. No estaba
satisfecha.”
Terry y Karen Medley también disfrutaban de su ministerio antes de asistir a la Escuela de Galaad. Pero buscaron un
nuevo desafío. Terry dice: “No quería estar demasiado cómodo”. Michael y Tracy Berkeley opinaban de igual manera. “No
podíamos, con la conciencia tranquila, sencillamente quedarnos cruzados de brazos”, dice Michael. Como muchos
cristianos fieles del primer siglo, ellos querían hacerse disponibles para participar a un grado mayor en el servicio a Dios.
Dispuestos a ir adondequiera
Todos los que componían la clase vinieron a Galaad sin saber a dónde se les asignaría. ¿Por qué no hizo que estos
estudiantes desistieran de su deseo de venir a Galaad la posibilidad de ser asignados a un país distante donde quizás
hubiera malas condiciones sanitarias? La respuesta arrolladora de la clase fue: “La gente necesita oír acerca de la
verdad”.
Es cierto que algunos de los estudiantes, como Mark y Patricia Noumair, tenían sus reservas antes de solicitar que se
les invitara a Galaad. Pero llegaron a comprender —dice Mark— que “toda asignación tiene ventajas y desventajas”. Mark
y Denise Brandon, también, se habían preguntado a qué clase de condiciones tal vez se enfrentarían. “Pero —dice Mark—
hablamos con algunos misioneros.” Quedaron sorprendidos al ver que aquellos misioneros sencillamente confiaban
muchísimo en Jehová. Estos cuatro estudiantes están muy contentos de servir ahora de misioneros en África.
Indiscutiblemente, estos hombres y mujeres jóvenes tienen fe en que Jehová cuidará de ellos. Sin duda, al ofrecerse
para servir de misioneros no buscan sus propios intereses, sino principalmente los del Reino de Dios (Mateo 6:33). Pero,
en primer lugar, ¿cómo adquirieron el deseo de participar en la obra misional?
“Por la crianza”, dijeron varios de los estudiantes. Considere el caso de Miriam Reed, quien fue asignada con su
esposo a servir en Perú. “Cuando en la revista La Atalaya se publicó la serie de artículos en que se animaba a personas a
ir a América Central —dice ella—, mi padre se mudó, y como familia nos fuimos allá.” La familia —con seis hijos— se
estableció en Nicaragua. Miriam continúa diciendo: “Al principio de nuestra llegada solía trabajar en el servicio con algunas
de las misioneras. Creo que el servir donde hacían falta más predicadores y el trabajar con los misioneros fue lo que
despertó en mí el deseo de ser misionera”.
No todos los que componían la clase 77 de Galaad habían tenido el beneficio de ser criados por padres que los
animaran a llegar a ser predicadores de tiempo completo, mucho menos a ser misioneros. Algunos, como Mark Noumair y
Mark Brandon, llegaron a apreciar el ministerio cristiano sin el apoyo de su familia durante sus años de formación. Ambos
dijeron que los programas de las asambleas preparadas por la Sociedad Watchtower avivaron el interés de ellos en la obra
misional. En otros, como Tracy Berkeley y Larisa Krysuik, influyeron compañeros de su congregación que eran celosos en
el servicio. Evidentemente, no fue un solo factor lo que contribuyó al celo por la obra misional que tienen los estudiantes
de la clase número 77. Ellos simplemente aman el ministerio y están dispuestos a ir hasta los confines de la Tierra para
ayudar a su semejante.
Andrew Reed dice: “A muchísimas personas les encantaría hacer lo que nosotros estamos haciendo. Pero debido a la
edad, la familia o por varias razones válidas, sencillamente no pueden ser misioneros”. Pero los estudiantes de la clase
número 77 podían. Respondieron a la llamada. A medida que estos 37 estudiantes emprenden sus asignaciones
en 13 países diferentes, confiamos en que Jehová bendecirá los esfuerzos de ellos.
[Fotografía en la página 18]
Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower Clase núm. 77, septiembre de 1984
En la lista de abajo, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás; y los nombres, alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
1) Joe, L.; Noumair, P.; Simms, M.; McCaslin, R.; Berkeley, T.; Sahuque, B. 2) Enns, K.; Medley, K.; Brandon, D.; Reed, M.;
Sauvageau, S.; Näslund, M.; Krysuik, D. 3) Porter, J.; Deering, D.; Magnusson, K.; McCaslin, R.; Thomas, A.; Noumair, M.;
Pole, H.; Krysuik, L. 4) Worcester, P.; Worcester, P.; Medley, T.; Thompson, S.; Woodson, A.; Pole, N.; Brandon, M.;
Turner, M. 5) van Bussel, H.; Sauvageau, C.; Berkeley, M.; Reed, A.; Thompson, K.; Deering, J.; Rogers, S.; Berry, E.
[Recuadro en la página 19]
DESCRIPCIÓN DE LA CLASE
Cantidad total de estudiantes .............. 37
Cantidad de países representados ............ 7
Cantidad de países adonde fueron
asignados los estudiantes ................. 13
Cantidad de hermanos solteros ............... 7
Cantidad de hermanas solteras ............... 6
Cantidad de parejas casadas ................ 12
Edad promedio ............................ 30,9
Promedio de años que llevan
de haberse bautizado .................... 13,9
Promedio de años en
el servicio de tiempo completo ........... 8,7
*** w85 1/6 pág. 28 Una ocasión de doble gozo ***
Una ocasión de doble gozo

EL 3 DE MARZO DE 1985 hubo una ocasión de doble gozo, especialmente para los 42 estudiantes de la clase
número 78 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Éste no solo fue el día de graduación —razón de sobra para
estar gozosos—, sino que también fue la primera vez que se celebró la graduación de Galaad en el nuevo Salón de
Asambleas de Brooklyn, que había sido dedicado apenas el día antes.
A las 10.00 de la mañana, una muchedumbre llenaba por completo el salón de 2.400 asientos, la cual estaba
compuesta de los estudiantes que se graduaban, sus parientes y amigos, y, por primera vez en muchos años en una
graduación de Galaad, toda la familia del Betel de Brooklyn. El ambiente estaba lleno de entusiasmo. Y la conversación
que predominaba era acerca de lo hermoso que los hermanos habían reconstruido el salón. Era muy patente que nadie
estaba reprimiendo el gozo y la gratitud de que rebosaba su corazón.
Justamente a las 10.00 de la mañana, Theodore Jaracz, presidente del programa para el día, dio comienzo a la sesión.
Ocasionó un aplauso estruendoso cuando sencillamente comentó: “Es maravilloso estar aquí, ¿no es verdad?”.
Claramente, todos estaban muy de acuerdo con estas palabras.
El tema de la felicidad pareció dominar en la mente de los oradores del día. George Gangas, del Cuerpo Gobernante,
habló sobre el tema “Disfrute de felicidad en el campo misional... ¿cómo?”. Dijo a los estudiantes que se graduaban que tal
como Jehová utilizó a los ángeles en el pasado, “Jehová los utilizará a ustedes para libertar a la gente del cautiverio en la
prisión de Satanás”. ¡Imagínese la felicidad que eso les traerá! Luego Daniel Sydlik aconsejó a los estudiantes a “llevar
consigo a un amigo íntimo” cuando partieran hacia sus respectivas asignaciones en el extranjero. La Biblia es ese amigo.
Pueden depender de ella en sus momentos de necesidad —les dijo él—. Es tan poderosa que a veces solo una oración, o
hasta una palabra, de ella basta para ayudar a alguien. Léanla y préstenle atención diariamente —exhortó a los
estudiantes—, y ayuden a otros a hacer lo mismo.
Robert Wallen, miembro del Comité del Hogar Betel, amplió el tema de la felicidad al instar a los estudiantes a
mantener la actitud de “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí”, y Joel Adams, del Comité del Departamento de Servicio, dijo a la
clase: “Para disfrutar de felicidad al mayor grado, tenemos que estar completamente dedicados a hacer la voluntad de
Dios. Ambas cosas son inseparables”.
Los estudiantes recibieron también de sus dos instructores unos consejos finales. Ulysses Glass les recordó que “la
vida misional no siempre será alegre y fácil”. Relató el drama profético de Elías y Eliseo y los instó a imitar a la clase de
Eliseo del día moderno y a apegarse a su obra hasta terminarla. Jack Redford sorprendió a todos los concurrentes al decir:
“El año pasado conocí a un hombre que no había cometido ningún error en 4.000 años”. Se refería a una momia egipcia
de cierto museo. Claro, el punto era que únicamente los muertos no cometen errores. Pero cuando se nos hace ver
nuestros errores, ¿obramos como Saúl, quien trató de justificar sus errores, o como David, quien pronto admitió los suyos?
¡Estas preguntas realmente nos mueven a reflexionar!
El último orador de la mañana fue el presidente de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, F. W. Franz.
Refiriéndose al establecimiento de la Escuela de Galaad como “un magnífico ejemplo de fe”, contó cómo la escuela ha
encabezado la obra de proclamar las buenas nuevas del Reino por todo el mundo. Ahora los 42 estudiantes de la clase
número 78 tienen el privilegio de ir a 14 países para ayudar en esta grandiosa obra.
Después de recibir sus diplomas, uno de los estudiantes, Gordon Grant, se presentó para leer una carta de aprecio de
la clase. “Nosotros llegamos como hombres y mujeres necesitados, aunque no nos dimos cuenta en aquel momento —dijo
él—. Hoy, al final de solo cinco meses, nos vamos enriquecidos y satisfechos.” Ellos están resueltos a utilizar bien en sus
nuevas asignaciones su adiestramiento y sus riquezas espirituales.
El programa de la tarde comenzó con un abreviado estudio de La Atalaya, en el cual participaron los estudiantes y que
condujo Calvin Chyke, del Comité de la Fábrica. Luego los estudiantes presentaron una animada actuación teatral
compuesta de experiencias y números musicales que destacaban lo que ellos habían aprendido tan solo al observar a la
familia de Betel y al asociarse con ésta y otras personas. Finalmente, representaron un conmovedor drama bíblico basado
en el memorable relato de José y sus hermanos. A muchos concurrentes se les llenaron los ojos de lágrimas.
Cuando el presidente concluyó la reunión del día, todos en el auditorio concordaron de todo corazón en que había sido
maravilloso para ellos estar allí. ¡Sí, había sido un día lleno de buenas cosas espirituales... una ocasión de doble gozo!
*** g85 8/6 págs. 25-27 La Escuela Misional de Galaad... ‘ha preparado nuestros pasos’ ***
La Escuela Misional de Galaad... ‘ha preparado nuestros pasos’

PROVIENEN de seis países diferentes y tienen diversos antecedentes. Entre ellos hay personas que habían sido
carpinteros, ingenieros, maestros de escuela, artistas en el campo de la publicidad, músicos, choferes de camiones, y
hasta un plomero. Sin embargo, tienen una meta en común: predicar las “buenas nuevas del reino” en un país extranjero.
(Mateo 24:14.)
Esta meta los unió durante cinco meses de estudio profundo de la Biblia y adiestramiento intensivo en la Escuela
Bíblica de Galaad de la Watchtower, localizada en Brooklyn, Nueva York. Y sus estudios culminaron en una encantadora
graduación el 3 de marzo de 1985.
El dejar el modo de vivir a que estaban acostumbrados en los países donde estaban a fin de predicar las “buenas
nuevas” a la gente en países extranjeros exigió, naturalmente, ajustes importantes. Imagínese algunos de los sacrificios
que estos futuros misioneros están haciendo: dejar a familia y amigos, aprender un nuevo idioma, y aclimatarse a un
nuevo país, un nuevo hogar y a alimentos diferentes. ¡Estos no son cambios insignificantes!
Pero ¿pueden cinco meses de instrucción realmente equiparlos para un cambio tan brusco en su estilo de vida? ¿Qué
opinan los estudiantes al respecto?
‘Listos para partir’
Cindy, quien, junto con su esposo, fue asignada a Zaire, África, opina que está más preparada ahora que nunca antes.
“Quería ser misionera desde que era niña. Después de haber estado con los demás estudiantes por cinco meses,
realmente estoy lista para partir.” David y Charmaine, que fueron asignados a Ecuador, se expresaron de la misma
manera: “Creemos que ahora estaremos mejor capacitados para adaptarnos a las diferentes costumbres y estilos de vida
de nuestra asignación”.
Claro, el adiestramiento está planeado específicamente con esto en mente. El programa de estudios incluye 1) cuatro
cursos de estudio de las Escrituras que abarcan toda la Biblia, capítulo por capítulo, 2) un curso titulado Organización
Teocrática, y 3) un curso llamado Servicio Misional.
El curso acerca del Servicio Misional es práctico y trata sobre cómo ver de manera realista una asignación en el
extranjero. Cierto estudiante, Glen, comentó: “El curso del Servicio Misional me pareció especialmente útil. Me movió a
examinar repetidas veces mi móvil y preguntarme: ‘¿Por qué estoy aquí?’”. Él y su esposa, Gaylene, se sienten ahora
capacitados para su asignación en Papuasia Nueva Guinea.
Otra estudiante, Pam, apreció lo prácticos que fueron los instructores. “Me ayudaron a ver que, no importa adónde se
nos asigne, va a ser muy diferente al lugar de donde vinimos.” Saipán, una pequeña isla en el Pacífico occidental, será el
nuevo hogar de Pam y su esposo, Peter.
Gordon ha pasado los últimos 12 años en la central de los testigos de Jehová, en Brooklyn, y ha visto a muchos
misioneros que han sido enviados desde la Escuela de Galaad. Ahora, él, también, se ha beneficiado del adiestramiento
de Galaad y servirá de misionero en Hong Kong. ¿Cree él que Galaad lo ha preparado bien para su nueva asignación?
“Los aspectos prácticos de la vida misional que se han enfatizado durante todo el curso me han ayudado a verla de
manera realista —contestó Gordon—. El saber qué esperar es una gran ayuda.”
Reciben sus asignaciones
No fue sino hasta la mitad del curso de cinco meses, la mañana del 3 de enero de 1985, que los estudiantes de la clase
número 78 supieron cuáles serían sus asignaciones en el extranjero. Al principio, la expectativa de ir a países distantes
causó un poco de temor entre ellos. ‘¿Cuán lejos estaré de mi familia? ¿Podré arreglármelas con las diferentes personas,
costumbres y alimentos? ¿Cuánto me tomará entablar nuevas amistades?’
No obstante, estas preguntas se desvanecieron pronto de su mente a medida que meditaban en lo que Jehová ya
había hecho para prepararlos. Sharon, después de recibir la noticia de que ella habría de ir a la República Dominicana, se
sintió así: “Doy gracias a Jehová por considerarme fiel para esta asignación. Estaré en un hermoso y desafiante territorio”.
Ed y Lynda serán misioneros en Zaire, África. Están tan resueltos a hacer de su asignación su hogar que exclamaron: “Si
se nos dijera ahora que no podíamos ir a Zaire, ¡nos sentaríamos a llorar, puesto que nuestro corazón ya está allá!”.
Hacia el campo
Mirando hacia adelante, Wolfgang expresó lo que él y sus condiscípulos sintieron intensamente: “Estoy convencido de
que todos nosotros vemos la importancia de nuestra meta... predicar las buenas nuevas del Reino de Dios sin abandonar
nuestras asignaciones, y trabajar en unidad con nuestros hermanos de las congregaciones para el aumento del Reino”.
Virginia, quien acompaña a su esposo, Tim, hacia África, añade: “El único adiestramiento que se deja a nosotros es la
experiencia misma”.
Pero ¿creen los misioneros experimentados que el adiestramiento que se recibe en la Escuela de Galaad los beneficia
en la práctica misma? Una graduada de hace años, Kathryn, que ha servido por algunos años en las selvas de Papuasia
Nueva Guinea con su esposo, ministro viajante, explica: “El estudio profundo requiere unas cuantas maniobras, ya que
tenemos que hacer arreglos para pasar algún tiempo en casa de alguien que tenga una biblioteca. Nos esforzamos al
máximo en nuestro estudio de La Atalaya. Galaad verdaderamente hizo que nos diéramos cuenta de cuánto podemos
aprender de cada número”.
Mediante la educación que la Escuela de Galaad ofrece, se puede decir que ‘por Jehová los mismísimos pasos de
estos hombres y mujeres físicamente capacitados han sido preparados’. Sí, ellos están listos para hacer un cambio
drástico en su estilo de vida, y están preparados para llevar el mensaje bíblico, dador de vida, hasta los confines de la
Tierra. (Salmo 37:23.)
Descripción de la clase 78
Cantidad total de estudiantes _______________ 42
Cantidad de países representados _____________ 6
Cantidad de países adonde fueron asignados ___14
Cantidad de solteras _________________________ 4
Cantidad de solteros _________________________ 8
Cantidad de parejas casadas _________________ 15
Edad promedio _____________________________ 32,1
Promedio de años que llevan de haberse
bautizado _______________________________ 14,2
Promedio de años en el ministerio de
tiempo completo __________________________ 9,9

[Nota a pie de página]


Revista para el estudio de la Biblia que es compañera de ¡Despertad!
[Fotografía en la página 26]
Clase setenta y ocho de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista de abajo, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres están alistados de izquierda a
derecha para cada fila.
1– Donaldson, C.; Savoniemi, I.; Van Loo, R.; Ross, G.; Kenyon, L.; Loucks, C.; Mickelson, C.; Koch, M. 2– Wortley, L.;
Wondratsch, W.; Seneca, P.; Gleaves, C.; Sierra, N.; Gracia, Y.; Gracia, J.; Crouch, V. 3– Seneca, P.; Hobson, C.; Ellis, G.;
Grant, G.; Fields, L.; Norman, S.; Thompson, S.; Singleton, C. 4– Savoniemi, H.; Gleaves, Jr., K.; Koch, F.; Steiner, M.;
Crouch, T.; Donaldson, R.; Björck, M.; Mathewson, F.; Kenyon, E. 5– Fields, D.; Björck, R.; Loucks, D.; Ross, G.; Hobson,
G.; Van Loo, F.; Mundt, B.; Mickelson, C.; Sensenig, T.
*** w85 1/12 pág. 23 Nuevos misioneros se esfuerzan por alcanzar verdadero éxito ***
Nuevos misioneros se esfuerzan por alcanzar verdadero éxito

EL DOMINGO 8 de septiembre de 1985 fue un día histórico para los 4.351 concurrentes que llenaron el hermoso Salón
de Asambleas de los Testigos de Jehová de Jersey City para presenciar la graduación de la clase número 79 de la Escuela
Bíblica de Galaad de la Watchtower.
El día fue histórico por haber sido la primera ocasión en que se usó el Salón de Asambleas después de su dedicación
oficial. También, fue la primera vez desde 1970 que prácticamente la totalidad de la familia Betel de los Estados Unidos se
congregó bajo un mismo techo. Esta familia, que incluye a los trabajadores de Brooklyn y a los de las haciendas de la
Sociedad, consta ahora de más de 3.500 miembros. Habiéndose completado el Salón de Asambleas de Jersey City, por fin
existe ya un edificio con aforo suficiente para todos.
El día fue histórico especialmente para los 24 siervos jóvenes de Jehová procedentes de 10 países diferentes que
formaban la clase número 79. Habían pasado cinco meses en un curso preparatorio para misioneros y de estudio intensivo
de la Biblia. Según las palabras de Albert Schroeder, el presidente del programa, ellos ahora dejaban de ser estudiantes
de la Escuela Bíblica de Galaad y se convertían en graduados de Galaad.
En el ambiente cómodo y climatizado del Salón de Asambleas, estos 24 nuevos misioneros tuvieron una despedida que
recordarán por mucho tiempo. El presidente de la reunión les recordó que en la Escuela de Galaad habían aprendido
muchas cosas, pero que lo que había recibido principal atención en el curso era algo de mayor importancia: la
espiritualidad. El presidente, entonces, introdujo a varios oradores quienes dirigieron unas últimas palabras a los
graduados.
Carey Barber, miembro del Cuerpo Gobernante, habló sobre la búsqueda de la felicidad. Él les recordó a los graduados
que Salomón halló que los placeres de este mundo no proporcionan la felicidad. (Eclesiastés 2:1-11, 17.) Por eso, Jesús
subrayó la necesidad de los asuntos espirituales en la búsqueda de la felicidad. (Mateo 5:3.) Por lo tanto, los graduados
deberían tener presentes el consejo de Jesús para poder alcanzar el éxito, aun en el caso de tener que renunciar a
algunas comodidades físicas.
El siguiente orador, John Booth, también del Cuerpo Gobernante, recordó al auditorio que Pablo, misionero por más
años, estimuló al joven misionero Timoteo a que continuara progresando en la conducta cristiana, el estudio personal y la
oración. (1 Timoteo 2:1, 8; 4:12-16.) Los nuevos misioneros tienen que progresar de modo similar para llegar a tener éxito.
Entonces, el secretario-tesorero de la Sociedad, Lyman Swingle, mencionó que recientemente había preguntado a unos
misioneros en el Brasil qué consejo les gustaría dar a los nuevos misioneros para ayudarlos a tener éxito. “Dígales —le
recomendaron—, que cuando lleguen a su asignación continúen leyendo la Biblia y estudiándola a fondo.”
David Olson, del Comité del Departamento de Servicio, relató la experiencia de un hombre que supervisó parte del
proyecto que logró colocar a un hombre en la Luna. Posteriormente, esta misma persona se ganó el sustento barriendo
aparcamientos. Él considera un mayor éxito su segunda carrera. ¿Por qué? Porque su nuevo empleo le deja tiempo para
servir a Jehová y atender a su familia. Verdaderamente, los que se deleitan en Jehová, Su ley y Su servicio tienen
verdadero éxito. (Salmo 1:1-3.)
Ulysses Glass, secretario de la Escuela de Galaad, elogió la seriedad y respeto de los estudiantes. Hizo notar el interés
que mostraron en sus estudios y su intenso deseo de llegar a una comprensión total de las cuestiones. Todo ello —dijo—
los ayudaría en su asignación. Jack Redford, instructor de la Escuela de Galaad, agregó que el primer año en la
asignación sería un desafío. No obstante, para tener éxito deberían colaborar estrechamente con otros misioneros, ser
pacientes y cultivar gozo espiritual. (Eclesiastés 7:8, 9.)
El último discursante, el presidente de la Sociedad Watchtower, Frederick Franz, inició su discurso con las palabras:
“¡Valió la pena haber vivido 92 años para estar presente en una ocasión como esta!”. Entonces, relató a los graduados
cómo se estableció la Escuela de Galaad y los exhortó a permanecer fieles en sus asignaciones.
Después de los discursos, los estudiantes recibieron sus diplomas y hubo una pausa para tomar refrigerios. Luego
ofrecieron comentarios en el estudio de La Atalaya correspondiente, dirigido por Dean Songer, del Comité de la Fábrica.
También deleitaron a todos los asistentes con experiencias, música y algunas escenas humorísticas que revelaban el gozo
de haber estado en la Escuela de Galaad y su determinación de procurar “las cosas más importantes”. (Filipenses 1:10.)
Por último, los graduados presentaron el oportuno drama: Busquen la justicia de Dios para sobrevivir.
Y así este día histórico llegó a su fin. Es un día que los estudiantes recordarán por mucho tiempo a medida que
observan los consejos que escucharon y se esfuerzan por alcanzar verdadero éxito en sus asignaciones misionales.
*** g85 8/12 págs. 13-15 Misioneros... gracias al buen ejemplo de algunos ***
Misioneros... gracias al buen ejemplo de algunos

¿QUÉ razón podría mover a alguien, en las postrimerías del siglo XX, a hacerse misionero? Esto es lo que muchas
personas podrían preguntarse al considerar que hoy día lo que más prevalece es el espíritu materialista, escéptico e
irreligioso. Sin embargo, a pesar de la influencia de dicho espíritu, dos veces al año, graduados de la Escuela Bíblica de
Galaad salen con destino a otros países a predicar las buenas nuevas del Reino de Dios. El presente año no ha sido una
excepción. El domingo 8 de septiembre se graduó la clase 79 de Galaad, y todos sus integrantes estaban preparados para
emprender el servicio misional.
Naturalmente, lo que impele a estos nuevos misioneros es una fe firme en Dios, una convicción inalterable en sus
promesas y amor por sus semejantes. Pero, en el caso de muchos, hubo algo más que les dio un impulso adicional y les
hizo desear dedicar el resto de su vida al servicio misional. ¿Qué pudo ser?
Terry, un estudiante proveniente de Australia, nos explica su propio caso: “Desde mi niñez mis padres me ayudaron a
tomar en serio la verdad y a nunca pensar en otra carrera que no fuera la del ministerio de tiempo completo”. Hoy, Terry y
su esposa, Birgit, están agradecidos a sus respectivos padres por haberles ayudado a ser misioneros. Birgit dijo: “En
nuestra familia, la única carrera de la que siempre hablábamos era la del servicio de tiempo completo. Por consiguiente, la
Escuela de Galaad fue siempre una meta”. Ahora, mientras esta feliz pareja se dispone a emprender su servicio como
misioneros en Papua Nueva Guinea, puede verse cómo la enseñanza de sus respectivos padres ha producido magnífico
fruto.
En la clase 79 de Galaad esta experiencia no es única. De hecho, la mitad de la clase atribuye al ejemplo y estímulo de
sus padres el que hayan tenido el deseo de emprender el servicio de tiempo completo. Pablo y Ana, ambos de Inglaterra,
fueron asignados a servir en Liberia. “La actitud desprendida de mi madre —dice Ana— y su entendimiento claro de la
verdad, me ayudaron a evitar que yo fuese tras una carrera seglar y, en su lugar, a fijarme la meta del servicio misional.”
¿Y qué hay de los padres de Pablo? “Estoy convencido —dijo él— de que su ejemplo y sus palabras positivas y
animadoras desde mi juventud fueron para mí la mejor influencia posible a medida que me criaba en la verdad.”
¿Qué hicieron de hecho estos padres para animar a sus hijos a emprender el ministerio de tiempo completo? Phoebe,
quien se crió en Australia, recuerda: “Mis padres a menudo alojaban en casa a precursores especiales, superintendentes
de circuito y otros siervos de tiempo completo”. Ahora ella y su esposo, Eric, van con destino a Haití de misioneros. Otros
estudiantes han imitado el propio ejemplo de sus padres: “Mi abuelo —dice Lars— fue un celoso precursor en Suecia
desde las postrimerías de la década de los años veinte, y mis padres fueron precursores. Ellos sirvieron en Betel y luego
en el servicio viajero. Con frecuencia recibíamos en casa a siervos de tiempo completo”. Emmanuel, quien vino a Galaad
desde Francia, explica que su padre también fue misionero, y ahora tiene la satisfacción de ver a su hijo y a su nuera
emprender la carrera que él tanto ha amado. Emmanuel lo explica en estos términos: “Mi educación siempre ha girado en
torno al servicio de tiempo completo. Aun desde pequeño, yo quería hacer lo que mi papá hacía”. Emmanuel y su esposa,
Marie, han sido asignados a Guadalupe.
Urban, de Suecia, expresó sentimientos muy similares a estos respecto a la influencia que la vida familiar tuvo en su
deseo de llegar a ser misionero. Él dice: “Durante mi niñez, mi madre fue muy celosa en el ministerio. Creo que no influyó
tanto en mí lo que dijo, como lo que hizo —su buen ejemplo—, para que yo deseara dedicar mi vida a servir de tiempo
completo a Jehová. Desde muy temprano en mi vida, el servicio misional se convirtió en la meta que mi madre me
animaba a alcanzar. Por ejemplo, solía decirme que eso era lo que ella hubiese deseado hacer si hubiese tenido la
oportunidad”. Ahora, tanto él como su esposa, Charlotte, verán cumplida su meta al servir de misioneros en Kenia junto
con otros tres compañeros de clase.
¿Qué hay de los que no tuvieron el beneficio de tener padres que les animaran a emprender el ministerio de tiempo
completo? Rick y su esposa, Mari, vinieron a la Escuela de Galaad desde Dinamarca. Ahora esperan servir en Kenia. El
deseo de él de emprender el servicio misional se desarrolló “al leer en La Atalaya y en el Anuario las experiencias de
misioneros fieles”. Bruce y Angelika agradecen el ejemplo y estímulo de otros siervos de tiempo completo. “El que otros te
animen a emprender el ministerio de tiempo completo —comenta Angelika— es un factor absolutamente decisivo para un
joven. Si no hay nadie que te anime, te sientes inseguro. Nuestro superintendente de circuito, quien había sido misionero,
nos confirmó que todo el que esté dispuesto y satisfaga los requisitos para ser misionero tendrá éxito.” Esta pareja de
Alemania estaba ansiosa por emprender su trabajo en St. Kitts, su nueva asignación, tan pronto como fuese posible, una
vez terminada la graduación.
Sirkka, y su esposo Erkki, vinieron a Galaad desde Finlandia. Ella explica lo que la animó a seguir tras el servicio
misional, a pesar de sus temores por tener que aprender un nuevo idioma: “Los que ya estaban en el servicio de tiempo
completo me animaban tan solo por su ejemplo, particularmente uno que había estado en el servicio misional. Él me ayudó
a reconocer que, si yo realmente deseaba ser misionera, aprender un idioma no sería un verdadero problema para mí”.
Ahora esta pareja espera aprender español en Colombia, su nueva asignación.
El ejemplo de ‘fe sin hipocresía’ que hubo en la madre y en la abuela de Timoteo fue lo que le dio a Timoteo la
orientación y el ánimo necesarios para emprender el servicio misional junto al apóstol Pablo. (2 Timoteo 1:5.) Hoy día,
muchos jóvenes se benefician del ánimo y el ejemplo de sus padres, así como de otros hermanos, y por eso deciden
hacer del ministerio de tiempo completo su carrera en la vida. Cuando se le preguntó a Charlotte si ella recomendaba a
otros que siguieran tras la misma meta, dijo: “¡Claro que sí! De no ser así, no lo hubiésemos hecho nosotros. Es una vida
satisfaciente, llena de desafíos, pero también de bendiciones”.
¿Opinan todos los estudiantes que han escogido la carrera apropiada? Erkki resumió el sentir de la clase en estos
términos: “Podemos recibir las más grandes bendiciones si permitimos que Jehová nos use como herramientas en su
mano, dispuestos a ser dirigidos como él prefiera. La Escuela de Galaad nos ha refinado para que le seamos aún más
útiles”.
[Recuadro en la página 15]
Descripción de la clase 79:
Cantidad de países de procedencia: 10
Cantidad de países a los que van asignados: 11
Solteros: 2
Matrimonios: 11
Total de estudiantes: 24
Promedio de edad: 29,5
Promedio de años en la verdad: 12,7
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 8,2
[Fotografía en la página 14]
Escuela Bíblica de Galaad Clase 79, 8 de septiembre de 1985
En la lista de abajo, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás; y los nombres, alistados de izquierda a derecha
para cada fila.
(1) Mattsson, C.; Crudass, A.; Petit, B.; Tomaszewski, M.; Mäkelä, S.; Thompson, A. (2) Thompson, B.; Toivanen, S.;
Östberg, E.; van de Reep, P.; Stephens, M.; Beadle, P. (3) Östberg, L.; Mäkelä, E.; van de Reep, M.; Raivo, J.;
Stephens, R.; Petit, T. (4) Beadle, E.; Crudass, P.; Tomaszewski, E.; Denk, V.; Mattsson, U.; Raivo, J.

*** w86 1/6 pág. 27 Abriendo el camino al Paraíso ***


Abriendo el camino al Paraíso

EN UN día despejado y fresco del mes de marzo, en Nueva Jersey, E.U.A., unas 4.300 personas se congregaron en el
Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová de Jersey City. Vinieron de diferentes partes de los Estados Unidos y de
muchos otros países. Esta reunión especial se celebró gracias a lo que aconteció hace unos 43 años, cuando se
estableció una escuela especial para el adiestramiento de misioneros bajo la dirección del entonces presidente de la
Sociedad Watch Tower Bible and Tract, Nathan H. Knorr.
Esta reunión del pasado mes de marzo fue la graduación de la clase 80 de la Escuela Bíblica de Galaad de la
Watchtower. Pero ¿qué movió a tantas personas a asistir a estos ejercicios de graduación? Fue la anticipada calidad del
programa.
La actitud del misionero,la clave para el éxito
Karl Klein, miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, fue el presidente del programa. Él presentó al
primer orador, Lloyd Barry, ex misionero en el Japón que ahora es miembro del Cuerpo Gobernante, quien habló sobre el
tema “Añadan obras a su fe”. Él dio este consejo: ‘Después de cinco meses de adiestramiento intensivo en la Escuela de
Galaad, es muy probable que el amor y la fe de ustedes haya alcanzado un alto nivel. Ahora que van a sus asignaciones,
deben aumentar sus obras’. (Santiago 2:22, 23.) Él dijo a los graduados que al igual que Jehová, también deben ‘aprender
a madrugar’ y hacer pleno uso del día en su servicio a Dios. (Jeremías 7:25.)
Otro miembro del Cuerpo Gobernante, Daniel Sydlik, dio consejo animador sobre el tema “Usted puede cultivar una
actitud correcta”. En cualquier situación en que uno esté, dijo él, se puede desarrollar una actitud positiva o una negativa.
Basando sus comentarios en Malaquías 3:15, 16, ilustró lo fácil que es hallar faltas en un país extraño. “No se apresure a
hallar faltas —agregó él—. Despliegue una actitud de gozo, y Dios le bendecirá.”
Otros oradores, entre ellos Ulysses Glass, el registrador de la escuela, dieron énfasis a cualidades como el aguante, la
satisfacción cuando se alcanza una meta y el ánimo. Jack Redford, ex misionero y actualmente uno de los instructores, dio
consejo práctico sobre el ser receptivos. Recuerde, dijo él, “¡los hombres sabios cambian de opinión, pero los insensatos,
jamás!”. Así, aconsejó a los nuevos misioneros a ser adaptables como lo fue el apóstol Pablo, quien hasta pudo citar de
poetas de la localidad. (Hechos 17:28.) Él concluyó con las palabras: “Florezcan donde sean plantados. [...] Mantengan un
corazón y una mente receptivos”.
El discurso principal de la graduación fue pronunciado por el presidente de la Sociedad Watch Tower, Frederick W.
Franz, quien cuenta con 92 años de edad. Al hablar sobre el tema “Abriendo ahora el camino de regreso al Paraíso en la
Tierra”, consideró ciertos recuerdos relacionados con el establecimiento de la Escuela de Galaad, y la comparó a “un niño
de fe nacido durante la guerra”, que comenzó a funcionar en medio de la II Guerra Mundial. Utilizando Isaías 62:10 como
su texto clave, mostró cómo estos nuevos misioneros participarían en esta gran obra de construir un camino amplio y firme
por el que muchas personas pueden entrar a la adoración verdadera y pasar al Paraíso restaurado. Para concluir el
programa de la mañana, se hizo entrega de los diplomas a los 24 graduados.
En la sesión de la tarde los graduados presentaron un entretenido repaso de las cosas que habían aprendido en la
escuela y también un avance de los desafíos a los que tendrán que enfrentarse. El programa finalizó con la presentación
de un drama bíblico con vestuario de la época que ilustró vívidamente cómo Rahab y, más tarde, los gabaonitas
demostraron la fe que los condujo a la salvación. (Josué, capítulos 2 al 6 y 9.)
Incluyendo a los 24 graduados de esta clase 80 de la Escuela de Galaad, ya se ha enviado a un total de
6.234 misioneros a todas partes del mundo, quienes han ido a la vanguardia de la obra de predicar, en cumplimiento de
Mateo 24:14.
*** g86 8/6 págs. 25-27 Graduados de Galaad se someten a la dirección de Dios ***
Graduados de Galaad se someten a la dirección de Dios

HOY día, muchas personas se resienten cuando reciben dirección de otros. Por esta razón, es raro hallar a personas
que estén dispuestas a someterse a otras.
Pero el 2 de marzo de 1986, 24 graduados de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, en Brooklyn, Nueva
York, se ofrecieron de buena gana para ir adonde mejor pudieran servir de misioneros. (Mateo 28:19, 20.) ¿Qué opinan
ellos en cuanto a ser enviados al extranjero en vez de escoger por sí mismos el lugar donde pasarán lo que algunas
personas considerarían los mejores años de su vida?
¿Sujeción en un mundo escéptico?
Anne responde: “Mi deseo era que Jehová decidiera el lugar y la manera como yo rendiría mi servicio de tiempo
completo”. Ella y su esposo, Teuvo, ya habían dejado su hogar en Finlandia y ahora están listos para su nuevo hogar en
Papuasia Nueva Guinea.
Wayne experimenta los mismos sentimientos. Él y su esposa Bárbara, de los Estados Unidos, están emocionados con
su nueva asignación en Guatemala, América Central. “Cuando llenamos la solicitud para la Escuela de Galaad —dijo
Wayne—, nos decíamos que la organización de Jehová conocía mejor que nosotros dónde deberíamos ir, y así lo
creíamos. Cuando llegamos a la central mundial de los testigos de Jehová y vimos con nuestros propios ojos la
organización de Jehová en acción, quedamos completamente convencidos de que la organización está en la mejor
posición para decidir dónde podemos lograr el mayor bien.”
En un mundo escéptico, ¿cómo pueden estos jóvenes cifrar tanta confianza en una organización y permitir que esta
tome por ellos esta decisión tan importante? Elizabeth, que vino de Australia, explica: “En la mayoría de los demás rasgos
del servicio de tiempo completo tenemos cierta medida de selección personal. Pero al dedicarnos a la vida misional, es
como si Jehová nos tomara en su mano y personalmente seleccionara lo que es mejor para nosotros. Esto me hace sentir
muy allegada a Jehová”. Su esposo, Daryl, añade: “Personalmente hallo que es necesario reflexionar continuamente en el
hecho de que Jehová está tras estas decisiones. Siento confianza en la manera como mi carrera está siendo dirigida”.
Poniendo a un lado el “temor a lo desconocido”
Para todos los graduados, el llegar a ser misioneros ha significado dejar atrás a parientes, amigos y un modo de vivir al
que estaban acostumbrados. ¿Tuvieron algún temor al respecto? Rachel, también de Australia, contesta: “Sí, el temor a lo
desconocido, el temor a tener que dejar atrás todas las cosas que uno conoce, y con las cuales uno se sentía seguro, y el
temor a mi propia inadecuación. Pero si el espíritu santo escogía mi asignación, entonces el espíritu santo me ayudaría a
cumplir con ella”. Su esposo Edi expresó su opinión respecto a sacrificar su modo de vivir anterior: “Mientras menos tenga
que ver con decidir adónde ir y qué hacer, más siento que estoy dedicando mi vida al servicio de Jehová en vez de
concentrarme en mis propios deseos egoístas”. Ellos han sido asignados a servir en Oceanía.
Estas son personas comunes, con deseos normales, que sencillamente han puesto a un lado sus preferencias
personales a fin de estar libres para hacer más en el servicio de Jehová. Gun lo expresó así: “Yo confío plenamente en
que Jehová usa su organización para dirigir Sus asuntos. ¿Debería yo poner un límite a sus direcciones en mi vida?
Cuando dedicamos nuestra vida a su servicio, entregamos tales decisiones para que él las tomara y no nosotros mismos.
Solo deseo que pueda mantener una buena actitud en este asunto, prescindiendo de lo que suceda”. Ella ha dejado su
hogar en Suecia para servir en Honduras, América Central.
Y ¿qué se puede decir en cuanto a seguridad financiera o una carrera en este mundo? “Una carrera en el mundo no
trae necesariamente felicidad o contentamiento, ni le da a uno propósito en la vida —respondió Chris, de los Estados
Unidos—, pero una carrera en el servicio de tiempo completo a Jehová sí provee eso y mucho más.” Chris y su esposa,
Mary, esperan con anhelo aprender su nuevo idioma, chino, en Taiwan.
“Un buen amigo a quien uno ama y estima”
Cuando se le preguntó a Monét si ella recomendaría a otras personas que permitieran que la organización las asignara
a cualquier lugar de la Tierra para efectuar la obra de predicar, respondió: “Solo si tienen fuerte confianza en que esa es la
dirección de Jehová. De otra manera, cuando ocurran problemas no tendrán la fortaleza para vencerlos y ni siquiera el
gozo para aguantarlos”. Monét, de los Estados Unidos, se casó poco después de la graduación, y luego irá con su esposo
a Taiwan, donde él ha estado sirviendo de misionero.
Pero ¿pudiera alguien que hace estos sacrificios hallar gozo? Elizabeth lo resumió de esta manera: “Cuando uno tiene
un buen amigo a quien uno ama y estima, es fácil sacrificar las preferencias personales por ese amigo. Así es como yo me
siento en cuanto a cooperar con la organización de Dios. Sencillamente estamos sacrificando nuestros deseos personales
para servir a Jehová, nuestro mejor Amigo”.
[Mapa/Fotografías en la página 26]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Fotografías]
Deborah y Yale Kooperstein, Estados Unidos
Evelyn y David Fritz, Bárbara y Wayne Sullivan, Guatemala
Timo Kurkaa/Tommy Petersson, Colombia
Cam y Donnie Doerschler, República Dominicana
Peter Davies/Barry Hill, Ecuador
Gun Stenz, Honduras
[Mapa/Fotografías en la página 27]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
[Fotografías]
Pauline y Geoffrey Hendry, Hong Kong
Anne y Teuvo Hyörtti, Papuasia Nueva Guinea
Mary y Christopher LaPrath, Monét Carleton, Taiwan
Elizabeth y Daryl Byron, Papuasia Nueva Guinea
Rachel y Edi Possamai, Oceanía
[Recuadro en la página 25]
DESCRIPCIÓN DE LA CLASE:
Cantidad de países de procedencia: 6
Cantidad de países a los que van asignados: 10
Solteros: 4
Solteras: 2
Matrimonios: 9
Total de estudiantes: 24
Promedio de edad: 31,1
Promedio de años de haberse bautizado: 13,7
Promedio de años en el ministerio
de tiempo completo: 8,8
*** w86 1/12 págs. 22-24 Misioneros de Galaad... dedicados a un solo propósito ***
Misioneros de Galaad... dedicados a un solo propósito

“LA SEMANA pasada eran estudiantes, ¡la semana que viene serán misioneros!” Estas palabras expresan bien el sentir
de los 23 estudiantes graduandos de la clase número 81 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Tanto ellos
como las otras 4.262 personas presentes recordarán por mucho tiempo la graduación que se celebró en el Salón de
Asambleas de Jersey City de los testigos de Jehová, el 7 de septiembre de 1986.
Martin Poetzinger abrió con oración y entonces Carey Barber, presidente de los ejercicios de graduación, introdujo el
programa haciendo notar que, en el transcurso de los años, miles de estos evangelizadores han recibido adiestramiento
en Galaad y han estado dedicados a un solo propósito: ser enviados a los cabos de la Tierra como verdaderos misioneros
para predicar la esperanza del Reino. ¡Cuánto nos alegramos de que estos nuevos misioneros llegarán a ser parte de un
‘montón de testimonio’ en armonía con el espíritu del nombre “Galaad”!
El primer discursante del programa, Milton Henschel, explicó que estos graduandos, al igual que los apóstoles del día
de Jesús, han sido preparados para una gran obra. El obrero misionero Pablo bien expresó sus sentimientos para con esta
obra cuando dijo: “Porque, aunque soy libre respecto de toda persona, me he hecho el esclavo de todos, para ganar el
mayor número de personas”. (1 Corintios 9:19.)
¿Qué manifiestan estas palabras de Pablo? Que estos nuevos misioneros deben interesarse en la gente. Debería ser
su deseo ayudar a toda clase de personas con el mensaje de la verdad que salva vidas... aun a aquellas que estén
asociadas estrechamente con otra organización religiosa.
El siguiente orador, Theodore Jaracz, recordó a los nuevos misioneros que, a diferencia de los turistas que viajan para
pasear, ellos serían enviados a muchas diferentes ciudades del mundo a predicar las buenas nuevas. Los animó a que
recordaran tanto el ejemplo de Jesús y los discípulos primitivos como también el de los misioneros del día moderno,
muchos de los cuales continúan sirviendo fielmente en sus respectivas asignaciones. “Sean de un solo propósito —explicó
él—. No permitan que intereses materialistas los distraigan. Si tienen un ojo ‘sencillo’ entonces tendrán un solo propósito.”
(Lucas 11:34.) “Como misioneros de Galaad —añadió él—, ustedes están dedicados a un propósito: hallar a personas
merecedoras y predicar las buenas nuevas.”
Max Larson, del Comité de la Fábrica, dio consejo oportuno sobre los pasos que deben darse cuando surgen
problemas en la asignación misional. “No se den por vencidos y dejen su asignación —explicó él—. Resuelvan sus
problemas.” ¿Cómo? “Procuren ver los asuntos desde el punto de vista de Dios.” (1 Corintios 2:11-16.) Larson recalcó la
importancia de orar a Jehová por ayuda y la necesidad de que, como misioneros, evalúen con regularidad su relación con
Dios.
Lon Schilling, del Comité de las Haciendas Watchtower, dio énfasis a lo valioso que es desarrollar y mantener la actitud
mental correcta. “¿Cómo funcionará la mente de ustedes cuando se enfrenten a un desafío o a una circunstancia que exija
que se haga algún ajuste? —preguntó él—. Como personas con libre albedrío, somos personalmente responsables de
cómo resultan los asuntos.” Señaló que Dios “no nos controla por algún sistema celestial de control remoto”. Por eso, los
misioneros no deben esperar más de lo que es razonable de parte de Dios. Los que están dispuestos a dejarse guiar por
Jehová Dios mediante su Palabra, su espíritu y su organización podrán mantener la actitud mental correcta.
“¿Cuán agudo es su sentido de valores?” Esta pregunta fue planteada por Ulysses Glass, uno de los instructores de la
Escuela de Galaad. Mediante una serie de ilustraciones, este instructor de hace muchos años mostró que “un sentido de
valores equilibrado, perspicaz y constante siempre hará posible que [los misioneros] continúen concentrándose en los
intereses del Reino”. Mostrando una estampilla dijo que, aunque es de poco valor, la utilidad de una estampilla consiste en
que se mantenga adherida a la carta hasta que esta llegue a su destino. “Sean como esta estampilla —exclamó él— y
adhiéranse a su asignación, es decir, a su comisión de predicar hasta que lleguen salvos a su destino... al otro lado de la
gran tribulación.”
Jack Redford, instructor de la Escuela de Galaad y ex misionero, consideró en su discurso de despedida algunos de los
desafíos con los cuales se enfrentarían los nuevos misioneros. Recalcó que al cifrar plena confianza en Jehová podían
vencer cualquier obstáculo, ya fuera el aprender un nuevo idioma, la nostalgia, el convivir con otros, el adaptarse a una
cultura diferente o el resolver conflictos de personalidad. El punto que hizo resaltar fue: “No traten de lograrlo por sus
propias fuerzas. En 1 Corintios 3:9 se declara: ‘Somos colaboradores de Dios’”. Él les aseguró: “Hagan su parte, y pueden
confiar en que Jehová hará la suya”.
“¡La Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower es un don de Dios!” Con estas palabras Frederick W. Franz,
presidente de la Sociedad, inició el último discurso de la mañana. Dijo que la Escuela de Galaad “había de proporcionar
personas que servirían de testigos, lo cual sería un testimonio vivo del hecho de que el Reino de Dios mediante Jesucristo
estaba funcionando hoy día”. Entonces él recordó a la clase 81 que el que estuvieran dedicados a este singular propósito
colocaba sobre ellos una gran responsabilidad “porque ustedes han emprendido este campo de la testificación en el
tiempo más crítico de la historia humana. Por lo tanto, Jehová ha puesto sobre nosotros la responsabilidad de anunciar las
buenas nuevas del Reino y de señalar el camino de escape provisto por Dios a toda la humanidad hasta los rincones más
lejanos de la Tierra”.
El gozo y el agradecimiento por el privilegio de haber asistido a la Escuela de Galaad fue evidente a medida que los
graduandos recibieron sus diplomas. Entendiendo claramente su propósito como misioneros, la clase 81 de Galaad dirigió
una carta al Cuerpo Gobernante y a la familia de Betel en la que expresó su resolución de servir lealmente a favor de los
intereses de Jehová Dios y ‘tocar melodía a Su nombre’ entre las naciones. (2 Samuel 22:50.) Por la tarde, después de
varias escenas relacionadas con la testificación en asignaciones anteriores, tanto en Nueva York como en el campo
misional, y de un drama conmovedor del día moderno, Lyman Swingle concluyó el programa de Galaad con una oración.
Los 23 graduados esperan con entusiasmo el gran gozo del servicio misional. ¿Por qué? Un graduado explicó:
“Jesús dijo: ‘Vende tus bienes, ven, sé mi seguidor [...] y declara por todas partes el reino de Dios’. (Mateo 19:21; Lucas
9:60.) La meta del servicio misional fue impulsada por nuestro deseo de ayudar espiritualmente a cuantas personas
podamos llegar, dondequiera que se nos necesite y podamos hacerlo con mayor eficacia.”—Fredrick Steiner, asignado a
Guatemala.
¿Podemos ensanchar nuestro servicio a Dios y hacerlo más productivo? Si podemos, entonces debemos esforzarnos
como estos graduados lo hicieron a fin de calificar para el campo misional. El mayor gozo de ellos, y el de nosotros
también, se halla en una vida llena de servicio dedicado a Jehová. (Malaquías 3:10.)
[Comentario en la página 22]
“El discurso del hermano Larson realmente inculcó en mí lo necesario que es estar dispuesto a hacer ajustes. Para cumplir
con mi papel de misionero, tengo que evitar una ‘disposición de ánimo carnal’ y procurar tener la mente de Jehová y la de
su Hijo, Jesús.”—Alain Saint-Jean, asignado a Nueva Caledonia.
[Comentario en la página 23]
“El discurso por el hermano Glass me ayudó a ver la importancia de tener un sentido de valores apropiado. No debemos
desviarnos debido a cosas insignificantes. Tenemos que ser equilibrados.”—Humphrey Hermanus, asignado a Surinam.
[Comentario en la página 24]
“Cuando escuché al hermano Redford, me embargó un sentido de seguridad al saber que los problemas que afrontaremos
no son nuevos. Otros han logrado vencerlos, y nosotros también podemos si nos apoyamos en la fuerza de Jehová y no
en la nuestra.”—Veronica Lipham, asignada a Papuasia Nueva Guinea.
[Fotografías en la página 23]
COSTA, Alan y Betty Estados Unidos
GANSLMEIER, Anton y Rita Alemania
GONZALES, Juan y Cynthia Estados Unidos
GRAULICH, Uwe y Katherine Alemania
HERMANUS, Humphrey y Ludmila Antillas Holandesas
JOHANSEN, Bård y Ester Noruega
KLOOSTERMAN, Otto e Yvonne Países Bajos
LARSON, Gary y Annette Canadá
LIPHAM, Mark y G. Veronica Estados Unidos
SAINT-JEAN, Alain Francia
STEINER, Fredrick y Helen Estados Unidos
SZYMANSKI, Cynthia Estados Unidos
WILKE, David Estados Unidos
[Recuadro en la página 24]
ESTADÍSTICAS DE LA CLASE:
Cantidad de países de procedencia: 7
Cantidad de países a los que van asignados: 12
Edad promedio: 30,3
Promedio de años en la verdad: 13,4
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 9,3

*** w87 1/6 págs. 26-27 Regocijo con la clase número 82 de Galaad ***
Regocijo con la clase número 82 de Galaad

“NO SOMOS cristianos solo cuando hace buen tiempo. Nos alegramos muchísimo de estar aquí.” Con esas palabras el
presidente del programa inició una reunión especial de un día que se celebró en el Salón de Asambleas de los Testigos de
Jehová en Jersey City, el domingo 1 de marzo. Afuera llovía copiosamente. Dentro, era el día de graduación para los
24 estudiantes de la clase número 82 de Galaad. Mirando a los rostros alegres de los estudiantes, el presidente del
programa, Theodore Jaracz, miembro del Cuerpo Gobernante, pasó a decir: “Está claro que [los graduandos] tienen vivo
interés en sus perspectivas y se regocijan con ellas. Puesto que la Biblia dice ‘regocíjense con los que se regocijan’, ¡estoy
seguro de que todos los presentes nos sentimos de la misma manera!”. El aplauso con que fueron recibidas estas
palabras evidenció que las 4.557 personas en concurrencia concordaban con lo dicho.
El primer orador del programa fue John Barr, también miembro del Cuerpo Gobernante. Citando extensamente del
Salmo 104, mostró que Jehová no solo ha creado todo cuanto existe —animado e inanimado—, sino que también creó un
lugar para todo lo creado. Dijo entonces el orador: “Ahora, mientras ustedes se encaminan a su asignación, piensen:
‘Jehová me ha colocado aquí ’. Nunca olviden eso”.
Después habló un miembro del Comité de las Haciendas Watchtower, John Stuefloten. Recordó a los estudiantes: “El
proverbio nos dice: ‘Da a un sabio, y se hará aún más sabio’”. (Proverbios 9:9.) Los estudiantes habían recibido mucho
alimento espiritual durante cinco meses. Sin duda, en este día de graduación se sentían llenos en sentido espiritual. “Pero
—dijo el orador— ¡apenas están empezando!” Animó a los estudiantes a seguir desarrollándose en sabiduría y
misericordia, lo que los equiparía mejor para ayudar a otros. (Proverbios 3:27.)
Después habló George Gangas, del Cuerpo Gobernante, con palabras acertadas acerca de la felicidad. Recordó a los
graduandos que ellos sirven al “Dios feliz”, y declaró: “Serán felices en sus asignaciones del extranjero”. ¿Por qué?
“Porque Jehová los está enviando para dar libertad a la gente.”
George Couch, del Comité del Betel de Brooklyn, habló sobre la ansiedad. Reconoció que los estudiantes sabían lo
que era la ansiedad. Los desafíos de venir a Galaad, vivir en el Betel de Brooklyn y predicar en la ciudad de Nueva York
causaban alguna ansiedad. Ahora los estudiantes mostraban ansiedad respecto a sus asignaciones como misioneros.
Pero una ansiedad razonable no es un enemigo. “La ansiedad puede aguijonearnos para que hagamos lo mejor que
podamos”, explicó, y animó a los estudiantes a confiar en Jehová y rendir el mejor servicio posible en sus asignaciones.
Después habló Jack Redford, instructor de la escuela. Advirtió contra la crítica infundada. Citando ejemplos bíblicos de
juicios apresurados que causaron problemas después, citó las palabras de Jesús: “Dejen de juzgar, para que no sean
juzgados”. (Mateo 7:1.) La clase graduanda representaba a un Dios de amor. Se enviaba a los estudiantes a sus
asignaciones para mostrar empatía, no para criticar.
Ulysses Glass, otro instructor de Galaad, citó el proverbio bíblico: “Los veloces no tienen la carrera, ni los poderosos la
batalla”. (Eclesiastés 9:11.) El resultado de un asunto no siempre depende de nuestras habilidades naturales. En la obra
misional, lo que con mayor frecuencia se requiere es mostrar fe y disposición de aceptar el reto. El orador encomió a la
clase por ser constante, digna de confianza y consecuente. Aquellas cualidades les serían muy valiosas.
El orador final de la mañana, Frederick Franz, presidente de la Sociedad Watch Tower, declaró que la graduación de la
clase número 82 mostraba que la fe de los que dieron comienzo a la escuela allá en los días tenebrosos de la II Guerra
Mundial estaba bien fundada. Consideró el nombre Galaad, y explicó que es una palabra bíblica que significa “Majano de
Testimonio”. (Compárese con Génesis 31:43-53.) Los misioneros de Galaad que permanecen fielmente en sus
asignaciones sirven como un majano de testimonio. Son testimonio vivo para la verdad.
Entonces los estudiantes recibieron sus diplomas, y la mañana concluyó con la lectura de una carta de agradecimiento
de la clase número 82. Los estudiantes indicaron que ‘la bendición de Jehová es lo que enriquece’. Por eso dijeron:
“¡Jehová nos ha hecho sentir como las veinticuatro personas más ricas de la Tierra!”. (Proverbios 10:22.)
Por la tarde, después de un estudio abreviado de La Atalaya, los estudiantes presentaron un programa muy agradable.
Este concluyó con unas palabras de sincero aprecio a sus padres, cuyo altruismo y apoyo había permitido a sus hijos salir
del terreno local para ser misioneros.
El programa de los estudiantes fue seguido por la presentación de un drama oportuno, después del cual el presidente
del programa, Theodore Jaracz, hizo unos comentarios de conclusión. ¡Y qué sorpresa tenía preparada la Sociedad para
estos momentos de cierre! El orador anunció que pronto la Sociedad iniciará una nueva escuela, la Escuela de
Entrenamiento Ministerial, para entrenar, al principio, a ancianos y siervos ministeriales solteros. Todos tomaron apunte
especial cuando el presidente anunció uno de los requisitos para asistir a la nueva escuela: los estudiantes deben estar
dispuestos “a servir dondequiera que se les necesite en el campo mundial”.
La noticia sobre esta nueva escuela fue recibida con aplauso entusiástico. (En el artículo siguiente se proveen más
detalles de esto.) El programa concluyó entonces con un cántico y una oración de gracias a Jehová. Entonces todos los
concurrentes salieron a la nublada noche de Nueva Jersey. Afuera lloviznaba ahora, pero a pocos les importaba. Todos los
corazones seguían regocijándose con la clase número 82 de Galaad, que acababa de graduarse.
[Fotografía en la página 26]
Graduados de la clase número 82 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista de abajo las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres alistados de izquierda a derecha
en cada fila.
1) Gish, L.; Evans, E.; Dean, S.; Hanson, R.; Suomalainen, A.; DuBose, D.
2) Wallenberg, P.; Wallenberg, M.; Bauer, O.; Suomalainen, H.; Taylor, B.; DiStefano, G.
3) Scott, K.; Evans, M.; Taylor, A., Jr.; Lindby, J.; Hanson, C.; Holmkvist, M.
4) Sampson, T.; Gish, T.; Ball, D.; DuBose, J.; Dean, T.; Scott, D.
*** g87 8/3 págs. 16-18 Los estudiantes de Galaad: unidos a pesar de su diversidad ***
Los estudiantes de Galaad: unidos a pesar de su diversidad

VIENEN de siete naciones tan distintas como Finlandia, Italia y Australia... 24 personas que tienen 24 historias
personales diferentes. Sin embargo, una meta común las une: servir a Dios como misioneros en el extranjero.
Pero ¿cómo podría un grupo tan diverso hallarse tan unido en cuanto a propósito? Para hallar la respuesta,
conozcamos mejor a algunos de los estudiantes de la clase 82 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower... una
escuela dedicada al adiestramiento de testigos de Jehová para la obra misional en el extranjero.
‘Aprendí a desconfiar de la religión’
Aunque varios de los estudiantes se criaron como Testigos, otros llegaron a serlo más recientemente. Alvin describe así
su turbulenta vida urbana de joven negro que se crió en Chicago, E.U.A.: “Me fui de casa a los 13 años de edad para vivir
en casa de mi hermana. Puesto que allí tenía más libertad, me asociaba con jóvenes que se daban al abuso de la bebida y
las drogas. Para protegernos, mis amigos y yo formamos una pandilla y supimos lo que eran la violencia y las drogas
potentes que son parte de ese modo de vivir. Puesto que eran adultos los que nos vendían las drogas ilegales —entre
ellos un clérigo bautista—, aprendí a desconfiar de los mayores y de la religión. Por eso tampoco confié en los testigos de
Jehová cuando mi hermana comenzó a estudiar la Biblia con ellos.
”Llegué a un punto de viraje en mi modo de pensar mientras estaba asociado con una organización racista. Estas
personas reconocían que necesitábamos un gobierno mejor. Trataban de organizar a todos los negros y unir a todas las
pandillas contra los blancos. Por supuesto, esto habría de lograrse por medios violentos. Comencé a darme cuenta de que
aquella no era la solución a los problemas humanos.
”Así que busqué la respuesta en la religión. Traté con los Adventistas del Séptimo Día, pero me llevé un desengaño.
Finalmente accedí a estudiar la Biblia con los Testigos. Un año después me bauticé”.
Alvin recuerda una experiencia que tuvo mientras predicaba de casa en casa: “Visité la casa de dos cabecillas de
pandilla que habían sido enemigos míos. Antes de aprender la verdad yo había peleado con ellos. Nuestra pandilla había
regresado al vecindario de ellos y había destrozado a tiros las ventanas de cristal de su casa. Luego ellos se habían
vengado disparando contra dos de mis compañeros cuando salíamos de una tienda. Ahora, allí estaba yo, de pie a la
puerta de ellos con el mensaje del Reino. Al verme, se echaron a reír por lo difícil que se les hacía creerlo. Me sentí
aliviado de que ya no me consideraran una amenaza.
”Agradezco que Jehová tenga un programa docente que llegó hasta mi vecindario y mi corazón. Ahora mi esposa,
Betty, y yo podemos dedicar nuestra vida al servicio de Jehová y, como misioneros, utilizar ese programa docente para
ayudar a otros”.
‘Esta es la vida para nosotros’
Martin viajó alrededor del mundo dos veces con la Marina Mercante Inglesa antes de establecerse de nuevo en
Inglaterra, su país natal. ¿Qué le enseñó su experiencia? “Se me abrieron los ojos a la realidad. Me preguntaba si algún
día podrían resolverse los problemas del mundo. Consideré con mi futura esposa, Elvira, maneras de hacer algo al
respecto.” Dice entonces: “Después, una tarde lluviosa, un joven Testigo me visitó. Me mostró con la Biblia que vivimos en
los últimos días. Aquello me sacudió. De inmediato empecé a estudiar la Biblia y a asistir a las reuniones cristianas. Con el
tiempo los dos nos bautizamos. ¡Nunca habíamos hecho nada mejor!”.
Pero ¿por qué escogieron el ministerio de tiempo completo en vez de seguir una carrera seglar de tiempo completo?
Elvira contesta: “No nos tomó mucho tiempo darnos cuenta de que el dinero no trae la felicidad. Martin es un panadero
diestro, de modo que podía trabajar de media jornada. No teníamos duda alguna... el ministerio era la vida para nosotros”.
Heikki, de Finlandia, relata una experiencia parecida: “Tenía 16 años de edad cuando un condiscípulo me dijo lo que
había aprendido de la Biblia. Así que también empecé a estudiar con los testigos de Jehová. Sin embargo, mi padre pidió a
varios ministros luteranos que trataran de reajustarme. Después de varias reuniones conmigo, estos clérigos se sintieron
frustrados. Yo podía explicar las Escrituras mejor que ellos. Ni una sola vez abrieron la Biblia”.
Unos años después, Heikki comenzó a servir a Jehová como ministro precursor de tiempo completo. Tuvo que tomar
ciertas decisiones difíciles. Explica: “El estudiar arquitectura en la universidad me hizo contraer unas deudas. Después de
dos años abandoné los estudios y con el tiempo comencé a servir de precursor. No tenía ni oficio ni adiestramiento laboral,
pero tenía deudas. Sin embargo, Jehová siempre me suministró lo necesario”.
Pero ¿por qué escogieron Heikki y su esposa, Anne, la obra misional? Anne contesta: “Como precursores aprendimos
que era bueno dejar que Jehová escogiera nuestra asignación. Además, disfrutamos de buena salud, y no tenemos
responsabilidades de familia que nos impidan servirle así”.
Antes que Mats se enterara de la verdad que contiene la Palabra de Dios, era ateo y se inclinaba hacia el comunismo
en su país natal de Suecia. Explica: “La religión me presentaba a un dios codicioso y cruel por su enseñanza de que había
un infierno de fuego y al bendecir las guerras. Yo no quería saber de aquel dios, y por eso la política era la única
esperanza que tenía. Pero mi tío me invitaba vez tras vez a su hogar. Yo le rehuía, porque sabía que él era alguna clase
de cristiano.
”Sin embargo, en cierta ocasión en que lo visité le prediqué de mis ideales políticos. Él me escuchó tranquilamente y
entonces me mostró pruebas de la verdad bíblica. Empezó a conducir un estudio sistemático de la Biblia conmigo. Poco
después decidí dejar el ejército. Mis superiores del ejército no lo podían creer. Hasta enviaron a un ministro para que
hablara conmigo. Le pregunté al ministro si él creía que mi decisión tenía base bíblica. Después de una larga pausa, dijo:
‘Sí’. Diez meses después me bauticé”.
Mats pasó seis años en el norte de Suecia cerca del círculo polar ártico como precursor. ¿Y qué opina del ministerio de
tiempo completo y la obra misional? “Nunca he pensado en dejarlo. Tengo plena libertad para ir a cualquier lugar del
mundo. Era solo natural que solicitara para la Escuela de Galaad.”
La misma meta
Terry y Lori son un matrimonio estadounidense. Son ejemplo de la diversidad que hay en la clase 82 de Galaad. Terry
aprendió la verdad en su juventud, cuando alguien le testificó en su lugar de empleo. Por contraste, Lori representa la
cuarta generación de Testigos de su familia. Tal vez los sentimientos de la clase tocante a la meta de servicio misional de
todos quedan resumidos en estas palabras de ella: “Estoy muy segura de que aquí es donde Jehová quiere que estemos”.
¿Qué ha hecho que este grupo de personas de antecedentes tan diversos esté unido en una misma meta, la de
efectuar la obra de misioneros? Todos los estudiantes adoran al mismo Dios, Jehová. Cada uno se beneficia de la misma
guía que viene de la Palabra de Jehová y Su organización. Ahora todos ellos se prestan a ser enviados a los confines de
la Tierra para predicar las buenas nuevas del Reino. (Isaías 6:8; Mateo 24:14.)
[Fotografías en la página 16, 17]
Alvin Taylor (recuadro) cuando era miembro de una pandilla; y como estudiante misional (fila del frente) con su esposa,
Betty, y con Martin y Elvira Evans
La Escuela de Galaad se halla en estos edificios de administración, en Brooklyn, Nueva York
[Fotografía en la página 18]
Biblioteca de Galaad, donde Terry (derecha) y Lori (centro) Gish están estudiando en la primera mesa; Heikki y Anne
Soumalainen están detrás, a la derecha
*** w87 1/12 págs. 22-24 Graduación de la clase número 83 de Galaad. Una ocasión de verdadero gozo ***
Graduación de la clase número 83 de Galaad. Una ocasión de verdadero gozo

“DEN gracias a Jehová, porque él es bueno: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido.” (Salmo 136:1.)
Esas palabras expresan lo que sentían las 4.391 personas que asistieron este otoño a los ejercicios de graduación de la
clase número 83 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Los discursos, las experiencias y el drama bíblico
presentados durante la graduación fueron fuente de alegría para todos. La graduación se verificó el 6 de septiembre
de 1987, en el hermoso Salón de Asambleas (anteriormente conocido como el Teatro Stanley) de Jersey City, Nueva
Jersey, E.U.A.
Después del cántico de apertura, y de la oración por John Booth —miembro del Cuerpo Gobernante—, el presidente
del programa, Albert Schroeder —también del Cuerpo Gobernante—, dio a todos la bienvenida a aquella gozosa ocasión.
Los 24 estudiantes habían venido de cinco naciones, y serían enviados a ocho diferentes países. El hermano Schroeder
recalcó el sentido de seguridad de que disfruta el pueblo de Jehová como resultado de una fe basada en realidades
absolutas. Por ejemplo, saben que Jehová es el Soberano Universal, y que su Palabra, la Santa Biblia, es verdad
absoluta. Es grande el contraste con las filosofías humanas basadas en incertidumbres y suposiciones.
El primer orador fue Martin Poetzinger, otro miembro del Cuerpo Gobernante, quien pasó nueve años en campos de
concentración nazis. Habló sobre el tema: “¿En quién confía usted?”, fundándose en Proverbios 3:5, 6. Para beneficio de
los estudiantes hizo hincapié en que es necesario que confíen de lleno en Jehová y su organización visible, y recalcó que
cada uno debe demostrar que es digno de confianza. El entrenamiento y educación que los estudiantes habían recibido en
Galaad era solo un fundamento; ahora tenían que edificar sobre este mediante aplicar el consejo de Pablo en Efesios
5:15, 16. ‘No se estanquen —instó el orador—. En su asignación misional tendrán problemas de lenguaje, clima, alimento,
y así por el estilo; pero con confianza en Jehová pueden resolverlos todos. El amor a la gente es la clave de su éxito. Todo
estímulo proviene de Dios; todo lo que desanima viene de Satanás.’
El siguiente orador fue Eldor Timm, del Comité de la Fábrica, quien basó sus comentarios en 2 Corintios 13:5: “Sigan
poniéndose a prueba para ver si están en la fe”. Dijo que los estudiantes habían terminado sus exámenes escritos, pero
seguirían encarándose con muchas otras pruebas en sus asignaciones misionales. Su éxito como misioneros dependerá
del éxito que tengan al enfrentarse debidamente con esas pruebas. Tienen que guardarse de confiar demasiado en sí
mismos, por lo cual deben escuchar el consejo: “El que piensa que está en pie, cuídese de no caer”. (1 Corintios 10:12.)
Seguirán mejorando si mantienen una buena actitud mental.
Después habló Joel Adams, del Comité del Departamento de Servicio. Habló sobre: “Piensen como Jesús: muestren
interés personal en otros”. A este respecto, ¡qué excelente ejemplo dio Jesús! Su ejemplo de altruismo y humildad se nos
describe bien en Filipenses 2:3-5. Si las faltas o la imprudencia de algunos son una prueba para nosotros, hagamos lo
sumo posible por mostrarles bondad. Durante el curso de la Escuela de Galaad, muchas personas se interesaron en los
estudiantes; ahora les tocaba a ellos interesarse en otras personas. Los misioneros de más éxito son los que se interesan
en las costumbres, el lenguaje, las necesidades, etc., de aquellos a quienes sirven.
Después los estudiantes recibieron estímulo de Lloyd Barry, quien fue misionero por muchos años y ahora es miembro
del Cuerpo Gobernante. Discursó sobre: “Canten a Jehová”, con Salmo 96:1 como base. Al pueblo de Jehová le gusta
cantar. El canto es compañero del gozo, y por eso el orador animó a los estudiantes a no perder nunca el gozo de llevar la
verdad a otros. ‘Si tienen que aprender un nuevo idioma —instó—, pongan su corazón en ello desde el principio. El Diablo
tratará de desanimarlos, entristecerlos con nostalgia, crear desunión en sus filas. ¡Nunca le den lugar para eso!’ El
hermano Barry se refirió al “decano de los misioneros”, Edwin Skinner, quien todavía, a la edad de 93 años, rinde un día
de trabajo completo en su asignación extranjera en la India, donde ha servido por 60 años. El hermano Skinner expresa la
clave al éxito del misionero en unas cuantas palabras: “¡Lo importante es la humildad!”.
Terminadas estas expresiones, el presidente leyó varios telegramas de felicitación y de bienvenida dada de antemano
para los estudiantes. Se recibieron mensajes de Bolivia, Canadá, Ecuador, España, Honduras, Suecia y Trinidad.
Jack Redford, uno de los instructores de la Escuela de Galaad, habló después sobre: “Siga siendo amigo de Jehová”.
Comenzó señalando que muchas instituciones comerciales ofrecen cursos en granjearse amigos y ejercer influencia en
otros como medio de lograr éxito en los negocios. Como parte de su preparación para ser misioneros, a los estudiantes
también se les había enseñado a granjearse amigos e influir en la gente, pero no para obtener ganancia egoísta, sino para
ayudar a la gente a granjearse la amistad de Dios. ‘Su vida es una vida de abnegación —dijo el orador—. Recibieron
gratis, den gratis. No hay mayor satisfacción ni alegría que la de ayudar a otros a tener a Dios como amigo. Nada puede
honrar más a una criatura que la amistad de Dios. Santiago 2:23 nos dice que Abrahán llegó a ser amigo de Jehová por la
fe que ejerció en Dios. Viajó a un país extranjero y no miró atrás. Tampoco deben mirar atrás ustedes, misioneros, sino
que deben procurar las bendiciones del nuevo mundo de Dios.’
El programa continuó con un discurso de Ulysses Glass, instructor de Galaad y secretario general de la escuela, quien
habló sobre el tema: “La lección final”. Indicó que los estudiantes habían aprendido lo abarcadoras y minuciosas que son
las leyes de Jehová. Como ejemplo, señaló los muchos detalles relativos a los sacrificios del Día de la Expiación y los
muchos animales implicados. (Capítulo 16 de Levítico.) Dio encomio a los estudiantes por su obvio y sincero aprecio, y dijo
que Salmo 145:7 describe bien su actitud mental: “Rebosarán con la mención de la abundancia de tu bondad, y a causa
de tu justicia clamarán gozosamente”. Al concluir, también citó Proverbios 3:5-7, e indicó que era necesario que ‘confiaran
en Jehová con todo su corazón’.
El hermano F. W. Franz, de 94 años de edad, presidente tanto de la Escuela de Galaad como de la Sociedad Watch
Tower Bible and Tract, pronunció el discurso final de la mañana. Relató la historia de la Sociedad desde el tiempo del
primer presidente, C. T. Russell, hasta el establecimiento de la Escuela de Galaad. Su presentación vigorosa y entusiástica
fue muy apreciada por todos. Después de su discurso, los 24 estudiantes recibieron sus diplomas junto con algunos
regalos, y entonces uno de los estudiantes leyó una excelente carta de aprecio de los estudiantes por toda la ayuda que
habían recibido del Cuerpo Gobernante y de la familia de Betel.
Después de un intermedio de unas dos horas, durante el cual muchos pudieron conversar alegremente con amigos a
quienes no habían visto por largo tiempo, Phil Wilcox, del Comité de la Hacienda Watchtower, condujo un estudio
abreviado de la lección correspondiente de La Atalaya en el cual los estudiantes contestaron las preguntas del estudio.
Después los estudiantes presentaron un programa con representaciones de experiencias de que habían disfrutado al
testificar los miércoles por la tarde en la ciudad de Nueva York. Esta actividad había formado parte de su educación en
Galaad. También demostraron vívidamente los diversos problemas que pudieran afrontar al llegar a sus asignaciones en el
extranjero.
Como conclusión apropiada a todo el programa, los estudiantes, vestidos a la usanza del tiempo implicado,
presentaron un drama bíblico de dos partes que llamó atención a lo crítico del tiempo en que vivimos. Esto se logró por
una comparación de nuestros días con períodos de juicio del pasado. Aquel deleitable programa terminó a las 4.15 de la
tarde, con el cántico “El aumento de la teocracia” y una oración por Milton Henschel, del Cuerpo Gobernante.
[Fotografía en la página 23]
Clase graduanda número 83 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista de abajo, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
en cada fila.
(1) Melin, D.; Goode, M.; Ramos, M.; Chow, N.; Hermanson, A.; Dagostini, D. (2) David, E.; DiPaolo, A.; Neiman, D.;
Shephard, J.; Foster, M.; Ramos, R. (3) Foster, W.; Melin, D.; Fristad, D.; Fristad, R.; White, L.; Dagostini, F.
(4) Neiman, D.; Ness, S.; Shephard, D.; Goode, J.; White, K.; Hermanson, L.
*** w88 1/6 págs. 22-24 La clase número 84 de Galaad... ¡a la altura de lo esperado! ***
La clase número 84 de Galaad... ¡a la altura de lo esperado!

PROVERBIOS 10:28 dice: “La expectación de los justos es un regocijo”. Lo exacto de ese dicho se verificó durante la
mañana del 6 de marzo de 1988. Era fácil observar gran expectación entre las 4.360 personas que acudieron al Salón de
Asambleas de los Testigos de Jehová en Jersey City, Nueva Jersey, E.U.A.
¡Fue motivo de gran gozo y emoción el que casi toda la familia del Betel de Brooklyn y las Haciendas Watchtower
pudiera juntarse en un lugar tan hermoso! Sin embargo, se esperaba más que solo una gran reunión de familia. Los
presentes habían venido principalmente para un acontecimiento muy importante: la graduación de la clase número 84 de
la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower.
La Escuela de Galaad, ahora en la central mundial de los testigos de Jehová en Brooklyn, Nueva York, se estableció
en 1943 para el adelanto de la obra de ‘hacer discípulos’ según la voluntad divina. (Mateo 28:19, 20.) Tras un curso de
cinco meses de educación bíblica, se envía a los graduados de Galaad, no a buscar empleos lucrativos, sino a ser
misioneros en el campo mundial. (Mateo 13:38.) Por eso, del que ha recibido el privilegio de asistir a Galaad se espera,
con buena razón, lo mejor. (Compárese con Lucas 12:48.)
El programa de la graduación consideró claramente lo que se esperaba de los graduandos. Empezó con una oración
fervorosa por George Gangas, miembro del Cuerpo Gobernante. El presidente del programa fue C. W. Barber, también del
Cuerpo Gobernante. ‘Participamos en la más importante campaña educativa de la historia’, dijo Barber. Hizo referencia al
capítulo 6 de Isaías y explicó que muchas veces el que predica lo hace en medio de condiciones adversas. Y como en los
días de Isaías, puede que solo un simbólico “décimo”, o un “resto”, de personas responda a nuestro mensaje. (Isaías 6:13;
Romanos 9:27.) Sin embargo, ¡nunca debemos pensar que nuestro esfuerzo al predicar es en vano!
Estas palabras animadoras crearon expectación por lo que vendría después: una serie de discursos breves, pero
significativos, a los graduandos. Calvin Chyke, del Comité de la Fábrica, empezó su discurso con la pregunta: ‘¿Será usted
una bendición para otros?’. Los estudiantes habían recibido muchas bendiciones en Galaad. Ahora tenían que dar
bendiciones, impartir ‘dones espirituales’ a otros. (Romanos 1:11, 12.) Aun cuando surjan situaciones problemáticas, como
escasez de fondos, deben seguir ‘practicando el dar’ en sentido espiritual. (Lucas 6:38.) Entonces se cumplirán en ellos las
palabras de Salmo 84:6: “Aun con bendiciones el instructor se envuelve”.
Después, David Olson, del Comité del Departamento de Servicio, recordó a los misioneros nuestra hermandad
mundial. Por cinco meses habían disfrutado del amor y apoyo de sus compañeros de clase... pero ahora serían esparcidos
por todo el mundo. Olson les aseguró que disfrutarían del cumplimiento de Marcos 10:29, 30, que les promete nuevos
amigos y nuevas ‘familias’.
Daniel Sydlik, del Cuerpo Gobernante, dio énfasis a que era necesario que los graduandos ‘se crearan expectativas
valiosas y deseables’. Jehová nos ha hecho con la facultad de crearnos expectativas, de tener esperanzas y sueños. Por
eso, ¿no deberían los misioneros esperar mucho de sí mismos? ‘¡Fíjense una meta, exijan lo mejor de sí mismos! —
exhortó Sydlik—. Dominen el idioma del país adonde vayan. Manténganse al día con los números de La Atalaya y
¡Despertad! en su idioma vernáculo, para retener su espiritualidad. Al enseñar a otros —continuó Sydlik—, hagan que ellos
también lleguen a esperar mucho de sí mismos. Déjenles saber que se espera que asistan a las reuniones y preparen sus
lecciones de antemano.’
Los oradores siguientes se expresaron de manera similar. Lyman Swingle, también del Cuerpo Gobernante, recordó a
los estudiantes que ‘es Jesucristo quien los envía. Y él mismo fue enviado a un campo extranjero aquí en la Tierra’. Como
Jesús, los misioneros deben tomar en serio su asignación. No obstante, no deben tomarse demasiado en serio a sí
mismos. ‘Sepan reírse de sí mismos cuando cometan alguna tontería —dijo Swingle—. Eclesiastés 3:4 nos recuerda que
hay un “tiempo de reír”.’
Entonces los dos instructores principales de la escuela dieron su exhortación final a los estudiantes. El tema de Jack
Redford fue: ‘¡Nunca olvide que es misionero!’. El clero de la cristiandad ha perdido su sentido de misión, pues muchos
clérigos se han involucrado en la política mundana. Sin embargo, Jesucristo cumplió su misión de predicar, y nunca se
dejó desviar por lo que el mundo de Satanás le ofrecía. Eso muestra que los misioneros siempre deben recordar su
misión: alimentar a la humanidad que tiene hambre espiritual. (Compárese con Mateo 9:36.) Por eso, deben evitar los
lazos del materialismo y la inmoralidad. Al concentrarse en su misión de predicar, ¡tendrán muchas experiencias
edificantes en el campo!
Después habló U. V. Glass, e ilustró sus puntos con un vaso de agua y una sarta de perlas. En muchos países quizás
no se pueda confiar en la pureza de un vaso de agua. También pudiera dudarse de lo genuino de una sarta de perlas.
‘¿Qué hay de la credibilidad de ustedes? —preguntó Glass—. Se ha dicho que un factor que destruye silenciosamente las
relaciones entre personas es la falta de credibilidad.’ ¿Cómo pueden establecer su credibilidad los misioneros? ‘Hablen la
verdad —dijo Glass— sin colorearla ni torcerla. La integridad es el fundamento de la credibilidad.’ (Efesios 4:25.)
Un rasgo sobresaliente del programa de la mañana fue el discurso de conclusión por el presidente de la Sociedad
Watch Tower, F. W. Franz, de 94 años de edad. Con voz todavía fuerte y vigorosa, Franz repasó la historia de Galaad.
Durante la II Guerra Mundial, el Cuerpo Gobernante pudo percibir que ‘la II Guerra Mundial no llevaría al Armagedón.
Terminaría, y después vendría un período de paz’. Galaad se estableció para aprovechar de lleno aquel período
intermedio... ¡y ha continuado con todo vigor desde entonces! ‘¡Vivimos en el tiempo más favorable de todos!’, exclamó el
presidente de la Sociedad. ¡El aplauso atronador del auditorio manifestó su aprecio por la exhortación de este tan
experimentado siervo de Jehová!
Entonces, corrida la cortina, aparecieron los 24 estudiantes de la 84 clase de Galaad sentados en el escenario. Aunque
tienen un promedio de 31,6 años de edad, de ninguna manera son predicadores novatos. De hecho, ¡como término medio
llevan 11,3 años en la evangelización de tiempo completo! Y son un grupo muy internacional, pues vinieron de los Países
Bajos, Australia, Finlandia, Suecia, Alemania y los Estados Unidos. Con la ayuda de A. D. Schroeder, quien estuvo entre
los instructores originales de Galaad, C. W. Barber les entregó los diplomas. El auditorio se emocionó al enterarse de que
los nuevos misioneros serían enviados a nueve países: las Filipinas, Sierra Leona, Samoa Occidental, Taiwan, Tanzania,
Papuasia-Nueva Guinea, Bolivia, Guam y Colombia. Entonces uno de los estudiantes leyó la excelente carta de aprecio
que escribió la clase.
Después de un intermedio breve, el auditorio se reunió de nuevo para el estudio abreviado de La Atalaya que condujo
Robert Wallen, del Comité de Betel. Terminado el estudio, se bajaron las luces. El presidente del programa instó a todos a
‘acomodarse en sus asientos y disfrutar de la dádiva de los estudiantes a ustedes, el programa estudiantil de la clase
número 84, titulado: “Glorifiquemos nuestro ministerio”’.
Entonces, por canciones, experiencias y dramatizaciones cortas, los estudiantes dieron a los presentes una idea de lo
que encierra la vida del estudiante y el misionero. Por ejemplo, mostraron cómo se utiliza el variado territorio de la ciudad
de Nueva York como campo de entrenamiento misional. Una representación humorística —basada en experiencias reales
de los estudiantes de Galaad— mostró cómo se hicieron hábiles en la predicación informal en los trenes subterráneos de
la ciudad. También hubo escenas entretenidas, pero auténticas, de misioneros que trataban de ajustarse a culturas y
costumbres extranjeras.
Uno de los graduandos resumió bien el programa así: ‘¿Hay mejor manera de glorificar nuestro ministerio que la de
ayudar a otros a confiar de lleno en la Palabra de Jehová?’. ¡No hay duda de que todo el auditorio, examinándose a la luz
de lo visto, reflexionó sobre cómo tener mayor participación, personalmente, en la obra de predicar! Entonces, como toque
final, los estudiantes presentaron un drama del día moderno que dio énfasis a la importancia de someternos a Dios.
Aquella importante ocasión terminó con una oración de aprecio por J. E. Barr, del Cuerpo Gobernante.
Indudablemente el programa de graduación de Galaad estuvo a la altura de lo esperado. Pero ¿qué hay de los
graduados mismos? Confiamos en que, como sus predecesores, este último grupo de misioneros graduados hará más de
lo que se espera de ellos, sí, que cumplan con lo que Jehová pide de ellos... ¡que glorifiquen su ministerio en sus
asignaciones extranjeras!
[Fotografía en la página 24]
Graduados de la clase número 84 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista de abajo las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres alistados de izquierda a derecha
en cada fila.
1) Norberg, C.; Holmes, T.; Holland, J.; Vehlen, B.; Rector, D.; Thomas, K. 2) Rajalehto, T.; Rajalehto, T.; Hoefnagels, J.;
Moonen, A.; Summers, C.; Wahl, H. 3) Holland, J.; Holmes, F.; Hoefnagels, H.; Koivula, V.; Moonen, M.; Thomas, B. 4)
Wahl, M.; Rector, W.; Summers, G.; Keighley, P.; Vehlen, P.; Norberg, O.
*** w88 1/12 págs. 21-23 Graduación de la clase número 85 de Galaad... una ocasión de gozo ***
Graduación de la clase número 85 de Galaad... una ocasión de gozo

UNOS 3.000 años atrás, después de la inauguración del templo, Salomón “envió al pueblo a sus hogares, gozosos y
sintiéndose bien en el corazón”. (2 Crónicas 7:10.) Esas palabras son una buena descripción de lo que sentían más de
4.000 personas que regresaban de una reunión en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en Jersey City el
11 de septiembre de 1988. ¿Por qué se habían reunido allí? Para presenciar la graduación de la clase número 85 de la
Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower.
Después de un cántico, el programa comenzó con una oración sincera por W. L. Barry, miembro del Cuerpo
Gobernante. T. Jaracz, también del Cuerpo Gobernante, presidió durante el día. ‘Para que esta ocasión realmente sea
refrescante y edificante en sentido espiritual —dijo Jaracz—, necesitamos el espíritu y las bendiciones de Jehová.’ Y ese
espíritu y esas bendiciones se hicieron obvios a medida que el programa se fue desarrollando.
Después de estos comentarios de apertura, los graduandos recibieron consejo de despedida mediante una serie de
discursos cortos y prácticos. R. L. Rains, del Comité de Betel, habló primero. Rains fundó sus comentarios en Génesis
12:1, 2 y exhortó a los estudiantes: ‘Sean una bendición en su asignación misional’. ¿Y cómo pueden ser eso? ‘Por su
derrotero de vida cuando lleguen allí’, recalcó. Después señaló dos factores muy útiles: 1) Deben reconocer que tendrán
que hacer algunos cambios para ajustarse a su nueva asignación; y 2) deben mantener la paz con las demás personas.
Con afecto y estímulo, J. E. Barr, del Cuerpo Gobernante, habló después a los graduandos sobre el tema “Danos más
fe”, basado en Lucas 17:5. ‘Recuerden —exhortó Barr— pedir diariamente a Jehová que les dé más fe.’ Siempre tengan
presente la razón principal por la cual Jehová los ha enviado a su asignación. ‘Siempre, día y noche, sientan el poder de la
organización invisible y la organización visible de Dios apoyándolos —instó Barr—. Es sumamente importante que soliciten
en sus oraciones: “Jehová, por favor, dame más fe”.’
Despertó curiosidad el tema del siguiente orador, F. D. Songer, del Comité de la Fábrica, “Una encomienda singular y
una llave especial”. Songer basó sus comentarios en 1 Crónicas 9:26, 27 y lo que dice allí de los porteros levitas. ‘Tenían
como función una encomienda singular’, explicó Songer. Tenían la llave... el instrumento que expresaba el mismísimo
control de la entrada en las zonas sagradas del templo. Eran confiables, pues sin falta abrían las puertas cada mañana.
Las palabras finales de Songer a los graduandos fueron: ‘A ustedes se les ha dado una encomienda singular y una llave
especial, por decirlo así, con la cual abrir las puertas, cada mañana, a los que quieren entrar en los patios de la adoración
verdadera. Guarden bien esa encomienda y sean confiables en el uso de esa llave’.
Después habló M. G. Henschel, del Cuerpo Gobernante, sobre “Sigue reteniendo el modelo de palabras saludables”. El
hermano Henschel se refirió a 2 Timoteo 1:13, 14 y explicó que el consejo de despedida de Pablo a Timoteo fue: ‘Usa este
modelo de palabras saludables que recibiste de mí, y guárdalo como un tesoro, una encomienda’. Los graduandos habían
recibido un tesoro también. Durante los cinco meses anteriores habían estudiado la Biblia y asuntos relacionados con el
ministerio. ‘Esta instrucción, o modelo de palabras saludables —explicó Henschel—, es algo que Dios ha puesto en manos
de ustedes para que lo usen, no solo para ustedes mismos, no, sino para que ayuden a otros.’
¿Qué consejo de despedida darían a sus estudiantes los dos instructores de la escuela? J. D. Redford habló primero
sobre el tema “Reconozca sus errores”. Redford dijo que aunque sabemos que “todos tropezamos muchas veces”, si se
nos acusa de habernos equivocado tendemos a justificarnos. (Santiago 3:2.) ‘El negarnos a reconocer nuestros errores es
como afirmar que somos infalibles’, dijo Redford. Lo sabio es confesarlos. ¿Por qué? El orador explicó: ‘Nadie puede
esperar que otros lo respeten si insiste en que está en lo correcto aun cuando es obvio que ha cometido un error. ¿Quién
puede confiar en alguien de quien por experiencia se sabe que hasta sacrifica la verdad para aparentar que tiene razón?
El reconocer un error edifica en nosotros fortaleza y dignidad. Pero el no hacerlo manifiesta cobardía, y nos debilita
moralmente’. No hay duda de que el aplicar ese consejo práctico ayudará a los estudiantes ya graduados a llevarse bien
con otras personas.
U. V. Glass, el otro instructor, y secretario general de la escuela, basó su exhortación final en el relato bíblico de
Gedeón, a quien Jehová utilizó para librar a Israel de los madianitas. (Jueces, capítulos 6–8.) Gedeón mostró que era
digno de la confianza de Jehová, porque, cuando la gente quiso hacerlo rey, rehusó y dijo: “Jehová es el que gobernará
sobre ustedes”. (Jueces 8:23.) Dijo Glass: ‘Ustedes tampoco quieren ensalzarse. Han mostrado que son confiables. Pero
esto no significa que son ustedes quienes luchan y ganan. Es Jehová quien los apoya’.
El último orador de la mañana fue A. D. Schroeder, del Cuerpo Gobernante, y mientras hablaba era patente su afecto
por la Escuela de Galaad. Y hay buena razón para eso... fue el secretario general de la escuela en su inauguración
en 1943. El hermano Schroeder habló sobre “Que se les halle fieles”, basándose en 1 Corintios 4:2. ¿Qué envuelve el ser
fiel? ‘Se describe así al que pone fe completa en las declaraciones y promesas preciosas de Jehová Dios —explicó
Schroeder—. También significa que uno es confiable, constante, leal a Jehová.’ ¿Hay ejemplos de personas a quienes ya
se haya hallado fieles? Tenemos a los hombres y las mujeres de antes del cristianismo mencionados en el capítulo 11 de
Hebreos; a Jesucristo; a los apóstoles y a otros discípulos ungidos del primer siglo E.C. Después de mencionar unos
ejemplos de la actualidad, el hermano Schroeder preguntó: ‘¿Qué se puede decir de nosotros?’. Y añadió: ‘O somos fieles
o somos infieles. Seamos de los ungidos o de la gran muchedumbre, todos, ambas clases, debemos igual fidelidad a
nuestra vocación’.
Después del discurso del hermano Schroeder, el presidente del programa comunicó saludos de varios países.
Entonces llegó el momento de distribuir los diplomas. Los 22 estudiantes habían venido de seis países: Alemania, Canadá,
Estados Unidos, Finlandia, Gran Bretaña y Suecia. Pero se les asignó a 11 diferentes países: Belice, Dominica, Ecuador,
El Salvador, Hong Kong, Lesoto, Paquistán, Paraguay, Puerto Rico, Senegal y Taiwan. ¿Y qué querían comunicar los
estudiantes en su graduación? Uno leyó una carta dirigida al Cuerpo Gobernante y a la familia de Betel que, en parte,
decía: “De nuevo queremos agradecerles el que hayan hecho de estos cinco meses los más memorables de nuestra vida”.
Después de un interludio, W. L. Van De Wall, del Comité del Departamento de Servicio, empezó el programa de la tarde
conduciendo un Estudio de La Atalaya abreviado. Tras eso, los graduados presentaron un programa breve que mostró
algunas de sus interesantes —y a veces divertidas— experiencias mientras testificaban en la ciudad de Nueva York.
Entonces toda la concurrencia, incluida la clase número 85, disfrutó de un programa especial titulado “Familiarizándonos
mejor con nuestros celosos misioneros”. Mediante diapositivas y grabaciones, el auditorio pudo ver —y oír— a misioneros
que han estado en sus asignaciones por muchos años.
Como conclusión apropiada, los estudiantes presentaron un drama bíblico en el que se dio énfasis a lo necesario de
ser celosos al hacer la voluntad de Dios. Después del cántico final, a todos conmovió profundamente la fervorosa oración
de conclusión que ofreció F. W. Franz, de 95 años de edad, presidente de la Sociedad Watchtower. Después todos
volvieron “a sus hogares, gozosos y sintiéndose bien en el corazón”.
[Fotografía en la página 23]
Clase graduanda número 85 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista de abajo, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha
en cada fila.
1) Johnston, Y.; Kuismin, S.; Ugarte, Z.; Williams, Z.; Grischkewitz, G. 2) Powers, E.; D’Angelo, L.; Honsberger, J.;
Williams, J.; James, J. 3) Kuismin, V.; Grischkewitz, U.; Ugarte, R.; Rogerson, A.; Lantunen, K.; James, D. 4) Rogerson, M.;
Johnston, R.; D’Angelo, T.; Honsberger, T.; Powers, T.; Danielson, M.
[Recuadro en la página 21]
Estadísticas de la clase:
Promedio de edad: 29,1
Promedio de años en la verdad: 13,4
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 9,1
Cantidad de hermanos solteros: 2
Cantidad de matrimonios: 10
[Recuadro en la página 22]
La Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower fue establecida en 1943 para adiestrar a misioneros y enviarlos a todas
partes de la Tierra. Durante las primeras 35 clases la escuela estuvo en la Hacienda del Reino de la Sociedad Watchtower,
cerca de South Lansing, Nueva York. Empezando el 6 de febrero de 1961 —con la clase número 36—, la escuela fue
trasladada a la oficina central de la Sociedad en Brooklyn, Nueva York, donde ha funcionado hasta ahora. Sin embargo, al
comenzar la clase número 86 el 17 de octubre de 1988, la escuela se trasladará a las Haciendas Watchtower, cerca de
Pine Bush, Nueva York.
*** w89 1/6 págs. 21-23 Nuevo hogar para la escuela misional de Galaad ***
Nuevo hogar para la escuela misional de Galaad

EL 1 de febrero de 1943, Nathan H. Knorr, presidente de la Sociedad Watchtower Bible and Tract, pronunció el discurso
de apertura de la primera clase de una nueva escuela. Explicó a aquellos cien estudiantes que “no es el propósito de [esta
escuela] equiparlos para ser ministros ordenados. Ya son ustedes ministros y han estado activos en el ministerio por varios
años. [...] El curso [...] tiene por único propósito el de prepararlos para ser ministros más capaces en [su ministerio]”. Hasta
este día la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower sigue adiestrando con éxito ministros para la obra misional en el
extranjero.
Allá en 1943 la Escuela de Galaad estaba en la región de Finger Lakes, en el Estado de Nueva York. Galaad estuvo allí
17 años. Después, en 1961, pasó a Brooklyn. ¿Con qué fin? El currículo de Galaad se ha preparado siempre para
satisfacer las necesidades de la organización. La necesidad de desarrollar y organizar mejor las sucursales por toda la
Tierra exigió instrucción más extensa de los estudiantes por miembros del personal de la oficina central de los testigos de
Jehová, ubicada en Brooklyn. Por eso, por varios años se puso el énfasis en adiestrar personal para las sucursales.
Después de eso, el curso de nuevo se concentró en la obra misional.
Durante los siguientes 27 años, desde 1961 hasta 1988 inclusive, los estudiantes de la Escuela de Galaad disfrutaron
del privilegio de vivir y aprender entre el personal de las oficinas centrales en Brooklyn. Allí los estudiantes se beneficiaron
de tener asociación estrecha con miembros del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová y con otros ministros
experimentados. ¿Qué mejor manera de aprender cómo funciona una sucursal de la Sociedad Watch Tower? Los
estudiantes no solo se beneficiaron del adiestramiento en las clases, sino también de observar al personal de las oficinas
centrales trabajando cada día.
¿Qué efecto tuvo la Escuela de Galaad en la predicación internacional? De los 93 coordinadores de comités de
sucursales que sirven para mantener organizada la obra por todo el mundo, 74 son graduados de la Escuela de Galaad.
Esto da buen testimonio del excelente entrenamiento que estos hombres recibieron para encargarse de la pesada
responsabilidad que tienen hoy de pastorear el pueblo de Dios. Innumerables superintendentes viajantes que ahora sirven
a la organización también son graduados de la Escuela de Galaad. Sí, el programa de adiestramiento en la Escuela de
Galaad se ha mantenido al paso con lo que la organización necesita.
Galaad sale de Brooklyn
Sin embargo, de nuevo se decidió trasladar a otro lugar la Escuela de Galaad. Así pues, en el otoño del año 1988,
cuatro camiones llenos de muebles y equipo de oficina llegaron al tercer hogar de Galaad... las Haciendas Watchtower,
ubicadas en Wallkill, Nueva York. En solo dos meses, el personal de mantenimiento de las Haciendas Watchtower preparó
excelentes salas de clase, una biblioteca y oficinas para la escuela. Algunos trabajaron noche y día para acondicionar la
escuela a tiempo para que la clase siguiente empezara su adiestramiento.
El 17 de octubre de 1988 comenzó la clase número 86 de Galaad. Sin interrupciones, la escuela siguió con su
propósito de ‘entrenar a hombres y mujeres para que sean ministros más sabios’. En los hermosos nuevos alrededores de
las Haciendas Watchtower se restauró parte del ambiente de la escuela original en la región de Finger Lakes.
Graduación de la clase número 86
El 5 de marzo de 1989 todo el personal de las oficinas centrales de la Watchtower en Brooklyn y en las Haciendas
Watchtower se reunió en el Salón de Asambleas de Jersey City para participar en la graduación de la clase número 86.
Daniel Sydlik, miembro del Cuerpo Gobernante, comenzó el programa con oración. Presidió Karl Klein, del Cuerpo
Gobernante. En su introducción, este hizo un contraste entre los misioneros que la cristiandad envía al extranjero y los de
los testigos de Jehová. ¡Cuánto éxito han tenido los misioneros adiestrados en Galaad al enseñar la verdad de la Palabra
de Dios en países como Japón, donde ahora más de 131.000 Testigos participan activamente en el ministerio del campo!
Con el tema “Que las buenas obras sean su identificación”, Donald Krebs describió el importante papel que han
desempeñado los misioneros de Galaad en el aumento mundial de la organización de Jehová. “Sus buenas obras en el
campo misional como maestros de la Palabra de Dios serán su [...] rasgo distintivo. Los estimulamos a esforzarse en su
obra. Jehová bendecirá abundantemente sus esfuerzos.”
George Gangas, miembro del Cuerpo Gobernante, presentó un animado discurso sobre el tema: “La Biblia es el mejor
libro bajo el Sol”. Aconsejó a los graduandos: “No olviden estudiar la Biblia. La Biblia está llena de gemas espirituales [...]
que brillan y relumbran. El que las aprecia desea mirarlas y remirarlas y disfrutar de su resplandor”.
El tema de Richard Eldred fue: “Usted puede ser importante para otros”. A medida que los nuevos misioneros tratan
con otras personas, pueden influir de manera positiva en la vida de ellas. Hombres y mujeres de la antigüedad como
David, Nehemías, Débora y Abigail influyeron para bien en otras personas al interesarse profundamente en ellas,
mantener una fe valerosa y desplegar una actitud apacible y espiritual.
“Cuente sus bendiciones” fue el mensaje de Lyman Swingle, miembro del Cuerpo Gobernante, a la clase graduanda.
Después de enumerar algunas de las bendiciones de que la clase había disfrutado, como el haber pasado cinco meses
estudiando intensamente la Biblia, les dio esta exhortación: “A medida que se acerca el fin, hallarán que el paso se
acelerará, que el camino quizás se haga más difícil de transitar, que la senda quizás sea más escarpada. Pero asegúrense
de nunca cansarse, de nunca ceder, para que lleguen al fin de su carrera”.
Uno de los instructores, Jack Redford, habló sobre: “No permita que su fortaleza se convierta en debilidad”. Basándose
en el consejo de Salomón: “No te hagas justo en demasía”, advirtió contra el depender demasiado de los haberes
personales más bien que apoyarse en Jehová. (Eclesiastés 7:16, 17.) “Rasgos buenos que se practican hasta el exceso
pueden convertirse en un escollo.” Por ejemplo, la persona cuya fortaleza es la ley y el orden pudiera llevar ese rasgo
hasta el extremo al adoptar un proceder demasiado rígido. Por eso, el instructor dio este consejo a la clase: “Todos
debemos estar al tanto de nuestras debilidades, pero también debemos estar al tanto de los puntos en que somos fuertes.
Sea justo, pero no justo en demasía. Apóyese en Jehová. Haga de Jehová su fortaleza”.
Ulysses Glass, instructor y secretario general de la escuela, explicó las palabras de Jesús: “Tomen sobre sí mi yugo”.
(Mateo 11:29, 30.) Aquí Jesús invita a sus discípulos a ‘meterse bajo el yugo con él’. Él no quería poner una carga sobre
ellos. Principalmente pensaba en las necesidades de los demás. Mostró humildad. No castigó a sus discípulos. Dijo:
“Aprendan de mí”. El misionero debe tener la mente de Cristo. Este orador dio encomio a la clase por su espíritu dadivoso
y estimuló a los estudiantes a seguir mostrando ese mismo espíritu en sus asignaciones en el extranjero.
Al acercarse a su fin el programa, Carey Barber, miembro del Cuerpo Gobernante, presentó un discurso animado sobre
el tema “La siega es la conclusión del sistema de cosas”. Llamó atención al cumplimiento moderno de la ilustración de
Jesús sobre el trigo y la mala hierba. (Capítulo 13 de Mateo.) Primero, se reúne a los ungidos de Cristo. Después,
especialmente desde el año 1935, se ‘siega’ también a las otras ovejas. La escuela de Galaad ha logrado una obra
maravillosa en la siega de discípulos de Cristo.
Después de la entrega de los diplomas a los graduandos, uno de ellos leyó una carta afectuosa que expresaba el
agradecimiento de los estudiantes por el adiestramiento y la atención que habían recibido de los instructores y de la familia
de Betel. En parte, la carta decía: “El celo que ustedes han desplegado, y su interés en nosotros no solo como clase de
Galaad, sino como individuos, nos ha impresionado y es un proceder digno de imitación. Sentimos tanto tristeza como
alegría al separarnos de ustedes... tristeza al partir porque echaremos de menos su presencia, pero felicidad y entusiasmo
en cuanto a nuestra nueva asignación”.
En el programa de la tarde los graduados participaron en un Estudio de La Atalaya conducido por Ralph Walls.
Entonces la clase representó algunas de sus experiencias prominentes en el ministerio del campo durante su estadía en
las Haciendas Watchtower. El Comité de Enseñanza del Cuerpo Gobernante presentó un programa de varias escenas
titulado: “El respeto a la autoridad promueve la unidad”. Y una presentación por diapositivas mostró el gozo de que han
disfrutado los misioneros en muchos países en el transcurso de los años. El programa terminó con una oración sincera y
conmovedora por Frederick Franz, presidente de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, quien tiene 95 años de
edad.
Por su respuesta entusiástica al programa, la concurrencia mostró que apoyaba a los misioneros en perspectiva y
apreciaba el programa. No hay duda de que los 24 graduados de la clase número 86 de Galaad están resueltos a hacer de
Jehová su fortaleza al encaminarse hacia las asignaciones privilegiadas que tienen en el campo misional.
[Fotografía en la página 23]
Graduados de la clase número 86 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista de abajo las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres alistados de izquierda a derecha
en cada fila.
1) Parrott, R.; Imig, E.; Benig, G.; Bengtsson, E.; Baart, W.; Ihander, K. 2) Lewis, J.; Hilario, L.; Lindmark, A.; Antoncich, C.;
Agurs, C. 3) Bengtsson, R.; Parrott, J.; Benig, J.; Imig, J.; Baart, A.; Rissell, S. 4) Rissell, M.; Lewis, L.; Antoncich, M.;
Hilario, R.; Agurs, H.; Lindmark, L.; Ihander, J.
[Recuadro en la página 21]
NOTAS SOBRE LOS ESTUDIANTES
Cantidad de matrimonios: 12
Cantidad de estudiantes: 24
Cantidad de países de origen: 6
Cantidad de países adonde van: 12
Promedio de edad: 32,3
Promedio de años en la verdad: 14,1
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 9,1
*** w89 1/12 págs. 21-23 “Cosas que nos llenan de expectación” ***
“Cosas que nos llenan de expectación”

EN LA cálida mañana del domingo 10 de septiembre, 4.155 personas se reunieron en el hermoso Salón de Asambleas
de los Testigos de Jehová en Jersey City, Nueva Jersey, para la graduación de la clase número 87 de la Escuela Bíblica de
Galaad de la Watchtower. En el auditorio estaban los 24 estudiantes y sus invitados, además de miembros de la familia del
Betel de Brooklyn y de las haciendas de la Sociedad.
A las 10.00 de la mañana, Albert Schroeder, el presidente de las sesiones del día, indicó que era tiempo de comenzar.
Tras el cántico de apertura, John Barr hizo una oración. Estos dos hermanos son miembros del Cuerpo Gobernante.
Después de suministrar algunos datos interesantes sobre la clase, el hermano Schroeder mencionó que los graduandos
estaban “preparados para participar en la actividad de alcance global de los testigos de Jehová, ahora en 210 países”.
Entonces pasó a presentar a siete oradores.
Robert Wallen, de las Oficinas Administrativas en la sede de la Sociedad en Brooklyn, basó en 1 Pedro 4:8 su discurso
sobre “Tengan amor intenso unos para con otros”. Dijo que los misioneros deben ayudarse mutuamente, y puesto que toda
la clase se componía de parejas casadas, habló especialmente para matrimonios. “La esposa debe amar a su esposo
aunque a ella quizás se le haga más fácil que a él aprender un idioma extranjero —aconsejó—. Debe ser comprensiva y
compasiva. Además, ¡debe verlo con comprensión cuando a él le toque cocinar un día a la semana!” (Por lo general se
espera que cada misionero prepare las comidas para los demás miembros del hogar misional en un día designado.)
Entonces el orador describió las frustraciones y experiencias jocosas de algunos esposos mientras aprenden a cocinar,
como la del que usó bicarbonato de sosa en vez de levadura en polvo. El hermano Wallen también señaló que el esposo
debe “considerar las necesidades de su esposa”, en vista del mucho tiempo que pueden exigir de él sus responsabilidades
en la congregación. Tanto a los esposos como a las esposas dijo: “Siempre sean edificantes; no hagan observaciones
desalentadoras, ni siquiera el uno al otro. Eviten aislarse. Y cuando cometan algún error, admítanlo”.
El siguiente orador, Daniel Sydlik, miembro del Cuerpo Gobernante, escogió el tema “Mantenga vivo el fuego del
espíritu de Dios”, y se basó en 1 Tesalonicenses 5:19. “El fuego puede calentar y puede destruir —dijo—. A veces los
misioneros animan y a veces intimidan. Un africano de edad avanzada dijo en cierta ocasión: ‘Sople suavemente’, como
sobre una brasa cuyo fuego uno quiere avivar. Cuando hable de cosas que quizás note en su asignación —cloacas
abiertas, moscas, el ruido del tráfico, un nuevo país, una religión desconocida—, muestre respeto. Más atrae lo dulce que
lo agrio. Aprenda a ‘soplar suavemente’ y mantener vivo el fuego del espíritu de Jehová.”
Entonces Kenneth Flodin, superintendente del Hogar Betel en las Haciendas Watchtower, consideró el tema “Salte a su
asignación con entusiasmo y cautela”. Puesto que la Escuela de Galaad está ahora en las Haciendas Watchtower, todos
los graduandos conocían bien al hermano Flodin. Él mencionó que era necesario ejercer cautela en cuanto a 1) el
materialismo y 2) el habla y el pensar que desalientan. “Eviten el egoísmo y sean altruistas —aconsejó—. Esperen
comodidades y cosas buenas en el nuevo mundo; no las busquen ahora.” Para ayudar a los estudiantes a evitar el
desaliento, el discursante citó Números 13:28, 32. Dijo: “Puede que algunas personas vean la misma cosa, pero unas
adoptan un punto de vista desalentador y otras un punto de vista animador. Como Caleb lo hizo en la antigüedad, confíen
ustedes en Jehová. Compartan pensamientos animadores con otros. Y si oyen habla desalentadora, cambien el tema para
evitar pensamientos que derrotan”.
Lloyd Barry, miembro del Cuerpo Gobernante y anteriormente misionero, dio consejo práctico. “El amor, el gozo y la
paz son cualidades esenciales para los nuevos misioneros —dijo—. Ustedes conocerán las debilidades de los demás en
su hogar misional, pero dirijan la atención a sus propias debilidades.” Recordó sus primeros días en Japón, cuando los
misioneros disfrutaban de comer pescado todos los días; pero entonces llegaron otros misioneros que eran alérgicos al
pescado. Hubo que cambiar el menú por consideración a los nuevos. También aconsejó: “Mantengan su sentido del
humor; nunca se ponga el Sol sin que ustedes hayan resuelto sus problemas. Mantengan la paz en el hogar, y serán
felices como misioneros”. (Efesios 4:26.)
Jack Redford, uno de los instructores de Galaad, entonces habló sobre “Jehová terminará su entrenamiento”, y fundó
sus declaraciones en 1 Pedro 5:10. Dijo: “Jehová puede entrenarlos al permitir situaciones difíciles. Como educó a los
apóstoles en tratar con conflictos de personalidad, los educará a ustedes. No se desesperen por las diferencias de opinión.
Estén dispuestos a modificar su personalidad. El orgullo lo dificulta, pero la humildad lo hace posible. Aprendan a ser
flexibles. Jehová también los entrenará en llevarse bien con los demás. Pero ‘no den su corazón a todas las palabras que
hable la gente’ acerca de ustedes”. (Eclesiastés 7:21, 22.) La persecución también entrena. A misioneros que han
aguantado persecución no les pesa haber sido adiestrados por ella; sienten gozo por ello.
Ulysses Glass, otro instructor, dio su mensaje final a los graduandos. Enfocó la atención en Efesios 4:1-3 y dio encomio
a los estudiantes por manifestar las cualidades que se describen allí, que conducen a la unidad, y los estimuló a continuar
haciendo eso. “La paz crea un enlace, y es necesaria para que haya unidad.” Entonces mencionó Efesios 4:4-6 y habló
sobre lo asombroso del espíritu de Dios, y recordó a todos que “Jehová es la Fuente de toda energía dinámica. Le
debemos profundo respeto; es cosa horrenda caer en sus manos”. (Hebreos 10:31.)
Gran expectación
Entonces todos escucharon con profundo interés a Theodore Jaracz, miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos
de Jehová, hablar sobre el tema principal: “Cosas que nos llenan de expectación”. Consideró 1 Corintios 2:9, y dijo: “Este
versículo no se refiere a cosas materiales, porque el siguiente versículo, 1 Corintios 2:10, menciona ‘las cosas profundas
de Dios’. Esto se relacionaba con ‘la sabiduría de Dios’ respecto al ‘secreto sagrado’, su ‘sabiduría escondida’ que venía
de más allá de este sistema solar, sí, de Dios mismo”. (1 Corintios 2:7.) Entonces remitió al auditorio a Isaías 64:4, que nos
recuerda que ‘nos mantengamos en expectación’ de Dios y de las cosas que él ha preparado.
¡Qué buenas cosas realmente puede esperar el pueblo de Dios! El hermano Jaracz indicó lo siguiente: “En 1919 cayó
Babilonia la Grande; en 1922 se dio la emocionante exhortación de ‘anunciar al Rey y el Reino’, predicar por todo el
mundo el Reino establecido; en 1935 el pueblo de Dios aprendió el significado de la ‘gran muchedumbre’ de Revelación
7:9; en 1943 la Escuela de Galaad empezó a enviar misioneros a los cabos de la Tierra; hoy, en 1989, ustedes los
graduandos tienen el privilegio de proclamar cosas buenas a la gente de sus asignaciones, que desea oír lo que ustedes
le llevan”.
Después de la entrega de los diplomas, uno de los estudiantes leyó una conmovedora carta de aprecio preparada por
la clase.
Por la tarde, Lon Schilling, coordinador del Comité de las Haciendas Watchtower, condujo un Estudio de La Atalaya
abreviado. Entonces los estudiantes presentaron un deleitable programa musical y representaron algunas de sus
experiencias en el servicio ministerial en el campo. Después, publicadores locales presentaron el oportuno drama: “Cómo
hacer frente a los ardides de Satanás”. Finalmente, después de unas entrevistas con seis de los graduados, todo el feliz
grupo entonó un cántico de conclusión y se deleitó en seguir mentalmente la oración por el presidente de la Escuela de
Galaad, Frederick Franz, quien ha cumplido ya 96 años.
[Fotografía en la página 23]
Clase graduanda número 87 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista de abajo, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres alistados de izquierda a derecha
en cada fila.
1) Heindel, E.; Andrews, D.; Casavant, D.; Montañez, E.; Nale, P.; Koukaras, S. 2) Miell, T.; Heithaus, M.; Melton, T.;
Hagberg, N.; Kettinen, M. 3) Kettinen, L.; Andrews, W.; Koukaras, E.; McCollough, S.; Melton, G.; McCollough, J. 4)
Heindel, W.; Casavant, G.; Miell, G.; Montañez, J.; Nale, M.; Hagberg, I.; Heithaus, K.
[Recuadro en la página 23]
NOTAS SOBRE LA CLASE
Cantidad de países representados: 5
Cantidad de países adonde van: 10
Cantidad de matrimonios: 12
Cantidad total de estudiantes: 24
Promedio de edad: 30,9
Promedio de años en la verdad: 13,4
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 9,2
*** w90 1/6 págs. 26-28 Se insta a los graduandos de Galaad a hacerse diestros en la comunicación ***
Se insta a los graduandos de Galaad a hacerse diestros en la comunicación

EL DOMINGO 4 de marzo de 1990 más de 4.100 personas concurrieron al Salón de Asambleas de los Testigos de
Jehová en Jersey City para la graduación de la clase número 88 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Los
24 graduandos habían venido de 6 países y se les enviaba ahora a 13.
El programa comenzó a las 10.00 de la mañana. Después de un cántico, George Gangas (de más de 90 años de
edad), miembro del Cuerpo Gobernante, abrió la sesión con una fervorosa oración a Jehová. Después, el presidente de la
reunión, C. W. Barber (también miembro del Cuerpo Gobernante, y además graduado de la clase número 26 de Galaad),
consideró brevemente algunos de los rápidos cambios que ha habido en la escena mundial y dijo: “Nunca antes ha habido
una oportunidad más maravillosa de ser testigos de la supremacía y la justicia de Jehová”. Entonces procedió a presentar
a los diversos oradores del programa matutino.
Vernon Wisegarver, miembro del Comité de la Fábrica de Brooklyn, escogió el tema “Sean hábiles en su trabajo”.
Valiéndose de una ilustración, asemejó a los graduandos de Galaad a un herrero de una aldea que hubiera forjado una
resistente cadena que, sujeta a un ancla, hubiera salvado la vida de todo viajero de un barco durante una tormenta. Al
instruir a la gente en el contenido de la Biblia, por las habilidades perfeccionadas durante su adiestramiento en Galaad los
misioneros la ayudarán a forjar una cadena salvavidas de cualidades piadosas. Animó a los graduandos a seguir puliendo
sus aptitudes docentes y a presentarse ante el mayor Rey de todos como “trabajadores hábiles”.
Después Jack Barr, miembro del Cuerpo Gobernante, habló sobre el tema “Gusten y vean que Jehová es bueno”. Sus
comentarios se basaron en Salmo 34:8, que dice: “Gusten y vean que Jehová es bueno; feliz es el hombre físicamente
capacitado que se refugia en él”. Les aconsejó: “Gústenlo todo en su asignación misional. Pruébenlo todo. No tengan
miedo de hacerlo. Así podrán experimentar la bondad de Jehová como nunca antes la han experimentado. Jamás sean
melindrosos. Nunca digan: ‘No me gusta esto’. Pruébenlo”.
Charles Woody, miembro del Comité del Departamento de Servicio de Brooklyn, escogió para hablar el tema:
“Mantengamos un punto de vista equilibrado de nosotros mismos”. Dijo: “Nos agrada estar con los que tienen un punto de
vista equilibrado de sí mismos, que no siempre tienen que salirse con la suya, que generosamente encomian y animan a
otros, y que, aunque tienen conocimiento, no hacen a otros creer que ellos no tienen ninguno”. Añadió: “Como misioneros,
ustedes querrán atraer a la gente a la verdad, no apartarla. Su humildad será inestimable como ayuda para que logren
eso”.
Lyman Swingle, miembro del Cuerpo Gobernante, pasó a hablar sobre “Los capítulos siguientes, ¿qué nos dirán?”.
Empezó diciendo: “Hoy ustedes empiezan un nuevo capítulo de su vida. ¿Qué escribirán en los capítulos que vendrán de
ahora en adelante?”. Les recordó: “Todo lo que hagan debe honrar y glorificar a Jehová”, y añadió: “Asegúrense de que
sus decisiones se basen en la Palabra de Dios. Acuérdense de Proverbios 3:7, que dice: ‘No te hagas sabio a tus propios
ojos’. Que se les halle fieles en cuanto a cumplir con su asignación”. Sus palabras de conclusión fueron: “Esperamos que
nunca terminen de escribir su biografía, que vivan para siempre”.
Le siguió Jack Redford, uno de los instructores de la escuela, quien dio a los graduandos la exhortación: “Sean
sacrificios vivos”. Empezó con estas palabras: “El servicio misional es una vida de sacrificio. [...] Su espíritu abnegado nos
hace amarlos”. Tras de citar de Filipenses 2:17, donde el apóstol Pablo dijo que había sido derramado como libación —
queriendo decir que estaba dispuesto a gastarse como sacrificio vivo—, el hermano Redford preguntó: “Pero ¿en qué
sentido sucede que frecuentemente los misioneros son como libaciones?”. Entonces relató dos experiencias sobre
misioneros que se han gastado más allá de lo requerido. Uno de ellos hizo 16.000 ladrillos con sus propias manos y
construyó el primer Salón del Reino que hubo en el país al que se le había asignado. La otra experiencia fue acerca de
una hermana que acompañaba a su esposo en sus viajes por la selva, donde las condiciones de vida eran muy primitivas.
Todas las hermanas locales estimaban a la misionera porque reconocían que ella se estaba derramando como ‘sacrificio
vivo’. Pero luego el orador recordó a los estudiantes que el sacrificio es nulo si no va acompañado de obediencia.
Utilizando el relato del rey Saúl y los amalequitas, exhortó: “Siempre recuerden que la obediencia es mejor que el
sacrificio. Nunca traten de negociar con Jehová. Siempre hagan lo que él les dice que hagan”.
Entonces el presidente presentó al otro instructor de la escuela, Ulysses Glass. El hermano Glass empezó con estas
palabras: “La clase 88 ha sido y es una clase feliz. Otras clases han sido felices también. De modo que, ¿por qué
sobresale la felicidad de ustedes?”. Pasó a mostrar que la felicidad “no es una meta, sino una consecuencia de las obras
rectas. Es el proceder que se sigue para llegar a la meta lo que trae el galardón”. Citó a un escritor cuya vida experimentó
una transformación después que vio la frase: “El éxito es un trayecto, no un destino”. Aquel escritor se resolvió a dejar de
valorar la felicidad según los logros sucesivos que alcanzara, en vez de considerar toda la vida como un trayecto continuo.
“No hay ningún camino a la felicidad —dijo—. La felicidad es el camino.” Luego el hermano Glass comentó que esta clase
había captado la esencia de esas palabras. Concluyó con esta exhortación a todos los estudiantes: “Sigan andando por
lugares donde abunda el agua. Prescindiendo de los problemas que afronten, que la felicidad que pertenece a los que
aman y temen a Jehová siga siendo suya”.
Después vino el discurso principal de la mañana, presentado por otro miembro del Cuerpo Gobernante, Karl Klein,
quien eligió el tema “Cultivemos la comunicación cristiana”. Comenzó por recordar a todos que no hay mayor comunicante
que Jehová. Su Hijo unigénito, el Logos, sirvió de Vocero Principal de Jehová y comunicó la voluntad y las instrucciones de
Dios a la creación terrestre. Cuando Jesús estuvo en la Tierra, las muchedumbres quedaban atónitas por su modo de
enseñar. Nunca habían oído a hombre alguno hablar como él. En Mateo 28:19, 20 Jesús animó a sus discípulos a ser
buenos comunicantes mediante salir al mundo y enseñar Sus mandatos a otros para hacer de ellos discípulos también.
Entonces el hermano Klein, hablando directamente a los futuros misioneros, dijo que hay cuatro vías en que los
misioneros deben cultivar buenas destrezas de comunicación: entre esposo y esposa, con otros en el hogar misional, con
los que sirven en la sucursal a la que están asignados, y con las personas a quienes hablen en el servicio ministerial en el
campo. “Uno empieza a comunicarse sin haber abierto la boca —dijo el hermano Klein—. Su porte y arreglo personal
comunican ideas al amo de casa.” Luego dio varias ilustraciones para probar su punto, y concluyó con estas palabras de
exhortación: “Sean humildes de mente. Mantengan abiertas las líneas de comunicación. Esfuércense por ser mejores
comunicantes”.
Tras la lectura de los saludos recibidos, el presidente entregó a cada graduando su diploma de mérito. Entonces la
clase presentó una resolución dirigida al Cuerpo Gobernante y a la familia Betel, que leyó Paul Angerville, de Guadalupe.
La sesión de la tarde comenzó con un Estudio de La Atalaya. Después de eso los estudiantes participaron en un
programa que dio al auditorio la oportunidad de ver algo del ambiente de la sala de clases, observar las reuniones
informales que tenían los estudiantes en sus habitaciones, y oír muchas de sus experiencias del servicio del campo desde
que habían ingresado en Galaad cinco meses atrás. Por último hubo un excelente drama titulado Haciendo lo correcto a
los ojos de Jehová. El drama fue representado por publicadores de la Congregación Lyndhurst, de Nueva Jersey. El día
terminó con un cántico final que fue seguido por una oración por Fred Franz, el presidente de la Sociedad, quien tiene
96 años de edad.
[Fotografía en la página 26]
Clase graduanda número 88 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista de abajo las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres alistados de izquierda a derecha
en cada fila.
1) Magney, D.; Rogers, L.; Foster, S.; Foley, R.; Untch, L.; Jonasson, G. 2) Buri, H.; Buri, B.; Krammer, M.; Hudson, D.;
Underkoffler, J. 3) Angerville, P.; Olsson, M.; Jones, A.; Untch, R.; Krammer, A.; Hudson, C. 4) Foley, L.; Magney, J.;
Jones, A.; Jonasson, H.; Foster, M.; Rogers, M.; Underkoffler, R.
[Recuadro en la página 27]
NOTAS SOBRE LA CLASE
Cantidad de países representados: 6
Cantidad de países adonde van: 13
Cantidad de hermanos solteros: 2
Cantidad de matrimonios: 11
Cantidad de estudiantes: 24
Promedio de edad: 32,7
Promedio de años en la verdad: 14
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 9
*** w90 15/12 págs. 22-24 Equipados para el servicio misional en la década de los noventa ***
Equipados para el servicio misional en la década de los noventa
EMPIEZA una era especial para los que sirven como misioneros. En muchos frentes se están abriendo puertas de
oportunidad, y todos los fieles testigos de Jehová están deseosos de hacerse más activos en su servicio.
Por eso, había grandes expectativas cuando los 24 estudiantes de la clase número 89 de la Escuela Bíblica de Galaad
de la Watchtower asistieron a su programa de graduación el 9 de septiembre de 1990. Un auditorio de más de
5.000 invitados y miembros de la familia de Betel se reunieron para la graduación de estos nuevos misioneros, que
previamente habían recibido asignaciones a diez países. Todo el programa, que se originó en el Salón de Asambleas de
los Testigos de Jehová en Jersey City, Nueva Jersey, E.U.A., fue oído también por auditorios reunidos en el Betel de
Brooklyn, las Haciendas Watchtower y el Centro Educativo Watchtower en Patterson, Nueva York.
A las 10.00 de la mañana, Theodore Jaracz, miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová y presidente
durante el día de la graduación, pidió al auditorio que entonara la canción de apertura. Después de esto Arthur Worsley, de
la familia del Betel de Brooklyn, ofreció oración. El presidente entonces se refirió a Hechos 10:33, que registra las palabras
del centurión romano Cornelio a Pedro: “Todos estamos presentes delante de Dios para oír todas las cosas que Jehová te
ha mandado decir”. Se señaló que los sucesos históricos que tuvieron lugar en los días de Pedro abrirían el camino para
que las buenas nuevas se declararan a personas de todas las naciones.
Philip D. Wilcox, de las Haciendas Watchtower, presentó el primero de siete discursos estimuladores. Basándose en
Filipenses 4:7, escogió como tema “Que la paz de Dios les ayude en su asignación”. Dijo: “Jehová Dios es la Fuente de
toda paz verdadera. Él disfruta de paz en sentido total o absoluto, y no experimenta ansiedad angustiosa ni aprensión ni
inquietud mental. Por consiguiente, una serenidad y paz rodea la resplandeciente presencia de Jehová en su trono, como
lo indica el arco iris de color esmeralda que Juan describe en la visión que tuvo. (Revelación 4:2, 3.) Su paz se extiende
hacia el exterior más allá de Él a todos los que permitan que esa paz les ayude. ¿Se lo permitirán ustedes?”. El hermano
Wilcox indicó dos ayudas muy importantes: la oración y el estar dispuestos a esperar en Jehová. (Miqueas 7:7; Filipenses
4:6.) Señaló que nada de lo que Dios permite puede causarnos daño duradero.
Lloyd Barry, miembro del Cuerpo Gobernante, habló después sobre el tema “Sigan sonriendo”. Empezó su discurso
con el dicho: “La risa es buena medicina”. Recordaba aquella frase porque allá en 1955 fue el tema que se destacó en la
cubierta del primer número de la revista ¡Despertad! en japonés. Pero ¿qué clase de risa? No la alborotosa e insensata
“risa del estúpido”. (Eclesiastés 7:6.) Más bien, es la risa gozosa y tranquila de los misioneros y otros que responden a la
invitación de David de siempre estar ‘regocijándose en Jehová’. (Salmo 32:11.) El hermano Barry mencionó que, a pesar
de pruebas intensas, Job podía seguir sonriendo, porque sabía que se mantenía íntegro a Dios. Los misioneros que se
mantienen firmes a pesar de experiencias difíciles como las de Job recibirán la bendición mayor al final. (Job 29:24;
42:12.) El orador concluyó con este pensamiento: “Manténganse ocupados, manténganse sonrientes, y ustedes también
serán recompensados por la sonrisa duradera de aprobación de Jehová”.
El siguiente orador fue Richard E. Abrahamson, quien escogió el tema “Que todos los hombres sepan lo razonables
que son ustedes”, tomando como base Filipenses 4:5. Según el griego de que se ha traducido la palabra “razonables”, esa
palabra puede comunicar el sentido de “ceder”. Algunos misioneros se han acarreado problemas solo debido a
preferencias personales. Uno se alarmó por la manera como otro misionero cortó para sí un pedazo de queso mientras
estaba a la mesa. Después de 22 años de servicio misional, esta persona que se había alarmado dijo que la mayoría de
las dificultades empiezan con asuntos de tan poca importancia como el de cómo corta alguien el queso. El orador dio este
consejo: “Aprendan a adaptarse, como un árbol en medio de un vendaval. El saber ceder tiene muchos beneficios, como
el de poder aguantar pruebas y apegarse a la asignación de uno con paz mental”.
Milton G. Henschel, del Cuerpo Gobernante, consideró el tema “Se ha abierto una puerta grande que conduce a la
actividad”. El hermano Henschel indicó que Jesús amaba a la gente, se compadecía de ella y le enseñaba muchas cosas.
Desde Éfeso el apóstol Pablo escribió a los corintios: “Una puerta grande que conduce a la actividad se me ha abierto,
pero hay muchos opositores”. (1 Corintios 16:8, 9.) A pesar de esta oposición, Pablo enseñó por dos años en el auditorio
escolar de Tirano, y el mensaje del Reino llegó a ser conocido por todo el distrito de Asia. (Hechos 19:9, 10.) La puerta
abierta llevó al éxito en su predicación. La congregación de Éfeso todavía funcionaba al fin del primer siglo. (Revelación
2:1-7.)
Jack D. Redford, instructor de Galaad, habló sobre el tema “Sigan dando prueba de lo que son”. (2 Corintios 13:5.) Los
misioneros de Galaad han abierto nuevos campos y fortalecido a congregaciones ya formadas, y han aguantado mucho y
resistido la carnada que el Diablo ha puesto ante ellos para apartarlos. Y nuevos misioneros siguen uniéndoseles. Con dos
experiencias claras, el instructor ilustró que es importante que uno pruebe su fe. Un misionero perdió sus privilegios
después de no hacer caso, por orgullo, a la advertencia que se le dio acerca de un proceder incorrecto. Por el contrario,
una misionera permaneció en su asignación con gozo, aunque durante los primeros tres meses en su asignación perdió
muchísimo peso y se le cayó el pelo debido a una enfermedad que le afectó también el sentido del oído. Ella ya lleva
42 años en su asignación y, mediante estudios bíblicos, ha ayudado a 156 personas a dedicarse y bautizarse. El hermano
Redford concluyó así: “Resistan al Diablo, y él huirá de ustedes. Nunca tomen su carnada. Sigan probando lo que ustedes
mismos son. Jehová los cuidará”.
Después, otro instructor, Ulysses V. Glass, habló sobre “La sabiduría está con los modestos”. (Proverbios 11:2.) Usó un
reloj de pulsera activado por energía solar como ilustración de que la luz de la Palabra de Dios puede mantenernos
“cargados de energía”. Señaló, sin embargo, que “el conocimiento por sí solo no da sabiduría. Dios también exige
modestia”. (Miqueas 6:8.) La modestia nos llevará a temer a Dios, y “el temor de Jehová es el comienzo de la sabiduría”.
(Proverbios 9:10.) Es verdad que tenemos que vernos con alguna estima, pues el condenarnos a nosotros mismos puede
ser destructivo. Jehová ha otorgado habilidad especial a algunos, como lo hizo durante la construcción del tabernáculo,
pero es necesario cultivar la fidelidad con modestia. “Durante sus estudios —dijo a la clase el hermano Glass— ustedes
dieron prueba de que se puede depender de ustedes y de que son respetuosos. Desplieguen la misma fidelidad en su
asignación, y Dios los bendecirá.”
Albert D. Schroeder, del Cuerpo Gobernante, pronunció el discurso principal “Bien equipados para el servicio misional
en la década de los noventa”. Empezó con estas palabras: “La década de los noventa ya ha empezado con sucesos
sorprendentes. Muchas naciones de la Europa oriental han experimentado sacudidas. Hace unos meses se abrió el Muro
de Berlín. El periódico The New York Times presentó el titular: ‘Agosto de 1990, el mes que sacudió al mundo’. Por eso,
ustedes los graduandos viven en un tiempo de sacudidas. ¿Los han preparado para ese tiempo sus cinco meses de
estudio? Definitivamente, ¡sí!”. Entonces mencionó algunos rasgos útiles de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas
Escrituras (Con Referencias) y señaló cómo un estudio de esta versión bíblica ha hecho que la Palabra de Dios cobre vida
para los que la estudian. Otro instrumento valioso que ha equipado a los estudiantes es “Toda Escritura es inspirada de
Dios y provechosa”, ahora en su edición revisada de 1990. La publicación reciente El hombre en busca de Dios debe ser
muy útil también para los misioneros. El hermano Schroeder concluyó así: “Por eso, hermanos, den gracias a Jehová por
la maravillosa e inapreciable educación que han recibido... una que es sólida y no puede ser sacudida. Vayan con la
bendición de Jehová y confíen de lleno en él y en nuestro maravilloso Caudillo, Jesucristo. Las palabras que tenemos en
las Escrituras ciertamente son inspiradas, y los guiarán y dirigirán en la obra misional”.
Se leyeron saludos procedentes de 11 países. Los estudiantes recibieron sus diplomas, y uno leyó una carta sincera de
ellos al Cuerpo Gobernante y a la familia de Betel.
En la sesión de la tarde hubo un estudio abreviado de La Atalaya conducido por David L. Walker, miembro del Comité
de las Haciendas Watchtower. Entonces los estudiantes utilizaron el tema inspirador de “El poder de la oración al predicar”
para representar experiencias que habían tenido en el campo de la predicación. Una congregación local presentó el
estimulador drama Libertados para promover la adoración verdadera, basado en el regreso de Esdras a Jerusalén para
promover la adoración verdadera. El hermano Frederick W. Franz, presidente de la Escuela de Galaad, concluyó el
programa con una conmovedora oración.
[Fotografía en la página 24]
Clase graduanda número 89 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista de abajo las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres alistados de izquierda a derecha
en cada fila. 1) Ahr, K.; Johnston, L.; Ng Ying Kin, V.; Sukkau, A.; Rodríguez, A.; Myklebust, N. 2) Ahr, H.; Verbeek, P.;
Verbeek, K.; DeBolt, S.; DeBolt, S. 3) Sukkau, W.; Ayala, L.; Ayala, S.; Jenson, R.; Ng Ying Kin, J.; Myklebust, T.
4) Rodríguez, C.; Ferlisi, G.; Ferlisi, L.; Tank, J.; Jenson, K.; Tank, J.; Johnston, P.
*** w91 1/6 págs. 26-29 Graduados de Galaad en camino a una vida remuneradora ***
Graduados de Galaad en camino a una vida remuneradora

“¡QUÉ feliz ocasión es esta, la graduación de la nonagésima clase de Galaad!” Con esas palabras introdujo el
programa de la graduación el presidente del programa, Karl F. Klein, del Cuerpo Gobernante. Añadió las siguientes
palabras al recordar el principio de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower: “Allá en 1943, al graduarse la primera
clase de Galaad, ¿quién hubiera pensado que 48 años después todavía estaríamos congregándonos para la graduación
de una clase, esta vez la nonagésima?”.
Sin embargo, el 3 de marzo de 1991, un día de temperatura sobre lo normal en Nueva Jersey, más de 4.000 invitados y
miembros de la familia de Betel se reunieron en el Salón de Asambleas de Jersey City, al otro lado del río de la ciudad de
Nueva York, para la graduación de estos nuevos misioneros. Antes de emprender su vida de misioneros, los estudiantes
recibirían consejo de despedida en su día de graduación.
El programa había empezado con un cántico. Después, toda la concurrencia se conmovió profundamente cuando el
presidente de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, Frederick W. Franz, de 97 años de edad, hizo la oración de
apertura. Luego, tras las declaraciones introductorias del presidente del programa, los graduandos —y toda la
concurrencia— escucharon con interés una serie de breves discursos prácticos.
Max H. Larson, del Comité de la Fábrica, habló primero, sobre el tema “Colaboradores de Jehová”. Después de
mencionar el arca que Noé y su familia construyeron con el fin de conservar vidas, dijo: ‘Hoy Jehová está juntando una
familia mundial de millones de personas, y se propone llevar a esta gran familia a través de la gran tribulación’. ¿Cómo?
Pues, mediante lo que en nuestros tiempos corresponde al arca... ¡el paraíso espiritual! Recordó a los graduandos:
‘Ustedes irán a diferentes partes de la Tierra, donde serán colaboradores de Jehová en construir el arca de nuestros
tiempos’. Preparándolos para el futuro, dijo: ‘Va a requerir trabajo de parte de ustedes. Va a requerir paciencia. Se les
presentarán obstáculos. Entonces necesitarán las aptitudes que les ha dado su adiestramiento’.
Daniel Sydlik, miembro del Cuerpo Gobernante, había visitado poco antes a misioneros de mucha experiencia en
Japón y Costa Rica. Al tratar el tema “Su modo de vivir es remunerador”, pasó a los graduandos unas sugerencias útiles
que había obtenido de aquellos misioneros de éxito. Explicó que cierta hermana le mencionó el consejo que había recibido
de su madre: ‘Ama el servicio del campo. Cultiva amistades. Comparte tu vida con otros, y eso significará felicidad para ti’.
Otra hermana dijo: ‘Con el transcurso de los años hemos comprendido que no se nos desilusionará fácilmente si no
esperamos demasiado de las demás personas. Cualquier acto de bondad y consideración de que seamos objeto cobrará
entonces mucho más significado para nosotros’. Sin duda, consejo práctico como ese ayudará a los graduados a hacerse
misioneros de éxito también.
“Tengan gran paciencia para con todos”, dice 1 Tesalonicenses 5:14. Leon Weaver, del Comité del Departamento de
Servicio, comentó sobre ese texto cuando habló sobre “Sean pacientes en todas sus actividades”. ¿A quiénes abarca el
“todos” de ese texto, las personas para con las cuales tenemos que ejercer paciencia? El orador contestó: ‘A las personas
a quienes usted habla en el servicio del campo. A los hermanos y las hermanas de su nueva congregación. A sus
compañeros en la obra misional. Al personal de la sucursal. A su cónyuge. A usted mismo’. ¿Por qué ser pacientes en
todas nuestras actividades? ‘Hermanos y hermanas —explicó el orador—, la paciencia reduce la tensión y la ansiedad. La
paciencia produce paz. La paciencia mantiene viva la esperanza. La paciencia nos ayuda a servir con gozo.’
Albert D. Schroeder, miembro del Cuerpo Gobernante y secretario original de la Escuela de Galaad, habló después. Se
expresó sobre el tema “Continúe siguiendo a su Dechado... Jesucristo”, y fundó sus comentarios en el capítulo 2 de
Filipenses. “Mantengan en ustedes esta actitud mental [“En esto estén ustedes poniendo mente”, nota] que también hubo
en Cristo Jesús”, dice el versículo 5. El orador explicó: ‘Esto indica que tenemos que pensar equilibradamente, como
Jesús mismo pensó equilibradamente’. En un interesante examen desde el versículo 6, mostró que primero Pablo da
pruebas de que Jesús desplegó pensamiento equilibrado (versículos 6-8), y luego pasa a describir los modos como
Jehová recompensó a Jesús por su proceder de obediencia (versículos 9-11). ‘Esto es parte del privilegio de ustedes —
concluyó—: predicar al Señor Jesucristo, y ayudar a otros a tener la misma actitud mental que él desplegó.’
¿Qué palabras de despedida tendrían para los estudiantes sus instructores? Jack D. Redford habló sobre “La
capacidad de pensar te vigilará”. (Proverbios 2:10, 11.) Explicó: ‘Al partir ahora, su felicidad no va a depender de quién es
usted, ni qué tiene, ni siquiera del hecho de que es graduado de Galaad. Su felicidad dependerá de cómo piensa. Si usted
ejerce su capacidad de pensar y aplica su conocimiento, será feliz’. Dio la siguiente explicación de la importancia de la
capacidad de pensar: ‘La diferencia entre la acción correcta y la incorrecta es el pensamiento. Lo que uno piensa
determina lo que uno hace’. J. D. Redford concluyó con estas palabras de estímulo a los estudiantes: ‘En el mundo hay
muchas personas muy inteligentes que no saben pensar bien, y hay muchas personas de inteligencia promedio que han
llegado a ser pensadores capaces. Por lo tanto, adquiera esa aptitud. Resuélvase a usar la mente. Use su conocimiento.
Enfréntese con éxito a los problemas. Llévese bien con la gente. Acepte la autoridad. Sea productivo en su trabajo.
Aguante en su asignación’.
Ulysses V. Glass, el secretario de la escuela, escogió el tema “Jehová apoya nuestra mano”, con Salmo 37:23, 24
como base. Dijo: ‘Tengo que dar encomio a esta clase por el interés que manifestó en aprender’. Les recordó algunas
ayudas que Jehová ha provisto para apoyarlos: la Palabra de Dios, el esclavo fiel y discreto bajo la dirección de Jesús
para comunicar significado y entendimiento de las Escrituras, diversas publicaciones, reuniones y asambleas. Continuó
así: ‘Las ayudas que ustedes han usado en sus estudios son como una vara y un cayado espirituales. Las necesitamos
como apoyo espiritual, y ellas también nos infunden autoridad cuando transmitimos a otros la Palabra de Dios’. Concluyó
con estas palabras de consejo a los estudiantes: ‘Si su corazón está lleno de amor a la gente, los corazones sinceros
responderán. Ustedes tendrán éxito en su ministerio, y sabrán que Jehová apoya su mano’.
El orador final del programa matutino fue Carey W. Barber, del Cuerpo Gobernante, quien escogió el tema “Pase por la
puerta angosta”. Comentó sobre Lucas 13:23, 24, y señaló: ‘Muchos quieren las bendiciones de la vida, pero muy pocos
están dispuestos a esforzarse con suficiente vigor como para obtenerlas’. ¿Qué se puede decir de nosotros? ‘Es bueno
que nos preguntemos: “¿Qué significa para mí, personalmente, esta ilustración de la puerta angosta?”.’ Algunos no pasan
por la puerta angosta, no porque sea imposible hacerlo, sino porque no están dispuestos a hacer el esfuerzo. ‘Jehová no
está pidiendo demasiado de nosotros’, explicó el orador. ‘Con la ayuda de Jehová —concluyó—, esforcémonos todos con
suficiente vigor como para pasar por la puerta angosta al nuevo mundo donde habrá vida para siempre, paz, gozo y
felicidad, ¡para la gloria eterna de Jehová!’
Después de estas expresiones, el presidente del programa comunicó saludos recibidos de varias partes de la Tierra.
Había llegado el tiempo para que los graduandos recibieran sus diplomas. Los estudiantes habían venido de seis países:
Alemania, Canadá, Estados Unidos, Finlandia, Gran Bretaña y Suiza. Pero sus asignaciones los llevarían a países como
Argentina, Benín, Bolivia, Papuasia Nueva Guinea, Perú, República Dominicana, Santa Lucía y Taiwan. ¿Y cómo se
sintieron los estudiantes en su día de graduación? En una carta conmovedora dirigida al Cuerpo Gobernante y a la familia
de Betel, dijeron en parte: “Confiamos en el apoyo del Cuerpo Gobernante, la familia de Betel y toda la organización de
Jehová. Al enfrentarnos con las pruebas que nos esperan, atesoraremos ese apoyo. Ciertamente agradecemos eso”.
Después de un intermedio, el programa de la tarde empezó con un estudio abreviado de La Atalaya, dirigido por Karl A.
Adams. Después los estudiantes representaron experiencias de la vida real sobre cómo llegar al corazón de la gente al
enseñar la Palabra de Dios. Finalmente, todos los presentes, entre ellos los graduados de la nonagésima clase disfrutaron
del oportuno drama Evite las ansiedades de la vida, presentado por publicadores locales.
El presidente del programa, Karl Klein, habló por todos cuando dijo en sus declaraciones de conclusión: “¡Ciertamente
ha sido bueno para nosotros haber estado aquí este tercer día de marzo de 1991!”. El deleitable programa terminó
entonces con un cántico de conclusión que fue seguido por una oración hecha por Harold J. Dies.
[Fotografía en la página 26]
Nonagésima clase graduanda de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista de abajo las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres alistados de izquierda a derecha
en cada fila.
1) Miller, M.; Helenius, S.; Marsh, L.; Kleeman, A.; Loosli, Y.; Nizan, H. 2) Skogen, R.; Nutter, D.; Noack, E.; Diehl, L.; Hair,
J. 3) Marsh, C.; Helenius, H.; Loosli, M.; Danio, A.; Danio, A.; Nizan, D. 4) Miller, L.; Noack, J.; Hair, L.; Kleeman, W.;
Skogen, D.; Diehl, S.; Nutter, W.
[Recuadro en la página 27]
Datos sobre la clase
Cantidad de países representados: 6
Cantidad de países adonde van: 10
Cantidad de estudiantes: 24
Promedio de edad: 31,2
Promedio de años en la verdad: 15
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 11
*** w91 1/12 págs. 21-23 Más misioneros para la siega global ***
Más misioneros para la siega global

SEPTIEMBRE es un mes de recolección o siega para los agricultores, pero una siega mucho más importante atrajo a
un gran grupo de personas al Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en Jersey City, al otro lado del río Hudson
desde la ciudad de Nueva York, el 8 de septiembre de 1991. Era el día de graduación de la clase número 91 de la Escuela
Bíblica de Galaad de la Watchtower. Unos 4.263 miembros de la familia de Betel e invitados estuvieron allí, mientras otras
1.151 personas escuchaban el programa por línea telefónica en las oficinas centrales de Brooklyn y en las haciendas de
Wallkill y Patterson.
El presidente de la Escuela de Galaad, Frederick W. Franz, quien pronto cumpliría 98 años de edad, empezó el
programa con una oración conmovedora y muy reverente. Albert D. Schroeder, miembro del Cuerpo Gobernante que había
sido secretario general e instructor de la escuela, presidió el programa de la graduación. Recordó al auditorio el texto de
Salmo 2:1, 2 y otras profecías que predicen este tiempo de sacudidas y tumultos entre las naciones. Este estado de
perturbación ha significado que se han abierto muchos nuevos campos para la siega.
El primer discurso del día lo presentó George M. Couch, miembro del Comité de Betel. Habló sobre “Cuenten sus
bendiciones”. Recordó a los estudiantes de Galaad que nunca es demasiado temprano para que uno empiece a contar sus
bendiciones. Indicó que los estudiantes mismos ciertamente habían sido bendecidos, pero que aquellas bendiciones solo
habían venido después de mucho trabajo duro. De manera similar, Jacob, cuando tenía 97 años de edad, luchó toda una
noche con un ángel... todo para recibir una bendición. (Génesis 32:24-32.) El hermano Couch instó a los estudiantes a no
dedicar tiempo a pensamientos pesimistas, sino a hacerse una bendición a otros por el cultivo de la tranquilidad mental
mediante oración y resolución.
John E. Barr, del Cuerpo Gobernante, habló después sobre “Tengan amor entre sí”. Los seguidores de Jesús estaban
dispuestos a morir unos por otros. “¿Sienten ustedes esta clase de amor en su corazón?”, preguntó a los estudiantes. ‘Sin
este amor —dijo—, no somos nada. Así de sencillo es el asunto.’ (1 Corintios 13:3.) El hermano Barr mencionó algunas
maneras prácticas de mostrar amor. Estimuló a los estudiantes a tratar con respeto a sus compañeros misioneros, y
siempre procurar expresarse sin ofender. ‘Olvídense de cuestiones de poca importancia’, les aconsejó, con la cita de
1 Pedro 4:8. Señaló que hasta cuando a los misioneros les tocara trabajar en la cocina podrían mostrar amor mediante ver
en el trabajo más que simplemente un deber con el cual cumplir a la ligera. Recordó a los estudiantes: “Nunca dejamos de
deber amor a nuestros hermanos y hermanas”. (Romanos 13:8.)
“¿Cuán confiados se sienten?”, fue el tema interesante que trató David A. Olson, del Comité del Departamento de
Servicio. Recalcó dos aspectos de la confianza: en Jehová y su organización, para lo cual tenemos muchísimas razones
(Proverbios 14:6; Jeremías 17:8); y en uno mismo. Los misioneros tienen razón para una medida de confianza en sí
mismos; por ejemplo, sus antecedentes de ministros y la confianza que Jehová y su organización han puesto en ellos. El
apóstol Pablo mostró confianza de esa índole por razones similares. (1 Corintios 16:13; Filipenses 4:13.) Sin embargo, el
hermano Olson aconsejó contra manifestar la confianza excesiva que el mundo promueve, como la ejemplificó cierto
escritor famoso que, según informes, dijo: “Suelo citarme a mí mismo. Eso sazona mi conversación”. Sin embargo, una
confianza equilibrada con humildad puede infundir confianza en otros. Eso ciertamente fue cierto en el caso de Pablo.
(Filipenses 1:12-14.)
Lyman A. Swingle, del Cuerpo Gobernante, entonces exhortó así a los estudiantes: “¡A los campos para la siega,
graduados de Galaad!”. Dijo que este era un día de siega para la Escuela de Galaad y para la hermandad mundial, pues
los estudiantes ya graduados saldrían a unirse a los miles de graduados anteriores que todavía siguen en la obra
misional... ¡algunos de las clases primera, segunda y tercera de los años cuarenta! El hermano Swingle señaló que en
aquel tiempo nadie sabía que la obra misional se extendería por otros 50 años, ni que el nazismo, el fascismo y otras
barreras gubernamentales a la predicación se desplomarían. “Si nos llena de admiración lo que Jehová ha hecho en el
pasado —preguntó—, ¿qué podremos decir del futuro?” Concluyó con la conmovedora exhortación: “¡Al campo!”.
Entonces los dos principales instructores de la Escuela de Galaad dirigieron la palabra por última vez a la clase
número 91. Jack D. Redford habló sobre “Adquieran sabiduría”. Dijo a los estudiantes que la Escuela de Galaad enseña
conocimiento y entendimiento, pero que ellos tienen que adquirir sabiduría, el poder usar su conocimiento de la manera
correcta. Exhortó a los estudiantes a rechazar el mito de que lo habían aprendido todo en Galaad. “Lo que cuenta es lo
que ustedes aprendan después del curso.” Algunas cosas que todavía tienen que aprender: a tratar apaciblemente con la
gente, a poder decir “lo siento” a un cónyuge, a otros misioneros y a los hermanos y hermanas locales; a ejercer cautela
en cuanto a confiar en las primeras impresiones y a darse cuenta de que todo problema es complejo y requiere
entendimiento profundo de las circunstancias si se quiere dar consejo sabio; y a respetar a los hermanos locales por saber
superar circunstancias difíciles. (Proverbios 15:28; 16:23; Santiago 1:19.)
Ulysses V. Glass, el secretario general de la Escuela de Galaad, hizo de Filipenses 3:16 el tema de su discurso.
Encomió a la clase por su progreso y los exhortó a continuar amoldándose a ese texto bíblico. Indicó que aunque los
estudiantes deberían seguir adquiriendo conocimiento exacto, nunca llegarían a saberlo todo. Ilustró el punto con un reloj
digital. Su dueño quizás sepa hacerlo funcionar sin saber precisamente cómo está construido para ello. De manera similar,
los misioneros no deben despreciar a los que, aunque no tienen su profundidad de conocimiento, saben lo que es
importante: temer a Jehová. (Proverbios 1:7.) Recordó a la clase la importancia de mantener un ‘ojo sencillo’. (Mateo
6:22.) El ojo espiritual puede tener impedimentos, lo mismo que el ojo físico. Por ejemplo, algunos tienen visión túnel —se
concentran demasiado en unos cuantos detalles y no pueden ver el cuadro entero— mientras que otros, al contrario, ven
solo las cuestiones periféricas o de alrededor y nunca ven con claridad las cuestiones clave que deben atenderse.
El discurso final de la mañana fue “Identifiquen la organización de Jehová y trabajen con ella”, y lo presentó Theodore
Jaracz, del Cuerpo Gobernante. El hermano Jaracz dijo que aunque hay miles de organizaciones y sociedades en el
mundo, de todas estas solo hay una que no se origina del mundo. ¿Cómo identificar a la única organización que
representa a Jehová? La Palabra de Dios suministra las marcas de identificación. La Biblia muestra que la creación
celestial de Dios manifiesta organización superlativa. (Salmo 103:20, 21; Isaías 40:26.) También la organización terrestre
de Jehová puede ser identificada por el orden que hay en ella así como porque está separada del mundo, porque se
adhiere estrictamente a los principios bíblicos, por su alto nivel de limpieza moral y por el amor que se manifiesta entre sus
miembros. El hermano Jaracz instó a los estudiantes de Galaad a ayudar al mayor número posible de personas en sus
asignaciones a identificar bíblicamente a la organización de Jehová. Con relación a eso, hizo un anuncio emocionante:
¡Pronto la Escuela de Galaad tendrá el doble de la cantidad de estudiantes, alrededor de 50 en la clase número 93!
Además, al mismo tiempo comenzarán clases en Alemania, en una Extensión de la Escuela de Galaad. ¡Hubo aplauso
prolongado y fuerte!
Como culminación de la mañana, los 24 estudiantes de Galaad recibieron sus diplomas. Pronto estarían de camino a
12 diferentes países del mundo. La clase presentó una sincera resolución en la que expresó gracias al Cuerpo Gobernante
y a la familia de Betel. Después del almuerzo, el hermano Charles J. Rice, del Comité de las Haciendas Watchtower,
condujo un estudio abreviado de La Atalaya. Entonces los estudiantes presentaron un animado programa en que
representaron algunas de sus experiencias en el servicio del campo durante su curso de cinco meses en Wallkill, Nueva
York. Después, publicadores de varias congregaciones locales presentaron un drama que llevaba como título Jóvenes que
recuerdan a su Creador ahora.
Para cerrar el programa, el hermano George Gangas, de 95 años de edad, miembro del Cuerpo Gobernante, ofreció
una oración característicamente animada a Jehová. El auditorio partió muy vigorizado, pues toda persona se sintió
impulsada a participar a mayor grado en la siega global.
[Fotografía en la Página 23]
Clase graduanda número 91 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista de abajo las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres alistados de izquierda a derecha
en cada fila.
1) McDowell, A.; Youngquist, L.; Skokan, B.; Wargnier, N.; Miller, Y.; Muñoz, M. 2) Bales, M.; Pérez, D.; Attick, E.;
Vainikainen, A.; Mostberg, K. 3) DePriest, D.; DePriest, T.; Pérez, R.; Wargnier, J.; Muñoz, J.; Miller, J. 4) McDowell, S.;
Bales, D.; Skokan, M.; Attick, C.; Youngquist, W.; Vainikainen, J.; Mostberg, S.
[Recuadro en la página 22]
Datos sobre la clase
Cantidad de países representados: 6
Cantidad de países adonde van: 12
Cantidad de estudiantes: 24
Cantidad de matrimonios: 12
Promedio de edad: 33,4
Promedio de años en la verdad: 16,13
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 11,3
*** w92 1/6 págs. 21-23 Graduados de Galaad aceptan la dádiva del servicio misional ***
Graduados de Galaad aceptan la dádiva del servicio misional

EL DÍA 1 de marzo de 1992 los 22 miembros de la clase graduanda número 92 de la Escuela Bíblica de Galaad de la
Watchtower aceptaron una dádiva... la dádiva del servicio misional. Mientras dirigía unas palabras a la clase, Lloyd Barry,
del Cuerpo Gobernante, declaró: “Que reciban esa dádiva maravillosa con gran gozo, y que la utilicen para llevar gozo a
otros”.
Unos 4.662 invitados y miembros de la familia de Betel se reunieron en el Salón de Asambleas de Jersey City, Nueva
Jersey, para el programa de graduación. Hubo otras 970 personas en varios edificios de la Sociedad Watchtower
localizados en Brooklyn, Wallkill y Patterson, Nueva York, que escucharon el programa por línea telefónica. Todos
prestaron cuidadosa atención a medida que se daba a los estudiantes consejo de despedida para ayudarlos a tener en
alta estima la dádiva del servicio misional y utilizarla sabiamente.
El programa empezó con el canto entusiástico del cántico número 155, “‘¡Recibámonos unos a otros!’”. Después a
todos les conmovió la oración sincera que hizo Frederick W. Franz, presidente de la Escuela de Galaad y quien tiene
98 años de edad. Entonces el presidente del programa, Carey Barber, del Cuerpo Gobernante, dio a todos la bienvenida al
programa de graduación y dijo: “Nunca han hecho más falta misioneros de Galaad que en la actualidad”. Después de sus
comentarios estuvo a cargo de la presentación de una serie de discursos breves y provechosos.
Curtis Johnson, miembro del Comité del Hogar Betel, fue el primer orador y desarrolló el tema “Cuiden bien de su
jardín”. El hermano Johnson señaló que cuando los nuevos misioneros lleguen a sus asignaciones, cada uno tendrá que
cultivar un jardín espiritual. (1 Corintios 3:9.) El pueblo de Jehová por todo el mundo es un jardín espiritual donde brotan la
justicia y la alabanza delante de todas las naciones. (Isaías 61:11.) ‘La manera como cuiden de su jardín espiritual en el
futuro —subrayó el discursante— tendrá un efecto crucial en que tengan éxito en su asignación misional.’ ¿Qué los
ayudará a cuidar bien de su jardín espiritual? ‘Jehová puede ser un muro de protección alrededor de su jardín espiritual. Si
ustedes están resueltos a cultivar obras justas, manténganse allegados a él en oración y luego obren de acuerdo con sus
oraciones.’
Le siguió Lloyd Barry, quien habló sobre el tema “Siempre regocíjense en el Señor”. (Filipenses 4:4.) Con más de
25 años de experiencia misional en Japón a la cual recurrir, tenía algunas sugerencias prácticas para ayudar a los
estudiantes a disfrutar de la dádiva del servicio misional. Hizo esta observación: ‘Ustedes van a encontrar que el gozo que
sienten al servir a Dios les ayuda a vencer muchas de las tensiones y quizás algunos de los problemas físicos que
experimenten’. (Proverbios 17:22.) Recordó a los estudiantes que tal vez afronten condiciones y situaciones muy
diferentes de aquellas a las que han estado acostumbrados. Puede que tengan que aprender un nuevo idioma. ‘Tendrán
que esforzarse con diligencia por aprender ese idioma. Pero una vez que puedan comunicarse libremente con la gente en
su propio idioma, esto también contribuirá al gozo de ustedes.’
A continuación Eldor Timm, del Comité de la Fábrica, desarrolló el tema “Mantengan la vista en el premio”. ¿Cuál es el
premio? ¡Vida eterna! Para alcanzarlo, tenemos que mantener la vista fija en él. El discursante consideró algunas de las
similitudes y diferencias que hay entre los cristianos que participan en la carrera por la vida y los corredores de las
competencias atléticas del primer siglo. Al igual que los corredores, los cristianos tienen que entrenarse vigorosamente,
observar las reglas y quitarse molestos pesos. Pero a diferencia de los corredores literales, los cristianos están en una
carrera de toda la vida y procuran alcanzar un premio que es eterno. En lugar de haber un solo ganador, todos los que
corran en la carrera por la vida hasta terminarla recibirán el premio. El hermano Timm concluyó así: ‘Para alcanzar el
premio de la vida, tenemos que estar en paz con Jehová, el Dador del premio. Y para estar en paz con Jehová, tenemos
que estar en paz con nuestros hermanos’.
Milton Henschel, del Cuerpo Gobernante, habló luego sobre el tema “Mediante el consuelo de las Escrituras, tenemos
esperanza”. (Romanos 15:4.) ‘Por los pasados cinco meses —empezó diciendo el orador— ustedes han estado ocupados
aprendiendo de la Biblia. Se han familiarizado con ella en gran manera. Tienen una esperanza firme. A medida que partan
para sus asignaciones, sírvanse recordar por qué es tan firme su esperanza. Es porque se han familiarizado bien con las
Escrituras.’ Como ejemplo de un relato bíblico que infunde esperanza, el discursante se refirió a los capítulos 6 a 8 de
Jueces, que cuentan cómo se comisionó a Gedeón para liberar a Israel de la opresión madianita. Después de considerar
el relato y su significado para nuestros días, señaló: ‘Cuando uno tiene la oportunidad de familiarizarse con las Escrituras y
pensar en estas cosas, se siente refrescado. Se anima’.
Todos los presentes estaban deseosos de oír qué consejo de despedida darían a los estudiantes los dos instructores
principales. Primero Jack Redford habló sobre el tema “Hagan lo correcto”. Recordó a los estudiantes: ‘En Galaad ustedes
recibieron adiestramiento cabal en lo que es correcto según las Escrituras. Pronto partirán para asignaciones misionales
que presentan desafíos. Y sabemos que probablemente van a toparse con problemas difíciles por el camino. A pesar de
eso, y pese a sus propios sentimientos, sabemos que pueden hacer lo correcto’. ¿Qué los ayudará? En primer lugar, tener
el punto de vista correcto de otros. El orador dijo: ‘No esperen que de la imperfección provenga perfección’. Tener el punto
de vista correcto de las situaciones difíciles también puede ayudarlos. ‘Todos tenemos nuestros altibajos en la vida —
mencionó—. Cualquiera puede arreglárselas cuando las circunstancias son favorables. La manera como uno se enfrente
con las adversidades es lo que determinará si persevera o no en el servicio misional.’ (Santiago 1:2-4.)
El secretario de la escuela, Ulysses Glass, escogió el tema “¿Qué esperanza hay en cuanto al futuro?”. Con tono
paternal animó a los estudiantes a mantener su esperanza ardiendo vivamente. (Proverbios 13:12.) ‘Puede que sea difícil
notar cuando se empieza a perder la esperanza —explicó—. Las circunstancias pueden llevarnos a estar absortos en
nosotros mismos, más bien que en nuestra relación con Dios. Pudiéramos enfermar o sentir que otros nos maltratan.
Algunos quizás tengan más cosas materiales que nosotros o tal vez tengan mejores resultados en el ministerio, y puede
que nos sintamos un poco celosos. Si permitimos alguna vez que esos pensamientos se apoderen gradualmente de
nosotros, en poco tiempo la realidad de la esperanza del Reino que abrigamos en la mente y el corazón se nos va a
apagar, y quizás hasta dejemos de perseverar en la carrera por la vida.’ ¿Qué se puede hacer? ‘Hay que tomar medidas
firmes si queremos reavivar nuestra esperanza. Tenemos que llenar nuestra mente y nuestro corazón de las seguras
promesas de Dios y dirigir toda nuestra atención a la realidad del Reino de Dios. Y tenemos que restablecer nuestra
comunicación con Jehová, pues esto sin duda nos traerá gozo.’
Karl Klein, del Cuerpo Gobernante, pronunció el discurso de graduación. Su tema fue “¿Por qué ser humilde?”. ¿Y cuál
es la respuesta a esa pregunta? ‘Porque es el proceder correcto y justo, el proceder sabio y amoroso’, explicó él en sus
palabras de introducción. Cautivó al auditorio mientras consideró cuatro ejemplos de humildad que hacemos bien en
imitar: 1) Jehová Dios, quien ciertamente fue humilde al tratar con Abrahán y Moisés (Génesis 18:22-33; Números 14:11-
21; Efesios 5:1); 2) Jesucristo, quien ‘se humilló y se hizo obediente hasta la muerte en un madero de tormento’
(Filipenses 2:5-8; 1 Pedro 2:21); 3) el apóstol Pablo, quien ‘sirvió como esclavo al Señor con la mayor humildad mental’
(Hechos 20:18, 19; 1 Corintios 11:1); y 4) ‘los que han llevado la delantera entre nosotros’, como el primer presidente de la
Sociedad, el hermano Russell, quien escribió en cierta ocasión: “La obra en la cual el Señor ha tenido el agrado de utilizar
nuestras humildes aptitudes ha sido menos una obra de originar que una de reorganizar, adaptar, armonizar”. (Hebreos
13:7.) El hermano Klein resumió otras razones poderosas para ser humilde. ¡No cabe duda de que el hacer caso del
consejo de ser humilde contribuirá a que los estudiantes utilicen sabiamente la dádiva del servicio misional!
Después de esos comentarios, el presidente del programa comunicó los saludos que se recibieron de varias partes de
la Tierra. Había llegado el tiempo para que los estudiantes recibieran sus diplomas. Ellos habían venido de siete países:
Canadá, Finlandia, Francia, Mauricio, los Países Bajos, Suecia y los Estados Unidos. Pero sus asignaciones misionales
los llevan a 11 países: Bolivia, Estonia, Granada, Guatemala, Honduras, Hungría, Mauricio, Perú, Togo, Turquía y
Venezuela.
Tras un intermedio, el programa de la tarde empezó con un estudio abreviado de La Atalaya, dirigido por Joel Adams,
del Comité del Departamento de Servicio. Después de eso los graduados representaron algunas de las experiencias de
las que habían disfrutado en el servicio del campo durante el curso de la escuela. Al final se presentó el drama ¿Por qué
respetar el orden teocrático? para la edificación de todo el auditorio, incluso los graduados.
En verdad, estos graduados partieron para sus asignaciones en el extranjero cargados de consejo y estímulo que los
ayudarán a utilizar la dádiva del servicio misional no solo para traer gozo a sí mismos, sino a otras personas también.
[Fotografía en la página 23]
Clase graduanda número 92 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la lista de abajo las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres alistados de izquierda a derecha
en cada fila.
1) Chan Chin Wah, M.; Bouancheaux, N.; Chapman, B.; Östberg, A.; Cole, L.; Jackson, K.; Meerwijk, A. 2) Smith, J.; Wollin,
K.; Chapman, R.; Gabour, N.; Chan Chin Wah, J.; Smith, C.; Edvik, L. 3) Bouancheaux, E.; Östberg, S.; Cole, K.; Jackson,
R.; Gabour, S.; Edvik, V.; Meerwijk, R.; Wollin, G.
[Tabla en la página 22]
Datos sobre la clase
Cantidad de países representados: 7
Cantidad de países adonde van: 11
Cantidad de estudiantes: 22
Promedio de edad: 33,4
Promedio de años en la verdad: 16,7
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 11,8
*** w92 1/12 págs. 18-20 Las bendiciones de la educación de Galaad llegan a todo el mundo ***
Las bendiciones de la educación de Galaad llegan a todo el mundo

LA EDUCACIÓN de este viejo mundo tiene solo un valor limitado. Como se basa principalmente en ideas humanas y
no en la verdad de Dios, no da verdadero propósito a la vida. Pero la Escuela de Galaad es diferente. En los comentarios
introductorios de la graduación de la clase 93 de Galaad, Theodore Jaracz, del Cuerpo Gobernante, dijo que esta escuela
provee educación con verdadera sustancia. Como dice Salmo 119:160: “La sustancia de [la] palabra [de Dios] es verdad”.
De modo que el auditorio de casi 6.000 personas escuchó atentamente el programa de la graduación el día 13 de
septiembre de 1992.
El primer discurso de la mañana, presentado por Lon Schilling, del Comité de las Haciendas Watchtower, se tituló
“Sigan venciendo al mundo y a su gobernante”. El hermano Schilling se centró en Revelación 12:11 y señaló que este
versículo muestra tres modos de vencer: 1) mediante la sangre del Cordero, 2) por medio de la testificación y 3) teniendo
un espíritu de abnegación. Recordó a los estudiantes que muchos siervos de Jehová han mostrado este espíritu e incluso
se han enfrentado a la muerte voluntariamente a fin de mantener su lealtad e integridad.
“Guarden el excelente depósito que se les ha confiado” fue el tema que desarrolló John E. Barr, del Cuerpo
Gobernante. Con su característico tono afectuoso, comparó la confianza mutua entre Jehová y sus siervos con la que
existe en un buen matrimonio. Usando puntos de 2 Timoteo 1:12, 13, instó a los estudiantes a guardar lo que se les había
confiado ateniéndose al “modelo de sanas palabras” de la Biblia. Puso de relieve la importancia de hacer del estudio
personal una parte fundamental de las actividades diarias y aconsejó bondadosamente a los estudiantes que sus
comentarios en las reuniones nunca se hicieran mecánicos, sino que fueran siempre significativos.
William Van De Wall, del Comité del Departamento de Servicio, presentó el siguiente discurso: “Tengan interés amoroso
por las personas semejantes a ovejas”. Preguntó a los estudiantes qué cualidades querrían que tuviera su médico de
cabecera y los instó a cultivar la misma empatía, compasión y misericordia que ellos pedirían.
Daniel Sydlik, del Cuerpo Gobernante, habló con vigor sobre el tema “Todas las cosas son posibles para Dios”.
Recordó a los estudiantes que Abrahán y Sara se rieron de la perspectiva aparentemente imposible de tener un hijo a su
edad. Muchas de las promesas de Dios parecen imposibles desde un punto de vista humano. Pero como el ángel le
preguntó a Abrahán: “¿Hay cosa alguna demasiado extraordinaria para Jehová?”. (Génesis 18:14.) El hermano Sydlik
exhortó a los estudiantes a tener fe en que Dios puede hacer lo imposible, a que su fe nunca se debilite ni titubee, sin
importar las pruebas que tengan que afrontar.
Los instructores ofrecen consejo
A continuación hablaron los dos instructores de Galaad. Primero, Jack D. Redford presentó el tema “Cómo hacerse un
buen nombre ante Dios”. Dijo que lo que hace que un nombre sea bueno o malo es la persona que lo lleva. Contrastó
nombres como Adán, Nemrod, Jezabel, Saúl y Judas con otros como Noé, Abrahán, Rut, Pablo y Timoteo. Cada uno de
estos nombres suscitan muchos sentimientos, según lo que hicieron en la vida sus portadores. Preguntó a los estudiantes
qué nombre tendrían dentro de 10, 100 o incluso 1.000 años, ¿el de un cobarde o quejumbroso, o el de un fiel misionero?
Les aconsejó que se concentraran en las soluciones y los objetivos más bien que en los problemas.
“¿Cuánto vigila su fe?” fue el tema que invitaba a la reflexión presentado por Ulysses V. Glass. Comparó la fe firme a
una buena brújula que siempre señala la dirección correcta. Una brújula colocada en un automóvil puede verse afectada
por otros campos magnéticos además del de la Tierra, campos que tienen que neutralizarse. Del mismo modo, este viejo
mundo produce muchas influencias que pueden afectar o debilitar nuestra fe si lo permitimos. El hermano Glass advirtió a
la clase de estas influencias y también la encomió por su delicada conciencia de las actitudes y los sentimientos ajenos.
El último discurso lo presentó Albert D. Schroeder, miembro del Cuerpo Gobernante. Animó a los estudiantes a
“Mantener el espíritu de misioneros” y los encomió por demostrar el mismo espíritu misional que tuvo la primera clase en
1943, cuando él era secretario de la escuela. Dijo que mostraban interés en la gente, que eran predicadores natos a
quienes les gustaba buscar la guía del espíritu de Dios. Les instó a seguir cultivando este espíritu, dando pleno uso a la
Traducción del Nuevo Mundo en su estudio personal. Terminó con un comentario versículo por versículo del Salmo 24 a
modo de ejemplo.
A continuación los estudiantes de Galaad llegaron a ser graduados de Galaad. Se les entregaron los diplomas y se
leyeron en voz alta sus asignaciones misionales, ante fuertes aplausos del auditorio.
Por la tarde, Calvin Chyke, del Comité de la Fábrica, condujo el estudio de La Atalaya. Luego siguió un agradable
programa preparado por los estudiantes, basado en las experiencias que tuvieron en el servicio del campo durante los
cinco meses del curso, y también se proyectaron diapositivas de algunos de los países a los que habían sido asignados.
Además, hubo una entrevista con un matrimonio mayor que compartió con ellos parte de la experiencia y sabiduría que
habían obtenido en sus muchos años de misioneros. La tarde concluyó con un oportuno drama titulado No se extravíen ni
se mofen de Dios.
Animó mucho al auditorio ver lo que puede hacer la educación basada en la verdad de Dios y le complació saber que
los beneficios se seguirán sintiendo por todo el mundo. Cuando estos 48 misioneros se dispersen a sus asignaciones, irán
con ellos muchas oraciones que expresarán la sincera confianza de que estos fieles hermanos y hermanas serán una
bendición para el pueblo de Dios adondequiera que vayan.
[Fotografía en la página 18]
Clase 93 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se han numerado las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada
fila.
1) Hitesman, C.; West, P.; Evans, D.; Hipps, M.; Simonelli, N.; Wood, S.; Corkle, M.; Flores, C.; Thomas, J. 2) Jones, M.;
Nissinen, J.; Sponenberg, M.; Zachary, K.; Ravn, G.; Backman, M.; Wettergren, A.; Evans, D.; Flores, R.; Caporale, G.
3) Simonelli, N.; Rechsteiner, M.; Rechsteiner, M.; Ruiz-Esparza, L.; Gerbig, B.; Simpson, C.; Zanewich, C.; Zachary, B.;
Ricketts, L. 4) Simpson, J.; Backman, J.; Corkle, G.; Gerbig, M.; Ricketts, B.; Bagger-Hansen, L.; Jones, A.; Zanewich, K.;
Ravn, J.; Hipps, C. 5) Sponenberg, S.; Hitesman, A.; Caporale, L.; Ruiz-Esparza, S.; Thomas, R.; Bagger-Hansen, B.;
Wood, M.; West, M.; Wettergren, C.; Nissinen, E.
[Recuadro en la página 19]
Datos sobre la clase
Cantidad de países representados: 7
Cantidad de países adonde van: 18
Cantidad de estudiantes: 48
Cantidad de matrimonios: 24
Promedio de edad: 32,8
Promedio de años en la verdad: 15,3
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 10,4
[Recuadro en la página 20]
GRADUADOS DE LA EXTENSIÓN DE LA ESCUELA DE GALAAD
El 21 de junio de 1992 un grupo de 24 misioneros se graduó de la cuarta clase de la Extensión de la Escuela de Galaad
en Selters-Taunus (Alemania). La clase, compuesta de 11 matrimonios y dos hermanas solteras procedentes de siete
países, tenía un promedio de 32 años de edad, 14 años de bautizados y 8,5 años de servicio en la obra de evangelizar de
tiempo completo. Más de 2.000 personas asistieron a la graduación.
El hermano Jaracz abrió el programa con una consideración de Proverbios 11:24, que dice: “Existe el que esparce y, no
obstante, se le aumenta”. Dijo que pronto los estudiantes serían esparcidos y ciertamente promoverían el aumento.
Los siguientes hermanos presentaron animadores discursos bíblicos: Richard Kelsey, coordinador del Comité de
Sucursal de Alemania; Wolfgang Gruppe, del Departamento de Servicio; Werner Rudtke y Edmund Anstadt, miembros
también del Comité de Sucursal; y los dos instructores, Dietrich Förster y Lothar Kaemmer. Albert Schroeder, del Cuerpo
Gobernante, presentó el interesante discurso principal titulado “Sigan buscando las joyas espirituales”. El punto culminante
del programa fue la entrega de las asignaciones a 11 países de África, América Central y Europa oriental, después de lo
cual un graduado leyó una carta de la clase dirigida al Cuerpo Gobernante en la que expresaban su sincero
agradecimiento.
*** w93 1/6 págs. 23-27 La Escuela de Galaad, cincuentenaria y con gran vitalidad ***
La Escuela de Galaad, cincuentenaria y con gran vitalidad

“HAY muchos lugares donde el testimonio concerniente al Reino no se ha dado en gran grado”, dijo N. H. Knorr a la
primera clase de Galaad el 1 de febrero de 1943, día de la apertura de la escuela. Luego añadió: “Ha de haber centenares
y miles más que oirían si hubiera más trabajadores en el campo. Por la gracia del Señor, habrá más”.
Ciertamente, ha habido más trabajadores: millones más. La cantidad de publicadores del Reino ha aumentado de
129.070 en 54 países en 1943 a 4.472.787 en 229 países en 1992. La Escuela de Galaad ha realizado una aportación
extraordinaria al testimonio que ha producido tal aumento. Cincuenta años después sigue ocupando un lugar fundamental
en la formación de misioneros, que luego son enviados dondequiera que se les necesita en el campo mundial.
El 7 de marzo de 1993 se reunieron 4.798 invitados y miembros de la familia de Betel de Estados Unidos en el Salón
de Asambleas de Jersey City (Nueva Jersey) para presenciar la graduación de la clase 94. Esta ocasión tan especial
brindó la oportunidad de mirar al pasado, a los cincuenta años de existencia de la Escuela de Galaad. ¿Le gustaría tener
una idea de cómo transcurrió el programa?
Tras el primer cántico, el hermano George D. Gangas, del Cuerpo Gobernante, ofreció una fervorosa oración. Luego,
después de los comentarios de introducción del presidente del programa, Carey W. Barber, los graduados y el resto del
auditorio escucharon con atención una serie de discursos breves.
Robert W. Wallen disertó en primer lugar sobre el tema “Nunca están solos”. Con un tono amigable, dijo: ‘En los días
por venir va a haber ocasiones en que se sentirán solos, muy solos, lejos de la familia y los amigos’. Entonces, ¿cómo
puede decirse que “Nunca están solos”? El orador dio la siguiente razón: ‘Porque siempre tienen la oportunidad de
comunicarse instantáneamente con Jehová Dios’. Animó a los graduados a tener en alta estima el privilegio de orar y a
hacerlo a diario. De este modo podrían decir, como Jesús, “no estoy solo”. (Juan 16:32.) ¡Cuánto animaron estas palabras
a los graduados!
Con el tema “Hemos de asirnos firmemente de nuestra esperanza” (discurso basado en el texto diario del 7 de marzo),
Lyman A. Swingle, del Cuerpo Gobernante, habló de la necesidad de cultivar dos cualidades: el aguante y la esperanza.
‘Todo cristiano necesita aguante en vista de que se enfrenta a oprobio, hostilidad, odio, encarcelamiento e incluso muerte
—señaló—. La fuerza más allá de lo normal que puede recibir el testigo de Jehová fiel en tiempos de necesidad es
ilimitada. Sin duda, esta es una idea tranquilizadora, sobre todo para ustedes los graduados.’ ¿Y qué dijo tocante a la
esperanza? ‘La esperanza es indispensable —explicó—. Tal como el yelmo resguarda la cabeza, la esperanza guarda y
protege las facultades mentales del cristiano y le permite permanecer íntegro.’ (1 Tesalonicenses 5:8.)
El siguiente orador, Ralph E. Walls, seleccionó un tema intrigante: “¿Cómo podemos refugiarnos en la seguridad de un
‘lugar espacioso’?”. ¿Qué es este “lugar espacioso”? (Salmo 18:19.) “El estado de liberación que infunde paz interior y un
sentimiento de seguridad”, explicó el discursante. ¿De qué se nos tiene que liberar? ‘De nosotros mismos, de nuestras
propias deficiencias.’ Luego añadió: ‘También de circunstancias externas provocadas por Satanás’. (Salmo 118:5.) ¿Cómo
podemos refugiarnos en la seguridad que nos brinda un lugar espacioso? ‘Si tratamos de cumplir las órdenes de Jehová
en todo lo que hacemos y si le oramos con fe para hacerle saber nuestras preocupaciones.’
“¿Qué encierra el futuro?” fue el tema que eligió Don A. Adams. ¿Qué encerraba para los nuevos misioneros? Un
período de adaptación, explicó. “También les esperan muchas bendiciones.” Como ejemplo, habló de dos nuevos
misioneros que, una vez aclimatados a su asignación, escribieron: “Imagínese el mejor día que haya tenido en el servicio:
así son todos los días aquí. No nos es posible llevar todas las publicaciones que necesitamos, y no dejan de pedirnos
estudios”. El orador dirigió algunos comentarios a la familia y amistades de los graduados: ‘No tienen por qué preocuparse
por estos graduados. Pueden ayudarles escribiéndoles cartas de estímulo’. (Proverbios 25:25.)
A continuación tomaron la palabra los instructores de la escuela. Jack D. Redford eligió el tema “No esperen nada de
nadie”. Los graduados tienen ante sí la difícil tarea de llevarse bien con la gente, explicó. ¿Qué les puede ayudar? “Pasen
por alto sus defectos. No esperen demasiado de los demás. No esperen que siempre van a recibir todo lo que creen que
les corresponde. Sean indulgentes con las imperfecciones del prójimo, y esta condescendencia les ayudará a llevarse
bien con la gente. El que tengan buenas relaciones con los demás será un indicativo de su madurez.” (Proverbios 17:9.)
Por supuesto, si llevan a la práctica este sabio consejo, les será más fácil adaptarse a la vida del misionero en un país
extranjero.
“Tenemos este tesoro en vasos de barro”, dice 2 Corintios 4:7. Ulysses V. Glass, secretario general de la Escuela de
Galaad, analizó este texto al disertar sobre el tema “Confíen en los hermanos fieles y experimentados”. ¿Qué son los
“vasos de barro”? “Tienen que referirse a nosotros, seres humanos imperfectos”, señaló. ¿Qué es el “tesoro”? “Es nuestro
ministerio cristiano”, explicó. (2 Corintios 4:1.) ¿Qué ha de hacerse con este tesoro? “No hay que acaparar el tesoro que
Jehová nos ha confiado. Por ello, queridos futuros misioneros, distribuyan el tesoro por dondequiera que vayan, y enseñen
a muchas personas a distribuirlo.”
Cuando el hermano Albert D. Schroeder tomó la palabra, fue un momento nostálgico, pues él fue secretario general de
la escuela en sus comienzos. Habló del tema “Medio siglo de educación teocrática”. “Jehová sabe cómo ofrecer educación
teocrática eficaz, y así lo ha hecho”, comentó. ¿De qué manera? El hermano Schroeder se refirió a la formación recibida
mediante dos escuelas instituidas hace cincuenta años: la Escuela del Ministerio Teocrático y la Escuela de Galaad.
Explicó que una ayuda muy útil para impartir conocimiento exacto ha sido la Traducción del Nuevo Mundo. Aseguró a los
graduados: “Pueden ir a sus asignaciones en el extranjero confiados en que la Sociedad los mantendrá bien equipados
con el conocimiento exacto de los propósitos de Jehová”.
Milton G. Henschel, presidente de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract de Pennsylvania, habló del tema
“Vencedores, y más aún”. Tomó el tema del texto del año para 1943: “Vencedores, y más aún, por medio de aquel que nos
amó”. (Romanos 8:37, Versión Moderna.) Este texto fue apropiado, pues en plena guerra mundial nuestros hermanos de
muchos países padecían una intensa persecución. El hermano Henschel leyó algunos extractos del número de La Atalaya
que analizaba el texto del año y luego explicó: “Este artículo de La Atalaya [15 de enero de 1943 en inglés y 15 de junio
de 1943 en español] lo estudió la primera clase de Galaad en el mes de febrero, y los preparó para lo que les esperaba”.
Muchos graduados de los pasados cincuenta años ya han salido vencedores, explicó. ¿Qué ocurrirá con la clase
número 94? “Estén siempre cerca de Jehová, cerca de su amor, y su victoria está garantizada.”
Tras los discursos de la mañana, el presidente del programa transmitió los saludos recibidos de diversos países. Luego
llegó el momento más esperado por los veinticuatro matrimonios: la entrega de los diplomas. A partir de ese momento, los
estudiantes de Galaad eran oficialmente graduados de Galaad. Provenían de cinco naciones y se les destinó a diecisiete
países, entre ellos Hong Kong, Taiwan, Mozambique y lugares de Europa oriental.
Después del intermedio se dio paso al programa de la tarde con un estudio abreviado de La Atalaya, dirigido por Robert
L. Butler. Acto seguido, los graduados escenificaron algunas experiencias destacadas que habían tenido al dar testimonio
cerca de Wallkill (Nueva York). El programa fue el reflejo de uno de los factores que indudablemente los llevaron a Galaad:
su profundo amor al ministerio del campo.
Tras el programa de los estudiantes, gran parte de los presentes se preguntaban si habría alguna sección especial
para conmemorar el cincuentenario de la Escuela de Galaad. ¡No quedaron decepcionados! (Véase el recuadro adjunto
“Repaso a cincuenta años de la Escuela de Galaad”.)
Hace cincuenta años, el hermano Knorr demostró que era un hombre con fe y visión de futuro. La confianza que tenía
en el éxito de la Escuela de Galaad se ve reflejada en las siguientes palabras extraídas del discurso inaugural dirigido a la
primera clase: “Creemos que, fiel a su nombre, un ‘majano de testimonio’ saldrá de este lugar a todas partes del mundo y
que ese testimonio permanecerá como monumento para la gloria de Dios y que nunca será destruido. Ustedes como
ministros ordenados pondrán toda su confianza en el Altísimo, sabiendo que él los guiará y dirigirá en todo tiempo de
necesidad, y ustedes sabrán también que él es también el Dios de bendiciones”.
Cincuenta años después, la Escuela de Galaad sigue con gran vitalidad. Los graduados de la promoción número 94
tienen hoy el privilegio de seguir los pasos de los más de seis mil quinientos que los han antecedido. ¡Que todos ellos, con
plena confianza en el Altísimo, contribuyan a la formación de un “majano de testimonio” como monumento perpetuo para la
gloria de Jehová Dios!
[Nota a pie de página]
El término hebreo “Galaad” significa “Majano de Testimonio”. (Génesis 31:47, 48.)
[Fotografía en la página 25]
Clase 94 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se han numerado las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada
fila.
1) De La Garza, C.; Borg, E.; Arriaga, E.; Chooh, E.; Purves, D.; Fosberry, A.; Delgado, A.; Drescher, L. 2) Scott, V.;
Fridlund, L.; Kettula, S.; Copeland, D.; Arriaga, J.; Thidé, J.; Olsson, E.; Widegren, S. 3) Delgado, F.; Keegan, S.;
Leinonen, A.; Finnigan, E.; Fosberry, F.; Halbrook, J.; Berglund, A.; Jones, P. 4) Watson, B.; Frias, C.; Chooh, B.;
Halbrook, J.; Purves, J.; Finnigan, S.; Jones, A.; Cuccia, M. 5) Scott, G.; Copeland, D.; Drescher, B.; De La Garza, R.;
Leinonen, I.; Keegan, D.; Watson, T.; Kettula, M. 6) Widegren, J.; Borg, S.; Cuccia, L.; Berglund, A.; Olsson, B.; Frias, J.;
Fridlund, T.; Thidé, P.
[Recuadro en la página 25]
Estadísticas de la clase
Cantidad de estudiantes: 48
Cantidad de países representados: 5
Cantidad de países adonde van: 17
Promedio de edad: 32
Promedio de años en la verdad: 15,3
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 9,6
[Recuadro en las páginas 26, 27]
REPASO A CINCUENTA AÑOS DE LA ESCUELA DE GALAAD
¿Qué mejor manera de recordar la historia de Galaad que mediante las experiencias de los que la han vivido: los
primeros graduados, instructores y otras personas que ayudaron a organizarla? El público disfrutó de escuchar la sección
“Repaso a cincuenta años de la Escuela de Galaad”, a cargo de Theodore Jaracz.
¿Qué circunstancias llevaron a fundar la escuela? El hermano Schroeder explicó que a él y a otros dos instructores se les
dio solo cuatro meses para organizar la escuela. “Pese a todo, el lunes 1 de febrero de 1943 estábamos listos para la
inauguración.”
¿Cómo era la vida de los primeros misioneros que se enviaron? El hermano Henschel rememoró: “Mandamos a embalar
al Departamento de Envíos de la Sociedad las posesiones que los misioneros se querían llevar. Cuando llegaron las cajas,
las abrieron con cuidado, sacaron sus pertenencias y luego utilizaron las cajas de madera para hacerse muebles”. Con el
tiempo, la Sociedad se encargó de que hubiera casas misionales con un equipamiento sencillo.
Siguiendo con el programa, algunos graduados de las primeras clases de Galaad que en la actualidad pertenecen a la
familia de Betel de Estados Unidos hablaron de sus recuerdos, sentimientos y experiencias. Sus comentarios llegaron al
corazón de todos los presentes.
“Después de recibir la invitación a la primera clase, me enteré de que mi madre tenía cáncer. Pero como era precursora
desde los 16 años, me aconsejó enérgicamente que aceptara la invitación. De modo que, con sentimientos encontrados y
confiando en Jehová, viajé a South Lansing (Nueva York). Disfruté muchísimo de la instrucción que recibí en Galaad, por
la cual estoy muy agradecida. Mi madre terminó su carrera terrestre un tiempo después de mi graduación.” (Charlotte
Schroeder; sirvió en México y El Salvador.)
“Como Jehová ya había cuidado de mí en la parte de la Tierra donde vivía, supuse que dondequiera que fuera todavía
estaría en su Tierra y él seguiría cuidando de mí. De modo que acepté con mucho gusto la invitación a la primera clase.”
(Julia Wildman; sirvió en México y El Salvador.)
“Era maravilloso. Podíamos hablar en todas las puertas. El primer mes dejé 107 libros y dirigí 19 estudios bíblicos. Al mes
siguiente ya tenía 28 estudios bíblicos. Por supuesto, tuvimos que habituarnos a varias cosas: el calor, la humedad y los
insectos. Pero estar allí fue un privilegio maravilloso. Es algo que siempre recordaré con mucho cariño.” (Comentarios de
Mary Adams, de la segunda clase, sobre su asignación en Cuba.)
“El clima era uno de los grandes obstáculos con los que tenía que luchar en Alaska. En el norte hacía un frío espantoso,
con temperaturas que bajaban hasta los 50 °C bajo cero y a veces hasta más. Llegábamos a las poblaciones indígenas y
a los lugares aislados del sureste de Alaska en barco o en avión.” (John Errichetti; tercera clase.)
“Para mí, Galaad fue una invitación que me hizo Jehová mediante su organización terrestre a fin de fortalecernos
espiritualmente y mostrarnos un modo de vivir maravilloso.” (Mildred Barr, de la clase 11; sirvió en Irlanda.)
También fue un placer escuchar las entrevistas que siguieron: Lucille Henschel (clase 14; sirvió en Venezuela), Margareta
Klein (clase 20; sirvió en Bolivia), Lucille Coultrup (clase 24; sirvió en Perú), Lorraine Wallen (clase 27; sirvió en Brasil),
William y Sandra Malenfant (clase 34; sirvieron en Marruecos), Gerrit Lösch (clase 41; sirvió en Austria) y David Splane
(clase 42; sirvió en Senegal).
También se entrevistó a un grupo de hermanos que fueron instructores: Russell Kurzen, Karl Adams, Harold Jackson,
Fred Rusk, Harry Peloyan, Jack Redford y Ulysses Glass. Reflexionaron sobre su privilegio y explicaron cómo ha
repercutido en su vida hasta el día de hoy.
Lloyd Barry, que sirvió en Japón, presentó un emocionante testimonio de la eficacia de los misioneros formados en
Galaad. En 1949, cuando se enviaron quince misioneros a Japón, había menos de diez publicadores en todo el país. Pero
cuarenta y cuatro años después hay más de 175.000 publicadores. Robert Wallen habló a continuación del sobresaliente
éxito que han tenido algunos misioneros en ayudar a las personas a abrazar la verdad, como, por ejemplo, una misionera
que está en Panamá desde hace más de cuarenta y cinco años y ha ayudado a 125 personas a dedicarse y bautizarse.
El programa alcanzó el clímax cuando se invitó a subir al escenario a todos los graduados de Galaad presentes en la
sala. Fue un momento conmovedor. Un flujo continuo de hermanos y hermanas —89 de la familia de Betel, además de
graduados que estaban de visita— llenaron los pasillos y las escaleras que conducían a la plataforma. Se unieron al grupo
los hermanos que habían sido instructores a lo largo de los años y, por último, la clase 94, lo que dio un total de unos
ciento sesenta hermanos.
“¿Ha tenido éxito seguro Galaad en formar misioneros para enviarlos a países extranjeros? —preguntó el hermano
Jaracz—. Los pasados cincuenta años demuestran irrefutablemente que sí.”
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Galaad educa en la santísima fe

“NUESTROS estudiantes han recibido una buena educación en la santísima fe.” Con estas palabras se abrió el
programa de graduación de la clase 95 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower el domingo 12 de septiembre de
1993. Esa mañana el hermano George Gangas ofreció la oración de apertura ante los 4.614 invitados y miembros de la
familia de Betel reunidos en el Salón de Asambleas de Jersey City (Nueva Jersey). El hermano Gangas lleva sesenta y
cinco años en Betel y, a sus 97 años de edad es el miembro más anciano del Cuerpo Gobernante.
El presidente del programa, Albert Schroeder, también del Cuerpo Gobernante, dijo: “Durante cinco meses el curso de
Galaad se ha basado en la santísima fe”. Pues bien, ¿a qué se refería? Explicó que la “santísima fe” mencionada en Judas
20 abarca toda la verdad bíblica. Así que el curso de Galaad se fundamenta en la Palabra de Jehová, la Biblia, que es su
principal libro de texto.
Los estudiantes reciben más instrucción
El primer orador, John Stuefloten, del Comité de las Haciendas Watchtower, habló del tema “Benefíciense de la
influencia de personas sabias”. La Biblia dice que los que ‘andan con personas sabias se harán sabios’. (Proverbios
13:20.) Los alumnos de Galaad pasaron más de novecientas horas estudiando la Biblia durante el curso. El discursante les
preguntó: “¿Qué efecto tendrá en ustedes la influencia de Jehová? Ustedes van a dieciocho países diferentes, que en
conjunto tienen una población de aproximadamente ciento setenta millones de habitantes. ¿Qué influencia ejercerán en
ellos?”. Al reflejar la sabiduría divina, los nuevos misioneros podrán ayudarles a hacerse adoradores de Jehová, la Fuente
de la sabiduría infinita.
“Hagámonos todo para todos” fue el tema del segundo discurso, presentado por Lloyd Barry, del Cuerpo Gobernante.
(1 Cor. 9:22, Torres Amat.) El hermano Barry fue estudiante de la clase 11 de Galaad hace unos cuarenta y cinco años.
Como cabía esperar, la clase 95 aceptó con gusto el consejo práctico de este ex misionero que sirvió muchos años en el
extranjero. Animó a los estudiantes a familiarizarse con la cultura y la lengua de su nuevo territorio extranjero a fin de
identificarse enseguida con la gente. Explicó que la mejor manera de hacerlo es relacionándose y predicando
estrechamente con los hermanos locales, así como aprendiendo sus costumbres y adoptando siempre que sea apropiado.
Luego, Dean Songer, del Comité de la Fábrica, habló del intrigante tema “Libres de deberes”. Después de más de
treinta y cinco años en el servicio de tiempo completo, el hermano Songer sabe lo que significa llevar una vida sencilla,
enfocada en un propósito definido, concentrada en el trabajo teocrático que hay que hacer y libre de preocupaciones
materiales. Este fue, en esencia, el consejo que dio a los estudiantes. A los cantores del templo de Jehová se les eximió
de los deberes que tenían los demás levitas a fin de que se dedicaran por entero a su asignación especial. (1 Crónicas
9:33.) Igualmente, los misioneros de Galaad están libres de asuntos ordinarios, como los laborales, para que se
concentren en su servicio especial. El hermano Songer concluyó con esta admonición: “Mantengan la vista enfocada y un
modo de vivir sencillo. Como siervos a quienes se ha dejado libres de deberes, tienen la obligación de trabajar día y noche
alabando a Jehová”.
A continuación, Daniel Sydlik, del Cuerpo Gobernante, disertó sobre el tema “Enseñen a otros a aprovechar la vida al
máximo”. Instó a los estudiantes a “no limitarse a enseñar doctrinas, sino tener el valor necesario para enseñar a la gente
qué deben hacer para vivir en conformidad con la voluntad de Dios”. El buen maestro conmueve a sus oyentes y los
impulsa a actuar. “Tengan presente que no solo deben enseñar reglas, sino inculcar en otros los valores cristianos”, dijo, y
luego concluyó: “Sobre todo, queridos hermanos, aprendan y enseñen a amar, pues el amor es un vínculo perfecto de
unión”. (1 Corintios 13:1-3; Colosenses 3:14.)
Después de meses de instrucción, los estudiantes tomaron cariño especial a los dos instructores de Galaad. Jack
Redford, ex misionero, habló en primer lugar sobre el tema “Han elegido bien”. Antes de ser apóstol cristiano, Pablo
gozaba de prominencia, prestigio, influencia y seguridad económica en el antiguo mundo judío. Sin embargo, según
Filipenses 3:8, estimaba que todo aquello era “un montón de basura”, o un “desperdicio”, según la versión Levoratti-
Trusso. Como amaba el ministerio, eligió bien. Por otro lado, hoy la mayoría de las personas muestran por sus decisiones
que dan más valor a las posesiones materiales que a la vida eterna. Los misioneros de Galaad han elegido bien. El
hermano Redford concluyó: “Nada de lo que les ofrezca el mundo del Diablo puede compararse con el servicio misional.
Quédense con este privilegio inapreciable y dejen que el mundo se quede con su basura”.
Ulysses Glass es instructor de Galaad desde hace treinta y dos años. Dio consejo de despedida a los estudiantes en el
discurso “Solo Dios puede hacer un árbol”, basado en Salmo 1:3. La tecnología moderna no ha podido emular la
construcción de los árboles, creación de Dios. Los cristianos verdaderos somos en cierto sentido como árboles que
Jehová planta y riega. El hermano Glass dijo que durante cinco meses los estudiantes habían sido “regados con
regularidad con las aguas dadoras de vida que brotan de la Palabra de Dios”, como si fueran árboles en un bosquecillo o
paraíso espiritual. Ahora bien, como misioneros tienen que proteger “de todo daño sus raíces espirituales”. Los exhortó a
‘seguir tomando del agua de vida de Jehová, porque solo Dios puede hacer un árbol’.
Carey Barber, del Cuerpo Gobernante, presentó el discurso de conclusión. Después de setenta años de servicio de
tiempo completo, el hermano Barber pudo hablar con confianza sobre el tema “Demos a Jehová devoción exclusiva”. La
gran mayoría de la humanidad no ha dado a Jehová devoción exclusiva. (Deuteronomio 5:9.) Sin embargo, el hermano
Barber señaló que, a pesar de nuestra imperfección, “podemos estar completamente dedicados a Dios”. Agregó: “En
realidad, nadie puede decir: ‘El Diablo me obligó a hacerlo’”. No obstante, el Diablo puede vencernos si no nos oponemos
a él. (Santiago 4:7.) La mejor manera de oponernos a Satanás y su mundo y dar a Jehová devoción exclusiva es
manteniéndonos ocupados en Su obra.
Nombramiento de los misioneros
El programa de la mañana concluyó con el nombramiento oficial como misioneros de los 46 estudiantes. Cada uno de
los veintitrés matrimonios recibió un diploma que dice en parte que los graduados están “capacitados de manera especial
para participar en una obra educativa que promueve la buena voluntad y obra en favor de la paz permanente y la ley de
perfecto orden y justicia entre todos los pueblos”. No hay duda de que los misioneros de la clase 95 de Galaad se
esforzarán por cumplir con esta noble misión en los dieciocho países adonde han sido asignados. Entre ellos figuran
países de Asia, África, Europa, América Latina y el Caribe.
Por la tarde, después que Charles Woody, del Comité del Departamento de Servicio, dirigió el estudio abreviado de
La Atalaya, los nuevos graduados de Galaad presentaron un programa titulado “Galaad nos ha preparado para la
enseñanza misional”. La sesión terminó con el drama “Las decisiones que afrontamos”.
Después de este programa alentador, los nuevos misioneros estaban listos para ir a hablar a otros de la “santísima fe”
hasta los rincones más lejanos de la Tierra.
[Fotografía en la página 26]
Clase 95 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se han numerado las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada
fila.
1) Buelow, D.; Donzé, V.; Innes, S.; Fulk, N.; Billingsby, M.; Hoddinott, L.; Nygren, B.; Eriksson, L. 2) Boker, J.; Thomas, M.;
Stedman, S.; Billingsby, D.; Waugh, I.; Purves, M.; Luttrell, M. 3) Jacobsen, T.; Boker, J.; Martínez, L.; Nilsson, E.;
Purves, P.; Holt, L.; Larsen, M.; Jones, L. 4) Numminen, P.; Numminen, H.; Buelow, M.; Olson, W.; Holt, S.; Donzé, G.;
DesJardins, C.; DesJardins, D. 5) Larsen, K.; Martínez, D.; Nygren, P.; Waugh, P.; Jones, D.; Hoddinott, J.; Thomas, G.
6) Innes, B.; Fulk, R.; Eriksson, A.; Nilsson, S.; Stedman, J.; Olson, K.; Jacobsen, F.; Luttrell, J.
[Recuadro en la página 26]
Estadísticas de la clase
Cantidad de países representados: 7
Cantidad de países adonde van: 18
Cantidad de estudiantes: 46
Cantidad de matrimonios: 23
Promedio de edad: 30,06
Promedio de años en la verdad: 12,92
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 9,4
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Los graduados de Galaad hallan “más felicidad en dar”

EL DOMINGO 6 de marzo de 1994 se reunió la familia de Betel de la sede mundial de los testigos de Jehová con
motivo de una gozosa celebración: la graduación de la clase 96 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. En las
palabras de apertura, el presidente del acto, Karl F. Klein, quien lleva sirviendo casi dos decenios en el Cuerpo Gobernante
de los testigos de Jehová, explicó a los 46 estudiantes: “Jesús dijo que hay más felicidad en dar que en recibir. Así les
ocurrirá en la asignación misional: cuanto más den, más felices serán”. (Hechos 20:35.)
Consejos de despedida
Acto seguido vino una serie de discursos dirigidos a los alumnos. Leon Weaver, miembro del Comité del Departamento
de Servicio, disertó sobre el tema: “El aguante glorifica a Jehová”. Todos afrontamos pruebas. (2 Corintios 6:3-5.) “Cuando
se nos somete a presión —señaló el hermano Weaver—, es muy fácil confiar en nosotros mismos.” No obstante, les
recordó a los estudiantes: “Sin importar a qué pruebas humanas tengan que encararse, Jehová se interesa por ellas.
Nunca permitirá que sean tentados más allá de lo que pueden soportar”. (1 Corintios 10:13.)
“Tengan siempre en alta estima su asignación” fue el título del siguiente discurso, pronunciado por Lyman Swingle, del
Cuerpo Gobernante. Los israelitas no siempre pudieron elegir dónde iban a vivir ni qué iban a hacer. A cada tribu se le dio
una porción de terreno y a los levitas se les encomendaron ciertas funciones que debían cumplir. De igual modo, muchos
hermanos que están en el servicio especial de tiempo completo, entre ellos los misioneros y los miembros de la familia de
Betel, no deciden por su cuenta dónde residirán ni qué trabajo desempeñarán. Ahora bien, ¿qué ocurre si alguien no está
muy convencido con su asignación? El hermano Swingle dio está respuesta: “Si miran atentamente al Agente Principal de
nuestra fe, Jesús, y consideran su ejemplo con sumo cuidado y atención, no desfallecerán”. (Hebreos 12:2, 3.)
Leonard Pearson, del Comité de las Haciendas Watchtower, pronunció la siguiente conferencia, titulada “No pierda el
enfoque adecuado”. Explicó: “Se puede tener la mejor cámara del mundo, el tema más hermoso y un fondo ideal, y aun
así obtener resultados mediocres si la máquina está desenfocada”. A semejanza de un gran angular, nuestra visión debe
abarcar la predicación mundial que está efectuándose. Nunca debemos perder de vista la imagen de conjunto. “Los que
centran la visión en sí mismos, no serán felices en su asignación —comentó el hermano Pearson—. Los que ponen la mira
en Jehová y en la obra que él les ha mandado realizar, tendrán buenos resultados.”
“Tenemos mucho que agradecer” fue el título del siguiente discurso, que estuvo a cargo de John E. Barr, otro miembro
del Cuerpo Gobernante. “Nunca pierda la gratitud a Jehová —exhortó el hermano Barr a los estudiantes—. Este
sentimiento es una fuente de satisfacción muy importante, no importa qué asignación tengan.” Movido por el
agradecimiento, David escribió: “Los mismísimos cordeles de medir han caído para mí en lugares agradables. Realmente,
mi propia posesión me ha resultado grata”. (Salmo 16:6.) “La relación íntima con Jehová de la que disfrutan día a día es un
gran tesoro —dijo el hermano Barr—. Jehová nunca les privará de esta relación mientras la estimen como un bien muy
agradable que los llena de gratitud.”
Jack Redford, instructor de Galaad, discursó a continuación sobre el tema: “¿Qué uso dará usted a la lengua?”. ¡Qué
catástrofes pueden producirse cuando se habla sin pensar! (Proverbios 18:21.) ¿Cómo puede dominarse la lengua? “En
primer lugar —respondió el hermano Redford—, hay que educar la mente, pues la lengua exterioriza lo que hay en la
mente y el corazón.” (Mateo 12:34-37.) Jesús dio un ejemplo sublime; con su lengua exaltó el nombre de Jehová. “En la
actualidad hay un hambre de oír las palabras de Jehová —dijo el hermano Redford a la clase—. Ustedes conocen estas
palabras. Ustedes tienen ‘la lengua de los enseñados’. Por tanto, que su lengua se guíe en todo momento por una mente y
un corazón dedicados plenamente a Jehová.” (Isaías 50:4.)
La importancia de la oración se puso de relieve en el discurso “¿Anda usted como si estuviera en presencia de
Jehová?”. Ulysses Glass, secretario de la escuela, señaló: “Si un padre se afanara trabajando por mantener a los
miembros de su familia, pero no hablara con ellos ni les demostrara que los quiere, la familia podría muy bien deducir que
actuaba únicamente forzado por el deber, y no por amor. Ocurre igual en nuestro caso. Tal vez estemos muy ocupados
sirviendo a Dios. Pero si no oramos, estamos dedicados tan solo a una labor, no a un amoroso Padre celestial”.
Theodore Jaracz, del Cuerpo Gobernante, habló del tema: “Por qué se unen multitudes al pueblo de Dios”. Todos los
años, centenares de miles de personas acuden a la organización de Jehová. (Zacarías 8:23.) ¿Qué acredita a los testigos
de Jehová como pueblo de Dios? 1) Aceptan toda la Biblia como la Palabra de Dios. (2 Timoteo 3:16.) 2) Mantienen
neutralidad en el campo de la política. (Juan 17:16.) 3) Dan testimonio del nombre de Dios. (Juan 17:26.) 4) Manifiestan
amor y abnegación. (Juan 13:35; 15:13.) Con estas pruebas de identidad, podemos tener valor y ‘declarar en público las
excelencias de aquel que nos llamó de la oscuridad a su luz maravillosa’. (1 Pedro 2:9.)
Después de estos inspiradores discursos, los 46 estudiantes recibieron los diplomas. Se les destinó a dieciséis países
dispersos por todo el orbe.
El variado programa de la tarde
Por la tarde, Donald Krebs, del Comité de Betel, dirigió el estudio resumido de La Atalaya. A continuación, los
graduados presentaron el programa titulado “La sabiduría sigue clamando a gritos en la calle misma”. (Proverbios 1:20.)
Escenificaron algunas buenas experiencias que habían tenido al dar testimonio en las calles y los negocios. No cabe duda
de que Jehová bendice a los que hacen acopio de valor para predicar informalmente. “Me complace pensar que somos
como hoces en manos de los segadores angélicos —dijo un graduado—. Cuanta más agudeza demostremos, tanto más
nos podrán utilizar los ángeles en la obra.” (Compárese con Revelación 14:6.) El programa estudiantil también comprendió
una proyección de diapositivas que llevó al auditorio en un instructivo recorrido por Bolivia, Malta y Taiwan, tres de los
países a los que se han enviado graduados de esta clase.
A continuación se entrevistó a Wallace y Jane Liverance, que llevan diecisiete años de misioneros. En octubre de 1993
se les invitó a las Haciendas Watchtower, donde el hermano Liverance trabaja en calidad de instructor de Galaad.
Acto seguido se presentó una serie de cuatro escenas titulada “Demos honra a los mayores que la merecen”. Cuando
las personas envejecen, el miedo de hacerse inútiles y quedarse solas puede minar la confianza que tienen en sí mismas.
(Salmo 71:9.) Esta conmovedora sección mostró cómo pueden apoyar a los fieles de mayor edad todos los miembros de
la congregación.
Tras el cántico y la oración de conclusión, las 6.220 personas que habían escuchado el programa en el Salón de
Asambleas de Jersey City y los salones conectados con este se sentían confortadas. Oramos por los graduados que están
en sus nuevas asignaciones. Que sigan experimentando la gran felicidad que proviene de dar.
[Fotografía en la página 26]
Clase 96 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se han numerado las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres, de izquierda a derecha en cada
fila.
1) Ehlers, P.; Giese, M.; Sellman, S.; Zusperregui, J.; Rowe, S.; Jackson, K.; Scott, T. 2) Liehr, T.; García, I.; García, J.;
Fernández, A.; Davidson, L.; Liidemann, P.; Gibson, L.; Juárez, C. 3) Fouts, C.; Pastrana, G.; Claeson, D.; Fernández, L.;
Walls, M.; Dressen, M.; Pastrana, F.; Burks, J. 4) Burks, D.; Scott, S.; Jackson, M.; Mauray, H.; Juárez, L.; Zusperregui, A.;
Brorsson, C.; Rowe, C. 5) Sellman, K.; Liidemann, P.; Davidson, C.; Mauray, S.; Walls, D.; Dressen, D.; Schaafsma, G.;
Liehr, S. 6) Claeson, T.; Gibson, T.; Giese, C.; Ehlers, D.; Fouts, R.; Schaafsma, S.; Brorsson, L.
[Recuadro en la página 26]
Estadísticas de la clase
Cantidad de países representados: 9
Cantidad de países adonde van: 16
Cantidad de estudiantes: 46
Promedio de edad: 33,85
Promedio de años en la verdad: 16,6
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 12,2
[Recuadro en la página 27]
Malta es el foco de atención
POR años la cristiandad ha acallado la verdad bíblica en Malta. Los últimos misioneros de Galaad que se enviaron a este
país, Frederick Smedley y Peter Bridle, se graduaron en la clase 8 en 1947. Sin embargo, los arrestaron y expulsaron de
Malta a poco de llegar. El 1948 Yearbook of Jehovah’s Witnesses explica: “La única razón por la que estos dos misioneros
han pasado tanto tiempo en los tribunales y con las autoridades como en sus labores ministeriales es la oposición de la
jerarquía católica. Los curas dicen que Malta es de los católicos y que todos los demás tienen que irse”. Hoy, cuarenta y
cinco años después, se ha destinado a cuatro misioneros de Galaad a Malta.
*** w94 1/12 págs. 25-27 Los graduados de Galaad ansían difundir las buenas nuevas ***
Los graduados de Galaad ansían difundir las buenas nuevas

“LO MÁS maravilloso que jamás hubiéramos podido imaginar.” Así fue como Anders y Amalia Groth describieron su
formación misional. Expresando el sentir de los 48 graduados de la clase 97 de la Escuela Bíblica de Galaad de la
Watchtower, añadieron: “La formación que hemos recibido en Galaad nos ha motivado y preparado de tal manera, que
ansiamos llegar a nuestras nuevas asignaciones”.
Se puede percibir este gozo en los comentarios de los estudiantes sobre el programa de graduación celebrado el 4 de
septiembre de 1994, al que asistieron 6.420 personas.
“Theodore Jaracz, del Cuerpo Gobernante, inició el programa con el discurso sobre el tema ‘Sean enseñados por
Jehová’ —dijeron David Abel y su esposa, Kelli—. Nunca olvidaremos estas palabras del hermano Jaracz: ‘Debemos
reconocer que comparados con Jehová, somos insignificantes’, y lo ilustró con la convincente lección que se encuentra en
los capítulos 38 y 39 de Job. Mencionó que aunque hemos aumentado nuestro conocimiento bíblico gracias a la Escuela
de Galaad, no sabemos la respuesta a todas las preguntas. Debemos continuar estudiando la Palabra de Dios.”
A continuación, Christian y Angele Coffy dijeron: “Nos impresionó el discurso de Max Larson, titulado ‘¿De qué valor
son unos buenos cimientos?’. Nos gustó el detalle de que nos comparara a un edificio que necesita una profunda
cimentación sobre un terreno firme para mantenerse en pie incluso durante un terremoto. Si somos estudiantes diligentes,
podremos cultivar una relación más estrecha con Jehová y cimentar nuestra fe en un conocimiento profundo, lo cual nos
permitirá mantenernos en pie en tiempos de dificultad”.
“Recordaremos por mucho tiempo el discurso que pronunció Milton Henschel, presidente de la Escuela, sobre el tema
‘Los campos están blancos para la siega’ —expresaron Gary y Lynn Elfers—. El texto clave, Juan 4:35-38, subrayó el
privilegio que tenemos de entrar en un campo en el que otros ya han sembrado las semillas de la verdad. Este hecho nos
estimulará a desempeñar nuestra labor con un sentido de urgencia.” Jan y Sirpa Vaahtola concordaron con ellos, diciendo:
“Al darnos el último informe de los países bálticos, el hermano Henschel aumentó nuestra expectación tocante a la futura
siega. En Estonia ha habido un aumento de un 51%; en Letonia, de un 106%, y en Lituania, de un 51%. ¡Qué
emocionante! Los hermanos de esa zona están rogando al Amo que envíe más obreros. Nos alegró mucho oír estas
noticias, pues se nos ha asignado a Estonia”.
“Después Joel Adams habló del tema ‘Confíen en Jehová’ —recordaron Kevin y Evelyn Cortina—. Nos aconsejó que
nunca pensemos que unas veces podemos confiar en Jehová, y otras, en nuestras propias ideas. En nuestra asignación
afrontaremos muchas situaciones difíciles relacionadas con la salud, la comida, el idioma, las costumbres y demás. Todas
ellas exigirán que confiemos en Jehová.”
El siguiente orador fue Gerrit Lösch, del Cuerpo Gobernante, quien disertó sobre el tema: “Sigan reflejando la
misericordia de Jehová”. Alen y Ann Marie Gokavi dijeron: “Explicó que mostrar misericordia a los demás misioneros y a
las personas a las que impartimos las buenas nuevas es una señal de madurez cristiana. Las asignaciones en el
extranjero entrañan sacrificio, pero este será de muy poco valor si falta la misericordia”. (Mateo 9:13.) Peter y Fleur
Hupston añadieron: “El hermano Lösch dijo que también tenemos que ser misericordiosos con todos los hermanos, y que,
por decirlo así, debemos mirarlos con unos prismáticos colocados al revés, de forma que sus faltas nos parezcan más
pequeñas, no más grandes”.
“Luego, uno de los instructores de Galaad, Jack Redford, expuso el tema ‘¿Puedes guardar una censura?’ —
recordaron Mickey y Sherry Minsky—. Señaló que el orgullo hace que resulte difícil aceptar la censura y que, si somos
muy susceptibles, nos privaremos de los beneficios de esta. Entonces dio sugerencias prácticas basadas en
Lamentaciones 3:27-31 sobre aceptar la censura.” Charles y Joan Held concordaron, diciendo: “La mayoría de las veces
no vemos nuestros defectos; por eso, debemos considerar la censura como una manera de abrirnos los ojos a faltas de
las que no nos habíamos percatado. Tanto la censura como el consejo de Jehová son una prueba del amor que nos tiene”.
“Otro instructor, Ulysses Glass, habló sobre el tema ‘Adquieran la sabiduría práctica que conduce a la vida’. Preguntó:
‘¿Qué harán con lo que han aprendido?’ —contaron Kenneth y Lisbeth Ardkäll—. Entonces puso una ilustración, basada
en Proverbios 30:24-26, sobre el pequeño damán y cómo Jehová lo ha dotado de lo necesario para sobrevivir. Por otro
lado, como no somos instintivamente sabios, necesitamos esforzarnos por adquirir sabiduría. Jehová nos ha
proporcionado todo lo que necesitamos para obtenerla. Si nos acercamos a Jehová y a nuestros hermanos en amor,
lograremos mucho.”
Discurso principal
“El hermano Karl F. Klein, miembro del Cuerpo Gobernante, pronunció el discurso ‘Una joya entre joyas’, en el que nos
explicó afectuosamente el Salmo 19 —dijeron Jay y Gwen Abraczinskas—. Resaltó el profundo aprecio que el salmista
David sentía por Jehová y lo mucho que amaba la Palabra de Dios.” “El hermano Klein dividió el salmo en tres partes —
comentaron Keith y Donna Hornback—. La primera (versículos 1-6) muestra el aprecio que sentía David por la creación de
Dios, la segunda (versículos 7-10) expresa su aprecio por las leyes divinas y la tercera (versículos 11-14) nos recuerda
que, al igual que David, deberíamos tener el deseo de gozar de una buena relación con Jehová.”
“Nos encantó el punto de que el temor de Jehová es imprescindible para evitar lo que es malo. Nos lleva a hacer lo que
es puro a sus ojos —dijeron David y Raylene Long, a lo que Frank y Vibeke Madsen asintieron—. Los comentarios del
hermano Klein sobre lo beneficiosos que son los recordatorios, las leyes y los mandamientos de Jehová resumieron muy
bien lo que aprendimos en Galaad. Nos motivó a resolvernos aún más a atenernos a la Palabra de Dios en el futuro y a
tratarla como si fuese un cofre lleno de joyas.”
Tras el discurso principal, los estudiantes recibieron sus diplomas y se anunciaron sus asignaciones en el extranjero.
Después de un intermedio para tomar unos refrigerios, se dio paso al programa de la tarde. Los graduados respondieron
las preguntas que se hicieron durante el estudio abreviado de La Atalaya.
“Luego vino el programa presentado por los estudiantes, que llevaba el título ‘Preparados para ser proclamadores del
Reino en toda la Tierra’ —recordaron Bob y Shannon Lakatos—. La primera parte presentó algunas experiencias que los
estudiantes habían tenido en el servicio del campo durante el curso de cinco meses. Se centró en la importancia de ser
diestros en formular preguntas en el ministerio. Hubo algunas entrevistas, que ayudaron a ver maneras positivas de
afrontar los problemas y las circunstancias cambiantes de la vida misional. Las tres proyecciones de diapositivas —de
Costa Rica, India y Malaui— nos dieron una vislumbre de la organización mundial de Jehová.”
“El drama que vimos a continuación, Seamos teocráticos, no mundanos, ilustró el mal efecto que pueden tener en
nosotros algunos parientes mundanos de mentalidad independiente”, comentaron Jesse y Michelle Duncan. “Mostró que
los cristianos deben reconocer que las pautas e instrucciones teocráticas son necesarias y provechosas”, añadieron
Wenzel y Kelly Koula.
Tras un cántico y la oración, se dio por concluido el magnífico programa. Los pensamientos de los graduados,
ilusionados ante la próxima partida a sus respectivas asignaciones en el extranjero, quedaron muy bien plasmados en este
comentario de despedida de Tommi y Jael Kauko: “Ansiamos llegar a nuestra asignación y poner en práctica lo que hemos
aprendido. Hemos recibido muchísimo, ahora nos toca dar a nosotros”.
[Fotografía en la página 26]
Clase 97 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se han numerado las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada
fila.
1) Hong, J.; Hong, D.; Groth, A.; Cortina, E.; Lakatos, S.; Hornback, D.; Acevedo, L.; Coffy, A. 2) Elfers, L.; Gokavi, A.;
Ardkäll, L.; Abraczinskas, G.; Knott, K.; Lizer, T.; Abel, K.; Abel, D. 3) Duncan, M.; Gokavi, A.; Held, J.; Hupston, F.; Lakatos,
B.; Long, R.; Minsky, S.; Acevedo, E. 4) Ardkäll, K.; Kauko, J.; Vaahtola, S.; Cortina, K.; Carson, N.; Minsky, M.; Lizer, G.;
Koula, K. 5) Duncan, J.; Abraczinskas, J.; Vaahtola, J.; Madsen, F.; Madsen, V.; Long, D.; Carson, C.; Elfers, G. 6) Kauko,
T.; Hupston, P.; Held, C.; Groth, A.; Hornback, K.; Koula, W.; Knott, D.; Coffy, C.
*** w95 1/6 págs. 17-19 Los graduados de Galaad: “verdaderos misioneros” ***
Los graduados de Galaad: “verdaderos misioneros”

“¿QUÉ es un misionero?” Esta fue la pregunta que se planteó en el editorial de un periódico hace casi cuatro décadas.
El autor afirmó que los verdaderos misioneros eran instrumentos de la reforma social y económica. No obstante, el
domingo 5 de marzo de 1995, en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová ubicado en Jersey City, se dio una
contundente respuesta de naturaleza muy distinta. ¿Cuál era la ocasión? La graduación de la clase 98 de la Escuela
Bíblica de Galaad de la Watchtower, una escuela que ha enviado misioneros a todo el mundo.
Después del cántico y la oración de apertura, Albert D. Schroeder, del Cuerpo Gobernante, dio una afectuosa
bienvenida a los 6.430 asistentes. En sus comentarios de introducción, el hermano Schroeder explicó con claridad por qué
los graduados de Galaad eran diferentes de otros que se han hecho llamar misioneros. Dijo: “En Galaad, el principal libro
de texto es la Biblia”. A los graduados de Galaad se les prepara para ser maestros de la Palabra de Dios, no trabajadores
sociales. De esta forma están especialmente cualificados para atender las necesidades espirituales de la gente en el
campo extranjero.
Los siguientes oradores mencionaron otros aspectos en los que los graduados de Galaad demuestran que son
“verdaderos” misioneros. Charles Molohan les habló sobre el tema “Sigan llevando fruto excelente como misioneros”. Se
basó en las palabras de Pablo en Colosenses 1:9, 10 y recordó a los graduados que sus cinco meses anteriores en
Galaad los habían ayudado a aumentar “en el conocimiento exacto de Dios”, lo cual los ayudaría a producir fruto de dos
maneras: manifestando el fruto del espíritu de Dios y llevando la verdad bíblica a otras personas.
Daniel Sydlik, del Cuerpo Gobernante, continuó con un tema que invitaba a la reflexión: “No negocie con su vida”.
Mencionó la pregunta de Jesús: “¿Qué dará el hombre en cambio por su alma?”. (Mateo 16:26.) El hermano Sydlik
comentó: “Los hombres han cambiado su alma por un estilo de vida más sencillo y cómodo”. Sin embargo, los que tienen
una fe viva no pueden transigir ante las pruebas. Las palabras de Jesús indican que hay que estar dispuesto a “dar”, es
decir, a sacrificarse, a fin de recibir el alma, o la vida. Se exhortó a los nuevos misioneros a darlo todo en el servicio de
Jehová, a dar lo mejor de sí mismos.
A continuación, William Van de Wall, del Comité del Departamento de Servicio, habló sobre el tema “El apóstol Pablo:
un ejemplo digno de imitar”. Como explicó el hermano Van de Wall, “Pablo encabezó la obra misional en el siglo primero”.
Por ello era pertinente destacar cuatro áreas en las que el apóstol Pablo puso un buen ejemplo para los misioneros de la
actualidad: 1) su amor e interés sincero por la gente, 2) su eficacia en el ministerio, 3) su modestia, que le ayudó a
no buscar prominencia, 4) su confianza completa en Jehová.
Lyman A. Swingle, del Cuerpo Gobernante, habló sobre el tema “Deje que Jehová le escudriñe en su nueva
asignación”. Valiéndose del texto del día, Salmo 139:16, el hermano Swingle reconoció que los nuevos misioneros
afrontarían problemas en sus asignaciones, pero que Jehová conoce las soluciones. Su exhortación fue: “Acudan a él,
cuéntenle sus problemas. Determinen cuál es su voluntad”.
John E. Barr, del Cuerpo Gobernante, habló sobre el tema “Su fe está creciendo en gran manera”. (2 Tesalonicenses
1:3.) En Lucas 17:1 leemos que Jesús dijo: “Es inevitable que vengan causas de tropiezo”. Algunos misioneros han
tropezado por causa de la personalidad de sus compañeros. Pero el hermano Barr animó a los misioneros a tener la fe
que se requiere para perdonar. De hecho, este fue el contexto en que los discípulos de Jesús le suplicaron: “Danos más
fe”. (Lucas 17:2-5.) Los diversos cambios en la organización también pueden poner a prueba la fe de los misioneros.
Preguntó: “¿Tenemos la fe que se requiere para aceptarlos, o se convertirán en obstáculos como montañas?”.
Después, dos instructores de Galaad dieron algunos consejos. Jack Redford instó a los graduados a mantener una
actitud positiva. Contó el caso de una misionera que dejó su asignación debido a que sus compañeros la hacían objeto de
sus bromas. Pero las Escrituras nos aconsejan que no nos ofendamos innecesariamente. (Eclesiastés 7:9.) Su
exhortación fue: “Tengan la actitud correcta. Perdonen los errores e imperfecciones de los que están a su alrededor”.
U. V. Glass, secretario de Galaad, preguntó después: “¿Están preparados para afrontar ‘el tiempo y el suceso
imprevisto’?”. (Eclesiastés 9:11.) “Nuestra vida siempre está sujeta a cambios —señaló el hermano Glass—, y algunos
pueden ser bastante traumáticos.” Hay misioneros que han tenido que afrontar inesperadamente problemas de salud,
enfermedades y dificultades familiares, lo cual ha obligado a algunos a dejar sus asignaciones. El hermano Glass dijo: “Sin
importar cuál sea el suceso imprevisto, sabemos que Jehová está al tanto y se interesa por nosotros. Si confiamos en él,
saldremos victoriosos”.
El discurso titulado “Apartados para el servicio misional” puso el broche de oro a la serie de discursos de la mañana.
Theodore Jaracz, del Cuerpo Gobernante, planteó otra vez la pregunta que se formuló al comienzo, a saber: “¿Qué es un
misionero?”. En respuesta, analizó los capítulos 13 y 14 de Hechos, que hablan de la obra misional de Pablo y Bernabé.
Está claro que aquella obra no se centró en remediar males sociales, sino en ‘declarar las buenas nuevas’. (Hechos
13:32.) El hermano Jaracz preguntó: “¿No están de acuerdo en que Pablo y Bernabé demostraron cómo debe ser un
verdadero misionero?”. A continuación se invitó al veterano misionero Robert Tracy, de México, a contar algunas
experiencias reconfortantes que ha tenido como evangelizador.
El programa de la mañana llegó a su culminación cuando el hermano Schroeder entregó los diplomas a los
48 graduados. Al auditorio le entusiasmó oír los nombres de los veintiún países a los que se había asignado a los
misioneros: Barbados, Benín, Bolivia, Costa Rica, Côte d’Ivoire, Ecuador, Estonia, Guinea-Bissau, Guinea Ecuatorial,
Honduras, Islas de Sotavento, Letonia, Mauricio, Mozambique, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Centroafricana,
Senegal, Taiwan y Venezuela.
Después de un descanso para comer, el auditorio se volvió a reunir y disfrutó de un animado estudio de La Atalaya,
dirigido por Robert P. Johnson, del Departamento de Servicio. Los estudiantes de la clase 98 contestaron las preguntas. A
esto le siguió una agradable serie de entrevistas realizadas por miembros del personal de Galaad. Al auditorio le animó
mucho escuchar las experiencias que habían tenido los graduados en el campo y lo que pensaban acerca de sus
asignaciones en el extranjero.
Durante seis años y medio Galaad estuvo ubicada en las instalaciones que la Sociedad Watchtower tiene en Wallkill
(Nueva York.) Pero en abril de 1995 la escuela se trasladó al nuevo Centro Educativo de la Watchtower, en Patterson
(Nueva York.) ¿Qué pensaba la familia Betel de Wallkill acerca de este cambio? En esta graduación se entrevistó a varios
hermanos de Wallkill. Sus conmovedores comentarios dejaron ver claramente que los estudiantes de Galaad les han
causado una impresión duradera. Está claro que estos hombres y mujeres dispuestos son verdaderos misioneros:
humildes, abnegados y profundamente interesados en ayudar a su prójimo.
Al terminar la graduación, todo el auditorio quedó convencido de que la Escuela de Galaad seguirá cumpliendo
satisfactoriamente con la labor que ha desempeñado por más de cincuenta años: producir verdaderos misioneros.
[Fotografía en la página 18]
Clase 98 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se han numerado las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada
fila.
1) Eszlinger, A.; Mann, T.; Rivera, G.; Baruero, M.; Vaz, M.; Durga, K.; Silweryx, H.; Alvarado, D. 2) Toth, B.; Segarra, S.;
Hart, R.; Rooryck, I.; Escobar, P.; Ejstrup, J.; Sligh, L.; Rivera, E. 3) Archard, D.; Snaith, S.; Marciel, P.; Koljonen, D.;
Waddell, S.; Blackburn, L.; Escobar, M.; Archard, K. 4) Hart, M.; Toth, S.; Koljonen, J.; Bergman, H.; Mann, D.; Blackburn,
J.; Park, D.; Vaz, F. 5) Segarra, S.; Sligh, L.; Leslie, L.; Bergman, B.; Baruero, W.; Alvarado, J.; Leslie, D.; Park,
D. 6) Silweryx, K.; Eszlinger, R.; Waddell, J.; Snaith, K.; Durga, A.; Rooryck, F.; Ejstrup, C.; Marciel, D.
[Recuadro en la página 18]
Estadística de la clase:
Cantidad de países representados: 8
Cantidad de países adonde van: 21
Cantidad de estudiantes: 48
Promedio de edad: 32,72
Promedio de años en la verdad: 15,48
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 10,91
*** w95 1/12 págs. 24-27 El Centro Educativo de la Watchtower envía misioneros ***
El Centro Educativo de la Watchtower envía misioneros

LA Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower ha impartido sus clases en diversos lugares. Entre 1943 y 1960 se
utilizaron las instalaciones de South Lansing (Nueva York, E.U.A.) para dar formación especial a 35 promociones de
estudiantes de 95 países. La escuela se trasladó luego a la sede mundial en Brooklyn (Nueva York), donde continuó
durante casi veintiocho años. De 1988 a principios de 1995, las clases de Galaad tuvieron lugar en Wallkill (Nueva York).
Durante estos años, la escuela fue ampliando su campo de operaciones. Bajo su dirección, tres promociones de
México recibieron un curso de diez semanas; en Alemania se dieron cinco de estos cursos, y en la India dos. Desde 1987,
una escuela dependiente de Galaad, la Escuela de Entrenamiento Ministerial, ha celebrado en 34 países cursos de ocho
semanas para jóvenes con los debidos requisitos. Sin embargo, la duración del curso que recibió la clase 99 de Galaad en
el nuevo Centro Educativo de la Watchtower de Patterson (Nueva York) fue de veinte semanas. Este curso consistió en un
estudio minucioso de la Biblia entera, un análisis de la historia moderna de los testigos de Jehová y su organización, así
como consejos detallados para la obra misional.
El 2 de septiembre tuvo lugar la graduación de la clase 99. El programa duró tres horas y se celebró en el auditorio del
Centro Educativo de la Watchtower, que estaba totalmente lleno. Gracias a las conexiones electrónicas, también pudo
seguirse el programa desde otras instalaciones de Betel en Patterson, Wallkill y Brooklyn. Fue un día emocionante, no solo
para la clase que se graduaba, sus familiares y amigos íntimos, sino para los centenares de voluntarios que colaboraron
en la construcción de estas estupendas instalaciones docentes.
En sus comentarios de apertura, Carey Barber, miembro del Cuerpo Gobernante, centró la atención en el significado de
lo que estaba ocurriendo. Dijo: “Este ha de ser el centro del mayor programa de educación divina que se haya llevado a
cabo en la Tierra”. Explicó que nos acercamos a la culminación de la guerra entre la descendencia de la mujer y la
descendencia de la serpiente. (Génesis 3:15.) Indicó que solo sobrevivirán a la terrible confrontación que ocurrirá durante
la venidera gran tribulación los que tengan conocimiento exacto de la Palabra de Dios y la obedezcan.
“El programa educativo que seguimos —señaló él— aspira a que el pueblo de Jehová de todo el mundo alcance la
madurez descrita en Proverbios 1:1-4, es decir, que todos conozcan sabiduría y disciplina, sepan discernir el
entendimiento, y reciban la disciplina que da perspicacia, justicia, juicio, rectitud y capacidad de pensar.” ¡Qué gran
protección es tener estos recursos espirituales!
Consejo a los graduados
Tras los comentarios de introducción vino una serie de cinco discursos cortos dirigidos a la clase que se iba a graduar.
Harold Jackson, anterior instructor de Galaad y actual miembro del personal de la sede mundial en Brooklyn, hizo esta
exhortación a la clase: “No pierdan el contentamiento piadoso”. Lloyd Barry, quien fue misionero por mucho tiempo y en la
actualidad es miembro del Cuerpo Gobernante, habló sobre el tema “Sirvamos a Jehová con humildad”. Explicó que esta
cualidad es de suma importancia para que los graduados se adapten a las nuevas situaciones, así como para tener
buenas relaciones con sus compañeros del hogar misional, con los hermanos de la congregación donde sirvan y con la
gente del lugar.
Karl Adams, que actualmente pertenece a la docencia de Galaad, razonó con la clase sobre la pregunta “¿Qué harán
ustedes movidos por la fe?”. Los animó a no ser como los israelitas que se quejaron de las condiciones de vida en el
desierto y desearon regresar a Egipto, sino como Abrahán, para quien la solución no estaba en volver a Ur de los caldeos,
sino en el Reino de Dios. (Éxodo 16:2, 3; Hebreos 11:10, 15, 16.) Ulysses Glass, secretario de la escuela, se valió de la
experiencia de Asaf, que aparece en el Salmo 73, para dar esta amonestación a los graduados: “Mediten en todas las
bendiciones que han recibido”. Albert Schroeder, miembro del Comité de Enseñanza del Cuerpo Gobernante, discursó
sobre el tema “Jehová provee”. Como prueba de la provisión divina, señaló a la propia Escuela de Galaad y al papel que
esta ha desempeñado en la realización de la gran obra de predicar y hacer discípulos.
Luego, los presentes escucharon con sumo interés la intervención de Milton Henschel, presidente de la Sociedad
Watch Tower, titulada “Miembros que nos pertenecemos unos a otros”. Leyó y comentó a fondo el capítulo 12 de
Romanos. Entre otras cosas, dijo: “Hemos de recordar que mantenemos una relación muy estrecha con nuestros
consiervos de la congregación”. Agregó: “Es conveniente que pensemos que cada uno de nosotros es propiedad de
Jehová, de modo que, en vez de ser criticones y andar buscando los defectos, debemos ser siempre serviciales. Nosotros
mismos nos beneficiamos de mantener la unidad espiritual de la congregación cristiana”. Explicó que una manera de
demostrar el carácter servicial al preparar la comida en los hogares misionales es tener en cuenta que no todos van a
poder comer lo mismo. También animó a ser serviciales, y no criticones, al participar en el ministerio del campo con
hermanos cristianos que tienen pocos bienes materiales. Si de veras somos serviciales y edificantes, y nos animamos
mutuamente, señaló el hermano Henschel, “Jehová nos amará por ello”. Un consejo muy pertinente para unos misioneros
que servirán en países bastante diferentes de los que han dejado.
Conozcamos a los estudiantes
Como promedio, los 48 estudiantes de la clase 99 tienen 32 años de edad y llevan más de once años en el ministerio
de tiempo completo.
Las entrevistas del programa permitieron que el auditorio conociera a varios de los graduados. Nikki Liebl, de Estados
Unidos, y Simon Bolton, de Inglaterra, relataron varios incidentes que pusieron a prueba su fe en que Jehová proveería a
sus necesidades físicas. Pero mantuvieron el ministerio de tiempo completo en primer lugar y experimentaron el cuidado
de Jehová.
Isabelle Kazan, cuya lengua materna es el francés, dijo que había aprendido árabe para dar testimonio en su país a los
hablantes de este idioma. Cuando comenzó en 1987, en París solo había un grupo pequeño, integrado por cuatro
hermanos cuya lengua nativa era el árabe, además de ella y de otra hermana que estaban aprendiendo el idioma. (No fue
fácil. Todas las semanas tenían que dedicar ocho horas a prepararse para comentar en el estudio de La Atalaya.)
¿Valieron la pena sus esfuerzos? Pues bien, en la actualidad hay en Francia cinco circuitos de congregaciones de Testigos
que hablan árabe. Otro estudiante, el hermano Miko Puro, explicó que el francés que había aprendido en la escuela le
permitió predicar a los africanos que se han refugiado en Finlandia, su tierra natal, y que también le va ser útil en la
asignación misional en Benín. Bonny Bowes relató su lucha por dominar el francés a fin de que su servicio en Quebec
(Canadá) fuera más productivo. Bjarki Rasmussen, de Dinamarca, relató experiencias de él y de su esposa durante sus
años de servicio en las islas Feroe. Sin duda, estos nuevos misioneros son avezados ministros de tiempo completo.
Los graduados fueron destinados a diecinueve países de África, Centroamérica, Sudamérica, Europa oriental y Asia.
Los graduados de las clases anteriores han servido en más de doscientos países. Muchos de ellos aún están activos en
su asignación. Estos nuevos misioneros se les unen en la labor de seguir extendiendo el testimonio del Reino hasta los
cabos de la Tierra. (Hechos 1:8.)
[Fotografía en la página 26]
Clase 99 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se enumeran las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres, de izquierda a derecha en cada fila.
1) Heffey, S.; Riley, E.; Mortensen, D.; Honable, A.; Bolton, J.; Poole, J.; Siimes, G.; Sousa, L. 2) Pashnitski, B.;
Shepherd, D.; Pashnitski, W.; Järvinen, J.; Paulsen, K.; Rasmussen, E.; Schewe, C.; Olsson, L. 3) Paulsen, E.; Samsel, T.;
Bowes, B.; Harris, E.; Kazan, I.; Liebl, N.; Sousa, P.; Puro, J. 4) Lager, K.; Lager, V.; Golden, K.; Bolton, S.; Johnson, M.;
Johnson, S.; Liebl, A.; Rasmussen, B. 5) Harris, D.; Samsel, W.; Schewe, O.; Heffey, R.; Kazan, L.; Riley, T.; Järvinen, O.;
Puro, M. 6) Mortensen, D.; Golden, R.; Honable, L.; Shepherd, M.; Bowes, R.; Siimes, T.; Poole, E.; Olsson, J.
[Fotografías en la página 25]
Escenas en las aulas del Centro Educativo de la Watchtower
[Fotografías en la página 27]
Aún siguen en sus asignaciones: (izquierda) Charles Leathco y su esposa, Fern, graduados de las clases 1 y 6 de Galaad,
en Brasil; (abajo) Martha Hess, graduada de la clase 7 de Galaad, en Japón
*** w96 1/6 págs. 25-28 La Escuela de Galaad envía su centésima clase ***
La Escuela de Galaad envía su centésima clase

LA ESCUELA Bíblica de Galaad de la Watchtower ha desempeñado un importante papel en la proclamación mundial


del Reino de Dios en tiempos modernos. Desde que comenzó a preparar misioneros, en 1943, sus graduados han servido
en más de doscientos países. El 2 de marzo de 1996 se graduó la clase número 100.
Mientras transcurría el curso, cayó una nevada de más de dos metros en la zona del Centro Educativo de la
Watchtower, en Patterson (Nueva York). A nadie le sorprendió que nevara también el día de la graduación, pese a lo cual
el auditorio estaba lleno. Un total de 2.878 personas escucharon el programa en Patterson, Wallkill y Brooklyn.
Theodore Jaracz, del Comité de Enseñanza del Cuerpo Gobernante, fue el presidente. Después de dar una afectuosa
bienvenida a los invitados, procedentes de muchos países, invitó a todos a ponerse de pie y entonar el cántico 52. En el
local resonó la alabanza a Jehová cuando el auditorio cantó “El nombre de nuestro Padre”, del libro Canten alabanzas a
Jehová. Este cántico y los comentarios del presidente acerca de utilizar la educación para alabar a Jehová, marcaron la
pauta del programa que seguiría.
Consejo bíblico de hombres de más edad
La primera parte consistió en discursos breves para los graduados pronunciados por siervos veteranos de Jehová.
Richard Abrahamson, miembro del personal de la sede mundial que empezó su servicio de tiempo completo en 1940, instó
a la clase: “Continúen siendo reajustados”. Les recordó que ya habían pasado por diversos períodos de reajuste en su
vida cristiana, incluidos los cinco meses de formación en Galaad. De modo que, ¿por qué era necesario que siguieran
reajustándose?
El orador explicó que la expresión utilizada por el apóstol Pablo en 2 Corintios 13:11 “implica un proceso gradual; un
sometimiento continuo a las acciones que Jehová realiza para moldearnos y refinarnos; una afinación, para que podamos
cumplir con las normas más rigurosas de Jehová”. La fe de los graduados afrontará nuevos desafíos en sus asignaciones
en el extranjero. Tendrán que aprender un nuevo idioma y adaptarse a diferentes culturas, condiciones de vida y territorios.
También tendrán que sobrellevar personalidades distintas en los hogares misionales y en sus nuevas congregaciones. Al
aplicar cuidadosamente los principios bíblicos en todas estas situaciones, con la disposición de ser reajustados, podrán
‘continuar regocijándose’, como escribió el apóstol Pablo.
John Barr, uno de los cinco miembros del Cuerpo Gobernante que participó en el programa, basó su discurso en
1 Corintios 4:9. Recordó a los oyentes que los cristianos son un espectáculo para ángeles y hombres. Dijo: “Saber esto
hace que el derrotero de vida del cristiano cobre mucha más importancia, especialmente cuando este se da cuenta de que
sus palabras y acciones pueden tener una notable repercusión en quienes lo observan, sean estos visibles o invisibles.
Creo que conviene que ustedes, queridos hermanos y hermanas de la clase 100 de Galaad, recuerden esta idea cuando
vayan a los rincones más distantes de la Tierra”.
El hermano Barr animó a los 48 estudiantes a que tuvieran presente que cuando ayudamos a los mansos a aprender la
verdad, “surge gozo entre los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente”. (Lucas 15:10.) Se refirió a 1 Corintios
11:10 para mostrar que nuestra actitud frente a las disposiciones teocráticas no solo influye en nuestros hermanos, a
quienes vemos, sino también en los ángeles, a quienes no vemos. ¡Cuánto beneficia tener este punto de vista más amplio
de la situación!
Otro miembro del Cuerpo Gobernante, Gerrit Lösch, también graduado de la Escuela de Galaad, comentó algunos
textos, como Salmo 125:1, 2; Zacarías 2:4, 5, y Salmo 71:21, para mostrar que Jehová ‘está en derredor de su pueblo’
protegiéndolo por todos lados. ¿Suministrará Dios esta protección solamente durante la gran tribulación? “No —respondió
el orador—, porque Jehová ya es un ‘muro de fuego’, una protección para su pueblo. En el año posbélico de 1919, un
ardiente deseo de predicar las buenas nuevas del Reino por todo el mundo para testimonio a todas las naciones motivaba
al resto del Israel espiritual. Eran representantes de la Jerusalén figurativa de los cielos. Jehová garantiza la protección
divina de estos representantes como grupo durante el tiempo del fin. ¿Quién, entonces, puede detener su obra? Nadie.”
¡Cuánto les conforta saber esto, al igual que a todos los que colaboran estrechamente con ellos en hacer la voluntad
divina!
Ulysses Glass, el miembro de más edad del profesorado de la escuela, animó a la clase a ‘seguir haciéndose un hueco
en la organización mundial de Jehová’, refiriéndose a la situación o actividad que se adapta especialmente a las
capacidades o al carácter de cada uno. “Ustedes, los futuros misioneros, han encontrado su ‘hueco’ en la organización
mundial de los testigos de Jehová —dijo él—. Pero, por valioso que sea ahora, se trata solo del comienzo de su vida
misional.” Tendrían que aplicarse a aprovechar bien sus aptitudes y a adaptarse a las asignaciones especiales que Jehová
y su organización les den.
El discurso final de esta porción del programa estuvo a cargo de Wallace Liverance, miembro del profesorado de
Galaad que sirvió diecisiete años en Bolivia. “¿Pondrán a prueba a Dios?”, fue la pregunta que planteó a los estudiantes.
¿Cómo habrían de hacerlo? La nación de Israel puso a prueba a Dios de un modo incorrecto. (Deuteronomio 6:16.) “Como
es obvio, poner a Dios a prueba quejándonos, murmurando o quizá manifestando falta de fe en su modo de hacer las
cosas, está mal —dijo el orador—. Cuando lleguen a su nueva asignación, resistan dicha tendencia.” Entonces, ¿cuál es
el modo correcto de poner a prueba a Dios? “Creyendo su palabra, haciendo exactamente lo que él dice y dejando el
resultado en sus manos”, explicó el hermano Liverance. Como se ve en Malaquías 3:10, Jehová invita a su pueblo:
“Pruébenme, por favor”. Prometió que los bendeciría si llevaban fielmente las décimas partes al almacén del templo. “¿Por
qué no ven así su asignación misional? —preguntó el orador—. Jehová quiere que triunfen en ella, de modo que pónganlo
a prueba. Adhiéranse a su asignación. Efectúen los ajustes que él quiere que hagan. Aguanten. Y a ver si no los bendice.”
¡Qué excelente consejo para todos los que sirven a Jehová!
Después de un cántico, el programa consistió en unas agradables entrevistas en vez de discursos.
Expresiones prácticas del campo
Mark Noumair, nuevo miembro del profesorado de Galaad, invitó a los estudiantes a relatar experiencias que tuvieron
en el ministerio del campo mientras asistieron a la escuela. Estas destacaron la importancia de mostrar iniciativa en el
ministerio y dieron al auditorio ideas prácticas.
Durante el curso, los estudiantes de esta clase de Galaad se beneficiaron especialmente del compañerismo de muchos
miembros de los comités de sucursales procedentes de 42 países, que también estaban en el Centro Educativo de
Patterson para recibir instrucción especial. Un buen número de ellos se había graduado en Galaad años atrás. En el
programa se entrevistó a representantes de las clases 3, 5, 51 y 92, así como de la Extensión de la Escuela de Galaad en
Alemania. ¡Qué provechosos fueron sus comentarios!
Relataron cómo se han sentido los misioneros al ver el aumento de alabadores de Jehová en sus asignaciones: de ser
un puñado a convertirse en decenas de miles. Contaron cómo han llevado las buenas nuevas a viviendas dispersas de los
Andes y a aldeas de la cabecera del Amazonas. Comentaron cómo han dado testimonio a gente analfabeta. Mencionaron
los desafíos de aprender un nuevo idioma, y explicaron lo que podían esperar los graduados con realismo en cuanto al
tiempo que les tomaría predicar y dar discursos en un idioma como el chino. Incluso hicieron algunas presentaciones
típicas en español y en chino. Pusieron énfasis en que los misioneros consiguen más resultados si aprenden no solo el
idioma de la gente, sino también su modo de pensar. Hablaron de las difíciles condiciones de vida que predominan en los
países pobres, y dijeron: “Los misioneros deben darse cuenta de que esta situación suele deberse a la explotación. El
misionero tendrá más éxito si manifiesta los mismos sentimientos que Jesús, quien se compadecía de las personas, pues
las veía como ovejas sin pastor”.
Después de un cántico, el programa continuó con un discurso de A. D. Schroeder, del Cuerpo Gobernante, quien tuvo
el privilegio de ser uno de los instructores originales de la Escuela de Galaad cuando se inauguró, en 1943. Puso el broche
de oro al programa hablando del tema “Aclamemos a Jehová como el Señor Soberano”. El absorbente análisis del
hermano Schroeder sobre el Salmo 24 impactó a todos los asistentes al mostrar el magnífico privilegio que tenemos de
aclamar a Jehová como el Señor Soberano.
Tras distribuirse los diplomas y entonar el cántico final, Karl Klein, del Cuerpo Gobernante, concluyó con una oración
sincera. ¡Qué programa tan práctico y reconfortante en sentido espiritual!
En los días que siguieron a la graduación, los 48 miembros de la clase 100 empezaron a viajar a sus asignaciones,
localizadas en diecisiete países. Pero no estaban simplemente comenzando su ministerio. Ya contaban con un sólido
historial de ministerio cristiano de tiempo completo. Al matricularse en Galaad, como promedio contaban con 33 años de
edad y habían dedicado más de doce años al ministerio de tiempo completo. Algunos habían sido miembros de la familia
mundial de Betel de la Sociedad Watch Tower. Otros habían sido superintendentes viajantes. Algunos estudiantes ya
habían servido en el extranjero, en África, Europa, América del Sur, las islas y en las comunidades de habla extranjera de
sus países, pero ahora van a unirse a los muchos misioneros a quienes les alegra haber dicho: ‘Serviremos en cualquier
parte del mundo donde se nos necesite’. Desean sinceramente usar su vida para engrandecer a Jehová.
[Recuadro de la página 27]
Estadística de la clase:
Cantidad de países representados: 8
Cantidad de países adonde van: 17
Cantidad de estudiantes: 48
Promedio de edad: 33,75
Promedio de años en la verdad: 17,31
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 12,06
[Ilustración de la página 26]
Clase 100 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se han numerado las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres, de izquierda a derecha en cada
fila.
1) Shirley, M.; Grundström, M.; Genardini, D.; Giaimo, J.; Shood, W.; Phair, P.; Buchanan, C.; Robinson, D. 2) Pine, C.;
Kraus, B.; Racicot, T.; Hansen, A.; Beets, T.; Berg, J.; García, N.; Fleming, K. 3) Whinery, L.; Whinery, L.; Harps, C.;
Giaimo, C.; Berg, T.; Mann, C.; Berrios, V.; Pfeifer, C. 4) Randall, L.; Genardini, S.; Kraus, H.; Fleming, .; D’Abadie, S.;
Shirley, T.; Stevenson, G.; Buchanan, B. 5) Robinson, T.; García, J.; Harps, P.; Racicot, D.; D’Abadie, F.; Phair, M.;
Stevenson, G.; Shood, D. 6) Beets, L.; Pfeifer, A.; Berrios, M.; Pine, J.; Mann, L.; Randall, P.; Grundström, J.; Hansen, G.
*** w96 1/12 págs. 21-23 La clase 101 de Galaad: celosos de obras excelentes ***
La clase 101 de Galaad: celosos de obras excelentes

TANTO nuestro Creador, Jehová Dios, como su Hijo, Jesucristo, tienen celo por las obras excelentes. Jesús, nuestro
modelo, cumplió con celo la asignación que Dios le había confiado, la cual implicaba que se diera “a sí mismo por nosotros
para [...] limpiar para sí un pueblo peculiarmente suyo, celoso de obras excelentes”. (Tito 2:14.) Los 48 estudiantes de la
clase 101 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower sin duda han demostrado celo por las obras excelentes. El
programa de la graduación de estos misioneros se llevó a cabo el 7 de septiembre de 1996 en el Centro Educativo de la
Watchtower, en Patterson (Nueva York, E.U.A.).
Consejo práctico para seguir siendo celosos
El presidente del programa de graduación fue Carey Barber, miembro del Cuerpo Gobernante con más de setenta años
en el ministerio de tiempo completo. En los comentarios de apertura, el hermano Barber llamó la atención a la enseñanza
y predicación de Jesús, que fue “la luz del mundo”. (Juan 8:12.) Señaló que Jesús no se reservó para sí ese honorable
papel, sino que instó a sus discípulos a que también hicieran resplandecer su luz. (Mateo 5:14-16.) Este privilegio de
servicio da más sentido a la vida del cristiano, y coloca una pesada responsabilidad sobre los hombros de los que están
“andando como hijos de la luz”. (Efesios 5:8.)
Después de estos comentarios de apertura se presentó a Don Adams, de las Oficinas Ejecutivas de la central de
Brooklyn. Habló del tema “Avancemos, no retrocedamos”. El hermano Adams centró la atención en la Escuela de Galaad
misma y en su propósito: extender la predicación de las buenas nuevas a otras tierras. Habló del progreso de la
organización de Dios, que ha editado publicaciones bíblicas por todo el mundo en más de trescientos idiomas. El libro El
conocimiento que lleva a vida eterna, publicado en 1995, se ha puesto a disposición de la gente en 111 idiomas, y está
proyectado imprimirlo aún en más. Ya ha desempeñado un papel importante en ayudar a los nuevos discípulos de Jesús a
dedicarse y bautizarse en solo unos cuantos meses. Así que los nuevos misioneros tendrán a su disposición para efectuar
su trabajo, los últimos artículos para el estudio de la Biblia.
A continuación, Lyman Swingle, del Cuerpo Gobernante, habló del tema: “Sigan rindiendo servicio sagrado a Jehová”,
basado en Revelación [Apocalipsis] 7:15. Puesto que Jehová mismo es un Dios feliz, servirle constantemente es lo que
nos hace felices. (1 Timoteo 1:11.) Una consecuencia de este servicio gozoso es que una gran muchedumbre de personas
de todas partes de la Tierra han llegado a adorar a Dios. A través de los años, los hermanos que han asistido a la Escuela
de Galaad han ayudado a muchas de estas personas a adquirir conocimiento exacto de la verdad. Tenemos razones de
sobra, por tanto, para creer que Jehová seguirá bendiciendo a los que ahora se envían para recoger a más miembros de
la creciente gran muchedumbre.
“Reflejemos el gozo de Jehová” fue el tema que destacó Daniel Sydlik, también del Cuerpo Gobernante. Mostró que
todos los siervos de Dios, los nuevos misioneros entre ellos, tienen el privilegio de enseñar a la gente el camino de la vida
eterna y el modo de aprovechar mejor la vida ahora. “Enseñar —declaró el hermano Sydlik— es una profesión gratificante.
Se refleja en los rostros de quienes enseñan y en los de quienes aprenden.” (Salmo 16:8-11.) Citó de un misionero de
Estonia que dijo: “Tenemos el mensaje más importante sobre la faz de la Tierra, y es nuestra expresión facial la que lo
refleja”. Esta expresión puede abrir muchas puertas y suscitar el interés. La gente quiere saber qué hace felices a los
siervos de Jehová. “Así que presten atención a su rostro —aconsejó el hermano Sydlik—. A la gente le encanta ver a
personas felices.”
Ulysses Glass, que participa en la instrucción de los estudiantes de Galaad desde la clase 12 (año 1949), se dirigió al
auditorio para hablar del tema: “Protejamos nuestras almas con la paciencia”. ¿Qué es paciencia? Transmite la idea de
esperar algo con calma, aguantar la provocación o la tensión. La persona paciente permanece tranquila; la impaciente
llega a ser irreflexiva e irritable. “Muchos piensan que la paciencia es una muestra de debilidad e indecisión”, dijo el
hermano Glass, pero “para Jehová indica fortaleza y propósito”. (Proverbios 16:32.) ¿Qué beneficios proporciona la
paciencia? “La paciencia en un momento de ira le ahorrará cien días de angustia”, dice un proverbio chino. “La paciencia
mejora la personalidad —comentó el hermano Glass—. Es más, cubre con un barniz de durabilidad otras buenas
cualidades. Hace deseable la fe, duradera la paz e inquebrantable el amor.”
“Es un privilegio recibir una asignación de parte de Jehová Dios a través de su organización”, señaló Mark Noumair,
que sirvió de misionero en Kenya durante once años y ahora es un instructor de Galaad. Durante su exposición del tema
“A menos que tengamos fe, no aguantaremos por mucho tiempo”, el hermano Noumair llamó la atención al ejemplo del rey
Acaz de Judá. Aunque Isaías le aseguró al rey que Jehová apoyaba su asignación, Acaz no confió en Él. (Isaías 7:2-9.) A
continuación, el hermano Noumair señaló que los misioneros —en realidad, todos nosotros— necesitan tener fe en Jehová
para aguantar por mucho tiempo en las asignaciones teocráticas. Los desafíos particulares de una asignación misional
exigen fe fuerte. “Tengan siempre en cuenta que no hay ninguna situación perfecta en este sistema de cosas”, declaró el
hermano Noumair.
Experiencias que fomentan la actividad celosa
Durante su preparación en Galaad, todos los fines de semana los estudiantes dedicaron tiempo al ministerio público,
que también será su principal ocupación en sus asignaciones misionales. Wallace Liverance, del profesorado de Galaad,
entrevistó a quince estudiantes, que contaron sus experiencias. Luego, Leon Weaver, del comité del Departamento de
Servicio, y Lon Schilling, del comité de Coordinación de Actividades, entrevistaron a miembros de los comités de sucursal
de África y América Latina, que relataron experiencias del campo misional y que tenían algunos buenos consejos para los
misioneros que se graduaban. Se señaló que los misioneros habían ayudado a cerca del 90% de los que se bautizaron
durante el año de servicio de 1995 en Sierra Leona. Un magnífico ejemplo de actividad celosa.
Finalmente, Milton Henschel, presidente de la Sociedad, se dirigió al auditorio de 2.734 personas para hablar del tema
“La organización visible de Jehová es única”. ¿Qué hace que la organización de Dios no tenga igual? No es su tamaño
ni su poder, sino el hecho de que la guían las regulaciones justas de Dios y sus decisiones judiciales. En tiempos antiguos,
el pueblo de Jehová, la nación de Israel, tenía encomendadas Sus sagradas declaraciones formales, lo que singularizaba
a esa nación. (Romanos 3:1, 2.) Hoy día, la organización de Jehová está unida porque funciona bajo la dirección de
Jesucristo. (Mateo 28:19, 20.) Está prosperando, creciendo. ¿Hay otra organización en la Tierra cuya junta administrativa,
o Cuerpo Gobernante, consulte la Palabra de Dios, la Biblia, antes de tomar decisiones importantes? En estos y en otros
aspectos, la organización visible de Jehová es verdaderamente única. Este agradable programa concluyó con la entrega
de diplomas y la lectura de una carta de la clase, en la que esta expresó su agradecimiento por la educación especial
recibida.
[Recuadro de la página 22]
Estadística de la clase
Cantidad de países representados: 9
Cantidad de países adonde van: 12
Cantidad de estudiantes: 48
Promedio de edad: 31,7
Promedio de años en la verdad: 13,8
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 9,8
[Ilustración de la página 23]
Clase 101 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se han numerado las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada
fila.
1) Swint, H.; Zezenski, A.; Highfield, L.; Mercado, S.; Diehl, A.; Chavez, V.; Smith, J.; Selenius, S.
2) Kurtz, D.; Clark, C.; Leisborn, J.; Mortensen, W.; Bromiley, A.; Toikka, L.; Marten, A.; Smith, D.
3) Zezenski, D.; Bjerregaard, L.; Garafalo, B.; Kaldal, L.; Chavez, E.; Fröding, S.; Khan, R.; Selenius, R.
4) Swint, B.; Bjerregaard, M.; Garafalo, P.; Holmblad, L.; Keyzer, M.; Fröding, T.; Palfreyman, J.; Palfreyman, D.
5) Minguez, L.; Leisborn, M.; Mercado, M.; Kurtz, M.; Diehl, H.; Toikka, J.; Clark, S.; Khan, A.
6) Minguez, F.; Marten, B.; Highfield, L.; Holmblad, B.; Bromiley, K.; Kaldal, H.; Mortensen, P.; Keyzer, R.
*** w97 1/6 págs. 29-31 Graduación de estudiantes de la Palabra de Dios ***
Graduación de estudiantes de la Palabra de Dios

A LOS testigos de Jehová se les conoce alrededor del mundo por su predicación de casa en casa al igual que a los
cristianos del siglo primero. Los comentarios de apertura del programa de graduación de la clase número 102 de la
Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower se centraron en esa obra.
El 1 de marzo de 1997, Albert Schroeder, del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová, citó de un artículo reciente
de la revista francesa Le Point que expuso los planes que tiene la Iglesia Católica de iniciar la predicación de casa en casa
en Italia. “Para que [los misioneros del Vaticano] no vayan con las manos vacías a competir con los testigos de Jehová en
su terreno —decía el artículo—, el Vaticano dispuso que se imprimieran 1.000.000 de ejemplares del Evangelio de San
Marcos, pues sus emisarios se enfrentan a expertos [los Testigos] en la ‘colocación’ de la buena palabra a domicilio.”
Los 48 graduados se cuentan entre quienes han imitado los expertos métodos de predicación de Jesús para la difusión
de la Palabra de Dios. Llegaron de ocho países al Centro Educativo de la Watchtower de Patterson (Nueva York). Durante
los cinco meses de preparación, estudiaron la Biblia completa. También abarcaron la historia de la organización de Dios,
aspectos prácticos de la vida misional y el fruto del espíritu de Dios. Se les dio toda esta instrucción con el fin de
prepararlos para su asignación en el servicio misional en diecisiete países extranjeros. En la graduación estuvieron
presentes 5.015 personas de diversos países, disfrutando también de esta gozosa ocasión. Al final, ¿qué consejos
prácticos recibieron los estudiantes de Galaad?
Estímulo oportuno para los nuevos misioneros
Después de los comentarios de apertura del presidente se presentó el breve discurso inicial, que estuvo a cargo de
Ralph Walls, ayudante del Comité de Personal del Cuerpo Gobernante, quien dio consejo útil a los nuevos misioneros. El
título de la disertación fue: “Recuerden amar”. Mostró cómo la Biblia predijo en el capítulo 3 de 2 Timoteo que el mundo
tendría cada vez menos amor. En armonía con la descripción que se da del amor en 1 Corintios 13:1-7, les recordó
oportunamente: “Quizás sobrepasen el requisito de horas como misioneros, o gocen de abundante conocimiento debido a
su instrucción en Galaad. O tal vez dediquen celosamente horas extraordinarias para cumplir con su trabajo en alguna
sucursal. Pero de nada valdrían todo el empeño y sacrificio si se olvidaran de amar”.
El siguiente discursante, Carey Barber, del Cuerpo Gobernante, analizó el tema: “Jehová nos conduce a la victoria”.
Desde sus pequeños comienzos después de la I Guerra Mundial, Jehová Dios ha guiado a sus siervos fieles a la victoria
en la proclamación de las buenas nuevas del Reino, a pesar de la persecución. En 1931 los Estudiantes de la Biblia, como
se les conocía entonces, adoptaron el nombre de testigos de Jehová, para disgusto del clero de la cristiandad. El hermano
Barber dijo: “La clase número 102 de misioneros preparados en la Escuela de Galaad disfrutará ahora del grandioso honor
de tomar parte plenamente en el glorioso trabajo de ofrecer, a cuantas personas sea posible, la oportunidad de conocer
ese sagrado nombre”. Los graduados se suman a la larga lista de los 7.131 misioneros preparados en la Escuela de
Galaad que han contribuido a aumentar la cantidad de países donde se predica la Palabra de Dios de 54 en 1943 a 233 en
la actualidad.
El siguiente discursante, Lloyd Barry, también del Cuerpo Gobernante, se graduó de la clase número 11 de Galaad y
fue misionero en Japón por más de veinticinco años. Presentó la conferencia animadora: “Persistan en estas cosas”.
“Obtendrán gran parte de su gozo mediante el aguante”, dijo a los estudiantes. ¿Cómo se recompensa el aguante en el
servicio misional o en cualquier asignación teocrática? “Sobre todo, nuestro aguante regocija el corazón de Jehová. [...]
Ser íntegros bajo prueba produce gran satisfacción. [...] Haga del servicio misional la vocación de su vida. [...] Su
recompensa será un alentador ‘Bien hecho’.” (Mateo 25:21; Proverbios 27:11.) En la conclusión, el hermano Barry
recomendó de todo corazón a los misioneros que “[persistieran] en estas cosas”, resolviéndose a hacer del campo
misional su vida misma. (1 Timoteo 4:16.)
“¿Qué verán?”, preguntó Karl Adams, que ha participado en la instrucción de muchas clases de Galaad. Explicó que lo
que los nuevos misioneros vieran en su asignación no dependería solo de la vista física, sino también de los ojos del
corazón. (Efesios 1:18.) Ilustró este hecho con lo que observaron los espías israelitas cuando inspeccionaron la Tierra
Prometida. Los doce vieron lo mismo en sentido físico, mas solo dos vieron aquella tierra desde la óptica de Dios. Los
misioneros también podrían tener diversos modos de ver las cosas. En algunos de los países adonde fueran a servir,
quizás verían pobreza, dolor y desesperanza. Pero no deberían reaccionar de forma negativa ni abandonar el lugar. El
hermano Adams citó las palabras de cierta misionera de una clase reciente: “Estas experiencias me convencieron de que
debo quedarme aquí. Estas personas necesitan una esperanza para el futuro. Quiero ayudarlas a mejorar su vida”. El
hermano Adams concluyó animando a los nuevos misioneros a que consideraran los diversos países adonde se les
enviaba como zonas que Jehová se propone incluir en el Paraíso mundial, y a la gente de esas tierras como futuros
miembros de la sociedad del nuevo mundo.
El discurso final de esta sección del programa lo presentó Wallace Liverance, que sirvió durante varios años en el
campo misional antes de ser instructor de Galaad. Su tema fue: “Actúe con perspicacia en cuanto a las maravillosas obras
de Dios”. Hacer eso implica ser prudente, discreto y sensato. En este aspecto falló el rey Saúl de Israel. (1 Samuel 13:9-
13; 15:1-22.)
Una forma de actuar con perspicacia es aceptar el desafío de adaptarse a un nuevo modo de vida, lo que incluye
aprender un nuevo idioma y conocer a la gente. Las experiencias que tengan los misioneros al enfrentarse a las pruebas y
vencer los obstáculos pueden fortalecerlos en sentido espiritual, tal como edificaron a Josué y a Caleb las experiencias
que tuvieron al conquistar la tierra que Dios les asignó.
Entrevistas
En la siguiente sección del programa hubo varias entrevistas. Harold Jackson entrevistó al secretario y veterano
instructor de la Escuela de Galaad, Ulysses Glass, que ahora tiene 85 años de edad. Muchos hermanos que todavía
sirven en el campo misional recuerdan bien los años de fiel enseñanza y preparación del hermano Glass. Luego intervino
Mark Noumair, también instructor de Galaad, que pasó varios años sirviendo en el extranjero, en África, antes de formar
parte del personal de la Escuela. Entrevistó a algunos de los misioneros respecto a su actividad en el ministerio durante
los cinco meses que pasaron en la escuela. Sus experiencias demostraron a todas luces que hay personas interesadas en
la Palabra de Dios en el territorio local.
Luego Robert Ciranko y Charles Molohan entrevistaron a algunos de los hombres experimentados que asistían
simultáneamente a otra escuela, ubicada en el mismo recinto, cuyo propósito es preparar al personal de las sucursales. El
consejo que dieron a los graduados incluyó la necesidad de ser humildes y contribuir a la unidad de la congregación.
Recomendaron que los graduados no se formaran ideas preconcebidas de lo que habían de esperar en la obra misional,
sino que simplemente estuvieran dispuestos a aceptar cualquier situación a la que se enfrentaran. No cabe duda de que
poner en práctica este consejo ayudará a los nuevos misioneros a cumplir con su cometido como maestros de la Palabra
de Dios.
Por último, Theodore Jaracz, del Cuerpo Gobernante, pronunció el discurso: “¿Quién influye en quién?”. Explicó que
cuando manifestamos el fruto del espíritu como cristianos, podemos tener un efecto positivo en el prójimo. Dijo: “Los
misioneros enviados por la organización de Jehová han influido en los demás a lo largo de los años de manera sana y
edificante en sentido espiritual”. Entonces citó los comentarios de algunas personas sobre cómo el buen ejemplo de los
misioneros les había ayudado a servir a Dios. En conclusión, exhortó: “Conserven la reputación que se ha ganado el
pueblo de Jehová y sigan tocando esas puertas en su asignación en el extranjero en busca de los merecedores. [...]
Además, con su conducta recta y limpia, resistan el espíritu de este mundo y ejerzan una influencia positiva para la
alabanza y la honra de Jehová”, concluyó.
Para cerrar el programa, el presidente transmitió los saludos procedentes de lugares cercanos y distantes, luego
entregó los diplomas y anunció las asignaciones misionales. Después, uno de los graduados leyó un escrito de la clase,
que expresaba su agradecimiento por la instrucción recibida. Sin lugar a dudas, el programa de graduación de la clase
número 102 fortaleció la resolución de todos los asistentes de seguir adelante divulgando la Palabra de Dios.
[Ilustración de la página 31]
Clase 102 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se han numerado las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada
fila.
1) Duffy, C.; Alexis, D.; Harff, R.; Lee, J.; Corey, V.; Nortum, T.; Mora, N.; Journet, F.
2) Djupvik, L.; Singh, K.; Hart, B.; Kirkoryan, M.; Lee, S.; Rastall, S.; Zoulin, K.; Kollat, K.
3) Singh, D.; Pitteloud, J.; Pitteloud, F.; Bokoch, N.; Torma, C.; Muxlow, A.; Richardson, C.; Nortum, D.
4) Harff, J.; Journet, K.; Barber, A.; Loberto, J.; Loberto, R.; Muxlow, M.; Mora, R.; Hart, M.
5) Torma, S.; Rastall, A.; Diaz, R.; Diaz, H.; Weiser, M.; Weiser, J.; Kirkoryan, G.; Zoulin, A.
6) Alexis, R.; Barber, D.; Djupvik, H.; Duffy, C.; Kollat, T.; Richardson, M.; Bokoch, S.; Corey, G.
*** w97 1/12 págs. 21-24 De buenos estudiantes a misioneros de éxito ***
De buenos estudiantes a misioneros de éxito

“¡AÚN no puedo creer que tuviéramos este privilegio!”, exclamó Will, haciendo referencia a la formación que él y su
esposa, Patsy, acababan de recibir como estudiantes de la clase 103 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower.
Zahid y Jeni concordaron. “Nos sentimos honrados de estar aquí”, dijeron. Todos fueron buenos estudiantes de la Escuela.
Anhelaban iniciar la obra misional. Pero antes, durante el programa de graduación del 6 de septiembre de 1997, recibieron
consejo amoroso para ayudarles a tener éxito en su asignación misional.
Presidió el programa Theodore Jaracz, miembro del Cuerpo Gobernante. Puso de relieve que, además de la familia
Betel y los representantes de 48 sucursales de la Sociedad Watch Tower, habían venido amigos y parientes procedentes
de Canadá, Europa, Puerto Rico y Estados Unidos para brindar su apoyo y amor a los estudiantes. El hermano Jaracz
indicó que los misioneros de las iglesias de la cristiandad frecuentemente desatienden su tarea misional y se dedican a
ocupaciones intelectuales o hasta se enredan en la política. Por el contrario, los graduados de Galaad ponen por obra lo
que aprendieron. Enseñan a las personas acerca de la Biblia.
Luego Robert Butler, de la casa Betel de Brooklyn, habló sobre el tema: “Hagan que su camino tenga éxito”. Señaló
que el hombre mide el éxito según sus ingresos u otras ventajas personales, pero que lo verdaderamente importante es
cómo mide el éxito Jehová. Jesús tuvo éxito en su ministerio, no porque hiciera una gran cantidad de discípulos, sino
porque fue fiel en su asignación. Glorificó a Jehová y se mantuvo libre de la contaminación del mundo. (Juan 16:33; 17:4.)
Estas son cosas que todo cristiano puede hacer.
“Háganse esclavos de todos”, recomendó Robert Pevy, anterior misionero en Asia. El apóstol Pablo fue un misionero
de éxito. ¿En qué consistió su secreto? Se hizo esclavo de todos. (1 Corintios 9:19-23.) El orador manifestó: “Un graduado
de Galaad que tenga esa actitud no verá en el servicio misional un medio para promocionarse, o un peldaño para escalar
posiciones en la organización. Un misionero va a su asignación con un solo propósito: servir a otras personas, pues eso es
lo que un esclavo hace”.
Gerrit Lösch, miembro del Cuerpo Gobernante, basó su consejo principalmente en los capítulos 3 y 4 de 2 Corintios, y
exhortó a los estudiantes con el tema: “Reflejen como espejos la gloria de Jehová”. Les recordó que el conocimiento de
Dios es como una luz que ilumina al cristiano cuando este abre su corazón para recibirlo. Reflejamos esa luz al predicar
las buenas nuevas y mantener una conducta excelente. “Algunas veces pudiera surgir en ustedes un sentimiento de
inutilidad —reconoció—. Cuando eso suceda, confien en Jehová, ‘para que el poder que es más allá de lo normal sea de
Dios’.” (2 Corintios 4:7.) Repitiendo las palabras de Pablo de 2 Corintios 4:1, el hermano Lösch instó a los estudiantes:
“No se rindan en su asignación como misioneros. ¡Mantengan brillantes sus espejos!”.
Karl Adams, uno de los instructores de Galaad, habló sobre el interesante tema “¿Dónde está Jehová?”. Esta pregunta
no hace referencia a la morada de Dios en el universo, sino a la importancia de tener presentes el punto de vista y las
instrucciones de Jehová. “Al estar bajo tensión —advirtió—, hasta los que ya sirven a Jehová por mucho tiempo pueden
pasar por alto Su punto de vista.” (Job 35:10.) ¿Qué puede decirse de nuestro tiempo? En 1942 el pueblo de Dios
necesitaba guía. ¿Estaba llegando a su término la predicación, o había más trabajo que hacer? ¿Cuál era la voluntad de
Jehová para Su pueblo? Estudiando la Palabra de Dios, se les hizo evidente la respuesta. “Antes de finalizar el año —
relató el hermano Adams—, ya se había puesto la base para la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower.”
Indudablemente, Jehová bendijo la labor de los misioneros que salieron de esa escuela.
El segundo de los instructores que habló fue Mark Noumair. En su discurso titulado “¿Cómo utilizarán sus talentos?”,
estimuló a los estudiantes a poner en práctica la instrucción que recibieron en Galaad tan pronto como llegaran a su nueva
asignación. “Interésense por las personas, procuren integrarse —les exhortó—. Estén ansiosos por conocer sus
costumbres, su historia y el sentido del humor característico del país. Cuanto antes aprendan el idioma, mejor se
adaptarán.”
Los estudiantes celosos hallan gozo en el ministerio
Además de estudiar con ahínco en Galaad, los estudiantes fueron asignados a once congregaciones de la zona. Los
fines de semana participaban con entusiasmo en la predicación. Wallace Liverance, instructor de Galaad, invitó a varios de
ellos a relatar sus experiencias al auditorio. Se pudo notar su gozo cuando contaron las experiencias que tuvieron al
predicar en centros comerciales, estacionamientos, territorios de oficinas, en las calles y de casa en casa. Algunos
buscaron formas de llegar a las personas de habla extranjera que viven y trabajan en esos territorios. Los miembros de la
clase 103 iniciaron y condujeron por lo menos diez estudios bíblicos durante los cinco meses de su preparación.
Misioneros con experiencia revelan los secretos del éxito
Después de esta agradable sección del programa, Patrick Lafranca y William Van de Wall invitaron a siete miembros de
los Comités de varias sucursales a resumir las lecciones que habían aprendido en sus años de misioneros para el
beneficio de la clase. Ellos exhortaron a los graduados a ver su tarea misional como procedente de Jehová y a estar
resueltos a permanecer en su asignación. Señalaron los efectos positivos que tuvieron los misioneros de Galaad en la
obra en otros países.
¿Qué ayudó a estos miembros de Comités de Sucursal a servir durante décadas como misioneros felices y
productivos? Trabajaron en estrecha colaboración con los hermanos del lugar y aprendieron de ellos. Se esforzaron por
aprender el idioma tan pronto como llegaron al nuevo territorio. Adquirieron flexibilidad y se adaptaron a las costumbres de
la región. Charles Eisenhower, quien se graduó de la primera clase de Galaad y es misionero desde hace cincuenta y
cuatro años, dio a conocer cinco “secretos” que los misioneros de éxito aprendieron: 1) Estudien la Biblia con regularidad,
2) estudien el idioma, 3) estén activos en el ministerio, 4) promuevan la paz en la casa misional y 5) oren constantemente
a Jehová. A los estudiantes les impresionó el consejo práctico que recibieron, así como el visible gozo que estos
misioneros veteranos experimentan en el servicio a Jehová. Armando y Lupe lo expresaron así: “Cuando hablan de su vida
irradian felicidad”.
Cuando terminaron las entrevistas, aún quedaba un discurso. Albert Schroeder, miembro del Cuerpo Gobernante, eligió
el tema “Los mayordomos fieles de la Palabra de Dios revelan preciosas gemas de la verdad”. Puesto que la Biblia es el
principal libro de texto de la Escuela de Galaad, a los estudiantes les interesaba su contenido. El hermano Schroeder
destacó que, cuando hace cincuenta años se empezó a trabajar en la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas
Escrituras, los miembros ungidos del Comité de la Traducción del Nuevo Mundo no fueron tras la aprobación de los
hombres, sino que buscaron la dirección del espíritu santo. (Jeremías 17:5-8.) Sin embargo, en tiempos recientes algunas
autoridades en la materia reconocieron el alto nivel de la Traducción del Nuevo Mundo. Un erudito de la Biblia escribió en
una carta dirigida a la Sociedad: “Sé reconocer una publicación de calidad cuando la veo, y su ‘Comité de la Traducción
del Nuevo Mundo’ hizo un trabajo excelente”.
Después de este discurso, los estudiantes recibieron los diplomas y se anunciaron sus asignaciones al auditorio. Fue
un momento emocionante para los miembros de la clase. Cuando un representante de la clase leyó una carta de
agradecimiento, muchos tenían un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos. Algunos estudiantes se habían preparado
durante años para la obra misional. Conscientes de que las clases de la Escuela de Galaad se dan en inglés, algunos se
mudaron a congregaciones anglohablantes para mejorar su dominio de aquel idioma. Otros se trasladaron a lugares
donde había más necesidad de precursores, ya sea en su propio país o en el extranjero. Algunos se prepararon leyendo
experiencias, buscando información o viendo la cinta Hasta los cabos de la Tierra vez tras vez.
Will y Patsy, a quienes mencionamos al principio, quedaron impresionados por el interés personal que se mostró a los
estudiantes. “Personas que ni siquiera nos conocían nos abrazaban y nos tomaban fotografías. Un miembro del Cuerpo
Gobernante nos estrechó la mano diciendo: ‘¡Estamos orgullosos de ustedes!’” Sin duda apreciamos a los estudiantes de
la clase 103. Están bien preparados. La formación que han recibido en Galaad les permitirá hacer la transición de buenos
estudiantes a misioneros de éxito.
[Recuadro de la página 22]
Estadística de la clase
Cantidad de países representados: 9
Cantidad de países adonde van: 18
Cantidad de estudiantes: 48
Cantidad de matrimonios: 24
Promedio de edad: 33
Promedio de años en la verdad: 16
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 12
[Ilustración de la página 23]
Clase 103 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se han numerado las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha de cada
fila.
1) Bunn, A.; Dahlstedt, M.; Campaña, Z.; Boyacioglu, R.; Ogando, G.; Nikonchuk, T.; Melvin, S.
2) May, M.; Mapula, M.; Lwin, J.; Hietamaa, D.; Hernandez, C.; Boyacioglu, N.; Sturm, A.; Melvin, K.
3) Thom, J.; Mapula, E.; Nault, M.; Teasdale, P.; Wright, P.; Pérez, L.; Shenefelt, M.; Pak, H.
4) Murphy, M.; Campaña, J.; Stewart, S.; Cereda, M.; Reed, M.; Pérez, A.; Teasdale, W.; Pak, J.
5) Stewart, D.; Wright, A.; Cereda, P.; Nikonchuk, F.; Reed, J.; Hietamaa, K.; Ogando, C.; Shenefelt, R.
6) Murphy, T.; Hernandez, J.; Nault, M.; Bunn, B.; Thom, R.; Dahlstedt, T.; Lwin, Z.; May, R.; Sturm, A.
[Ilustración de la página 24]
¿Adónde vamos?
*** w98 1/6 págs. 24-27 La graduación de la clase 104 de Galaad: una ocasión feliz ***
La graduación de la clase 104 de Galaad: una ocasión feliz

“HOY es un día feliz, de alegría para todos.” Carey Barber, miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová,
abrió con estas palabras el programa de graduación de la clase 104 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower el
14 de marzo de 1998. Se invitó a los 4.945 presentes a iniciar el acto entonando el cántico del Reino número 208, titulado
“La canción del regocijo”.
Consejo práctico para ser felices
El programa empezó con una serie de cinco breves discursos bíblicos que ofrecieron consejo práctico sobre cómo
mantener el espíritu alegre que se evidenciaba en el día de la graduación.
Joseph Eames, del Departamento de Redacción, presentó el primer discurso. Habló sobre el tema “Imiten el espíritu de
los leales”, basado en los capítulos 15 y 17 de 2 Samuel, donde se explica que Absalón, el hijo de David, se sublevó
contra su padre y fomentó una revuelta para arrebatarle el reino que Dios le había dado. Sin embargo, hubo quienes se
mantuvieron leales al rey David, el ungido de Jehová. ¿Qué lección podían aprender de ese relato los nuevos misioneros?
“Sea cual sea la asignación misional que reciban, promuevan con lealtad el espíritu de cooperación y respeto a la
autoridad teocrática. Ayuden a los demás a hacer lo mismo”, concluyó el hermano Eames.
El siguiente orador fue David Sinclair, que expuso diez requisitos que se mencionan en el Salmo 15 para ser
huéspedes en la ‘tienda de Jehová’. Su discurso, titulado “Sigan como huéspedes en su tienda misional”, animó a los
estudiantes que se graduaban a poner por obra este salmo en sus asignaciones misionales, donde serían como
huéspedes. El hermano Sinclair resaltó la importancia de vivir siempre de acuerdo con las normas piadosas. ¿Cuál será el
resultado? Salmo 15:5 dice: “Al que está haciendo estas cosas, nunca se le hará tambalear”.
Acto seguido, John Barr, miembro del Cuerpo Gobernante, puso de relieve el efecto estimulante que tiene el canto en
las reuniones cristianas. Pero ¿cuál es la canción más gozosa que se escucha hoy en la Tierra? Son las buenas nuevas
del Reino Mesiánico de Dios. ¿Qué resultados está obteniendo este canto o predicación del Reino? La segunda estrofa
del cántico 208 dice: “Por predicar y el Reino enseñar hay muchos que se acercan a Jehová. Ellos sus voces unen
cantando; toda la Tierra lo oirá”. En efecto, todos los días se bautizan unos mil nuevos discípulos. El hermano Barr
concluyó: “¿No es maravilloso pensar, hermanos, que se les envía a territorios a buscar a la clase de personas que están
esperando oír su canto de alabanza?”.
“Escuchen la voz de la experiencia”, fue el título del discurso que presentó a continuación James Mantz, del
Departamento de Redacción. Dijo que hay cosas que solo se aprenden con la experiencia (Hebreos 5:8). Por ello,
Proverbios 22:17 nos anima a ‘inclinar el oído y oír las palabras de los sabios’, es decir, los que tienen experiencia. Los
estudiantes que se gradúan pueden aprender mucho de quienes les han antecedido. “Saben regatear en las tiendas
locales. Conocen las zonas de la ciudad que hay que evitar debido al peligro físico o moral. Han percibido la sensibilidad
de la gente. Los misioneros que llevan tiempo saben lo que necesitan para ser felices y tener éxito en su asignación”, dijo
el hermano Mantz.
Wallace Liverance, el secretario de la Escuela de Galaad, habló sobre el tema “Valoren su asignación teocrática”, y
explicó que aunque algunos misioneros, como Pablo, Timoteo y Bernabé recibieron sus asignaciones de Dios mediante el
espíritu santo o alguna manifestación milagrosa, hoy es “el esclavo fiel y discreto” quien asigna un lugar del campo
mundial a los misioneros preparados en Galaad (Mateo 24:45-47). Comparó las asignaciones de los misioneros a los
lugares que Gedeón designó para los hombres que tenían que pelear contra los madianitas (Jueces 7:16-21). “Valoren su
asignación misional teocrática. Tal como los soldados de Gedeón ‘se quedaron de pie, cada uno en su lugar’, vean su
asignación como el lugar en el que deben estar. Tengan fe en que Jehová puede utilizarlos tal como se valió de los
300 soldados de Gedeón”, dijo el hermano Liverance.
Interesarse en la gente resulta en felicidad
La Atalaya comentó en una ocasión: “En vez de edificar nuestros intereses y vidas en torno de artículos y artefactos
fabricados de este orden actual, cosas que no sabemos con certeza que continuarán, ¡cuánto mejor y más prudente hacer
de la gente nuestro verdadero interés y aprender a hallar el gozo genuino en hacer cosas a favor de otros!”. A este
respecto, el hermano Mark Noumair, uno de los instructores de la Escuela de Galaad, comentó con un grupo de
estudiantes las experiencias que habían tenido en el servicio del campo, y les dijo: “Su interés personal en la gente es lo
que los hará buenos misioneros”.
Claves para la felicidad en el servicio misional
¿Cuáles son algunas claves para tener éxito y felicidad en el servicio misional? Los hermanos Charles Woody, del
Departamento de Servicio, y Harold Jackson, ex misionero en el campo latinoamericano y ayudante del Comité de
Enseñanza, entrevistaron a miembros de diferentes Comités de Sucursal que asistían a la novena clase para personal de
las sucursales. He aquí un extracto del consejo de estos hermanos:
Albert Musonda, de Zambia, comentó: “Cuando el misionero tiene la iniciativa de ir y saludar a los hermanos, genera un
espíritu muy bueno, porque acerca a los hermanos al misionero y viceversa”.
Rolando Morales, de Guatemala, recomendó que cuando la gente ofrezca a los nuevos misioneros algo para beber,
pueden responder con amabilidad y tacto: “Soy nuevo en el país. Me gustaría tomarlo, pero mi cuerpo no tiene las
defensas naturales que tiene el suyo. Espero que algún día pueda aceptarlo, y entonces lo tomaré con gusto”. ¿Qué
beneficios reporta una respuesta amable como esta? “La gente no se ofende, y el misionero responde con amabilidad.”
¿Qué puede ayudar a los misioneros a perseverar en sus asignaciones? El hermano Paul Crudass, graduado de la
clase 79 de Galaad que ha servido en Liberia durante los pasados doce años, hizo esta observación: “Es verdad que los
padres echan de menos a sus hijos. Pero hay momentos en los que el misionero está intentando acostumbrarse al país, al
ambiente, a la cultura, a la gente. Es posible que sienta el deseo de marcharse. Si entonces recibe una carta de la familia
que le dice: ‘Te echamos mucho de menos, no sabemos que vamos a hacer sin ti’, puede que sea todo lo que necesite
para hacer las maletas y regresar a casa. Es muy importante que los familiares que están hoy aquí recuerden esto”.
Después de las entrevistas, Theodore Jaracz, miembro del Cuerpo Gobernante, presentó el último discurso. Su título
fue: “Mantengan el Reino en primer lugar en la vida”. ¿Qué puede ayudar a los misioneros a mantenerse centrados y
no distraerse de su labor? Los animó a tener un horario para el estudio personal de la Biblia, pues los ayudará a poner en
primer lugar en la vida los intereses del Reino. Y se les dio este oportuno recordatorio: “Algunos misioneros han
descuidado el estudio personal porque han dedicado demasiado tiempo a los aparatos electrónicos, el correo electrónico y
la computadora. Debemos tener buen juicio y utilizar con equilibrio cualquier instrumento para no invertir demasiado
tiempo en nada que limite nuestro estudio personal de la Palabra de Dios”.
Después del discurso del hermano Jaracz se entregaron los diplomas y se leyó la carta de agradecimiento de la clase.
El representante del grupo expresó así los sentimientos de todos: “Hemos visto pruebas palpables del amor que dijo Jesús
que caracterizaría a sus discípulos, lo que nos ha dado la confianza de que en cualquier lugar que nos hallemos, hay una
organización maternal afectuosa y amorosa que nos apoya. Con tal respaldo estamos dispuestos a ir a la parte más
remota de la Tierra”. Esta fue la conmovedora conclusión del feliz día de graduación de la clase 104 de Galaad.
[Recuadro de la página 24]
Datos de la clase
Cantidad de países representados: 9
Cantidad de países adonde van: 16
Cantidad de estudiantes: 48
Cantidad de matrimonios: 24
Promedio de edad: 33
Promedio de años en la verdad: 16
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 12
[Ilustración de la página 25]
Clase 104 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se han numerado las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada
fila
1) Romero, M.; Howarth, J.; Blackburne-Kane, D.; Hohengasser, E.; West, S.; Thom, S.
2) Colon, W.; Glancy, J.; Kono, Y.; Drews, P.; Tam, S.; Kono, T.
3) Tam, D.; Zechmeister, S.; Gerdel, S.; Elwell, J.; Dunec, P.; Tibaudo, H.
4) Taylor, E.; Hildred, L.; Sanches, M.; Anderson, C.; Bucknor, T.; Hohengasser, E.
5) Howarth, D.; Ward, C.; Hinch, P.; McDonald, Y.; Sanches, T.; Thom, O.
6) Drews, T.; Tibaudo, E.; Elwell, D.; Dunec, W.; Blackburne-Kane, D.; Ward, W.
7) Anderson, M.; Zechmeister, R.; McDonald, R.; Bucknor, R.; Glancy, S.; Gerdel, G.
8) Romero, D.; Hinch, R.; Hildred, S.; Taylor, J.; Colon, A.; West, W.
[Ilustración de la página 26]
Hermanos instructores de la clase 104: (de izquierda a derecha) W. Liverance, U. Glass, K. Adams, M. Noumair
*** w98 1/12 págs. 23-26 En el umbral de una mayor actividad ***
En el umbral de una mayor actividad

“NO HABÍA ningún espíritu competitivo. Todos deseaban el éxito de los demás”, dijeron Richard y Lusia con relación a
sus condiscípulos de la clase 105 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. “Todos somos muy diferentes, pero
para nosotros cada estudiante es muy valioso.” Otro estudiante, Lowell, concordó: “Nuestras diferencias nos han acercado
unos a otros”.
La clase, que se graduó el 12 de septiembre de 1998, era muy variopinta. Algunos de los estudiantes habían sido
precursores en zonas donde hay gran necesidad de publicadores del Reino; otros habían servido fielmente en lugares
cercanos a sus hogares. Unos cuantos, como Mats y Rose-Marie, tuvieron que estudiar muchas horas para mejorar su
conocimiento del inglés antes de acudir al curso. Muchos de los estudiantes habían pensado en el servicio misional desde
que eran niños. Una pareja lo solicitó doce veces, y se sintió muy feliz cuando recibió la invitación para la clase 105.
Las veinte semanas de preparación intensiva pasaron muy deprisa. Antes de que los estudiantes se dieran cuenta,
habían entregado el último ejercicio escrito, habían presentado su último informe oral y había llegado el día de la
graduación.
El presidente del programa, Albert Schroeder, miembro del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová, recordó a los
estudiantes que estaban “en el umbral de una mayor actividad en el campo de la educación bíblica”, y seguían a más de
siete mil misioneros que los habían precedido en Galaad. Observó que durante el verano los estudiantes habían disfrutado
de la oportunidad singular de relacionarse con misioneros de mucho tiempo que visitaron la central mundial con ocasión
de las asambleas internacionales.
Luego, el hermano Schroeder presentó a Max Larson, del Comité de Funcionamiento de Betel, quien desarrolló el tema
“Educación que lleva a la vida eterna”. El hermano Larson citó Proverbios 1:5, que dice: “El sabio escucha y absorbe más
instrucción, y el entendido es el que adquiere dirección diestra”. Se necesita habilidad para ser un misionero eficaz. Los
hombres hábiles se apostan ante reyes (Proverbios 22:29). Después de la preparación que han recibido durante cinco
meses, los estudiantes están en condición de representar a los mayores reyes, Jehová Dios y Cristo Jesús.
David Olson, del Departamento de Servicio, habló a continuación sobre el tema “Contribuyan al regocijo del corazón de
Jehová”. Preguntó: “¿Qué puede hacer el ser humano imperfecto para regocijar el corazón de Dios?”. ¿La respuesta?
Puede servirle con gozo, fiel y lealmente. Jehová quiere que su pueblo disfrute del servicio que le rinde. Cuando hacemos
la voluntad de Dios con gozo, alegramos su corazón (Proverbios 27:11). El hermano Olson leyó una carta de una pareja de
misioneros que se graduaron en la clase 104 de Galaad. ¿Están disfrutando estos de su nueva asignación? “Tenemos
unos ciento cuarenta publicadores —escribieron con respecto a su congregación— con una asistencia promedio a las
reuniones de 250 a 300. El servicio del campo es la mejor parte. Tenemos cuatro estudios cada uno, y algunos estudiantes
ya asisten a las reuniones.”
Lyman Swingle, miembro del Cuerpo Gobernante, habló sobre el tema “Tiempo de pausar y repasar sus bendiciones”.
La preparación de Galaad les había reportado muchas bendiciones. Había ayudado a los estudiantes a aumentar su
conocimiento, intensificar su aprecio por la organización de Jehová, y cultivar cualidades esenciales, como la humildad.
“Venir aquí y pasar tiempo escuchando la instrucción es una experiencia que enseña humildad.” El hermano Swingle dijo
además: “Se van de aquí mucho mejor preparados para enaltecer a Jehová”.
“Cuando su gozo es tan grande, ¿por qué preocuparse?”, fue el título del discurso que pronunció Daniel Sydlik, también
del Cuerpo Gobernante. Cuando surgen problemas, busquen la guía de las Escrituras, les exhortó. Valiéndose de
versículos seleccionados del capítulo 6 de Mateo, el hermano Sydlik ilustró cómo puede lograrse. La falta de fe puede
hacer que nos preocupemos por las cosas materiales, como el alimento y la ropa. Sin embargo, Jehová sabe lo que
necesitamos (Mateo 6:25, 30). La preocupación solo aumentará los problemas que cada día trae consigo (Mateo 6:34).
Por otra parte, se necesita cierta planificación (compárese con Lucas 14:28). “Jesús no prohibió la previsión prudente del
futuro, sino la preocupación imprudente en cuanto al mismo”, explicó el hermano Sydlik. “La acción es una de las mejores
curas de la ansiedad. Cuando sentimos ansiedad, nos beneficia empezar a hablar de la verdad.”
Consejo de despedida de los instructores
Luego siguieron los discursos de tres miembros de la facultad de Galaad. Primero habló Karl Adams sobre el tema
“¿Cómo pagará usted a Jehová?”. Su discurso se basó en el Salmo 116, que posiblemente cantó Jesús la noche antes de
su muerte (Mateo 26:30, nota). ¿Qué pudo pasar por la mente de Jesús mientras cantaba las palabras: “Qué pagaré a
Jehová por todos sus beneficios para conmigo”? (Salmo 116:12.) Es posible que reflexionara sobre el cuerpo perfecto que
Jehová le había preparado (Hebreos 10:5). Al día siguiente iba a ofrecer aquel cuerpo en sacrificio, como demostración de
la profundidad de su amor. Los estudiantes de la clase 105 habían gustado la bondad de Jehová durante los anteriores
cinco meses. Ahora podían demostrar su amor a Dios trabajando arduamente en sus asignaciones misionales.
Mark Noumair, el segundo instructor de Galaad que habló, dio a los estudiantes el consejo: “Sigan haciendo lo que es
correcto”. Cuando vendieron a José como esclavo a Egipto, este aguantó trece años de trato injusto. ¿Permitió que el
maltrato de que había sido objeto paralizara su servicio? No; siguió haciendo lo que era correcto. Luego, al debido tiempo
de Dios, José fue liberado de sus pruebas. Su situación cambió súbitamente; pasó de vivir en una prisión a vivir en un
palacio (Génesis, capítulos 37-50). El instructor preguntó a los estudiantes: “Si no se cumplen sus expectativas en la
asignación misional, ¿la abandonarán? ¿Cederán, desesperados? ¿O aguantarán, como lo hizo José?”.
Finalmente, el secretario de la Escuela de Galaad, Wallace Liverance, moderó un ameno coloquio con los estudiantes
sobre el tema “Anuncien al Rey y el Reino”. Algunos de los estudiantes relataron experiencias que habían tenido mientras
predicaban de casa en casa, de tienda en tienda y en las calles. Otros contaron cómo les había ido al predicar a personas
que hablaban idiomas diferentes al suyo. Y otros hablaron de cómo predicaban a la gente de distintos antecedentes
religiosos. Todos los graduados estaban ansiosos por participar plenamente en el ministerio en su campo misional.
Misioneros expertos y felices
En la siguiente parte, titulada “Los gozosos resultados del servicio misional”, Robert Wallen entrevistó a cuatro
hermanos de la central que habían disfrutado recientemente de compañerismo edificante con misioneros de experiencia.
Esos misioneros reconocieron que no fue fácil para ellos aprender un nuevo idioma, adaptarse a otra cultura o a otro
clima. También hubo que luchar contra la nostalgia. A veces se presentaron problemas de salud. Pero ante tales
dificultades los misioneros mantuvieron una actitud positiva, y su perseverancia fue bendecida. Algunos han llevado a
veintenas de personas al conocimiento de Jehová. Otros han contribuido de diferentes maneras al progreso general de la
obra del Reino en sus respectivos países.
El último orador fue Carey Barber, miembro del Cuerpo Gobernante. Repasó los puntos principales de la asamblea
“Andemos en el camino de Dios”. “¿Qué efecto ha tenido la asamblea en su relación con Jehová?” preguntó al auditorio. El
orador contrastó los benditos resultados de seguir el camino de Dios con el fin desastroso que aguarda a los que siguen el
camino del mundo. Refiriéndose a la transgresión de Moisés en Meribá, advirtió: “Aun cuando una persona haya servido
fielmente por muchos años, Jehová no toma a la ligera ni siquiera las menores infracciones de sus justas leyes” (Números
20:2-13). Que todos los siervos de Dios en todas partes se aferren a sus preciosos privilegios de servicio.
Había llegado el tiempo de repartir los diplomas a los estudiantes. En ese momento un representante de la clase leyó
una carta de aprecio por la preparación que los estudiantes habían recibido. Después de un cántico de conclusión y una
oración sincera, terminó el programa de la graduación. Pero, para la clase 105, esto era solo el principio, pues los nuevos
misioneros se hallaban “en el umbral de una mayor actividad”.
[Recuadro de la página 23]
Datos de la clase
Cantidad de países representados: 9
Cantidad de países adonde van: 17
Cantidad de estudiantes: 48
Cantidad de matrimonios: 24
Promedio de edad: 33
Promedio de años en la verdad: 16
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 12
[Recuadro de la página 24]
Escogieron el servicio de tiempo completo
“Cuando yo era más joven no tenía planes de ser precursor”, dice Ben, graduado de la clase 105. “Pensaba que solo los
que tenían habilidades especiales y circunstancias ideales podían ser precursores”, añade. “Pero aprendí a amar el
servicio del campo. Un día pensé que ser precursor solo significa tener una participación mayor en el ministerio. Entonces
me di cuenta de que podía ser precursor.”
“En nuestra casa siempre se respetaba mucho a los siervos de tiempo completo”, relata Lusia. Siempre recuerda el
entusiasmo que se generaba en la congregación cada vez que los misioneros regresaban de visita. “A medida que fui
creciendo —dice ella— el servicio de tiempo completo estuvo siempre dentro de mis planes.”
La madre de Theodis murió cuando él tenía 15 años de edad. “En aquel tiempo, la congregación me apoyó mucho —dice
él— de modo que me pregunté: ‘¿Qué puedo hacer para demostrar mi agradecimiento?’.” Esto lo llevó a ingresar en el
servicio de tiempo completo y ahora en la obra misional.
[Ilustración de la página 25]
Graduación de la clase 105 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se han numerado las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada
fila.
1) Sampson, M.; Brown, I.; Heggli, G.; Abuyen, E.; Desbois, M.; Pourthié, P. 2) Kassam, G.; Lindberg, R.; Dapuzzo, A.;
Taylor, C.; LeFevre, K.; Walker, S. 3) Baker, L.; Pellas, M.; Woggon, E.; Böhne, C.; Asplund, J.; Haile, J. 4) Pourthié, T.;
Whittaker, J.; Palmer, L.; Norton, S.; Gering, M.; Haile, W. 5) Walker, J.; Böhne, A.; Groenveld, C.; Washington, M.;
Whittaker, D.; Abuyen, J. 6) Gering, W.; Washington, K.; Pellas, M.; Desbois, R.; Heggli, T.; Asplund, Å. 7) Woggon, B.;
LeFevre, R.; Taylor, L.; Brown, T.; Groenveld, R.; Palmer, R. 8) Norton, P.; Sampson, T.; Baker, C.; Lindberg, M.;
Kassam, M.; Dapuzzo, M.
*** w99 1/6 págs. 24-27 Regocíjense en Jehová y estén gozosos ***
Regocíjense en Jehová y estén gozosos

LA FINALIZACIÓN con éxito de una empresa que merece la pena es siempre una ocasión de regocijo. Así resultó ser
para los 48 estudiantes de la clase 106 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, la graduación llevada a cabo el
13 de marzo de 1999 en el Centro Educativo de la Watchtower, en Patterson (Nueva York, E.U.A.).
Los comentarios de introducción de Theodore Jaracz, miembro del Cuerpo Gobernante, graduado de la clase 7 de
Galaad y presidente del programa de graduación, pusieron de relieve las palabras del Salmo 32:11: “Regocíjense en
Jehová y estén gozosos, ustedes los justos”. Él explicó así por qué era adecuado que todos se alegraran en esa ocasión:
“Nos regocijamos en ocasiones como esta debido a lo que Jehová está realizando con los que son rectos de corazón,
incluidos los estudiantes de Galaad”. Si bien los estudiantes hicieron planes para ir a la Escuela de Galaad y se esforzaron
diligentemente por llenar los requisitos para el servicio misional, fue Jehová quien hizo posible que todo llegara a feliz
término (Proverbios 21:5; 27:1). Esa es, recalcó el hermano Jaracz, la razón para ‘regocijarse en Jehová’.
Entre el auditorio presente en Patterson se encontraban los familiares e invitados de los estudiantes, que habían venido
de doce países para presenciar esa feliz ocasión. Era patente que reinaba un espíritu alegre entre los 5.198 asistentes,
incluidos miembros de la familia Betel de Brooklyn, Patterson y Wallkill conectados por audio y vídeo, que esperaban
ansiosos el programa.
Se les exhorta a mantener un espíritu alegre
Cuando el hermano Jaracz concluyó las palabras de apertura, presentó al primero de los cinco oradores que habían
preparado consejo bíblico animador, no solo para los graduados de Galaad, sino para todo el auditorio.
El primero en dirigir la palabra fue William Malenfant, graduado de la clase 34 de Galaad y actualmente colaborador del
Comité de Enseñanza del Cuerpo Gobernante. En relación con el título de su discurso —“No ‘todo’ es vanidad”—, basado
en Eclesiastés 1:2, planteó la siguiente pregunta: “¿Quiso decir realmente Salomón que todo, en el sentido absoluto del
término, era vanidad?”. La respuesta que dio fue: “No. Él se refería a que las empresas humanas que pasan por alto la
voluntad divina y las actividades que dejan de lado esa voluntad son vanidad”. En cambio, la adoración al Dios verdadero,
Jehová, no es vanidad, como no lo es estudiar Su Palabra, la Biblia, y enseñarla al prójimo. Dios no olvida esos esfuerzos
que hacen sus siervos (Hebreos 6:10). De hecho, incluso si los que cuentan con el favor de Dios sufren calamidad,
resultarán “estar [envueltos] en la bolsa de la vida con Jehová” (1 Samuel 25:29). Una idea reconfortante, sin duda.
Recordar estos puntos puede ayudar a todos los adoradores de Jehová a mantener un espíritu alegre.
John Barr, del Cuerpo Gobernante, animó a los graduados mediante el discurso “Disfruten de su asignación misional”.
Indicó que el servicio misionero siempre ha significado mucho para Jehová Dios. “Fue algo vinculado intrínsecamente a la
expresión de amor de Jehová al mundo. Él envió a su Hijo unigénito a la Tierra. Jesús fue el mayor y el más importante
misionero.” Los graduados pudieron reflexionar sobre los cambios que Jesús debió hacer para que su asignación en la
Tierra tuviera buenos resultados. Los beneficios del servicio misional de Jesús aún están a disposición de todos los que
deseen aprovecharse de ellos. Eso es debido a que, como señaló el hermano Barr, Jesús se deleitó en hacer la obra de
Dios, y también amó a los hijos de la humanidad (Proverbios 8:30, 31). El hermano Barr instó a los graduados a
permanecer en sus asignaciones, no simplemente por el hecho de aguantar, sino porque se deleiten en hacerlo. “Confíen
en Jehová —rogó a la clase—; él no los defraudará.” (Salmo 55:22.)
“Andemos en el nombre de Jehová para siempre”: ese fue el título que escogió el siguiente orador, Lloyd Barry, también
del Cuerpo Gobernante. El hermano Barry, que sirvió de misionero durante más de veinticinco años en Japón tras pasar
por la clase 11 de Galaad, relató algunas experiencias de los primeros misioneros y mencionó los retos a los que estos se
enfrentaron. ¿Qué consejo práctico tenía para la clase graduanda? “Sobre todo, conserven su espiritualidad. Además,
aprendan el idioma y la cultura. No pierdan el sentido del humor. Y no dejen de hacer su labor; no se cansen ni se rindan.”
El hermano Barry dijo a los graduados que en sus asignaciones extranjeras encontrarían muchas personas que andan en
el nombre de diversos dioses, y les recordó las palabras de Miqueas: “Todos los pueblos, por su parte, andarán cada cual
en el nombre de su dios; pero nosotros, por nuestra parte, andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios hasta tiempo
indefinido, aun para siempre” (Miqueas 4:5). Sin duda, el ejemplo de anteriores misioneros anima mucho a todos los
siervos de Dios a seguir andando en el nombre de Jehová y continuar sirviéndole fielmente.
El siguiente participante en el programa fue el instructor de Galaad Lawrence Bowen. El título de su presentación
planteaba la pregunta “¿Qué resultará ser usted?”. Indicó que los buenos resultados en el servicio de Dios dependen de la
fe y la confianza en él. La total confianza en Jehová resultó en que el rey Asá obtuviera una rotunda victoria sobre un
ejército enemigo de un millón de hombres. No obstante, el profeta Azarías le recordó la necesidad de seguir apoyándose
en Dios: “Jehová está con ustedes mientras ustedes resulten estar con él” (2 Crónicas 14:9-12; 15:1, 2). Puesto que el
nombre de Dios, Jehová, transmite la idea de que él resulta ser lo que necesita para cumplir su propósito —Proveedor,
Protector o hasta Ejecutor—, los misioneros que confían en Jehová y trabajan en armonía con su propósito tendrán éxito
en sus asignaciones (Éxodo 3:14). “Nunca olviden —concluyó el hermano Bowen— que mientras hagan coincidir su
propósito con el de Jehová, él hará que ustedes sean lo que sea necesario para cumplir con sus asignaciones.”
El último orador de esta parte del programa fue Wallace Liverance, ex misionero y actualmente secretario de la
escuela. Su discurso, intitulado “Conserven viva y obrando en ustedes la Palabra de Dios”, destacó que el mensaje, o
promesa, infalible de Dios siempre avanza hacia su realización (Hebreos 4:12). Influye en la vida de quienes lo permiten
(1 Tesalonicenses 2:13). ¿Cómo podemos conservar viva y hacer que siga obrando en nuestra vida esa palabra?
Mediante el estudio concienzudo de la Biblia. El hermano Liverance recordó a los graduados los métodos de estudio
bíblico aprendidos en Galaad, entre ellos la lectura y la explicación del sentido y la aplicación de la Palabra de Dios. Citó
las palabras de Albert Schroeder, miembro del Cuerpo Gobernante que presidió el comité que creó la Escuela de Galaad
hace más de cincuenta años: “Al usar el contexto, se puede captar toda la fuerza espiritual exacta que Dios pone a nuestra
disposición en su Palabra”. Esta manera de estudiar la Biblia permite conservar viva y obrando la Palabra de Dios.
Experiencias y entrevistas gozosas
Después de los discursos, se ofrecieron al auditorio algunas experiencias gozosas de los estudiantes. Dirigidos por
Mark Noumair, ex misionero y actual instructor de Galaad, un grupo de estudiantes contó y demostró cómo procuraron dar
testimonio en diversas situaciones. Algunos lograron empezar y dirigir estudios bíblicos a las personas del territorio,
fijándose en las circunstancias y las expresiones de la gente y mostrando interés personal. De ese modo, los estudiantes
‘prestaron constante atención a sí mismos y a su enseñanza’ y demostraron que estaban realmente interesados en ayudar
al prójimo a conseguir la salvación (1 Timoteo 4:16).
Se dieron muchas sugerencias prácticas, y el gozo del servicio misional también se puso de manifiesto por lo que
contaron varios hermanos experimentados que estaban en el Centro Educativo de la Watchtower recibiendo preparación
en la escuela para los miembros de comités de sucursal. Los hermanos Samuel Herd y Robert Johnson, del personal de la
sede central, entrevistaron animadamente a representantes de las sucursales de la Sociedad en Bolivia, Zimbabue,
Nicaragua, República Centroafricana, República Dominicana, Papua Nueva Guinea y Camerún.
Tras las experiencias y las entrevistas, Gerrit Lösch, graduado de la clase 41 de Galaad y actual miembro del Cuerpo
Gobernante, pronunció el discurso final, que trató sobre un tema que incita a la reflexión: “¿Es usted una ‘persona
deseable’?”. El hermano Lösch empezó recordando a los graduados que la gente no consideraba deseable a Jesús, el
Hijo perfecto de Dios, y que él “fue despreciado y fue evitado por los hombres” (Isaías 53:3). Por ello, no sorprende que en
muchas partes del mundo hoy día a los misioneros se les considere indeseables, inaceptables o personas no gratas. Por
otro lado, durante los largos años de servicio de Daniel en Babilonia, en tres ocasiones el Creador lo llamó “muy deseable”
mediante un ángel (Daniel 9:23; 10:11, 19). ¿Qué hizo que Daniel fuera así? Nunca transigió en los principios bíblicos
cuando se estaba adaptando a la cultura de Babilonia, fue honrado en todo y nunca utilizó su puesto para conseguir
ventaja personal; además, fue un estudiante aplicado de la Palabra de Dios (Daniel 1:8, 9; 6:4; 9:2). También oró
constantemente a Jehová y siempre estuvo dispuesto a dar la gloria a Dios por sus logros personales (Daniel 2:20). Si
siguen el ejemplo de Daniel, los siervos de Dios pueden ser deseables, no necesariamente para el mundo, sino para
Jehová Dios.
Para concluir este programa fortalecedor en sentido espiritual, el presidente leyó algunos telegramas y mensajes que
se habían recibido de todo el mundo. Luego se entregaron los diplomas a los veinticuatro matrimonios y se anunció el país
al que se les había asignado. Finalmente, un representante de la clase leyó una carta dirigida al Cuerpo Gobernante y a la
familia Betel, en la que se daba las gracias por la preparación y la educación recibida durante los cinco meses anteriores.
Cuando el programa finalizó, entre la multitud que partía se oyó “un regocijo hasta con acciones de gracias” (Nehemías
12:27).
[Recuadro de la página 27]
Datos de la clase
Cantidad de países representados: 10
Cantidad de países adonde van: 19
Cantidad de estudiantes: 48
Cantidad de matrimonios: 24
Promedio de edad: 33
Promedio de años en la verdad: 16
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 13
[Ilustración de la página 25]
Clase 106 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se han numerado las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada
fila.
1) Deakin, D.; Puopolo, M.; Laguna, M.; Davault, S.; Domínguez, E.; Burke, J. 2) Gauter, S.; Vázquez, W.; Seabrook, A.;
Mosca, A.; Helly, L.; Breward, L. 3) Brandon, T.; Olivares, N.; Coleman, D.; Scott, V.; Petersen, L.; McLeod, K.
4) McLeod, J.; Thompson, J.; Luberisse, F.; Speta, B.; Lehtimäki, M.; Laguna, J. 5) Gauter, U.; Domínguez, R.; Helly, F.;
Smith, M.; Beyer, D.; Mosca, A. 6) Scott, K.; Seabrook, V.; Speta, R.; Coleman, R.; Breward, L.; Davault, W. 7) Smith, D.;
Lehtimäki, T.; Petersen, P.; Thompson, G.; Vázquez, R.; Beyer, A. 8) Luberisse, M.; Deakin, C.; Brandon, D.; Puopolo, D.;
Olivares, O.; Burke, S.
*** w99 15/12 págs. 26-29 Galaad envía misioneros “hasta la parte más distante de la tierra” ***
Galaad envía misioneros “hasta la parte más distante de la tierra”

LA ESCUELA Bíblica de Galaad de la Watchtower lleva más de medio siglo enviando misioneros a distintos lugares del
planeta. El 11 de septiembre de 1999 se graduó la clase 107, compuesta de 48 estudiantes procedentes de once países, a
los que se destinó a veinticuatro naciones. Estos nuevos misioneros se unirán a otros miles que desempeñan un
importante papel en el cumplimiento de las últimas palabras que Jesús pronunció antes de ascender al cielo. Predijo que
sus discípulos serían “testigos de [él] [...] hasta la parte más distante de la tierra” (Hechos 1:8).
El programa de graduación, que se celebró en el hermoso entorno del Centro Educativo de la Watchtower, de Patterson
(Nueva York), resultó memorable. Los estudiantes que iban a graduarse estaban muy contentos de que sus parientes,
amigos íntimos e invitados se encontraran entre la concurrencia. La asistencia total, contando a quienes vieron y
escucharon el programa por audio y vídeo en Brooklyn y Wallkill, fue de 4.992 personas.
Sirvan fielmente a Jehová y al prójimo
“¿Quién está de parte de Jehová?”: así se titularon los comentarios de apertura del hermano Carey Barber, miembro
del Cuerpo Gobernante y presidente del programa de graduación. Dijo que esa fue la cuestión a la que se enfrentaron los
israelitas de los días de Moisés. Recordó a los estudiantes y a la concurrencia que muchos israelitas perdieron la vida en
el desierto por no ser leales y no permanecer de parte de Jehová. Después de caer en la idolatría, “se sentó el pueblo a
comer y beber. Entonces se levantaron para divertirse” (Éxodo 32:1-29). Jesús previno a los cristianos contra el mismo
peligro: “Presten atención a sí mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con
exceso y beber con exceso, y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente”
(Lucas 21:34-36).
El siguiente orador, Gene Smalley, del Departamento de Redacción, planteó la siguiente pregunta a quienes iban a
graduarse: “¿Será usted un ‘paregórico’?”. Explicó que se adoptó el término griego pa·re·go·rí·a para denominar un
preparado medicinal que calma el dolor. Pues bien, el apóstol Pablo utilizó esta expresiva palabra griega en Colosenses
4:11 para calificar a sus colaboradores. En la Traducción del Nuevo Mundo se vierte “socorro fortalecedor”.
De manera práctica, los nuevos misioneros serán “paregóricos” actuales en los lugares adonde se les destine si,
humildemente, sirven de socorro fortalecedor para los hermanos, así como si manifiestan un espíritu de colaboración y
amor en unión con sus compañeros de la obra misional.
Daniel Sydlik, del Cuerpo Gobernante, habló a continuación del tema “La regla de oro que debe regir nuestra vida”.
Indicó que el elevado principio que Jesús enunció en Mateo 7:12 —“todas las cosas que quieren que los hombres les
hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos”— entraña hacer buenas obras por los demás,
no simplemente abstenerse de causarles daño.
Para seguir este consejo satisfactoriamente, se necesitan tres cosas: un ojo atento, un corazón compasivo y unas
manos serviciales. En resumen, dijo: “Si sentimos el deseo de ayudar, debemos hacerlo de inmediato. Tenemos que poner
un empeño especial en hacer por los demás lo que nos gustaría que ellos hicieran por nosotros”. Así debe ser sobre todo
en el caso de los misioneros que van a otros países para ayudar a la gente a practicar el cristianismo verdadero.
Recordatorios afectuosos de los instructores
Karl Adams, instructor de Galaad, animó a los futuros misioneros con el discurso “Sigan creciendo”. ¿En qué sentidos?
En primer lugar, en conocimiento y en la capacidad para usarlo bien. Los estudiantes aprendieron en Galaad a hacer
investigación sobre el contexto y el escenario de los relatos bíblicos. Se les animó a pensar en el efecto que cada relato
tiene en su vida. El discursante los exhortó a continuar haciendo estas cosas.
“Segundo: sigan creciendo en amor. Cuando el amor se nutre, aumenta, pero cuando se descuida, puede morir”, dijo el
hermano Adams (Filipenses 1:9). Ahora que son misioneros, su amor ha de desarrollarse en diferentes circunstancias. Y
tercero: “Sigan creciendo en la bondad inmerecida y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro
3:18). “Esta es la maravillosa bondad que Jehová ha mostrado mediante su Hijo —dijo el orador—. Al acentuarse el
aprecio que sentimos por esa bondad inmerecida, se hace mayor el placer que nos causa efectuar la voluntad de Dios y
llevar a cabo la labor que nos ha encomendado.”
Otro instructor de Galaad, Mark Noumair, habló del tema “Aguantar con amor les permitirá perseverar”. Aconsejó:
“Aprendan a aguantar con amor las situaciones difíciles que se presenten en su vida misional, y lograrán perseverar.
Jehová disciplina únicamente a quienes ama. Incluso si les parece que determinado consejo es desacertado o injusto, o
que obedece a una actitud quisquillosa, el amor a Jehová y a su relación con él les ayudará a aguantar”.
El hermano Noumair señaló que el servicio misional comprende muchas obligaciones. “Pero cumplir con las
obligaciones sin amor causa descontento. Si falta el amor, las labores domésticas, como cocinar, hacer la compra, limpiar
fruta, hervir agua, etc., pueden ser muy aburridas. Han de pausar y preguntarse: ‘¿Por qué hago estas cosas?’. Si
procuran recordar que sus esfuerzos contribuyen a la salud y la felicidad de sus compañeros misioneros, no les resultará
difícil perseverar.” En resumen, dio la siguiente exhortación: “Tanto si tienen que aceptar disciplina como si han de cumplir
con las obligaciones misionales o soportar malos entendidos, aguantar con amor les permitirá perseverar en su
asignación. ‘El amor nunca falla.’” (1 Corintios 13:8.)
A continuación, Wallace Liverance, también instructor de Galaad, hizo de moderador de una sección en la que se
recrearon bonitas experiencias de que disfrutaron los estudiantes mientras colaboraron con las congregaciones locales.
Además de ir de casa en casa, aprovecharon su preparación misional para localizar a las personas en los restaurantes de
carretera, lavanderías, estaciones de tren y otros lugares.
Misioneros experimentados les tranquilizan
¿Tienen razón para estar preocupados los nuevos misioneros cuando van a un país extranjero? ¿Pueden hacer frente
a los retos de una asignación extranjera? ¿Qué hacen las sucursales para ayudar a salir adelante a quienes llegan a su
país? Con objeto de contestar estas y otras preguntas, Steven Lett, del Departamento de Servicio, y David Splane, de
Redacción, entrevistaron a algunos hermanos que asistían en el Centro Educativo de la Watchtower al curso para los
miembros de los comités de sucursal. Los hermanos entrevistados sirven en los comités de España, Hong Kong, Liberia,
Benín, Madagascar, Brasil y Japón.
Estos experimentados siervos de Jehová, muchos de los cuales han sido misioneros durante décadas, tranquilizaron a
los estudiantes, así como a sus padres y familiares, que estaban en el auditorio. Basándose en su propia experiencia y en
la de otros compañeros misioneros, indicaron que es posible afrontar satisfactoriamente los problemas y preocupaciones.
Quizá se trate de un problema difícil, “pero puede resolverse, y la Sociedad nos ayuda”, señaló Raimo Kuokkanen,
misionero en Madagascar. “Nosotros no escogimos la asignación, sino que la recibimos —dijo Östen Gustavsson, que
actualmente sirve en Brasil—. Así que decidimos hacer lo posible por no abandonarla.” James Linton, que sirve en Japón,
dijo que a él le ayudó “la presencia de hermanos que ya habían trabajado en una asignación misional”. La obra misional es
un modo feliz y satisfactorio de servir a Jehová y cuidar a sus ovejas.
Evitemos la plaga que mata espiritualmente
Theodore Jaracz, miembro del Cuerpo Gobernante y graduado él mismo de la clase 7 de Galaad (1946), presentó el
discurso de conclusión: “El reto de mantenerse vivo espiritualmente”. Empezó reconociendo que en diversas partes del
mundo ocurren atrocidades horribles, para luego señalar que, en realidad, los seres humanos están sufriendo calamidades
aún peores.
El hermano Jaracz hizo referencia al Salmo 91 e identificó la “peste” y la “destrucción” que han hecho enfermar y morir
espiritualmente a millones de personas a nuestro alrededor. El Diablo y su malvado sistema han utilizado propaganda
comparable a peste, basada en el intelectualismo y el materialismo, para debilitar y matar espiritualmente, pero Jehová
nos garantiza que esta plaga no se acercará a nadie “que more en el lugar secreto del Altísimo” (Salmo 91:1-7).
“El desafío consiste —dijo el hermano Jaracz— en mantenerse saludable en la fe, en permanecer en el lugar de
seguridad. No podemos ser como los burlones, ‘que no tienen espiritualidad’. Este es un problema en la actualidad, un
problema que se nos presenta a todos en la organización. También puede presentárseles a ustedes en su asignación
misional.” (Judas 18, 19.) Pero dijo a los nuevos misioneros que podían conservar la espiritualidad en sus asignaciones.
Los instó a pensar, por ejemplo, en cómo aguantan nuestros hermanos de Rusia, Asia y algunos países africanos a pesar
de proscripciones, intensa oposición, burlas, propaganda atea y falsas acusaciones. Y en muchos casos hay que añadir
problemas físicos causados por los conflictos étnicos y la escasez de artículos de primera necesidad.
Cuando la espiritualidad sufre un retroceso, “es necesario dirigir la atención a la causa del problema y tratar de
encontrar una solución, valiéndose del consejo de la Palabra de Dios”. Dio ejemplos bíblicos. A Josué se le estimuló a leer
su copia de la Ley en tono bajo todos los días (Josué 1:8). Cuando, en época de Josías, se encontró el libro de la Ley,
Jehová bendijo la aplicación fiel de sus instrucciones (2 Reyes 23:2, 3). Timoteo conocía los santos escritos desde la
infancia (2 Timoteo 3:14, 15). Los bereanos eran más que buenos oyentes; se les consideró de ‘disposición noble’ porque
examinaban las Escrituras a diario (Hechos 17:10, 11). Y Jesucristo dio el ejemplo más sobresaliente de conocer y usar la
Palabra de Dios (Mateo 4:1-11).
Al concluir, el hermano Jaracz aconsejó con afecto a los nuevos misioneros: “Ahora están preparados para llevar a
cabo su asignación misionera. Van a ir, en sentido literal, a muchas partes de la Tierra. Si hacemos frente al reto de
mantenernos vivos espiritualmente, no permitiremos que nada nos distraiga de efectuar lo que nos hemos resuelto a
hacer. Van a predicar con fervor, estimular a otras personas a imitar su fe, y nosotros pediremos en oración a Jehová, al
igual que ustedes, que, tal como ha hecho en nuestro caso, haga vivir a aquellos a los que ustedes enseñen. Así muchos
más escaparán todavía de la calamidad espiritual que causa estragos en todo el mundo y vendrán en crecientes
cantidades a hacer la voluntad de Jehová junto con nosotros. Que Jehová los bendiga para lograr ese fin”.
Después que el presidente leyó saludos procedentes de diversos países de todo el mundo, llegó el momento de
entregar los diplomas a los estudiantes que se graduaban. A continuación se leyó una afectuosa carta de agradecimiento
redactada por los estudiantes. Qué agradecidos estaban a Jehová y su organización por la instrucción especial que habían
recibido y por sus asignaciones misionales, que los llevarán “hasta la parte más distante de la tierra” (Hechos 1:8).
[Recuadro de la página 29]
Datos de la clase
Cantidad de países representados: 11
Cantidad de países adonde van: 24
Cantidad de estudiantes: 48
Cantidad de matrimonios: 24
Promedio de edad: 34
Promedio de años en la verdad: 17
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 12
[Ilustración de la página 26]
Clase 107 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se numeran las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada fila.
1. Peralta, C.; Hollenbeck, B.; Shaw, R.; Hassan, N.; Martin, D.; Hutchinson, A. 2. Edwards, L.; Vezer, T.; Ceruti, Q.;
Entzminger, G.; D’Aloise, L.; Baglieri, L. 3. Knight, P.; Krause, A.; Kasuske, D.; Rose, M.; Friedl, K.; Nieto, R. 4. Rose, E.;
Backus, T.; Talley, S.; Humbert, D.; Bernhardt, A.; Peralta, M. 5. D’Aloise, A.; Humbert, D.; Dunn, H.; Gatling, G.; Shaw, J.;
Ceruti, M. 6. Baglieri, S.; Krause, J.; Hollenbeck, T.; Martin, M.; Bernhardt, J.; Hutchinson, M. 7. Backus, A.; Dunn, O.;
Gatling, T.; Vezer, R.; Knight, P.; Hassan, O. 8. Nieto, C.; Talley, M.; Friedl, D.; Kasuske, A.; Edwards, J.; Entzminger, M.
*** w00 15/6 págs. 23-25 Se insta a la clase 108 de Galaad a rendir servicio sagrado ***
Se insta a la clase 108 de Galaad a rendir servicio sagrado

EN LA Biblia suele utilizarse la expresión “servicio sagrado” para aludir a la adoración a Dios. Dicha expresión traduce
un término griego que hace referencia a rendir servicio a Jehová (Romanos 9:4). Los 5.562 asistentes al programa de
graduación de la clase 108 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, escucharon a los oradores dar consejo
práctico que ayudará a los graduados a rendir un servicio sagrado que sea acepto a Jehová Dios.
El presidente fue Theodore Jaracz, del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová. Se abrió el programa con el
cántico 52: “El nombre de nuestro Padre”, cuya segunda estrofa dice: “Procuremos, Padre nuestro, el nombre tuyo
ensalzar”. Estas palabras expresaban con exactitud el deseo sincero de los estudiantes que iban a graduarse
(provenientes de diez naciones) de utilizar en sus asignaciones misionales (en diecisiete países) la preparación recibida.
El hermano Jaracz destacó en los comentarios de apertura los cinco meses que dedicaron los estudiantes al estudio
bíblico intensivo, que los capacitó para servir en el extranjero. Los ayudó a ‘asegurarse de todas las cosas’, es decir,
examinar a la luz de la Palabra de Dios lo que habían aprendido con anterioridad y ‘adherirse firmemente a lo que es
excelente’ (1 Tesalonicenses 5:21). El hermano Jaracz los animó a apegarse fielmente a Jehová, su Palabra y las tareas
para las que se les había instruido. ¿Con qué ayuda contarán al hacer todo esto?
Consejos prácticos para rendir servicio sagrado
Lon Schilling, del Comité Administrativo de Betel, habló del tema “¿Serán ustedes personas razonables?”. Puso de
relieve el valor del carácter razonable, que refleja sabiduría piadosa (Santiago 3:17). Ser razonable implica estar dispuesto
a ceder, ser imparcial, moderado, considerado y tolerante. “Las personas razonables son ecuánimes en el trato. No se van
a los extremos”, dijo el hermano Schilling. ¿Qué puede ayudar a los misioneros a adoptar esta actitud? Tener una opinión
modesta de sí mismos, aprovechar las oportunidades de escuchar a otras personas y aprender de ellas, y estar dispuestos
a considerar el parecer de los demás sin abandonar los principios piadosos (1 Corintios 9:19-23).
“No se olviden de comer” fue el intrigante título de la siguiente sección del programa, presentada por Samuel Herd,
también del Cuerpo Gobernante. Destacó el valor de tener una buena dieta espiritual a fin de mantenerse en buen estado
para rendir servicio sagrado. “Su actividad espiritual —dijo el hermano Herd— aumentará dentro de poco, cuando se
entreguen de lleno a su comisión de predicar y enseñar. Por lo tanto, va a ser necesario que consuman más alimento
espiritual para equilibrar y nivelar sus fuerzas.” Alimentarse constantemente en sentido espiritual ayuda a los misioneros a
no caer en la depresión ni la nostalgia. Contribuye a que se sientan satisfechos y a que se resuelvan a aferrarse a su
comisión de servicio sagrado (Filipenses 4:13).
Lawrence Bowen, instructor de Galaad, animó a los estudiantes hablando sobre el tema “Vuelvan al principio”. ¿Qué
quería decir? Pidió a los presentes que buscaran Proverbios 1:7, que dice: “El temor de Jehová es el principio del
conocimiento”. El orador explicó: “Nunca puede considerarse verdadero conocimiento ni resultar en un entendimiento
apropiado lo que no tenga en cuenta la verdad fundamental de que Jehová existe”. El hermano Bowen asemejó los datos
que se encuentran en la Palabra de Dios, la Biblia, a las piezas de un rompecabezas. Cuando se juntan, se forma un
cuadro. Cuantas más piezas hay, mayor y más claro es el cuadro y más aprecio siente la persona. Eso puede ayudarnos a
todos a rendir servicio sagrado a Dios.
Wallace Liverance, secretario de la Escuela de Galaad, concluyó la serie de discursos con el tema “Ofrezca un
sacrificio de acción de gracias a Dios”. Se centró en el relato de los diez leprosos a los que sanó Jesús (Lucas 17:11-19).
Solo uno regresó para alabar a Dios y dar gracias a Jesús. “No cabe duda de que a los demás les alegraba mucho estar
limpios. Se sentían bien, pero al parecer lo único que les importaba era que el sacerdote los declarara limpios”, señaló el
hermano Liverance. La limpieza espiritual que conseguimos al aprender la verdad, junto con la gratitud, debería
motivarnos a dar las gracias a Dios por su bondad. Animó a los estudiantes de la clase 108 de Galaad a meditar en todas
las actividades y la bondad de Dios, a fin de que su servicio y sacrificios reflejen su agradecimiento a Dios (Salmo
50:14, 23; 116:12, 17).
Experiencias y entrevistas que demostraron cómo hacerlo
Mark Noumair, también instructor de Galaad, dirigió la siguiente sección del programa, que constó de experiencias de
la clase en el servicio del campo durante el período de preparación. Antes de asistir a Galaad, los estudiantes llevaban
unos doce años, como promedio, en el ministerio de tiempo completo. Durante su estancia en la escuela iniciaron muchos
estudios bíblicos con personas de distintos antecedentes, lo que demostró que sabían hacerse “toda cosa a gente de toda
clase” (1 Corintios 9:22).
Después de las experiencias de los estudiantes, Charles Molohan y William Samuelson entrevistaron a algunos
miembros de la familia Betel y superintendentes viajantes que habían asistido a Galaad. Uno de los entrevistados, Robert
Pevy, sirvió en las Filipinas tras graduarse de la clase 51 de Galaad. Recordó a los estudiantes: “Cuando surge un
problema, todo el mundo da una sugerencia para resolverlo. Siempre hay alguien más listo que nosotros, alguien que va a
recomendar una idea mejor. Pero si buscamos en la Biblia y tratamos de averiguar cómo ve las cosas Jehová, nadie
superará la solución. Será siempre la respuesta correcta”.
Para cerrar con broche de oro el magnífico programa espiritual, John Barr, del Cuerpo Gobernante, habló del tema
“Rindamos un servicio sagrado acepto a Jehová”. Indicó cómo puede rendirse servicio sagrado en el ministerio del campo
para ayudar a las personas de corazón sincero a adorar a Dios de un modo que a él le resulte grato. Tras buscar las
palabras de Jesús en Mateo 4:10, el hermano Barr dijo: “Si vamos a adorar únicamente a Jehová, debemos huir de toda
forma sutil de idolatría, como son la codicia, el deseo de riquezas y la promoción personal. Nos hace muy felices pensar
que desde principios de los años cuarenta, el historial de los misioneros a este respecto ha sido magnífico. Y estamos
seguros de que ustedes, graduados de la clase 108 de Galaad, seguirán su buen ejemplo. Van a rendir servicio sagrado a
Jehová, el único digno de recibirlo”.
Fue una culminación positiva del edificante programa. Llegó entonces el momento de escuchar los saludos y buenos
deseos procedentes de todo el mundo, de entregar los diplomas y de leer una carta de la clase, en la que esta daba las
gracias por la preparación recibida. Se exhortó a los graduados a perseverar en su asignación y en el servicio a Jehová.
Todos los asistentes, entre ellos invitados de veinticinco países, finalizaron el programa con cántico y oración.
[Nota]
El programa tuvo lugar el 11 de marzo de 2000 en el Centro Educativo de la Watchtower (Patterson, Nueva York).
[Recuadro de la página 23]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 10
Cantidad de países adonde van: 17
Cantidad de estudiantes: 46
Promedio de edad: 34
Promedio de años en la verdad: 16
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 12
[Ilustración de la página 24]
Clase 108 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se numeran las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada fila.
1) Amadori, E.; Cook, O.; Byrne, M.; Lee, A. 2) Newsome, D.; Pederzolli, A.; Bigras, H.; Kato, T.; Gatewood, D. 3) Eade, D.;
Eade, J.; Wells, S.; Jamison, J.; Gonzales, M.; Gonzales, J. 4) Kato, T.; Lohn, D.; Niklaus, Y.; Preiss, S.; Foster, P.;
Ibarra, J. 5) Amadori, M.; Manning, M.; James, M.; Boström, A.; Gatewood, B.; Newsome, D. 6) Foster, B.; Jamison, R.;
Hifinger, A.; Koffel, C.; Koffel, T.; Byrne, G. 7) Hifinger, K.; Manning, C.; Cook, J.; Boström, J.; Lohn, E.; Pederzolli, A.
8) James, A.; Wells, L.; Preiss, D.; Niklaus, E.; Lee, M.; Ibarra, P.; Bigras, Y.
*** w00 15/12 págs. 25-27 Motivados para servir ***
Motivados para servir

¿QUÉ puede inducir a veinticuatro matrimonios en la plenitud de la vida a dejar a sus familias, amigos y el ambiente
que conocen para emprender la obra misional en tierras extranjeras? ¿Por qué se alegran de ir a lugares como Papua
Nueva Guinea y Taiwan, así como a naciones africanas y latinoamericanas? ¿El amor a la aventura? No. Lo que los
motiva es el amor sincero a Dios y al semejante (Mateo 22:37-39).
¿Quiénes son estas personas? Los graduados de la clase 109 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. El
sábado 9 de septiembre del año 2000, un total de 5.198 personas se reunieron en el Centro Educativo de la Watchtower,
ubicado en Patterson (Nueva York), y en otras sedes, a fin de escuchar consejo amoroso que ayudará a los graduados a
triunfar como misioneros.
El presidente del programa fue Stephen Lett, del Comité de Enseñanza del Cuerpo Gobernante de los Testigos de
Jehová. Sus comentarios de apertura se basaron en Mateo 5:13: “Ustedes son la sal de la tierra”. Explicó que las palabras
de Jesús eran sin duda aplicables a quienes iban a graduarse. La sal tiene la propiedad de acentuar el sabor de los
alimentos. Pues bien, mediante su eficaz predicación, los misioneros actúan como la sal en un sentido figurado.
Animadoras palabras de despedida
Entonces, el hermano Lett presentó a algunos siervos veteranos de Jehová que pronunciaron discursos breves, pero
impactantes. El primero fue John Wischuk, del Departamento de Redacción. Su tema, basado en el Salmo 117, fue “El
salmo más corto fomenta el espíritu misionero”. Hoy día, en todo el mundo existe la necesidad de que se dé testimonio
sobre Jehová y su Reino a las “naciones” y los “clanes”. Se animó a los estudiantes a cumplir lo que dice el Salmo 117 al
instar a la gente a ‘alabar a Jah’.
El presidente presentó seguidamente a Guy Pierce, del Cuerpo Gobernante, quien habló sobre “Sean flexibles, pero
firmes”. La Palabra de Dios es sólida, y a Jehová se le llama la Roca en Deuteronomio 32:4. No obstante, la Biblia deja
margen para la flexibilidad en el sentido de que fue escrita para gente de todos los idiomas y culturas, sí, para toda la
humanidad. Se aconsejó a los estudiantes que predicaran la Palabra de Dios con el objetivo de que su mensaje llegase al
corazón y la conciencia de las personas (2 Corintios 4:2). “Defiendan con firmeza los principios justos, pero sean flexibles.
No menosprecien a quienes viven en su asignación porque su cultura sea distinta”, fue la exhortación del hermano Pierce.
Karl Adams, uno de los instructores de Galaad, que lleva sirviendo casi cincuenta y tres años en la central mundial,
invitó a la reflexión con el interrogante: “¿Y ahora, qué harán?”. Las veinticuatro parejas habían recibido asignaciones
misionales en veinte países distintos del mundo, pero se les planteó la siguiente pregunta: ¿Qué harán una vez que
lleguen a su destino y vean el país? El mundo en que vivimos tiene un espíritu inquieto. Las personas desean ir a lugares
nuevos y hacer cosas distintas para agradarse a sí mismas. Por otro lado, Jehová ha asignado a los estudiantes a donde
quiere que estén para que cuiden desinteresadamente de sus “ovejas”. Ellos no deben ser como los israelitas de antaño,
que por su egoísmo perdieron la oportunidad de que Jehová los usara para bendecir a la humanidad, sino que han de
imitar a Jesucristo, que siempre hizo con altruismo la voluntad de su Padre y fue obediente en toda circunstancia (Juan
8:29; 10:16).
“Estimen las cosas profundas de Dios” fue el tema de Wallace Liverance, secretario de la Escuela de Galaad. Las
Escrituras comparan repetidas veces la Palabra de Dios a riquezas, gemas valiosas, metales preciosos y cosas muy
valoradas y buscadas. Proverbios 2:1-5 indica que la búsqueda del “mismísimo conocimiento de Dios” debe hacerse como
si de “tesoros escondidos” se tratara. El orador animó a los estudiantes a seguir investigando las cosas profundas de Dios
al servir en sus nuevas asignaciones. “Es práctico que lo hagan, pues fortalece la fe y la confianza en Jehová, y reforzará
su resolución de permanecer en la asignación. Contribuirá a que hablen con convicción y sean maestros más eficaces
cuando expliquen a otras personas los propósitos de Dios”, razonó el hermano Liverance.
Lawrence Bowen, otro instructor de la Escuela de Galaad, recreó el ambiente de una clase para repasar cómo había
bendecido Jehová la actividad de los estudiantes en el campo durante los anteriores cinco meses. El orador se refirió a las
palabras del apóstol Pablo recogidas en Hechos 20:20 sobre su ministerio público en Éfeso, y destacó que Pablo había
aprovechado toda oportunidad para dar testimonio. Las experiencias de los estudiantes ilustraron que, al igual que el
apóstol, aquellos que en nuestro tiempo actúan impelidos por el amor a Dios y al prójimo no se retraen de hablar la verdad
ni de dejar que el poder de la Palabra de Dios influya en otras personas. Esto resulta en la abundante bendición de
Jehová.
Se oye la voz de la experiencia
Mientras estuvieron en la Escuela, los asistentes a esta clase de Galaad se beneficiaron en particular de relacionarse
con los miembros de los comités de sucursal de veintitrés países que también se encontraban en el Centro Educativo de
Patterson recibiendo preparación especial. Leon Weaver y Merton Campbell, del Departamento de Servicio, entrevistaron
a varios de estos hermanos, algunos de los cuales eran también graduados de Galaad. A los estudiantes y sus familias les
alentó escuchar a estos misioneros experimentados.
El consejo que se dio a la clase graduanda como ayuda para adaptarse a su asignación extranjera incluyó comentarios
como los siguientes: “Sean positivos. Si les pasa algo que les resulta muy extraño o que no entienden, no se rindan.
Confíen en Jehová”; “aprendan a ser felices con lo que tengan, y confíen en que Jehová les dará lo que necesiten”. Otros
comentarios se hicieron con el objeto de que los estudiantes conserven el gozo en su asignación. Algunas de las
recomendaciones fueron estas: “No comparen el sitio al que son enviados con su lugar de origen”; “aprendan el lenguaje
del país y háblenlo bien a fin de comunicarse con las personas”; “conozcan las costumbres y la cultura de la gente, pues
ello les permitirá seguir en su asignación”. Estas palabras animaron mucho a los nuevos misioneros.
Tras las entrevistas, David Splane, quien fue misionero graduado de la clase 42 de Galaad y en la actualidad es
miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, presentó el discurso principal, con el interesante tema: “¿Qué
son ustedes?: ¿estudiantes, o misioneros?”. Planteó a quienes se graduaban estas preguntas: “¿Qué concepto van a
tener de sí mismos cuando lleguen a su destino? ¿Se considerarán graduados que saben todo lo relacionado con la obra
misional, o estudiantes a quienes todavía les resta mucho que aprender?”. El hermano Splane indicó que el graduado
sensato se considera un estudiante. Los misioneros deben pensar que toda persona que conozcan en su asignación
misional puede enseñarles algo (Filipenses 2:3). Los animó a colaborar estrechamente con los demás misioneros, la
sucursal y la congregación donde sirvan. “Han aprobado los exámenes finales, pero siguen siendo estudiantes. Dejen
claro a todo el mundo que están allí para aprender”, les exhortó el hermano Splane.
Después de este discurso, los estudiantes recibieron sus diplomas, y se anunciaron al auditorio sus asignaciones. Fue
un momento conmovedor para los graduados cuando un representante de la clase leyó una resolución en la que se
expresaba su determinación de permitir que todo lo que habían aprendido en la Palabra de Dios los impulsara a realizar
mayores obras de servicio sagrado.
Seguramente, a todos los presentes les pareció que el consejo recibido había fortalecido la resolución de los
graduados de amar a Dios y al prójimo. También había reforzado más que nunca su determinación de dar ayuda espiritual
a las personas de su asignación misional.
[Recuadro de la página 25]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 10
Cantidad de países adonde van: 20
Cantidad de estudiantes: 48
Promedio de edad: 33,7
Promedio de años en la verdad: 16,2
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 12,5
[Ilustración de la página 26]
Clase 109 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se numeran las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada fila.
1) Collins, E.; Miles, L.; Alvarado, A.; Lake, J. 2) Van Dusen, L.; Biharie, A.; Heikkinen, H.; Koós, S.; Smith, H. 3) Ashford,
J.; Ashford, C.; Boor, C.; Richard, L.; Wilburn, D.; Lake, J. 4) Chichii, K.; Chichii, H.; Ramirez, M.; Baumann, D.; Becker, G.;
Biharie, S.; Ramirez, A. 5) Van Dusen, W.; Lemâtre, H.; Pisko, J.; Cutts, L.; Russell, H.; Johnson, R. 6) Becker, F.;
Baumann, D.; Johnson, K.; Pifer, A.; Madsen, C.; Lemâtre, J.; Heikkinen, P. 7) Smith, R.; Russell, J.; Collins, A.; Pisko, D.;
Wilburn, R.; Koós, G. 8) Cutts, B.; Boor, J.; Madsen, N.; Pifer, S.; Richard, E.; Miles, B.; Alvarado, R.
*** w01 15/6 págs. 24-26 Gozosos con la esperanza del Reino ***
Gozosos con la esperanza del Reino

EL 10 de marzo de 2001, 5.784 personas se reunieron en los tres complejos del estado de Nueva York que utiliza la
numerosa familia Betel de Estados Unidos, para una feliz celebración: la graduación de la clase 110 de la escuela misional
de Galaad.
Carey Barber, del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, dio la bienvenida a todos y abrió el programa con
estas palabras: “Nos alegra saber que ya se ha preparado para servir de misioneros a los estudiantes de 110 clases de
Galaad, a los que se ha enviado a territorios de todo el globo terráqueo”.
Cómo conservar el gozo
Tras los comentarios de introducción del hermano Barber, Don Adams habló a los asistentes, entre los que estaban los
48 estudiantes que iban a graduarse, sobre el tema “La bendición de Jehová nos enriquece”. Mediante este discurso,
basado en Proverbios 10:22, les recordó que Jehová sostiene y bendice a sus siervos cuando ponen en primer lugar en la
vida los intereses del Reino. Animó a los estudiantes a aceptar sus nuevas asignaciones con la misma disposición que
manifestó el apóstol Pablo cuando lo invitaron a ‘pasar a Macedonia y ayudar’ (Hechos 16:9). Tuvo que vencer
dificultades, es verdad, pero su deseo de predicar donde se le había indicado resultó en muchas bendiciones gozosas.
Aunque los estudiantes que iban a graduarse habían finalizado los cinco meses de estudio de la Biblia y preparación
para la obra misional, Daniel Sydlik, del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, los animó a seguir aprendiendo. El
tema de su intervención fue “Sean discípulos verdaderos”, y durante ella comentó: “Ser discípulo significa obedecer en
todo momento lo que dijo Jesús. Implica estar siempre dispuesto a escuchar sus palabras, su mensaje, su enseñanza”.
Señaló que los discípulos de Cristo no toman decisiones sin escuchar la voz del Maestro; la sabiduría de Dios está
vinculada a la vida de Cristo (Colosenses 2:3). Ninguno de nosotros puede llegar a la conclusión de que lo sabe todo
sobre Jesús por haber oído sus palabras una sola vez, así que el hermano Sydlik animó a los graduados a seguir
aprendiendo, aplicando y enseñando la verdad cristiana, que resulta en libertad (Juan 8:31, 32).
A fin de seguir felices en el servicio de Dios, debemos estar dispuestos a aceptar la disciplina y la corrección. “¿Los
corregirán sus riñones?” fue la pregunta que planteó Lawrence Bowen, instructor de Galaad. En su exposición señaló que
los riñones figurativos se relacionan en la Biblia con los pensamientos y emociones más profundos del ser humano, que lo
corregirán si el consejo inspirado de la Palabra de Dios ha alcanzado los aspectos más íntimos de su personalidad (Salmo
16:7; Jeremías 17:10). Nuestro proceder fiel puede incluso conmover hondamente a Jehová. Tras leer Proverbios
23:15, 16, el orador preguntó: “¿Los corregirán sus riñones?”, y añadió: “Oramos para que así sea, a fin de que le causen
un profundo placer a Jehová, lo conmuevan en lo más íntimo, sí, logren que Sus riñones se regocijen mientras ustedes
permanecen fieles en sus asignaciones”.
El último discurso de esta parte del programa lo presentó Mark Noumair, que sirvió de misionero en Kenia antes de ser
instructor de Galaad. Su conferencia, titulada “Mejor es el ver de los ojos”, destacó la importancia de cultivar
contentamiento. En armonía con Eclesiastés 6:9, el hermano Noumair recomendó: “Acepten la realidad: ese es ‘el ver de
los ojos’. En lugar de soñar con lo que desean hacer pero no hacen, concéntrense en aprovechar al máximo sus
circunstancias presentes. Si viven en un mundo de fantasías y abrigan expectativas irrazonables, o piensan demasiado en
los aspectos negativos de su asignación, solo conseguirán sentirse insatisfechos y descontentos”. En efecto, no importa
dónde estemos o cuáles sean nuestras circunstancias, cultivar el espíritu de contentamiento piadoso contribuirá a que
sirvamos felices a nuestro Magnífico Creador.
Gozosas experiencias en el servicio del Reino y en Galaad
Después de escuchar el consejo práctico de estos discursos, los estudiantes narraron algunas experiencias de las que
disfrutaron en el ministerio público durante los cinco meses que duró el curso. Bajo la dirección de Wallace Liverance,
secretario de la Escuela de Galaad, contaron de qué manera se habían recomendado como ministros de Dios (2 Corintios
4:2). Habían logrado atraer algunas conciencias. Sus experiencias demostraron cómo habían iniciado estudios bíblicos
con personas sinceras que encontraron en la calle, en el ministerio de casa en casa y en otros lugares. Hubo diferentes
casos de gente interesada que dijo que las publicaciones bíblicas de la organización de Jehová tenían el sonido de la
verdad. Un ama de casa respondió de manera muy positiva a la lectura de cierto versículo bíblico y ahora estudia las
Escrituras con los testigos de Jehová.
A continuación, Joel Adams entrevistó a cristianos que se graduaron en Galaad hace años. El tema de esta sección del
programa fue “Nunca dejen de aprender, nunca dejen de servir a Jehová”. Los entrevistados dieron consejo oportuno a los
nuevos misioneros. Harry Johnson recordó los días en que asistió a la clase 26 de Galaad y dijo: “Se nos enseñó que
Jehová siempre ha dirigido a su pueblo y lo dirigirá. Esta confianza me ha animado a lo largo de los años”. William
Nonkes, de la clase 53, dio esta recomendación a los graduados: “Sobre todo, tengan presentes los principios bíblicos y
aplíquenlos en todas las decisiones que tengan que tomar en la vida, ahora y siempre. Si lo hacen, seguirán en su
asignación y recibirán abundantes bendiciones de Jehová”.
“Fortalecidos para llevar a cabo la voluntad de Jehová” fue el tema que escogió Richard Rian para esta sección del
programa. Uno de los entrevistados fue John Kurtz, graduado de la clase 30 que sirvió de misionero durante cuarenta y un
años en España. Preguntado por el plan de estudios de Galaad, respondió: “La Biblia es el principal libro de texto, y
también contamos con las ayudas para el estudio bíblico, que nos permiten entender la Palabra de Dios. Están a la
disposición de todos nosotros. En Galaad no se ofrece información secreta. No me canso de recalcar este hecho, porque
todos tenemos al alcance de la mano la información que se da en Galaad”.
El hermano Gerrit Lösch, del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, cerró con broche de oro el programa
espiritual hablando del tema “Sobre las alas de Jehová y bajo su protección”. Explicó que la protección y el apoyo que Dios
da a sus siervos fieles se ilustran en la Biblia mediante las alas de un águila (Deuteronomio 32:11, 12; Salmo 91:4). En
ocasiones, el águila adulta extiende las alas durante horas para proteger a sus crías. A veces, la madre las utiliza para
envolver a los aguiluchos a fin de resguardarlos de los vientos fríos. Del mismo modo, Jehová, en armonía con su
propósito, acude en ayuda de sus siervos fieles, en particular cuando se enfrentan a pruebas espirituales. No permite que
sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que les da la salida para que aguanten (1 Corintios 10:13). El
hermano Lösch concluyó así: “A fin de permanecer protegidos en sentido espiritual, debemos continuar bajo las alas de
Jehová, lo que significa que no desarrollemos un espíritu de independencia. Mantengámonos siempre cerca de Jehová y
su organización, semejante a una madre, no abandonando nunca su dirección y amoroso consejo”.
El presidente leyó algunos telegramas y saludos de todo el planeta, tras lo cual se procedió a la entrega de diplomas.
Cuando se creó la Escuela de Galaad, la intención era que hubiera solo un número limitado de clases durante cinco años.
Pero cincuenta y ocho años más tarde, Jehová Dios la mantiene abierta. Como dijo el hermano Barber en sus palabras de
apertura: “¡Qué historial tan maravilloso han escrito los graduados de Galaad desde que esta escuela inició sus funciones,
en 1943! Su trabajo conjunto ha resultado en que hayan entrado en la gloriosa organización de Jehová literalmente cientos
de miles de personas mansas de la Tierra”. En efecto, esta escuela misional ha contribuido a que millones de personas
estén gozosas con la esperanza del Reino.
[Recuadro de la página 24]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 8
Cantidad de países adonde van: 18
Cantidad de estudiantes: 48
Promedio de edad: 34
Promedio de años en la verdad: 18
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 13
[Ilustración de la página 25]
Clase 110 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se numeran las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada fila.
1) Vacek, E.; Madelin, L.; Evans, G.; Watanabe, K. 2) Trafford, P.; Turfa, J.; Wilson, P.; Williams, R.; Weber, A. 3) Johnson,
T.; Hanau, K.; Mourlhou, F.; Charpentier, F.; Peckham, R.; Androsoff, P. 4) Seegers, T.; Seegers, D.; Bailey, P.; Bailey, M.;
Madelin, K.; Lippold, E.; Lippold, T. 5) Evans, N.; Gold, R.; Bollmann, I.; Vacek, R.; Oundjian, J.; Wilson, N. 6) Turfa, J.;
Zuidema, L.; Zuidema, R.; Bengtsson, C.; Bengtsson, J.; Galano, M.; Galano, L. 7) Peckham, T.; Mourlhou, J.; Charpentier,
C.; Gold, M.; Bollmann, R.; Oundjian, F. 8) Weber, R.; Johnson, B.; Hanau, D.; Watanabe, Y.; Williams, R.; Trafford, G.;
Androsoff, T.
*** w01 15/12 págs. 25-27 La buena disposición los impulsa a ir a Galaad ***
La buena disposición los impulsa a ir a Galaad

LA Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower tiene por objeto preparar a hombres y mujeres dedicados para el
servicio misional en el extranjero. ¿Quiénes asisten a Galaad? Los que tienen una buena disposición (Salmo 110:3). Esto
quedó muy patente el día 8 de septiembre de 2001, fecha de la graduación de la clase 111.
Algunos estudiantes ya habían dejado de buena gana a su familia, amigos y país de origen para servir donde hubiera
mayor necesidad. Así probaron su capacidad de acostumbrarse a vivir en un ambiente algo distinto del suyo. Por ejemplo:
Richer y Nathalie organizaron sus asuntos para trasladarse a Bolivia, Todd y Michelle fueron a la República Dominicana, y
David y Monique se mudaron a un país asiático, todos ellos con la intención de difundir las buenas nuevas del Reino de
Dios. Otros estudiantes ya habían servido en Nicaragua, Ecuador y Albania.
A Christy la animaron a estudiar español en la escuela secundaria, lo cual la preparó para vivir dos años en Ecuador
antes de contraer matrimonio. Otros hermanos sirvieron en congregaciones de habla extranjera en su propio país. Saul y
Priscilla afrontaron un reto diferente y manifestaron su buena actitud al esforzarse mucho por mejorar sus conocimientos
de inglés antes de asistir a la escuela.
Las veinte semanas de capacitación misional transcurrieron rápidamente, y enseguida llegó el día de la graduación,
cuando los estudiantes, junto con sus amigos y familiares, escucharon consejos sabios y animadoras palabras de
despedida.
El presidente del programa fue Theodore Jaracz, graduado de la séptima clase de la Escuela de Galaad y en la
actualidad miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová. Sus comentarios iniciales destacaron el hecho de
que, como organización, nunca hemos perdido de vista el objetivo de preparar estudiantes en Galaad: la predicación de
las buenas nuevas del Reino en toda la Tierra habitada (Marcos 13:10). Galaad instruye a los estudiantes para que
prediquen a una escala mucho mayor que antes y en zonas del mundo donde hacen especial falta misioneros
capacitados. El hermano Jaracz exhortó a los estudiantes a aprovechar bien esa formación al trabajar en los diecinueve
países a los que se les había asignado junto con los misioneros que ya están sirviendo allí.
Consejos oportunos para los graduados
Después se presentó una serie de discursos. William Van De Wall, del Comité de Sucursal de Estados Unidos, habló
del tema “El celo misional, distintivo de los cristianos verdaderos”. Se centró en la comisión de ‘hacer discípulos’, anotada
en Mateo 28:19, 20, e instó a los estudiantes a ‘imitar a Jesús, que llevó a cabo su asignación misional con ardor y
entusiasmo’. A fin de ayudar a los futuros misioneros a conservar el celo por la obra misional, les dio estas
recomendaciones: “Aténganse a un horario práctico; mantengan buenos hábitos de estudio para así estar al día en los
asuntos teocráticos, y no pierdan nunca de vista las razones por las que se encuentran en su asignación”.
A continuación habló Guy Pierce, del Cuerpo Gobernante, sobre el tema “Sigan cultivando ‘su facultad de raciocinio’”
(Romanos 12:1). Dio sugerencias prácticas a los graduados para animarlos a usar la capacidad de pensar y razonar que
han recibido de Dios. “Continúen reflexionando en lo que Jehová les dice a ustedes en su Palabra. Esto los
salvaguardará”, señaló (Proverbios 2:11). También exhortó a la clase a no estorbar su “facultad de raciocinio” con
opiniones dogmáticas. No cabe duda de que estos oportunos recordatorios les resultarán útiles cuando sirvan de
misioneros.
El presidente presentó a continuación a uno de los instructores de Galaad, Lawrence Bowen, que habló sobre el tema
“Decidan no conocer cosa alguna”. Señaló que el apóstol Pablo, mientras sirvió de misionero en Corinto, se determinó a
“no conocer cosa alguna [...] salvo a Jesucristo, y a él fijado en el madero” (1 Corintios 2:2). El apóstol sabía que la mayor
fuerza del universo, el espíritu santo, respalda el mensaje que aparece por toda la Biblia: la vindicación de la soberanía de
Jehová mediante la Descendencia prometida (Génesis 3:15). Se instó a los 48 graduados a triunfar en la obra misional al
igual que Pablo y Timoteo, sujetándose al “modelo de palabras saludables” (2 Timoteo 1:13).
“Agradezcan su privilegio, una dádiva de Dios” fue el título del último de los discursos de apertura. Wallace Liverance,
secretario de la Escuela de Galaad, ayudó a los graduados a comprender que los privilegios de servicio son expresiones
de la bondad inmerecida de Dios, no algo a lo que tengan derecho o se hayan ganado. Se valió del ejemplo del apóstol
Pablo para señalar el siguiente punto: “Jehová no escogió a Pablo para ser apóstol a las naciones debido a las obras de
este, como si se hubiera ganado el derecho a disfrutar de esa asignación o la mereciera. Tampoco lo seleccionó por su
antigüedad o experiencia; desde una óptica humana, hubiera parecido que la elección lógica era Bernabé. Y no fue
tampoco atendiendo a sus aptitudes que lo escogió, pues al parecer, Apolos era más elocuente que Pablo. Fue una
expresión de la bondad inmerecida de Dios” (Efesios 3:7, 8). El hermano Liverance animó a los graduados a usar su
dádiva, es decir, su privilegio de servicio, para ayudar a las personas a hacerse amigos de Dios y recibir “el don que Dios
da [...:] vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 6:23).
Seguidamente, Mark Noumair, también instructor de Galaad, mantuvo una animada conversación con varios
estudiantes sobre el tema “La preparación produce buenos resultados” (Proverbios 21:5). Las experiencias ilustraron que
cuando los ministros se preparan bien para el ministerio, sobre todo cuando preparan el corazón, tienen verdadero interés
por las personas. Nunca se quedan sin saber qué decir, sino que dicen y hacen cosas que ayudan espiritualmente a la
gente. “Esta es la clave para triunfar en la obra misional”, señaló el hermano Noumair, quien recurrió a su propia
experiencia como misionero en África.
La gratificante carrera del servicio misional
Ralph Walls y Charles Woody hablaron con algunos misioneros experimentados que también se hallaban en el Centro
Educativo de Patterson para recibir formación especial. Durante las entrevistas se recalcó que es el amor a la gente lo que
produce gozo en el servicio misional. Fue tranquilizador para los estudiantes, así como para sus familiares y amigos,
escuchar el testimonio directo de misioneros veteranos sobre por qué este servicio es una carrera gratificante.
John E. Barr, miembro del Cuerpo Gobernante, pronunció el discurso principal del día: “Canten a Jehová una canción
nueva” (Isaías 42:10). Indicó que la expresión “una canción nueva” aparece nueve veces en la Biblia. A la pregunta: “¿De
qué trata esta canción?”, que él mismo planteó, dio esta respuesta: “El contexto revela que se entona una canción nueva
porque hay novedades en el ejercicio de la soberanía de Jehová”. Instó a los estudiantes a seguir uniendo sus voces y
cantando alabanzas al Reino triunfante de Dios en las manos del Rey Mesiánico, Cristo Jesús. Mencionó que la
preparación recibida en Galaad les había ayudado a comprender mejor que nunca antes los diversos aspectos de esta
“canción nueva”. Añadió: “La escuela ha destacado la necesidad de que ‘canten’ alabanzas a Jehová en armonía con los
hermanos y hermanas de los lugares a los que vayan; siempre busquen la unidad con los demás en su asignación”.
Después que se entregaron los diplomas a los estudiantes, un portavoz de la clase leyó una carta en la que daban
sinceras gracias por la capacitación recibida en Galaad.
¿Podría usted ampliar su servicio a Dios y hacerlo más productivo? En tal caso, trabaje con diligencia, igual que los
graduados de esta clase, pues eso es lo que los ayudó a llenar los requisitos para servir en el campo misional. Cuando
nos ofrecemos alegremente y de buena gana en el servicio de Dios, obtenemos mucho gozo (Isaías 6:8).
[Recuadro de la página 25]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 10
Cantidad de países adonde van: 19
Cantidad de estudiantes: 48
Promedio de edad: 33,2
Promedio de años en la verdad: 16,8
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 12,6
[Ilustración de la página 26]
Clase 111 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
En la siguiente lista se numeran las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada fila.
1) Yeomans, C.; Toukkari, A.; Núñez, S.; Phillips, J.; Dawkin, M.; Silvestri, P. 2) Morin, N.; Biney, J.; López, M.; Van Hout,
M.; Cantú, A.; Szilvassy, F. 3) Williams, M.; Itoh, M.; Van Coillie, S.; Levering, D.; Fuzel, F.; Geissler, S. 4) Yeomans, J.;
Moss, M.; Hodgins, M.; Dudding, S.; Briseño, J.; Phillips, M. 5) López, J.; Itoh, T.; Sommerud, S.; Kozza, C.; Fuzel, G.;
Moss, D. 6) Williams, D.; Dudding, R.; Geissler, M.; Morin, R.; Biney, S.; Cantú, L. 7) Dawkin, M.; Hodgins, T.; Levering, M.;
Silvestri, S.; Van Hout, D.; Briseño, A. 8) Van Coillie, M.; Núñez, A.; Kozza, B.; Sommerud, J.; Toukkari, S.; Szilvassy, P.
*** w02 15/6 págs. 23-25 Enviados para paliar el hambre ***
Enviados para paliar el hambre

“¿QUÉ clase de hambre?”, tal vez se pregunte usted. Hambre espiritual. Un profeta hebreo de la antigüedad predijo
ese tipo de escasez de la siguiente manera: “¡Mira! Vienen días —es la expresión del Señor Soberano Jehová—, y
ciertamente enviaré un hambre al país, un hambre, no de pan, y una sed, no de agua, sino de oír las palabras de Jehová”
(Amós 8:11). A fin de paliar dicha necesidad espiritual, se ha enviado a diecinueve países y archipiélagos de los cinco
continentes a los 48 graduados de la clase 112 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, situada en Patterson
(Nueva York).
Los graduados se dirigen a sus asignaciones equipados, no de carne y cereales, sino de conocimiento, experiencia y
preparación, una vez concluido el curso de cinco meses de estudio bíblico intensivo concebido para fortalecer su fe y
capacitarlos para el servicio misional en el extranjero. El 9 de marzo de 2002, los 5.554 presentes en la graduación
escucharon con placer todo el programa.
Stephen Lett, miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, inició con entusiasmo la sesión. Tras dar una
bienvenida especial a los muchos invitados procedentes de distintos puntos del planeta, pasó a aplicar las palabras de
Jesús “Ustedes son la luz del mundo” a la labor de los entonces futuros misioneros (Mateo 5:14). Explicó: ‘En sus
asignaciones arrojarán “luz” sobre diversos aspectos de las maravillosas obras de Jehová, lo cual permitirá que las
personas de corazón recto capten la hermosura de Jehová y sus propósitos’. El hermano Lett animó a los misioneros a
poner al descubierto la oscuridad de las doctrinas falsas con la luz de la Palabra de Dios y guiar a quienes buscan la
verdad.
La buena actitud es fundamental
Después de las palabras de apertura, Baltasar Perla, miembro del Comité de Sucursal de Estados Unidos, pronunció el
primero de una serie de discursos destinados a ayudar a los graduados a ser buenos misioneros. Su disertación se
titulaba “Sé animoso y fuerte, y actúa” (1 Crónicas 28:20). Al rey Salomón del antiguo Israel se le encomendó una difícil
tarea que nunca antes había realizado: construir un templo en Jerusalén. Salomón ‘actuó’, es decir, puso manos a la obra,
y con la ayuda de Jehová se terminó el templo. El hermano Perla aplicó la lección a la clase del siguiente modo: ‘Ustedes
han recibido una nueva asignación, la de ser misioneros, y para ello deberán ser animosos y fuertes’. Luego dio mucho
ánimo a los estudiantes al asegurarles que si se mantenían unidos a Jehová, él nunca los abandonaría. En la conclusión
de su discurso conmovió al auditorio con esta observación personal: ‘Pueden hacer mucho bien en su labor misional.
Mi familia y yo conocimos la verdad gracias a unas misioneras’.
“Confíen en Jehová para que les vaya bien” fue el título del discurso de Samuel Herd, otro miembro del Cuerpo
Gobernante. Los estudiantes están iniciándose en la obra misional, y su éxito depende en gran parte de la relación que
cultiven con Jehová. El hermano Herd les dirigió la siguiente exhortación: ‘Hasta ahora han acumulado mucho
conocimiento bíblico mediante el estudio en Galaad. Han sido felices recibiendo. Sin embargo, para que les vaya bien de
verdad, deben empezar ya a dar de lo que han aprendido’ (Hechos 20:35). Los misioneros tendrán muchas oportunidades
de hacerlo así al ‘derramarse’ a favor de otras personas (Filipenses 2:17).
¿Qué consejo de despedida les darían los instructores a los estudiantes? El discurso de Mark Noumair, “Siéntense
quietos hasta que vean cómo resulta el asunto”, se basó en Rut 3:18. Valiéndose del ejemplo de Noemí y Rut, el
conferenciante estimuló a los graduados a confiar plenamente en las disposiciones de la organización terrestre de Dios y
respetar la autoridad teocrática. A continuación tocó el corazón de los estudiantes con las palabras: ‘Habrá ocasiones en
las que no entiendan por qué se tomó cierta decisión que les afecta o en las que estén convencidos de que debería
procederse de otra forma. ¿Qué harán entonces? ¿Se levantarán y tomarán cartas en el asunto, o “se sentarán quietos”,
confiando en la guía de Dios y con la convicción de que, a su debido tiempo, él hará que todo resulte bien?’ (Romanos
8:28). El consejo de ‘concentrarse en promover los intereses del Reino y en lo que hace la organización de Jehová, en vez
de en la personalidad de los demás’, sin duda será de mucha utilidad a los misioneros en sus destinos en el extranjero.
Wallace Liverance, instructor de Galaad que antes fue misionero, concluyó la serie de discursos de apertura con una
disertación titulada “Manténganse centrados; permanezcan en el servicio de Dios”. El hermano Liverance mostró que, tras
presenciar la caída de Babilonia y examinar lo que Jeremías había predicho, Daniel se dio cuenta de que los israelitas iban
a ser liberados pronto de su cautiverio (Jeremías 25:11; Daniel 9:2). Daniel estaba muy pendiente del horario de Jehová, lo
que le ayudó a mantenerse centrado en el desarrollo del propósito de Dios. En contraste, los israelitas de los días del
profeta Ageo decían: “El tiempo no ha llegado” (Ageo 1:2). Perdieron de vista el tiempo en que vivían, se centraron en su
propia comodidad y realización personal, e interrumpieron la obra que constituía la razón por la cual se les había liberado
de Babilonia: la reconstrucción del templo. El hermano Liverance concluyó diciendo: “Por lo tanto, manténganse centrados
teniendo siempre presente el propósito de Jehová”.
El instructor de Galaad Lawrence Bowen fue el moderador de otra parte del programa, que se tituló “Jehová bendice a
los que utilizan la palabra viva” (Hebreos 4:12). El hermano presentó experiencias que tuvieron los estudiantes en el
ministerio del campo, las cuales pusieron de relieve que Jehová bendice a quienes utilizan la Biblia al predicar y enseñar.
Después señaló que Jesucristo nos dio un ejemplo excelente a todos los ministros de Dios: ‘Jesús dijo con toda razón que
su enseñanza no procedía de sí mismo, pues hablaba la palabra de Dios’. En aquel entonces, las personas de corazón
recto reconocieron la verdad y respondieron a ella, y lo mismo sucede hoy día (Juan 7:16, 17).
La Escuela de Galaad prepara para toda buena obra
A continuación, Richard Abrahamson y Patrick LaFranca, miembros veteranos de la familia Betel, entrevistaron a seis
graduados de clases anteriores de Galaad que sirven en distintas facetas del servicio especial de tiempo completo. Fue
animador para los graduados de la clase 112 ver cómo, después de varias décadas y sin importar su asignación actual,
esos seis hermanos siguen utilizando la preparación que recibieron en Galaad para estudiar la Biblia, investigar temas y
relacionarse con los demás.
Theodore Jaracz, miembro del Cuerpo Gobernante, dio la conferencia principal del programa, titulada “Los buenos
resultados de aguantar el odio satánico”. Durante los anteriores cinco meses, los estudiantes habían estado en un
ambiente afectuoso y teocrático. No obstante, como se les indicó en las clases, vivimos en un mundo antagonista.
El pueblo de Jehová está bajo ataque en todas partes (Mateo 24:9). El hermano Jaracz hizo referencia a varios relatos
bíblicos para demostrar que ‘somos un blanco especial del Diablo. Debemos fortalecer nuestra relación con Jehová, a fin
de estar preparados para afrontar las pruebas’ (Job 1:8; Daniel 6:4; Juan 15:20; Revelación [Apocalipsis] 12:12, 17).
El hermano Jaracz dijo para concluir que, a pesar del odio del que somos objeto continuamente, ‘ninguna arma formada
contra nosotros tendrá éxito, según Isaías 54:17. Jehová se encargará de que se nos libre de la forma y en el momento
que él decida’.
Los graduados de la clase 112 de Galaad, que ya están “completamente equipado[s]”, sin duda contribuirán mucho a
paliar el hambre espiritual en los países en los que van a servir (2 Timoteo 3:16, 17). Esperamos con ansias recibir
informes sobre los resultados que obtengan al entregar el nutritivo mensaje a los habitantes de tales tierras.
[Recuadro de la página 23]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 6
Cantidad de países adonde van: 19 *** w02 15/12 págs. 23-25 Vean los asuntos desde el punto de vista de Dios ***
Vean los asuntos desde el punto de vista de Dios

EL 14 de septiembre de 2002, un cálido y soleado día en el estado de Nueva York (EE.UU.), una multitud internacional
de 6.521 personas se congregó en el Centro Educativo de Patterson y en otros dos complejos que poseen los testigos de
Jehová en el estado. El motivo de la reunión era asistir a la graduación de la clase 113 de la Escuela Bíblica de Galaad de
la Watchtower. Los estudiantes, de catorce diferentes nacionalidades, habían dedicado los pasados cinco meses a
prepararse para servir de misioneros en un total de diecinueve países.
Carey Barber, de 97 años de edad y miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, presidió el programa
y destacó el legado de los casi sesenta años de existencia de la Escuela de Galaad, que ha formado a miles de
misioneros. El hermano Barber señaló: “No exageramos al afirmar que la educación que han recibido los misioneros ha
tenido magníficos resultados. Gracias a su ayuda, cientos de miles de personas mansas de toda la Tierra se han dedicado
a Jehová y han hecho de la adoración verdadera y el servicio sagrado parte integral de su vida”.
Antes de asistir a Galaad, muchos de los estudiantes demostraron que deseaban ampliar su ministerio. Un matrimonio
de Canadá estudió mandarín durante más de un año para comunicarse con la gran comunidad china que reside cerca de
su hogar. Otra pareja comenzó a estudiar albanés por su cuenta y más tarde se mudó a Albania para atender el creciente
interés por la Biblia que manifiestan sus habitantes. Otros alumnos llegaron a Galaad procedentes de Hungría, Guatemala
y la República Dominicana, países a los que se habían trasladado debido a la gran necesidad de maestros de la Palabra
de Dios.
Antes de partir a sus destinos en África, Europa del Este, Centroamérica, Sudamérica y el Lejano Oriente, a los
estudiantes se les animó a tomar en cuenta a Dios en todo lo que hagan.
Vean los asuntos desde la perspectiva de Dios
Tras los comentarios de introducción, el hermano Barber presentó a Maxwell Lloyd, miembro del Comité de Sucursal de
Estados Unidos, quien pronunció el discurso “Vean todos los asuntos desde el punto de vista de Dios”. El hermano Lloyd
destacó los ejemplos de David y de Jesús, el Hijo de Dios (1 Samuel 24:6; 26:11; Lucas 22:42). Después de recordar a los
estudiantes que los cinco meses de instrucción bíblica los habían preparado para ver los asuntos desde el punto de vista
de Dios, el orador preguntó: “¿Ayudarán a las personas con quienes estudien la Biblia en su nuevo territorio a pensar
desde la óptica divina?”. Les dio también esta recomendación para cuando tengan que aconsejar a alguien: “No digan: ‘A
mi juicio, creo que...’. Al contrario, ayuden a los demás a conocer lo que piensa Dios. De esta manera, serán una auténtica
bendición para sus compañeros en su asignación”.
La siguiente intervención del programa estuvo a cargo de Gerrit Lösch, miembro del Cuerpo Gobernante. En su
discurso, “Yo estoy contigo”, puso el acento en las muchas ocasiones en que Jehová dijo a sus siervos fieles “Yo estoy
contigo” (Génesis 26:23, 24; 28:15; Josué 1:5; Jeremías 1:7, 8). En la actualidad podemos esperar lo mismo de Jehová si
permanecemos fieles. El hermano Lösch señaló: “¿Les preocupa no saber si encontrarán personas con quienes estudiar
la Biblia? Recuerden que Jehová dijo: ‘Yo estoy contigo’. ¿Se preguntan si dispondrán de lo suficiente en sentido material?
Jehová promete: ‘De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé’” (Hebreos 13:5). En su conclusión recordó
a los estudiantes que Jesús prometió estar con sus seguidores fieles en la obra de hacer discípulos (Mateo 28:20).
En el discurso “¿Hallarán seguridad en el fuego?”, el hermano Lawrence Bowen, instructor de Galaad, explicó que
debido a las cuestiones planteadas en Edén, todos los que desean rendir a Jehová devoción exclusiva han afrontado
dificultades y, en ocasiones, pruebas ardientes. Estimuló a los estudiantes a imitar el ejemplo de Jesús, quien halló
verdadera seguridad al confiar completamente en Jehová y al aceptar las pruebas ardientes que su Padre permitió con
objeto de perfeccionar su obediencia (Hebreos 5:8, 9). Jehová puede compararse a un refinador de oro que aplica la
cantidad precisa de calor para eliminar las impurezas. Claro está, la fe probada por fuego ofrece mucha más seguridad
que el oro refinado. ¿Por qué? “Porque la fe refinada resiste todas las presiones —respondió el hermano Bowen— y nos
prepara para aguantar hasta ‘el fin’.” (Mateo 24:13.)
Mark Noumair, otro de los instructores, preguntó: “¿Serán agradables?”. Su intervención se basó en 1 Samuel 2:26,
texto que califica a Samuel de “agradable, tanto desde el punto de vista de Jehová como del de los hombres”. Tras
examinar el ejemplo de Samuel, el orador, que pasó más de diez años de misionero en África, mencionó: “Ustedes
también pueden hacerse muy agradables a la vista de Dios si cumplen fielmente la labor que Él les ha encomendado: una
valiosa asignación misional”. El hermano Noumair exhortó a la clase a ver sus asignaciones como una sagrada
encomienda divina y a adoptar el pensar de Dios al llevar a cabo su labor.
A lo largo del curso, los estudiantes contaron con muchas oportunidades durante los fines de semana para llevar a los
habitantes de la zona “las cosas magníficas de Dios” expuestas en la Biblia, algo que hicieron en más de diez idiomas
(Hechos 2:11). Wallace Liverance, otro instructor de Galaad, entrevistó a un grupo de estudiantes que relataron
experiencias en la sección “‘Las cosas magníficas de Dios’ impulsan a la gente a actuar”. Él observó: “El espíritu impulsó a
los que se hallaban en el aposento superior en el Pentecostés a difundir ‘las cosas magníficas de Dios’. El mismo espíritu
está presente hoy en todos los siervos fieles de Dios”. Hay quienes incluso se han sentido impelidos a aprender un nuevo
idioma con el fin de predicar a un mayor número de personas.
Consejos prácticos para ver los asuntos desde el punto de vista de Dios
Tras los discursos iniciales, Gary Breaux y William Young, de la sucursal de Estados Unidos, entrevistaron a varios
miembros de comités de sucursal de países que cuentan con misioneros, así como a un matrimonio que había dedicado
cuarenta y un años al servicio misional. Uno de sus comentarios fue que “quienes no son exigentes permanecen más
tiempo. Se centran en la razón por la que vinieron; saben que llegaron para predicar las buenas nuevas y ayudar a la
gente a conocer a Jehová”.
David Splane, otro miembro del Cuerpo Gobernante, puso el broche final al programa con el discurso “No se van lejos”.
¿Qué quiso decir, en vista de que los 46 graduados iban a ser enviados a diferentes partes del globo? Lo explicó de esta
manera: “No importa en qué parte de la Tierra se hallen; si permanecen fieles, siempre estarán en la casa de Dios”.
En efecto, todos los cristianos fieles, estén donde estén físicamente, sirven en una parte del gran templo (o casa) espiritual
de Dios, que entró en funcionamiento cuando Jesús se bautizó en el siglo primero (Hebreos 9:9). Fue muy consolador
para los asistentes reflexionar sobre el hecho de que Jehová está cerca de todos sus siervos fieles del mundo entero. Tal
como Él se interesó en Jesús mientras estuvo en la Tierra, también se interesa en nosotros y en nuestro servicio hacia Él,
sin importar dónde nos hallemos. De modo que en lo que respecta a la adoración, jamás estamos lejos ni de nuestros
hermanos ni de Jehová y Jesús.
Después de que se transmitieron saludos de todas partes del planeta, se dieron a conocer las asignaciones de los
estudiantes y se leyó una carta de la clase en señal de agradecimiento por la preparación que recibieron en Galaad. El
presidente concluyó el programa animando a los nuevos misioneros a seguir con su buena labor y a continuar
regocijándose en el servicio de Jehová (Filipenses 3:1).
[Recuadro de la página 23]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 14
Cantidad de países adonde van: 19
Cantidad de estudiantes: 46
Promedio de edad: 35,0
Promedio de años en la verdad: 17,2
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 13,7
[Ilustración de la página 24]
Clase 113 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Ligthart, M.; Hosoi, S.; Berktold, A.; Liem, C.; Aoki, J. 2) Baglyas, J.; Bouqué, S.; Bossi, A.; Alton, J.; Escobar, I.;
Escobar, F. 3) Stoica, A.; Stoica, D.; Freimuth, S.; Karlsson, M.; LeBlanc, R. 4) Bianchi, R.; Bianchi, S.; Kaminski, L.;
Joseph, L.; Paris, S.; LeBlanc, L. 5) Paris, M.; Skidmore, B.; Horton, J.; Horton, L.; Skidmore, G. 6) Liem, B.; Alton, G.;
Quirici, E.; Langlois, M.; Steininger, S.; Aoki, H. 7) Langlois, J.; Steininger, M.; Bossi, F.; Kaminski, J.; Bouqué, J.; Ligthart,
E.; Hosoi, K. 8) Baglyas, J.; Quirici, M.; Karlsson, L.; Freimuth, C.; Berktold, W.; Joseph, R.
Cantidad de estudiantes: 48
Promedio de edad: 33,2
Promedio de años en la verdad: 15,7
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 12,2
[Ilustración de la página 24]
Clase 112 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Parotte, M.; Hooker, E.; Anaya, R.; Reynolds, J.; Gesualdi, K.; González, J. 2) Robinson, C.; Phillips, B.; Maidment, K.;
Moore, I.; Noakes, J.; Barnett, S. 3) Stires, T.; Palmer, B.; Yang, C.; Groothuis, S.; Groppe, T.; Bach, C. 4) Anaya, R.;
Soukoreff, E.; Stewart, K.; Simozrag, N.; Simottel, C.; Bach, E. 5) Stewart, R.; Yang, H.; Gilfeather, A.; Harris, R.; Barnett,
D.; Parotte, S. 6) Maidment, A.; Moore, J.; Groothuis, C.; Gilfeather, C.; Noakes, S.; Stires, T. 7) Gesualdi, D.; Groppe, T.;
Soukoreff, B.; Palmer, G.; Phillips, N.; Simottel, J. 8) Harris, S.; Hooker, P.; González, J.; Simozrag, D.; Reynolds, D.;
Robinson, M.
*** w03 15/6 págs. 23-25 La Escuela de Galaad: sesenta años formando misioneros ***
La Escuela de Galaad: sesenta años formando misioneros

“EL ESTUDIO intensivo de las Escrituras nos ayudó a acercarnos más a Jehová y a entender mejor su organización, lo
que a su vez nos preparó para la asignación en el extranjero.” Así describió el curso una graduada de la primera clase de
la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Desde su inauguración, hace sesenta años, esta institución no ha cesado
de enviar misioneros, de forma que el 8 de marzo de 2003, en el Centro Educativo de la Watchtower, situado en Patterson
(Nueva York), se graduó la promoción 114. Las 6.404 personas reunidas en el auditorio, así como en otros locales,
escucharon absortas durante el programa, integrado por discursos, entrevistas y una charla con un grupo de estudiantes.
Presidió el acto Theodore Jaracz, del Cuerpo Gobernante, quien subrayó en la introducción el carácter internacional de
los asistentes, entre quienes figuraban visitantes de Asia, el Caribe, Centroamérica, Sudamérica y Europa. Basándose en
2 Timoteo 4:5, destacó que la labor principal de un misionero de Galaad es “la obra de evangelizador”, lo cual implica que
dé testimonio de la verdad enseñando la Biblia.
Reciben sus últimas lecciones
Encabezando una serie de discursos cortos, el hermano John Larson, del Comité de Sucursal de Estados Unidos,
fortaleció la fe de todos al hablar sobre el tema: “Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Romanos
8:31). Explicó qué razones les da la Biblia para confiar plenamente en que el poder de Jehová les ayudará a superar los
obstáculos en su asignación. Citando de Romanos 8:38, 39, los exhortó: “Deténganse a reflexionar en el poder que Dios
emplea para beneficiarlos, y recuerden que nada puede romper la relación personal que tiene con ustedes”.
La siguiente disertación, “Mantengan felices sus ojos”, estuvo a cargo de Guy Pierce, del Cuerpo Gobernante (Lucas
10:23). En ella señaló que somos realmente felices al conocer a Jehová, comprender su propósito eterno y ver el
cumplimiento de las profecías bíblicas. Dondequiera que vayan, los alumnos pueden conservar tal dicha si mantienen
felices sus ojos. El hermano Pierce los exhortó a meditar profundamente en la bondad de Jehová y a centrar su mente y
corazón en la realización de Su voluntad (Salmo 77:12). Si no pierden el optimismo, lograrán superar los problemas que se
presenten.
A continuación, la clase escuchó las alentadoras palabras de despedida de dos hermanos que los habían instruido día
a día. Lawrence Bowen tituló su discurso “¿Buscan la gloria?”. En él indicó que la mayoría de la gente relaciona la gloria
con los honores, alabanzas y distinciones que recibe. Sin embargo, el salmista Asaf llegó a entender cuál es la verdadera
gloria: el inestimable tesoro de gozar de una buena relación con Jehová (Salmo 73:24, 25). El orador animó a los
graduados a seguir estudiando a fondo la Biblia para mantener fuerte dicha relación. Los propios ángeles “desean mirar
con cuidado” los detalles referentes al desenvolvimiento del propósito divino mediante Cristo (1 Pedro 1:12). Quieren
aprender todo lo posible sobre su Padre para reflejar Su gloria. El orador instó a los estudiantes a glorificar a Jehová
ayudando a la gente de sus asignaciones a encontrar el tesoro de incalculable valor.
El secretario de la escuela, Wallace Liverance, cerró la serie de discursos introductorios con el tema “Hablamos la
sabiduría de Dios en un secreto sagrado” (1 Corintios 2:7). ¿En qué consiste la sabiduría divina de la que habló Pablo en
el transcurso de su servicio misional? En el sabio y poderoso medio por el que Jehová implantará la paz y la unidad en
todo el universo. Dicha sabiduría se centra en Jesús. En vez de predicar un evangelio social, Pabló ayudó a las personas
a ver la forma en que Dios revertirá las consecuencias del pecado de Adán (Efesios 3:8, 9). El orador exhortó así a sus
oyentes: “Empleen su privilegio de servicio como Pablo, quien consideró que su asignación misional era una oportunidad
de ayudar a la gente a entender la manera como Jehová realizará su propósito mediante Jesús”.
A continuación, otro instructor de Galaad, Mark Noumair, dirigió una animada conversación con varios alumnos, que
tuvo por título “El estudio de la Palabra de Dios produce ministros celosos” y que hizo hincapié en las palabras de Pablo
consignadas en Romanos 10:10. Los estudiantes relataron numerosas experiencias que habían tenido en el servicio del
campo durante el curso, las cuales mostraron que cuando estudiamos meditativamente la Palabra de Dios, nuestro
corazón se llena de las maravillas de Jehová y su Reino y nos impulsa a hablar de ellas. Durante su estancia de cinco
meses en el Centro Educativo de la Watchtower, iniciaron más de treinta estudios con personas interesadas en la Biblia en
territorios muy trabajados que atienden congregaciones cercanas.
Consejos de hermanos maduros
Durante el curso, los estudiantes se beneficiaron de relacionarse con algunos miembros de la familia Betel de Estados
Unidos. Dos de ellos, Robert Ciranko y Robert P. Johnson, entrevistaron a varios siervos veteranos de Jehová, entre ellos
superintendentes viajantes que recibían preparación especial en el Centro Educativo de la Watchtower. Todos los
entrevistados eran graduados de Galaad que habían sido en su día misioneros. Las sabias palabras de estos hombres
espirituales y experimentados tranquilizaron tanto a los estudiantes como a sus familiares y amigos.
He aquí algunas de sus recomendaciones: “Entréguense por entero al ministerio y a la congregación”. “No se tomen
muy en serio. Céntrense en sus objetivos como misioneros y hagan de su asignación su hogar.” Otros comentarios útiles
ilustraron que Galaad prepara ministros cristianos para que su trabajo sea de calidad, vayan a donde vayan. Veamos
algunos ejemplos: “Se nos enseñó a cooperar y trabajar en equipo”. “La escuela nos ayudó a aceptar otras culturas.”
“Aprendimos a utilizar las Escrituras en un nivel nuevo.”
John E. Barr, quien sirve en el Cuerpo Gobernante desde hace muchos años, pronunció el principal discurso del
programa, cuyo título se basó en las Escrituras: “Por toda la tierra salió su sonido” (Romanos 10:18). Planteó la pregunta:
“¿Ha logrado el pueblo de Dios afrontar los retos implicados en este texto?”. Sin la menor duda. Ya en 1881 se preguntó a
cada lector de la revista conocida hoy como La Atalaya: “¿Predica usted?”. A continuación, el orador recordó a su auditorio
la llamada histórica de la asamblea de 1922, celebrada en la localidad estadounidense de Cedar Point (Ohio): “¡Anuncien
al Rey y su Reino!”. Con el tiempo, el celo impulsó a los siervos fieles de Dios a declarar las maravillosas verdades del
Reino en todas las naciones. Valiéndose de la palabra, tanto oral como impresa, han conseguido, para gloria y honra de
Jehová, que las buenas nuevas lleguen de un extremo a otro de la Tierra habitada. En una emocionante conclusión, el
hermano Barr exhortó a los graduados a reflexionar en sus bendiciones: “Todos los días, cuando oren a Jehová en el país
de destino, agradézcanle de corazón que les haya permitido contribuir al cumplimiento de las palabras ‘Por toda la tierra
salió su sonido’”.
Concluida su disertación, se leyeron saludos y el presidente hizo entrega del diploma a cada graduado. A continuación,
con una mezcla de alegría y tristeza por dejar su amada escuela, un representante de la clase leyó una sentida resolución
dirigida al Cuerpo Gobernante y a la familia Betel, en la que se expresaba la decisión de los graduados de bendecir a
Jehová “desde ahora [...] y hasta tiempo indefinido” (Salmo 115:18).
Oramos para que se ajusten a sus nuevos hogares y contribuyan significativamente al progreso de la predicación
mundial, tal como los hermanos que los antecedieron hace ya sesenta años.
[Recuadro de la página 23]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 12
Cantidad de países adonde van: 16
Cantidad de estudiantes: 48
Promedio de edad: 34,4
Promedio de años en la verdad: 17,6
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 13,5
[Ilustración de la página 24]
Clase 114 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Rosa, D.; Garrigolas, J.; Lindström, R.; Pavanello, P.; Tait, N. 2) Van Hout, M.; Donabauer, C.; Martínez, L.; Millar, D.;
Festré, Y.; Nutter, S. 3) Martínez, P.; Clarke, L.; Maughan, B.; Fischer, L.; Romo, G. 4) Romo, R.; Eadie, S.; Tuynman, C.;
Campbell, P.; Millar, D.; Rosa, W. 5) Lindström, C.; Garrigolas, J.; Markevich, N.; Lindala, K.; Van den Heuvel, J.; Tait, S.;
Nutter, P. 6) Maughan, P.; Pavanello, V.; Eadie, N.; West, A.; Clarke, D.; Markevich, J. 7) Fischer, D.; Donabauer, R.; Curry,
P.; Curry, Y.; Carfagno, W.; West, M.; Tuynman, A. 8) Van Hout, M.; Campbell, C.; Festré, Y.; Carfagno, C.; Van den Heuvel,
K.; Lindala, D.
*** w03 15/12 págs. 25-27 Se anima a los graduados de Galaad a hablar de “cosas magníficas” ***
Se anima a los graduados de Galaad a hablar de “cosas magníficas”

LA GRADUACIÓN de la clase 115 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, celebrada el 13 de septiembre


de 2003, tuvo una magnífica asistencia de 6.635 personas de 52 países.
Todos escucharon los consejos bíblicos con que se animó a los 48 estudiantes a proclamar “las cosas magníficas de
Dios” en los diecisiete países donde serán misioneros (Hechos 2:11).
Presidió la ceremonia de graduación Stephen Lett, del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, quien en su
introducción les hizo el siguiente recordatorio a los estudiantes: “Cuando partan a sus asignaciones, sin importar adónde
vayan ni en qué circunstancias se encuentren, recuerden que hay más con ustedes que contra ustedes”. Ahondando en el
capítulo 6 del segundo libro de los Reyes, el hermano Lett les aseguró que podían contar con el respaldo de Jehová y sus
miríadas de ángeles cuando hablaran de “las cosas magníficas de Dios” (2 Reyes 6:15, 16). Los cristianos del siglo
primero se enfrentaron a oposición y apatía al predicar y hacer discípulos, y lo mismo les sucede en la actualidad a los
misioneros. No obstante, cuentan con el apoyo de la organización celestial y terrestre de Jehová (Salmo 34:7; Mateo
24:45).
Hablen de “las cosas magníficas de Dios”
Tras los comentarios del presidente, el hermano Harold Corkern, del Comité de Sucursal de Estados Unidos, disertó
sobre el tema “Expectativas realistas: la clave para triunfar y disfrutar en el servicio misional”. Señaló que las aspiraciones
frustradas causan desilusión, como indica Proverbios 13:12. Dado que la desilusión suele deberse al incumplimiento de
expectativas poco realistas, los graduados han de tener un punto de vista equilibrado y objetivo de sí mismos y de los
demás. Es lógico pensar que van a cometer errores en su empeño por ayudar al prójimo a apreciar “las cosas magníficas
de Dios”, pero no tienen por qué apesadumbrarse. El hermano Corkern animó a los nuevos misioneros a confiar en
Jehová, el “remunerador de los que le buscan solícitamente” (Hebreos 11:6).
El siguiente orador fue Daniel Sydlik, del Cuerpo Gobernante, quien planteó la pregunta “¿Qué es la esperanza
cristiana?”. Su respuesta fue: “Es una virtud, una norma de rectitud que nos conduce a una buena relación con Dios.
A quienes no son cristianos les resulta imposible compartir nuestra esperanza”. A continuación explicó diversos aspectos
de la esperanza cristiana que nos infunden optimismo ante las dificultades de la vida. “Gracias a ella afrontamos la vida
con nuevos bríos y espíritu de triunfo”, aseguró. La esperanza nos ayuda a ver a Jehová como un Dios de propósito y a
regocijarnos en su servicio (Romanos 12:12).
Wallace Liverance, secretario de la escuela, dio estímulo a los estudiantes con la conferencia titulada “Sigan andando
por espíritu” (Gálatas 5:16). Explicó que hubo un momento en el que Baruc, el secretario de Jeremías, estuvo a punto de
dejar de andar por espíritu porque se sintió cansado y comenzó a buscar cosas grandes para sí (Jeremías 45:3, 5).
El hermano Liverance también señaló que algunos discípulos abandonaron a Jesús y rechazaron la verdad espiritual —
algo imprescindible para la salvación—, al no comprender sus enseñanzas y desilusionarse cuando no se materializaron
sus propias expectativas (Juan 6:26, 27, 51, 66). ¿Qué enseñan estos relatos a los misioneros, cuya labor consiste en
dirigir la atención al Creador y su propósito? No han de inquietarse por alcanzar prominencia o reconocimiento de los
hombres, ni tampoco utilizar su asignación teocrática para beneficio propio.
El instructor de Galaad Mark Noumair tituló así su discurso: “¿Será usted una persona dadivosa o interesada?”.
Su disertación se basó en Jueces 5:2, pasaje que elogia a los israelitas por el altruismo con que se ofrecieron para servir
en el ejército de Barac. Los estudiantes de Galaad recibieron encomio por su buena disposición al responder a la llamada
del Barac Mayor, Jesucristo, para pasar a las líneas de vanguardia en la guerra espiritual. Los soldados de Cristo deben
procurar ganarse la aprobación de quien los ha alistado. El hermano Noumair les dijo a los futuros misioneros: “Cuando
comenzamos a pensar en agradarnos a nosotros mismos, dejamos de luchar contra el enemigo. [...] El servicio misional
no gira en torno a uno, sino en torno a Jehová, su soberanía y el cumplimiento de su voluntad. No somos misioneros
porque queremos que Jehová nos dé felicidad, sino porque le amamos” (2 Timoteo 2:4).
A continuación, Lawrence Bowen, también instructor de Galaad, se encargó de dirigir el coloquio “Santifícalos por
medio de la verdad” (Juan 17:17). Hizo notar que los estudiantes de la clase 115 son ministros santificados de Dios.
Durante el curso participaron en el ministerio del campo con el objetivo de encontrar personas sinceras que amaran la
verdad. Al igual que Jesús y sus primeros discípulos, no hablaron de su “propio impulso”, sino que con entusiasmo
divulgaron la vivificante palabra de la verdad que Dios ha inspirado (Juan 12:49, 50). Las escenificaciones y las
experiencias de los estudiantes demostraron el impactante efecto que tuvo la Biblia en las personas con quienes
conversaron.
Reciben ánimo de los consejos y las experiencias
Anthony Perez y Anthony Griffin, del Departamento de Servicio de la sucursal de Estados Unidos, entrevistaron a varios
miembros de comités de sucursal de todo el mundo. Comentaron los retos que afrontan los nuevos misioneros y ofrecieron
consejos prácticos basados en su propia experiencia. Entre las dificultades de las que hablaron figuran las diferencias
culturales, el clima tropical y ambientes políticos o religiosos extraños para los estudiantes. ¿Qué les ayudará a
adaptarse? Amar a Jehová y al prójimo, no mirar atrás y no precipitarse. Cierto miembro del comité de una sucursal dijo:
“Los pobladores del país donde se nos envió habían vivido allí siglos y siglos antes de llegar nosotros, así que podíamos
vivir allí y adaptarnos. Cada vez que teníamos algún problema, lo veíamos como un incentivo para pulir nuestra
personalidad. Si se apoyan en la oración y confían en el espíritu de Jehová, experimentarán la veracidad de las palabras
de Jesús: ‘Estoy con ustedes’” (Mateo 28:20).
El discurso principal, titulado “Sigan hablando de las cosas magníficas de Dios”, estuvo a cargo de Samuel Herd, del
Cuerpo Gobernante. El derramamiento del espíritu santo en el Pentecostés del año 33 de nuestra era impulsó a los
discípulos de Jesús a hablar de “las cosas magníficas de Dios”. ¿Qué infundirá en los nuevos misioneros un celo similar
para anunciar el Reino de Dios? El mismo espíritu santo. El hermano Herd les hizo esta exhortación: “Fulguren con el
espíritu”, invitándolos así a ilusionarse con sus asignaciones y no olvidar nunca la preparación recibida (Romanos 12:11).
“La Biblia es una cosa magnífica de Dios —mencionó—. Nunca subestimen su valor. Contiene un mensaje vivo, que va
directo a la raíz de los asuntos. Utilícenla para enderezar lo que sea preciso en su vida. Dejen que moldee su forma de
pensar. Salvaguarden su capacidad de pensar leyendo, estudiando y meditando en las Escrituras [...]. Esfuércense con
resolución por emplear la preparación que Galaad les ha dado para seguir hablando de ‘las cosas magníficas de Dios’.”
Tras la lectura de saludos provenientes de todo el mundo y la entrega de diplomas, un graduado leyó una carta de
parte de la clase en la que se agradecía la enseñanza recibida. Acto seguido, el hermano Lett concluyó acertadamente la
alegre ocasión aludiendo a 2 Crónicas 32:7 y Deuteronomio 20:1, 4. Enlazando sus comentarios finales con los de
apertura, dijo: “Queridos graduados, recuerden que de aquí en adelante, en la lucha espiritual que les espera en sus
nuevas asignaciones, Jehová estará a su lado. Nunca pierdan de vista el hecho de que hay más con ustedes que contra
ustedes”.
[Recuadro de la página 25]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 7
Cantidad de países adonde van: 17
Cantidad de estudiantes: 48
Promedio de edad: 33,7
Promedio de años en la verdad: 17,8
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 13,5
[Ilustración de la página 26]
Clase 115 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Brown, T.; Goller, C.; Hoffman, A.; Bruzzese, J.; Trahan, S. 2) Smart, N.; Cashman, F.; García, K.; Lojan, M.; Seyfert, S.;
Gray, K. 3) Beckett, M.; Nichols, S.; Smith, K.; Gugliara, A.; Rappenecker, A. 4) Gray, S.; Vacek, K.; Fleming, M.; Bethel, L.;
Hermansson, T.; Hermansson, P. 5) Rappenecker, G.; Lojan, D.; Dickey, S.; Kim, C.; Trahan, A.; Washington, A.; Smart, S.
6) Goller, L.; Burghoffer, T.; Gugliara, D.; Nichols, R.; Washington, S.; Kim, J. 7) Beckett, M.; Dickey, J.; Smith, R.; García,
R.; Hoffman, A.; Seyfert, R.; Brown, H. 8) Fleming, S.; Bruzzese, P.; Burghoffer, W.; Bethel, T.; Cashman, J.; Vacek, K.
*** w04 15/6 págs. 25-27 Los graduados de Galaad avanzan como segadores celosos ***
Los graduados de Galaad avanzan como segadores celosos

“LA MIES es mucha, pero los obreros son pocos. Por lo tanto, rueguen al Amo de la mies que envíe obreros a su
siega.” (Mateo 9:37, 38.) Estas palabras cobraron especial significado para los estudiantes de la clase 116 de la Escuela
Bíblica de Galaad de la Watchtower poco antes de dirigirse a sus asignaciones misionales.
El sábado 13 de marzo de 2004, un total de 6.684 personas se congregaron en el Centro Educativo de la Watchtower,
en Patterson (Nueva York), así como en otros auditorios secundarios, para presenciar el programa de graduación, en el
que la clase escuchó algunos consejos finales y alentadoras palabras de despedida. En realidad, todos los que trabajamos
celosamente en la siega espiritual podemos beneficiarnos de tales recomendaciones.
Los comentarios de apertura, a cargo de Theodore Jaracz, miembro del Cuerpo Gobernante y graduado de la séptima
clase de Galaad, destacaron las palabras de Jesús: “Vayan [...] y hagan discípulos de gente de todas las naciones” (Mateo
28:19, 20). ¡Qué oportuno, en vista de que los graduados serían enviados a veinte países! El hermano Jaracz les recordó
que la instrucción de la Palabra de Dios los había equipado completamente para ser obreros celosos en la importantísima
siega espiritual (Mateo 5:16).
Cómo ser obreros productivos
El primer orador del programa fue Robert Wallen, quien durante años ha estado muy vinculado a la Escuela de Galaad.
En su discurso titulado “La belleza de la compasión” dijo a los estudiantes: “La compasión es un idioma que hasta los
sordos pueden oír y los ciegos ver”. Jesús tuvo muy presente la aflicción de las personas y procuró aliviarla (Mateo 9:36).
Los estudiantes tendrán muchas oportunidades de hacer lo mismo: en la predicación, en la congregación, en el hogar
misional y en su propio matrimonio. El orador les dirigió esta exhortación: “Dejen que la belleza de la compasión se haga
manifiesta en su personalidad sirviendo a los demás. Únicamente si dan lo mejor de sí mismos podrán afrontar los
desafíos de la vida diaria en el hogar misional. Por consiguiente, resuélvanse a vestirse de compasión” (Colosenses 3:12).
Acto seguido, Gerrit Lösch, miembro del Cuerpo Gobernante y graduado de la clase 41 de Galaad, pronunció el
discurso “Publicadores de la salvación” (Isaías 52:7). Para que las personas sobrevivan a la destrucción del presente
sistema de cosas, deben adquirir el conocimiento exacto procedente de la Palabra de Dios, hacer declaración pública de
su fe y bautizarse (Romanos 10:10; 2 Timoteo 3:15; 1 Pedro 3:21). Sin embargo, la principal razón para proclamar la
salvación no es preservar la vida de los seres humanos, sino alabar a Dios. Por tanto, el hermano Lösch dio esta
exhortación a los futuros misioneros: “Lleven el mensaje del Reino a los confines de la Tierra y sean celosos publicadores
de la salvación, todo para la alabanza de Jehová” (Romanos 10:18).
“¿Cuánto brilla usted?” fue la pregunta que planteó Lawrence Bowen, instructor de Galaad. El hermano aludió a las
palabras de Jesús registradas en Mateo 6:22 y animó a los estudiantes a mantener su ojo “sencillo” a fin de “reflejar la
iluminación espiritual que glorifica a Jehová y beneficia al prójimo”. Desde el principio de su ministerio, Jesús fue un
ejemplo perfecto en este sentido, pues se concentró en el cumplimiento de la voluntad de Dios. Meditar sobre las
maravillosas enseñanzas que su Padre le había transmitido en los cielos lo ayudó a aguantar las pruebas a las que
Satanás lo sometió en el desierto (Mateo 3:16; 4:1-11). Jesús demostró una total confianza en Jehová al cumplir con lo
que él le había encomendado. De igual modo, los misioneros solo podrán afrontar los desafíos que les aguardan si
mantienen buenos hábitos de estudio bíblico y confían por completo en Jehová.
Mark Noumair, instructor de Galaad y graduado de la clase 77, concluyó esta serie de discursos con la intervención
titulada “Aquí estamos, en tu mano” (Josué 9:25). El hermano Noumair animó a los estudiantes a hacer suya la actitud de
los antiguos gabaonitas. Aunque Gabaón era “una ciudad grande [...] y todos sus hombres eran poderosos”, sus
habitantes no exigieron ningún reconocimiento ni pretendieron imponer sus propias condiciones (Josué 10:2). Por el
contrario: de buena gana trabajaron como “recogedores de leña y sacadores de agua” a las órdenes de los levitas para
apoyar la adoración de Jehová (Josué 9:27). En realidad, los miembros de la clase también le han dicho al Josué Mayor,
Jesucristo: “Aquí estamos, en tu mano”. Ahora, al viajar a sus asignaciones en el extranjero, deben aceptar cualquier tarea
que el Josué Mayor les encomiende.
Experiencias y entrevistas
Wallace Liverance, otro de los instructores y graduado de la clase 61 de Galaad, dirigió el coloquio “Abran por completo
las Escrituras”, en el que participó un grupo de estudiantes. Estos relataron y escenificaron algunas experiencias que
habían tenido en el ministerio del campo durante el curso. Se hizo palpable que su estudio intensivo de las Escrituras en
los cinco meses de preparación les había llegado al corazón, impulsándolos a transmitir a otras personas lo que habían
aprendido (Lucas 24:32). A lo largo del curso, un estudiante conversó con su hermano carnal sobre la información
impartida en las clases, lo que animó a este último a buscar la congregación local y empezar su propio estudio de la Biblia.
El joven ya es un publicador no bautizado.
Tras estas experiencias, Richard Ashe y John Gibbard entrevistaron a varios hermanos con muchos años de fiel
servicio a Jehová a sus espaldas. Entre estos figuraban superintendentes viajantes que eran graduados de anteriores
promociones de Galaad y estaban asistiendo a un curso especial en el Centro Educativo de la Watchtower. Uno de ellos
recordó estas palabras que el hermano Knorr dirigió a su clase: “En Galaad van a estudiar mucho. Pero si se van de aquí
con una cabeza grande, habremos fracasado. Lo que deseamos es que se vayan con un corazón grande”. Los hermanos
viajantes aconsejaron a los estudiantes que se preocuparan por las personas, que las trataran como hizo Cristo y que
aceptaran humildemente toda responsabilidad que se les diera. Sin duda, seguir estos consejos permitirá a los nuevos
misioneros ser productivos en sus asignaciones.
¡Avancen como segadores celosos!
Los presentes tuvieron la oportunidad de escuchar a Stephen Lett, también del Cuerpo Gobernante, quien pronunció el
discurso principal del programa, titulado “¡Avancen como segadores celosos!” (Mateo 9:38). En la siega literal, el tiempo
para recoger la cosecha es limitado, así que se necesitan segadores que trabajen con ahínco. ¡Cuánto más importante es
esto durante la conclusión del presente sistema de cosas! En la gran siega espiritual hay vidas en juego (Mateo 13:39).
El hermano Lett estimuló a los graduados a que ‘no fueran holgazanes en sus quehaceres’, sino que ‘fulguraran con el
espíritu’ y ‘sirvieran a Jehová como esclavos’ en esta siega que nunca más se repetirá (Romanos 12:11). También citó
estas palabras de Jesús: “Alcen los ojos y miren los campos, que están blancos para la siega” (Juan 4:35). A continuación
instó a los estudiantes a demostrar su celo por la siega haciendo un verdadero esfuerzo por llegar a las personas en el
momento y lugar en que pueda hallárselas y aprovechando toda ocasión para predicar informalmente. Estar alerta para
crear oportunidades facilitará que pueda darse un testimonio eficaz. Jehová es un Dios celoso y espera que todos
nosotros lo imitemos y trabajemos con afán en la siega espiritual (2 Reyes 19:31; Juan 5:17).
En la conclusión del programa, el presidente, el hermano Jaracz, transmitió los saludos de numerosas sucursales y
entregó los diplomas a los alumnos. Uno de los graduados leyó una carta en la que todos los estudiantes expresaban su
profunda gratitud por la preparación que habían recibido. No cabe la menor duda de que el programa de graduación de la
clase 116 hizo que todos los asistentes se resolvieran aún más a avanzar como segadores celosos.
[Recuadro de la página 25]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 6
Cantidad de países adonde van: 20
Cantidad de estudiantes: 46
Promedio de edad: 34,2
Promedio de años en la verdad: 17,2
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 13,9
[Ilustración de la página 26]
Clase 116 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Ceansu, R.; Sparks, T.; Piña, C.; Turner, P.; Cheney, L. 2) Suardy, M.; Sjöqvist, Å.; Amadori, L.; Smith, N.; Jordan, A.;
Boissonneault, L. 3) Matlock, J.; Ruiz, C.; Dular, L.; Vigneron, M.; Henry, K. 4) Sjöqvist, H.; Laux, J.; Ruzzo, J.; Gustafsson,
K.; Boissonneault, R.; Jordan, M. 5) Henry, D.; Turner, D.; Kirwin, S.; Florit, K.; Ceansu, S. 6) Amadori, S.; Cheney, J.;
Ross, R.; Nelson, J.; Ruiz, J.; Vigneron, M. 7) Florit, J.; Matlock, D.; Ross, B.; Laux, C.; Ruzzo, T.; Dular, D.; Kirwin, N. 8)
Gustafsson, A.; Nelson, D.; Suardy, W.; Piña, M.; Smith, C.; Sparks, T.
*** w04 15/12 págs. 23-25 Un hermoso día de graduación ***
Un hermoso día de graduación

“¡QUÉ bendición! El sol radiante, el cielo azul, la hierba verde, el canto de los pájaros... Tenemos todo lo necesario para
un día hermoso, y no quedaremos desilusionados, pues Jehová no es Dios de decepciones, sino de bendiciones.”
Con estas palabras inició la graduación de la clase 117 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower el hermano
Samuel Herd, del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová. En la extraordinaria sesión, celebrada el 11 de
septiembre de 2004, se dieron edificantes consejos bíblicos y se relataron experiencias que tuvieron los estudiantes
durante el curso. También se entrevistó a otros hermanos que llevan tiempo en el campo misional. En efecto, fue un día
hermoso para los 6.974 presentes en el Centro Educativo de la Watchtower, en Patterson (Nueva York), y en los complejos
de Brooklyn y Wallkill, conectados con el primero por circuito cerrado.
Palabras de ánimo para los estudiantes
John Kikot, del Comité de Sucursal de Estados Unidos, disertó sobre el alentador tema: “No pierdan el gozo en la obra
misional”. Destacó que los alumnos de Galaad son bien conocidos por el gozo, sentimiento patente en la graduación. Tal
alegría se debe a la instrucción bíblica recibida durante el curso, la cual les permitirá ayudar al prójimo a sentirse igual que
ellos. ¿De qué forma? Dando de sí mismos en la obra misional. Bien lo dijo Jesús: “Hay más felicidad en dar que en
recibir” (Hechos 20:35). Si imitan a Jehová, el generoso “Dios feliz” que regala la verdad al ser humano, lograrán mantener
el gozo (1 Timoteo 1:11).
A continuación intervino otro miembro del Cuerpo Gobernante, David Splane, cuya conferencia se tituló: “¿Qué tal se
llevarán con los demás?”. En ella indicó que ciertamente es muy bueno y agradable morar en unidad, aunque ello exija
hacerse “toda cosa a gente de toda clase” (1 Corintios 9:22; Salmo 133:1). Agregó que los graduados se relacionarían con
muchas personas en su lugar de destino: la gente del territorio, otros misioneros, los publicadores de su nueva
congregación y los hermanos de la sucursal que dirigen la obra de predicar y hacer discípulos. Les brindó sugerencias
prácticas para disfrutar al máximo de las relaciones interpersonales, como por ejemplo: aprender el idioma, adaptarse a
las costumbres, respetar la vida privada de los demás misioneros y obedecer a quienes supervisan la obra (Hebreos
13:17).
Luego, Lawrence Bowen, instructor de Galaad, planteó la pregunta: “¿Cuáles son sus pensamientos?”. Recordó a los
estudiantes que, en los tiempos de Jesús, los que cayeron en el error de “juzgar por la apariencia exterior” no lo aceptaron
como Mesías (Juan 7:24). Dado que somos imperfectos, tenemos que tener mucho cuidado de no guiarnos por “los
pensamientos [...] de los hombres”, sino por “los pensamientos de Dios” (Mateo 16:22, 23). Aun si somos cristianos
espirituales, debemos corregir de continuo el modo de pensar. En lo que respecta a nuestra espiritualidad, ocurre igual que
con los barcos: para llegar a buen puerto y no naufragar debemos hacer cambios. El estudio constante de los pasajes
bíblicos dentro de su contexto nos permitirá tener “los pensamientos de Dios”.
Otro instructor de Galaad, Wallace Liverance, cerró la primera parte del programa. El título de su discurso, basado en
Isaías 55:1, fue: “¿Qué comprarán?”. Exhortó a la clase a “comprar” el refrigerio, el gozo y la fortaleza que nos ofrecen en
la actualidad los mensajes proféticos de la Palabra de Dios, que se comparan en la profecía de Isaías a agua, vino y leche.
¿Cómo pueden adquirirse “sin dinero y sin precio”? Prestando atención a las profecías bíblicas y sustituyendo las ideas y
prácticas antibíblicas por los pensamientos y las sendas de Dios (Isaías 55:2, 3, 6, 7). De este modo, los misioneros se
sentirán fuertes en su lugar de destino. Los hombres imperfectos tienden a pensar que la felicidad depende de conseguir
seguridad material. “No crean su propaganda —dijo a los misioneros—. No copien esa actitud. Reserven tiempo para
estudiar a fondo la Palabra profética de Dios, pues los refrescará, fortalecerá y alegrará.”
Fascinantes experiencias y entrevistas
Los estudiantes se destacaron por su constancia en la predicación. Bajo la dirección de otro instructor de Galaad, Mark
Noumair, varios alumnos escenificaron experiencias que pusieron de relieve el tema “No se avergüencen de las buenas
nuevas” (Romanos 1:16). Fue un deleite oír lo que habían hecho estos hábiles evangelizadores para dar testimonio por las
casas, calles y centros comerciales. Los estudiantes que sabían idiomas tomaron la iniciativa para llegar a los hablantes
de esas lenguas que residían en el territorio de su congregación. Otros se valieron de nuestras publicaciones tanto al
volver a visitar a los interesados como al iniciar cursos de estudio de la Biblia. En efecto, no se avergonzaron de predicar
las buenas nuevas.
El hermano William Nonkes, del Departamento de Servicio, entrevistó a misioneros veteranos de Burkina Faso, Letonia
y Rusia. Todos dieron recomendaciones muy prácticas en la intervención “Jehová recompensa amorosamente a los fieles”.
Uno de ellos instó a los estudiantes a acordarse de los 300 soldados de Gedeón. Cada uno tenía una misión que
contribuyó al éxito de la campaña (Jueces 7:19-21). De igual modo, el misionero que permanece en su asignación recibe
muchas recompensas.
“Háganse toda cosa a gente de toda clase” fue el título de la sección de entrevistas dirigida a continuación por Samuel
Roberson, instructor en Patterson. Dialogó con cuatro integrantes de los comités de sucursal de Senegal, Guam, Liberia y
Madagascar, países donde sirven 170 misioneros. Los graduados pudieron apreciar cómo facilitan los comités de sucursal
la aclimatación de los misioneros a su nuevo territorio. Adaptarse suele implicar el aprendizaje de costumbres que tal vez
resulten raras a un occidental. Por ejemplo, en algunas regiones es común que los hombres, aun dentro de la
congregación cristiana, caminen agarrados de la mano en señal de amistad. En ciertos lugares supervisados por la
sucursal de Guam se sirven platos que nos resultan muy extraños. Pero es posible acostumbrarse, como ya lo han hecho
muchos.
El hermano Guy Pierce, del Cuerpo Gobernante, pronunció el discurso “Sean fieles al ‘reino de nuestro Señor’”.
Recordó a sus oyentes: “Jehová creó todo con una finalidad. Tenía un objetivo para su creación. En lo que a la Tierra se
refiere, no han cambiado sus designios. Inexorablemente, sin que nada pueda impedirlo, su propósito va camino de
realizarse por completo” (Génesis 1:28). Además, exhortó a todos a acatar con lealtad la soberanía de Dios, pese a las
dificultades originadas por el pecado del primer hombre, Adán. “Vivimos en la hora de juicio —prosiguió—. Nos queda
poco tiempo para ayudar a las personas rectas a conocer la verdad. Por tanto, usemos bien el tiempo para llevarles las
buenas nuevas.” Los que apoyen fielmente el Reino contarán con la bendición de Dios (Salmo 18:25).
En los comentarios finales, el presidente del programa leyó saludos y felicitaciones de sucursales de todo el mundo.
Luego entregó los diplomas a los graduados, uno de los cuales leyó una carta donde la clase expresaba su más sincera
gratitud por la formación recibida. Fue una conclusión muy adecuada a un hermoso día que recordarán por mucho tiempo
quienes asistieron al acto.
[Recuadro de la página 23]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 11
Cantidad de países adonde van: 22
Cantidad de estudiantes: 48
Promedio de edad: 34,8
Promedio de años en la verdad: 18,3
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 13,4
[Ilustración de la página 24]
Clase 117 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Thompson, E.; Norvell, G.; Powell, T.; Kozza, M.; McIntyre, T. 2) Reilly, A.; Clayton, C.; Allan, J.; Blanco, A.; Muñoz, L.;
Rustad, N. 3) Guerrero, Z.; García, K.; McKerlie, D.; Ishikawa, T.; Blanco, G. 4) McIntyre, S.; Cruz, E.; Guerrero, J.; Ritchie,
O.; Avellaneda, L.; García, R. 5) Powell, G.; Fiskå, H.; Muñoz, V.; Baumann, D.; Shaw, S.; Brown, K.; Brown, L. 6) Shaw,
C.; Reilly, A.; Peloquin, C.; Münch, N.; McKerlie, D.; Ishikawa, K. 7) Münch, M.; Peloquin, J.; Kozza, T.; Avellaneda, M.;
Allan, K.; Ritchie, E.; Norvell, T. 8) Cruz, J.; Baumann, H.; Clayton, Z.; Fiskå, E.; Thompson, M.; Rustad, J.
*** w05 1/7 págs. 13-15 Se ofrecen de buena gana ***
Se ofrecen de buena gana

“TU PUEBLO se ofrecerá de buena gana.” (Salmo 110:3.) Estas palabras tienen un significado especial para los
46 estudiantes de la clase 118 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. ¿Cómo se prepararon para asistir a esta
escuela que enseña a futuros misioneros a satisfacer las necesidades espirituales de personas del extranjero? Mike y
Stacie, de la clase 118, explicaron: “Nuestra decisión de llevar una vida sencilla nos ayudó a reducir las distracciones y a
concentrarnos en los asuntos espirituales. Estábamos resueltos a no permitir que nuestro éxito en el mundo de los
negocios desplazara nuestras metas espirituales”. Al igual que ellos, los demás estudiantes de esta clase se ofrecieron de
buena gana y ahora son proclamadores del Reino en cuatro continentes.
El sábado 12 de marzo de 2005, un auditorio de 6.843 personas escucharon con alegría el programa de graduación.
Theodore Jaracz, del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, presidió el programa. Después de extender una
cordial bienvenida a los invitados presentes, que provenían de veintiocho países, se centró en el valor de la educación
bíblica. Citando al educador estadounidense William Lyon Phelps, el hermano Jaracz dijo: “A todo el que conozca bien la
Biblia puede considerársele verdaderamente educado”. Aunque la educación seglar puede ser útil, la educación bíblica es
superior, pues ayuda a las personas a adquirir conocimiento de Dios, lo cual conduce a la vida eterna (Juan 17:3).
El hermano Jaracz encomió a los graduados por su buena disposición a participar a mayor grado en el programa de
educación bíblica que se lleva a cabo en más de noventa y ocho mil congregaciones en todo el mundo.
Ánimo oportuno para los graduados
Después de los comentarios de apertura y basándose en Salmo 52:8, William Samuelson dio el discurso titulado
“Cómo ser como olivo frondoso en la casa de Dios”. Señaló que el olivo se usa en sentido figurado en la Biblia como
símbolo de productividad, hermosura y dignidad (Jeremías 11:16). Al comparar a los estudiantes con olivos, el orador dijo:
“Jehová les atribuirá hermosura y dignidad mientras efectúan fielmente su labor de predicar el Reino en sus asignaciones
misionales”. Tal como los olivos necesitan extensas raíces para sobrevivir a una sequía, los estudiantes necesitan
fortalecer sus raíces espirituales a fin de aguantar la indiferencia, la oposición y otras pruebas que pudieran afrontar en su
servicio en el extranjero (Mateo 13:21; Colosenses 2:6, 7).
John E. Barr, uno de los tres miembros del Cuerpo Gobernante que participó en el programa, pronunció la conferencia
titulada “Ustedes son la sal de la tierra” (Mateo 5:13). Mencionó que tal como la sal literal conserva el alimento, la
predicación del Reino de Dios que los misioneros realizan resultará en la salvación de quienes los escuchen, y los
protegerá de la decadencia moral y espiritual. Luego, en tono paternal, el hermano Barr exhortó a los graduados a que
‘mantuvieran la paz’ con los demás (Marcos 9:50). “Cultiven el fruto del espíritu y asegúrense de que su conducta y habla
siempre refleje cortesía y consideración”, aconsejó.
Wallace Liverance, uno de los instructores de Galaad, intervino en el programa con el discurso “Manténganse a bordo
en aguas profundas”. Tal como un barco que navega en alta mar puede moverse en la dirección correcta, entender “las
cosas profundas de Dios” —las verdades respecto al propósito divino y cómo este se cumplirá— puede ayudarnos a
progresar en sentido espiritual (1 Corintios 2:10). Permanecer en aguas poco profundas, conformándonos con “las cosas
elementales de las sagradas declaraciones formales de Dios” entorpece nuestro progreso y hasta pudiera aumentar la
posibilidad de que sufriéramos “naufragio respecto a [nuestra] fe” (Hebreos 5:12, 13; 1 Timoteo 1:19). “Dejen que ‘la
profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios’ los sostenga en sus asignaciones misionales”,
concluyó el hermano Liverance (Romanos 11:33).
Mark Noumair, otro instructor de Galaad, basó su disertación en la pregunta “¿Vivirán a la altura de su legado?”. Por
más de sesenta años, la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower ha gozado de credibilidad y de una excelente
reputación, gracias al ‘majano de testimonio’, es decir, el inmenso testimonio, que han dado los graduados de esta escuela
(Génesis 31:48). Este legado de Galaad se ha pasado a los estudiantes de la clase 118. El hermano Noumair animó a la
clase a imitar a los teqoítas de los días de Nehemías y cooperar humildemente tanto con la congregación de la localidad
como con los demás misioneros. Los exhortó a evitar la actitud de los arrogantes “majestuosos” que mencionó Nehemías
y a que, en lugar de eso, estuvieran dispuestos a trabajar en segundo plano sin llamar la atención (Nehemías 3:5).
Experiencias y entrevistas instructivas
La siguiente intervención se tituló: “La palabra de Dios siguió creciendo” (Hechos 6:7). Bajo la dirección de otro
instructor de Galaad, Lawrence Bowen, los estudiantes escenificaron algunas experiencias que tuvieron en el ministerio
del campo durante el curso. Estas demostraron que habían proclamado la Palabra de Dios con celo y que Jehová había
bendecido abundantemente sus esfuerzos.
Richard Ashe dirigió las entrevistas con miembros de la familia Betel que colaboran estrechamente con la escuela. Sus
comentarios permitieron comprender mejor el apoyo que da la familia Betel a los estudiantes de Galaad a fin de que estos
aprovechen el curso al máximo. Luego, Geoffrey Jackson habló con algunos hermanos que se habían graduado de
Galaad años atrás. Estos destacaron las muchas oportunidades que la vida misional ofrece para dar alabanza y honra a
Jehová. Un hermano comentó: “Las personas observan todo lo que hace el misionero. Escuchan, miran y recuerdan”. Por
eso, se animó a la clase a que procuraran ser ejemplares en todo momento. No hay duda de que este sabio consejo les
resultará de mucho valor en los días por venir.
Stephen Lett, del Cuerpo Gobernante, pronunció el discurso final, titulado “Avancen como portadores de ‘agua viva’”
(Juan 7:38). Dijo que por los pasados cinco meses, los estudiantes se beneficiaron inmensamente de estudiar a fondo la
Palabra de verdad de Dios. Pero ¿qué harán los nuevos misioneros con la información que han recibido? El hermano Lett
animó a los graduados a compartir altruistamente estas aguas espirituales para que otras personas lleguen a tener dentro
de sí “una fuente de agua que [brote] para impartir vida eterna” (Juan 4:14). El orador añadió: “Nunca olviden dar a
Jehová, ‘la fuente del agua viva’, la honra y gloria que él se merece. Sean pacientes al enseñar a quienes han salido de
Babilonia la Grande, que ha sido azotada por la sequía” (Jeremías 2:13). El hermano Lett concluyó animando a los
graduados a imitar con entusiasmo al espíritu y a la novia, y a seguir diciendo: “‘¡Ven!’. Y cualquiera que tenga sed, venga;
cualquiera que desee, tome gratis el agua de la vida” (Revelación [Apocalipsis] 22:17).
El hermano Jaracz concluyó el programa transmitiendo los saludos provenientes de diversos países. A continuación,
uno de los graduados leyó una carta de agradecimiento.
¿Puede usted ofrecerse para servir donde hay mayor necesidad? Si así es, procure alcanzar metas espirituales como
lo han hecho estos estudiantes de Galaad. Reciba el gozo y la satisfacción que obtiene la persona que alegremente se
ofrece de buena gana en el servicio de Dios, sea como misionero en un país extranjero o como ministro más cerca de su
hogar.
[Recuadro de la página 13]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 8
Cantidad de países adonde van: 19
Cantidad de estudiantes: 46
Promedio de edad: 33,0
Promedio de años en la verdad: 16,5
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 12,9
[Ilustración de la página 15]
Clase 118 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Brockmeyer, A.; Moloney, S.; Symonds, N.; López, Y.; Howard, C. 2) Jastrzebski, T.; Brown, D.; Hernández, H.; Malagón,
I.; Jones, A.; Connell, L. 3) Howard, J.; Lareau, E.; Shams, B.; Hayes, S.; Brown, O. 4) Burrell, J.; Hammer, M.; Mayer, A.;
Kim, K.; Stanley, R.; Rainey, R. 5) Jastrzebski, P.; Zilavetz, K.; Ferris, S.; Torres, B.; Torres, F. 6) Connell, J.; Hernández, R.;
Moloney, M.; Malagón, J.; Shams, R.; Hayes, J. 7) Ferris, A.; Hammer, J.; Stanley, G.; Kim, C.; Symonds, S.; López, D.;
Burrell, D. 8) Brockmeyer, D.; Mayer, J.; Rainey, S.; Zilavetz, S.; Jones, R.; Lareau, J.
*** w06 1/1 págs. 13-15 Regocijaron el corazón de sus padres ***
Regocijaron el corazón de sus padres

“HIJO mío, si tu corazón se ha hecho sabio, se regocijará mi corazón, sí, el mío.” (Proverbios 23:15.) Es indudable que
los padres cristianos se regocijan cuando sus hijos adquieren la sabiduría que Dios da. El sábado 10 de septiembre
de 2005, un grupo internacional de 6.859 personas asistió a la graduación de la clase 119 de la Escuela Bíblica de Galaad
de la Watchtower. Todos ellos sintieron un gran regocijo de corazón, en especial los padres de los 56 graduados.
David Walker, experimentado miembro de la familia Betel de Estados Unidos, dio inicio al acto con una sentida oración.
A continuación, David Splane, miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová y presidente del programa, se
dirigió a los padres de los graduados y les dijo: “Se merecen todo nuestro encomio. Las cualidades que han inculcado en
sus hijos los han impulsado a emprender el servicio misional”. Estos padres tal vez se sentían algo preocupados, pues sus
hijos pronto partirían para servir en lugares distantes. Por eso, el hermano Splane les aseguró: “No se preocupen por sus
hijos. Jehová puede cuidarlos mucho mejor que ustedes”. Y añadió: “Piensen en todo el bien que van a hacer. Mucha
gente que está sufriendo obtendrá verdadero consuelo por primera vez en su vida”.
Cómo pueden regocijar a más personas
El presidente presentó a cuatro oradores. El primero, Ralph Walls, del Comité de Sucursal de Estados Unidos,
pronunció el discurso “Mantengan los ojos abiertos”, en el que puso de relieve que la ceguera espiritual es mucho peor
que la física. La congregación de Laodicea del siglo primero perdió su visión espiritual. Y aunque a estos cristianos ciegos
se les ofreció ayuda, siempre es mejor prevenir tal ceguera manteniendo los ojos espirituales abiertos (Revelación
[Apocalipsis] 3:14-18). El orador dijo: “Mantengan los ojos abiertos y vean a los hombres que ocupan puestos de
responsabilidad como los ve Jehová”. Los graduados no deben preocuparse innecesariamente si hay problemas en la
congregación, pues el Señor Jesucristo está al tanto de lo que pasa y se encargará de que estos se corrijan al debido
tiempo.
A continuación, Samuel Herd, del Cuerpo Gobernante, planteó la pregunta “¿Están listos?”. Tal como antes de un viaje
preparamos la ropa que vamos a necesitar, los graduados deben vestirse siempre con las cualidades de la nueva
personalidad. Necesitan, por ejemplo, la compasión de Jesús. Cuando un leproso le dijo: “Si tan solo quieres, puedes
limpiarme”, Jesús le respondió: “Quiero. Sé limpio” (Marcos 1:40-42). El orador declaró: “Si de verdad quieren ayudar a la
gente, encontrarán la manera de hacerlo”. Filipenses 2:3 invita a los cristianos a pensar que “los demás son superiores”.
El hermano Herd dijo: “La humildad es más importante que el conocimiento. La gente del territorio y los hermanos de la
congregación solo se beneficiarán de sus conocimientos si ustedes son humildes”. Al concluir les aseguró que si seguían
vistiéndose del amor cristiano, estarían listos para viajar a sus asignaciones y cumplir bien con su comisión (Colosenses
3:14).
El discurso de Mark Noumair, uno de los instructores, despertó la curiosidad de todos, pues se titulaba “¿La
conservarán?”. Con esa pregunta se refería a si conservarían la gratitud por la bondad de Jehová. Salmo 103:2 dice:
“Bendice a Jehová, oh alma mía, y no olvides todos sus hechos”. Los israelitas no agradecieron el maná que los sostenía
y lo llamaron “el pan despreciable” (Números 21:5). El maná no perdió su valor con el paso del tiempo, pero ellos sí
perdieron su aprecio por él. El instructor afirmó: “Si olvidan los hechos de Jehová y permiten que su servicio en el
extranjero se convierta en algo rutinario, verán de forma diferente la obra que Jehová les ha encomendado”. Salmo 103:4
dice que Jehová los “está coronando con bondad amorosa”. Los graduados sentirán la bondad amorosa de Dios en sus
nuevas congregaciones.
Otro instructor, Lawrence Bowen, presentó el discurso “¿Los alcanzarán?”. En él señaló que los miembros de la clase
119 de Galaad han recibido una intensa preparación para ser buenos misioneros, pero ahora deben aferrarse a Jehová y
concentrarse en su trabajo. Revelación 14:1-4 dice que los 144.000 “van siguiendo al Cordero no importa adónde vaya”.
Todos ellos se aferran lealmente a Jehová y a su Hijo a pesar de las dificultades que experimentan, y al final alcanzan su
meta. “Pase lo que pase, nosotros también seguimos lealmente a Jehová y cumplimos la obra que nos ha asignado”,
aseguró el orador. Los graduados verán que, si así lo hacen, los ‘alcanzarán’ las bendiciones de Jehová (Deuteronomio
28:2).
Cómo lograrán un servicio productivo
Durante el curso, los estudiantes participaron en el ministerio del campo todos los fines de semana. Cuando Wallace
Liverance, el secretario de la escuela, habló con ellos en el programa, se vio que habían tenido buenas experiencias.
Predicaron las buenas nuevas al menos en diez idiomas y comenzaron varios estudios bíblicos. Una pareja empezó a dar
clases bíblicas a un señor chino. Tras dos visitas, le preguntaron cómo se sentía ahora que estaba conociendo a Jehová.
Él abrió la Biblia, les pidió a ellos que leyeran Juan 17:3 y les dijo que sentía que estaba caminando hacia la vida eterna.
Anthony Morris, del Cuerpo Gobernante, entrevistó a continuación a tres hermanos que sirven en los Comités de
Sucursal de Costa de Marfil, el Ecuador y la República Dominicana. Ellos les dijeron a los graduados que esperaban
ansiosamente su llegada y que los ayudarían a adaptarse a su asignación.
Después, Leonard Pearson, de la familia Betel de Estados Unidos, habló con tres miembros de los Comités de
Sucursal de Papua Nueva Guinea, la República Democrática del Congo y Uganda. Los hermanos animaron a los
graduados a participar con ahínco en el ministerio del campo. Una pareja de misioneros que lleva más de veintiún años en
el Congo ha ayudado a 60 personas a dedicarse y bautizarse. Actualmente, este matrimonio dirige treinta estudios
bíblicos, y veintidós de sus estudiantes asisten a las reuniones. En vista de esa magnífica siega espiritual, ahora es un
excelente momento para ser misionero.
Prediquen con un sentido de urgencia
Gerrit Lösch, del Cuerpo Gobernante, pronunció el último discurso, titulado “Hablen de Dios y den testimonio de Jesús
en el día del Señor”. Las palabras testigo, testigos y testimonio aparecen diecinueve veces en el libro de Revelación. Así,
Jehová deja bien claro cuál es el trabajo que tiene para su pueblo. ¿Cuándo hay que dar ese testimonio? Durante “el
día del Señor” (Revelación 1:9, 10). Ese día comenzó en 1914 y se extiende hacia el futuro. Según Revelación 14:6, 7, la
obra de hablar acerca de Dios cuenta con apoyo angelical. Aunque Revelación 22:17 indica que la responsabilidad de
dirigir la obra de dar testimonio de Jesús recae sobre el resto de cristianos ungidos, todos debemos aprovechar ese
privilegio ahora. En el versículo 20 aparecen estas palabras de Jesús: “Vengo pronto”. El hermano Lösch exhortó a todos:
“Digamos a la gente: ‘Vengan, tomen gratis el agua de la vida’. Jesús viene pronto. ¿Estamos preparados?”.
Fred Rusk, quien fue instructor de Galaad durante once años, puso punto final al programa con una oración de gracias
a Jehová que llegó al corazón de todo el auditorio. Sin duda, fue un magnífico final para un día en el que había muchas
razones para regocijarse.
[Recuadro de la página 13]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 10
Cantidad de países adonde van: 25
Cantidad de estudiantes: 56
Promedio de edad: 32,5
Promedio de años en la verdad: 16,4
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 12,1
[Ilustración de la página 15]
Clase 119 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Helgesen, S.; Daugaard, H.; Pierluissi, A.; Joseph, I.; Racanelli, C. 2) Byrge, T.; Butler, D.; Freedlun, J.; Núñez, K.;
Pavageau, C.; Doumen, T. 3) Camacho, O.; Lindqvist, L.; Broomer, A.; Wessels, E.; Burton, J.; Woodhouse, O.; Doumen,
A. 4) Tirion, A.; Connally, L.; Fournier, C.; Gil, A.; Johnsson, K.; Hamilton, L. 5) Byrd, D.; Scribner, I.; Camacho, B.;
Laschinski, H.; Hallahan, M.; Libuda, O. 6) Joseph, A.; Lindqvist, M.; Helgesen, C.; Núñez, D.; Scribner, S.; Fournier, J. 7)
Pierluissi, F.; Pavageau, T.; Broomer, C.; Racanelli, P.; Butler, T.; Woodhouse, M.; Libuda, J. 8) Laschinski, M.; Freedlun, S.;
Burton, I.; Tirion, M.; Byrd, M.; Byrge, J. 9) Wessels, T.; Hallahan, D.; Connally, S.; Gil, D.; Daugaard, P.; Hamilton, S.;
Johnsson, T.
*** w06 1/7 págs. 17-19 Se deleitan en hacer la voluntad de Jehová ***
Se deleitan en hacer la voluntad de Jehová

JESÚS expresó su sumisión al Padre cuando le dijo en una oración: “Que no se efectúe mi voluntad, sino la tuya”
(Lucas 22:42). Sus humildes palabras reflejan el sentir de millones de siervos de Dios de la actualidad, entre quienes se
cuentan los 52 estudiantes de la clase 120 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. El día de su graduación, el
11 de marzo de 2006, la clase estaba entusiasmada ante la perspectiva de hacer la voluntad de Dios en varios países, en
algunos de los cuales se viven situaciones muy difíciles.
¿Qué los motiva a dejar que Jehová dirija sus vidas? Chris y su esposa, Leslie, que servirán de misioneros en Bolivia,
dicen: “Puesto que nos hemos repudiado, queremos ofrecernos para efectuar cualquier cosa relacionada con la
organización de Jehová” (Marcos 8:34). Jason y Chere, destinados a Albania, añaden: “Todas las asignaciones que nos ha
dado la organización han tenido sus desafíos, pero hemos visto que Jehová merece toda nuestra confianza”.
Ánimo para someterse a la voluntad de Jehová
George Smith, betelita que trabaja en el Departamento de Arte, inició el programa de graduación con oración. Stephen
Lett, del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, presidió la ceremonia de graduación y dio la bienvenida a todos
los asistentes. En el Centro Educativo de la Watchtower (Patterson, Nueva York) había invitados de veintitrés naciones
para esta feliz ocasión. Dirigiéndose al grupo de graduados, el hermano Lett les aseguró que efectuarían “una obra muy
poderosa”. Habló de las “cosas fuertemente atrincheradas” —como las doctrinas falsas— que los nuevos misioneros
serían capaces de derribar con el poder de las Escrituras (2 Corintios 10:4, 5). Para concluir, les dijo: “Van a sentir una
profunda alegría cuando vean que Jehová los usa para derribar cosas fuertemente atrincheradas en las personas sinceras
que hallen en su asignación”.
Harold Jackson, de las oficinas centrales, presentó el discurso “Algunas cosas que deben recordar”. Entre otras cosas,
los nuevos misioneros jamás deben olvidarse de buscar “primero el reino y la justicia de Dios” (Mateo 6:33). También
deben recordar que “el amor edifica” y que es una clave infalible para triunfar (1 Corintios 8:1). Les dijo: “Dejen que el amor
sea la fuerza que los guíe al tratar con los demás”.
A continuación, Geoffrey Jackson, miembro del Cuerpo Gobernante que fue misionero de 1979 a 2003, preguntó a los
graduados: “¿Es su responsabilidad?”. El hermano Jackson recalcó lo necesario que es tener una opinión equilibrada de
uno mismo y del ministerio. Es responsabilidad del cristiano trabajar duro en plantar y regar las semillas de la verdad. Pero
el crecimiento espiritual le corresponde a Jehová, pues es “Dios [quien] lo hace crecer” (1 Corintios 3:6-9). Añadió: “Tienen
ante Jehová la responsabilidad de mantenerse fuertes en sentido espiritual. Pero ¿cuál es su mayor responsabilidad?
Amar a Jehová y a la gente a la que van a servir”.
Uno de los instructores de Galaad, Lawrence Bowen, trató el tema: “Sepan cómo deben comportarse”. Trajo a la
memoria de los estudiantes cómo Jehová guió y protegió milagrosamente a los israelitas por el desierto (Éxodo 13:21, 22).
Hoy su guía y protección vienen, en parte, mediante la congregación de cristianos ungidos, que es “columna y apoyo de la
verdad” (1 Timoteo 3:14, 15). Los nuevos misioneros han de respetar y defender la verdad, la cual guía y protege a los
humildes.
Wallace Liverance, otro de los instructores, exhortó a los graduados a no olvidar la palabra de Dios que está “detrás” de
ellos. Está detrás en el sentido de que la Biblia se terminó de escribir hace siglos. Así como un pastor que llama a sus
ovejas desde detrás del rebaño, Jehová está detrás de su pueblo, dirigiéndolo mediante “el esclavo fiel y discreto” (Isaías
30:21; Mateo 24:45-47). El aprecio de los estudiantes por la clase del esclavo aumentó gracias a la Escuela de Galaad. “El
esclavo” incluso hizo posible que tuviéramos la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. Por tanto, el orador
exhortó a los graduados: “Tomen en sus manos este tesoro de información y utilícenlo para enseñar a la gente” (Mateo
13:52).
La voluntad de Jehová en el ministerio del campo
En la parte del programa titulada “Vivo interés en declarar las buenas nuevas”, Mark Noumair, otro de los instructores,
relató algunas experiencias que tuvieron los estudiantes en el ministerio mientras asistían al curso de Galaad (Romanos
1:15). Las entrevistas demostraron que los graduados de veras habían manifestado un sobresaliente interés por predicar
en toda ocasión.
La entrevista que condujo Kenneth Flodin con tres superintendentes viajantes que sirven ahora en Estados Unidos les
dio a los estudiantes todavía más ánimos. Alejandro Lacayo y Richard Keller, quienes fueron misioneros en América
Central y del Sur, explicaron cómo afrontaron diversas pruebas, y relataron algunas de las bendiciones que recibieron en
su servicio misional. Moacir Felisbino recordó la educación que recibió mientras trabajaba estrechamente con ciertos
misioneros en Brasil, país donde se crió.
Robert Jones, Woodworth Mills y Christopher Slay, tres misioneros de experiencia, contaron durante la entrevista que
les hizo David Schafer cómo habían aprendido a enfrentarse a las dificultades confiando en Jehová. Le aseguraron a la
clase que la educación que habían recibido de la organización de Jehová los había preparado bien para sus asignaciones
misionales. El hermano Mills lo resumió de esta manera: “Lo que más me ayudó de Galaad no fue la parte académica,
sino lo que aprendí sobre la humildad y el amor”.
Guy Pierce, del Cuerpo Gobernante, pronunció el discurso principal, titulado: “Jehová nunca fallará”. Adán falló, pero
¿quiso decir eso que Dios había fallado en algo? ¿Acaso Dios fue incapaz de crear un hombre perfecto, como algunos
dicen? De ningún modo, pues “el Dios verdadero hizo a la humanidad recta” (Eclesiastés 7:29). La vida de integridad de
Jesús bajo la más severa prueba en la Tierra demostró que “Adán no tenía ninguna excusa, ninguna razón para haber
fallado”, señaló el orador. La prueba de obediencia de Adán en el jardín de Edén era mucho más sencilla que la prueba
que Jesús pasó con éxito. Pero Adán falló. Sin embargo, Jehová jamás fallará; su propósito se realizará (Isaías 55:11).
El hermano Pierce dijo a los nuevos misioneros: “Tienen el privilegio de honrar a Jehová con su espíritu abnegado. Que
Jehová esté con cada uno en cualquier lugar donde le sirvan de misioneros”.
Después de transmitir los saludos de varias sucursales de los testigos de Jehová, el hermano Lett, quien presidía el
programa, les entregó a los graduados sus diplomas y sus asignaciones. Al final, Vernon Wisegarver, quien lleva muchos
años siendo miembro de la familia Betel, representó a los asistentes en la oración de conclusión.
Los 6.872 presentes en el programa de graduación sintieron renovado su entusiasmo por hacer la voluntad de Dios
(Salmo 40:8). Andrew y Anna, dos de los graduados, comentaron: “Dedicamos nuestras vidas a Jehová. Le prometimos
hacer cualquier cosa que nos pidiera. Y resulta que ahora Jehová nos pide que vayamos a un país africano: Camerún”.
Ellos, al igual que los demás miembros de la clase, están ansiosos de emprender una carrera que los hará sentirse
realizados y satisfechos. En efecto, se deleitan en hacer la voluntad de Jehová.
[Recuadro de la página 17]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 6
Cantidad de países adonde van: 20
Cantidad de estudiantes: 52
Promedio de edad: 35,7
Promedio de años en la verdad: 18,3
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 14,5
[Ilustración de la página 18]
Clase 120 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Wright, S.; Suárez, B.; Croisant, B.; Davenport, L. 2) Johnson, A.; Ali, C.; Cady, K.; Guerrero, P.; Ases, A. 3) Ortiz, L.;
Lyall, K.; Uzeta, M.; Pérez, R.; Backus, K.; Caterina, C. 4) Palmer, B.; Loving, D.; Macdonough, J.; Bostock, D.; Benetatos,
L. 5) Jasicki, M.; Sarafianos, E.; Stelter, C.; Vaira, R.; Woon, J.; Prentice, K. 6) Davenport, H.; Croisant, H.; Pérez, M.;
Vaira, E.; Suárez, A.; Caterina, I.; Wright, C. 7) Cady, K.; Macdonough, J.; Ortiz, M.; Woon, J.; Ali, J.; Ases, M.
8) Sarafianos, G.; Lyall, D.; Uzeta, C.; Stelter, P.; Prentice, G.; Johnson, A.; Benetatos, C. 9) Palmer, J.; Jasicki, W.;
Backus, J.; Bostock, S.; Guerrero, J. M.; Loving, S.
*** w07 1/1 págs. 17-19 Los graduados de Galaad reciben instrucción que les toca el corazón ***
Los graduados de Galaad reciben instrucción que les toca el corazón

EL 9 DE SEPTIEMBRE DE 2006 tuvo lugar en el Centro Educativo de la Watchtower (Patterson, Nueva York) la
graduación de la clase 121 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower.
Geoffrey Jackson, miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, inició el animador programa dando la
bienvenida a los 56 graduados y a los 6.366 invitados de diversos países. Después leyó el texto de Salmo 86:11, que dice:
“Instrúyeme, oh Jehová, acerca de tu camino. Andaré en tu verdad. Unifica mi corazón para que tema tu nombre”.
El orador señaló tres puntos que se destacan en este versículo. “La primera oración alude a la instrucción —dijo—; la
segunda, a la puesta en práctica, y la tercera, a la motivación. Estas tres cosas son cruciales para ustedes, los misioneros,
en especial ahora que parten hacia los lugares donde servirán.” Entonces dijo que se presentaría a continuación una serie
de discursos y entrevistas que se centrarían en esos tres puntos.
Consejos alentadores
William Malenfant, quien sirve en las oficinas centrales, pronunció un discurso titulado “La mejor vida posible”, en el
cual resaltó el ejemplo de María, la hermana de Marta. En una ocasión en la que Jesús estaba de visita, María decidió
sentarse a sus pies para escucharlo, demostrando con ello que esa era su prioridad. Jesús le dijo a Marta: “María escogió
la buena porción, y no le será quitada” (Lucas 10:38-42). “Piénsenlo por un momento —dijo el orador—. María recordará
por toda la eternidad que estuvo sentada a los pies de Jesús escuchando de su propia boca maravillosas verdades
espirituales. Ella tomó una buena decisión.” Tras encomiar a los graduados por las buenas decisiones espirituales que
ellos habían tomado, el hermano Malenfant les dijo: “Sus decisiones les han conducido a la mejor vida posible”.
Anthony Morris, otro miembro del Cuerpo Gobernante, desarrolló el tema “Vístanse del Señor Jesucristo”, basado en
Romanos 13:14. ¿Cómo podemos ‘vestirnos del Señor Jesucristo’? El orador dirigió la atención a la nota que aparece
sobre este versículo en la Biblia con referencias: “Imiten los modales del Señor”. Por tanto, podemos vestirnos del Señor
Jesucristo imitando su ejemplo y su actitud. El hermano Morris añadió: “Jesús conseguía que la gente se sintiera cómoda
porque se interesaba sinceramente por las personas, y ellas lo notaban”. A continuación mencionó que los estudiantes de
Galaad habían adquirido mucho conocimiento en las clases. ¿Con qué fin? Como dice Efesios 3:18, para “comprender [...]
cuál es la anchura y longitud y altura y profundidad” de la verdad. Pero también, como añade el versículo 19, para
“conocer el amor del Cristo que sobrepuja al conocimiento”, les recordó el hermano. Luego exhortó a los estudiantes: “En
su estudio personal piensen detenidamente en cómo pueden imitar la amorosa compasión de Cristo, y así ‘vestirse del
Señor Jesucristo’”.
Palabras de despedida de los instructores de Galaad
El siguiente discurso estuvo a cargo de Wallace Liverance, uno de los instructores de Galaad, y estaba basado en
Proverbios 4:7. El orador dijo que aunque adquirir la sabiduría divina es lo más importante, también debemos ‘adquirir
entendimiento’, lo que implica ver la relación entre hechos aislados para así captar el verdadero sentido de las cosas.
El hermano mostró que adquirir entendimiento produce gozo. En tiempos de Nehemías, por ejemplo, debido a que los
levitas “estaban explicando la ley” y “dando entendimiento”, el pueblo tuvo “un gran regocijo, porque habían entendido las
palabras que se les habían dado a conocer” (Nehemías 8:7, 8, 12). El hermano Liverance concluyó: “Uno siente gozo
cuando entiende la Palabra inspirada de Dios”.
El discurso “¿Quién es su verdadero enemigo?” fue presentado por Mark Noumair, otro instructor de Galaad.
En tiempos de guerra, son muchos los soldados que mueren por lo que se conoce como fuego amigo, o sea, alcanzados
por el fuego de su propio ejército. “¿Y qué hay de la guerra espiritual en la que participamos nosotros?”, preguntó el
orador. “Si no prestamos atención, podemos dejar de tener claro quién es nuestro verdadero enemigo y atacar a nuestras
propias tropas.” Algo que nos puede confundir es la envidia. Por envidia, el rey Saúl intentó matar a David, que también
adoraba a Jehová, cuando sus verdaderos enemigos eran los filisteos (1 Samuel 18:7-9; 23:27, 28). El hermano Noumair
añadió: “¿Qué pasaría si sirven con un misionero que es superior a ustedes en muchos aspectos? ¿Atacarían a su
compañero de batalla con comentarios críticos, o aceptarían el hecho de que siempre habrá quien haga algunas cosas
mejor que ustedes? Concentrarnos en las imperfecciones de los demás puede confundirnos acerca de quién es nuestro
verdadero enemigo. Por tanto, combatamos a Satanás: él es nuestro verdadero enemigo”.
Experiencias agradables y entrevistas instructivas
El siguiente discurso, “Hagan la obra de evangelizador”, estuvo a cargo del instructor de Galaad Lawrence Bowen e
incluía entrevistas y experiencias. El orador explicó que una nota de la Biblia con referencias sobre estas palabras de
2 Timoteo 4:5 indica que en vez de evangelizador se puede leer “misionero”. Entonces añadió: “Esto es muy apropiado,
pues la principal obra de un misionero preparado en Galaad es la de difundir las buenas nuevas. Y eso es precisamente lo
que hicieron los estudiantes de esta clase dondequiera que encontraron gente”. A continuación se escenificaron algunas
experiencias.
Los siguientes dos discursos del programa fueron presentados por Michael Burnett y Scott Shoffner respectivamente,
ambos miembros de la familia Betel. Los oradores entrevistaron a miembros de los Comités de Sucursal de Australia,
Barbados, Corea y Uganda. Las entrevistas revelaron el gran esfuerzo que se realiza para atender las necesidades de los
misioneros, entre ellas proveerles alojamiento y cuidar de su salud. Estos hermanos también recalcaron que los buenos
misioneros están dispuestos a adaptarse a las circunstancias locales.
Una conclusión conmovedora y animadora
El principal discurso del programa se titulaba “Teman a Dios y denle gloria”, y fue presentado por John E. Barr, quien ha
sido miembro del Cuerpo Gobernante durante mucho tiempo. El hermano leyó Revelación [Apocalipsis] 14:6, 7, donde
dice: “Vi a otro ángel que volaba en medio del cielo, y tenía buenas nuevas eternas que declarar como noticias gozosas a
los que moran en la tierra, y a toda nación y tribu y lengua y pueblo, y decía con voz fuerte: ‘Teman a Dios y denle gloria,
porque ha llegado la hora del juicio por él’”.
El hermano Barr animó a los estudiantes a fijarse en tres cosas con respecto a este ángel. En primer lugar, tenía que
declarar las buenas nuevas eternas de que Cristo ya está gobernando con toda su autoridad como Rey del Reino.
El hermano Barr dijo: “Nosotros estamos totalmente convencidos de que Jesús fue entronizado en 1914. Así que debemos
proclamar estas noticias gozosas por toda la Tierra”. En segundo lugar, el ángel declaró: “Teman a Dios”. El orador explicó
que los graduados debían ayudar a sus estudiantes de la Biblia a desarrollar un profundo respeto a Dios que les impida
hacer algo que le desagrade. En tercer lugar, el ángel dio un mandato: ‘Denle gloria a Dios’. El hermano aconsejó a los
graduados: “Nunca olviden que nuestro servicio es para la gloria de Dios, no la nuestra”. Después, refiriéndose a “la hora
del juicio”, el hermano Barr dijo: “Cada vez falta menos para el juicio final. Todavía quedan personas en nuestro territorio
que necesitan oír el mensaje de las buenas nuevas antes de que sea demasiado tarde”.
Con estas palabras todavía en mente, los 56 graduados recibieron sus diplomas y fueron enviados a los confines de la
Tierra. Los motivadores consejos que se dieron ese magnífico día ciertamente tocaron el corazón tanto de los graduados
como de los demás asistentes.
[Recuadro de la página 17]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 6
Cantidad de países adonde van: 25
Cantidad de estudiantes: 56
Promedio de edad: 35,1
Promedio de años en la verdad: 18,3
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 13,9
[Ilustración de la página 18]
Clase 121 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Fox, Y.; Kunicki, D.; Wilkinson, S.; Kawamoto, S.; Consolandi, G.; Mayen, C. 2) Santiago, N.; Clancy, R.; Fischer, M.; De
Abreu, L.; Davis, E. 3) Hwang, J.; Hoffman, D.; Wridgway, L.; Ibrahim, J.; Dabelstein, A.; Bakabak, M. 4) Peters, M.; Jones,
C.; Ford, S.; Parra, S.; Rothrock, D.; Tatlot, M.; Perez, E. 5) De Abreu, F.; Kawamoto, S.; Ives, S.; Burdo, J.; Hwang, J.;
Wilkinson, D. 6) Fox, A.; Bakabak, J.; Cichowski, P.; Forier, C.; Mayen, S.; Consolandi, E.; Wridgway, W. 7) Parra, B.;
Perez, B.; Tatlot, P.; Santiago, M.; Ibrahim, Y.; Kunicki, C. 8) Burdo, C.; Cichowski, B.; Ives, K.; Ford, A.; Rothrock, J.;
Hoffman, D.; Davis, M. 9) Peters, C.; Dabelstein, C.; Jones, K.; Clancy, S.; Fischer, J.; Forier, S.
*** w07 1/7 págs. 15-17 La educación bíblica fortalece la fe ***
La educación bíblica fortalece la fe

“¡QUÉ inestimable privilegio ha sido pasar cinco meses prestando atención a los pensamientos de nuestro Creador y
aprendiendo a ver los asuntos como él los ve!”, señaló en su graduación un representante de la clase 122 de la Escuela
Bíblica de Galaad de la Watchtower. El 10 de marzo de 2007 fue un día memorable para los 56 miembros de la clase,
quienes pronto emprenderían su servicio misional en los veintiséis países adonde habían sido asignados.
Después de dar una cordial bienvenida a los 6.205 presentes, Theodore Jaracz, miembro del Cuerpo Gobernante, dijo:
“Estamos seguros de que la espiritualidad y la fe de todos ustedes se fortalecerá por haber asistido a este programa de
graduación”. Luego presentó sucesivamente a cuatro oradores que ofrecieron a los estudiantes oportunos consejos
bíblicos y palabras de ánimo para ayudarlos a triunfar en su asignación misional.
Palabras de ánimo para fortalecer la fe de otros
Leon Weaver, miembro del Comité de Sucursal de Estados Unidos, habló sobre el tema “Sigan haciendo lo que es
excelente”. Recordó a los estudiantes que cada uno llevaba un promedio de trece años en el servicio de tiempo completo
impulsando la educación bíblica que fortalece la fe. Destacó: “Es una obra excelente porque salva vidas, y más importante
aún, porque glorifica a nuestro Padre celestial, Jehová”. Entonces el hermano Weaver exhortó a los estudiantes a seguir
“sembrando con miras al espíritu” y nunca “desist[ir] de hacer lo que es excelente” (Gálatas 6:8, 9).
David Splane, del Cuerpo Gobernante, dio recordatorios prácticos en su discurso titulado “Procuren empezar con buen
pie”. El hermano Splane animó a los nuevos misioneros a esforzarse por tener un buen comienzo en sus asignaciones.
Recomendó: “Mantengan una actitud positiva. No saquen conclusiones precipitadas. Sonrían. No sean criticones. Sean
humildes y respeten a los hermanos locales”. Luego agregó: “Cuando se bajen del avión, procuren empezar con buen pie.
Y que Jehová bendiga esos hermosos pies suyos a medida que llevan las ‘buenas nuevas de algo mejor’ a las personas”
(Isaías 52:7).
“Una herencia incuestionable” fue el título del discurso que pronunció Lawrence Bowen, uno de los instructores de
Galaad. El hermano Bowen recordó a los estudiantes que la confianza absoluta en el cumplimiento de la Palabra profética
de Jehová fue la base del establecimiento de esta escuela durante la segunda guerra mundial (Hebreos 11:1; Revelación
[Apocalipsis] 17:8). Desde entonces, Galaad ha dado a los estudiantes una oportunidad de fortalecer su fe. Dicha fe firme
impele a los graduados a proclamar la verdad con celo dondequiera que vayan.
Mark Noumair, otro de los instructores de Galaad, habló sobre un tema que despertó la curiosidad: “Ustedes me
recuerdan a alguien”. Resaltó el ejemplo del profeta Eliseo, quien mostró fe y valor en su asignación. El hermano Noumair,
que basó sus comentarios en 1 Reyes 19:21, dijo: “Eliseo estuvo dispuesto a hacer cambios en su vida, relegar sus
intereses personales a un segundo plano y defender la causa de Jehová”. Encomió a los graduados por haber demostrado
ese mismo espíritu y los animó a seguir haciéndolo en sus nuevas asignaciones.
La fe fomenta la franqueza de expresión
A la vez que los futuros misioneros fortalecían su fe durante el curso, aprovechaban los fines de semana para predicar
las buenas nuevas. Tuvieron magníficas experiencias, y estas se relataron y escenificaron en una intervención que dirigió
Wallace Liverance —otro de los instructores de Galaad—, titulada “Ejercemos fe y por eso hablamos”. Este tema se basó
en las palabras del apóstol Pablo registradas en 2 Corintios 4:13.
A continuación, Daniel Barnes y Charles Woody, miembros de la familia Betel, entrevistaron a hermanos que habían
sido misioneros y a otros que todavía lo son. Estos hermanos destacaron cómo Jehová cuida y bendice a los que le sirven
con fidelidad (Proverbios 10:22; 1 Pedro 5:7). Un misionero mencionó: “Mi esposa y yo vimos el cuidado de Jehová
mediante la educación recibida en Galaad. Verdaderamente fortaleció nuestra fe. La fe es importante porque todos los
siervos de Dios, entre ellos los misioneros, van a afrontar pruebas, problemas e inquietudes”.
Sigan impulsando la educación bíblica que fortalece la fe
Samuel Herd, del Cuerpo Gobernante, culminó el programa de graduación de manera muy apropiada con el tema
“Sigan fortaleciendo a sus hermanos”. ¿Cuál ha sido el propósito de la educación que han recibido los estudiantes?
“Enseñarles a usar la lengua para alabar a Jehová, para enseñar verdades divinas a las personas de su nuevo territorio y
para fortalecerse unos a otros”, dijo el hermano Herd. No obstante, les recordó que la lengua también es capaz de
fomentar lo que no es edificante (Proverbios 18:21; Santiago 3:8-10). Por eso, animó a los estudiantes a imitar el ejemplo
de Jesús en el uso de la lengua. En cierta ocasión, tras escuchar a Jesús, sus discípulos respondieron: “¿No nos ardía el
corazón [...] cuando nos estaba abriendo por completo las Escrituras?” (Lucas 24:32). El hermano Herd puntualizó: “Si sus
palabras son positivas, llegarán al corazón de los hermanos de su territorio”.
A continuación, los graduados recibieron sus diplomas. Entonces se leyó una carta de agradecimiento de la clase, que
decía en parte: “Sentimos la gran responsabilidad de utilizar lo que hemos aprendido para cumplir fielmente con nuestras
asignaciones como misioneros. Ahora que estamos listos para ir hasta los cabos de la Tierra, oramos para que nuestros
esfuerzos resulten en un grito de alabanza a nuestro Magnífico Instructor, Jehová Dios”. El auditorio respondió con un
emotivo aplauso. Efectivamente, el programa de graduación había fortalecido la fe de todos los presentes.
[Comentario de la página 17]
“Si sus palabras son positivas, llegarán al corazón de los hermanos de su territorio”
[Recuadro de la página 15]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 9
Cantidad de países adonde van: 26
Cantidad de estudiantes: 56
Promedio de edad: 33,4
Promedio de años en la verdad: 16,8
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 13
[Ilustración de la página 16]
Clase 122 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Howitt, R.; Smith, P.; Martínez, A.; Pozzobon, S.; Kitamura, Y.; Laud, C. 2) Fiedler, I.; Beasley, K.; Matkovich, C.; Bell, D.;
Lippincott, W. 3) Sites, W.; Andersen, A.; Toevs, L.; Fusano, G.; Rodríguez, C.; Yoo, J. 4) Sobomehin, M.; Thomas, L.;
Gasson, S.; Dauba, V.; Bertaud, A.; Winn, C.; Dobrowolski, M. 5) Yoo, J.; Dauba, J.; Mixer, H.; Newton, M.; Rodríguez, F.;
Mixer, N. 6) Laud, M.; Lippincott, K.; Martínez, R.; Haub, A.; Schamp, R.; Pozzobon, L.; Toevs, S. 7) Howitt, S.; Kitamura,
U.; Newton, D.; Haub, J.; Sites, J.; Thomas, D. 8) Sobomehin, L.; Matkovich, J.; Fusano, B.; Winn, J.; Schamp, J.;
Andersen, D.; Dobrowolski, J. 9) Fiedler, P.; Bell, E.; Beasley, B.; Smith, B.; Bertaud, P.; Gasson, M.
*** w08 15/2 págs. 31-32 Se insta a los graduados de Galaad a “cavar” en su asignación ***
Graduación de la clase 123 de la Escuela de Galaad
Se insta a los graduados de Galaad a “cavar” en su asignación

EL SÁBADO 8 de septiembre de 2007, una multitud de 6.352 personas provenientes de 41 países estuvieron presentes
en la ceremonia de graduación de la clase 123 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. La ceremonia comenzó
a las 10.00 de la mañana, y el encargado de presidirla fue Anthony Morris, miembro del Cuerpo Gobernante. El hermano
Morris dio la bienvenida a los asistentes y, tras una breve introducción, presentó al primer orador: Gary Breaux, del Comité
de Sucursal de Estados Unidos.
El hermano Breaux les aseguró a los estudiantes que quienes hacen la voluntad de Jehová son hermosos a los ojos de
él sin importar su apariencia, y los animó a conservar esa clase de hermosura (Jer. 13:11). A continuación, Gerrit Lösch,
del Cuerpo Gobernante, subrayó que es apropiado esperar que Jehová nos recompense por servirle (Heb. 11:6). Pero
aclaró que nuestro motivo debe ser el amor desinteresado.
El superintendente del Departamento de Escuelas Teocráticas, William Samuelson, instó a los graduados a cumplir
fielmente su honorable comisión de anunciar al Rey ya entronizado y a comportarse con corrección y dignidad en todo
momento. Sam Roberson, superintendente auxiliar del mismo departamento, les aconsejó que se fijaran en las virtudes de
los demás para que les fuera más fácil tenerle “amor a toda la asociación de hermanos” (1 Ped. 2:17).
Después de estos discursos tan estimulantes, Mark Noumair, instructor de Galaad, pidió a varios graduados que
relataran las experiencias que habían tenido en la predicación mientras asistían al curso de Galaad. A nadie le quedó duda
de que los estudiantes aman el ministerio y desean ayudar a la gente. Acto seguido, Kent Fischer, de la Oficina de Betel de
Patterson, entrevistó a miembros de los Comités de Sucursal de tres países donde hay misioneros. Las palabras de estos
fieles hermanos convencieron a los presentes —entre quienes se encontraban los padres de muchos de los graduados—
de que todos los nuevos misioneros quedan en buenas manos. Izak Marais, del Departamento de Servicios de Traducción,
entrevistó a varios misioneros experimentados, y sus relatos fueron un anticipo de las alegrías que les esperaban a los
graduados.
Geoffrey Jackson, miembro del Cuerpo Gobernante, pronunció la conferencia principal. El título fue: “¿Qué harán con
todo lo que han escuchado?”. El hermano Jackson, que fue misionero casi veinticinco años en el Pacífico sur, analizó la
conclusión del Sermón del Monte. En ella, Jesús habló de un hombre discreto y de uno necio, cada uno de los cuales
construyó una casa. Según señaló el orador, puede que ambas casas se encontraran en la misma zona. No obstante, el
hombre necio construyó encima de la arena, mientras que el hombre discreto cavó hasta encontrar suelo rocoso donde
asentar los cimientos. Cuando estalló una violenta tormenta, la casa construida sobre la roca quedó en pie, pero la casa
edificada sobre la arena se desplomó (Mat. 7:24-27; Luc. 6:48).
Jesús explicó que el hombre necio representó a las personas que se limitaban a escuchar sus enseñanzas. Por otro
lado, el hombre discreto representó a aquellos que, además de escucharlas, las ponían en práctica. El hermano Jackson
pasó a decir a los graduados: “Al poner en práctica en el campo misional lo que han aprendido de su estudio de la Biblia,
estarán actuando tal como aquel hombre discreto”. Para concluir, los instó a que comenzaran a “cavar” en cuanto llegaran
a su asignación.
Después, los graduados recibieron sus diplomas y sus asignaciones misionales, y el hermano Morris les dio algunos
consejos finales. Les dijo que nunca dejaran de seguir a Jesús ni de pedirle fuerzas a Jehová. Tras su intervención, llegó a
su fin la ceremonia de graduación.
[Nota]
Bajo la dirección del Comité de Enseñanza, el Departamento de Escuelas Teocráticas supervisa la Escuela de Galaad, la
Escuela para Miembros de Comités de Sucursal y la Escuela para Superintendentes Viajantes.
[Recuadro de la página 31]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 10
Cantidad de países adonde van: 24
Cantidad de estudiantes: 56
Promedio de edad: 33,5
Promedio de años en la verdad: 17,9
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 13,8
[Ilustración de la página 32]
Clase 123 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Esparza, E.; Papaya, S.; Bilal, A.; Suárez, M.; Evers, E.; Dimichino, K. 2) Rosa, M.; Fujii, R.; Ratey, O.; Leveton, J.; Van
Leemputten, M. 3) Boscaino, A.; Beck, K.; Budanov, H.; Braz, C.; Peltz, K.; Siaw, A. 4) Leveton, S.; Santikko, H.; Conte, S.;
Wilson, J.; Rylatt, J.; Pierce, S.; Fujii, K. 5) Rosa, D.; Boscaino, M.; Austin, V.; Rodiel, P.; Bilal, P.; Dimichino, P. 6) Ratey, B.;
Czyzyk, D.; Clarke, C.; Riedel, A.; Esparza, F.; Siaw, P.; Van Leemputten, T. 7) Rodiel, J.; Evers, J.; Green, J.; Czyzyk, J.;
Santikko, M.; Rylatt, M. 8) Peltz, L.; Austin, D.; Riedel, T.; Beck, M.; Pierce, W.; Conte, S.; Green, S. 9) Suárez, J.; Clarke,
J.; Papaya, S.; Budanov, M.; Wilson, R.; Braz, R.
*** w08 15/8 págs. 30-32 Se compara a los misioneros con langostas ***
Graduación de la clase 124 de la Escuela de Galaad
Se compara a los misioneros con langostas

TODOS los miembros de la familia Betel de Estados Unidos están siempre invitados a la graduación de la Escuela
Bíblica de Galaad de la Watchtower, que se celebra cada seis meses. El 8 de marzo de 2008, invitados procedentes de
treinta países se unieron a ellos para asistir a la graduación de la clase 124. En total, fueron 6.411 las personas que
acompañaron al grupo de estudiantes en este día tan especial.
El presidente del programa, Stephen Lett, que es miembro del Cuerpo Gobernante, abrió la sesión con un discurso
titulado “Avancen junto con las langostas simbólicas de Jehová”. En Revelación 9:1-4 se compara al pequeño grupo de
ungidos que se recuperó de la inactividad espiritual en 1919 con un enjambre de langostas que entra súbitamente en
acción. Se recordó a los estudiantes que, como miembros de las “otras ovejas” que son, ellos se han unido a ese
enjambre simbólico (Juan 10:16).
Lon Schilling, integrante del Comité de Sucursal de Estados Unidos, presentó un discurso titulado “Los cónyuges deben
complementarse”. Para provecho de los veintiocho matrimonios que componían la clase, analizó el ejemplo de Áquila y
Priscila (o Prisca), un matrimonio cristiano del siglo primero (Rom. 16:3, 4). Recalcó que, para tener éxito en su asignación
de misioneros, las parejas deben permanecer muy unidas. La Biblia nunca habla de Áquila sin mencionar también a su
esposa, Priscila, lo cual indica que tanto Pablo como la congregación los consideraban inseparables. Del mismo modo, los
misioneros deben predicar juntos, orar y estudiar juntos y enfrentarse juntos a las dificultades de su asignación en el
extranjero; en otras palabras, deben complementarse (Gén. 2:18).
La siguiente intervención, titulada “Imitemos la bondad de Jehová”, fue presentada por otro miembro del Cuerpo
Gobernante, Guy Pierce. Explicó que la persona bondadosa no se conforma con no hacer cosas malas, sino que se
esfuerza por hacer cosas buenas. Jehová Dios es bondadoso en grado supremo (Zac. 9:16, 17). Así, la bondad y el amor
de Dios nos impulsan a imitarlo y hacer el bien a los demás. Para concluir, el hermano Pierce dedicó las siguientes
palabras de ánimo a los estudiantes: “Ustedes ya han demostrado ser personas bondadosas. Esperamos que de aquí en
adelante continúen imitando la bondad de Dios y sigan haciendo el bien dondequiera que Jehová los asigne”.
El siguiente orador fue Michael Burnett, un ex misionero que recientemente ha sido nombrado instructor de Galaad.
Su discurso se titulaba “Una venda frontal entre sus ojos”. La milagrosa liberación de Egipto que vivieron los israelitas
debía ser para ellos como una “venda frontal entre sus ojos”; es decir, no debían olvidar lo que Jehová había hecho en
aquella ocasión (Éxo. 13:16). Igualmente, se pidió a los estudiantes que no olvidaran nunca todo lo que habían aprendido
en la Escuela de Galaad, sino que lo llevaran como “venda frontal”. El hermano Burnett también enfatizó la necesidad de
que los misioneros sean humildes y modestos, y apliquen los principios bíblicos para tratar cualquier malentendido, sea
entre ellos o con otras personas (Mat. 5:23, 24).
Mark Noumair, un experimentado instructor de Galaad, presentó el discurso “¿Cuál será su canción?”. En tiempos
bíblicos existía la costumbre de componer canciones para celebrar las hazañas bélicas. En una de tales canciones, se
revela que las tribus de Rubén, Dan y Aser no habían estado dispuestas a arriesgarse; sin embargo, se alaba a la tribu de
Zabulón por su espíritu de sacrificio (Jue. 5:16-18). En cierto sentido, quienes nos rodean también cantan nuestras buenas
acciones. Cuando nos esforzamos al máximo en la obra de Dios y somos leales al orden teocrático, no solo agradamos a
Jehová, sino que damos un buen ejemplo a los hermanos, quienes escuchan la “canción” que celebra nuestros actos y se
sienten impulsados a imitarnos.
Como parte de su capacitación, los estudiantes de la clase 124 de Galaad dedicaron entre todos unas 3.000 horas a la
predicación. En su intervención “Guiados por el espíritu santo”, Sam Roberson —miembro del Departamento de Escuelas
Teocráticas— les pidió que relataran y escenificaran algunas experiencias del servicio del campo. Después, el hermano
Patrick LaFranca, del Comité de Sucursal de Estados Unidos, entrevistó a varios graduados de Galaad que sirven en
diversos países. Los estudiantes agradecieron mucho sus consejos.
El discurso final, que llevaba el título “Recuerden que las cosas que se ven son temporales”, fue presentado por
Anthony Morris, del Cuerpo Gobernante. La Biblia nos exhorta a concentrarnos en las futuras bendiciones de Jehová y
no dejarnos abrumar por problemas pasajeros (2 Cor. 4:16-18). La pobreza extrema, la injusticia, la opresión, la
enfermedad y la muerte son tristes realidades de este mundo, y puede que tengamos que experimentar alguna de ellas.
Pero si no olvidamos que estas tribulaciones son temporales, mantendremos la esperanza y el equilibrio espiritual.
Después de la entrega de diplomas, el hermano Lett dirigió algunos comentarios finales a los graduados, que se
hallaban en la plataforma. Los animó a no rendirse nunca y les dijo: “Con Jehová de nuestra parte, nuestra integridad será
inquebrantable”. Exhortó a los nuevos misioneros a ser como langostas, incansables en el servicio a Jehová, y a
demostrar siempre celo, lealtad y obediencia.
[Recuadro de la página 30]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 7
Cantidad de países adonde van: 16
Cantidad de estudiantes: 56
Promedio de edad: 33,8
Promedio de años en la verdad: 18,2
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 13,8
[Ilustración de la página 31]
Clase 124 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Nicholson, T.; Main, H.; Senge, Y.; Snape, L.; Vanegas, C.; Pou, L. 2) Santana, S.; Oh, K.; Lemaitre, C.; Williams, N.;
Alexander, L. 3) Woods, B.; Stainton, L.; Huntley, E.; Álvarez, G.; Cruz, J.; Bennett, J. 4) Williamson, A.; González, N.;
Zuroski, J.; Degandt, I.; May, J.; Diemmi, C.; Tavener, L. 5) Lemaitre, W.; Harris, A.; Wells, C.; Rodgers, S.; Durrant, M.;
Senge, J. 6) Huntley, T.; Vanegas, A.; Pou, A.; Santana, M.; Bennett, V.; Tavener, D.; Oh, M. 7) Zuroski, M.; Rodgers, G.;
Diemmi, D.; Nicholson, L.; Álvarez, C.; Snape, J. 8) Harris, M.; González, P.; Main, S.; Woods, S.; Stainton, B.; Williamson,
D.; Durrant, J. 9) Cruz, P.; Degandt, B.; Williams, D.; Wells, S.; Alexander, D.; May, M.
[Ilustración de la página 32]
La Escuela de Galaad se encuentra en el Centro Educativo de la Watchtower
*** w09 15/2 págs. 22-23 Se alienta a los misioneros a ser como Jeremías ***
Graduación de la clase 125 de la Escuela de Galaad
Se alienta a los misioneros a ser como Jeremías

“ESTA clase de Galaad marca un hito en la historia de Galaad.” Así se expresó Geoffrey Jackson, miembro del Cuerpo
Gobernante, al dirigirse a los 6.156 asistentes a la graduación de la clase 125 de la Escuela Bíblica de Galaad de la
Watchtower, que se realizó el 13 de septiembre de 2008. Contando a los 56 graduados de esta clase, la Escuela de
Galaad ha enviado ya a más de ocho mil misioneros “hasta la parte más distante de la tierra” (Hech. 1:8).
El hermano Jackson, quien presidió la ceremonia de graduación, formuló esta pregunta: “¿Les ayudará su credibilidad
a llevar a cabo su ministerio con éxito?”. Entonces pasó a enumerar cuatro factores que aumentan la credibilidad de un
cristiano: una buena actitud, un buen ejemplo, fundar siempre sus enseñanzas en la Biblia y concentrarse en dar a
conocer el nombre de Dios.
David Schafer, colaborador del Comité de Redacción, presentó el discurso “¿Podrán entenderlo todo?”. El hermano
Schafer les aseguró a los estudiantes de Galaad que podrían llegar a entender todo lo necesario para ser misioneros
siempre que no dejaran de buscar a Jehová y de reconocer la autoridad del “esclavo fiel y discreto” (Pro. 28:5; Mat. 24:45).
A continuación, John E. Barr, miembro del Cuerpo Gobernante, dio el discurso “No dejen que nada los separe del amor
de Dios”. Sus consejos paternales aliviaron el temor que los graduados y sus padres pudieron haber sentido al pensar en
esta nueva asignación y en los retos que conlleva. “El amor de Dios es el refugio más seguro y agradable que puede
haber”, explicó. Nada puede separar a los misioneros del amor de Dios mientras ellos mismos no decidan separarse de él.
Sam Roberson, del Departamento de Escuelas Teocráticas, invitó a los presentes a ponerse “la prenda de vestir más
excelsa de todas”. Los estudiantes pueden “[vestirse] del Señor Jesucristo” estudiando su vida y poniendo en práctica sus
enseñanzas (Rom. 13:14). Enseguida, William Samuelson, superintendente del mismo departamento, señaló que no es la
opinión de los hombres lo que hace que una persona sea respetable, sino la opinión de Dios.
Uno de los instructores, Michael Burnett, entrevistó a los estudiantes y les pidió que relataran algunas anécdotas que
habían tenido durante la predicación. Aunque durante su estancia en la Escuela de Galaad en Patterson (Nueva York), la
mayoría de ellos habían predicado en territorios muy visitados, lograron encontrar algunas personas interesadas en el
mensaje. Gerald Grizzle, de la Oficina de Asambleas de Distrito, entrevistó a tres hermanos que estaban estudiando en la
Escuela para Miembros de Comités de Sucursal. Los comentarios de estos hermanos ayudaron a los graduados de
Galaad a hacerse una idea de lo que les espera en sus asignaciones.
David Splane, graduado de la clase 42 de la Escuela de Galaad y miembro del Cuerpo Gobernante, presentó el
discurso titulado “Sean como Jeremías”. Aunque Jeremías sintió temor al recibir su comisión, Jehová le dio las fuerzas que
necesitaba (Jer. 1:7, 8). Dios hará lo mismo por los nuevos misioneros. El hermano Splane dio el siguiente consejo a los
graduados: “Si tienen problemas con alguien, siéntense y anoten en una lista diez cualidades que les atraigan mucho de
ese hermano. Si no llegan a diez, quiere decir que no lo conocen lo suficiente”.
Jeremías era un hombre abnegado. Cuando se sintió tentado a renunciar a su comisión, oró a Jehová, y él lo apoyó
(Jer. 20:11). El hermano Splane les aconsejó: “Cuando se sientan desanimados, cuéntenselo a Dios. Se sorprenderán al
percibir su ayuda”.
Para concluir la graduación, el presidente les recordó a los presentes que los graduados habían aprendido diversas
maneras de aumentar su credibilidad. Una vez que estén en su asignación, su credibilidad hará que su testimonio sea aún
más poderoso (Isa. 43:8-12).
[Recuadro de la página 22]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 6
Cantidad de países adonde van: 21
Cantidad de estudiantes: 56
Promedio de edad: 32,9
Promedio de años en la verdad: 17,4
Promedio de años en el ministerio de tiempo completo: 13
[Ilustración de la página 23]
Clase 125 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Hodgson, A.; Wall, A.; Beerens, K.; Hortelano, M.; Newman, L.; De Caso, A. 2) Jenkins, J.; Jarzemski, T.; Méndez, N.;
Corona, V.; Canalita, L. 3) Fryer, H.; Savage, M.; Tidwell, K.; Erickson, N.; Dyck, E.; McBeath, R. 4) Pérez, L.; Puse, L.;
Skidmore, A.; Young, B.; McBride, N.; Rondón, P.; Goodman, E. 5) Beerens, M.; Ferguson, J.; Pearson, N.; Chapman, L.;
Wardle, J.; Canalita, M. 6) Pérez, P.; De Caso, D.; Young, T.; Rondón, D.; Goodman, G.; Jenkins, M.; Dyck, G. 7) Corona,
M.; Wall, R.; Puse, S.; Méndez, F.; Jarzemski, S.; Savage, T. 8) Newman, C.; Ferguson, D.; Skidmore, D.; Erickson, T.;
McBride, J.; Pearson, M.; Chapman, M. 9) Hodgson, K.; Wardle, A.; McBeath, A.; Tidwell, T.; Fryer, J.; Hortelano, J.
*** w09 1/9 págs. 29-31 Cómo ser un buen misionero ***
Graduación de la clase 126 de la Escuela de Galaad
Cómo ser un buen misionero

EL SÁBADO 14 de marzo de 2009, una animada multitud se reunió en el Centro Educativo de la Watchtower en
Patterson (Nueva York) para celebrar un importante acontecimiento: la graduación de la clase 126 de la Escuela Bíblica de
Galaad de la Watchtower. Poco después, los estudiantes partirían hacia veintidós países con el objetivo de predicar el
Reino de Dios (Mateo 24:14).
La ocasión puso punto final a un curso bíblico intensivo de cinco meses, durante el cual se preparó a los participantes
para que sean excelentes misioneros cristianos. También fue la última vez que los graduados escucharon juntos sabias
recomendaciones que les ayudarían a lograr este objetivo.
El presidente del programa, Anthony Morris —miembro del Cuerpo Gobernante, la junta directiva de los testigos de
Jehová— explicó que la Escuela de Galaad comenzó a formar misioneros en 1943. Desde entonces, el trabajo que estos
misioneros han realizado ha tenido un gran impacto en la predicación mundial.
En el siglo primero, muchos escribas y fariseos se vieron obligados a reconocer que, aunque los apóstoles eran “gente
sin estudios ni preparación”, hablaban con franqueza y valor gracias a lo que habían aprendido de Jesús (Hechos 4:13,
Nueva Versión Internacional). Igualmente hoy, los estudiantes de Galaad están preparados para predicar con franqueza y
valentía gracias a la guía que han recibido.
A continuación, Robert Ciranko —uno de los ayudantes del Comité de Redacción del Cuerpo Gobernante— dio un
discurso titulado “No sean aceptadores de rostros”. Explicó a los estudiantes que pronto convivirían con personas de
culturas y costumbres muy diferentes a las suyas. Pero nada de eso impediría que les predicaran si adoptaban la actitud
de Dios. Él no discrimina a nadie, pues como indica Hechos 10:34, “Dios no es parcial”, o traducido al pie de la letra, “no
es aceptador de rostros”. El hermano Ciranko dio la siguiente recomendación: “Deben adoptar la actitud de Jehová y
esforzarse por ver a todas las personas del territorio como gente que pueda ser del agrado de Dios” (Hechos 10:35).
Y luego añadió: “Solo así tendrán éxito en su labor de misioneros”.
“Ya tienen lo que se necesita”
Al comienzo de su discurso, Samuel Herd —otro miembro del Cuerpo Gobernante— dijo: “Aunque algunas personas
consideran que el camello es un animal feo, lo cierto es que está perfectamente adaptado a la vida en el desierto”. Los
graduados también están preparados para adaptarse a su nuevo territorio, pues cuentan con cinco características
indispensables para lograrlo:
1. Amor a Jehová (Mateo 22:37, 38). Los estudiantes ya han demostrado que están resueltos a obedecer a Dios.
2. Una buena reserva de conocimientos bíblicos. Aunque los camellos tienen grandes reservas de nutrientes
almacenados en forma de grasa en sus jorobas, no dejan de comer. Los misioneros también deben seguir alimentándose
en sentido espiritual, y no pensar que tienen suficiente con lo que aprendieron en la Escuela de Galaad.
3. Amor al prójimo (Mateo 22:39). Los estudiantes ya han dado prueba de que sienten compasión por otros.
4. Una buena actitud (Salmo 110:3). Pueden confiar en que, cuando se sientan agotados, Dios les dará fuerzas para
seguir adelante (Isaías 40:29).
5. Vigor juvenil. Habrá ocasiones en que los misioneros, como el camello que lleva su carga a través del desierto,
tendrán que “cargar” a un compañero cristiano que necesite ayuda espiritual. Aunque esto requiere mucha energía, los
misioneros cuentan con las fuerzas que da la juventud.
Otros aspectos interesantes del programa
Uno de los instructores de Galaad, Michael Burnett, comentó que las almendras son muy nutritivas pese a su pequeño
tamaño. Por eso, Jacob se las obsequió a cierto gobernante egipcio junto con otros productos selectos (Génesis 43:11).
Igual de valiosas y nutritivas que las almendras son las lecciones que los nuevos misioneros recibieron durante las clases
de Galaad. Luego les recomendó que siempre las tuvieran en cuenta. Y entonces mencionó algunas, como la de aprender
a estar satisfechos con lo que Jehová da y a amar su nuevo hogar.
Otro de los instructores, Mark Noumair, comparó la Palabra de Dios a “una bolsa llena de sabiduría” (Job 28:18). Animó
a los estudiantes a abrir esta bolsa y buscar en ella lo que necesiten para superar sus desafíos. Por ejemplo, si el servicio
misional no resulta ser lo que esperaban, podrían repasar el ejemplo del apóstol Pablo. Tomemos por caso cuando los
discípulos de Jesús lo enviaron a su ciudad natal, donde vivió durante nueve años. Lejos de pensar que, por ser un “vaso
escogido”, merecía servir en algún otro lugar, Pablo siempre se esforzó por llevar a cabo fielmente su ministerio
dondequiera que estuvo (Hechos 9:15, 28-30). Otro desafío puede ser respetar las decisiones de Jehová. En este sentido,
Jonatán fue un buen ejemplo. En vez de rebelarse contra la elección de Dios de hacer rey a David, él se sintió orgulloso de
poder apoyarlo.
En una sección titulada “Los siervos de Dios hablan con valor”, los estudiantes escenificaron diversas experiencias que
tuvieron en la predicación mientras duró el curso. Muchos de ellos encontraron personas interesadas en estudiar la Biblia.
En la siguiente intervención, “Preparados por la organización de Jehová”, se entrevistó a tres experimentados misioneros.
Cada uno de ellos explicó cómo la preparación recibida en Galaad le ayudó a colaborar con la organización de Dios.
“Sean misioneros felices”
Otro miembro del Cuerpo Gobernante, Gerrit Lösch, fue el encargado de pronunciar el discurso central del programa:
“Sean misioneros felices”. El hermano Lösch explicó que divertirse no es lo mismo que ser feliz (Proverbios 14:13;
Eclesiastés 2:10, 11). Lo que produce verdadera felicidad es hacer la voluntad de Dios, aunque no siempre resulte fácil.
Durante las clases, los estudiantes trabajaron duro, pero esto les produjo mucha satisfacción.
¿Por qué son felices los cristianos? Para empezar, porque adoran al Dios feliz (Salmo 33:12; 1 Timoteo 1:11). Además,
ahora viven en un paraíso espiritual, y la Biblia promete que en el futuro vivirán en una Tierra paradisíaca. También
conocen el propósito de la vida: servir a Dios y alabarlo. Y sobre todo, saben que Jehová y Jesús los aman.
“Serán misioneros felices —dijo el hermano Lösch— si aprenden a estar satisfechos con lo que tienen.” Otro
ingrediente esencial para ser felices es amar y ser amado. Así que, en vez de dar excesiva importancia a las faltas
menores de otros, lo más conveniente es pasarlas por alto con amor. Hay que hacer el bien a los demás, ayudar a los
débiles y animar a otros contándoles buenas experiencias (Salmo 41:1, 2; Hechos 20:35). Uno es feliz cuando se esfuerza
por predicar (Lucas 11:28).
El hermano Lösch concluyó con la siguiente recomendación: “Sigan adelante, felices en su labor de misioneros.
Pueden dedicar un tiempo razonable a divertirse, pero concéntrense en alabar al Dios feliz, Jehová, y en hacer felices a
los demás”.
Tras leer los saludos enviados desde numerosos países, Anthony Morris —el presidente del programa— entregó los
diplomas a los estudiantes. Acto seguido, uno de los graduados leyó en representación de la clase una carta de
agradecimiento al Cuerpo Gobernante por la instrucción recibida en la Escuela de Galaad.
En su conclusión, el hermano Morris dijo que las “coyunturas y ligamentos” del cuerpo humano son comparables a los
diversos medios y programas con los que “el esclavo fiel y discreto” guía y alimenta en sentido espiritual al pueblo de Dios
(Colosenses 2:18, 19; Mateo 24:45). Así pues, si los graduados cooperan con los representantes de Dios, serán muy
buenos misioneros (2 Timoteo 4:5).
[Recuadro de la página 30]
DATOS DE LA CLASE
Cantidad de países representados: 6
Cantidad de países adonde van: 22
Cantidad de estudiantes: 56
Cantidad de matrimonios: 28
Promedio de edad: 32,8
Promedio de años en la verdad: 17,9
Promedio de años en el servicio de tiempo completo: 13,5
PAÍSES DE DESTINO
Los graduados fueron asignados a Benín, Bolivia, Bulgaria, Burkina Faso, Camerún, Costa Rica, Ghana, Guatemala,
Honduras, Kenia, Liberia, Madagascar, Mozambique, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Rumania, Sierra Leona,
Sudáfrica, Togo y Uganda.
[Ilustración de la página 31]
Clase 126 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Kirchhoff, K.; Nichols, C.; Guzmán, Y.; Coil, H.; Becker, O.; De Simone, A. 2) Manzanares, A.; Bouvier, E.; Peddle, J.;
Mason, H.; Braz, J. 3) Lee, J.; Forte, A.; Boucher, T.; Marsh, A.; Leighton, S.; Glover, M. 4) Kambach, H.; Jones, T.;
Ferreira, A.; Morales, J.; Chicas, S.; Davis, B.; Dormanen, E. 5) Dormanen, B.; Nichols, J.; Pacho, T.; Titmas, L.; Bouvier,
E.; Kirchhoff, A. 6) Leighton, G.; Pacho, A.; Van Campen, B.; Manzanares, A.; Rivard, A.; Lee, Y.; Titmas, L. 7) Boucher, M.;
Coil, K.; Marsh, C.; Guzmán, J.; Jones, W.; Kambach, J. 8) Glover, A.; Ferreira, G.; Mason, E.; Forte, D.; Davis, N.; Chicas,
O.; Rivard, Y. 9) Braz, D.; Van Campen, D.; Morales, A.; De Simone, M.; Becker, M.; Peddle, D.
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Graduación de la clase 127 de la Escuela de Galaad
Enviados “hasta la parte más distante de la tierra”

LOS testigos de Jehová se toman muy en serio todos los mandatos de Jesús y, en particular, la comisión que dio a sus
discípulos de que fueran sus testigos “hasta la parte más distante de la tierra” (Hechos 1:8).
Por eso, mediante un curso de cinco meses impartido en la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, llevan sesenta
y cinco años preparando misioneros que encabecen esa labor evangelizadora en más de 200 países y territorios.
De hecho, el sábado 12 de septiembre de 2009 se celebró en Patterson (Nueva York) la graduación de una nueva clase
constituida por 56 hábiles ministros religiosos.
El poder de la imaginación
La ocasión comenzó con un discurso —titulado “Usen sabiamente su imaginación”— a cargo del presidente del
programa, Stephen Lett, quien es miembro del Cuerpo Gobernante, la junta central de los testigos de Jehová. Empezó
enumerando varios casos en que la imaginación podía ser perjudicial: 1) imaginarse que las cosas materiales son una
protección infalible; 2) fantasear con que se tienen relaciones inmorales, y 3) preocuparse excesivamente por todo lo malo
que pudiera ocurrir (Proverbios 18:11; Mateo 5:28; 6:34). Con respecto a este tercer punto, el hermano Lett aclaró que
algunas personas tienden a sumar a sus inquietudes del presente, las que tuvieron en el pasado y las que puedan surgir
en el futuro. Y como dijo el orador: “La carga les resulta demasiado pesada”. Pero aún quedaba por explicar a los
estudiantes otro mal uso que se podía dar a la imaginación: pensar que la vida era mejor antes de ser misioneros. Hacerlo
les impediría reconocer las alegrías de la labor misional y disfrutar de ellas.
También se mencionaron cuatro formas beneficiosas de usar la imaginación: 1) para prever y evitar situaciones que
puedan suponer un peligro físico o espiritual; 2) para vivir los relatos bíblicos; 3) para ver a cada persona del territorio
misional como un siervo de Jehová Dios en potencia, y 4) para ponerse en el lugar de la gente a la que prediquen
(Proverbios 22:3).
La importancia de preparar a otros
El título del siguiente discurso estaba tomado de 2 Timoteo 2:2: “Estas cosas encárgalas a hombres fieles”. David
Splane, otro miembro del Cuerpo Gobernante, explicó lo que el apóstol Pablo esperaba de Timoteo cuando le dio esa
instrucción. Al preparar a hombres fieles, Timoteo no debía limitarse a enseñarles la verdad, también tenía que enseñarles
a preparar a otros. Y es que, como declaró el orador, hacen falta varones capacitados para dirigir la congregación
cristiana. Pero ¿cuándo debe empezar este aprendizaje? Desde el momento en que los misioneros empiecen a darles
clases de la Biblia.
¿Y cómo ayudarán a sus estudiantes para que sean siervos ejemplares y, a su vez, capaciten a otros? Para empezar,
recalcándoles la importancia de prepararse bien para su estudio de la Biblia. Así, cuando empiecen a asistir a las
reuniones de los Testigos, ya sabrán estudiar la información que allí se analiza. “La persona que no aprende a estudiar la
Biblia por su cuenta —advirtió el conferenciante— nunca será capaz de enseñar a los demás.” También pueden enseñar a
los estudiantes a ser puntuales, a contribuir económicamente a la obra mundial de predicación y a obedecer a los
responsables de la congregación. Y sin duda, la mejor forma de hacerlo es dando el ejemplo.
El privilegio de dar testimonio de Jehová
Guy Pierce, también miembro del Cuerpo Gobernante, basó su conferencia en las palabras de Jesús citadas en
Hechos 1:8: “Serán testigos de mí”. En el siglo I, Dios le quitó a la nación de Israel el privilegio de ser sus testigos para
concedérselo a otra que produjera los frutos del Reino (Mateo 21:43). ¿Cuál fue esa nación? La congregación de
cristianos ungidos por espíritu santo. El apóstol Pedro profetizó que esta “nación santa” declararía en público las
excelencias de Jehová (1 Pedro 2:6-9). Así pues, cuando Jesús dijo que sus discípulos serían testigos de él, no estaba
diciendo que ya no serían testigos de Jehová. A fin de cuentas, a él mismo se le llama “el Testigo Fiel” (Revelación
[Apocalipsis] 1:5; 3:14). En efecto, Jesús es el principal Testigo de Jehová y, por tanto, nuestro modelo a imitar (1 Pedro
2:21).
El orador también explicó que las palabras de Jesús han adquirido una nueva dimensión en nuestros días. ¿Por qué?
Porque ya se ha cumplido el notable acontecimiento profetizado en Revelación 11:15, la instauración del Reino mesiánico
de Dios. Ahora la obra de dar testimonio de Jesús sí se está llevando literalmente “hasta la parte más distante de la tierra”
(Hechos 1:8). El hermano Pierce recalcó que la labor de los misioneros no es exportar el estilo de vida y la cultura de su
país de origen, ni promocionarse a ellos mismos. Más bien, tienen que dar a conocer a Jehová y su Reino. Por eso, animó
a los futuros misioneros a enseñar a tantas personas como sea posible en el tiempo que queda.
Otros temas de interés
Alex Reinmueller, uno de los ayudantes del Comité de Publicación, tituló su conferencia “Jehová les dará valor”. Animó
a los miembros de la clase a confiar en el poder de Jehová. Así podrán reconocer sus puntos fuertes, aceptar sus
flaquezas, enfrentarse a sus miedos y darle a Dios lo mejor de sí mismos.
También tuvieron la oportunidad de dirigirse a los estudiantes dos instructores del Departamento de Escuelas
Teocráticas: Sam Roberson y William Samuelson. El discurso del primero tomó su título de Isaías 41:10, donde Dios dice:
“Estoy contigo”. Él explicó que aunque la labor misionera produce muchas alegrías, no carece de problemas. Así pues,
cuando surjan, deben imitar al rey David y orar a Dios pidiéndole ayuda (Salmo 34:4, 6, 17, 19). El hermano Samuelson,
por su parte, los animó a ser sensatos y a seguir cultivando su “capacidad de pensar”, lo cual evitará que se ofendan
fácilmente o que reaccionen mal cuando les digan cosas que les molesten (Proverbios 2:10, 11).
Jim Mantz, uno de los ayudantes del Comité de Redacción, entrevistó a dos miembros de los Comités de Sucursal de
la república de Georgia y Honduras, así como a un miembro del Comité del País de Tayikistán. Estos experimentados
hermanos dieron a los nuevos misioneros diversas sugerencias sobre cómo ganarse a posibles opositores “venciendo el
mal con el bien” (Romanos 12:21). Otro de los instructores de la clase, Mark Noumair, entrevistó a varios estudiantes y les
pidió que relataran algunas de las experiencias que tuvieron en la predicación durante los pasados cinco meses. Esta
parte del programa llevaba el intrigante título: “Por supuesto. Aquí estoy para lo que necesite”.
El presidente cerró el programa con unas palabras tomadas del nuevo cántico “¿Te ves en el nuevo mundo?”.
De seguro, los 6.509 asistentes a esta graduación se marcharon más resueltos que nunca a ser testigos de Jehová y de
su Hijo “hasta la parte más distante de la tierra”.
[Recuadro y mapa de la página 31]
DATOS DE LA CLASE
Países representados: 8
Número de estudiantes: 56
Número de matrimonios: 28
Promedio de edad: 33,6
Promedio de años de bautizados: 18,3
Promedio de años en el servicio de tiempo completo: 13,6
[Mapa]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Los veintidós países a los que fueron asignados los estudiantes:
PAÍSES DE DESTINO
JAMAICA
HAITÍ
NICARAGUA
COSTA RICA
PANAMÁ
CURAZAO
GUYANA
PERÚ
BOLIVIA
PARAGUAY
CHILE
MOLDAVIA
SERBIA
ALBANIA
COSTA DE MARFIL
CONGO, REP. DEM. DEL
UGANDA
BURUNDI
TANZANIA
MOZAMBIQUE
NEPAL
CAMBOYA
[Ilustración de la página 31]
Clase 127 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Marshall, T.; Prudent, L.; Mashburn, A.; Rosenström, S.; Testa, A.; Takeyama, M.; Sisk, M.
2) Grooms, K.; Miura, S.; Camacho, M.; Rozas, S.; Burch, M.; Meza, I.; Young, G.; Geraghty, S.
3) Bonilla, C.; Knaller, D.; Parrales, R.; Hotti, S.; Takada, A.; Tournade, M.; Sopel, C.
4) Miura, Y.; Parrales, K.; Prudent, K.; Colburn, S.; Willis, L.; Vääränen, A.; Sisk, B.; Takada, R.
5) Grooms, J.; Vääränen, M.; Geraghty, B.; Stackhouse, R.; Wilson, A.; Bonell, E.; Camacho, D.; Meza, R.; Bonell, M.
6) Takeyama, S.; Testa, G.; Colburn, T.; Mashburn, C.; Willis, W.; Tournade, L.; Burch, J.; Stackhouse, J.
7) Wilson, J.; Young, J.; Marshall, E.; Rozas, M.; Knaller, J.; Hotti, N.; Rosenström, A.; Sopel, J.; Bonilla, O.
*** w10 1/8 págs. 28-31 Enviados a hacer discípulos ***
Graduación de la clase 128 de la Escuela de Galaad
Enviados a hacer discípulos

“PARA que las buenas nuevas se oyeran en todas las naciones, sería necesario que algunos cristianos estuvieran
dispuestos a irse a predicar a países extranjeros, dejando atrás su familia y su hogar.” Con esta alusión a una profecía
bíblica, David Splane —miembro del Cuerpo Gobernante, o consejo directivo de los testigos de Jehová— preparó al
auditorio para el emocionante acontecimiento que tendría lugar ese día.
Se trataba de la ceremonia de graduación de los futuros misioneros de la clase 128 de la Escuela Bíblica de Galaad de
la Watchtower, que tuvo lugar el 13 de marzo de 2010. Entre las 8.000 personas presentes —provenientes de veintisiete
países— se encontraban familiares, amigos e invitados de los estudiantes.
“No se limitaron a quedarse en su casa”
El hermano Splane, que presidió el programa de graduación, comenzó su discurso analizando este mandato de Jesús:
“Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones” (Mateo 28:19, 20). Explicó que, para cumplir con
dicha comisión, los seguidores de Cristo tendrían que ir en busca de las personas de buen corazón. Eso fue lo que
hicieron los primeros cristianos. Es cierto que, en el Pentecostés del año 33 de nuestra era, personas de Mesopotamia, el
norte de África y otras partes del Imperio romano escucharon las buenas nuevas gracias a que acudieron a Jerusalén. Sin
embargo, como aclaró el orador, “los discípulos no se limitaron a quedarse en su casa y esperar a que personas de todas
las naciones vinieran a ellos. Tenían claro que debían ir hasta la parte más distante de la Tierra a hacer discípulos”
(Hechos 1:8).
Luego agregó: “Jesús no se contentó con decirles a sus seguidores lo que debían hacer, sino que les enseñó a hacerlo.
No solo les dijo que debían orar: les enseñó a orar. No solo les ordenó que predicaran: les mostró cómo predicar. Y no les
dijo sencillamente que fueran buenos maestros: también les enseñó las mejores técnicas docentes”.
Después, el orador se dirigió a los padres de los estudiantes y les citó estas animadoras palabras de Jesús a sus
discípulos: “Estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas” (Mateo 28:20). A continuación, el
hermano Splane les aseguró que no hay razón para temer por el futuro de los estudiantes: Jesús seguirá cuidando de
ellos dondequiera que vayan.
“Vayan y jáctense”
Esa fue la enigmática exhortación que Anthony Morris —también miembro del Cuerpo Gobernante— dirigió a la clase.
Su intervención se basó en 1 Corintios 1:31: “El que se jacta, jáctese en Jehová”. Aclaró que el versículo no está hablando
de jactarse en un sentido inapropiado —que implica alardear o presumir—, sino de sentir un sano orgullo por los logros
obtenidos. El orador explicó: “Hay algo de lo que todos podemos enorgullecernos: de conocer bien a Jehová Dios.
De hecho, gozamos del mayor honor que se puede tener: portar el santo nombre de Dios y ser sus testigos” (Jeremías
9:24).
Para destacar la importancia de dar a conocer el nombre de Dios, contó lo que le sucedió a un matrimonio de
misioneros que sirve en África. Mientras viajaban para presentar un discurso bíblico, tuvieron que detenerse en un puesto
de control. Un joven soldado apuntó al misionero con su arma y le ordenó que se identificara. En ese momento, la esposa
recordó lo que le habían enseñado en la Escuela de Galaad, así que le susurró a su marido: “Dile que eres testigo de
Jehová y que vamos de camino a dar una charla bíblica”. Eso fue lo que él hizo, y pudieron pasar sin mayores
inconvenientes. Al día siguiente escucharon por la radio que el presidente del país había ordenado a los soldados que
buscaran a unos asesinos que decían ser misioneros. Sin duda alguna, al identificarse como testigos de Jehová y no como
misioneros, se habían librado de graves problemas. Para finalizar su discurso, el hermano Morris dijo: “Cuando lleguen al
país al que han sido destinados, vayan y jáctense. Sí, siéntanse orgullosos de todo lo que Jehová hará al usarlos para su
gloria eterna”.
“¿Cumplirán con su misión?”
Con esta pregunta, Geoffrey Jackson, otro miembro del Cuerpo Gobernante y ex misionero, puso a pensar a los
estudiantes. Comenzó explicando qué significa ser misionero. Señaló que la palabra misionero proviene de un término en
latín que conlleva la idea de enviar a alguien a realizar un encargo —o misión— especial. Y como testigos de Jehová,
nuestra misión es predicar las buenas nuevas y dar ayuda espiritual al prójimo. Al hacer esto imitamos a Jesucristo, quien
siempre tuvo muy claro cuál era su misión en la Tierra. De hecho, le dijo al gobernador romano Poncio Pilato: “Para esto
he venido al mundo, para dar testimonio acerca de la verdad” (Juan 18:37).
Luego, el orador se refirió al relato bíblico de la batalla de Jericó. Durante seis días, los guerreros israelitas siguieron
idéntica rutina: se levantaban muy temprano, se ponían la armadura, marchaban alrededor de la ciudad... y después
volvían al campamento. El hermano Jackson señaló: “Desde una óptica humana, la misión que se les había encargado
no tenía ningún sentido”. Puede que algunos soldados pensaran que era una auténtica pérdida de tiempo. Pero en el
séptimo día, las cosas cambiaron: se ordenó a los israelitas que dieran la vuelta a la ciudad siete veces y que después
lanzaran un fuerte grito de guerra. ¡Y entonces se desplomaron las murallas de Jericó! (Josué 6:13-15, 20.)
El conferenciante destacó cuatro lecciones de este relato. 1) Es esencial ser obedientes. Debemos hacer las cosas
como Jehová quiere, y no como nosotros pensamos que es mejor. 2) La fe y la confianza en Jehová son fundamentales.
“Por fe los muros de Jericó cayeron”, señala Hebreos 11:30, y no por el uso de arietes u otro armamento. 3) Debemos ser
pacientes. Al tiempo debido, Jehová nos concederá grandes bendiciones (Deuteronomio 28:2). 4) No nos rindamos nunca.
Siempre tengamos clara nuestra misión. Dando cierre a su disertación, Geoffrey Jackson dijo a los estudiantes: “Si tienen
presentes estos puntos, pueden estar seguros de que lograrán cumplir con su misión para la gloria y alabanza de Jehová”.
Otros temas del programa
“Demuestren amor por la Biblia y su Autor.” Sobre ese tema desarrolló su exposición Maxwell Lloyd, miembro del
Comité de Sucursal de Estados Unidos. “La Biblia debe ser un libro lleno de vida para ustedes”, les recordó a los
estudiantes. Luego les dirigió estos consejos: nunca dejen que se enfríe su amor por Jehová; no supongan que sus
estudiantes entenderán todo lo que les expliquen de la Biblia; aprendan a enseñar con sencillez a fin de llegar al corazón;
sean personas humildes y no den la impresión de que saben más que los demás; prediquen con el ejemplo;
demuéstrenles a sus estudiantes cuánto aman la Palabra de Dios.
“Reparen en los cuervos.” Así se tituló el discurso de Michael Burnett, quien fue misionero y ahora es uno de los
profesores de este curso. Explicó que todos, en algún momento, nos sentiremos preocupados o incluso angustiados.
Entonces debemos recordar el consejo de Jesús: “Reparen en los cuervos, que ni siembran ni siegan, [...] y sin embargo
Dios los alimenta” (Lucas 12:24). Según la Ley mosaica, estas aves eran animales impuros; en otras palabras, los
israelitas no debían comerlas. Incluso debían verlas como una “cosa asquerosa” (Levítico 11:13, 15). A pesar de todo esto,
Dios las alimentaba. El hermano Burnett concluyó: “Cuando se enfrenten a situaciones angustiosas, piensen en los
cuervos. Si Dios cuida de estos animales a los que se consideraba impuros y asquerosos, ¡cuánto más los cuidará a
ustedes, siervos puros ante sus ojos!”.
“No te hago ningún mal.” Mark Noumair, otro de los profesores, se refirió a la parábola de Jesús sobre los jornaleros
de una viña. Algunos de ellos habían trabajado todo el día, pero otros solo una hora. Sin embargo, todos recibieron el
mismo pago. Los obreros que habían trabajado más tiempo se quejaron, pero el dueño de la viña le contestó a uno de
ellos: “No te hago ningún mal. Conviniste conmigo por un denario, ¿no es verdad? Toma lo tuyo y vete” (Mateo 20:13, 14).
¿Qué aprendemos de este relato? Que no debemos compararnos con los demás. “Las comparaciones siempre son
odiosas: lo único que hacen es robarnos la alegría —destacó el orador—. O peor aún, pueden hacer que abandonemos
nuestra asignación misional y dejemos este maravilloso servicio que damos a Dios.” Jesús está dirigiendo la cosecha
espiritual que se realiza hoy día, por lo que tiene derecho a recompensar a sus discípulos como considere mejor.
Si Jehová y Jesús quieren conceder algo extra a otras personas, ‘no nos están haciendo ningún mal’. Por tanto, lo mejor
es enfocarnos en la labor que nos toca, y no en el “pago” que reciban los demás.
Animadoras entrevistas
Mientras no estaban asistiendo al curso o preparándose para las clases, los estudiantes se dedicaron a predicar el
mensaje bíblico junto con congregaciones cercanas de los testigos de Jehová. Uno de los profesores, Sam Roberson,
entrevistó a algunos estudiantes para que contaran cómo les había ido. Alessandra Kirchler relató que conoció a una
señora que estaba muy preocupada porque su hijo fumaba. Alessandra volvió otro día para entregarle un artículo de la
revista ¡Despertad! que trataba el tema. Aunque no había nadie en la casa, de todos modos lo dejó allí. Tiempo más tarde,
Alessandra pudo encontrar a la señora, quien la invitó a pasar y le dijo que el artículo le había encantado. Y luego le
comentó: “He pasado tantas cosas en la vida que a veces me pregunto qué es lo que Dios quiere enseñarme con estas
pruebas”. Alessandra le leyó Santiago 1:13 y le explicó que Dios no es el culpable de que nos ocurran desgracias. En la
actualidad, tanto la señora como su hijo están estudiando la Biblia.
Melvin Jones, del Departamento de Servicio, entrevistó a tres graduados de clases anteriores de la Escuela de Galaad:
Jon Sommerud, que sirve en Albania, Mark Anderson, que vive en Kenia, y James Hinderer, que trabaja en el
Departamento de Escuelas Teocráticas. Los tres concordaron en que la formación bíblica que reciben los futuros
misioneros no es solo teórica, sino también práctica. Sin importar de dónde provengan o adónde vayan, todos se
beneficiarán mucho de la capacitación recibida.
A continuación, uno de los estudiantes leyó en nombre de la clase una conmovedora carta de agradecimiento.
Finalmente, John Barr —quien a sus 96 años es el miembro de más edad del Cuerpo Gobernante— cerró el programa con
una oración en la que pidió la bendición de Jehová sobre la clase.
[Recuadro y mapa de la página 31]
DATOS DE LA CLASE
Países representados: 8
Número de estudiantes: 54
Número de matrimonios: 27
Promedio de edad: 35,2
Promedio de años de bautizados: 19,1
Promedio de años en el servicio de tiempo completo: 13,8
[Mapa]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Los veinticinco países y territorios a los que fueron asignados los estudiantes:
LUGARES DE DESTINO
HONDURAS
GUATEMALA
NICARAGUA
REPÚBLICA DOMINICANA
ARUBA
GUYANA
ECUADOR
BOLIVIA
PARAGUAY
LETONIA
RUMANIA
KOSOVO
SERBIA
ALBANIA
GUINEA
LIBERIA
COSTA DE MARFIL
GHANA
NAMIBIA
RUANDA
MADAGASCAR
MONGOLIA
TAIWÁN
CAMBOYA
INDONESIA
(TERRITORIO BAJO LA SUPERVISIÓN DE LA SUCURSAL DE AUSTRALIA)
[Ilustración de la página 30]
Estudiantes escenificando lo que les ocurrió mientras predicaban
[Ilustración de la página 31]
Clase 128 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Keller, E.; Ostopowich, I.; Jacobsen, S.; Arias, M.; Dieckmann, Y.; Tanaka, J.; Harada, K.
2) Camacho, L.; Kirchler, A.; Rodríguez, S.; Ward, B.; Trenalone, K.; Victoria, V.; Oxley, F.; Nguyen, K.
3) Oxley, O.; De Dios, A.; Lindström, C.; Allen, J.; Meads, T.; Waddington, J.; Victoria, E.
4) Harada, H.; Lindström, A.; Orsini, E.; Logue, D.; Missud, T.; Bergeron, S.; Camacho, G.; Ward, T.
5) Kirchler, W.; Nguyen, H.; Kremer, E.; Burgaud, C.; Titmas, N.; De Dios, C.; Rodríguez, A.; Waddington, M.
6) Dieckmann, J.; Allen, C.; Titmas, R.; Arias, J.; Bergeron, E.; Keller, J.; Ostopowich, F.; Burgaud, F.
7) Tanaka, K.; Kremer, J.; Jacobsen, R.; Trenalone, J.; Logue, J.; Meads, D.; Missud, D.; Orsini, A.
*** w11 1/2 págs. 28-31 “Este es su día” ***
Graduación de la clase 129 de la Escuela de Galaad
“Este es su día”

EL 11 de septiembre de 2010, cerca de ocho mil personas asistieron a un acontecimiento muy especial: la graduación
de la clase 129 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Samuel Herd —miembro del Cuerpo Gobernante, o
consejo directivo de los testigos de Jehová— recibió a los nuevos misioneros con estas palabras: “Este es su día, y nos
sentimos muy felices por ustedes”.
“El oído que oye”
Citando de Proverbios 20:12, el hermano Herd hizo alusión al “oído que oye” para subrayar la importancia de prestar
atención a la Palabra de Dios. “Por los pasados meses —dijo—, ustedes han aplicado el oído a la enseñanza de Jehová, y
así deben seguir haciéndolo por toda la eternidad.”
Para lograrlo, los misioneros deben “aguzar el oído para captar mejor el mensaje de la Biblia”. Tras decir esto, el
hermano Herd agregó: “Lo que escucharán en el programa de hoy les ayudará a cumplir su comisión en los años por
venir”.
“Confíen en Jehová con todo el corazón”
Así se titulaba el discurso de Gerrit Lösch, también miembro del Cuerpo Gobernante. En esta interesante participación,
el hermano Lösch repasó algunas ocasiones —tanto de la antigüedad como de tiempos modernos— en las que el pueblo
de Jehová demostró su confianza en su Dios.
“La confianza —señaló el hermano Lösch a los estudiantes— es una cualidad fundamental para los misioneros.”
Entonces, les dijo: “Ustedes tal vez se pregunten: ‘¿Podré aprender el idioma? ¿Me será fácil adaptarme a la cultura?
¿Extrañaré mucho mi hogar?’”. El hermano los animó diciéndoles: “Cifren su confianza en Jehová”.
Luego les leyó las palabras de Proverbios 14:26: “En el temor de Jehová hay fuerte confianza”. Si reflexionamos en las
bendiciones que ya hemos recibido de parte de Jehová, nuestra confianza en él se fortalecerá.
La Biblia enseña que la persona que confía en Jehová “llegará a ser como un árbol plantado junto a las aguas, que
envía sus raíces al mismísimo lado de la corriente de agua; y no verá cuando venga el calor, sino que su follaje realmente
resultará frondoso” (Jeremías 17:7, 8).
El hermano Lösch resumió su discurso con estas claras y contundentes palabras: “Sin importar lo que venga, confíen
en Jehová”.
“Imiten a los ángeles fieles”
El discurso de Stephen Lett, otro miembro del Cuerpo Gobernante, animó a los presentes a imitar el excelente ejemplo
de los ángeles fieles. “Todo lo que la Biblia nos dice sobre ellos es digno de ser imitado”, puntualizó. A continuación, aisló
cuatro características de los ángeles que hacemos bien en copiar: el aguante, la humildad, la disposición a ayudar y la
lealtad a Dios.
La Biblia nos habla de un ángel que tuvo que pelear contra el “príncipe” de Persia —un poderoso demonio— por
veintiún días (Daniel 10:13). Hacerlo requirió aguante de su parte. Los cristianos también “tenemos una lucha [...] contra
las fuerzas espirituales inicuas” (Efesios 6:12). Por eso, el hermano Lett exhortó a los estudiantes a que “luchen con todas
sus fuerzas para permanecer en su asignación”.
En otra ocasión, un ángel rehusó decirle su nombre a Manóah, el padre de Sansón (Jueces 13:17, 18). ¿Qué lo
motivaba? La humildad. Basándose en este ejemplo, el hermano Lett aconsejó: “Cuando los alaben o los feliciten por sus
habilidades, no dejen que la atención se centre en ustedes; más bien, diríjanla con humildad a Jehová y a su organización”
(1 Corintios 4:7).
En Lucas 22:43 leemos que a Jesús “se le apareció un ángel del cielo y lo fortaleció” mientras se encontraba en el
jardín de Getsemaní, poco antes de su muerte. Ese ángel estuvo dispuesto a ayudar. Señalando cómo pueden imitarlo los
estudiantes, el hermano Lett les recomendó: “Pídanle a Jehová que les permita captar cuáles son las necesidades de la
gente, y ruéguenle que bendiga sus esfuerzos por satisfacerlas”.
Los ángeles también son un modelo de lealtad a Dios. De hecho, la gran mayoría de ellos rehusaron unirse a la
rebelión de Satanás (Revelación [Apocalipsis] 12:4).
“Al igual que estos ángeles fieles —dijo el hermano Lett—, combatan la influencia del Diablo. Opónganse a él, y él huirá
de ustedes.” (Santiago 4:7.)
Otros tres aspectos destacables del programa
“Que Jehová sea la roca de su corazón.” En este cautivador discurso —basado en Salmo 73:26—, Gary Breaux,
miembro del Comité de Sucursal de Estados Unidos, les recordó a los estudiantes que deben depender de Jehová.
¿Cómo puede ser él ‘la roca de su corazón’? El orador explicó: “Así como una piedra o un pedazo de roca puede impedir
que el viento se lleve volando una hoja de papel, Jehová puede darle estabilidad al corazón”. Hay situaciones en la vida
que ponen a prueba nuestro aguante y hacen dudar al corazón (Jeremías 17:9). En el caso de los misioneros, el desafío
de acostumbrarse al clima y a las comidas, o de tener que vivir con nuevos compañeros en el hogar misional, podría
hacerles pensar que lo mejor es regresar a casa. El hermano Breaux dijo: “Llegará el momento en que tendrán que tomar
ciertas decisiones. Pero si lo que deciden complace a Jehová, él será ‘la roca de su corazón’. Él guiará sus pasos”.
“¿Los impulsa su fe a mojarse los pies?” Partiendo de este título, Sam Roberson —uno de los profesores de estos
cursos— desarrolló una exposición basada en el capítulo 3 del libro de Josué. Millones de israelitas se preparaban para
cruzar el río Jordán, una peligrosa empresa, considerando que era la estación en la que el río se desbordaba. Además,
Jehová le había dicho a Josué que los sacerdotes tenían que “detenerse en el Jordán”. Pero le prometió: “Al instante que
las plantas de los pies de los sacerdotes [...] descansen en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán serán cortadas [...]
y se detendrán como una sola represa” (Josué 3:8, 13). El hermano Roberson pasó a decir: “Más de una vez tendrán que
‘cruzar el Jordán’ para alcanzar sus bendiciones”. Por ejemplo, los choques de personalidad pueden ser obstáculos
difíciles de franquear. ¿Cómo los superarán? “Concéntrense en la obra, y no en los obreros”, aconsejó el orador.
Y concluyó: “Si su fe los impulsa a mojarse los pies, Jehová los ayudará a cruzar cualquier Jordán que se les presente en
la vida”.
“Establezcan firmemente sus planes.” William Samuelson, otro de los profesores, basó su discurso en Proverbios
16:3, que dice: “Haz rodar sobre Jehová mismo tus obras, y tus planes serán firmemente establecidos”. El hermano
Samuelson les preguntó a los estudiantes: “¿Significa eso que para tener éxito basta con ‘hacer rodar nuestras obras
sobre Jehová’?”. No, pues Proverbios 16:1 señala lo siguiente: “Del hombre es preparar el corazón” (Straubinger).
“Nosotros mismos tenemos que asegurarnos de que nuestra motivación sea la correcta —explicó—. Jehová no va a
prepararnos el corazón de forma milagrosa. Para conservar un buen corazón y para que Jehová establezca firmemente
nuestros planes, debemos estudiar, orar y mantener una buena comunicación con la sucursal.”
Experiencias y entrevistas
Parte de la preparación de los estudiantes consiste en salir a predicar el mensaje bíblico con las congregaciones
cercanas. Mark Noumair, uno de los profesores, pidió a algunos de ellos que contaran cómo les había ido. En las
entrevistas se destacó el papel que cumple la oración en ayudarnos a encontrar a las personas de buen corazón.
Tomemos el caso de una pareja de estudiantes que entró en un restaurante de comida rápida. Cuando uno de los
empleados los vio orando en silencio, se les acercó y les preguntó si eran testigos de Jehová. Ellos le contestaron que sí,
y entonces él les contó que se había criado como Testigo, pero que se había apartado. Hasta había pasado algún tiempo
en la cárcel por haber cometido un delito. Ahora este joven quería recuperar su relación con Jehová. Además, les dijo que
antes de que entraran, le había pedido a Dios que lo ayudara a enderezar sus pasos. Y Jehová sin duda contestó su
oración.
La intervención titulada “Gusten y vean que Jehová es bueno” —a cargo de Rudi Hartl, del Departamento de
Correspondencia de Redacción— incluyó una serie de entrevistas con tres misioneros graduados de esta escuela: Wayne
Wridgway, asignado a Mozambique; Jason Reed, que sirve en Chile, y Kenji Chichii, que vive en Nepal. Todos hablaron
con franqueza de los desafíos que enfrentaron al principio de su carrera misional, como aprender otro idioma, adaptarse a
una cultura diferente y sobrellevar la nostalgia. “Algo que nos ayudó a mi esposa y a mí —mencionó el hermano Chichii—
fue hacer amigos en la congregación tan pronto como pudimos. Cuanto más nos integrábamos en la congregación, menos
nostalgia sentíamos.”
Después de que los 56 estudiantes recibieron sus diplomas, uno de ellos leyó una conmovedora carta de
agradecimiento dirigida al Cuerpo Gobernante. En parte decía: “Todos hemos visto de cerca su amor abnegado y sincero
al prepararnos el programa de estudios, visitarnos en clase e impartirnos valiosas lecciones espirituales. Trataremos por
todos los medios de imitar en nuestras asignaciones su ejemplo de amor, paciencia, humildad e interés en los demás”.
[Comentario de la página 28]
“Cuando los alaben [...], no dejen que la atención se centre en ustedes”
[Comentario de la página 29]
“Más de una vez tendrán que ‘cruzar el Jordán’ para alcanzar sus bendiciones”
[Tabla y mapa de la página 31]
DATOS DE LA CLASE
Países representados: 9
Número de estudiantes: 56
Número de matrimonios: 28
Promedio de edad: 33
Promedio de años de bautizados: 17,9
Promedio de años en el servicio de tiempo completo: 13,3
[Mapa]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Los veinticinco países y territorios a los que fueron asignados los estudiantes:
LUGARES DE DESTINO
BOLIVIA
BOTSUANA
BULGARIA
REP. DEM. DEL CONGO
COSTA DE MARFIL
GAMBIA
ALEMANIA
INDIA
INDONESIA
KENIA
LIBERIA
MACEDONIA
MADAGASCAR
MALASIA
MOZAMBIQUE
PANAMÁ
PERÚ
POLONIA
RUMANIA
SERBIA
SIERRA LEONA
SUAZILANDIA
TANZANIA
UGANDA
ZIMBABUE
[Ilustración de la página 30]
Los estudiantes escenifican lo que les sucedió mientras predicaban el mensaje bíblico
[Ilustración de la página 31]
Clase 129 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Munaretto, R.; Olofsson, Y.; Budden, K.; Najdzion, L.; Moya, G.; Treviño, G.; Dion, A.; Fleegle, A.
2) Smith, J.; Michael Raj, J.; Smith, S.; Paramo, A.; McDonald, J.; Deans, M.; Joyal, S.; Watson, L.
3) Joyal, C.; Crawley, T.; Hacker, D.; Shynkarenko, J.; Knapp, T.; Ayling, J.; Highley, C.; Olofsson, B.
4) Fitzpatrick, M.; Najdzion, B.; Skallerud, L.; Harris, A.; Harris, S.; Budden, R.; Paramo, Y.; Skallerud, K.
5) Crawley, B.; Michael Raj, J.; Lodge, A.; Lodge, R.; Herms, N.; Fitzpatrick, J.; Moya, R.; Munaretto, P.
6) Watson, S.; Deans, M.; Hacker, J.; McDonald, J.; Treviño, J.; Harris, S.; Herms, C.; Harris, P.
7) Shynkarenko, V.; Highley, T.; Smith, A.; Dion, J.; Ayling, R.; Smith, B.; Knapp, T.; Fleegle, B.
*** w11 1/8 págs. 28-31 Un día de grandes ilusiones y expectativas ***
Graduación de la clase 130 de la Escuela de Galaad
Un día de grandes ilusiones y expectativas
SIN duda alguna, la graduación de la clase 130 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower despertó grandes
ilusiones y expectativas. El sábado 12 de marzo de 2011 se reunieron para la ocasión más de 8.500 personas, entre
estudiantes, familiares y amigos. Todos esperaban ese día con ilusión: no solo porque se graduaban los estudiantes, sino
porque marcaba el inicio de su vida como misioneros. Pronto partirían hacia diversos lugares del mundo a enseñar a la
gente las verdades de la Biblia.
“Felices son todos los que se mantienen en expectativa de Jehová”
Este fue el animador tema del discurso basado en Isaías 30:18 que presentó Geoffrey Jackson, presidente del
programa y miembro del Cuerpo Gobernante, el consejo directivo que dirige a los testigos de Jehová hoy día. Con cariño y
un toque de humor, el orador felicitó a los estudiantes por haber sobrevivido a las clases de Galaad y les aseguró que
también sobrevivirían al día de su graduación. Enseguida empezó a hablar de lo que, siendo realistas, podían esperar del
futuro. Se centró en tres puntos extraídos de Isaías 30:18-21.
En primer lugar, les dijo que pueden confiar en que Jehová prestará atención a sus oraciones. Recalcó la garantía que
hace el profeta Isaías en el versículo 19: “Sin falta [Dios] te mostrará favor al sonido de tu clamor”. Tras destacar que en el
hebreo original esta promesa se dirige a una sola persona y no a varias, el orador explicó que Dios escucha las oraciones
de cada uno de sus siervos. “Jehová, como Padre nuestro que es —dijo el hermano Jackson—, no nos pregunta por qué
no somos tan fuertes como los demás. Él nos escucha a todos con atención, y nos responde.”
En segundo lugar, les recordó a los estudiantes que van a surgirles problemas. “Jehová no promete que la vida será
fácil, pero sí promete que nos ayudará”, declaró. En el versículo 20, Dios predijo que, cuando la nación de Israel estuviera
sitiada, la angustia y la opresión serían tan comunes como el pan y el agua. Aun así, él siempre estaría listo para acudir al
rescate de su pueblo. En el caso de los estudiantes de Galaad ocurrirá lo mismo. Se les presentarán muchos problemas y
desafíos que quizás ni se imaginaban. “Pero no lo duden: Jehová estará allí para ayudarlos a enfrentarse a cada una de
esas pruebas”, afirmó el hermano Jackson.
En tercer lugar, les recordó que, de acuerdo con los versículos 20 y 21, también pueden contar con la guía divina.
“¡Búsquenla!”, les dijo. Él explicó que hoy día los cristianos escuchan los consejos de Jehová a través de las páginas de la
Biblia y de otras publicaciones basadas en ella. Por eso animó a los estudiantes a seguir leyéndola a diario con mucha
atención, pues su vida está en juego.
“Que el pavor de Jehová esté sobre ustedes”
Otro miembro del Cuerpo Gobernante, Anthony Morris, explicó el significado de la expresión bíblica “el pavor de
Jehová” (2 Crónicas 19:7). Contrario a lo que pudiera parecer, estas palabras no aluden a ningún tipo de terror morboso,
sino a un intenso deseo de hacer lo correcto, un respeto tan sincero que puede hacernos temblar. El hermano Morris
aconsejó a los estudiantes: “Llévense esa clase de pavor a su asignación misional”. Ahora bien, ¿cómo demostrarían ese
respeto por Jehová? El orador indicó dos maneras.
Primero, aplicando el consejo que se encuentra en Santiago 1:19: “Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír,
lento en cuanto a hablar”. Los estudiantes habían aprendido mucho durante los cinco meses del curso. Sin embargo, al
llegar a su asignación, podían cometer el error de presumir de sus conocimientos. ¿Cómo evitarlo? “Antes que nada,
escuchen —les dijo el orador—. Escuchen a los hermanos de la congregación y a quienes dirigen la obra en el país
adonde van. Escuchen todo lo que les digan sobre el lugar y su cultura. No teman decir: ‘No lo sé’. Si han sido buenos
estudiantes, se habrán dado cuenta de que cuanto más aprenden, más les queda por aprender.”
Para explicar la segunda manera de demostrar el pavor de Jehová, el hermano Morris leyó Proverbios 27:21, donde
dice: “El crisol es para la plata, y el horno es para el oro; y un individuo es conforme a su alabanza”. Tal como el crisol
refina la plata y el horno el oro, a nosotros nos refinan las alabanzas. ¿Por qué? Porque los halagos ponen a prueba
nuestro carácter. Nos pueden convertir en personas orgullosas y llevarnos a la ruina espiritual o, por el contrario, pueden
recordarnos cuánto le debemos a Jehová y motivarnos a no desobedecer sus normas. El orador animó a los estudiantes a
recibir las alabanzas de la forma correcta: como oportunidades de demostrar que tienen “el pavor de Jehová”.
“Aprecien su misión”
El principal discurso del programa estuvo a cargo de Guy Pierce, otro miembro del Cuerpo Gobernante. Él explicó que
un misionero es alguien a quien se envía para realizar una misión. De ahí que haya tantos tipos de misioneros y con muy
variadas misiones. Muchos se centran en curar físicamente y en buscar soluciones políticas para los problemas del
mundo. “Pero ustedes son diferentes”, dijo. ¿En qué sentido?
Durante las clases bíblicas, los estudiantes aprendieron muchas cosas acerca de la curación física. Sabían, por
ejemplo, que cuando Jesús resucitó a una jovencita, sus padres “estuvieron fuera de sí con gran éxtasis” (Marcos 5:42).
También era indescriptible la alegría de los ciegos que recuperaban la vista. ¿Cómo nos ayudan hoy esos milagros? Nos
ilustran lo que Cristo hará cuando ponga fin al actual sistema de cosas y convierta la Tierra en un paraíso. La “gran
muchedumbre” de seres humanos justos que sobrevivan se verá libre de toda dolencia física (Revelación [Apocalipsis]
7:9, 14). Así, cuando den la bienvenida a sus seres queridos que resuciten, unos y otros disfrutarán de salud perfecta.
¡Qué gran alegría!
Sin embargo, el hermano Pierce recordó a todos los presentes que hay un tipo de curación aún más importante que la
física. Los enfermos que Jesús curó volvieron a enfermar con el paso del tiempo. Los muertos que resucitó volvieron a
morir. Y los ciegos a los que devolvió la vista volvieron a perderla al morir. Pero la curación espiritual que realizó tuvo
mucha más importancia. Los graduados de Galaad también tienen la misión de curar en sentido espiritual. Deben ayudar a
las personas a reconciliarse con su Padre celestial para que, espiritualmente hablando, lleguen a vivir. Este es el único
medio de alcanzar vida eterna. Como dijo el orador a los misioneros, “dicha curación espiritual es lo que trae alabanza a
Dios y lo que hace que su ministerio sea un éxito”.
Otros tres platos fuertes del día
“¿Será hoy un buen día?” Esta oportuna pregunta fue el tema del discurso pronunciado por Robert Rains, miembro
del Comité de Sucursal de Estados Unidos. El orador dio tres claves a los estudiantes para que se aseguraran de que
cada día que pasaran en su asignación fuera un buen día: usar bien el tiempo, recurrir a la Palabra de Dios en momentos
de inquietud y demostrar confianza en Jehová orándole.
“¿Sacarán algo nuevo de algo viejo?” Mark Noumair, uno de los profesores de la escuela, planteó esta intrigante
pregunta durante su exposición. Analizó 1 Juan 2:7, 8, donde el apóstol Juan mencionó “un mandamiento viejo” que
también era “un mandamiento nuevo”. Ambas expresiones se referían al mismo mandamiento: que los seguidores de
Cristo debían amarse desinteresadamente, con espíritu de sacrificio (Juan 13:34, 35). El mandamiento era viejo porque lo
había establecido el propio Jesucristo décadas antes. Sin embargo, también era nuevo porque los cristianos se estaban
enfrentando a nuevos desafíos que los obligaban a mostrar su amor de nuevas formas. Pues los misioneros tendrán que
hacer lo mismo cuando se enfrenten a nuevas situaciones. Ahora bien, ¿cuál es la clave para lograrlo?
“No se conviertan en lo que detestan”, advirtió el conferenciante. Si uno detesta la forma en que lo tratan pero responde
igual, está imitando el comportamiento que odia, y así solo conseguirá hacerse daño. Por el contrario, si buscamos nuevas
formas de expresar amor en esas situaciones, haremos brillar “la luz verdadera” que disipa la oscuridad espiritual.
“Lleven su carga.” Otro instructor de la Escuela de Galaad, Michael Burnett, fue el encargado de explicar este tema.
Empezó describiendo cómo algunas personas de África caminan con soltura cargando pesados bultos sobre la cabeza.
Utilizan un kata, un paño enrollado sobre la cabeza que les permite equilibrar la carga y llevarla más cómodamente. Los
graduados también tendrán que cargar muchas responsabilidades en sus asignaciones extranjeras. Sin embargo, cuentan
con algo parecido al kata: una amplia preparación bíblica. Al poner en práctica lo que han aprendido, podrán equilibrar sus
cargas y llevarlas con mayor facilidad.
Experiencias y entrevistas
La preparación de los graduados de esta escuela incluye pasar tiempo en el ministerio con las congregaciones locales
de los testigos de Jehová. El superintendente del Departamento de Escuelas Teocráticas, William Samuelson, presentó
algunas experiencias de los estudiantes en la intervención titulada “No dejen descansar la mano” (Eclesiastés 11:6).
Mediante una serie de escenificaciones, los estudiantes demostraron lo ocupados que se mantuvieron dando a conocer el
mensaje bíblico en restaurantes, aviones y gasolineras. Predicaron de casa en casa, en conversaciones informales y por
carta. Como no dejaron “descansar la mano”, sus resultados fueron excelentes.
A continuación, Kenneth Stovall, del personal de la escuela, entrevistó a tres hombres de mucha experiencia que han
servido de misioneros en diversos países: Barry Hill, en el Ecuador y la República Dominicana; Eddie Mobley, en Costa de
Marfil, y Tab Honsberger, en Senegal, Benín y Haití. Entre todos presentaron el interesante tema “Prueben a Jehová y
segarán bendiciones” (Malaquías 3:10). El hermano Hill, por ejemplo, contó que para él y su esposa fue muy difícil
adaptarse al cambiante clima ecuatoriano, que pasaba del calor y el polvo al calor y el barro. También explicó que durante
dos años y medio tuvieron que bañarse con baldes. Aun así, nunca se plantearon abandonar su asignación. Al contrario, la
consideraban una bendición de Jehová. Como él mismo expresó: “Era nuestra vida”.
Para poner punto final al programa, uno de los estudiantes leyó una conmovedora carta en nombre de sus compañeros
donde expresaban su profundo agradecimiento por el curso. “Nuestra fe ha crecido hasta niveles que no imaginábamos —
decía la carta—, pero sabemos que todavía estamos a medio camino.” Acto seguido, los estudiantes recibieron sus
diplomas y sus respectivas asignaciones en multitud de países. El hermano Jackson concluyó asegurándoles que verían la
ayuda de Jehová en sus vidas, sobre todo cuando se enfrentaran a grandes desafíos. Todos los presentes salieron con
sus expectativas colmadas y llenos de ilusión. De seguro, Jehová utilizará a estos nuevos misioneros para hacer mucho
bien.
[Tabla y mapa de la página 31]
DATOS DE LA CLASE
Países representados: 9
Promedio de edad: 34,0
Promedio de años de
bautizados: 18,6
Promedio de años en el
servicio de tiempo completo: 13,1
[Mapa]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Países a los que fueron
asignados los estudiantes:
LUGARES DE DESTINO
ARGENTINA
ARMENIA
BURKINA FASO
BURUNDI
REP. DEM. DEL CONGO
REPÚBLICA CHECA
HAITÍ
HONG KONG
INDONESIA
KENIA
LITUANIA
MALASIA
MOZAMBIQUE
NEPAL
PAPÚA NUEVA GUINEA
RUMANIA
SENEGAL
TANZANIA
UGANDA
ZIMBABUE
[Ilustración de la página 31]
Clase 130 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Molina, Z.; Bassolino, S.; Alatsis, C.; Arroyo, A.; Niño, L.; Merkling, S.; Clark, M.
2) Little, C.; Tibaudo, S.; Jakobsson, S.; Moreno, J.; Rodriguez, A.; Lee, K.; Cárdenas, H.; Aguilar, L.
3) Clairbush, A.; Polley, A.; Caldwell, S.; Adame, J.; Hildebrandt, S.; Shoemaker, I.; Grohman, N.; Galvez, G.
4) Clark, J.; Bassolino, A.; Packham, K.; Adame, J.; Knaus, M.; Niño, M.; Moreno, R.; Galvez, J.
5) Rodriguez, D.; Geynes, M.; Molina, J.; Aguilar, A.; Alatsis, I.; Manno, A.; Grohman, R.; Packham, J.
6) Geynes, S.; Cárdenas, M.; Arroyo, C.; Manno, C.; Merkling, J.; Lee, H.; Clairbush, X.; Jakobsson, P.
7) Little, J.; Hildebrandt, B.; Shoemaker, M.; Knaus, K.; Caldwell, J.; Tibaudo, F.; Polley, C.
*** w12 1/2 págs. 28-31 “Hagan sonreír a Jehová” ***
Graduación de la clase 131 de la Escuela de Galaad
“Hagan sonreír a Jehová”

EL 10 DE SEPTIEMBRE DE 2011, familiares, amigos y otros invitados presenciaron con alegría la graduación de la
clase 131 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Tanto los estudiantes como los oradores estaban muy
nerviosos antes del programa. Sin embargo, al finalizar los discursos, las escenificaciones y las entrevistas, los 9.063
asistentes estaban relajados y sonrientes.
El discurso de apertura estuvo a cargo de Stephen Lett, presidente del programa y miembro del Cuerpo Gobernante,
que es el consejo central de los testigos de Jehová. Él analizó ciertos pasajes bíblicos que representan a Dios como si
tuviera un cuerpo físico y que muestran cómo utiliza sus ojos, oídos, manos y brazos simbólicos.
En primer lugar, el conferenciante examinó 2 Crónicas 16:9, donde dice que los ojos de Jehová “están discurriendo por
toda la tierra para mostrar su fuerza a favor de aquellos cuyo corazón es completo para con él”. Se animó a los
estudiantes a mantener un corazón completamente dedicado a Jehová y a fijarse en las virtudes de las personas, como
hace él. A continuación, el hermano Lett señaló en 1 Pedro 3:12 que Jehová escucha el ruego de los justos con sus oídos.
Además, instó a los estudiantes a no dejar de orar, pues Jehová de veras desea escucharlos.
El orador también dirigió la atención del auditorio a la promesa divina registrada en Isaías 41:13: “Yo, Jehová tu Dios,
tengo agarrada tu diestra, Aquel que te dice: ‘No tengas miedo. Yo mismo ciertamente te ayudaré’”. Con tono afectuoso, el
hermano Lett dijo: “Fíjense en el enternecedor gesto de Jehová: él extiende su mano para agarrar la nuestra”. Entonces
recomendó a los estudiantes que nunca rechazaran su ayuda, sino que siempre la aceptaran. Y añadió que una forma de
imitar a nuestro Padre celestial sería tendiendo una mano a los demás.
Por último, el hermano Lett leyó Isaías 40:11 e invitó a los presentes a meditar en la tierna imagen que describe ese
versículo. “Jehová nos recoge con sus brazos y nos lleva en su seno”, destacó él. ¿Cuál debería ser nuestra respuesta?
Se exhortó a los estudiantes a seguir siendo dóciles como los corderitos, pues así Jehová querrá llevarlos en su seno.
“Tenemos este tesoro en vasos de barro”
David Splane, quien también forma parte del Cuerpo Gobernante, pronunció este discurso bíblico (2 Corintios 4:7). ¿De
qué tesoro hablaba? ¿Del conocimiento? ¿De la sabiduría? “No —respondió él—. El tesoro que mencionó el apóstol Pablo
es nuestro ministerio de dar a conocer la verdad.” (2 Corintios 4:1, 2, 5.) El hermano Splane recordó a los estudiantes cuál
había sido el objetivo de los pasados cinco meses de clases: prepararlos para una asignación especial en el ministerio, la
cual deben valorar muchísimo.
El conferenciante aclaró que los “vasos de barro” representan nuestros cuerpos. Luego estableció una comparación
entre un vaso de barro y uno de oro. A diferencia de los vasos de barro, que se usan a diario, los de oro no se utilizan a
menudo. Si guardáramos algo de gran valor en un vaso de oro, puede que le diéramos la misma relevancia al vaso que al
contenido. Por eso, el hermano Splane dijo a los estudiantes: “No atraigan la atención hacia ustedes mismos. Los
misioneros deben dirigir la atención de la gente a Jehová. Deben ser humildes vasos de barro”.
Siguiendo con la comparación, el orador indicó que en tiempos bíblicos había vasos de barro resistentes al fuego.
De hecho, algunos tenían un fuerte vidriado para que no se astillaran fácilmente. De forma parecida, los misioneros
desarrollarán un resistente “vidriado” durante los primeros meses en su asignación. Esto los hará menos susceptibles a las
críticas e impedirá que se ofendan con facilidad. “Verán que son más fuertes de lo que piensan”, les aseguró el hermano
Splane. Jehová no ha confiado este valioso ministerio cristiano a los ángeles, sino a vasos de barro. El conferenciante
concluyó afirmando: “Eso demuestra que Jehová confía en ustedes”.
“Contra hombres has corrido, pero ¿puedes correr contra caballos?”
“¿Por cuánto tiempo y a qué velocidad pueden correr ustedes?”, preguntó Samuel Herd, otro miembro del Cuerpo
Gobernante. Él planteó esta cuestión a los estudiantes a fin de comparar sus vivencias con las del profeta Jeremías. Este
fiel siervo de Dios lo pasó mal cuando se enfrentó a ciertas dificultades, pero aún le esperaban mayores pruebas. Por eso,
Jehová le dijo: “Porque con hombres de a pie has corrido, y te rendían de cansancio, ¿cómo, pues, puedes correr en una
carrera con caballos?” (Jeremías 12:5).
El hermano Herd aplicó este texto a los estudiantes: “Tal vez piensen que han estado corriendo contra caballos porque
en clase han hecho muchos exámenes. Pero lo cierto es que han estado corriendo contra hombres, no contra caballos.
En sus asignaciones sí correrán contra caballos: tendrán que superar obstáculos que hoy no pueden siquiera imaginar.
¿Cómo les irá? Gracias a la preparación que han recibido en Galaad, podrán correr contra caballos sin cansarse”. Animó a
los futuros misioneros a continuar entrenándose en sentido espiritual, es decir, a estudiar la Biblia y orar constantemente.
Acto seguido les hizo ver que algunos van a enfrentarse al desánimo o la indiferencia y que otros enfermarán o sufrirán
sentimientos de ineptitud. Sin embargo, los tranquilizó recordándoles que tienen a su alcance una fuente de poder que les
ayudará a vencer cualquier obstáculo sin cansarse. “No importa si corren contra hombres o contra caballos —afirmó él—.
La poderosa mano de Dios los ayudará a llegar a la meta. Confíen en él y se convertirán en buenos misioneros para la
honra y alabanza de Jehová.”
Otros temas de interés
“No te limites a unas cuantas.” John Ekrann, miembro del Comité de Sucursal de Estados Unidos, repasó el relato
de Eliseo y la viuda pobre cuyos hijos estaban a punto de ser vendidos como esclavos (2 Reyes 4:1-7). Ella solo tenía una
vasija pequeña para guardar aceite, así que Eliseo la mandó a pedir más vasijas a sus vecinas. “No te limites a unas
cuantas”, le recomendó. De manera milagrosa, Jehová proveyó aceite para llenar todas las vasijas. Tras vender el aceite,
ella pudo pagar las deudas y mantener a su familia durante un tiempo.
¿Qué pueden aprender de este relato los futuros misioneros? El hermano Ekrann explicó que lo más seguro es que la
viuda no fuera muy exigente con las vasijas. “Es probable que haya buscado cualquier recipiente que pudiera contener
aceite, y que cuanto más grande fuera, mejor.” Entonces instó a los estudiantes a aceptar cualquier asignación que
reciban, sea grande o pequeña. “No sean exigentes”, les aconsejó. Además, les recordó que la viuda fue bendecida en
proporción al esmero que puso en seguir las instrucciones de Eliseo. ¿Cuál es la moraleja? Que cuanta más fe y
dedicación demostremos, más bendiciones recibiremos. “Así pues —concluyó el orador—, no escatimen esfuerzos.”
“Son pan para nosotros.” Este discurso, basado en Números 14:9, fue presentado por William Samuelson,
superintendente del Departamento de Escuelas Teocráticas. En primer lugar, resaltó el buen ejemplo de Josué y Caleb.
Luego indicó que, en este versículo, el término pan da a entender que sería fácil derrotar a los habitantes de Canaán y que
esa experiencia animaría y fortalecería a Israel. “En su labor misional —les dijo a los estudiantes— vean los retos como
una oportunidad de hacerse más fuertes.”
“¿Estará bien anclado el barco de su fe cuando azoten las tormentas?” Sam Roberson, uno de los profesores,
habló a los futuros misioneros del peligro de dejar que la fe naufrague, como les ocurrió a algunos cristianos en tiempos
del apóstol Pablo (1 Timoteo 1:19). Los estimuló a ayudar a sus estudiantes de la Biblia a cultivar una fe firme —bien
anclada— en Jehová. Y añadió: “Su labor podría asemejarse a la de un herrero”. ¿En qué sentido? El herrero une los
eslabones de la cadena del ancla que sostiene a un barco. Igualmente, los misioneros ayudan a sus estudiantes a
desarrollar cualidades espirituales que les salvarán la vida.
El hermano Roberson comparó las ocho cualidades mencionadas en 2 Pedro 1:5-8 con los eslabones de una cadena.
Para que los estudiantes desarrollen un vínculo inquebrantable con Jehová, los misioneros deben enseñarles a percibir
cómo él manifiesta esas cualidades. Así podrán capear cualquier tormenta que ponga a prueba su fe.
Experiencias y entrevistas
Otro profesor de la Escuela de Galaad, Michael Burnett, pidió a los estudiantes que relataran y escenificaran algunas
de las experiencias que habían tenido en la predicación durante los últimos meses. El auditorio escuchó encantado cómo
habían predicado en un centro comercial, en el aeropuerto, de casa en casa, e incluso por teléfono a alguien que llamó a
un número equivocado.
Michael Hansen, de la familia Betel de Estados Unidos, pasó a entrevistar a tres hermanos con mucha experiencia en
el campo misional: Stephen McDowell en Panamá, Mark Noumair en Kenia y William Yasovsky en Paraguay. Sus
comentarios destacaron el tema de esta sección, titulada “Deleitémonos en hacer la voluntad de Jehová” (Salmo 40:8).
Mark Noumair, por ejemplo, contó algunas de las enormes satisfacciones que él y su esposa tuvieron en la obra misional.
Para empezar, forjaron estrechas amistades con los Testigos del lugar. También vieron que, cuando los hermanos seguían
las instrucciones y hacían grandes cambios en sus vidas, Jehová bendecía sus esfuerzos. El hermano Noumair garantizó
a los futuros misioneros que las mayores alegrías aún estaban por venir.
Antes de finalizar el programa, uno de los estudiantes leyó una hermosa carta de agradecimiento de la clase 131.
Entonces, el hermano Lett concluyó esta ocasión especial con una última exhortación: “Hagan sonreír a Jehová actuando
con sabiduría”. Sin duda, estos hombres y mujeres servirán fielmente en sus respectivos destinos misionales y harán
sonreír a Jehová (Isaías 65:19).
[Tabla y mapa de la página 31]
DATOS DE LA CLASE
Países representados: 10
Promedio de edad: 34,7
Promedio de años de
bautizados: 19,0
Promedio de años en
el servicio de tiempo completo: 13,5
[Mapa]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Países a los que fueron
asignados los estudiantes:
LUGARES DE DESTINO
BENÍN
BRASIL
BULGARIA
BURUNDI
CAMERÚN
CANADÁ
REPÚBLICA CENTROAFRICANA
ALEMANIA
GHANA
HONG KONG
INDONESIA
KENIA
LIBERIA
LITUANIA
MALASIA
MOZAMBIQUE
NEPAL
PANAMÁ
PARAGUAY
SIERRA LEONA
ESLOVAQUIA
SUDÁFRICA
ESTADOS UNIDOS
VENEZUELA
[Ilustración de la página 30]
Dos estudiantes escenifican una de sus experiencias
[Ilustración de la página 31]
Clase 131 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Lesch, C.; Lesch, N.; Shakarjian, P.; Shakarjian, T.; Budden, R.; Budden, K.; Nash, T.; Nash, L.
2) Tremblay, E.; Tremblay, C.; Garvey, D.; Garvey, G.; Gaunt, R.; Gaunt, P.; Lau, J.; Lau, J.
3) Davis, S.; Davis, S.; Sargeant, J.; Sargeant, J.; Fonseca, C.; Fonseca, S.; Thenard, E.; Thenard, A.
4) Petratyotin, A.; Petratyotin, R.; Reyes, N.; Reyes, N.; Eisiminger, B.; Eisiminger, S.; Hacker, J.; Hacker, C.
5) Hartman, E.; Hartman, T.; Goolia, W.; Goolia, K.; Thomas, J.; Thomas, E.; Okazaki, N.; Okazaki, M.
6) Mills, C.; Mills, A.; Benning, L.; Benning, T.; Sobiecki, S.; Sobiecki, T.; Gagnon, L.; Gagnon, E.
7) Hansen, B.; Hansen, M.; Fahie, A.; Fahie, M.; Dalgaard, J.; Dalgaard, J.; Andersson, M.; Andersson, R.
*** w12 1/8 págs. 28-31 Defensores de la verdad ***
Graduación de la clase 132 de la Escuela de Galaad
Defensores de la verdad

EL 10 DE MARZO DE 2012 fue un día especial. Miles de personas, algunas de ellas procedentes del extranjero,
acudieron elegantemente vestidas al centro educativo de los testigos de Jehová en Patterson (Nueva York). Ese día se
celebraba la graduación de la clase 132 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Aunque muchos presenciaron
la ceremonia en vivo y en directo en el mismo auditorio de Patterson, la mayoría lo hicieron a través de monitores de
televisión en otros auditorios. En total hubo 9.042 asistentes.
La emoción aumentaba a cada minuto. A diferencia de ocasiones anteriores, los estudiantes de esta clase ya estaban
efectuando alguna forma de servicio especial de tiempo completo antes de asistir a esta escuela para misioneros. Algunos
habían servido como miembros de la familia Betel en alguna sucursal, y otros, como evangelizadores especiales,
misioneros o superintendentes viajantes. ¿Qué consejos se le darían a gente con tanta experiencia?
Los asistentes no tuvieron que esperar mucho para satisfacer su curiosidad. Gerrit Lösch —miembro del Cuerpo
Gobernante, el consejo directivo de los testigos de Jehová— fue el encargado de presidir el programa y pronunciar el
primer discurso. El título despertó mucha expectación: “¿Se considera usted un defensor?”. Él explicó que los cristianos
son responsables de defender la verdad, es decir, el conjunto de enseñanzas de la Biblia. Y aclaró que, además de dar a
conocer estas verdades, deben ayudar a las personas a amarlas.
“¿Por qué estamos seguros de que tenemos la verdad?”, preguntó. Advirtió que no es por el número de miembros.
Al fin y al cabo, hoy somos millones, pero en el Pentecostés del año 33 había muy pocos. El hermano Lösch enumeró
cinco características que prueban que tenemos la verdad: 1) no nos desviamos de las enseñanzas de Jesús, 2) nos
amamos unos a otros, 3) seguimos el elevado código moral divino, 4) somos neutrales en las polémicas de este mundo y
5) formamos parte del pueblo que Dios escogió para llevar su nombre.
“Sigan las instrucciones”
Geoffrey Jackson, otro miembro del Cuerpo Gobernante, sorprendió a los presentes al llegar al atril con una maleta de
viaje. Durante el discurso titulado “Sigan las instrucciones” leyó Isaías 50:5. Este versículo, hablando proféticamente de
Jesús, dice: “No fui rebelde. No me volví en la dirección opuesta”.
El orador recalcó a los estudiantes la importancia de seguir las instrucciones que Jehová Dios da mediante su espíritu
santo, su Palabra y su organización. Luego se centró en la parábola de los talentos, de Mateo 25:14-30. Puesto que cada
esclavo recibió una cantidad de talentos acorde con su capacidad, podría decirse que todos recibieron la misma carga de
responsabilidad. Se esperaba que cada uno diera lo mejor de sí mismo. A los dos esclavos que así lo hicieron se les
felicitó y se les llamó buenos y fieles. Esto demuestra que la fidelidad de alguien no depende de los resultados, sino de
que siga las instrucciones.
Sin embargo, del tercer esclavo se dijo que era inicuo e indolente y que no servía para nada. ¿Cuál fue el problema?
Que enterró su talento. Para explicar qué tenía eso de malo, el conferenciante dio detalles sobre lo que era un talento.
No se trataba de una moneda, sino de una unidad de peso que equivalía a 6.000 denarios y pesaba unos 20 kilos (45
libras), poco menos del peso máximo permitido para una maleta en un vuelo internacional. ¿Se imagina enterrar algo del
tamaño de esa maleta? El tercer esclavo enterró el pesado talento, así que algo hizo. Su error fue no hacer lo que se le
había mandado. Lo mismo le puede pasar a un misionero. Tal vez se mantenga muy ocupado escribiendo largos correos
para poner al día a sus amigos y familiares, navegando por Internet, haciendo vida social o metiéndose en negocios.
Y aunque probablemente acabará agotado al final del día por todo lo que hizo, no habrá hecho lo que se le pidió que
hiciera. ¿Cuál fue la exhortación final de Geoffrey Jackson? “Sigan siempre las instrucciones.”
“No dejen lugar a las dudas”
Así se titulaba la conferencia de Anthony Morris, otro miembro del Cuerpo Gobernante. “La Biblia jamás da a entender
que la fe pueda coexistir con las dudas. La fe y las dudas son incompatibles”, declaró. Si Satanás supo crear dudas en la
mente perfecta de Eva, puede hacer lo mismo en nuestro caso. Por eso, el hermano Morris recomendó: “Nutran su fe, y
sus dudas se morirán de hambre”. Indicó que Pedro “anduvo sobre las aguas”, pero “al mirar a la tempestad de viento”, le
entró miedo y comenzó a hundirse. ¿Por qué le pasó eso? Las palabras que dijo Jesús, tras agarrarlo con la mano,
revelan la razón: “¿Por qué cediste a la duda?” (Mateo 14:29-31). El orador explicó a los futuros graduados: “Seguro que
harán mucho en su servicio de tiempo completo. Habrá quienes los admiren tanto como si estuvieran caminando sobre el
agua. Pero cuídense cuando azote una tormenta, no sea que vayan a ceder a las dudas”.
No es fácil aguantar cuando nos abruman las dificultades. Sin embargo, conviene recordar que después de la tormenta
siempre llega la calma. ¿Qué hacer mientras tanto? El hermano Morris analizó lo que hicieron Pablo y Silas mientras
estaban encarcelados en Filipos. “Como a la mitad de la noche, Pablo y Silas estaban orando y alabando a Dios con
canción; sí, los presos los oían”, cuenta Hechos 16:25. Es curioso que ellos no se limitaron a orar, también cantaron, y tan
alto que otros prisioneros los oían. La lección está clara: cantar ayuda, sobre todo en momentos difíciles. Así pues, aunque
no cantemos muy bien, nunca debemos retraernos de hacerlo. El conferenciante concluyó leyendo la letra del cántico 135,
“Aguantemos hasta el fin”, del cancionero Cantemos a Jehová.
Otros discursos animadores
“¿Amarán suficientes días para ver lo bueno?”. Esta conferencia fue pronunciada por Robert Luccioni, del
Departamento de Compras. Toda la exposición —que estaba basada en las palabras del rey David en Salmo 34:12—
giraba alrededor de cómo enfrentarse a las dificultades de la vida sin perder nuestra buena relación con Jehová.
Se analizaron los sucesos del capítulo 30 de 1 Samuel. David, sus hombres y sus familias vivían refugiados en Ziqlag para
escapar del rey Saúl. En una ocasión en que sus familias fueron apresadas por los amalequitas, los hombres le echaron la
culpa a David y quisieron apedrearlo. Sin embargo, en vez de desanimarse, él “recurrió a fortalecerse mediante Jehová su
Dios” (1 Samuel 30:6). Pidió ayuda a Jehová, siguió sus instrucciones y rescató a los cautivos. El hermano Luccioni
garantizó a los estudiantes que, si ellos también confían en Jehová y siguen su guía, acabarán “amando suficientes días
para ver lo que es bueno”, como David. En otras palabras: aprenderán a quedarse con lo bueno de la vida y de su
privilegiada labor misional.
“Vean más allá de las vigilias de la noche.” Uno de los profesores de la Escuela de Galaad, Michael Burnett,
presentó este discurso. En el antiguo Israel, la noche se contaba desde la puesta del Sol hasta el amanecer y se dividía en
tres vigilias de unas cuatro horas cada una. La más dura era la última: de 2 a 6 de la mañana. Al ser la más oscura y fría,
costaba quedarse despierto. El salmista reflexionaba en las enseñanzas de Jehová para no dormirse durante la última
vigilia (Salmo 119:148). “Tienen que mantenerse alerta —les dijo el orador a los estudiantes—. Habrá días oscuros en los
que sentirán los efectos de vivir en este mundo frío y apático. Necesitan un plan de acción para cuando lleguen esos días.”
Les recomendó que siguieran un programa de estudio profundo a fin de mantenerse despiertos en sentido espiritual. “Si
todos los días oran a Jehová porque desean ser sus amigos, ¿por qué no permiten que ese amigo les hable a diario a
través de su Palabra? —les preguntó—. Puesto que la noche está muy avanzada, piensen ahora en lo que harán con los
días que quedan. Así verán más allá de las vigilias de la noche.”
“Capacitados para la obra que les espera.” Mark Noumair, otro de los profesores, escogió este título, basado en
1 Pedro 5:10. “Con toda la experiencia que ustedes tienen, ¿por qué creen que se les invitó a este centro educativo?”,
preguntó a los futuros graduados. Y enseguida respondió: “Porque ustedes son profesionales en su campo, y los
profesionales invierten tiempo en asistir a cursos de actualización. Durante los pasados cinco meses, Jehová los ha
preparado mediante el estudio profundo de su Palabra y organización para hacerlos ‘firmes’ y ‘fuertes’. Así podrán asumir
grandes responsabilidades. Una viga de madera demuestra su firmeza cuando no se deforma ni se rompe bajo presión.
Ustedes demostrarán el resultado de su preparación al trabajar con sus hermanos y hermanas cristianos. ¿Qué harán
cuando estén bajo presión? ¿Se apartarán de los principios divinos, o demostrarán su firmeza poniendo en práctica lo que
aprendieron en la Biblia? Para llevar una carga, hay que ser fuerte. Y al igual que pasa con las vigas, lo que determina su
fortaleza es lo firmemente entretejida que esté su fibra interior. Jehová los trajo aquí a fin de hacerlos fuertes, confiables
y diligentes para la obra que les espera. Él ha cumplido su parte, así que oramos para que ustedes cumplan la suya
permitiendo que su ‘Magnífico Instructor’ termine de capacitarlos”.
Experiencias y entrevistas
Como en graduaciones anteriores, todo el mundo esperaba emocionado la parte del programa en que intervienen los
estudiantes. Varios escenificaron algunas experiencias recientes que tuvieron al hablar a otros de su fe. Por ejemplo, de
camino a la Escuela de Galaad, una pareja francesa tuvo que esperar seis horas en un aeropuerto. En el restaurante
comenzaron a conversar en inglés con dos hombres que también estaban esperando. Uno de ellos dijo que era de Malaui,
así que le hablaron en chichewa. Sorprendido, les preguntó cómo sabían su idioma, y ellos le respondieron que servían de
misioneros en Malaui. Y cuando el otro hombre dijo que era de Camerún, para su sorpresa, ellos se pusieron a hablar en
francés. Los dos hombres tenían muy buena opinión de los Testigos, y los misioneros aprovecharon para predicarles.
Nicholas Ahladis, de Servicios de Traducción, entrevistó a dos parejas de estudiantes. Uno de los matrimonios se había
mudado de Australia a Timor Oriental para ser misioneros en ese país desgarrado por la guerra. El otro matrimonio se
había trasladado de Corea a Hong Kong. Ambas parejas estaban deseosas de regresar y poner en práctica lo que habían
aprendido en Galaad.
Una vez entregados los diplomas, uno de los recién graduados leyó en representación de toda la clase una carta de
agradecimiento por la instrucción recibida. Luego, para concluir el programa, Gerrit Lösch comparó la verdad, entre otras
cosas, a un hermoso arco iris, a un oasis en el desierto y a un ancla en un mar embravecido. “¡Qué privilegio es conocer la
verdad! —dijo—. Sean defensores de la verdad, y ayuden a otros a serlo también.”
[Tabla y mapa de la página 31]
DATOS DE LA CLASE
Países representados: 12
Promedio de edad: 36
Promedio de años de bautizados: 20
Promedio de años en el servicio de tiempo completo: 15
[Mapa]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Países a los que fueron asignados los estudiantes:
LUGARES DE DESTINO
BELICE
BENÍN
CAMBOYA
CAMERÚN
CABO VERDE
COSTA DE MARFIL
REPÚBLICA DOMINICANA
TIMOR ORIENTAL
ECUADOR
GABÓN
GEORGIA
GUINEA
HONG KONG
LIBERIA
MADAGASCAR
MALAUI
PERÚ
SAMOA
SANTO TOMÉ Y PRÍNCIPE
ESTADOS UNIDOS
ZIMBABUE
[Ilustración de la página 31]
Clase 132 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower
Las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres aparecen de izquierda a derecha.
1) Iap, R.; Iap, J.; Ng, T.; Ng, P.; Laurino, F.; Laurino, B.; Won, S.; Won, S.
2) Morales, N.; Morales, M.; Zanutto, J.; Zanutto, M.; Rumph, I.; Rumph, J.; Germain, D.; Germain, N.
3) Atchadé, Y.; Atchadé, Y.; Thomas, C.; Thomas, E.; Estigène, C.; Estigène, P.
4) Ehrman, D.; Ehrman, A.; Bray, J.; Bray, A.; Amorim, M.; Amorim, D.; Seo, Y.; Seo, Y.
5) Simon, J.; Simon, C.; Seale, C.; Seale, D.; Erickson, J.; Erickson, R.
6) McCluskey, D.; McCluskey, T.; Brown, A.; Brown, V.; Mariano, D.; Mariano, C.; Loyola, Y.; Loyola, C.
7) Rutgers, P.; Rutgers, N.; Foucault, P.; Foucault, C.; Wunjah, J.; Wunjah, E.

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