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¿Qué es la Psicoterapia Corporal?

“La vida del cuerpo es la vida de las sensaciones y emociones. El


cuerpo siente un hambre real, sed real, alegría real al sol o en la nieve,
placer real con el perfume de las rosas o la visión de un ramo de lilas;
cólera real, pena real, ternura real, calidez real, pasión real, odio real,
aflicción real. Todas las emociones pertenecen al cuerpo y la mente se
limita a reconocerlas”. (D.H. Lawrence).
Para poder dar una definición de psicoterapia corporal debemos
remontarnos a Reich y a su discípulo Alexander Lowen, de los cuales,
principalmente este ultimo, abogaba ciegamente en la relación cuerpo mente
por lo que al sumarle definiciones como la de Totton en resumen podemos
obtener que todos concuerdan en que la psicoterapia corporal trabaja a través
del cuerpo, desarrollando una comprensión en donde la Mente no se distancia
del cuerpo ni en contra de este sino que ambos se complementan siendo
partes de un total que cubre de homeostasis al organismo en su integridad.
Para comprender de mejor manera esta forma de hacer terapia
debemos ahondar en conceptos fundamentales para entender la definición de
esta psicoterapia en donde cuerpo y mente se fusionan e intercambian
energías generando el bienestar del cuerpo y reforzando el self e integridad en
todo ámbito de los seres humanos.
En esta forma de hacer terapia se utiliza un conjunto de herramientas
terapéuticas cuyo objetivo final es integrar en el individuo lo psíquico,
emocional y físico. Y como señala una terapeuta corporal, Beyla Romero, lo
que se busca es "hacer ejercicios y contactos físicos para aliviar la rigidez
muscular crónica e ir eliminado bloqueos y miedos". (Beyla Romero, Salud
Mental 2005).
En esta terapia no bastaría con no basta hacer consciente lo
inconsciente para desaparecer el trastorno que afecta a la persona en
tratamiento, pues si bien el trastorno desaparece de momento, después de un
tiempo vuelve a aparecer en la misma u otra forma. Al trabajar con la
respiración y dando masaje a partes tensas del cuerpo de la persona en
tratamiento, Reich encontró que aparecían antiguas emociones ligadas a
situaciones traumáticas y que una vez liberadas del cuerpo, se hacía más
factible la desaparición completa del trastorno.
Actualmente, la psicoterapia de enfoque corporal, con su amplia gama
de técnicas, permite que la persona con algún problema en su mundo interno o
en su mundo externo pueda no sólo resolverlo, sino hasta recuperar su alegría
por vivir. (Reich, 1949, p. 161).

Psicopatología corporal

Cuando notamos una perturbación debemos pensar que se debe a un


proceso energético alterado que afecta la homeostasis del organismo. En
efecto primeras aportaciones de Reich se basaban principalmente en sus
conceptos sobre el carácter y su coraza, los cuales desarrolló a partir del
concepto psicoanalítico de la necesidad que tiene el ego de defenderse contra
las fuerzas del instinto. Según la teoría de Reich, el carácter de un individuo
contiene patrones de defensa, consistentes y habituales. Primero analizó este
patrón en términos psicológicos y, poco a poco, fue asociando diferentes
formas de la resistencia del carácter con patrones específicos de coraza
muscular. Ponía mucho énfasis en la importancia de aflojar y disolver la coraza
muscular, además de tratar analíticamente el material psicológico.(Reich,
1949).
Esta sicopatología posee características de las neurosis como lo son, la
movilidad restringida, al igual que la respiración restringida, como las tensiones
musculares crónicas, algunos síntomas psicosomáticos no pesquisados,
acompañado de una sexualidad alterada y una vitalidad restringida.
Los rasgos característicos no son síntomas neuróticos. Según Reich, la
diferencia estriba en el hecho de que los síntomas neuróticos (tales como los
temores irracionales o fobias) se experimentan como ajenos al individuo, como
elementos extraños a la psique, en tanto que los rasgos característicos
neuróticos (orden llevado al extremo, timidez angustiosa, por ejemplo) se
experimentan como partes integrantes de la personalidad. Uno puede quejarse
de ser tímido, pero esa timidez no parece tener sentido o ser patológica, como
sucede con los síntomas neuróticos. Las defensas del carácter son
particularmente efectivas e igualmente difíciles de erradicar porque están bien
racionalizadas por el individuo y son experimentadas como parte de su
autoconcepto.
Reich trató siempre de hacer que sus pacientes se dieran cuenta de
sus rasgos característicos. Frecuentemente imitaba sus gestos o sus
posiciones características y hacía que exageraran algún comportamiento
habitual; por ejemplo, una sonrisa nerviosa. Cuando los pacientes dejaban de
considerar su modo de ser característico como algo inmodificable, su
motivación para cambiar aumentaba. (Reich, 1949).

Los objetivos terapéuticos, la intervención y la técnica

En cuanto a los objetivos terapéuticos se quiere recuperar la pulsación,


equilibrando la carga y descarga del organismo, lo que debe ayudar a
reestablecer la potencia orgástica, que es aquella que se relaciona
directamente con la entrega de energía del organismo, mas no debemos dejar
de mencionar la liberación de la respiración que nos entrega una vitalización
energética ayudando a recuperar la movilidad y autorregulación del organismo,
reestableciendo el contacto Cuerpo Mente.
Para comenzar con nuestras intervenciones debemos observar la
respiración, los gestos diarios del paciente, su voz, la voluntad, sus
movimientos, su temperatura y semblante, si hay rigidez vincular, el grado de
contacto, la orientación al placer y por sobre todo El Carácter.
Considerando que este modelo, concibe la neurosis como resultado de
una relación primaria perturbada que interfiere en el ritmo de crecimiento
personal, la terapia para ser profundamente efectiva en cambiar este disturbio
primario, necesita crear una nueva relación. Es decir, “necesita interferir con la
interferencia de tal modo de crear resonancia con el ritmo primario del
crecimiento” (Boadella, 1993b, p. 22).
Boadella (1993b) plantea que un buen terapeuta con una técnica
limitada tendrá un buen efecto sobre un cliente en un área limitada. Por
ejemplo, un terapeuta verbal puede ayudar a su paciente a alcanzar tomas de
conciencia muy significativos. De igual manera un mal terapeuta, con una
técnica de alcance profundo podrá tener un mal efecto en su paciente en una
amplia área de su desarrollo.
Es por ello, que la Biosíntesis toma de Paulo Freire(1) un modelo que
describe tres estilos de interacción, los cuales grafican tres estilos de persona
en interacción para el terapeuta: invasivo, deprivador, y de dialogo (Boadella,
1993b).
Un terapeuta invasor sería aquel que penetra al cliente, quien traspasa
los límites del paciente. Lo invade con interpretaciones que “disparan al
inconsciente”, situación que Reich describió en sus comienzos cuando criticó la
técnica psicoanalítica, o lo invade usando técnicas corporales presionadoras
para forzar una respuesta y atropellar la resistencia del cliente. Esta
interacción, traería por resultado, que el paciente se desaliente para confiar en
su propio proceso de desarrollo.
La privación en tanto, es un estado donde el terapeuta priva al paciente
“de los nutrientes humanos básicos que pueda necesitar para el crecimiento”
(Boadella, 1993 b, p.23). Por ejemplo un terapeuta corporal que niega la
simbolización a través de las palabras, lo priva de las experiencias de lenguaje,
o el terapeuta verbal que no lleva el proceso a resonarlo corporalmente, priva al
paciente de la experiencia kinestésica. Estos dos estilos, se relacionan en el
sentido de que el miedo a privar puede llevar a la invasión, o el miedo a invadir
puede llevar a la privación. Entre estos dos modos perturbados de relación
estaría el “diálogo”.
El diálogo puede ser tanto verbal, como no verbal. El terapeuta abierto al
diálogo va a aprender de su cliente así como va a enseñarle; hará una
interacción dinámica entre ambos basada en una comunicación abierta y en
procesos desarrollados mutuamente.

(1) Reconocido educador brasileño, que realizó importantes contribuciones a la práctica pedagógica
de América Latina y Africa.
El diálogo es un modo de contacto que crea resonancia con el cliente.
Esta resonancia es una plataforma de sonido que puede ser usada para
evaluar lo apropiado de cualquier técnica que esté siendo usada. La persona
del cliente es de importancia primordial, las técnicas son de importancia
secundaria (Boadella, 1993 b; Frankel, 2005).
Estos estilos de interacción se podrían reflejar en dos formas de ser
como terapeuta, el que tiende a ser impersonal y mantenerse objetivo, que
mantiene sus sentimientos ocultos. Y el terapeuta demasiado personal que se
torna subjetivo, establece una relación simbiótica con el cliente, actúa hacia
fuera sus necesidades personales en la sesión y es incapaz por tanto de
manejar la transferencia y contratransferencia.
Boadella explica que entre estas dos formas de ser extremas, se da la
posibilidad de compartir emociones humanas profundas en forma cálida. En
esta posibilidad es que entra el cuerpo a ocupar un espacio significativo como
un referente de una emocionalidad sana. Para la Biosíntesis el cuerpo del
terapeuta es una herramienta importante, la más básica. Es el cuerpo del
terapeuta que va a resonar con muchas de las tensiones sutiles y estados
emocionales en el cliente, puesto que como se mencionó en el apartado de
análisis bioenergético, en Biosíntesis se trabaja bastante con la experiencia de
la resonancia somática, es decir con el conectarse a partir de la propia vivencia
corporal con la vivencia del otro. Es además una herramienta importante el
cuerpo, porque la interacción cuerpo a cuerpo es uno de los más poderosos
modos de aprender nuevos patrones de desarrollo. El terapeuta de Biosíntesis
utiliza sus manos, sus pies, su espalda, cabeza para ayudar al paciente a
explorar nuevos senderos de movimiento. El terapeuta es una especie de guía
de contacto (Acero, 1996a).
Dado que como ya se ha dicho, la transferencia y contratransferencia
con el uso del toque son intensas (Yoffe y Norma, 1996), es de suma
importancia que el terapeuta haya hecho un trabajo personal sobre sí mismo
antes de estar listo para participar en un “dialogo somático”, para así hacerlo
responsablemente evitando el peligro de la invasión. En este sentido es
importante destacar la supervisión como otro espacio fundamental para el
terapeuta en esta línea.
Boadella (2005d) además, diferencia cincos aspectos claves para entender la
relación terapéutica:
En primer lugar, la alianza de trabajo, que se relaciona con la estructura
contractual de la terapia. En donde los contratos pueden ser escritos o
verbales, pero ellos son acuerdos en los cuales la responsabilidad es
ejercitada, por lo que acuerdos rotos implican heridas a la estructura. Este tipo
de relación es el continente para los otros cuatros tipos de relación.
La de transferencia, entendiéndosela como aquellas actitudes,
sentimientos y expectativas del pasado que se actualizan en el presente, puede
ser vista como una forma de condicionamiento que limita oportunidades del
presente. El hacer consciente el condicionamiento y ayudar a la persona a ir
más allá de él. Lo interesante que propone Boadella es que no todo lo que
acontece en la terapia es transferencia. En este sentido aparece un tercer tipo
de relación, la relación verdadera, que puede ser entendida como la relación
humana entre dos personas que va más allá de sus papeles. Boadella
ejemplifica que existe espacio para una rabia verdadera del terapeuta para con
el cliente y al revés, así como existe espacio para un sentimiento real de
pérdida cuando un cliente se va después de un proceso terapéutico de varios
años. Por lo que hay que estar atento para no interpretar cada sentimiento real
como transferencia de un sentimiento infantil.
El desarrollo de la relación, es un cuarto lugar, que para la Biosíntesis
constituye una dinámica fundamental en cuanto la entiende como el tipo de
relación en donde se trabajan los patrones de crecimiento, es una posibilidad
de ayudar a desarrollar nuevas habilidades, Boadella (2005 a) señala: “ella es
constructora de futuro y no revolvedora del pasado”.
Finalmente hay un nivel espiritual de relación, a través de la cual se
encuentran dos seres humanos, y tiene lugar un encuentro y oportunidad
únicos, en el sentido de que nunca aconteció de esa manera y nunca va a
ocurrir exactamente de la misma manera.
Bibliografía

1.-PSICOTERAPIA CORPORAL: REVISIÓN DE LOS APORTES TEÓRICOS


Y CLÍNICOS DE WILHELM REICH, El ANÁLISIS BIOENERGÉTICO DE
ALEXANDER LOWEN Y LA BIOSÍNTESIS DE DAVID BOADELLA.
- Lic. Andrea Ramírez
2.-David Boadela, “Corrientes de vida”, Una introducción a la biosíntesis.
(paidos, tecnicas y lenguajes corporales).

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