Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Es decir, que los enemigos del cristianismo merecen que les demos las
gracias, puesto que nos demuestran con ese odio profundo que lo que odian es
el testimonio, ya que no quieren tener nada en común con Cristo y con quienes
son de Cristo. Y el odio a Leonardo Castellani, realmente hoy vigente, es un
“odium theologicum”, “odio teológico”, de manera expresa o bien implícita, pero
vigente, sirve para ratificar el poder de la Verdad, siempre efectiva, siempre
2 Benedicto XVI, Homilía la Misa “Pro Eligendo Pontifice”, del 18 de abril de 2005.
3 Ib., Discurso en Cracovia, del 26 de mayo de 2006.
4 Ib., entrevista a la Agencia Zenit, del 1º de diciembre de 2002.
5 Jn 15, 18-19, 20.
6 Leonardo Castellani, Sentencias y aforismos políticos.
3
una “una profunda mirada, que percibe un vínculo que relaciona el misterio de
la infancia con el misterio del discipulado, el de la generación y de la filiación
divina con la generación y la filialidad humana”19.
y les anuncia la promesa del reino en el que podrán vivir por toda la
eternidad en la visión beatífica”24. Se trata de defender la ciudad, dispuestos
a dar la vida por ella y por sus hijos, porque hermosamente afirmaba el Padre
Leonardo, “DICHOSO AQUÉL QUE MUERE PARA QUE QUEDE INDEMNE
LA VIDA DE UN NIÑITO, LA GLORIA DE UN PAÍS”25.
El Padre Castellani trato al pecado como pecado y vivió las penurias con
la alegría de quienes dan Testimonio. Ha despreciado por crítico pedante y
silenciado por una siniestra campaña de negación, puesto que los enemigos de
la Iglesia de Cristo, embarcados en una “guerra cultural” radical contra el
catolicismo, ve en él un peligro real, un obstáculo invencible para sus
propósitos. Y en estos tiempos nefastos en los que la cultura y la educación en
nuestra patria están en sus perversas manos, reivindicar la obra y la vida de
Leonardo Castellani se constituye en una imperativa forma de resistencia
nacional.
En el año 2011, con motivo de la recepción de la Estatuilla “Nuestra
Señora del Libro”, por parte Manuel Outeda Blanco, Presidente del Comité
Ejecutivo de la Exposición, el entonces Arzobispo de Buenos Aires y Cardenal
Primado de la Argentina, Jorge Mario Bergoglio expresó su agradecimiento:
están llenos de entrega confiada y son ricos de bondad y puros. Sólo éstos
pueden encontrar en Dios un Padre y llegar a ser, a su vez, gracias a Jesús,
hijos de Dios”29. De este modo, la infancia espiritual es la actitud interior
que se corresponde con la enseñanza evangélica: “Si no os hacéis como
niños...” (Mt 18, 3).
Debemos lavar nuestras culpas, que son las de la patria, debemos expiar
a las “martitas ofelias”, a tantos “hijitos que no quieren dejar nacer”,
cotidianamente afrentados en nuestro país, “víctimas rituales” del Moloch
sangriento que hoy gobierna nuestra Patria. Porque debemos tener presente
que, como magnífica y dolorosamente nos decía nuestro querido Padre
Castellani, que antes recordamos y ahora repetimos, “EL BOFETÓN DEL
DEMONIO A TODA INOCENCIA Y TODA PATERNIDAD CONTINÚA
ENROJECIENDO DE SANGRE Y FUEGO CÁRDENO EL CREPÚSCULO DE
LA PATRIA”30. .
Leonardo Castellani, nuestro Ermitaño Urbano, maestro de las letras y
del pensamiento auténticamente argentino; visionario de la catástrofe de los
últimos tiempos; ardiente animador de la segunda venida de Cristo; orgullo y
ejemplo para nuestra Patria y para toda América, amante ardiente de la Patria
Argentina; valiente defensor de la verdad, odiado por los liberales, los
marxistas, los sionistas, los fariseos y los pusilánimes traidores progresistas.
Tal era Castellani, y como tal, amado por los docentes fieles y obedientes a la
verdad.
Leonardo Castellani: hombre de profunda fe, enraizado en las verdades
insondables del Verbo Encarnado, hombre de “teología impecable” por su
adhesión auténtica a la ortodoxia, hizo de la expresión de esa fe católica la
causa y el fin de su vida y su obra. Católico, en fin, cabal, íntegro, completo.
Caballero católico, hoy seguramente en el ejército triunfante de la gloria eterna.
Gracias, Dios nuestro, por habernos dado este magnífico argentino, auténtico
“arquetipo del docente católico”.