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La Última

Lección
Basada en Textos de Eugene Ionesco

Acto Único
Dramaturgia y Dirección de Erom Jimmy

PERSONAJES:
Un Profesor

Una Alumna

Una Criada

Escenario.
Una mesita, una lámpara, un teléfono, una silla. Un sillón grande al otro lado quizá
una pequeña banqueta dónde poner los pies. Sillas de distintos tipos y tamaños por el
espacio, se sugiere algunas colgadas, otras clavadas en la pared.
Toque de puerta, se caen objetos que hacen ruido, como si alguien hubiera chocado con
ellos nerviosamente, tiempo. Vuelven a tocar. Entra la CRIADA, siempre mira al sitio
por donde salió, enciende una lamparilla, se arregla y abre la puerta

CRIADA: Buenos días, ¿Señorita?

ALUMNA: ¿Está en casa?


CRIADA: ¿Viene por…? Es para…

ALUMNA: (entrando) Si, ¿Señora?

CRIADA: Le espera, siéntese un momento mientras voy a…

La CRIADA camina hacia donde salió y a su vez la ALUMNA entra y se sienta, no le


gusta una de las sillas y se cambia, la CRIADA que le mira con recelo apaga una de las
lamparillas, la ALUMNA enciende la que está sobre la mesa.
La CRIADA regresa para incriminarle, la ALUMNA apaga la lamparilla y se cambia
de silla. La CRIADA sale de escena.
La ALUMNA enciende la lamparilla, mientras se arregla y se prepara.

PROFESOR: (Que entra) Buenos días, señorita. ¿Usted es…? Si es, ¿Es usted, no?

ALUMNA: Sí, soy… como ve he llegado a la hora y…

PROFESOR: Gracias pero no tenía que apresurarse, disculpe por haberle hecho esperar,
terminaba justamente de… bueno… usted sabe.

ALUMNA: No hay nada que perdonar.

PROFESOR: ¿Le acompañó alguien? ¿Le han visto los vecinos?

ALUMNA: De ningún modo…

PROFESOR: Hoy hace buen tiempo, más bien no tan bueno, aunque a pesar de todo, no
hace un tiempo demasiado malo, no llueve… no nieva…

ALUMNA: Sobre todo porque estamos en verano.

PROFESOR: Yo iba a decírselo, pero ya irá usted sabiendo que se puede esperar de
todo… estoy triste cuando pienso que los años se van como bolsillos que volvemos del
revés ya vacíos. Estoy triste cuando pienso que al final tenemos que despedirnos, pero la
tristeza es una hora hueca. Hoy, la felicidad me llena…

Entra la CRIADA y recoge de escena cualquier objeto inútil, se crea un breve silencio,
enciende una lamparilla y se va.

PROFESOR: En este mundo señorita, no podemos estar seguros de nada.

ALUMNA: Evidentemente, señor.

PROFESOR: Estoy seguro de que usted será una buena… me parece instruida y tiene…
(Le mira la falda corta) buena memoria.

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La Última Lección
ALUMNA: Mis padres desean que profundice en mis conocimientos. Creen que una
simple cultura general, aunque sea sólida, no basta en nuestra época… ¿Tiene algo mi
falda?

PROFESOR: (que deja de mirar) Hay que ponerse a trabajar. Apenas tenemos tiempo
que perder.

Entra la CRIADA y se dirige a la ventana, la abre y riega la maceta de flores, limpia,


etc.

PROFESOR: Comenzaré… haciendo un examen a fin de despejar conocimientos pasados


o futuros. ¿Qué opinión tiene sobre la percepción de la pluralidad?

ALUMNA: Bueno, tal vez. Si. Pero es bastante vaga, confusa. Aunque…

PROFESOR: Hagamos un poco de… aritmética, que es también una terapia. (A la


criada) ¿No ha terminado aún?

La CRIADA se sobresalta, no tiene justificación, cierra la ventana, avanza

CRIADA: Si, señor, ya encontré… el… ah, mire que casualidad, un cuchillo.

PROFESOR: Dese prisa, nos interrumpe.

CRIADA: Es que he visto a la señora Parker, ella conoce a un tendero rumano llamado
Popesco Rosenfel, que acaba de llegar de Constantinopla. Es especialista en yogur. El
señor Smith dice que el yogur es bueno para el estómago, los riñones y el apéndice, es
un buen médico, nunca recomienda los medicamentos que él no haya probado. Antes de
operar a Mackenzie se hizo operar el hígado sin estar enfermo.

PROFESOR: ¿Entonces como es posible que el doctor saliera bien de la operación y el


otro muriera a consecuencia de ella?

CRIADA: Porque…

PROFESOR: No es un buen médico, la operación debió de dar buen resultado en los


dos, o los dos debían de haber muerto. Un médico debe morir con el enfermo si no
pueden curarse juntos…

CRIADA: ... Y fue cuando su invitada llamó a la puerta. Pero como tenía hambre, comí
sin ella, no había comido nada en todo el día. Bueno, he comprado un orinal.

PROFESOR: ¿Puede abrir la ventana? Hace calor

La CRIADA recoge el cuchillo que está por algún lado y se va.

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La Última Lección
PROFESOR: Bueno, aritmeticemos un poco.

ALUMNA: Uno y uno son dos.

PROFESOR: ¿Dos y uno?

ALUMNA: Tres.

PROFESOR: ¿Tres y uno? Es usted magnifica, no merece la pena continuar, en cuanto


a la suma es usted magistral. Veamos (le mira los pechos) la resta. ¿Cuatro menos tres?

ALUMNA: ¿Siete?

PROFESOR: Ahora no se trata de sumar, sino de restar. ¿Entonces?

ALUMNA: Pues…

PROFESOR: Usted es lo bastante adulta como para que pueda hacer el esfuerzo
intelectual necesario y llegue a comprender. ¿Y bien?

ALUMNA: No llego a comprenderlo…

PROFESOR: Tomemos un ejemplo más sencillo. Si usted tuviera dos narices y yo le


arrancara una, ¿Cuántas le quedarían?

ALUMNA: Ninguna.

PROFESOR: ¿Cómo que ninguna?

ALUMNA: Precisamente porque usted no me ha arrancado ninguna, tengo una ahora.


Si me la arranca, ya no tendría ninguna.

PROFESOR: No ha entendido mi ejemplo, bien. Suponga que tiene una oreja.

ALUMNA: ¿Y después?

PROFESOR: Yo le agrego dos más. ¿Cuántas tiene?

ALUMNA: Tres orejas.

PROFESOR: Le quito una, ¿Cuántas quedan?

ALUMNA: Dos.

PROFESOR: Quito otra más, ¿y quedan?

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La Última Lección
ALUMNA: Dos.

PROFESOR: ¿Pero cuantas tiene?

ALUMNA: Dos.

PROFESOR: Una.

ALUMNA: Dos.

PROFESOR: Tiene una.

ALUMNA: ¡Dos!

PROFESOR: Me pregunto si es usted la persona que espero, ¿tiene algún recibo de la


cita?

ALUMNA: Vieron mis padres el anuncio en una revista, pero no sé, mejor me voy.

PROFESOR: ¿Viene a una lección sin saber si es la suya? Dígame su nombre la buscaré
en mi lista…

ALUMNA: Quizá me he confundido, tengo que llamar a mi casa.

PROFESOR: ¡Escuche! Usted tiene, tiene… por ejemplo…

ALUMNA: ¡Diez dedos!

PROFESOR: Como usted quiera. ¿Cuántos tendría si tuviese cinco? ¡Y no diga diez!

ALUMNA: Sí.

PROFESOR: ¡Le digo que no!

ALUMNA: Usted me dijo que…

PROFESOR: Le he dicho inmediatamente después que…

ALUMNA: Pero no tengo cinco, tengo diez.

PROFESOR: Reconozco que se trata de algo abstracto, evidentemente, pero tiene que
conocer los elementos esenciales y poder calcular, por ejemplo, tres mil setecientos
cincuenta y cinco millones novecientos noventa y ocho mil doscientos cincuenta y uno,
multiplicados por cinco mil ciento sesenta y dos millones trescientos tres mil quinientos
ocho.

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La Última Lección
ALUMNA: (rápidamente) Son diecinueve trillones trescientos noventa mil billones dos
mil ochocientos cuarenta y cuatro mil doscientos diecinueve millones ciento sesenta y
cuatro mil quinientos ocho.

PROFESOR: (asombrado, duda, mientras calcula mentalmente) Creo que no es así.


Son diecinueve trillones, trescientos noventa mil… billones, dos mil ochocientos
cuarenta…

ALUMNA: No, usted se equivoca.

PROFESOR: (cada vez más asombrado, calcula sobre la mesa) Sí, tiene razón, es el
resultado, ¿pero como sabe esto si no conoce los principios del razonamiento
aritmético?

ALUMNA: Sencillo. Como no puedo confiar en mi razonamiento, me he aprendido de


memoria todos los resultados posibles de todas las multiplicaciones existentes.

Entra la CRIADA y abre la ventana, vuelve a retirarse cuando suena un teléfono, que
busca desesperadamente entre algún mueble con libros y cosas que tendrá que mover
mientras sigue sonando, lo encuentra.

CRIADA: ¿Si? ¿Quién? Han colgado.

ALUMNA: Tengo que hacer una llamadita… ¿pudiera?

PROFESOR: Claro, está en su casa. (Sale por donde la CRIADA)

Vuelve a sonar el teléfono la CRIADA lo coge y escucha

CRIADA: Si, esta es la casa de… ¿A nombre de quién? Ahora está ocupado con una…
alumna, bueno pues en este horario, hable alto que no escucho, ¿Qué lección? Oiga…

ALUMNA: Perdona, me dejas llamar un momento es que…

CRIADA: Si, un momento, no, no es con usted…

ALUMNA: Oiga, me…

CRIADA: ¡Te quieres esperar un momento! ¡Qué no es contigo! Estoy hablando con...
¡Bueno! Me han colgado, que falta de educación.

ALUMNA: (se levanta nerviosa) ¿Dónde está el baño?

CRIADA: Al fondo, la última puerta.

La CRIADA le sigue y le golpea la cabeza con una sartén

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La Última Lección
Oscuro Rápido

Llega la luz, ruido de un reloj despertador. Pasos, ruidos inteligibles. Silencio.


Se caen objetos que hacen ruido, tiempo. Vuelve a sonar el reloj. Entra la CRIADA,
siempre mira al sitio por donde salió, enciende una lámpara, se arregla y apaga el
reloj. Saca una taza de té, la prepara. La luz descubre a La ALUMNA dormida en el
sillón, lleva visiblemente mucho tiempo, está algo tapada, quizá con cojines, alguna
bolsa de agua en la cabeza, etc. La CRIADA le observa detenidamente, se sienta,
espera. Vuelve a sonar el reloj. Lo apaga y se dirige a la ALUMNA, le toma el pulso,
comprueba sus signos vitales está visiblemente ansiosa, no ocurre nada, y se retira, a
punto de salir de escena, la ALUMNA empieza a moverse y a despertar, la CRIADA
corre y vuelve a la silla mientras ensaya la postura de la cara y forma del cuerpo con
que hablará en los próximos minutos.

CRIADA: Buenos días, ¿Señorita?

ALUMNA: ¿Dónde estoy?

CRIADA: Es difícil de explicar, todo es muy complicado y el universo infinito.

ALUMNA: ¿Qué pasa? Yo... ¿qué hago aquí? ¿Dónde estoy? ¿Señora?

CRIADA: Muchas preguntas para difíciles respuestas. Sin embargo, todo depende...

ALUMNA: Pero... yo ¿Le conozco?

La CRIADA se acerca rápidamente y le mira muy de cerca.

CRIADA: ¿Le parezco... conocida?

ALUMNA: Espere. Yo vine por un anuncio y... había un profesor, pero...

La CRIADA le golpea la cabeza con un sartén. La ALUMNA vuelve a desmayarse. La


CRIADA respira aliviada. Le examina.

CRIADA: Aún necesita más tiempo. Es solo una cuestión de tiempo.

La luz desaparece lentamente.

Regresa la Luz y entra El PROFESOR con un vestuario estrambótico, le sigue LA


CRIADA

PROFESOR: Bien después de un breve descanso. Continuemos… le ruego que escuche


con la mayor atención los elementos de la lingüística y la filología comparada.

ALUMNA: (Que aún está turbada) ¿Es un casco de Bombero?

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La Última Lección
PROFESOR: ¿Parece usted enojada? ¿Algún problema?

ALUMNA: Parece como si, ay... Mi cabeza.

CRIADA: No me gusta hablar de mis intimidades.

PROFESOR: En fin, ¿de qué se trata?

CRIADA: ¿Hacía mucho tiempo estaba esperando en la puerta?

PROFESOR: Tiempo…

CRIADA: ¿No vio a nadie?

ALUMNA: ¿Qué hablan? Parece como si me hubiera...

PROFESOR: Es que… me oculté, por broma, por hacerlo más divertido.

CRIADA: Creo que está todo claro.

PROFESOR: No todo, hablaré de cosas que yo mismo he experimentado, pues bien: “El
Perro y el Buey” fábula experimental: una vez otro buey le preguntó a otro perro; ¿Por
qué te has tragado la trompa? Perdón; contestó el perro; no soy un elefante.

ALUMNA: ¿Cuál es la moraleja?

PROFESOR: Es una tarea que tendrás que hacer.

CRIADA: Otra, por favor…

PROFESOR: Un ternero había comido demasiado vidrio molido. En consecuencia tuvo


que parir, y dio a luz una vaca. Sin embargo, como el ternero era varón, la vaca no podía
llamarle mamá. Tampoco podía llamarle papá, porque era demasiado pequeño. Por lo
tanto el ternero tuvo que casarse con una persona.

Por un movimiento con la silla, se cae la ALUMNA, sale la CRIADA rápidamente y


enciende las lamparillas, el PROFESOR apaga algunas, se mueven las sillas de la
mesa, quizá es la primera vez que la ALUMNA tiene ganas de irse y de alguna forma,
la CRIADA se lo evita, hay un juego entorno a la mesa, hasta que la criada va a la
ventana, abre, coge la maceta y cierra. Quietud. La CRIADA deja la maceta en la mesa
y sale.

PROFESOR: En quince minutos podrá adquirir los principios fundamentales de las


lenguas neo españolas.

La ALUMNA mueve la maceta de sitio.

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La Última Lección
PROFESOR: Todo idioma, ¿señorita? Sépalo y recuérdelo hasta la hora de su muerte,
como principio fundamental, todo idioma no es sino un lenguaje, lo que implica
necesariamente que se componga de sonidos o…

ALUMNA: Fonemas.

PROFESOR: Cállese y quédese sentada.

ALUMNA: Me duele… eh, ah sí, las muelas.

PROFESOR: Eso no tiene importancia, no vamos a detenernos por tan poco. Llamo su
atención sobre las consonantes que cambian la naturaleza de las conjunciones.

Entra la CRIADA y va hacia la puerta, la abre, mira, les mira, vuelve a mirar fuera y
cierra, camina. Mirando al PROFESOR de manera tensa.

CRIADA: No era nadie. (Sale)

PROFESOR: Continuemos. Bien, lea la página 69 de este libro.

ALUMNA: …Ya no se habla de nadie, ni personas, ni palabras, ni miserias…ni de la


miseria de las palabras. Afuera está la salida, ¿o nosotros somos la salida? Y si no hay
salida, dejamos la muerte escondida, para no tener que ver los desperdicios, los
escombros escondidos. (Interrumpe y algo molesta al PROFESOR) ¿De qué va todo
esto?

PROFESOR: (Le quita el libro y lee hasta que en una parte lo dice de memoria) Tengo
miedo de esta noche. ¿Ahora que ves? Nada, pero ellos se creen felices, pero viven en los
escombros. La vida es una caja de sorpresa. No sabes cuándo abras lo que saldrá.

ALUMNA: Me duelen las muelas.

PROFESOR: Resumamos. Para hacer que salgan las palabras, los sonidos…

ALUMNA: Me duelen las…

PROFESOR: Silban poniendo todo un complejo sistema en movimiento: la campanilla,


la lengua, el paladar, los dientes…

ALUMNA: Las muelas…

PROFESOR: Me está enfadando.

ALUMNA: Que me duelen las…

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La Última Lección
PROFESOR: De todos modos hay casos concretos en lo que las palabras cambian de un
idioma a otro, pero no podemos pensar en eso…

ALUMNA: Me duelen mucho, por favor…

PROFESOR: ¡No me interrumpa! No me enoje, decía… a sí, me refería a los casos


excepcionales…

La CRIADA entra y pone la maceta en el sitio de la mesa donde ella lo había puesto, la
ALUMNA se enfada y apaga la lamparilla. El PROFESOR se enfada y se va a la
ventana, la abre como quien quiere coger aire, la ALUMNA aprovecha y echa a correr
hacia la puerta, la CRIADA saca un dulce de repente, la ALUMNA regresa y se lo
come ávidamente, El PROFESOR se le acerca lentamente, mientras la CRIADA se
aleja lentamente, la ALUMNA come desesperadamente hasta advertir la mirada del
PROFESOR, este enciende la lamparilla, la ALUMNA de repente hace como que le
da asco el dulce y hace gestos de dolor de muelas.

PROFESOR: Pues compruebo que no me escucha.

La CRIADA asoma la cabeza

PROFESOR: Digo que…

La CRIADA esconde la cabeza

PROFESOR: …Que en ciertas expresiones, ciertas palabras difieren totalmente en un


idioma y en otro, le citaré un ejemplo…

ALUMNA: Me duelen las muelas.

La CRIADA sale y cierra la ventana

PROFESOR: ¡Las muelas! ¿Las muelas? ¡Se las voy a arrancar! Otro ejemplo, la
palabra… capital, según el idioma que se hable…

CRIADA: Que hable, ¿qué?

PROFESOR: Es decir que cuando un francés… un rumano, un Sardanápalo…

La CRIADA regresa rápidamente y sale

ALUMNA: (va a decir algo)

PROFESOR: ¡Silencio! O le machaco el cráneo. ¿Me oye? ¿Cómo es posible que la gente,
hablando sin saber que idioma habla, e incluso creyendo que habla otro, puedan
entenderse entre sí?

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La Última Lección
ALUMNA: Mire, vine buscando algo que por lo que veo, no hay, me confundí. Los
anuncios mienten, he intentado seguir y no puedo. Mejor me voy y como amigos.

PROFESOR: ¿Y la lección? Vine a mi casa, sigue mi juego, acepta las condiciones y


ahora se arrepiente y se va. No puedo permitirlo, ¿me entiendes?

ALUMNA: Aquí quien no entiende eres tú y dejemos de hablar de usted. Vengo así
vestida porque creí que sería más fácil. Pero yo no soy así, es una confusión.

PROFESOR: Es sencillamente una de las curiosidades inexplicables del empirismo


grosero del pueblo, que no hay que confundir con la experiencia inequívoca del
intelecto, una paradoja, un despropósito…

ALUMNA: ¿Le gusta ver sufrir? Bueno, igual ya entiendo, hace las cosas raras al
principio, pero al final llegaremos al mismo punto. De acuerdo, seguiré si me dices que
debo hacer ahora...

PROFESOR: En vez de mirar cómo vuelan las moscas mientras yo me tomo todo este
trabajo, haría usted mejor si procurara prestar más atención…

ALUMNA: No sigas por ahí, vayamos al grano, o es que al final vas a ser tímido.

PROFESOR: Tardé tiempo en darme cuenta, pero después me fui acostumbrando. La


gente se asusta, quiero decir, que no llega a relajarse, no entienden que una vez que lo
logras, el dolor se convierte en otra cosa. La gente no sabe relajarse, si te relajas en el
fondo no hay dolor, tienes que concentrarte en un punto fijo, relajar los esfínteres y
permanecer en silencio.

ALUMNA: No me gusta mucho eso de…

PROFESOR: A mí me gusta el auto control, cuando las palabras son pocas, se siente
más. Cuando me enamoro soy esclavo de la espera, todo es quietud, y hay un abismo si
das un paso…

ALUMNA: Mejor me voy.

PROFESOR: ¡Mal educada! Pero esto no seguirá así mucho tiempo (apaga la
lamparilla)

La ALUMNA se levanta y da un golpe en la mesa, va y abre la ventana, corre por el


salón enciende y apaga las lámparas. El PROFESOR se queda absorto, no sabe que
hacer y va hacia donde siempre sale la criada, le busca pero no hay nadie. La
ALUMNA, algo desesperada, cambia las sillas y luego mueve la maceta de un lado a
otro.

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La Última Lección
PROFESOR: ¿Qué significa esto? (buscando a la CRIADA desesperadamente) ¿Dónde
está cuando le necesito? ¡Cuando le llamo, tiene que venir! (hablando como en un
delirio a la nada, como si le escucharan) ¿Ha visto esto? No entiende nada, esa no
entiende nada, ¡nada!

CRIADA: Buenos días (entra por la puerta por donde iba escapar la ALUMNA)
¿Señorita?

ALUMNA: ¡Usted otra vez!

La CRIADA vuelve a golpearle y la ALUMNA queda inconsciente.

CRIADA: Un poco más de tiempo. Solo un poco más...

Oscuro rápido

Vuelve la luz. Suena el reloj. La ALUMNA se despierta. No hay nadie. Está


desorientada, se destapa y tiene vestidos de “criada” se mira extrañada. Comienza a
incorporarse. Tiene un visible dolor de cabeza. Camina desorientada y en la mesita
apaga el reloj. Aparece la CRIADA con trajes de la “alumna”

CRIADA: ¡Buenos días!

ALUMNA: ¿Y usted, quién es?

CRIADA: ¿No me recuerda?

ALUMNA: ¿Dónde estoy?

CRIADA: ¿Se siente desorientada? ¿Recuerda su nombre? Míreme bien. ¿No le recuerdo
a alguien?

ALUMNA: ¿Sabe quién soy?

CRIADA: (muy contenta) ¡Excelente! Por lo pronto y mientras recoges este desastre, le
explico. Has estado muy enferma. Te he cuidado mucho, vives... o sea. Trabajas aquí.
Eres, la chica de la limpieza. Y yo: la señora de la casa. O sea, la señorita (ríe)

ALUMNA: No recuerdo...

CRIADA: (cambio drástico de actitud) ¿Entonces, que recuerdas?

ALUMNA: Ese es el problema... estoy confundida.

CRIADA: (vuelve a ser muy cándida) No hay problema, aquí estoy yo para ayudarte.
Recuerda que te he cuidado mucho mientras convalecías. He sido muy buena.

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La Última Lección
ALUMNA: ¿Y cuál es mi nombre?

CRIADA: (se sorprende) ¿Tú nombre? (pensativa y preocupada por no tener


respuesta) Te llamas... Romualda Virginia María de Nuestra Anunciación (ríe
satisfecha) pero te llamamos Anun...

ALUMNA: ¿Es que hay otra persona en casa?

CRIADA: (muy drástica) ¿Qué has recordado?

ALUMNA: Nada, usted ha dicho “te llamamos”

CRIADA: Es una forma de hablar, una expresión.

ALUMNA: ¿Y cómo se llama?

CRIADA: ¿Quién? Te he dicho que en esta casa nunca hubo ni hay nadie más.

ALUMNA: Usted. ¿Cuál es su nombre?

CRIADA: (aliviada y otra vez sorprendida) Ah... claro, que tontería. Pues... ¡Eleonora!
¡Si! Soy yo.

ALUMNA: Pues dígame Virgi mejor que Anun...

CRIADA: Anun es más familiar.

ALUMNA: No. Definitivamente Virgi, es más coloquial.

CRIADA: No voy a discutir con una empleada.

ALUMNA: Mejor señora...

CRIADA: ¡Señorita!

ALUMNA: ¿Ah si? ¿En serio?

CRIADA: Póngase al trabajo. Recoja un poco este desastre.

La CRIADA camina hacia la puerta y a su vez la ALUMNA se sienta donde está la


mesa, no le gusta una de las sillas y se cambia, la CRIADA que le mira con recelo
apaga una de las lámparas, la ALUMNA enciende la que está sobre la mesa. La
CRIADA regresa para incriminarle, la ALUMNA apaga la lámpara y se cambia de
silla. La CRIADA sale de escena. La ALUMNA enciende la lámpara, mientras se
arregla y empieza a limpiar. La CRIADA regresa vestida de monja

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La Última Lección
CRIADA: Buenos días, señorita. ¿Usted es…? Si es, ¿Es usted, no?

ALUMNA: Sí, soy… ¿Qué es lo que dice?

CRIADA: Forma parte de su trabajo, yo le indico las respuestas, usted dice lo que yo le
diga. No es nada complicado. ¿Me has entendido?

ALUMNA: No.

CRIADA: (muy amenazante) Más vale que por tu propio bien, hagas exactamente lo que
te pido... más te vale.

ALUMNA: Muy bien. ¿Y ahora que digo?

CRIADA: Gracias pero no tenía que apresurarse, disculpe por haberle hecho esperar,
terminaba justamente de… bueno… usted sabe.

La CRIADA le hace señas para que hable

ALUMNA: ¿No hay nada que perdonar?

La CRIADA asiente

CRIADA: ¿Le acompañó alguien? ¿Le han visto los vecinos?

La CRIADA espera la respuesta. Silencio. La ALUMNA no sabe que decir. La


CRIADA le indica con señas

ALUMNA: De ningún modo…

La CRIADA muy contenta, le felicita por señas. La ALUMNA visiblemente confundida,


empieza a aburrirse. La CRIADA advierte este estado y asume el rol de una animadora
infantil

CRIADA: Ánimo amiguita, vas muy bien. Pronto entenderás todo y el por qué de las
cosas. Ahora ¡vamos a jugar! Tú ve adentro, regresa enseguida y limpias un poco por
aquí, según hagas lo que te digo, recordarás. Volver sobre tus pasos para encontrar el
principio. Nunca lo olvides.

La ALUMNA lo hace y recoge de escena cualquier objeto inútil, se crea un breve


silencio, enciende una lámpara y se va.

CRIADA: En este mundo señorita, no podemos estar seguros de nada.

ALUMNA: ¿Qué ha dicho?

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La Última Lección
CRIADA: ¿Qué pasa?

ALUMNA: Esa frase... me parece familiar. ¿Dice que yo... trabajo y aquí?

CRIADA: ¿Ya recuerdas... algo?

ALUMNA: ¿Siempre estuve... vestida... así?

CRIADA: ¡Bien! Vas jugando muy bien. Ponte esto.

Le da una falda corta

CRIADA: Estoy seguro de que usted será una buena… me parece instruida y tiene… (le
mira la falda corta) buena memoria.

ALUMNA: Tengo la sensación, quizá empiezo a recordar… ¿Tiene algo mi falda?

CRIADA: (que deja de mirar) Hay que ponerse a trabajar. Apenas tenemos tiempo que
perder. Comenzaré…

ALUMNA: ¿Qué es eso?

CRIADA: ¿Eso?

ALUMNA: Si, señora.

CRIADA: ¡Señorita!

ALUMNA: He encontrado… el… ah, mire que casualidad, un cuchillo.

CRIADA: Dese prisa y siga limpiando, no vuelva a interrumpirme. ¿Entonces como es


posible que el doctor saliera bien de la operación y el otro muriera a consecuencia de
ella?

ALUMNA: ¿Quién ha muerto? ¿Quién es el otro?

CRIADA: La operación debió de dar buen resultado en los dos, o los dos debían de haber
muerto. Un médico debe morir con el enfermo si no pueden curarse juntos… pero es
algo que tendré que arreglar yo solita.

ALUMNA: No entiendo eso que dice... “los dos debían de haber muerto” ¿Vive alguien
más con nosotros?

CRIADA: Bueno, he comprado un orinal.

ALUMNA: ¿Puedo abrir la ventana? Hace calor.

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La Última Lección
La CRIADA recoge el cuchillo que está por algún lado y lo esconde

CRIADA: Bueno, aritmeticemos un poco... Siempre quise hacer esta parte.

ALUMNA: ¿Qué dice?

CRIADA: Sólo limítese a contestar y todo saldrá bien. Continúe.

ALUMNA: Uno y uno son dos.

En esta parte la CRIADA asume los movimientos de la antigua Alumna. La


ALUMNA mira absorta “este sin sentido” y al final le parece familiar

CRIADA: ¿Dos y uno?

ALUMNA: No llego a comprenderlo… hay momentos en que... usted me parece, yo no


soy. Esta casa... mis zapatos ¿Cómo dice que me llamaba?

La CRIADA visiblemente nerviosa e irritada

CRIADA: Tomemos un ejemplo más sencillo. Si usted tuviera dos narices y yo le


arrancara una, ¿Cuántas le quedarían?

ALUMNA: Pues la que tengo, es absurdo eso de arrancar narices...

CRIADA: ¡Ya le dije que no! No se salga de las reglas o sufrirá las consecuencias. Ahora,
ponga cara alegre y diga: “Ninguna”

ALUMNA: Ninguna.

CRIADA: ¿Cómo que ninguna?

ALUMNA: Precisamente porque usted no me ha arrancado ninguna, tengo una ahora. Si


me la arranca, ya no tendría ninguna... esto de la nariz, me recuerda, había...

La CRIADA nerviosa empieza a buscar algo

Entra el PROFESOR ahora como un Criado, trae una bandeja con tazas de té

PROFESOR: Es la hora.

ALUMNA: ¿Y usted...?

CRIADA: Llega en muy mal momento.

PROFESOR: Prefiere la señora, entonces... Hacerlo después.

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La Última Lección
ALUMNA: ¿Hacer, que, a que se refiere?

CRIADA: Nos interrumpe.

PROFESOR: Bien... Estaré atento, por si me necesita. Ya sabe que no tiene que hacer
más que llamarme.

El PROFESOR sale de escena muy lentamente y crea una tensión

CRIADA: No ha entendido mi ejemplo, bien. Suponga que tiene una oreja.

ALUMNA: O sea. Yo soy empleada suya. Trabajo aquí. ¿Pero cuánto tiempo? Luego
estuve enferma y usted fue muy buena ¿Y después?

CRIADA: Yo le agrego dos más. ¿Cuántas tiene?

ALUMNA: He perdido la cuenta. Pero lo que no entiendo es...

CRIADA: Le quito una, ¿Cuántas quedan?

ALUMNA: No se... hay algo que no comprendo.

CRIADA: Si le quito otra más, ¿cuántas quedan? Diga dos.

ALUMNA: Dos.

CRIADA: ¿Pero cuantas tiene?

ALUMNA: Dos.

CRIADA: Una.

ALUMNA: Dos. ¿No me ha dicho que le diga dos?

CRIADA: ¡Tiene una!

ALUMNA: ¡Dos!

La CRIADA encuentra la sartén y le golpe a la cabeza. Esta se desmaya.


La CRIADA algo más tranquila se dirige a la mesa, coge un cuaderno y escribe

CRIADA: Querido diario... hasta ahora tenemos pocos resultados. Pero confío en que
pronto podré realizar mi sueño y al fin, seré la ganadora y finalista de este juego
macabro. Pronto esta casa será chica para mis pretensiones. La ciudad me espera. Pero
aún tengo que corregir algunos errores. Empieza la segunda parte...

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La Última Lección
Oscuro lento

Regresa la luz. La ALUMNA está totalmente vestida de “Alumna”


Vuelve en sí. La CRIADA sentada tomando una taza de té.

CRIADA: Me pregunto si es usted la persona que espero...

ALUMNA: No le entiendo... ¿No me dijo que llevo trabajando aquí...? ¿Y esta ropa?
No recuerdo, ¿tacones?

CRIADA: ¿Viene a una lección sin saber si es la suya? Dígame su nombre la buscaré en
mi lista…

ALUMNA: ¿Mi nombre? Pero... ¿Yo dónde vivo? No recuerdo nada de mi pasado, solo
desde que abrí los ojos... esta casa. ¿Cómo dice que me llamo?

CRIADA: ¡Escuche! Usted tiene, tiene… por ejemplo... ¡Diez dedos!

ALUMNA: Si... ¿y qué?

CRIADA: ¿Cuántos tendría si le arrancara cinco? ¡Y no diga diez!

ALUMNA: ¿De verdad... no nos conocemos?

CRIADA: ¡Le digo que no!

ALUMNA: Usted me dijo que…

CRIADA: Le he dicho inmediatamente después que…

ALUMNA: Pero no tengo cinco, tengo diez.

CRIADA: Reconozco que se trata de algo abstracto, evidentemente, pero tiene que
conocer los elementos esenciales y poder calcular, por ejemplo, tres mil setecientos
cincuenta y cinco millones novecientos noventa y ocho mil doscientos cincuenta y uno,
multiplicados por cinco mil ciento sesenta y dos millones trescientos tres mil quinientos
ocho.

ALUMNA: No tengo ni idea...

CRIADA: (rápidamente) Son diecinueve trillones trescientos noventa mil billones dos
mil ochocientos cuarenta y cuatro mil doscientos diecinueve millones ciento sesenta y
cuatro mil quinientos ocho. Venga repítalo... tiene que decirlo y rápido.

ALUMNA: No puedo. No sé. ¿Pero explíqueme que es todo esto?

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La Última Lección
CRIADA: Está equivocándose de camino, le he dicho y muy claro que haga exactamente
lo que le pida... no entiende que si no colabora...

ALUMNA: (calcula mentalmente) Creo que no es así. Son diecinueve trillones,


trescientos noventa mil… billones, dos mil ochocientos cuarenta…

CRIADA: No, usted se equivoca.

ALUMNA: (cada vez más asombrada, calcula sobre la mesa) Sí, tiene razón, es el
resultado, ¿pero como sabe esto si me obliga a decir que cuatro menos tres son siete?

CRIADA: Sencillo. Como no puedo confiar en mi razonamiento, me he aprendido de


memoria todos los resultados posibles de todas las multiplicaciones existentes. Suena
un teléfono, que buscan desesperadamente entre algún mueble con libros y cosas que
tendrá que mover mientras sigue sonando, lo encuentra.

ALUMNA: La verdad es que no recuerdo nada, pero... estoy comenzando a ponerme


muy nerviosa. Entonces me dices lo que pasa o empiezo a gritar y tendrás que
matarme...

La CRIADA se sorprende por la idea, en un momento está decidida a hacerlo, luego


vacila y vuelve a su estado de neutralidad

CRIADA: ¿No tienes dinero para la peluquería?

ALUMNA: Luego este dolor de cabeza que no me deja pensar... pero hay momentos en
que me parece conocerte, esto me resulta familiar, estoy muy confundida, así que me
dices lo que pasa o empiezo a dar gritos hasta que venga alguien.

CRIADA: Yo... quiero dejarme el pelo largo

ALUMNA: Tú me ocultas algo... ¿verdad?

CRIADA: ¿No te acuerdas de nada?

ALUMNA: Ya se lo dije...

CRIADA: Bien si no quieres cortarme el pelo, no importa. ¿Cómo te llamas?

ALUMNA: Usted no ha dicho nada de cortarle pelo.

CRIADA: Si te contara la verdad. No la creerías. Así que mejor...

ALUMNA: Estoy perdida, tengo que irme.

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La Última Lección
CRIADA: ¿Y cómo vas a salir de aquí? Eh, dime, anda, ah claro, a ver, venga. Bien... ya
es momento que empieces a familiarizarte con la verdad. Lee la página de este periódico

ALUMNA: (lee) “Se imparten clases de apoyo en todas las asignaturas, módicos precios,
posibilidad de ingreso en las mejores academias previo examen de aptitud”

CRIADA: ¿Entiendes ahora?

ALUMNA: No. Estoy peor que antes. Clases... ¿examen de aptitud?

CRIADA: Dime, a ver, venga, ¿eh?, como si… ah claro.

ALUMNA: Es un mensaje en clave... módicos precios, posibilidad de ingreso, ¡Examen!

CRIADA: Solo hay que leer entre líneas...

ALUMNA: ¿Y el profesor?

CRIADA: ¿Y?, sigue, dime, entonces qué, a ver, cuenta, ¿y bien?

ALUMNA: Espera... había un profesor. Tú... eras esa ¡Señora!

CRIADA: (un grito de susto)

Las dos se levantan de prisa, miran a todas partes, se cambian de sitio al sentarse, se
arreglan la ropa, el pelo, etc. La ALUMNA se prepara para contar algo tremendo,
tensión, va a hablar, tose, se repone, vuelve a intentarlo, se detiene, se arregla los
pechos y asume una pose de estrella de cine.

ALUMNA: Un anuncio... ese profesor y tú. Yo. ¿Pero qué hago aquí?

CRIADA: Espera…

Se levanta rápidamente, busca por donde estaba el teléfono un gramófono, pone un


disco, suena una música romántica, se sienta.

CRIADA: Tú. Le mataste.

ALUMNA: ¿Yo? No puede ser... recuerdo que...

CRIADA: ¿Qué?

ALUMNA: Nada, algo de un cuchillo... pero no logro…

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La Última Lección
CRIADA: Fue en defensa propia. Él siempre fue un don Juan. No pudiste hacer otra
cosa, entonces, al matarle, yo te protegí, quedaste tan afectada que tuviste un golpe de
amnesia. Pero ahora tendremos que seguir...

ALUMNA: Suena muy bonito, eso de seguir. ¿Y dónde está?

CRIADA: En su habitación. Reposa (ríe enfermizamente) Está muy tranquilo.

La ALUMNA se levanta con prisa y va hacia la puerta, cuando está a punto de salir,
La CRIADA le golpea con la sartén. La CRIADA detiene el disco. Va a su mesa, consulta
su diario, va corrigiendo la posición de los elementos de la escena, según sus notas.
Cuando todo está, según lo escrito. Entra El PROFESOR con una bata de médico.
Despierta a la ALUMNA con una regadera. Esta vuelve en sí.

PROFESOR: Bien después de un breve descanso. Continuemos… le ruego que escuche


con la mayor atención. Intentaré explicarle en qué consiste su padecimiento.

ALUMNA: ¿Dónde estoy?

PROFESOR: ¿Parece usted enojada? ¿Algún problema?

ALUMNA: Mi cabeza...

PROFESOR: Lamento decirle que sufre de ataques severos de migrañas y tiene delirios,
alucinaciones... su mente altera el sentido de las cosas. Es usted una paranoide.

ALUMNA: ¿Yo? ¿Pero... qué?

PROFESOR: Lleva días con una obsesión convulsiva, habla de un asesinato, de gente
escondida tras las puertas.

ALUMNA: Si, pero... ¿Y esto es un hospital?

PROFESOR: Interesante… Dígame, ¿qué ve exactamente?

ALUMNA: Sillas, sillones, mesas... una casa. Me parece familiar.

PROFESOR: Créame, delira. Entienda que está peor de lo que suponía. Tome este
medicamento. Le hará sentirse mejor.

ALUMNA: ¿Si? Entonces. No son sillas. ¿No es esto una casa?

PROFESOR: La realidad nunca es lo que parece. No lo olvide nunca...

ALUMNA: ¿Y llevo tiempo…?

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La Última Lección
PROFESOR: ¿No ve a nadie?

ALUMNA: Nadie. ¿Hay alguien más con nosotros?

PROFESOR: Tendremos que hacer un ejercicio de memoria... le ayudará en su estado.


(Le da de beber agua y una pastilla) ¿Nota algún efecto?

ALUMNA: No... No sé.

PROFESOR: Bueno, no hay que precipitarse. Todo es cuestión de tiempo. ¿Le importa si
me quito...?

ALUMNA: No... Puede.

El PROFESOR se quita la bata de médico y consulta otra vez las notas, ahora toma un
bastón y se pone un sombrero. Mira intranquila el reloj. La ALUMNA comienza a
percibir cambios en su interior hasta que asume una aptitud súper eufórica El
PROFESOR asume el “nuevo rol” y le da una libro para que la ALUMNA lea el texto.
Claramente quiere reconstruir una representación.

PROFESOR: ¿Cómo se siente?

ALUMNA: ¡Bien!

PROFESOR: ¿De veras?

ALUMNA: ¡Muy bien!

Por un movimiento con la silla, se cae la ALUMNA, El PROFESOR rápidamente


enciende las lámparas, se mueven las sillas de la mesa, quizá es la primera vez que la
ALUMNA tiene ganas de irse y de alguna forma, El PROFESOR se lo evita, hay un
juego entorno a la mesa, hasta que la criada va a la ventana, abre, coge la maceta y
cierra. Quietud.

Entra La CRIADA vestida de ENFERMERA quizá haciendo cosas de tomar


temperatura y revisar signos vitales, etc.

CRIADA: En quince minutos podrá adquirir los principios fundamentales de las lenguas
neo españolas.

ALUMNA: ¡Oh! Me gustan los libros.

CRIADA: ¿Qué clase de libros?

ALUMNA: Cualquiera... pero que sea gordo.

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La Última Lección
CRIADA: Veo que no progresamos, así que... tomaré un descanso. Pero usted, usted va a
leer... este libro por ejemplo, tiene que tener la mente ocupada, recuerde que está
enferma. Muy enferma.

Le da un libro y se va

La ALUMNA se aburre. Empieza a mirar y descubre otro libro junto al cuchillo.


ALUMNA: (lee) Querido diario...

La ALUMNA lee absorta y descubre que pasa en realidad, sus gestos van desde el
horror, la sorpresa, el miedo. Hasta que deja de leer y toma la decisión de la venganza.
Se tumba en el sillón y espera con un ojo abierto a la CRIADA

CRIADA: (que entra) ¿Y bien? ¿Pero que hace dormida?

ALUMNA: ¿Yo, doctora...?

CRIADA: ¿Qué dice? ¿Acaso esto le parece un hospital? Mire hoy es su última lección y
llega tarde. Encima no trae los deberes aprendidos y va y se queda dormida. ¡Esto es el
colmo!

ALUMNA: Ah... es mi... última lección.

CRIADA: Cállese y quédese sentada. Cómo ya le vengo diciendo desde antes...

ALUMNA: Pero... si yo...

CRIADA: Le insisto que...

ALUMNA: Me duele… eh, ah sí, las muelas.

CRIADA: Eso no tiene importancia, no vamos a detenernos por tan poco.

ALUMNA: Creo que han tocado a la puerta.

CRIADA hacia la puerta, la abre, mira, le mira, vuelve a mirar fuera y cierra, camina.
Mirando a la ALUMNA de manera tensa.

CRIADA: No era nadie. Continuemos. Bien, lea la página 69 de este libro.

Tocan a la puerta. La ALUMNA va corriendo y es el PROFESOR

PROFESOR: Buenos días.

ALUMNA: ¿Qué hora es?

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La Última Lección
PROFESOR: La misma de ayer a esta hora. Aunque en otros sitios es distinta. Todo
depende en donde uno esté. En fin... Nada parece lo que es.

ALUMNA: ¿Y qué quiere?

PROFESOR: Ah... Perdón. Creo que me confundí de apartamento.

Desaparece. La ALUMNA cierra la puerta y retoma el estado anterior

ALUMNA: Me duelen las muelas.

CRIADA: Resumamos. Para hacer que salgan las palabras, los sonidos…

ALUMNA: Me duelen las… Usted se equivoca.

CRIADA: Imposible... llevo años oyendo esta parte. Miles de alumnas han pasado por
aquí. Unas mejores, otras, casi imperceptibles, conozco cada consonante de...

ALUMNA: Las muelas…

CRIADA: Me está enfadando.

ALUMNA: Que me duelen las…

CRIADA: De todos modos, ¿dónde dice que me equivoco?

ALUMNA: Me duelen mucho, por favor…

CRIADA: ¡No me interrumpa! No me enoje, decía… ¿dónde está mi error?

ALUMNA: … Pero viven en los escombros, no sé qué de argumentos, noticias. No dijo


sombras y es fundamental.

CRIADA: Pues compruebo que no me escucha. Recuerdo perfectamente haber dicho


“sombras”

La ALUMNA se mueve y enciende una lámpara

CRIADA: Digo que…

La CRIADA apaga la lámpara

CRIADA: Que en ciertas expresiones, ciertas palabras difieren totalmente en un idioma


y en otro, le citaré un ejemplo…

ALUMNA: Me duelen las muelas.

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La Última Lección
La CRIADA sale y cierra la ventana

CRIADA: ¡Las muelas! ¿Las muelas? ¡Se las voy a arrancar! Otro ejemplo, la palabra…
oiga, creo no haber leído nada, de ese asunto, ¿Cómo es que dice entonces que yo he
dicho que si sombras o no sé cuántos?

ALUMNA: Que hable, ¿qué?

CRIADA: ¿Con quién habla?

La CRIADA de repente algo preocupada

ALUMNA: (va a decir algo) Mire una sombra, allí.

CRIADA: ¡Silencio! ¿Qué pretende asustarme?

ALUMNA: Se lo juro. He visto una sombra. En aquella puerta.

CRIADA: ¿Lo dice en serio?

ALUMNA: Acabo de verle otra vez. Se parece a... Mejor me voy y como amigos.

CRIADA: ¿Y la lección? Acepta las condiciones y ahora se arrepiente y se va. No puedo


permitirlo, ¿me entiende?

ALUMNA: ¡Viene hacia nosotras!

CRIADA: ¿Cree que voy a caer en su trampa?

ALUMNA: Bueno, igual ya entiendo.

CRIADA: En vez de mirar cómo vuelan las moscas mientras yo me tomo todo este
trabajo, haría usted mejor si procurara prestar más atención…

ALUMNA: Si... él ha dejado escrito como hacer el juego. Dice que te equivocas... las
sillas, el orden de las sillas... uf mi cabeza, no puedo seguirle...

CRIADA: Por dios... si las sillas sabía que algo andaba mal, ¿entonces puedes verle?

ALUMNA: Lo he perdido... no recibo su energía.

CRIADA: Eres la elegida. Juntas podremos hacer mucho, tienes que ayudarme.

ALUMNA: Mejor me voy.

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La Última Lección
CRIADA: ¡Mal educada! Perdón, la costumbre (ríe nerviosamente) Mejor empezamos
de nuevo. Tú me dirás que hacer. Quiero que este juego salga perfecto. (Apaga la
lámpara)

La ALUMNA se levanta y deambula como si viera al fantasma. Se acerca a dónde está


la sartén y golpea a la CRIADA en la cabeza. Esta se desmaya. Oscuro. Se escuchan los
ruidos de la ALUMNA tropezando con todo. En algún momento, enciende un mechero
que se apaga. Llega la luz.
La CRIADA está vestida de ALUMNA. Y esta de PROFESORA. Empieza a volver en sí
La CRIADA y está muy confundida.

ALUMNA: Buenos días ¿Señorita?

CRIADA: ¿Nos conocemos?

ALUMNA: Ya lo creo que si... pero en fin, ahora, digamos que de forma diferente.

CRIADA: ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí?

ALUMNA: Hace un poco de… ¿Frío? (va y abre la ventana, coge aire y se refresca,
vuelve y mira a la CRIADA) ¿Y usted? ¿Cómo se siente?

CRIADA: Agradablemente (mira a la ALUMNA) ¿Y usted?

ALUMNA: Desagradablemente.

CRIADA: No recuerdo nada, solo este dolor de cabeza.

La ALUMNA le mira y se dirige a la mesa lee el diario

ALUMNA: …Durante mucho tiempo siguió creyendo que estaba atravesando un bosque,
en medio del viento narcotizado que parecía soplar de cualquier parte, siguiendo en la
invariable luz crepuscular el casi invisible rastro de sangre. ¿Podía seguir llamándole
bosque? Cuidado con la maceta.

CRIADA: No entiendo nada de lo que dice.

ALUMNA: Todo a su tiempo. Aunque tampoco tenemos mucho, así que... me alegra que
haya despertado pues tengo una historia terrible que contarle respecto a su pasado.

CRIADA: ¿Mi pasado? ¿Pero... que hago aquí?

ALUMNA: Usted... es... m, como decirlo, es... mi alumna, participa en un taller


experimental de regresión y viajes astrales. Por eso acaba de despertar, ¿lo recuerda?

CRIADA: ¿Regresión... astral? Yo no recuerdo, pero si usted dice que...

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La Última Lección
ALUMNA: Confíe plenamente en mi, soy una profesional. De forma que, no tenemos
tiempo para perder. Primera fase de la terapia. Cante una canción.

CRIADA: ¿Cantar...?

ALUMNA: Mientras hace cuclillas, venga, depende de usted el fin de la terapia.

CRIADA: Es que...

ALUMNA: Ha perdido la oportunidad, siguiente fase, ahora diga los múltiplos de dos
de atrás hacia adelante.

CRIADA: (va a decir algo y se confunde, calla, duda, se turba, va y cierra la ventana)

ALUMNA: Cuidado con la maceta. Ahora como un gato, muévase como un gato.

CRIADA: ¿Yo? Está segura que esto... yo no recuerdo.

ALUMNA: Siguiente fase, ahora lea la página 69 de este libro, como si fuera un perro.

CRIADA: (que lee un libro)

ALUMNA: Ahora con tono lírico

CRIADA: (lo hace)

ALUMNA: Ahora bailando. No pierda el tiempo.

CRIADA: No puedo seguir, es que no entiendo lo que...

ALUMNA: ¿Qué quieres decir? Ahora tiene que decir: “Me duelen las muelas”

CRIADA: Me duelen las…

ALUMNA: Bien, estudiaremos la raíz de la palabra…

CRIADA: ¿Estudiar? Recuerdo que... ¡Usted! ¡Es usted!

La ALUMNA golpea nuevamente y La CRIADA vuelve a desmayarse. La ALUMNA


carga con La CRIADA. Oscuro. Vuelve la Luz y La ALUMNA está sentada en una silla
junto a La CRIADA, que despierta

CRIADA: Tengo la impresión de haberla visto en alguna parte…

ALUMNA: A mí también me parece.

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La Última Lección
Entra el PROFESOR a escena

PROFESOR: Cuchillo… ¡cuchillo!

CRIADA: Que curioso, que extraño, ¡que coincidencia! ¿Tomamos el mismo tren? ¿Por
qué dice... cuchillo?

ALUMNA: Es muy posible, no está excluido, y después de todo, ¿por qué no? Pero yo no
lo recuerdo…

CRIADA: ¿Ha dicho cuchillo o me ha parecido?

ALUMNA: Es muy posible y no queda completamente excluido, pero tampoco recuerdo


muy bien, si viajamos en el mismo tren o si nos encontramos en alguna parte.

CRIADA: (ídem) Que curioso que no nos hayamos encontrado o no viajáramos en el


mismo tren…

PROFESOR: Cu... Chi… llo. Repita, diga cuchillo. ¡Diga cuchillo!

CRIADA: No grite, mis oídos…

ALUMNA: También voy a arrancarte las orejas y así no te dolerán más, querida.
¡Cuidado con la maceta!

CRIADA: (coge la maceta y la rompe en el suelo) No me grite, ¡Nunca más!

ALUMNA: Si quiere, eso también es una buena frase, pero apresurémonos, no tenemos
tiempo, se acaba su clase…

CRIADA: Estoy cansada.

ALUMNA: ¿En serio? Pues justo ahora es que empezamos... Lástima, se perderá toda la
diversión.

La CRIADA visiblemente afectada empieza a caminar

ALUMNA: Puedes usar el teléfono si quieres. Estamos en el final de la clase, ahora solo
queda la composición libre. Ahora, con aires de tragedia, hábleme de las peluquerías o
de mis cabellos...

El PROFESOR le ayuda a ir diciendo las frases, es posible que represente algunas,


subrayar el absurdo extremo de la situación

CRIADA: Voy a raparte la cabeza. Voy a quitarte hasta el último pelo del cráneo y
conocerás el placer de salir a la calle con la cabeza desnuda que es la peor de las

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La Última Lección
desnudeces. Conocerás el ritmo lento, interminable, la insoportable lentitud del
crecimiento del pelo, te mirarás por la mañana en el espejo y verás un anciano horrible,
buscarás sombreros, soñarás con pelucas y no te bastarán tus manos para esconder tu
calva, odiarás a la gente y al bello desorden de sus cabelleras y durante largo tiempo solo
dedicarás tu vida a esa cosa tan estúpida que es pasar la vida pensando en la ausencia de
pelo.

ALUMNA: Muy bien, sólo nos queda el final. No hay un buen drama sin... un cuchillo así
que... Tome y con él continúe...

De pronto el PROFESOR, en un movimiento, hace que la CRIADA se apuñale

PROFESOR: Y sin embargo, te lo advertí, la aritmética lleva a la filología y la filología al


crimen… Ahora que ya no está con nosotros. Espero hagas mejor que ella su papel. O
correrás la misma suerte.

ALUMNA: El juego continúa.

La ALUMNA va apagando todo hasta la penumbra, pone un poco de orden en las


sillas, mientras saca el cuerpo de escena. El PROFESOR se recompone y se va. Tocan a
la puerta. Vuelve a escena La ALUMNA y enciende algunas lámparas, recoge los
restos de la maceta, vuelven a tocar.

ALUMNA: Esta tiene mucha prisa, ¡Un momento! (termina de recoger y va a la puerta)
Buenos días, ¿viene para la lección? Le esperaba, comenzaremos inmediatamente…
pase, no se quede en la puerta.

Oscuro rápido.

TELON

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La Última Lección

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