Вы находитесь на странице: 1из 2

Los años más largos de mi vida

Cuando era niño veía a todos los grandes de mi familia salir de casa, mis
padres trabajaban, mis hermanos iban a un lugar de donde regresaban
cansados, con tareas y vestían siempre a la moda.
La escuela era algo que yo anhelaba por mera curiosidad, sabía que allí
aprendería o por lo menos usaría ese Uniforme que mamá lavaría todos los
días. Sin embargo, la espera se haría eterna, sin ingresar al colegio por falta
de vacantes, comencé a pedirles tarea a mis hermanos, los cuales me
llenaban de números y del abecedario, algo de la cultura escolarizada.
Y así, en el año 2000 comencé como alumno de 1° “A” en la Escuela
N°802006 que quedaba cerca de mi casa. Lleno de ansiedad por conocer a mi
nuevo maestro y mis compañeros. Llegó el gran día de insertarme a ese
ámbito distinto del familiar, formar vínculos con los que serían mis
compañeros de grupo, amigos y sobre todo un profundo respeto al maestro
que llevaba el conocimiento de la verdad científica y la buena lectura.
Maestros que eran estrictos y a la vez fácil de admirar por cuánto sabían
y por su prolijidad. No se dejaban cuestionar o por lo menos no teníamos
herramientas u objeciones contra ello.
Entre palitos para sumar números y la casita para ordenar unidades,
decenas y centenas adquirí el sistema numérico como también la escritura y
oralidad con la repetición, asociación de palabras y el dictado de oraciones.
Ya en 2° grado, mejoramos el trabajo por grupos y allí adquirí el rol de
líder que organizaba o dividía las tareas del mismo (a su vez también cada
integrante descubría su rol o lo que mas le gustaba hacer). Siempre
buscábamos ser el mejor grupo o simplemente cumplir con los requisitos a
tiempo, eso me alegraba. Al exponer los trabajos con mapas, imágenes, redes
que desplegaban un concepto me sentía con una gran responsabilidad con el
grupo de estudiar y participar. Sobre todo en 4° con el maestro practicante
Gustavo Rebaza que nos hacía dudar de ciertos conocimiento que ya
teníamos, solo para cuestionarlos y afirmarlos, era un docente que se
preocupaba y actuaba para que el grupo funcione bien no solo para facilitar
nuestro aprendizaje sino para que nuestros vínculos como compañeros no se
rompan (siempre trataba de arreglar los problemas que surgían).
Y así fue finalizando la etapa de este grado, mientras algunos compañeros
y amigos se iban de la escuela por cambio de domicilio o de institución, otros
ingresaban como los NUEVOS, pero siempre los integrábamos y quedábamos
todos modificados. Sin querer nos estábamos preparando para lo que
ocurriría en los próximos años, de despedida y de elección de otro Uniforme,
de la secundaria y de la carrera.
Son pocas las palabras y quizás, pocos los años de primaria, pero los
atravesé feliz y fueron muy largos para mí pues los aproveché y por dichosos
recuerdos que me hacen hoy pensar que si volvería el tiempo atrás, elegiría
la misma historia y el mismo uniforme.
Así siguieron pasando los años y cada ves tanto yo como mis amigos y
nuevos compañeros fuimos adquiriendo un mayor conocimiento, claro que
gracias a nuestros maestros y nuestros padres.
Un recuerdo que marco mi infancia en la escuela y que aun de ves en
cuando me acuerdo de ese dia, fue un viernes que nosotros nos
alegrábamos por que teníamos la clase de educación física, y anelabamos ese
dia ya que era el único donde yo particularmente podía jugar futbol con un
equipo completo, ya que en mi casa, mis padres mucho salian y los únicos
que me cuidaban eran mis hermanos mayores. Pero en fin

Вам также может понравиться