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República Bolivariana de Venezuela

Instituto Bíblico de Portuguesa


Asamblea de Dios de Venezuela
I.N.B.P.A.D
Acarigua Estado Portuguesa

Integrante: Darwin Yépez.


Profesor: Jesús Morales
La Sanidad Divina
En estos momentos en los cuales es difícil encontrar medicamentos, o que simplemente los
costos de la vida se han elevados gigantescamente es necesario recordar y apoderarse de
un principio bíblico y una de nuestras doctrinas bíblicas como iglesia pentecostal de del
concilio de las Asamblea de Dios, el cual es La Sanidad Divina, entendiendo de ella verdades
irrevocables y que tal vez por ignorancia desconocimiento o falta de fe, no se han tomado
en cuentas.

Una de ellas es que la enfermedad es consecuencia del pecado, Dios nunca ha deseado mal
para sus hijos, ni para el hombre en general en sus planes originales cuando lo creo era para
que viviera por siempre de la mejor manera posible vemos como en el jardín del Edén puso
allí el árbol de Vida, allí lo puso sano la enfermedad y la muerte estaban ausentes para el
hombre, hasta que decide pecar, y trae con ello las consecuencias del pecado,
cumpliéndose la declaración divina en Gen. 2:17, y Rom. 6:23. Pero que además trascendió
o descendió sobre toda la humanidad como lo expresa en Rom. 5:12 pero allí también nos
aclara quien nos hizo libre de esa condenación.
En consecuencia, la Enfermedad es una maldición directa del pecado, se entiende a través
de su contexto, se puede observar que ha caído sobre toda la raza humana, como dice Rom.
3:23 y Ex. 15:26.

En este mismo orden de ideas el Autor de la Enfermedad es el diablo, toda dadiva buena y
don perfecto pertenece a Dios San. 117, el cual vino a dar vida eterna; Rom. 6:23. En otras
palabras Dios es autor de la vida de todo lo bueno por otra parte el ladrón vino a matar,
robar y destruir Jn. 10:10. El enemigo solo quiere destruir nuestras vidas, paz bienestar físico
y espiritual; y Jesús vino para destruir las obras del diablo, como se demuestra en el libro
de Job y en otros muchos pasajes bíblicos Hec. 10:38; hizo sanidades liberaciones Luc.
13:11-17; Heb. 2:14-15; 1Jn. 3:8.

Es así como Cristo fue hecho maldición por nosotros, siendo esta la única forma de liberar
a la humanidad del pecado, pagando por nosotros esa demanda de la ley, haciéndose
maldición Gal 3:10-14. Muriendo por nosotros en la cruz del calvario.
De esta forma la base de la Sanidad Divina esta en la Expiación, es una prueba que no se
puede negar que Nuestro señor Jesús consumo y conquisto nuestra sanidad en la cruz del
Calvario a través su sacrificio propiciatorio, Is. 53:4-5, el hecho de que diga que por sus llagas
fuimos sanados es porque nuestro Señor fue hecho llaga completamente como sacrificio y
por su sacrificio fuimos sanados, como lo expresa en Mat. 8:17; 1 Ped. 2:24.
Algo que no se puede separar de la Sanidad Divina es la Fe, este regalo de la sanidad solo
se obtiene por fe esta tiene estrecha relación, es de entender que Dios, siendo soberano
puede obrar en una persona y dar su sanidad sin que esta tenga fe, pero se ha demostrado
que siempre, que es dada luego que sea demostrada una fe profunda de alguna persona
que ha orado y pedido la sanidad de aquel que no tiene fe, o aquel que la tiene y pide su
sanidad. En las escrituras podemos encontrar muchos ejemplos, y leemos que Jesús no
pudo hacer milagros en Nazaret, el cual era su pueblo, por causa de la incredulidad Mat.
3:58.

En tal sentido la Sanidad Divina es Parte Integral del Evangelio, cuando Jesús fue enviado y
ungido a anunciar el evangelio las buenas nuevas de salvación también lo fue para sanar,
liberar al cautivo en tal sentido forma parte integral de todas esas bendiciones que trae el
Evangelio. Cuando Nuestro Señor Jesucristo da la Gran Comisión a los discípulos, resalta
que sanen a los enfermos Luc. 4:18-19; Mat. 10:7-8; Mr. 16:15-20.

De esta manera podemos asegurar que Dios quiere sanarnos aliviar nuestras penas y
dolores, sabemos y vemos en la escritura que no es un beneficio solo de los apóstoles Mat.
8:16, Hch. 5:12; Hch. 5:15-16. Sino que podemos disfrutar de este beneficio hoy en día Jesús
se lo encomendó a los setenta, a la iglesia y también cada uno de nosotros los creyentes Jn.
14:12; Mar. 16:18. Solo está en nosotros poner en practica nuestra fe y deshacer las obras
del enemigo por medio del Espíritu Santo en cada uno de nosotros.

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