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48600 SOPELANA (Bizkaia)


Tel.: 94-676 08 62
Atención Integral al Desarrollo de la Persona E-mail: secretaria@sorkari.com
Gizakiaren Hazkunderako Laguntza Osoa www.sorkari.com

SESIÓN 2:

ASUMIR EL PROBLEMA
DE LA VINCULACIÓN
- Entender al niño o niña: Un poquito de visión sistémica para aceptar algunas cosas.
Que hay que respetar para favorecer el vínculo
- Autocuidados: mejorar nuestra “hijedad” para ser padres razonablemente aptos

1. PREGUNTAS:
1) El temperamento y la huella genética
2) Cómo responderles de manera adecuada cuando preguntan por sus padres biológicos y
por su abandono
3) Apoyo para afrontar la adolescencia de mis hijos
4) Esperamos a nuestra segunda hija ¿Cómo afrontar los posibles celos de nuestra primera
niña?
5) Cómo manejar el sentimiento de frustración que nos asalta al pensar que no estamos
haciendo bien nuestro trabajo de padres
6) Nos preocupa sobre todo afianzar la seguridad y la autoconfianza en los niños ¿Cómo
reconocer las señales que nos envían? ¿Cómo tratarlas? (Por ejemplo, el llanto angus­
tiado ante cualquier situación)
7) A mi hijo le cuesta mucho mirarnos a los ojos ¿Tiene esto mucho que ver con su “pri­
mer” cerebro?
8) ¿Cómo afrontar el chantaje emocional que a veces nos hace nuestra hija? (Sesión 4)
9) Pautas para mantener una postura adecuada ante momentos de conflicto en los que se
manifiestan impulsos de agresividad y rabia (Asertividad: Sesión 4)
10)La agresividad, el enfado ¿Buena o mala? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Hay que sentirse culpa­
ble? ¿Cómo librarse de esa culpabilidad? (Asertividad: Sesión 4)

2. RESPUESTAS:
1) El temperamento y la huella genética: rasgos posiblemente hereditarios1
• Nivel de actividad: Necesidad de movimiento
• Ritmo biológico: Regularidad de funciones biológicas que influyen en las cos­
tumbres
• Respuesta de acercamiento o alejamiento: Atracción o rechazo hacia situacio­
nes nuevas
• Adaptabilidad: Facilidad para aceptar cambios y acomodarse a ellos
• Intensidad de reacción: Rapidez y fuerza con que se responde a los aconteci­
mientos
• Umbral de respuesta: Sensibilidad hacia los estímulos
• Calidad del humor: mayor o menor tendencia al bienestar y la alegría
• Facilidad de distracción: mayor o menor capacidad para concentrarse
• Perseverancia: insistencia en la realización de una tarea a pesar de la falta de
destreza
¡Lo que no es un don puede ser una conquista!

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Alexander Thomas, Stella Chess y Herbert Birch

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2. Cómo responderles de manera adecuada cuando preguntan por sus padres


biológicos y por su abandono

“Los sentimientos de los adoptantes frente a los padres que ceden a sus hijos
en adopción tiene siempre reflejo sobre el niño e influyen sobre su desarrollo
emocional, su autoestima y su identidad. Si los padres que ceden a sus hijos en
adopción tuvieran una buena situación de vida, no tendrían que dar a su hijo a
otras personas. Es algo inherente al fenómeno de la adopción, el que la mayor
parte de estas personas tengan graves conflictos consigo mismas y pertenezcan
a la parte oscura de nuestra sociedad.

Esto es algo que pueden comprender muchos adoptantes de cabeza, pero en el


ámbito de las emociones y sentimientos a menudo no son capaces de reconci­
liarse con esos padres y madres que han tenido que dar a su hijo en adopción.

“¿Qué es lo que piensas de mis padres?” preguntó Robin de siete años a su pa­
dre adoptivo. Este sabía que Robin estuvo a punto de morirse de hambre con
su madre biológica y que Robin le había sido arrancado en contra de su volun­
tad. El padre adoptivo contesto : “Pienso, que tus padres lo tuvieron muy difícil
cuando eran pequeños. No podían hacerse cargo de ti ni cuidarte. Tal vez yo
hubiera hecho lo mismo, si yo hubiera crecido en sus mismas condiciones2”.

Los niños y las niñas deben conocer su condición de persona adoptada. Para
ello, sus padres o madres adoptivos tienen que conocer su historia, investigarla
o ser capaces de reconstruir algo verosímil. A veces no preguntan porque no
saben lo que pueden o no preguntar, y porque captan que para sus padres
adoptantes es difícil hablar de ello. No es buena señal que no pregunten por sus
orígenes3.
o Preguntad, reclamad información... pero sobre todo hablad de su adop­
ción con naturalidad, de forma continuada, adecuándoos a su ritmo y su
edad.
o Los adoptantes debéis ser los primeros en reconciliaros con los orígenes
del niño o la niña adoptados como forma de favorecer una adecuada
identidad y de evitar que su origen biológico sea vivido como un lastre
o Construid relatos, ritos e información para que el niño o la niña puedan
ordenar su historia pasada, ya que esto le favorece su identidad presente
y futura
o Es conveniente crear un espacio emocional positivo en el niño o la niña
hacia su familia de origen, hablándole de ella y ayudándole a entender
por qué sus padres no pudieron hacerse cargo de él o ella de forma con­
veniente, contextualizando sin prejuicios su situación y su problemática.
o Hay que comprender la vergüenza, el agravio y el dolor que supone ha­
ber sufrido abandono y/o daño. Aceptad estas emociones y ayudar al
niño o niña a conocerlas, explicarlas y canalizarlas. Pues esto les ayuda a
neutralizar los efectos negativos del abandono. No conviene “maquillar”
demasiado la realidad, si bien hay que informar con cuidado y compasión
(no solo hacia el niño, sino también hacia su familia)

2
Irmela Wieimann: Guía práctica para padres y madres de adopción.
3
Adoptia: Guía de postadopción para familias

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LEGADO DEL NIÑO ADOPTADO

Había una vez dos mujeres, que no se conocían


De una no te acuerdas, a la otra llamas madre.
Dos amores diferentes se cruzan, para crearte a ti,
uno se convirtió en tu guía, el otro en tu sol
El primero te dio tu vida,
y el segundo te enseñó a vivir.
El primero te dio la necesidad de amor
y el segundo estaba ahí, para entregarse a ti
Uno te dio la nacionalidad, el otro te dio un nombre.
Uno te dio las semillas del talento, el otro te enseño la perseverancia.
Uno te dio sentimientos, el otro calmó tus miedos,
Uno vio tu primera dulce sonrisa,
El otro te secó las lágrimas.
Uno te dio libremente, era todo, lo que podía hacer,
El otro rezaba por un hijo y Dios le llevó derecho a ti.
Y hoy tu, lleno de lágrimas, me haces la misma pregunta de siempre
“¿De cual de los dos amores soy yo el fruto?”
De ambos cariño, de ambos,
Tan solo son formas diferentes de amor.

Autora anónima (Revista Impulse 4/1999)4

3) Apoyo para afrontar la adolescencia de mis hijos5

“Si ahora me cuesta controlarle, cuando sea adolescente ¿Qué?”


“Nos agotan sus explosiones de rabia y asco. Asusta su amargura”
Dice: “Me importa una mierda, déjame en paz, no eres nada mío”

La adolescencia preocupa a los padres y madres adoptantes y con razón. Para


todos es una etapa difícil, pero para las familias adoptivas más. El o la adoles­
cente adoptado tiene que hacer una doble emancipación e integrar su doble
identidad en una sola. Se tiene que emancipar de su familia biológica, con la
cual se identifica parcialmente, y también de su familia adoptiva.
Junto a la convulsión propia de esta etapa, se podrán dar otras para superar la
herida existencial que supuso su abandono inicial y el resto de circunstancias. Si
a lo largo de su infancia se han dado condiciones favorables (apoyo, revelación
completa y coherente, oportunidad de elaborar su historia, de integrar su doble
identidad...) y han iniciado el proceso de reconciliación con sus orígenes y la
vida que les tocó, podrán afrontar su adolescencia. Lo que le suceda será nor­
mal: la emancipación del adolescente adoptado es más compleja y costosa.
Si los procesos se atascan y resultan demasiado conflictivos, será conveniente
acudir a servicios psicosociales de ayuda y contención, tanto para los adoles­
centes como para su familia.

4
Asociación Madres sin Hijo: Grupo de autoayuda de Berlín. Traducción de Javier Mújica.
5
Adoptia. Edición del Gobierno Vasco

3
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4) Esperamos a nuestra segunda hija ¿Cómo afrontar los posibles celos de


nuestra primera niña?
- No pretendáis convencerla de que quiera tener otra hermana. Una niña no pue­
de responsabilizarse de eso. Dejad bien claro que es una decisión vuestra, que
sois vosotros quienes deseáis cuidar y acoger a otro hijo.
- Evitad frases de: “Tienes que quererla y cuidarla”, más bien, dad por hecho que
eso es lo que ocurrirá.
- Destinad tiempos especiales para la primera donde no esté la segunda. Permi­
tidle el privilegio de ser la mayor.
- Permitidle la regresión en algunas cosas (dejadle que use, por ejemplo, chupe­
te, o asignadle un biberón para la leche de la merienda). Hacédselo saber con
humor: “Ya veo que quieres volver a ser pequeña... bueno, ya se te pasará...”
- Cuando observéis que llora o se enfada por celos, decidle que tener celos es
normal, que ocurre durante un tiempo y que luego se va... pero no cedáis con­
tinuamente a sus caprichos. Permitid que sienta lo que siente y, en cuanto sea
posible, cambiad de tema.
- No os extrañe que la segunda experimente celos hacia la primera, pero no le
deis privilegios de hermana mayor. Explicadle que ser la primera tiene unas
ventajas y que ser la segunda tiene las suyas. Decidle que cada hijo tiene un
lugar en la familia y que nadie puede quitárselo. Decidle también que siempre
hay un amor diferente y especial, pero igual de grande para cada hijo en el co­
razón de sus padres.

5) Cómo manejar el sentimiento de frustración que nos asalta al pensar que


no estamos haciendo bien nuestro trabajo de padres6
“Cuando pierdo la paciencia me siento muy culpable”
“A veces no me reconozco. He llegado a hacer cosas que nunca imaginé”
“Hay veces en las que no sé qué le haría”
“Me siento autoritario, pero si bajo la guardia me la cuela y es peor”
“A veces me digo que no debería haber adoptado, e incluso siento rechazo hacia el niño”
“Me veo repitiendo aquello que tanto he criticado en mis padres”
Educar y convivir con un niño o niña adoptados puede ser duro y es normal que
surjan sentimientos de culpa, rechazo, cansancio, decepción, rabia, miedo, fracaso,
incertidumbre, agresividad... Junto con momentos dulces, se viven momentos de de­
sánimo y desconcierto total. Todo ello es normal. La tarea de adoptar es más difícil,
requiere muchas dosis de creatividad, aguante y humor. Pero cuando surgen las difi­
cultades y aparecen todas esas emociones, la tendencia de los padres es pensar que
algo anda mal y que están fallando y fracasando como padres. No es así. Las investi­
gaciones dicen que los padres y madres adoptantes son suficientemente competentes
en el desempeño de su rol parental y que logran que sus hijos e hijas normalicen sus
vidas hasta el nivel de lo razonable (nadie tiene su vida totalmente normalizada).
Sentir esos sentimientos de frustración, culpa y desánimo es normal. Hay que
aceptarlos y expresarlos en ámbitos seguros (nunca delante del niño o niña)

Una propuesta: repetirse 300 o 400 veces al día: “Me acepto y me apruebo
como persona. Soy una madre (o un padre) suficientemente buena (o bueno)7”

6
Guía Adoptia. Gobierno Vasco.
7
L. Hay: Usted puede sanar su vida vida.

4
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6) Nos preocupa sobre todo afianzar la seguridad y la autoconfianza en los


niños ¿Cómo reconocer las señales que nos envían? ¿Cómo tratarlas? (Por
ejemplo, el llanto angustiado ante cualquier situación)

ESTRATEGIAS PARA EDUCAR AL NIÑO O LA NIÑA ADOPTADA8

PARA LA DISCIPLINA:

- Las reglas y normas deben ser claras y breves. Los sermones, a lo sumo de tres
frases (Por ejemplo: “Eso no se hace, deja en su sitio lo que has cogido”), por­
que a la cuarta se desata su intolerancia a la frustración. Señalad los plazos de
cumplimiento de tareas y mandatos. Sed consecuentes con las normas y man­
tened la calma ante los conflictos.
- Tienen dificultades para asumir normas y mantener una relación adecuada con
la realidad, pero pueden llegar a aprenderlas lentamente. Repetidlas constante­
mente, ritualizadlas como si fueran refranes. Pensad en castigos reparadores
que le alivien de sus sentimientos de culpa (has hecho esto mal, pero puedes
arreglarlo haciendo esto, vamos). Saldad las situaciones con un abrazo.
- Al enfadaros, mostrad claramente lo que ha hecho y por qué no os gusta, pero
sin descalificarle a él o ella. Por ejemplo: “Esto que acabas de hacer está mal”
(En lugar de “eres malo”). No uséis la ironía: no la entienden y les daña.

PARA LA AUTOESTIMA:

- Necesitan mucho apoyo para avanzar a pequeños pasos, ayuda para las cosas
nimias, para arrancar, para continuar. Reclaman más protección que otros ni­
ños o niñas de su edad. Hay que alabar sus pequeños logros y mostrarles que
se les valora. requieren valoración positiva a pesar de su mal comportamiento.
Para fortalecer su ego necesitan sentirse valiosos. Hay que animarles continua­
mente para que sean productivos y creativos.
- Animadles por ser como son y ayudadles a aceptar sus aspectos negativos. De­
sear ser como los demás es una forma de autorrechazo. Su mal comportamien­
to no implica maldad, malicia o falta de agradecimiento.

PARA EL AUTOCONTROL:

- Aguantad sus negativas, reticencias, evasivas y rodeos sin mostraros impoten­


tes ni descalificarles. Hay que recordarles las cosas permanentemente y necesi­
tan que día tras día se les corrija amorosa y firmemente desde el exterior. No
esperéis muchas iniciativas de su parte. Sus adultos son los portadores de un
autocontrol que les costará adquirir.
- Tened cuidado con los imprevistos. Cualquier cambio despierta su suspicacia y
les desorienta. Informad y preparad al niño o la niña con antelación ante acon­
tecimientos que le incumban. Hacedle partícipe de las cosas que le conciernen.

Ante el llanto ansioso es recomendable la contención. Abrace al niño firmemente y


con tranquilidad hasta que se calme.

8
Guía Adoptia. Gobierno Vasco.

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2. LA TEORÍA DEL APEGO (John Bowlby)9


El primero en desarrollar una teoría del apego fue John Bowlby, en el año 1969
y posteriormente revisada en los años 1973 y 1980. Esta teoría ha contribuido a me­
jorar el entendimiento de los procesos de la personalidad y las diferencias individuales
de los adultos, ya que la división de los 3 tipos de apego en niños correlacionan con
variables importantes en la vida adulta, como lo son las características de personali­
dad, la forma en que establecemos relaciones interpersonales, y las características de
los procesos cognitivos y emocionales.

John Bowlby explicó que los niños están desde el principio emocionalmente ape­
gados a sus primeros cuidadores y emocionalmente angustiados cuando son separa­
dos de ellos. Según él, esta conducta está regulada por el sistema nervioso central y
está al servicio de la supervivencia. El sistema de apego está compuesto por tenden­
cias conductuales y emocionales diseñadas para mantener a los niños en cercanía físi­
ca de sus cuidadores durante su evolución. Permanecer en cercanía de los cuidadores
ayudaría a protegerlos de algún peligro o depredación. Los niños que poseen estas
tendencias de apego, tendrían mayor probabilidad de sobrevivir, de llegar a la edad
reproductiva y traspasar estas tendencias a futuras generaciones.

Debemos destacar la importancia del primer cuidador y en general de la madre,


ya que el tipo de relación que se establezca entre ésta y el niño, será determinante en
el estilo de apego que el pequeño desarrollará, por lo que podemos concluir que esta
teoría concede un mayor peso a los factores ambientales y educacionales del niño en
relación al desarrollo de la personalidad, restando importancia a los factores constitu­
cionales que influirían en ésta.

Las formas de apego se desarrollan en forma temprana y poseen alta probabili­


dad de mantenerse durante toda la vida. El apego se desarrolla como un modelo men­
tal interno que integra creencias acerca de sí mismo, otros y el mundo social en gene­
ral y juicios que afectan la formación y mantención de las relaciones íntimas durante
toda la vida del individuo.

En base a cómo los individuos responden en relación a su figura de apego cuan­


do están angustiados Ainsworth, Blewar, Waters y Wall, definieron los 3 patrones más
importantes de apego y las condiciones familiares que los promueven, existiendo el
estilo seguro, ansioso-ambivalente y evasivo

1) Los niños y niñas con estilos de apego seguro, son capaces de usar a sus cuida­
dores como apoyo cuando están angustiados. han tenido cuidadores sensibles a
sus necesidades. Han experimentado que confiar es seguro y que pueden obte­
ner ayuda en la adversidad. En el ámbito interpersonal, las personas seguras
tienden a ser más cálidas, estables y con relaciones íntimas satisfactorias, y en
el dominio intrapersonal, tienden a ser más positivas, integradas y con perspec­
tivas coherentes de sí mismas.
2) Los niños y niñas con estilo de apego ansioso-ambivalente, responden a la se­
paración con angustia intensa y mezclan comportamientos de apego con expre­
siones de protesta, enojo y resistencia. Debido a la inconsistencia en las habili­

9
Rosa Gayó (1999): http://www.apsique.com/tiki-index.php?page=SociApego

6
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dades emocionales de sus cuidadores, estos niños no tienen expectativas de


confianza respecto al acceso y respuesta de sus cuidadores Estas personas es­
tán definidas por un fuerte deseo de intimidad, junto con una inseguridad res­
pecto a los otros.
3) Los niños y niñas con estilo de apego evasivo, muestran aparente desinterés
frente a la presencia de sus cuidadores durante períodos de angustia. Estos ni­
ños tienen poca confianza en que serán ayudados y esperan ser desplazados
porque las experiencias pasadas así se lo dicen. Estas personas poseen insegu­
ridad hacia los demás y prefieren mantenerse distanciados de los otros, ade­
más, poseen miedo a la intimidad y muestran tener dificultades para depender
de las personas.

ESTILOS DE APEGO Y PROCESOS COGNITIVOS:

Se han realizado estudios acerca de las diferencias entre los estilos de apego en
adultos y la búsqueda de nueva información, entendida como la exploración del am­
biente y la adquisición de conocimientos sobre cosas desconocidas como lugares, per­
sonas, objetos; y la integración de nueva información en las estructuras cognitivas
que consiste en decodificar la información adquirida, comparándola con la información
existente y acomodando el esquema a la nueva información.

1) Las personas con estilo de apego seguro realizan una búsqueda activa de infor­
mación, siendo abiertos a la nueva información y poseen estructuras cognitivas
flexibles, ya que como pueden lidiar bien con la angustia, son capaces de in­
corporar nueva información, aunque las lleve a períodos momentáneos de con­
fusión, pues son capaces de reorganizar sus esquemas. Esta capacidad las lle­
varía a ajustarse de manera adecuada a los cambios del ambiente, a proponer­
se metas realistas y a evitar creencias irracionales. Por otro lado, el apego se­
guro que experimentaron estas personas les permite una alta accesibilidad a
esquemas y recuerdos positivos, lo que les lleva a tener expectativas positivas
acerca de las relaciones con los otros, a confiar más y a intimar más con ellos.
2) Las personas de apego ansioso-ambivalente desean acceder a la información,
pero presentan poca resistencia a la incertidumbre y sus intensos conflictos les
llevan a alejarse y bloquearse. Por otro lado, recuerdan más fácilmente expe­
riencias negativas que les impulsan a tener conflictos con la intimidad, pues
desean tenerla y tienen intenso temor de que ésta se pierda
3) Las personas con estilo de apego evasivo, rechazan la información que pudiese
crear confusión, cerrando sus esquemas a ésta, teniendo estructuras cognitivas
rígidas. Por otro lado, activan con más facilidad recuerdos de no ayuda, lo que
les lleva a mantenerse distantes e indiferentes.

ESTILO DE APEGO Y CONDUCTA EMOCIONAL

Las diferencias en el estilo de apego son asociadas con variaciones de expresión


emocional y regulación de la emoción en niños y adultos.

1) Las personas con apego seguro son capaces de reconocer en si mismos el dolor
emocional y disponen de recursos para afrontarlo. En cuanto a la expresión de
la ira, las personas seguras tienen expectativas positivas sobre el resultado de

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episodios de enojo, piensan que pueden arreglarse y que no son malas. Cuando
se enfadan, piensan en buscar soluciones y expresan su enfado sin mucha hos­
tilidad.
2) Las personas con apego ansioso-ambivalente tienen baja tolerancia al dolor
emocional, y responden con miedo y ansiedad ante cualquier ruptura en el am­
biente. Las personas ansiosas tienen expectativas negativas en cuanto al enojo
y presentan mayor propensión a la ira que las personas seguras.
3) Las personas con apego evasivo niegan activamente sentir dolor. Por otro lado,
experimentan enojo con frecuencia, pero procuran evitarlo y lo niegan. Están
muy contenidas. Al igual que las personas de apego ansioso, el enfado les lleva
a plantearse metas destructivas y respuestas desadaptativas.

ESTILO DE APEGO Y VARIABLES DE LA PERSONALIDAD

Diversos investigadores han tratado de demostrar que los distintos estilos de


apego se asocian a condiciones personales. Así, Shaven y Brennan examinaron las re­
laciones entre estilos de apego y 5 grandes factores de la personalidad, encontrando
que los individuos seguros eran menos neuróticos, más extrovertidos y más confor­
mes que los inseguros que eran más esquivos, dudosos y ansiosos.

En otros estudios se ha demostrado que los adultos con un estilo de apego se­
guro tienen más alta autoestima, son socialmente más activos y presentan menos so­
ledad que los individuos con apego inseguro y ambivalente.

Así también en otros estudios se ha comprobado que las personas que han teni­
do un apego seguro, poseen una mejor visión de sí mismas, mejor estructura propia,
más organizada, más firme, se perciben a sí mismas de manera más positiva, se sien­
ten más fuertes al enfrentar problemas, son más seguras de sí mismos, al contrario
de lo que pasa con las personas que han tenido un apego inseguro o no tan firme.

Aún así, Grifo y Bartholomew plantean que esto no sería tan estricto para toda
la gente, ya que dicen que los estilos de apego describen modelos prototípicos de con­
testaciones emocionales y de conducta interpersonal y deben verse como un sistema
más grande de motivación humana. Es más, algunos individuos con estilo de apego
seguro, también, pueden presentar, ansiedad, depresión, aislamiento social etc.

El apego seguro se produce cuando el padre y la madre dan muestras


de reconocer las necesidades emocionales del niño o de la niña y responden a
ellas. Este apego proporciona a la infancia una base de seguridad para explo­
rar el mundo y un refugio donde reconfortarse en situaciones de tristeza, an­
siedad o temor.

UNA FRASE DE ALDOUS HUXLEY:

Eres el resultado de lo que la herencia te dio,


de lo que tu entorno hizo de ti,
y de lo que tú mismo has hecho de tu entorno y de tu herencia con tu libre elección.

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