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Lenguaje chilango (ondas chilangas, de ahí viene)

Hola amigos!

Les habla Miguel Téllez, en esta sección que lleva por nombre "Ondas filósoficas". Nos da gusto que nos
acompañen en este su programa "Ciudad auditiva".

Antes de empezar con lo que les tengo preparado para hoy, quisiera dar una especie de introducción.

Como ahora saben, esta sección se llama "Ondas filosóficas". Aquí les contaré de problemas sociales, e
incluso de cuestiones científicas o artísticas, pero con un matiz filosófico. Regularmente estaré
abordando los temas con el estilo de la filosofía analítica. ¿Qué quiero decir con esto? Que primero, si es
necesario, haré observaciones respecto al lenguaje que se emplea en determinado tema. Esto es así,
porque puede pasarnos que al enfrentarnos a un problema o alguna cuestión, las palabras o conceptos
que empleamos no sean lo suficientemente claros y quien nos escucha, o con quien intentamos debatir,
entienda o esté pensando en cosas totalmente distintas a las que queremos referirnos.

La clarificación conceptual, como se le dice de manera técnica en la filosofía analítica, es una


herramienta para poner en orden tanto nuestros pensamientos, como el correcto uso de palabras o
conceptos.

Ahora bien, con lo que he dicho hasta ahora, no hay porqué pensar que la filosofía siempre es
demasiada abstracta, o que se dicen cosas raras. Cuando deba emplear términos técnicos, se los
aclararé, y el uso de ejemplos es una buena manera para ilustrar ciertas ideas que en ocasiones nos
parecen complejas. Así que es probable que estén escuchando diversos ejemplos a la hora de una
explicación o de pensar en algún tema.

Y bueno, hasta aquí esta especie de introducción. Ahora vamos con lo que les tengo preparado para hoy.

Ya que hablamos del lenguaje chilango, podemos prestar atención a ciertas palabras que usamos, y que
por ser tan habitual, no conocemos su origen.

Por ejemplo, no hace mucho, en Facebook se hizo viral una nota donde se hablaba de la palabra
"apapacho". Muchos de nosotros hemos escuchado esta palabra, y seguramente la hemos empleado.

Aquella nota nos contaba un poco sobre el origen etimológico de la palabra"apapacho", el cual viene del
náhuatl "patzoa". En esa misma nota, que cabe señalar que es de la BBC y pueden encontrarla si
googlean "La palabra más linda que el náhuatl le regaló al español (y otras que se usan de forma
cotidiana en España y América Latina)", se hablaba del "guacamole", otra palabra que sin duda como
mexicanos y chilangos, conocemos muy bien. El orígen de "guacamole", vienede la combinación entre
"ahuacatl"y "melli", donde ahuacatl refiere al aguacate, y "mulli" a la salsa.

Como sabemos, diversas palabras que usamos provienen del náhuatl. Puede parecernos trivial el
lenguaje, por lo cotidiano que es. Sin embargo, en la filosofía a veces se suele decir que un lenguaje
tiene bastante importancia, ya que es la vía para transmitir nuestra cosmovisión: es decir, nuestra visión
del mundo. Por ejemplo, el español que empleamos, suele ser muy variado en significados. Esta
variedad de significados, que podemos etiquetar como "ambiguedad", abre la puerta a muchos usos
prácticos: como chilangos, conocemos muy bien -o al menos sabemos algo- de los albures. Los albures
no en sí mismos una cosmovisión, sino una práctica que aprovecha la ambiguedad de diversas de
nuestras palabras, así como lo que se llega a denominar como doble sentido.

La cosmovisión, además de ser una práctica que se transmite por el lenguaje, intenta responder a
preguntales como: ¿cuál es nuestro lugar en el mundo? ¿Qué hacemos en este mundo? ¿Para qué
vivimos? Así mismo, procura ensalzar o imprimir la importancia necesaria, a lo que se considera valioso
para la vida humana.

La cultura náhuatl tenía su cosmovisión. Y para poder referir a las cosas que se consideraban valiosas, se
valían de los "difrasismos". Un difrasismo es el resultado que se obtiene al unir dos palabras distintas. Y
se suele sugerir que esta unión de palabras no es arbitraria, sino que se hace con la finalidad de
construir un nuevo significado que en las palabras, tomadas de manera aislada, no encontraríamos.

Ahora mencionaré algunos difrasismos del náhuatl.

In tlil in tlapal. In tlil significa "la tinta negra", "in tlapal" la pintura de colores. Según los estudiosos, este
difrasismo refiere a la sabiduría, que su a vez implican las tradiciones y forma de vida de los antiguos.

In xochitl, in cuicatl. In xochitl significa "la flor", in cuicatl, el canto. Este difrasismo refiere a "los
poemas", los cuales eran construcciones no sólo literarias, sino que podían contener enseñanzas o
consejos de los sabios.

Y para terminar, el último difrasismo es: In ixtli, in yollotl. In ixtli, significa "el rostro", "in yollotl", el
corazón. In ixtli in yollotl refiere al concepto de "persona" que tenía la cultura náhuatl. Este último
difrasismo es sumamente interesante. Lo es porque en ámbitos como en la ética, que es la filosofía
moral, o como la filosofía política, se suele discutir la noción de persona que sea la más deseable o
adecuada. Por ejemplo, tal vez hemos escuchado el rechazo a las emociones o pasiones, ya que estas
nublan nuestro juicio y nos impiden tomar decisiones correctas. Si hacemos caso a esto, nuestra noción
de persona será aquella que implique, solamente, el uso de la razón, ser meramente racional. En
contraste, hay quienes apelan a que no reprimamos nuestras emociones, sino que seamos capaces de
controlarlas, y que al momento de actuar, si bien sentimos emociones, estas no son mal vistas. Hoy día
esta disputa entre ser racional o incluir un lado emocional, ya no es vigente, ya que el papel e
importancia de las emociones en nuestra vida diaria es innegable.

Por lo mientras, nuestros ancestros no dudaban de la parte emotiva que implica el ser humano. No es
gratuito que en su noción de "persona", aparezca el rostro "in ixtli", que bien puede referir a lo físico y a
la personalidad. Pero no sólo eso, sino que "in yollotl" refiere al corazón. Referir al corazón no remite al
sentido literal, que es un órgano, sino al papel emotivo que representa un ser humano: todas esas
experiencias que llegamos a vivir, como tristeza, alegría, enojo, etc., forman parte de nosotros, son
innegables. Para la cultura náhuatl no tendría que haber un disputa de razón versus emociones: ambas
cosas forman parte de nosotros.
Espero que les haya interesado el papel de los difrasismos y la importancia del lenguaje. Si quieren
conocer más de la cultura náhuatl y, especialmente, de lo que se denomina filosofía náhuatl, les
recomiendo el libro "La filosofía náhuatl, estudiada en sus fuentes", de Miguel León Portilla.

Ahora vámonos con una canción que se titula "Xiquiyehua", una canción de amor en náhuatl.

Les mando un cordial saludo y nos escuchamos en la siguiente emisión de "Ciudad auditiva".

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