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Navidad alrededor de la Luna, un recuerdo

entrañable del vuelo espacial Apolo VIII


diciembre 22, 2017

Otro año más y la Navidad entrará de nuevo en nuestras casas. Es difícil no caer en los tópicos en esta festividad de más
de dos mil años que no suele traer grandes novedades, aunque a veces si lo hace en la forma y lugar de celebrarla. Por
eso, ahora que pronto estará entre nosotros, dedicaremos este post a este aspecto ‘singular’.

Pronto se cumplirán 50 años cuando en la Nochebuena de 1968 millones de personas de todo el mundo vieron y
escucharon como los astronautas de la nave Apolo VIII (EEUU), además de convertirse en los primeros seres
humanos que orbitaban alrededor de la Luna, festejaban la Navidad leyendo por turnos unos pasajes del libro del
Génesis con un deseo de buena voluntad para todos los habitantes de la Tierra.

La misión Apolo VIII fue el primer viaje espacial tripulado que alcanzó la velocidad suficiente para escapar del campo
gravitacional de la Tierra; el primero en entrar y salir del campo de otro cuerpo celeste, y el primero también en regresar a
nuestro planeta. Su tripulación, formada por el comandante y jefe de la misión Frank Borman y los pilotos de los módulos
de mando y lunar Jim Lovell y Bill Anders, fueron los primeros seres humanos en ver con sus propios ojos la cara oculta
de la Luna con la Tierra orbitando alrededor de su satélite. Fue el primer lanzamiento tripulado de un cohete Saturno V y
la segunda misión con astronautas del Programa Apolo, un programa que alcanzó su culminación con la nave Apolo XI y la
llegada del hombre a la Luna el 20 de julio de 1969 y el consiguiente paseo por su superficie de sus astronautas Armstrong
y Aldrin. Aunque continuaría algunos años más, para muchos éste fue su cénit.

Más allá del éxito técnico del Apolo VIII, en el que no vamos a entrar por no ser objeto de este post (solo daremos unas
pequeñas pinceladas del mismo) señalaremos dos actos significativos, uno muy emotivo y entrañable, de un viaje que
marcó un hito en la carrera espacial. Tanto que el científico soviético Anatoli Blagonrawow, después de conocer su gran
logro, dirigió el siguiente el mensaje a sus colegas de la NASA que lo resume mejor que cualquier otro adjetivo: “Con el
Apolo VIII se enriquecerá considerablemente el campo de la ciencia del espacio”. Y no era para menos: ¡El hombre había

llegado a orbitar por primera vez alrededor de la Luna!

Un viaje que se había iniciado el sábado 21 de diciembre de 1968 con el lanzamiento del cohete Saturno V y que el domingo
22, a las 21,06, comenzaban a enviar imágenes por televisión a la Tierra. Gracias a la red de Mundovisión, los habitantes
de nuestro planeta pudieron contemplar por primera vez en directo imágenes de la Luna. A las 21 horas del día 23 se
iniciaba la segunda emisión de TV desde la cápsula: durante 20 minutos los astronautas se dedican a presentar imágenes
del globo terrestre captadas desde una distancia de 325.000 Km. Poco después, a las 21,29, tras haber ido perdiendo
velocidad progresivamente a causa de la atracción terrestre, la cápsula franquea el llamado ‘punto de equilibrio’, lugar en
el que se anulan la gravedad terrestre y lunar y donde por primera vez unos seres humanos se ven sometidos a las fuerzas
de gravedad de otro astro. Hasta el martes 24, a las 19,54, día de Nochebuena, los astronautas no reciben autorización
para colocarse en la órbita lunar, momento en el que la cápsula se encuentra a 5781 Km. de nuestro satélite,
desapareciendo por su parte trasera y comenzando la maniobra de frenado para colocarse en su órbita. Tras varios minutos
con el contacto interrumpido, finalmente lo consiguen mientras se escucha la voz entusiasmada del comandante Frank
Borman diciendo: “¡Lo hemos conseguido!, describiendo a continuación todo lo que está viendo, imágenes que poco
después pueden contemplar en directo en sus televisores los espectadores de medio mundo. Transmitidas desde una
distancia de 380.000 Km., eran unas fotografías excelentes. La misión como tal alrededor de la Luna finaliza el día 25, día
de Navidad, iniciando el regreso a la Tierra, culminando la aventura el día 27, a las 4,51, tras amerizar la cápsula en el
océano Pacífico donde ya esperaba el portaaviones ‘Yorktown’.

Como hemos dicho, durante la misión Apolo VIII, aparte de la gran conquista espacial, hubo dos momentos importantes
por significativos. Uno fue el “Amanecer lunar”, fotografía tomada por la tripulación el día de Nochebuena, para muchos
fue el gran impulso que necesitaba el movimiento ecológico y una mayor concienciación sobre las condiciones de vida en
nuestro planeta. Hasta tal punto que la revista Life la incluyó en su número especial dedicado a las “100 fotografías que
cambiaron el mundo”. Un momento que la NASA recreó mediante una animación por ordenador (con su audio original) y
que permitió contemplar por primera vez y con asombro la salida de la Tierra desde la Luna.

“Amanecer lunar”. Primeras imágenes de la

Tierra tomadas por un ser humano desde tan lejos. Fueron hechas por Bill Anders el día de Nochebuena durante la misión Apolo VIII en su

viaje a la Luna. En la última se puede observar como Sudamérica ocupa la parte central de la imagen. Los astronautas Frank Borman, Jim

Lowell y Bill Anders fueron los primeros humanos en salir de la órbita terrestre, los primeros en ver a la Tierra completa, los primeros en ver

el lado oculto de la Luna y los primeros en ver el amanecer de la Tierra desde la Luna.

El otro gran momento, íntimo, fue cuando los astronautas celebraron la Navidad mientras orbitaban alrededor de
la Luna. El lugar más lejano hasta ahora conocido en que se festejaba un día tan entrañable. Cuando se encontraban a
más de 380.000 Km. de sus hogares fue transmitido en buena parte por la cadena CBS (EEUU), al tiempo que se emitían
imágenes en directo de la Luna. Frank Borman, Jim Lovell y Bill Anders habían preparado un mensaje especial para el
día de Nochebuena basado en la lectura de los primeros versículos del Génesis. Un verdadero acto de fe en la creación
de Dios. Expresando su admiración ante las maravillas del Cosmos y reflejando la grandeza de su Creador lo enviaron a
toda la Tierra en aquella Navidad de 1968 con estas palabras:

Astronauta William Anders:


“Nos acercamos ahora al amanecer lunar y, para toda la gente de la Tierra, la tripulación del Apolo VIII tiene un mensaje

que queremos enviarles:

En el principio Dios creó el Cielo y la Tierra. La Tierra no tenía forma y estaba vacía, y las tinieblas cubrían la faz del

abismo. Y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas. Y dijo Dios: ‘Sea la luz’, y fue la luz. Y Dios vio que

la luz era buena, y Dios dividió la luz de las tinieblas”.

Astronauta Jim Lowell:


“Y Dios llamó a la luz ‘día’, y a la oscuridad ‘noche’. Y fue la mañana y la tarde del primer día. Y Dios dijo: ‘Que haya un
firmamento entre las aguas y que divida unas aguas de otras’. Y Dios hizo el firmamento y dividió las aguas debajo del

firmamento de las que están arriba, y así fue hecho”.

Astronauta Frank Borman:


”Y Dios llamó al firmamento ‘Cielo’. Fue la mañana y la tarde del segundo día.

Y dijo Dios: Que las aguas de los cielos se reúnan en un lugar y que surja tierra firme; y fue hecho. Y Dios llamó al terreno

seco ‘tierra’, y la masa conjunta de las aguas se llamó ‘mar’, y Dios vio que era bueno.

Y por parte de la tripulación del Apolo VIII terminamos diciendo: Buenas noches, buena suerte, Feliz Navidad y que Dios les

bendiga a todos, todos ustedes en la buena Tierra.

Mensaje de Navidad de 1968 transmitido a toda la Tierra por los tripulantes del Apolo VIII mientras orbitaban alrededor de la Luna.

En el año 2008, con motivo de la celebración del 40 aniversario de su viaje a la Luna, la tripulación del Apolo VIII habló
sobre como se gestó la idea de aquella celebración de la Navidad dirigida a todo el orbe. El comandante Borman recordó:
“Nos dijeron que durante la Nochebuena íbamos a tener la audiencia más grande que jamás hubiera escuchado una voz

humana. La única instrucción que recibimos de la NASA fue que hiciéramos algo apropiado”. Una frase que su

compañero Lowell completó diciendo: “Los primeros diez versos del Génesis hablan del origen de muchas de las religiones
del mundo, no solo la cristiana. Hay más gente que cree en otras religiones que cristianos en el mundo. Esto podría ser

apropiado para el momento. Y así fue cómo pasó”. Fue el contrapunto de una misión que también se hizo famosa por la

icónica imagen de la Tierra emergiendo de la oscuridad, que dio una nueva perspectiva a toda la Humanidad del planeta en
que vivimos. Tomada por su compañero Anders, éste añadió: “Pese a todo el entrenamiento y preparación efectuados para
una exploración de la Luna, los astronautas acabamos descubriendo la Tierra”.

Y entonces, añadimos nosotros, desde un sitio tan lejano de la Tierra se ‘descubrió’ a Navidad, una de las tradiciones más
universales, llena de emociones, añoranzas, alegría y esperanza. Un año más y la Navidad llama a nuestra puerta. Como
dice la leyenda: “Hace muchos, muchísimos años, un Niño nació en un pesebre…”. La Navidad ya está aquí. Sea
bienvenida.

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