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DELINEACIONES DEL

SISTEMA POLÍTICO
MESOAMERICANO:
EL SISTEMA DE GOBIERNO EN
LAS SOCIEDADES DE LA
CUENCA DE MÉXICO Y SUS
VECINOS (NUEVAS DISYUNTIVAS A LAS
ANTIGUAS EXPLICACIONES )

ARQUEÓLOGO REYNALDO LEMUS NIETO. ABRIL DE 2015…MÉXICO D.F

1
A: EVAEDITH

2
CONTENIDO PÁGINAS
ÍNDICE DE FIGURAS 5-6
INTRODUCCIÓN 7-10
CAPITULO 1: EL MARCO TEÓRICO 11-12
1.1 LAS CORRIENTES TEÓRICAS EN LA ARQUEOLOGÍA DE MESOAMÉRICA 12-14
1.2 LA ALTERNATIVA TEÓRICA 14-18
1.3 CONTRAPROPUESTA AL SISTEMA DE GOBIERNO DE LA VERSIÓN 18-20
EUROCENTRISTA
CAPITULO 2: EL GOBERNANTE PRINCIPAL 21-22
2.1 LOS GOBERNANTES PRINCIPALES Y SU PROBLEMÁTICA 22-23
2.2 LAS BASES HISTÓRICAS DE LOS TLATOQUE 23-24
2.2.1 TORIBIO DE MOTOLINIA 24-27
2.2.2 LA HISTORIA TOLTECA CHICHIMECA 27-33
2.2.3 LA RELACIÓN GEOGRÁFICA DE TLAXCALA 33-35
2.2.4 JUAN BUENAVENTURA Y ZAPATA 35-36
2.2.5.- LAS FUENTES DEL ÁREA MAYA: EL TITULO DE TOTONICAPAN 36-38
2.2.5.1.- EL POPOL VUH 38-39
2.3 LA DESCRIPCIÓN DEL TLATOANI Y EL TECUHTLI EN LOS 39-40
INVESTIGADORES
2.3.1 MANUEL MORENO 40-42
2.3.2 ALFREDO LÓPEZ AUSTIN 42-43
2.3.3 DRUZO MALDONADO 43-44
2.3.4 LUIS REYES 44-45
2.3.5 HIDELBERTO MARTÍNEZ 45-48
CAPÍTULO 3.- EL TLATOCAYOTL 49-50
3.1 LOS INVESTIGADORES CONTEMPORANEOS: LA CUENCA DE MÉXICO 50-52
3.1.1 EL VALLE DE CUAUHNAHUAC 53
3.1.2 EL VALLE POBLANO 53-57
3.2 EL HUEYTLATOCAYOTL O SITIO RECTOR A PARTIR DE LAS FUENTES 57-60
3.3 CHIMALPAIN Y LA CORRELACIÓN ENTRE EL GOBERNANTE O TECUHTLI Y 60-63
EL SITIO O TLATOCAYOTL
3.4 LA POSESIÓN SOCIAL DEL LOS TÉRMINOS O CONCEPTOS DE TECUHTLI Y 63-64
TLATOCAYOTL
CAPÍTULO 4.- LOS EDIFICIOS PRINCIPALES DEL TLATOCAYOTL RECTOR 65-67
O HUEYTLATOCAYOTL
4-1 EL TECPAN EN LAS RELACIONES GEOGRÁFICAS DE TLAXCALA 68-71

3
4.2 EL TECPAN DE TIZATLÁN Y SU INFORMACIÓN ARQUEOLÓGICA 72-73
4.3 LAS EXCAVACIONES CONTEMPORÁNEAS 74-76
4.3.1 LA INFORMACIÓN EN LAS FUENTES RELATIVAS AL HALLAZGO DE LA 76-80
MANDÍBULA DE EQUINO
4.4 EL CUAUHCALLI EN LA INFORMACIÓN HISTÓRICA 80-81
4.5 EL CUAUHCALLI EN LOS CÓDICES 81-83
4.6 LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS CON CUAUHCALLI 83-84
4.6.1 MALINALCO ESTADO DE MÉXICO 84-91
4.6.2 TIZATLÁN TLAXCALA 91-92
4.6.2.1 CASO ALFONSO 92-97
4.6.2.2 NOGUERA EDUARDO 97-101
4.6.2.3 EL PROYECTO CUATRO SEÑORÍOS 101-107
4.7 EL CUAUHCALLI EN MÉXICO TENOCHTITLÁN 107-115
CAPITULO 5 EL CUAUHTLI Y EL OCELLOTL, COMO LOS SÍMBOLOS 116-120
IDEOLÓGICOS DEL SISTEMA POLÍTICO MESOAMERICANO
5.1 TEZCATLIPOCA Y MICTLANTECUHTLI COMO SÍMBOLOS EN LA 120-126
COMPOSICIÓN DEL ESTRATO GOBERNANTE
5.2.- LOS MONOLITOS DE TIZOC Y DEL ARZOBISPADO Y SU RELACIÓN CON EL 127-128
ACCESO A LA CLASE GOBERNANTE
5.2.1 LA PIEDRA DE TIZOC 128-133
5.2.2 LA PIEDRA DEL ARZOBISPADO 133-134
5.2.3 LA FUNCIÓN DE LOS MONOLITOS 134-135
5.2.4 LA VERSIÓN HISTÓRICA DE LA FUNCIÓN DEL TEMALACATL 135-139
5.2.5 LA HISTORIA TOLTECA CHICHIMECA 139-142
5.2.6 LOS CÓDICES DE LA MIXTECA 142-145
5.3 CONTRASTACIONES A LAS INVESTIGACIONES DE LOS MONOLITOS DE 145-146
SACRIFICIO MEXICA
5.3.1 EL TEMALACATL Y EL TLACAXIPEHUALIZTLI 146-148
5.3.2 LA PIEDRA DEL ARZOBISPADO COMO CUAUHXICALLI 148-149
5.3.3 LA TEMPORALIDAD DE LOS MONOLITOS 149-153
5.3.4 LA INFORMACIÓN SOBRE LA CIFRA DE LOS INTEGRANTES DEL TECPAN 153-159
EL SISTEMA DE GOBIERNO ALTERNO EN MESOAMÉRICA 160-165
REFERENCIAS 165-172

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ÍNDICE DE FIGURAS PÁGINA

FIGURA 1.- EL AYUNO DE LOS TLATOQUE EN EL MEZQUITE SAGRADO (HTCH, LÁMINA 31


IX- F20r MS. 54-58 P. 35)
FIGURA 2- LA PERFORACIÓN DE LA NARIZ, PARA PORTAR LA NARIGUERA (HTCH 31
LÁMINA VIII F 21r MS 46-50)
FIGURA 3.- CROQUIS DEL CENTRO CEREMONIAL DE TIZATLÁN Y EN PRIMER PLANO EL 68
TECPAN DE XICOTÉNCATL. (Lámina aportada por Ricardo Mendoza CRTLAX INAH)
FIGURA 4.- EL MURO OESTE DEL TECPAN DE XICOTÉNCATL, EN LA ACTUALIDAD 71
FIGURA 5.- CALA DE EXCAVACIÓN DONDE APARECIERON LOS RESTOS DEL EQUINO 75
(Tomado de Sánchez Toscano 1981)
FIGURA 6.- PROCESO DE EXCAVACIÓN DE LOS RESTOS DE LA MANDÍBULA DEL 75
EQUINO (Tomado de Sánchez Toscano 1981)
FIGURA 7.- PROCESO DE EXCAVACIÓN DE LOS RESTOS DE LA MANDÍBULA DEL 75
EQUINO (Tomado de Sánchez Toscano 1981)
FIGURA 8.- RESTOS DE LOS TRES FOGONES EN LA CALA DONDE APARECIERON LOS 76
RESTOS DE UN EQUINO (Tomado de Sánchez Toscano 1981)
FIGURA 9.- IMAGEN DEL CUAUHCALLI Y SU PLATAFORMA, CON LA ESCENA DE LA 82
PERFORACIÓN DE LA NARIZ, CÓDICE BECKER 1 (http://www.famsi.org/)
FIGURA 10.- IMAGEN DE LA PERFORACIÓN DE LA NARIZ, EL CUAUHCALLI Y LA 82
UBICACIÓN DE LOS PARTICIPANTES EN EL CÓDICE COLOMBINO
FIGURA 11.- LOS CUATRO ALTARES DE LOS TLATOQUE DE MALINALCO, CON EL 86
PRINCIPAL AL CENTRO
FIGURA 12.- POSICIÓN DEL ASPIRANTE, EN LOS ALTARES SOBRE LA BANQUETA 87
CIRCULAR DEL CUAUHCALLI
FIGURA 13.- POSICIÓN DEL ASPIRANTE, EN EL ALTAR CENTRAL DE MALINALCO 88
(Tomado de Hernández Rivero 1993)
FIGURA 14.- FRAGMENTO DE LA ESCENA DEL AYUNO Y PERFORACIÓN DE LA NARIZ, 88
EN EL CÓDICE BOTURINI
FIGURA 15.- LÁMINA DEL CÓDICE AUBIN, CON EL ACTO DE ACOSTARSE EN EL 90
MEZQUITE, Y DE ESTA MANERA LOS AZTECA CAMBIAN SU NOMBRE A MEXICANOS
(Tomado de www/British Museum)
FIGURA 16.- CÓDICE AUBIN FOLIO 7r, LOS MEXICA PORTANDO EL CHITACO Y EL ARCO 90
Y LAS FLECHAS, (Tomado de www/British Museum)
FIGURA 17.- TLAHUIZCALPANTECUHTLI SEGÚN CASO Y DE ACUERDO A NOGUERA ES 93
MICTLANTECUHTLI
FIGURA 18.- LADO DERECHO ALTAR PONIENTE, CON LA FIGURA DE UN PERSONAJE 93
CON ATRIBUTOS DE TEZCATLIPOCA, SEGÚN CASO Y NOGUERA
FIGURA 19.- PICTOGRAFÍAS LATERALES DEL ALTAR PONIENTE 93
FIGURA 20.- PARTE FRONTAL DEL ALTAR ORIENTE LADO IZQUIERDO 94
FIGURA 21.- PARTE FRONTAL DEL ALTAR ORIENTE LADO DERECHO 94
FIGURA 22.- PICTOGRAFÍAS LATERALES DEL ALTAR ORIENTE 95
FIGURA 23.- LA POSICIÓN DE LOS PARTÍCIPES EN LA CEREMONIA DE LA PERFORACIÓN 103
DE LA NARIZ EN EL CÓDICE NUTALL (Tomado de Dover Publications, 1975)
FIGURAS 24 25 CON LA ESCENA DE LA PERFORACIÓN DE LA NARIZ EN EL CÓDICE 103
BODLEY LÁMINA 9 http://www.famsi.org/

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FIGURA 26.- POSICIÓN DEL ASPIRANTE EN LOS ALTARES DE TIZATLÁN, SIMILAR A LA 104
QUE SE ADOPTABA EN LAS IMÁGENES DE LOS CÓDICES CITADOS
FIGURA 27.- LA FUNCIÓN DEL SEMI CÍRCULO EN LA PARTE CENTRAL Y DE LA 104
CANALETA EN LA CARA SUR DE LOS ALTARES DE TIZATLÁN
FIGURA 28.- PERSPECTIVA QUE MUESTRA LAS COLUMNAS QUE SOSTENÍAN EL TECHO 106
DE LA ESTRUCTURA, DONDE SE OBSERVA QUE ES UN EDIFICIO INDEPENDIENTE
FIGURA 29.- PERSPECTIVA QUE MUESTRA LAS COLUMNAS QUE SOSTENÍAN EL 106
TECHO DE LA ESTRUCTURA, OBSERVÁNDOSE QUE ES UN EDIFICIO INDEPENDIENTE
FIGURA 30.- LA CASA DE LAS ÁGUILAS DE MÉXICO TENOCHTITLÁN Y SU ACCESO 109
FLANQUEADO POR ESCULTURAS DE CABEZA DE ÁGUILA
FIGURA 31.- PERSONAJE VESTIDO CON UN ATUENDO COMPLETO DE UN CUAUHTLI A 111
FIGURA 32.- UBICACIÓN DE LAS ESCULTURAS CON ATRIBUTOS DEL CUAUHTLI SOBRE 111
LAS BANQUETAS CON RELIEVES, FLANQUEADO LA ENTRADA DEL CUARTO I
FIGURA 33.- PERSONAJE CON ATRIBUTOS DE MICTLANTECUHTLI 112
FIGURA 34.- DETALLE DEL F21r DONDE SE REPRESENTA AL CUAHTLIOCELLOTL 117
FIGURA 35.- FOTOGRAFÍAS DEL MONOLITO DE HUAQUECHULA PUEBLA (Tomado de 118
las Doctoras Plunket y Uruñuela 1991-1992)
FIGURA 36.- DIBUJOS DEL MONOLITO DE HUAQUECHULA PUEBLA (Tomado de las 118
Doctoras Plunket y Uruñuela 1991-1992)
FIGURA 37.- CERÁMICA DE TLATELOlCO 118
FIGURA 38.- EL SACRIFICIO POR FLECHAMIENTO, CÓDICE NUTALL 123
http://www.famsi.org/
FIGURA 39.- CÓDICE COSPI LÁMINA 9 http://www.famsi.org/ 125
FIGURA 40.- CÓDICE COSPI, LÁMINA 10 http://www.famsi.org/ 125
FIGURA 41.- CÓDICE COSPI, LÁMINA 11 http://www.famsi.org/ 125
FIGURA 42.- EL TEMALACATL EN DURAN 129
FIGURA 43.- EL TEMALCATL EN SAHAGUN 129
FIGURA 44.- LA PIEDRA DE TIZOC EN EL MNA 129
FIGURA 45.- TEMALACATL EN EL CÓDICE MAGLIABECHI 130
FIGURA 46.- TEMALACATL EN EL CÓDICE VEYTIA 130
FIGURA 47.- TEMALACATL EN EL CÓDICE TUDELA 130
FIGURA 48.- TEMALACATL EN EL CÓDICE TOVAR 130
FIGURA 49.- EL TECUHTLI PRINCIPAL EN LA PIEDRA DE TIZOC MNA 131
FIGURA 50.- LA PIEDRA DEL ARZOBISPADO MNA 133
FIGURA 51- EL SACRIFICIO DE LOS TLATOQUE EN LA HTCH F28r 141
FIGURA 52.- EL SACRIFICIO EN EL TEMALACATL, CÓDICE NUTALL 143
http://www.famsi.org/
FIGURA 53.- EL SACRIFICIO DE LOS TLATOQUE EN EL CÓDICE BECKER II, EL 144
TEMALACATL Y EN QUAHUTZATZAZTLI http://www.famsi.org/
FIGURA 54.- LA DESTRUCCIÓN DE LA NARIGUERA, EL SÍMBOLO DEL TECUHTLI, EN EL 152
CUAUHXICALLI O DEL ARZOBISPADO
FIGURA 55.- EL GOBERNANTE EN LA PIEDRA DE TIZOC CON LA NARIGUERA ROTA 152
FIGURA 56.- COMPOSICIÓN DEL TECPAN DE TENOCHTITLÁN, DE ACUERDO A LOS 157
DATOS DE LOS MONOLITOS DE TIZOC Y DEL ARZOBISPADO

6
INTRODUCCIÓN
El estudio del pasado mexicano, en la actualidad presenta la disyuntiva de seguir
siendo un apéndice de la historia europea o bien conseguir una autonomía que le
confiera el grado de una ciencia local. Esto viene adquirir relevancia ante la
eminente llegada del medio milenio de la conquista de México y posteriormente
del resto de América, por lo que aprovechando esta coyuntura histórica se
procedió a cuestionar y proponer un sistema de gobierno alterno al que ha
dominado el panorama académico estos cinco siglos y en particular a la región
donde más información histórica existe, siendo esta la del Altiplano Central y en
particular la Cuenca de México y sus vecinos.

Para presentar una solución al problema del sistema de gobierno, se parte de un


marco teórico originado en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, en la
décadas de los sesenta e inicios de los setenta y que vino a quedar como un
evolucionismo multilineal, al que Olive Negrete designa como un estructuralismo.

Dentro de esta corriente multievolucionista, se encuentra un investigador que


sostiene que para explicar América, es necesario hacerlo con elementos propios
de la región, evitando el uso de teorías foráneas, de tal manera que este postulado
nos condiciona a cuestionar en primera instancia la información de las fuentes, por
lo que se deberá de probar la veracidad o la falsedad de la información vertida en
estos documentos, siendo el registro arqueológico el que va a servir como el
catalizador de la veracidad de la historia.

Apoyados en esta corriente del evolucionismo multilineal, se elaboro un modelo


que podría ser designado como político social, por tal razón en este escrito se
desarrollan cada uno de los tres componentes, presentando sus fundamentos
históricos y arqueológicos que los sustentan, de tal manera su investigación
permitió replantear su conceptualización en el caso del elemento que es la figura
del estrato gobernante, donde sus integrantes reciben el denominativo individual
de Tecuhtli y siendo su plural el de Tlatoque, que sería el denominativo de la clase

7
en el poder, en esta clase había una jerarquización con un Tecuhtli primordial y a
sus lados izquierdo y derecho los demás Tlatoque con un poder en orden
descendente. La contraposición con la explicación tradicional consiste en que en
este modelo se plantea la existencia de un gobierno con bases ideológicas y
legales diferente y que consiste en que el parámetro principal para acceder a esta
clase dominante, consistía en acciones en servicio de su sociedad, siendo el
principal medio de promoción la guerra, dejando en un lugar secundario las
relaciones de parentesco.

El segundo elemento de este modelo está referido al espacio geográfico que


habitan los Tlatoque, al cual se le va a denominar como el Tlatocayotl, que vendría
siendo el sitio arqueológico, en este caso se detectó la existencia de un
Tlatocayotl principal, donde existía una división en dos espacios claramente
diferenciados, siendo uno el religioso con su Teocalli, el otro era el espacio civil
con dos edificios relevantes, uno de ellos era el Tecpan o edificio de gobierno,
donde sesionaban los Tlatoque, el otro era el llamado Cuauhcalli o edificio donde
se realizaba la ceremonia de perforación de la nariz, para la colocación de la
nariguera, elemento que las investigaciones ubicaron como el símbolo distintivo de
los Tlatoque. Lo que hace importante a este edificio consiste en que se encontraba
solamente en los Tlatocayotl Rectores, lo que lo convierte en un elemento
diagnostico para designar a dichos Tlatocayotl Rectores.

El tercer componente es el de mayor importancia en este modelo, ya que se logró


identificar y ubicar a los símbolos que normaban y regían las relaciones entre las
sociedades, al igual que al interior de cada una de ellas, siendo estos los animales
el Cuauhtli y el Ocellotl. Por lo que este elemento es lo que permite ubicarnos en
el extremo contrario de la explicación tradicional u oficial, ya que con estos
símbolos se tiene el elemento ideológico, el que va a ser el eje sobre el cual se
establecen los fundamentos de los dos componentes del modelo, porque van a
legitimar y legalizar a estos dos elementos, los que al conjugarse van a dar los
fundamentos del sistema de gobierno de estas sociedades, el cual está constituido
por una división política bipartita basada en estos animales símbolos, la cual se va

8
a concretar en la existencia de diferentes Tlatocayotl Rectores adscritos a uno de
estos símbolos, de tal manera que esta adscripción va normar el tipo de relación
entre estos Tlatocayotl, de tal manera que los del mismo símbolo sus relaciones
serán de cooperación y apoyo, por lo que las relaciones con los inscritos en el otro
símbolo serán de confrontación.

Lo particular o relevante de esta división política consiste en que entre los


integrantes del Tlatocayotl Rector, se encuentran integrantes de ambos símbolos,
donde el Tecuhtli principal y un lado de los Tlatoque van a pertenecer a uno de
esos símbolos y el otro lado los Tlatoque de símbolo contrario.

La existencia de un Tecuhtli principal y un lado izquierdo y otro derecho donde se


distribuían los demás integrantes, ha podido ser ubicada en la conformación del
Tecpan de Tenochtitlán, donde la correlación de la información arqueológica e
histórica, dio la posibilidad de ubicar la existencia de un Tecuhtli principal y los
Tlatoque de los lados izquierdo y derecho, aunque no fue posible por el momento
asignar a un símbolo en específico cada uno de los dos lados, de tal manera que
la información consultada ratifica la existencia de un Tecuhtli principal y 14
Tlatoque en un mismo lado y en el lado opuesto se encontraban ubicados 11
Tlatoque, lo que da un total de 26 integrantes del Tecpan de Tenochtitlán, dato
aportado por los monolitos de Tizoc y del Arzobispado.

De tal manera que al indagarse sobre la función de dichos elementos


arqueológicos abrió un amplio espectro de datos, que amplían los alcances de
este escrito, de tal manera que no se puede darle una conclusión y por lo tanto es
un antecedente de una investigación que ha podido ubicar un ceremonial dedicado
exclusivamente al acceso a la clase en el poder. En esta ceremonia se han
podido ubicar al menos cuatro eventos que realizaban los personajes involucrados
en el asenso al poder, siendo estos: la captura y sacrificio de un personaje con el
grado de Tecuhtli. La segunda ceremonia era el ayuno de los Tlatoque, donde les
daban de comer el Cuauhtli y el Ocellotl. La tercera ceremonia era la perforación
de la nariz, para portar la nariguera símbolo distintivo de esta clase y la cuarta

9
ceremonia detectada es la despedida de los participantes foráneos con
acompañamiento musical.

El primer evento de este ceremonial, aporta datos concretos de que existían dos
tipos de sacrificios, que eran exclusivos de este ceremonial los cuales cada uno
era propio de uno de los lados de los integrantes del Tecpan, de tal manera que
en el caso de Tenochtitlán el sacrificio en el Temalacatl donde se lleva a cabo el
sacrificio por rayamiento era hecho por los integrantes del lado al que pertenecía
el Tecuhtli principal y el flechamiento era realizado por los Tlatoque del lado
opuesto. De tal manera que la línea de investigación muestra que esta última
inmolación puede ser adscrita a una región de Mesoamérica y que tendería a
seguir la dirección hacia el Sureste de Mesoamérica y el rayamiento sería de la
región central y norte de esta superárea.

Por lo que la investigación se avocará a seguir los datos obtenidos en esta


publicación que se presenta y que nos permitirá definir regiones específicas donde
se encuentre este sistema de gobierno y las diferentes variaciones que les darán
su carácter de regionales.

10
CAPÍTULO 1.- EL MARCO TEÓRICO
De manera particular se considera que el tiempo que ha dominado la corriente
tradicional o eurocentrista del pensamiento académico mesoamericanista es algo
alarmante, pronto serán quinientos años que se empezó a fundar dicha corriente y
sería de preguntarse qué es lo que ha impedido que no se de ese juego de la
ciencia, donde una explicación dada, se falsea o es falseada y da paso a una
nueva explicación a ese problema dado y así sucesivamente. Esto ha ocasionado
una anomalía en la teoría de las ciencias abocadas a Mesoamérica, ocasionada
por su larga permanencia como explicación, esto de alguna manera se ha
convertido en una especie de dogma en la comunidad académica, por tal situación
no se contempla la más mínima posibilidad de cuestionarla y mucho menos buscar
una explicación alterna. Esta situación ha ocasionado una crisis académica, la
cual es notoria en estas últimas cuatro décadas, donde podemos observar que el
nivel académico ha decaído de una manera alarmante, de tal manera que los
grandes problemas de la arqueología, no se han presentado soluciones claras y
tajantes, esto puede ser notado en el tema del gobierno, ya que esta visión de un
gobierno similar al europeo de aquellas épocas, es aceptada sin cuestionar.

Si bien en el último siglo no ha habido un grupo de profesionales que lograsen


cambiar esta explicación o cualquier otra de las sociedades mesoamericanas, esto
no se debe obviamente a la falta de material humano, donde en este lapso de
tiempo han pasado una importante cantidad de personajes reconocidos en el
ámbito internacional y que conjuntados todos ellos, los convierte en los
sustentadores de la explicación de Mesoamérica. Si por el momento no se ha
presentado una alternativa a ningún aspecto de esta concepción de las
sociedades mesoamericanas, aún con esta pléyade de investigadores que se han
avocado a esta materia, se plantea que esto solo puede ser achacado a la manera
en que enfrentan a esta problemática, es decir, el marco teórico.

Para solventar o dejar un lado la concepción tradicional, se tiene que tener un


marco teórico diferente a dicha corriente, pero en este caso se retoma una parte

11
de esta corriente enraizada. Por tal razón se expondrá, como se ha ubicado en
esta investigación el desarrollo de la teoría arqueológica.

1.1. LAS CORRIENTES TEÓRICAS EN LA ARQUEOLOGÍA MESOAMERICANA

Para sustentar lo dicho líneas arriba se expondrá un esbozo del desarrollo de la


teoría arqueológica en este punto, la cual gira en torno a la organización social de
los antiguos mexicanos, esta problemática es reseñada magistralmente por Olive
Negrete, en un artículo que forma parte de la antología con motivo de los veinte
años del Museo Nacional de Antropología, en este nos refiere que los escritos que
conforman esta publicación, dejan entrever que aún no se había apagado la
polémica iniciada en el siglo XIX por Bandelier, el que siguiendo el esquema
evolutivo propuesto por Morgan, concluye que la base de la organización social de
los mexica es el clan. En esta misma época:

Alfredo Chavero refrendaba la visión de los cronistas, conquistadores e


historiadores de los siglos XVI, XVII Y XVIII, que hablaron de reinos y
reconocieron el carácter francamente político de la sociedad mexica. En el
primer tercio de este siglo se pronunciaron en este mismo sentido los
arqueólogos e historiadores mexicanos de formación jurídica, como Caso,
Moreno y Toscano, en tanto Monzón recogió los conceptos de la
antropología norteamericana y quiso presentar soluciones intermedias
que en realidad lo aproximaron a las conclusiones de Bandelier (Olive,
1989, pp. 80-81).

Continúa su exposición mencionando que existe una corriente que él llama de los
estudios etnohistóricos, donde Kirchhoff los inicia y los continúa Pedro Carrasco,
en esta corriente ubica a investigadores como Garibay, López Austin, Farreras,
León Portilla y Martínez Marín. Con respecto a la escuela norteamericana
menciona que sus estudios se han centrado en la Cuenca de México y Oaxaca,
con investigaciones ecológicas y culturales, estos estudios fueron iniciados por el
profesor Armillas y de los investigadores destacados están Sanders, Wolf, Millon,
Parsons y otros investigadores estadounidenses.

12
Olive plantea que el acontecimiento teórico de mayor importancia ha sido el
debate entre estructuralistas y marxistas, en torno a los conceptos modo de
producción y formaciones sociales. A continuación menciona que Roger Bartra
desde la ENAH, difunde el concepto de modo de producción asiático, la que se
generaliza por coincidir parcialmente con los postulados de Palerm y demás
ecologistas que intentaban ubicar el papel de las obras hidráulicas en la
conformación del Estado, a tal grado que Bartra propone el concepto despótico
tributario para ubicar el modo de producción en Mesoamérica, nos menciona que
este concepto casi se convirtió en dogma explicativo de la economía y la
superestructura de estas sociedades y para terminar dice que “Sin embargo en las
últimas reuniones científicas se ha criticado esta teoría, por su debilidad
conceptual y su inoperancia metodológica” (Olive 1989, p. 83).

Esta descripción de Olive, nos indica que la corriente marxista es la que presentó
más solidez para resolver la discusión en torno a la problemática de los modos de
producción y las formaciones sociales, quedando en esas fechas como la corriente
dominante. En el presente escrito nos quedamos sin tratar las versiones de los
arqueólogos marxistas y mucho menos intentar describir los principales postulados
de la corriente marxista, cosa que hemos visto no pudo sostenerse como la
corriente dominante después de ser escrito este artículo y el día de hoy pocos se
atreven a considerarse marxistas, a tal grado que actualmente se han trasmutado
en una arqueología social.

Algo que se le puede imputar, es que a partir de la predominancia de esta


corriente, se da paso a una serie de sub corrientes que emergen como hongos en
tiempos de agua, a los que Manuel Gándara (2006) denomina como arqueología
temática. Lo que ha ocasionado que el aspecto de la organización social y por
ende del sistema de gobierno, quede en un segundo plano, dedicándose a
concentrarse en cuestiones secundarias, como el apoyarse en ciencias auxiliares
con intentos vanos de convertirse en una especialidad dentro de la arqueología,
pero no dejan de ser modas que se acomodan a intereses particulares de los
investigadores y no de la arqueología.

13
A esto aunamos el cambio político mundial, donde el socialismo se empieza a
retirar de Europa, la arqueología con bases marxistas se estanca. Esto ocasiona
que se busque un marco teórico fuera de los confines de México, por lo que se
voltean los ojos al vecino del norte, de donde importamos en primera instancia
desde mediados de la década de los setenta, la teoría de lo que se conoce como
la Nueva Arqueología, la cual a través del tiempo ha presentado problemas de
solides teórica, ya que le ha sido cambiado el nombre varias veces, paso a
llamarse procesual, al estar trunca se transforma en posprocesualismo, al no
llenar los requisitos pasa a ser un procesualismo plus y como van las cosas
llegaremos al procesualismo platinum.

Esta falla de las teorías para explicar Mesoamérica, se debe que a pesar de que
los procesualistas y los marxistas, sus teorías tienen excelentes fundamentos de
índole filosófica, sufren una condicionante que se debe de cumplir al estudiar
estas sociedades y que consiste en utilizar las fuentes cuando procedemos a
explicarlas, sea cual fuese la ciencia desde la cual nos avocamos al pasado
mesoamericano, debido a esta condicionante, la arqueología mexicana se
encuentra estancada desde la década de los ochenta del siglo pasado, a tal grado
que su antiguo prestigio internacional se encuentra en sus niveles más bajos.

Con esto se deja entrever que a pesar de ser ya cinco siglos de la existencia de la
explicación de cómo se conformaban los pueblos conquistados, sigue siendo de
vital importancia la información histórica de los primeros dos siglos y medio de la
Colonia, al no cuestionarse o buscar una interpretación alterna a la planteada por
las fuentes, se da por aceptada tácitamente su validez.

1.2.- LA ALTERNATIVA TEÓRICA

Ante esta situación se considera que actualmente no existe un marco teórico


dominante en la arqueología mesoamericana, por lo que se tiene que buscar un
camino de salida y este consiste en hurgar dentro de los restos de la teoría que
Olive llama de los estructuralistas, una teoría creada en la Escuela Nacional de
Antropología e Historia, el cual es la contraparte de la corriente marxista que se ha

14
degradado a una arqueología social y qué decir de los procesualistas, son polos
totalmente opuestos.

Esta corriente que Palerm denomina como multievolucionista, presenta la


particularidad de que va privilegiar la información producida por las sociedades
mesoamericanas, sobre los datos aportados por sociedades foráneas, en este
caso la europea. Esta corriente se apoya en el materialismo sobre todo el
histórico, por lo que toma como base el modo de producción asiático,
principalmente de las investigaciones de Karl Wittfogel, llegándose a proponer un
sistema alterno cimentado en el sistema oriental del modo de producción asiático,
proponiendo el despótico tributario, para Mesoamérica.

La influencia de esta corriente en la Escuela Nacional de Antropología e Historia,


ocasiona que en la década de los sesenta y parte de los setenta, se logra elaborar
una corriente denominada estructuralista, ecologista o neo evolucionista, de la
cual su principal sustentante fue Roger Bartra y domino el panorama académico
de la ENAH y por ende en el internacional. Para la década de los ochenta esta
teoría del modo de producción despótico tributario, había perdido sustentabilidad,
debido a su regionalismo geográfico, ya que sus bases estaban sustentadas en el
control de un sistema ecológico con abundancia de agua, cuestión que se
ajustaba muy bien a la Cuenca de México y poco a otras áreas de Mesoamérica.

Esta corriente iniciada por Bartra, se adscriben otros investigadores con


tendencias similares y desarrollan teorías alternas, de las cuales en este escrito
se retoma la propuesta del profesor Ángel Palerm, con respecto a explicar
Mesoamérica con elementos propios, por tal razón esta teoría no acepta la
aplicación de teorías foráneas para esta superárea mesoamericana.

El llevarse a cabo la inclusión en esta corriente, obedece principalmente a que,


parafraseando al profesor Ángel Palerm, quien en el prólogo a su trabajo de 1972
Agricultura y Sociedad en Mesoamérica, donde él se considera dentro de la
corriente académica que sostiene un origen de las sociedades de América
independiente de las de Europa o Asia, en contraposición a la que sostiene el

15
origen extracontinental de los mesoamericanos, motiva a que por nuestra parte,
también consideremos un poco menos drástico el margen de acción y por lo tanto
se plantea que Mesoamérica sólo puede ser explicada por ella misma, es decir
con términos o conceptos extraídos de estos pueblos, que eran los que definían
los hechos sociales mesoamericanos antes de la llegada de los conquistadores.

Entendemos lo anterior como el volver a utilizar términos que se originan o eran


utilizados en Mesoamérica para designar diversos aspectos sociales, que les
servían para normar las relaciones que llamaremos de poder, establecidas por los
diferentes sociedades mesoamericanas y de la relación de esos aspectos da como
resultado la existencia de un tipo de sociedad con una especificidad, que la hace
diferente a la europea en la gran mayoría de los aspectos sociales. El incluir este
planteamiento en esta corriente, se debe a que el multievolucionismo, nos permite
elaborar teorías explicativas, que de alguna manera cuestionan aspectos que han
sido considerados torales en la arqueología mesoamericana.

Esta corriente que él investigador denomina evolucionismo multilineal, considera


que las sociedades existentes en el mundo, han pasado por diversos procesos en
su evolución y la forma de hacerlo va a realizarse de tal manera que siguen un
patrón que las lleva a diferentes niveles en su desarrollo, por caminos que no
tienen que ser necesariamente los mismos y esto se puede generalizar para los
estadios a través de los que transitan estas sociedades, por lo que considera que
éstos no tienen que seguir un orden jerárquico y no están obligados a pasarlos en
ese orden e incluso pueden prescindir de alguna o algunas de las etapas o
estadios durante su proceso de consolidación como sociedad.

Este planteamiento de que las explicaciones deben tener un sustento local, es una
cosa que vista a la ligera es algo sencillo de plantear, el problema se presenta al
buscar esos términos o conceptos propios de los mesoamericanos, ya que lo
único que tenemos de estas sociedades son sus restos materiales, aunque existe
la salvedad de que tenemos crónicas y códices para una etapa específica y áreas
de Mesoamérica.

16
Esta situación, de la existencia de documentos indígenas de la Colonia, es una
excelente herramienta auxiliar para las investigaciones de Palerm y esto lo
demuestras en su trabajo de Obras Hidráulicas Prehispánicas en el Valle de
México editada en los setenta, donde por medio de la información de las fuentes
logra establecer la existencia de más calzadas, a las reconocidas en esa época.

Con estos resultados de Palerm, al utilizar los datos históricos para ubicar estas
nuevas calzadas, nos indica que un manejo meticuloso de estos escritos nos
permite inferir elementos arqueológicos inexistentes hoy en día, esto abre la
posibilidad de llevar a cabo este procedimiento en sentido inverso, del registro
arqueológico se buscara que datos históricos los describen y con este proceso
descartar a los datos inexactos, reafirmar los coincidentes y lo más importante, la
inferencia de datos que no existen en las fuentes, como el resultado ineludible de
esta concatenación.

De esta manera se enfocará la discusión en un aspecto superestructural de estas


sociedades; la manera de gobernarse de estas y donde las teorías existentes o
hipótesis, la han enmarcado como una monarquía, donde los gobernantes
pertenecen a los linajes dominantes, siendo esta una condición básica, el estar
presente en la genealogía.

Con esta cuestión se puede y de hecho se plantea que dicho multievoucionismo,


es una teoría a la medida de la arqueología y que al no ser tomadas en cuenta por
los colegas, nos está diciendo que a esta teoría le falta afinar a su ciencia auxiliar,
para poderse aplicar a la solución de un problema arqueológico dado, es por eso
que la manera de proceder es, implementar ese auxiliar en la teoría de Palerm,
que es la información que proporcionan las fuentes y la iconografía acerca de un
problema dado, con la condición de que la información histórica e iconográfica
debe de tener su representación arqueológica, la cual no puede ser objetable en lo
más mínimo, que no haya una fisura que permita que el dato histórico o el
iconográfico domine al registro arqueológico.

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En el presente caso tenemos cumplida con alto grado de seguridad la
correspondencia entre la información arqueológica y la histórica, donde la
presencia de elementos arqueológicos corrobora dicha información, precisando
donde haya lugar y aportando información donde la historia no la contempla, es
por eso que se amplía y corrige al dato histórico.

Se hace la observación de que a pesar de que el componente principal, la


sociedad hidráulica, el modo de producción asiático o despótico tributario, que
mucho influyó e influye en la teorías de Ángel Palerm y en otros investigadores de
esta corriente teórica, ha quedado nulo o en el mejor de los casos en un segundo
plano, por lo que se prefiere dejarlo de lado por ser demasiado localista y
condicionante, es así, que la búsqueda se centró en los avances de un
investigador en particular, al cual se considera que presenta una salida alternativa
a este estancamiento teórico: Ángel Palerm, retomando lo esencial en los
planteamientos del investigador.

1.3.- CONTRAPROPUESTA AL SISTEMA DE GOBIERNO DE LA VERSIÓN


EUROCENTRISTA

Para dejar a un lado esta explicación que se denominara como eurocentrista y


siguiendo la concatenación de los datos arqueológicos con los históricos, pero
tomando como eje rector la información del registro arqueológico, se pudo llegar a
concretar algo que podemos llamar modelo, sin entrar en grandes discusiones
acerca de este concepto y que por lo tanto aún ni nombre tiene, el que es un
producto de la investigación de varios años sobre este tema y apoyado en un
marco teórico multilineal, cuenta con al menos tres elementos que reúnen la
característica de estar contenidos en la información histórica y arqueológica, los
que al ser ubicados nos presentaron la cualidad de estar intrínsecamente
interrelacionados, de tal manera que uno no se explica sin los otros y viceversa,
pero pueden ser analizados de manera independiente y combinarlos como mejor
convenga a la investigación, siendo estos: la clase gobernante representada por el
Tecuhtli y su plural Tlatoque. Así mismo el lugar donde se gobernaba y que se le

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ha denominado como el Tlatocayotl y el tercero son los símbolos ideológicos que
legitiman y legalizan este tipo de gobierno, estos son el Cuauhtli y el Ocellotl.

La investigación dio como resultado que se revaloraran las versiones de estos tres
términos que se han manejado sobre su significado y función, ya que en este caso
a la figura del gobernante principal le asignamos un estamento de la población,
que es una clase social, los Tlatoque plural del Tecuhtli, con la salvedad de que
dicha clase sus fundamentos como tal, son de índole social, dejando en segundo
plano las relaciones familiares, de tal manera que cualquier miembro de la
sociedad podría acceder a al estamento gobernante, sin importar su lazos de
parentesco, siendo la capacidad física y mental del individuo la que determinaba
su promoción social.

El segundo aspecto que se revalúa es el lugar donde estos personajes o clase


social ejercían el poder, al cual le llamaremos Tlatocayotl, para designar a los
diferentes sitios asentados en las diferentes áreas y la unión de varios Tlatocayotl
conformarían a los Altepetl, En cada Tlatocayotl existía un Tecpan, donde se
reunía la clase de los Tlatoque. Dentro de los Tlatocayotl existentes uno estos era
el más importante y esto lo sustentaba la existencia del Tecpan principal, pero en
este caso se tratara únicamente del lugar donde ejercían sus funciones de
gobierno estos personajes, dejando de lado el lugar donde habitaban, por lo tanto
de acuerdo a la información existente, el Tecpan mesoamericano se diferencia del
palacio europeo, ya que este deja de ser uso exclusivo de un solo personaje, en
este caso el monarca y su trono, para convertirse en un edificio que si bien va a
tener al Tecuhtli principal y su Icpalli, así mismo va contener a todos los Tecuhtli
integrantes del Tlatocayotl, con sus respectivos Icpalli.

Otro edificio que integraba al sitio rector correspondería al Teocalli principal, el


cual es el elemento arquitectónico más sobresaliente por su tamaño, ya que
siempre será el edificio más alto y por ende con mucho más volumen que
cualquier otro edificio del sitio, y como es de esperarse la existencia de diferentes
edificios para el apoyo del ceremonial, así mismo diferentes Teocalli de un rango
menor. Claro está que los demás Tlatocayotl secundarios tendrían sus Teocalli.

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Existe además otra construcción que ha sido ignorada entre los que conforman el
patrón de asentamiento del Tlatocayotl rector, este un edificio con la función
específica de llevarse en ellos el otorgamiento de la nariguera, la cual es el
símbolo distintivo de la clase de los Tlatoque. La importancia de este edificio en la
designación de un sitio como el Tlatocayotl rector, consiste en que solamente en
este lugar se va a encontrar esta edificación, pudiéndose decir que su existencia
es un elemento diagnóstico para designar a un sitio como el rector, a diferencia de
los otros dos edificios el Tecpan y el Teocalli, que se encuentra por lo general en
la mayoría de los Tlatocayotl.

El tercer elemento que se reformula, es quizá, donde se puede observar la


separación entre la teoría en la que se inscribe el presente escrito y la corriente
eurocentrista, ya que en este punto se retoman las figuras del Cuauhtli y el
Ocellotl, estos dos animales que la corriente tradicional adscribe como jerarquías
de la milicia, algo que es exclusivo de este segmento de la sociedad, el motor de
su desarrollo, los guerreros Cuauhtli y Ocellotl. En esta investigación estos dos
animales van a ser considerados como símbolos ideológicos, ya que la
información histórica confrontada por el registro arqueológico, nos da indicios
precisos de que la función de estos dos animales esta directamente
interrelacionada, con la ceremonia para recibir el cargo de Tecuhtli, ya que su
presencia es determinante en este acto, dejando sentirse en los elementos que se
perforaba la nariz; la garra del Cuauhtli y el hueso del Ocellotl.

La concatenación entre estos tres elementos son los que permiten inferir o deducir
un sistema de gobierno totalmente diferente al que se le ha atribuido a las
sociedades americanas, basado en cuestiones que nada tienen que ver los lazos
de parentesco, dándose prioridad al desempeño al servicio de su sociedad y la
actividad que permitía el camino más directo, eficaz y rápido era la militar. Por tal
razón la clase de los Tlatoque estaba compuesta por personas dedicadas a la
milicia, pero que ejercían o detentaban las diferentes actividades que normaban
las relaciones sociales, tanto al interior como al exterior del Tlatocayotl.

20
CAPÍTULO 2.- EL SISTEMA DE GOBIERNO EN
MESOAMÉRICA: EL GOBERNANTE PRINCIPAL
Uno de los problemas que siempre ha estado presente en las sociedades
mesoamericanas, es el del tipo del sistema político y por ende del gobierno de
estas, en el caso del altiplano mexicano las investigaciones han ubicado tres
formas de organización gubernamental, una de ellas es la conocida como la triple
alianza de México, Texcoco y Tlacopan, en el cual uno de estos tres integrantes
era el principal, teniendo la preeminencia el tenochca, este sistema está
relacionado con la Cuenca de México. La segunda forma de gobierno es la
existencia de cuatro gobernantes con igualdad de poder y mando, los cuatro
señoríos de Tlaxcala y la tercera para el Valle de Puebla, consistente en un
gobernante principal, al cual se adscribían siete gobernantes, estos tipos de
gobierno están inscritos en la etapa posclásica. De estas versiones podemos decir
que son tan disímbolas y de difícil conciliación, lo que ocasiona que se conviertan
en explicaciones locales y por ende las sociedades que participan no tienen lazos
de unión entre ellas, por lo que se excluyen mutuamente.

Lo característico de la versión tradicional, consiste en que siguiendo el patrón


eurocéntrico, el principal puesto de gobierno se lo asigna a un personaje que va a
pertenecer a una genealogía determinada, al cual en primera instancias las
fuentes históricas lo ubican como un rey, monarca, señor, cacique y el término
local de Tlatoani. Esta definición ha perdurado desde esas épocas y en poco ha
cambiado, la mayoría de los investigadores mesoamericanistas usan el de
monarca, rey o señor, aunque hay unos pocos que prefieren llamarlo llanamente
como gobernante, un término más neutral, aunque siguen considerando que a
este puesto se accedía por lazos de parentesco.

Este aspecto que pertenecería a la ideología o la superestructura de dichas


sociedades, es representado o llevado a cabo en la realidad cotidiana en la forma
de un gobernante principal, donde los requisitos básicos para acceder a este
cargo eran de índole genealógica. La existencia en Mesoamérica de un gobierno

21
monárquico, ha sido considerada desde los primeros lustros de la colonia, como la
forma de gobierno de los antiguos indígenas, por el momento no se vislumbra un
cambio de rumbo, ni siquiera una posibilidad de pensar y mucho menos plantear
algo diferente a esta definición del sistema de gobierno. De tal manera se puede
decir con un alto grado de seguridad que la mayoría de los investigadores que
toman o tocan el sistema de gobierno de alguna manera lo van a enmarcar dentro
de la sucesión hereditaria, las genealogías.

2.1.- LOS GOBERNANTES PRINCIPALES Y SU PROBLEMÁTICA

Ante esta imposición histórica de un gobernador mesoamericano, con una gran


similitud con el europeo, es necesario proponer y establecer otro tipo de
gobernante, para lo cual se recurre a la mismos cronistas que establecieron este
tipo de gobierno, por lo que al analizar con detenimiento ciertas fuentes, se pudo
inferir, deducir o inducir, no solo al gobernante principal, sino un estrato de la
población, que detentaba el poder, los cuales venían a representar a una clase
social, con todas las implicaciones del término y con esto su sistema de gobierno y
sus relaciones políticas.

La propuesta alterna del tipo de gobierno existente en Mesoamérica, consiste en


la existencia de un estrato de la población que detenta el poder como una clase, la
cual es designada como de los Tlatoque, y sus integrantes son Tecuhtli, un
término en singular del Tlatoque, que vendrían a substituir a la versión tradicional
de un gobierno por lazos consanguíneos, donde un individuo de cierto linaje
familiar detentaba el máximo puesto como gobernante.

Para establecer o designar este tipo de gobierno integrado por personajes con una
clara extracción social, es necesario recurrir en primera instancia a la información
histórica, reconociendo de antemano la existencia de alto contenido de sustrato
occidental en sus interpretaciones, pero para evitar que se reproduzca el error de
seguir encasillándola dentro términos y conceptos ajenos a estas sociedades, es
necesario que el registro arqueológico este contemplado en la descripción
histórica. En este punto es donde se deberá prestar especial atención en que esta

22
correspondencia, sean claramente identificables los elementos descritos en las
fuentes con en el existente en el registro arqueológico y que no quede duda de
esa equivalencia.

En el presente escrito la manera de establecer la correspondencia entre ambas


informaciones, es de manera alterna, es decir se identifica en el dato histórico, la
existencia de una serie de personajes, que detentan el poder en el valle poblano
tlaxcalteca y dicha información los ubica o los denominada como los Tlatoque,
término que ha sido interpretado generalmente como un puesto inferior al máximo
gobernante; el monarca o Tlatoani. La información histórica nos dice que un
elemento distintivo y exclusivo de los Tlatoque es la nariguera. El dato
arqueológico coincidente está referido al elemento o estructura donde se otorgaba
el símbolo de la nariguera, el altar de iniciación, donde se recostaba el aspirante
para que se le perforase la nariz, para de esta manera portar dicha nariguera, así
mismo se encuentra el edificio que los contenía, siendo estas las estructuras
existentes en los sitios de Malinalco Estado de México y Tizatlán Tlaxcala.

Planteado lo anterior se pasará a referir la información histórica de los personajes


que se denominan Tlatoque, la cual está basada en los datos aportados a
mediados del siglo XVI, por uno de los primeros 12 misioneros llegados a la Nueva
España. Así mismo la Historia Tolteca Chichimeca y se redondea con información
de Tlaxcala con sus relaciones geográficas de Diego Muñoz Camargo, de este
mismo Estado se toma la obra de Juan Buenaventura y Zapata. Existen
documentos que tiene información similar a las demás fuentes consultadas, pero
con la relevancia de estar en el área Maya, en la República de Guatemala y la
República Mexicana.

2.2.- LAS BASES HISTÓRICAS DE LOS TLATOQUE

La interpretación con un punto de vista foráneo de las diferentes actividades de las


sociedades conquistadas, se encuentra plasmado desde el momento mismo del
contacto y que corresponderían entre otras, a las conocidas cartas de relación de
Hernán Cortes, teniendo su momento más notable con la llegada de los

23
misioneros, los que escriben sobre las sociedades conquistadas y evangelizadas,
lo hacen principalmente por encargo de sus superiores, son los que de alguna
manera ponen las bases para que se definiera al sistema de gobierno indígena
como de índole monárquico similar al que conocen de su tierra de origen. Este
actuar en la recopilación y escritura de sus obras por los cronistas, obliga a que el
indígena maneje la escritura europea y la utilice para escribir documentos de todo
tipo, las principales como apoyo a peticiones a la corona española, con esto
podemos decir que se han creado las bases para interpretar a las sociedades
mesoamericanas a partir de una perspectiva occidental, es decir extra continental.

Para el presente escrito se tomara prioritariamente un aspecto de la información


de estos documentos sobre cierto personajes o jerarquía, este rango es el del
Tecuhtli, se ha optado por aislar a este término de la información histórica, debido
a lo especifico de la información sobre los Tlatoque, los cuales son nombrados o
definidos como la máxima preeminencia que existía entre estos pueblos,
información proporcionada por Fray Toribio de Motolinia, misionero franciscano
que viene con los primeros doce religiosos enviados por la corona uno años
después de consumada la conquista, dicha información que fue evadida por los
demás cronistas e historiadores posteriores, al definir como era la forma de
gobierno de estas sociedades sometidas, donde la genealogía era la determinante
para acceder al poder y esto ocasionado que este término de Tecuhtli quedará
jerárquicamente debajo de un personaje que se le ha denominado como el
monarca, rey, emperador o en el mejor de los casos como el Tlatoani.

2.2.1.-TORIBIO DE MOTOLINIA

Para empezar a tratar de dilucidar la problemática referente a la función de los


Tecuhtli, es conveniente hablar de la versión que contienen las diferentes fuentes,
que relatan la forma en que se llevaba a efecto el acto de iniciación a esta
jerarquía y que como se ha mencionado consiste en la ceremonia de la
perforación de la nariz; se puede decir que un buen número de éstas se ocupan
de describir este aspecto, entre ellas podemos mencionar a: Toribio de Benavente
o Motolinia, Antonio López de Gomara, Bartolomé de las Casas, Alonso de Zorita,

24
Diego Muñoz Camargo, Gerónimo de Mendieta, Diego Durán, Juan de
Torquemada y Mariano Echeverría y Veytia. Todos estos autores manejan una
misma versión, con ligeras variantes, que no afectan el cuerpo principal de la
descripción del ritual, antes bien se complementan para hacer más amplia y
detallada la narración de este acto. Siendo los más destacados los escritos de
Toribio de Motolinía en sus "Memoriales", la que junto con "La Historia de los
Indios de la Nueva España", son asignados a una fecha de elaboración en la
década de los cuarenta del siglo XVI, información que vuelve a ser retomada hasta
trabajos muy posteriores, ya entrado el siglo XVIII, con los escritos de Mariano
Echeverría y Veytia.

Lo que se hace curioso y hasta raro, es que el tema central sea uno y
permanezca inalterable a través de ese espacio de tiempo y que además
haya sido respetado por los cronistas sin alteraciones significativas, de tal
manera que no se pierde el contenido esencial y ha quedado tal como lo describe
fray Toribio de Benavente Motolinía aunque, independientemente de los
problemas que presentan sus obras, al dejarlo patentizado.

Ante esta situación se creyó conveniente hacer la cita textual de una parte del
texto de Motolinía respecto a dicha ceremonia, por ser el primer documento
conocido que nos relata este acto. La cita es tomada de la obra llamada El Libro
Perdido (Motolinía, 1989), de Edmundo O’ Gorman y colaboradores, el capítulo
XIII, que lleva por nombre: “De las ceremonias, penitencias y gastos que hacía el
que, en las provincias de Tlaxcallan, Huexocinco y Cholollan, cuando era
promovido al ditado y señorío de Tlecuytli.”

Cuando en las provincias de Tlaxcallan, Huexotzinco y Cholollan querían


promover algún hijo de señor a la dignidad y título de tecuitli, que era la
mayor que entre ellos había,…[y] acompañaban al mancebo hasta la casa
del demonio principal, que llamaban Camaxtle y entrados en el patio subían
al mancebo a lo alto del templo, y hecho acatamiento a los ídolos y puesto
de rodillas, venía el ministro mayor del templo, y con [una] uña de águila y
un hueso de tigre delgado como punzón, horadábanle encima de las

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ventanas de la nariz, y en cada parte le hacían pequeño agujero, y allá le
ponían una piedrecitas de azabache negro, porque en esta tierra hay
azabache de otras colores (Motolonía 1989: p. 567).

Acabada toda su penitencia después ponía unas piedras de turquesa o de


esmeralda, o unos granos de oro tan grandes como una cabeza de alfileres
gordos, que no eran mayores los agujeros, y en aquello reconocían todos
que era tecuytli. Horadarle con uña de águila y con hueso de tigre
significaba que en las guerras los que tal dignidad y señorío recibían que
eran como armados caballeros, habían de ser en la guerra muy ligeros
para seguir y alcanzar a los enemigos, como águilas y fuertes y animosos
para pelear como tigres y leones; y ansí llamaban a los hombres de guerra
cicauhtle ucelote [cuauhtle ucelote], que quiere decir " águila, león, tigre" en
vocativo (Motolonía, 1989: p. 567).

... y ansí el nuevo caballero desnudo se iba a una de las salas y aposento
de los que servían al demonio, llamado tlam{a]cazcacalco, para comenzar
allá su penitencia, la cual duraba a lo menos un año; algunos hacían dos
años penitencia, y así humillado se asentaba en la tierra hasta la noche,
que le ponían una estera e un asiento bajo con otro en las espaldas para
se arrimar, e traíanle otras mantas simples con que se cubriese; dábanle
también tinta con que todo se paraba de negro, poníanle delante púas de
metl para se sacrificar y ofrecer sangre. quedaban con él dos o tres
hombres diestros en la guerra, que llamaban yaotequi[h]ua, que también le
ayudaban a hacer penitencia (Motolonía, 1989: pp. 567-568).

Prosigue describiendo Motolinía esta ceremonia en todo lo referente a cómo se


lleva a efecto la entrega de algunos de los presentes a los invitados tanto locales
como foráneos y describe una parte de estos regalos que, por lo general eran
destinados como obsequio para el uso exclusivo de los personajes de acuerdo a
su categoría y grado. Ocupa un gran espacio para describir la comida que se
hacía con motivo de esta ceremonia, a la cual le asigna gran magnificencia, por lo
pródigo de los alimentos que se daban, donde habla de los de origen animal,

26
dándole cierta importancia a la víbora, explicando el sistema para cazarlas; así
mismo hace una descripción de los alimentos vegetales que en gran abundancia
se preparaban para esa ocasión.

Al terminar el relato de la gran comida que se hacía, el autor menciona un dato de


suma importancia: él presenció estas ceremonias, pero -como él mismo advierte-
fue llevada a cabo dentro de los cánones de la religión cristiana, ya que no hacían
las ceremonias al demonio ni en sus templos (Motolinia. 1989: 571). Para terminar
esta descripción menciona la preeminencia de estos Tlatoque en el grupo social,
ya que siempre iban a ocupar los lugares y las atenciones más determinantes,
entre las que hace resaltar el uso de un Icpalli o asiento.

El aceptar como cierta la propuesta de Motolinia de ser el Tecuhtli el personaje de


más alta jerarquía en la región poblano tlaxcalteca se pensaría que en automático
esta descripción es única y exclusivamente para esta área, y de una manera más
concreta inaplicable a la cuenca y menos a Tenochtitlán, es quizá este el mayor
error, que no permitió que se le considera extensiva a gran parte de Mesoamérica,
ya que como se ha argumentado el sólo hecho de ser de los primeros misioneros
en llegar a México, encontró agonizante pero aún actuante a estas sociedades, vio
en vivo y a todo color, cosas que muchos otros cronistas solo escucharon por
referencias orales o escritas, esto le da credibilidad a su dicho de que el Tecuhtli
es la mayor jerarquía que en ellos había.

2.2.2.- LA HISTORIA TOLTECA CHICHIMECA

Esta generalización que no pudo hacerse es por la manera que se llevó a cabo la
elaboración de la historia nacional, donde se dio una importancia vital a la
sociedad mexica y la convirtió en el eje sobre la cual se engloba a la mayoría de
las sociedades antiguas, es por esta razón que los documentos que no eran del
área de influencia mexica, no formaron parte del corpus histórico de manera
determinante y solo aparecen como referencias a lo que se está planteando en las
bases de esa historia nacional. Para seguir ampliando el párrafo anterior, se
recurre a un documento también marginado por este regionalismo histórico,

27
entendiendo esto como la preponderancia de documentos de una región o área
específica, en este caso la Cuenca de México, siendo este documento la Historia
Tolteca Chichimeca del valle poblano.

Ante esto la existencia de una crónica llamada la Historia Tolteca Chichimeca, de


la región de Cuauhtinchan en el Estado de Puebla, la cual aporta información de
vital importancia con respecto a la función del Tecuhtli, donde la versión que se
presenta precisa la información de Motolinia y aporta nuevas direcciones para
buscar la estructura esta función de los Tecuhtli, la cual va en el sentido de
entrelazar las causas de la salida de Chicomoztoc de los Tepihuan Chichimeca,
que obedece principalmente a su condición guerrera y para que se pueda llevar a
cabo esta alianza bélica entre los Tolteca Chichimeca y los Tepilhuan Chichimeca,
estos últimos deben de portar la nariguera, símbolo del Tecuhtli. La manera en
que describe las circunstancias bajo las cuales se otorga la nariguera, proporciona
datos menos contaminados que otras fuentes no solamente sobre estos tópicos, y
con ello se puede inferir como estaban estructurados y funcionaban los términos
que se analizan y que en este caso está referido al gobernante principal.

El recurrir a esta fuente, obedece principalmente al tipo de información que


presenta acerca de la nariguera y su uso exclusivo por el Tecuhtli, por lo que
describe una serie de eventos o ceremonias previas y posteriores al otorgamiento
de este símbolo, con lo que se amplían los datos históricos sobre la existencia de
la clase de los Tlatoque como los detentadores del poder o de ser el Tecuhtli la
mayor jerarquía que en ellos había.

Esto da la posibilidad de tomar los datos de la Historia Tolteca Chichimeca como


los que contienen información que se apega más a la versión original, claro que no
se da por descontado todas y cada una de las posibles adecuaciones que se
encuentran en esta manera de relatar los hechos o sucesos sociales acecidos en
esas épocas.

De este documento entraremos directamente al pasaje donde se habla del tema


de la perforación de la nariz y esta se va a encuadrar después de que los Tolteca

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Chichimeca vencen a los Olmeca Xicalanca. Esta victoria trae como consecuencia
que los Xochimilca y los Ayapanca emprendan una guerra de reconquista de la
región poblana, por encontrarse estos últimos emparentados con los Olmeca; ante
tal situación Tezcatlipoca el Dios de los Tolteca les ordena:

Icxicouatl y a ti Quetzaltehueyac, vayan allá a Colhuacatepec - Allá están


otros chichimecas grandes Tiyacauh, varones, conquistadores; ellos
destruirán a sus enemigos los xochimilca y ayapanca; - no lloren, vayan a
traer a los chichimecas!- ruéguenles mucho- ea! pongan atención, eso es
todo lo que les ordeno (Kirchoff et al, 1976: pp. 158 -159).

A continuación el documento describe la ruta seguida por los dos toltecas hasta
Culhuacatepec Chicomoztoc, a donde se encontraban los Tepilhuan Chichimeca,
que estaban formados por los Quauhtinchantlaca, Moquiuixca, Tzauhteca
Totomiuaque, Acolchichimeca, Zacateca, Texcalteca y los Mapantlaca.

Es importante destacar la manera en que estos tolteca recibiendo diferentes


nombres a causa de las diversas acciones simbólicas o ideológicas que realizan a
su llegada al Colhuacatepec, siendo para Icxicouatl el de Mapachi (tentador) y el
de Tzoncolli (cabello torcido), Quetzaltehueyac recibe los nombres de
Tlacanauhqui (el que adelgaza) y el de Uitec (golpeador), recibiendo además el de
Xicotopille (el del bastón de abejorros) (Kirchoff et al, 1976: pp. 162-163).

Al llegar a donde se encuentran los Tepilhuan, los dos tolteca no conocen la


lengua de los habitantes del Colhuacatepec y éstos no hablan la lengua nahua,
por lo que se tiene que recurrir a la ayuda de un traductor para que se pueda
establecer la comunicación entre ambos, el nombre del traductor que interviene en
este evento es el de Couatzin.

El primer mensaje de los enviados tolteca a los Tepilhuan, es que son buscados
por: el que es dos, el que es tres, a lo que los habitantes de las cuevas les
replican: “acaso él es el Macoche, el Tepotze?”, a esto contestan los tolteca, que
ellos han venido para que abandonen su habitación en las cuevas y serranías, por
lo que en respuesta a esta propuesta los moradores de las cuevas van a necesitar

29
que a los tolteca: los nombre, como contestación a tal cuestión los viajeros
entonan un canto, que los habitantes de las cuevas consideran un saludo, donde
les solicitan como acto seguido que se nombren, por lo que los tolteca dicen: he
aquí mi nombre, mi canto, al llevarse a cabo estos dos cantos, los Chichimeca
Tepilhuan entienden que son buscados por sus aptitudes guerreras, pero refieren
que no se encuentran solos en las cuevas y agregan lo siguiente: ”acaso a mí solo
me necesitan y me buscan para la guerra y para el dardo y el Tehuehuelli, que son
mi merecimiento y mi mandato, cuando a mi izquierda y mi derecha están el Xicotli
y el Pepeyolli ?” (Kirchoff et al, 1976: pp. 166-167), los tolteca responden que es a
todos los Tepilhuan Chichimeca, entre los que se incluyen los Xicotli y los
Pepeyolli, a los que buscan para: enflorar y saludar

Con esta contestación salen de la cueva las siete sociedades que la fuente
nombra como: nuestro padre, nuestro conquistador, donde los Tolteca Chichimeca
que vienen de Cholula les refieren la razón de su viaje hasta Culhuacatepec, que
es la siguiente:

Te necesita, te busca tu creador, tu hacedor. Necesita lo que te dio, lo que


te hizo merecer, la tiza, la pluma, el dardo, el Tehuehuelli, el Tlauazomalli,
para que auxilies, para que ayudes a tu creador, a tu hacedor”. (Kirchoff et
al, 1976: p. 168).

Como consecuencia de ese encuentro los habitantes de Chicomoztoc, adquieren


el uso de la lengua nahua, lo cual consiguen al realizar la acción de comer maíz;
este suceso es celebrado con un canto, donde el maíz lo da a comer Icxicohuatl,
el cual sacan de un chitaco y en este acto, además se otorga el nombre a los
personajes: Aquiauatl, Teuhctlecozauhqui, Tecpatzin, Tzontecomatl y Moquiuix.
Este acto de comer el maíz hace aptos a los Tepilhuan para que lleven a cabo el
ayuno de los Tlatoque.

En la lámina IX (F 20r Ms. 54-58 p. 35), en que se ilustra este acto, se ven
acostados en el mezquite blanco los siguientes personajes: Teuhctlecozauhqui
con el signo de Cuauhtli como el animal que le asiste en el ayuno; Aquiauatl con

30
Ocellotl; a Tzontecomatl le corresponde Cuauhtli y al tlaxcalteca Tecpatzin le
acompaña Ocellotl.
Y su rasgo más determinante consistió en que:

Cuatro días ayunaron, para ello nuestro padre, nuestro conquistador, se


acostó en las ramas del mezquite blanco, los Tepilhuan Chichimeca
hicieron ayuno, pasaron aflicción durante cuatro noches y cuatro días. Al
ayunar y padecer, el águila y el jaguar les dieron de beber, les dieron de
comer…luego Icxicouatl y Quetzaltehueyac le perforaron el septum a los
Tepilhuan Chichimeca con el hueso de águila y el hueso de jaguar.
(Kirchoff , 1976: p. 171). (Figura 1)

FIGURA 1- EL AYUNO DE LOS TLATOQUE EN EL FIGURA 2- LA PERFORACIÓN DE LA NARIZ,


MEZQUITE SAGRADO (HTCH, LÁMINA IX- F20r PARA PORTAR LA NARIGUERA (HTCH LÁMINA
MS. 54-58 P. 35) VIII F 21r MS 46-50)

En la escena principal de esta lámina se encuentran cuatro personajes, siendo el


más representativo Quetzaltehueyac, éste se encuentra cara a cara con los tres
Tepilhuan a los que les da de comer una mazorca de maíz que saca de su chitaco;
éstos personajes se distribuyen de izquierda a derecha en el siguiente orden:
Moquiuix, Teuhctlecozauqui y Aquiauatl; en la parte inferior se encuentra en el
mismo orden Couatzin, Tzontecomatl y Tecpatzin y a éstos les va a perforar la
nariz Icxicouatl, que junto con Quetzaltehueyac, comparten el papel principal y van
a ir pintados de negro, como investidores de Teuhctli. (Figura 2)

31
En la lámina VIII (F 21r Ms 46-50) en su parte superior, se localiza a Cuauhtli y a
Ocellotl como una sola unidad, el campo rectangular en que está compuesta la
lámina, queda dividida por las huellas de unas pisadas que descienden y dividen
en dos al referido campo; estas pisadas entran por un acceso que está en la parte
superior, dejando establecido un lado derecho y un lado izquierdo donde en
ambos lados se presenta un acceso y se observa que las pisadas descendentes
salen por el acceso inferior.

Al terminar el ayuno de cuatro días y cuatro noches, requeridos para que


les fuera perforada la nariz, se les dan las esteras, los asientos, por parte
de los tolteca de Cholula y a lo primero que se dedican es a servir a su
dios, diciendo que se hará de la siguiente manera: “Ea, hagamos crecer,
hagamos que (el dios) desee -Tomemos por la base el quauhxicalli, al
tonacapiaztle!- Tal vez estamos haciendo pasar hambre a nuestro creador,
a nuestro hacedor! -Ea completemos la obra-“ (Kirchoff, 1976: pp.173-174).

Lo anteriormente descrito, es de una de las fuentes que presenta una información


concisa y con pictografías de la problemática de este escrito y nos muestra en
primera instancia información entendible de la importancia de los Tecuhtli, ya que
para que se establezca esta alianza es necesario que los Tepilhuan porten la
nariguera y para que se les perfore la nariz necesitan conocer la lengua nahua,
cosa a la que acceden comiendo el maíz de unas mazorcas.

Esta manera de describir como se otorgaba el uso de la nariguera es obvio un


discurso metafórico, o en el mejor de los casos simbólico, del cual se deben de
extraer los datos que puedan ser sacados de este contexto idealizado, y tratar de
ubicarlos en un contexto más apegado al hecho acaecido. Con esto tenemos que
la información histórica se nutre entre sí para presentarnos su versión de lo que
consiste la clase de los Tecuhtli, esto ha ocasionado que al tenerse mezclado los
datos reales con discursos fabulosos o legendarios, la mayoría de las veces al
momento de aplicar la interpretación de esta información, el discurso idealizado
domina al hecho social, ocasionando que las interpretaciones hechas sobre estas
bases historicistas sean incompletas y algunas de las veces erróneas.

32
Estas dos fuentes nos proporcionan información relacionada claramente al estrato
dirigente, además a un elemento que era de su uso exclusivo y que se considera
como la insignia o el símbolo distintivo de la clase en el poder, compuesta por los
Tlatoque, el elemento nariguera como algo que denota la posición social y en este
caso su lugar dentro del estamento gobernante, viene a substituir los elementos
que las fuentes quieren hacer resaltar como símbolos del gobernante.

Con lo anterior se justifica que se fundamente a partir de estos dos escritos, la


viabilidad de plantear esta manera alterna de gobierno, ya que podemos decir que
la mayoría de las fuentes que tratan del gobernante principal, toman como base al
Tlatoani y como ya hemos mencionado lo equiparan de manera primordial con el
monarca de tipo europeo, y por esta razón hacen unas descripciones de cómo
eran las ceremonias para acceder al rango de Tlatoani donde podemos observar
que hacen resaltar, datos que se asemejan o son similares al europeo, siendo
estos el Icpalli que sería propiamente el trono y la diadema de turquesa que sería
la corona o copilli, así como el cetro y la capa, y cosa curiosa poca mención hacen
de la nariguera como símbolo de esta clase.

Otro documento con información sobre este tema es del Estado de Tlaxcala, su
Relación Geográfica, documento que basa su relato de este aspecto, de la Historia
Tolteca Chichimeca.

2.2.3.- LA RELACIÓN GEOGRÁFICA DE TLAXCALA

De esta crónica tomaremos una información que vista aisladamente pasa


desapercibida y que por su contexto queda mimetizada en el acto principal, el cual
es la famosa peregrinación o emigración de Chicomoztoc, en este evento se alude
como llegan al puesto de Tecuhtli, las sociedades del valle tlaxcalteca, de estos
Diego Muñoz Camargo es el que tiene información más detallada sobre la
sociedad tlaxcalteca, el cual nos da importante información sobre esta antes de la
conquista, los datos que nos proporciona están basados en documentos e
información verbal y de campo de este autor, lo más relevante es los escritos en

33
los que se apoya siendo uno de ellos a más no dudar, la Historia Tolteca
Chichimeca.

Esto nos permite confrontarlas y de esta manera sacar una versión más concreta
acerca de la etapa descrita en estos documentos, los datos que proporciona la
Historia Tolteca Chichimeca, es lo más cercano a la realidad, pero por ser del área
de Cuauhtinchan Puebla, la información se centra en las etnias de esa área y los
tlaxcalteca solo son mencionados desde la salida de Chicomoztoc, hasta la
llegada a Puebla y posteriormente siguen su camino hacia la actual Tlaxcala, por
lo que ya no se mencionan más, salvo una vez de manera escueta. La información
de Muñoz Camargo, en el presente caso se enriquece de tal manera que se
complementan indirectamente, hay un dato que permite darle una continuidad a la
información de la Historia Tolteca Chichimeca.

Este dato consiste en que ambos documentos mencionan la manera por la cual se
convierten en Tecuhtli los tlaxcalteca, Muñoz Camargo nos informa que esta
acción sucede después de la batalla del Poyahutecatl, donde resultaron
vencedores los tlaxcalteca, pero que de todos modos abandonan ese lugar en la
Cuenca de México ubicado entre Texcoco y Chimalhuacan, divididos en dos
bandos, En su derrotero llegan a Tepeyacac, por la Sierra de Perote
(Napatecuhtli), en esa área llegan a varios lugares entre los que sobresale
Nacapahuazcan, lugar a donde los van a visitar tres personajes que se llaman
Tolohuitzil, Quetzaltehueyac e Ixcoatl, los cuales les dan unas ollas de barro para
cocer carne y en este lugar Nacapahuazcan se les confirió el rango de Tecuhtli a
varios tlaxcalteca.

En el pasaje anteriormente descrito, se ve cómo el referido autor tuvo acceso o


conoció la Historia Tolteca Chichimeca, y es dudoso creer que fuera alguna
similar, ya que si recordamos en la versión de la Historia Tolteca Chichimeca, los
Tolteca-Chichimeca, van en busca de los habitantes de Colhuacatepec
Chicomoztoc a los que llaman Chichimeca Tepilhuan, para que les ayuden a
someter a los de filiación Olmeca, entre los que destacan los Xochimilca y los
Ayapanca. En el viaje que emprenden los Tolteca hacia este lugar, como un dato

34
aparecen los personajes llamados Quetzaltehueyac e Icxicouatl siendo a este
último a quien Muñoz Camargo confunde el nombre y lo denomina Yxcocatl,
aunque en la traducción de René Acuña, éste a su vez le cambia también el
nombre y lo llama Ixcoatl.

Podría pensarse que son nombres de personas similares, pero el dato que nos
hace ver la adecuación de la información, está dado por lo siguiente: en la
Historia Tolteca Chichimeca, al llegar los Tolteca a Colhuacatepec Chicomoztoc,
después de entablar una conversación con los habitantes de este lugar por medio
del intérprete Couatzin y al convencer a los Tepilhuan y salir éstos de las cuevas,
acontece una acción que Muñoz Camargo quiso disfrazar, que es la siguiente: se
supone que al utilizar los servicios del traductor anteriormente mencionado, los
Tolteca y los Tepilhuan no hablan la misma lengua y para subsanar este
problema, los Tolteca les dan de comer el maíz, con lo que los Tepilhuan
simbólicamente adquieren el uso de la lengua nahua, siendo este acto el primero
que se va a llevar a cabo en la entrada de las siete cuevas o Chicomoztoc, en el
caso de Muñoz Camargo menciona que fue por el hecho de darles a comer carne
en Nacapahuazcan.

La acción que sigue es una de las más importantes, ya que con la ceremonia
anterior, los Tepilhuan están listos para hacer el ayuno del Tlatoque, es decir, se
lleva a cabo la ceremonia de la perforación de la nariz, donde los Tepilhuan
adquieren el rango de Tlatoque, rango que les es otorgado por los Tolteca
Icxicouatl y Quetzaltehueyac. Como se ve, la narración de Muñoz Camargo sigue
el mismo patrón, nada más que altera los lugares y el acto de comer maíz.

2.2.4.- JUAN BUENAVENTURA ZAPATA Y MENDOZA

Otra fuente de Tlaxcala, solo nos informa de que en ciertas guerras, los tlaxcalteca
adquieren el rango de Tecuhtli. La información sobre este punto que nos
proporciona Juan Buenaventura, coincide en que los tlaxcalteca alcanzaron el
rango de Tecuhtli en la guerra de Teopoyahutlan, aunque no es más explicito.
Este autor refiere que en una guerra con el difunto Moctezuma, los labradores que

35
habitaban las tierras de cultivo, fueron los que ganaron muchas flechas e insignias
militares y se hicieron Tecuhtli. Aunque escueta la información de este autor
coincide y por lo tanto refuerza aún más, el aspecto que consiste de que manera
alcanzan el grado de Tecuhtli.

Los historiadores tlaxcaltecas de la Colonia coinciden con la Historia Tolteca


Chichimeca en que para alcanzar la dignidad o puesto de Tecuhtli, es necesario
participar en un acto básico y este consiste en combatir en una guerra de mucha
importancia, ya que parecen referirnos que no en todas ellas se alcanzaba la
categoría de Tecuhtli, si ubicamos cuales guerras son, solo dos cronistas nos dan
la información de como sucede esta situación, una de ellas es en la guerra de
Poyoahutlan y otra guerra con los Mexica de Moctezuma el viejo. La información
de la Historia Tolteca Chichimeca, nos refiere explícitamente que la guerra donde
se da el rango de Tecuhtli, es contra los ayapanca y xochimilca, aliados de los
olmeca xicalanca.

Con esto ya se puede suponer que la preeminencia de Tecuhtli, no es un cargo


hereditario, ya que nunca se menciona este acto como la causa de recibir el cargo,
y cuando se habla de decesos, estos están referidos pero a los Tlatoque enemigos
muertos en la guerra, tal como nos lo menciona Juan Buenaventura: “fueron
vencidos los totonacas, zacatecas y tozapanecas. Fueron innumerables y grandes
teteuhctin los que murieron” (Zapata y M 1996 p 97).

2.2.5.- LAS FUENTES DEL ÁREA MAYA: EL TÍTULO DE TOTONICAPAN

Para sustentar un poco más la información histórica y al mismo tiempo visualizar


la existencia de la ceremonia de perforación de la nariz, para acceder a la clase de
los Tlatoque en cualquier área de Mesoamérica y en este caso la zona maya,
presenta información relacionada a este tema, tenemos las referencias para el
extremo sur de Mesoamérica, en la república de Guatemala en al área Quiche,
donde el Título de Totonicapan, presenta información relacionada con la
ceremonia de perforación de la nariz, de este documento que los autores Robert
M. Carmack y James L Mondloch, lo sitúan hacia una etapa que denominan

36
epitolteca y con esta ubicación podemos considerarlo contemporáneo a la Historia
Tolteca Chichimeca, así como una similitud en la descripción de eventos. Hay que
hacer notar que si bien no se ha localizado el Cuauhcalli en esta área, su
existencia es innegable por encontrarse presente la información que menciona la
perforación de la nariz.

Empezaremos el análisis en el folio 15v, donde cuatro personajes, C’ocaib,


C’ok’awib, C’oacul y Acutak’, van a donde sale el sol y en este lugar se encontraba
el señor Nacxit, donde recibieron los símbolos del señorío: el trono del león y del
jaguar, la flauta, el tambor, las piedras negras y amarillas, las patas y cabeza de
venado, los huesos de falange de águila y jaguar, el caracol, la red de tabaco, las
plumas de garza, la cola de buitre, el brazalete, las piedras de hongo. Estos
símbolos fueron otorgados por Nacxit, la fuente refiere que los personajes que los
trajeron son C’ocaib y C’ok’awib.

Más adelante en el folio 22r y 22v vuelven a mencionar los símbolos de autoridad
traídos de donde sale el sol e insinúan que es al otro lado del mar, mencionan
además de los símbolos reseñados en el párrafo anterior, los siguientes: la
calabacilla, el vaso, las garras de águila y jaguar, la gran chirimía, la cola de
venado y las trenzas. Menciona un dato que habla del otorgamiento de la
nariguera, aunque no lo hace explicito por este momento: “estas señales de
señorío que vinieron donde sale el sol (se usaban para) perforar y cortar el cuerpo
(de los señores)”. (Carmark 1985, p. 190).

En el folio 28r es donde la información es más concreta acerca de la perforación


de la nariz, esta fuente nos informa que:

Vamos a decir y a presentar todo cuanto escogieron a los señores. Aquí


tuvo lugar la perforación de Q’uikab, C’awisimaj, Tecun y Tepepul, los de la
gente Q’uikab. Había cuatro palios sobre el trono del Ajpop y tenía plumas
verdes y la flauta. Había tres palios sobre el Ajpop C’amjá: El Nimá Rajpop
Achij tenía dos palios sobre él. Y el Ch’uti Rajpop Achij sólo uno. Fueron
seleccionados en Paxicajá. (Carmark 1985, p. 196).

37
Los señores que tenían dos palios fueron perforados y cortados con: las
piedras negras y amarillas, el saca-sangre, el palo rojo, la cola de venado,
el brazalete, las garras de águila y jaguar, los caracoles, la red de tabaco,
las plumas de garza y las varias piedras preciosas. Usaron piedras
preciosas para cerrar las narices del los Ajpop y Ajpop C’amjá, quienes
fueron abiertos y perforados aquí en Q’uiché Chik’umarcaaj, en el pueblo
de Q’uiché (Carmark 1985, p. 196).

La información de esta fuente, deja entrever la importancia de los símbolos que


permiten a estas sociedades llegar al poder, los cuales interviene en la perforación
de la nariz, de los cuales destacan la garra de águila y jaguar y las falanges de
estos mismos animales, así como el trono de jaguar y del león.

Estos datos presentan variantes regionales, que hacen que el sistema de gobierno
de los Tlatoque, pueda ser ubicado en esta parte del espacio geográfico, hasta el
extremo sur de Mesoamérica. Esta información histórica referida a los Tlatoque y
la nariguera como símbolo de esta clase, son del Altiplano Mexicano y uno del
área maya, podrían decirse que son pocos, por la magnitud del problema, pero
son informaciones sólidas, donde hay concordancia en la perforación de la nariz,
como el paso más importante para acceder al poder, información muy similar a la
producida en el Altiplano Mexicano.

2.2.5.1.- EL POPOL VUH

La información que proporciona esta conocida fuente, con respecto al acto de


acceder al poder, menciona que solo tres cruzan el mar, para ir al oriente donde
se encuentra Naxcitl, señor de este lugar, el cual según la fuente:

… y él fue quien entregó lo signos del señorío, todos los emblemas; los
signos del Guardián del petate, y el Guardián del Petate de la Casa de la
Recepción fueron declarados, Naxcit dio un juego completo de emblemas
del señorío. Aquí están sus nombres: Pabellón, Trono. Flauta de hueso y
silbato de ave. Polvo brillante, ocre amarillo, garra de puma, garra de
jaguar. Cabeza y pezuña de venado. Brazalete de piel, sonaja de

38
caracoles. Calabaza para el tabaco, plato para la comida. Plumas de loro,
plumas de garza. Entonces se salieron, trayendo todos estos. Luego, del
otro lado del mar, trajeron la escritura de Tula, la escritura de Zuyua.
Hablaron de la instalación, en sus signos, en sus palabras (Popol Vuh,
1993, Tedlock, traductor. pp. 183-184).

Existe una tercera información de la perforación de la nariz, en el texto de los


Anales de los Cakchiqueles, en el párrafo 25 se mencionan que:

Llegaron ante los hijos de Valil, los hijos de Tzunún; llegaron ante Mevac y
Nacxit que era en verdad un gran rey. Entonces los agasajaron y fueron
electos Ahauh Ahpop y Ahpop Qamahay. Luego los vistieron, les horadaron
la nariz y les dieron sus cargos y las flores llamadas Cinpual.
Verdaderamente se hizo querer de todos los guerreros. Y dirigiéndose a
todos, dijo el Señor Nacxit: “Subid a estas columnas de piedra, entrad a mi
casa. Os daré a vosotros el señorío, os daré las flores Cinpuval Taxuch. No
les he concedido la piedra a otros”, agregó. Y en seguida subieron a las
columnas de piedra. De esta manera se acabó de darles el señorío en
presencia de Nacxit y se pusieron a dar gritos de alegría.

2.3.- LA DESCRIPCIÓN DEL TLATOANI Y EL TECUHTLI EN LOS


INVESTIGADORES

Se puede decir con un alto grado de seguridad que la mayoría de los


investigadores que toman o tocan el sistema de gobierno de alguna manera lo van
a enmarcar dentro de la sucesión hereditaria, las genealogías. Esta concepción se
encuentra inmersa en los investigadores contemporáneos, por tal razón se
presentan las versiones de algunos de estos colegas, que son más que
suficientes, para ejemplificar como es designado o definido el personajes o
personajes gobernantes en Mesoamérica.

Con los datos históricos anteriormente citados, es solida la propuesta de ser los
gobernantes una clase social que detentaba el poder, la cual se denominaba como
Tlatoque y su singular Tecuhtli. Así que antes de continuar discutiendo los demás

39
datos que apuntalan este planteamiento, se derivó a buscar la manera en que
algunos investigadores, se abocan al problema del gobernante principal y aunque
son pocos y del siglo pasado, su representatividad sigue vigente aún, ya que es
difícil encontrar investigadores actuales que presenten alternativas solidas, dado
que basan sus planteamientos en las fuentes históricas, las cuales de manera
alarmante se concentran en la Cuenca de México y por ende la sociedad con más
referencias es la mexica tenochca, cuestión que encajonaría la investigación en la
discusión eterna de la supremacía mexica y sus genealogías gobernantes. Por lo
que se centrará en ubicar como designan al gobernante principal y así mismo al
término del Tecuhtli, en la composición del estamento gobernante.

Por tal razón, que apegados a la versión de las fuentes estos investigadores,
dejan de lado o no toman en cuenta la aseveración de Motolinia de ser el nombre
de Tecuhtli el denominativo del gobernante principal, en contraposición al de
Tlatoani, cuestión que no solamente es en cuanto al vocablo aceptable, sino en la
definición de su tipo de poder. Esto a pesar de que su planteamiento está
sustentado en las fuentes y optan por la versión de un gobernante por lazos de
sangre, de tal manera que al personaje denominado Tecuhtli se le ubica siempre
debajo del Tlatoani.

2.3.1.- MANUEL MORENO

Dentro de los investigadores contemporáneos, citaremos a los más relevantes


que se han ocupado de este término, empezando por Manuel Moreno, quien
escribió su trabajo La Organización Política y Social de los Azteca, en el que da
por finalizada la discusión de la tesis de Adolph Bandelier. Esta refutación llevada
de forma magistral por Manuel Moreno ha sido la causa que desde nuestro
particular punto de vista, consideremos a este autor como la piedra de toque, de
donde parte la actual teoría arqueológica, que va a condicionar de manera muy
particular el modo en que se interprete a las sociedades que habitaban
Mesoamérica, de tal manera que los alcances de su trabajo, son los que guían y
fundamentan aspectos del sistema político mesoamericano y entre ellos el del
Tecuhtli, al que va a ubicar como una jerarquía militar con cofradías, como un

40
antecedente que va a permitir un estadio superior o estatal, el que va a ser
representado por el tlatoani, quedando de ese tiempo esta jerarquización, en la
cúspide el Tlatoani y debajo el Tecuhtli.

Inicia su trabajo, con el análisis de la organización social de esta sociedad,


destacando la estratificación que imperaba a consecuencia de la actividad bélica
en primera instancia y de la actividad comercial en segundo término, a los cuales
considera los motivos principales para enmarcar a esta sociedad en un sistema
jerárquico con marcadas preferencias especialmente entre los miembros de la
clase dirigente, además de un señalado grupo de desposeídos o explotados,
dejando en claro que en términos generales se presentaban estas dos clases,
aunque también señala que al interior de ellas existían subdivisiones (que por el
momento no se mencionarán para no desviar la discusión) y hace además
hincapié en la importancia del dominio y la propiedad territorial.

Con el planteamiento de Moreno en cuanto a que éste es una sociedad de


carácter estatal, se señala como ya se dijo, la existencia de una estratificación,
donde el término de tecuhtli, lo considera como una orden de tipo militar que
puede ser llamada teules, tecles, tetecuhtzin etc., cuya existencia es, según sus
propias palabras de un interés capital, ya que considera que la existencia de este
estrato es la muestra palpable de una: “de las fases primitivas del proceso
evolutivo porque hubo de atravesar el Estado mexica antes de alcanzar su
constitución definitiva”. (Moreno, 1971: p. 43). Plantea además, siguiendo lo que
los sociólogos reconocen como un antecedente inmediato del Estado, la existencia
de cofradías, que es un equivalente de las sociedades secretas, fenómeno que se
presenta en este grupo y agrega que dentro de este rubro puede ser considerado
el rango de tetecuhtzin (Tecuhtli).

Ante esta situación, Moreno tiene que establecer un grado más alto que el de
Tecuhtli, para superar la sociedad de cofradías, como él mismo dice, para no
incurrir en el mismo error que Bandelier. Así que, tomando los datos que se
refieren de manera directa a los mexica-tenochca, establece la existencia de un
estrato superior al tetecuhtzin, al que denomina como el tlacatecuhtli, hueytlatoani

41
o Supremo Señor (Moreno. 1971: p. 46), el cual gobernaba juntamente con el
Tlatocan o concejo formado por nobles y principales; con estas otras dos
instituciones superiores fundamenta la existencia del Estado en los mexica. Para
explicar el término de hueytlatoani o tlacatecuhtli, toma como base los datos
aportados por los cronistas como: Diego Durán, Juan de Torquemada, Francisco
Javier Clavijero, Joseph de Acosta, Bernardino de Sahagún, Pomar y Zurita así
como otras fuentes, donde a partir de ellas establece la existencia del rango de
hueytlatoani. De esta forma el concepto de tlacatecuhtli o hueytlatoani representa
para él, una forma de centralización del poder que este grupo ya manifestaba
desde los inicios de su organización, con la clara tendencia a una mayor
individualización que traería en consecuencia diferenciación y desigualdad social,
propios de un sistema estatal controlador de grandes extensiones territoriales;
entre las funciones que cumplía estaba la de designar los señores que en su
representación gobernarían los nuevos territorios conquistados y además:

Concentraba en sí no sólo el súmmum de la representación política, sino


también la máxima autoridad religiosa, administrativa, judicial y militar ...
era la más alta autoridad dentro del sistema de organización política de
los mexicas, y que sus funciones eran más elevadas y más complicadas
que las que corresponden al jefe militar de una tribu...(Moreno, 1971: p.50).

Esta etapa de la teoría arqueológica, se sienta las bases más que sólidas de cómo
se debe de ubicar al tecuhtli en las investigaciones que les precederán en el área
mesoamericana y que solamente seguirán lo planteado por este investigador y los
demás que siguen esta teoría de ser el tlatoani el gobernante absoluto, por lo que
el tecuhtli queda enmarcado como una clase militar o en el mejor de los casos
como un ente del gobierno, con este supuesto a continuación se hace una reseña
de cómo se interpretan el término de tecuhtli por investigadores que le siguen.

2.3.2.- ALFREDO LÓPEZ AUSTIN

En un artículo publicado en 1989 en la obra llamada “Mesoamérica y el centro de


México”, bajo el título de Organización Política en el Altiplano Central de México

42
durante el Posclásico. En el pie de la página 210 define al teuhctli como un
delegado o representante del gobierno estatal y por encima de éste ubica al
Tlahtoani al decir: El término Tecuhtli o Teuctli tiene el significado demasiado
genérico de jefe, señor, gobernante. “En este trabajo me refiero específicamente al
delegado del gobierno estatal en cada calpulli...” (López Austin. 1989: p. 210).
Para caracterizar el lugar donde se asienta el gobernante, menciona que:

Al frente del estado se encontraba el tlatoani, gobernante vitalicio con


poder político, judicial, militar y religioso superior al de cualquier otro
funcionario del tlatocayotl, y que era además representante de la divinidad
y ejecutor de sus designios. Era elegido según las costumbres particulares
de cada tlatocayotl; pero al parecer, lo más frecuente era que se escogiese
entre los tlazopipiltin o hijos de tlatoque anteriores (López A. 1989: p. 216).

En cuanto al otro concepto (Tecuhtli), este autor le concede la categoría de un


gobernante estatal adscrito al calpulli, con funciones: “administrativas,
hacendarias, militares y judiciales” (López Austin. 1989: p. 230).

Pero entre estas versiones de gobiernos regionales, tenemos investigaciones de


Druzo Maldonado en el Estado de Morelos, así como Luis Reyes e Hidelberto
Martínez en Puebla.

2.3.3- DRUZO MALDONADO

Para seguir el análisis de algunos de los investigadores que abordan esta


problemática, se continua con el trabajo de Druzo Maldonado llamado
“Cuauhnáhuac y Huaxtepec” (1990), donde el manejo de los términos que hace
este autor nos sirve de ejemplo para ver cómo se retoman los conceptos vertidos
con anterioridad y que en el presente caso son aplicados sociedades asentadas
en el Estado de Morelos.

Aunque es relativamente poco lo que habla del estrato dominante, (Maldonado:


1990, pp. 53-57), lo divide en tres categorías principales que son la del tlahtoani, el

43
teuhctli y los pipiltin, de este último sostiene era el término genérico con el que se
denominaba a los integrantes del grupo en el poder y a sus descendientes.

Este autor se basa en las conceptualizaciones que hace Pedro Carrasco de estos
términos, de ahí que considere que el tlahtoani era la máxima autoridad de un
señorío, con funciones civiles, militares, religiosas, judiciales y legislativas; la línea
de Carrasco está , como se vio en el análisis de Manuel Moreno, dentro del mismo
patrón utilizado para caracterizar a estos gobernantes, por lo que al seguir a Pedro
Carrasco nos dice que debajo o como subordinado al tlahtoani se encontraba el
teuhctli o tecuhtli al que considera como jefe de una casa señorial o tecalli. El
autor en cuestión menciona que el tercer estrato -el de los pipiltin-, estaba
constituido por los descendientes de los tlahtoani y de los teuhctli, cosa afirmada
por Carrasco y con esta base dice que el tlahtoani, era generalmente noble de
nacimiento, el cual gobernaba vitaliciamente, agregando que a éste le sucedían
sus parientes y continúa diciendo que este mismo sistema se aplicaba al Tecpan y
al tecalli, es decir el teuhctli funcionaba con los mismos lineamientos.

2.3.4.- LUIS REYES GARCÍA

Luis Reyes considera que la organización del estrato dominante para su área de
estudio, especialmente en Cuauhtinchan, explicando por qué considera a este
sitio, como el lugar donde se asienta lo que él llama centlahtoani o señor universal
de una serie de sociedades, considerando a Cuauhtinchan como independiente de
Cholula, donde los cuauhtinchantlaca detentan el dominio por más de dos siglos;
éste es un señorío configurado por siete sociedades que identifica como tecalli,
siendo los siguientes: moquiuixca, cuauhtinchantlaca,chimalpaneca, calmecauaca
y tres más que identifica como chichimecas asociados al lugar en el que habitan
(Reyes: 1988, p. 75).

Con el planteamiento anterior de Luis Reyes, vamos a tener una definición


novedosa, que permite una visión más concreta de la forma de organización del
gobierno de este grupo y a partir de esto nos dice cómo entiende o traduce los
rangos más importantes en la estructura política aplicados a Cuauhtinchan. El

44
investigador precisa qué entiende por tlahtoani, al cual considera como
equivalente del rey o del cacique; el rango de teuhctli corresponde a un título que
traduce como señor (Reyes. 1988: p. 5). Con esto plantea que en la organización
de las sociedades mesoamericanas, existía un lugar donde se encontraba ubicado
el rango que los integrantes de este grupo aceptaban como el de mayor jerarquía
y que este vendría a ser el del señor universal o centlahtoani, formado por
Cuauhtinchan como el centro rector al que reconocían como tal los seis restantes,
y al parecer podemos considerar a este lugar como un hueytlatocayotl.

Con lo anteriormente citado, tenemos que en este investigador su centro de


estudio está basado no en el lugar geográfico, como el de Hidelberto, sino en el
personaje que ostentaba el título y es por eso que da mayor importancia a la figura
de los principales gobernantes.

2.3.5- HIDELBERTO MARTÍNEZ

Al continuar revisando los escritos que hablen de una manera determinante del
rango de Tecuhtli, se consultó la publicación de Hidelberto Martínez (1984)
Tepeaca en el Siglo XVI, Lo interesante de este autor consiste en que desarrolla
un poco más el planteamiento de Luis Reyes, ubicando Tlatoani como los
gobernadores de los sitios, los cuales reconocían a un gobernante supremo, a lo
que el autor llama las casas señoriales y considera que es su organización social
interna su rasgo más relevante.

El teccali [tlahtocayo en el caso de Tepeaca] se define primordialmente


como una entidad que depende de un señor o teuctli y comprende ante
todo las tierras de la casa con sus dependientes y el título de su señor, que
es uno de los dirigentes en la organización política del señorío. Se trata por
lo tanto de un grupo que funciona como una corporación en el sistema
económico y político. Los miembros del teccalli, o al menos el sector
dominante, se consideran descendientes del fundador de la casa y por lo
tanto forman un linaje en el sentido antropológico del término (Martínez.
1984: p. 91).

45
Al enfocar este problema, coloca el referido rango de teuhctli a una esfera de
interacción. El objetivo fundamental de su escrito es hacer un análisis de Tepeaca
y en él plantea que en el inicio del proceso colonial los tlatoque:

Desde muy temprana fecha los "señores naturales" fueron relativamente


marginados del gobierno local, hecho que se ha interpretado algunas
veces como una de las causas determinantes tanto de la pérdida del poder
como del empobrecimiento de los tlahtoque ( Martínez, 1984: p. 140).

En la página 91 el citado autor considera que el rango de los Tlatoque está


supeditado al espacio territorial, es decir, al sitio donde se asientan estos
personajes y es por tal situación que en el interactuar de los participantes, es decir
los Tlatoque y el Tlatocayotl, el elemento que le sirve de base para su estudio es
el geográfico, es decir, el Tlatocayotl; esto lo fundamenta de la siguiente manera:

El ejercicio y control del poder local, sin embargo, no es obra de individuos


aislados sino de grupos bien afianzados: a lo largo del siglo XVI se nota
una correspondencia plena entre los tlahtocayo que poseen la mayor
cantidad de tierras y terrazgueros y aquellos cuyos miembros gobiernan la
mayor parte del tiempo y retienen para sí el derecho de acceso a los
principales cargos. En este sentido el estudio de los tlahtocayo cobra
especial interés pero es inevitable referirse a individuos. La identificación
de los personajes que intervinieron ocupando los oficios de república y su
afiliación a uno u otro de los linajes conocidos es imprescindible para
determinar la posición de clase de los cargueros y el dominio ejercido por
ciertos tlahtocayo (Martínez, 1984: p. 140).

En consecuencia suponemos que el autor, utiliza el plural de teuhctli (Tlatoque),


para encuadrar a los componentes de la jerarquía más alta de este grupo, y al
concepto teuhctli lo sustituye con el de tlahtoani, posición un cuanto extrema para
esta área ya que dicha división deja fuera a los teuhctli del esquema político
mesoamericano; dicho lo anterior en una interpretación globalizante de los
conceptos vertidos por Hidelberto Martínez. Es por eso que en su referencia al

46
estrato gobernante designa al gobernante del Tlatocayotl, como un tlahtoani y la
unión de varios de éstos da como resultado un hueytlatocayotl, estableciendo una
relación de ambos términos a lo largo de su obra, la información siempre une
directamente al tlahtoani con el Tlatocayotl es por eso que dice:

Hay evidencias de que cada señorío consistía en un conjunto de grupos de


tamaño variable y jerarquizados, cada cual con su propio tlahtoani
(gobernante), pero subordinados de distintos modos a uno de los señores
que, siendo el de mayor rango, regía sobre los demás (Martínez 1984: 25).

Esta substitución de un término por otro no afecta la estructura de su estudio, ya


que al menos consideramos sigue la línea marcada en un primer momento por
Luis Reyes y su conceptualización de la organización de Cuauhtinchan; es por
esto que al retomar los planteamientos de Reyes encuentra idóneo el título de
tlahtoani como un substituto adecuado para llevar a cabo la caracterización de
Tepeaca en el siglo XVI, haciendo de esta manera, que encajen en su esquema
las diferentes piezas que lo componen entre las que se encuentran el Tlatocayotl y
el tlahtoani (teuhctli) que según vimos en el parágrafo anterior, es indistinto el uso
de tlahtoani como término substituto de Teuhctli, por lo que al hacer la estimación
de cómo se gobernaba el área poblano-tlaxcalteca menciona lo siguiente:

Los señoríos de Tlaxcala y Uexotzinco, al parecer estaban divididos en


unidades político-territoriales que en la documentación colonial se
denominan cabeceras, cada una con su tlahtoani titular y disfrutando de un
fuerte grado de aparente independencia, aun cuando sus relaciones con el
exterior se muestren, las más de las veces, unificadas. Los señoríos de
Tecalco, Tecamachalco, Quecholac y Cuauhtinchan, en cambio, están
organizados más bien en entidades político-administrativas, conocidas en
la zona como tlahtocayotl o teccalli, y cada una de ellas con su
representante titular. Esta situación hacía posible la existencia de rangos
paralelos a la vez que jerarquizados; es decir, todos los titulares de los
tlahtocayo recibían el título de tlahtoani, pero su posición social y política
variaba, bien por razones de conquistas internas, por su sometimiento

47
voluntario, o por la acumulación de tierras y terrazgueros, efectuada
normalmente mediante despojo (Martínez. 1984: p. 126).

Los autores anteriormente analizados dejan demasiado claro como es la


organización del estrato gobernante en esta parte de Mesoamérica y que se ha
generalizado en estos tiempos al resto de esta área y en fechas actuales en poco
se ha mejorado el planteamiento central del tipo de gobernante por herencia, solo
son adendas que no influyen en la concepción tradicional.

Es por esto que en las actuales circunstancias es improbable que las definiciones
sustentadas por los investigadores anteriormente citados, hayan sido superadas
por nuevas investigaciones, debido más que nada a que dicho planteamiento tiene
sus bases en las refutación a Lewis H. Morgan y Adolph Bandelier iniciadas por
Manuel Moreno y los demás investigadores que participaron en este debate, que
como se menciona les dan el espaldarazo a la versión iniciada en los albores de la
conquista y que se siguió sustentando a lo largo de la colonia así como en el
México independiente y posteriormente fueron la base para la creación de esto
que llamamos historia antigua y que en resumidas cuentas, sería la interpretación
arqueológica. Los datos aportados por Motolinia, no dejan duda de ser el Tecuhtli,
el denominativo del gobernante del altiplano mexicano, por lo que respecta a la
información arqueológica que sustenta el dicho histórico, se tratará en el capitulo
siguiente donde se analizarán las principales edificaciones del centro ceremonial.

48
CAPÍTULO 3.- EL TLATOCAYOTL
Es de vital importancia el análisis del sitio, ya que este es el lugar donde se va a
conjugar, la parte ideológica con la parte material, en el entendido de que de
acuerdo a la información tratada anteriormente hay una correlación directa entre
el gobernante y el sitio, por lo que la estratificación de la clase de los Tlatoque se
refleja directamente en la importancia del sitio. Este lugar va a ser el Tlatocayotl.

El siguiente término que se analiza es el del espacio geográfico donde se asienta


el Tecuhtli al cual se denomina como un Tlatocayotl, de tal manera que este es el
nombre como se designaban a los sitios que eran gobernados por un Tecuhtli.

Hay que hacer notar que por cuestiones de procedencia, se opta por usar el
término Tlatocayotl, como el que se aplica al sitio o los sitios y la conjunción o
asociación de varios de ellos conforman el Altepetl. El tomar esta posición se debe
a que se le ve más coherencia de este término, con el del gobernante donde su
plural es el de Tlatoque, en el análisis superficial de estos términos, comparten la
partícula Tlato y en espera de que los especialistas en la materia aporten sus
opiniones al respecto, se toma esta determinación.

Se puede decir que el concepto Altepetl, su connotación es totalmente geográfica,


de tal manera que su traducción literal es la de ser el agua y el cerro, por lo que al
proyectarlo al espacio, se vería que su definición abarca no un cerro o montaña en
particular, sino a lo que serían las cadenas montañosas, lo que aunado a como
bien sabemos, los grandes ríos o casi todos nacen de estos sistemas orográficos,
por lo que su amplitud geográfica va a ser considerable, por esto no es factible
que pueda ser adaptado para definir un sitio solamente, el cual muchas veces
adolece del vital líquido, como sucede en diferentes sitios en Mesoamérica, como
son Montealban y Guiengola en Oaxaca, o el caso de Tepeticpac en Tlaxcala, por
solo citar unos cuantos sitios con esta característica.

En cuanto a la información recabada sobre este elemento, en este caso se toma


solo las versiones de algunos pocos investigadores a los cuales se les considera

49
con representatividad en este tema y es de esperar poco avance en el tema desde
su publicación en el presente caso se dividirán por regiones geográficas. Por lo
que respecta a citar información de las fuentes con respecto al término o concepto
Tlatocayotl, se opto por no hacer uso de la información que estos documentos
contienen, por ser demasiado específica y necesita ser investigada en otro
contexto con la ayuda de los nahuatlatos, para sustentar o negar la validez del
vocablo Tlatocayotl. De tal manera que la información de las fuentes, solo va a ser
requerida cuando se analice el Tlatocayotl rector, ya que la información que
contienen elementos que apoyan la existencia de este sitio con supremacía.

3.1.- LOS INVESTIGADORES CONTEMPORÁNEOS: LA CUENCA DE MÉXICO

Se procederá a hacer una mención somera de la forma en que diversos autores se


refieren al concepto Tlatocayotl o a su derivado el Hueytlatocayotl, por lo que se
empezará por la manera en que aborda este problema Alfredo López Austin en su
trabajo intitulado Organización política en el Altiplano Central de México durante el
Posclásico (en Mesoamérica y el centro de México, 1989):

Al frente del estado se encontraba el tlatoani, gobernante vitalicio con


poder político, judicial, militar y religioso superior al de cualquier otro
funcionario del tlatocayotl, y que era además representante de la divinidad
y ejecutor de sus designios. Era elegido según las costumbres particulares
de cada tlatocayotl; pero al parecer, lo más frecuente era que se escogiese
entre los tlazopipiltin o hijos de tlatoque anteriores (López Austin. 1989: p.
216).

Esta apreciación, le da la pauta para que lleve a cabo la siguiente división de


los diferentes sistemas de gobierno, por eso después de caracterizar al
calpulli y a su gobernante el Teuhctli, continúa describiendo lo que estructura la
forma de gobernarse de los grupos mesoamericanos de la etapa posclásica al
proponer lo siguiente: “Difícil fue en el posclásico el equilibrio de coaliciones
hegemónicas, discutido por vía de armas entre las ciudades fuertes en turno.”

50
(López Austin. 1989: p. 221). El sistema de alianzas había dividido a los Estados
en dos categorías:

Los tlatocayotl comunes, en teoría independientes, y los hueitlatocáyotl


que, integrando coaliciones de tres o cuatro miembros, dominaban zonas
más o menos extensas. (López Austin. 1989: 221). La lucha por la
hegemonía y el derecho de conquista, aparentemente estaban basados en
un antiguo orden en el que Estados poderosos eran las fuentes originarias
del poder, recibido directamente de la deidad suprema. Cada uno de los
nuevos hueitlatocáyotl hacía valer títulos supuestamente legítimos de
descendencia en calidad de sucesor de uno de los antiguos grandes
Estados ya desaparecidos. Pretendían que su posición se reconociera
universalmente, y que el poder de todos los tlatoque emanara del de
cualquiera de los hueitlatoque coligados, ya por descendencia directa, ya
por confirmación del mando. En esta forma serían los protectores y
benefactores de todos los hombres y, en correspondencia a esta
magnanimidad, todos los tlatocayotl deberían dar prueba de
reconocimiento en forma de alianza y tributo. El reconocimiento era en
ocasiones voluntario, y por lo regular forzado. Esto creó el derecho de
conquista, que sometía a los pueblos en forma heterogénea:... La regla
común, sin embargo, era la subsistencia de tlatocayotl autónomos que
reconocían el poder religioso de los hueitlatocayotl (López Austin. 1989: pp.
221-222).

Independientemente de que estemos de acuerdo o no con tal planteamiento, el


citado autor propone la manera como él concibe debían encontrarse organizadas
las relaciones de poder entre las sociedades de Mesoamérica y plantea que el
hueytlatocayotl representa la unión de tres o más Tlatocayotl; como ejemplo
maneja la famosa triple alianza de México-Texcoco-Tlacopan y a partir de este
patrón se caracteriza a los demás hueytlatocayotl, al menos en el postclásico.

El tener esta definición del hueytlatocayotl, nos trae como consecuencia que esta
forma de gobernarse en la época mesoamericana, encierre en un marco más

51
estrecho a dicho concepto. La primera divergencia se presenta, cuando menciona
que los Tlatocayotl de alguna manera son independientes y la coalición de varios
de ellos para dominar una zona más amplia, recibía el nombre de hueytlatocayotl.
Este autor hace patente la existencia de un centro rector o el d emayor
supremacía, al que va a denominar como el hueytlatocayotl integrado por
diferentes Tlatocayotl, tres o cuatro.

3.1.1.- EL VALLE DE CUAUHNAHUAC

El siguiente autor analizado es Druzo Maldonado, con su trabajo llamado


Cuauhnáhuac y Huaxtepec de 1990, en el que de manera breve trata el tema
central de este apartado: el del Tlatocayotl, al cual considera como señorío,
basado en la definición de Pedro Carrasco de 1977 dice: ... “que comprendía una
zona central rodeada de pueblos de carácter rural”. (Maldonado. 1990: p. 54)

Con esta primera consideración el autor en cuestión establece que el concepto


nahua de señorío es el Tlatocayotl y considera que la máxima autoridad se
encontraba centrada en el tlahtoani al que describe como "noble de nacimiento" y
hace la aclaración en el pie de esta página que el término señorío es derivado del
feudalismo español -según apunta Johanna Broda- y se añadiría la definición del
Maestro Piña Chan, que lo considera como ... “el lugar o el territorio que gobierna
un señor, cacique o jefe, por lo general una jurisdicción o provincia”. (Piña Chan.
1989: p. 52).

Continúa Maldonado con su alocución diciéndonos que los Tlatocayotl son los que
en la etapa colonial se conocieron como cabeceras y de acuerdo a la definición de
Charles Gibson (1991) citada por este autor, se resume como “la capital donde
había un gobernante indígena local que llevaba el título de tlatoani”. (Maldonado.
1990. 61) Como se puede ver, él autor utiliza sin distinción el vocablo señorío y el
Tlatocayotl, para caracterizar el espacio geográfico donde se asentaba el Teuhctli
al que él denomina como Tlatoani, a cuyo plural lo llama Tlatoque y agrega que el
término Ciudad-Estado originado también en Europa y más específicamente en la
Grecia clásica, pero prefiere seguir utilizando el término señorío.

52
3.1.2.- EL VALLE POBLANO

A continuación se procederá a exponer como enfoca esta problemática el


investigador Hidelberto Martínez, quien en su obra intitulada Tepeaca en el siglo
XVI (1984), define lo que es el Tlatocayotl. Dado el carácter del trabajo de este
investigador la forma de enfrentar este problema se encamina a ubicar
principalmente el Tlatocayotl, para de esta manera explicar a Tepeyacac a partir
del análisis de diferentes tópicos y es por esta razón que consideramos un poco
limitada sus conceptualizaciones del Tlatocayotl en específico.

Este autor para hablar de los Tlatocayotl, parte de la forma de organizarse de los
mesoamericanos, por lo que comienza su argumentación con la existencia de los
llamados señoríos para que pueda, a través de esto explicar cómo se encontraba
organizado o cual era el papel jugado por Tepeaca -al menos en el siglo XVI -,
situación a partir de la que nos explica cómo considera él a dicho señorío:

Hay evidencias de que cada señorío consistía en un conjunto de grupos de


tamaño variable y jerarquizados, cada cual con su propio tlahtoani
(gobernante), pero subordinados de distintos modos a uno de los señores
que, siendo el de mayor rango, regía sobre los demás. Los conflictos en el
interior de cada señorío eran frecuentes y en consecuencia las relaciones
de subordinación se movían de acuerdo con el poderío que uno u otro de
los "señores" lograba consolidar -mediante alianzas con núcleos del área o
de fuera de ella - imponiéndose al resto. Un ejemplo de ello es el origen y
desarrollo del señorío de Tepeaca... (Martínez. 1984: p. 25).

Con lo anteriormente expuesto por este investigador, tenemos que él sigue


utilizando el término señorío para caracterizar a la unidad central, que aglutinaba a
lo que él llama grupos, asignándoles como gobernantes a los tlahtoani y hace
notar que éstos quedaban bajo la jurisdicción de uno de mayor rango. Con la
anterior síntesis se puede observar que los planteamientos del referido
investigador giran en torno a considerar la existencia de un centro rector, con el fin
de establecer que el Cuauhtinchan antiguo, estaba constituido por siete sitios,

53
donde según el autor, “había tres principales y entre éstos, uno era el más
principal” (Martínez. 1984: p. 25).

Para seguir con su fundamentación, explica que el Tlatocayotl se puede


considerar como un elemento definidor de la totalidad del complejo social de esta
sociedad conteniendo elementos diversos entre los que se engloban desde las
relaciones de la tenencia de la tierra, la ubicación de las clases como tales, hasta
el hecho de ser él; “núcleo de la estructura social, política y económica” (Martínez.
1984: pp. 14-15). Pero para comprender que es lo que dicho autor considera como
Tlatocayotl se toma lo que dice al respecto:

En efecto, desde el punto de vista de la organización económica del


tlahtocayo es, dentro de las cabeceras y el señorío, una unidad
independiente, autónoma. Cada "casa señorial" controla una extensión de
tierra en fracciones dispersas que administran y poseen en forma corporada
los miembros pilli de la casa, y un número preciso de casas de maceualli
terrazgueros obligados al pago de tributo en especie y prestaciones
personales por el derecho a usufructuar parcelas asignadas para su
subsistencia por el titular del tlatocayo." (Martínez. 1984: 15). Las cabeceras,
pues, estaban subdivididas en unidades sociales de tamaño e importancia
variables, que recibían en náhuatl la denominación común de tlatocayo
(casas señoriales) traducido frecuentemente en los documentos coloniales
como parcialidad, parte, señorío, y ocasionalmente casa, barrio y lugar,
combinados a veces con cualquiera de los primeros términos." (Martínez.
1984: p. 55). El rasgo más relevante de las casas señoriales es quizá s su
organización social interna, Según Carrasco (1976b: pp. 21-22):

El tecalli [tlatocayo en el caso de Tepeaca] se define primordialmente como


una entidad que depende de un señor o teuctli y comprende ante todo las
tierras de las casas con sus dependientes y el título de su señor, que es uno
de los dirigentes en la organización política del señorío. Se trata por lo tanto
de un grupo que funciona como una corporación en el sistema económico y
político. Los miembros del tecalli, o al menos el sector dominante, se

54
consideran descendientes del fundador de la casa y por lo tanto forman un
linaje en el sentido antropológico del término (Martínez. 1984: p. 91).

Con esta argumentación el autor encuadra a Tepeaca, dentro del discurso


elaborado por Tlaxcala en una primera instancia, donde sostiene este grupo que
su modo de gobernarse es diferente a la de los grupos de la cuenca, al decir que
eran cuatro los Tlatocayotl que la gobernaban en igualdad de circunstancias y es
por esto que una de las conclusiones de dicho autor está referida a que en
Tepeaca identifica por los menos tres sociedades rectoras que son: Tepeyacac
Tlayhtic, Oztotipac y Acatzinco. Con lo anterior el autor considera la existencia de
por lo menos tres sitios rectores, para su área de estudio, de acuerdo a la línea
que según él sigue los diferentes grupos del Valle de Puebla-Tlaxcala.

Con la anterior argumentación queremos dejar en claro la posición errónea que


toma este autor al momento de explicar a su sitio de estudio a través de un
enfoque donde la concepción europea es la determinante y es por eso que
considera esta forma de gobierno plurinominal o plural de la siguiente forma:

El sistema de gobierno múltiple, en el que participaban tres, cuatro o más


señores dentro de un mismo señorío, es una vieja tradición bastante bien
documentada en el área: se le encuentra en Cholula, Tlaxcala, Uexotzinco,
Tecamachalco, Tecalco, Quechollac y Cuauhtinchan, con variantes
importantes que corresponden a diferentes formas de organización
territorial, política y administrativa (Martínez. 1984: p. 126).

De Hidelberto Martínez podemos plantear que es de la misma opinión en la


generalidad de su escrito con los fundamentos que maneja Luis Reyes
García, por lo cual se procederá a resumir lo que éste autor nos refiere en
lo tocante al hueytlatocayotl y a su resultante o complemento el Tlatocayotl, que lo
ha identificado como un hueytlatocayotl o un centlatocayotl.

Luis Reyes no da el nombre para el espacio geográfico donde se asentaba el


centlahtoani y sólo lo menciona con el nombre que se le conoce y que para el
caso que se trata corresponde a Cuauhtinchan asignando a este lugar como la

55
sociedad que tiene el señor supremo o universal, de siete teccalli, poder que
ostentan durante 224 años (Reyes: 1988: p. 82). Con lo que va a plantear una
independencia aparente de este grupo en relación a la influencia de Cholula, la
que intervino solamente al inicio ya que: Por el material de Cuauhtinchan parece
que Cholula una sola vez adjudicó tierras y maceualli a los Teuhctli chichimeca y
nunca más intervino para confiscar o redistribuir tales tierras y maceualli.

En los casos de Tlaxcala y Uexotzinco se ve con mayor claridad la


independencia con la que funcionaba cada señorío e incluso se llega al
caso extremo de que el señorío de Uexotzinco haga la guerra a Cholula
que lo había formado; y por otra parte en ningún caso se sugiere siquiera
que Uexotzinco o Tlaxcala tributaban a Cholula (Reyes. 1988: p. 82).

Este autor a pesar de no hacer explícito el nombre denominativo del lugar donde
se asienta el centlahtoani, si nos presenta la idea desarrollada de la existencia de
los sitios rectores y con esta base se puede pensar en que el nombre viable de
este lugar rector puede ser el hueytlatocayotl o centlatocayotl. Luis Reyes hace
notar la existencia de pueblos compuestos con un lugar que se constituye en el eje
rector de una serie de subdivisiones.

En cuanto al término de Tlatocayotl, se hace notar que en su gran mayoría los


investigadores en cuestión asocian a los Tlatocayotl con el gobernante y de
acuerdo a la calidad de este personaje va a ser el tipo de Tlatocayotl. Como una
consecuencia lógica dentro del discurso de estos investigadores, y apoyados por
la presencia de un Hueytlatoani, les es conducente plantear la existencia de un
Hueytlatocayotl y a partir de este razonamiento perfilan su posición cómo se
constituía este.

La información que hemos citado en la páginas antecedentes, conducen a situar la


existencia de un ente supremo a estos dos términos que son el hueytlatocayotl y el
hueyteuhctli, esto ocasiona que la misma investigación nos muestre una relación
demasiado estrecha entre el personaje al mando y el espacio geográfico donde
ejerce el gobierno, esto deja entrever que esto es un binomio, donde el sitio y el

56
personaje son indisolubles, uno existe por el otro y viceversa y para el presente
caso el lugar condiciona el nombre del gobernante, por lo que es dado por sentado
que al hablarse de uno de los términos el otro está implícito, se toque o no.

La propuesta de Luis Reyes acerca de que un sitio rector al que llama


Centlatocayotl al cual le asigna siete Tlatocayotl o como él los llama Teccalli, es
una opción más apegada a la realidad indígena, ya que siguiendo su propuesta de
considerar que el término de Hueytlatocayotl se aplica a un sitio en particular, del
cual dependen o están inscritos otros lugares con sus respectivos gobernantes y
donde solo uno es el que detentaría la supremacía sobre los demás, es una
posición totalmente antagónica al triunvirato como elemento definitorio de un
Hueytlatocayotl. Se hace la aclaración, aunque si bien se está de acuerdo con
esta propuesta de la existencia de un solo Tlatocayotl rector, en cuanto al número
de los componentes que lo reconocen como el de mayor importancia, no hay
concordancia con este número.

Ante esto se opta por aceptar la propuesta de Luis Reyes de ser un solo el
llamado Centlatocayotl o Hueytlatocayotl, y siguiendo la tónica histórica se
encuentra información muy relevante en estos documentos del valle poblano y
son referidos directamente a la existencia de un espacio geográfico, en este caso
el sitio de Cholula, que es llamado explícitamente nuestra casa, donde se
reconoce ser el lugar que ubican como el dominante o el de mayor importancia de
una serie de Tlatocayotl. Por lo que a continuación se presenta una información
específica de cómo estos documentos describen ese Tlatocayotl principal.

3.2.- EL HUEYTLATOCAYOTL O SITIO RECTOR A PARTIR DE LAS FUENTES

El planteamiento de un solo sitio rector, encuentra su fundamento histórico en la


información que nos presentan de manera precisa y sin lugar a dudas los
Documentos Sobre Tierras y Señoríos en Cuauhtinchan y, específicamente el
denominado Manuscrito de 1553, donde se menciona que el sitio rector del área
donde se encontraba Cuauhtinchan, era Cholula, esto se hace explícito cuando
llaman a este sitio yn tochan yn Cholulan (nuestra casa Cholula, (Reyes. 1978:

57
80), siendo a este lugar a donde se dirigían los integrantes de varios Tlatocayotl
para que les fueran otorgados los diferentes rangos y esta fuente refiere que:

Este (Teuhctlecozauqui) aún se contaba como de los tolteca; (el poder) lo


tomaban allá en nuestra casa Cholula. Nuestros antepasados, nuestros
abuelos allá tomaban el gobierno, el señorío. (Reyes. 1978: 80). Allá en
Tepeyacac gobernaba Chiyauhcohuatzin. Cuando murió Chiyauhcouatzin
luego, bajo el gobierno mexicano, tres personas tomaron posesión del
poder: Coyolcuetzin se hizo Tlacateuhctli; Tlecotzin se hizo tecpanecatl y a
Cuauhtezih, otra vez a él le fue dado en nombre de tlayllotlac, allá en
Cholula le fue dado. (Reyes: 1978: 81). Así es como sabemos, cuando por
primera vez vino el chichimeca, el moquiuixca, cuando llegaron a nuestra
casa Cholula, ahí los establecieron como teuhctli y les dieron mujeres y de
ahí vinieron a establecerse en Cuauhtinchan, vinieron a fundar el pueblo.
(Reyes. 1978: p. 97).

Del texto anterior se puede inferir que se resalta al sitio como el elemento
categórico en la relación que hay entre el personaje y el lugar, y nos dice que en
Cholula se otorgaba el poder o gobierno a diferentes personajes, de diferentes
lugares y obviamente Cuauhtinchan.

Al buscarse datos concretos de cómo es que en ese lugar se otorgaba, el poder, el


gobierno, se menciona que en ese lugar o sea Cholula además se establecían
como Tecuhtli, y este dato aunado a otro van darnos un punto de partida para
afianzar la propuesta de Luis Reyes de un solo Tlatocayotl rector, desde la
perspectiva del personaje que recibía el poder o el gobierno en estos sitios
rectores, ya que la conjunción del personaje y el sitio arqueológico puede ser
inferida con un alto grado de factibilidad de la información histórica. Esta es la cita
donde se presenta la posibilidad de tomar el término de Tecuhtli, como la base
para aportar datos concretos a la discusión de la conformación de los
Hueytlatocayotl… “Cuando esto les aconteció entonces el Teuhctli Coxana inicio el
gobierno; allá fue a Cholula a tomar posesión del gobierno, allá le fue perforado
el séptum. (Reyes: 1978: p. 81).

58
Otra fuente que nos va a hablar del ceremonial para acceder a la clase de los
Tlatoque, es paralela a la de Diego Muñoz Camargo y corresponden al mismo tipo
de documentos, es decir son las respuestas a un cuestionario de la Corona, para
conocer las potencialidades de los territorios conquistados, siendo este documento
la Relación de Cholula, escrita por Gabriel de Rojas, corregidor de dicho sitio
fechada en 1581. Lo relevante de esta información es que hace un relato breve de
dicha ceremonia, que se llevaba a cabo en Cholula, con lo que redondea o le da
sustento y al mismo tiempo se amplían los datos sobre este ceremonial en este
sitio en específico y con esto se puede plantear que Cholula es la mejor
representación de lo que es un Tlatocayotl Rector, por la conjunción de la
información recabada.

La información relevante, viene como respuesta a la pregunta catorce del


cuestionario, con respecto a su posición política, resumiéndose en que si eran
vasallos o libres, lo notorio de esta fuente es que menciona que este sitio se
gobernaba por medio por dos gobernadores, el Aquiach y el Tlaquiach, los que
estaban en el Templo o Teocalli Mayor, el cual estaba dedicado a Quetzalcóatl.
Describe a los sacerdotes o Tlamacazque y ciertos detalles sobre estos. En este
punto se nota información que era conocida por los indígenas informantes o el
escritor de la relación, ya que menciona la existencia del Tlalquiach y el Aquiach,
que ya tenían tiempo que habían sido derrotados y por ende ya habían
desaparecido. Después de hablar de estos personajes, pasa a referir que:

Y, desta religión, salían los capitanes nombrados por Aquiach y Tlalquiach


cuando sucedía tener guerra con los comarcanos. Asimismo, tenían como
preeminencia los dos sumos sacerdotes dichos de confirmar en los estados
a todos los gobernadores y reyes de esta Nueva España, (y era) desta
manera: que tales reyes y caciques, en heredando el reino o señorío,
venían a esta ciudad a reconocer obediencia al ídolo della, Quetzalcóatl, al
cual ofrecían plumas ricas, mantas, oro y piedras preciosas, y otras cosas
de valor. Y, habiendo ofrecido, los metían en una capilla que para este
efecto estaba dedicada, en la cual los dos sumos sacerdotes los señalaban

59
horadándoles las orejas, o las narices, o el labio inferior, según el señorío
que tenían. Con lo cual quedaban confirmados en su señorío y se volvían a
sus tierras. Y, para que a los tales se les diera crédito y fuesen respetados
por tales señores, iban cinco indios de los religiosos con el tal rey o
cacique, con ropas coloradas para ser conocidos por mensajeros de los
sumos pontífices, hasta ponerlos en sus tierras. Y, así en las vestiduras de
los sumos sacerdotes, como en la destos mensajeros, se muestra en
cuanta estima era tenida la purpura entre estos bárbaros, como lo fue
siempre en todas las otras naciones. (De Rojas, 1985. pp. 150-151)

La información que nos dan estos documentos, refieren directamente a Cholula, la


cual ubican como el sitio a donde recurrían ciertos Tlatocayotl y por ende sus
gobernantes a recibir el poder, el mando, teniendo con esto la representación de
un Tlatocayotl rector o Hueytlatoayotl, siendo la característica principal que en ese
lugar se perforaba la nariz, para recibir la nariguera símbolo distintivo del Tecuhtli.

Esta correlación tan estrecha entre estos dos términos que son incluyentes e
indivisibles, presupone que para identificar o decir cuales es el Tecuhtli de más
alto rango, se debe de reconocer el Tlatocayotl donde está asentado, y esta
operación puede hacerse de manera inversa, ya que los datos se complementan y
refuerzan a ambos conceptos.

Para enmarcar mejor la relación entre el Tecuhtli y el Tlatocayotl, se continúa


apoyándose en la información histórica, donde se cuenta con información
proveniente de la Cuenca de México, de la zona de Chalco, donde tenemos por lo
menos seis personajes, que detentan el poder y llevan el denominativo de
Tecuhtli, los que gobiernan cada uno un sitio en particular.

3.3.- CHIMALPAIN Y LA CORRELACIÓN ENTRE EL GOBERNANTE O


TECUHTLI CON EL SITIO O TLATOCAYOTL

Existe otro documento de la Cuenca de México, en el cual no se hace mención


directa del acto o ceremonia de la perforación de la nariz, pero nos da una
información sobre el nombre de los gobernantes de los sitios de Chalco, donde la
gran mayoría detentan el denominativo de Tecuhtli. La información que

60
proporcionan las Relaciones Originales de Chalco Amaquemecan, de Chimalpain
Cuauhtlehuanitzin, paleografíada por Silvia Rendón, de la cual solo se usan las
tablas cronológicas de los sitios que se mencionan al inicio de esta fuente, ya que
estas contienen el nombre de los gobernantes de once Tlatocayotl de esa área, se
seleccionan los que dan datos de la estrecha relación entre estos dos conceptos,
de los cuales seis de ellos proporcionan datos concretos, así que empezaremos
por el primer Tlatocayotl retomado de esta crónica de la región del actual Chalco.

La fuente lo llama Tzacualtitlan Tenango Atlauhtlan, de este tenemos que el


término que designa al gobernante es el de Atlauhtécatl Teuhctli, haciendo la
observación de que esta designación, va a acompañada de algo parecido a un
nombre, como es el caso de Itzcuauhtzin, Illancueitl, Ozomatzin y Mactzi, todos
ellos con el denominativo de Atlauhtecatl Teuhctli, ante esto se hace la
observación que dos personajes ostentan como nombre el de Tlotli Teuhctli y
Huecon Teuhctli, seguido del Atlauhtecatl Teuhctli. Tiene problemas en la
estructura del gobierno ya que hay complicaciones de la época de 1465 a 1486 y
despues los gobierna un personaje como un administrador, la fuente menciona
que este Tlatocayotl pierde el señorío en esta época de Ahuizotl.

El segundo Tlatocayotl que mencionaremos con un funcionario que es más o


menos generalizado es el lugar llamado Itztlacozahuacan Amaquemecan, en el
cual describen a los gobernantes desde su salida de Chicomoztoc, la que ubican
después de la mitad del siglo XII, donde mencionan a Hécatl Teuhctli como el
dirigente, posteriormente mencionan a Huehueteuhctli Chichimeca Teuhctli, el que
gobernó antes de llegar a Amaquemecan, posteriormente a este personaje, la
gran mayoría por no decir todos, llevan el denominativo de Chichimeca Teuhctli
hasta finales del siglo XVI.

El siguiente Tlatocayotl es Tlalmanalco Opochhuacan, donde el primer gobernante


es uno llamado Cahuetzcatzin o Yacahuetzca Teohua Teuhctli, del que refieren
que fue instalado en Tollan, lo sitúan entre los siglos XIII y XIV, desde esas fechas
los personajes que detentan el mando llevan un nombre y el denominativo del
Teohua Teuhctli, es hasta el año de 1464 que se quedan sin señor durante cinco

61
años, después una Junta de Gobierno compuesta por nobles gobierna hasta 1486,
toma el poder un personaje que pertenecía a esta junta, Yaotentli Teohua Teuhctli,
este va a gobernar junto con dos jefes uno de ellos el Tlacateuhctli Teuhcxolotl y el
Tetzacuauhcuilli Xochpoyo, el cual es designado después como Teohua Teuhctli,
también con los mismos dos adjuntos y así mismo tiene ese sistema de
coejecutores el siguiente gobernante, Necuametl Teohua Teuhctli. De los
gobernantes coloniales siguen conservando el Teohua Teuhctli hasta 1534.

El cuarto lugar analizado someramente es Chalco Itzcahuacan, donde el


gobernante va a recibir el denominativo de Tlatquic Teuhctli, en sitio se sigue un
patrón similar al anterior en cuanto a la composición del gobierno, ya que es a
partir del año de 1465 que dicho Tlatocayotl es dirigido por una Junta y es hasta
1486 que vuelve a gobernar un Tlatquic Teuhctli el que llevaba por nombre según
la fuente el de Itzcahuatl. En cuanto a los gobernantes coloniales se refieren solo
al primero que conserva el denominativo y después Chalco pasó a ser alcaldía,
donde el término indígena desaparece.

El sitio llamado Panohuayan Amaquemecan, el denominativo usado era el de


Tlamaocatl Teuhctli, el que detentaran todos los gobernantes hasta los coloniales.
Al igual que los anteriores hay una ausencia de un Tlamaocatl Teuhctli en el
período comprendido de 1465 a 1488.

El siguiente Tlatocayotl es el de Acxotlan Calnahuac Cochtocan o Cihuteopan


Chalco, en este caso lo más notorio es que el denominativo del gobernante
Tecuachcuauhtli no lleva el Teuhctli, y lo más curioso otros personajes de este
sitio si detentan el Teuhctli, ya que según esta fuente son, Teconehua Teuhctli y
Toteocitecuhtli Tecuachcuauhtli.

La función pública que desempeña el gobernante, se puede notar que está inscrita
de manera implícita asociada a un sitio, con esto obtenemos que la designación
del gobernante correspondía al Tlatocayotl que gobernaba y con esto suponemos
que el titulo y sitio eran uno solo, y esto permite plantear que cada Tlatocayotl va a

62
tener un tipo específico de Tecuhtli, y así mismo este Tecuhtli le dará el nivel al
Tlatocayotl o su jerarquía en el sistema de gobierno mesoamericano.

Para ubicar con precisión la relación entre el personaje y su lugar de gobierno, la


información histórica da indicios de que ambos no son privativos de ningún sitio y
que pueden cambiar de adscripción, es decir los nombres y funciones de estos
pueden detentarlo sitios diferentes, lo cual es ocasionado la mayoría de las veces
por una guerra de alto nivel, la que incluye entre los participantes a dos o más
sitios rectores.

3.4.- LA POSESIÓN SOCIAL DEL LOS TÉRMINOS O CONCEPTOS DE


TECUHTLI Y TLATOCAYOTL

Para el caso del Tecuhtli principal, la información que se menciona muestra una
tendencia a que se pueda considerar que el término que detentaba el personaje
que gobernaba, y tomando como eje la información que proporciona Chimalpain,
da indicios de que no era un nombre propio, algo que fuese inherente al personaje
recibido por herencia. El nombre que recibía el gobernante del sitio era una
especie de puesto o función dentro de la estructura político social, en este caso en
la parte que corresponde a su forma de gobernarse.

Esto de ser independiente este denominativo del personaje, en el sentido de no


ser una pertenencia individual o familiar, a tal grado que ni siquiera el título
pertenecería al lugar, ya que estas designaciones pertenecerían a la esfera social,
como sucede en el Valle Poblano con el sitio rector llamado Chichimecatecpan,
donde el gobernante principal recibía el título de Chichimeca Tecuhtli, este lo
ostentaron dos sitios principales de diferente adscripción, en una primera instancia
lo detentan los moquihuixca y posteriormente los pinotl o pinome, los cuales
reciben el apoyo político de los Mexica.

En ese momento que los mexicanos consagran a los 4 tlahtoani de 4 tecali


de Cuauhtinchan, apoyan y transforman la organización existente, pues por
una parte apoyaron la liquidación de la dinastía de Teuhctlecozauhqui y
por otra aceptan la nueva dinastía que había iniciado Coxana. Pero
además en ese año de 1471 se inicia un nuevo teccalli, el que arriba se ha

63
dicho que después se le conoce como Chichimecatecpan, pues el tlahtoani
de ese teccalli lleva el título de Chichimecateuhctli. Este título desde el
momento que llegaron los chichimecas lo tenían los moquiuixca y lo
conservan hasta la intromisión de los mexicanos que consagran al pinotl
llamado Cuitlauatzin, nieto de Coxana. A partir de este momento tal título lo
heredan sucesivamente su hijo y su nieto que aparece como el tlahtoani de
Chichimecatecpan en el siglo XVI. ... los moquiuixca a partir de ese
momento aparecen ya sólo con el título de Tezcacoacatl... (Reyes, 1988,
pp. 86-87).

Esta información de Luis Reyes permite sustentar que el Tecuhtli es un cargo


social, el cual no es hereditario y en un momento dado, no es privativo de algún
sitio. Por tal razón los gobernantes de los Tlatocayotl pertenecían a la clase de los
Tlatoque, de tal manera que las designación del sitio y él personaje con mayor
jerarquía, son asignados de acuerdo a las correlaciones políticas de estas
sociedades y que según refiere Luis Reyes estas se daban o se dieron ante una
intervención foránea, posiblemente como resultado de una o varias guerras.

Con lo anterior queda sustentada la existencia de una clase social, donde los
puestos de poder se encuentran en posesión de ciertas sociedades,
representadas por la existencia de un Tlatocayotl y Teuhctli rector o principal. Por
lo que al tener analizados a los personajes de la clase de los Tlatoque, los cuales
para ejercer el poder, deberían de contar con un espacio geográfico y este era el
sitio arqueológico; el Tlatocayotl, el cual se procederá analizarse de una manera
más sucinta, ya que parte de la información del personaje o personajes se
relacionan directamente, ya que la organización de ambos elementos es similar,
responden a mismos principios de jerarquización.

64
CAPÍTULO 4.- LOS EDIFICIOS PRINCIPALES
DEL HUEYTLATOCAYOTL O TLATOCAYOTL
RECTOR
Por lo que respecta al Tlatocayotl rector, en este caso los datos son más amplios,
esto debido a que se tienen las evidencias arqueológicas irrecusables, de la
existencia de este tipo de lugares preeminentes, ya que solamente ciertos sitios
van a ser los destinados a ser una especie de capital o en otros términos un
hueytlatocayotl, los cuales pueden ser ubicados por ser los únicos que van a
contener un edificio dedicado expresamente a otorgar el cargo de gobernante,
dicha edificación debe de contener un edificio y en su interior los altares de los
Tlatoque, donde se llevaba a cabo la perforación de la nariz, para recibir la
nariguera símbolo distintivo de esta clase y a ese lugar acudían los demás
Tlatocayotl y sus respectivos Tlatoque, siendo este elemento el que definiría a
esta construcción.

Con esto ya se puede mencionar que a diferencia de los Tlatocayotl secundarios,


que contienen en su sitio edificios principales como el Tecpan y el Teocalli, la
existencia de este tercer edificio, el Cuauhcalli, es lo que va a determinar la
posición del Tlatocayotl como el rector.

Con esto podemos decir que el patrón de asentamiento de este tipo de sitios,
consiste en un área aislada del resto del asentamiento, ha sido denominado
genéricamente como el centro ceremonial o el más extremo, espacio sagrado,
separado del resto del asentamiento generalmente por una barda y con entradas
específicas. Dentro de este recinto existe una división entre lo cívico y lo religioso,
en este último vamos a encontrar el elemento representado en primer lugar la
estructura arquitectónica del Teocalli principal del sitio, y que como regla general
va a ser la estructura más importante de este patrón, a tal grado que es el de
mayores dimensiones, su monumentalidad es evidente.

65
El segundo conjunto arquitectónico es el Tecpan o palacio de gobierno, la sede del
Teuhctli, ya que si bien la mayoría de los Tlatocayotl tenían su Tecpan y sus
propios integrantes, en el Tecpan principal se reunían todos los Tlatoque de los
sitios secundarios y obviamente era el lugar de gobierno del Tecuhtli principal.

El tercer edificio es lo que se conoce como el lugar de los Cuauhtli-Ocellotl, los


altares de los Tlatoque, el Cuauhcalli, el que se encontraría dentro del espacio
reservado a las actividades de índole civil, principalmente las relacionadas al
gobierno y por ende era cercano al Tecpan.

En este escrito se trataran solamente dos edificios, los cuales van a estar
relacionados con el aspecto civil, dejando de lado el edificio religioso o Teocalli,
por ser un aspecto que debe de ser analizado de manera independiente, ya que
su inclusión abriría un abanico muy amplio de investigación, lo que supera la
logística de este escrito.

Designar de esta manera al Tecpan y al Cuauhcalli, como elementos que definen


la función de los sitios y por ende su posición, es algo que debe de ser tomado de
acuerdo a la información existente, por lo que en el presente capítulo se situaran a
estos dos edificios, no solo en su ubicación espacial, sino su función social, donde
ambas son complementarias, ya que los personajes llamados Tlatoque que
gobiernan en el Tecpan, pasaron previamente por el Cuauhcalli. Esta correlación
entre estos dos edificios en estos ámbitos, dan sustentabilidad a ser considerados
como elementos que definen a los Tlatocayotl rectores y de estos dos el más
sólido es el edificio del Cuauhcalli.

Las grandes dificultades que existen hoy en día con respecto a la definición del
Tecpan, sucede porque siguen en la línea de ubicarlo como algo similar al
europeo, esto ocasiona que las evidencias que se buscan son en ese sentido, por
lo que se recurre mucho a buscar la evidencia ocupacional del sitio, tomando muy
en cuenta las áreas habitacionales, para poder relacionarlas con el o los edificios
que consideran como Tecpan, con respecto a este edificio ha sido encasillado

66
como un lugar exclusivo del gobernante hereditario, donde llevaba a cabo diversos
actos de la vida cotidiana de un gobernante o ceremonias, además de gobernar.

Esta manera de conceptualizar al edificio de gobierno, ha sido establecida en los


primeros siglos de la colonia y es una más, de esas explicaciones eternas e
inamovibles de la interpretación del pasado mesoamericano. Pero esos mismos
documentos que sellaron la definición del Tecpan, presentan información en un
sentido muy diferente, que se llega a contraponer con esa información de inicios
de la colonia, algo que parecería impensable en la comunidad académica y así
parece ser.

En 1980 es ubicada en Glasgow Escocia, la Relación Geográfica de Tlaxcala, la


cual es la continuación de la Historia de Tlaxcala de Muñoz Camargo o bien esta
última es parte de la Relación Geográfica, de tal manera que esta información
inicial se amplía en gran medida, ya que además del texto contiene un buena
cantidad de láminas, que tienen una relación con el Lienzo de Tlaxcala. De esta
información hay una parte que ha sido ignorada por la comunidad académica
interesada en el tema del Tecpan, debido al mencionado regionalismo académico,
ya que describe con datos en una amplia descripción del edificio y a esto se aúna
que se presenta un croquis del centro ceremonial de Tizatlán, donde se parecían
con seguridad el Tecpan y el Teocalli que se encuentra debajo de la Capilla
Abierta del sitio.

Esta información es nueva, ya que son ya más de cuatro siglos de que ese
manuscrito fue entregado en España y como se dijo solo se conocía lo publicado
en la Historia de Tlaxcala por Alfredo Chavero y esta obra no menciona nada
sobre este tema. Su novedad o aportación consiste en ser por el momento, la
información más fidedigna sobre el tipo y forma de construcción así como por
mencionar que en este edificio lo ocupaban una serie de individuos gobernantes
integrantes de la clase denominada como Tlatoque. Aunque si bien dicho cronista
conoció la construcción, esta ya no estaba en funciones cuando la visito por
primera vez, ya que el gobierno indígena había cambiado por el colonial,
representado por el cabildo indígena establecido en la actual ciudad de Tlaxcala.

67
4-1 EL TECPAN EN LAS RELACIONES GEOGRÁFICAS DE TLAXCALA

Para describir el Tecpan del sitio rector, se utiliza la información de los escritos de
Diego Muñoz, escritor tlaxcalteca, quien nos aporta datos que precisan de una
manera clara, la forma en que estaban jerarquizados los Tlatoque de Tlaxcala, y lo
más interesante es que nos da una muy buena descripción del Tecpan de
Xicoténcatl, no solo del edificio sino de su organización al interior de la manera en
que se acomodaban los diferentes Tlatoque que conformaban este Tlatocayotl de
Tlaxcala.

Diego Muñoz Camargo, menciona que ha estado muchas veces en las casas y
palacios de Xicoténcatl, procediendo a describir estas estructuras o edificios,
respecto al Tecpan nos refiere que: (Figura 3)

FIGURA 3.- CROQUIS DEL CENTRO CEREMONIAL DE TIZATLÁN Y EN PRIMER PLANO EL TECPAN DE
XICOTÉNCATL. (LÁMINA PROPORCIONADA POR RICARDO MENDOZA CRTLAX INAH)

Aquí esta una sala de extraña grandeza, que tiene de ancho 59 pies y, de
largo, 62, y de alto 22 palmos, y el maderamiento della, por lo alto, tiene
ante todas cosas una viga de inmensa grandeza por medio de la gran sala,
que la atraviesa de parte a parte, que sirve de madre. Es una sala casi
cuadrada. Descansa esta viga sobre dos postes de madera que están en
medio de esta pieza, los cuales postes se asientan sobre unas basas de
piedra. (Muñoz, 1984: pp. 60-61). Tiene esta sala tres puertas o entradas

68
sin puertas con que se cerrasen; tiene la puerta de medio, veinte pies de
ancho y, las dos colaterales, de a seis pies de ancho. Tiene de altor la
dicha casa, desde el suelo hasta las vigas, veinte dos palmos, que se
entiende dichos palmos, los de vara de medir; el altor de las tres puertas es
de, desde el suelo hasta los lumbrales altos, son de nueve palmos (Muñoz,
1984: p. 62)

Continúa describiendo la conformación de las otras vigas que conforman el techo


del Tecpan y hace notar el porqué estas tablazones tienen una apariencia de un
barnizado de negro, esto:

Cáusalo esto que, en la propia sala, en la pared frontera, en medio de toda


ella, en derecho de la puerta de medio, está un fogón de piedra muy bien
labrada, donde a la contina se hace fuego que alumbra toda la noche en
aquella gran pieza (porque se tiene por grandeza). Y en esta lumbre se
echan grandes perfumes de copal, que llaman los castellanos “anime”.
(Muñoz, 1984; p. 61)

Los anteriores datos son con el fin de seguir una secuencia y pasar a continuación
al dato más relevante acerca de conformación de la sala de gobierno, el lugar
donde sesionaban los Tecuhtli de este sitio, refiriéndolo de esta manera:

En torno a esta sala, hay un poyo de cinco pies de ancho y de alto, de dos,
donde tienen cantidad de esteras puestas echas de enea que llaman los
naturales Petlates, y unas banquillas de madera, bajas, de una pieza,
concavadas, en que se asientan, otras hacen de enea y espaldares de lo
mismo, arrimadas a las paredes, las cuales llaman Icpalli o Icpales, todas
puestas como referido tenemos, por gran orden, desde el fogón, por la
mano derecha, que da vuelta en torno por toda la sala, y lo propio hace por
la mano siniestra. Y la persona de más dignidad y más señor, se asienta y
tiene su asiento a la mano derecha del fogón, y, el que no era tan
preeminente, a la mano siniestra; y de esta forma van sucediendo en sus
asientos, según su valor, y dignidad y merecimiento. En este lugar trataban

69
sus negocios, y hacían sus ayuntamientos y consejos, o según su calidad.
Y, ansí mismo, servía esta gran pieza para sus convites y banquetes y
fiestas, en medio de la cual hacían sus bailes y danzas. (Muñoz, 1984: pp.
61-62)

La información anteriormente mencionada, nos plantea una manera clara y


concisa de cómo estaba organizada la clase de los Tlatoque y que el personaje
con más dignidad se sentaba a la derecha del brasero y el de menor calidad a la
izquierda, lo que a grandes rasgos consiste en un Tecuhtli central o el más
dominante y los demás integrantes de esta clase se ubicaban en dos alas o lados,
siendo estos el izquierdo y el derecho. Como es de esperarse el Tecuhtli principal
obviamente pertenecía a una de estas dos líneas, y esto era lo que marcaba un
lado fuerte o cercano y uno más alejado o débil, pero es difícil decidir por el
momento como se encontraba la distribución interna del poder o los grados entre
los dos lados.

Aunque si bien los datos concretos tanto arqueológicos como históricos del
Tecpan, son de un solo sitio en Mesoamérica, se debe a que por el momento los
colegas no se ponen de acuerdo sobre los elementos que lo van a definir y la
generalidad aplica el modelo europeo de palacio, combinando en una sola sede
las funciones de gobierno y habitación del gobernante, estas cuestiones aunadas
a otras más, no permite la posibilidad de presentar más sitios con Tecpan ubicado
en Mesoamérica, sus datos y argumentos no son confiables, para asegurar que
estamos hablando del Tecpan y por tal razón con uno basta, para perfilar como
era y cómo funcionaba el Tecpan o palacio de gobierno en Mesoamérica en la
etapa Posclásica.

Un dato muy importante que aporta este documento, reside en que de una manera
indirecta, nos muestra una división del centro ceremonial, entre una parte civil y
otra religiosa, siendo dividida por un elemento arquitectónico consistente en dos
escaleras y en medio de esta un terraplén, con lo que se indica la entrada y salida
de cualquiera de estas dos áreas. Esta división entre un lado dedicado a las
cuestiones de gobierno o civiles, con sus edificios dedicados ex profeso para

70
ejercer estas funciones, como sería el Tecpan y el Cuauhcalli, la otra parte se
dedicaba a las cuestiones religiosas y entre los edificios que la constituían estaba
el Teocalli principal, la construcción más notoria del sitio.

Por lo que respecta a la información arqueológica sobre el Tecpan de Tizatlán,


existe el muro poniente de este edificio, de tal manera que es hasta la fecha el
único sitio con la presencia de restos fidedignos de este Tecpan. Por lo que
respecta a los restos arqueológico de este Tecpan y siguiendo la información del
croquis de Muñoz Camargo están representados por el muro Oeste y restos de las
escalinatas de acceso. (Figura 4).

FIGURA 4.- EL MURO OESTE DEL TECPAN DE XICOTÉNCATL, EN LA ACTUALIDAD

Se plantea lo anterior, debido a que en este caso hay una concatenación entre las
informaciones arqueológica e histórica, de tal manera que lo parco del dato
arqueológico es suplementado por la información histórica, por lo que tenemos
una descripción bastante aceptable sobre este edificio y su función.

Por ser el sitio de Tizatlán, el único que cuenta con un Tecpan claramente
ubicado, se hace necesario hacer una semblanza sobre dicho sitio, mencionando
las investigaciones más sobresalientes, que trataron sobre el tipo de edificación
que se está indagando. Por consiguiente se incluye las excavaciones de 1981,
donde un hallazgo en las escalinatas del Tecpan, de la mandíbula superior del
caballo muerto en las primeras batallas entre tlaxcaltecas y peninsulares.

71
4.2.- EL TECPAN DE TIZATLÁN Y SU INFORMACIÓN ARQUEOLÓGICA

En el sitio de Tizatlán, existía la discusión de que si el edificio que se construyo


sobre los altares polícromos, pertenecían al Tecpan de Xicoténcatl o era el
Teocalli del sitio, cosa que sustentaba Hugo Moedano Koer al plantear que este
edificio estaba dedicado al dios Macuilxochitl Xochipilli:

Estos altares, que como he dicho, pertenecen a la primera época, junto con
otra ofrenda, que cuando fue descubierto el edificio sacaron y también es a
base de instrumentos musicales: flautas, ocarinas, carapachos de tortuga,
etc. nos demuestran sólo una cosa, que en la primera época, en el edificio
de Tizatlán, Macuilxochitl era el dios que se adoraba. Así pues se puede
resumir, conforme a los datos históricos y los arqueológicos lo siguiente: a).
Que en Tizatlán, hubo dos épocas de habitación. b). Que en ambas existió
el culto principal al señor del canto, de la música y del baile Macuilxochitl-
Xochipilli.

Lo que de manera indirecta apoya Manuel Toussaint, al decir que:

Sea como fuere, debemos de congratularnos de conservar, a causa sin


duda de la tradición de que la capilla abierta era el palacio de Xicoténcatl,
tradición basada en un fondo de verdad, pues el sitio en que se levantó y
los materiales con los que se edificó son los mismos, esta ... joya de
nuestra arquitectura religiosa colonial (M. Toussaint, 1927 pp. 173-181)

La información existente sobre el sitio de Tizatlán, solo un informe refiere que el edificio
en cuestión era el Tecpan de Xicotencatl y este es el del El Señor Concepción Fuentes,
como inspector instructor, quien había sido comisionado para supervisar los hallazgos
de los altares polícromos inicia su relato e informa lo siguiente:

... se han empezado a descubrir algunas ruinas interesantes... los


indígenas del pueblo reunidos en consejo general acordaron hacer
excavaciones... movidos por que el C. Don José Chapa, jefe de la Oficina
General de Hacienda en el Estado, intentaba hacer excavaciones, pero los

72
indígenas no se lo permitieron. [A] Uno de los indígenas Pánfilo Sánchez
en agosto de 1924 se le había aparecido Xicoténcatl, diciéndole que fuese
a sacar algunas cosas que allí tenía guardadas.". Esta aparición la describe
como una persona vestida como "huehue" de carnaval, pero con una
vestimenta más fina. Este "huehue" quería que fuera al palacio para
enseñarle la entrada; el informante manifestó que este hecho le dio miedo,
por lo que huyó a su casa, hasta donde fue a buscarlo el "huehue" y refiere
que una vez fue con él hasta el palacio; el número de apariciones del
"huehue" al informante son seis y narra que una vez soñó que la esposa de
Xicoténcatl el viejo, le decía que lo que había en el palacio no era de su
esposo, sino de los padres de ella.

Debido a que los elementos más importantes son los altares polícromos, poca
atención se prestó a este problema, por lo que la aparición en 1980 en Glasgow
Escocia, la Relación Geográfica de Tlaxcala escrita por Muñoz Camargo, donde
aparte de la información escrita, presenta un buen número de láminas, siendo la
más relevante una lámina donde viene un plano del llamado centro ceremonial,
ocupando un lugar preponderante el Tecpan de Xicoténcatl (Figura 3).

Con respecto a este croquis, hay que hacer la mención que en su publicación se
encuentra incompleto, faltándole la parte correspondiente al espacio de la capilla
abierta, pero investigadores del INAH Tlaxcala lograron conseguir la lámina
entera, con lo que dan la perspectiva completa de cómo era el centro ceremonial
de Tizatlán dos décadas antes de terminar el siglo XVI. Aunque este plano no
muestra el Teocalli, su ubicación quedaría debajo de la capilla abierta del sitio,
dato que muestra el tratamiento que se les aplico a estos edificios religiosos en el
proceso de la conquista, de tal manera que se puede inferir que este sistema de
ubicar la iglesia sobre el Teocalli, va a ser aplicado en todos los sitios. Con esta
información histórica complementaria, queda zanjada la discusión a este problema
y queda ubicado histórica y arqueológicamente el Tecpan en el sitio de Tizatlán,
en el basamento de los altares polícromos, como ya se dijo sus restos consisten
en gran parte del muro Oeste y las escaleras de acceso por el sur.

73
4.3.- LAS EXCAVACIONES CONTEMPORÁNEAS

Al tenerse la certeza de la función de las estructuras existentes en el sitio


corresponden al Tecpan de Xicoténcatl, esto abre la posibilidad de incluir
información de las excavaciones de 1981, de la arqueóloga Guadalupe Sánchez
Toscano, al pie de la escalinata.

El incluir esta investigación en este escrito es por la relevancia que adquiere, ya


que por azares del destino, el informe no ingreso al archivo Técnico de la
Institución, aunque se entrego en tiempo y forma. Pero el hecho de haberse tenido
acceso a una fotocopia del original, (cedida por la colega), aunque incompleta por
faltarle los dibujos y planos elaborados por la investigadora, pero en lo que
respecta al texto es poco lo que falta. El principal hallazgo consistió en los restos
de la mandíbula superior de un equino, el cual fue enterrado como ofrenda en el
Tecpan, como resultado del enfrentamiento entre los tlaxcalteca y los
conquistadores, antes de ser aliados, dato relevante que se debe de conocer por
los interesados en el tema de la conquista.

En este informe en el apartado 2, ve solamente dos escalinatas de dos épocas


diferentes, a las que asigna a las ocupaciones temprana y tardía del sitio. Y dice lo
siguiente: “En la parte posterior a las escalinatas y a su nivel más alto se localizó
un alineamiento de piedras careadas que por su posición parecían un muro.”
(Figura 5)

Por lo que traza una cala, en este lugar para investigar esta presencia del muro
en su largo y profundidad, cosa que no pudo comprobar ya que en lo largo estaba
debajo de la alfarda de la última construcción. Esta cala es la que aporta la
información más relevante de estas investigaciones y que son los restos de la
mandíbula de un equino. (Figuras, 6 y 7)

74
FIGURA 5.- CALA DE EXCAVACIÓN DONDE FIGURA 6 PROCESO DE EXCAVACIÓN DE
APARECIERON LOS RESTOS DEL EQUINO LOS RESTOS DE LA MANDÍBULA DEL
(Tomado de Sánchez Toscano 1981) EQUINO (Tomado de Sánchez Toscano 1981)

FIGURA 7 PROCESO DE EXCAVACIÓN DE LOS RESTOS DE LA MANDÍBULA DEL EQUINO (Tomado de


Sánchez Toscano 1981)

La investigadora reporta lo siguiente:

A 60 cm. de profundidad y 350 m de longitud de oriente a poniente de la


excavación de la cala aparecieron restos óseos, que al ser limpiados
dejaron al descubierto una mandíbula de animal al parecer de caballo. Y
que se encontraba en un muy mal estado de conservación, por lo que
antes de ser extraída fue tratada inyectándola con resisto 850 al 10%. Pero
pese al cuidado con que fue tratada insitu; en horas fuera de trabajo, está
fue alterada, rota, y al quedar los huesos no tratados al descubierto,

75
perdieron su dureza. Por este motivo tuve que sacar de emergencia estos
restos para que los mejor conservados pudieran ser tratados fuera de su
lugar original y así protegerlos.

Asociados a estos restos se encontraron tres concentraciones de ceniza y carbón,


de los cuales solo el primero de Este a Oeste se encontraba rodeado de piedras.
Del muro descubierto, menciona que son dos sobrepuestos. (Figura 8)

FIGURA 8.- RESTOS DE LOS TRES FOGONES EN LA CALA DONDE APARECIERON LOS RESTOS DE
UN EQUINO (Tomado de Sánchez Toscano 1981)

4.3.1 LA INFORMACIÓN EN LAS FUENTES RELATIVAS AL HALLAZGO DE LA


MANDÍBULA DE EQUINO

Con respecto a estas excavaciones, el hallazgo de una mandíbula de equino, lo


cual solo eso se puede decir, ya que es poco observado en las fotocopias, las
fotos son de mala calidad por razones obvias y no se puede saber si hay más
partes de la cabeza del animal, pero todo indica que fue solo lo que aparece en las
fotos. Este dato permite dar crédito a la información acerca del caballo muerto a la
entrada de los hispanos a Tlaxcala, fue desmembrado tal como dice Bernal Díaz:

76
Se comenzaron a retirar y llevaron la yegua, la cual hicieron pedazos para
mostrar en todos los pueblos de Tascala. Y después supimos que hablan
ofrescido a sus ídolos las herraduras y el chapeo de Flandes, y las dos
cartas que les enviamos para que viniesen de paz. (Bernal, 1976, p. 81)

Este cronista nos relata que después de salir de Iztacamaxtitlan y luego de cruzar
una muralla que según era como frontera con los enemigos de los mexica, tienen
una primera refriega, en la que salen heridos cuatro españoles y dice Bernal que
parécele que uno murió días más tarde. Al día siguiente se da la batalla donde
acontece el dato registrado por esta arqueóloga:

Y andando en estas priesas, entre aquellos grandes guerreros y sus


temerosos montantes, paresce ser acordaron de se juntar muchos dellos,
de mayores fuerzas, para tomar a manos algún caballo, y lo pusieron por
obra arremetiendo, e echan mano a una muy buena yegua y bien revuelta
de juego y de carrera, y el caballero que en ella iba, buen jinete, que se
decía Pedro de Morón, e como entró rompiendo con otros tres de a caballo
entre los escuadrones de los contrarios, porque ansí les era mandado, por
que se ayudasen unos a otros, échanle mano de la lanza, que no la pudo
sacar, y otros le dan de cuchilladas con los montantes, y le hirieron
malamente, y entonces dieron una cuchillada a la yegua que le cortaron el
pescuezo redondo y colgado del pellejo; allí quedó muerta. Y al de presto
no socorrieran sus compañeros de a caballo al Pedro Morón, también le
acabaran de matar. …La yegua que mataron era de un Joan Sedeño, y
porque en aquella sazón estaba herido el Sedeño de tres heridas del día
antes, por esta causa se la dio al Morón, que era muy buen jinete. Y murió
el Morón entonces, o de allí a dos días, de las heridas, porque no me
acuerdo verle más…. tuvimos lugar de salvar al Morón y quitárseles de
poder, que ya le llevaban medio muerto, y cortamos la cincha de la yegua
por qué no se quedase allí la silla. (Bernal, 1976 p. 81)

Por lo que respecta a los datos de Bernal, poco es lo que se le puede cuestionar,
ya que solo le falto el nombre de la yegua.

77
La versión que nos da Cortés es más escueta ya que decide seguir el camino por
dominios de los tlaxcalteca y no de lo mexica, siguiendo el consejo de los
cempolteca, y refiere que al pasar esta muralla al encumbrar un cerro, se
encuentran con las tropas de Tlaxcala y se da la batalla donde según Cortés le
matan dos caballos. Este dato que es de primera mano y escrita poco tiempo
después de haber pasado este evento, no es lugar para elucubrar el porqué esta
diferencia en el número de caballos muertos, podríamos argüir que Cortés los
aumenta por cuestiones de meterlos como gastos de guerra, por aumentar los
peligros por los que pasaron o cualquier otro motivo, pero esta versión recibe
apoyo mayoritario de los conquistadores que escribieron su versión.

Bernardino Vázquez de Tapia (1991, p. 478), secunda la versión de Cortés de


haber sido dos los caballos muertos en el primer combate, antes de entrar en
Tlaxcala. Por el mismo tenor se manifiesta Andrés de Tapia (1991, p. 451), otro
personaje que estuvo en estos eventos y quien dice que les mataron dos caballos
con dos cuchilladas. Otro de los conquistadores Francisco de Aguilar da una
versión bastante interesante ya que:

Y luego salido Cristóbal de Olid con otro de a caballo, como hombre


esforzado, a dar en la gente de guerra, y como los caballos iban
corriendo, con sus cascabeles y los tiros se dispararon, los indios
espantados de ver cosas tan nuevas se detuvieron un poco, y
solamente dos indios aguardaron a los de a caballo, uno de una parte
del camino y otro de la otra, y el uno de ellos cortó de un revés todo el
pescuezo del caballo donde iba Cristóbal de Olid, y luego el caballo
murió, y el otro que estaba de la otra parte tiró otra cuchillada al otro
que iba a caballo, y cortando toda la cuartilla del caballo en el cual
hizo el golpe, cayó también como el otro, muerto (Aguilar, 1991, p.
411).

Con estas dos versiones con ciertas diferencias de la manera en que se


desarrollaron los hechos, quienes participaban y cuantos animales mueren, solo
es la muestra de lo diferente que es la información de las fuentes, por lo que

78
queda aún por precisar este dato, solo sabemos con certeza la existencia de
restos de un solo animal y una parte muy pequeña; la mandíbula superior y el
momento en que es ofrendada esta parte de la cabeza del animal, en el Tecpan o
palacio de gobierno.

Aunque las fuentes nos indican que los restos de este caballo es el anteriormente
reseñado, surge el cuestionamiento del porqué fueron ofrendados a un edificio civil
y en este caso en el Tecpan lugar en el que se ejercía el gobierno. Esto nos
conduce a plantear que el animal fue considerado como parte o componente del
ejército invasor y con esto se deja de lado la versión idealista de la historia
tradicional, que implantaron la idea de que los caballos eran considerados entes
sobrenaturales, se menciona que este animal fue desmembrado y mostrado en los
pueblos, con esto vemos que no solo los mostraron, sino que fueron enterrados
como ofrendas en dichos pueblos y en el caso de Tizatlán es en el edificio donde
se reunían los gobernantes, el Tecpan. Es difícil establecer el significado de
encontrarse solamente la parte superior del equino asociado a este edificio.

El hacer mención a esta información es con el fin de apoyar indirectamente, el


supuesto de que los equinos y demás animales que trajesen consigo los
conquistadores, eran considerados en su justa dimensión; como seres naturales,
es decir reales y no fantásticos o supranaturales, por los que los ubicarían en un
contexto de asociación humano-animal en el proceso social y en el caso que nos
ocupa del caballo o yegua ofrendada en el Tecpan de Tizatlán, que era ocupado
por individuos con una clara extracción guerrera y siendo el caballo un arma o un
participante en el combate, se hace factible esta suposición de haber sido
considerado, un participante y/o un símbolo.

Con esta información, no queda la menor duda que la edificación sobre los
altares polícromos, es el Tecpan de Xicoténcatl y por ende es el sitio rector y la
información histórica refiere que la distribución de los Tlatoque era en tres de las
paredes del edificio.

79
Descrito a grandes rasgos como era el Tecpan de Tizatlán, se describe el tercer
edificio identificado como un componente del centro ceremonial del Tlatocayotl
rector, el cual solamente se encontrará en el Hueytlatocayotl, siendo este el
Cuauhcalli o el edificio con los altares de iniciación al rango de Tecuhtli.

4.4- EL CUAUHCALLI EN LA INFORMACIÓN HISTÓRICA

Con respecto al gobernante principal el dato relevante, consiste en la existencia de


la perforación de la nariz, para portar la nariguera que según Motolinia era el
símbolo distintivo del Tecuhtli y dicha ceremonia se efectuaba en un edificio
determinado expresamente para este acto. Además de la información sobre este
edificio y sus elementos que lo conforman, existe el dato arqueológico de dos
sitios en Mesoamérica con esta estructura arquitectónica y sus altares, siendo
estos el de Malinalco y el de Tizatlán. Del primer sitio es de donde se deriva el
término de Cuauhcalli, que significa casa de las águilas, el que presenta la
característica de ser un edificio único sobre una plataforma, dedicado a la
ceremonia de la perforación de la nariz.

La información histórica sobre este edificio que se encuentra en la Historia Tolteca


Chichimeca, nunca lo mencionan y con respecto al lugar a donde se llevaban a
cabo estas ceremonias, se entiende que son hechas al salir de las cuevas, y el
dato iconográfico consiste en encuadrar las imágenes en una trama o tejido de un
vegetal, donde son dos tipos una de una fibra más fina, sobre un fondo de color
azul que están ubicadas en esquinas contrapuestas, una a la derecha y otra a la
izquierda, el segundo tejido es de ramas más gruesas y sobre un fondo de un
color ocre. Por lo que la información acerca del lugar y mucho menos el sitio
donde se hacen estos actos, no se hace explicita y deja una la ubicación imprecisa
y a la libre interpretación del investigador, si a esto se agrega que la información
de Motolinia es escasa, ya que menciona que este acto se hacía en el templo del
ídolo Camaxtli y para ampliar más las dudas menciona que las ceremonias que el
presencio, se hacían ya dentro de la religión católica y por ende bajo los cánones
de la sociedad europea que apenas empezaba a solidificarse.

80
Existe la Relación de Cholula, documento contemporáneo a la Relación de la
Provincia de Tlaxcala, el cual habla de la existencia de un edificio donde se
llevaba a cabo la perforación: En este caso se puede aplicar que dicho cronista
conoció directamente dicha edificación, ya que quizá y esa es la esperanza que
aún se encontraba en pie. Con respecto al edificio donde se llevaba a cabo esta
ceremonia, nos describe de manera sucinta Gabriel de Rojas en su Relación de
Cholula, al referir la manera en que los indígenas accedían o se convertían en
capitanes de guerra, para lo cual:

…los metían en una capilla q[ue] para este efecto estaba dedicada, en la
cual los dos sumos sacerdotes los señalaban horadándoles las orejas, las
narices o el labio inferior, según el señorío que tenían. Con lo cual
quedaban confirmados en señorío y se volvían a sus tierras (De Rojas,
1985, p. 131).

Al concatenar la información de Motolinia con la De Rojas solidifica la existencia


de un edificio independiente, tanto del Tecpan como del Teocalli, ya que la primera
describe profusamente la ceremonia para acceder al puesto del Tecuhtli y la
segunda precisa, que es un edificio diferente al Teocalli, como una capilla.

4.5- EL CUAUHCALLI EN LOS CÓDICES

La información de los códices con respecto al edificio llamado Cuauhcalli, sólo se


ha visto en dos de ellos, en el Colombino y Becker I. Donde la imagen es un
edificio asentado en una plataforma, a la cual se accedía por una escalinata y
entre estos dos espacios se lleva a cabo la perforación de la nariz, hay que hacer
notar que esta escena está más comprimida en el Becker I (Figura 9).

De tal manera que el personaje que va a hacer la perforación se encuentra dentro


del edificio y el aspirante con las espaldas sobre el altar de la perforación, el cual
se proyecta hacia la parte inferior, para de esta manera cubrir toda el frente de la
plataforma del edificio y servir de división o como intermedio con las escaleras de
acceso, sobre las que se apoya la cadera del aspirante. Aunando a esto que la

81
imagen está deteriorada y se pierde parte del edificio representado, pero por lo
general es un edificio con una sola plataforma.

FIGURA 9.- IMAGEN DEL CUAUHCALLI Y SU PLATAFORMA, CON LA ESCENA DE LA PERFORACIÓN


DE LA NARIZ, CÓDICE BECKER (Tomado de www.famsi.org)

Pero en el Colombino la escena que se encuentra enfrente de la plataforma del


Cuauhcalli, es más amplia y se encuentra dividida o conectada con el edificio por
una escalera, la cual abarca toda la base de la plataforma donde se asienta el
Cuauhcalli, de tal manera que esta imagen frontera al edificio está compuesta por
tres franjas, donde la inferior es común a ambas divisiones, es decir las dos están
asentadas sobre ella, la segunda franja es un rectángulo con almenas en su
interior y tres manojos de tules, la franja superior es de color amarillo, con
manchones negros, semejando quizá las motas del Ocellotl. (Figura 10).

FIGURA 10.- EL CUAUHCALLLI Y LOS PARTICIPANTES EN EL CÓDICE COLOMBINO (UNL/www)

Sobre estas tres franjas que viene a conformar un solo elemento, similar a un
espacio físico e ideológico, sobre la cual se lleva a cabo la perforación de la nariz

82
y por ende en este mismo espacio se sitúa el altar donde se recostaba el aspirante
y obviamente el oficiante, todo esto se hace fuera del edificio, por lo que es posible
inferir que este simbolismo es el que contendría el interior del Cuauhcalli y que de
acuerdo a la información arqueológica se encontraba en el interior.

Por lo que respecta a las imágenes en códices con información sobre este
ceremonial o acto, en los restantes solo se observa el elemento altar, donde
recostaba la cabeza el aspirante a Tecuhtli, (Nutall, Bodley), existen además las
imágenes de la Historia Tolteca Chichimeca y la Tira de la Peregrinación o códice
Boturini, donde en la primera el elemento es un árbol de mezquite y en la segunda
es un cactus y una biznaga, así mismo en el Códice Aubin la imagen corresponde
a un árbol.

4.6.- LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS CON CUAUHCALLI

La información histórica sobre el lugar donde de llevaba a cabo al ceremonia de


otorgamiento de la nariguera da indicios claros sobre este edificio, aunque en el
caso de las escritas son escuetos, pero precisos sobre ser una edificación
independiente al resto de edificios en el llamado centro ceremonial. Con respecto
a los códices, nos muestran un edificio independiente, pero debido al simbolismo
en las pictografías, el dato no es concluyente. Esta información es respaldada por
el registro arqueológico, el cual nos presenta una construcción sobre una
plataforma y sobre de esta un solo edificio, al cual se accede por medio de una
escalinata.

El sitio que marcará como se debe de entender la ubicación espacial del edificio
con los altares de iniciación, es Malinalco en el Estado de México, donde en
primer término tenemos una ubicación dentro del patrón del sitio, a los altares de
iniciación separados en un conjunto de estructuras aisladas del resto del sitio. En
lo que respecta al edificio, es una estructura autónoma, y de acuerdo a las
estructuras cercanas a él no se puede hablar de que estuviese cerca al Teocalli
Mayor del sitio, al que se presupone que está en el área no explorada en la cima

83
del cerro, se piensa de una manera aventurada que el Cuauhcalli de Malinalco es
vecino a edificaciones del orden civil entre ellas el Tecpan.

Arqueológicamente solo existía este sitio donde se afirma que en ese lugar estaba
un edificio y que en su interior contenía estructuras donde se perforaba la nariz,
pero fue encajonado como el lugar donde se hacia una ceremonia o actividad de
una parte de los militares, lo más selecto, los guerreros Cuauhtli y Ocellotl. Ante
esta situación la investigación se mantuvo en ese nivel y poco se hizo para darle
consecución. En el año de 1990 las investigaciones realizadas en Tizatlán
Tlaxcala redefinen las estructuras encontradas en este sitio, y que desde 1927
eran considerados altares de sacrificio humano, quedando ubicados como altares
de iniciación al rango de Tecuhtli.

Al lograse identificar otro sitio en Mesoamérica con un edificio y estructuras


especificas para la ceremonia del Tecuhtli, y el que está totalmente fuera del área
de Malinalco, ocasiona que los datos obtenidos en el lado tlaxcalteca, puedan
generalizarse fuera de ese ámbito y viceversa. Por lo que a continuación se hará
una reseña de estos dos sitios.

4.6.1- MALINALCO ESTADO DE MÉXICO

En las investigaciones de García Payon en Malinalco en el Estado de México,


excava un sitio donde encuentra un edificio con estructuras zoomorfas a manera
de altares, a los cuales interpreta como una construcción de la orden militar de los
Cuauhtli-Ocellotl, donde se les perforaba la nariz a los aspirantes y las que son la
representación arqueológica del lugar a donde se llevaba a cabo esta acto,
independientemente fuesen a gobernantes o militares.

En los anales de la arqueología, la existencia de elementos que se relacionaran al


estrato que se ha denominado como los Tlatoque, se encuentran en primer
término los reportados por García Payón en las temporadas que arrancan en
1936, que son de hecho las investigaciones pioneras y casi exclusivas sobre este
tipo de sitios, al grado que este investigador acuña un término que ha dominado
este campo, por lo llamativo para definir ciertas estructuras existentes en el sitio y

84
que él las relaciona directamente a la ceremonia donde se perforaba la nariz. El
término Cuauhcalli al que traduce como casa de las águilas, asociándolo a lo
militar en específico a las órdenes de los Cuauhtli y de los Ocellotl a los que
denomina caballeros del sol.

Como era de esperarse a este edificio y sus elementos, le han surgido


explicaciones alternas, las cuales han sido compendiadas por José Hernández
Rivero en su segunda edición de su libro de 1997, denominado Ideología y
Práctica Militar Mexica en el Cuauhcalli de Malinalco, siendo tantas y tan
disímbolas estas explicaciones, y por salirse del enfoque de este escrito, solo se
tomará en cuenta la propuesta de Hernández Rivero, menciona que la teoría de
García Payón es la más sólida de las que se han propuesto para el sitio, pero
entre los problemas que hay que aclarar y sustentar la explicación de García
Payón, está el considerar al sitio como propone R.F Towsend, que eran actos para
legitimar el poder político, ya que este autor considera que los Cuauhtli ubicados
en las banquetas y el Ocellotl, son tronos reales. El otro problema va a estar
relacionado con la propuesta del mismo García Payón, de que eran actos de
graduación militar. Por lo que a continuación se expondrá de una manera concisa
el trabajo del arqueólogo José García Payón.

Las investigaciones emprendidas por García Payón en Malinalco, donde las


estructuras existentes habían sido ubicadas en contextos diferentes; este ha sido
interpretado como un adoratorio a Xiuhtecuhtli por el Obispo Plancarte y el
profesor Enrique Juan Palacios, opina que posiblemente se trate de una fuente
dedicada a Tláloc y el relieve de la fachada probablemente representaba al dios
de la lluvia. A esta última explicación Payón hace la observación que la puerta es
la representación de unas fauces de una serpiente, con lo que lo relaciona con la
información de las fuentes, donde refieren que en el recinto mayor de México
Tenochtitlán el templo dedicado a Quetzalcoatl tenía en la puerta la figura de la
boca de una serpiente. En cuanto a las otras posibles explicaciones una que la
ubica como la representación de un Tláloc, otra como una Coatlicue y otra que se
acercaba más y que era considerar a esta fachada como una simbólica

85
representación de Ehecatl Quetzalcoatl, a la cual también desecha y considera
que el relieve representa al monstruo de la tierra y el cual está representado en el
Códice Borgia P. 14, el que Seler confunde con una cueva. (García, 1947: 16)

En cuanto a la función del santuario llega a considerar que éste pertenecía


exclusivamente a la organización militar de los caballeros del Sol, es decir los
Cuauhtli y los Ocellotl (Cuacuauhtin), conocidos por los caballeros tigre y águila.
Argumenta esta hipótesis en el marcado simbolismo de estos animales y la
importancia que se les daba en la mitología y en los ritos, para los mexicanos el
águila era el símbolo del Sol y el felino era el que se comía al Sol en los eclipses,
también era asociado a la luna. (Figura 11)

FIGURA 11.- LOS CUATRO ALTARES DE LOS TLATOQUE DE MALINALCO

La definición dada por García Payón a la función de las principales estructuras de


Malinalco, a las cuales considera que: en esta mansión se conferían los grados a
los candidatos a estos altos puestos, bajo la presencia del Cuauhtliocelotl que lo
era el mismo Tlacatecuhtli o "Emperador"; ceremonia que consistía en perforarle la
nariz para colocarle el hueso o la uña de águila. (García, 1947: 19).

Para establecer su explicación o teoría, García Payón, se basa en los elementos


más relevantes y que son los que se encuentran al interior de la construcción
principal del sitio, la representación del Cuauhtli y el Ocellotl, y el elemento central
será donde se realice esta ceremonia de ungimiento de los Tlatoque, por medio de
la perforación de la nariz, para colocar la nariguera símbolo distintivo de los

86
Tlatoque, La manera en que se llevaba a cabo esta función en este edificio, el
personaje se acostaba sobre el Cuauhtli central, quedando la cabeza de dicho
individuo, sobre la cabeza del Cuauhtli y así le era perforado la nariz, con el hueso
del Ocelotl y la uña del Cuauhtli.

Como se puede observar la mayoría de los datos que aporta este autor
corresponden a la información de las fuentes y son los más coincidentes la
presencia física de estos animales en ese edificio, desde estas fechas se tenían
ya datos concretos de la correspondencia entre la información histórica y la
arqueología, pero esto muy poco ha influido en los investigadores, ya que según
se compendia en el escrito de Hernández Rivero, las interpretaciones del sitio y
sus elementos no rebasan el parámetro puesto por García Payon y se encasillan
en el ámbito militar.

Al considerar que el altar central de Malinalco es para recibir la jerarquía del


Tecuhtli, más allá de un grado militar, da la posibilidad de replantear varios
supuestos, y entre los aspectos que pueden ser interpretados con precisión, es el
referente a los elementos que rodean el altar central de Malinalco, la banqueta
semi circular y las representaciones de dos Cuauhtli y un Ocellotl en dicha
banqueta, de los que se pueden decir que al igual que la figura central, son altares
de Tecuhtli, cumplían la misma función que el altar central (Figura 12).

FIGURA 12.- POSICIÓN DEL ASPIRANTE, EN LOS ALTARES SOBRE LA BANQUETA CIRCULAR DEL
CUAUHALLLI (Foto cortesía del INAH)

87
La manera en que se acomodaba el aspirante en los tres altares sobre la
banqueta semicircular, presenta una posición anatómica de estar acostado sobre
la figura del animal, con la cabeza apoyada sobre la de este y las piernas
recogidas a diferencia del altar central donde las piernas cuelgan sobre las plumas
de la cola del Cuauhtli (Figura 13).

Entre la información histórica que se reinterpreta a la luz de estos resultados en


Malinalco, están los datos del códice Boturini en su lámina cuatro. (Figura 14)

FIGURA 13.- POSICIÓN DEL ASPIRANTE, EN EL FIGURA 14.- FRAGMENTO DE LA ESCENA DEL
ALTAR CENTRAL DE MALINALCO (Tomado de AYUNO, EN EL CÓDICE BOTURINI (Tomado de
Hernández Rivero, 1993) Lord Kingsborough, 1964)

Donde la escena de los personajes acostados en los cactus, es similar a la que


nos presenta la Historia Tolteca Chichimeca en el folio 20, por lo que cambia
radicalmente las versiones sobre esta escena en el códice Boturini ya que nos
estaría refiriendo la ceremonia previa a la perforación de la nariz, oponiéndose a la
versión tradicional de un sacrificio humano.

La investigadora Castañeda de la Paz percibe la posibilidad de que esta escena,


corresponda al acto o ceremonia de acostarse en el mezquite, en este caso en las
biznagas, para hacer el ayuno del Tlatoque, pero lo vuelve a encajonar como una
ceremonia militar.

88
En la Tira de la peregrinación, los que están tumbados sobre un mezquite y
dos biznagas son, como dice el autor del Códice Aubin, los mimixcoa
Xiuhnel, Mimich y una mujer que, al carecer de glifo no se supo decir quién
era. Inclinándose sobre ella está nuevamente Amímitl, aunque no es muy
claro lo que está haciendo. Podría sugerirse que quizás les esté perforando
el septum o, por qué no, que simplemente los esté acomodando en las
plantas. Empero, lo que no comparto es la idea de que Amímitl esté
llevando a cabo un sacrificio como generalmente se ha interpretado la
ilustración, puesto que en ningún momento tenemos un cuchillo de
pedernal, una apertura de pecho, sangre, banderas o plumones asociados
con este tipo de ceremonia. (Castañeda de la Paz, 2007, p. 194)

Lo que sí creo es que estamos ante un ritual chichimeca a través del cual
los protagonistas se consagran como cazadores y guerreros de alto
estatus, cual dignos hijos del Sol. Un ritual que los mexicas incorporaron en
su relato de la peregrinación, de ahí que ambos grupos interactúen y los
aztecas se confundan con aquellos mimixcoa creados a la postre por
Mixcóatl, llegando a ser difícil a veces distinguir a unos de otros. Lo mismo
sucede con el dios mexica a quien veremos suplantar a Mixcóatl.
(Castañeda de la, 2007, p. 195)

Lo mismo ocurre con el códice Aubin (Figura 15), en un contexto que si bien es
precedido por el desgajamiento del árbol y posterior separación de las sociedades
que migran juntas, pero existe la acción de acostarse en el mezquite, en este
caso la fuente refiere que dicho suceso de acostarse en esta planta, en este caso
va a estar representada por un árbol, donde la escena consiste en que se
acuestan al pie de este árbol, siendo tres los personajes que intervienen, entre
ellos una mujer, a la que denominan solamente como la mujer poderosa, los otros
son Xiuhueltzin y Mimitzin, los tres cuidadores de la deidad, en este caso a
diferiencia del Códice Boturini, no existe el personaje que va a estar de pie, sobre
los que se encuentran acostados haciendo el ayuno de los Tlatoque.

89
FIGURA 15.- LÁMINA DEL CÓDICE AUBIN, EL ACTO DE ACOSTARSE EN EL MEZQUITE (Tomado de
http://www.britishmuseum.org)

La descripción que se hace en este documento del significado de este acto de


acostarse en el mezquite (Figura 16), consiste en:

Aquí cambió el nombre de los Aztecas diciéndoles “ahora ya no se


llamaran Aztecas sino Mexicanos” y los marcaron en las orejas para que
recibieran tal nombre de Mexicanos y cuando recibían el arco y otras
armas llegó el fin del día. Siguiéndose el ruido de un huracán y el silbido
de la culebra y se estaba en el año dos calli, (Códice Aubin, 1980, p. 14)

FIGURA 16.- CÓDICE AUBIN FOLIO 7r, LOS MEXICA PORTANDO EL CHITACO Y EL ARCO (Tomado
de http://www.britishmuseum.org)

Esta escena viene a ser la continuación del acto de “acostarse” en el mezquite o la


biznaga sagrada, donde ya salen investidos por medio de la perforación de la

90
nariz, en la escena siguiente los participantes salen ya con diferentes símbolos del
poder político como son el arco, las flechas y el chitaco, aunque no es visible la
nariguera, los datos dicen que esta la deberían de portar.

Al hacerse patente la existencia de un sitio el cual va a tener representados en el


registro arqueológico elementos concretos del sistema de gobierno, caracterizados
en las figuras del Tlatocayot y el Tecuhtli, aunque sean considerados por la
mayoría de los investigadores dentro del rubro militar. Se hace la observación de
que eran los únicos reportados en Mesoamérica y esto de alguna manera
encasilló la investigación de este tipo de sitios.

4.6.2- TIZATLÁN TLAXCALA


Existe otro sitio con similares aunque no idénticos altares de iniciación, los cuales
al ser excavados en 1927 en el poblado de Tizatlán Tlaxcala, por Eduardo
Noguera y Alfonso Caso, los consideran como altares de sacrificio humano,
definición que fue aceptada y nunca se discutió esta versión a pesar de que a
Alfonso Caso le quedaba la duda de que fueran altares de sacrificio humano,
permaneciendo congelada desde aquellos años.

En el año de 1990 en el seminario Alfonso Caso, en el museo de Antropología es


presentada una interpretación de los altares de Tizatlán Tlaxcala. Esta versión de
los investigadores Arturo Fernández Ruiz y Nazario Sánchez Mastranzo
(Fernández et al., 1990) contradice totalmente la función que le había asignado en
un primer inicio Eduardo Noguera y en menor medida Alfonso Caso. Estas
estructuras se encontraron debajo del Tecpan de Xicoténcatl, que se hallaba en
funciones al arribo de los europeos a estas tierras, por tal situación estas
estructuras y por ende el sitio mismo son más antiguas que las encontradas en
Malinalco, pero asignarles un temporalidad es cosa muy difícil, ya que solamente
se han detectado hasta el momento, solo dos etapas de ocupación, de tal manera
que una correspondería a la etapa de los altares y la otra estaría representada por
la etapa del Tecpan de Xicotencatl. El edificio de los altares en Tizatlán, lo más
característico son estas dos estructuras interiores, es que se encuentran
decoradas con pinturas tipo códice, en tres de sus cuatro caras.

91
Ante esta cuestión se procede a mencionar las investigaciones más importantes
que se han hecho con respecto a la función e interpretación de las pictografías en
los altares, ya que la información que contienen poco se ha avanzado en este
aspecto, ya que los últimos intentos fueron hace tres décadas.

4.6.2.1- CASO ALFONSO

Alfonso Caso (pp. 1-34), quien también participa en los primeros trabajos
arqueológicos, esboza varias ideas o interpretaciones importantes. Este autor se
dedica básicamente a efectuar la descripción de los motivos para dar a conocer
sus conclusiones, derivadas éstas de las diferentes representaciones que decoran
los altares. Inicia su escrito con la descripción de la plataforma donde se
encuentran ubicados los altares, a los que califica como un "aposento superior o
santuario de un templo indígena", asignándoles literales a cada uno de los dos
altares, dándole la letra A, al altar occidental y la letra B, al altar oriental;
menciona además como un dato importante la presencia de ladrillo en las
construcciones, ya que solo en Tula y en Tabasco hay indicios del uso del ladrillo.

Pasa a describir el altar A, donde observa que en la parte central, se localiza un


reborde de argamasa pintado en rojo, con 19 centímetros de diámetro, en la parte
superior del altar y que al descender por el frente forma un canal de 19
centímetros de ancho, pintado de negro, por lo que la cara Sur de ambos altares
queda dividida en dos campos de igual tamaño. Al interpretar al personaje,
situado a la izquierda del canal, refiere que en un principio pensó que se trataba
de Mictlantecuhtli, pero al revisar las calcas, que se sacaron de los originales
pudo precisar ciertos atributos como son: "... dos fajas negras, una a la altura del
ojo y otra más delgada a la altura de la boca...", con este dato el autor lo identifica
como Tlahuizcalpantecuhtli, la deidad del planeta Venus, como estrella
vespertina, reforzando esta suposición por la presencia de "... una corona de
plumas rígidas negras que tienen los cabos blancos (paczactli) ". Atrás de este
dios está una serpiente, a la que identifica como una Xiuhcóatl o serpiente de
fuego, por tener el cuerpo pintado con los colores azul y amarillo y la cabeza de
color azul. (Figura 17)

92
FIGURA 17.- LADO IZQUIERDO CON LA FIGURA FIGURA 18.- LADO DERECHO ALTAR
DE UN PERSONAJE CON ATRIBUTOS DE PONIENTE, CON LA FIGURA DE UN PERSONAJE
TLAHUIZCALPANTECUHTLI SEGÚN CASO Y CON ATRIBUTOS DE TEZCATLIPOCA, SEGÚN
MICTLANTECUHTLI DE ACUERDO A NOGUERA CASO Y NOGUERA

Continuando con la descripción de la cara Sur del altar A, identifica al personaje


de la derecha del reborde con Tezcatlipoca, por medio de la analogía de figuras
similares representadas en el Códice Borgia. Asimismo, ofrece una descripción
iconográfica de los atributos de este dios, proponiendo con estos datos lo
siguiente: "La analogía es tan extraordinaria que podemos pensar que fue una
misma cultura la que produjo los Tezcatlipoca del Borgia y el de las pinturas de
Tizatlán" (Figura 18).

Las interpretaciones que ofrece de los símbolos pintados en los costados de este
altar las inicia: con el cráneo con el símbolo del chalchihuite (Figura 19).

FIGURA 19.- PICTOGRAFÍAS LATERALES DEL ALTAR PONIENTE

93
El segundo es un corazón con el símbolo del chalchihuite, que en la parte inferior
termina en un rostro, que el autor identifica como la cara del dios Xipe, el tercer
dibujo es una mano izquierda, ésta también tiene una pulsera con el jeroglífico del
chalchihuite, del cuarto símbolo no precisa su significado; éste corresponde a un
anillo rojo, con un anillo azul con puntos negros y una faja con los colores del
chalchihuite que los corta transversalmente

Después de este símbolo se repiten los tres primeros ya mencionados, en cada


lado del altar, con las mismas características, por lo que "... hay siete símbolos de
cada lado, ocupando el centro el escudo.". En cuanto a la decoración que está
arriba y abajo de la faja de jeroglíficos, los cataloga como la falda de la diosa de la
tierra y el altar occidental representa este punto cardinal.

La descripción de la cara Sur del altar B, dice que en lado izquierdo se encuentran
tres dioses a los cuales no identifica; en la parte central identifica a la diosa
Mayahuel, por encontrarse desnuda y presentar la peculiaridad de ostentar tres
senos; ella aparece nadando en una vasija en cuyas paredes se aprecian los
colores del chalchihuite y a ambos lados de esta imagen se encuentran un tigre y
un águila. En esta representación, aparece una cabeza casi destruida, que por
tener delante de la cara y atrás de la cabeza, lo que el autor considera unas
nubes azules, aunado a otros atributos que presenta, hacen concluir al
investigador de que es una cabeza del dios Tláloc. (Figura 20)

FIGURA 20.- PARTE FRONTAL DEL ALTAR FIGURA 21.- PARTE FRONTAL DEL ALTAR
ORIENTE LADO IZQUIERDO ORIENTE LADO DERECHO

94
En el lado derecho del altar, hay una escena semejante al otro lado, con tres
dioses uno de los cuales tiene gran similitud con el del lado izquierdo, donde las
figuras centrales también simbolizan al mismo dios de ambas representaciones,
en cuanto a este dios del cual solo se encuentra un fragmento, por sus atributos lo
hace corresponder con Tlahuizcalpantecuhtli. (Figura 21)

Al empezar a describir los costados de este altar menciona lo siguiente:

Los lados del altar B son semejantes pero no iguales y las figuras de uno y
de otro no se corresponden como las del altar A: dos bandas horizontales
de jeroglíficos, en las que se alterna, como en un tablero de ajedrez, una
figura que siempre es la misma, con otras que varían, pero se repiten en el
cuadro de la banda superior y en el inmediato a la izquierda de la banda
inferior... Este motivo que se repite es el del alacrán y entre los motivos que
describe se encuentra la calavera, continuando con las espinas de maguey
ensangrentadas; la figura que sigue es el escudo identificado en el altar A
(Caso 1927) (Figura 22)

FIGURA 22.- PICTOGRAFÍAS LATERALES DEL ALTAR ORIENTE

Llama su atención que este dibujo ocupe la parte central de ambos altares; el
siguiente elemento es un corazón del que sale una arteria con adornos de
chalchihuite, continúa con el glifo que identifica con las ramas del axoyatl, más
adelante menciona los dos cráneos sin abundar en detalles.

95
El último signo (que se repite) son las espinas de maguey cubiertas de sangre. Al
describir el otro costado del altar occidental menciona lo siguiente:

... sólo hay un jeroglífico distinto a los descritos en el otro lado. Es un


rectángulo rojo bordeado por cuatro o seis puntos de diversos colores. Al
centro del rectángulo grande hay otro menor... En este rectángulo menor
está dibujada al centro una pequeña cruz y cuatro rayitas que parten de
las esquinas.

Con estos datos, el autor identifica a este jeroglífico como el tlapapalli de Eduardo
Seler, donde los cuatro colores están asociados a los puntos cardinales, de ahí
parte para definir la serie de cuadros que están abajo de la banda inferior, donde:

... hay 52 en el lado occidental, doce en cada una de las secciones del
frente y 47 en el lado oriental;... pintados con cinco colores que entran en
las pinturas: rojo, azul, blanco amarillo y negro y dispuestos en este orden
regular.

Con esto y apoyado en datos que proporciona B. Sahagún, relaciona los colores a
los puntos cardinales, donde el rojo sería el Norte, el azul el Oeste, el amarillo el
oriente, el blanco el Sur y el cuadrete negro representa la región central o
subterránea, los cuadretes de este altar siguen el orden de los puntos cardinales,
en el sentido opuesto a la forma en que se desplazan las manecillas del reloj.
Aunque deja abierta la posibilidad de que los cinco cuadretes puedan
relacionarse con los cinco períodos venusinos. Concluye sobre estas
representaciones lo siguiente: "Creo que toda la decoración de todo el altar B,
representa como una manta que cubría dicho altar; rematada por el xicalcoliuhqui
y orlada de plumas de águila..." (Caso 1927).

Después de analizar todos estos símbolos y de asociarlos de alguna manera a la


idea del sacrificio humano, propone cual sería la posible función de los altares:
"Por esta razón creo poder considerar que los dos monumentos que he llamado
altares A y B, son en realidad altares de sacrificio; pero es difícil decidir el modo
como sacrificaban en éstos altares"

96
Le queda la duda y es por esta razón que apunta que si se hubiera sacrificado de
la manera normal, la sangre derramada habría destruido las pinturas; le preocupa
la función de la taza y la canaleta en la parte frontal, por lo que plantea
tentativamente esta hipótesis:

Si pensamos que en la taza sólo se ponían objetos ensangrentados, como


las ramas de axoyatl y que eran los altares para practicar en ellos. De
todos modos el punto para mí es muy dudoso y no he encontrado ninguna
hipótesis que me satisfaga plenamente (Caso 1927).

La identificación de las deidades que aparecen en la cara sur principalmente,


conlleva a que se den diferencias teóricas con Eduardo Noguera, donde la deidad
que éste considera como un Mictlantecuhtli, Caso la describe como
Tlahuizcalpantecuhtli.

En cuanto a la identidad de los constructores y a pesar de estar como él dice, en


la principal cabecera de Tlaxcala, por faltarle datos del uso del ladrillo entre los
tlaxcaltecas y apoyado por la gran similitud de los dibujos de Tizatlán con los del
Códice Borgia, que E. Seler hace provenir del área de Oaxaca, hace que A. Caso
considere a los Olmeca como los constructores de estas ruinas, aunque esboza
que no es una conclusión definitiva a esta problemática.

4.6.2.2.- NOGUERA EDUARDO

Eduardo Noguera presenta un análisis de los elementos encontrados. En este


informe esboza como idea básica la función de las estructuras principales que se
habían encontrado y que desde esa época se han considerado por sugerencia de
este autor como "que ahí se efectuaban sacrificios de sangre", por lo que desde
ese momento y por iniciativa de este investigador, se les conoce como altares de
sacrificio humano.

Destaca además la observación de la antigüedad del sitio y la relación de las


pinturas que decoran a estos altares con las de los códices. Por ser este un
informe meramente técnico, nada más identifica a los glifos y a las deidades más
significativas de la decoración de estos altares. Esta identificación es la base que

97
toma el autor para clasificar o designar a éstos como altares de sacrificio y con
esto da por explicada la función del reborde o canal situado en la cara Sur de
ambas estructuras, al que considera como un Cuauhxicalli o conducto por donde
se vertía la sangre de la persona inmolada. Propone que en futuras
investigaciones se precisar tal interpretación, que él mismo considera como
provisional. Así, Noguera rinde un informe del sitio, donde refiere de éste lo
siguiente:

Hay un gran espacio rectangular de 5.45 metros de ancho por 11.20 metros
de largo, este cuadrángulo está perfectamente orientado a los puntos
cardinales. Hay dos lápidas o plataformas de 0.35 metros de altura por 1.80
metros de largo y 1.17 metros de ancho. La lápida oriente, en la pared del
mismo lado presenta una hilera de 13 cuadretes y la mitad de un
decimocuarto que no alcanzó a completarse (Noguera, 1927, informe).

En el artículo de 1929, Eduardo Noguera (pp. 25-62), va a reafirmar las


conclusiones que esboza en su informe de 1927. Lo primero que hace es
refrendar que la deidad representada en la cara Sur del altar oriente, es
Mictlantecuhtli, entrando con esto en franca contradicción con A. Caso, quien lo
considera como un Tlahuizcalpantecuhtli. Noguera al igual que Caso, se apoya en
analogías tomadas principalmente de los códices.

En lo referente a su hipótesis, consistente en asignar a los altares polícromos de


Tizatlán la función de llevarse a cabo en ellos el sacrificio común y corriente, en
este trabajo la va a fundamentar sobre ciertas bases, apoyándose en la
interpretación de varios glifos que componen los costados poniente y oriente de
ambos altares, donde la mayoría de los símbolos están relacionados de alguna
manera con el sacrificio humano, como es el caso de la mano, el corazón etc.;
siendo el alacrán el motivo que hace suponer a este autor más que ningún otro su
relación con el sacrificio, esto apoyado además, por la representación de los
dioses Tezcatlipoca y Mictlantecuhtli, en el acto de llevar a cabo una penitencia.

98
Aunque el investigador no logra dilucidar a que deidad o festividad están
dedicados los altares, da por hecho que la función específica de éstos, es la de
inmolar a las personas destinadas al sacrificio, ya sea para alguna fiesta o para
celebrar alguna deidad en particular, quedando el autor en espera de futuras
investigaciones que habrán de darle los datos que le faltan para redondear esta
conclusión.

Como se ve, este autor es el creador del concepto "altares de sacrificio", que ha
dominado el ámbito profesional, para designar las estructuras con dibujos tipo
códice de Tizatlán. A esta definición no se le habían aportado los datos que
Noguera esperaba, para redondear más su conceptualización y mucho menos
había sido puesta en duda su veracidad, al aceptarse por cierta esta definición por
los investigadores, dando por hecha esta situación.

En este trabajo el autor analiza las pinturas de este sitio, empezando por el altar
poniente y en la cara Sur en el lado derecho identifica al Tezcatlipoca Negro
(Yayauhqui), por tener el cuerpo y miembros de color negro y presentar en la cara
los colores amarillo y negro en bandas. El personaje que aparece a espaldas del
primero corresponde a Tezcatlipoca antes o después de efectuar una penitencia,
ya que ciertos atributos lo representan en esa acción, siendo éstos, la bolsa de
copal (copal xiquipilli), las púas de maguey y un fémur hincados en un
zacatapayolli (Figura 18).

En la parte izquierda de esta misma cara, ubica a Mictlantecuhtli, esto lo hace por
medio de la comparación de los atributos del representado en Tizatlán y los que
aparecen en el Códice Borgia y destaca algunas características relevantes como
son: el cuchillo de pedernal en la mandíbula superior, así como el estar provisto
de púas y punzones, símbolos del auto sacrificio y agrega además que:

... el ir provisto de púas de maguey y punzones de penitencia que nos trae


la explicación de la actitud del Mictlantecuhtli de Tizatlan, en que provisto
de éstos elementos de sacrificio, halle paralelo como una representación

99
alegórica y no relación aparente con el Tezcatlipoca, él que está en su
frente, como personajes que van a efectuar la misma ceremonia religiosa.

El motivo que está detrás del personaje, por no encontrar uno similar en los
códices, piensa que posiblemente se trate de una serpiente de fuego (xiuhcoatl),
devorando un pedernal, ambos símbolos representativos del fuego (Figura 17).

Al describir los costados oriente y poniente de este primer altar, explica que están
decorados con los símbolos de una mano, un corazón, un cráneo y un motivo
central, los que en forma simétrica se repiten a ambos lados, pintados en color
rojo sobre fondo negro (Figura 19).

En cuanto al cráneo, la mano y el corazón, los relaciona directamente al sacrificio,


basado en analogías con representaciones en cerámica y otras piezas
procedentes de Tlaxcala y Cholula; donde se encuentran asociadas una mano y
un cráneo, reforzando su analogía, con el fragmento de un trabajo en piedra,
donde el cráneo, la mano y el corazón se encuentran junto a un pie, por lo que
deduce la relación de estos símbolos con el sacrificio, agregando lo siguiente:

Una alegoría primorosa, un simbolismo completo es lo que encierran estas


interesantes pinturas al fresco. En cada uno de sus lados, los motivos en
conjunto o individualmente, nos revelan su relación con la ceremonia del
sacrificio. La lápida poniente con Tezcatlipoca y Mictlantecuhtli al frente,
están atestiguando una ceremonia de mortificación y por lo que se refiere a
los costados del mismo altar, el corazón, el cráneo, el chalchiuitl, todos son
motivos relacionados con esta ceremonia. Y si consideramos la lápida
oriente, nuestra impresión se robustece al contemplar cada uno de sus
motivos, desde la estilización del escorpión hasta la representación del
precioso liquido chalchihuitl, nos hablan de la penitencia, rito y
trascendental entre los pueblos que habitaran México en épocas
prehispánicas.

Del altar oriente, empieza su descripción por el lado izquierdo de la cara Sur,
donde en la parte central, hay una mujer desnuda con tres pechos dentro de un

100
"recipiente" con agua, en el lado izquierdo de la deidad está representada una
águila y en el lado derecho un tigre; menciona la existencia de las tres
divinidades pero dice que es difícil establecer su significado y a la vez su relación
con los demás motivos de los altares. (Figura 20)

En cuanto al lado derecho de esta cara Sur, son análogas al del otro lado, siendo
la variante más notoria, el motivo que aparece dentro de la vasija con agua y en
lugar del tigre y el águila aparecen dos figuras geométricas, de estos dos últimos
glifos no puede precisar su significado (Figura 21).

En cuanto a las pinturas del segundo altar, menciona que presenta en ambos
costados una serie de trece cuadretes, con la salvedad de que en el lado
occidental presenta la mitad de un cuadrete más, los motivos que están
representados y el número de veces que ocurren en la decoración, nos da las
siguientes cantidades: el alacrán (27), púas de sacrificio (6), agua o sangre (6),
cráneo (5), cuadrete rojo con centro negro (3), mano (3), corazón (1), círculo rojo
orlado de discos (1), dando un total de ocho motivos; la abundante representación
de la figura del alacrán, hace llegar a este autor a la siguiente conclusión: "Este
motivo más que ninguno nos revela el significado total de los dos altares de
Tizatlán y si a ello agregamos las demás representaciones íntimamente
relacionadas con el sacrificio, como lo vamos a ver, tenemos que llegar a la
conclusión de que eran altares de sacrificio (Figura 22).

Para terminar, menciona que no puede asignar una deidad en particular o a que
festividad fueron dedicados estos altares, por lo que continuar en espera de
investigaciones más metódicas, para que se les asigne la época de construcción
de los altares y a su vez las circunstancias que los originaron.

4.6.2.3.- EL PROYECTO CUATRO SEÑORÍOS

En el año de 1990 se inicia el proyecto Cuatro Señoríos, auspiciado por el


gobierno estatal, se excavan los sitios de Ocotelulco y Tizatlán, donde en este
último los investigadores Arturo Fernández Ruiz y Nazario Sánchez Mastranzo,
(Fernández et al., 1990) retoman las investigaciones iniciadas en 1927 por

101
Alfonso Caso y Eduardo Noguera, sobre la función de los altares, así como un
estudio iconográfico. Los investigadores anteriormente citados, hacen el análisis
de los motivos representados en los altares, recurren al estudio de las fuentes y a
la analogía con los códices, logrando identificar la función de los altares,
redefiniéndolos como altares de iniciación o por decirlo en otras palabras, los
relacionan con el lugar donde se llevaba a efecto la perforación de la nariz para
obtener el rango de Tecuhtli, en el territorio tlaxcalteca.

Para reforzar su hipótesis dan varias explicaciones de los motivos y los relacionan
a algunos aspectos del ritual, por esta razón consideran que el altar que
denominan como A situado al oriente, era el lugar donde se investía al aspirante
como Ocellotl; en su interpretación intentan precisar la fecha o el momento de la
ceremonia, la que según su estudio se establece por los motivos representados
principalmente por Tlahuizcalpantecuhtli, símbolo de Venus como estrella
vespertina y proponen que el momento habría de ser cuando Venus y la Osa
Mayor entraran en conjunción.

Para el altar B situado al poniente, plantean que en él se investía al Tecuhtli con el


rango de Cuauhtli, y aclaran que éste era el más alto rango al que podía
aspirar el Tecuhtli; la fecha de realización de esa ceremonia la va a dar el
glifo del alacrán, planteando que puede estar regida por el calendario astronómico
o bien por el ciclo de Venus, lo que fundamentan en el análisis de los elementos
que conforman al alacrán.

Independientemente de la interpretación de los motivos que decoran a los altares,


relacionados con eventos astronómicos, lo destacado es la manera que logran
hacer corresponder las imágenes de los códices Becker I (Figura 9), el Colombino
(Figura 10), Nutall (Figura 23), donde las imágenes representadas dan una
aproximación muy cercana a la manera en que acomodaba el aspirante y por ende
el oficiante en estos códices, de tal manera la posición del oficiante sobre la
superficie del altar y el aspirante al pie y recostado en la cara frontal del altar, lo
que da como resultado, que la posición y la forma del altar en estos tres códices,
son similares a los altares del sitio Tizatlán Tlaxcala.

102
FIGURA 23.- LA PERFORACIÓN DE LA NARIZ CÓDICE NUTALL (Tomado de Dover Publications, 1975)

Aunque en el códice Bodley, la posición del aspirante es sentada al igual que en


los demás códices, el oficiante se encuentra situado cara a cara, algo que viene a
ser una variación que es importante hacer notar, pero hay una uniformidad en el
aspirante y que consiste en estar sentado, la espalda recargada en una cara del
altar y la cabeza apoyada en la parte superior del altar, los cuales de manera
similar a los de Malinalco son zoomorfos, en el caso del códice Bodley es con la
figura del Ocellotl, en una posición arqueada sobre un elemento cónico, el cual
muestra la particularidad que en una de las imágenes esta boca arriba y en la otra
boca abajo. Lo notorio de estas imágenes consiste en el que el oficiante porta en
su mano derecha el punzón para perforar y en la izquierda porta un objeto, cuya
función se infiere servía como apoyo al punzón, en la lámina nueve o una
nariguera en la lámina 34 (Figuras 24 Y 25).

FIGURA 24.- ESCENA DE LA PERFORACIÓN DE FIGURA 25.- ESCENA DE LA PERFORACIÓN DE


LA NARIZ EN EL CODICE BODLEY LÁMINA 9 LA NARIZ EN EL CODICE BODLEY LÁMINA 34
(Tomado de www.famsi.org) (Tomado de www.famsi.org)

103
La posición en que se coloca el futuro Tecuhtli durante este ritual, en los altares de
Tizatlán y de acuerdo a las imágenes que nos presentan los códices Nutall Becker
I y Colombino, consistiría en que la cabeza queda con la nuca descansando en el
semi círculo central de la parte superior de la canaleta, la que divide la cara Sur de
ambos altares (Figura 26).

FIGURA 26.- POSICIÓN DEL ASPIRANTE EN LOS FIGURA 27.- LA FUNCIÓN DEL SEMI CÍRCULO
ALTARES DE TIZATLÁN, SIMILAR A LAS EN LA PARTE CENTRAL Y DE LA CANALETA EN
IMÁGENES DE LOS CÓDICES CITADOS LA CARA SUR DE LOS ALTARES DE TIZATLÁN

Con esta posición el aspirante quedaba centrado, sentado en el piso del edificio y
sus espaldas recargadas en la canaleta y las pictografías de esa cara y las piernas
cruzadas o recogidas (esto último a consecuencia de la cercana presencia de una
columna que impide en ambos altares que las piernas se puedan estirar con
comodidad).

Esta explicación aclara dos de las dudas que le surgen a Alfonso Caso, una de
ellas es la función de la canaleta o reborde en la pared sur de ambos altares, que
Caso supone que es para depositar las ofrendas o los instrumentos de auto
sacrificio, por lo que de acuerdo a la versión de ser altares de iniciación, la
canaleta y en especial la parte semicircular sobre el altar, es donde se acomodaba
la cabeza del aspirante a Tecuhtli y parte de las espaldas sobre la canaleta de la
parte frontal del altar. (Figura 27)

La otra duda en Caso pero afirmación en Eduardo Noguera, sobre la función de


los altares como de sacrificio, queda totalmente desechada al ubicarlos como

104
altares de perforación de la nariz, para acceder al puesto de gobernante o
Tlatoque.

Otro punto que hay que mencionar de los alcances de esta investigación es la
forma en que van a dar datos que apoyan la tesis de García Payón, ya que
solamente cambian a los actores y la función queda intacta, quedando la misma
línea planteada por este investigador, de ser el lugar donde se perforaba la nariz,
por lo que deja de ser una función de la clase militar, para insertarse dentro el
evento político más importante de esas sociedades, la toma del poder.

Esta investigación iconográfica de estos dos colegas que llegó a esta conclusión,
no ha sido valorada en lo más mínimo y ha pasado desapercibida para la
comunidad académica, debido en primera instancia a que pocos investigadores
están metidos de lleno en esta problemática y los que llegan a tocarla, lo hacen
superficialmente sin cuestionar la información que investigan y la aplican a sus
trabajos, otra cosa que ayuda a que esta investigación de la iconografía de los
altares no sea conocida y por ende cuestionada o aceptada, es que los autores de
dicha propuesta, no profundizaron más en su investigación, dejándola enunciada.

Independientemente de no haberse seguido la investigación, la aportación de


estos dos investigadores a la problemática en referencia, son de primer nivel, ya
que reformulan los planteamientos de tres de los más grandes investigadores del
pasado mexicano y dejan abierto el camino para reinterpretar diferentes tópicos y
a otros precisarlos, como en el presente caso, ya que con esto tenemos un
segundo elemento que refuerza y amplia las investigaciones pioneras de García
Payón con respecto al edificio del Cuauhcalli y su problemática.

Hay un aspecto que distingue más a los sitios con altares de iniciación y ésta sería
su ubicación en el patrón de asentamientos del sitio. En un recorrido por el sitio de
Malinalco, el arqueólogo José Hernández Rivero preguntaba: si los altares de
Tizatlán presentaban la característica arquitectónica de ser un edificio que estaba
construido exclusivamente para albergar a los altares, como es el caso de

105
Malinalco. Ante esta pregunta tan evidente pero sin respuesta momentánea, se
procedió a checar este dato.

El edificio de Tizatlán es un espacio rectangular de 5.45 metros, de ancho por


11.20 metros de largo, al pie de los altares tiene cada uno una columna
semicircular y la cabecera tienen dos columnas igualmente semicirculares, una de
las cuales incide en cada uno de los altares. La existencia de estas columnas
sugiere un techado que abarcaba desde el suroeste donde se encuentra una
pared de adobe que corre de sur a norte doblando hacia el este, en el que se
encuentra la entrada con escalones. Por el sur tiene una banqueta rectangular
estucada con ladrillos, que corre de oeste a este y en la esquina sureste se une a
una más pequeña y baja, la que no cierra el espacio por ese lado. Por lo
anteriormente referido es evidente que los altares de Tizatlán, se encuentran como
sugiere Hernández Rivero como un edificio autónomo o sea una estructura
dedicada ex profeso a esta función, independiente del Teocalli y del Tecpan del
sitio. (Figuras 28 y 29)

FIGURA 28.- PERSPECTIVA QUE MUESTRA LAS FIGURA 29.- PERSPECTIVA QUE MUESTRA LAS
COLUMNAS QUE SOSTENÍAN EL TECHO DE LA COLUMNAS QUE SOSTENÍAN EL TECHO DE LA
ESTRUCTURA, DONDE SE OBSERVA QUE ES UN ESTRUCTURA, DONDE SE OBSERVA QUE ES UN
EDIFICIO INDEPENDIENTE EDIFICIO INDEPENDIENTE

La presencia de este edificio debe de ser revaluado a la vista de los nuevos datos,
ya que su presencia es determinante en el patrón de asentamientos, debido a que
es el sitio o lugar donde se otorgaba la nariguera y que de acuerdo a la

106
información sobre este tema, solo unos pocos sitios podrían tener la presencia de
un Cuauhcalli, cuestión que ha sido corroborada por la arqueología, ya que
solamente dos sitios se han encontrado con evidencias irrecusables de ser el
edificio en cuestión es un Cuauhcalli. Dentro de la arqueología Mesoamericana
los sitios de Malinalco y Tizatlán son los únicos que se puede afirmar que
contienen estructuras o altares de iniciación, este número es obvio que es muy
bajo en el amplio territorio de Mesoamérica y dado que este tema poco se ha
trabajado en el ámbito académico, la información que se está produciendo podría
ser más concreta y con mas evidencia que la existente.

Lo ideal sería el detectar otro sitio en cualquier parte de Mesoamérica lo que nos
ampliaría de manera exponencial el conocimiento que se tiene de este tipo de
sitios, podemos suponer por la información histórica con alto grado de precisión, la
existencia de altares de iniciación en Cholula y obviamente en México
Tenochtitlán. Es por eso que se analiza la tesis doctoral de López Lujan donde
aborda este problema.

4.7.- EL CUAUHCALLI EN MÉXICO TENOCHTITLÁN

Con esta información se puede plantear la existencia de estos sitios con altares
van a corresponder a lugares que tenían un cierto dominio político en un área
dada, aglutinarían de alguna manera un número de sitios en diferentes territorios y
de filiación étnica diferente, serian algo así como sitios rectores. Con esta
condicionante se supone con un alto grado de certeza de que podemos hablar de
sitios que tuvieron altares de iniciación, aunque no hayan sido localizados restos
arqueológicos determinantes, por lo tanto se puede plantear sin duda que los sitios
de Cholula en Puebla y México Tenochtitlán al menos, eran lugares que otorgaban
el poder, ungían a los Tecuhtli en los altares. Es por eso que es de esperarse la
aparición de estructuras con elementos que puedan indicar que esas son los
elementos que nos permitan hablar de la existencia física del edificio donde se
llevaba a cabo la ceremonia de ungimiento. Al tenerse información precisa y
certificable de dos sitios con una función específica y de una importancia capital
en la sociedad mesoamericana, se ha buscado o esperado la aparición de más

107
sitios con este edificio y sus altares a lo largo y ancho de Mesoamérica, cosa que
no ha sido productiva.

Basados en este planteamiento de que el edificio del Cuauhcalli, se va a encontrar


presente únicamente en los sitios rectores, en el caso de México Tenochtitlán su
existencia está más que asegurada y de acuerdo al patrón de asentamientos del
sitio rector de Tizatlán descrito por Muñoz Camargo, el cual estaba dividido en dos
áreas claramente delimitadas, una civil y otra religiosa, en el caso de México
Tenochtitlán, el Cuauhcalli debería de ubicarse fuera del área que ocupaba el
Teocalli principal, por lo que de acuerdo a la actual ubicación de la Catedral
Metropolitana, la que obviamente sustituyo al Teocalli, ocupando su espacio físico,
tal como sucedió con el Teocalli de Tizatlán, esta sería el área ceremonial y por
ende el edificio del Cuauhcalli estaría ubicado alejado del Teocalli en el espacio
correspondiente al Tecpan en la llamada zona o área cívica y por ende fuera del
espacio religioso.

La excavación de un edificio cercano al Templo Mayor, donde los investigadores


de acuerdo a los elementos descubiertos la designan con él término de Casa las
Águilas y aunque no hablan de ser el lugar donde se perforaba la nariz, la
conclusión es que en este lugar se llevaban dos de las más importantes
ceremonias del principal gobernante y una de ellas se refiere a la ceremonia
previa a la entronización, algo que se corresponde con el ayuno de los Tlatoque,
que como se menciono anteriormente es el preámbulo a la perforación de la nariz
y la otra es la velación del cuerpo del gobernante que fallece.

Poco es lo que de manera particular se conocía de los trabajos en el zócalo de la


Ciudad de México, es por eso que ante la publicación de la tesis doctoral de
Leonardo López Lujan en el 2006, intitulada La Casa de las Águilas, se asoció al
término Cuauhcalli utilizado por García Payón para Malinalco, pero al analizarse
esta tesis el autor nos aclara, que al explorase este edificio, los arqueólogos la van
a denominan la Casa de las Águilas, como un nombre ocasionado por la aparición
de seis cabezas de águila empotradas en este edificio (Figura 30).

108
FIGURA 30.- LA CASA DE LAS ÁGUILAS DE MÉXICO TENOCHTITLÁN Y SU ACCESO FLANQUEADO
POR ESCULTURAS DE CABEZA DE ÁGUILA

La continuación de las exploraciones deja al descubierto en el interior del edificio,


seis figuras de un tamaño respetable de barro, dos de las cuales son de
personajes vestidos con atuendo de las águilas. Este nuevo dato no solo apoya la
denominación anterior, ya que permite llamarlo ahora con esta otra nueva
información como la casa de los guerreros águilas, relacionado directamente con
el Cuauhcalli.

Ante esta situación de haber sido denominada de varias maneras la función de


esta estructura, López Lujan va a buscar la otra manera de explicar la función de
dicho edificio con los elementos a su alcance, ya que considera inadecuadas las
que han sido propuestas y de ellas se hace notar la de Eduardo Matos a la cual
refuta diciendo que:

Desde nuestra perspectiva, varias razones de peso hacen que la hipótesis


dada a conocer por Matos y complementada por De la Fuente no sea
viable. En lo que toca a los datos de excavación reiteramos que –salvo los
trajes de águila—no existen suficientes evidencias para demostrar con
toda certeza que las esculturas encontradas en la entrada del cuarto I
representan militares. Tampoco vemos, como lo insinúa Matos, los vínculos
directos que la orden de los Cuauhtli Ocellotl pudieran tener con las
imágenes de divinidades esqueléticas o con las procesiones de guerreros
toltecas. (López, 2006: p. 273).

109
Lo más interesante de la manera en que López Lujan entierra la propuesta del
profesor Matos, planteando que para ser considerada como un edificio o recinto de
la orden militar de los Cuauhtli-Ocellotl, arqueológicamente no hay evidencia de la
presencia del Ocellotl, como contraparte o complemento del Cuauhtli, por lo que
plantea lo siguiente:

Además, frente al hallazgo en nuestro edificio de dos imágenes de


hombres-águila, de dos esculturas en forma de cabeza de águila y de
esqueletos de águila, nos parece intrigante la ausencia total de los
elementos que usualmente complementan el simbolismo propio de la
ideología guerrera mexica: por un lado del jaguar, es decir, el otro animal
que sirvió de emblema a la congregación militar de los Cuauhtli Ocellotl.
(López, 2006: p. 273).

A pesar de no ser propiamente un Cuauhcalli, los resultados que nos presenta el


doctor López Lujan nos habla de que en este lugar el gobernante en cuestión al
que identifica como monarca o en el mejor de los casos como Tlatoani, llevaba a
cabo dos actos determinantes en su vida, al menos uno de ellos es la ceremonia
previa a la toma del poder y esta es el ayuno previo a la toma del poder, que como
veremos más adelante está íntimamente relacionada a la perforación de la nariz y
por ende a los altares de iniciación.

El investigador procede a establecer a que edificio va a corresponder esta


estructura, dentro del recinto ceremonial o religioso, por lo que lo identifica como el
Tlacochcalco o Tlacateco,:

En nuestra investigación hemos comparado detenidamente los datos


arqueológicos de La casa de las Águilas con las hipótesis modernas
relativas a su función y con los textos del siglo XVI sobre las numerosas
construcciones del recinto sagrado. Tras un largo análisis hemos llegado a
la conclusión de que el Tlacochcalco-o-Tlacatecco es el edificio que
presenta mayores analogías con la evidencia material. De acuerdo con las
fuentes escritas, este era un escenario ritual en el que tenían lugar dos

110
ceremonias de primerísimo nivel: la velación de dignatarios de alto nivel y
la penitencia del tlatoani previa a su entronización. (López, 2006: p. 275).

Esta definición de la estructura como un lugar donde el gobernante principal, en


este caso el Tlatoani, hacía dos ceremonias significativas, siendo estas el primer y
el último acto de su existencia como el máximo dignatario. Como el autor dice esta
conclusión es llevada a cabo con el análisis del material arqueológico y la
información de las fuentes, donde el registro arqueológico proporciona la
existencia de elementos con una cierta tendencia a identificarlos con el grupo en el
poder, como es el caso de la existencia de las cabezas de águila, las dos
esculturas con personajes con traje de águila, a los que se le van a añadir las
banquetas con relieves de personajes en una procesión (Figuras 31 y 32)

FIGURA 31.-PERSONAJE VESTIDO FIGURA 32.- UBICACIÓN DE LAS ESCULTURAS CON


CON UN ATUENDO COMPLETO ATRIBUTOS DEL CUAUHTLI SOBRE LAS BANQUETAS CON
DE UN CUAUHTLI O ÁGUILA RELIEVES, FLANQUEANDO LA ENTRADA DEL CUARTO I

Asociados a estas dos figuras, en la excavación se localiza la existencia de cuatro


esculturas de personajes descarnados y con los huesos de las costillas expuestos,
siendo lo más notable la existencia de ciertos órganos, que el investigador
identifica como el hígado y la vesícula biliar.

111
Estas cuatro figuras son asociadas a la deidad que ha sido denominada como
Mictlantecuhtli, el cual ha sido asignado a la región del inframundo y más
coloquialmente como dios de la muerte, por los atributos anteriormente
mencionados (Figura 33).

FIGURA 33.- PERSONAJE CON ATRIBUTOS DE MICTLANTECUHTLI

Lo notable de estas esculturas que han sido denominadas como Mictlantecuhtli, es


su desproporción anatómica, en las manos y la cabeza, donde ambas pierden la
similitud con el cuerpo humano, lo que aunado a la exposición de las vísceras y el
frente de la caja del tórax, lo lleva a un plano suprahumano, de tal manera que no
es un personaje terreno, a diferencia de su contraparte de las figuras con atuendo
de Cuauhtli, donde la única desproporción visible es la cabeza.

La información que nos presenta dicho autor, de los materiales arqueológicos que
le permiten llegar a esta conclusión, lo notorio es la ausencia de otros elementos
arqueológicos entre ellos el del Ocellotl, contraparte y complemento del Cuauhtli,
permite objetar de manera tajante esta conclusión, ya que si hablamos de que en
este lugar tenía lugar dos de las ceremonias determinantes en la vida del Tecuhtli,
es de esperarse que deberían estar presentes los símbolos de este rango, puesto,
posición etcétera, siendo lo mismo que le cuestiona a Matos y De la Fuente, de no
estar presentes ambos elementos, el Cuauhtli y el Ocellotl, por lo tanto, lo mismo

112
se aplica a su tesis, no hay elementos concretos que representen al Tlatoani o por
decirlo mejor al Tecuhtli.

El primer desliz que se incurre en esta investigación es minimizar la importancia


del gobernante principal, ya que si este personaje es el eje de la explicación, al
menos se debería de haber analizado más a fondo la controversia entre el
monarca, emperador o Tlatoani y los llamados Tlatoque o Tecuhtli, y no dar por
hecha esta división tácita entre estas dos clases de personajes. Paralelamente a
esto se ubica dentro de la corriente que considera que el Cuauhtli y el Ocellotl
como símbolos militares de alto rango. Al señalar las imprecisiones que presenta
esta investigación obedece más que nada considerar de manera diferente la
composición del sistema político de esa época y en particular de su principal
personaje, es decir, el gobernante de más alto rango en estas sociedades.

Esto que debiera de haber sido una excelente oportunidad de tener evidencia
arqueológica de otro sitio relacionados directamente con estos altares de
iniciación, al analizarse la información que se da de este sitio en el zócalo
capitalino, los resultados obtenidos fueron en el sentido de que no hay elementos
arqueológicos precisos que sostengan que en este lugar se llevara a cabo la
primera ceremonia del Tecuhtli, es decir el ayuno o penitencia previa a su
ungimiento como dignatario.

En la dualidad mexica se tiene a un personaje vestido con un traje de Cuauhtli y


su contraparte es otro personaje descarnado al que se le refiere obviamente al
Mictlan, este último personaje es en sí un protagonista descarnado, a diferencia de
los vestidos como Cuauhtli que son gentes o personas. Esos serian los símbolos
que se detectan y se basan en ellos para declarar esta función de ser éste el lugar
de la primera y última ceremonia del monarca, por lo que con el estudio de fuentes
históricas y registro arqueológicos llegan a esta conclusión forzada.

La dualidad expresada con toda firmeza y por ende innegable, se da


principalmente en el sitio de Malinalco, donde la presencia del Cuauhtli y del
Ocellotl es de una importancia capital, por lo que pueden ser considerados como

113
los símbolos. La presencia del Cuauhtli y el Ocellotl en Tizatlán está representada
en el altar oriente y no muestra la misma magnificencia que Malinalco, pero están
presentes. Esta sería el binomio que se encuentra en el registro arqueológico de
estos sitios, la que se contrapondría a la que se localizó en México Tenochtitlán.

Con la concatenación de los datos arqueológicos e históricos, se puede observar


que el lugar excavado por López Lujan no presenta los elementos arqueológicos
que aseveren la función de ser ese el lugar donde el futuro gobernante llevaba a
cabo el ayuno previo a recibir el mando, ya que como hemos visto la información
de las fuentes y en particular de la historia Tolteca Chichimeca, tanto en el acto del
ayuno como donde se le perforaba la nariz al personaje, se encuentran
representados el Cuauhtli y el Ocellotl, siendo que la presencia de estos animales
no es aleatoria cumplen un papel de vital importancia, a tal grado que en el acto
del ayuno estos son los que les dan de comer y de beber a los aspirantes.

Lo más notorio es que la representación gráfica tanto en las fuentes documentales


como en el registro arqueológico, estos animales son totalmente zoomorfos, a
diferencia de la representación del Cuauhtli en figuras de cerámica de personas
vestidas con atuendo de este animal en México Tenochtitlán, este dato se
sobrepone de manera significativa a la presencia de las demás piezas con esta
figura. A esto habría que agregar que las representaciones de estos dos animales
símbolos en los altares de Malinalco y Tizatlán, se encuentran dentro del edificio y
lo más notorio que dichos animales se encuentran integrados como elemento
principal en el edificio, como en Malinalco y como imagen pictográficas en uno de
los altares de Tizatlán. A este caso podemos agregar en cuanto a la forma de
estos animales, que en Malinalco son totalmente zoomorfos, tanto el Cuauhtli
como el Ocellotl, mientras que los de Tizatlán presentan una posición erguida a la
manera de los seres humanos.

Es por estas razones en este lugar no pudo llevarse a cabo al menos de una de
las ceremonias descritas, el ayuno previo, o como dice el investigador “la
penitencia del tlatoani previa a su entronización. (López, 2006: p. 275)”, por la falta
de un elemento que está asociado directamente con otro, el Cuauhtli y el Ocellotl,

114
los que son un binomio donde uno no puede existir sin el otro, son la dualidad que
dan legalidad y orden al universo político mesoamericano, confirman el ascenso al
poder de los gobernantes mesoamericanos, por lo que se usaron como elementos
contrastantes la presencia del Cuauhtli y el Ocellotl, pero ubicándolos como
símbolos ideológicos.

Por lo que corresponde a la función de ser el lugar de la velación del cadáver del
dignatario y gentes principales, presenta la misma debilidad que la situación
anterior, no hay elementos arqueológicos suficientes para garantizar el ejercicio de
esa función, por lo que respecta a la información de las fuentes sobre este tema,
de acuerdo a la propuesta o tesis, sobre quien era el gobernante principal y que en
este caso se falsea la definición o conceptualización de la versión eurocentrista
que lo define como un gobernante por lazos consanguíneos y en contraposición se
plantea la existencia de una clase gobernante, donde existe la figura del
gobernante principal o supremo, por tal razón la información de estos documentos
sobre la ceremonia fúnebre del gobernante, queda igualmente en duda al negarse
la existencia de este tipo de gobernante. Por lo que el tema de la muerte y el
ceremonial que conlleva del gobernante no se discute en el presente escrito.

El haber hecho una descripción más o menos detallada de los sitios arqueológicos
reportados con altares de iniciación, es con el fin de hacer notar la intima relación
que hay entre el gobernante principal y los animales Cuauhtli y Ocellotl,
representado muy notablemente en Malinalco, con la existencia en este sitio de
tres Cuauhtli y un Ocellotl, estos datos arqueológicos nos permiten usar con un
grado de precisión alto, la existencia del Teuhctli como el nombre o designación
del personaje con la mayor jerarquía en el gobierno y por ende en la sociedad, así
mismo a los animales Ocellotl y Cuauhtli se dejan de considerar como nombre de
una jerarquía militar por más alta que ésta sea, para el presente caso los datos los
ubican como símbolos ideológicos, debido a su más que notorio protagonismo,
son el elemento central de esta ceremonia, ya que son estos elementos animales,
no solo los que confirman el acceso a la clase en el poder, sino que la legalizan y
legitiman como tal, es decir como la clase gobernante.

115
CAPITULO 5: EL CUAUHTLI Y EL OCELLOTL,
COMO LOS SÍMBOLOS IDEOLÓGICOS DEL
SISTEMA POLÍTICO MESOAMERICANO
El tercer elemento es el que le da el sustento suficiente para la construcción de
este modelo, ya que en sí, los dos componentes anteriores (el Tlatocayotl y la
clase de los Tlatoque) es algo que la corriente tradicional retoma y por ende los
investigadores los contemplan en su esquema teórico, en este caso solo se difiere
en la posición del Tecuhtli en el esquema del sistema de gobierno. Por lo que
respecta al tercer componente ha sido reubicado en el mismo plano de la
superestructura de estas sociedades, donde su nueva función es la de ser
símbolos ideológicos que legalizan y legitiman el acceso al poder, estos son el
Cuauhtli (águila) y Ocellotl (felino). Como se puede observar en este punto hay
una marcada diferencia con la corriente tradicional, ya que si bien los consideran
como parte de la superestructura, los encajonan de tal manera que los remiten a
un plano mítico y en lo que respecta a su posición en el ámbito gubernamental de
estos dos animales, los ubican como categorías militares, los famosos guerreros
Cuauhtli y Ocellotl.

Por tal razón, aunque se reconoce que estos animales funcionaron de alguna
manera en estos aspectos y en otros más, podemos decir que su función principal
es la de ser símbolos que rigen las relaciones sociales, que en el presente caso se
ubican en el ámbito político y por lo que respecta a las cuestiones ideales de ser
una dualidad, oscuridad-claridad, frio-caliente, tierra-cielo, día-noche etcétera,
quedan supeditados a la función como símbolos que rigen el acceso al poder,
determinando la posición del gobernante o gobernantes en la esfera política, tanto
al interior, como con las demás sociedades integrantes de Mesoamérica. Esto esta
ejemplificado con claridad en la Historia Tolteca Chichimeca.

En el folio 21r, (Figura 2) además del cuadrángulo con cuatro entradas, formando
contornos que asemejan ser una trama o tejidos de alguna planta, dentro de ella
están los tepilhuan en dos ceremonias el acto de comer maíz y la perforación

116
nariz, en esta escena en la parte superior donde se forma una entrada y donde
entran un camino de huellas de pie humanas, se encuentra una escena que llama
la atención de ser los dos animales Cuauhtli y Ocellotl, los dos símbolos rectores o
titulares que son representados como uno solo, ubicados de tal manera que
comparten el mismo espacio, con la particularidad de ambos están amalgamados
de tal manera que forman uno solo y de esta manera presiden esta parte del
ceremonial como el cuauhtliocellotl, esta imbricación es la que rige este momento,
de tal manera que es lo que legaliza y legitima el acceso a la clase de los
Tlatoque, siendo el momento definitorio al serle perforada la nariz. (Figura 34)

FIGURA 34.- DETALLE DEL F21r DONDE SE REPRESENTA AL CUAHTLIOCELLOTL (HTCH)

Aunque si bien, tenemos en el registro arqueológico e histórico la existencia de


estos dos símbolos, asociados al ceremonial de los Tlatoque de manera separada,
tal como lo ejemplifica la Historia Tolteca Chichimeca en el ayuno de los Tlatoque
en el F20r (Figura 1), por lo que respecta a la superposición de estos dos
símbolos, la información arqueológica conocida es escasa y por lo mismo
significativa. Existe la información de las Doctoras Gabriela Uruñuela y Patricia
Plunket, las cuales proporcionan información en su trabajo de 1992 relacionado
con la escultura del Valle de Atlixco Puebla, sobre un monolito localizado en
Huaquechula a principios del siglo XIX, describiéndolo de la siguiente manera: “La
pieza mide aproximadamente 1.50 de largo por 1.50 de diámetro, y representa la
yuxtaposición de dos animales: una águila posada sobre un jaguar, de tal manera
que la cabeza del jaguar puede verse emergiendo del pecho del águila”. (Uruñuela

117
y Plunket 1992, p. 41). Junto con estos elementos mencionan otros existentes en
este monolito, como son un corazón con tres volutas atravesado por un dardo, así
mismo en la parte posterior hay un Chimalli o escudo redondo y debajo cuatro
dardos y en su parte superior y del lado izquierdo se encuentra un atlatl, rodeado
por plumones, donde salen dos plumas. (Figuras 35 y 36). Esta superposición de
estos dos símbolos en esta piedra, aunque no es igual a la de la Historia Tolteca
Chichimeca, es evidente que comparten un mismo espacio.

FIGURA 35.- FOTOGRAFÍAS DEL MONOLITO DE FIGURA 36.- DIBUJOS DEL MONOLITO DE
HUAQUECHULA PUEBLA (Tomado de las HUAQUECHULA PUEBLA (Tomado de las
Doctoras Plunket y Uruñuela 1991-1992) Doctoras Plunket y Uruñuela 1991-1992)

FIGURA 37.- CERÁMICA DE TLALTELOLCO

118
Existe además una pieza cerámica de Tlaltelolco en la Ciudad de México, la cual
presenta a estos dos símbolos, espalda con espalda y solo una porción menor de
sus cuerpos se comparte, pero se puede decir que no hay una separación física.
Aunado a esto podemos agregar que el dato coincidente en estas tres
representaciones, es la orientación de las cabezas de ambos símbolos, es cada
uno viendo hacia un lado diferente. (Figura 37).

Por tal razón estos elementos confirma la existencia en Mesoamérica de esta


imbricación de los símbolos como un solo elemento; el Cuauhtliocellotl, alejando
las sospechas de ser de creación o invención colonial.

La existencia de esta amalgama entre estos dos animales símbolos, es el punto


medular para entender la organización política de las sociedades que habitaron
Mesoamérica, ya que en el folio 20r, hay una clara división entre estos dos
animales, cada uno en un lado específico a la derecha o izquierda y que esta
situación ubica a cada uno de los aspirantes en dos ramas o facciones, asociadas
al Cuauhtli y el Ocellotl, en una situación de separación, que indican oposición y
como consecuencia sus relaciones van a ser de confrontación. En folio 21r ambos
animales simbólicos están unidos como uno solo, presidiendo el acto principal, el
otorgamiento de la nariguera a los tepilhuan, los cuales, una parte era de
ascendencia Ocellotl y la otra Cuauhtli, por lo que en ese momento desaparece la
división creada en el ayuno y en esta todos los que van a ser perforados son
asistidos por los dos animales, sin importar su adscripción previa.

Esta identificación de este aspecto superestructural de estos dos símbolos, como


el elemento que rige o norma las relaciones entre sociedades, así como al interior
de ellas, la información relacionada a este tema, se traslado hacia la ubicación de
símbolos subalternos en la clase gobernante, de tal manera que para el presente
caso se logró detectar que ciertos símbolos asociados al ritual, trascienden ese
espacio y se conjuntan en el plano político, de tal manera que en la cúpula
gobernante existían diferentes divisiones representadas por un símbolo específico.
Esta información se presentó un planteamiento inicial y esta publicada de manera

119
digital en las memorias del III Congreso de Folklore y Tradición oral en
Arqueología del 2014.

5.1.-TEZCATLIPOCA Y MICTLANTECUHTLI COMO SÍMBOLOS EN LA


COMPOSICIÓN DEL ESTRATO GOBERNANTE

De los símbolos que tenemos información histórica y arqueológica que se


correlacionan, de tal manera pueden ser asignados a una parte de la clase
dirigente, se tiene con seguridad la existencia de Mictlantecuhtli y Tezcatlipoca; del
aspecto arqueológico los datos iníciales son del sitio de Tizatlán Tlaxcala, donde
en la clase gobernante de los Tlatoque, en su jerarquización se encontraban en la
cúpula dos segmentos con los símbolos referidos. El contexto donde se ubican los
símbolos de Mictlantecuhtli y Tezcatlipoca, está relacionado al ceremonial de
ascensión a la cúpula gobernante, en el rito de perforación de la nariz, en el caso
de Tizatlán su presencia se encuentra en los altares polícromos.

El Tezcatlipoca de Tizatlán (Figura 18), se encuentra al lado derecho del altar


poniente (visto de frente del lector, se encuentra de perfil y orientado hacia el
oeste y es un personaje con el cuerpo embijado de negro, con un faldellín y
maxtlatl y una tela azul acomodada de tal forma que termina en una punta, de su
cuello pende un collar circular de color azul, con cuatro elementos semicirculares
de color naranja u ocre, debajo de este sale otro atavío dividido en dos partes, la
primera es de color rojo y termina en un semicírculo amarillo y entre estas dos
partes, se encuentran dos círculos integrados el exterior blanco y del centro es
negro. De la espalda pende un artefacto cilíndrico del que sale una columna de
color azul que termina en tres puntas, con remates de franjas de color amarillo y
rojo. El tocado de la cabeza, es una tira de color rojo y en la parte superior se
encuentran tres elementos diferentes de color blanco, este tocado se continua
hacia atrás y termina cayendo hacia el pecho, de esta cinta en la nuca tiene un
símbolo que consiste en una media rueda del mismo color y acomodada en ella
una esfera de color azul con un centro, de la cual sale una voluta corta de color
amarillo. Su orejera es rectangular, casi cuadrada y tiene una franja negra que le
corre de la oreja a la nariz y en esta porta la nariguera rectangular sobre la punta

120
de la nariz. En la mano izquierda porta el chimalli y una bandera, en la derecha le
cuelga una bolsa o un Chitaco, así como en la mano tiene un elemento indefinido,
ya que se supondría que en esta debe de portar algún tipo de arma. El pie
derecho es el que es substituido por unos círculos, uno casi completo de color rojo
y dentro de este uno completo de color azul o verde.

La información arqueológica de la Cuenca de México, muestra a Tezcatlipoca


como el símbolo distintivo de los capturadores representados en los monolitos de
Tizoc y del Arzobispado, localizados en la antigua Tenochtitlán.

Lo característico de la iconografía de las piedras de México Tenochtitlán, radica en


el hecho de que todos los personajes vencedores representados, sus atributos son
similares, ya que en la mano derecha portan el chimalli y los dardos y con la
izquierda capturan al enemigo, portan un faldellín triangular y maxtlatl. Del cuello
pende un collar redondo de dos partes y en su exterior penden esferas,
haciéndose notar que son de mayor número las de la piedra de Tizoc, de este
collar pende una placa de aspecto rectangular. La orejera aunque es similar,
consistente en dos círculos y del centro sale un rectángulo, donde en la de Tizoc
es más largo y con más motivos, ya que la del Arzobispado da el aspecto de ser
una barra rectangular. En cuanto al tocado sobre la cabeza es similar en su forma,
solo hay una variación en la parte que se asienta en la cabeza, ya que en la de
Tizoc se observa que es una base rígida y en la del Arzobispado da la impresión
de ser un material suave o amortiguador, ya que esta seccionado, en partes muy
pequeñas y compactas, el objeto que es diferente en el tocado en la cabeza, es el
remate en la parte trasera sobre la nuca, donde la de Tizoc son tres círculos de los
que salen una voluta corta que se enrosca y otra más larga y extendida, en la
piedra del Arzobispado no se pudo precisar qué clase de elemento es. El pie que
es substituido por los círculos y las volutas, es el izquierdo.

Con esto se tiene la presencia de un símbolo común entre Tlaxcala y México


Tenochtitlán, debido a que estos símbolos se encuentran ubicados en elementos
usados en el ceremonial de acceso a la clase de los Tlatoque, en dos ceremonias

121
diferentes, pero estrechamente relacionadas, ya que el sacrificio va a ser un paso
obligado, para llegar a los altares a recibir la nariguera.

La imagen del personaje con atributos de Mictlantecuhtli en Tizatlán (Figura 17),


se encuentra de perfil con una orientación hacia el oriente, tiene el cuerpo pintado
de blanco con rayas blancas, un elemento atribuido a la deidad Camaxtli. Lleva
faldellín y se ven las puntas del maxtlatl, ambos de color azul o verde. Del cuello
pende un collar en forma de disco, compuesto por dos partes visibles, siendo el de
mayor dimensión la del exterior, que es de un color azul o verde, del que cuelgan
al menos tres esferas amarillas, el otro círculo es de color amarillo y de menor
tamaño. En la mano izquierda porta el chimalli y una bandera, en la derecha le
cuelga tres tiras de diferente composición, pero con colores similares que son
azules o verdes, rojos y amarillos, en cuanto a lo que respecta a lo que debe de
tomar con la mano, la pictografía esta borrosa y no se puede ver que objeto era.
En la cabeza lleva una máscara o casco que la cubre toda hasta el cuello y su
forma es de una calavera de color blanco, con una franja horizontal de la ceja a la
nuca, su color es negro, así mismo la orejera es redonda y al centro tiene una cruz
con extremos puntiagudos, le cuelga en su parte inferior dos tiras con la punta
hendida en dos. En la nariz lleva el cuchillo, pero en este caso no es rojo y blanco,
sino de color rojo y en la punta están dos esferas una dentro de la otra de color
rojo y blanco. El atavío de la cabeza es semicircular y se asienta sobre el cráneo y
sobre este están en primer plano cuatro pequeños cuchillos de color blanco y rojo,
o un componente similar, así mismo se encuentra otro elemento que en su parte
trasera es rectangular y al frente pierde esta figura. De esta parte se desprende un
elemento que llega hasta debajo de los hombros.

Sobre el personaje de Mictlantecuhtli, se encuentra información histórica en el


códice Nutall de la mixteca, donde se muestra a un personaje con atavíos de
Mictlantecuhtli asaeteando a un derrotado. La escena del Tlacacaliztli en este
códice, es la que va a presentar la información de que la imagen de la deidad
Mictlantecuhtli, era en la esfera política un puesto de alto rango en el sistema de
gobierno. En esta escena la estructura donde se amarraba al sacrificado, consta

122
de sólo dos peldaños y sin color, descansa sobre un rectángulo dividido en cuatro
colores, blanco, amarillo, azul y rojo el sacrificado presenta los mismos atributos,
que el del Temalacatl, en este caso al igual que en el códice Becker II, la sangre
del sacrificado cae hacia un elemento circular orlado de color azul y al centro una
cruz en un círculo de color amarillo. El sacrificador en una de sus manos lleva un
atlatl y en la otra el chimalli con dardos, su cuerpo está pintado de rojo, del que
cuelgan desde el cuello tiras de color rojo y blanco, presentando atuendos de color
amarillo combinado con el rojo, en el pecho y en el tocado sobre la cabeza y las
cintas en los tobillos. En este caso, el sacrificador porta sobre la cabeza una
cubierta con la imagen de un cráneo, con manchas redondas de color amarillo, en
la mandíbula y la nariz tiene color rojo, como la cinta que le amarra el pelo
ensortijado (Figura 38).

FIGURA 38.- EL SACRIFICIO POR FLECHAMIENTO, CÓDICE NUTALL (Tomado de www.famsi.org)

Este es el elemento que nos permite sugerir que dentro del estamento gobernante
uno de los puestos principales, estaba representado por uno o varios individuos y
dentro de su principal símbolo de poder se encontraban atributos de la deidad
Mictlantecuhtli y en este caso está cubriendo toda la cabeza, por lo que el dato
relevante ubica en esta parte del cuerpo, como el lugar donde se ponían los
principales elementos de poder que definían el tipo o lugar que ocupaban en la
estratificación del poder y que en el presente caso, los indicios tienden a ponerlo
en el escaño anterior para ser el Tecuhtli principal.

123
En este caso a pesar de lo escueto de la información, su solidez consiste en que
su origen es arqueológico, de tal manera que los conceptos de Mictlantecuhtli y
Tezcatlipoca, van a corresponder cada uno a un estrato de la clase gobernante y
de acuerdo a la información recabada sobre este tema, da indicios que dichos
estratos están dentro de los rangos más altos en el sistema de gobierno, por
consiguiente en el caso de Tlaxcala se pueden asignar a cada uno de estos
símbolos a un lado especifico de la composición de la estructura de la clase de los
Tlatoque y en este caso estos serían los más altos, antes del Tecuhtli principal.

Esta información de la existencia de este personaje que ha sido definido como la


deidad llamada Mictlantecuhtli, en este caso lo podemos ubicar como algo más
que eso, en este caso se le considerará un símbolo, ocasionado esto por el
contexto donde se ubica y que es un acto de índole civil, de tal manera que en
este caso son adscripciones a un símbolo dado, esto se aplicaría a la imagen del
Tezcatlipoca en este mismo altar, que a pesar de ser deidades comparten esta
función de ser insignias que formaban parte de la cúpula gobernante, tal como lo
muestra el códice Nutall, comparte protagonismo con un símbolo animal, donde en
el sacrificio por rayamiento los personajes llevan como distintivo a el Ocellotl.

El planteamiento de ser estos dos elementos símbolos de un estamento de la


clase gobernante, se encontró información que va en este sentido y en específico
al símbolo de Mictlantecuhtli, pero en este caso la información la va a proporcionar
el códice Cospi. La información de este códice consiste en la presencia de cinco
personajes cuyo elementos distintivo es el cráneo que cubre la cabeza, la
importancia de esta información consiste en que presenta un panorama que alude
a la guerra, de tal manera que los personajes que la componen se forma el
binomio conquistador-conquistado. Lo interesante es que en los vencedores, no se
presenta ningún otro personaje con un símbolo diferente. Con lo que se tiene a un
cierto número de Tlatoque vencedores, los que estaban asociados a un símbolo
dado, mientras los Tlatoque vencidos no comparten una simbología común.

Los Tlatoque representados con este símbolo, consiste en que todos ellos
conquistan a otros personajes o lugares con diferentes insignias. Son cinco las

124
representaciones donde existe un binomio de vencedor y vencido, algo similar a
las representaciones de las parejas en las piedras de Tizoc y la del Arzobispado.
En la lámina nueve hay dos escenas donde son representados asaeteados, como
símbolo de conquista dos personajes, portando ambos vencidos la nariguera del
Tecuhtli (Fig. 39). En la lámina diez, los lugares conquistados, son representados
por un Altepetl o cerro flechado y el otro es un Icpalli atravesado por el dardo del
atl-atl, este está asentado sobre las fauces abiertas de un ofidio, el monstruo de la
tierra o Tlaltecuhtli (Fig. 40). En el caso de la lámina once, solo se encuentra un
personaje, el cual le clava un dardo a un Ocellotl.

FIGURA 39.- LAMINA 9, CÓDICE COSPI (Tomado FIGURA 40.- LÁMINA 10, CÓDICE COSPI (Tomado
de www.famsi.org) de www.famsi.org)

FIGURA 41.- LÁMINA 11, CÓDICE COSPI (tomado de www.famsi.org)

125
Lo característico de los personajes que vencen, es que todos son de colores
distintos, teniendo la particularidad de que el tocado que sobre la calavera que
cubre la cara, es similar en todos ellos, donde existen unas ligeras variantes. En el
primer caso el personaje tiene el cuerpo rayado de rojo y blanco, los brazos son
de dos colores, en las manos de color rojo y del brazo hacia arriba de color negro
con dibujos y la calavera que cubre la cara es blanca con un círculo verde. El
segundo personaje está pintado de un verde oscuro, hasta la cabeza y de igual
manera que el anterior, los brazos son de color negro con dibujos en blanco y las
manos rojas. El tercero es un personaje que está pintado todo su cuerpo de color
amarillo y únicamente las manos son rojas, el cuarto su color es café, donde como
en los dos primeros sus brazos y sus manos van a estar pintadas con esos
colores. El último personaje es de color verde claro y al igual que el tercero solo
sus manos son de color rojo.

De estos cinco personajes, se puede inferir una jerarquización, donde es posible


determinar cuál de ellos es el de mayor importancia y en este caso, se puede
ubicar que el personaje inicial era el principal, el cual tiene las extremidades
rayadas de rojo y blanco, ya que tomando la simbología que porta en el cuerpo, se
notan dos atributos que lo diferencia de los otros cuatro. El primero es el símbolo
que se porta amarrado a la cintura, donde en cuatro de ellos tiene en la parte
trasera un remate con la cabeza de una ave de pico duro, faltando este elemento
en la primera figura, pero presenta en la parte delantera del maxtlatl, la salida de
dos ondulaciones, cosa que carecen los cuatro restantes. El segundo elemento
distintivo se da sobre la prenda que cubre el torso, donde el personaje diferente,
porta uno de mayor tamaño, a tal grado que queda cubierto desde abajo de las
rodillas hasta el cuello.

Debido a que la iconografía existente sobre la imagen del que ha sido designado
como deidad del inframundo o del Mictlan, un dios de la muerte, es bastante
extensa, por eso se tomo esta información, ya que la simbología es la más
apegada al tema de la composición del estrato gobernante.

126
5.2.- LOS MONOLITOS DE TIZOC Y DEL ARZOBISPADO Y SU RELACIÓN
CON EL ACCESO A LA CLASE GOBERNANTE

La información presentada anteriormente viene a consolidar la existencia de al


menos cuatro eventos relacionados con el acceso al poder, de tal manera que se
puede ya hablar o plantear que existía un ceremonial de los Tlatoque, obviamente
que había otras ceremonias además de las cuatro que son la de mayor
importancia. En el primer caso se tiene la ceremonia que se denomina el Ayuno de
los Tlatoque, la que consistía en acostarse en el mezquite o biznaga sagrada, para
que fuesen alimentados por el Cuauhtli y el Ocellotl, con esto estaban listos para
pasar al siguiente evento, el cual es la culminación, en cuanto a importancia del
ceremonial de los Tlatoque. De esta actividad solamente se cuenta con datos
históricos y se desconoce su existencia en el registro arqueológico, pero es un
elemento que no deja dudas de su presencia en este ceremonial.

El segundo evento es el que se llevaba a cabo en el Cuauhcalli edificio dedicado


exclusivamente al acto de la perforación tanto de la nariz, labio y oreja, para que
se le impusiera la nariguera, el bezote y la orejera, siendo la primera el símbolo
distintivo de la clase dominante denominada de los Tlatoque. Para esta ceremonia
la información se encuentra tanto en varios documentos históricos, así como en el
registro arqueológico y en este caso solamente se encuentran registrados dos
sitios en Mesoamérica, los cuales son más que suficientes para sustentar la
existencia de esta solemnidad.

La tercera ceremonia es la captura y el sacrificio de los Tlatoque, la cual se


realizaba en dos estructuras, una un monolito de piedra circular o Temalacatl
donde se llevaba a cabo el sacrificio por rayamiento o Tlauauanaliztli, la otra era
un estructura de madera denominada Quauhzatzaztli, donde se flechaban a los
vencidos aspados en este aparato, este sacrificio era llamado Tlacacaliztli.

La cuarta parte del ceremonial detectada, es el acto que se lleva a cabo, donde los
recién electos Tlatoque, son despedidos por los Tlatoque del sitio donde fueron
investidos, con músicos, de esta ceremonia podemos decir con seguridad que es

127
la que cierra todo el ceremonial de los Tlatoque y como se ha mencionado, son
varias y diferentes las partes que conforman este ceremonial, son las únicas
detectadas con seguridad.

De los avances colaterales a estos símbolos ideológicos, pero no por ello menos
importantes, se presentan a continuación, diversos resultados obtenidos en la
investigación y que como se advirtió son derivados del tema de los símbolos
ideológicos, donde se observa en la información del apartado anterior, la
existencia de dos símbolos usados por una facción de los Tlatoque, los que se
encuentran relacionados al Temalacatl y al Cuauhxicalli. De tal manera que esta
información, cambia drásticamente la dirección que se llevaba a ser considerado
como un sacrificio religioso a uno de índole política.

Para llegar a este dato se recurrió a los dos monolitos circulares de México
Tenochtitlán, conocidos como la piedra de Tizoc y la del Arzobispado, de tal
manera que se expusieron resultados parciales en dos ponencias, una en el 2013
y otra en el 2014, así que se toman los datos relevantes de ambos eventos, para
dar un panorama de cómo han sido investigados o citados desde inicios de la
colonia y reforzar la función de ambos monolitos como un Temalacatl y un
Cuauhxicalli, donde se contradice que fuese este acto un ceremonial religioso
dedicado a una cierta deidad y son en realidad elementos usados en el ceremonial
de los Tlatoque, resolviéndose a su vez la temporalidad de los monolitos.

Lo anterior aunado a la ubicación de estas cuatro partes del ceremonial, han


permitido un avance substancial en el tema del sistema de gobierno, de tal
manera que se ha conseguido formular una interpretación a la información
concerniente al número de integrantes del Tecpan de Tenochtitlán.

5.2.1.- LA PIEDRA DE TIZOC

La Piedra de Tizoc, cuenta con un registro histórico desde la caída de México


Tenochtitlán. Los investigadores López Austin y Lujan (2010), relatan acerca de
cómo aparece y sigue un camino algo tortuoso, plantean que su primera salida a
la superficie, fue cuando se excavaban zanjas para una nueva catedral, la cual fue

128
vista por Duran (Figura 42) y Sahagún (Figura 43), posteriormente fue enterrada,
lo que detuvo en parte su destrucción.

FIGURA 42.- EL TEMALACATL (Duran, 1984) FIGURA 43.- EL TEMALCATL EN SAHAGUN


(Tomado de http://www.wdl.org/)

Posteriormente es enterrada y es encontrada de nuevo en 1791, siendo a partir de


este momento que se inicia un interés por la interpretación de este monumento.
No es hasta la llegada del inglés Bullock en 1823, que la piedra de Tizoc va a
quedar definitivamente expuesta al público, pasando por diferentes lugares, los
cuales son descritos por estos autores hasta llegar a su actual ubicación en el
Museo Nacional de Antropología (Figura 44).

FIGURA 44.- LA PIEDRA DE TIZOC EN EL MNA

Hay que mencionar que este elemento ha sido plasmado en diferentes códices de
manufactura colonial como son el Magliabechi, el Veytia, el Tudela y Tovar
(Figuras 45, 46, 47 y 48). Así como en el códice Ixtlilxóchitl, el cual es similar al
Veytia, por lo que la información es bastante amplia para este elemento, algo que

129
indica la importancia en la sociedad mesoamericana de la ceremonia que en él se
efectuaba. De estos códices coloniales en cuatro se encuentra representados los
círculos pequeños, en torno a un círculo mayor y en ninguno se muestra el objeto
al cual se amarraba el mecate y se agrega que en el Tudela al sacrificador lo
identifican como el principal de México y al futuro sacrificado como un esclavo.

FIGURA 45.- TEMALACATL EN EL CÓDICE FIGURA 46.- TEMALACATL EN EL CÓDICE


MAGLIABECHI (Tomado dewww.famsi.org)
VEYTIA (Tomado de www.cervantesvirtual.com)

FIGURA 47.- TEMALACATL EN EL CODICE FIGURA 48.- TEMALACATL EN EL CÓDICE


TUDELA TOVAR (Tomado de http://www.wdl.org/)

La piedra de Tizoc ha sido analizada a partir de dos líneas principales de


investigación, una relacionada a la utilidad del monolito y la otra con en análisis
iconográfico de los glifos toponímicos, dos temáticas centradas en la descripción
de la piedra y su función como parte importante del sacrificio por algunos
denominado gladiatorio. En su parte lateral se encuentra la representación del
vencedor sujetando del cabello a sus cautivos quince veces, de las cuales catorce

130
son similares, salvo el personaje central que se distingue al portar un tocado con
forma de ave sobre la cabeza, identificado por los especialistas e investigadores
como el símbolo de Huitzilopochtli (Batalla Rosado, Umberger, López Austin.
Eduard Seler (López Austin 2006) identifica en los vencedores atributos a
Tezcatlipoca, referido por la existencia de las dos columnas de humo que
substituyen al pie faltante en la imagen. Pero hay un elemento que va a definir el
nombre y por ende su atribución a un gobernante en particular, siendo este el glifo
de una pierna, atribuido a Tizoc, atributo único que lleva este Tlatoani (Figura 49).

FIGURA 49.- EL TECUHTLI PRINCIPAL EN LA PIEDRA DE TIZOC MNA (Foto de Minda H.)

Los detalles de los personajes vencidos proporcionan rica información para la


interpretación del monumento, portan indumentarias distintivas, tocados en la
cabeza de tal forma que no hay uno que se repita, a diferencia de sus captores
que figuran ser el mismo personaje, también se puntualizara la relación que tienen
con los glifos que los identifica.

Este elemento se ha convertido con el paso del tiempo en el eje central, de las
investigaciones sobre este monolito, por lo que es como un paso obligado, el
análisis de dichos glifos. En lo que respecta a la interpretación de los glifos, hay
una coincidencia entre los investigadores en la identificación de nueve y
variaciones en seis de ellos, según el estudio de VanEssendelft (2011, 28),

131
situación parecida al desglose que hace Graulich (1992, 7). La lectura de algunos
investigadores que abordan la investigación en estos monolitos, se nota una
tendencia a centrarse en las pictografías y en particular en los glifos, cuestión que
solo dan datos ya conocidos y en ningún caso se aprecia información nueva o
relevante, como en el caso de los glifos que tienen variantes graficas, estas son
atribuidas a cuestiones de estilo.

Las investigaciones sobre el tema como sugiere Uremberg (1998), los enfoques
más recientes son los de Wicke y Townsend, donde él primero considera a las
figuras de los conquistados, como deidades de los sitios y que las escenas
representan a las conquistas de la sociedad mexica en general y no solo las de un
gobernante. El segundo ve en estas representaciones un cosmograma, donde la
expansión del espacio sagrado se ve en el territorial. Después del análisis
iconográfico e iconológico se expondrán los argumentos contradictorios a dichos
planteamientos y a los que se han hecho a lo largo del tiempo.

Con respecto a la funcionalidad de este monolito, Duran la reconoce como la


piedra del sol y Hernando de Alvarado Tezozomoc la designa como piedra de
sacrificio (López Austin y Lujan 2010). León y Gama niega que sea un Temalacatl
o Cuauhxicalli y piensa que es un monumento solar y las figuras de los costados
las ve como una celebración, un baile ritual. Guillermo Dupaix, la ubica como una
piedra triunfal, donde se observa la victoria sobre quince provincias o reinos.
Continúan los investigadores diciendo que, dos años después es de nuevo
enterrada y en este ínterin Alejandro Von Humboldt en su publicación la ubica
como un Temalacatl. Jesús Sánchez la consideró un monumento votivo, donde los
danzantes se llevan al sacrificio al fuego a los personajes capturados. Solo queda
agregar que Orozco y Berra la interpreta como un Cuauhxicalli, dejando de lado
que fuese un Techcalt o piedra de sacrificio, cuestión corroborada posteriormente
por Eduard Seler. (López Austin 2006).

Los investigadores contemporáneos las consideran tanto como un Cuauhxicalli,


así como un Temalacatl, pero recibe más menciones como un Cuauhxicalli (López

132
Austin y Lujan 2010, Wright Carr 2009, Uremberg 1998), esta consideración no ha
tenido fundamento para tal aseveración.

5.2.2.- LA PIEDRA DEL ARZOBISPADO

En 1988, situados en el patio del arzobispado, se realiza el hallazgo de un


monolito similar a la piedra de Tizoc a consecuencia del un salvamento
arqueológico, lo que permitió una excavación controlada, detectándose que no
estaba in situ, estaba colocada muy cercana a la superficie y asociada a material
colonial (Pedro Sánchez Nava. Comunicación personal).

Este descubrimiento despertó el interés de los investigadores ya que el gran


parecido que tiene con la piedra de Tizoc ayudaría a encontrar datos que
expliquen la ambigüedad de las interpretaciones, partiendo del análisis de los
glifos y las escenas de conquista de ambos monumentos y su correspondiente
secuencia.

Con respecto a los glifos en lo general coinciden con las interpretaciones iníciales
de la piedra de Tizoc y con las variaciones en su interpretación, Graulich (1992, 7),
aunque hay pocas variaciones son, atribuidas a cuestiones de estilo (Figura 50).

FIGURA 50.- PIEDRA DEL ARZOBISPADO (MNA)

La aparición de esta segunda piedra no logra aportar datos que hagan


corresponder a los glifos en los que hay una discrepancia y de alguna manera
como menciona López Austin, al analizar un glifo en particular:

133
¿Qué interpretaron los especialistas a partir del segundo hallazgo?
Simplemente, el problema específico continuó su trayectoria, abarcando
ambos monumentos; subsistió la diversidad de opiniones, y en algunos
casos apareció la indecisión cuando se tuvo que hacer el listado de las
conquistas (2006, 110).

La excavación de esta segunda piedra, y la similitud principalmente de los glifos,


siguieron y siguen siendo el tema principal de la investigación de los dos
monolitos, y dado que en la actualidad se podría decir que los problemas
originales de la definición de los glifos en poco se avanzado a pesar de existir dos
fuentes de información, una de ellas de reciente cuño, que al parecer creo más
preguntas, que las que resolvió.

5.2.3.- LA FUNCIÓN DE LOS MONOLITOS

La gran mayoría de los investigadores están de acuerdo, en que es más antigua la


del arzobispado y que por ende corresponde a otro gobernante, por lo que se
tendrían dos elementos de etapas diferentes con una función específica y que aún
se discute, si es un Temalacatl o un Cuauhxicalli, tal es el caso de la piedra del
arzobispado, donde los investigadores que la excavaron, la ubican con ambas
funciones, (Graulich 1992)

En el tema del personaje que está dedicada la piedra, la propuesta de Sánchez,


Padilla y Pérez Castro de ser del gobierno de Moctezuma I, cuestión con la que
Graulich está en desacuerdo, cuestionando su secuencia cronológica y que el glifo
xiuhitzolli no necesariamente representa a Moctezuma, por lo que lo ubica en el
gobierno de Axayacatl.

Esta observación de Graulich, sirve para plantear una interrogante con respecto al
monolito del arzobispado y que consiste básicamente en la ausencia de una figura
que muestre evidencias notorias de ser de un rango superior a los demás
integrantes de las parejas, que sería la existencia de un registro explicito de un
gobernante determinado, tal como sucede en la piedra de Tizoc. Esta ausencia de
un personaje sobresaliente y que los lugares conquistados se repiten en ambas

134
piedras y de los personajes vencedores representados tienen muy pocas variantes
perceptibles a simple vista, pudiendo mencionar en primer lugar el extremo del
penacho, en la muñequera en la mano que toma del cabello al prisionero y el
collar, variaciones que llevan diferentes personajes, por lo que no es posible
asignarlos, como rasgos distintivos del gobernante supremo.

Si a esto aunamos el contexto arqueológico en que fue excavada esta pieza, que
no estaba in situ y su contexto era colonial y los investigadores López Austin y
Lujan (2010), siguiendo la información de las fuentes, ubican a esta piedra como la
que se encontraba en el predio propiedad del conquistador Rodrigo Gómez, donde
posteriormente quedo dicho Arzobispado. También es mencionada por Duran, de
la cual dice la vio antes de ser enterrada. Esto abre la posibilidad de considerarlas
como contemporáneas, cuestión que debe de reflejarse en su función, ya que si
son contemporáneas y ambas funcionan como Temalacatl, o bien como
Cuauhxicalli, van a presentar problemas, ya que nos presenta una dualidad de
ceremonias, por tal razón es más viable asignarles funciones diferentes en el
mismo lapso de tiempo, por lo que la piedra de Tizoc sería el Temalacatl y la
piedra del arzobispado vendrá siendo el Cuauhxicalli. Esta determinación se toma
en base a los datos aportados por la piedra de Tizoc y que consiste en la
presencia de un personaje principal, esto aunado a que en la parte central
debería de existir un elemento que permitiese ser atada la soga o mecate, no
existen evidencias claras de la existencia de este artefacto en la piedra Sánchez
Padilla y Pérez Castro, menos probable es encontrarla en la piedra de Tizoc. Esta
función debe de ser argumentado con datos más concretos y para esto se
recurrirá a la información de las fuentes y los códices.

5.2.4.- LA VERSIÓN HISTÓRICA DE LA FUNCIÓN DEL TEMALACATL

La fuente a la que más se acude para hablar del sacrificio en el Temalacatl, es a la


de Diego Duran, donde la información de este misionero, a primera vista sería de
una certidumbre muy alta, ya que este vio y conoció la existencia de las actuales
piedras de Tizoc y del Arzobispado, donde dice que en una los sacrificaban (el
Temalacatl) y en la otra los terminaban de sacrificar (el Cuauhxicalli), de la primera

135
cuando escribe su obra, menciona que ya había sido enterrada y que se ubicaba
en la plaza mayor, junto a una acequia frontero a las casas reales. De la segunda
da datos concretos por tenerla a la vista (Figura 44), diciendo que era una batea
donde se recogía la sangre de los sacrificados en una pileta ubicada en el centro y
tenía un canal para que escurriera la sangre, dice que fue encontrado por las
obras de la catedral y que fue puesta en la puerta del Perdón (Duran, Tomo 1,
1984, p. 100).

Por esta razón la información de ser su función la de un Temalacatl o un


Cuauhxicalli, la opinión va enmarcarse principalmente en la descripción que hace
Duran (1984) en sus capítulo IX y X, de su Historia de las Indias, este autor lo
enmarca dentro de una festividad de un deidad en particular, siendo esta el Xipe
Totec, Tlatlauhqui Tezcal y a su fiesta denominada como el Tlacaxipehualiztli,
respecto a esta fiesta hace la mención de que en esta mataban más gente que en
ninguna otra, ya que era una fiesta general y pone de ejemplo que si ese día
morían unas sesenta personas en México, calcula unas mil para toda el área. De
igual manera el códice Magliabechi, en su página sesenta dice que este sacrificio
era llevado a cabo en la fiesta del tlacaxipehualiztli, donde sacrificaban prisioneros
en el Temalacatl.

Duran describe la fiesta de la siguiente manera, que cuarenta días antes, vestían a
un indio con los atavíos del dios para representarlo en ese lapso de tiempo,
diciendo que dicha fiesta se solemnizaban todos los dioses en una unidad (Duran,
Tomo 1 1984, p. 97), ya que el día de la fiesta sacaban a este indio y detrás de él,
menciona un total de ocho indios portando atributos de otros tantos dioses, de los
barrios más importantes, todos estos eran llevados a la piedra de sacrificio donde
se les extraía el corazón, para después pasar al desollamiento de dichos indios
imágenes.

La piel de estos se ponían a otro tanto de indios, vistiéndolos con las insignias de
cada uno de los dioses representados en este primer sacrificio, menciona que se
hacia un acto muy particular y que consistía en amarrar el pie derecho al izquierdo

136
hasta la rodilla del otro participante y de esa manera quedaban atados todos los
indios que portaban la piel y las divisas de las deidades que representaban.

Estos indios así amarrados eran llevados a un lugar llamado Cuauhxicalco, donde
se encontraban juntos el Temalacatl y Cuauhxicalli, la manera en que funcionaba
este sacrificio, consistía en que los indios capturados combatían sobre el
Temalacatl con armas sin filos, el objetivo era que fuesen rayados, rasguñados en
cualquier parte del cuerpo y sucediendo esto se daba por terminado ese evento y
el vencido era llevado al Cuauhxicalli para ser sacrificado por extracción del
corazón, esto le sucedía a todos los indios preparados para este sacrificio. Lo
característico del Temalacatl, es que del orificio del centro salía una cuerda que se
ataba al prisionero del pie, a la que denomina como centzonmecatl. Con respecto
a los sacrificadores, menciona en primera instancia, a dos personajes con divisa
de águila y a dos con distintivo de felino, aparte de estos venía un personaje
llamado león viejo, acompañados por otros cuatro vestidos de color blanco, verde,
amarillo y rojo, todos los cuales entraban a la ceremonia del sacrificio del
tlauauanaliztli que es el rayamiento, el señalar o rasguñar.

Esta información histórica, ha servido de base a los investigadores para explicar a


estos monumentos, ya que su solidez ha soportado el paso de los siglos y poco se
puede cuestionar, debido a la falta de más información sobre el tema en la Cuenca
de México, se da por sentado que el escrito de Duran es el que presenta como se
dijo información directa de la existencia de estas dos piedras, aunque nunca vio su
uso y solamente describe por sus informantes como se efectuaba esta ceremonia,
esto sería el punto débil de este relato. Para poder explorar esta debilidad se
procede a buscar información fuera del área de la Cuenca y para tal cosa, se toma
como fuente de contraste, en primera instancia la Historia Tolteca Chichimeca del
vecino valle poblano y como fuentes de respaldo a los códices de la mixteca.

El recurrir a estos documentos obedece en primera instancia a que presentan


información gráfica y escrita del uso del Temalacatl, en una ceremonia especifica y
que puede ser enmarcada dentro del ceremonial que se desarrollaba para acceder
a la cúpula del gobierno mesoamericano, tal como es sugerido por la Historia

137
Tolteca Chichimeca, ya que muestra a este sacrificio como un acto en que los
participantes, en el caso de los sacrificados son Tlatoque o gobernantes y los
sacrificadores son los que van a ocupar este puesto, el de Tlatoque.

Esta información producto de una fuente indígena, en contraste a la de Duran que


es la visión eurocentrista directa, apoyada en informantes indígenas y
documentos, es en sí el principal problema para apoyarnos en informaciones
foráneas, para la interpretación de la arqueología de la Cuenca y de manera muy
particular de Tenochtitlán, ya que los objetivos que llevaron a escribir estos
documentos, obedecen a intereses de sociedades opuestas; la indígena para
sobrevivir insertándose en el marco colonial y el misionero interesado en indagar
sobre la vida social de los indígenas, para de esta manera conocerlos y poder
detectar prácticas donde se adorase a las antiguas deidades.

En este caso la existencia del elemento arqueológico conocido como Temalacatl,


que se encuentran en la antigua ciudad mexica, con la existencia de dos posibles
elementos que reúnen requisitos de ser las piedras de sacrificio llamadas
Temalacatl y el Cuauxicalli, nos da la posibilidad de usar las fuentes del valle
poblano tlaxcalteca, para entender o explicar estos elementos, con la versión de
esta área. Por tal razón se hace un análisis de la Historia Tolteca Chichimeca,
para buscar datos que refuercen o contradigan las aseveraciones de Duran y con
ello precisar aún más su función como piedras del sacrificio por rayamiento o
Tlauauanaliztli, y el flechamiento o Tlacacaliztli.

Para enfrentar la problemática de estas dos piedras, se verá la manera en que son
descritas en la información histórica y en este caso será fundamental la Historia
Tolteca Chichimeca un documento de mediados del siglo XVI de Cuauhtinchan
Puebla, la información que presenta con respecto al Temalacatl, consiste en que
está relacionada a un evento específico y es el sacrificio de personajes de un alto
rango en la política y que son identificados como Tecuhtli, los cuales conforman
una clase, la de los Tlatoque, donde los sacrificadores van a acceder a esta clase.

138
Con este dato de ser el sacrificio en el Temalacatl, una ceremonia que va más allá
de lo religioso y se enfoca al aspecto político, referido al sistema de gobierno y por
ende al o los gobernantes y que como nos indica la información esta promoción
política, era posible por haber sido vencedor en una guerra de un alto nivel. Este
dato redimensiona la función del Temalacatl, por lo que es necesario analizar en
esta fuente el pasaje anterior a la mención de los sacrificios.

5.2.5.- LA HISTORIA TOLTECA CHICHIMECA

Por lo que se iniciara cuando los Tolteca Chichimeca, después de su salida de


Tula ocasionada por su separación de los Nonoalca Chichimeca y en su derrotero
llegan al valle poblano y en particular a Cholula y son aceptados por los olmeca
xicalanca, que eran gobernados por los Tlatoque Tlalchiach Tizacozque ubicado
en Tecaxpan Tlatzintlan y el Aquiach Amapane gobernaba en Tlachiualtepetl y
además mencionan a otros ocho Tlatoque y sus respectivos sitios, siendo estos:
mixtoma en Axocotitlan, Chichiyahua estaba en Molcaxitl, Tzontecomatl en
Xaltepec, Itztlitzon en Tlaquaquelloc, Elcoyole estaba en Tizatepet, el naualle
Tlamacazqui estaba en Olman y por último Cuetlachtonac en Tenanticpac, por lo
que de acuerdo a esta fuente estos son los que conforman a los olmeca xicalanca.
Los que denigran a los tolteca chichimeca, haciendo acciones que van desde
serles arrojado a la cara agua de nixtamal, ser rayados con canutos de pluma de
ave y ser usadas sus espaldas como superficie para enderezar carrizo y cortar
flechas, además mencionan que les servían trayendo leña y agua. Esto es lo que
motiva el descontento de los tolteca y para resolver esta situación su dios que en
esta parte se le denomina como Tezcatlipoca, les indica que la manera de que
sean destruidos los olmeca, consiste en ofrendarles un canto que se llama
Pancuicatl, el cual canta este Tezcatlipoca y les ordena que este sea presentado
ante los Tlatoque olmeca xicallanca, los cuales lo aceptaran y bailaran.

Al pasar a esto de ser aceptado el canto, hay que resaltar que en este discurso
metafórico de cómo se va a resolver el problema del sometimiento del tolteca al
olmeca, esto sucederá cuando se lleve a cabo el baile originado por el canto del
Pancuicatl en una fiesta en el que será bailado por los tolteca. En este proceso se

139
habla de las insignias de los Tlatoque olmeca, las cuales van a ser pedidas en
préstamo, pero hacen la acotación que deben de ser las insignias usadas y viejas,
el escudo y la macana, el arco, el ichcauipilli, las cuales están arrumbadas, nunca
las nuevas para no romperlas y causar un problema. Logran conseguir estas
insignias y la fuente nos menciona que la macana y el escudo son pintados de rojo
y azul y cocidos los ichcauipilli. Por desgracia falta saber cómo se llevó a cabo la
guerra entre estas dos sociedades y que acabo con el dominio por parte de los
olmeca, por faltarle dos hojas y media como dicen los traductores.

Los eventos que ocurren desde la ida a Chicomoztoc, en busca de una alianza
con los Tepilhuan habitantes de este lugar y los sucesos que acaecieron después
de lograr la unión de Toltecas y Tepilhuan, por medio del otorgamiento de la
nariguera y con este resultado se da la salida de los Tepilhuan al valle poblano
para vencer al enemigo del Tolteca, el Ayapanca y el Xochimilca, han sido ya
reseñados en las páginas 19 a 24 de este escrito, por lo que se procede a seguir
en el momento que se da la guerra.

Siguiendo la narración del documento, al llegar a Cholula los Tepilhuan


Chichimeca cumplieron su deber conquistando al Xochimilca y al Ayapanca. Pero
al continuar la narración dicen que fueron capturados y trasladados a Cholula los
Tlatoque vencidos, donde hicieron fiesta sacrificándolos de dos maneras, uno de
los cuales va a estar relacionado al que se llevaba a cabo entre un prisionero
sobre la superficie de una piedra llamada Temalacatl, donde luchaba con sus
captores y el otro era el de ser amarrado a una estructura para ser flechado.

La información de la Historia Tolteca Chichimeca en el folio 28r, nos refiere que


son dos personajes los que son sacrificados por rayamiento y por flechamiento,
proporciona información que ubican a este tipo de sacrificios como los que se
llevan a cabo como consecuencia de una gran batalla y esta es la que se lleva a
cabo contra los xochimilca y ayapanca

Nos refiere la fuente que los Tlatoque Quauhtzitzimltl y Tlazotli, fueron sacrificados
el primero en el Quauhtzatzaztli o la estructura donde se aspaban a los

140
sacrificados por flechamiento o Tlacacaliztli y el segundo el Quauhtemalacatl por
rayamiento o Tlauauanaliztli. En el primer caso fungen como sacrificadores los
chichimeca Tepilhuan: Tecpatzin, Moquihuix, Tzontecomatl y Couatzin, en el
segundo sacrificio los ofrendantes son Teuhctlecozahuqui y Aquihuatl (Figura 51).

FIGURA 51.- EL SACRIFICIO DE LOS TLATOQUE EN LA HTCH F28r

Después de hacer esto, la fuente nos refiere que los tolteca Icxicouatl y
Quetzaltehueyac los encaminan fuera de Cholula y les dicen:

Padre Nuestro, ¡oh conquistador nuestro!, ¡oh Chichimeca¡ ¡Has servido y


hecho tu labor! ¡Has ayudado a tu creador, a tu hacedor por medio del
agua divina y fuego (guerra)! ¡El te ha hecho merecedor de la tiza, el dardo,
la pluma, el teueulli, el tlauazomalli! ¡Has hecho merced a tu pueblo, a
Cholollan… ¡Han hecho merced a sus parientes los Tolteca, los
calpolleque! ¡O Chichimeca, ve, camina, da encuentro a la llanura, a la
tierra divina, merece tu pueblo! (Kirchoff et al, 1976: p. 186).

Con esto, los Tepilhuan van acomodarse en la geografía política del área,
asentándose en los lugares que ocupaban al momento de la conquista, es a partir
de este momento que se deja de seguir la información de esta fuente, por
considerarse suficiente la evidencia, de ser estos dos sacrificios, uno en el
Temalacatl y otro en la estructura llamada Quauhtzatzaztli, ambos ritos están

141
asociados al acceso al poder, donde los participantes tanto sacrificados como los
que los ofrendan, pertenecen a la clase de los Tlatoque.

La información de estas fuentes poblano tlaxcalteca, son redondeadas por la


Historia tolteca Chichimeca, la cual indica que estos dos sacrificios el flechamiento
y el rayamiento, eran parte del ceremonial para acceder al preeminencia de
Tlatoque, al sacrificar en estos actos a Tlatoque enemigos en estos dos sacrificios
específicos. La información histórica sobre este ceremonial, es reforzada por
códices pictográficos mixtecos, los que muestran este ceremonial en las mismas
condiciones que describe la fuente.

5.2.6.- LOS CÓDICES DE LA MIXTECA

La información de estos documentos, ha quedado marcado por los estudios de


Alfonso Caso, el cual identifica personajes utilizando como nombre el glifo
calendárico y como segundo nombre a ciertos atributos que porta el individuo, esto
ocasiono que el profesor designara varios gobernantes de ciertas dinastías,
cuestión que ha perdurado hasta el día de hoy, si a esto aunamos que en los
tiempos del profesor era imprecisa la ubicación de los sitios, en la actualidad la
cosa no ha cambiado, ya que las investigaciones arqueológicas no han aportado
datos irrecusables de haberse detectado al menos un sitio de los mencionados en
estos códices. Esto es entendible ya que los nombres que supuestamente pueden
estar en los códices, son inferidos a partir de datos lingüísticos, ajustados a las
imágenes que representan a los sitios. Esto aunado al seguir el método de Caso
para identificar a los personajes, al que poco se ha aportado y de alguna manera
sigue dominando el estudio de los códices de esta región.

Esta situación va a permitir buscar información en los códices que no indague la


línea de las dinastías y buscar información de eventos sociales y no personajes,
para el presente caso es un camino que debe de ser tomado en cuenta y se busca
hacer corresponder la información de las tres distintas áreas que comparten el
problema, de la existencia del Temalacatl y el ceremonial asociado a este
elemento. La existencia de este problema tanto en México Tenochtitlán como en el

142
área poblano tlaxcalteca, donde en esta última parte la información que aporta
consiste en la descripción escrita y gráfica de un ceremonial donde interviene el
elemento llamado Temalacatl, donde se precisa su función y quienes participaban
en ambos bandos y lo principal, el porqué razón se hacía este sacrificio. Esto es lo
que permite la inclusión de la mixteca como parte de este problema, ya que en dos
de sus códices aparece el Temalacatl, el Becker I y el Nutall.

En el códice Nutall, hay información que muestra a personajes acostados en el


altar para perforarles la nariz y colocarles la nariguera, presentan además la
particularidad de contener una escena significativa y que nos refiere a un sacrificio
humano de un personaje de alto rango (Figuras 52 y 38).

FIGURA 52.- EL SACRIFICIO EN EL TEMALACATL, CÓDICE NUTALL (Tomado de www.famsi.org)

En este caso se trata del llamado sacrificio en el Temalacatl y por flechamiento. En


el caso del Nutall Zuche, la imagen muestra a un personaje en el Temalacatl y a
otro amarrado de pies y manos al Quauhtzatzaztli para ser flechado, lo
característico de estos personajes es que presentan atributos similares, como es
el tocado sobre la cabeza de color rojo y blanco, su cuerpo está pintado de rojo y
con una pintura facial consistente en dos formas tubulares con un remate de una
esfera con un centro de color azul, así mismo portan en la parte central del pecho
una cubierta de tres tiras que terminan en punta de color rojo y blanco, el que ha
sido denominado como el sombrero de xipe, sus orejeras son rectangulares y de
color azul, así mismo las muñequeras son de este color. Otro elemento común es

143
el adorno en las rodillas, consistente en una tira bicolor con un círculo redondo en
medio. Por lo que respecta al faldellín que viste el personaje del Temalacatl y que
termina en una tira con tres puntas, similares a la que llevan en el pecho.

Por lo que respecta a los sacrificadores, son representados por tres personajes,
dos de los cuales sacrifican en el Temalacatl, portando atributos de felino en la
cabeza, uno pintado el cuerpo de color amarillo y otro con el cuerpo de color rojo.
Aquí hay un aspecto que debe de hacerse notar y que consiste en que estos
personajes portan en la mano izquierda un chimalli o escudo y una banderola, en
la mano derecha no portan nada y curiosamente la mano es substituida por una
garra de felino, se dice esto ya que no se nota que sea un guante, por su forma
anatómica que sigue la forma felina. El tercer personaje que sacrifica, tiene el
cuerpo pintado de rojo y como atributo principal porta un yelmo o casco de un
Mictlantecuhtli, en una mano lleva el chimalli y dos dardos y en la otra porta el
atlatl, pudiéndose precisar que esta no lleva ningún atributo, como es el caso de
los otros dos personajes que sacrifican.

El códice Becker I existe la imagen de la perforación de la nariz y muestra los dos


sacrificios en cuestión. Donde el personaje que va ser rayado, tiene el cuerpo
pintado de rojo y lleva en la cabeza el tocado bicolor en este caso un sobrero
cónico con adornos de tiras a los lados, así mismo porta la punta del faldellín, pero
con dos tiras en punta. En las manos porta unas tiras rectangulares al igual que el
personaje del códice Nutall, solo difieren en las orejeras (Figura 53).

FIGURA 53- EL SACRIFICIO DE LOS TLATOQUE EN EL CÓDICE BECKER II, EL TEMALACATL Y EN


QUAHUTZATZAZTLI (Tomado de www.famsi.org)

144
Por lo que respecta a la escena del flechamiento, en el Quauhtzatzaztli, la imagen
del Tecuhtli sacrificado está muy deteriorada por la pérdida de los colores y
formas, de alguna manera se aprecian la terminación en tres puntas, sin
precisarse el color, solo se puede decir que tenía el cuerpo pintado de rojo y nada
más con respecto a sus insignias. Lo más notorio de esta escena es que el
sacrificador está pintado de negro y flecha con un atlatl, de los cuales hay cuatro
dardos en el cuerpo del sacrificado.

Otros dos códices tienen imágenes de la perforación de la nariz, pero carecen de


la escenas de los sacrificios del rayamiento o Tlauauanaliztli y el flechamiento o
Tlacacaliztli en el Quauhtzatzaztli, pero los datos nos conducen a seguir la línea
de que estos tipos de sacrificio era llevado a cabo por personas que ingresaban a
la clase gobernante, siendo un sacrificio que daba acceso para pertenecer a los
Tlatoque, siendo estos el Colombino y el Bodley.

5.3.- CONTRASTACIONES RECIENTES A LAS INVESTIGACIONES DE LOS


MONOLITOS DE SACRIFICIO MEXICA

La aportación a la discusión consiste en haberse detectado diversas anomalías en


la interpretación de estos elementos arqueológicos, de tal manera que en estas
recientes investigaciones se contradice en primer término las aseveraciones del
religioso Duran y por las fuentes de las primeras décadas de la colonización, de
que fuera parte de una festividad religiosa y menos anual, siendo esta la
información que fue y sigue siendo el fundamento al describir o interpretar al
Temalacatl o al Cuauhxicalli. La anomalía es contrastada con fuentes indígenas
más o menos contemporáneas y en particular la Historia Tolteca Chichimeca, la
que inserta la función del Temalacatl, dentro de un ámbito político.

La segunda contrastación, es más bien una precisión acerca de la función de los


monolitos, ya que se logra insertar a la de Tizoc como el Temalacatl y se propone
a la del Arzobispado como el Cuauhxicalli. En cuanto a esta última sus bases son
iconográficas, tomadas de dos códices de la mixteca, donde se muestra la sangre
del sacrificado por flechamiento, escurriendo a un elemento redondo. Por lo que

145
respecta a la de Tizoc, se le considera como un Temalacatl, debido a que este
sacrificio es nombrado recurrentemente en las fuentes y el flechamiento es poco
mencionado, a esto se le suma que este elemento contiene indicios claros de ser
el de mayor importancia y es el único que cuenta con un gobernante principal.

La tercera contradicción, se refiere a la temporalidad de ambos elementos, los que


se les asignan tres diferentes gobernantes y por ende tres momentos históricos
diferentes. Esto se resuelve con la propuesta de ser de un único gobernante y que
ambas estaban en funciones a la llegada de los europeos, esto basado en el
contexto en que fueron ubicadas, donde son conocidas desde las primeras
décadas de la conquista, quedando expuesta la de Tizoc y la del Arzobispado fue
enterrada en ese lugar. Esto es comprobado cuando es excavada en 1988, donde
presenta la característica de faltarle alguna ofrenda, así mismo a este monolito le
falta la figura del gobernante principal.

El cuarto punto, se refiere a nueva información que aportan estos dos elementos y
que van a versar sobre el número de personajes conquistadores y vencidos, los
cuales van a ser un total de cincuenta y dos Tlatoque, por lo que son 26 los
Tlatoque que son vencedores. De tal manera que correlacionando las
informaciones del valle tlaxcalteca, donde se menciona que en este lugar el
sistema de gobierno consistía en un Tecuhtli principal y a sus lados izquierdo y
derecho se acomodaban los demás Tlatoque integrantes del gobierno. Otra
información que se correlaciona, es del valle poblano, donde la información ubica
a por lo menos siete Tlatoque que van a ser sacrificados en el Temalacatl y en el
Quauhtzatzaztli, y presenta una iconografía que se puede aplicar sin problemas a
los dos monolitos mexica. Es por esto que se plantea que en el Tecpan de México
Tenochtitlán, estaba conformado por un Tecuhtli principal y de un lado tendría
catorce Tlatoque y del otro serían once.

5.3.1- EL TEMALACATL Y EL TLACAXIPEHUALIZTLI

Se tomará a la descripción del fraile Duran, como la base sobre la que van a girar,
las investigaciones sobre estos dos elementos arqueológicos, este ubica al

146
Temalacatl y el sacrificio que en él se llevaba, como una parte importante en la
fiesta de la deidad llamada Xipe Totec, cuya característica principal consiste en el
desollamiento de varios personajes.

A esta información se contrapone la de la Historia Tolteca Chichimeca, la cual de


manera explícita hace referencia que el sacrificio en el Temalacatl, era un ritual
político basado en el ascenso a la clase en el poder, por los logros realizados en
una guerra de alto nivel, la cual implicaba la desaparición física de los gobernantes
enemigos, por medio de la participación de estos en la batalla ritual en esta piedra
y como consecuencia los personajes que sacrificaban pasaban a ocupar los
puestos vacantes de los sacrificados, por lo que se ponía en juego el gobierno de
por lo al menos siete sitios con sus respectivos gobernantes, según la información
de esta fuente poblana. Con esto se plantea que el uso de estos elementos era
restringido al ceremonial de acceso a la clase en el poder.

Con esta información se puede ver que la versión de Diego Duran, por lo que
respecta a la ubicación dentro del ceremonial mesoamericano, queda contrastado
que este sacrificio fuese de la festividad del Tlacaxipehualiztli, por lo que los
sacrificados no era cualquier indígena, eran los de mayor rango o puesto en las
sociedades en conflicto y que por ende eran gobernantes los participantes en
ambos bandos. En este sentido se manifiesta Ortiz García al analizar la Historia
Tolteca Chichimeca:

Se trata en este caso de los sacrificios realizados tras la toma de los


tlatoqué como prisioneros. En dicho folio aparece el Quauhtzatzaztli, marco
de madera en que se ataba a las víctimas para el flechamiento o
Tlacacaliztli, y el Temalacatl, piedra redonda a manera de muela, donde se
realizaba el sacrificio gladiatorio (1987, p. 307).

De esta forma no es viable que esta ceremonia se realizara anualmente en honor


a la deidad de Xipe Totec, ya que como se menciono es una guerra donde hay un
cambio en el poder político de dimensiones que afectan diferentes regiones y hay
indicios que es más amplia la influencia de los resultados de esta guerra, ya que el

147
número de gobernantes implicados en la piedra de Tizoc son treinta, donde 15 van
a ser los conquistados, por tales motivos, es imposible que en tan poco tiempo se
regenere el tejido político en el territorio de su influencia. Si a esto le aunamos que
cada año se tendrían 15 nuevo Tlatoque, estos excederían la capacidad del
Tecpan principal.

Otro dato que está en duda consiste en la piel del prisionero, ya que si este era
rayado, es decir su cuerpo o su piel era herida, es de plantearse que su calidad
era cuestionable, ya que tenía esas imperfecciones producidas por el rayamiento,
por desgracia es un tema que no se puede poner a discusión, ya que ni el mejor
peletero del orbe, tienen los conocimientos necesarios, para determinar la
viabilidad de confeccionar un vestido con la piel herida de ese prisionero, pero
esto es secundario.

Esta nueva línea de explicación va a permitir correlacionar el ceremonial de los


Tlatoque y la función del Temalacatl de la ciudad de los mexica, con el área
poblana tlaxcalteca y a esto a su vez con el área de la mixteca, basada en la
información documental que se corresponde.

5.3.2.- LA PIEDRA DEL ARZOBISPADO COMO CUAUHXICALLI

Al aludirse que en esta ceremonia se llevaba a cabo otro sacrificio, que era flechar
o asaetear a los cautivos, se amplía el rango de esta ceremonia, aunque la
información es escueta, es lo suficiente para que se asocie a estos dos sacrificios
a un ceremonial especifico, con se tendrían elementos más que necesarios para
encontrar una similitud precisa con la información de los códices Nutall y Becker,
donde se muestra escenas de estos dos sacrificios. Estas representaciones
proveen más información con la escena del flechamiento o Tlacacaliztli, donde al
pie del sacrificado que esta aspado en el Quauhtzatzaztli, en medio de este se
encuentra una piedra circular, sobre la que escurre la sangre del sacrificado.

Lo sugerente de la imagen de estas dos piedras, consiste en primer lugar que las
representaciones del Temalacatl son diferentes en esos dos códices, a pesar de
que ambas son redondas, en el Nutall es una circunferencia completa sin

148
interrupciones, mientras que en el Becker I, presenta siete protuberancias visibles,
en el círculo central se nota la existencia de una sola barra donde se amarraba el
mecate o cuerda, en el Nutall el centro está cubierto por un color y no se ve alguna
barra o algo para amarrar dicho mecate. En lo que respecta a los dos elementos
representados en la base de la estructura de madera o Quauhtzatzatli, son casi
idénticos, son dos circunferencias de color azul o verde, con su superficie exterior
irregular, de tal manera que las hendiduras asemejan a pétalos o algo así, en el
centro está un círculo y dentro de este dos barras que atraviesa dicho círculo, de
tal manera que al unirse en el centro, lo hacen a través de un círculo menor, la
única diferencia palpable es el color de dichas barras y círculo, ya que en el Nutall
es amarilla y en el Becker I es roja.

Algo que esta simple vista y que define la función y nombre de la piedra ubicada
en medio del Quauhtzatzaztli, es el hecho que la sangre del sacrificado escurre
hacia dicha piedra, por lo que su nombre y función es la del Cuauhxicalli, o el
recipiente donde se recibe el liquido precioso. Este es un dato que ha pasado
desapercibido, ya que en la Historia Tolteca Chichimeca no está representada
dicha piedra, pero la información de los códices es tan clara, que se
complementan entre ambas informaciones y dan por certificado la existencia de un
elemento similar en la Historia Tolteca Chichimeca. Con esto tendríamos dos
opciones para ubicar el Cuauhxicalli, una sería como exclusiva de esta ceremonia
o como un nombre genérico para todo recipiente que tenía como función recibir la
sangre en cualquier tipo de sacrificio.

5.3.3.- LA TEMPORALIDAD DE LOS MONOLITOS

De tal manera que traspalando aún más la información, se tendría una correlación
que se aplicaría a las escenas laterales de ambos monumentos, donde el tan
discutido glifo que identifica a los vencidos, se enmarcaría tal como lo describe e
ilustra la Historia Tolteca Chichimeca en su folio 28r, donde el reborde superior y
que se continua hacia abajo en lado derecho de la lámina, estas dos columnas
están divididas en siete cuadretes, dentro de cada uno se encuentran
representados siete personajes con la cabeza decapitada y atravesada por una

149
flecha, cada uno contiene un glifo, el cual ha sido designado como gentilicio por
Rossell, y que es donde se:

Muestran el grupo o el lugar al que pertenecen los individuos. En su


mayoría suelen tomar el nombre de la capital del señorío conquistado y
donde establecen su residencia como el nombre de procedencia que los
identifica a ellos y a su comunidad”. (2006, p. 88).

lo que concuerda con la descripción de la Historia Tolteca Chichimeca, donde


aparte de proporcionar solo dos nombres los Tlatoque capturados, mencionan
además los nombres de las siete poblaciones conquistadas.

Si esto es aplicable a los monolitos mexica, se tendría la representación de la


victoria de los mexica en un lapso de tiempo único, por lo que se descarta que sea
de varios gobernantes tenochca y se van a referir a un solo evento, a un solo
gobernante y que como se ha mencionado, esta guerra está en el nivel más alto
de las relaciones de estas sociedades, ya que los cambios políticos que se
producen son a gran escala por implicar a sitios de ambos bandos, ubicados en
diferentes partes del área mesoamericana.

Por lo que respecta a las demás figuras de guerreros victoriosos siguiendo la línea
marcada por la Historia Tolteca Chichimeca, se supondría que son otros tantos
aliados, como los siete Tepilhuan, que según esta fuente sacrificaron a los
Ayapanca, Xochimilca y su complemento, en el Temalacatl y en el Quauhtzatzaztli.
Por lo que se infiere que en el Temalacatl de Tizoc, está representado un
gobernante principal y catorce secundarios, lo que nos daría un total de treinta
sitios o lugares de ambos bandos, que participaron en esta guerra. Viéndolo desde
la perspectiva de la información de Historia Tolteca Chichimeca, se puede decir
que las escenas en los costados de estas dos piedras son correspondientes sin
duda alguna a las escenas superior y lateral de este documento, con lo que
tendríamos la representación arqueológica de la información histórica.

Se cuentan con pocos elementos para intentar una aproximación para identificar a
los gobernantes y sitios participantes, solo es posible aventurar una hipótesis

150
alternativa y que consiste en considerar que estos elementos son el Temalacatl,
en el caso de la piedra de Tizoc y el Cuauhxicalli correspondería a la del
arzobispado, que ambos funcionaron en el mismo lapso de tiempo.

Esta hipótesis de ser contemporáneos ambos monolitos surge en primera


instancia por la ausencia de un personaje principal en la piedra Sánchez, Padilla y
Pérez Castro, ya que no es posible en la lógica de los monumentos que uno solo
tenga esa representación, porque siguiendo la información histórica, donde los
antecesores de Tizoc, fueron gobernantes más sobresalientes, es difícil pensar o
inducir que a estos no les importo pasar desapercibidos o no ser personificados en
la piedra del Arzobispado.

Por lo que al ser de la misma etapa histórica justifica la repetición de los glifos en
los personajes vencidos, los cuales vienen a ser otros gobernantes vencidos, de
igual manera serían diferentes los personajes de los conquistadores, esto
explicaría la ausencia del gobernante principal en la piedra del Arzobispado, de tal
manera que su presencia en la piedra de Tizoc, nos indicaría que sería el
monumento principal y la de Sánchez, Padilla y Pérez Castro sería la secundaría y
por ende complementaria en este ceremonial.

Con esto se argumenta a favor de la función diferente en una etapa común, ya que
los personajes representados de ambos bandos, corresponderían a diferentes
individuos, por lo que tendríamos un total de cincuenta y dos gobernantes
implicados en estas escenas y por lo menos quince sitios conquistados con
veintiséis gobernadores de estos y de igual manera serían veintiséis los
vencedores, pero la ausencia de datos de su lugar de origen, no es posible decir
los sitios a los que pertenecían, ya que la lógica de la información implica que no
solamente serían gobernantes de Tenochtitlán, tendría que haber sitios aliados
fuera de este lugar.

Otra información que nos permite inferir que ambos monolitos funcionaban
simultáneamente, consiste básicamente en la destrucción intencional del símbolo
del gobernante y que en este caso sería la nariguera. Ya que curiosamente este

151
es el aspecto más atacado, afectando poco a los demás símbolos secundarios,
esto se puede observar en ambos monumentos, acción que solamente pudo ser
hecha por gentes contrarias a los mexica, cosa que ocurrió en los primeros años
de la conquista, ya que si tomamos en cuenta un dato que ha pasado
desapercibido en la mayoría de los investigadores del tema, el cual consiste en
que la ciudad de México Tenochtitlán fue ciudad botín, por lo que todos los
indígenas fueron expulsados de esta, quedando sin gobierno indio y es viable
pensar que en estos primeros años tropas indígenas contrarias a los mexica,
deberían de haber servido de protectores de los españoles, por el temor a una
rebelión de los vencidos, miedo que siempre les acompaño, hasta que como ellos
decían pacificaron a la tierra (Figuras 54 y 55).

FIGURA 54.- LA DESTRUCCIÓN DE LA FIGURA 55.- LA DESTRUCCIÓN DE LA


NARIGUERA, EL SÍMBOLO DEL TECUHTLI, LA NARIGUERA, EL SÍMBOLO DEL TECUHTLI, EN
PIEDRA DEL ARZOBISPADO O CUAUHXICALLI EL TEMALACATL O PIEDRA DE TIZOC (Foto
(Foto Minda H) minda H)

Con respecto a la observación del arqueólogo Sánchez Nava (comunicación


personal, octubre del 2013) de que la piedra del arzobispado se encontraba
acomodada, podemos decir que este acomodo fue en el tiempo de la conquista,
ya que si hubiese sido en tiempos de Axayacatl o del Moctezuma Ilhuicamina, esta
debería de tener presente ofrendas de mayor calidad y cantidad que los
encontrados en el monolito mal llamado Tlaltecuhtli encontrado recientemente

152
cercano a la catedral, del cual se ignora su función en el ceremonial y de acuerdo
a la información recabada, estos monolitos eran usados en una de las ceremonias
civiles de mayor importancia y que era la legitimación y legalización del acceso al
poder, las ofrendas que deberían de contener no eran cualquier cosa que pasase
desapercibida y su lugar de depósito debería de ser en un lugar muy especial,
pero a pesar de que ambos elementos no estaban in situ, la localización de la
piedra de Tizoc en el costado poniente al construirse la catedral y la de Sánchez
Nava hacia el oriente de la actual catedral, está indicando que su lugar de origen
era cercano a estos lugares.

Como se dijo está es una hipótesis inicial, la cual está fundamentada en los datos
existentes y los no existentes, pero la información de los códices apoya la
existencia de al menos con certeza del Temalacatl y por inferencia se ubica la
existencia de un Cuauhxicalli, por lo que respecta a la piedra de Tizoc y la del
arzobispado, no se encuentra la forma en que estaba ubicado el elemento que
sostenía al mecate que amarraba al prisionero, podemos pensar si las armas eran
fingidas, lo mismo podría ser para amarrar al mecate, con un elemento simbólico,
ya que es falso que este personaje podría aspirar a vencer alguno de sus
oponentes, debido a que solo se necesitaba darle una marca, rasguño o rayarlo,
esto se infiere del códice Nutall, donde los sacrificadores portan como arma una
garra de Ocellotl.

5.3.4.- LA INFORMACIÓN SOBRE LA CIFRA DE LOS INTEGRANTES DEL TECPAN

Así mismo el número total que Tecuhtli que estaban representados en el Tecpan,
era difícil de establecer, ya que los números propuestos por fuentes e
investigadores, es muy variable y por tal razón no ayudan en mucho a dar un
número al menos aproximado, ya que la descripción de Muñoz Camargo de la
distribución de los Icpalli en la banqueta que se encontraba la interior del Tecpan,
hace que el número de integrantes que ocupaban estas esteras, sea mayor a
siete, once, cuatro o tres integrantes del Tlatocayotl, como podemos suponer por
la información existente y que nos da esos números, a los cuales consideramos
que no se aproximan a darnos un número posible. Para salir de este problema una

153
vez más las investigaciones arqueológicas en Tlaxcala nos dan elementos para
poder plantear que los Tlatoque componentes de un Tecpan es un número mayor
a veinte integrantes.

De los arqueólogos que abordan este problema, están los trabajos de Ángel
García Cook, en dos de sus escritos: El desarrollo cultural del valle poblano:
inferencias (1976), así como la Integración y consolidación de los señoríos en
Tlaxcala; siglos IX al XVI (1986), este último escrito en colaboración con la
arqueóloga Leonor Merino Carrión, abordan este problema y son quienes
apoyados por la información obtenida en ese proyecto, afirman que se pueden
considerar como señoríos los siguientes: Tepeyanco, Atlihuetzian, Hueyotlipan y
Tzompantzinco (García Cook, et al,:1986, 26), los que a partir de los elementos
arqueológicos hallados justifican su denominación de señoríos y agregan además
que se pueden considerar también como señoríos a: Xaltocan, Huilopan,
Tlacocalpan, Yauhquemecan, Xalpetlahuaya-Quimicho, Xipetzingo, Temetzontla y
Chiauhtempan, así como los sitios de Atlangatepec y Tecoac; otro más que puede
ser considerado señorío es el de Texcalac a los que se suman los cuatro señoríos
reconocidos como los más principales; el de Tepeticpac, Ocotelulco, Tizatlán y
Quiahuiztlán y se hace la aclaración de que” "no todos poseen la misma
importancia socio económica;" (García Cook, et al,:1986 p. 26). Se redondea el
planteamiento de los investigadores, con la siguiente conclusión:

No negamos de manera alguna la gran importancia que debieron de ejercer


los cuatro Señoríos mencionados más insistentemente por las fuentes:
Tepeticpac, Ocotelulco, Tizatlán y Quiahuiztlan, y de los cuales se tiene
cierta relación de sus dinastías, pero si queremos aclarar que desde el
punto de vista de los asentamientos arqueológicos existen otros "centros"
de igual o mayor importancia que tales 4 "señoríos", entre los que destacan
los enlistados anteriormente (1976 p. 85).

Esta información arqueológica nos habla de 19 lugares y que el día de hoy podrán
ser de 24 a 28 los sitios que el autor considera como señoríos (comunicación
personal). Este número de sitios relevantes en el área tlaxcalteca, se considera

154
como el más viable o más cercano a la cantidad de integrantes del Tlatocayotl,
nos da la posibilidad de intentar ubicar a los gobernantes de estos sitios, formando
parte de los Tlatoque que tenían un asiento en Tizatlán y que eran los que
conformaban el lado izquierdo y el derecho. Esta información de los citados
investigadores, nos permite plantear que la existencia de estos sitos que
denominan como señoríos, vendrían a corresponder al Tlatocayotl o el lugar
donde gobernaba el Tecuhtli, por lo que esta información es la más cercana al
número real que los Tlatocayotl que integraban el Altepetl de Tlaxcala, siendo por
estas razones el Tlatocayotl dominante en Tlaxcala el sitio de Tizatlán.

Como cosa curiosa, la existencia del Tecpan de Tizatlán sobre los altares,
presenta en un solo espacio arquitectónico, dos de los edificios que eran
determinantes en el Tlatocayotl rector, los cuales corresponden a momentos
constructivos diferentes, siendo el último el Tecpan, por tal razón se presentan
información relevante sobre le Tecpan Tlaxcalteca, más que nada por ser este el
único que puede decirse sin temor a equivocarse que es un Tecpan.

De tal manera que la información recabada tanto histórica como arqueológica


sobre este tema, da la posibilidad de inducir la cifra de los Tlatoque en el Tecpan
de México Tenochtitlán, en el tiempo que estos monolitos fueron dedicados o
puestos en función. Esta ubicación del número exacto de integrantes del Tecpan,
es un tema que tiene una solución en un sitio de Mesoamérica y este es México
Tenochtitlán y los datos para este planteamiento vienen de los dos monolitos que
estamos tratando, los cuales independientemente de su contexto arqueológico,
son elementos mesoamericanos sin lugar a dudas.

De tal manera que traspalando aún más la información, se tendría una correlación
que se aplicaría a las escenas laterales de ambos monumentos, donde el tan
discutido glifo que identifica a los vencidos, se enmarcaría tal como lo describe e
ilustra la Historia Tolteca Chichimeca en su folio 28r (Figura 47), donde el reborde
superior y que se continua hacia abajo en lado derecho de la lámina, estas dos
columnas están divididas en siete cuadretes, dentro de cada uno se encuentran
representados un personaje con la cabeza decapitada y atravesada por una

155
flecha, cada uno contiene un glifo, el cual ha sido designado como gentilicio por
Rossell (2006), y que es donde se

Muestran el grupo o el lugar al que pertenecen los individuos. En su


mayoría suelen tomar el nombre de la capital del señorío conquistado y
donde establecen su residencia como el nombre de procedencia que los
identifica a ellos y a su comunidad (Rossell, 2006: p. 688).

Lo que concuerda con la descripción de la Historia Tolteca Chichimeca, donde


aparte de proporcionar solo dos nombres los Tlatoque capturados, mencionan
además los nombres de las siete poblaciones conquistadas.

Si esto es aplicable a los monolitos mexica, se tendría la representación de la


victoria de los mexica en un lapso de tiempo único, por lo que se descarta que sea
de varios gobernantes tenochca y se van a referir a un solo evento, a un solo
gobernante y que como se ha mencionado, esta guerra está en el nivel más alto
de las relaciones de estas sociedades, ya que los cambios políticos que se
producen son a gran escala por implicar a sitios de ambos bandos, ubicados en
diferentes partes del área mesoamericana. Por lo que respecta a las demás
figuras de guerreros victoriosos siguiendo la línea marcada por la HTCH, se
supondría que son otros tantos aliados, como los siete Tepilhuan, que según esta
fuente sacrificaron a los Ayapanca, Xochimilca y su complemento, en el
Temalacatl y en el Quauhtzatzaztli.

De esto se infiere que en el Temalacatl de Tizoc, está representado un gobernante


principal y catorce secundarios, lo que nos daría un total de treinta Tlatoque, que
participaron en esta guerra. En cuanto a la piedra del Arzobispado sólo se
presenta la existencia de once Tlatoque vencedores y otros tantos vencidos,
faltando la imagen del Tecuhtli principal, de tal manera que serían veintidós sitios y
sus respectivos gobernantes representados en esta piedra. Viéndolo desde la
perspectiva de la información de la HTCH, se puede decir que las escenas en los
costados de estas dos piedras son correspondientes sin duda alguna a las

156
escenas superior y lateral de este documento en el folio 28r, con lo que
tendríamos la representación arqueológica de la información histórica.

De tal manera que la sumatoria de las parejas representadas en estos dos


monolitos, dan un total de cincuenta y dos Tlatoque, un número demasiado
sugerente, ya que este es el que ha sido considera como la unidad que
representaría o seria el mal llamado siglo mesoamericano. Pero se deja de lado
esta asociación de números y se opta por llevarlo más allá de esta situación de un
número simbólico y asociarlo al número de componentes del Tecpan, todo esto
apoyado en la información histórica que indica que los participantes en estos
sacrificios eran o iban a pertenecer a la clase dominante, de tal manera que la
información da la existencia de 26 Tlatoque que gobernaban en el Tecpan de
México Tenochtitlán (Figura 56).

FIGURA 56.- COMPOSICIÓN DEL TECPAN DE TENOCHTITLÁN, DE ACUERDO A LOS DATOS DE LOS
MONOLITOS DE TIZOC Y DEL ARZOBISPADO

Con estos datos se puede plantear la manera en que se constituía la clase


gobernante en Tenochtitlán, la cual se representaba en la distribución de los

157
Tlatoque en el Tecpan de este sitio, de tal manera que siguiendo las indicaciones
de Muñoz Camargo consistentes en la existencia de dos lados en su distribución,
da la posibilidad de que al ser estos monolitos elementos sobresalientes en el
ceremonial de acceso al poder, estén nombrando o diciendo quienes formaban
ambos lados. Esto apoyado en datos incidentales tal como el tamaño y acabado
de ambos monolitos, donde podemos ubicar al de Tizoc como el de mayor
importancia y secundario al del Arzobispado, la que presenta una cierta
irregularidad producida por su tamaño, que rebasó las dimensiones del material.

Para sustentar este planteamiento, se tiene que recurrir a la información producida


en otras áreas o regiones y en el presente caso, la que se produjo en Tlaxcala en
los inicios de la colonia, viene a servir de marco de referencia para caracterizar la
composición del Tecpan de Tenochtitlán, de tal manera que los datos que
proporciona Muñoz Camargo del Tecpan de Tizatlán, son aplicables al Tenochca.
Esto que desde una posición regionalista sería un anatema, pero es totalmente
funcional si se enfoca desde una perspectiva mesoamericanista, al considerar que
las sociedades mesoamericanas se relacionaban por medio de un sistema político,
que consiste en la existencia de sitios rectores o Hueytlatocayotl, a los cuales se
adscribían una serie de sitios secundarios, de tal manera que esta asociación de
sitios en un Tlatocayotl rector se reproducía a lo largo y ancho de Mesoamérica,
existiendo por esta razón múltiples sitios rectores, por lo cual el poder estaba
repartido entre una buena cantidad de Tlatocayotl rectores, desechando por lo
tanto la idea o planteamiento de ser pocas las sociedades rectoras o dominantes,
tal como se ha caracterizado a Tenochtitlán, al grado de llegar a considerarla una
superpotencia o como dicen un imperio.

De acuerdo a la versión posclásica de cómo estaba estructurado un Tecpan, los


elementos arqueológicos que nos lo definen con seguridad, va a ser la banqueta
empotrada en tres de las paredes del Tecpan, donde se ponían los petates y los
Icpalli, de los Tlatoque que formaban el gobierno. Otro elemento distintivo sería el
gran Bracero que alumbraba la gran sala, con tres entradas frontales, siendo la
mayor la del centro, este edificio era de un solo piso y techo de terraplén,

158
asentado sobre una plataforma, con lo que se contradice la información de los
supuestos Tecpan mexica de dos pisos, ya que el Tecpan de Tenochtitlán era
similar al de Tlaxcala, una sala grande y espaciosa, con los Icpalli arrimados a las
paredes y su gran bracero

Esta información histórica ha sido ignorada por la comunidad académica, pero los
datos que aportan son claros y concluyentes respecto a los integrantes, ya que da
el dato que permite correlacionar a estas dos áreas, consiste en la división en dos
lados o facciones, siendo la más importante la que se ubica a la derecha del gran
fogón, de tal manera que ahonda más en la jerarquización de la clase que utilizaba
este Tecpan y que consiste en que el poder o el nivel del mismo era de acuerdo a
la cercanía a dicho bracero, por lo que mientras más se alejan del centro, va
disminuyendo su posición en la cúpula gobernante.

159
EL SISTEMA DE GOBIERNO ALTERNO EN MESOAMÉRICA

A continuación se referirá como la estructura política, consistente en la existencia


en el sistema de gobierno de estas sociedades, de una dualidad o un binomio en
la distribución del poder y que se refleja en su organización política, la cual se
extiende a otros niveles menos altos que el reseñado en las páginas anteriores y
que para seguir la tónica de la información presentada por la Historia Tolteca
Chichimeca, la que dice que en los Tepilhuan, antes de salir de Chicomoztoc, para
integrarse a la órbita Tolteca, como aliados por sus aptitudes guerreras, pero
refieren que no se encuentran solos en las cuevas y agregan lo siguiente: ”acaso a
mí solo me necesitan y me buscan para la guerra y para el dardo y el Tehuehuelli,
que son mi merecimiento y mi mandato, cuando a mi izquierda y mi derecha están
el Xicotli y el Pepeyolli ?” (Kirchoff et al, 1976: 166-167), los tolteca responden que
es a todos los Tepilhuan Chichimeca, entre los que se incluyen los Xicotli y los
Pepeyolli, a los que buscan para: enflorar y saludar.

En este caso la fuente indica que además de estas siete sociedades llamadas
Tepilhuan Chichimeca, estas a su vez, están integradas o conformadas por un
lado izquierdo y un derecho, donde los animales simbólicos están representados
por dos insectos voladores con aguijón, el pepeyolli y el xicote, dato que confirma
la existencia de esta dualidad en la organización, la derecha y la izquierda y da
una información adicional que muestra que la utilización de animales como
símbolos, es de varias especies, desde aves, felinos, insectos, lo que deja abierto
el uso de otras especies y entre ellas los ofidios, uno de los animales más
conocidos en la simbología mesoamericana. En este mismo rubro se pueden
situar muchos de los animales que aparecen en códices y elementos
arqueológicos, como serían, los alacranes, mariposas, venados, arañas, primates
y muchos más que se hallan representados, siendo el único problema ubicarlos en
su exacta dimensión, es decir, como funcionaban en esas sociedades.

Esta situación puede ser interpretada como la manera en que se va a constituir el


sistema de gobierno mesoamericano, y que va a estar representada en la
conformación de los gobernantes ubicados en el Tlatocayotl rector y que consiste

160
en un Tecuhtli principal y a sus lados izquierdo y derecho se distribuían los demás
integrantes, como se puede percibir cada uno de los lados estaría precedido ya
sea por el Cuauhtli o el Ocellotl, los cuales habían sido ubicados como símbolos
opuestos y en confrontación, cosa que es algo inesperada que en un gobierno
participen enemigos, por lo que la amalgama de estos dos símbolos, es lo que
permite esta coexistencia política de entidades contrarias, en un mismo sitio y por
lo tanto en la misma área.

Esta situación de un Tecuhtli central y a su lado izquierdo y derecho los Tlatoque


restantes es reportada por Chimalpain para el sitio de Culhuacan en la actual
Iztapalapa, donde se mencionan los sitios de Tollan y Otompa, los que ocupan
estos lados, este suceso lo fecha entre los años 856-953.

Y en este mismo año 1 Tecpal fue en el que comenzó a existir el mando de


Tecuhtli, el mando de Tlahtohuani de Culhuacan, desde tres lugares
distintos. El Tlahtohuani de Culhuacan, el de nombre Yohuallatónac, él y
sólo él, se convirtió en la principal autoridad; allí en Culhuacan estaba
presidendo la sede su mandato. Y a su lado vino a poner a los otros dos
tlaloque: el primero de estos, el tlahtoani de Tullan, vino a ponerse hacia la
izquierda, y así manda. Y como segundo de los tlahtoque, vino a ponerse a
su vera, hacia el lado derecho, al tlahtohuani de Otumpa, quer así manda
como Tecuhtli. Los tres declaraban conjuntamente aquello que determinaba
la guerra o algún trabajo muy grande; ninguno se anteponía al regir, por lo
cual se dice que en tres lugares se constituyó la sede del mando, por medio
del téuhcyotl, por medio del tlatócayotl (Chimalpain, 1991, p. 7)

En esta fuente, aunque se nota una relación con el sistema de gobierno que
formaban Tenochtitlán, Tezcoco y Tacuba, el dato relevante consiste en la
mención de la distribución jerarquizada con un Tecuhtli central y el del lado
izquierdo de una importancia mayor, que el de el lado derecho. Este dato viene a
ser refrendado páginas más adelante, en el año 1047.

161
En este tiempo viene a cumplirse ciento noventa y un años de haberse
dado el mando desde tres entidades: Culhuacan, además de Tullan y
Otumpa. Entonces, en este año mencionado, vienen a desaparecer las
otras dos partes de la sede del mando, allí en Tullan y en Otumpa: Pero
Culhuacan todavía siguió fungiendo como sede del mando; no desapareció
del todo. Y enseguida, durante este año mencionado, de nueva cuenta vino
a mudarse la sede del mando de las otras dos partes: como substituto de
Tullan sobrevino Cohuatlinchan, allí vino a mudarse; y como substituto de
Otumpa sobrevino Azcapotzalco, allí vino a mudarse. Con estas dos partes
se formó la sede del mando en Culhuacan; de manera que determinaban
lso tlatohque por medio de la justicia y se auxiliban y actuaban los tres
cuando conocían de la guerra o de algún otro suceso, lo cual determinaban
con la ayuda de los ancianos (Chimalpain, 1991, pp.13-15)

Estos datos, vienen a sustentar a los provenientes de Cuauhtinchan Puebla, la


propuesta de que los nombres de los sitios rectores, al igual que el de los
Tlatoque, es una propiedad social, de tal manera que estos son cambiantes de un
sitio a otro, por lo que el poder se traslada de una sociedad a otra de una manera
completa, por lo que el Tecuhtli del sitio va a ocupar ese puesto en el Tecpan..

Esta separación en dos lados, en uno derecho y uno izquierdo es la clave para
sustentar y entender este tipo de gobierno alterno, ya que esto permite que el
sistema de gobierno se respalde en la presencia de contrarios al interior este, ya
que estas ramas tenían como su representante al Cuauhtli o el Ocellotl, y
dependiendo de su adscripción sus relaciones con los demás integrantes será
regida por su símbolo, si su ascendiente es Cuauhtli, las relaciones con los
Tlatoque adscritos a este, serán de cooperación y por lo general pacíficas, con los
que tenían como símbolo al Ocellotl, las relaciones entre estos dos tendían a
desembocar en confrontación directa, eran sociedades enemigas, por lo que la
llamada contradicción social, se da entre las clases dominantes, a diferencia de
las sociedades conocidas, donde estas contradicciones se dan entre reinos,
etnias, naciones, clases sociales, etcétera, de tal manera que el pugna será entre

162
los Tlatocayotl y sus gobernantes de acuerdo a las relaciones de sus respectivos
animales símbolos.

Pero lo que va a diferenciar a esta organización política de cualquier otra que se


tenga noticia actualmente, consiste en la coexistencia en el lugar de gobierno, el
Tlatocayotl rector con su Tecpan, está compuesto por Tlatoque de ambos
símbolos y por ende contrarios, lo que indica que dentro de la jurisdicción de esos
Tlatocayotl rectores, había sitios opuestos asentados en el mismo territorio.

Esta característica mesoamericana, la presencia de dos opuestos como elementos


del gobierno, es lo que evita que se monopolice el poder, ya que si bien el Tecuhtli
principal pertenece a un símbolo dado y este tiene un lado dentro de la
conformación, que por lo general es el dominante, esto se ve contrarrestado por la
presencia de gobernantes adscritos al símbolo contrario. De acuerdo con la
información de Chimalpain (1991), hay una clara jerarquía del lado izquierdo,
sobre el lado derecho, pero no datos evidentes de la conformación de los demás
integrantes del Tlatocayotl de Culhuacan.

Esto es apoyado por la información que van a proporcionar los monolitos de


Tenochtitlán, la piedra de Tizoc y la del Arzobispado y que al ser interpretados
desde una corriente mesoamericanista, nos proporcionan datos exactos de cómo
estaba constituida la clase dominante y como se distribuían en el Tecpan de este
sitio, en la etapa en que fueron dedicados estos monumentos. Por lo que
siguiendo las representaciones en dichos monolitos tenemos la existencia en el de
Tizoc de quince Tlatoque que son vencedores, de los cuales catorce son similares
en sus atuendos y solo uno de ellos tiene un tocado diferente, lo que le confiere el
rango del Tecuhtli principal. En la piedra del Arzobispado, solamente se tienen a
once Tlatoque vencedores, con indumentaria similar, no solo entre ellos, sino en
relación con los Tlatoque expuestos en la piedra de Tizoc. En el caso del monolito
del Arzobispado está ausente la figura del gobernante principal, dato de vital
importancia ya que refrenda la existencia de un Tecuhtli principal.

163
Siendo así que el Tecpan de México Tenochtitlán estaba constituido por un total
de 26 Tlatoque, los que estaban distribuidos de la siguiente manera: al centro de
este edificio casi cuadrado en la pared del fondo, se ubicaba el Tecuhtli principal y
a su derecha (según Camargo 1984), se distribuían catorce Tlatoque, siendo este
lado el dominante, por estar incluido el Tecuhtli principal y ser mayor el número de
Tlatoque que lo conforman. Al lado izquierdo del Tecuhtli principal se ubicaban los
once Tlatoque representados en la piedra del Arzobispado y está de más decir
que era el lado con menor poder. En cuanto a que símbolo regía a cada uno de los
lados y aventurando un poco la asignación, se diría que el Cuauhtli es el símbolo
que regía el lado derecho y por ende el principal y Ocellotl regiría el lado izquierdo
y de menor poder. Hay que hacer la observación que estos 26 integrantes del
Tlatocayotl rector, cada uno tenía su sitio donde gobernaba, por lo que es factible
que tuviesen un Tecpan con diferentes tipos de Tlatoque, esto es inferido a partir
de la conformación del Tecpan y el Tecuhtli principal, reproduciendo este modelo
en los demás Tlatoque que integran el Tlatocayotl rector.

Con esto tenemos que la dualidad que se crea entre el Cuauhtli y el Ocellotl, está
representada en la conformación del sistema de gobierno, tanto en el ámbito de
los personajes, así como en el espacio geográfico, con esto tendríamos que en los
Tlatocayotl rectores o Hueytlatocayotl, existirían dos tipos básicos, siendo uno el
Tlatocayotl rector donde gobernaba un Tecuhtli principal adscrito al Cuauhtli, así
mismo habría como contraparte un Tlatocayotl rector con un Tecuhtli principal con
el predominio de Ocellotl, por lo tanto esta situación se va a repetir en todo el
territorio mesoamericano, de esta manera se crea una división geográfico política,
que va a permitir que las sociedades interactúen entre ellas, por medio de
relaciones políticas basadas en la dualidad Cuauhtli Ocellotl, la cual consiste en
hacer una división territorial de Mesoamérica en dos partes, una dominada o en
posesión por el símbolo de Ocellotl y la otra en manos del Cuauhtli, con esto se
establecía una rivalidad entre los símbolos, de tal manera que la apropiación del
poder, se hacía por medio del establecimiento de sitios rectores de ambos
símbolos a lo largo y ancho del territorio, y a estos se adscribían una serie de

164
sitios con su gobernantes que le reconocían la categoría de ser el lugar dominante
en un área dada.

Con esta acción se subsana sobre todo la cuestión étnica como un determinante
en quienes van a tener el poder, el cual va a ser regido por su posición dentro de
esta dualidad y con esto queda descartado el acceso al gobierno por lazos
consanguíneos. Este esquema de una división política en Mesoamérica, basada
en estos símbolos Cuauhtli Ocellotl, a la que se adscribirían las diferentes
sociedades de este territorio, se obtendría como punto de unión la existencia de
Tlatocayotl rectores de ambos símbolos, distribuidos estratégicamente. Por lo
tanto la distribución en el espacio geográfico de Tlatocayotl rectores de ambos
símbolos a lo largo y ancho de Mesoamérica, crea una división territorial inscrita a
estos dos símbolos.

Lo anteriormente mencionado, da factibilidad a la existencia de explicaciones


alternas a los grandes problemas de la arqueología mexicana y en este caso se
analizó y se encontró una respuesta diferente al problema del sistema de
gobierno, que fue propuesto desde el siglo XVI. Lográndose identificar la
existencia de una clase social que detentaba el poder, la importancia de este dato
radica que su composición difiere en mucho a la de la corriente eurocentrista, la
cual sostiene la existencia de un gobierno por lazos de parentesco. Esta clase
gobernante estaba compuesta por personas llamadas Tecuhtli y su plural
Tlatoque, y para acceder a este puesto los requisitos eran impuestos por la
sociedad, siendo el más relevante el ejercicio de la milicia y con esto se deja fuera
la ascendencia familiar, como la forma de acceder al poder. Existe el dato de que
este sistema de gobierno de la clase de los Tlatoque, estaba presidido por la
presencia de dos símbolos encarnados en animales, el Cuauhtli y el Ocellotl, los
cuales normaban las relaciones entre estas sociedades.

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