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HISTORIA DE LA COCA
Hacia 1990, 200,000 familias dependían del cultivo ilícito de coca y el área para
éste fin era hasta once veces mayor que la requerida para abastecer las
necesidades del uso tradicional.
Definición:
Este oráculo es muy preciso y es por eso que todavía se sigue utilizando para
cualquier tipo de consulta.
Existe un rito previo a la lectura: no son pocos los lectores de coca que
prefieren que el consultante traiga sus propias hojas para hacer la consulta.
Las hojas son entonces previamente seleccionadas, descartándose las más
viejas o secas: este proceso es también una especie de purificación mental,
tanto para el oficiante como para el interrogador. Se acostumbra extender un
tejido hecho a mano, para servir de campo para la consulta; esta es
preferentemente de color rojo. En tiempos pasados, se acostumbraba utilizar
un pedazo de un manto preinca: afortunadamente para el patrimonio nacional,
esa costumbre ya está en vías de extinción.
La mayoría de los lectores de las hojas colocan a un lado del manto o campo
de lectura, una imagen religiosa (generalmente una estampa de la Virgen de la
Candelaria, representación para el mundo andino, de la Pachamama) y una
campana. El rito inicial consiste en pedir a la pachamama permiso para "leer la
coca", con oraciones en quechua o aymara, tocar la campana hacia los cuatro
puntos cardinales y con unas cuantas hojas de coca, ofrecerlas simbólicamente
con la mano alzada, también a los cuatro puntos cardinales. En algunos sitios
aún persiste la costumbre de chacchar (masticar) hojas, tanto oficiante como
consultante, antes de iniciar la consulta: si el sabor que tienen las hojas es
"dulce", el ritual proseguirá; si en cambio se sienten "amargas", se recomienda
no consultar a la coca.
Tras la primera consulta, el oficiante toma dos hojas grandes de coca,
colocándolas a mabos extremos del campo: una mostrando su cara frontal y
otra su anverso: siendo consideradas como una respuesta positiva y una
negativa, respectivamente. Luego, toma un puñado de hojas y las deja caer
sobre el manto: ahí se inicia la lectura.
El resto de la información es obtenida por las hojas en sí: sus formas, sus
dobleces, sus muescas y tonalidad de color, son traducidas de tal forma en que
se identifican como "puentes" ( símbolo de viades), personas (destacadas
hasta en sus características físicas), trámites documentarios, terrenos, ganado,
etc. Asimismo, se puede observar en ellas enfermedades y tratamientos a
seguir; no puedo profundizar más las señales ya que, fiel a la tradición andina,
debo mantener ese conocimiento sólo disponible para unos pocos.
De igual manera, el conjunto de hojas sobre el manto, forman figuras que son
interpretados por el oficiante, utilizándolas para conectarse por medio del
inconsciente colectivo, con sus antepasados, logrando así información tal como
fechas en meses, días y años, nombres y la descripción de lugares lejanos en
el tiempo y el espacio, así como sucesos con el mínimo de detalles: esta
cualidad más bien mora en el oficiante, pudiéndose encontrar en los países
andinos, individuos capaces de obtener información realmente pasmosa, por
medio de la planta sagrada de los incas.
De igual manera, el conjunto de hojas sobre el manto, forman figuras que son
interpretados por el oficiante, utilizándolas para conectarse por medio del
inconsciente colectivo, con sus antepasados, logrando así información tal como
fechas en meses, días y años, nombres y la descripción de lugares lejanos en
el tiempo y el espacio, así como sucesos con el mínimo de detalles: esta
cualidad más bien mora en el oficiante, pudiéndose encontrar en los países
andinos, individuos capaces de obtener información realmente pasmosa, por
medio de la planta sagrada de los incas.