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Juan Pablo II, de nombre de pila Karol Józef Wojtyła, fue un sumo pontífice de
la iglesia católica y el papa número 264 en la historia de esa religión. Nació en
Wadowice, Polonia el 18 de mayo de 1920, y es hijo de Karol Wojtyła y Emilia
Kaczorowska. Realizó sus estudios de educación primaria y secundaria, y tras
finalizarlos se dedicó un tiempo al ajedrez, coronándose campeón de varios
torneos.
Ingresó a la Universidad Jagellónica de Cracovia y en simultánea a una
escuela de teatro. En el año 1939, las fuerzas alemanas cerraron la universidad
donde estudiaba, Karol Wojtyła empezó a trabajar en una cantera y después en
la planta química Solvay, con el objetivo de mejorar su situación económica y
no ser deportado a Alemania.
En el año 1943, inició en el seminario clandestino fundado por monseñor Adam
Stefan Sapieha, donde estudió teología. Tres años después, un 1 de
noviembre, fue ordenado sacerdote en la capilla privada arzobispal; tiempo
después de su ordenamiento, se fue a Roma a realizar unos cursos en la
facultad de filosofía del Pontificio Ateneo Angelicum, donde obtuvo el doctorado
en Teología.
Para el año 1948, volvió a Polonia para ejercer su primer ministerio pastoral
como vicario coadjutor de la parroquia de Niegowić, durante 13 meses. En
noviembre de ese mismo año fue habilitado para ser profesor de la Facultad de
Teología de la Universidad Jagellónica.
En el año 1962, tras la muerte del arzobispo Baziak, fue escogido como el
nuevo vicario capitular; un año después, el papa Pablo VI lo consagró
arzobispo de Cracovia. Para el 8 de diciembre de 1965, formó parte de las
congregaciones para los Sacramentos y la Educación Católica, y del Consejo
para los Laicos. Fue nombrado cardenal el 29 de mayo de 1967, a la edad de
247 años.
Las secuelas de los atentados y los problemas de salud por la avanzada edad
que padecía Juan Pablo II, hicieron que se fuera deteriorando poco a poco,
tanto que, en marzo del año 2005, fue hospitalizado por dificultades
respiratorias. entre el 31 de marzo y el 1 de abril de ese mismo año, sufrió una
infección en las vías urinarias, que le generó una septicemia. Su salud se
agravó más, y el 2 de abril de 2005 murió a causa de un colapso
cardiopulmonar generado por el Parkinson y la septicemia, en la noche previa a
la fiesta de la Divina Misericordia. Tiempo después, se dio a conocer el
fragmento de una carta, que dictó a su secretario Stanisław Dziwisz, momentos
antes de morir. El fragmento decía:
“Soy feliz, séanlo también ustedes. No quiero lágrimas.
Recemos juntos con satisfacción. En la Virgen confío todo
felizmente”
El 13 de mayo de 2005, el cardenal Camillo Ruini, inició formalmente el
proceso de beatificación de Juan Pablo II; para eso, el 28 de abril de ese
año, Benedicto XVI dio un plazo de cinco años de espera después de su
muerte para completar la beatificación.
Para el 2 de abril del año 2007, finalizó la etapa diocesana del proceso de
beatificación. Dos años después, el Papa Benedicto XVI lo declaró venerable,
ya que se le atribuyo un milagro. En enero del año 2011, se autorizó en
definitiva la beatificación de Juan Pablo II, ceremonia que se llevó a cabo el 1
de mayo de 2011 en la fiesta de la Divina Misericordia. Sus restos fueron
trasladados de la cripta vaticana a la capilla de San Sebastián de la Basílica de
San Pedro.
El 5 de julio del año 2013, el Papa Francisco autorizó la canonización de Juan
Pablo II y de Juan XXIII, ceremonia que se llevó a cabo el 27 de abril de 2014
en Ciudad del Vaticano.
Entre los años 1964 a 1966, fue profesor de literatura y psicología en el Colegio
de la Inmaculada de Santa Fe y en el Colegio del Salvador de Buenos Aires.
Cuatro días antes de cumplir sus 33 años de edad, la víspera del tercer
domingo de adviento fue ordenado “Sacerdote” el 13 de diciembre de 1969 en
Argentina por el Arzobispo Emérito de Córdoba, Monseñor Ramón José
Castellano.
En 1980 hasta 1986, fue rector del Colegio Máximo de San Miguel y de las
Facultades de Filosofía y Teología, también fue primer párroco de la Parroquia
del Patriarca San José ubicada en el humilde barrio San José de la localidad
bonaerense de San Miguel.
Jorge Mario Bergoglio, siempre fue un hombre sencillo, sobrio, de perfil bajo,
pero de enérgica prédica, valiente defensor de la vida desde su concepción
hasta la muerte natural, amante de la música, la literatura, y como buen
argentino, amante del fútbol.