Вы находитесь на странице: 1из 4

"No basta serlo, sino parecerlo". Yago y el arte de ganar.

Reseña bibliográfica sobre el drama de William Shakespeare: "Otelo, el moro de Venecia" y el


artículo "Las dos paradojas de Otelo" del libro Apuntes sobre Shakespeare de Jan Kott.

Para mí como para muchos que amamos el teatro y que de alguna u otra manera estamos ligados al quehacer
teatral, hablar de Otelo, significa detenerse en al menos tres conceptos ineludibles: celos, traición y venganza.
Durante un largo tiempo consideré esta obra como aburrida, una pieza en la que el autor dota a la pareja
principal de una profunda atracción, donde la intensidad del deseo sexual los constituye como una reversión de
la erótica dominante: la heterónoma.

Hasta ahí, podríamos ubicar el tema central con el que una extensa mayoría simplificamos su naturaleza: una
pareja asimétrica (Desdémona y Otelo) sumidos en un profundo deseo mutuo, donde inevitablemente
sobrevendrán los celos y estos desencadenarán un cruel y trágico destino.

Pero frente a una nueva relectura e incluyendo a otro autor estudioso del teatro isabelino (Ian Kott: "Dos
paradojas de Otelo"); esta triada inicial que otrora servía para registrar en modo catalogo una tragedia de celos
conyugales, esboza ante mí, otras perspectivas de análisis.

Entonces es inevitable repensar Otelo y su construcción, que lejos de parecerme aburrida se revela ahora como
una pieza moderna para su época: un casamiento a escondidas que denuncia una ruptura con la hegemonía
social y familiar; sin dudas una apuesta al impulso.

Pero en un nivel previo existe un antagonista ineludible: Yago, quién desde un comienzo como si fuera un
prisma va descomponiendo la luz a través de sí, refractando en cada uno de los personajes principales de esta
historia una visión que irá obrando en consecuencia a sus designios, tornándose cada vez más presente, más
eficaz e implacable, recreando una realidad otra.

Todo aquello que nosotros espectadores, advertimos como trampa, será aquello que él decide crear y entonces
sucederá. Todo en él será argumentación y tendrá su correspondiente arquitectura más nunca será ficción, a lo
sumo espejismo. Yago se nos presenta como un acertijo que contiene todas las respuestas desordenadas,
consiguiendo todo lo que se propone, incluso su propia destrucción.

Yago nunca pierde.


¿Por qué define que su venganza, cuando advierte no ser él, el elegido? ¿Qué oculta?

Ya en el escena primera del primer acto, mientras se desarrolla la conversación entre Rodrigo y Yago, este
último es concluyente y declara sobre sí : "No soy lo que parezco" (1). Más adelante, en la escena tres del
mismo acto, ellos mismos conversan y es Yago quién argumenta: "Nuestros cuerpos son jardines en los que
hacen de jardineros nuestras voluntades, (...)" (2), refiriéndose a su propia naturaleza. Y apenas unos textos
más adelante, aconseja a Rodrigo ante su insistencia a matarse: "Trata más bien que te ahorquen después de
satisfacer tu deseo, que de ahogarte y partir sin ella" (3).

¿Son los celos únicamente motivados por la unión conyugal?, ¿Acaso, cela algo más?

Antes de finalizar el primer acto, mientras empieza a delinear como será su plan de venganza en contra de
Otelo, hablará de Cassio, refiriéndose al mismo como un ser que "(...) tiene una persona y unas maneras
agradables para infundir sospechas; tallado para perder a las mujeres".

Yago advierte la belleza de Cassio. Y va a utilizarla en detrimento del matrimonio.

¿Por qué es misógino, Yago? ¿Por qué odia y desprecia a cada una de las mujeres?

En el segundo acto, durante la primera escena, hay una conversación entre Desdémona y Emilia, (su esposa) ;
ambas son recibidas por Cassio y mantienen una breve charla donde Yago emite su opinión y deja entrever una
mirada generalizada respecto de las mujeres: "(...) sois pinturas frescas fuera de casa, cascabeles en vuestros
estrados, gatos monteses en vuestras cocinas, santas en vuestras injurias, diablos cuando sois ofendidas,
haraganas en la economía doméstica y activas en la cama". Más adelante, en este mismo acto, se mantendrán
unos diálogos entre ellos tres donde habrá un par de intercambios graciosos, que profundizan de manera a veces
más o menos atenuadas, expresiones descalificadoras en torno a lo que podría llamarse un juego dialectico entre
estos tres personajes.

Al finalizar la escena, en un monologo de Yago, dónde habla a público, explicita sobre Desdémona "(...) Ahora
yo la quiero también; no por deseo carnal, (...) " "(...) sino porque ella me proporciona el sazonamiento de mi
venganza (...)".

En el texto de Kott, hay citas ineludibles que definen a este personaje de manera implacable:
"Yago es un voluntarista. Uno puede hacer de sí mismo todo lo que quiera e imponer a otros su voluntad. Los
demás son solo instrumentos. Se pueden moldear como arcilla. (...)" . Y otra más que quisiera dejar de citar:
"(...) Yago odia primero y sólo después parece buscar los motivos de su odio"

(1): Metonimia.

(2): Metáfora.

(3): Hipérbole

Fuentes y citas extraídas de:

- SHAKESPEARE, W. (1979) Otelo, el Moro de Venecia, (Corrección: Abelardo Ferrero). Cuba: Ed: Pueblo y
Educación.

- Jan Kott, (1969) "Apuntes sobre Shakesperare" capítulo: "Dos paradojas de Otelo", Barcelona: Ed.
Seix Barral.

Вам также может понравиться