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El interés del tema nace porque en el seminario siempre hubo un eco latente sobre el tema de
la modernidad, los valores, la condición humana, lo que nos depara como humanidad y como
sociedad, el peso de la información y el poder que tiene. De alguna forma esto nos inclinó a
pensar en un tema que diera cuenta del papel de las ideas y de cómo estas son determinantes
en la política, evidentemente falta mucho por morder teóricamente y abordar el tema que nos
planteamos, pero esperamos el esfuerzo pueda dar aunque sea una aproximación.
El ejercicio es meramente hipotético, nuestra labor será identificar y plantear dichos discursos
y valores que tienen un papel psicosocial muchas veces subestimado a nivel político,
particularmente cuando se trata de legitimar o deslegitimar una postura en particular que está
siendo discutida en la opinión pública.
Nuestro objetivo principal será poner como ejemplo los tópicos más recurrentes en la Prensa
Digital de Honduras sobre cualquier noticia relacionada con los jóvenes, y algunas noticias
sobre hechos que fueron polémicos y de esta forma evidenciar la intencionalidad en la
difusión, redacción y publicación de dichos titulares.
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En Gramsci, mucho más evidente, encontramos análisis sobre la forma en que se ejercían las
políticas de dominación en las sociedades modernas. A esas políticas de dominación las
llamo hegemonía, es decir, como las clases dominantes ejercen el control social sobre las
clases dominadas, pero no tanto desde la economía o desde la política, si no particularmente
desde la cultura a través de los medios de comunicación, las instituciones religiosas y el
sistema educativo. Esto resulta en una imposición de una visión del mundo sobre las clases
oprimidas (Fernandez, 2011).
sistema capitalista a través de las crisis y la segunda, a la toma de conciencia y consenso que
puedan llegar los individuos para mediar tales crisis (Fernandez, 2011).
La industria cultural nos ofrece lo que no necesitamos apelando a las cosas que si
necesitamos: comunidad y conexión. Estos dos elementos son usados en la publicidad
haciéndonos sentir solos y carentes, obligándonos a consumir dichos bienes para sentir y
experimentar por medio de ellos esos sentimientos de colectividad, conexión, trascendencia,
etc. (The School of Life, 2015).
Para aterrizar lo anterior a nuestro contexto, a continuación retomamos algunas de las líneas
del historiador hondureño en uno de sus artículos previo al contexto electoral que se venía el
26 de Noviembre del 2017, ya que nos parece pertinente la forma en que el los expresa, y a
eso queremos aproximarnos con el ejercicio de este ensayo; en primer lugar, en Honduras se
reconoce la existencia de una castas de familias que controlan el Estado Hondureño (grupos
fácticos y que son minorías) que el categoriza como un "gran reflujo conservador" el cual se
despliega por una serie de entidades, instituciones y grupos que se imponen en el escenario
político hondureño a través del miedo (Soriano, 2017, párr.4). Esta tendencia autoritaria y
violenta se remonta a la constitución de reducidos grupos familiares que asumieron el control
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Las cúpulas religiosas que no es novedad para nadie de su alianza con estos grupos reducidos,
los medios de comunicación que fueron totalmente monopolizados por las élites para usarlas
como plataformas ideológicas de sus intereses financieros, el bipartidismo tradicional que ha
tomado formas cuasi-feudales y a la vez de capitalismo corporativo y un quinto elemento
que requiere nuestra atención; los intelectuales de derecha en Honduras. Curiosamente en
Honduras los referentes que trabajan como articulistas e invitados de programas de debate en
los medios de comunicación, son abogados, ingenieros, militares retirados, entre otros
profesionales que apelan al discurso de "defender las instituciones democráticas" y a
premisas liberales, cuando a la vez cuestionan argumentos de construcción de una
democracia participativa (Soriano, 2017). Cuando hay debate sobre algún tema conflictivo o
subversivo ellos son generalmente quienes se encargan de opacar el tema bajo marcos
teóricos liberales descontextualizados o bien bajo la moral cristiana. Finalmente, Soriano
(2017) plantea que la población Hondureña se abata entre los imaginarios del hartazgo, el
miedo, la incertidumbre, el cansancio.
Con lo que planteo Soriano queremos remitirnos un poco a la teoría crítica del discurso.
Esperamos haber dejado lo más claro posible nuestra intención con este pequeño y breve
rodeo teórico que no deja de ser de carácter provisional. Partimos de que en Honduras, desde
la administración colonial aún se sigue reproduciendo una poderosa hegemonía cultural,
económica y política, mezclada de forma bizarra con la organización del Estado Republicano
y la globalización del capitalismo. Consideramos relevante identificar sus contradicciones
desde los medios de comunicación como su principal plataforma para repeler y desmovilizar
todo intento de reformas políticas que atenten contra sus intereses y privilegios. Si al menos
tuviéramos conocimiento de ello, las estrategias políticas para enfrentarlo y resistir podrían
ser mucho más efectivas.
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A partir de ahora enunciaremos los recursos ideológicos más recurrentes en los discursos del
régimen actual y en los medios de comunicación para poder sostener su legitimidad y
credibilidad ante la ciudadanía o para pretender justificar sus decisiones políticas. La mayoría
de ellos fueron extraídos de titulares y declaraciones en los medios o la prensa digital
tomando una muestra 575 titulares de los principales diarios del país (El Heraldo, La Prensa,
La Tribuna y El Tiempo).
En el sentido común solemos afirmar que Honduras es el "patio trasero de Estados Unidos",
que no somos más que una colonia moderna que se configura como puede según la dinámica
global, y por un intercambio desigual en el mercado de las exportaciones como lo plantea el
modelo de la CEPAL.
2) También podemos ver repetidamente la concepción del "desarrollo" que tienen nuestros
funcionario públicos y académicos cuando en los titulares se hablan mayoritariamente de de
-Nueva infraestructura vial facilitará el comercio y atraerá a turistas- o -Papi a la orden
ejecuto 500 mil LPS de fondos en obras públicas- o -Proyecto de Santa Ana cumple
satisfactoriamente con sus indicadores-, -Nuevos laboratorios para la Escuela Ramón Rosa-.
Podemos entrever que los medios tratan de sobresaltar el desarrollo macroeconómico, basado
en indicadores, tecnología e infraestructura, no valorando un desarrollo que integre calidad
de vida. Manejar esta idea del desarrollo y de la economía evidentemente va en consonancia
con las transnacionales y la lógica con la que ha venido operando Honduras en función de
sus posibilidades de obtener crédito y ayuda de los organismos internacionales. De tal forma
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que la población asume que no tendría sentido alguno oponerse a algo positivo como lo es el
"desarrollo" que ellos plantean.
3) Continuando con la idea del "desarrollo" como bandera en donde se escuda el Estado para
facilitar el extractivismo del país. Si vamos más allá podemos entender porque pareciera
haber una asociación casi mecánica con "comercio=desarrollo", "emprendimiento=
desarrollo". Algo de nuestra herencia cristiana tiene que ver esto, seguro que sí. El
“emprendimiento” como valor es el único tópico del cual podemos dar fe como una tendencia
marcada en la difusión de noticias en la prensa digital sobre jóvenes. Abunda una infinidad
de reportajes, noticias y titulares anunciando sobre hondureños y hondureñas que lograron
colocar su pequeño negocio o bien lo hicieron en el exterior.
4) Del anterior se desprende un valor del liberalismo, "el mérito individual". O mejor dicho,
la creencia de que las personas son ricas porque aprovecharon sus talentos y los pobres son
pobres porque no los aprovecharon, porque son haraganes. De ahí que se encuentren titulares
y reportajes sobre -¡Hondureños y Hondureñas de origen humilde que triunfaron en el
extranjero! -. Quizás este tipo de noticias son las más sutiles y las más dañinas, justificando
de manera implícita la desigualdad, ya que no tiene cabida alguna que una persona no pueda
seguir los mecanismos legítimos de la movilidad social, todo es responsabilidad del
individuo, no hay estructura o dificultad alguna que se cierna sobre él y le cause algún tipo
de obstáculo.
Ahora veamos la declaración del Cardenal de la Iglesia Católica, referente obligado para
el tema: -hipócritamente al uso de la píldora lo llaman sexo seguro, a lo que deberían de
llamar sexo irresponsable, y hasta el Colegio Médico de Honduras dice que la pastilla no
es abortiva, pero con eso se pretende confundir a la opinión pública y engañar con medias
verdades. Es una agresión contra la vida, porque no es matando como se previenen los
embarazos en niñas adolescentes, es educando, no es con menos ética, sino con más ética
en las familias, no es canalizando el sexo-. Es muy clara la postura, pero si nos detenemos
a leer un poco más notamos como en sus declaraciones se abriga en una declaración
ambigua que para todos los fieles que estaban esperando su confirmación, es más que
suficiente para decantarse del tema y tomar una posición ante ello. Retóricamente es muy
similar a la división que Juan Orlando plantea en sus discursos para referirse a sus
detractores y a todos aquellos que atenten contra sus políticas, los que no estén con él es
porque "están en el otro lado", "en el otro camino", "en el otro bando" "hay de aquellos
que se confundan, porque los buenos somos más". ¿Acaso no es absurdo la forma en que
juegan con el acervo moral de las personas para orientarlas o inclinarlas a creer que están
siguiendo sus propios principios si apoyan o no apoyan a un determinado candidato o
política pública? Es como si la estrategia se resumiera a poner en el tapete dos polos,
sugiriendo de antemano que uno de los polos atenta contra los preceptos cristianos, y
claro, no se tiene derecho a equivocarse. Juan Orlando usa frecuentemente esto en sus
discursos, siempre pone una dualidad en sus argumentos sugiriendo sutilmente cual es la
correcta en función de la moral cristiana, del desarrollo económico o la paz. Estas son las
banderas que siempre alza para escudarse, y si alguien lo critica o no está de acuerdo con
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él, es porque no quiere el desarrollo para el país, no quiere valores para el país y quiere
violencia porque es conflictivo.
Desde este caso la moral cristiana no es tan evidente como base de argumentos durante los
paneles y debates presentados en televisión en donde podíamos ver a estudiantes partidarios
de la las demandas que hacia el movimiento contra los que no lo apoyaban. Y es que aquí,
hablar desde la biblia o consultarle a una entidad religiosa no tenía mucha cabida ya que de
fondo se había mediatizado que el tema era meramente de índole “académico”. Esto causa
obligadamente una delimitación, y una obligación de los medios a cuidar más los argumentos
que se iban a presentar ante la audiencia. Dado que el rodeo del tema se había puesto en el
tapete como un “asunto académico”, esto resulto en un catalizador para que la población y
muchos estudiantes internalizáramos la idea de que las demandas que estaban planteando un
sector estudiantil y sus protestas eran de carácter “políticas” y que nada tenía que ver con la
academia, por lo tanto –tu y yo nada tenemos que hacer ahí ya que nuestros padres con mucho
esfuerzo y sacrificio nos mandan a estudiar y no a perder el tiempo haciendo relajo-. ¿Parece
increíble no? Vamos a aislar el carácter espontáneo, volátil y todas las carencias de
organización y comunicación que muchos le atañen a la conformación del movimiento
estudiantil. Nos queremos referir al hecho de como los medios de comunicación nuevamente
de forma muy sutil han apelado a nuestros valores y han puesto en su narrativa el pensamiento
dicotómico o los “dos caminos”, sugiriendo además de forma indirecta que los jóvenes no
deben de participar en política –porque habríamos de escuchar la propuesta de los jóvenes si
ellos aún no han madurado, no son adultos, por ello los mandamos a estudiar-. En repetidas
ocasiones varios dirigentes del partido oficial del gobierno y también presentadores de
televisión dijeron –lo que está pasando en la universidad es una cuestión política-partidaria,
solo mire a sus dirigentes y sus miembros, muchos de ellos pertenecen a LIBRE. Es como
si trataran de decir –si perteneces o este afiliado a un determinado grupo es porque eso eres
y esa afiliación te determina, sos de ese bando-, es una lógica absurda, pero el tema es que la
gente lo cree. Este supuesto fue suficiente para que el sector estudiantil que hacia los
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Muchos estudiantes tenían una ambigüedad en su postura ante las demandas que hacía este
sector estudiantil, hasta que se vino una tabla de cobros del plan de arbitrios en la boleta de
reposición, laboratorios y otros servicios, la población estudiantil escéptica hasta el momento
logró cristalizar que la idea de una posible privatización en la Universidad no parecía tan
descabellada. Aquí comienza a tomar fuerza nuevamente las demandas, ya no se trataba
solamente de la exclusión de participación de los estudiantes en las estructuras de dirección
de la Universidad o de que esta se privatizara, se trataba además de las condiciones generales
de la misma y sus contradicciones financieras por atender y priorizar infraestructura que
frente a otros problemas más elementales como la matrícula, espacios adecuados para trabajar
y el proceso de registro de estudiantes detenido desde el 2012 que venía resintiendo la
comunidad estudiantil. Pero si encontramos un argumento por parte de la comunidad
estudiantil frente a la problemática como parte de su postura ambigua y que siempre salía a
flote, fue el económico, y este argumento fue explotado mediáticamente posteriormente en
titulares y programas dedicados a hablar de las pérdidas millonarias del Estado por los días
que no se recibían clases en la Universidad, por las pérdidas que le generaban a los padres y
madres de familias por la inversión que hacían en sus hijos. Y nuevamente, el eterno discurso
se volvió a enfatizar para desmovilizar y minimizar el tema a través del siguiente argumento
–Mis derechos comienzan cuando terminan el de los demás-. Bajo esta sombrilla se
escudaron las autoridades universitarias, dirigentes políticos y grupos de choques para
pronunciarse sobre el tema, mientras en los noticieros ponían a repetir cualquier imagen o
video sugestivo sobre daños materiales para vincularlos a los estudiantes que protestaban, y
de esta forma decirle a la población –los violentos son los jóvenes, por eso ocupan orden y
castigo, por desobedientes-.
Para concluir este caso, podemos identificar ciertos elementos con el cual el Estado y los
medios de comunicación jugaron bastante para desmovilizar y opacar el tema: el
paternalismo, la protección a la propiedad privada y la defensa de la apropiación de ingresos
por mérito propio (el derecho ajeno), el castigo como algo necesario y deseable para quienes
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no respeten la autoridad. Y por supuesto el que se oponga a estos elementos o los cuestione
se vuelve enemigo de su propia condición cultural.
El gráfico a continuación presenta la cantidad de noticias por tópico en bruto. Estas fueron
recopiladas durante el año 2017 (Enero-Diciembre) con la activación de una función
denominada “alertas de google” como los resultados más relevantes que se mantienen en la
red. Así evitamos un muestreo y una selección arbitraria de noticias, pero para el ejercicio de
este ensayo se tomaron en cuenta algunas por la riqueza de juicios de valor había en la
redacción del contenido de las noticias.
Conteo
180
160
160
140
120
100
81
75
80
60 51
39
40 30 29
15 20 17
20 13 9 13 10
4 3 4 2
0
Podemos observar como de 575 noticias, 160, la mayoría son sobre violencia (27%), le sigue
la política con 81 noticias (14%), 75 son sobre educación (13%), estos son los principales
tópicos. Sobresalen después las noticias sobre mercado laboral con 51 (9%) y migración con
39 noticias (6%). Creemos que a pesar de que son solo datos en bruto, el hecho de los
principales tópicos de consumo en los medios de comunicación sea sobre violencia,
educación, política, mercado laboral y migración sugiere mucho sobre la realidad en la cual
nos debatimos. De esta recopilación se hicieron los análisis anteriores. Para aportar un poco
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más, en los titulares de violencia es donde la prensa crea más morbo y proyecta argumentos
de carácter ideológicos, y particularmente morales: -La asesinaron porque ella amaba la vida-
, -Fotos polémicas de Kevin Solórzano comprometen su integridad-, -Miss mundo de
Honduras muere por crimen pasional-, -Litle Sam será nuevamente privado de libertad pero
en el Pozo-. La tendencia de la prensa busca culpar siempre a la víctima, a invisibilizar la
violencia, y justificar y exaltar cínicamente los gastos del Estado en cuerpos militares,
anunciando a diario capturas y detenciones.
En el tópico de mercado laboral y migración, destacar que los titulares hacían mucha
referencia al valor del emprendedurismo (como mencionamos anteriormente), donde habían
reportajes exclusivos con testimonios de hondureños y hondureñas radicados en el extranjero.
Lo curioso de estas noticias es que solo destaquen y enfaticen dos cuestiones, la condición
socioeconómica y la generalización que hacen a partir de un caso particular que no es
representativo, (sino más bien una excepción) como ejemplo de éxito y realización personal.
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Conclusiones
El tema propuesto pareciera muy obvio o evidente, sin embargo la forma en que los medios
encubren e invierten un acontecimiento o un tema es algo sumamente vil y descarado,
particularmente porque la población termina creyendo que su mejor postura es la de no haber
tomado una postura, aislándose del problema, creyendo que no es conveniente involucrarse
y que así puede salvaguardarse a sí misma. Como hemos mencionado anteriormente, no es
novedad la influencia que los medios ejercen para moldear aspectos sociales, económicos,
políticos y culturales. Lo que nos sorprende es la forma en que los tópicos son insertados en
los contenidos noticiosos justo cuando un tema o un hecho pueden generar subversión en el
algún sector o grupo de la población.
Estas reflexiones pueden parecer distantes al ejercicio del ensayo, pero las hemos traído
porque creemos fuertemente que la reproducción de un orden, de una ideología y de
estructuras sociales, no pasa por alto nuestra estructura emocional y espiritual,
particularmente la actitud que tomamos en esta era de la información y la tecnología. Y si lo
vemos de otra forma, hemos tenido una sociedad totalmente polarizada y un Estado
hondureño que no ha garantizado ni mucho menos ofrecido los mecanismos para que nuestra
población pueda canalizar todos esos años acumulados de explotación, corrupción y
desigualdad, en oportunidades dignas de empleo, en programas de arte y cultura.
Y si por si fuera poco con la desigualdad, también nos reprimimos mucho moralmente, y la
intención de este ensayo parte de reconocer fundamentalmente que la dinámica de los
procesos sociales no se puede entender o aislar de la dinámica de los procesos psicológicos.
Actualmente vivimos en una cultura de miedo alimentada por la prensa, todos los días se nos
presentan las mismas noticias como si se trataran de novedades, reforzándonos la idea de que
se necesita de una política de mano dura contra los criminales, y hemos naturalizado la
violencia hasta en nuestra comunicación y aquellos valores que nos constituyen
culturalmente han sido distorsionados y usados para manipular nuestra voluntad política por
un orden ideológica dominante que aún no trascendemos.
Si de algo estamos seguros, es que el hondureño y la hondureña tiene mucho que decir y
expresar, tiene una población significativamente joven y creemos mucho en que la alegría
nadie no las puede robar, la juventud tiene la obligación de seguir potenciando su
individualidad como pueda hacerlo, y así seguir creando y mejorando marcos significativos
de lucha y resistencia.
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Bibliografía
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teórica. San José, Costa Rica: FLACSO Costa Rica.
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descifrar la dicotomía dominación-liberación. Revista Crítica de Ciencias Sociales y
Jurídicas.
Jellinek, G. (2000). Teoría General del Estado. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.
Ortiz, Edgar. (2016). Una mirada a la Honduras contemporánea: del ajuste neoliberal al
actual régimen del partido Nacional (1990-2016)
Nodal.Ortiz, Edgar. (2017). Honduras: El reflujo conservador y las estrategias del miedo
para las elecciones