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Los problemas en el transporte público en Lima

Introducción

El transporte público es un fenómeno que a lo largo de la historia se ha ido propagando

en toda América Latina y en el mundo en general. Este servicio nos ha brindado muchas

facilidades al momento de movilizarnos, dándonos la opción de llegar a lugares lejanos sin la

necesidad de tener un medio de transporte particular. Sin embargo esto que comenzó como una

ayuda y un alivio para las personas que, por falta de ingresos o por el elevado costo de estos

medios de transporte, no tenían la posibilidad de movilizarse, pasado los años se volvió una

completa pesadilla, llevando consigo una gran cantidad de problemas que afectaron, afectan y

afectaran al medio y a sus habitantes. Con el paso del tiempo este problema se agrava, por lo que

tenemos que estar informados de cuánto daño causa esto en cada uno de sus ámbitos y como

podremos ayudar a solucionarlo poco a poco. Reconocer que esto es un problema sería el primer

paso, debido a que no muchos nos damos cuenta de la situación, vivimos más concentrados en

otros temas que no nos percatamos cuanto nos afecta y cuantas consecuencias trae en nuestra

vida.

Sin embargo, hemos abierto los ojos poco a poco, entendiendo la magnitud de esto y

buscando vías para solucionarlo. La cantidad de propuestas para atender esta situación es

enorme, ergo un gran porcentaje de estas quedan en el aire y se pierden a través del tiempo. En

esta monografía veremos con más detalle el problema, sus causas y consecuencias, como de

alguna manera estamos involucrados en la existencia de esto, siendo de forma indirecta causantes

del mismo problema del que nos quejamos y propuestas externas de solución.

El origen del desorden


La economía del Perú se recuperaba de una seria inflación, el presidente en ese entonces

era Alberto Fujimori, quien dicto medidas para impulsar el libre mercado. La norma permitió a

las empresas de transporte fijar sus propias tarifas, logrando así, una supuesta “mejora en las

condiciones de calidad, oportunidad y seguridad” según el Decreto Legislativo, la cual a su vez

también buscaba asegurar la satisfacción de la creciente demanda del servicio. Sin embargo esta

acción de liberar el servicio de transporte tuvo una gran falla, la cual fue la nula existencia de

reglas para la conformación de empresas. Así lo explicó el abogado y director de la ONG Luz

Ámbar, Luis Quispe Candia:

Hasta 1990, en Lima había cooperativas y comités, una empresa de propiedad

social del propio Estado y otra de la Municipalidad. Estas entidades eran

propietarias de las unidades vehiculares. Cuando se libera el mercado, se elimina

todo. El Estado les exige a las cooperativas que pasen a convertirse en empresas.

Pero nadie les dijo cómo deben manejarse.

Las nuevas compañías buscaron propietarios y se afiliaron a ellos por medio de contratos.

Los 15,200 microbuses, combis y coasters inscritos que circulan hoy en Lima lo hacen a través

de 266 empresas “afiliadoras”.

En 1992 fue firmado el Decreto Ley N° 25789, que dio paso a la importación de unidades

vehiculares usadas, flotas enteras empezaron a circular. Si bien la medida permitió el crecimiento

del mercado de transporte, con el tiempo contribuyó a la congestión en las pistas. A partir del

2010 las municipalidades tuvieron que emitir ordenanzas para aprobar el retiro de unidades con

tiempo vencido, el cual sería de 15 años de antigüedad en adelante. Sin embargo Lino de la

Barrera advirtió que la corrupción es un problema en estos procedimientos:


"La calidad de las inspecciones es muy, muy mala. La idea de estas inspecciones

es que se controle el uso de autos privados antiguos. Pero el sistema está

perforado por clarísimas señales de corrupción desde que las revisiones técnicas

son pasadas por agua tibia y no se han formulado mayores exigencias al

respecto".

Estadística en el uso del transporte público

El observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos a través de una encuesta realizada en 2015

a ciudadanos de Lima y Callao, afirmo que el 75.6% de ciudadanos de la capital se moviliza en

transporte público o colectivo (Metropolitano, Metro de Lima, Corredores Complementarios,

bus, cúster, combi y colectivo informal). De este grupo, el 25% viaja en buses y el 34% en

combis, demostrando nuestra preferencia al momento de decidir qué medios de transporte usar.

Por otro lado, un 15.5% lo hace en transporte individual, de los cuales el 2% viaja en taxi y el

9% en auto propio. Por último, el medio de transporte más sano, el transporte no motorizado,

vendría a ser el que menos porcentaje llevaría en esta encuesta, representando a tan solo al 7.8%

de limeños, de los cuales el 0.9% se moviliza en bicicleta, mientras que el 6.9% lo hace a pie.

En cuanto al tiempo que invertimos al movilizarnos en los medios de transporte la

encuesta reveló que el 25% de la población dedica más de 2 horas al día en trasladarse (ida y

vuelta) a su centro de trabajo o estudio, representando el 8.3% de las horas totales del día.

Además un 10% de limeños viaja por tres horas o más cada día para ir y venir de su destino

principal. A diferencia del 2014, en el 2015 se observó un considerable aumento en el porcentaje

de quienes manifestaron tardar más tiempo al dirigirse hacia su destino, un índice que tiende a

seguir aumentando. Si en tan solo un año los cambios porcentuales fueron grandes con respecto a
la demora en el trayecto por parte de la congestión, resulta obvio pensar en el aumento que

tendría ahora, pasados ya tres años desde aquella encuesta de Lima Cómo Vamos.

El Cercado de Lima es el principal distrito donde los ciudadanos limeños se dirigen para

ir a estudiar y/o trabajar, representando el 14.5% del total, mientras que San Juan de Lurigancho

representaría el 8.1% y Santiago de Surco el 6.4%, quedando en los puestos segundo y tercero,

respectivamente.

Consecuencias

En Lima las consecuencias, en su mayor parte, giran en torno el tema de tráfico, tal sea el

incremento de costo de vida, genera un momento propicio para la delincuencia, disminución de

la productividad en labores, problemas de salud y genera estrés (VeMás, 2017).

Posibles vías de solución

Los cambios a gran escala que se deben realizar integraría el nivel de reestructuración del

sistema de transporte, cambios de la forma ya establecidas de las de los centros más comunes

urbanos, una cultura que se vea reflejada en el peatón de aprecio hacia las normas de tránsito,

fomentar el uso de bicicletas como medio de transporte.

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