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LECTOESCRITURA: ¿A QUÉ EDAD?

PARA APRENDER A LEER Y ESCRIBIR LOS NIÑOS DEBEN TENER CIERTAS


NOCIONES Y HABILIDADES BÁSICAS. AUNQUE CADA UNO TIENE SU PROPIO
RITMO, SE ESTIMA QUE LA EDAD IDEAL ES EN TORNO A LOS 6 AÑOS.

Muchos padres se preguntan cuál es la edad adecuada para que sus hijos aprendan
a leer y escribir. Sin embargo, más allá de pensar en la edad adecuada,
actualmente, en nuestro medio existe cierta presión por parte de los padres para
que sus pequeños retoños estén más “adelantados” que sus compañeros e ingresen
a primero de primaria sabiendo leer y escribir, como si ello les garantizaría el éxito
académico. Sin embargo, el asunto no es tan simple, existen ciertas nociones
básicas con las que deben contar los niños para poder aprender el proceso de la
lectoescritura.

“Evidentemente, parecería que en el imaginario colectivo saber leer y escribir antes


de ingresar a primero de primaria, es sinónimo de que el niño está mejor
preparado, de que será más exitoso académicamente o es más “inteligente” y
quizás podría serlo; sin embargo la mayoría de las personas atraviesan etapas en el
desarrollo psicoevolutivo y el afianzamiento en cada una, garantiza el éxito de la
siguiente. Los niños durante la Educación Inicial, deben consolidar las habilidades
básicas, ello reducirá toda probabilidad de dificultades mayores durante el proceso
de aprendizaje de la lectoescritura, más allá de las que son propias durante este
emprendimiento y que suelen desaparecer con una buena orientación y práctica del
niño”, explica la psicóloga Isabel Morales, con maestría en Ciencias de la Educación
Superior y docente de la carrera de psicología de la Universidad Juan Misael
Saracho en Tarija.

También suele suceder que en el afán de ayudar a sus hijos, los papás caen en el
error de sobre estimularlos, incluso desde la cuna, esperando que esto ayude a
desarrollar más rápidamente sus capacidades. Para ello recurren a juegos
didácticos en exageración, se empeñan en enseñarles a leer y escribir antes de los
cuatro años, todo con el fin de “potenciar su talento" y de mostrar que su hijo está
mucho más adelantado para su edad. Pero cuidado, porque la estimulación bien
llevada por supuesto que tiene frutos positivos pero la sobre estimulación puede,
por el contario, tener efectos contraproducentes que a la larga se traducen en
problemas de atención, falta de concentración, hiperactividad, etc.

Sin embargo, con relación a este tema, se debe tomar en cuenta también la cultura
y las exigencias que tiene la escuela, por ejemplo.

“Si el objetivo general de primero de primaria en la escuela es el aprendizaje de la


lectoescritura, no es productivo, esto conduciría a que el niño se aburra durante la
mayor parte de las clase puesto que repetiría ejercicios y tareas que ya sabe,
provocando posiblemente un efecto negativo en el aula, caracterizado por la
interrupción del normal desarrollo de la misma, distrayendo la atención de los
demás compañeros y mostrando una actitud quizás de rechazo por asistir al
colegio. Pero sí el colegio exige que el niño ingrese con cierto nivel de aprendizaje
de la lectura y escritura, habrá que prepararlo con las pautas necesarias, aunque
ésta no es la realidad en el contexto socio cultural actual en el que vivimos a
diferencia de algunas culturas como la asiática”, dice Morales.
HABILIDADES Y NOCIONES BÁSICAS

“Las habilidades y nociones básicas llevan a los niños a que alcancen un adecuado
desarrollo espacial, y así podrán ubicarse fácilmente cuando la maestra indique que
tienen que dibujar el sol arriba de las montañas, los animalitos en el corral que está
al lado de la casa y pintar el río que pasa por debajo del puente. La consolidación
de las nociones arriba, al lado, abajo, detrás, delante son necesarias adquirirlas
primeramente en el propio cuerpo para posteriormente recién poder ser
proyectadas hacia el mundo exterior, por ejemplo en una hoja de papel”, explica la
especialista.

La psicóloga asegura que entre algunos criterios generales, se puede decir que un
niño está preparado para aprender a leer y escribir cuando existe un equilibrio
maduracional entre factores orgánicos, constituidos por la estructura anátomo
funcional (sistema neurológico, sensorial, motor, etc.), los factores mentales (un
adecuado nivel de madurez) y la motivación, es decir el interés que despierta en el
niño aprender nuevas tareas.

Por otro lado, están las nociones básicas para llevar adelante este proceso.

“Desde el punto de vista psicológico una piedra fundamental en la adquisición del


aprendizaje de la lectoescritura está íntimamente vinculada con la Psicomotricidad,
que advierte una relación directa entre la mente y el movimiento, es la capacidad
del ser humano, para coordinar desde el cerebro los movimientos generales del
cuerpo, involucrando los músculos finos y gruesos; o las llamadas habilidades
básicas para el aprendizaje”, dice Morales y a tiempo asegura que a partir de estos
conceptos, existen algunas nociones básicas importantes que son:

Coordinación Visomotriz

Esquema Corporal

Lenguaje

Lateralidad (Noción de la derecha e izquierda)

Desarrollo de la Motricidad Gruesa y fina

Orientación espacio temporal

Discriminación visual

Discriminación Auditiva

Pre cálculo

Pre escritura

“Por ejemplo en el desarrollo de la Lateralidad que constituye la predominancia de


uno de los lados del cuerpo para la ejecución de acciones (izquierda/derecha), y
que está relacionada con el desarrollo espacial, es de suma importancia trabajarla
antes de aprender a leer y escribir; esto evitará confusiones al escribir ciertas letras
que son parecidas, pero, de orientación diferente como: b-d, p-q, 6-9, u-n; etc”,
explica la especialista.
RECOMENDACIONES

La psicóloga asegura que lo más importante es consolidar las Habilidades Básicas


anteriormente señaladas; eso evitará la aparición de “dificultades de aprendizaje”
como ser: dislexias, discalculias, dislalias, etc.

“Ahora bien, cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje. Debemos respetarlo,
eso no significa bajar los brazos por explotar todas las potencialidades que tenga.
La Psicología ha demostrado que un niño con la ayuda de un adulto, puede lograr
cosas que por sí sólo quizás no las lograría o tardaría mucho más tiempo en
alcanzarlas; debemos estimularlo mentalmente priorizando ante todo un adecuado
desarrollo afectivo”, asevera Morales.

Recuerde que esta información sólo sirve de apoyo, cualquier duda consulte con un
experto.
ETAPAS DE LECTOESCRITURA
Todos conocemos la importancia de la interacción de los chicos con los materiales escritos
en el aprendizaje de la lectoescritura. En este proceso, el niño formula hipótesis, las pone a
prueba y las acepta y rechaza según los resultados que va obteniendo. Pero, además, es
preciso el acompañamiento y guía por parte del docente. Por ello, además de brindarles
diversas actividades, es indispensable recordar bien los pasos que siguen en su evolución,
para ayudarlos a avanzar, encontrando el momento y la manera adecuados para provocar
"conflictos" de conocimiento que los lleven a buscar nuevas respuestas por sí mismos.

Antes de la etapa de hipótesis pre- silábica no hay comprensión de


simbolismo en las letras, por lo que no diferencian letras de dibujos.
Gradualmente irán avanzando hacia el nivel siguiente.

Hipótesis pre-silábica:
Nivel 1:
Diferencia letras y números de otro tipo de dibujos.
Reproduce los rasgos imitando los trazos de manuscrita o imprenta.

Estas grafías no tienen linealidad, orientación ni control de cantidad.


En algunos casos necesita del dibujo para significar sus textos.

ÁRBOL
Nivel 2:
Posteriormente, comienza a organizar las grafías una a continuación de la
otra.

Sólo puede ser leída por su autor.

Nivel 3:
El tamaño de las palabras es proporcional al tamaño del objeto.

HORMIGA

VACA

Nivel 4:
A- Hipótesis de cantidad: no se puede leer algo si no hay un mínimo de
cantidad de letras (por lo menos tres).
B- Hipótesis de variedad: las grafías son diferentes entre sí ("letras iguales
no sirven").

Las dos se manifiestan tempranamente en las escrituras espontáneas y


perduran bastante tiempo.
En un principio, escrituras iguales pueden servir para nombres distintos,
luego rechazan esto ("para cosas diferentes se necesitan letras
diferentes").
Hay mayor definición en los rasgos.
Predomina el interés de escribir con imprenta mayúscula.
Hipótesis silábica:
- Cada letra tiene el valor de una sílaba.

- Utiliza letras o pseudo-letras.

Hipótesis silábica- alfabética:


- Es un período de transición, en el que se manejan las dos hipótesis.

- Algunas letras mantienen el valor silábico- sonoro, mientras que otras no.

- Conviven ambas hipótesis en una misma escritura.


Hipótesis alfabética:
- A cada letra le corresponde un valor sonoro.

- A pesar de que han avanzado en la construcción del sistema de escritura,


esta hipótesis no es el punto final del proceso, ya que luego se enfrentará
con otras dificultades (ortografía, separación de palabras, etc.).
CÓMO REALIZAR LA PRUEBA TEBEROSKY PARA EVALUAR EL PROCESO DE

APRENDIZAJE DE LA LECTOESCRITURA

El lenguaje surge en el ser humano como medio de comunicación, pero luego se convierte
en un medio para adquirir conocimiento. El lenguaje posibilita la construcción del
pensamiento y su estructuración, de manera que dominarlo es fundamental para construir el
aprendizaje.

El aprendizaje de la lectoescritura se convierte así en uno de los principales retos de la


escuela. Son diversos los métodos que se usan en las aulas para enseñar a nuestros
alumnos. Los docentes hemos de entender el aprendizaje de la lectoescritura como un
proceso interactivo en el que se considera el papel activo del niño la niña con capacidad de
reflexionar y buscar significado de las ideas y del pensamiento. Así en el modelo de
aprendizaje que presentamos resalta la capacidad y la necesidad del alumnado de pensar
sobre lo que lee y escribe. Y nuestro papel como maestros es acompañarlos en este
aprendizaje facilitándoles la comprensión de la realidad mediante la educación del
pensamiento.

Cuando los pequeños llegan a la escuela los maestros que los recibimos debemos averiguar
los conocimientos que han ido adquiriendo sobre el lenguaje, sus conocimientos previos,
¿qué saben los niños y las niñas sobre lenguaje?
Los alumnos llegan a la escuela con un amplio bagaje de conocimientos sobre la lengua y
los hechos lingüísticos aunque no conozcan los significados convencionales de estos
conceptos. En su competencia verbal queda patente como se construye sucesivamente el
conocimiento sobre las palabras, las sílabas y las letras muchas veces sin que se produzca
una enseñanza explícita de estos aspectos y siempre vinculando al significado y al uso de
los niños hace en distintas situaciones comunicativas. Es a partir de estos conocimientos
que empezaremos a construir el aprendizaje y adquisición del proceso de la lectoescritura.

Pero antes averiguaremos en qué nivel o etapa se encuentra cada uno de nuestros alumnos.
En la evolución de la lectoescritura nos encontramos con una serie de etapas que debemos
conocer para saber dónde se encuentra cada escolar y así poder planificar basándonos en su
nivel inicial de conocimientos, planteando actividades que permite confrontar aquello que
saben con el nuevo contenido.

El lenguaje surge en el ser humano como medio de comunicación, pero luego se convierte
en un medio para adquirir conocimiento. El lenguaje posibilita la construcción del
pensamiento y su estructuración, de manera que dominarlo es fundamental para construir el
aprendizaje.

Las investigaciones hechas por Teberosky y Ferreiro sobre el desarrollo de la escritura


infantil, distinguen varias etapas:

1ª) Etapa de escritura indiferenciada: los niños no distinguen las grafías de los dibujos.
(Harán el mismo garabato para dibujar algo que para escribirlo)

2ª) Etapa de escritura diferenciada: imitan las letras que ven, copiando de un modelo, pero
sin tener conciencia real de lo que escriben.

3ª) Etapa silábica: comienzan a establecer relaciones entre el sonido de las palabras y su
grafismo. Identifican la sílaba, pero suelen representarla con una sola letra (normalmente
vocales, que para ellos tienen mayor sonoridad)

4ª) Etapa silábico-alfabética: establecen correspondencias entre las sílabas y lo que


escriben, pero no son capaces de segmentar todos los elementos sonoros de la palabra, lo
que hace que dejen sin escribir algunas letras.

5ª) Etapa alfabética: reconocen una correspondencia alfabética a cada sonido de la palabra,
tanto consonantes como vocales, aunque deberán aprender todavía la ortografía correcta.

Para poder conocer el momento en que se encuentra cada niño y poder adecuar los
instrumentos de trabajo de los maestros y maestros a las necesidades de su alumnado
aconsejamos pasar una prueba cada trimestre, que nos puede servir de evaluación inicial,
formativa y sumativa.
Es necesario no olvidar que la pauta que presentamos permite establecer el nivel de cada
niño el conocimiento del sistema alfabético y su relación con el oral.

CÓMO REALIZAR LA PRUEBA TEBEROSKY

La prueba es individual. Se da un papel y un lápiz a cada niño, se le dice que escriba su


nombre y se le dictan unas palabras. Debemos llevarla a cabo en un ambiente relajado
donde el niño se encuentre cómodo (si se ponen nerviosos pueden bloquearse y no podemos
hacer una valoración correcta).

La dificultad de las palabras será progresiva:

Una palabra de una sílaba (por ej.: sol)


Una palabra de dos sílabas (por ej.: gato)
Una palabra de tres sílabas (por ej.: manzana)
Una palabra de cuatro sílabas (por ej.: elefante)
Una frase que tenga una de las palabras dictadas anteriormente (por ej: El gato hace miau).

Una vez que ha acabado de escribirlas, le pedimos que las lea guiándose con el dedo si es
necesario. A continuación recogeremos los resultados en una plantilla en la que estarán
reflejados los nombres de los niños en la columna vertical y las etapas de la adquisición del
proceso de la lectoescritura en la horizontal. Estas etapas se concretarán de la siguiente
manera en la plantilla:

Etapa Presilábica (dividida en tres subetapas: Dibujo, Escritura Indiferenciada y Escritura


Diferenciada), Etapa Silábica, Etapa Silábica-Alfabética y, finalmente, Etapa Alfabética.

Marcaremos el momento exacto en el que se encuentra el alumno teniendo en cuenta la


prueba realizada. Si utilizamos la misma plantilla y diversos colores para las diversas
evaluaciones que vayamos realizando durante un espacio de tiempo podremos ver la
evolución de los alumnos de manera rápida.

Conocer el momento del proceso en el que estén nuestros alumnos nos ayudará a planificar
y preparar actividades adecuadas que sean motivadoras y les hagan avanzar en este proceso
de manera significativa y eficaz.

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