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Inestabilidad. La realidad de todos los días, la solución que nunca llega.

Desde la creación de esta Corriente Nacional Docente venimos estudiando los diferentes problemas
que tiene el sistema educativo argentino desde una perspectiva crítica, entendiendo que las
políticas educativas no han hecho más que profundizar un proceso de degradación que lleva unas
cuantas décadas de desarrollo.

Dentro de los problemas que encontramos se encuentran el salario, las condiciones laborales, los
problemas curriculares, la función de la escuela, entre otros aspectos. Sin embargo, hay una
cuestión transversal, que actualmente se discute mucho en las aulas, asambleas y capacitaciones.
Un gran problema que tenemos los trabajadores de la educación es la estabilidad laboral.

En un censo (2017) realizado por Conti – Santoro en el Departamento Colón encontramos datos
alarmantes que no hacen más que llamar la atención a las decisiones de la burocracia sindical en un
contexto de conflicto paritario. Para empezar, los resultados muestran que menos de la mitad de
los docentes (40,10 %) ha logrado concentrar sus horas en una sola institución educativa, el resto
debe movilizarse para trabajar en dos o más escuelas, siendo alarmante que casi el 8 % de los
docentes trabajan en más de cuatro escuelas en diferentes partes del departamento, debiendo
movilizarse, en algunos casos, de ciudad en ciudad o del ámbito urbano al rural.

El problema se profundiza cuando analizamos la situación de revista de los docentes1. En un primer


análisis encontramos que el 70% de docentes está realizando suplencias. Dentro de las suplencias
se dividen en tres grupos, la mayoría tiene horas suplentes a término fijo (41,6 %), luego están los
que tienen horas suplentes con titularidad vacante (25,1 %) y el resto de las horas suplentes
alcanzan el nivel máximo de la precariedad que son las designaciones por Artículo 80 y/o Articulo
40, es decir, suplencias que se renuevan anualmente.

La última variable de discusión que nos aportó este estudio tiene que ver con los turnos que cumple
un docente, en cualquiera de los niveles del sistema educativo. En este sentido, las cifras siguen
siendo negativas: menos de un tercio (32, 5 %) trabajan en un solo turno. La gran mayoría de los
docentes (45,5 %) trabaja en dos turnos, pero lo más alarmante es que casi un cuarto (22 %) trabaja
en tres turnos, en algunos casos cumpliéndolos en una misma jornada.

Las conclusiones que podemos extraer rápidamente es que los docentes tenemos que movilizarnos
mucho entre nuestros lugares de trabajo, tenemos la presión de no saber si podremos mantener
nuestras horas cátedras o cargos ya que muy pocos tienen sus horas titular (siendo común en el
caso de docentes con horas titulares que solo posean una parte de sus horas en esa situación
mientras que el resto de sus horas siguen siendo suplencias) y por ultimo debemos trabajar en
turnos variados, dificultando nuestras relaciones familiares, nuestras posibilidades de formación,
nuestra salud (desde múltiples aspecto como el tiempo necesario para realizar ejercicio físico o
alimentación sana), entre otros factores.

1
En este análisis dejamos de lado por motivos prácticos a aquellos docentes contratados.
Nuestro sindicato está al tanto de esto. A comienzos de las discusiones paritarias agregaron como
un supuesto punto de discusión sobre “periodicidad de los concursos ordinarios y extraordinarios”2,
pero esto parece haberse olvidado cuando la discusión salarial de comió todo protagonismo.
Nuestra estabilidad laboral parece estar dependiendo de los supuestos “compromisos” que asume
la gobernación de la provincia, los mismos compromisos que viene asumiendo desde la sanción de
la Resolución 1000 (2013), donde se estipulan los plazos para renovación de credencial de puntaje
y realización de concursos ordinarios. Cinco años han pasado y aún siguen llegando confirmaciones
de titularización anteriores a la sanción de dicha reglamentación, esto supone que seguiremos
esperando que estos compromisos se cumplan mientras nuestra conducción parece otra vez confiar
en la “buena voluntad” de la patronal.

Ante esta situación exigimos la inmediata entrega de las credenciales de puntaje que llevan casi dos
años sin emitirse, puesta en marcha de concursos para titularización y cumplimiento de los tiempos
establecidos en las normas vigentes. Además, pedimos por una posición real de la conducción frente
a este problema y medidas reales ante la ignorancia de los mismos por parte de la patronal.

2
Comunicado de la conducción de AGMER COLÓN. 22 de febrero de 2018

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