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Módulo 2/ Sesión 2

Autonomía como finalidad


educativa
Autonomía como finalidad educativa

1. Autonomía y heteronomía
Jean Piaget fue el primero en plantear que la capacidad de distinguir
lo correcto de lo incorrecto, lo justo de lo injusto, es decir, la capacidad de
razonar moralmente, se construye por un proceso de desarrollo individual
estrechamente conectado con el medio social. En 1932, en su libro El criterio
moral en el niño, Piaget afirma que

“Toda moralidad consiste en un sistema de reglas, y la esencia de


cualquier moralidad hay que buscarla en el respeto que el individuo adquiere
hacia esas reglas” (Piaget, 1932).
Siguiendo esta idea, Piaget nos plantea, tomando ideas del filósofo
Kant, que hay dos grandes modos de relacionarse con las reglas: de manera
heterónoma y de manera autónoma. Es importante entender de qué se
trata cada una para poder comprender también sus implicancias para la
convivencia en la escuela.

Heteronomía quiere decir estar regido por reglas externas, por las reglas
que han creado otros y que, de algún modo, nos imponen esos otros. Las
razones para hacer lo correcto están ligadas a ganar una recompensa o evitar
una sanción. No hay una comprensión más profunda del sentido de las reglas
o de su rol para el bien común, los derechos de las personas o la vida social.

Autonomía, por el contrario, significa “participación en la generación de


reglas”, es decir, la capacidad de darse a sí mismo leyes o normas propias,
e indica que la persona no se rige por normas externas (por ejemplo, lo que
otros le dicen que haga), sino por aquellas reglas que acepta como legítimas
porque las entiende y que obedece porque tienen sentido y valor reconocido
por ella o él y porque reconoce que son legítimas, fortalecen el bien de todos
y los derechos de las personas.

En el cuadro siguiente, damos algunos ejemplos de razonamientos


heterónomos y autónomos:

Situación Razonamiento Heterónomo Razonamiento Autónomo

Hay un semáforo y “Hay que parar porque ahí en la “Hay que parar porque así se
tenemos que dete- esquina está el policía”. evitan accidentes y los peato-
nernos. nes pueden cruzar con segu-
ridad”.

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Autonomía como finalidad educativa

Los niños deben “Tengo que llegar temprano por- “Tengo que llegar temprano
llegar temprano a la que si no el profesor me castiga”. para no perderme la primera
escuela. clase y para no interrumpir al
profesor y a los demás com-
pañeros”.

Hay una necesidad “Voy a ayudar para que me “Voy a ayudar para intentar
en la escuela y se pongan buena nota y me den un solucionar este problema que
pide a todos una premio”. nos afecta a todos”.
colaboración.

Una estudiante “Lo haré porque ahora, si no estás “Voy a colegiarme porque de
termina la carrera y colegiada, ponen multa”. esta manera ejerceré legal-
debe colegiarse. mente la profesión”.

Como puede observarse, los razonamientos heterónomos se basan


en razones externas como ganar premios o evitar castigos, y no presentan
ninguna razón profunda acerca del sentido de las reglas. Contrariamente, los
razonamientos autónomos se configuran alrededor de razones que legitiman
las normas explicando sus razones, y se enfocan en asuntos intrínsecos de la
propia interacción social.

2. Rol de la IE en la construcción de la autonomía


Los niños empiezan su vida social siendo heterónomos, pero
paulatinamente se van convirtiendo en autónomos a través de la experiencia
de analizar críticamente las reglas que deben seguir, proponer normas de
conducta, revisarlas periódicamente y hacer juicios críticos sobre el modo en
que deben resolverse los problemas. La autonomía no surge de la nada, sino
a través de este tipo de interacción social: poder dar normas que regulen la
vida colectiva, tener oportunidades para analizar críticamente los acuerdos,
revisar las reglas, cuestionarlas y cambiarlas cuando sea necesario.

Es importante recalcar que esto es parte de un ejercicio ciudadano que


permite a las personas convivir entre diferentes y participar en la sociedad.
Sin autonomía no existe ciudadanía. Lamentablemente, muchas veces el
entorno escolar no facilita el paso de la heteronomía a la autonomía, sino
todo lo contrario, impide el avance de estas capacidades al no brindar
a los estudiantes el tipo de experiencias participativas que se necesitan
para construirlas. En las escuelas, directores y docentes están demasiado
acostumbrados a dar argumentaciones autoritarias para hacer que las
personas hagan las cosas. Como bien plantean Delval y Lomelí, P. (2013, p.
42):

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Autonomía como finalidad educativa

“La organización de la escuela actual constituye un sistema autoritario


basado en la autoridad del profesor. Los alumnos son considerados como
menores de edad. De hecho lo son, pero para que se conviertan en personas
adultas, para que se conviertan en individuos autónomos, hay que atribuirles
más capacidades de las que tienen, hay que llevarles siempre un poco más
allá de donde están”.

Si bien se sabe que existe una relación entre los años de educación
escolarizada y el razonamiento moral, de manera que este último avanza a
medida que los primeros avanzan también, hay consenso en afirmar que las
escuelas han fracasado en el desarrollo de la moral de los estudiantes, pues
los niveles alcanzados por estos al terminar la secundaria son precarios,
especialmente en nuestro país (UMC 2005a, 2005b). Gran parte de los
estudiantes de las escuelas secundarias, en los que se esperaría encontrar
niveles de autonomía moral, demuestran un desarrollo correspondiente a
edades inferiores.

Esto constituye un problema porque la educación, como proceso social,


está llamada a dar a estudiantes y docentes, oportunidades diversas para
crecer en autonomía y para ejercer, cada vez, de mejor modo, su ciudadanía.
En este sentido, lograr una convivencia escolar democrática requiere fomentar,
también, el paso de la heteronomía a la autonomía, permitiendo un ejercicio
ciudadano al interior de la escuela, fomentando la participación de los
estudiantes en instancias de gobierno, deliberando con todos en las aulas
las reglas de convivencia, generando en colectivo nuevas reglas, discutiendo
situaciones de la vida social tanto de la propia IE como de la comunidad local,
de nuestro país y del mundo.

Recuerda que…
La construcción de la autonomía es un proce-
so que toma mucho tiempo, no se da de un día
para otro. No debemos alarmarnos si no se en-
cuentran resultados inmediatos en los estudian-
tes. Ellos, con tu esfuerzo y el propio, irán desa-
rrollando esta capacidad.

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Autonomía como finalidad educativa

Referencias

Delval, J. & Lomelí, P. (2013). La educación democrática para el siglo XXI. Mé-
xico: Siglo XXI editores.
Piaget J. (1932/1984). El criterio moral en el niño. Barcelona: Martínez Roca
Unidad de Medición de la Calidad Educativa (UMC). (2005a). Evaluación Na-
cional del Rendimiento Estudiantil 2004. Una primera aproximación a la
evaluación de la reflexión ciudadana. Sexto grado de Primaria. Documen-
to de trabajo UMC 15. Lima: Ministerio de Educación del Perú.
Unidad de Medición de la Calidad Educativa (UMC). (2005b). Evaluación Na-
cional del Rendimiento Estudiantil 2004. Una primera aproximación a la
evaluación de la reflexión ciudadana. Quinto grado de Secundaria. Docu-
mento de trabajo UMC 18. Lima: Ministerio de Educación del Perú.

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