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Alma y conocimiento
Todos los seres vivos se presentan a Aristóteles como poseedores de alma (psyché), con lo cual se
distinguen de los seres inanimados o inorgánicos. Distingue tres clases de alma: vegetativa (propia
de las plantas, pero presente también en los animales y en el hombre), sensitiva (propia de los
animales y del hombre), racional (exclusiva del hombre). Ésta tiene tres características: es causa del
movimiento del cuerpo, conoce y es incorpórea.
La teoría de las ideas explica el camino por el cual se alcanza el conocimiento de las cosas. En
lenguaje filosófico, la teoría de las ideas de Platón es tanto una teoría epistemológica o teoría del
conocimiento, como una teoría ontológica o teoría del ser.
Hay dos géneros del conocimiento, el conocimiento intelectual o intelección, y la opinión; que
tienen por objeto uno el ser permanente o las ideas, y la otra el mundo sensible. Los cuatro grados
del conocimiento constituyen operaciones del alma, y conforman el paso desde la ignorancia hacia
la ciencia.
A juicio de Platón, las afirmaciones acerca del mundo físico o visible - incluso las observaciones y
proposiciones de la ciencia - son solamente opiniones. Algunas de estas opiniones están bien
fundamentadas y otras no; pero ninguna de ellas debe ser entendida como conocimiento
verdadero.
El punto más alto del saber es el conocimiento, porque concierne a la inteligencia racional en vez
de a la experiencia. La razón, utilizada de la forma debida, conduce a ideas que son ciertas cuyos
objetos son universales y verdaderos; sólo las formas eternas constituyen el mundo real.
El conocimiento inteligible es el que tiene relación con el mundo de las ideas, mientras el
conocimiento sensible el que corresponde al mundo físico. De las tres almas, el alma racional o
razón es la asignada al conocimiento de las ideas.
En el grado del conocimiento de las imágenes se posee el menor grado de conocimiento a través
de la Eikasia o imaginación.
Recién es alcanzado el mayor de los grados del conocimiento, cuando se conocen las ideas últimas
o fundamentales, lo que se logra mediante la Nóesis o inteligencia.
Según Platón el nivel de conocimiento más alto, la Nóesis, que era el que poseían los filósofos, es
el que permite llegar a la intuición de las ideas fundamentales. Solamente se tiene certeza de
aquella verdad que se obtenga por medio de una intuición clara. Pero para poder intuir las
relaciones necesarias entre ideas, es preciso que éstas sean simples; pues sólo la relación entre
ideas simples puede ser también simple, y sólo de lo simple cabe la verdadera intuición. El resto
del conocimiento es deducción.
En el llamado Símil de la línea Platón describe los diferentes estadios de conocimiento en que el
hombre puede encontrarse. Su evolución es gradual y conduce a los diferentes niveles del
conocimiento, desde el más bajo hasta el más elevado. Según Platón, el camino de la mente
humana desde la ignorancia hasta el conocimiento verdadero pasa por esos estadios, cuyo
recorrido va desde la oscuridad a la claridad.
B E C D A
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En CE estarían los objetos que estudia la matemática. Y en EB estarían los principios de los que
parten las diferentes ciencias.
La idea de Bien, que es un axioma que justifica los principios de los que parten las diferente
ciencias, estaría en B.
La idea del Bien es la causa y razón de que todas las demás ideas sean lo que son y cómo son.
Entre las ideas no hay mal; el mal aparece solamente cuando las ideas se individualizan a través de
la materia y pasan, de ser en sí a ser materia concreta. La idea del Bien es la fuente de todo ser y
de todo pensamiento, que es el absoluto como la divinidad, y como tal se encuentra incluso “más
allá del ser”.
El conocimiento debe tener como objeto lo que es en verdad real, en contraste con lo que lo es
sólo en apariencia.
Para Platón lo que es real tiene que ser fijo, permanente e inmutable; por eso, identifica lo real con
el mundo de las ideas; en oposición al mundo físico que no es permanente sino cambiante.
Como consecuencia de este pensamiento Platón rechaza el empirismo, la afirmación de que todo
conocimiento se deriva de la experiencia. Piensa que las proposiciones derivadas de la experiencia
no son certeras, sino que tienen, a lo sumo, un cierto grado de probabilidad. Los objetos de la
experiencia son fenómenos cambiantes del mundo físico; por lo tanto los objetos de la experiencia
no son objetos propios del conocimiento.
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El mito de la caverna.
Uno de los individuos huye y sale a la luz del día. Entonces ve por primera vez el mundo real;
regresa a la caverna y dice a los otros que las únicas cosas que ellos han visto hasta ese momento
son sombras y apariencias, en tanto que el mundo real lo conocerán solamente si logran liberarse
de sus ataduras.
El mundo de sombras de la caverna simboliza para Platón el mundo físico de las apariencias. La
escapada al mundo del exterior de la caverna, simboliza la transición hacia el mundo real; hacia el
universo de la existencia plena y perfecta, que es el objeto propio del conocimiento.
La contemplación de las ideas, sólo es posible una vez adquirida la Dialéctica, accesible al hombre
a través de la ciencia, lo cual le brindará la felicidad suprema. La ciencia es la forma de
conocimiento superior; es conocimiento verdadero e infalible por estar basado en razones que lo
fundamentan. Sus enunciados son inmutables, al igual que el objeto al que se refieren, las ideas. La
ciencia es, entonces, la búsqueda de la idea, pues es la relación del objeto con la idea del objeto.
Según Platón, antes de adquirir el conocimiento de la dialéctica hay que adquirir el conocimiento
de la matemáticas; y también el conocimiento de la música que es una forma de matematica. Sólo
después se llega a la dialéctica; momento en el que el hombre alcanza la iluminación, es decir, la
máxima claridad del saber.
La reminiscencia - en griego anamnesis - es el recuerdo que actualiza en el alma las ideas que
aquella previamente ha contemplado en una vivencia anterior. Como el mundo sensible participa
de la ideas, dicho recuerdo se actualiza a partir del conocimiento sensible de las cosas. Según
Platón, aprender es recordar lo vivido antes por el alma.
Se interesó por averiguar lo que podemos saber , es decir aclarar la cuestión de la “certeza de
nuestro conocimiento”. Empezó por afirmar que, como punto de partida, se debe dudar de todo,
Descartes no quería construir su sistema filosófico sobre un terreno poco firme. Pero a diferencia
de los escépticos que se quedaban en la duda, Descartes fue el primero que partió de ella para
edificar su teoria , es decir : utilizó la duda como método, como medio y no como fin. Llegó a las
siguientes conclusiones provisionales:
Se concibe a sí mismo como un ser pensante y por ahora esto es lo único que puede afirmar con
certeza. Ni siquiera puede estar seguro de que existe su cuerpo o un mundo fisico, porque a ellos
los percibe por medio de los sentidos y los sentidos son algo de lo que no se puede fiar.
Una vez que hubo determinado que la única certeza es que “es un ser o sustancia pensante”, se
puso a pensar si existía algo más que pudiera considerar con la misma certeza y seguridad. Y se da
cuenta que tiene una idea clara y definida de un “ser perfecto”. Esa idea no puede provenir de él
porque es imperfecto y no podría concebir la perfección desde su imperfección, por tanto ese ser
perfecto (DIOS) debe existir tambien. Para Descartes la idea de Dios es innata, está impresa en
nosotros desde nuestro nacimiento.
Hasta ahora la realidad exterior se nos presenta muy dudosa, las ideas que tenemos acerca del sol,
las flores, Luis Miguel podrían ser sólo imaginaciones o imágenes de sueños. Sin embargo la
realidad exterior tiene cualidades que podemos reconocer con la razón. Esas cualidades pueden
ser :
“Garantía de Dios”, invocando esta peculiar garantía Descartes avala todo lo que nuestra razón
reconoce como claro y nítido. Por tanto ahora puede afirmar que existe una realidad exterior que
denomina “extensión o materia”.
"Los objetos nos son dados mediante la sensibilidad, y ella únicamente es la que nos ofrece las
intuiciones; pero sólo el entendimiento los concibe y forma los conceptos."
Estas afirmaciones permiten a Kant resolver el problema de los racionalistas, que interpretaban a
la sensibilidad como un pensar confuso, y se consagraban a elucubraciones alejadas de toda
realidad observable. Así mismo, lo distingue de los empiristas que sostenían que el único
conocimiento válido podía encontrarse en la experiencia sensible, vedando en forma casi completa
la posibilidad teórica de la ciencia que tan enriquecedora puede resultar.
Kant describe también las formas a través de las cuales tenemos acceso a las intuiciones; el Espacio
y el Tiempo, dice, son formas particulares a priori de la intuición. Vemos qué significa esto.
Es importante entender ‘formas’ en toda su significación. "Kant entiende [...] por formas, los
modos y principios de orden del material de la experiencia y, con ello, también modos de orden de
los fenómenos". Son formas, pues, no como el contorno exterior o apariencia, sino en tanto que
modos de organizar la percepción, de construir nuestras percepciones del modo que se construyen
y no de otro.
Kant, para fundamentar el carácter a priorístico de estás formas, plantea que no nos es posible
sustraer de una percepción dada el Espacio. Si el Espacio se construyera a posteriori de la
experiencia, podríamos llegar sustraer de ésta el espacio sin dificultad alguna. Sin embargo, nos
resulta imposible imaginar un perro tal como es sin la percepción de espacio. Según Kant, si el
espacio fuera una figuración posterior a la experiencia, podríamos quitarla y volver a la percepción
en su situación ‘original’.
Sentido De La Dialéctica
El término "dialéctica", aunque no fue Hegel el primero en utilizarlo (lo habían hecho ya, por citar
dos ejemplos, Platón y Kant), sirve para caracterizar toda su filosofía llamándola método dialéctico
o naturaleza dialéctica de la realidad.
Ya habíamos hablado de que la filosofía de Hegel nacía unida a un marco histórico y social
determinado, en el que Hegel denunciaba la falta de libertad del hombre. El término "dialéctica" es
utilizado por Hegel para comprender y expresar la situación real del mundo. En la dialéctica de
Hegel queda patente, pues, una voluntad de actuación sobre una realidad escindida, contradictoria
y alienaba que lucha por superar esa situación.
La dialéctica expresa, pues, tanto la contradicción del mundo existente cuanto la necesidad de
superar los límites presentes en un afán de superación movido por la necesitad de una realización
total y de un modo efectivo de la libertad y de la infinitud.
Pero también habíamos visto que la filosofía de Hegel estaba inserta en un marco filosófico muy
preciso. En ese sentido, en cuanto expresión de la filosofía de Hegel, dialéctica significa la radical
oposición de Hegel a toda interpretación fragmentaria de la realidad y del conocimiento.
El carácter dialéctico de lo real significa que cada cosa es lo que es, y sólo llega a serlo en interna
relación, unión y dependencia con otras cosas y, en último término, con la totalidad de lo real.
La dialéctica de Hegel concibe la realidad como un todo, sin que ello afecte para nada a la relativa
independencia de cada cosa en su singularidad.
Pero el carácter dialéctico de lo real no sólo significa que tenga una relación interna, sino, más
profundamente aún, que cada cosa sólo es lo que es en un proceso continuado. Es decir, la
realidad, en cuanto dialéctica, no es fija ni determinada de una vez por siempre, sino que está en
un constante proceso de transformación y cambio, cuyo motor es, a la par, tanto su interna
contradicción, limitación y desajuste en relación con su exigencia e intención de totalidad, infinitud
y absoluto, como la interna relación en que está con otra realidad, que aparece como su contrario.
La realidad en cuanto dialéctica está, pues, regida y movida por la contradicción, internamente
relacionada y constituida como oposición de contrarios. De este modo, cada realidad particular
remite a la totalidad, al todo, y sólo puede ser comprendida y explicada en relación al todo. Y, por
otra parte, cada realidad, casa cosa, no es sino un momento del todo, que se constituye en el todo,
pero que también queda asumida y disuelta en el todo. Según sus propias palabras, "lo verdadero
es el todo".
Para Hegel, por su propia concepción de la filosofía como "el conocimiento efectivo de lo que es en
verdad", la teoría acerca de la realidad requiere indagar lo que es el conocimiento, el saber, el
pensar (recuérdese que la relación ser – pensar ha sido una cuestión fundamental a lo largo de la
historia de la filosofía.
Para Hegel el conocimiento tiene una estructura dialéctica. Y tiene esa estructura, en definitiva,
porque la realidad es dialéctica y, por tanto, el conocimiento también es dialéctico, en cuanto que
es una dimensión de lo real y en cuanto que se configura dialécticamente al manifestar
adecuadamente la naturaleza dialéctica de la realidad. Pero, en verdad, las distinciones entre
conocimiento y realidad, pensar y ser, etc., son, según Hegel, inadecuadas, justamente en razón del
carácter dialéctico de la realidad en general y del principio hegeliano de que "lo verdadero es el
todo". Lo que hay, en cualquier caso, es la relación interna y estructural entre el ser y el pensar, o,
lo que es lo mismo, entre el objeto y el sujeto.
El conocimiento, estructuralmente, consiste en la relación sujeto – objeto, de modo que cada uno
de los momentos de esta relación sólo lo es por beneficio o consideración del otro. Pero con la
peculiaridad de que cada uno de ellos niega y contradice al otro, dándose entre ellos una
desigualdad y desajuste (que de ser definitivos e insuperables harían imposible una plena verdad),
desigualdad que impone un proceso de transformación en el que se tienda a la igualdad o
identidad.
Estructura De La Dialéctica
Hemos visto que para Hegel la dialéctica no se limita a ser un método del conocimiento, sino que
es algo más. La dialéctica constituye la naturaleza y estructura de lo real, y por ello es por lo que
constituye el modo de proceder del conocimiento.
•Lo que se ha llamado tesis (el aspecto o momento abstracto o intelectual). Suele interpretarse la
tesis como una afirmación cualquiera, una realidad, un concepto. Pero esta afirmación lleva en su
entraña un contrario, ya que la realidad no es estática, sino dinámica.
•Lo que se ha llamado antítesis (el aspecto o momento dialéctico o negativo –racional). Suele
interpretarse como la negación de la afirmación anterior, ya que es esa contradicción el motor de
la dialéctica. Este momento negativo es lo que hace dinamizar la realidad.
•Lo que se ha llamado síntesis (el aspecto o momento especulativo o positivo – racional). Suele
interpretarse como la superación del conflicto, la negación de la negación anterior. Los dos
momentos anteriores son a la vez eliminados y conservados, es decir, elevados a un plano superior.
La síntesis conserva todo lo positivo que había en los momentos anteriores. Por eso la síntesis es
enriquecimiento y perfección, es la seguridadde que la realidad está en constante progreso. La
síntesis se convierte inmediatamente en tesis del proceso siguientes, a la que se opondrá la
antítesis para dar lugar nuevamente a una síntesis que será a la vez la tesis del proceso siguiente:
todo está en constante progreso dialéctico.
Esto tres momentos de la dialéctica hegeliana están vertebrados y constituidos en una estructura
cuya adecuada comprensión se alcanza mediante lo que podríamos denominar categorías
fundamentales de la dialéctica:
•Inmediatez – mediación.
•Totalidad.
•Negatividad – contradicción.
•Superación.
DESARROLLO HUMANO
SER PERSONA
Cuando se dice de un sujeto, de alguien, que es persona se está señalando al hombre singular y
concreto en su totalidad real. Una totalidad que implica su condición corporal y su dimensión
espiritual, una dimensión que es propia del hombre. El respeto hacia la persona requiere el
cuidado de ésta como un todo desde su dimensión física y psíquica.
La intimidad que indica un conocimiento que sólo ella conoce y la capacidad de manifestar y
comunicar su intimidad.
Su radical libertad nos indica otra característica fundamental de la persona, que es dueña de sus
actos, y por tanto responsable de éstos.
Capacidad de donación, entrando en relación con los demás a través de su intimidad, dando y
dialogando. Una persona sola no existe como persona, porque ni siquiera llegaría a reconocerse
como a sí misma como tal. El conocimiento de la propia identidad, la conciencia de uno mismo,
sólo se alcanza mediante el concurso de otros, de aquí la naturaleza social del ser humano.
La persona humana es irrepetible y única, porque es un alguien; no es sólo un qué, sino un quién.
La persona responde la pregunta ¿quién eres? responde siempre y en todo lugar con un nombre:
es única e irrepetible.
La bioética necesita fundamentar la condición personal del hombre para esclarecer y legitimar las
decisiones de intervención sobre la vida humana ya que cualquier intervención sobre el ser
humano no alcanza únicamente a los tejidos, órganos y funciones; afecta también, a la persona
misma. Muchas veces surgen interrogantes importantes cuando se asumen los dilemas éticos en el
tratamiento a dar a la persona humana: ¿es el feto persona? ¿es el disminuido psíquico persona?
¿Es el enfermo terminal o en coma profundo persona? ; en otras palabras ¿quién no tiene
conciencia de sí, es persona? La respuesta más sencilla apunta al hecho de que quien no desarrolla
en la actualidad las capacidades propias de la persona, no se encuentra desposeído de esta
categoría, todo ser humano posee su identidad como persona, ejerza o no las capacidades que le
son propias. Cuando se excluye de la categoría personal a todos aquellos que no cumplen con la
autonomía personal y de la libertad de sus acciones le excluimos de la categoría que le es propia,
valorando y primando la capacidad de obrar que es extrínseca a su condición de ser humano.
La propia concepción de nosotros mismos, lo que queremos llegar a ser, será el punto de partida
en la relación con los demás. De aquí la importancia de responder a todos los interrogantes
filosóficos y morales de forma personal y orientados hacia el bien personal y social. La ética,
disciplina que pertenece a la filosofía, debe aportar el conocimiento racionalmente válido de lo
que es lícito hacer y lo que se debe omitir, debe responder a la siguiente pregunta: ¿Qué acciones
son lícitas de realizar y cuales no? Se hace necesario reconocer las cuestiones universales de
orientación al bien común. ¿Qué va a permitir al hombre seguir adelante en su camino de
superación, ante las dificultades que tropieza? ¿Qué acciones preservan la paz social necesaria
para este desarrollo, tanto personal, como social?
El ser humano es un mamífero primate (orden de los mamíferos a la que pertenecen, entre otras
especies, los monos y el ser humano), portador de unas características biológicas que lo
diferencian del resto de especies existentes: el pensamiento abstracto y el lenguaje, a través de los
cuales puede comunicar ideas y que son los componentes esenciales de la conciencia o capacidad
para tener conocimiento de sí mismo y de sus estados anímicos.
El ser humano procede de la única rama que sobrevive actualmente de las diversas que formaron
parte de los homínidos: el homo sapiens, cuya antigüedad evolutiva se remonta tan sólo a unas
cuantas decenas de miles de años.
Es muy conocida la definición aristotélica sobre el ser humano: el hombre es un animal racional. En
ella se establece el género al que pertenece (animal) y la diferencia específica que lo distingue de
los otros miembros que pertenecen a ese género (la capacidad racional).
Desde el punto de vista de la ética, hay que resaltar que el ser humano es el único capaz de poseer
una moral y de obrar en consecuencia con ella. El resto de los animales no posee los rasgos
necesarios para que podamos valorar sus acciones desde criterios éticos: no son libres para elegir
entre diversas opciones (actúan siempre por instinto, no por su voluntad), no son responsables
(sus actos están programados o dictados por la necesidad biológica) y no poseen conciencia.
CONCIENCIA
Dos, su significación ética, por lo que entonces hablamos de conciencia moral: capacidad que
posee un individuo de realizar juicios o apreciaciones morales sobre aquello que debe considerarse
justo o injusto.
El origen del término viene del griego, concretamente de la unión de dos vocablos: ‘filo’, verbo que
significa querer, desear, amar; y ‘sofía’, sustantivo que significa sabiduría. En ese sentido, filosofía
es el deseo del conocimiento por sí mismo. Sin embargo, en la actualidad esa significación no
resulta tan convincente como en la Grecia clásica, cuna de la filosofía occidental, puesto que no
todos los que aman la sabiduría quieren ser filósofos. Conviene, pues, matizar el sentido originario
del término.
FILOSOFÍA.
Resulta prácticamente imposible proponer una definición de filosofía que contente a todos los
especialistas. De las cientos de definiciones que existen, ninguna han resultado satisfactoria en
todos los sentidos posibles: a algunas se las acusa de ser demasiado restrictivas, a otras de no
incluir aspectos esenciales, a muchas de ser pura retórica, etc. Creemos, por tanto, que ante esa
dificultad resulta más conveniente proponer una serie de rasgos que definen o caracterizan al
pensamiento filosófico. Algunos de ellos son:
- El objeto de estudio de la filosofía es todo lo existente, ya sea la realidad física, ya sea la realidad
ideal o espiritual, e, incluso, hasta la propia no-existencia o Nada, la cual también ha sido objeto de
análisis filosófico.
- La filosofía no es una ciencia en el sentido estricto del término, puesto que no utiliza los métodos
científicos tradicionales en su búsqueda de la verdad. Sin embargo, lo anterior no implica que se
trate de un saber irracional. Al contrario, lo que caracteriza al discurso filosófico es la racionalidad y
la coherencia lógica de su pensamiento, aunque debido a la abstracción de sus conceptos no
puedan ser comprobados éstos mediante procedimientos experimentales.
- La filosofía es inevitable, puesto que afecta a cuestiones esenciales del ser humano, cuestiones
ante las que éste no puede inhibirse, como son el sentido de su existencia, los límites de su
conocimiento o las razones por las que debe comportarse moralmente.
- Como bien han señalado algunos autores, lo esencial de la reflexión filosófica no es proporcionar
respuestas definitivas, sino más bien plantear preguntas que nos orienten en nuestra búsqueda de
sentido frente a todos los fenómenos de la existencia. A ese respecto, las palabras de A. Gide
resultan significativas: "Cree a aquéllos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado".
Las ramas o disciplinas fundamentales que componen el corpus general de la Filosofía como saber
son:
- Lógica: Ciencia formal que se ocupa de las formas del razonamiento humano.
- Metafísica.
- Ontología: Disciplina filosófica que estudia la realidad y los conceptos mediante los que la
describimos, tales como ser, ente, sustancia, materia, causa, etc.
- Ética.
- Epistemología.
- Estética: Rama de la filosofía que estudia el origen y la justificación del concepto ‘bello’.
Aparte de estas tradicionales disciplinas, existen algunas especialidades de la filosofía que se hallan
en relación directa con otras ramas del saber. Se habla así de Filosofías de la Ciencia, del Derecho,
de la Historia, de la Tecnología, de la Sociología, etc. En estos casos, la filosofía suele ejercer una
función clarificadora de los conceptos que manejan estas ciencias, de los métodos que utilizan, de
las cuestiones morales que se derivan de sus descubrimientos o de la fundamentación y
justificación de sus teorías. Algunas ciencias o saberes, como la Psicología o la Política, formaron
parte del corpus filosófico hasta su desgajamiento del mismo, siendo consideradas en la actualidad
como saberes plenamente autónomos.
- La racionalidad: analizar y describir las funciones de la razón y las facultades intelectuales como la
abstracción, la intuición, el razonamiento, la inteligencia lógica...
- El conocimiento: describir las condiciones de posibilidad del mismo, con sus procedimientos y sus
límites; estudiar los métodos científicos y sus criterios de verificación o falsación; llevar a cabo una
fundamentación de la verdad...
JUICIOS MORALES
Son los que conciernen a la moralidad y de cuyo estudio se encarga la Ética como disciplina del
saber. Los juicios morales expresan mandatos éticos o establecen valoraciones sobre acciones.
Pueden tener tres formas:
- Juicios obligatorios o deónticos: expresan imperativos; por ejemplo, "es necesario hacer el bien".
- Juicios axiológicos o preferenciales: establecen que algo es bueno, o que una acción es mejor que
otra; por ejemplo: "es bueno ayudar a los demás" o "es mejor ser solidario que insolidario".
- Una síntesis de los dos anteriores: "Hay que hacer el bien porque es bueno ayudar a los demás".
Los juicios morales tratan de ser universales (válidos para todo el mundo) y de obligatorio
cumplimiento, puesto que expresan normas morales.
Algunas escuelas éticas, como el emotivismo o la filosofía analítica, han insistido en la
imposibilidad de verificar la verdad o falsedad de los juicios morales, puesto que ellos no se
refieren a hechos; lo más que expresan son emociones o valoraciones internas sobre el
sentimiento de agrado o rechazo moral que nos provoca una acción determinada.
SISTEMA PORMENORIZADO
Metodos De Registro Y Control De Mercancias • Procedimiento global o de mercancías generales:
También es llamado “sistema de mercancías genérales, Reside en establecer una única cuenta para
realizar el registro de éstas operaciones. La cuenta que constituye por si misma el sistema global se
denomina “Mercancías” o “Mercancías Generales”. En la cuenta de “Mercancías Generales” se
registran todos los Cargos y todos los Abonos que indican los aumentos y las disminuciones que
identificamos en cada concepto relacionado con la compra-venta de Mercancías, su movimiento
carece de homogeneidad pues incluye movimientos correspondientes a diferentes conceptos.
¿Qué és un ser humano?: alguien nacido de madre humana, perteneciente al género humano.
¿Qué és una persona?: es un ser humano consciente, libre y autodeterminado, aunque cada ser
humano dispone de variables grados en cada una de esas cualidades. Un niño no es propiamente
una persona ya que en realidad no es dueña de sus actos. Tampoco lo es un enfermo mental
absolutamente enajenado de la realidad e incapaz de cuidar de si mismo. Son seres humanos en
desventaja, disminuidos.