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A través de la historia de la humanidad la familia ha estado condicionada e

influida por las leyes sociales y económicas, y los patrones culturales de


cada región, país y clase social. El modo de producción imperante en cada
sociedad condiciona la ubicación de la familia en la estructura de clase, en
función de la inserción en la organización del trabajo.

Debemos de partir, indicando que en el mundo no existe consenso respecto a una definición de
familia.
Si tendemos a referirnos a la familia, la historia muestra que hay muchas
formas identificables de la misma en cualquier cultura y en cualquier
momento histórico.

Hoy en día varios modelos organizacionales buscan imponerse ante la


clásica familia tipo o familia tradicional, y podemos ver diversos tipos de
familia que son identificables y que si bien tienen que cumplir ciertas normas
para adaptarse a la sociedad, la sociedad también debe adaptarse a ellos

Aunque regularmente la familia se clasifica como una unidad natural o


biológica, ésta es también una construcción social. A pesar de sus
elementos aparentemente transhistóricos, su significado se funda en
culturas específicas y sus objetivos históricos.
Basados en estadísticas y estudios sociales, los historiadores usan el
término familia para describir un parentesco y una unidad legal basada en
relaciones de corresidencia o relaciones consangíneas (vínculos
sanguíneos).

Etimológicamente, la palabra “familia” proviene del latín “familus” que


significa “sirviente que pertenece a un amo”. La familia está estrechamente
unida a un régimen de propiedad y a un sistema de producción; el
esclavista. Dentro de la historia de familia siempre existió una esclava que
era justamente la mujer. Esto cesó más adelante, en la modernidad,
cuando la mujer comenzó a independizarse del hombre y a valerse por sus
propios medios.

Al entrar en la Modernidad, la familia se vuelve un espacio privado, lo


que se relaciona con el surgimiento de la construcción de la noción de
“individuo”. Es interesante poder ver la privatización del espacio familiar a
través del aparato jurídico, contrato social, etc. Con el surgimiento del
Estado – Nación vemos también la complejización de las relaciones con la
Iglesia.

Para COSENTINI, la familia tuvo sus orígenes en el clan, donde se desenvuelve el agrupamiento de
los hijos alrededor de la madre. El perfeccionamiento de la familia se da con la agricultura, por lo
que surge el patriarcado, ahí el padre adquiere el derecho de propiedad sobre la mujer y los hijos,
teniendo sobre ellos el derecho a disponer de sus vidas, así como la facultad arbitraria de disponer
de ellos y venderlos.[8]

A través del tiempo la familia se ha constituido en la unidad básica de la sociedad, convirtiéndose


en el conducto mediante el cual el ser humano sociabiliza. Y sobre ello, MARTÍNEZ y ALVARADO
refieren que: “La familia es la célula de la sociedad que provee a sus miembros los elementos
indispensables para su desarrollo, tanto físico como psíquico. Sus integrantes se encuentran unidos
por lazos de parentesco, matrimonial o concubinario (…) la familia ha sufrido variaciones en su
composición; sin embargo, sigue siendo la base de la sociedad y continúa con sus funciones en los
ámbitos sociales, afectivos y económicos”[9].

La familia del siglo XIX se integra al mundo económico basándose en que las actividades de
sustento ya no se realizaran en el hogar (agricultura, ganadería, etc.) Sino, ahora eran trabajos en
la industria. En esta etapa al estar los hombres más alejados del hogar, la mujer toma un papel
mucho más influyente en la formación de los hijos.

Ahora la estructura familiar durante el siglo XX se divide claramente en dos partes. Durante la
primera mitad la familia se reduce en número ya que el costo de vida sube, lo que hacía más difícil
criar niños por lo cual se tenían en menor cantidad.

Además, al industrializarse la sociedad los padres se alejaron de la familia por el trabajo, causando
un mayor protagonismo a las madres sobretodo en la esfera privada por que los hombres seguían
teniendo el control en general en la esfera pública.

Durante la segunda mitad del siglo XX las mujeres se integran masivamente al campo laboral
causando que la educación de los hijos recaiga en las instituciones educativas públicas o privadas.

Que tuvo como consecuencias la disminución del orden jerárquico entre esposo y a la vez entre
padres e hijos.

Ahora en el siglo XXI la familia se ha visto afectada por los diversos cambios de estructuras a raíz de
los masivos divorcios y abandonos del hogar que se han dado siempre, pero con mayor numero en
épocas recientes, debido a los fuertes cambios de realidades sociales, causando en muchos casos
que los hijos se críen con carencias afectivas y/o con falta de un rol masculino o femenino que los
guíe provocando en algunos casos más extremos problemas psicológicos que han llevado e esta
sociedad actual a ser una de las más violentas y conflictivas de todos los tiempos.

La familia es la más antigua de las instituciones sociales humanas, es el


grado primario de adscripción.

No podemos estudiar el fenómeno familia si no estudiamos lo cultural, lo


histórico, las condiciones económicas en que la familia se desenvuelve, la
tendencia histórico-cultural evalúa el individuo, la familia y la sociedad. Es
una perspectiva que nos permite hacer un análisis más amplio de las teorías
que estudian la familia.

Es importante también determinar el grado de influencia de las relaciones


internas de la familia en el desarrollo de la personalidad de sus miembros.
Científicos muy prestigiosos han investigado la influencia de la estructura
familiar en el desarrollo psicológico de los niños y la interacción de las
funciones de la familia. (1)

En la determinación de los conflictos familiares actúan factores


socioeconómicos, culturales e individuales. En cuanto a las regularidades
internas de la familia que determinan su forma de

funcionamiento como grupo social, se hace necesario y difícil, a la vez,


buscar variables que reflejen la interrelación de lo general, lo particular y lo
único en el proceso de interacción familiar. Otra cuestión a tener en
consideración es el carácter evolutivo de la familia. La familia no sólo está
condicionada por el tipo de cultura imperante, sino que dentro de esta, sus
características varían.

El desarrollo armónico de la familia se ve influido por múltiples valores, uno


de ellos lo constituye la satisfacción de las necesidades materiales más
elementales. Otros factores del funcionamiento familiar son más intrínsecos
a ella y dependerán del ciclo vital, de la forma de comunicación entre
miembros y de la forma en que la familia percibe las situaciones que
constituyen eventos estresantes.

Es una unidad social, compuesta por un conjunto de personas unidas por


vínculos consanguíneos, afectivos y cohabitacionales y que a los efectos de
las normas sociales vigentes deben procurarse ayuda mutua, compartir los
recursos, comunicarse entre sí, procurarse el bien propio, así como
contribuir al de su comunidad. (11)

Bajo el término de familia se pueden clasificar toda una serie de grupos


humanos de disímiles características definidas por variables estructurales
(número de miembros, vínculos generacionales, número de hijos o tamaño
de la prole, edad, sexo) y variables sociopsicológicas (normas, valores,
ideología, hábitos de vida, comunicación, roles, límites, espacios).
La familia es un objeto de estudio bidimensional, su funcionamiento opera
en dos niveles: en calidad de institución social, cuya vida y forma está
determinada por la sociedad donde se inserta, y como unidad psicológica
particular como microsistema con una especificidad propia que la hace
única e irrepetible, portadora de un sistema peculiar de códigos, puntos de
interacción y estilos comunicativos. (12

La familia cubre las necesidades primordiales del ser humano como ser
biológico, psicológico y social.

En la actualidad, el concepto de familia va cambiando poco a poco. A diferencia


del pasado, hoy no solamente sale a trabajar el padre, sino que también lo hace la
madre. De esta forma se ha perdido un poco el poder que tradicionalmente le
perteneció al hombre como el jefe del hogar, esto debido a que las circunstancias
han cambiado y el no es el único que se encarga de la manutención de las
necesidades hogareñas. Estos cambios ocasionan que, al salir los dos a trabajar,
los hijos tengan que ser cuidados por algún otro miembro familiar o por personas
de servicio doméstico que, con el paso del tiempo, se convierten casi en parte de
la familia.

El cambio que sufre la familia con el paso del tiempo puede ser perjudicial en
cierto sentido, pues además de lo que significan afectivamente los padres, éstos
también aportan activos fundamentales para la vida. Estos activos hacen
referencia al modelo forjador de identidades, a la creación del hábito de la
disciplina y la transmisión de experiencias de la vida, el soporte material que
aportan y por último el capital social que el padre aporta. La ausencia del padre
significa la inexistencia de estos activos en la vida del hijo, y las consecuencias
pueden afectar el rendimiento educacional ante el empobrecimiento de la
convivencia educativa familiar, además de afectar la inteligencia emocional y
crear condiciones propicias para el aislamiento, resentimiento, agresividad, etc.
Otro fenómeno que está sufriendo la familia latinoamericana en esta época, es
que hoy en día hay nuevas situaciones que alteran la tradición en la familia, como
son: el bajo nivel de casamientos o las uniones libres inestables; esto hace que la
familia típica latinoamericana sufra cambios, pues las mismas necesidades
familiares fomentan menor en tiempo de convivencia. Este fenómeno hace que
las familias a la vez, estén un poco más separadas afectivamente.

La violencia familiar sucede cuando alguno de sus integrantes abusa de su autoridad, su fuerza o su
poder. Maltrata a las personas más cercanas: esposa, esposo, hijos, hijas, padres, madres,
ancianos, u otras personas que formen parte de la familia. Es una forma de cobardía.

Esta violencia se manifiesta en diferentes grados que pueden ir desde coscorrones, pellizcos,
gritos, golpes, humillaciones, burlas, castigos y silencios, hasta abusos sexuales, violaciones,
privación de la libertad y, en los casos más extremos, lesiones mortales. El maltrato se puede
presentar entre los distintos integrantes de la familia, y en ningún caso se justifica.

En la mayoría de los casos, la violencia se presenta cuando:

no hay conciencia del daño que se hace a los demás y en especial a los niños,

no se comprenden los cambios físicos y emocionales por los que pasan los niños, los adolescentes,
los jóvenes, los adultos y los mayores,

existe una crisis por falta de empleo o carencias que producen preocupación,

faltan espacios y tiempo libre para que la familia conviva y para la vida en pareja, pues ésta se
dedica por completo al sostenimiento y al cuidado de sus hijas e hijos.

hay desajustes familiares ocasionados por un nacimiento, una enfermedad, una muerte, así como
por infidelidad, abandono o divorcio,

ver mucho la televisión impide la comunicación y la convivencia.

La Violencia Familiar es un problema social, afecta a un alto

porcentaje de familias de cualquier comunidad, en todos los niveles

económicos y culturales. Se trata de relaciones que implican un abuso

de poder de parte de quien ejerce maltrato.


Estos abusos pueden ser emocionales, físicos, sexuales, financieros o

socioambientales. La persona abusiva desarrolla su comportamiento en

privado, mostrando hacia el exterior una fachada respetable,

insospechable, educada. La conducta violenta es compatible con

cualquier aspecto, capacidad, inteligencia, actividad, profesión, etc.

Inclusive en aquellos cuyo desempeño familiar, institucional o

comunitario para el afuera sean aparentemente insospechables.

Es necesario distinguir entre conflicto familiar y violencia familiar.

Comportamientos normales como discusiones, peleas, controversias no

conducen necesariamente a comportamientos violentos. Para que una

conducta se considere como violenta debe tener el requisito de la

"intencionalidad", la intención por parte del agresor de ocasionar un

daño. La violencia implica el uso de la fuerza (psicológica, física ,

económica) para producir daño, siendo considerada una forma de

ejercicio de poder. El término violencia familiar, alude a todas las

formas de abuso que tienen lugar en las relaciones entre miembros de la

familia, la relación de abuso es aquella en la que una de las partes

ocasiona un daño físico y/o psicológico a otro miembro, ya sea por

acción o por omisión. La relación de abuso debe ser crónica, permanente

y periódica para ser considerada violenta. A partir de estudios

estadísticos se observa que el 50% de la población sufre o ha sufrido

alguna forma de violencia familiar.


Las personas sometidas a situaciones de violencia familiar presentan un

debilitamiento de sus defensas físicas y psicológicas, con

desvalorización, incremento de problemas de salud, muchos padecen de

depresión o enfermedades psicosomáticas, y deseo de morir, con

disminución marcada de su rendimiento laboral. En los niños y

adolescentes aparecen: problemas de aprendizaje, trastornos de la

conducta y problemas interpersonales.

La violencia familiar, según Baca, M. y col. (1998), es toda acción u omisión cometida por algún
miembro de familia en relación al poder, sin importar el espacio físico donde ocurra, que
perjudique el bienestar, la integridad física y psicológica, o la libertad y el derecho al pleno
desarrollo de otro miembro de la familia. [2]

Para nosotros es importante también analizar el tema de la violencia desde la perspectiva


feminista, la que según María Ysabel Cedano García, es una forma de ejercicio naturalizado del
poder entendido como control, dominio y sometimiento basado en la desigualdad del poder entre
las partes y en el nulo reconocimiento de otro u otra como igual.

Así, partiendo de una visión elemental, como señala JORGE CORSI, destacado psicólogo e
investigador del tema de la violencia familiar, “la raíz etimológica del término violencia remite al
concepto de fuerza. El sustantivo violencia se corresponde con verbos tales como violentar, violar,
forzar”.[2] Entonces, señala el mencionado autor, “a partir de esta primera aproximación
semántica, podemos decir que la violencia implica siempre el uso de la fuerza para producir un
daño. En un sentido amplio, puede hablarse de violencia política, de violencia económica, de
violencia social, etc.”[3] Efectivamente, la violencia siempre traerá aparejado el empleo de la
fuerza, la que puede ser física o psicológica.

Siguiendo el hilo argumentativo del citado autor, “para que la conducta violenta sea posible, tiene
que darse una condición: la existencia de un cierto desequilibrio de poder, que puede estar
definido culturalmente, por el contexto u obtenido a través de maniobras interpersonales de
control de la relación. El desequilibrio de poder puede ser permanente o momentáneo: en el
primer caso, la definición de la relación está claramente establecida por normas culturales,
institucionales, contractuales, etc.; en el segundo caso, se debe a contingencias ocasionales. La
conducta violenta, entendida como el uso de la fuerza para la resolución de conflictos
interpersonales, se hace posible en un contexto de desequilibrio de poder, permanente o
momentáneo.”[4]

Asimismo, resulta interesante el aporte de TORNES FALCÓN, quien nos dice que la violencia es el
acto que produce daños de índole y magnitud diversas, transgrede el derecho de la víctima, su
integridad física, emocional y sexual. Para este autor la violencia se clasifica en: violencia física,
psicológica, sexual y económica.[6] La clasificación de las formas en que la violencia familiar se
exterioriza debe ser materia de un análisis aparte que por razones de espacio no abordaremos en
el presente comentario.

. Violencia de género y violencia familiar

Ahora bien, en relación a los diversos sinónimos que se le dan a la violencia familiar, CORSI
advierte que “cuando se trata de referirse al problema social caracterizado por las distintas formas
que adopta la violencia hacia las mujeres en el contexto de la cultura patriarcal, surgen una serie
de términos que aparentemente se superponen y que plantean permanentes dudas en relación a
la pertinencia de su aplicación: así, en la literatura especializada coexisten denominaciones tales
como violencia de género, violencia doméstica, violencia familiar, violencia intrafamiliar, etc. Por lo
tanto, resulta necesario detenernos en algunas definiciones que aclaren este panorama, sin
pretensión de cerrar la discusión”.[12]

2 Violencia familiar: violencia contra los integrantes de la familia

La violencia familiar es una de las formas en las que se expresa la violencia de género. La también
conocida como violencia doméstica “se desarrolla en el espacio doméstico (concepto que no alude
exclusivamente al espacio físico de la casa o el hogar)”.[15] Cuando hablamos del espacio
doméstico nos referimos al “delimitado por las interacciones en contextos privados”.[16] Toda vez
que este tipo de violencia no se limita a las cuatro paredes del hogar, sino que también puede
suscitarse en el centro laboral o de estudios, en locales o en la vía pública, etc.

Bajo esta noción, “en tanto sub-forma de la violencia de género, sus objetivos del agresor en la
violencia doméstica) son los mismos: ejercer control y dominio sobre la mujer para conservar o
aumentar el poder del varón en la relación. Las manifestaciones en conductas y actitudes son muy
variadas, incluyendo el maltrato físico, el abuso sexual, el abuso económico, el abuso ambiental, el
maltrato verbal y psicológico, el chantaje emocional, etc. Las consecuencias son siempre un daño
en la salud física, psicológica y social de la mujer, un menoscabo de sus derechos humanos y un
riesgo para su vida”.[17]

Aquí debemos de hacer la diferencia entre la violencia de género y la violencia familiar. En la


primera, el abuso se da en agravio de las mujeres, en cualquier ámbito y por parte de cualquier
persona (no necesariamente un familiar), en tanto que, en la segunda, los maltratos se pueden
causar a cualquiera de los integrantes del círculo familiar, dentro de ese contexto y por parte de un
familiar (dentro de los alcances que establezca la ley). La violencia doméstica “alude a todas las
formas de abuso que tienen lugar en las relaciones entre quienes sostienen o han sostenido un
vínculo afectivo relativamente estable”[

En conclusión, de la abundante documentación analizada apreciamos que, muchas veces se toman


como sinónimos los términos “violencia familiar”, “violencia intrafamiliar” y “violencia doméstica”.

Una definición adecuada de la violencia familiar

La violencia familiar es el “acto u omisión único o repetitivo, cometido por un miembro de la


familia, en relación de poder –en función del sexo, la edad o la condición física–, en contra de otro
u otros integrantes de la misma, sin importar el espacio físico donde ocurra el maltrato físico,
psicológico, sexual o abandono”[23].

Está constituida por “todas las formas de abuso de poder que se desarrollan en el contexto de las
relaciones familiares y que ocasionan diversos niveles de daño a las víctimas de esos abusos. En
este caso, los grupos vulnerables identificados por la investigación en este campo, son las mujeres,
las niñas y las personas mayores. Así como la violencia de género es una forma de violencia basada
en el sexo, la violencia familiar tiene dos vertientes: una de ellas basada en el género y la otra
basada en la generación. En definitiva, la violencia se dirige siempre hacia la población más
vulnerable, definida culturalmente como la “más débil” (en realidad, a quienes se les ha negado la
participación democrática en el poder). Por lo tanto, cuando estudiamos los problemas incluidos
dentro de la violencia familiar, además de la violencia hacia la mujer, consideramos al maltrato
infantil y al maltrato hacia personas ancianas”.[24]

La violencia familiar “sucede cuando alguien acumula tensiones, enojos y frustraciones,


transformándolas en agresiones que se descargan dentro o fuera del hogar”[25].
Según ELENA MARTÍN, “la violencia familiar es un verdadero fenómeno sociológico, en el que se
evidencia una ideología, unas pautas de comportamiento y una serie de conductas que desarrolla
la sociedad, a partir del cual un grupo de personas, mayoritariamente compuesto por mujeres, es
discriminado.”[26]

CORSI[27] refiere que el fenómeno de la violencia y el maltrato dentro de la familia, no es un


problema reciente, ha sido una característica de la vida familiar tolerada, y aceptada desde
tiempos remotos, habían sido comprendidas, pero no consideradas como sinónimo de graves
problemas sociales. El maltrato y la violencia dentro de la familia han sido definidos como graves
problemas sociales, por lo que varios países investigaron y coincidieron en que “el abuso, es toda
conducta de acción o por omisión, que ocasiona daños físicos y/o psicológicos a otro miembro de
la familia.[28]

Es decir que puede presentarse, ya sea que el agresor comparta


o haya compartida el mismo domicilio, y que comprende, entre
otros, violación, maltrato físico, psicológico y abuso sexual.
También puede incluir abuso psicológico repetido, ataque sexual,
aislamiento social progresivo, castigo, intimidación y/o coerción
económica.

Hay autores que señalan que la violencia Intrafamiliar se da


básicamente por tres factores; uno de ellos es la falta de control
de impulsos, la carencia afectiva y la incapacidad para resolver
problemas adecuadamente; y además en algunas personas
podrían aparecer variables de abuso de alcohol y drogas.

CLASES DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.

 Físico (Abandono Físico, Malos Tratos Físicos)


Actos que atentan o agreden el cuerpo de la persona tales como
empujones, bofetadas, golpes de puño, golpes de pies, etc.
 Psicológico: (Emocional) (Malos Tratos Psicológicos)
Actitudes que tienen por objeto causar temor, intimidar, y
controlar las conductas, sentimientos y pensamientos de la
persona a quién se está agrediendo como las descalificaciones,
insultos, control, etc.

 Sexual: (Abuso Sexual)


Imposición de actos de carácter sexual contra la voluntad de la
otra persona. Como por ejemplo exposición a actividades
sexuales no deseadas, o la manipulación a través de la
sexualidad.

 Económico: (Abandono / Negligencia) (Malos Tratos


de tipo material o económico)
No cubrir las necesidades básicas de la persona y ejercer control
a través de recursos económicos.

ELEMENTOS QUE CARACTERIZAN LA VIOLENCIA


INTRAFAMILIAR.
Para ubicarse en la caracterización de la violencia intrafamiliar
es necesario tomar en cuenta los siguientes aspectos vinculados
con la misma:
 Uso del poder y la agresión para educar y resolver
conflictos: En la familia existen situaciones que generan
violencia, relacionadas con lo que significa ser hombre y ser
mujer. Existen relaciones asimétricas en las que se utiliza el
poder y la jerarquía para resolver conflictos, someter,
imponer, agredir y manipular.

 La violencia entra por casa: Se aprende desde los primeros


años. Se considera que el castigo físico es necesario para
corregir: “Te pego porque te quiero”, “Te pego para que seas
una buena persona”. La agresión física, verbal y relacional
refuerza modelos familiares autoritarios.

 Carencia de modelos alternativos: La falta de alternativas


no violentas para educar y resolver conflictos en las familias,
escuelas, comunidades, hace que se reproduzcan formas
violentas de relación, agresiones verbales y físicas, que llegan
a ser parte de la vida cotidiana, hasta tal punto que cuesta
reconocerlas.

 Realidad psicosocial: Desempleo, exclusiones, adicciones,


embarazos tempranos. La violencia intrafamiliar se da en
todos los sectores, no como suele creerse que es un problema
que afecta solo a los más desfavorecidos económicamente.
LOS EFECTOS DE VIOLENCIA DOMESTICA EN LOS HIJOS
Los niños que viven en hogares violentos también son víctimas.
Pueden ser lastimados. Pueden sentirse impotentes ante la
violencia, culparse por no prevenirla o creer que la causan.
Suelen ser maltratados o ignorados. Los hijos pueden sentir
niveles altos de nerviosismo, sufrir estrés pos-traumático y tener
problemas en la escuela. Hijos que viven en hogares violentos
suelen faltar más a la escuela, portarse de modo violento o
agresivo. La violencia es un comportamiento que se aprende.

No todos los niños víctimas de Violencia Intrafamiliar


aparentemente sufren consecuencias a corto o largo plazo
debido a esto. Estas consecuencias dependen del caso y pueden
ser muy diferentes de persona a persona. Son el resultado de
una combinación de factores como:

 La edad del niño y la etapa de su desarrollo al momento de


ocurrir los episodios de VIF.

 El tipo de maltrato (abuso físico, negligencia, abuso sexual,


psicológico etc.) que se dé en esa familia.

 La frecuencia, duración y severidad de la VIF.

 La relación entre la víctima y el agresor.

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