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Resumen I. Introducción
Se presenta un conjunto de aproximacio- Con el presente articulo intento saldar, en
nes a los conceptos de cultura y de cul- parte, una deuda contraida con mis com-
tura material, seguido de un inventario pañeros, a inicios de este año en la Real
epistemológico sintetizado; ŭltima labor Academia de España en Roma, mientras
que permite distintas miradas a través de disfrutaba de una estancia de investiga-
las cuales la antropologia, la arqueologia ción concedida por el Ministerio de
y la historia económica y social han estu- Asuntos Exteriores de España, en la espe-
diado la cultura material. Sin embargo, se cialidad de Estética y Museologia. En una
advierte que, en los m ŭltiples debates de las sesiones organizada por la
efectuados, más que aportar una defini- Directora, las que bautizamos como «Las
ción nominal de iqué es la cultura mate- tardes de Charo», mientras intentaba
rial? sólo se llega a circunscribir el campo explicar el proyecto de investigación que
de investigación y a precisar el proyecto alli realizaba, se entabló una discusión en
propuesto para el estudio de la vida torno al concepto de cultura material,
material. teñida de cierto pesimismo epistemológi-
co. Alguien Ilegó a manifestar la decaden-
Palabras clave: Cultura, cultura Material, cia de estos estudios, amparándose, tal
conceptos, epistemologia, interdisciplina- vez, bajo la sombra del postmodernismo',
riedad y hasta se Ilegó a dudar de los aportes de
reconocidos investigadores de los anti-
guos paises socialistas en el campo de la
Abstract cultura material y la arqueologia históri-
co-cultural; desconociéndose, además, el
This article discusses a series of papel que jugó el Instituto de Historia de
approaches to the concepts of culture la Cultura Material creado en la URSS y
and material culture. It also provides an Polonia.
abridged epistemological inventory with Lo positivo de tan desanimado encuen-
an overview of the perspectives from tro fue que luego pude reorientar la
which anthropology, archaeology and investigación alli iniciada 2, donde se
economic and social history have studied intenta dar respuestas a cada una de esas
material culture. The author nonetheless y otras interrogantes, incluyendo las
maintains that rather than putting forward manifestadas por alumnos y colegas en
a definition of what material culture is, otros encuentros. Ahora, el proyecto:
debate on the subject merely delimits the Teoría, metodología y fuentes para el estu-
scope of research and profiles suggested dio de la cultura material, en el capitulo
projects for studying the conditions of dedicado a "Las interpretaciones contem-
material life. poráneas de la cultura materiaP, cuenta
con nuevos epigrafes, tales como:
Key words: Culture, material culture, Antropologia de la tecnologia, Cultura
concepts, epistemology, interdisciplinarity material e identidad y Cultura material y
circuitos mercantiles. Es por esto que me
apresuro, en esta primera página, a dar cen Hunter y Whitten (1981: 201) en la
las más sinceras gracias a mis comparie- Enciclopedia de antropología. Por otra
ros becarios y a la Directora de la Real parte, no todos los estudios que se pre-
Academia de Esparia en Roma. sentan bajo el sello de cultura material
Desde hace algunos arios he dedicado responden a tal concepción. Por muy
casi la totalidad de mis investigaciones a poco definido que esté todavía el término,
la temática de la cultura material; por de ninguna manera hay que confundir,
cierto, parte de esta producción se ha por ejemplo, un manual de corte y con-
publicado en Anales3 y algunos de los fección con una investigación etnográfica
ciclos de conferencias y cursos se han del vestido y un simple recetario de coci-
impartido en el Museo de Arnérica. Una na con un estudio de los alimentos.
labor luego extendida a otras institucio- Ambas fuentes pueden aportar y auxiliar
nes culturales y docentes de Esparia, a la investigación de la cultura material,
Francia, Portugal, Cuba y recientemente pero en ningŭn momento deben tenerse
Italia4; siempre teniendo a estos estudios o confundirse como estudios específicos
como interés intrinseco de las ciencias de esta parcela del conocimiento.
históricas y antropológicas y a los muse- Como explico en Anales (2006), casi
os como vínculos de tal materialización. siempre, cuando se habla del estudio de
Las docencias impartidas versan en la cultura material se establece una rela-
torno a la teoría, metodología y fuentes ción casi directa primero con la arqueolo-
para el estudio de la cultura material y las gía -la llamada ciencia de los objetos- y
investigaciones publicadas, básicamente segundo con la antropología —la ciencia
del período colonial cubano (siglos que estudia la naturaleza de los seres
XIX), no han sido más que la aplicación humanos— y la inserción de la histo-
de este instrumental teórico-metodológico, ria—narración y exposición de los aconte-
con la utilidad de determinadas fuentes; cimientos pasados y dignos de memoria-
muchas de ellas colecciones museables. queda en un tercer plano.
Sin embargo, son muchas las limitacio- En la bibliografía escasean los trabajos
nes que se encuentran en el campo teó- de cultura material eminentemente históri-
rico-metodológico a la hora de enfrentar cos. La historiografía en su conjunto ha
cualquier estudio que verse en torno a la situando a la historia de la cultura material
cultura material en general y que parta en un lugar menos preferente, sin parcela
desde la interdisciplinariedad de la histo- propia, y algunos autores la subordinan a
ria, la antropología y la museología. Las la historia económica y a la historia de las
mismas dificultades que luego se tienen técnicas; aunque, no debe descuidarse la
al intentar trasmitir estos conocimientos. incidencia que igualmente ha manifestado
Ante tal impedimento de índole cogni- -no obstante los nuevos enfoques históri-
tivo, he centrado el análisis de estas cos o antropológicos- en la historia de las
investigaciones y las docencias imparti- mentalidades, la microhistoria, la vida coti-
das en el estudio de los diferentes con- diana, la historia social y las historias de
ceptos de cultura y de cultura material; vida, lo que igualmente hoy alcanza ser de
en el grado de incidencia de la arqueolo- utilidad en la nueva historia de la cultura;
gía y la antropología en estos estudios, porque viene facilitando a todas estas
por ser las principales disciplinas que corrientes -tal vez a una más que a otras-
más hacen uso de ellos; en el papel pre- los objetos materiales como fuente histári-
ponderante que concedo a los museos en ca, con los que también algo se puede
esa materialización; y, principalmente, en inferir acerca de una determinada situa-
la elaboración de un inventario epistemo- ción social en el tiempo. Pudiendo ser lo
lógico de los estudios publicados, las más comŭn entre todos estos campos del
diferentes metodologías aplicadas y las saber -aŭn cuando en algunos de ellos se
fuentes existentes en Europa, Estados defiendan o se rechacen las investigacio-
Unidos y América Latina, relacionados nes globalizadoras y las condicionantes de
con el tema en cuestión. lo abstracto como acción y resultado de lo
Y es que sucede, tanto con el concepto histórico- la bŭsqueda del equilibrio entre
de cultura como con el de cultura mate- lo material y lo mental: las dos dimensio-
rial, que hoy no se tiene una definición nes que abarcan lo humano, sin tener
que acepten todos o la mayor parte de los necesariamente que despersonalizarlo o
especialistas que hacen uso de estos tér- imponer fronteras.
minos. Como se verá en el cuerpo del A propósito de los extremos, ni ha sido
artículo, la definición más operativa de buena la trivialización de los más ortodo-
cultura es la que asume la UNESCO en xos pensadores marxistas, ni la es hoy la
1982 y la de cultura material la que ofre- de los que hacen de las representaciones
D. MUSE0 DE AMÉRICA 15
ANALES (2007). PÁGs. 217-236 [21911
ISMAEL SARMIENTO RAMÍREZ
vidades humanas. También escapaba a "La vida material son los hombres y las
esta definición la utilidad del valor estéti- cosas, las cosas y los hombres. Estudiar
co del objeto para los etnólogos. Pero, las cosas -alimentación, vivienda, vestido,
hoy en día, el término cultura material es lujo, herramientas, instrumentos moneta-
más amplio en la arqueología; y cuando rios, pueblos y ciudades-, en suma todo
ha de referirse al pasado, es el mejor aquello que el hombre utiliza, no es la
objeto que puede asignarse a la investiga- ŭnica manera de valorar su existencia
ción arqueológica. cotidiana. El nŭmero de los que se repar-
En las nuevas perspectivas enfocadas ten las riquezas de la tierra tiene también
por los prehistoriadores el término cultu- su significado" (Braudel, 1984: 1, 8).
ra material -asociado al material que ana- Y con esta expresión, Braudel estable-
lizan- ha pasado de tenerse en cuenta ce un vínculo entre la historia de la vida
como un pequerio nŭmero de elementos material y la demografía; utilidad mutua
técnicos a ser representativo de una cultu- de sus contenidos en los que también se
ra; donde engloban, con el empleo de construyen lazos, por ejemplo, con la his-
eruditas tipologías: herramientas líticas, toria económica, la arqueología y la etno-
luego cerámica y después armas de metal. grafía.
Tampoco la arqueología clásica ha olvida- El polaco Kula, estudioso y metodólo-
do a la cultura material, ya que constituye go del sistema feudal, ha renovado los
una parte relativamente importante de los modelos marxistas en historia económica
temas del arte antiguo; cuando define a y social y está considerado el autor que
las civilizaciones por sus aspectos super- mejor ha elaborado el concepto de cultu-
estructurales tiene presente a la cultura ra material. En su estudio relaciona la his-
material al estudiarse las creencias, repre- toria económica con la historia de la cien-
sentadas por los monumentos de culto y cia, de las técnicas y de la cultura mate-
los testigos de los ritos funerarios, la orga- rial, y verifica que la «historia de la cul-
nización política en sus manifestaciones tura material» es una disciplina que se
materiales, el urbanismo y la red de carre- ocupa de "los medios y los métodos prác-
teras. Asimismo, la arqueología medieval ticamente utilizados en la producción, es
se sirve de la cultura material y la mues- decir de cuestiones relativas a la produc-
tra se ve en los logros alcanzados por la ción y al consumo en el más amplio sig-
arqueología eslava; meritoria en sus exca- nificado de estos términos" (Kula 1974:
vaciones, muchas de las cuales se hicie- 65-68). Esta disciplina se distinguiría de la
ron bajo la dirección de Francastel en «historia de la ciencia» como historia del
1960, y en las que se descubrieron barrios pensamiento científico y de la «historia de
enteros con sus calles, viviendas y talleres las técnicas» como historia de las ciencias
artesanales'. técnicas. Tanto la historia de las técnicas,
Para Braudel (1984:1-2), el historiador como la historia de la cultura material
más relevante del siglo )0C, "la vida mate- dependen de la historia económica. Al
rial es como la planta inferior de una nivel organizativo de los estudios, la dis-
construcción cuya planta superior está ciplina implicaría si no la unificación, por
constituida por lo económico" (Pesez lo menos la cooperación de las materias
1988: 122). A juzgar por las criticas que que afrontan precisamente temas de his-
les hace el arqueólogo italiano Carandini toria de la cultura material: la arqueología
(1984: 79), el autor francés: "Nos habla en prehistórica o protohistoria, la arqueolo-
términos literalmente sugestivos de «pol- gía histórica y la etnografía.8.
vo de historia», de «cotidiano inconscien- Al decir del arqueólogo Renato Peroni:
te», de «planta baja de la vida económica»,
de «nivel cero de la historia», dpero qué "Las investigaciones de la cultura
podemos determinar de estas agudas de- material no se acaban en la histo-
finiciones?". No obstante, a estas y a otras ria de las técnicas... Detrás del uni-
metáforas utilizadas por Braudel, en lo verso de los objetos de la cultura
expresado en su obra —tal vez la historia material se halla el universo de los
de la cultura material algo infravalorada y hombres y de sus relaciones socia-
con evidente brevedad en la definición les. No tanto de los hombres como
del término— se encuentran aportaciones sujetos originales sino como
que aquí merecen destacarse; y todavía miembros de familias, órdenes y
mucho más, cuando se habla de una clases sociales, es decir como
época en la que el tema objeto de estu- masa" (Peroni 1967: 155-172).
dio "no ha conseguido forjar sus propios
conceptos, ni desarrollar todas sus impli- Así, para Carandini, en una concepción
caciones" (Pesez, 1988: 122). Segŭn él: más ampliada:
Kulczyski (1955) sédo reduce a tres estos tructuras, pero no las recubre: sólo se
componentes: los medios de producción, expresa en lo concreto, en y mediante
éstos sacados de la naturaleza, e incluyen objetos. En resumen, porque el hombre
las condiciones naturales de vida y las no puede estar ausente, puesto que se
modificaciones producidas por el hombre trata de cultura, la relación del hombre a
en el medio natural; las fuerzas producti- los objetos (pues el hombre mismo, por
vas, los ŭtiles de trabajo, los medios su parte, en su cuerpo físico, es un obje-
humanos de la producción y el hombre to material).
mismo con su experiencia y la organiza-
ción técnica del hombre en el trabajo; y
los productos materiales obtenidos de IV. Estudios que aportan a la
estos medios y por estas fuerzas, que no historia de la cultura material
son otros que los ŭtiles de la producción
y los productos destinados al consumo. En 1919, en plena guerra civil, Lenin
Estoy totalmente de acuerdo con Pesez firmó el decreto que establecía la
(1988: 118) en que, todavía en la actuali- Academia de Historia de la Cultura
dad, no podemos hablar de una definición Material de la URSS, un proyecto en ente-
nominal, digamos de consenso, que dé ra alianza con el materialismo históricom,
cuenta brevemente y de manera adecuada que desde sus inicios se vio más repre-
de lo que significa la expresión cultura sentado por arqueólogos que por los res-
material o «civilización material»9; aprecia- tantes profesionales de las ciencias socia-
ción que se avala después de haber anali- les. Lo mismo que sucedió en Polonia
zado las diversas definiciones que dan los cuando, a partir de 1953, se creó idéntica
autores que utilizan el término. institución", y en Italia", Francia' 3 y
En los estudios de cultura material, con Esparia", donde el mayor nŭmero de las
cierta preocupación por el contenido teó- investigaciones de la cultura material
rico, se observa, tanto la falta de unidad recae al campo de la arqueología. No hay
entre los especialistas de una misma dis- que olvidar que es la llamada ciencia de
ciplina, la tendencia a repetir, sin mayor los objetos, que nos permite conocer el
meditación, conceptos que responden a pasado del hombre a través de los restos
un campo determinado de las ciencias de sus manifestaciones materiales que
sociales, como criterios en los que se todavía nos quedan. Fuente de estudio de
contradice lo expresado dentro de la la arqueología muy bien empleada en los
misma definición. Estados Unidos. En la Universidad de
Los que incursionamos en este campo, Cambridge los supuestos de la cultura
aun con horizontes teórico-metodológi- material han cobrado mayor interés en las
cos por descubrir, se nos hace necesaria investigaciones de Pounds (1999); reflejos
una definición con pretensiones definiti- de los «New studies in archaeology» que
vas y universales en la que se sustente también tienen sus frutos en los trabajos
todo lo que concierne a la materialidad de: Shanks y Tilley (1987), Hodder
asociada a la cultura. Es evidente -y en (1982) y Cotterrell y Kamminga (1992),
este planteamiento sí existe el mayor con- entre otros.
senso- que la cultura material tiene una Comparado con otros temas, en los
estrecha relación con las exigencias mate- libros de historia se le dedica muy poco
riales que pesan sobre la vida del hombre espacio a la cultura material y cuando
y a las que el hombre opone una res- esto sucede la sintesis se reduce a unos
puesta que es precisamente la cultura. pocos siglos. Fundamentalmente, en la
No obstante, Pesez (1988: 118) opinó bibliografía destacan los estudios de ali-
que, no todo el contenido de la respues- mentación, vivienda y vestido, y siempre
ta se ve afectado por la cultura material. vistos como las necesidades materiales
La materialidad implica que, en el más elementales del hombre; otra de las
momento en que la cultura se expresa de cuestiones más tratadas tal vez sea la de
manera abstracta, la cultura material nada las técnicas, implícitas algunas veces en
tiene que ver con ello. Esto designa no las demás manifestaciones de la cultura
sólo el campo de las representaciones material y otras tan aisladas de éstas que
materiales, del derecho, del pensamiento parecen no pertenecer al mismo campo
religioso y filosófico, de la lengua y de las de estudio. No obstante saberse que el
artes, sino igualmente las estructuras objeto engloba más aspectos y que de
socioeconómicas, las relaciones sociales ellos, aunque sea en menor medida y de
y las relaciones de producción, en suma, forma dispersa, igualmente se da cuenta.
la relación de hombre a hombre. La cul- Además de la alimentación -vista a tra-
tura material está del lado de las infraes- vés del régimen, los equilibrios caláricos
y nutricionales, y del gusto, entre otros De igual forma, estimo que, a pesar de
determinantes-, y de sus inherentes con- la poca acogida que ha tenido entre los
notaciones sociales, económicas y psico- historiadores, la cultura material hoy
lógicas; de la vivienda y el mueble inte- sigue estando esencialmente vinculada a
rior; del traje y su variedad, debida a las la historia y que tal vez requiera, más que
técnicas textiles, estructuras sociales, exi- otro descubrimiento forzoso -lo que suce-
gencias materiales que impone la función dió cuando los primeros marxistas-, el
para la que está destinado, diferencias fundamento de una definición consen-
sexuales que pueda sugerir y de las acti- sual de su objeto aplicable a las distintas
tudes psicológicas, ideológicas y política ciencias sociales; y se logre con este rico
que manifieste; y de las técnicas, su evo- campo de investigación una sólida disci-
lución y las relaciones que en torno a plina que aporte al mejor conocimiento
ellas la sociedad emana; son raros los tra- del hombre y de sus relaciones sociales.
bajos de cultura material dedicados a los En la etnología, no obstante la subesti-
caminos y transportes, otros que pongan mación que han tenido los estudios de la
de manifiesto la topografía urbana o rural cultura material, se cuenta con un corpus
conjuntamente a los condicionamientos considerable de trabajos con esta temáti-
colectivos, y hasta los que incluyan a las ca; donde, tanto por las técnicas emplea-
técnicas agrarias y las técnicas textiles en das como por muchos de los resultados
estrecha vinculación con la alimentación alcanzados son dignos de tenerse en
y el traje. cuenta por las restantes disciplinas de las
Después de indagar en la bibliografía ciencias sociales donde incida igual obje-
que he tenido a mi alcance, termino por to; esto sin excluir, por el mero hecho de
comprender que la historia de la cultura su peso en el asunto, a la arqueología.
material todavía sigue sin prender del Durante arios la antropología cultural
todo entre los historiadores. De este anglosajona ha abordado la cultura mate-
modo, coincido con Pesez (1988:117) -más rial y en el centro de etnología francesa,
arqueólogo que historiador- en que hoy figuras como Leroi-Gourhan (1964-1965 y
en día continúan estando los historiadores 1988) no han sido indiferentes a las
poco acostumbrados a separar la elabora- investigaciones con incidencia en la cul-
ción de sus tesis del análisis de los mate- tura material. También en Esparia estos
riales que en él concurren; estando estudios han dado sus frutos y así se deja
menos prestos, aún, a disociar los esque- ver, por ejemplo, en los trabajos publica-
mas explicativos de las realidades vividas dos por la Revista de dialectología y tra-
en que se expresa la cultura material. Un diciones populares (1983: 54-58); si bien,
nivel que sólo se alcanzará con la prácti- existe entre todos los autores uno que
ca continua y otorgándosele a la cultura merece ser destacado, me refiero a J.
material el interés científico que merece. Caro Baroja, situado entre los primeros
Y para llegar hasta este punto se requie- de su especialidad en incursionar en los
re mayor intervención de los investigado- estudios teórico-prácticos de esta temáti-
res en el centro del asunto y, de una vez ca", además de ser promotor de un diá-
y por siempre, dejar de minimizar o ver logo interdisciplinario entre la antropolo-
como algo poco importante su contenido gía y la historia (véase, Sarmiento Ra-
intrinseco, extrayéndose de su pasado mírez, 2005: 317-338).
epistemológico lo más positivo. De igual manera, la etnografía ha mos-
Desde estas perspectivas, considero trado interés por la cultura material, ya no
que aún siguen siendo válidas las aporta- solo en los antiguos países socialistas
ciones de los historiadores marxistas al donde han estado más arraigados estos
estudio de la cultura material en su rela- tipos de estudios, con una superextensa
ción con el hecho socioeconómico; por- bibliografía subdividida en disímiles
que, aunque se inviertan los términos, temas de investigación 17, sino también en
este hecho da cuenta de los rasgos de la otros muchos países del orbe. Los etnólo-
cultura material y la interrelación es axio- gos cuando, dentro de sus patrones
mática. estructurales, analizan la tecnología, la
Marx en El Capital no empleó el térmi- economía y la organización social en su
no de cultura material pero sí se refirió a vínculo con el hombre, necesariamente
las condiciones materiales de la evolu- están estudiando la cultura material de
ción de la sociedad. En su pensar Ilegó a ese grupo humano; porque para ellos,
relacionar una historia de la tecnología dice Maget (1953: 15-16), "el objeto no
con los medios de trabajo del hombre, en existe (como no sea físicamente) al mar-
el proceso de producción, y con el estu- gen de su importancia para el hombre".
dio de la producción misma". Al estudiar el objeto, recalca este autor, es
vivienda y el menaje, las vías, transportes afrocubano (látigo, cepo, grillete, maza,
y comunicaciones, el vestido, adornos y collar, etcétera)". Manifestaciones de la
vida social, la tecnología, el comercio, la cultura material que, además de Ortiz,
vida erótica y las costumbres higiénicas, y centran el interés de otros investigadores,
el trabajo y la ergología. entre los que destacan: Pérez de la Riva
Respecto a Cuba, realidad que me es (1975) y Franco (1973).
más familiar, puede ser que, por la expe- Desde finales de la década del noven-
riencia adquirida de los antiguos países ta, del siglo XX, el estudio más importan-
socialistas, la balanza se equilibre entre te de la antropología cubana es el Atlas
los estudios de la arqueología y la antro- Etnográfico, coordinado por Cardoso
pología, siendo menores los de la histo- Duarte (2000); labor de donde surge la
ria. publicación de otros textos monográficos
Los historiadores han sido los más reza- bajo el título genérico de Cultura popular
gados en llegar a beber de la fuente de la tradicional cubana (1999). En estas dos
cultura material, tema que no ha sido tra- obras, relacionadas entre sí, han compar-
tado explícitamente en ninguna de las tido protagonismo tanto las manifestacio-
Historia de Cuba". Marrero es quien más nes de la cultura espiritual como las de la
aporta a estos estudios, información que cultura material y desde entonces se ha
se encuentra dispersa en cada uno de los logrado sistematizar los estudios sobre
quince tomos que integran su máxima cultura tradicional cubana. Además, algo
producción: Cuba: econornía y sociedad muy significativo, los resultados, tanto de
(1878-1992)2'; seguido de Moreno las monografías de cada fenómeno como
Fraginals, con su conocida obra El inge- del Atlas en su distribución espacial y
nio (1 978)22; y, de Le Riverend con su dinámica histórica, abarcan todo el ámbi-
Historia económica de Cuba (1974)23. to nacional; labor realizada por un equi-
También, entre los libros más recientes, po multidisciplinario durante más de
destacan las Historia de Cttba (1995 y veinte arios y de lo que ha quedado, al
1996), coordinadas por el Instituto de mismo tiempo, un valioso banco de infor-
Historia de Cuba24. mación cuyos datos corresponden a la
Desde la arqueología, las investigacio- segunda mitad del siglo XX.
nes en torno a las comunidades aboríge- Sin embargo, en ambas obras, se care-
nes cubanas han permitido un mejor ce de un capítulo teórico introductorio o
conocimiento de las corrientes de pobla- inicial dedicado a la historia de la cultura
miento, las etapas de la economía, la material y espiritual y a sus aportaciones
organización social, las manifestaciones cubanas. Tampoco se profundiza en el
mágico-religiosas y las restantes formas desarrollo que estas expresiones cultura-
de vida de los primigenios habitantes de les adquieren en la Isla durante los siglos
la mayor de las Antillas. Asimismo, han coloniales y la primera mitad del siglo
posibilitado que se compruebe la existen- XX, ya que las aportaciones básicamente
cia de un intercambio de materias primas se reducen al período revolucionario que
y objetos de las actividades productivas inicia en 1959. Y, un aspecto todavía más
entre las áreas". importante para los objetivos trazados en
Los antropólogos cubanos se ubican el proyecto: las monográficas no siempre
entre los especialistas de Latinoamérica logran conjugar las m ŭltiples incidencias
que más utilizan la esfera de la cultura que tiene la cultura material y espiritual
material como fuente de estudio y entre en la vida del hombre29.
sus temas sobresalen los que tratan de la Por lo antes dicho, considero que Cuba
etnografía negra cubana y los dedicados sigue necesitando de estudios en los que
a la cultura popular tradicional, en los se analice la cultura material de conjunto
que se hace especial énfasis a la cultura y con las implicaciones de todos sus valo-
rural en el siglo XX. res. A la excepcional labor de acopio,
Para un acercamiento a la contribución ordenamiento, análisis y clasificación del
africana en Cuba, es imprescindible el material que han hecho estos especialistas
estudio, primero, de la obra de Ortiz, reu- del Atlas durante arios, lo que es válido
nida tanto en artículos como en mono- como patrón metodológico para otros paí-
grafías y ensayos independientes26. Este ses latinoamericanos, le faltó profundiza-
autor da a conocer el trabajo de los nirios ción del acontecer histórico, vacío que
y las mujeres en los ingenios y describe principalmente siente el lector especializa-
la vivienda (barracón-cárcel o bohíos), el do3°, y, en el caso específico de la cultura
vestido (11amado esquifación), la alimen- material, mayor interrelación de los aspec-
tación y hasta los instrumentos con que tos etnográficos con la historia económica
castigaron y torturaron al esclavo rural y social, y la historia de las técnicas3'.
Por ŭltimo, he de reseriar el libro: mayor que ejercen los medios de comu-
Somos lo que compramos... , de Bauer nicación en la definición de la cultura
(2002). El autor se refiere a las principa- material, consciente de que los patrones
les manifestaciones de la vida material de consumo tienden a uniformar a indivi-
durante los pasados cinco siglos en duos, comunidades, pueblos y países,
América Latina; y, al estudiar el alimento, atentando contra una de las fundamenta-
el vestido, la vivienda y la organización les riquezas humanas: la diversidad cultu-
del espacio p ŭblico, se sirve del transpor- ral. Como tampoco ignorara la mucha
te como instnamento de distribución de originalidad que existe en la comida,
estos otros bienes. Además, con el vivir indumentaria, arquitectura y literatura
actual de los países latinoamericanos, vernácula de todos los países latinoame-
ejemplifica cómo el tipo de bienes que ricanos; no obstante insistir en que, como
consume la población ayuda a definir su regla general, el poder y la atracción ejer-
identidad o identidades; sin pasar por cida por Europa y Estados Unidos es sig-
alto que la manera más efectiva para nificativo en la conformación de su cultu-
cambiar de identidad es cambiar de cul- ra material, existiendo una larga lucha
tura material, de forma de consumir bien- entre la tendencia a la estandarización y
es. Así, enfatiza en la influencia cada vez los valores de la identidad local.
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Notas
Este trabajo se enmarca dentro de una investiga- de uno de los países europeos que cuenta con
ción mayor: <Teoría, metodología y fuentes para mayor tradición en los estudios de la historia de
el estudio de la cultura material». Proyecto dividi- cultura material; por cierto, conjuntamente con
do, desde sus inicios, en tres fases: La primera, Francia, los dos sistemas educativos que más
realizada entre Cuba y España; la segunda, la que incluyen en sus programas docentes universita-
ha finalizado en la Real Academia de España en rios esta materia como asignatura independiente
Roma, con financiación del MEC; y, la tercera, el y los museos como sede de sus clases prácticas.
período que, acto seguido a los meses de estan- Por tal sentido, se hizo necesario estudiar, in situ,
cia en Roma, se inicia en la Université Paris III- el vínculo que C. Brandi logró establecer entre
Sorbonne Nouvelle. restauración pictórica, restauración arquitectóni-
i. Mucho papel se ha Ilenado al escribir el análisis ca y restauración de los vestigios arqueológicos;
de las nuevas tendencias historiográficas, en par- los avances alcanzados en los museos; la teoría
ticular con la Ilamada postmodernidad que recha- de los arqueólogos R. Peroni, A. Carandini, D.
za toda teoría -especialmente la marxista; al decir Moreno y M. Quaini; las leyes del patrimonio
de Aróstegui (1995: 139-140): "bajo la máscara de artístico-histórico; los inventarios de los vestigios
una b ŭsqueda de nuevas aproximaciones a lo materiales; la totalidad de los trabajos aparecidos
humano"- y tendiente a cuestionar la capacidad en las revistas Quademi Storice, Quademi
de la historia por conocer el pasado con la actitud medieval y Archeología medieval, más otras
relativista que atribuye a las ciencias. Por ejem- bibliografías específicas; y, de cara a futuros pro-
plo, una de sus principales críticas es al papel de gramas docentes europeos, los planes de estu-
las fuentes para conocer la verdad histórica, al dio en torno a la historia de la cultura material apli-
«otro». Se señalan todos los peligros tales como cados en universidades específicas.
las diferencias de culturas o la imposibilidad de Con cierta específicidad, y como ejemplos a tener-
despojarse del presente, el eurocentrismo o la se en cuenta de las m ŭ ltiples fuentes que ofrecen
crítica al progreso (véase, Touraine 1993; Lyotard los museos italianos al estudio de la historia de la
1983; Sebreli 1992; Hellere y Féher 1989; Mo- cultura material, se brindó especial interés al análi-
rales Moya 1992; y, Aróstegui 1993). Todas pue- sis integral de determinadas colecciones, ejem-
den estimarse justas, pero no pueden nunca Ile- plos: En Florencia, en el Museo dell Opera del
gar a anular la noción de verdad. Al analizar este Duomo, a las herramientas que Brunelleschi utilizó
movimiento, Fontana ha considerado que lo más para construir este edifico; en la Galleria degli
que se pretende es "un desarrollo extremo de la Uffizi, a las obras de los venecianos Veronese y
reducción de la historia a lo meramente cultural, Tintoretto; en el Museo Nazionale del Bargello, a la
que implica la negación de todo tipo de visiones tapicería islámica, la joyería renacentista, el marfil
de conjunto el rechazo de las periodizaciones y las armaduras; en la Galleria del Costume, a la
y de las interpretaciones globales, el reemplazo amplia muestra de vestidos que reflejan los cam-
del grand récit de la Historia en mayŭ sculas por el bios de estilo de la corte y alta costura desde fina-
petit récit de las historias en min ŭ sculas y de las les del 1700 hasta los años sesenta del siglo XX;
afirmaciones sobre la realidad por metáforas" en el Museo Archeologico, a las extraordinarias
(Fontana 1999: 271.). Aunque, sin dejar de reco- colecciones de piezas etruscas, griegas, romanas
nocer "que existen formas de tomar en cuenta y del Antiguo Egipto, que abarcan desde objetos
buena parte de los problemas que ha denunciado cotidianos hasta esculturas ceremoniales clásicas;
el postmodernismo -de enriquecer nuestro utilla- en el Museo dell Antropologia e Etnologia, a un
je con nuevos métodos, sin desdeñar nada que grupo de instrumentos musicales, apenas conoci-
pueda resultarnos ŭtil desde un punto de vista dos, que Ilevaron viajeros italianos. Y, en Nápoles,
instrumental" (Fontana, 1999: 274-275); porque, en la ciudad de Pompeya, el Templo de Iside, por-
desde su experiencia y reconocidísima autoridad, que muchas de las decoraciones y objetos sagra-
considera que "no parece que los principios del dos que hoy se conocen fueron recobrados en
postmodernismo le sirvan tal historiador, en con- este recinto en perfecto estado de conservación, y
creto] más que como herramienta crítica para los hornos y molinos pompeyanos, mecanismos
corregir errores de visión y como cautela sobre que son ŭtiles al estudio primario de la historia de
todo en el análisis de los textos" (Fontana 1999: la técnica. Además, en el Museo Arqueologico
274). Siendo cierto, además, que en la mayor Nazionale, el más antiguo y el más importante
parte de las historiografías se dejan ver las museo arqueológico de Europa, una selección del
influencias del postmodernismo antropológico, material salido del área vesubiana.
en concreto, el motivado por Geertz y sus segui- 3 Véase, Sarmiento Ramírez, op. cit.
dores. 4 En el Departamento Studi Americani, Universitá
z En Italia los estudios de cultura material han esta- degli Studi Roma Tre, el Seminario: "Teoría, meto-
do vinculados con la museología y sus resultados dología y fuentes para el estudio de la Cultura
son referentes obligados para quienes nos intere- material en la Cuba colonial: impartido a alumnos
samos en profundizar en este campo. Hablamos de doctorado.
5. Malinowski, ofreció varias definiciones al concep- Después del XX Congreso del Partido Comunista
to de Cultura y en ellas veía esta herencia social de la Unión Soviética (1956), se aceleran las crí-
como «concepto clave de la antropología cultu- ticas al stalinismo y se discuten conceptos fun-
ral»; no obstante, este autor ambivalente, ha sido damentales que hasta entonces eran dados por
objeto de amplios comentarios, tanto positivos seguros y por definitivamente establecidos,
como negativos. La obra compilatoria de Firhh entre ellos, los de modo de producción, forma-
(1974) es muestra de lo que aquí se dice y en ella ción económico-social, carácter «típico» y uni-
el estudio de Leach, "La base epistemológica de versalidad de los modos de producción. Se com-
Malinowski", es de los más radicales. probaba así que en la práctica los mecanismos
8. Apud, Pesez 1988: 139-140). empleados para hacer coincidir la realidad con el
7. De tan ejemplar período en la arqueología habla esquema diseñado por Stalin no siempre armo-
W. Hensel (1992), uno de los presidentes del nizaban.
Instytut Historii Kultury Materialnej [Instituto de De estos mecanismos en los que se ve tal
Historia de la Cultura Materiall de la Academia de imperfección interesa aquí destacar sólo tres:
Ciencias de Polonia. 1. 0 En la práctica, la noción de modo de produc-
8.La explicación de la elaboración teárica de Kula se ción era vaciada de su contenido dialéctico. Tal
ha desarrollado con el apoyo de la obra de contenido se afirmaba en principio, pero cuando
Carandini (1984:78-79). Otro estudio de Kula se definía concretamente a un modo de produc-
(1980) muestra cómo la historia de las luchas ción, se lo hacía dejando de lado el problema del
sociales se desarrolló a menudo en torno a los nivel y formas de organización de las fuerzas pro-
instrumentos de la vida cotidiana. ductivas, y haciendo derivar la definición sobre
e. Este ŭ ltimo término utilizado, entre otros, por todo de las relaciones de producción. La noción
Srejski (1962); véase Pesez (1988: 119) y Braudel de relaciones de producción era reducida, ade-
(1984). más, a las simples relaciones de explotación,
10. La teoría y el método del materialismo histárico cuando se trataba de las sociedades de clases;
desarrollados por Marx y Engels se encuentran esclavitud, servidumbre y trabajo asalariado
prácticamente en todas sus obras y es abundan- constituían una lista juzgada completa de las for-
te la bibliografía en torno a su génesis y evolu- mas de explotación, y en la práctica se asimila-
ción. También estas tesis fueron ampliadas por ba, por ejemplo, feudalismo a servidumbre.
Lenin (1975 y 1981) y Plejánov (1973 y 1974), Claro está que se decía, ocasionalmente, que
principalmente. determinado modo de producción, en esta o en
Los estudios de la cultura material estuvieron aquella fase de su evolución, «favorecía» o «fre-
entre los más afectados por el dogmatismo y el naba» el desarrollo de las fuerzas productivas;
esquematismo conceptual que predominó entre pero estas ŭ ltimas se hallaban ausentes de la
los intelectuales soviéticos hasta después de definición concreta que se ofrecía de cada modo
1950: una tendencia a interpretaciones economi- de producción.
cistas lineales; un arsenal técnico primario, limi- 2.° Establecíase una confusión entre los concep-
tado a las reglas del método crítico positivista; y, tos de modo de producción y formación econó-
en las polémicas y tomas de posiciones, se mico-social, o sea, se confundía el modelo esta-
reflejaban más consideraciones ideológicas que blecido a partir de un análisis que retiene sólo lo
argumentos basados en la investigación científi- que de más esencial y general existe en cierto
ca (por ejemplo, el tema de la periodización his- n ŭ mero de sociedades consideradas de un
tórica y la naturaleza y sucesión de los modos de mismo tipo (modo de producción), con la socie-
producción). dad concreta, siempre caracterizada por la coe-
Hasta entonces, la versión aceptada del materia- xistencia de estructuras que se explican por un
lismo histórico se había transformado, por m ŭ lti- modo de produccián dominante con otras cuya
ples motivos que aquí no entro a analizar y por (a explicación depende de otros modos de produc-
universalización del esquema unilineal de los ción, o elementos de modo de producción
cinco estadios de J. Stalin, en una vulgar filoso- (forma económico-social).
fía de la historia, una entidad metafísica que 3.° La idea de Marx de una sucesión de «épocas
ordenaba desde el exterior el curso del devenir progresivas» se transformaba en una relación de
histórico. filiación entre los modos de producción o estu-
En 1938, Stalin estableció que eran cinco los dios sucesivos, cada uno de ellos engendrando
estadios característicos del desarrollo histárico: al siguiente por el simple juego de sus contradic-
comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo, ciones internas, en forma lineal y casi automáti-
capitalismo y socialismo (Stalin, 1946: 539-553). ca de evolución. Como, además, las fuerzas pro-
Un esquema que los especialistas soviéticos ductivas aparecen descartadas del plano princi-
redujeron, bien o mal, a sus investigaciones, y pal de análisis de los modos de producción, la
que tuvo muy pocos resultados. Salvando la dinámica interna de éstos era explicada casi
arqueología y la prehistoria, en el resto de las exclusivamente por las luchas de clases, consi-
ciencias sociales hubo menos avances a partir deradas sin vinculación efectiva al desarrollo de
de los aportes de Marx, Engels y Lenin. las fuerzas productivas y más particularmente a
la división social del trabajo, aunque tal correla- muchos de los trabajos de los etnólogos rusos
ción podía ser indicada de una manera exterior al aparecen en la revista Soviétskaya Etnografía.
análisis propiamente dicho, o mencionada al 18.Véase, también, la obra de Le Roy Ladurie
paso. (1981).
Ŭ ltimo análisis extraído de la obra de Santana 19.En otros estudios posteriores a esta fecha no ha
Cardoso y Pérez Brignoli (1977: 63); quienes, a sido posible sopesar el estado científico de la
su vez, se apoyan en Goblot (1969: 57-197). etnografía rusa y en la actualidad tal producción
Majewski, especialista en arqueología clásica, es extremadamente deficiente; hasta al punto
fue el primer director del Kwartalnik Historii de haberse perdido la concepción originaria de la
Kultury Materialnej (Instituto de Historia de la organización institucional que sustentaba estas
Cultura material) de la Academia de Ciencias de investigaciones: la Academia de Ciencias de la
Polonia, que agrupaba a cuatro grupos de inves- URSS, y reducirse al mínimo los presupuestos
tigadores: arqueología de la Polonia prehistórica para los investigadores y publicaciones.
y medieval, arqueología del mediterráneo, etnó- 20 Desde la época de Pezuela, en que aparece la pri-
grafos e historiadores de la economía (véase mera obra titulada: Ensayo histórico de la Isla de
Majewski 1975: 2 t; 1965: 357-360; y Wasowicz Cuba (1842) y luego su Historia de Cuba (1868-
1962: 75-84). 1878), pasando por Guerra Sánchez (1921-1925 y
12.Arqueólogos como Carandini (1984), Moreno y 1938), Portuondo del Prado (1945 y 1953) y Maso
Quaini (1976: 5-37) fueron influyentes. Asi- (1976), entre otros, y sin omitir La historia de la
mismo, el estudio de la cultura material en Italia nación cubana (1952), el interés ha sido limitado:
fue tema principal del primer editorial de la revis- se aportan datos pero no se entra a analizar
ta Archeología medivale. directamente la cultura material del pueblo cuba-
13.La escuela de los Annales en su primer tiempo, no; lo más que ha sucedido es su utilización
cuando hizo extensivo el campo de la historia, como enganche en páginas dedicadas a la vida
dio cabida a la cultura material y de ello dan fe cotidiana.
tres de los trabajos publicados en este período: 21 Entre los temas tratados por Marrero: las comu-
Dos de Bloch; uno, donde escribe: "Nada más nicaciones, los caminos, el establecimiento del
desconcertante, a primera vista, en las obras de primer servicio regular de correos, los buques de
historia com ŭ nmente ofrecidas al p ŭ blico, como vapor en la navegación de cabotaje, la puesta en
el silencio bajo el cual han pasado casi universal- marcha y la evolución del ferrocarril, la vivienda y
mente, a partir de los últimos tumultos de la pre- el mobiliario campesino, el vestido: expresión
historia hasta el siglo XVIII, las vicisitudes de la ostensible de la condición social y el vestido, cal-
instrumentación técnica; [...1 estas investigacio- zado y sombrero en la economía popular, la ali-
nes están demasiado al margen de las corrientes mentación: abundancia, gusto e importaciones,
tradicionales de nuestros estudios y como a los abastos y la dieta popular, las bebidas hela-
remolque de la «historia grande» [...1 lo que se das, el aprendizaje de artes y oficios en los talle-
trata de conocer (las técnicas medievales) con- res, gremios y sociedades de artesanos y los
cierne a la parte más profunda de la vida social, medios empleados para combatir las endemias y
la más determinante y la más sintomática" las epidemias.
(1978: 203 y 207); y, el otro, un artículo publica- 22. Moreno Fraginals, sin renunciar a su formación
tura material en Cuba, (siglos el pro- Pichardo Moya (1956); Tabio (1989); Tabio y Rey
greso industrial, la transformación de la estructu- (1979); Dacal (1978); Dacal y Rivero de la Calle
ra y el desarrollo agrícola, la organización del (1989); y Guanche (1976) y (1978).
comercio, los impulsos demográficos, las comu- 28. Entre las revistas cubanas que Don Fernando
nicaciones, el predominio del ferrocarril y el telé- fundó, dirigió o colaboró destaco: Revista
grafo, entre otros temas, forman parte de las Bimestre Cubana, Archivo del Folklore Cubano,
relaciones que los hombres establecen en torno Surco, Revista de Arqueología y Etnología,
a los fenómenos materiales. Estudios Afrocubanos, Azul y Rojo, Revista Cien-
24 En esta obra aparecen valoraciones del desarro- tífica Intemacional y Casa de Américas.
llo técnico en la Cuba colonial y aspectos signifi- 27.Véase, Ortiz, op. cit.
cativos de la alimentacián, la vivienda y el vesti- 28.Las manifestaciones de la cultura material que se
do. Si bien, considero que lo más significativo estudian en las monografías y el Atlas son: los
del estudio, desde un punto de vista teórico- asentamientos rurales, la vivienda y las construc-
metodológico, es ver cómo se relaciona la histo- ciones auxiliares rurales, el mobiliario y el ajuar
ria social con aspectos de la historia económica, de la vivienda rural, las comidas y bebidas de la
la historia de la ciencia y la historia antropológi- población rural, los instrumentos de trabajo agrí-
ca, y todo desde la perspectiva que ofrece el cola, los modos y medios de transporte rural, las
análisis histórico, lo que engrandece a ŭ n más el artes y embarcaciones de la pesca marítima, y la
valor de su contenido. De este modo, estando el artesanía popular tradicional.
tema de la cultura material sin delimitar, el lector 29.Por ejemplo, al tratarse las diferentes manifesta-
no Ilega a sentir una total ausencia de sus mani- ciones de la cultura material, se carece de una
festaciones; indicativo que señala se ha tomado visión general donde se analicen los valores eco-
un buen camino y muestra de mayor interés y nómicos, sociales, culturales, estéticos, religio-
utilidad por un campo que tanto puede aportar a sos, u otros, de forma concatenada.
cualquiera de las ciencias sociales. 30.Al estudiar algunas de estas manifestaciones
25 Por ejemplo, gracias al estudio de los burenes hice mis acotaciones e incorporé una sintesis
fue posible conocer las diferentes intensidades de su historia y periodización en los siglos colo-
de la producción agrícola entre asentamientos; niales; véase Sarmiento Ramírez, las obras que
con los recipientes cerámicos se logró una apro- se citan.
ximación a la complejidad gentilicia de unos y 31.Aunque, es de justicia decir que desde los inicios
otros asentamientos en Cuba; y sobre todo, los en que se elabora el Atlas y mucho más a raíz de
trabajos arqueológicos han facilitado suficientes sus resultados, en Cuba han aumentado los
indicios para establecer similitudes y diferencias estudios de cultura material desde la perspectiva
entre las distintas culturas asentadas en la Isla y antropológica. Destacan publicaciones que resal-
otras del contexto caribeño, de la península de la tan las aportaciones hispánicas, franco-haitianas
Florida, el valle del Mississippi, Centroamérica y y chinas al etnos cubano y otras más específicas
Venezuela. La utilidad de la cultura material de en torno a la artesanía popular y los asentamien-
los aborígenes cubanos como fuente de investi- tos, vivienda e instrumentos de trabajo del cam-
gación a otras manifestaciones del período pre- pesino.
colombino puede verse en: Herrera Fritot (1970):