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LA CULTURA DEL SEXO; EL SEXO DE LA CULTURA

El autor de este post va a realizar un pequeño ensayo sobre una dimensión muy
importante de la cultura, la del sexo; dimensión ésta que se diría importantísima en
ciertas edades del ciclo vital.

La Cultura del Sexo

Vivimos en una sociedad en la que el sexo está presente por doquier. Lo novedoso de
estos tiempos es la presencia masiva del sexo en los medios de comunicación de masas
y en la publicidad de las empresas; extremo éste que debemos tener en todo momento
presente, pues es el punto clave de este mini-ensayo.
Supongo que habrá consenso en considerar la omnipresencia y omnipotencia de lo
sexual en la sociedad actual, sobre todo en las primeras etapas de la vida –cuya duración
depende del sujeto en cuestión, siendo lo normal que por lo menos abarque hasta la
treintena.

Mas esta posición privilegiada del sexo no ha sido así siempre, es, por tanto, algo
genuino de nuestra sociedad actual, algo que se da con mucha fuerza en el presente pero
no con tanta en el pasado. Diríamos que es un rasgo característico de la sociedad en la
que nos ha tocado vivir. Se deriva lógicamente de lo que se acaba de considerar que no
es innato o natural a la sociedad esta posición dominante de sexo, sino que es un rasgo
cultural y, por tanto, contingente.

Y cabría preguntarnos ¿qué factores han hecho posible esta realidad cultural? Yo diría
que los medios de comunicación y la fuerza publicitaria de las empresas son las
responsables de este panorama. Es más, diría que se ha convertido al sexo en un objeto
de consumo ordinario, ya no de contenido puramente carnal o humano, sino con una
serie de elementos anejos que todos son servicios y productos a consumir. Ha
encontrado la economía un buen mercado que explotar y desarrollar, y a la vista salta
que no lo está desaprovechando.

No voy a ser yo quien diga que el sexo no es un elemento básico de toda cultura
humana, pero lo antropológicamente prescrito es una inclinación sexual natural y no una
verdadera obsesión, como hay ahora, que ha sido impuesta por la propia sociedad a sus
miembros.

El resultado de la situación que nos toca vivir es que la gente se vuelve simple, sólo le
interesa el sexo, éste se convierte en el centro de gravedad de sus vidas, todo lo que se
hace –o la mayor parte- está directamente vinculado con el sexo, como ir al gimnasio,
salir a comprar ropa, preparar y comer comida sana, arreglarse, tomar el sol, ir de
copas…La figura que mejor representa al individuo obsesionado es la del
“metrosexual”. A este tipo de hombre sólo se le verá donde hay mujeres, se notará que
no tiene casi ninguna afición o divertimento que no sea el de ligar, las amistades están
relacionadas con ello, son personas que se aplanan, pierden las inquietudes o aficiones
que pudieron tener antaño. Yo diría que sufren una alienación porque el sexo, objeto de
sus vidas que ha sido colocado en esa posición por ellos mismos, se separa de ellos, se
hace objeto independiente, se eleva sobre su existencia y termina dominándolos, pues
ellos viven para y por el sexo. Es una grandísima pena ver a gente que otrora era
diferente, inquieto y original, y luego ha pasado a convertirse en un ser homogéneo a los
demás cuya única preocupación es el sexo y relacionarse con mujeres.

El Sexo de la Cultura:

A continuación voy a analizar brevemente el contenido de lo que se entiende por sexo


en la cultura actual, esto es, ¿qué tipo de sexo es el que domina en la sociedad? Aviso
que voy a utilizar expresiones que pueden sonar un poco ordinarias o bordes, pero que
serán muy elocuentes para lo que quiero transmitir.

¿El sexo al que me vengo refiriendo es un concepto inmutable o depende de las


coordenadas de tiempo y lugar? Está claro, por lo menos para mí, que el propio
concepto de sexo es una construcción cultural, pues no se entendía lo mismo por
practicar el sexo en la prehistoria que en la antigüedad, ni se entiende igual de cincuenta
años para acá. El sexo ha tenido momentos con connotaciones más románticas, más
carnales… Es sexo que domina ahora es de otro tipo: todavía hay, por supuesto, sexo
derivado del romanticismo o enamoramiento y sexo puramente natural o carnal, pero se
ha abierto paso con fuerza un concepto de sexo de contenido heterogéneo que le
llamaré, por referirme a él de alguna forma, “nuevo sexo”.

El “nuevo sexo” es una nueva filosofía de vida: la vida como instrumento para ligar.
Siempre al ser humano le ha preocupado aparearse, pero no hacía de esto el centro de su
existencia. Ahora esto es lo que pasa con el “nuevo sexo”, que es un compuesto de
varios elementos: sexo en el sentido carnal o explícito y toda una serie de elementos
anejos que forman una aureola alrededor, como la imagen, las relaciones sociales, las
pautas de comportamiento, la significación que se da al sexo en la vida propia (haciendo
de él el centro de ésta)…En definitiva, un estilo de vida propio es como se identifica al
“nuevo sexo”: preocupación absoluta por follar, el éxito de las personas depende de lo
que se ligue, la diversión en los viajes depende de las mujeres con las que se haya
estado, estar siempre atento a la forma física, machacarse en el gimnasio desarrollando
músculos de una manera que excede a las necesidades de la vida diaria, estar siempre de
compras, salir super-arreglado, depilarse, maquillarse, ir de copas sólo donde hay
tías…Todo esto es el “nuevo sexo”, que ,si bien, antes también lo había, ahora está de lo
más presente y a los ojos de cualquiera se ve.

Prueba de lo que estoy diciendo es que en la actual cultura del sexo no es que la gente
está más caliente. Por ejemplo, la gente que está obsesionada por ligar y eso, y a va al
gimnasio, se depila, se compra a cada momento ropa, sólo piensa en hablar con mujeres
etc., esta gente, digo, que en principio se ve que están obsesionadas con el sexo, podría
pensarse que se harán a cada momento pajas, unas tras otras, porque tal es su nivel de
temperatura. Pues no, gran error, no tiene nada que ver, no se masturban más, lo que
quiere decir que no es el deseo puramente sexual carnal lo que les mueve a hacer todo lo
que hacen, sino que es ese concepto abstracto que yo he llamado “nuevo sexo” el que
les tiene atrapado, es algo meta-sexual.

El “nuevo sexo”, pues, es otro tipo de sexo, no pertenece a la inclinación natural del
hombre al coito sino que es impuesto por la cultura, y, dentro de ésta, por la publicidad
de las empresas apoyada en los medios de comunicación de masas. Está muy
relacionado con el consumismo, por todo los hábitos que conlleva de comprar ropa,
playa, coches chulos…Además, crea una forma de vida que alimenta el individualismo,
ya que se está contento mientras vaya bien las relaciones con mujeres y esta
concepción hace que sólo se centre el sujeto en uno mismo, dándole igual lo que pasa
fuera de la propia persona.

No hace falta decir que en la cultura actual también está muy extendido el sexo en su
estado más duro, o sea, la pornografía, que se haya sustentada por una poderosa
industria, lo que aumenta la preocupación y el deseo sexual. Pero esto, aun estando
relacionado también con el nuevo sexo, entraría dentro de otra de las categorías del
sexo, la de su sentido más carnal y explícito, en la que no quiero entrar para no
prolongar más este artículo.

Por último, pido perdón al género femenino por la clara orientación androcéntrica que le
he dado al texto.

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