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ISBN: 978-84-7867-355-1
Depósito Legal: M-235-2016
Sumario
Prólogo 5
Introducción 7
1. Concepto y epidemiología del dolor neuropático
y dolor neuropático localizado 9
Dra. Juana Sánchez Jiménez
Tanto para el CGCOM como para el MSSSI supone una gran satisfacción el
desarrollo de estas publicaciones, que esperamos sean de gran utilidad para
la mejora de la atención a los pacientes.
“La alegría y el dolor no son como el aceite y el agua, sino que coexisten”.
José Saramago (1922-2010)
Esta iniciativa nace dentro del documento marco para la mejora del abordaje
de las personas con dolor en el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad (MSSSI) en compañía de la Organización Médica Colegial (OMC) y la
Sociedad Española del Dolor. A todos ellos, mi humilde agradecimiento por su
empeño e ilusión en intentar mejorar nuestra calidad de vida. Especialmente
al panel de expertos que con minucioso cuidado y rigurosidad científica han
hecho posible este documento.
Introducción
El dolor neuropático (DN) se caracteriza por tener una elevada prevalencia dentro
del dolor crónico y por ser difícil de tratar debido a su complejidad fisiopatológica.
Positivos
Signos espontáneos (sin necesidad de estímulo que los desencadene):
� Parestesias: sensación no dolorosa (hormigueo).
� Disestesias: sensación dolorosa (alfileres, quemazón…).
9
10 Dolor neuropático
Negativos
�H ipoalgesia: menor sensibilidad a estímulos dolorosos.
�H ipostesia: menor sensibilidad ante un estímulo.
� A nestesia: ausencia de sensibilidad.
� L os descriptores característicos del dolor neuropático incluyen ardor, des-
cargas eléctricas, quemazón, disparos, entumecimiento, picazón, alfile-
res, agujas…
Definición
De acuerdo con la Sociedad Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus
siglas en inglés), el DN se describe como una forma de dolor crónico, iniciado o
causado por una lesión primaria del sistema nervioso, ya sea periférico o central(1).
En 2008, Treede et al.(2) lo definen como el dolor que aparece tras una lesión o
disfunción que daña el sistema somato-sensorial a nivel periférico o central, invo-
lucrando mecanismos fisiológicos y patológicos.
Prevalencia
La información sobre la prevalencia y las características de los pacientes con dolor
neuropático es limitada. Gran parte de la información publicada proviene de estu-
dios en cohortes de dolor neuropático en entidades clínicas (lumbalgia, diabetes,
esclerosis múltiple, síndrome de atrapamiento nervioso…) o de pacientes atendidos
en consultas de Unidades de Dolor o Neurología. Las tasas de prevalencia e in-
formación clínica de estos estudios no son susceptibles de ser generalizables a la
población general(3, 4, 5, 6).
Se considera que alrededor del 15-25% de las personas con dolor crónico presen-
tan DN(8, 9). Aparece en el 8% de los pacientes con accidente cerebrovascular, al
menos en el 20% de los pacientes con esclerosis múltiple, aproximadamente en el
50% de los que presentan lesión medular y en torno al 60% de los que han sufrido
una amputación (miembro fantasma)(14).
Un estudio en Alemania reveló que el 37% de las personas que acuden a consulto-
rios de Atención Primaria con dolor lumbar crónico presentan predominantemente
dolor neuropático(5).
En el Reino Unido, se observó que el 26% de las personas con diabetes sufre dolor
neuropático periférico(9).
La incidencia del herpes zóster se sitúa en torno al 25%; estudios en los Países Bajos
encontraron que hasta un 10% de los afectados presentaban neuralgia posther-
pética(16).
Torrance et al. publican en 2006 los resultados de una encuesta por correo en el
Reino Unido, en el ámbito de la Atención Primaria, encontrando que un 8% de los
6.000 pacientes participantes tenían una puntuación positiva en el cuestionario
para DN de LANSS, lo que representaba un 17% de todos los pacientes que mani-
festaron presentar dolor de 3 o más meses de duración(4).
Clasificación
El dolor neuropático se clasifica habitualmente en base a la etiología de la lesión
o disfunción neurológica, lo que permite agrupar a los enfermos por patologías y
ayudar en el diagnóstico diferencial entre las distintas presentaciones de este dolor.
Tiene un alto interés docente e investigador.
Tabla 2. Clasificación DN
Neuropático
Neuropático periférico Neuropático regional
central
Traumas y lesiones Lesiones SDRC tipo I
mecánicas medulares. (síndrome dolor
de los nervios periféricos: regional complejo).
Traumas directos.
Lesiones estructurales:
Fracturas, infecciones,
anomalías congénitas.
Estenosis canal.
Masas de tejidos cercanos.
Alteraciones funcionales de Infarto/Isquemia SDRC tipo II
los nervios periféricos: medular.
Neuralgias de cara,
cabeza y cuello.
Neuralgias distales.
Infecciones de los nervios Enfermedades
periféricos: desmielizantes.
Neuralgia postherpética.
Neuralgia asociada a VIH
y sífilis.
Metabolopatías e hipoxias: Infarto/Isquemia
Neuropatía diabética. cerebral (Ictus).
Parálisis isquémica.
Neuropatías carenciales.
Procesos oncológicos. Asociado a
epilepsia, parálisis
episódica,
síndrome de
Guillain Barré.
Radiculopatías y
plexoplatías.
Fuente: elaboración propia del autor.
Concepto y epidemiología del dolor neuropático y dolor neuropático localizado 15
E 2
3 Cerebro
Tracto espinotalámico
A
5
6 Médula espinal
7
B
Este proceso activo, generado tanto en la periferia como a nivel central, aunque no
plenamente establecido, incluye cambios en:
� La síntesis y liberación de neuropéptidos y neurotransmisores.
� Los tipos y afinidad de los receptores.
� La expresión génica y modificación de los patrones.
Todas las manifestaciones del dolor neuropático crónico señalan que existe un pro-
ceso de hiperreactividad del SNC en el que los estímulos subumbral son capaces
de desarrollar respuestas eléctricas en las vías específicas.
Mecanismos de sensibilización
Central
Periférica
Alteraciones neuronales
Quimiosensibilidad Fenómeno wind up
Alteraciones sistema simpático Reducción modulación inhibitoria
Modificación fenotipo neuroquímico Cambios en la glía
Factores genéticos
La lesión del nervio periférico origina una degeneración axonal distal y un creci-
miento secundario de los axones proximales. Los estudios más recientes proponen
la generación de impulsos espontáneos en estos brotes inmaduros de las fibras
de pequeño diámetro, lo que ocasionaría la hiperexcitabilidad y explicaría el dolor
Concepto y epidemiología del dolor neuropático y dolor neuropático localizado 19
Las células gliales constituyen alrededor del 70% del sistema nervioso central y
desempeñan un papel importante en el mantenimiento y la homeostasis del mis-
mo. La microglía y los astrocitos se activan por la lesión del nervio, liberando una
gran cantidad de factores (prostaglandinas, aminoácidos excitatorios y citoquinas).
Las células microgliales constituyen menos del 20% de las células gliales espinales
en condiciones normales pero proliferan rápidamente en los ganglios de la raíz dor-
sal y la médula espinal después de la lesión del nervio, estimulan el componente
del complemento del sistema inmunológico y liberan citoquinas citotóxicas (óxido
nítrico y radicales libres).
Mediante neuroimagen se ha visto que los cerebros de pacientes con dolor crónico
son diferentes de aquellos sin dolor, con variaciones en el metabolismo y las con-
centraciones regionales de neurotransmisores en áreas como el tálamo y la corteza
cingulada(18).
Existe una fuerte asociación entre dolor neuropático y trastornos del ánimo. Investi-
gaciones recientes han encontrado alteraciones en la corticotropina y en el sistema
límbico, un área involucrada en las emociones(15).
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Síntomas, signos y diagnóstico del dolor
neuropático y dolor neuropático localizado
Existen dos situaciones en las que el dolor no es útil. En ambos casos se presenta
con carácter crónico. El primero de ellos, el más frecuente, es el que, tras un dolor
agudo, comienza un proceso de hiperexcitabilidad de las redes neuronales que
significan dolor. Tales redes están formadas por las neuronas sensitivas del ganglio
de la raíz posterior, las del cuerno posterior y las de todas las vías medulares y ence-
fálicas relacionadas con las sensaciones y su filtrado o amplificación. La activación
repetida de estas redes puede además originar fenómenos de potenciación a largo
plazo y de memoria de dolor. La segunda situación que provoca dolor crónico es
la que se origina por activación anormal en las propias estructuras nerviosas, cen-
trales o periféricas. Suelen ser descargas ectópicas en los axones o potenciales de
acción extras en los receptores, así como activación anormal en las vías centrales y
sus cambios plásticos secundarios. Es decir, se trata de un síntoma neurológico por
patología en las vías nocioceptivas. A esto llamamos “dolor neuropático”(1).
DOLOR NEUROPÁTICO
Las lesiones neurológicas pueden manifestarse solo a través de dos tipos de fe-
nómenos, tal como sintetizó Jackson (tabla 1): los negativos y los positivos. La au-
sencia de función conduce a la pérdida de fuerza en la vertiente motora, a la hipo
o anestesia en la sensitiva y, por ejemplo, a la hipo o anhidrosis en la vegetativa.
Por el contrario, los fenómenos positivos, que debemos reconocer como los más
frecuentes en la clínica neurológica, corresponden a una extensa lista de signos
tales como las crisis comiciales (motor central), crisis fasciculares (motor periférico),
parestesias (unidades táctiles), dolor (unidades nocioceptoras) o vasoconstricción e
hiperhidrosis (autonómico).
23
24 Dolor neuropático
microelectrodo de tungsteno
piel
axón
tronco nervioso
fascículo
40
ángulo articular
20
40
frecuencia de descarga 20
0
Figura 3. E
l dolor neuropático periférico guarda distribución
anatómica sistematizada
3 7 15 µ
Temperatura (frío)
Tacto, dolor rápido, cosquilleo (?)
Tacto, presión
C Ad - Aa(b) (receptores encapsulados)
3 7 15 µ
mal definidos
(exteroceptores-?)
Distribución en flor
Anuloespiral (Ia)
Órgano tendinoso de Golgi (Ib)
IV III II I
3 7 15 µ
Diámetro de la fibra
Imagen original cedida por el autor.
Síntomas, signos y diagnóstico del dolor neuropático y dolor neuropático localizado 31
La actividad anormal de los axones más mielinizados, que transportan sensación táctil,
movimiento articular, presión o propiocepción, es la causante de las parestesias. Son
fáciles de reconocer en la anamnesis puesto que el interrogador puede usar expre-
siones como “igual que” o “como si” para identificar sensaciones de las que todos
tenemos experiencia personal tras compresión del nervio peroneo en la rodilla o del
cubital en el codo, por ejemplo. Cuando tales parestesias son catalogadas por el pa-
ciente como desagradables, se les llama disestesias y caben en el concepto clínico de
dolor neuropático. Las parestesias inducidas por percusión de un nervio, generalmente
en una zona desmielinizada, son llamadas signo de Tinel y pueden ser útiles para re-
conocer una zona de compresión crónica o el punto más avanzado de la regeneración
de un nervio tras una lesión traumática. Al mismo hecho, cuando elongamos una raíz
nerviosa lumbosacra comprimida, se le llama signo de Laségue. La elongación en vías
sensoriales medulares es la causa del signo de Lhermitte (tablas 2, 3 y 4).
Tabla 3. M
ecanismos del dolor neuropático
Periférico
Sensibilización de receptores.
Ectopia.
Mecanosensibilidad.
Efapsis.
Posdescargas.
Central
Sensibilización.
Supersensibilidad por denervación.
Cambios plásticos dendríticos.
Trastornos de los circuitos inhibitorios.
Cambios plásticos cerebrales.
Fuente: elaboración propia del autor.
En las polineuropatías, los síntomas dolorosos son más evidentes en los nervios
largos al tener estos una mayor probabilidad de lesión en algún punto. Se observa
entonces un patrón de molestias en calcetín o guante que asciende a medida que
la enfermedad progresa.
Los síntomas negativos o deficitarios no son causa de dolor neuropático (no po-
demos sentir algo “que no notamos”). Sin embargo, suelen estar presentes en los
pacientes con lesiones del sistema nervioso. El examen, por tanto, de los reflejos
propioceptivos, el balance muscular segmentario y la exploración minuciosa de
las sensibilidades, deben formar parte del estudio de cualquier dolor neuropático.
Puede ser la clave para reconocer la localización de una lesión que también causa
síntomas positivos.
La electroneurografía sensitiva y motora, así como el examen EMG de aguja son los
métodos básicos en el estudio de las lesiones nerviosas periféricas. La adición de
técnicas de potenciales evocados somatosensoriales, cocleares por vía auditiva, refle-
jos de tronco cerebral, estudio de conducción motora central con estímulo magnético
transcraneal y la EEG añaden datos de gran valor en las alteraciones del sistema
nervioso central. Una consideración especial merecen los potenciales evocados por
estimulación láser o por rampas rápidas de calor (CHEP). En estos casos los estímulos
inciden exclusivamente sobre receptores nocioceptivos amielínicos o escasamente
mielinizados. El potencial que se obtiene sobre áreas corticales, de latencia mucho
más prolongada que los potenciales somatosensoriales, ofrece datos objetivos sobre
la conducción de estas fibras y su posible lesión. También pueden tener gran valor
los estudios del reflejo de retirada por el método neurofisiológico de la llamada res-
34 Dolor neuropático
Tabla 5. U
tilidad de la neurofisiología tradicional en el diagnóstico
de los trastornos que causan dolor neuropático
Neuropatía periférica compresiva aguda y crónica.
Polineuropatía y su distinción entre axonal y desmielinizante.
Radiculopatías.
Plexopatías.
Lesión nerviosa traumática.
Distinción entre neuralgia del trigémino esencial y sintomática.
Alteraciones de la conducción sensorial medular y cerebral (Pot.
evocados).
Alteraciones centrales de la vía motora (estimulación magnética
transcraneal).
Alteraciones en la conducción nocioceptiva periférica y central
(Pot. ev. láser).
Estudio de la respuesta R3.
Fuente: elaboración propia del autor.
puesta R3. Suele medirse en los músculos flexores de la pierna tras estimulación
eléctrica intensa en el nervio safeno externo. La respuesta automática tiene gobierno
nocioceptivo y se integra en niveles medulares y de tronco cerebral. Mide de forma
objetiva la intensidad de la sensación y puede ser muy útil en la evaluación del efecto
de determinados fármacos analgésicos(9). Por último, las técnicas de medición de la
respuesta autonómica (respuesta simpática cutánea, índice cardiaco R-R) son fre-
cuentemente utilizadas para detectar alteraciones en las fibras de pequeño diámetro.
PRUEBAS PSICOFÍSICAS
Figura 5. E
l termotest permite una medición cuantitativa de la
sensibilidad térmica. Es una prueba psicofísica que
precisa un explorador entrenado y la colaboración
del paciente. Es de gran utilidad en la exploración del
dolor neuropático
Tabla 6. M
étodos psicofísicos de medición en trastornos que
causan dolor neuropático
Test cuantitativo de sensibilidad térmica al calor, al frío y vibratoria.
Examen con pelos de Von Frey.
Examen clínico de la retirada, gestos y expresión verbal.
Fuente: elaboración propia del autor.
36 Dolor neuropático
Dolor neurogénico: dolor iniciado o causado por una lesión primaria, una disfun-
ción o una perturbación transitoria del sistema nervioso central o periférico.
Dolor neuropático: dolor iniciado o causado por una lesión primaria o una disfun-
ción del sistema nervioso.
Nivel de tolerancia del dolor: el mayor nivel de dolor que el sujeto está preparado
para tolerar.
Dolor neurogénico periférico: dolor iniciado o causado por una lesión primaria,
una disfunción o una perturbación transitoria en el sistema nervioso periférico.
Dolor neuropático periférico: dolor iniciado o causado por una lesión primaria o
una disfunción en el sistema nervioso periférico.
38 Dolor neuropático
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Tratamiento farmacológico
y no farmacológico
39
40 Dolor neuropático
Aunque son muchas las patologías que pueden cursar con DN, los signos y sínto-
mas acompañantes tienen muchas características en común, independientemente
de la enfermedad de base. Así, en los estudios más interesantes, no se mira solo el
alivio global del dolor, o la mejoría de la calidad de vida, sino también la respuesta
a características típicas de este tipo de dolor como son la alodinia, la hiperalgesia, el
número e intensidad de “descargas” lancinantes, la evolución de los descriptores más
frecuentes del dolor o la reducción del tamaño del área de hiperalgesia secundaria.
Una dificultad añadida pero complementaria es que hoy conocemos que existen
diferentes fenotipos para las más frecuentes patologías estudiadas y estos fenotipos
responden de una manera diferente a los diferentes analgésicos(6, 7). Por ejemplo, la
respuesta a la oxcarbazepina en diferentes patologías que cursan con DN periférico
depende de si el nociceptor está irritable (NNT 3,9) o no irritable (NNT 13) y no de
la patología de base(8). Una considerable línea de trabajo está en marcha con esta
orientación que puede cambiar la manera en que nos enfrentamos al tratamiento y
que lo puede hacer más personalizado(9).
Como se puede observar en la tabla 2, son pocos los fármacos que tienen indica-
ción global autorizada para el tratamiento de todo tipo de DN, aunque sí podemos
encontrar alguno más para tipos de DN asociados a patologías concretas como la
neuralgia posherpética, la neuropatía diabética dolorosa o la neuralgia del trigémi-
no. Otros fármacos utilizados para DN, en realidad en realidad tienen simplemente
con la indicación general de dolor y en general entran dentro de la clasificación de
opioides, con o sin actividad monoaminérgica asociada. En este apartado de la guía
PAS, no se van a desarrollar en profundidad aquellos fármacos que, aunque hayan
mostrado eficacia en DN, no tengan indicación aprobada por ficha técnica y cuyo
proceso de prescripción debe seguir la normativa del uso compasivo de fármacos
así como una estricta protocolización y seguimiento.
� Titulación lenta.
Las terapias quirúrgicas se deben indicar solo cuando estas terapias farmacoló-
gicas o mínimamente invasivas no obtienen un resultado satisfactorio y siempre
contemplando unas indicaciones muy precisas para la patología en concreto. Las
indicaciones quirúrgicas más frecuentes en DN son:
Infusión
intracraneal
Neuroestimulación
Bloqueos
infiltraciones
radiofrecuencia
Tratamiento
farmacológico
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Tratamiento farmacológico y no farmacológico 51
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results. Neurología. 2011 Jan-Feb; 26(1):26-31.
Criterios de derivación desde
Atención Primaria a Unidad
de Tratamiento del Dolor
Las Unidades del Dolor no son servicios de Urgencias, salvo excepciones, trabajan-
do habitualmente con cita previa. Deberá evitarse la remisión urgente del paciente
y familiar. Esto evitará conflictos entre profesionales, así como frustraciones y tras-
lados innecesarios de pacientes(1).
El paciente debe ser atendido en estrecha coordinación entre la UTD y los profe-
sionales responsables de AP, colaborando estrechamente en el plan terapéutico,
evitando revisiones innecesarias en la UTD(1).
Bibliografía
1. Palanca I, Elola J, Puig M (coordinadores). Unidad de Tratamiento del Dolor Estándares y
recomendaciones de calidad y seguridad. Informes, estudios e investigación 2011. Ministerio
de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
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Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales. Junta de Andalucía 2014.
Algoritmo analgésico de actuación
en dolor neuropático periférico
y localizado en Atención Primaria
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Test de evaluación para acreditación
pautas de actuación y seguimiento en dolor neuropático es una actividad de
formación continuada y acreditada. Para poder evaluarse y optar al diploma acre-
ditativo deberá dirigirse al Campus Virtual de la Fundación para la Formación de la
Organización Médica Colegial, web:
http://formacion.ffomc.org
La evaluación se compone de 30 preguntas tipo test con 5 opciones de respuesta,
siendo una de ellas la válida. El criterio de evaluación exigido para obtener los cré-
ditos correspondientes será el 80% de respuestas correctas.
http://www.aemps.gob.es/medicamentosUsoHumano/portada/home.htm
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