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MÓDULO 1

Contenido de Curso Anterior:


Demencia, desde la sospecha al abordaje. 60 horas
CONTEXTUALIZACIÓN
Este curso buscar complementar los conocimientos adquiridos en la cápsula “Apoyo integral
para las personas con demencia y su cuidador”, de modo de entregar herramientas concretas
para el abordaje integral de los pacientes con demencia y su entorno de apoyo. Es
fundamental que el participante maneje adecuadamente los contenidos de la cápsula recién
mencionada, ya que estos se consideran como parte del conocimiento base de la línea
formativa y, por tanto, para el desarrollo del presente curso se consideran aprendidos.

1. Vejez en Chile

El ritmo de envejecimiento en América Latina y el Caribe es más rápido de lo que fue


históricamente en otras regiones del mundo, como Estados Unidos, Asia y Europa (1). Esta
transición demográfica acelerada tiene características propias en la experiencia social de
envejecer, condicionadas por las particularidades culturales de la región misma (2). La
proporción de población de 60 años y más, aumentará desde un 8% en el año 2000 a un
14,1% en 2025, y a 22,6% en 2050. El impacto de estas cifras no tiene única relación con su
expresión cuantitativa, sino que también con el escenario social y económico en el que aún
se encuentran la mayor parte de los países de esta área, caracterizada por elevados índices de
pobreza, persistente y aguda inequidad social y baja cobertura de la seguridad social (3).

En Chile, se estima que las personas de 60 y más años, hoy por hoy representan el 16,7% de
la población nacional (57% mujeres y 42,7% hombres), proyectándose el aumento sostenido
hasta el año 2025 (4–6).

Durante la segunda mitad del siglo pasado, Chile inició un proceso continuo de cambio en la
estructura de su población y de las causas de su enfermedad y muerte, experimentando,
actualmente, una fase avanzada de transición demográfica caracterizada por una baja
natalidad y mortalidad en general, con un patrón epidemiológico caracterizado
principalmente por enfermedades crónicas en adultos y adultos mayores, y mortalidad en
edades avanzadas (7).

El envejecimiento poblacional de Chile también conlleva dos sub fenómenos asociados de


alto interés. Por una parte, el grupo de personas de 60 años o más, se encuentra también en
un proceso de envejecimiento, lo que determina que el subgrupo de 75 años o más es el que
crecerá de manera más relevante, y que las mujeres representan el sexo que aportará de mayor
forma con el aumento de dicho subgrupo etario (5,8).

Por otra, la longevidad es importante en la comprensión del proceso de envejecimiento de la


vejez. Como se puede observar en la Tabla 1, la trayectoria de la esperanza de vida al nacer

1
muestra un aumento sostenido durante el último medio siglo y su proyección es similar hacia
el año 2025.

Tabla 1. Evolución de la esperanza de vida al nacer en Chile en el periodo 1950 – 2025

Sexo
Periodo
Ambos Hombres Mujeres

1950 - 1955 54,80 52,91 56,77


1995 - 2000 75,71 72,75 78,78
2010 - 2015 79,10 76,12 82,20
2015 - 2020 79,68 76,68 82,81
2020 - 2025 80,21 77,19 83,36
Fuente: Modificado de Instituto Nacional de Estadísticas, Proyecciones y
Estimaciones de Población, Total País, 2004.

El aumento de las personas de edad más avanzada dentro del grupo de los mayores de 60
años, tiene una estrecha relación con el aumento de la prevalencia de condiciones de salud
crónicas, muchas veces degenerativas, como el trastorno neurocognitivo mayor.

2. Cambios relacionados con envejecer

Los cambios a nivel individual que comprende el envejecimiento son complejos. Contrario
a lo que suele pensarse, los cambios que constituyen el envejecimiento no son lineales ni
uniformes, por lo que la edad misma no constituye el determinante principal de la capacidad
intrínseca de la persona o su estado de salud. Así, mientras algunas personas de 70 años
tienen un funcionamiento físico y mental bueno, otras en la misma edad presentan fragilidad
o requieren de asistencia importante. Esta variabilidad se debe, a grosso modo, a que los
mecanismos del envejecimiento son aleatorios y a que están altamente influenciados por el
entorno y el comportamiento de la persona.

 Aspectos biológicos del envejecimiento


Como se mencionó, a medida que se envejece se producen una serie de cambios celulares,
histológicos y funcionales en el organismo. Estos cambios discretos se diferencian de las
patologías propiamente tales; sin embargo, contribuyen a una mayor dificultad para
mantener la homeostasis favoreciendo lo que se denomina homeostenosis. Los cambios
asociados al envejecimiento se diferencian de los procesos patológicos propiamente tales
en que los primeros no repercuten sobre la funcionalidad en estado de reposo, sino ante
2
situaciones de estrés interno o externo que perturban la homeostasis, lo que no sucede en
las condiciones patológicas.
El envejecimiento se caracteriza por ser:
 Universal (afecta todos los seres vivos)
 Irreversible
 Heterogéneo
 Deletéro
 Intrínseco (propio de casa especie)

Existen múltiples teorías que intentan explicarlo. Pueden agruparse en tres grandes
categorías:
 Evolutivas: intentan explicar el “por qué” del envejecimiento y comprenden a
las teorías de acumulación de mutaciones y el antagonismo pleiotrópico.

 Psicológicas: se focalizan en explicar el envejecimiento en relación a los


cambios que le suceden a la persona en términos de conducta, función
cognitiva, roles e interacciones sociales a lo largo de la vida, determinando estas
quién envejece de una forma y quién de otra. Dentro de dichas teorías se
encuentran:
 la teoría de la actividad,
 la del curso de vida,
 la de la continuidad y
 la gerotrascendencia.

 Fisiológicas: hacen mención a los procesos a nivel celular e histológicos que


explicarían el envejecimiento. Son múltiples y entre ellas se encuentran: teoría
de daño a DNA, daño a DNA mitocondrial, radicales libres, errores catastróficos,
endrocrinas, epigenéticas, relativas a células madres etc.

Por otra parte, en el envejecimiento a nivel de tejidos, se producen diferentes cambios


que pueden ser específicos para un tejido en sí o comunes a varios órganos.

Los cuadros 1 y 2 muestran los cambios que se observan en los distintos tejidos y cómo
esto puede afectar a la persona.

3
Cuadro 1. Cambios asociados al envejecimiento a nivel de órganos

4
Cuadro 2. Cambios asociados al envejecimiento a nivel de órganos:
Modificado de: Geriatrics Review Syllabus: A Core Curriculum in Geriatric Medicine. 9th

Cabe destacar que, en general, las personas mayores se enferman de cuadros típicos, pero
con presentación atípica, pudiendo también ser oligosintomáticos o presentar síntomas
inespecíficos. Ejemplo: Un infarto agudo al miocardio sin dolor o que se manifiesta por
epigastralgia, delirium como manifestación de ITU, caída como presentación de
Tromboembolismo pulmonar, Neumonía sin tos ni dificultad respiratoria, baja ponderal
explicable en contexto de depresión, entre otros.

La vejez no es solamente un conglomerado de daños biológicos o fisiológicos, también


conlleva cambios en los roles y posiciones sociales. Por motivos habitualmente sociales o
culturales, los adultos mayores suelen concentrase en un conjunto menor, pero más
importante en metas y actividades. Si bien biológicamente el envejecimiento corresponde a
un proceso de declive de las funciones fisiológicas, la mayor parte de las personas mayores

5
son autónomas e independientes; sin embargo, son el grupo que concentra la mayor
proporción de personas con dependencia o discapacidad en Chile (9).

Al respecto, para comprender cómo se producen las trayectorias de salud en las personas
mayores, resulta pertinente tomar como referencia el marco conceptual del Envejecimiento
Saludable.

3. Envejecimiento saludable

El término envejecimiento saludable se emplea con frecuencia como tema de interés


académico y político, no obstante, no hay consenso sobre lo que este concepto podría abarcar
o cómo se podría definir o medir. A menudo se utiliza para referirse a un estado positivo,
libre de enfermedades, que distingue entre individuos saludables y no saludables. Esta
distinción es problemática en la vejez debido a que muchas personas presentan una o más
condiciones de salud que pueden estar bien controladas y tener poca influencia en su
capacidad de funcionamiento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el envejecimiento saludable en un


sentido amplio, basado en el curso de la vida y en perspectivas funcionales. Puede entenderse
como: el proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en
la vejez (10).

Figura 1. Factores implicados en el proceso de envejecimiento saludable

Fuente: Organización Mundial de la Salud, 2015

6
La capacidad funcional comprende los atributos relacionados con la salud que permiten a una
persona ser y hacer lo que es importante para ella. Se compone de la capacidad intrínseca de
la persona, las características del entorno que afectan esa capacidad, y las interacciones entre
la persona y esas características.

La capacidad intrínseca es la combinación de todas las capacidades físicas y mentales con


las que cuenta una persona. El entorno comprende todos los factores del mundo exterior que
forman el contexto de vida de una persona. Incluye —desde el nivel micro hasta el nivel
macro— el hogar, la comunidad y la sociedad en general. En el entorno se encuentra una
serie de factores que abarcan el entorno construido, las personas y sus relaciones, las actitudes
y los valores, las políticas de salud y sociales, los sistemas que las sustentan y los servicios
que prestan.

El término bienestar se considera en el sentido más amplio y abarca cuestiones como la


felicidad, la satisfacción y la plena realización.

Por tanto, el envejecimiento saludable comienza al nacer, con la herencia genética. La


expresión de estos genes puede verse alterada en la vida intrauterina, por las exposiciones en
el entorno y los hábitos posteriores. Pero también se nace en un medio social. Entre las
características personales se encuentran aquellas que son fijas, como el sexo y el origen
étnico, y otras que tienen cierta movilidad o reflejan normas sociales, como la ocupación, el
nivel educativo, el género o economía.

Como se ha visto en este curso, la dependencia no es un fenómeno atribuible al proceso


normal de envejecimiento, existe creciente evidencia que afirma que tampoco se determina
únicamente a partir de las reservas o potencialidades individuales, sino que se ve influenciada
de gran forma por los elementos de contexto o determinantes sociales de las trayectorias de
salud al envejecer.

4. La estratificación social de la pérdida funcional y la fragilidad

El Envejecimiento Saludable resalta los factores contextuales y de posición social en la


determinación de resultados de salud, en especial los relacionados con el funcionamiento y
participación de las personas mayores, en línea con la perspectiva de determinación social de
la salud y de la clasificación internacional de funcionamiento. De este modo, dependiendo
de las diferentes exposiciones a los determinantes sociales, se producirán diferentes
trayectorias de funcionalidad, como se observa en la Figura 2.

Figura 2. Trayectorias teóricas de funcionalidad en la vejez

7
Fuente: Organización Mundial de la Salud, 2015

El concepto de fragilidad también se amplía progresivamente desde un foco en fenotipos y


capacidad física, hacia el reconocimiento de dimensiones psicológicas y sociales de
fragilidad, permeadas de forma directa por la estratificación social (12).

La influencia de los determinantes sociales ha sido entendida, por ejemplo, en la inequidad


con que se dan las trayectorias de funcionalidad en Chile. Se ha señalado la estratificación
social en la pérdida funcional en adultos mayores chilenos a partir del efecto protector de los
recursos económicos y educacionales, sugiriendo de forma apreciable, que la edad no actúa
como nivelador de dicho efecto (13).

Figura 3. Factores que contribuyen a los niveles y distribución de la salud en la adultez


mayor

8
Fuente: Adaptado de Sadana et al, 2016, bajo permiso del autor

5. Aspectos sociales de la vejez y las demencias

En las sociedades occidentales, la vejez suele representarse desde una mirada negativa, de
limitación, y de indeseabilidad social. La discriminación por edad se define como la presencia
de estereotipos y prejuicios contra personas o grupos de personas debido a su edad. Puede
tomar muchas formas, por ejemplo, actitudes prejuiciosas, prácticas discriminatorias o
políticas y prácticas institucionales que perpetúan las creencias estereotipadas (14).

Las actitudes discriminatorias por motivos de edad se dan de forma generalizada en todas las
sociedades, y no se limitan a un grupo social o un grupo étnico. Algunas investigaciones
indican que es posible que la discriminación por motivos de edad actualmente sea una forma

9
incluso más generalizada de discriminación que el sexismo o el racismo, lo que tiene graves
consecuencias tanto para las personas mayores (que interiorizan dichos prejuicios y actitudes
discriminatorios) como para la sociedad en general, pudiendo tener efectos graves en la
calidad de la atención sanitaria y social que las personas mayores reciben (15).

Los estereotipos negativos sobre el envejecimiento están presentes cotidianamente y son


reforzados por los medios de comunicación. Algunos de estos estereotipos y prejuicios se
basan en el deterioro biológico observable. Es posible que este punto de partida,
supuestamente objetivo para el estereotipo de la vejez, esté distorsionado por las ideas acerca
de trastornos como la demencia, que a veces se consideran, erróneamente, como expresiones
del envejecimiento normal (16).

Además, debido a que se supone que la discriminación por motivos de edad está basada en
estos presuntos hechos fisiológicos y psicológicos, poco o nada se tienen en cuenta las
adaptaciones menos obvias hechas por las personas mayores para reducir al mínimo los
efectos de las pérdidas relacionadas con la edad, ni los aspectos positivos del envejecimiento,
el crecimiento personal que puede ocurrir durante este período de la vida y las contribuciones
realizadas por las personas mayores.

Al igual que el estigma descrito hacia la vejez, una de las implicancias sociales de la
demencia es la presencia del estigma asociado a esta condición. A grandes rasgos, el estigma
se entiende como un proceso en que un sujeto es clasificado por los demás de acuerdo a
estereotipos negativos relacionados a algún atributo, comportamiento o reputación, y que le
desacredita socialmente (17). Luego, existe clara información que posiciona a la demencia
como una condición estigmatizada (18). Han sido identificadas variadas características y
consecuencias del estigma, destacan:

 El reducido reconocimiento sobre la condición y su impacto en el acceso


oportuno a diagnóstico y tratamiento, relacionado con la atribución errónea que
se le otorga como parte del envejecimiento normal.
 La relación de la sintomatología cognitiva y conductual con mayor
vulnerabilidad a negligencia y exclusión de cuidados apropiados, tanto por
parte de profesionales como de las familias o entornos sociales, quienes
también experimentan formas particulares de estigma (19).

El estigma hacia la demencia suele generarse a partir de conocimientos inadecuados sobre la


condición, que se perpetúan como imaginarios sociales reforzados por el conocimiento
popular y los medios de comunicación.

Milne (20) sostiene que la demencia es una condición que, debido a su complejidad, se asocia
claramente con estigma. Se trata de un estigma internalizado o autoestigma, es decir, el
individuo absorbe el estigma externo a él, lo que lo incita a aislarse del contacto social. La
autora sostiene que el abordaje del autoestigma por parte del enfermo de demencia es una
pieza importante para las estrategias de enfrentamiento, enfatizando que este fenómeno se

10
caracteriza por una percepción negativa de sí mismo que determina pensamientos y acciones
estigmatizadoras, lo que les dificultaría aún más adaptarse a su diagnóstico.

El poder de los discursos y significados en torno a la demencia son citados también por
Mitchell (21), quien la define como un fenómeno fluido y muy dinámico y no como suele ser
representada por los discursos médicos y sociales: ‘una declinación irreversible y progresiva
de la naturaleza humana del sujeto’. El autor propone que los esfuerzos al futuro debiesen
considerar la complejidad de la demencia como una condición relacional, y debiesen
centrarse en la experiencia dinámica de las personas que viven con esta condición. Enfatiza
en la necesidad de transformar las actuales imágenes que existen sobre la enfermedad basadas
en poderosos discursos fatalistas y destructivos –principalmente alimentados por los medios
de comunicación- hacia discursos que posibiliten el respeto y una relación social de
comprensión y creatividad que impregne los sistemas de cuidados que se institucionalicen.

Si se articula el estigma a la vejez con el estigma a la demencia, las experiencias de vejez con
demencia suponen una vulnerabilidad diferenciada. Se ha señalado que ser adulto mayor y
tener una condición de salud mental como la demencia, puede generar un fenómeno
denominado estigma doble o doble riesgo, en el que puede producirse una potenciación de
los impactos negativos asociados a ambos estigmas, o puede dificultar la visibilización de
los efectos de cada uno de ellos (22). Es decir, las imágenes negativas de ser viejo y las
imágenes negativas en relación a vivir con demencia, se potenciarían y volverían a la persona
mayor con demencia un sujeto con más vulnerabilidad a discriminación y exclusión. O, por
otro lado, puede establecerse la naturalización de dicha coexistencia, potenciando
estereotipos negativos sobre la vejez, o invisibilizando las necesidades particulares de la
experiencia de la persona mayor que envejece con demencia, lo que impactaría en la
búsqueda de ayuda y posibilidades de un apoyo oportuno.

6. Plan Nacional de Demencia

Como se mencionó en el curso previo, en el contexto de los consensos globales a los que Chile
ha suscrito (23,24), en el año 2017 se hizo la presentación del primer Plan Nacional de
Demencia en el país (25) el que tiene los siguientes objetivos:

1. Promover la prevención en el abordaje de las demencias.


2. Desarrollar un sistema de diagnóstico de la demencia en los diferentes niveles de
atención de la red con protocolos de referencia y contra-referencia.
3. Diseñar un sistema de cuidados continuos, coordinados y de diferentes grados de
complejidad para la persona y su entorno para que sea implementado en las redes locales.
4. Desarrollar habilidades y competencias para la atención de las personas con demencia
de los actores sociales y sanitarios.
5. Implementar un sistema de evaluación y monitoreo de parámetros de calidad y
efectividad de las acciones del plan.
6. Fortalecer el conocimiento sobre las demencias en la comunidad.

11
7. Considerar las demencias y envejecimiento como línea prioritaria de investigación e
innovación a nivel nacional.
8. Promover comunidades amigables y solidarias hacia las personas con demencias.
9. Actualizar el ordenamiento jurídico chileno entorno a las demencias.

Tabla 1: Síntesis de acciones del Plan Nacional de Demencias versión preliminar

Objetivos Acciones

1. Incentivar y promover la - Integrar programas para la prevención de las


perspectiva de prevención en el demencias con los que existen actualmente para
abordaje de las demencias. otras patologías crónicas.

- Implementar un sistema de detección y


diagnóstico en APS.
2. Desarrollar un sistema de - Creación de clínicas de memoria en atención
diagnóstico en los diferentes secundaria.
niveles de la red con protocolos - Implementar sistema de consultoría de apoyo a
de referencia y contra- equipos de atención primaria.
referencia. - Mejorar y diseñar protocolos de diagnóstico y
derivación para atención en los niveles primarios
y secundarios.
- Instaurar el acceso a exámenes diagnósticos para
las demencias.

12
- Fortalecer la figura del gestor de casos.
- Crear la figura del monitor comunitario.
- Implementar acciones de apoyo farmacológico y
psicosocial para la persona con demencia y su
entorno próximo.
3. Implementar un sistema de - Crear Centros de Día para el apoyo de las
asistencia socio-sanitario y demencias.
jurídico continuos, coordinados - Implementar una red de cuidado socio-sanitario a
y de diferentes grados de nivel comunal integrado con los dispositivos de
complejidad para la persona y salud.
su entorno. - Crear la estructura adecuada para el tratamiento
de personas con trastornos de la conducta de
difícil manejo.
- Ampliar la prestación de los cuidados al final de
la vida.
- Crear Centros de Referencia a nivel nacional en
demencias de alta complejidad (ej. demencias
rápidamente progresivas, demencias en personas
jóvenes y demencias atípicas).

4. Implementar un sistema de - Crear un sistema de registros profesionalizados,


evaluación y monitoreo de que permita generar análisis y estudios
parámetros de calidad y periódicos.
efectividad de las acciones del - Crear una comisión revisora del Plan.
plan.

- Realizar campañas de educación y sensibilización


sobre las demencias.
5. Fortalecer el conocimiento - Favorecer la agrupación y organización de
sobre las demencias en la personas con demencia y sus entornos de apoyo.
comunidad. - Promover los derechos fundamentales de las
personas con demencias.

13
- Optimizar la formación de pregrado específica.
- Establecer un sistema de formación continua para
6. Desarrollar habilidades y equipos sociosanitarios.
competencias para la atención - Establecer un sistema de consultarías de la
de las personas con demencia atención primaria, secundaria y terciaria de las
de los actores sociales y demencias.
sanitarios. - Incentivar la oferta formativa de capacitación
técnica.
- Incentivar la oferta formativa de postítulo y
postgrado en educación superior

7. Considerar las demencias y


envejecimiento como línea - Incentivar y priorizar la investigación en
prioritaria de investigación e demencias.
innovación a nivel.
Fuente: Ministerio de Salud, 2015

Tal como se puede observar, el plan considera la articulación del sector social y salud, con el
propósito de desarrollar un sistema de cuidados continuos que van desde el diagnóstico al
trabajo con la comunidad, y de este modo, evaluar el impacto de las acciones. Este plan se
define en un enfoque sociosanitario.

En lo que compete al sector salud, se incluye la constitución de equipos de colaboración


profesional en Atención Primaria de Salud, quienes desde CESFAM y articulando otros
componentes territoriales, responderán como primera línea de abordaje.

Posteriormente, se encuentra la atención de especialidad que incorpora dos dispositivos


nuevos: Unidades de Memoria y Centros Comunitarios de Apoyo para personas con
demencia. Si bien los últimos existen desde el año 2015, a través de la estrategia
sociosanitaria se integran al continuo de tratamiento y apoyo.

Específicamente, la persona ingresará por medio de la aplicación del Examen de Medicina


Preventiva; de acuerdo con esos resultados será derivado dentro del equipo para la realización
de diagnóstico y se evaluará si es posible mantener al usuario en la atención primaria o se
debe derivar a la atención secundaria, en caso que el nivel de complejidad de la enfermedad
sea mayor y necesite de una evaluación y/o atención más especializada. De acuerdo con el
perfil de la persona, podrá ingresar a un centro comunitario o a una unidad o clínica de
memoria. Este proceso lo acompañará un facilitador intersectorial, quien también se
preocupará de acompañar e informar a las familias. La Figura 3 esquematiza el flujo y
principales tareas de cada nivel.

14
En los distintos niveles de atención, los equipos brindarán la atención mediante estrategias
multicomponente de intervención psicosocial y farmacológica, con un fuerte trabajo en redes
y territorio, y condensando los objetivos de las intervenciones en un Plan Familiar de
cuidado, que será negociado colaborativamente.

Figura 4. Diagrama del modelo de atención sociosanitaria para el abordaje de las


demencias

Fuente: Ministerio de Salud, 2017

15
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