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David Held
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All content following this page was uploaded by David Held on 02 June 2014.
1998
Joel Flores Rentería
RESEÑA DE "LA DEMOCRACIA Y EL ORDEN GLOBAL, DEL ESTADO MODERNO AL GOBIERNO
COSMOPOLITA" DE DAVID HELD
Política y Cultura, verano, número 010
Universidad Autónoma Metropolitana - Xochimilco
Distrito Federal, México
pp. 209-212
http://redalyc.uaemex.mx
La democracia y el orden global
Joel Flores Rentería*
3
Vid. Kymlicka, Will, Ciudadanía multicultural, Barcelona, Paidos, 1996.
4
Held, David, op. cit. p. 120.
5
Ibídem, p.321.
6
Kant, Ideas para una historia universal en clave cosmopolita, en Ensayos Alemanes, México,
Consejo Nacional para las Ciencias y las Artes, SEP, 1995, p.58.
7
Ibídem, p. 59.
LA DEMOCRACIA Y EL ORDEN GLOBAL 211
blos, dentro de la cual aun el Estado más rechos exclusivos de jurisdicción sobre un
pequeño pudiera contar con que tanto su territorio y una población particular".10 La
seguridad como su derecho no dependie- tierra, el mar, el aire, los bosques y todo
ra de su propio poderío o del propio tipo de recursos naturales, fueron legíti-
dictamen jurídico, sino únicamente de esa mamente asignados a la potestad sobe-
confederación de pueblos, de un poder rana del los Estados, quienes reclamaron
unificado y de la decisión conforme a le- para sí el derecho de autogobierno, el
yes de la voluntad común".8 derecho a decidir sobre sus propias cues-
La tesis de Kant será desarrollada e tiones y asuntos.
ilustrada con ejemplos históricos y políti- De esta manera, nace una sociedad
cos en el libro La democracia y el orden de Estados soberanos, caracterizada por
global de David Held. El sistema de gue- la búsqueda sistemática del interés nacio-
rra entre las naciones emana de la Paz de nal. No tardarían en surgir nuevos conflic-
Westfalia de 1648, que establece el prin- tos, a partir de los cuales se generaría un
cipio de la soberanía territorial en los sistema de guerra entre las naciones,
asuntos internacionales. El poder sobera- pues las relaciones internacionales esta-
no, que en tiempos de la Cristiandad se ban regidas únicamente por el interés na-
atribuía a Dios, el cual, por ser divino era cional: interés particular de cada estado.
absoluto y perpetuo, indivisible e ilimitado, "Nada ejemplifica mejor este hecho que la
será transferido a los Estados territoria- feroz carrera por apoderarse de territorios
les.9 Acontecimiento que señala el fin de coloniales, protagonizada por los Estados
la Cristiandad, de ese férreo deseo de europeos más avanzados del siglo XIX".11
construir un imperio universal regido por El particularismo de los Estados-nación
los preceptos de la religión católica. Seña- aparece como una de las más importan-
la también el tránsito de la soberanía de tes fuerzas civilizatorias de la moderni-
dios a la soberanía del Estado territorial, dad. Paralelamente, de manera opuesta
el inicio de un sistema de guerra entre las y antagónica, crece el universalismo, el
naciones. cual se deja ver como un contrapeso y un
En la Edad Media los preceptos religio- freno al interés estatal. Particularismo y
sos dictaban normas de conducta al rey universalismo constituyen las dos fuerzas
y a los gobernantes, establecían un códi- civilizatorias de la modernidad. Este últi-
go ético, el cual si bien con frecuencia mo tiene, quizá, como máximo exponen-
era violado, reglamentaba las relaciones te a la Ilustración. Tras el fracaso de la
entre los Estados. A partir de la Paz de cristiandad empieza a construirse el impe-
Wetsfalia "cada Estado afirma poseer de- rio de la razón: leyes y pactos intemacio-
8
Ibídem.
9
Vid. Bodino, J., Los seis libros de la república, Madrid, Aguilar. 1973, Libro I, Caps. VIII y IX.
10
Held, David, op. cit p.101.
11
Ibídem, p. 103.
212 POLÍTICA Y CULTURA
nales que intentan poner límites a la de- emergencia de la Liga de las Naciones ...
senfrenada ambición de los Estados nacio- la Declaración Universal de Derechos
nales. (1948) y las posteriores cartas sobre De-
El desarrollo del "derecho y de las ins- rechos Humanos (1966)". 1 3 La demo-
tituciones internacionales anticipan el cracia cosmopolita encuentra sus antece-
momento en que el Estado nacional no dentes a lo largo de una evolución histó-
será más que un tipo de actor entre rica, política y cultural, de por lo menos
otros". 12 El Congreso de Viena, la Liga de tres siglos. Sin e m b a r g o , hoy c o m o
las Naciones, la Organización de las Na- ayer, encuentra su mayor obstáculo en el
ciones Unidas y demás instituciones particularismo cultural. "Cualquier grupo
internacionales, representan, todas ellas, que se sienta agredido por las fuerzas
intentos por construir una sociedad inter- globales y por regímenes políticos inapro-
nacional, una confederación de pueblos piados o ineficientes, puede desatar
como la llamó Kant o una democracia cos- nuevas demandas a favor de la autono-
mopolita como dice Held, regida por una mía regional y local. Estas circunstancias
especie de derecho internacional que ga- acarrean el riesgo de una intensificación
rantice la libertad y la igualdad a cada uno de la política sectaria". 1 4 La fragmenta-
de los Estados, sin importar que éste sea ción política y las t e n d e n c i a s d e s i n -
el más débil y pequeño. Un orden jurídico tegradoras son otra posibilidad real ante
internacional donde los derechos humanos la crisis del Estado-nación, quizá más cer-
sean g a r a n t i z a d o s a cada individuo, cana que la democracia cosmopolita de
donde se reconozca que éstos tienen de- Held, pues con la fragmentación social y
rechos y obligaciones irrenunciables, la proliferación de políticas sectarias re-
aunque no estén descritos en sus propios surge la xenofobia y la i n t o l e r a n c i a ,
sistemas constitucionales. presentes hoy día en la mayor parte de
De esa tendencia hacia la democracia los Estados; no esta de más recordar que
cosmopolita, dice Held, son muestra "los ante el racismo y el fanatismo ha fraca-
tratados de las minorías, asociados a la sado todo sistema jurídico.
12
Ibídem, p. 117.
13
Ibídem, p. 135.
14
Ibídem, p. 125.