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Universidad Técnica de

Manabí
Facultad de Ciencias de la Salud
Escuela de Enfermería
ENFERMERÍA DE LAS ADICCIONES

CATEDRÁTICA
DRA. MAGALY SCOTT

TEMA:
CIRCUITO DE RECOMPENSA
VIAS MESOLÍMBICA Y MESOCORTICAL

INTEGRANTES:
• Anchundia Loor Josselyn Thalía
• Cornejo Apolo Jorge Enrique
• Campozano Loor Eliana Romina
• Chávez Roldan Idelis Carolina
• Mendoza Mero Diana Liceth
• Moreira Loor Andrea Gabriela
• Zambrano Fajardo Jossenka Liseth
CIRCUITO DE RECOMPENSA

El circuito de recompensa es un sistema funcional fundamental, situado en el cerebro, a lo


largo del haz mediano del Telencéfalo. Este sistema de “recompensas” es indispensable
para la supervivencia, ya que proporciona la motivación necesaria para la realización de
acciones o de comportamientos adaptados y supervivencia del individuo y de la especie, ya
que de él dependen actividades placenteras como la alimentación, la reproducción, etc.

La activación del circuito de recompensa facilita el aprendizaje y el mantenimiento de las


conductas de acercamiento y consumatorias, en principio, importantes y útiles para la
adaptación y la supervivencia. De alguna manera, el consumo de sustancias no hace sino
secuestrar, piratear, pervertir dicho circuito del placer, y consigue que el sujeto aprenda y
tienda a realizar conductas de consumo de la sustancia, así como a mantener en su memoria
estímulos contextuales que posteriormente pueden servir de desencadenantes del consumo.
Así, el circuito de recompensa es una vía común de reforzadores tanto naturales como
artificiales (como las drogas) (Damasio, 1994; Verdejo y Bechara, 2009). Esta misma vía,
parece ser común para otro tipo de adicciones, conductuales, como son la adicción al juego
(ludopatía), el uso de Internet, etc.

El objetivo último del sistema de recompensa es perpetuar aquellas conductas que al sujeto
le proporcionan placer. El consumo de sustancias, ya sea de manera directa o indirecta,
supone un incremento del neurotransmisor básico de este circuito, la dopamina, por lo que
el efecto hedónico aparece amplificado. Esta sensación placentera es la que hace que el
sujeto tienda a volver a consumir (Tirapu, Landa y Lorea, 2004).

La investigación en modelos animales ha permitido aclarar que uno de los mecanismos que
participa en las conductas adictivas es el sistema mesocorticolímbico, formado por
estructuras del cerebro medio como el Área Tegmental Ventral (ATV) y la sustancia negra,
y del cerebro anterior (amígdala, tálamo, hipocampo, corteza cingulada y corteza
prefrontal) entre otras áreas. Dicho sistema en su conjunto recibe el nombre de circuito del
placer o de recompensa (Volkow, Fowler y Wang, 2004).
Se trata de un circuito de alta complejidad que implica diferentes vías de comunicación
entre diversas áreas cerebrales. Así, el ATV recibe aferencias entorrinales, corticales
prefrontales y otras procedentes de regiones límbicas como la amígdala y el hipotálamo
lateral. También recibe proyecciones del locus coeruleus y de los núcleos del rafe, así como
del hipotálamo lateral y la corteza prefrontal (a los que a su vez envía eferencias). El ATV
envía proyecciones hacia el núcleo accumbens (NAc). Éste a su vez se conecta mediante
aferencias y eferencias con el hipotálamo lateral (influyendo en secrecciones
neuroendocrinas) y la corteza prefrontal. Igualmente este núcleo se conecta con estructuras
límbicas como la amígdala y el hipocampo, y con el tálamo dorsomedial. La función del
NAc es la de convertir señales recibidas del sistema límbico en acciones motivacionales a
través de sus conexiones con el sistema motor extrapiramidal. Este núcleo también se
conecta con los núcleos simpáticos y parasimpáticos del tronco y de la médula y con el
núcleo pálido ventral y globo pálido subcomisural; es decir, integra funciones motor-
viscerales y motor-somáticas (Everitt y Robbins, 2005).

El circuito de la recompensa está constituido por tres componentes:

1. Emocional, correspondiendo al placer causado por las "récompensas", o al déplaisir


causado por los " castigos".
2. Motivacional, correspondiendo a la motivación que se obtiene con la "recompensa" o al
evitar los "castigos".
3. El componente cognoscitivo, correspondiendo a los aprendizajes generalmente realizados
por acondicionamiento.

Algunos psicótropos, como el alcohol o los opioïdes, actúan directamente sobre este
sistema cuando se introducen, inhalados o se inyectan en el organismo. El
disfuncionamiento del circuito de la recompensa sería al origen de trastornos de la
personalidad (alimentario, emocional...), o a la dependencia a sustancias (psicótropos) y a
situaciones (juegos d' dinero, juegos vídeos...).

De una manera más sencilla, el circuito de recompensa se compone de dos grandes vías
denominadas mesolímbica y mesocortical (en su conjunto denominadas
mesocorticolímbica), los núcleos del rafe y la amígdala (Goldstein y Volkow, 2002).
La vía mesolímbica

Es una de las principales vías dopaminérgicas. Se entiende por vía mesolímbica a uno de
los principales circuitos dopaminérgicos cerebrales, el cual conecta el mesencéfalo con
el sistema límbico yendo desde al área tegmental ventral hasta el núcleo accumbens,
conectándose con otras estructuras como la amígdala e incluso la corteza prefrontal.

La vía mesolímbica ha sido identificada con el mecanismo de recompensa cerebral,


incluyendo la mayor parte de estructuras que forman parte de éste. Así pues, se trata de un
circuito de gran importancia para el desarrollo y el funcionamiento del ser humano, siendo
fundamental en la captación y experimentación de sensaciones de placer y gratificación.

Ello permite que nos acerquemos a la estimulación, permitiendo por ejemplo que queramos
comer o mantener relaciones debido a la experiencia de satisfacción. Del mismo modo. Su
correcto funcionamiento de esta vía nos permite aprender al reforzar nuestra conducta,
buscando repetir las mismas acciones en aquellas situaciones estimulares semejantes a las
que provocaron su activación de las sensaciones de gratificación. Con ello, nos permite en
gran medida el aprendizaje y el condicionamiento de la conducta. Asimismo tiene una
importante participación en aspectos como la gestión de las emociones y las reacciones
fisiológicas que de ellas se derivan, el control conductual, la impulsividad y la motivación.
1. Área tegmental ventral

Esta región cerebral es el punto de partida de la vía mesolímbica, situada en el tronco del
encéfalo. Mayor cantidad de receptores de dopamina posee, participando tanto en la vía
mesolímbica como en la mesocortical.
El mantenimiento de la motivación, la emoción y la cognición, así como en la
experimentación de placer.
Las neuronas de este área modulan la liberación de dopamina en otras áreas de la vía
mesolímbica.
2. Núcleo accumbens
Parte de los ganglios basales, el núcleo accumbens es una de las estructuras más
importantes del circuito de recompensa cerebral y de la vía mesolímbica

Se considera una extensión ventro-medial del núcleo caudado, por lo cual algunos lo llaman
el núcleo estriado ventral

Actúan la mayoría de las drogas, así como una de las más vinculadas a los procesos de
habituación y adquisición de las adicciones.

Participa en la integración de la emoción y la motivación para transformarlas en acciones,


además de contribuir en la gestión de la agresividad, la memoria y la planificación de la
conducta.

3. Amígdala

Es un conjunto de núcleos que se localizan en la profundidad del lóbulo temporal, y que


guardan estrecha relación con el sistema límbico.

Es muy heterogéneo desde el punto de vista morfológico y no se considera una unidad


funcional.
Está recubierto de corteza rudimentaria y, posteriormente, se continúa con el uncus del giro
parahipocámpico.
Vinculando la emoción con las respuestas fisiológicas y conductuales propias de su
experimentación.
Ciertos estudios previos han demostrado que también está implicado en aspectos del
comportamiento, memoria y aprendizaje relacionados con la emoción, y más en concreto,
aquellos relacionados con el miedo y la agresividad
4. Hipocampo
El hipocampo es una de las regiones del sistema límbico. Es una estructura plegada, bien
delineada, con algunas porciones de corteza, que tiene la forma de un caballito de mar.

Extiende su principal porción a lo largo del piso del cuerno temporal del ventrículo lateral.
Esta estructura del hipocampo utiliza neurotransmisores inhibidores y excitadores para sus
funciones

Se asocia a la memoria y al aprendizaje, permitiendo la formación y recuperación de


recuerdos y asociándolos a la valoración emocional que se realice de la experiencia.

5. Núcleo de la estría terminal

Parte del sistema límbico, este núcleo agrupa el conjunto de fibras que conectan tálamo y
amígdala. Se vincula a la gestión del estrés y a la sexualidad (existiendo diferencias entre
sexos e identidades sexuales en esta área).

6. Corteza prefrontal

La corteza prefrontal es una de las áreas que rigen los aspectos cognitivos de la conducta,
permitiendo el uso de habilidades como la planificación y la inhibición de los impulsos. La
vía mesolímbica también se conecta con esta parte de la corteza cerebral.

Papel en diferentes trastornos

Un mal funcionamiento de la vía mesolímbica, sea debido al hiperfuncionamiento o al


hipofuncionamiento de ésta, se ha vinculado frecuentemente a la experimentación de
diferentes trastornos mentales y a alteraciones conductuales. En concreto algunos de los
trastornos a los que más se ha vinculado esta vía son los siguientes.
1. Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos

El principal trastorno con el que se asocia, en la esquizofrenia se ha observado que la


presencia de una hiperactivación de la vía mesolímbica debido a un exceso de dopamina se
vincula a la aparición de alucinaciones y otros síntomas positivos, tales como inquietud,
impulsividad y comportamiento caótico y desorganizado.

2. Adicciones a sustancias y abstinencia

Como hemos indicado anteriormente, la vía mesolímbica forma también parte del circuito
de recompensa cerebral, con lo que se asocia con la experimentación de sensaciones de
placer. En este sentido destaca su importancia a la hora de explicar el proceso adictivo de
los toxicómanos, la cual es debido a la facilitación y al agonismo de la dopamina que
tienden a generar un gran número de sustancias.

En la abstinencia el nivel de dopamina producida por el cerebro naturalmente, al contrario


que ocurre en la esquizofrenia, resulta insuficiente para mantener un funcionamiento
normativo, con lo que aparecen síntomas como el malestar y se genera el craving o deseo
de consumo.

3. Trastornos de la alimentación

Como parte fundamental del circuito de recompensa cerebral, la vía mesolímbica también
participa en el proceso de alimentarse y está vinculada a las sensaciones de placer que
sentimos cuando comemos. La activación de esta vía se encuentra muy vinculada a la
presencia de trastornos de la alimentación que suponen una pérdida de control de los
impulsos, como ocurre con los atracones en los casos de bulimia y trastorno por atracón.

4. Otros trastornos

La disfunción de la vía mesolímbica también se ha vinculado a la presencia de problemas


relacionados con la agresividad y el control de los impulsos. En general se vincula también
a la conducta compulsiva, pudiéndose ver afectada esta vía por otros trastornos como el
TOC o las parafilias.

Vía mesocortical

Se conoce como vía mesocortical a la ruta o haz de neuronas que unen el área tegmental
ventral y la corteza cerebral, sobre todo a la altura del lóbulo frontal. La vía mesocortical es
una de las vías más importantes del sistema dopaminérgico, teniendo un papel de suma
importancia en la cognición, así como en las emociones y la afectividad.

Las lesiones o alteraciones en la vía mesocortical son habituales en ciertos trastornos


psicóticos como la esquizofrenia, en cual se hipotetiza que es la causante de la
sintomatología cognitiva y negativa de esta.

Dentro del sistema dopaminérgico encontramos también otras vías cuyo principal cometido
es el de transportar la dopamina de un lugar del cerebro a otro. Las neuronas que
conforman estas rutas están formadas somas que sintetizan la dopamina, mientras que los
axones se encargan de transmitirla a lo largo de toda la vía.

Partes y estructuras
Como se nombra anteriormente, en la vía mesocortical están implicados principalmente el
área tegmental ventral (VTA) y la corteza cerebral. Además, esta conexión se realiza a
nivel del lóbulo frontal.

1. Lóbulo frontal

El lóbulo frontal se trata de un áreas de la corteza cerebral situada en la zona anterior del
cerebro, siendo su principal característica que este solamente está completamente
desarrollado en los animales más complejos como los vertebrados, principalmente los
homínidos.

Dentro de las funciones del lóbulo frontal se encuentran la producción lingüística y oral, así
como los movimientos fonoarticulatorios. Además, los lóbulos frontales tienen la
importantísima misión de coordinar las funciones ejecutivas. Estas funciones son las que
otorgan la capacidad de dirigir la conducta, la atención, la planificación, la secuenciación y
la reorientación del comportamiento.

2. Área tegmental ventral

Esta área también conocida como tegmento ventral está formada por un conjunto de
neuronas situadas en la línea media del piso del mesencéfalo.

Este área es el lugar de origen de la vía dopaminérgica mesocortical y tiene como función
regular el sistema de recompensa natural del cerebro. Por lo tanto, tiene un papel
fundamental en la motivación, el placer y el orgasmo, las adicciones, los sentimientos
amorosos y en algunos trastornos psiquiátricos.

3. Corteza cerebral

La corteza cerebral, también denominada como córtex cerebral, está formada por la red de
neuronas que forman el tejido que cubre la extensión de ambos hemisferios cerebrales.
Sus funciones se centran en gobernar la percepción, la imaginación, el pensamiento y la
razón.

Su implicación en las funciones cerebrales

Al igual que el resto de vías dopaminérgicas, la vía mesocortical tiene un papel de gran
relevancia dentro de una serie de funciones cerebrales esenciales para la salud mental de la
persona.

Estas funciones son por un lado la cognición como función ejecutiva, y las emociones y la
afectividad por el otro.

1. Cognición

La cognición es utilizada en una gran cantidad de procesos como el aprendizaje, el


razonamiento, la atención, la memoria o la resolución de problemas.

2. Emociones y afectividad

Una emoción es una respuesta psicofisiológica a un determinado estímulo; bien sea una
persona, un lugar o situación, un suceso o los propios recuerdos de la persona.

A nivel psicológico, las emociones generan cambios en la atención y activan o inhiben


ciertos comportamientos. Asimismo, también tiene la capacidad de fortalecer las
asociaciones importantes en la memoria.

Por lo que concierne a la afectividad, mientras que las emociones están asociadas a una
serie de reacciones corporales, la afectividad y los sentimientos se relacionan con la mente.
Asimismo, a diferencia de la emoción, la afectividad implica un proceso de interacción
entre dos o más personas.
Bibliografía
Bobes J, C. M. (2011). Manual de trastornos adictivos. Madrid: Adamed.

Scott, M. (s.f.). Sexo , drogas y algo mas.

Tomás, E. B. (2010). Manual de Adicciones. Barcelona: socidrogalcohol.

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