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1.

Conceptos Fundamentales

La seguridad es una necesidad básica para el hombre y actualmente


constituye una prioridad en los planes de gobiernos locales, distritales,
regionales y nacional para lograr su desarrollo y consolidación ya que, se ha
convertido en un factor incidente sobre la calidad de vida de las personas:

“tener calles y ciudades más seguridad constituye hoy en día una aspiración
ciudadana que se debe traducir en mayor tranquilidad y bienestar. […] Cada
cultura ha generado mecanismo institucionalizados para salvaguardarlo porque
constituye un derecho universal así como la salud, la educación, la vivienda y el
trabajo” (Yépez, 2004:16).

Según el artículo primero de la constitución declara que el fin supremo del


Estado es la defensa de la persona humana y el respeto a su dignidad, una
forma de garantizarla es mediante la seguridad. Recae en el estado esta
importante función. Es ahí donde se debe originar las políticas públicas,
proyectos, planes de gobierno, para salvaguardar la integridad de los
peruanos. Yépez conceptualiza la seguridad de la siguiente forma:

“La seguridad es, pues, un conjunto de acciones y previsiones adoptadas y


garantizadas por el estado con el fin de asegurar una situación de confianza y
garantía, de que no exista ningún peligro ni riesgo en el territorio de un país, sea
en sus estructuras, en sus organismos públicos y privados, ni en la población en
general, frente amenazas o agresiones que se presenten o puedan presentarse”
(Yépez, 2004:16).

Esta función del estado se refleja en su potestad político-jurídico de ejercer


su autoridad y organizar la vida social, la seguridad es parte de ella y está
en su función el velarla. Para desarrollar tal objetivo el estado posee una
institución encargada de limitar las libertades individuales con el fin de
garantizar los derechos y libertades del ciudadano y el orden del país:
“El poder de la policía es pues la facultad jurídica que tiene el estado para
establecer, mantener, restablecer e imponer el orden dentro del país, regulando
las actividades y las relaciones sociales mediante limitaciones del ejercicio de los
derechos y libertades, en beneficio individual y colectivo de la sociedad, en el
marco de la constitución y el respeto de los derechos humanos” (Yépez,
2004:21).

Existen tres figuras jurídicas promovidas desde el Estado para entender y


garantizar la seguridad interna del país, estas varían según el escenario y
objetivos que están destinados, sendas figuras están avaladas en la
constitución del Perú. Conceptualizaré las tres figuras mencionadas, sus
diferencias y similitudes.

EL primer concepto que salta a la vista es “Orden Interno”. Hace referencia


a una situación de paz en el territorio nacional y un equilibrio en las
estructuras socio-jurídicas. Se busca este orden para regular la relación del
estado con sus instituciones para asegurar la estabilidad y permanencia de
las estructuras, poderes y el sistema de gobierno en sí. Los problemas que
son considerados contra el orden interno es porque afectan la
gobernabilidad de este: convulsiones sociales, terrorismo o tráfico ilícito de
drogas.

“Orden público” es el segundo concepto el cual implica tres factores:


seguridad, tranquilidad y salubridad pública. Si sendos factores se
encuentran en equilibrio existen mayores garantías contra alteraciones y
desordenes en las calles o recintos públicos. La alteración del “orden
público” afecta a todos sin distinción de estrato socioeconómico.

Seguridad Ciudadana es un concepto que nace ante el aumento de la


criminalidad y violencia urbana que se produce en las ciudades. Hace
referencia, como en la constitución lo dice, al orden público y la seguridad
tanto de las personas como de la comunidad, del patrimonio público y
privado; así como la prevención, investigación y combate de la
delincuencia.

En los tres conceptos encontramos dos valores primordiales y que lo tienen


como objetivos: el orden y la paz social. Yépez (2004) propone cambiar esos
tres conceptos por solo dos: orden interno y seguridad pública. La primera
diferencia que encontramos es que tanto como el orden público y el orden
interno son funciones estrictamente competentes al estado mediante la
policía nacional o fuerza armas, según la intensidad del problema; en
cambio, la seguridad ciudadana es responsabilidad multisectorial:
municipalidades, sociedad civil, etc. El orden interno y público hacen
referencia al ámbito nacional, la seguridad nacional se limita más que todo
al ámbito local para evitar el desarrollo de bandas delincuenciales. La
diferencia entre orden público y orden interno es que el primero hace
referencia a problemas que surjan en las calles y recintos públicos; cuando
se tornan más problemáticas y lleguen a influenciar en la gobernabilidad
del estado pasan al campo del orden interno. El orden interno se diferencia
de la seguridad ciudadana principalmente porque esta última se enfoca
exclusivamente en luchar contra la delincuencia delictiva a nivel local, el
orden interno implica más factores como la tranquilidad, la moralidad, la
salubridad, por ejemplo, de una colectividad a nivel nacional.

Para terminar este apartado podemos definir, ayudándonos de la


sistematización de Yépez (2004), el concepto de seguridad ciudadana:

a. La protección de los ciudadanos se da dentro de un marco de respeto


a la constitución y las leyes.
b. No se limita a la lucha contra la delincuencia, sino que busca una
convivencia pacífica y adecuada para las personas.
c. Tampoco compete exclusivamente como función a la policía nacional
sino también otras instituciones, como la municipalidad, y la
sociedad civil.
d. Define el perfil de la policía no solamente como una institución
opresora sino como un ente del estado al servicio de la comunidad.
e. Se ponen énfasis en la prevención y control de los factores que
generan violencia e inseguridad.

2. Policía comunitario

El policía comunitario surge en Estados Unidos a mediados de la década de


los 70 en oposición al modelo burocrático que priorizaba “el mando,
control, administración y separación del policía de su entorno para evitar
influencia política y en un contexto de redefinición y reducción del estado”
(IDL-SC, 2016). El contexto social que promueve este nuevo enfoque de la
policía es en pleno desarrollo del movimiento por los derechos civiles de las
comunidades afroamericanas que eran víctimas del abuso policial

La violencia política en los 80 y 90 genero un resquebrajamiento de la


policía nacional con la ciudadanía: principalmente porque enfatizó la
protección del estado y dejó de lado la lucha contra la delincuencia común
que afectaba a los ciudadanos de a pie. La percepción y distanciamiento con
la población se debió también al repliegue de los policías en comisarías
como si fueran cuarteles, se pasó del patrullaje al rastrillaje y de tener un
policía amigo a uno represivo (Yépez, 2004).
Sin embargo, la derrota del terrorismo y el reconocimiento de algunos
oficiales de la institución policial sobre la función cercana que debería tener
los policías con la ciudadanía, generaron políticas y reformas dentro de la
institución para fortalecer este cambio de percepción. Como principal
hecho es que en el año de 1997 se decide crear la Dirección de Participación
Ciudadana que era necesaria para la implementación del modelo de policía
comunitario.

El policía comunitario no es solo un modelo, es una filosofía: “Una manera


de pensar, una manera de sentir y obrar que deben tener los policía más
próximos a la comunidad y que está basado en un buen trato al público,
mayor eficiencia y mejores servicios policiales” (Yépez, 2004:293). Es un
cuerpo policial impregnado en una cultura organizacional. Se busca
garantizar la calidad de vida de las personas bajo un esquema preventivo y
participativo.

2.1. Potencialidades para la aplicación

Se entiende por potencialidades como los beneficios y grandes resultados


que puedan traer para la Policía Nacional del Perú el modelo de policía
comunitario.

2.1.1. Relación policía-comunidad

La violencia política generada en los años 80-90s transfiguró la percepción


que se tenía del institución. Se la pensaba como una policía militarizada
separada de la sociedad generando desconfianza en la ciudadanía. Los
comisarios encuestados en el estudio del IDL consideran que el modelo de
policía comunitario ayuda a reconstruir la relación resquebrajada por el
contexto de violencia política y que ahora se ahondan por actos de
corrupción y el deficiente desempeño laboral. Para los comisarios
entrevistados, la policía es inherente a la ciudadanía y desde su himno lo
manifiestan: “pueblo hecho ley”.

2.1.2. Confianza en la policía

El modelo de policía comunitario ayuda a fortalecer esta confianza debido


a que genera dinámicas donde se trabaja en conjunto con la ciudadanía
para la coproducción de la seguridad así como rendirle cuentas a la misma
ciudadanía. Ayuda a la imagen institucional también.

2.1.3. Prevención del delito

El hecho de trabajar con la comunidad genera que la presencia de la


autoridad y la cobertura de la seguridad se institucionalicen, se hagan más
presente en la comunidad, se visibilice su presencia en la localidad. La
sensación de inseguridad se minimiza al sentir y ver mayor presencia
policial; así como también al generar estrategias de reducción de la
criminalidad mediante programas preventivos.

2.1.4. Información de su localidad

El policia comunitario tiene el beneficio de generar un diagnóstico mayor


elaborado de la localidad en donde se encuentra debido principalmente a
que tiene la información de primera: de los vecinos y de las mismas juntas
vecinales. Son estos actores quienes conocen con mayor amplitud las
principales zonas delictivas de su barrio o localidad. Esta información facilita
la lucha frontal contra la delincuencia: nichos de robo y venta de drogas.

2.2. Dificultades para la aplicación

A pesar de haber mencionado diferentes beneficios que pueden traer la


instauración y aplicación del policía comunitario, aún a pesar de lo dicho, se
presentan varios obstáculos y dificultades para su implementación.
Pasaremos a detallar los principales.

2.2.1. Institucional

Se hace referencia a la estructura policial misma: al enfoque que se ha


tenido por buen tiempo de esta y al esquema de la misma policía donde se
tiene como prioridad el control del delito. Esto se refleja en el control de
productividad que se les aplica donde solo se observan variables
relacionadas al control del delito como: número de detenidos, numero de
capturados, numero de armamento incautado, números de operativos y
similares.

Bajo estas condiciones y exigencias de la misma policía es difícil que el


personal se concentre en un trabajo preventivo del crimen y preste
atención a la cantidad de personas que debe capturar o el número de delito
que tiene que registrar al día.

Otro problema que se ha venido generando desde la misma estructura


policial es su concentración en unidas especializadas y el abandono de
personal en las comisarías consideradas por los mismos como la “célula
básica del trabajo policial”. Añadiendo a esto que la desproporción del
personal policial presente en comisarías y la población local.

2.2.2. Personal policial

Dentro de este factor encontramos dos variables a destacar: la


profesionalización del policía y la actitud del personal. El primer factor hace
referencia a la formación que tienen los policías en cuanto a lo que implica
ser un policía comunitario: desde la escuela de oficiales y/o suboficiales
hasta la cantidad de capacitaciones. Estas deficiencias en la formación se
plasman en su campo de acción: al momento de priorizar funciones o
cuando tiene que elegir a los integrantes de la junta vecinal. Principalmente
porque no conoce las estrategias del trabajo comunal y se le satura de
funciones dentro de la misma comisaria. El aspecto actitudinal hace
referencia a las resistencias que tienen los propios policías en asimilar las
prácticas preventivas y organizativas de lo que implica un policía
comunitario: muchas veces esto se refleja en el maltrato o soberbia frente
al ciudadano.

2.2.3. Infraestructura

Este aspecto hace referencia al equipamiento y a la misma estructuración


de la comisaria donde, según el estudio del IDL, no han sido pensadas en
función para una correcta atención al ciudadano: desde el módulo de
atención hasta la misma Oficina de Participación Ciudadana (OPC). En este
apartado es cuando los entrevistados alegan el “abandono a las
comisarias”. En cuanto a la deficiencia de equipos los entrevistados alegan
que en sus oficinas hace falta de impresoras, filmadoras, cámaras
fotográficas, proyector multimedia y eran (medios logísiticos, como
llaman). Consideran que si un equipo adecuado difícilmente se puede
implementar un trabajo de calidad.

3. Elecciones y seguridad ciudadana

Los 19 planes de gobierno que se desarrollaron en la última campaña


política por la presidencia para los años 2016-2021, presentan una misma
cualidad en cuanto al problema de la inseguridad ciudadana: aridez. A pesar
de ser percibido por la ciudadanía como uno de los principales problemas
que los aquejan, en sus planes de gobierno existe un nivel de improvisación
sobre este asunto increíble:

“No conocen el problema que enfrentan, no saben a dónde quieren llegar, ni cuál
camino van a seguir” (IDL-SC, 2016)

El Instituto de Defensa Legal mediante su área de Seguridad Ciudadana


decide realizar un estudio de evaluación a estos planes de gobierno, a los
19 candidatos. Su metodología de evaluación y análisis se basó en cuatro
componentes: conocimiento del problema, definición de objetivos
pertinentes y claros, planteamiento de estrategias adecuadas y
conocimiento de las competencias del ejecutivo. El resultado: jalados.
Conocimiento del problema: se busca observar si se reconoce de manera
adecuada las características de la seguridad ciudadana. Es imprescindible
este aspecto ya que un mal diagnóstico no solo generaría un gasto público
innecesario sino podría agravar más el problema.
Definición de objetivos pertinentes y claros: se busca observar objetivos
claros que promuevan las condiciones necesarias para la seguridad
ciudadana y, sobre todo, deben tener coherencia los objetivos con las
estrategias y actividades.
Planteamiento de estrategias adecuadas: determinar la calidad de las
estrategias para mejorar la situación de seguridad ciudadana y alcanzar los
objetivos propuestos. Las estrategias deben buscar: prevención y control
del crimen, rehabilitación, reinserción social y atención a las víctimas.
Conocimientos de las competencias del poder ejecutivo: buscar que los
planes no ofrezcan medidas que están fuera de su competencia ya que el
gobierno como total reparte sus funciones de seguridad ciudadana en
distintos órganos.
Presentaré el análisis que se hizo a los planes de gobierno de PPK (ganador
de la contienda electoral y actual presidente del Perú) y Keyko Fujimori
quien fue su principal contendiente.

3.1. Peruanos Por el Kambio: 18


El eje de seguridad dentro de su plan de gobierno que consta de 280 páginas
presenta un total de 16 hojas.
- Análisis conciso del problema.
- Seis ejes o lineamientos para entender el problema: 1) invertir en los
jóvenes, las mujeres y barrios; 2) vigilar y patrullar calles y los barrios;
3) inteligencia y justicia penal limpia y efectiva; 4) refundar el sistema
penitenciario; 5) refundar la policía nacional; y 6) autoridades y
vecinos vigilantes.
- Estos lineamientos y su desarrollo apuntan los tres ejes que
mencionamos anteriormente que propone el IDL: prevención y
control del delito, reinserción social y atención a las víctimas.
- Claro al expresar sus propuestas y objetivos
- Propone programas innovadores como “Programa barrio seguro”.
- Propone políticas públicas que incorporan la dinámica espacial local.
- Plantea reformar el Consejo Nacional de la Magistratura
- Se critica que cada distrito tenga una división de investigación
criminal. Debido a lo complicado de ejecutar.
3.2. Fuerza Popular: 08
Su sección sobre seguridad ciudadana dentro de su plan de gobierno la
denominó: “Recuperando un país seguro donde vivimos con paz y sin
miedo”. Un total de cinco carillas tuvo el apartado de un total de setenta
páginas que tuvo su plan. Señalaremos sus problemas a continuación:
- Los problemas que plantean no guardan con la descripción y su
desarrollo.
- Anota cifras sin citar las fuentes.
- No se precisa los indicadores que piensa poner en práctica. Por
ejemplo dice: construir e implementar el número necesario de
penales para aliviar los problemas de hacinamiento”. ¿Pero cuantos?
No se sabe.
- En el punto 7 dice: “reducir significativamente la tasa de delitos
cometidos por el crimen organizado” No dice en cuanto piensa
hacerlo.
- No propone una perspectiva que involucre los actores locales, ya
sean los municipios u organizaciones sociales.
- Dentro de lo positivo esta reestructurar y hacerlo funcional y
operativo el Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana (SINASEC). El
sistema se encuentra inoperativo actualmente.
- Lo incomprensible: ampliar el tiempo de fragancia de 24 horas
establecidas a más; sin embargo, esto podría conllevar a abusos de
autoridad.
- No hay un plan de tratamiento a las víctimas de la inseguridad.

4. Inseguridad ciudadana en cifras.


4.1. Población urbana víctima de algún hecho delictivo

Hecho delictivo se entiende como todo acto que atenta o vulnera los
derechos de una persona y conlleva a que su cuerpo y su salubridad
transcurran por un proceso de peligro, daño o riesgo. El cuadro se hace
una comparación porcentual comprendida entre los periodos mayo-
octubre2016 a mayo-octubre del 2017.
La victimización tiende a ser menor en espacios más reducidos de
población: la diferencia de centros poblados urbanos entre 2mil y menos
de 20mil habitantes respecto a ciudades de 20mil a más habitantes es
casi el doble: 19,4 % respecto a 30,2% de la cantidad poblacional
determinada considera haber sido víctima de algún hecho delictivo.

Respecto a la diferencia de estas tres variables: en las ciudades de 20mil


a más habitantes a diferencia del semestre del año pasado ha variado de
31,9% a 30,2%; respecto al área nacional urbano (2mil a más habitantes)
a diferencia del semestre anterior también se ha reducido de 28,8% a
27,3%; y en el caso de centros poblados entre 2 mil y menos de 20mil
habitantes también ha habido una reducción a diferencia del semestre
anterior de 20,6% a 19,4%.

Las diferencias son muy poco relevantes, no terminan siendo una


variación de más del 2%, lo cual significa que si bien ha habido una
reducción y existan menos población víctima de algún hecho delictivo
solo implicaría que ha habido avances en lucha contra la inseguridad
ciudadana más no podríamos asegurar que la población se siente más
segura.
La diferencia entre los años 2011 al 2014 sí son más relevantes: hay una
diferencia porcentual en -10%; sin embargo a partir de ese año la tasa
de victimización en vez de seguir disminuyendo ha ido en aumento del
2014 al 2016 ha sido de 0,6%.
4.2. Percepción de la inseguridad ciudadana

Percepción de inseguridad a la sensación de la población de ser víctima de


algún hecho delictivo o evento que pueda atentar contra su seguridad,
integridad física o moral, vulnere sus derechos y la conlleve al peligro, daño
o riesgo en cualquier lugar durante el periodo de referencia (próximos doce
meses).
La delincuencia sigue siendo percibida como uno de los problemas más
graves; así lo señalan diversas encuestas realizadas en la región. El
Latinobarómetro destaca que, de una muestra regional, el 88% siente
temor de ser víctima de la delincuencia: el 15% ocasionalmente, el 26%
algunas veces y el 43% todo o casi todo el tiempo (Corporación
Latinobarómetro, 2017). Estos datos muestran que la percepción de
inseguridad alcanza a toda la región y no es un asunto exclusivo del Perú.
Según datos actualizados en el informe técnico sobre seguridad del INEI de
los meses comprendido entre mayo-octubre 2017, la percepción de
inseguridad ciudadana de personas con 15 años de edad a más y en áreas
urbanas es: a nivel nación un total de 86,4%. Este porcentaje se entiende
que de cada 10 personas 8 temen ser víctimas de un delito en el transcurso
de los próximos 12 meses. En ciudades de 20 mil habitantes se concentra
en 88,4% y en centros poblados urbanos de 2 mil a menos de 20 mil
habitantes un porcentaje de 81,2%. La percepción ha disminuido respecto
al año anterior donde cada 9 personas de 10 percibían que podían ser
víctimas de la inseguridad ciudadana.
4.3. Percepción según el tipo de delito

En el semestre mayo-octubre 2017 dentro de las áreas urbanas del país el


tipo de delito que predomina como la razón por la cual pueden ser
mayormente víctimas de la inseguridad ciudadana es el “robo de dinero,
cartera, celular” con un total de 81,6 (un incremento de +4,5%); la segunda
razón y no muy alejada del primero ya que presenta un alto grado
porcentual es el “robo a su vivienda” con un 73,9% (incremento de +2,6%).
El tercer factor con la cual las personas encuestadas sienten que corren
peligro son las “amenazas e intimidaciones” con un 42,7% (+4,6% respecto
al 2016). Los factores menos reincidentes o que afectan a una menor
cantidad de la población es el robo de negocio con 13% (-1,4% respecto al
año anterior) y el “maltrato y ofensa sexual” con 13% (-1,4%).

Un factor crítico a denotar es el incremento de la mayoría de variables de


delitos comunes: los tres mencionados anteriormente y el robo de
vehículos. También hay un aumento en tipo de delitos violentos (extorsión
y secuestro).
4.4. Tasa de Víctimas según tipo de delito

Se observa en el gráfico que 14 de cada 100 personas de 15 años de edad a


más y en un entorno urbano son víctimas de robo de dinero, cartera,
celular. 6 personas de cada 100 son víctimas de estada. 5 de cada cien
víctimas de intento de robo de dinero, cartera, celular. 2 personas de cada
100 son víctimas de robo de su vehículo o amenazados e intimidados.
4.5. Víctimas de algún delito y no denunciaron

En este apartado nos referimos a las víctimas de la inseguridad ciudadana


pero que no llegaron a denunciar el crimen. Este no ejercicio de su derecho
al tratamiento del problema mediante la denuncia produce efectos como:
reincidencia del delito, problemas al diagnosticar los tipos de delito y el
crimen en el País, dificulta al generar programas y políticas públicas. Entre
las razones que más utilizan está que lo consideran como una “pérdida de
tiempo” (31,8%), desconoce al delincuente (22%) o consideran su problema
como un “delito de poca importancia” (21%). El factor de desconfianza en
el policía no es bajo ya que presenta un 14,9% del total lo cual es un
problema que puede cambiarse desde dentro de la institución policial.
Bibliografía.

IDL-SC. (07 de 2016). El modelo de Policía comunitario desde la experiencia


de los comisarios. Obtenido de Seguridad IDL:
http://www.seguridadidl.org.pe/sites/default/files/2016.06.22.%20Informe
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IDL-SC. (02 de 2016). Elecciones 2016. Jalados en Seguridad Ciudadana.


Analisis de las propuestas de las agrupaciones política que postulan a la
presidencia del Perú. Obtenido de Seguridad IDL:
http://www.seguridadidl.org.pe/sites/default/files/2016.02.01.%20An%C3
%A1lisis%20de%20propuestas%20seguridad%20ciudadana_0.pdf

INEI. (24 de 11 de 2017). Informe Técnico - Estadísticas de Seguridad


Ciudadana N° 06: Mayo-Octubre 2017. Obtenido de INEI:
https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/boletines/06-informe-
tecnico-n06_estadisticas-seguridad-ciudadana-may-oct2017.pdf

Latinobarómetro. (2017). Informe 2017. Obtenido de Latinobarómetro:


http://www.latinobarometro.org/latNewsShow.jsp

Yépez, E. (2004). Seguridad ciudadana: 14 lecciones fundamentales. Lima:


Instituto de Defensa Legal.

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