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Cod Unívoco

11308
Fecha
08/08/2006
Materia
Penal
Revista
Civil y Comercial
Número
110
Tribunal
T.S.J. Sala Penal
Resolución
Sentencia 77
Carátula
“Gotero, Anselmo p.s.a de Homicidio Culposo - Recurso de Casación”.
Titulo
DAÑOS Y PERJUICIOS. ACCIDENTE DE TRÁNSITO. Prioridad de paso. Interpretación normativa. Alcance.
Descripción

El caso: Una Cámara en lo Criminal de Primera Nominación resolvió revocar el auto interlocutorio que
dispuso la elevación a juicio de la causa, haciendo lugar a la apelación deducida por la defensa, con
remisión de las actuaciones para que se proceda en consecuencia (arts. 358 último párrafo del C.P.P.).
La querellante interpuso recurso de casación en contra del pronunciamiento mencionado. El TSJ rechazó
la casación.

1. La obligación constitucional y legal de fundar la sentencia consiste en el deber de


consignar por escrito las razones que justifican el juicio lógico que ella contiene.

2. La motivación debe ser derivada, es decir, debe respetar el principio de razón suficiente.
La observancia de este principio en la fundamentación de una resolución jurisdiccional está
sometida a diversos requisitos, según sea el grado de convencimiento requerido por el
ordenamiento legal respectivo, para arribar a las conclusiones de hecho en que el fallo se
asienta.-

3. El respeto al principio lógico no estará sometido a las mismas exigencias cuando la ley se
satisfaga con un mero juicio de probabilidad acerca de los extremos fácticos de la imputación
delictiva, que cuando se requiere certeza acerca de la existencia de aquéllos. Esta última
hipótesis, exigirá que la prueba en la que se basen las conclusiones a que se arribe en la
sentencia, sólo pueden dar fundamento a esas conclusiones y no a otras; o expresado de
otro modo, que aquellas deriven necesariamente de los elementos probatorios invocados en
su sustento.

4. La prioridad de paso del conductor que viene por la derecha consagra una regla de oro,
pues en virtud de esa preferencia de paso está facultado a avanzar ante la legítima
expectativa de que será el otro rodado quien detendrá su marcha. De lo contrario, la
circulación resultaría caótica e impredecible, si a cada esquina el conductor que cuenta con la
preferencia y respeta las reglas de tránsito, tuviera que detenerse por completo, verificar si
alguien las inobserva y dejarlo pasar. Se produciría así una inversión de la regla de la
preferencia de paso.-

TSJ Sala Penal Cba. Sent. 77 08/08/2006 “Gotero, Anselmo p.s.a de Homicidio Culposo - Recurso de Casación”.

PRIMERA CUESTION: ¿Es nula la resolución dictada por la Cámara de Acusación?

SEGUNDA CUESTION: ¿Qué resolución corresponde dictar?

A LA PRIMERA CUESTION

La señora Vocal doctora Aída Tarditti, dijo:

I. Por auto n° 113, del cinco de agosto de 2005, la Cámara en lo Criminal de


Primera Nominación, de la ciudad de Río Cuarto, resolvió revocar el auto
interlocutorio n° 22, dictado por el Sr. Juez de Control, el 30 de marzo próximo
pasado, en cuanto dispone la elevación a juicio de esta causa, haciendo lugar a la
apelación deducida por la defensa, con remisión de las actuaciones para que se
proceda en consecuencia (arts. 358 último párrafo del C.P.P.) (fs. 196).-

II. La querellante particular María Eva Díaz de García, con el patrocinio letrado del
Dr. Carlos Ignacio Ríos, interpone el presente recurso de casación en contra del
pronunciamiento mencionado.-

La recurrente señala, que se trata de una sentencia definitiva, pues si bien la


resolución en crisis no constituye técnicamente una sentencia de sobreseimiento,
no obstante lo decidido por el a quo lleva necesariamente a esa conclusión.-

El voto de la mayoría -aduce- no deja lugar a dudas de que la muerte del menor
García se debió a su culpa exclusiva, eximiendo de toda responsabilidad al chofer
del camión. De allí que la remisión al juez de control, lo es para devolverle una
jurisdicción condicionada (art. 467 C.P.P.), a los efectos que inexorablemente dicte
el sobreseimiento ordenado conforme a los fundamentos proporcionados por la
alzada.-

Con invocación del motivo formal (art. 468 inc. 2° del C.P.P.), la recurrente
manifiesta que la resolución recurrida no observa el principio lógico de razón
suficiente.-

Según el recurrente, el fallo recurrido carece de toda motivación legal, al no


mencionarse cuál es la causal por la cual se sobresee al imputado y más aún ni
siquiera se dice si se lo debe sobreseer.-

A su ver, no se expresa si el sobreseimiento de Gotero debe ser dictado en virtud


del inciso 1° o 3° del art. 350 C.P.P., pues no se ha explicado si fue porque el
hecho no fue cometido por el imputado o por una causal de inculpabilidad. Ni
tampoco se ha aludido a la norma legal sustantiva en virtud de la cual quedaría
exento de responsabilidad.-
Lo desarrollado tiene implicancia en otros ámbitos además del estrictamente penal,
en función de los alcances que el artículo 1101 del Código Civil asigna a la
sentencia absolutoria.-

Sostiene, que el voto de la mayoría, opone a las testimoniales una mera suposición
no avalada por prueba alguna ni sostenida en ningún estudio técnico o científico
incorporado al sumario.-

Para el quejoso, el tribunal justificó que el chofer no haya advertido el sentido y


forma de circulación de la moto, porque éste debía repartir su atención entre la
arteria por donde circulaba él -Vélez Sarsfield- y la que transitaba el menor. La
premisa es falsa porque si el chofer estaba haciendo lo que el fallo dice que debía
hacer, entonces, tuvo que haber visto al rodado menor que circulaba por una de
esas arterias y, con ello, su contribución causal y culpabilidad habrían sido
evidentes.-

Señala, que el tribunal no expuso de qué modo la violación de la prioridad fue la


causante del accidente en forma excluyente. Tampoco por qué razón entiende que
el colectivo “aminoró la velocidad y sin detenerse continuó la marcha”, implica la
culpa exclusiva de la víctima, ya que a su ver se trata de una afirmación que no
tuvo nada que ver con el hecho.

En tal sentido, no logra establecer por qué motivo el andar a ciegas y lanzado en
velocidad por parte del menor, tuvo por efecto en la especie, el de suprimir el
aporte causal de la marcha del colectivo que no se percató de la presencia de
aquél. En otros términos, el Tribunal no demuestra que el accidente se haya
producido por exclusiva culpa del menor o por qué motivos no pudo Gotero
evitarlo.-

Llegados a este punto, resulta evidente que la Cámara no ha logrado desentrañar la


dinámica del hecho. Atribuye culpa a García, pero no da las razones por las cuales,
en el caso, esta culpa es decisiva. No se explica, por ejemplo, qué hubiera pasado
si Gotero veía venir al rodado menor. El Tribunal no intenta la comprobación de que
el accidente hubiera resultado de todos modos inevitable para él, pues la
inevitabilidad sería el único factor que podría dejarlo al margen de la causación del
daño.-

No solo omite valorar cada testimonio determinando su alcance, sino que tampoco
ha establecido la ligazón racional entre la prueba valorada -aún la mencionada en el
pronunciamiento- y la conclusión acerca de la culpa exclusiva de la víctima en el
evento. La testigo Laura Luisa Borsato -indica- dijo que pudo ver la moto, con
mayor razón el chofer debía haberla visto puesto que venía “poco menos que
sentado en la trompa del colectivo”.-

Esta testigo, en consonancia con Alicia Isabel Tonelli, señalaron que la calle
principal es San Martín -por donde venía el menor- y que los vehículos que vienen
por ella tienen prioridad-, aseveración que tiene el valor de demostrar que, aún con
prioridad, debían extremarse los cuidados al llegar a la intersección.-

III. El Sr. Fiscal General mantuvo el recurso deducido, en cumplimiento de lo


ordenado por el art. 464 en función del 476 del C.P.P., por entender que el mismo
fue interpuesto en tiempo (art. 474 C.P.P.), por quien se encuentra legitimado para
hacerlo (art. 471 C.P.P.), en contra de una resolución susceptible de ser embestida
por la vía optada (arts. 469, 471 inc. 1° en función del 471 del C.P.P.), proveyendo
los fundamentos que sustentan su reproche (fs. 223/227).-
IV.1. La resolución de la Cámara de Acusación que -por mayoría- revocó el auto de
elevación a juicio y que esta Sala ha considerado equivalente a una orden de
sobreseimiento, contiene los fundamentos que a continuación se compendian:

Conforme al testimonio del policía Jorge Eduardo Fonseca, el a quo tuvo por
comprobado que los vehículos tomaron contacto en medio de la esquina (acta de
inspección ocular de fs. 7, croquis de fs. 8 y fotografías de fs. 25, 37, 28 y 29) (fs.
193 vta.).-

* En base a las declaraciones de las testigos Diolinda Nilde Márquez, Laura Luisa
Borsatto, se acreditó que el ómnibus llegó a velocidad moderada y desplazándose
por el carril que le correspondía y que Gotero accionó los frenos al mismo tiempo o
instantes antes del encontronazo (fs. 194).-

También con las declaraciones de Dionilda Nilde Marquez, Alicia Isabel Torelli de
Páez y Marcos Alejandro Aguirre, se tiene por cierto que el menor García circulaba
con la cabeza gacha con el cuerpo lanzado hacia delante “cortando el viento”,
mirando hacia un punto cardinal “contrario” al del sentido por el cual venía
circulando el ómnibus.-

* Consideró una mera “suposición” sostener la imprudencia en que el conductor del


ómnibus si hubiese estado atento hubiera advertido la proximidad de la moto, tal
como lo hicieron los testigos Márquez, Borsatto y Aguirre. En tal sentido, consideró
que la apreciación de los nombrados es relativa “desde que éstos, sin la obligación
de conducir, bien podían dedicarse a mirar a través de la transparencia que tenían
su costado izquierdo, ya que todos estaban sentados en las filas de ese lado (las
mujeres adelante, el hombre por la mitad)” y en ese lapso Gotero “debía mirar al
frente y a los flancos”, con menor amplitud de visión que los pasajeros.-

* Al quedar establecido que los dos vehículos confluyeron en el punto medio de la


esquina, el a quo acude a la regla que consagra la prioridad del paso, para
determinar la responsabilidad que le cupo al imputado. Es así que tuvo en cuenta,
que Gotero arribó a la encrucijada por la derecha de García, aminoró la velocidad y
sin detenerse continuó la marcha (Marcos Alejandro Aguirre y Marcos Horacio
Nadini), que accionó los frenos con brusquedad lo que permitió detener la pesada
unidad casi inmediatamente (la marca de neumáticos dejada en la calzada se limita
a los tres metros), no hubo ni maniobras de desplazamiento hacia los costados, ni
apresuramiento para “ganar la posición”, esto es acelerar para aventajar al que se
aproxima (fs. 194 vta.).-

* El lugar de la carrocería del colectivo (ángulo plano lateral y frontal), donde


impactó la motito y quedó enganchada, reforzado por los dichos de Alicia Tonielli de
Páez (fs. 118), quien vio el choque desde abajo del colectivo y dijo que García “se
hundió” en la punta del ómnibus, es decir golpeó contra el vehículo, lo embistió (fs.
195).-

En base a estas probanzas, el juzgador estimó que la razón excluyente del suceso
lo constituyó la mayúscula temeridad de circular prácticamente a ciegas y lanzado
en velocidad, descartó que haya sido baja porque nadie dijo lo contrario y por los
daños con que resultaron la moto y el colectivo (fs. 195 vta.). La falta de atención
hacia el frente -coinciden absolutamente casi todos los que observaron la manera
en que conducía García-, la referencia proviene de Alicia Isabel Tonelli de Páez
quien lo vio pasar a cincuenta metros de la esquina y alcanzó a gritarle que
atendiera el tránsito, que compatibiliza con la convicción de Laura Luisa Borsatto
respecto a que el menor ni siquiera se percató de la presencia del colectivo (fs. 195
vta.).-
2. En el caso, la recurrente finca su agravio en la vulneración del principio de razón
suficiente en orden a la revocatoria del auto que disponía la elevación de la causa a
juicio.-

Se ha sostenido, que la obligación constitucional y legal de fundar la sentencia


consiste en el deber de consignar por escrito las razones que justifican el juicio
lógico que ella contiene (T.S.J., Sala Penal, S. nº 1, “Feraud”, 16/2/61, más
recientemente S. nº 16, 20/3/98, “Altamirano”;; S. nº 28, 7/4/98, “Algarbe”).-

Ello abriga la idea que la motivación debe ser derivada, es decir, debe respetar el
principio de razón suficiente. La observancia de este principio en la fundamentación
de una resolución jurisdiccional está sometida a diversos requisitos, según sea el
grado de convencimiento requerido por el ordenamiento legal respectivo, para
arribar a las conclusiones de hecho en que el fallo se asienta.-

Así, el respeto al aludido principio lógico no estará sometido a las mismas


exigencias cuando la ley se satisfaga con un mero juicio de probabilidad acerca de
los extremos fácticos de la imputación delictiva, que cuando se requiere certeza
acerca de la existencia de aquéllos.-

Esta última hipótesis, exigirá que la prueba en la que se basen las conclusiones a
que se arribe en la sentencia, sólo pueden dar fundamento a esas conclusiones y no
a otras; o expresado de otro modo, que aquellas deriven necesariamente de los
elementos probatorios invocados en su sustento ( T.S.J., SALA PENAL, Sent. nº 13,
27/5/85, “Acevedo”; Sent. nº 11, 8/5/96, “Isoardi”; Sent. nº 12, 9/5/96, “Jaime”,
entre otras).-

3. Desde esta óptica, estimo que el defecto achacado por la recurrente no se


configura en el caso.-

Repárese en que es una cuestión de hecho no controvertida que la colisión se


produjo en el punto medio de la esquina, en donde confluyeron Gotero conduciendo
el ómnibus y el joven García en la moto.-

La velocidad de circulación de ambos rodados no era similar: mientras que el


conductor del ómnibus disminuyó la velocidad moderada; el conductor de la moto
se desplazaba a una velocidad inmoderada que el tribunal derivó conforme a la
apreciación de algunos testigos y la magnitud de los daños que produjo al embestir
al mayor rodado.-

Si era el conductor del ómnibus quien circulaba por la derecha a menor velocidad y
arribó al punto medio de la encrucijada, en donde es embestido por el conductor de
la moto quien se desplazaba a una mayor, dejando rastros incluso en el ángulo
lateral izquierdo; es ajustado a la lógica derivar como lo hizo la mayoría que Gotero
tenía la prioridad de paso, la que no ganó en base a infracción alguna a los
reglamentos de circulación.-

Conforme a la interpretación que esta Sala ha adoptado (“Benguria”, S. n° 61,


23/6/00; “Bessone”, S. n° 76, 4/9/00), la prioridad de paso del conductor que
viene por la derecha consagra una regla de oro, pues en virtud de esa preferencia
de paso está facultado a avanzar ante la legítima expectativa de que será el otro
rodado quien detendrá su marcha. De lo contrario, la circulación resultaría caótica e
impredecible, si a cada esquina el conductor que cuenta con la preferencia y
respeta las reglas de tránsito, tuviera que detenerse por completo, verificar si
alguien las inobserva y dejarlo pasar. Se produciría así una inversión de la regla de
la preferencia de paso.-

Repárese en que ninguno de los testigos ha referido que la moto hubiera ya iniciado
el cruce de la esquina, situación fáctica que hubiera podido poner en entredicho la
subsistencia de la preferencia de paso para el conductor del rodado mayor. Por el
contrario es lógico inferir que si su velocidad era inferior y el choque se produjo en
el punto medio de la encrucijada, fue el ómnibus quien primero inició el cruce y la
víctima quien avanzó antirreglamentariamente, llegando al lugar de la colisión por
la mayor velocidad.-

Las imprecisas referencias al avistamiento de la moto antes de la colisión de los


testigos propias de quienes ocupaban (dentro o fuera del ómnibus) posiciones
diferentes, con disímil ángulo de observación, para observar un acontecer dinámico
ya que los dos vehículos se encontraban en movimiento con diferentes velocidades;
no aportan circunstancias que puedan computarse en contra del imputado para
variar los presupuestos de hecho ponderados para la prioridad de paso. Ello así
porque al margen si la atención de los pasajeros podía concentrarse exclusivamente
en el avistamiento, mientras que el chofer del ómnibus tenía varios puntos de
atención, lo cierto es que ninguno de ellos refirió que la moto hubiera comenzado a
cruzar anticipadamente la esquina cuando ingresó el rodado mayor.-

4. En cuanto a los agravios relacionados con la falta de fundamentación in iure


acerca de la causal de sobreseimiento, cabe señalar que las exigencias establecidas
para la sentencia de sobreseimiento no son extensibles a la resolución impugnada.-

Sólo a los efectos de su impugnabilidad para el recurso de casación, esta Sala ha


equiparado la resolución recurrida a una sentencia de sobreseimiento, en tanto
conducirá a esa consecuencia cuando la jurisdicción sea devuelta al Juez de Control
que había dictado el auto de elevación a juicio revocado por la Cámara de
Acusación. Pero será la resolución que ejecute en definitiva lo resuelto por esta
instancia de grado, la que deberá observar la forma y encuadrará la causal
conforme a las disposiciones pertinentes para la sentencia de sobreseimiento
(C.P.P., 350 y 351).-

Conforme a los fundamentos expuestos voto negativamente a esta Cuestión.-

La señora Vocal doctora María Esther Cafure de Battistelli, dijo: La señora


Vocal preopinante da, a mi juicio las razones necesarias que deciden correctamente
la presente cuestión. Por ello adhiero a su voto, expidiéndome en igual sentido.-

La señora Vocal doctora María de las Mercedes Blanc G. de Arabel, dijo:


Estimo correcta la solución que da la señora Vocal Dra. Aída Lucía Tarditti, por lo
que adhiero a la misma en un todo, votando, en consecuencia, de igual forma.-

A LA SEGUNDA CUESTION:
La señora Vocal doctora Aída Tarditti, dijo: Como resultado del acuerdo
precedente, corresponde rechazar el recurso de casación interpuesto, con costas
(C.P.P., 550/551).-

Así, voto.-

La señora Vocal doctora María Esther Cafure de Battistelli, dijo: La señora


Vocal Dra. Aída Tarditti, da a mi juicio, las razones necesarias que deciden
correctamente la presente cuestión. Por ello adhiero a su voto, expidiéndome en
igual sentido.

La señora Vocal doctora María de las Mercedes Blanc G. de Arabel, dijo:


Estimo correcta la solución que da la señora Vocal Dra. Aída Tarditti, por lo que,
adhiero a la misma en un todo, votando, en consecuencia, de igual forma.

En este estado, el Tribunal Superior de Justicia, por intermedio de la Sala Penal,

RESUELVE:

Rechazar el recurso de casación interpuesto en autos por la querellante particular,


Señora María Eva Díaz de García con el patrocinio del Dr. Carlos Ignacio Ríos, con
costas (C.P.P., 550/551).- Con lo que terminó el acto que, previa lectura y
ratificación que se dio por la señora Presidente en la Sala de Audiencias, firman
ésta y las señoras Vocales de la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia, todo
por ante mí de lo que doy fe.

FDO..: CAFURE DE BATTISTELLI – TARDITTI - BLANC G. de ARABEL


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