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Después que cosa en contra no se halla, Gente es sin Dios ni ley, aunque respeta
se va el nuevo decreto declarando aquel que fue del cielo derribado,
por la gente común y de canalla, que como a poderoso y gran profeta
que alguna novedad está aguardando; es siempre en sus cantares celebrado:
si viene a averiguarse por batalla, invocan su furor con falsa seta,
con gran rumor lo van manifestando y a todos sus negocios es llamado,
de trompas y atambores altamente, teniendo cuanto dice por seguro
porque a noticia venga de la gente. del próspero suceso o mal futuro.
Y éstos que guardan orden algo estrecha El potente rey Inga, aventajado
no tienen ley, ni Dios, ni que hay en todas las antárticas regiones,
pecados; fue un señor en extremo aficionado
mas sólo aquel vivir les aprovecha a ver y conquistar nuevas naciones,
de ser por sabios hombres reputados; y por la gran noticia del Estado
pero la espada, lanza, el arco y flecha a Chile despachó sus orejones;
tienen por mejor ciencia otros soldados, mas la parlera fama de esta gente
diciendo que el agüero alegre o triste la sangre les templó y ánimo ardiente.
en la fuerza y el ánimo consiste.
Pero los nobles Ingas valerosos
En fin, el hado y clima desta tierra, los despoblados ásperos rompieron,
si su estrella y pronósticos se miran, y en Chile algunos pueblos belicosos
es contienda, furor, discordia, guerra, por fuerza a servidumbre los trujeron,
y a sólo esto los ánimos aspiran; a do leyes y edictos trabajosos
todo su bien y mal aquí se encierra: con dura mano armada introdujeron,
haciéndolos con fueros disolutos donde por algún tiempo reposaron.
pagar grandes subsidios y tributos.
Pues don Diego de Almagro, adelantado,
Dado asiento en la tierra y reformado que en otras mil conquistas se había
el campo con ejército pujante, visto,
en demanda del reino deseado por sabio en todas ellas reputado,
movieron sus escuadras adelante: animoso, valiente, franco y quisto,
no hubieron muchas millas caminado, a Chile caminó determinado
cuando entendieron que era semejante de extender y ensanchar la fe de Cristo;
el valor a la fama que alcanzada pero llegando al fin deste camino,
tenía el pueblo araucano por la espada. dar en breve la vuelta le convino.
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Los promaucaes de Maule, que supieron A sólo el de Valdivia esta vitoria
el vano intento de los Ingas vanos, con justa y gran razón le fue otorgada,
al paso y duro encuentro les salieron y es bien que se celebre su memoria,
no menos en buen orden que lozanos; pues pudo adelantar tanto su espada;
y las cosas de suerte sucedieron éste alcanzó en Arauco aquella gloria
que llegando estas gentes a las manos, que de nadie hasta allí fuera alcanzada:
murieron infinitos orejones, la altiva gente al grave yugo trujo
perdiendo el campo y todos los y en opresión la libertad redujo.
pendones.
Con una espada y capa solamente,
Los indios promaucaes es una gente ayudado de industria que tenía,
que está cien millas antes del Estado, hizo con brevedad de buena gente
brava, soberbia, próspera y valiente, una lucida y gruesa compañía
que bien los españoles la han probado; y con designio y ánimo valiente
pero con cuanto digo, es diferente toma de Chile la derecha vía,
de la fiera nación, que, cotejado resuelto en acabar desta salida
el valor de las armas y excelencia, la demanda difícil o la vida.
es grande la ventaja y diferencia.
Viose en el largo y áspero camino
Los Ingas, que la fuerza conocían por hambre, sed y frío en gran estrecho;
que en la provincia indómita se encierra pero con la constancia que convino
y cuan poco a los brazos ganarían puso al trabajo el animoso pecho,
llegada al cabo la empezada guerra, y el diestro hado y próspero destino
visto el errado intento que traían, en Chile le metieron, a despecho
desamparando la ganada tierra, 455 de cuantos estorbarlo procuraron,
volvieron a los pueblos que dejaron, que en su daño las armas levantaron.
el cual divide a Penco del Estado,
Tuvo a la entrada con aquellas gentes que del Nibiquetén, copioso río,
batallas y reencuentros peligrosos y de otros viene al mar acompañado;
en tiempos y lugares diferentes, de donde con presteza y nuevo brío,
que estuvieron los fines muy dudosos; en orden buena y escuadrón formado
pero al cabo por fuerza los valientes paso de Andalicán la áspera sierra,
españoles, con brazos valerosos, pisando la araucana y fértil tierra.
siguiendo el hado y con rigor la guerra,
ocuparon gran parte de la tierra. No quiero detenerme más en esto,
pues que no es mi intención dar
No sin gran riesgo y pérdidas de vidas pesadumbre;
asediados seis años sostuvieron, y así pienso pasar por todo presto,
y de incultas raíces desabridas huyendo de importunos la costumbre;
los trabajados cuerpos mantuvieron, digo con tal intento y presupuesto,
do las bárbaras armas oprimidas que antes que los de Arauco a
a la española devoción trujeron servidumbre
por ánimo constante y raras pruebas, viniesen, fueron tantas las batallas,
criando en los trabajos fuerzas nuevas. que dejo de prolijas de contallas.
Muchos hay en el mundo que han Esto verse podrá por esta historia:
llegado ejemplo dello aquí puede sacarse,
a la engañosa alteza desta vida, que no bastó riqueza, honor y gloria
que Fortuna los ha siempre ayudado con todo. el bien que puede desearse
y dádoles la mano a la subida, a llevar adelante la vitoria;
para después de haberlos levantado, que el claro cielo al fin vino a turbarse,
derribarlos con mísera caída, mudando la Fortuna en triste estado
cuando es mayor el golpe y sentimiento el curso y orden próspera del hado.
y menos el pensar que hay mudamiento. la-araucana_6
La gente nuestra ingrata se hallaba
No entienden con la próspera bonanza en la prosperidad que arriba cuento,
que el contento es principio de tristeza; y en otro mayor bien que me olvidaba,
ni miran en la súbita mudanza hallado en pocas casas, que es contento:
del consumidor tiempo y su presteza; de tal manera en él se descuidaba
mas con altiva y vana confianza ( cierta señal de triste acaecimiento)
quieren que en su fortuna haya firmeza; que en una hora perdió el honor y estado
la cual, de su aspereza no olvidada, que en mil años de afán había ganado.
revuelve con la vuelta acostumbrada.
Por dioses, como dije, eran tenidos
Con un revés de todo se desquita, de los indios los nuestros; pero olieron
que no quiere que nadie se le atreva, que de mujer y hombre eran nacidos,
y mucho más que da siempre les quita, y todas sus flaquezas entendieron;
no perdonando cosa vieja y nueva; viéndolos a miserias sometidos
de crédito y de honor los necesita: el error inorante conocieron,
que en el fin de la vida está la prueba, ardiendo en viva rabia avergonzados
por el cual han de ser todos juzgados, por verse de mortales conquistados.
aunque lleven principios acertados.
No queriendo a más plazo diferirlo
Del bien perdido, al cabo) qué nos queda entre ellos comenzó luego a tratarse
sino pena, dolor y pesadumbre? que, para en breve tiempo concluirlo
Pensar que en él Fortuna ha de estar y dar el modo y orden de vengarse
queda, se junten a consulta a difinirlo:
do venga la sentencia a pronunciarse, Millarapué, aunque viejo, el cuarto vino
dura, ejemplar, cruel, irrevocable, que cinco mil gobierna de contino.
horrenda a todo el mundo y espantable.
Paicabí se juntó aquel mismo día,
Iban ya los caciques ocupando tres mil diestros soldados señorea.
los campos con la gente que marchaba: No lejos Lemolemo dél venía,
y no fue menester general bando, que tiene seis mil hombres de pelea.
que el deseo de la guerra los llamaba Mareguano, Gualemo y Lebopía
sin promesas ni pagas, deseando se dan priesa a llegar, porque se vea
el esperado tiempo que tardaba, que quieren ser en todo, los primeros;
para el decreto y áspero castigo gobiernan estos tres mil guerreros.
con muerte y destruición del enemigo.
No se tardó en venir, pues, Elicura
De algunos que en la junta se hallaron que al tiempo y plazo puesto había
es bien que haya memoria de sus llegado,
nombres, de gran cuerpo, robusto en la hechura,
que, siendo incultos bárbaros, ganaron por uno de los fuertes reputado:
con no poca razón claros renombres, dice que ser sujeto es gran locura
pues en tan breve término alcanzaron quien seis mil hombres tiene a su
grandes vitorias de notables hombres, mandado.
que dellas darán fe los que vivieren, Luego llegó el anciano Colocolo;
y los muertos allá donde estuvieren. otros tantos y más rige éste solo.
¿Por qué cargos honrosos pretendemos, “Que esta flaca persona, atormentada
de golpes de fortuna, no procura y es que en una provincia poderosa,
sino el agudo filo de una espada, en la milicia tanto ejercitada,
pues no la acaba tanta desventura. de leyes y ordenanzas abundosa,
Aquella vida es bien afortunada no hubiese una cabeza señalada
que la temprana muerte la asegura; a quien tocase el mando y regimiento,
pero a nuestro bien público atendiendo, sin allegar a tanto rompimiento.
quiero decir en esto lo que entiendo. la-araucana_8
Respondo a esto que nunca sin caudillo
“Pares sois en valor y fortaleza; la tierra estuvo, electo del senado.;
el cielo os igualó en el nacimiento; que, como dije, en Penco el Ainavillo
de linaje, de estado y de riqueza fue por nuestra nación desbaratado,
hizo a todos igual repartimiento; y viniendo de paz, en un castillo
y en singular por ánimo y grandeza se dice, aunque no es cierto, que un
podéis tener del mundo el regimiento: bocado
que este gracioso don, no agradecido, le dieron de veneno en la comida,
nos ha al presente término traído. donde acabó su cargo con la vida.