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BOLILLA IV

CULTURA, DERECHO Y SOCIALIZACION

1-cultura y sociedad ¿Qué es la cultura?

Los sociólogos definen la cultura como « diseños de formas de vida»: los valores, las creencias, la
conducta, las costumbres y los objetos materiales que constituyen la forma de vida de un pueblo. Para
empezar a comprender lo que supone la cultura, es de gran ayuda distinguir entre pensamientos y
cosas.

Lo que los sociólogos llaman:

 La cultura no material: es el mundo intangible de las ideas creado por los miembros de una
sociedad y que va desde el altruismo hasta el budismo zen.
 La cultura material: constituye las cosas tangibles creadas por los miembros de una
sociedad, desde un arma hasta una cremallera, desde un teléfono móvil hasta un objeto de
cerámica.

Ambas implican prácticas culturales, modos de acción que empleamos en la miríada de pequeños
encuentros que se producen en la vida diaria (Bourdieu, 1990)
En resumen, únicamente los seres humanos producen y, por tanto, dependen de la cultura para
asegurar supervivencia de los suyos.

¿Qué es civilización?Las civilizaciones son entidades culturales amplias y completas. Aunque hay
muchas agrupaciones —cultura hispánica, nudista, religiosa, gay, musical...— la idea de civilización
alude a la mayor agrupación cultural posible de personas; es una cultura a lo grande. Las
civilizaciones no tienen delimitaciones claras, pero sí una larga existencia. Son totalidades percibidas
durante largos periodos («de larga duración», se las llama a menudo).

Los componentes principales de la cultura

Aunque las culturas que encontramos en todas las naciones del mundo difieren de varias maneras,
todas ellas parecen construirse a partir de cinco componentes principales: símbolos, lenguaje, valores,
normas y cultura material.

1- Símbolos
Cualquier cosa que contiene un significado especial reconocido por aquellas personas que
comparten una cultura (un silbido, unos grafitis sobre una pared, una luz roja parpadeante, un
puño elevado en alto, etc.; todos ellos son símbolos)
Somos tan dependientes de nuestros símbolos culturales que los damos por supuestos.

Pero al entrar en contacto con una sociedad extraña se nos hace evidente el poder de los
símbolos al experimentar el choque cultural: la incapacidad de «entender» los significados de
lo que nos rodea.
El choque cultural es un proceso en dos partes.
-Por una parte es algo que experimenta el viajero cuando se encuentra con personas cuya
forma de vida no le resulta familiar.
-Por otra parte, es también lo que el viajero inflige a los demás actuando de una manera que
puede llegar a ofenderles. Por ejemplo, como los británicos consideran que los perros son
adorables animales de compañía, los que viajan a las regiones del norte de la República
Popular China pueden sentirse horrorizados al encontrarse con personas que comen perro
asado.
Los significados simbólicos varían incluso dentro de una misma sociedad (ej. Un abrigo de
piel).
Los símbolos culturales también cambian con el paso del tiempo (ej. Los pantalones
vaqueros).
En suma, los símbolos permiten a las personas que sus vidas cobren sentido y sin ellos la
existencia humana carecería de significado. Manipular correctamente los símbolos nos permite
relacionarnos fácilmente con los demás dentro de nuestro sistema cultural.
2- El lenguaje
El lenguaje, el componente más importante de la cultura, es un sistema de símbolos que
permite a los miembros de una sociedad comunicarse entre sí. Los símbolos toman la forma
de palabras habladas o escritas, que son culturalmente variables y que se componen de varios
alfabetos e ideogramas utilizados en todo el mundo.

*Es un sistema de símbolos verbales y en muchos casos escritos con reglas sobre cómo deben
encadenarse esos símbolos para transmitir significados complejos. Es extremadamente
importante para el desarrollo, elaboración y transmisión de la cultura.

3- Valores y creencias
Los valores son pautas morales que utilizan las personas para juzgar lo que es bueno y lo que
es malo, y que varían entre las diferentes culturas. Los valores son normativos: declaraciones
acerca de lo que debería existir en términos éticos y morales, y son los principios generales
que subyacen a las creencias, declaraciones específicas que las personas sostienen que son
verdaderas. Mientras que los valores son patrones abstractos que establecen lo que está
bien y lo que está mal, las creencias son asuntos determinados que los individuos consideran
como ciertos o falsos.
Los valores y las creencias culturales no solo influyen en cómo percibimos nuestro entorno,
también forman parte del núcleo de nuestro punto de vista moral del mundo.

4- Normas
Reglas y expectativas por las cuales una sociedad guía la conducta de sus miembros. Algunas
normas son proscriptivas, y prohíben aquello que no deberíamos hacer, como cuando los
padres chinos riñen a una pareja de jóvenes amantes por ir de la mano en público. Las normas
prescriptivas, por el contrario, explican lo que deberíamos hacer, como cuando en algunos
colegios europeos se enseñan prácticas de «sexo seguro».
Las normas más importantes se aplican virtualmente en todas partes y en cualquier momento.
Por ejemplo, los padres esperan obediencia por parte de sus hijos estén donde estén.

Usos y costumbres
Sumner utilizó el término mores (costumbres) para referirse a los patrones o referencias de
una sociedad acerca de lo que es una conducta moral apropiada.
Las personas desarrollan un vínculo afectivo con las costumbres y las defienden
públicamente. Además, las costumbres se aplican a todos, en todas partes, todo el tiempo. La
violación de las costumbres (como la prohibición de nuestra sociedad de relaciones sexuales
entre una persona adulta y un menor de edad) generalmente provoca el rechazo y una fuerte
reacción por parte de los demás miembros de la sociedad.
Utilizó en término folkways (usos populares) para designar las costumbres de una sociedad
como consecuencia de la rutina y de la interacción ocasional.
Los usos populares, que poseen menos significado moral que las costumbres, incluyen
nociones acerca de la ropa adecuada, los saludos apropiados y los actos de cortesía.

En resumen, mientras que las costumbres distinguen entre lo correcto y lo incorrecto, los usos
populares trazan una línea que separa lo apropiado de lo inapropiado. Como son menos
importantes que las costumbres, las sociedades permiten a los individuos un cierto margen de
criterio personal en aquellos asuntos que involucran usos populares, y castigan las infracciones
con benevolencia.
Por ejemplo, un hombre que no lleve corbata en una cena formal es, en el peor de los casos,
culpable de romper la etiqueta. Sin embargo, si el hombre acudiera a la cena llevando solo la
corbata, estaría desafiando las costumbres sociales y recibiría una sanción más severa

5- Cultura material
Además de elementos intangibles como los valores y la normas, cada cultura abarca un
amplio repertorio de creaciones humanas tangibles que los sociólogos llaman artefactos. Los chinos
comen con palillos en lugar de utilizar cuchillos y tenedores, los japoneses colocan esterillas en lugar
de alfombras sobre el suelo, y muchos hombres y mujeres en la India prefieren llevar una prenda de
vestir suelta en lugar de la ropa más ajustada común en la mayor parte de Europa. La cultura material
de los pueblos que no conocemos nos puede resultar tan extraña como su lengua, sus valores o sus
normas.

Diversidad cultural y universalidad; Cultura dominante y subculturas. De lo racial a lo étnico:


integración y conflicto entre. Multiculturalidad.

Debido a su aislamiento histórico, Japón es el país culturalmente más homogéneo o monocultural de


todo el mundo, mientras que las oleadas de inmigrantes que ha recibido Estados Unidos lo han
convertido en una de las sociedades más multiculturales entre los países industrializados.

La variedad cultural ha caracterizado la mayor parte del mundo, y no solo Estados Unidos.

Alta cultura y cultura popular (cultura dominante)

Se considera que la mayor parte de la diversidad cultural tiene sus raíces en la clase social.

Los sociólogos utilizan el término alta cultura para referirse a las pautas culturales que distinguen a
la elite de una sociedad. Cultura popular, por el contrario, sirve para referirse a las pautas
culturales que están ampliamente extendidas entre la población de una sociedad.

El sentido común podría sugerir que la alta cultura es superior a la cultura popular. Después de todo,
la historia relata las vidas de las elites mucho más que las de los hombres y las mujeres ordinarios.
Pero los sociólogos no se sienten cómodos con esta evaluación tan generalista: por lo general utilizan
el término «cultura» para referirse a todos los elementos que forman parte de la manera de vivir de
una sociedad, también se emplea para definir el estatus social de las personas (sus gustos, su
distinción). De hecho, el término capital cultural (inventado por el sociólogo Pierre Bourdieu) se
utiliza a menudo para referirse a las prácticas donde las personas pueden reclamar posiciones de
poder y estatus en virtud de sus credenciales educativas, sus conocimientos de cultura general y
preferencias estéticas, es una idea que ayuda a reforzar las distinciones de clase, se distribuye de
manera muy irregular en las sociedades, su adquisición comienza en las familias y en las escuelas.

Subculturas y contraculturas

Subcultura: pautas culturales que diferencian a algún segmento de la población de una sociedad (los
rastafaris, los jóvenes gays y las lesbianas, los ancianos en residencias, las personas sin hogar, los
poetas, todos ellos muestran pautas subculturales).

Toda sociedad moderna incluye algunos grupos de personas que comparten algunos complejos que no
son compartidos por el resto de esa sociedad. Por ejemplo los grupos de inmigrantes desarrollan una
mezcla de cultura de su nación que los recibió y de su país natal. Las subculturas en nuestra sociedad
incluyen subculturas ocupacionales, religiosas, nacionales, regionales, como por ejemplo en
Argentina, hay una subcultura de la ciudad de Buenos Aires en la música, la poesía, el acento del
lenguaje, igualmente para los tipos de música, de alimentos que se ingieren y cierto temperamento
socializado que se identifica

Contracultura: pautas culturales que se oponen fuertemente a aquellas que están ampliamente
aceptadas en el seno de una sociedad.

La contracultura puede involucrar no solo valores distintivos, sino conductas no convencionales (que
incluyen maneras de vestir y de saludarse) así como una música propia. Muchos miembros de la
contracultura de la década de 1960, por ejemplo, adquirieron una identidad personal llevando el pelo
largo, bandas en la cabeza y vaqueros; haciendo el símbolo de la paz en lugar de darse la mano; y
tomando drogas y disfrutando del rocanrol.

Son aquellas culturas que están en contraposición activa contra la cultura dominante. Hay sectores de
la sociedad que proclaman valores contradictorios a los que prevalecen en la que ellos viven. Ciertos
jóvenes educados en esa cultura están influidos contra las normas culturales dominantes; de allí que
sean contraculturales.
Una contracultura rechaza algunas pero no todas las normas de la cultura dominante. En ciertas
sociedades introducen cambios sociales. O bien simplemente, reflejan los cambios que ya se están
dando o se están gestando para hacerse explícitos en el devenir del tiempo. Como por ejemplo el
movimiento “hippie” de la década del 60 o 70, que rechazaban los artilugios de la “sociedad
materialista”.

La diversidad cultural no solo implica variedad, sino también jerarquía. Demasiado a menudo, lo que
vemos como patrones culturales «dominantes» o «intelectuales» son los favorecidos por los
segmentos poderosos de la población, mientras que relegamos las vidas de los desaventajados al reino
de la «subcultura».

El cambio cultural.

Los cambios culturales se ponen en funcionamiento siguiendo tres caminos.


1- Es la invención, el proceso de creación de nuevos elementos culturales (nos ha proporcionado el
teléfono (1876), el avión a motor (1903) y el aerosol (1941), todos ellos con un tremendo impacto
sobre nuestra forma de vida).

2- El descubrimiento, una segunda causa de cambio cultural, involucra el reconocimiento y la


comprensión de algo que no se entendía previamente (desde una estrella distante, hasta los hábitos
alimenticios de otra cultura o la capacidad atlética de las mujeres estadounidenses).

3- Es la difusión, la difusión de rasgos culturales de una sociedad a otra. La capacidad tecnológica de


enviar información por todo el planeta en segundos (por medio de la radio, la televisión, el fax, y las
computadoras) implica que el nivel de difusión cultural no ha sido nunca tan grande como lo es hoy en
día.

Etnocentrismo y relatividad cultura.

Como una cultura determinada es la base para la realidad de cada uno, no es de extrañar que las
personas de todo el mundo muestren un cierto grado de etnocentrismo, la práctica de juzgar otra
cultura según los patrones y las referencias de la cultura de uno. Por un lado, un cierto nivel de
etnocentrismo es inevitable si las personas tienen que estar emocionalmente vinculadas a un sistema
cultural. Pero, por otra parte, el etnocentrismo produce incomprensión y algunas veces conflicto.

Cuando se consideran las ideas y las prácticas de otras culturas o subculturas, frecuentemente se
emiten juicios de valor.

La tendencia de ver los patronos culturales propios como buenos y correctos, y los ajenos como
extraños e incluso como inmorales, se denomina “etnocentrismo”.
Son etnocentristas aquellos pueblos que se consideran superiores a otros, y que su consideraban su
“cultura” superior a las demás. Summer definió el etnocentrismo como “una visión de las cosas en la
que el propio grupo es el centro de todo, y todos los grupos se miden y clasifican con referencia a él”.

¿Existe una alternativa al etnocentrismo? La alternativa lógica es imaginar los rasgos culturales no
familiares desde el punto de vista de ellos en lugar del nuestro.

Este enfoque alternativo, llamado relativismo cultural, consiste en la práctica de juzgar una cultura
según propios patrones y referencias, es una actitud difícil de adoptar porque requiere no solo que
comprendamos los valores y las normas de la otra sociedad sino también que dejemos en suspenso los
patrones y las referencias culturales que hemos conocido durante toda nuestra vida.

La diversidad de culturas de distintos pueblos, ha conducido a postular el “relativismo cultural”, que


significa el convencimiento que cada país tiene una determinada cultura que ella es válida debido a
las circunstancias de tiempo y lugar. Por lo que no debe haber una cultura universal, que intente ser
válida para todo tiempo y circunstancia. Es un asunto de comprensión y no necesariamente de
aprobación.
Cultura, conflicto y coerción.

Las culturas son por general desiguales, y algunos rasgos pueden beneficiar a algunos miembros de la
sociedad a expensas de otros.

Los sociólogos, a menudo influenciados por Marx, argumentan que los valores reflejan el sistema de
producción económica de una sociedad. «No es la conciencia de los seres humanos la que determina
su existencia», proclamaba Marx. «Es su existencia social la que determina su conciencia».

Theodor Adorno (1903-1969), uno de sus defensores más destacados, sugirió que la emergente
«cultura de masas» (de música y cine populares, por ejemplo) debilitaba la conciencia crítica y
manipulaba a las masas de trabajadores. Estudió el trabajo de la «industria de la cultura» y en que
estandarizaba la cultura, y hacía que las personas fueran pasivas y dejaran de ser críticas, la «industria
de la cultura estafa continuamente a sus consumidores de lo que promete constantemente» .

Otra tradición marxista fue la encabezada por el italiano Antonio Gramsci (1891-1937). Militante
del partido comunista, pasó diez años encarcelado por Mussolini.

Durante este tiempo escribió sus famosos Cuadernos de la cárcel donde desarrolló la idea de la
hegemonía, los medios por los cuales un grupo gobernante/dominante sale vencedor sobre un grupo
subordinado a través de las ideas. La «cultura» en sus muchas formas puede así servir como un
mecanismo para hacer que las personas acepten el orden social existente sin ninguna crítica (como un
medio de «consentimiento ganador»). Mediante la cultura, el poder coercitivo puede no ser necesario
para mantener la dominación.

MULTICULTURALISMO.

Se conoce como multiculturalismo a aquel fenómeno que supone la coexistencia de varias culturas en
un mismo espacio territorial y nacional. El multiculturalismo es muy común de nuestra época ya que
gracias a los importantes avances tecnológicos, al desarrollo de las comunicaciones y a la
interconexión de diferentes partes del mundo, todas las sociedades pueden recibir información sobre
otras. Al mismo tiempo, el crecimiento de las migraciones y del traspaso legal de las fronteras
colabora con la mixtura de culturas y sociedades. Una de las principales características del
multiculturalismo es que tiende a combinar elementos de diversas culturas en una nueva expresión
cultural que es diferente y novedosa. Comprendido en este sentido, el multiculturalismo es altamente
igualador ya que se dejan de lados representaciones discriminatorias que son generalmente provocadas
por miedo o por desconocimiento al otro. Al mismo tiempo, el multiculturalismo admite la existencia
de todas las culturas y no reniega de ninguna ya que en este aspecto todas ellas pueden contribuir de
igual manera en la generación de una nueva expresión cultural.

Argentina es un país multicultural donde conviven armónicamente culturas, tradiciones y cultos de


más de 40 países. Esta diversidad ha sido reconocida en la Constitución Nacional, donde en su
artículo 20 señala que los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos civiles
del ciudadano argentino, pudiendo entre otros actos ejercer libremente su culto; sin estar obligados a
admitir la ciudadanía, ni a pagar contribuciones forzosas extraordinarias.
El mismo reconocimiento se encuentra en la ley Nº 26.206, de educación nacional, por la que el
Estado nacional asegura condiciones de igualdad, respetando las diferencias entre las personas sin
admitir discriminación de género ni de ningún otro tipo. En la misma norma se hace particular
reconocimiento a la condición de los pueblos aborígenes, asegurando a los pueblos indígenas el
respeto a su lengua y a su identidad cultural, promoviendo la valoración de la multiculturalidad en la
formación de todos los educandos.

Se refiere a las pautas que distinguen a las


La alta cultura elites de una sociedad; la cultura popular
incluye pautas ampliamente extendidas en
una sociedad.
Se refiere a pautas culturales particulares
La subcultura adoptadas por un segmento de una
población. La contracultura implica
desacuerdo con una forma de vida
convencional.
Representa los esfuerzos educativos por
El multiculturalismo mejorar el conocimiento y la apreciación
de la diversidad cultural.

2- Sociedades tradicionales y modernas. Posmodernidad y globalización.

El concepto central de una sociedad hace referencia a las personas que interactúan en un espacio
definido y comparten una cultura.

- Las visiones clásicas de la sociedad desarrolladas de tres fundadores de la sociología:

*Karl Marx entendía la historia humana como un proceso largo y caracterizado por conflictos
económicos. Su principal preocupación era la manera en que la economía genera conflictos y
desigualdades en lo que se refiere a la producción de bienes materiales (por ejemplo, la alimentación y
la vivienda), y cómo estos conflictos proporcionan la fuerza motriz para el cambio social.

*Max Weber también reconocía la importancia de las fuerzas productivas, pero intentó demostrar el
poder de las ideas humanas (en especial las que podemos encontrar en las diferentes religiones) para
inducir cambios en la sociedad. Weber estaba convencido de que el pensamiento racional subyace
bajo la sociedad moderna y promueve el cambio social.

*Finalmente, Emile Durkheim investigó las pautas de la solidaridad social, destacando que los lazos
que unen a las sociedades tradicionales son notablemente diferentes de los que unen a sus homólogas
modernas.

Sociedad

Personas que interactúan en un espacio definido y comparten cultura.

También red o sistema de relaciones estructuradas entre personas que comparten cultura.
Evoluciona, influencia de la tecnología. Esto no es automático, no todas lo hacen y no significa que
la tecnología sea determinante ni solucione todos los problemas sociales.

Sociedades:

• de cazadores y recolectores

• horticultoras y ganaderas

• agrarias

• industrializadas

• posindustrializadas (power)

1-Sociedades de cazadores y recolectores: Las sociedades de cazadores y recolectores hacen


referencia a las tecnologías simples que son necesarias para cazar animales y recolectar plantas. Eran
comunes hace algunos siglos, pero en la actualidad están en fuerte decadencia a medida que son
invadidas por el avance de las sociedades industriales. Los estudios realizados sugieren que aún
existen unos 300 millones de personas indígenas: Personas que viven muy arraigadas a la tierra, el
agua y la vida salvaje de sus dominios ancestrales(hoy grupos los aka y los pigmeos de África
Central, los bosquimanos del suroeste de África, los aborígenes y los isleños del Estrecho de Torres en
Australia, entre otros).
Pasaban casi todo su tiempo buscando caza menor y plantas comestibles. Únicamente en las zonas
más ricas, donde la comida era abundante, los cazadores y recolectores disponían de tiempo libre.
Estos grupos también eran nómadas, y se desplazaban a medida que iban agotando la vegetación de un
área o en busca de animales con hábitos migratorios.

Establecen fuertes lazos de parentesco. La mayor parte de las actividades son comunes para todos y
se centran en la búsqueda de la próxima comida. La recolección de vegetales es una tarea que realizan
las mujeres, mientras que los hombres se encargan de cazar (estatus social similar).

Raramente utilizan sus armas (la lanza, el arco y la flecha, y el cuchillo de piedra) para hacer la
guerra. Tormentas y sequías pueden destruir fácilmente sus fuentes de alimentos, y son muy
vulnerables a los accidentes y las enfermedades, así muchos mueren durante su infancia, y quizás
cerca de la mitad fallecen antes de la edad de 20 años .Durante el siglo XX, las sociedades
tecnológicamente complejas fueron acorralando lentamente a las comunidades cazadoras y
recolectoras que quedaban, reduciendo sus territorios y agotando la caza y la recolección. Muchos de
estos «indígenas», como los inuit de Canadá y Alaska, se encuentran con que sus culturas están siendo
progresivamente destruidas por el mundo industrializado. En la primera mitad del siglo XX, solo en
Brasil desaparecieron unas 87 tribus. Sobreviven en unas condiciones en las que no se respetan los
derechos humanos y bajo la amenaza constante de la extinción. Pero, al mismo tiempo, ahora existen
signos de que estas culturas se están defendiendo para proteger sus propias formas de vida. También
existe en este momento una Carta de Derechos de los Pueblos Indígenas redactada por las Naciones
Unidas.
2. Sociedades horticultoras y ganaderas: Hace entre 10.000 y 12.000 años, una tecnología nueva
vino a cambiar muchas sociedades cazadoras y recolectoras.

La horticultura es la tecnología basada en el empleo de herramientas manuales para el cultivo de


plantas. Las herramientas más importantes de los horticultores son la azada y los utensilios para cavar
o practicar agujeros en el suelo donde depositar las semillas. Los seres humanos utilizaron por primera
vez estas herramientas en las fértiles regiones de Oriente Medio y, más tarde, en América Latina y en
Asia. Pero no todas las sociedades se dieron prisa en abandonar la caza y la recolección en favor de la
horticultura. Los pueblos cazadores y recolectores que vivían entre abundante vegetación y caza
probablemente no vieron razón ninguna para adoptar las nuevas tecnologías.

Por otro lado, los pueblos que habitaban en regiones especialmente áridas o en regiones montañosas
encontraron la horticultura de escaso interés. Estos pueblos eligieron una estrategia diferente para la
supervivencia, el pastoreo, que es la tecnología basada en la domesticación de animales. Otros pueblos
combinaron la horticultura y el pastoreo para producir una mayor variedad de alimentos. Hoy en día,
muchas sociedades que se dedican a la horticultura y el pastoreo prosperan en América del Sur, África
y Asia.

La domesticación de plantas y animales aumentó en gran medida la producción de alimentos. Los


pueblos que se dedicaban al pastoreo continuaron siendo nómadas, y conduciendo sus rebaños a
nuevas tierras de pastos frescos. Por el contrario, los pueblos que se dedicaron a la horticultura
formaron asentamientos, y se desplazaban únicamente cuando agotaban los recursos del suelo.

La domesticación de plantas y animales produce un excedente (más recursos de los estrictamente


necesarios para sostener la vida diaria), esto libera a algunas personas de la tarea de conseguir
alimentos, permitiéndoles elaborar objetos de cerámica, dedicarse al comercio, cortar el pelo, realizar
tatuajes o servir como sacerdotes.

Los pueblos cazadores y recolectores creen que el mundo está habitado por numerosos espíritus. Los
pueblos horticultores practican la adoración de sus antepasados y conciben un Dios creador. Las
sociedades ganaderas llevan estas creencias más lejos, y creen que Dios está implicado directamente
en el bienestar del mundo entero.

El incremento de la tecnología productiva también aumentó la desigualdad social. Cuando algunas


familias produjeron más alimentos que otras, asumieron posiciones de poder relativo y de privilegio.
Eventualmente, algunas formaron alianzas con otras familias de la elite para asegurarse de que sus
ventajas sociales se mantuvieran durante generaciones, y así surgió un sistema formal de desigualdad
social. Junto con la herencia social, se establecieron gobiernos rudimentarios (respaldados por fuerzas
militares) para sostener el poder de las elites. Sin embargo sin la capacidad de comunicarse o de
mantener un control político sobre grandes distancias, los gobernantes dominaban un número limitado
de personas, de que la construcción de los imperios se desarrolló a pequeña escala.

La domesticación de plantas y animales hizo que las sociedades más simples fueran más productivas.
Pero los avances tecnológicos no siempre son igualmente beneficiosos para todo el mundo.
Comparados con los cazadores y recolectores, los pueblos horticultores y ganaderos muestran más
desigualdad social y, en muchos casos, caen en la esclavitud, en guerras prolongadas, e incluso en el
canibalismo.

3. Las sociedades agrarias

Hace unos 5.000 años (aproximadamente en la época en que el nombre de hielo deambulaba por la
Tierra) otra revolución tecnológica, que terminaría transformando la mayor parte del planeta, estaba
de camino en Oriente Medio. Se trata de la agricultura, la tecnología de cultivo a gran escala
utilizando arados tirados por animales u otras formas de energía más potentes. La importancia
social de este junto con otras innovaciones tecnológicas del periodo (que incluyen el riego, la rueda, la
escritura, los números, y el uso creciente de los metales) sugiere de manera evidente la llegada de un
tipo nuevo de sociedad.

Los pueblos agricultores que utilizaban el arado tirado por animales eran capaces de cultivar campos
mucho mayores que las parcelas del tamaño de un jardín que cultivaban los pueblos horticultores.
Además, los arados ofrecían la ventaja de remover y airear la tierra, lo que aumentaba su fertilidad.
Esta tecnología permitió que las sociedades agrícolas pudieran cultivar un mismo terreno durante
décadas, lo que a su vez condujo a los primeros asentamientos humanos permanentes. Los mayores
excedentes alimentarios, transportados en carros tirados por animales, permitieron a las sociedades
agrícolas extenderse por nuevos territorios y alcanzar poblaciones de un tamaño que no tenía
precedentes. Como un caso extremo, el Imperio Romano en su apogeo (cerca del 100 a.C.) alcanzó
una población de 70 millones de personas que se repartían por un territorio de unos cinco millones de
kilómetros cuadrados.

Como siempre, un aumento de la producción significa una mayor especialización. La especialización


implicó la desaparición del sistema de trueque y dio lugar al nacimiento del dinero como un estándar
común de cambio. La aparición del dinero facilitó el comercio, lo que provocó el crecimiento de las
ciudades como centros económicos con poblaciones que aumentaron vertiginosamente hasta alcanzar
millones de personas.

Las sociedades agrarias presentan una espectacular desigualdad social. En muchos casos, los
campesinos o esclavos constituyen una proporción significativa de la población y trabajan para las
elites. Libres del trabajo manual, las elites pueden dedicar su tiempo al estudio de la filosofía, el arte y
la literatura.

Entre los cazadores y recolectores, y también entre los pueblos horticultores, las mujeres son las
principales proveedoras de alimentos. Sin embargo, el desarrollo de la agricultura parece haber
elevado a los hombres hasta una situación de dominación social.

También la religión refuerza el poder de las elites agrícolas. Por lo general, las doctrinas religiosas
defienden la idea de que las personas tienen la obligación moral de cumplir las tareas que les
corresponde según su posición social.

En resumen, las sociedades agrarias muestran una mayor especialización y más desigualdad social. Y,
comparadas con las sociedades horticultoras y ganaderas, las sociedades agrícolas se diferencian más
las unas de las otras porque los avances tecnológicos son capaces de aumentar el control del ser
humano sobre su entorno natural.

4. Las sociedades industrializadas

La industrialización es la tecnología que pone en funcionamiento máquinas sofisticadas mediante el


empleo de formas de energía avanzadas. Hasta la era industrial, la principal forma de energía era la
potencia muscular de los seres humanos y de otros animales. En los albores de la Revolución
Industrial, hacia 1750, los molinos y las fábricas pasaron a depender de la energía de los cursos de
agua, y después del vapor, para impulsar maquinarias cada vez mayores y más eficientes.
Una vez que esta tecnología estuvo disponible, las sociedades comenzaron a cambiar rápidamente.
Las sociedades industrializadas se transformaron más en un siglo de lo que lo habían hecho en miles
de años, este impresionante cambio estimuló el nacimiento de la sociología.
Durante el siglo XIX, los ferrocarriles y los barcos de vapor revolucionaron el transporte, y los
rascacielos con estructura de acero remodelaron el paisaje urbano, empequeñeciendo las catedrales
que simbolizaban una época anterior.

A principios del siglo XX, el motor de combustión interna volvió a modificar las sociedades
occidentales, y la electricidad se convirtió rápidamente en la base de incontables «comodidades
modernas». Las comunicaciones electrónicas, incluyendo el teléfono, la radio y la televisión, dieron
lugar a los medios de comunicación de masas. Y, durante la última generación, las computadoras han
dado paso a la Revolución de la Información, incrementando enormemente la capacidad de procesar
palabras y números.
El mundo laboral también ha cambiado. En las sociedades agrícolas la mayoría de los hombres y de
las mujeres trabajan cerca de su hogar y en tareas relacionas con la tierra. Sin embargo, la
industrialización crea fábricas cerca de la maquinaria y de fuentes de energía centralizadas. En el
proceso de industrialización se pierden las relaciones de trabajo tradicionales, así como los antiguos
lazos propios de las pequeñas comunidades, y, con ello, muchos de los valores, las creencias y las
costumbres tradicionales que sirven de guía a la vida agrícola.

La industrialización da lugar a sociedades de una prosperidad sin precedentes. Aunque en un


principio el nivel sanitario en las ciudades industriales de Europa y de América del Norte era bastante
deficiente, un nivel de vida creciente y una tecnología relacionada con la salud gradualmente pusieron
bajo control a las enfermedades infecciosas. En consecuencia, aumentó la esperanza de vida, lo que
provocó un rápido crecimiento de la población.

En la especialización ocupacional, los miembros de las sociedades industriales a menudo se comparan


unos con otros en términos del trabajo que desempeñan, en lugar de hacerlo según sus lazos de
parentesco como hacen los miembros de las sociedades agrícolas. Los cambios rápidos y los
desplazamientos entre ciudades también fomentan el anonimato y la diversidad cultural, provocando
la formación de numerosas subculturas y contraculturas.

La tecnología industrial también afecta al modelo de familia, disminuyendo su significado tradicional


como el centro de la vida social. La familia ya no es el escenario principal de la producción
económica, del aprendizaje y de la vida religiosa. Los cambios tecnológicos también explican la
reducción del número de familias tradicionales y el aumento de las personas solteras y divorciadas, de
las familias monoparentales, de las parejas gays y lesbianas, y de las familias adoptivas.

Con el tiempo, sin embargo, los beneficios materiales de la productividad industrial se extendieron a
toda la población. La pobreza sigue siendo un problema serio en las sociedades industriales, pero si la
comparamos con la situación de hace un siglo, el estándar de nivel de vida se ha multiplicado por
cinco, y las desigualdades económicas, sociales y políticas se han reducido enormemente.

Mientras que en las sociedades agrícolas la mayoría de las personas son analfabetas, las sociedades
industrializadas proporcionan el acceso a una escolarización pública y otorgan numerosos derechos
políticos a todos sus ciudadanos. De hecho, la industrialización provoca la demanda de derechos
políticos, como se ha podido comprobar recientemente en Corea del Sur, Taiwán, La República
Popular China, las Repúblicas de la antigua Unión Soviética, y las sociedades de Europa del Este.

5. Las sociedades posindustriales

En los primeros años de la década de 1970, Daniel Bell (1976) acuñó el término posindustrialismo
para referirse a las tecnologías vinculadas con las computadoras que sustentan una economía
basada en la información. Mientras que la producción en las sociedades industrializadas se apoya en
fábricas y en máquinas que producen bienes materiales, la producción posindustrial se basa en las
computadoras y en otros dispositivos electrónicos que son capaces de crear, procesar, almacenar y
analizar información. Todo esto conforma lo que se ha dado en llamar la sociedad de la información.

Mientras que los miembros de las sociedades industrializadas se concentran en aprender habilidades
mecánicas, los ciudadanos de las sociedades posindustriales se esfuerzan por perfeccionar habilidades
basadas en la información para desempeñar un trabajo que involucre computadoras, faxes, satélites y
otras formas de comunicación tecnológica.

Como indican estos cambios en las cualificaciones profesionales, la aparición del posindustrialismo
altera sustancialmente la estructura ocupacional de la sociedad.

La Revolución de la Información tiene, por supuesto, un mayor impacto en las sociedades


industrializadas con elevados niveles de renta, pero el alcance de estas nuevas tecnologías es tan
grande que sus efectos se dejan sentir en todo el planeta.

El flujo planetario de información que se produce en las naciones ricas como la nuestra, acorta las
distancias entre los países y fomenta una cultura global. Esto es parte del proceso de globalización.
Esto también conduce a una sociedad que algunos han venido en llamar posmoderna (el
posmodernismo es un modo de pensamiento que insiste en una pluralidad de perspectivas en
oposición a un criterio único y unificado).

Se trata de un mundo donde el cambio se está acelerando rápidamente, donde se están rompiendo las
fronteras clásicas que existían entre las sociedades, y donde se está gestando un tipo nuevo de
sociedad.

Alguno de estos tipos de sociedades todavía coexisten. Aún existen sociedades que se basan en la
agricultura, y el mundo industrializado todavía es el dominante.
3-SOCIALIZACION

Concepto:

Se llama socialización, al proceso de inculcar los elementos fundamentales de la cultura en los nuevos
miembros de una sociedad, esos elementos son incorporados o internalizados por los mismos. Por
medio de él, las personas aprenden a participar efectivamente en las comunidades a las que
pertenecen, es decir, es un proceso por el cual se logra que los individuos se ajusten al orden social en
que nacieron y aprendan a ser miembros competentes en el mismo. Por otra parte, la socialización,
también permite que la sociedad se reproduzca por sí misma, ya que mediante ella los valores y
tradiciones de la sociedad continúan y se perpetúan en el tiempo.

Relación con la cultura:

La socialización es el proceso mediante el cual el ser humano aprende e interioriza, en el transcurso de


su vida, los elementos culturales de su medioambiente, los integra a la estructura de su personalidad,
bajo la influencia de experiencias y de agentes sociales significativos, y se adapta así al entorno social
en cuyo seno debe vivir. También, le permite tomar conciencia de la estructura social en la que un
individuo nace, y aprende a diferenciar lo aceptable (positivo) de lo inaceptable (negativo) en su
comportamiento.

La socialización es factible gracias a los agentes sociales, que se pueden identificar como la familia, la
escuela, los iguales y los medios de comunicación. Además, son las instituciones e individuos
representativos con capacidad para transmitir e imponer los elementos culturales apropiados. Los
agentes sociales más representativos son la familia, porque posee un rol primordial ya que es el primer
nivel social al que tenemos acceso y la escuela, ya que en la actualidad, la familia ha perdido su papel
principal y la escuela es transmisora de conocimientos y de valores. Otros agentes también son los
grupos de pares, el trabajo, los grupos políticos, etc.

Agentes Socializadores:

Los agentes de socialización son las instituciones, grupos, asociaciones y organizaciones que directa
o indirectamente contribuyen al proceso de la socialización. Y cada uno desempeña un rol distinto en
la vida de las personas.

La socialización se presenta en muchos ambientes diferentes, mediante la interacción con muchas


personas, grupos y organizaciones diferentes.

Socialización primaria:

Es aquella en la que el infante adquiere las primeras capacidades intelectuales y sociales, y que juega
el papel más crucial en la constitución de su identidad. Esta etapa se desarrolla desde el comienzo de
la vida hasta el ingreso del individuo en alguna institución escolar. esta etapa se remite al núcleo
familiar y se caracteriza por una fuerte carga afectiva. Sin embargo, todo esto no implica que los
efectos de la socialización secundaria sean menos duraderos o influyentes

-La vida en familia: es el primer mundo social que encuentra el niño. La familia ya no desempeña en
la socialización el rol totalizante que le correspondió en otras épocas. La familia introduce a los niños
a las relaciones íntimas y personales y les proporciona sus primeras experiencias, ser tratados como
individuos. Es el primer grupo referencial, cuyas normas y valores adopta el niño como propios.
También introduce al niño a la vida en grupo.

-Socialización de adultos y pares: los adultos miran la interacción con los niños como una empresa
moral, creen que tienen la obligación de enseñar a los niños los valores correctos y de crear
oportunidades para hacerlo. Luego, en la socialización secundaria, vendrá la socialización de los pares
que no trabajará contra la socialización de los adultos, sino a su lado.

Socialización secundaria:

Es cualquier proceso posterior que induce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo
objetivo de una sociedad. Es la internalización de submundos (realidades parciales que contrastan con
el mundo de base adquirido en la socialización primaria) institucionales o basados sobre instituciones.
El aprendizaje se refiere a la adquisición de nuevos recursos al repertorio de respuestas del individuo y
en este sentido su alcance es más amplio, ya que no todo aprendizaje supone un factor socializante.
Para que ésta resulte efectiva el punto de partida se inicia en la edad temprana con la asimilación de
las estructuras cognitivas y las habilidades lingüísticas y comunicativas para, a través de las pautas de
valores, normas y significados reconocidos, aprender la realidad y capacitar al sujeto para alcanzar
contenidos significativos más extensos y lograr un proceso de interacción en el plano.

-La escuela: Es una institución de gran importancia que interviene en la socialización secundaria de la
persona. Si bien la finalidad oficial de la escuela es enseñar a los jóvenes habilidades técnicas e
intelectuales también es, enseñar valores culturales y actitudes que los preparen para sus roles como
adultos. La escuela es el primer agente para apartar a los niños del hogar e introducirlos en la
sociedad. En la familia se los valora por lo que son, en la escuela por lo que hacen. Los padres ajustan
sus actividades a los intereses particulares del niño, los profesores esperan que todos sigan el mismo
currículo. En casa la disciplina va mezclada con amor, en la escuela se espera que los niños
conformen porque las reglas deben obedecerse.

-Medios de comunicación masiva: Son otros factores que intervienen en la socialización secundaria
de los individuos de la sociedad. Los niños se encuentran expuestos a diversos medios de
comunicación. En la niñez mediana y adolescencia el promedio son de 20 a 24 horas semanales en
frente de la televisión. Los padres se encuentran preocupados por la forma como la televisión está
socializando a los niños. El sociólogo Postman ha sugerido que la televisión ha empezado a borrar las
fronteras entre las cosas conocidas por los niños y las cosas conocidas por los adultos. Como cualquier
otro medio de socialización la televisión invita a la interacción, experimentación y al crecimiento
mental y social particularmente si los padres la miran con sus hijos y el contenido es llevado a una
discusión familiar.

Socialización terciaria o “Resocialización”:

La socialización terciaria es un proceso de reintegración social sólo aplicable a aquellos que han
sufrido una desviación de la norma. También se denomina resocialización y se aplica sobre aquellas
personas que han mostrado conductas delictivas e infracciones. Se trata de readaptar la conducta del
desviado, es decir, el que ha transgredido la norma. Normalmente, ante tal transgresión, el individuo
termina en la cárcel, con lo que este proceso de socialización terciaria suele darse dentro de la prisión.
Se entiende entonces que los agentes inductores de la socialización terciaria sean las autoridades
competentes y los profesionales (educadores sociales, psiquiatras, psicólogos y médicos).

Relación entre socialización y desviación: La cultura nos convierte en seres culturales que ajustan su
comportamiento a las condiciones de su entorno dentro de un marco de valores, normas, etc. Este
ajuste requiere de un proceso largo de aprendizaje. Las culturas difieren unas de otras, coexistiendo
dentro de un mismo espacio culturas distintas. Por otra parte admiten cierto grado de variación
interna como para permitir la existencia de subculturas y contraculturas. Cultura y sociedad forma
parte de un todo interactivo: la cultura afecta a cómo se estructura la sociedad afecta al nivel de esa
cultura. La posición social de las personas afecta a lo que aprenden y al cómo lo aprenden y las
diferencias culturales contribuyen a reproducir diferencias de clase.

La desviación es el comportamiento que los miembros de un grupo o sociedad ven como violación a
sus normas y,- generalmente, se da cuando el individuo fue socializado insuficientemente o en forma
incorrecta.

La desviación puede ser sancionada por el derecho (conjunto de normas, obligatorias y coercibles), en
caso de una infracción a la ley o un delito; como también por las demás individuos de la sociedad en
la que vive el sujeto que desplegó una conducta desviada, desarrollándose así la “sanción de la
opinión pública” que consiste en el juicio, generalmente negativo, que las demás personas se forman
en base a esa clase de conductas. Por ejemplo: una persona que no saluda al entrar a un lugar público
no puede ser sancionada por las normas del derecho, pero si puede despertar una opinión pública
negativa de las personas que observaron tal actitud.

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