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Universidad Central

Facultad de Cs. Jurídicas y Sociales


Sede La Serena
Derecho Penal III.
Profesor: Juan Pablo Aguilera Ponce.
Apunte numero 1 Segundo semestre 2016

TEORÍA DE LA CULPABILIDAD.

El reproche de un injusto determina al “autor culpable” y se basa en la posibilidad de


determinar efectivamente su conducta conforme a derecho que reúne todos los requisitos o
elementos que conforman la culpabilidad. Si el sujeto en concreto comprendía lo injusto de
su actuar y podía determinar su conducta de acuerdo con tal comprensión, le era exigible el
cumplimiento de la norma y su infracción le es imputable personalmente. Detrás de esta
exigibilidad está la posibilidad real de cumplimiento, que permite el fundamento de la
culpabilidad a la noción de libertad y sus dificultades de determinación.

Se critica, por un lado, que es imposible acreditar la libertad del ser humano, pues
siempre estaría conectado a las leyes causales. Además, no se puede probar si el sujeto en el
caso en concreto podía haber actuado de otro modo. Por otro lado se señala que es imposible
medir la libertad y, con ello, se cae la consideración de la culpabilidad como fundamento y
medida de la pena. Estas dificultades han hecho que alguna doctrina renuncie a la
culpabilidad como fundamento y límite de la pena y se recurra solo a exigencias de
prevención o necesidad, o se funde la culpabilidad en dichas exigencias. El merecimiento de
pena es distinto de su necesidad y culpabilidad apunta al merecimiento, en cuanto explica
que una persona sea digna de una sanción penal. Su conducta en si misma explica la
consecuencia, independientemente de que en forma adicional se busquen ciertos fines, como
prevenir la comisión de delitos o reformar el cumplimiento de las normas.

La culpabilidad no se basa en la posibilidad de actuar de otra forma sin más y que


efectivamente no se puede demostrar, sino en si la norma era exigible al sujeto en concreto.
De todas formas, esta exigibilidad se vincula con las facultades del agente para cumplir la
norma, si en el caso en concreto comprendió su sentido y pudo determinar su conducta
conforme a él.

Elementos de la culpabilidad:

La culpabilidad como juicio de reproche requiere verificar ciertos requisitos o elementos


necesarios para afirmar la calidad de “autor culpable”, la imputación personal del injusto.

I.- Imputabilidad o capacidad penal: El primer elemento de la culpabilidad es la


consideración general de la capacidad del sujeto para someterse a los mandatos y
prohibiciones de la norma penal. La faceta imperativa de la norma se dirige a los sujetos,
quienes deben ser capaces de comprender su sentido, el comportamiento injusto, y
determinarse conforme dicho imperativo. La imputabilidad o capacidad penal es la aptitud
para comprender el sentido injusto de su conducta y determinarse conforme tal
comprensión.

Por regla general esta capacidad o aptitud existe, todos son imputables, lo cual se
vincula con facultades para comprender lo injusto de la actuación y para determinarse
conforme a ello, las facultades intelectuales y volitivas. Supone un grado de desarrollo,
madurez y normalidad de tales facultades. Solo por excepción hay sujetos incapaces, a
quienes no puede imputarse el injusto y por eso se les llama “inimputables”. Esta
incapacidad o inimputabilidad se basa en la falta de madurez o de normalidad de las
mencionadas facultades. La regla general es que sean incapaces los locos o dementes y los
menores de 18 años.

a.- Facultades intelectuales y volitivas perturbadas: Como ya se señaló la capacidad es la


regla general y exige facultades intelectuales y volitivas normales y desarrolladas, maduras.
La incapacidad penal se produce cuando falta alguna de estas características, es decir,
cuando no son normales o cuando no están suficientemente desarrolladas como para
comprender el sentido injusto de la conducta y determinarse según tal comprensión

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Locura o demencia: art. 10 numero 1 C.P. : La norma penal señala como exentos de
responsabilidad penal al loco o demente, a no ser que hubiere obrado en un intervalo lúcido.
También está exento quien por cualquier causa independiente de su voluntad, se halla
privado totalmente de razón.
Es importante señalar que las expresiones loco o demente no se emplean en el sentido
técnico preciso, por lo que no procedería el criterio de interpretación de quienes profesan esa
ciencia o arte (psiquiatría), sino mas bien se debe entender las palabras en su sentido
natural y obvio.
Se debe señalar también que la ciencia médica ha negado la posibilidad de actuar en
“intervalos lúcidos”, ya que siempre se está actuando en un estado perturbado y esos
periodos son propios de la enfermedad. Además se señala que no solo se incluyen
enfermedades mentales, sino otras alteraciones de cualquier origen, siempre que tenga la
gravedad suficiente, que implique una privación total de razón: ejemplo: esquizofrenia,
demencia senil, etc.
Debe examinarse el nivel de los trastornos, pues si son parciales no excluyen la
imputabilidad y puede afirmarse la responsabilidad penal si se dan los demás elementos de
la culpabilidad, aunque disminuida (art. 11 número 1 C.P.). Se descartan trastornos poco
profundos como la debilidad mental, ciertas anomalías o deficiencias de la personalidad, que
no anulan la decisión última.

b.- Facultades intelectuales y volitivas no desarrolladas. Los menores de edad:


De acuerdo a las normas de la ley de responsabilidad penal adolescente, son responsables
las personas mayores de 14 años por los crímenes y simples delitos que cometieren (se
incluyen algunas faltas como por ejemplo las lesiones leves, hurtos menores a ½ U.T.M., etc.,
siempre que sean mayores de 16 años) , y su juzgamiento se sujetará a las normas de la ley
20.084. Toda persona menor de 14 años es inimputable.

II.- Conciencia de antijuridicidad:


Es el segundo elemento de la culpabilidad, y es uno de tipo interno que se vincula con las
facultades intelectuales o cognoscitivas ya no como aptitud, sino en el caso concreto, en
virtud de los cual el agente deberá conocer en concreto lo injusto de su comportamiento,
refiriéndose a la compresión del sentido de la conducta, de su significado antijurídico o
injusto. Para imputar un injusto al agente no es suficiente conocer la situación típica, es
necesario además conocer que ella está prohibida por la norma, comprender su
antijuridicidad. Se ha de determinar si el sujeto en concreto tuvo la posibilidad de conocer lo
injusto de su actuar o si lo conoció efectivamente. Normalmente se entiende que no es
necesario un conocimiento real del sentido antijurídico o injusto, sino que basta a lo menos
uno potencial.
a.- Contenido de la conciencia: Esta conciencia es distinta del conocimiento de la conducta
típica. No se refiere al hecho frente a su descripción legal, sino a su prohibición, su
significado injusto. El conocimiento se dirige a la autorización o prohibición y no requiere ser
actual como el dolo. La conciencia de antijuridicidad es potencial, de modo que basta con
que el agente haya podido comprender lo injusto de su actuar ¿Qué debe haber podido
comprender? Debe haber podido comprender que el comportamiento realizado es contrario a
Derecho, al ordenamiento jurídico general y no a una determinada norma. Basta con conocer
que en alguna parte del orden jurídico la conducta está prohibida.

b.- Error de prohibición: Este conocimiento falta cuando existe un error de prohibición, esto
es una falsa representación acerca de la prohibición de la conducta. Se cree que se realiza
una conducta lícita o permitida por el Derecho cuando no lo está. No se refiere al
conocimiento de la ley sino a la prohibición de la conducta típica y puede recaer en la
prohibición general de la conducta o en algunas autorizaciones específicas. Se distinguen los
siguientes supuestos:
1.- Creer que la conducta típica está permitida en general y no lo está (ejemplo: creer que
está permitido tener relaciones sexuales consentidas con un menor de edad).
2.- Si se conoce que la conducta está prohibida en general, pero supone que en ese caso está
amparado por una causa de justificación que no existe. (ejemplo eutanasia)
3.- Puede creerse que la conducta está amparada por una causa de justificación que existe,
pero el agente le atribuye efectos más amplios de los que tiene.
4.- Puede existir un error en los presupuestos facticos de causas de justificación existentes.

c.- Normalidad de circunstancias: Exigibilidad de una conducta conforme a Derecho:


Para imputar personalmente un injusto a su autor es necesario que, en el caso concreto, el
sujeto haya podido conformar su conducta a la norma, motivarse por ella. Se examinan las

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circunstancias que rodean al hecho (concomitantes), que si no son normales permiten al
agente determinarse conforme su comprensión, de antijuridicidad, de suerte que será
culpable si obra conforme tal comprensión, porque le era exigible el cumplimiento de la
norma y la infringió. Si las circunstancias son normales es posible exigir una conducta
conforme a Derecho.
El Derecho reconoce la existencia de circunstancias anormales que presionan a voluntad del
sujeto para determinarse según la norma. Si la presión es de tal magnitud que impide al
autor su cumplimiento, no le es exigible hacerlo. La conducta sigue siendo anti- jurídica
porque la norma se infringe, pero el derecho comprende su infracción en esas condiciones
anormales especiales, y no exige otro comportamiento. Debe ser una presión que impida al
agente cumplir la norma, porque si se ejerce una presión que mantiene la decisión y sólo la
dificulta, es posible exigir el cumplimiento de la norma, pero su exigibilidad disminuye y
puede aplicarse alguna atenuante como eximente incompleta.

¿Cuáles son estas circunstancias?


1.- Fuerza irresistible y miedo insuperable: (art. 10 número 9 C.P.): “9° El que obra
violentado por una fuerza irresistible o impulsado por un miedo insuperable”.
Se distinguen 2 causas:
- La primera requiere obrar por fuerza irresistible, por lo que supone la existencia de un
comportamiento. Excluye la fuerza física irresistible o absoluta porque anula la
voluntad y no hay conducta. En cambio en este caso el sujeto está consciente y tiene
voluntad, pero existe una fuerza que lo presiona. La ley habla de obrar “violentado”
por fuerza irresistible. Violentar implica usar medios violentos para vencer la
resistencia de una persona y fuerza tiene que ver con la aplicación de un poder físico o
moral que presiona la voluntad. Se discute la clase de fuerza, ya que la ley no
distingue:
Se acepta la fuerza moral irresistible y se discute respecto de la fuerza física. Puede
considerarse mientras no sea absoluta, sino solo compulsiva (vis compulsiva). Debe
ser limitada pero ha de presionar al agente de tal forma que le impida cumplir la
norma, es decir, ha de ser limitada pero irresistible. Es importante que se ejerza una
presión, ya que por amenaza o coacción, que impida decidir, pero que no signifique
reducir al sujeto a un objeto. Ese impedimento obedece a que la fuerza sea irresistible,
que no se pueda resistir. Hay presiones que no impiden la decisión, que se pueden
tolerar. En estos casos si cabe exigir el cumplimiento de la norma pero en menor
grado, se trata de una exigibilidad disminuida que puede atenuar la responsabilidad
(ejemplo 11 número 5 C.P. el cual habla de estímulos poderosos que produzcan
arrebato u obcecación). Para que el cumplimiento sea inexigible la fuerza debe tener
mayores efectos que tales estímulos. No debe ser solo difícil, sino que es irresistible
cuando el agente hubiere debido emplear un esfuerzo heroico, sobrehumano para
cumplir la norma.

- La segunda, esto es obrar impulsado por un miedo insuperable supone la presencia de


circunstancias que provoquen un temor de tal magnitud que impida al sujeto actuar
conforme su comprensión, determinándose de acuerdo con la norma. El estímulo debe
provocar una perturbación anímica por la previsión de verse víctima de un mal, que
altere gravemente sus facultades de determinación. El temor es fruto de un mal real,
actual o próximo, por eso se entiende que dentro de esta causa cabe “el estado de
necesidad exculpante”, y en este sentido, el mal que provoca el miedo se da en
términos similares al mal que exige el estado de necesidad justificante, con la sola
diferencia que puede ser igual al mal provocado para evitarlo.
El estímulo en ambos casos, puede provenir tanto de un tercero, como de causas
naturales, animales u objetos.
El carácter irresistible de la fuerza e insuperable del miedo suelen determinarse
conforme al criterio del hombre medio, pero que ha de concretarse en la posición del autor,
pues se trata de un juicio individual de imputación al agente en concreto y no a otro.

2.- Encubrimiento de parientes:


El encubrimiento es una forma de participación posterior en el injusto de otro u otros.
Regulada en el art. 17 del C.P, en cual en su inciso final señala que:
“Están exentos de las penas impuestas a los encubridores los que lo sean de su cónyuge o de
sus parientes legítimos por consanguinidad o afinidad en toda la línea recta y en la colateral
hasta el segundo grado inclusive, de sus padres o hijos naturales o ilegítimos reconocidos, con
sólo la excepción de los que se hallaren comprendidos en el número 1° de este artículo”.

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En este caso la circunstancia que presiona es la del parentesco. No se trata de una excusa
legal absolutoria, ya que no se dan todos los elementos del delito, toda vez que no se puede
exigir al pariente una conducta distinta del encubrimiento. Incluye tanto el encubrimiento
físico y material, pero no el aprovechamiento.-

REQUISITOS DE PUNIBILIDAD.
Cuando concurren todos los elementos expuestos (conducta típica, antijurídica y
culpable), existe un delito que permite afirmar la responsabilidad penal y aplicar la sanción
que corresponda a tal conducta. Sin embargo existen ocasiones en que se condiciona la
imposición de la consecuencia jurídico penal, a otros requisitos que están fuera de la
conducta delictiva. Ejemplo: El hurto que un hijo realiza a su padre ¿Es punible?
En principio existe delito, pero la ley excluye la pena cuando existe ese grado de parentesco
por motivos ajenos a la comisión del delito. Este requisito del parentesco aparece como una
“excusa legal absolutoria”.
También existen otros elementos adicionales a la conducta, que se exigen para imponer una
sanción penal, como por ejemplo la efectiva muerte de un sujeto que se suicida para castigar
un comportamiento de lo que se denomina “el auxilio al suicidio”, lo que en definitiva se
denomina “condiciones objetivas de punibilidad”.

1.- Condiciones objetivas de punibilidad: Son circunstancias a las que el legislador


condiciona la imposición de penas, cuya realización es independiente de la voluntad del
autor. Condicionan la relevancia típica de la conducta, porque la ley las exige para imponer
la sanción penal, pero no afectan el desvalor de la conducta ni el desvalor del resultado. El
agente puede realizar toda la conducta típica y no ser castigado mientras falten esas
circunstancias. Como son independientes de la voluntad del autor, se habla de “condiciones
objetivas de punibilidad”, pues el dolo del agente no las abarca, incluso la doctrina agrega
que no son parte del tipo, ya que no son parte de la “conducta típica”. Se suele señalar como
ejemplo gestión preparatoria de notificación de protesto de cheque (y su respectiva
notificación), para configurar el delito de “giro doloso de cheques”, el cual se configura
cuando el agente no entera los fondos del cheque dentro de 3° día de la notificación del
protesto, por lo que la responsabilidad surge a partir de una conducta omisiva y no con la
sola notificación del protesto, aunque sea independiente de la conducta del agente.

2.- Excusas legales absolutorias:


Hay casos en los que se dan todos los elementos del delito y se afirma la responsabilidad
penal, pero no se impone la pena por motivos de necesidad o conveniencia. Las excusas son
causas contempladas en la ley que impiden la aplicación de una pena, que se relacionan con
la persona del agente. Se consideran como una clase de eximente de responsabilidad. Son
causas personales de exclusión de penal, requisitos que impiden su imposición. Estas causas
están vinculadas con el delito , por la calidad de los sujetos (víctima y victimario), y la clase
de delito que se trata, la ley considera que la aplicación de una pena sería mas perjudicial
que hacerlo.
El ejemplo clásico de una excusa legal absolutoria, es la señalada en el art. 489 del C.P.

Art. 489. Están exentos de responsabilidad criminal y sujetos únicamente a la civil por los
hurtos, defraudaciones o daños que recíprocamente se causaren:
1° Los parientes consanguíneos en toda la línea recta.
2° Los parientes consanguíneos hasta el segundo grado inclusive de la línea colateral.
3° Los parientes afines en toda la línea recta.
4° DEROGADO.
5° Los cónyuges.

Circunstancias modificatorias de Responsabilidad Penal.

Existen circunstancias que no son parte de los elementos del delito, pero que inciden o
influyen en él, ya sea porque aumentan la gravedad del injusto o del reproche o porque la
disminuyen. Estas circunstancias son elementos accidentales del delito, no necesarias para
que existan, pero que si afectan su graduación. Su concurrencia hacen que la sanción
establecida en la ley parezca insuficiente, o por el contrario excesiva, por lo que han de
considerarse al determinar la pena.

Circunstancias atenuantes de Responsabilidad Penal.

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Son circunstancias mas favorables o que hacen que el autor del delito merezca mayor
indulgencia, por lo que la ley considera, en caso de concurrir, dicha responsabilidad sea
disminuida.

Alfredo Etcheberry las clasifica en los siguientes grupos:

1.- Eximentes incompletas

2.- Relativas a los móviles del autor.

3.- Relativas a la personalidad del culpable.

4.- Relativas a la conducta posterior del agente.

También se ha distinguido por parte de la doctrina las denominadas circunstancias


objetivas y subjetivas, las cuales tienen relevancia en relación al alcance de cada una de
ellas, cuando intervengan varios sujetos.

El artículo 64 del C.P, señala al respecto: “Art. 64. Las circunstancias atenuantes o
agravantes que consistan en la disposición moral del delincuente, en sus relaciones
particulares con el ofendido o en otra causa personal, servirán para atenuar o agravar la
responsabilidad de sólo aquellos autores, cómplices o encubridores en quienes concurran.
Las que consistan en la ejecución material del hecho o en los medios empleados para
realizarlo, servirán para atenuar o agravar la responsabilidad únicamente de los que tuvieren
conocimiento de ellas antes o en el momento de la acción o de su cooperación para el delito”.

1.- Eximentes incompletas: Art. 11 número 1:” Art. 11. Son circunstancias atenuantes:
1a. Las expresadas en el artículo anterior, cuando no concurren todos los requisitos necesarios
para eximir de responsabilidad en sus respectivos casos”.
Para que se configure la atenuante, pueden faltar uno o más requisitos, pero nunca ha
de estar ausente el elemento esencial o base, como por ejemplo la agresión ilegítima en el
caso de la legítima defensa. También es importante señalar que no todas las eximentes
actúan como atenuantes. Hay algunas que no pueden graduarse, y que por tanto, no caben
como atenuantes. Asi por ejemplo la minoría de edad, por lo que si se tiene menos de 14
años, se es irresponsable penalmente y entre 14 y 18 años se aplica la ley de R.P.A.

2.- Relativas a los móviles del autor: Se refieren a circunstancias pasionales que afectan la
libertad del agente, sin privarla. Entre ellas encontramos:

a.- Provocación o amenaza previa del ofendido: (11 número 3): “3a. La de haber
precedido inmediatamente de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al
delito”.
Se considera provocación para estos efectos cualquier conducta o expresión del ofendido que
genere en el ofensor el ánimo de agredir, ira, provocar en términos de irritar, estimular a
alguien con palabras u obras a fin de que se enoje. Por su parte, la amenaza se considera
como un amedrentamiento psicológico por el anuncio de un mal futuro. No debe ser una
amenaza que genere un temor que impida otra actuación, pues sería miedo insuperable.
Tampoco es un amedrentamiento que cause miedo aunque no produzca tal impedimento,
porque si lo hace sería otra atenuante, por eximente incompleta. En este caso ha de ser una
amenaza o anuncio de un mal a modo de incitación. Para serlo debe provenir de la misma
víctima y generar ira o temor suficiente como para motivar la conducta delictiva del agente.
Su voluntad se presiona a través de esos ánimos subjetivos provocados, sin que su liberad
esté totalmente privada. Así, la proporcionalidad de la provocación y la amenaza con el delito
dice relación con la motivación del delito, al facilitar su realización.

b.- Vindicación próxima de una ofensa grave: (11 número 4):   “4a. La de haberse
ejecutado el hecho en vindicación próxima de una ofensa grave causada al autor, a su
cónyuge, o su conviviente, a sus parientes legítimos por consanguinidad o afinidad en toda la
línea recta y en la colateral hasta el segundo grado inclusive, a sus padres o hijos naturales o
ilegítimos reconocidos”.
El agente en este caso actúa en venganza de una ofensa grave contra él sus parientes
señalados en la norma legal. Para que se configure la atenuante la respuesta ha de ser
próxima y no remota. De otro lado la “ofensa grave” puede ser cualquier conducta que afecte

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cualquier bien jurídico penal, pero debe ser grave y ha de haberse dirigido al mismo autor del
delito o parientes ya señalados.

c.- Estímulos poderosos que provoquen arrebato u obcecación: (11 número 5): “5a. La
de obrar por estímulos tan poderosos que naturalmente hayan producido arrebato y
obcecación”.
Estímulo es cualquier elemento o agente que desencadena una reacción. La circunstancia
exige que sea lo suficientemente poderoso como para desencadenar naturalmente arrebato y
obcecación. El arrebato apunta la alteración en el control de los propios actos, que suele
referirse al dominio de los propios actos. No debe ser una pérdida total de control, pues se
estaría en el supuesto de privación de razón (locura temporal), que se vincula también con
una enajenación mental. Por eso aquí se agrega copulativamente la obcecación como
descontrol vinculado con la conciencia o reflexión, una ofuscación persistente, que tampoco
debe ser total. Ambos efectos aluden al dominio de sí mismo, aunque una se refiera a los
actos y la otra a la reflexión. Existe además otra diferencia en términos de alcance, al
arrebato se presenta repentinamente y es momentáneo, en cambio la obcecación, aunque
puede aparecer también súbitamente, es persistente, se mantiene.

d.- Celo de la justicia: (11 número 10): “10a. El haber obrado por celo de la justicia”.
El celo apunta a un cuidado, diligencia o esmero exagerado fundado en la realización de la
justicia.

3.- Relativas a la personalidad del culpable: Se considera en esta, principalmente la


contemplada en el art. 11 número 6 esto es la “Irreprochable conducta anterior del agente”,
lo cual choca con lo que se denomina “Derecho Penal de actos” y no de “Autor”. Esta
atenuante es muy criticada por la doctrina, pero a su vez desde un punto de vista práctico es
la más reclamada y reconocida, ya que ella se configura principalmente al recurrir al extracto
de filiación y antecedentes del sujeto, y si este no registra anotaciones, se le considera la
atenuante sin mas.

4.- Relativas a la conducta posterior del agente: Se trata de circunstancias que buscan
facilitar la persecución y comprobación del delito, motivando la cooperación del agente.-

a.- Reparar con celo el mal causado: (11 número 7): “7a. Si ha procurado con celo reparar
el mal causado o impedir sus ulteriores perniciosas consecuencias”.
Esta norma pretende contener la extensión de la perturbación provocada con el delito. Los
términos que a ley emplea suponen que se haya causado un mal. Se discute su aplicación e
los llamados “delitos de peligro”, pues aunque implican un mal, este no es palpable.
Esta atenuante contempla 2 hipótesis:

- Procurar con celo reparar el mal causado, que implica intentar diligentemente
remediar o enmendar el mal que se causó. No es necesario que se haya efectivamente
remediado, pero que sí se haya buscado con esmero y diligencia.
- Procurar con celo impedir las ulteriores y perniciosas consecuencias: Basta intentar
evitar consecuencias dañinas posteriores y no requiere lograrlo efectivamente, pero su
que se intente de manera diligente.

b.- Confesión del delito y colaboración en su esclarecimiento: (11 número 8 y 9):


8a. Si pudiendo eludir la acción de la justicia por medio de la fuga u ocultándose, se ha
denunciado y confesado el delito.
9a. Si se ha colaborado sustancialmente al esclarecimiento de los hechos.
Ambas apuntan a formas de colaboración con la justicia, fundadas principalmente en
razones de política criminal.

En el primer caso, el agente podía eludir la justicia ya sea fugándose u ocultándose, y en


esas condiciones denuncia el delito (auto denuncia), y confiesa su participación, siendo
ambas condiciones copulativas.

El segundo caso es más amplio, se trata de la colaboración sustancial al esclarecimiento de


los hechos, pudiendo ser cualquiera, mientras sirva para esclarecer los hechos, debiendo eso
si ser sustancial, lo cual dice relación con el aporte de medios de prueba importantes, con los
que no se contaba.

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CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE RESPONSABILIDAD PENAL.

Señaladas en el art. 12 el cual enumera 20 circunstancias, sin orden específico.

Alfredo Etcheberry también las clasifica en personales (números 5, 7, 8, 14 15 y 16),


materiales (2,3,6,9,10,11,12,13,17,18 y 19) y mixtas, si se refieren tanto a condiciones
personales o motivaciones del autor como a la ejecución misma del delito (1 y 4).

I.- Personales: (números 5, 7, 8, 14 15 y 16):

1.- Premeditación conocida o emplear astucia, fraude o disfraz (12 número 5):  “5a. En
los delitos contra las personas, obrar con premeditación conocida o emplear astucia, fraude o
disfraz”.
Contempla 2 grandes circunstancias y ambas se limitan a los delitos contra las personas. La
primera alude a la premeditación conocida, la cual se configura como una especial
meditación o reflexión previa que permite considerar diversos aspectos para lograr la efectiva
realización del delito. Para determinarla se han dado diversos criterios: cronológico,
psicológico, reflexivo e ideológico. El criterio cronológico desarrollado por los prácticos apunta
al transcurso de cierto lapso de tiempo entre el momento en que el agente toma la decisión
de realizar un delito y en que lo ejecuta. La resolución delictiva permanece en el tiempo.
Revela mayor gravedad.
Se entendió que esta permanencia no era suficiente para hablar de premeditación y aparece
el criterio psicológico según Carrara. Además del transcurso de cierto tiempo entre la
resolución delictiva y la comisión del delito, el autor debe tener “un ánimo frío y tranquilo”,
una frialdad al actuar. Un elemento adicional se incorpora para configurar esta agravante. El
criterio reflexivo precisa que, junto con el transcurso del tiempo y al ánimo frío y tranquilo,
es necesario que en ese lapso de tiempo el sujeto haya reflexionado sobre la comisión del
delito, que haya calculado su comisión, ideando un plan. Esta planificación revela mayor
odiosidad, pues busca facilitar la comisión del delito, esto es que la víctima tenga menor
posibilidad de defensa.
A señalar la norma que debe actuar con “premeditación conocida”, se refiere a que debe
acreditarse esta mayor reflexión durante ese tiempo y la tranquilidad y frialdad al actuar. De
este modo la premeditación no se presume, no es comunicable ni puede considerarse como
agravante en los tipos penales que la incluyan como el caso del homicidio calificado.
La segunda parte de la agravante esto es “emplear astucia, fraude o disfraz”, es una
circunstancia objetiva, siendo comunicable a los demás autores del hecho (art. 64 C.P.).
Esta circunstancia tiene que ver con el ocultamiento físico, formas de engaño a la víctima
como lo sería por ejemplo la astucia y fraude. Cualquier artificio o habilidad para esconder la
comisión del delito y engañar a la víctima. El disfraz es un engaño particular, cualquier
medio material que esconda la identidad del sujeto.

2.- Abuso de confianza: (12 número 7): “7a. Cometer el delito con abuso de confianza”.
Tiene una redacción objetiva, pero es una circunstancia personal y subjetiva. Alude a la
especial relación que existe entre agente y víctima. La víctima confía en el agente y éste
abusa de esa confianza para cometer el delito. La confianza suele considerarse en un doble
sentido, con relación a la fe depositada en una persona y respecto a las relaciones de familia
entre 2 personas, debiendo existir un vínculo entre víctima y victimario que implique esa fe.
El abuso por tanto está en quebrantar esa confianza, aprovecharse de ella para ejecutar el
delito. Para que sea agravante debe facilitar su ejecución.

3.- Carácter público del culpable: (12 número 8):  “8a. Prevalerse del carácter público que
tenga el Culpable”.
También es una circunstancia personal, distinguiéndose acá 2 requisitos:
1.- Que el autor tenga carácter público.
2.- Que se valga de él para cometer el delito.
Prevalerse implica aprovecharse, hacer uso en beneficio de algo, en este caso en la ejecución
de un delito. El aprovechamiento del carácter público aparece para lograr la realización del
delito fácilmente, para procurar su ejecución o su impunidad. Esta no se toma como
agravante si es parte del tipo, como en el caso de los delitos cometidos por funcionarios
públicos.

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4.- Reincidencia: (12 número 14, 15 y 16):   14a. Cometer el delito mientras cumple una
condena o después de haberla quebrantado y dentro del plazo en que puede ser castigado por
el quebrantamiento.
15a. Haber sido condenado el culpable anteriormente por delitos a que la ley señale igual o
mayor pena.
16a. Haber sido condenado el culpable anteriormente por delito de la misma especie”.

La reincidencia es una circunstancia personal, pues apunta a la relación del autor con la
ejecución del delito. Es reincidente quien vuelve a cometer un delito después de haber sido
condenado anteriormente por el mismo delito u otro (a diferencia de la reiteración, lo cual es
cometer varios delitos, sin que exista condena entre ellos).
La reincidencia puede ser de 3 tipos:

a.- Impropia: Cometer el delito mientras se cumple la condena o después de haberla


quebrantado y dentro del plazo en que puede ser castigado por dicho quebrantamiento.
Se le critica y es de poca aplicación práctica, ya que mas bien se aplica en este caso lo
señalado en el artículo 90 del C.P., por lo que su aplicación no procedería según lo dispuesto
en el art. 63 del C.P.

b.- Genérica: Es aquella señalada en el número 15 del art. 12, ya que se refiere a condenas
de delitos en general. Puede ser cualquier delito, siempre que sean 2 o mas, y que tengan
asignada igual o mayor pena al delito del cual se está juzgando.-

c.- Específica: Es aquella señalada en el número 16 del art. 12, ya que se refiere a condenas
de delitos de la misma especie. A diferencia de la anterior, requiere la comisión de un solo
delito.
¿Qué es un delito de la misma especie?
Según Labatut debe considerarse la naturaleza del bien jurídico penal protegido y el móvil del
autor. (ejemplos robos en lugar habitado- robo con violencia- homicidios, etc.)

CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE RESPONSABILIDAD PENAL.

Señaladas en el art. 12 el cual enumera 20 circunstancias, sin orden específico.

Alfredo Etcheberry también las clasifica en personales (números 5, 7, 8, 14 15 y 16),


materiales (2,3,6,9,10,11,12,13,17,18 y 19) y mixtas, si se refieren tanto a condiciones
personales o motivaciones del autor como a la ejecución misma del delito (1 y 4).

II.- Materiales: (números 2, 3, 6, 9, 10, 11, 12, 13, 17, 18 y 19):

1.- Cometerlo mediante precio, recompensa o promesa: (12 número 2):

2a. Cometerlo mediante precio, recompensa o promesa.

Esta circunstancia alude a los medios empleados, teniendo presente que el Código utiliza la
expresión “mediante”, de modo que esta circunstancia es objetiva, la cual se comunica a
todos los participantes, al referirse a medios, se aplica tanto al que encarga como al que
ejecuta o comete materialmente el delito.

Precio y recompensa son 2 formas de una misma idea: Obtener una retribución. El precio
supone una retribución económica y la recompensa puede incluir una retribución de otro
orden.

2.- Por medio de incendio, inundación veneno: (12 número 3):

“3a. Ejecutar el delito por medio de inundación, incendio, veneno u otro artificio que pueda
ocasionar grandes estragos o dañar a otras personas”.

También se refiere a los medios de comisión, por lo que se trata de una circunstancia
material u objetiva. En general se refiere al empleo de medios catastróficos, cualquier medio
que pueda ocasionar grandes estragos o dañar a otras personas. Llama la atención que en
este número se incluya el veneno. Se ha entendido que debe tratarse de un empleo
catastrófico de él. Hay que precisar que si estos medios son parte de un tipo o son inherentes
a él, no se consideran para agravar la pena según el art. 63 C.P.

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3.- Abusar el delincuente de la superioridad de sexo o fuerzas: (12 número 6):

6a. Abusar el delincuente de la superioridad de su sexo o de sus fuerzas, en términos que el


ofendido no pudiera defenderse con probabilidades de repeler la ofensa.

El abuso de la superioridad de fuerzas o sexo normalmente se da en la comisión de delitos,


por ello se critica su existencia como agravante, pues sería propia de todo delito. Para que
sea agravante es importante que se abuse en términos que la víctima no pueda defenderse
con probabilidades de repeler la ofensa, que su estado de indefensión sea mayor. La
circunstancia también podría criticarse porque si los abusos se buscan para la seguridad del
agente podría haber alevosía, siempre que exista ocultamiento, si se buscan para causar
mayores males habría ensañamiento. Además, aun valiéndose de esa superioridad para
aumentar el estado de indefensión de la víctima, es inherente a la comisión de varios delitos,
como por ejemplo la violación o robo, no habría que considerarla según el art. 63 C.P.. Esta
Circunstancia es objetiva, por lo cual se comunica (art. 64).

4.- Ignominia: (12 número 9): “9a. Emplear medios o hacer que concurran circunstancias
que añadan la ignominia a los efectos propios del hecho”.

La ignominia es la deshonra o vergüenza pública que se añade a los efectos del delito, que no
es necesaria para su consumación. Se suman males innecesarios en relación con la honra (se
habla de “ensañamiento moral”). A diferencia del ensañamiento, esta circunstancia se
describe sólo en términos objetivos, la ley habla de emplear medios o hacer que concurran
circunstancias que añadan la ignominia. No alude a alguna motivación especial. Esta
circunstancia no se considera en los delitos contra el honor (art. 63 C.P.).

5.- Cometerlo con ocasión de incendio, naufragio, sedición, etc. (12 número 10):

10a. Cometer el delito con ocasión de incendio, naufragio, sedición, tumulto o conmoción
popular u otra calamidad o desgracia.

Es distinta a la señalada en el artículo 12 número 3, en este caso se trata de cometer el delito


“con ocasión” de circunstancias catastróficas. El agente aprovecha de esas circunstancias
para la comisión de delito, pero no las crea. Es sólo la ocasión para la comisión del delito. Se
refiere a desgracias o catástrofes colectivas, que facilitan la ejecución de ilícitos penales,
como los robos y hurtos ocurridos aprovechando la destrucción y desolación por el terremoto
del 27 F. Ellas brindan la “oportunidad” para delinquir. Son circunstancias materiales por lo
que se comunican.

6- Cometerlo con auxilio de gente armada o personas que proporcionen impunidad. (12
número 11):
11a. Ejecutarlo con auxilio de gente armada o de personas que aseguren o proporcionen la
impunidad.

La circunstancia es valerse del auxilio de personas armadas o que aseguren o proporcionen


impunidad. Es una circunstancia objetiva, relativa a la forma de ejecución. El auxilio es
cooperación de cualquier clase, siempre que facilite la ejecución del delito o aseguren la
impunidad del agente. Se describen 2 hipótesis de auxilio: de gente armada o personas que
aseguren o proporcionen impunidad. Los términos que emplea el legislador determinan una
pluralidad de personas.

7.- Ejecutarlo de noche o despoblado. (12 número 12):


12a. Ejecutarlo de noche o en despoblado. El tribunal tomará o no en consideración esta
circunstancia, según la naturaleza y accidentes del delito.

Es una circunstancia objetiva o material de tiempo o lugar. Se consideran 2 alternativas: de


noche y despoblado. El agente ha de aprovechar esas circunstancias, esto es la oscuridad y
la soledad o aislamiento, para la comisión del delito, pues lo facilitan. Esta idea es básica
para configurar la agravante. Además el Juez está facultado para considerarlas o no según la
clase de delito, su naturaleza o accidentes.

8.- Ejecutarlo con desprecio u ofensa de la autoridad. (12 número 13):

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13a. Ejecutarlo en desprecio o con ofensa de la autoridad pública o en el lugar en que se halle
ejerciendo sus funciones.
Contempla 2 circunstancias objetivas: ejecutar el delito con ofensa o desprecio de la
autoridad pública o cometerlo en el lugar donde la autoridad pública se halle ejerciendo sus
funciones. Se añade al delito circunstancias ofensivas o que manifiestan valoraciones
negativas directamente a quien detenta la calidad de autoridad pública o el delito se lleva a
cabo en el lugar donde la autoridad se desempeña, que supone una ofensa. No se requiere de
un ánimo especial, sí que las conductas impliquen ofensas a la autoridad pública por ser
quien es, adicionales al delito. Estas circunstancias no se pueden considerar en los delitos
que conlleven ofensas a la autoridad.

9.- Cometer el delito en lugar destinado al ejercicio de un culto permitido en la


República. (12 número 17):
Esta circunstancia es objetiva, pues se refiere a un especial lugar de comisión, que añade
odiosidad a las características propias del delito de que se trata. Ha de ser de un lugar
destinado al ejercicio de un culto permitido en la República.
Siendo objetiva esta circunstancia, se comunica. La conducta se agrava con base en el
mayor desvalor que genera la falta de respeto hacia el ejercicio del culto permitido.

10.- Ofensa o desprecio del respeto que merece el ofendido, o en su morada o cuando él
no haya provocado el suceso. (12 número 18):
18a. Ejecutar el hecho con ofensa o desprecio del respeto que por la dignidad, autoridad, edad
o sexo mereciere el ofendido, o en su morada, cuando él no haya provocado el suceso.
Contempla 2 circunstancias materiales: cometer el delito con ofensa o desprecio del respeto
que merecen determinadas personas por su dignidad, autoridad, edad o sexo y cometer el
delito en la morada del ofendido a quien se debe respeto, siempre que él no lo haya
provocado. Se entiende que se trata del hogar domestico, donde mora la víctima y que ha de
ser diverso del que ocupa el autor.
11.- Fractura o escalamiento de lugar cerrado. (12 número 19):
19a. Ejecutarlo por medio de fractura o escalamiento de lugar cerrado.
La fractura y el escalamiento son circunstancias materiales que aluden al medio empelado.
Son alternativas, por lo que ambas por separado son agravantes. Fractura apunta al
rompimiento de un lugar cerrado. Normalmente se entiende que el ingreso que produzca tal
rompimiento puede ser por cualquier medio violento. La doctrina estima que ambos se han
de emplear antes o durante la comisión del delito. La ley los describe como medios de
comisión, por lo que no requiere que sea para entrar del lugar cerrado como en el caso del
delito de robo.
El escalamiento está definido en el artículo 440 número del C.P. (“1° Con escalamiento,
entendiéndose que lo hay cuando se entra por vía no destinada al efecto, por forado o con
rompimiento de pared o techos, o fractura de puertas o ventanas”).
Se discute por parte de la doctrina si la definición señalada se aplica en el caso de la
agravante o no. Echeberry y Cury entienden que su sentido no se limita al que contempla esa
norma y ha de tomarse como lo decía Pacheco: Saltar por encima de la pared o barrera que
oponga resistencia. Mientras que la fractura sí sería abrir por medios violentos, con
rompimiento o destrozo. Se ha de recordar que estas circunstancias no se consideran como
agravantes en el robo, pues el legislador ya lo hizo (art. 63 C.P.).

III.- Mixtas: (números 1 y 4):

1.- Alevosía (12 número 1):


Esta circunstancia procede solo en los delitos contra las personas. En este sentido algunos
autores entienden que debe aplicarse a todos aquellos delitos en los que existan daños a las
personas, que afectan bienes personales (robo o secuestro).
La ley define alevosía como obrar “a traición o sobre seguro”. Esta se caracteriza por formas
de ejecución ocultas. “A traición”, alude al ocultamiento de intenciones y “sobre seguro”, a un
ocultamiento físico, del agente o de los medios que empleara. Prevalerse de circunstancias
que le brindan seguridad es básico. A pesar de este ocultamiento, es una circunstancia
subjetiva, que se refiere a móviles del autor. Busca, a través del ocultamiento de las
intenciones o físico, la indefensión de la víctima para asegurarse el resultado de la conducta.
Implica un especial ánimo del agente, buscar circunstancias para prevalerse de una
situación de debilidad de la víctima y no solo aprovecharse de ella. Supone un ánimo frío y
tranquilo. Objetivamente se tienen que dar elementos que denoten la mayor indefensión de la

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víctima, el engaño en las intenciones, o el ocultamiento material. Es por ello que Etcheberry
considera que esta circunstancia tiene una naturaleza mixta, por lo tanto no se comunican.
2.- Ensañamiento(12 número 4):
Es el aumento deliberado del mal del delito casando otros males innecesarios para su
ejecución. Es una circunstancia objetiva porque requiere que efectivamente se causen mas
males que los necesarios para realizar el delito, y también subjetivas al exigir una especial
motivación del autor: el mayor mal innecesario que debe ser causado “deliberadamente”

IV.- Circunstancia agravante del art. 12 número 21: Motivaciones ideológicas (ley
Zamudio).

21ª. Cometer el delito o participar en él motivado por la ideología, opinión política, religión o
creencias de la víctima; la nación, raza, etnia o grupo social a que pertenezca; su sexo,
orientación sexual, identidad de género, edad, filiación, apariencia personal o la enfermedad o
discapacidad que padezca.

V.- Circunstancia mixta del art. 13 del C.P.:


Art. 13. Es circunstancia atenuante o agravante, según la naturaleza y accidentes del delito:
Ser el agraviado cónyuge, pariente legítimo por consanguidad o afinidad en toda la línea recta
y en la colateral hasta el segundo grado inclusive, padre o hijo natural o ilegítimo reconocido
del ofensor.
Esta circunstancia puede servir tanto para agravar o atenuar la responsabilidad del sujeto en
el ilícito.
Es una circunstancia mixta en cuanto a sus efectos respecto de la pena y no a su
comunicabilidad. Puede atenuar o agravar la pena según la naturaleza o accidentes del
delito. Siendo personal esta circunstancia no se comunica a los demás participes.
¿Cómo se determina su naturaleza agravante o atenuante?

Según Pacheco en los delitos contra las personas o donde se afectan bienes directamente
relacionados con ellas, agrava la responsabilidad. En los demás casos, se toma para atenuar
la responsabilidad como por ejemplo en los delitos contra la propiedad.

ITER CRIMINIS.
Corresponde al proceso de ejecución de ejecución del delito el cual reconoce distintas
etapas o fases, esto es desde la idea del delito hasta su agotamiento. En el estudio del
“camino del delito”, se determinará qué se sanciona, cuando y cómo.
Para lo anterior, en la comisión de un delito debemos distinguir 2 fases:
a.- Una interna, la cual va desde la ideación del ilícito hasta la resolución delictiva.
b.- Una externa, la cual comienza con la manifestación exterior de la voluntad criminal y
culmina con la ejecución total de la conducta punible, su consumación que puede llegar a su
agotamiento. El agotamiento es posterior a la consumación y tiene que ver con la
consecución de aquello que el agente se proponía con la realización del delito, si logró su
finalidad.
Este proceso (iter criminis), solo se puede dar en los delitos dolosos, pues ellos
implican conductas que se dirigen a la realización de tipos penales. Las penas contempladas
en la ley se establecen para la realización completa del supuesto de hecho descrito en la ley,
su consumación, siempre que se den todos los supuestos previstos en ella. Puede existir dolo
sin que la conducta descrita se complete. Se cumple el tipo subjetivo pero el objetivo no
totalmente. La ejecución puede interrumpirse, en este caso se habla de forma imperfectas de
realización del delito.

1.- Proposición y conspiración: (art. 8 C.P.)


La proposición es un modo de exteriorizar la voluntad criminosa, al ofrecer a otro realizar
una conducta punible, según el art. 8 del C.P., la proposición se verifica cuando el que ha
resuelto cometer un crimen o un simple delito, propone su ejecución a otra u otras personas.
En este caso no supone la aceptación de las otras personas.
La conspiración de acuerdo a la citada norma existe cuando dos o más personas se
conciertan para la ejecución del crimen o simple delito.
La regla general es que ambas no son punibles, salvo que la ley expresamente lo haga (delitos
terroristas).
Se debe señalar también de acuerdo al inciso final del art.8 C.P. que “Exime de toda pena
por la conspiración o proposición para cometer un crimen o un simple delito, el desistimiento de

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la ejecución de éstos antes de principiar a ponerlos por obra y de iniciarse procedimento
judicial contra el culpable, con tal que denuncie a la autoridad pública el plan y sus
circunstancias”.

2.- Actos preparatorios: Son aquellos que se realizan para llevar a efecto el delito, preparan
las vías del delito, pero no son actos de ejecución aún. La preparación del delito no se castiga
por regla general, ya que son previos a la ejecución del delito y no repercuten aún en el objeto
de la norma (ejemplo la compra de un cuchillo para cometer un homicidio).
Sin embargo, el legislador de todas formas castiga ciertos actos preparatorios, ya no como
tal, sino que como delitos propiamente tal ejemplo: 445 - 481 C.P.

3.- Tentativa y frustración: El artículo 7 del C.P., define lo que es tentativa al señalar que
Hay tentativa cuando el culpable da principio a la ejecución del crimen o simple delito por
hechos directos, pero faltan uno o más para su complemento.
También define la frustración al señalar que: Hay crimen o simple delito frustrado cuando el
delincuente pone de su parte todo lo necesario para que el crimen o simple delito se consume y
esto no se verifica por causas independientes de su voluntad.
A partir de estas definiciones, se distinguen elementos objetivos y subjetivos de la tentativa y
la frustración a pesar de ser formas imperfectas de ejecución de algún tipo penal al cual se
vinculan.
Para comprenderlas mejor se debe definir lo que es el delito consumado, el cual existe
“cuando se dan todos los elementos del tipo”.
El delito agotado existe no solo cuando se realiza el tipo, sino que como ya se señaló, cuando
el agente cumple el propósito de realizar el tipo.

Tipicidad en la frustración y la tentativa ¿Cuándo se castigan?


En el caso de la tentativa, deben realizarse hechos externos que supongan un principio de
ejecución de delito, el cual puede darse tanto en los delitos de mera actividad como en los de
resultado. Sin perjuicio de que existan actos externos, deben faltar uno o más para su
complemento.
Además del comienzo de la acción, ésta debe interrumpirse por causas ajenas o
independientes de la voluntad del agente (sin perjuicio de lo cual la ley no lo señala
expresamente).
En el caso de la frustración de un delito la conducta típica se realiza de forma completa, pero
no se consuma el tipo por falta de resultado (de ahí entonces que la frustración solo opere en
los delitos de resultado). La ley señala que el sujeto debe poner todo de su parte para que se
consume el delito, lo cual supone que al agente no le queda nada mas por hacer,
concurriendo por tanto un elemento negativo, esto es que el tipo no se consume “por causas
independientes a su voluntad”.
Es importante señalar que tanto para la tentativa como para la frustración se requiere la
concurrencia de dolo en orden a la consumación del ilícito ¿qué clase de dolo permite en
estos casos?
Para determinarlo, se ha desarrollado un criterio objetivo y subjetivo. El primero señala que
se debe considerar los hechos considerados desde el punto de vista de la descripción del tipo.
Un criterio subjetivo considera la representación del autor, esto es, si desde el punto de vista
de su representación la acción está o no completa suele rechazarse.

Desistimiento y arrepentimiento.
La diferencia entre ambos está en la magnitud de la conducta que debe realizar el agente
para conseguir la interrupción, detenerse o actuar de modo de impedir el resultado. Se
discute su naturaleza jurídica. Para algunos es una excusa legal absolutoria, por lo cual no
se penan por razones de política criminal, a pesar de que se realicen formas imperfectas del
art. 7 C.P. Otros entienden que son causas de atipicidad, ya que no se daría el tipo de
tentativa y frustración (en su caso es mas claro, ya que requiere que el resultado no se
produzca por causas independientes a su voluntad. Si se considera también necesaria para
la tentativa, sería también causal de atipicidad). Desde un punto de vista subjetivo es mas
evidente la atipicidad, ya que se caería por insuficiencia del dolo. Ambas circunstancias
requieren actuar voluntariamente y de modo eficaz.

Tentativa y frustración en el caso de faltas: Art. 9° Las faltas sólo se castigan cuando han
sido consumadas.
Exc. Art. 494 bis del C.P., que castiga el hurto falta (hurtos menores a media U.T.M.),
permite su castigo frustradas.

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Antijuridicidad del delito frustrado y la tentativa: ¿Porqué se castiga la conducta si no se
cumple el tipo? En principio sería atípica, pero se relaciona con el peligro que se provocó al
bien jurídico tutelado.
Par comprender en este caso la antijuridicidad, en especial de la tentativa, debemos
diferenciarla de los actos preparatorios. De ella surgen 2 teorías para responder a esta
interrogante:
Las teorías objetivas, quienes señalan que se debe mirar los fines del autor. Carrara defiende
lo que se denomina “postura pragmática”, al señalar que los actos preparatorios son
equívocos pues pueden conducir indistintamente al delito o a conductas inofensivas, en
cambios los actos de ejecución (tentativa), son unívocos, esto es, conducen a la comisión del
ilícito (crean en definitiva el peligro).
Las teorías subjetivas consideran los propósitos del autor para determinar si son actos
preparatorios o de ejecución.
De lo anterior se debe tener presente que los actos de ejecución se hacen en base a la
situación de peligro que generan, es por ello que no se castigan lo que se denomina la
“tentativa inidónea”, esto es, aquel acto de ejecución el cual carece de la aptitud suficiente
para poner en peligro el bien jurídico protegido (ya sea porque la conducta se dirige a un bien
jurídico inexistente o emplea medios no idóneos).

AUTORIA Y PARTICIPACION.

La autoría y la participación identifican a los sujetos que intervienen en la ejecución de


una conducta típica y antijurídica, ya sea porque realizan la conducta punible o porque
colaboran a su ejecución de algún modo relevante para el tipo penal. Por regla general los
delitos se realizan por una sola persona, pero también pueden existir varias, existiendo lo
que se denomina concurso de personas, lo que puede implicar varios autores o mas autores o
participes.

Excepcionalmente existen tipos que requieren varias personas para realizar la


conducta, siendo necesaria su presencia para que exista delito (delito de concurso necesario).
La concurrencia se da en la ejecución material del tipo, pero también puede ser una forma de
participación, siendo la regla general una concurrencia posible o eventual, que ocurre
cuando intervienen varias personas en la realización de un hecho típico como autor o
participe.

Desde el punto de vista general, se consideran participes de un delito todos quienes


intervienen en una conducta típica, sin distinción. Nuestra legislación contempla 3 formas de
participación, y por tanto de responsabilidad: los autores, los cómplices y los encubridores
(art. 14 del C.P.)

1.- Los autores: Desde el punto de vista estricto, es quien realiza o ejecuta el tipo
penal, esto es el que realiza la conducta descrita en la ley.

El art. 15 de Código Penal considera autores a las sgtes personas:

Art. 15. Se consideran autores:


1° Los que toman parte en la ejecución del hecho, sea de una manera inmediata y directa, sea
impidiendo o procurando impedir que se evite.
2° Los que fuerzan o inducen directamente a otro a ejecutarlo.
3° Los que, concertados para su ejecución, facilitan los medios con que se lleva a efecto el
hecho o lo presencian sin tomar parte inmediata en él.

La ley considera autores formas de participación que no tienen que ver con la
realización de hechos descritos por el tipo, esto es a inductores y cooperadores o cómplices
necesarios, siendo la principal consecuencia en este caso la aplicación de la misma pena
para todos, ya que se entiende que todos cometen el delito, sin embargo es necesario
determinar quien es autor en sentido estricto y quien es considerado como tal para efectos de
pena, ya que existen otras formas de participación que se castigan con menor pena como lo
es el cómplice o encubridor.

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Determinación de la calidad de autor: Existen diversas tesis para precisar quiénes son
autores de un delito.

La teoría causal señala que serían autores todos quienes pusieran una condición, esto
es una acción que se pudiera vincular causalmente con el resultado. No se distingue la clase
de autor, por lo cual solo se puede dar en los delitos de resultado material por acción,
excluyéndose por tanto los delitos de mera actividad y los delitos omisivos.

La teoría de la imputación objetiva que determina como autores a todos aquellos que
han creado un riesgo jurídicamente prohibido que se haya concretado en la afectación de la
norma. Esta tesis sirve para precisar al autor del injusto, que colabora con la noción estricta
de autor, pero que ha de pasar por la descripción del tipo y las reglas generales que él
permita.

La teoría “del dominio del hecho”, la cual señala como autor al sujeto que es el señor
de su acción, esto es aquel que conduce su acción hacia la realización del tipo. Se considera
la realización de hechos externos típicos y una finalidad dirigida a ellos. Actualmente esta
teoría ha precisado señalando que debe mirarse la posición que el agente ocupa del efectivo
dominio del hecho, siendo autores quienes pueden decidir sobre la consumación del delito,
quienes tienen en sus manos las “riendas”, de la conducción de la acción, por lo que a través
de esta teoría se puede considerar autores no solo al autor de propia mano, sino también a
quien ejecuta el delito utilizando a otro como instrumento (autor mediato) y al coautor, en
cuanto realiza una parte necesaria del hecho delictivo dentro del plan (dominio funcional del
hecho).

Clases de autores:

a.- autor material ejecutor o inmediato: Esta contemplado en el art. 15 número 1 del CP.,
el cual considera como autores a los que toman parte en la ejecución del hecho, sea de una
manera inmediata y directa, sea impidiendo o procurando impedir que se evite.
En este sentido solo la primera parte de la norma aludida se refiere en si al autor
material, esto es aquel toma parte en la ejecución del hecho de manera inmediata y directa.
El autor material es quien realiza materialmente los hechos descritos por el tipo, de
propia mano, siendo ellos los que cumplen los tipos penales, si son varios la ejecución se
divide entre ellos, compartiendo todos el dominio del hecho, lo comparten, se trata de la
conducción de la conducta en cuanto puede atribuírsele como suya desde la norma. La
conducta pertenece al agente, pues le puede ser imputada por la ejecución directa de hechos
típicos qe implican un riesgo prohibido realizado en el resultado. No se limita a una dirección
final hacia la ejecución del tipo, sino que también lo existe de tipos imprudentes y de
omisión.
Si existen varios autores materiales se aplica lo que se denomina “principio de
convergencia de voluntades”, esto es, todos aquellos que participan de un mismo hecho han
de tener conciencia de que es una obra común, que la conducta es una y todos toman parte
de ella. La voluntad de todos converge para la realización conjunta del hecho punible, existe
por tanto una voluntad común (en este caso solo se limita a los tipos dolosos).
La segunda parte de la norma considera autores a quienes toman parte en la ejecución
del hecho “impidiendo o procurando impedir que se evite”. En este caso los autores impiden
que el delito se frustre o procuran impedir que su comisión se evite.

b.- autor mediato: Esta contemplado en el art. 15 número 2 del CP.,


2° Los que fuerzan o inducen directamente a otro a ejecutarlo.
Se consideran autores mediatos los sujetos que no realizan directa o inmediatamente hechos
descritos por el tipo, pero se valen o sirven de otro para su ejecución.

Es fundamental la relación entre el autor mediato y el sujeto del que se sirve para la
realización del hecho típico. La imputación del hecho como suyo no radica en el ejecutor
material, o no solo en él, sino en el sujeto que se sirve de su conducta para realizarlo. Para
considerar como autor al sujeto de atrás (mediato), debe crear circunstancias o aprovechar
las que existan para realizar el hecho punible a través de otro. Esta relación ha de ser de tal
intensidad que sea suficiente como para invertir la posición que posibilite considerar el hecho
como “obra suya”.

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Fuerza: Supone una presión un estímulo muy poderoso que afecta la voluntad, anulándola o
limitándola según sea absoluta o compulsiva. En este caso se entiende que el legislador al
hablar de que “otro lo ejecuta”, sería éste quien actúa, y por tanto la presión no anule su
voluntad, tratándose de una fuerza compulsiva que debe ser suficiente como para superar o
doblegar la libertad como posibilidad concreta de decisión. El sujeto del que se sirve no se
considera autor, al menos no autor culpable.

Inducir: es nacer en otro la voluntad de delinquir. Para que el inductor se considere autor y
proceda el castigo es necesario que el ejecutor exteriorice su conducta, al menos en grado de
tentativa. Puede adoptar cualquier modalidad para lograr esa voluntad, ofreciendo premios u
otras formas de convencimiento. En estos casos el ejecutor conoce y debe responder
penalmente si se dan los demás elementos del delito, por lo tanto habría 2 autores (15
números 1 y 2).

Se ha entendido que para que exista autor inductor, debe haberse aprovechado del ejecutor y
para considerar al sujeto de atrás como autor debe haber creado condiciones para lograr la
conducta típica del autor o aprovechar las circunstancias con ese fin. En este caso solo cabe
la autoría mediata dolosa.

C. Coautoría: Esta contemplado en el art. 15 número 3 del CP.,

3° Los que, concertados para su ejecución, facilitan los medios con que se lleva a efecto el
hecho o lo presencian sin tomar parte inmediata en él.
Son coautores todos los sujetos que intervienen conjuntamente y concertados o con mutuo
acuerdo en la realización de un hecho punible. Todos comparten el dominio del hecho, siendo
fundamenta el concierto previo pues allí se dividen la conducta y se reparten roles y tareas.

En el caso del art. 15 número 3, se refiere a aquellos que facilitan los medios o simplemente
lo presencian sin tomar parte inmediata en él. Se ha señalado más bien que esta conducta de
cooperación corresponde a la conducta de un cómplice, sin embargo se ha sancionado como
autores por ese concierto previo que implica que debía contarse con ese aporte. La conducta
corresponde a lo que en doctrina se denomina “cooperación necesaria”.

La principal diferencia entre el autor del 15 número 3 y el cómplice está en el acuerdo previo,
rigiendo por tanto el principio de convergencia de voluntades.

2.- Participación:

No realizan pate alguna del hecho típico, solo coopera o colaboran con su materialización.
Ejecutan actos que no son parte de la conducta típica, pero están orientados a su ejecución
(como los actos de cooperación).

Se va a distinguir 2 tipos de participes: los cómplices y los encubridores.

a.- Cómplices: (art. 16 del C.P.): Art. 16. Son cómplices los que, no hallándose comprendidos
en el artículo anterior, cooperan a la ejecución del hecho por actos anteriores o simultáneos.
Es la forma mas clásica de participación, esto es la colaboración o cooperación con el hecho
típico ajeno, siendo fundamental que intervengan dolosamente en el hecho típico ajeno.

Los cómplices intervienen en el hecho injusto ajeno a través de actos de cooperación


anteriores o simultáneos, pudiendo ser esta cooperación de cualquier clase: material,
intelectual, etc.). Además, no deben ser actos que puedan considerarse como formas de
autoría del art. 15. La complicidad supone un concurso de voluntades, pero no un concierto
en donde se distribuyan roles, tareas, etc., ya que en ese caso estamos en lo que señala el
art. 15 número 3. Corresponden en este caso a lo que se denomina cooperadores no
necesarios, cuya sanción es aquella señalada en el art. 51 del CP. (UN GRADO MENOS).

b.- Encubridores: (art. 17 CP.): Art. 17 Son encubridores los que con conocimiento de la
perpetración de un crimen o de un simple delito o de los actos ejecutados para llevarlo a cabo,
sin haber tenido participación en él como autores ni como cómplices, intervienen, con
posterioridad a su ejecución, de alguno de los modos siguientes:

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Apunte numero 1 Segundo semestre 2016
1° Aprovechándose por sí mismos o facilitando a los delincuentes medios para que se
aprovechen de los efectos del crimen o simple delito.
2° Ocultando o inutilizando el cuerpo, los efectos o instrumentos del crimen o simple delito para
impedir su descubrimiento.
3° Albergando, ocultando o proporcionando la fuga del culpable.
4° Acogiendo, receptando o protegiendo habitualmente a los malhechores, sabiendo que lo son,
aun sin conocimiento de los crímenes o simples delitos determinados que hayan cometido, o
facilitándoles los medios de reunirse u ocultar sus armas o efectos, o suministrándoles auxilio
o noticias para que se guarden, precavan o salven.
Están exentos de las penas impuestas a los encubridores los que lo sean de su cónyuge o de
sus parientes legítimos por consanguinidad o afinidad en toda la línea recta y en la colateral
hasta el segundo grado inclusive, de sus padres o hijos naturales o ilegítimos reconocidos, con
sólo la excepción de los que se hallaren comprendidos en el número 1° de este artículo.

La norma legal citada es criticable ya que no implica realmente una forma de participación
que exija intervención en el hecho ajeno. No existe intervención para la materialización o
ejecución de este hecho, pues se actúa después. Se apoya esta crítica en que estos supuestos
afectan un bien distinto al de la conducta injusta encubierta, es decir a la administración de
justicia. Por ello que en otras legislaciones se les considera derechamente como un delito
independiente.

A partir de lo que señala el art. 17 del CP., el encubridor debe tener conocimiento de la
perpetración de un crimen o simple delito o de los actos realizados para llevarlo a cabo. Esta
segunda idea se explica frente a los casos de tentativa y frustración. Se debe señalar que no
existe encubrimiento en el caso de las faltas.

La intervención debe ser posterior a la realización del hecho punible ajeno.

Modalidades:

1.- Aprovechamiento: Es la primera forma, y se refiere a aprovecharse de los efectos del


crimen o simple delito o facilitando a los delincuentes medios para que ellos lo hagan. Tiene
que ver con la obtención de ventajas o beneficios y los efectos del crimen o simple delito
apunta a lo que se obtiene de ellos. Se trata de un favorecimiento económico.

2.- Favorecimiento: Se distingue un favorecimiento real y uno personal. El real se


contempla en el número 2 del art. 17 al señalar que “Ocultando o inutilizando el cuerpo, los
efectos o instrumentos del crimen o simple delito para impedir su descubrimiento”.
Tiene requisitos objetivos, esto es el ocultamiento o inutilizando el cuerpo del delito y uno
subjetivo esto es el fin debe estar dado para impedir el descubrimiento del ilícito.
El personal es aquel que se regula en los números 2 y 3 del art. 17 que señala que 3°
Albergando, ocultando o proporcionando la fuga del culpable. (Favorecimiento ocasional)
4° Acogiendo, receptando o protegiendo habitualmente a los malhechores, sabiendo que lo son,
aun sin conocimiento de los crímenes o simples delitos determinados que hayan cometido, o
facilitándoles los medios de reunirse u ocultar sus armas o efectos, o suministrándoles auxilio
o noticias para que se guarden, precavan o salven. (favorecimiento habitual).

Todos los encubridores se castigan con 2 grados menos que el autor de acuerdo a la norma
del art. 52 del CP., por regla general.

Excepción: inciso 2 y 3 del art. 52 CP.

Exceptúanse de esta regla los encubridores comprendidos en el número 3° del artículo 17, en
quienes concurra la circunstancia 1ª del mismo número, a los cuales se impondrá la pena de
inhabilitación especial perpetua, si el delincuente encubierto fuere condenado por crimen y la
de inhabilitación especial temporal en cualquiera de sus grados, si lo fuere por simple delito.

También se exceptúan los encubridores comprendidos en el número 4° del mismo artículo 17, a
quienes se aplicará la pena de presidio menor en cualquiera de sus grados.

PRINCIPIOS QUE RIGEN LA PARTICIPACIÓN:

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1.- Principio de exterioridad: Para que los participes sean sancionados es necesario que el
autor haya exteriorizado la conducta criminosa, aunque sea en grado de tentativa. Debe
existir al menos un principio de acción, no bastando con la realización del hecho típico, sino
que debe ser antijurídico. Si no hay afectación de la norma penal, no hay participación
penalmente relevante.
2.- Principio de accesoriedad: La punibilidad de los partícipes es accesoria a la del autor,
pues ellos intervienen en su hecho, no realizándolo pero si cooperando en su realización.
Para ser castigado es necesario que el autor realice una conducta punible. La discusión
radica en la clase de conducta que se exige al autor ¿Se requiere que realice una conducta
típica, un injusto o un delito?
La tesis de accesoriedad mínima señala que el autor realice a lo menos un hecho típico
La tesis de accesoriedad media supone que el autor ejecute un in justo, pues la participación
en un hecho permitido no puede ser relevante.
La tesis de accesoriedad máxima, exige que el autor realice un delito para sancionar a los
participes. En general el CP., no acoge esta tesis, ya que habla de hecho y no de delitos en los
art. 15 y 16., siendo la tesis mayoritaria la accesoriedad media.

3.- Principio de comunicabilidad: ¿Las calidades especiales del autor se comunican a los
participes o viceversa?.
De acuerdo al art. 64, se entiende que las calidades personales no se comunican, solo se
consideran en quienes concurren.
Sin embargo la norma legal citada se refiere a las circunstancias modificatorias de
responsabilidad penal.
La doctrina ha discutido el tema.

Novoa: Señala que las calidades personales siempre se comunican entre autores y
participes, siguiendo la teoría de comunicabilidad extrema. Estima que debe ser así ya que
un mismo hecho no puede ser calificado jurídicamente de distinta forma. (se comunica)

Etcheberry: Sigue la tesis de comunicabilidad relativa, distinguiendo entre delitos especiales


propios e impropios. Los propios son aquellos en que la calidad especial del agente funda el
injusto y no existe otro delito sin ella (ejemplo prevaricación del Juez o incesto). En cambio
en los impropios solo modifica la pena agravándola o calificándola, por lo que si falta la
calidad especial, existe otro delito, común: ejemplo parricidio- homicidio. (no se comunica)

CONCURSOS.

La distinción entre la realización de un solo delito o varios es fundamental a la hora de


establecer responsabilidad y aplicar penas. En este sentido se habla de unidad de delito
cuando se realiza por una vez una conducta típica que afecta el o los bienes tutelados,
independiente de que esté integrada por varios actos. Existe una sola lesión jurídica, que
normalmente implica afectación de un solo bien jurídico. Algunos delitos suponen la
afectación de otros como parte integrante del tipo. Hay que señalar también los denominados
delitos complejos, esto es se trata de 2 o más delitos diferentes que son punibles por
separado, pero que el legislador regula dentro de un mismo tipo penal, al establecer una
pena única, como por ejemplo robo con homicidio o con violación (433 C.P.)

Cuando hablamos de concurso de delitos, se está hablando de una pluralidad de tipos


penales sancionados cada uno con una pena. Un sujeto puede realizar varios hechos
separados, y cada uno puede configurar un tipo penal, o puede realizar un solo hecho que
constituya varios tipos. De lo anterior se distingue que existe un concurso material e ideal.

CONCURSO MATERIAL DE DELITOS: Existe cuando una misma persona realiza varios
hechos y cada uno constituye un delito distinto, no relacionados. No existe conexión entre
ellos y no debe haber mediado una condena. Son varios hechos que constituyen varios
delitos que se juzgan en un mismo proceso.

Este tipo de concurso está señalado en el art. 74 del Código Penal, al señalar que: “Al
culpable de dos o más delitos se le impondrán todas las penas correspondientes a las diversas
infracciones.

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El sentenciado cumplirá todas sus condenas simultáneamente, siendo posible. Cuando no lo
fuere, o si de ello hubiere de resultar ilusoria alguna de las penas, las sufrirá en orden
sucesivo, principiando por las más graves o sea las más altas en la escala respectiva, excepto
las de confinamiento, extrañamiento, relegación y destierro, las cuales se ejecutarán después
de haber cumplido cualquiera otra penas de las comprendidas en la escala gradual número 1.

CONCURSO IDEAL DE DELITOS: Existe cuando un sujeto realiza un hecho que configura
delitos diferentes. En general, la unidad de hecho implica un solo delito, pero
excepcionalmente puede existir una valoración múltiple. En este sentido cuando un solo
hecho genera varios delitos, se aplica la regla señalada en el art. 75 del C.P., la cual señala
que: La disposición del artículo anterior no es aplicable en el caso de que un solo hecho
constituya dos o más delitos, o cuando uno de ellos sea el medio necesario para cometer el
otro.
En estos casos sólo se impondrá la pena mayor asignada al delito más grave.
La norma citada incluye 2 hipótesis: la realización de un hecho que configura 2 o mas
delitos, (que seria un concurso ideal propiamente tal) y la ejecución de uno como medio para
cometer el otro ( lo que se denomina concurso real).

En ambos casos, tanto en el concurso ideal como real, se aplica la norma del art. 75, esto es
de concurrir, solo se impone la pena mayor asignada al delito mas grave. Esta regla más
benigna, en el caso en concreto puede no ser así, pero se explicaría por la necesidad que
existe entre los delitos cometidos, es decir no se puede realizar uno sin la existencia del otro.
Hecha aquella distinción, después se aplicarán las demás reglas que concurren para la
determinación de penas, como la consideración de atenuantes y agravantes.

CONCURSO APARENTE DE LEYES: Puede confundirse con el concurso ideal. El sujeto


realiza un hecho que permite la aplicación de varias disposiciones penales, varias de ellas
aparentemente son aplicables, pero el supuesto se rige en realidad por una sola de ellas. Hay
un solo delito. Se trata más bien de un problema de interpretación más que de un concurso
de delito, es por ello que se habla de concurso aparente de leyes. Varis leyes concurren, pero
una sola de ellas es aplicable, porque existe un solo delito. Las disposiciones aparentemente
aplicables se excluyen entre si.

Para solucionar el problema del concurso de leyes es básico examinar el objeto de la norma,
el bien protegido que se afecta. Si el bien es el mismo en los diversos delitos, no hay concurso
de delito, sino concurso de leyes, pero si existen diversos bienes jurídicos afectados, se habla
de concurso de delitos.

Para solucionar el tema se aplican los principios de especialidad (ley especial prima sobre la
general), y el de consunción (esto es se aplica la ley que al establecer la pena ya haya tomado
en cuenta la gravedad de otra conducta, esto es se debe aplicar la disposición que contemple
la infracción principal, que absorbe a las demás).

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