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EL ACTO JURIDICO

FRAUDULENTO
ANÁLISIS Y COMENTARIOS RESPECTO AL FRAUDE EN EL
ACTO JURIDICO Y LA ACCION PAULIANA

14 DE JULIO DE 2018
UNIVERSIDAD CATOLICA LOS ANGELES DE CHIMBOTE-FILIAL AYACUCHO

0
AÑO DEL DIALOGO Y LA RECONCILIACIÓN NACIONAL

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS


ESCUELA DE FORMACIÓN PROFESIONAL DE DERECHO
TRABAJO:

EL ACTO JURIDICO
FRAUDULENTO
CURSO

DERECHO ADMINISTRATIVO

INTEGRANTES:

AGUILAR OZEJO, MARIELA

DOCENTE:
WALTER SILVA MEDINA
CICLO:
II
AYACUCHO – PERÚ
2018

1
AGRADECIMIENTOS

A Dios, por la vida, por vivir todas estas experiencias.

Al Docente de la asignatura, por el apoyo constante


en mi formación profesional y brindarme sus
conocimientos, lo cual contribuye de manera
considerable al logro de mis objetivos.

2
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................5

CAPITULO I .....................................................................................................................6

EL ACTO JURÍDICO FRAUDULENTO ..........................................................................6

1.1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................6

1.2. ORIGEN HISTÓRICO DEL FRAUDE .....................................................6

1.3. CONCEPTOS RESPECTO AL FRAUDE .................................................7

1.4. AUTONOMÍA Y TIPICIDAD DEL ACTO JURÍDICO

FRAUDULENTO .........................................................................................................9

1.5. TRATAMIENTO SISTEMÁTICO.............................................................9

1.5.1. LA ACCIÓN PAULIANA .....................................................................10

1.5.1.1. ORIGEN HISTÓRICO ......................................................................11

1.5.1.2. EVOLUCIÓN DE LA ACCIÓN PAULIANA ..................................12

1.5.1.3. NATURALEZA JURÍDICA DE LA ACCIÓN PAULIANA ..........14

1.5.1.4. TITULARES DE LA ACCIÓN PAULIANA ...................................15

1.5.1.5. LOS ACTOS JURÍDICOS DONDE PROCEDE LA ACCIÓN

PAULIANA.............................................................................................................17

1.5.1.6. REQUISITOS DE LA ACCIÓN PAULIANA..................................18

1.5.1.6.1. EL PERJUICIO DEL ACREEDOR .................................................18

1.5.1.6.2. EL DESIGNIO FRAUDULENTO ....................................................22

1.6. LA VÍA PROCESAL .................................................................................25

1.7. LA PRUEBA DE FRAUDE .......................................................................25

3
1.8. LOS RESULTADOS DE LA ACCIÓN PAULIANA ..............................26

1.8.1. EL RESULTADO FRENTE A LOS ADQUIRENTES........................27

1.8.2. EL RESULTADO FRENTE A LOS SUBADQUIRENTES ................28

1.9. LA PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PAULIANA..............................30

CONCLUSIONES......................................................................................................31

BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................32

4
INTRODUCCIÓN

La palabra fraude viene de las locuciones latinas fraus, fraudes que significa
falsedad, engaño malicia que produce un daño, por lo que es indicativo de mala fe,
de conducta ilícita. El fraude puede ser a la ley o a los acreedores. El primero
consiste en eludir una norma del ordenamiento jurídico, y puede no originar daño a
nadie. Con el fraude a la ley se trata de obtener un resultado prohibido por la ley,
apoyándose en otra norma que no prohíbe ese resultado. En otras palabras es la
utilización indebida de una norma para evadir otra, lo que significa una desviación
del derecho objetivo.

En cambio, el fraude mediante el acto jurídico, o acto jurídico fraudulento, se da


cuando una persona enajena sus bienes a fin de protegerlos de la acción de los
acreedores. En esta caso la enajenación es real no es ficticia como sucede cuando
esta de por medio la simulación. Lo que busca el deudor es un estado de insolvencia
para no pagar su deuda.

El fraude se realiza mediante un acto jurídico real y verdadero cuyos efectos son
queridos por el fraudator. Consiste en la enajenación de bienes a titulo oneroso o
gratuito, que realiza quien es deudor para evitar que su acreedor pueda ejecutarlo
haciéndose pago con dichos bienes, o en la renuncia de derechos, o en la
constitución de garantías a favor de un acreedor en detrimento de otro u otros o
constituyéndolas por deudas ajenas teniendo deudas propias. Frente a tales actos,
en el Derecho Pretoriano se dio creación a la acción denominada pauliana, como
remedio a utilizarse por el acreedor.

5
CAPITULO I

EL ACTO JURÍDICO FRAUDULENTO

1.1. INTRODUCCIÓN

El vocablo fraude viene de las locuciones latinas fraus, fraudis, que significan
falsedad, engaño, malicia, abuso de confianza que produce un daño, por lo que es
indicativo de mala fe, de conducta ilícita. Este significado aplicado a las relaciones
jurídicas de naturaleza obligacional o crediticia, resulta indesligable de los actos de
disposición que realiza el deudor con los que se reduce a al insolvencia o, por lo
menos, opone dificultad para que su acreedor o acreedores puedan hacer efectivo
su derecho a ser pagados1.

1.2. ORIGEN HISTÓRICO DEL FRAUDE

La figura del fraude tiene su origen histórico en el derecho romano como resultado
de la evolución de la responsabilidad del deudor frente a su acreedor, pues aparece
cuando la responsabilidad comienza a dejar de ser personal para tornarse en
patrimonial, es decir desde que se sustituye la ejecución en la persona del deudor
por la ejecución en sus bienes2.

Como se sabe la responsabilidad derivada de las obligaciones evoluciono de la


responsabilidad personal a la responsabilidad estrictamente patrimonial siendo esta
el resultado de una progresiva y constante suavización de la condición del deudor,
que fue dejado de ser objeto de la ejecución con su incumplimiento. Esta evolución
determino también que la responsabilidad comenzara a difundirse y se pudiera
diferenciar civil que paso a ser solo responsabilidad patrimonial pues el deudor
debía responder con sus bienes como de la responsabilidad penal en la que el

1
TORRES VASQUEZ ANÌBAL/ 2001 / Pág. 573 – 605
2
LACRUZ BERDEJO "Nociones de Derecho Civil Patrimonial e Introducción al Derecho", última
Edición, Editorial Dykinson.

6
imputado o reo debía responder con su persona desde que se le podía imponer una
pena privativa de su libertad y, aun privarlo de la vida con la pena de muerte.

En el antiguo derecho romano era la persona del deudor la que respondía por sus
obligaciones y en su fase privativa su incumplimiento lo sometía a las penas
corporales más rudas pudiéndosele reducir a la condición de esclavo.
Posteriormente la legislación se fue paulatinamente suavizando llegando a su
momento culminante cuando en el año 326 a. c.se promulgo la lex poetelia que
abolió la esclavitud por deudas e introdujo la bonorum venditio, con la que la
ejecución por deudas se hizo patrimonial y el acreedor se hacía pago con la venta
de los bienes del deudor. De este modo la responsabilidad personal por deudas se
fue atenuando y dio lugar a la aparición de la etapa del derecho pretoriano de la
denominada acción pauliana 3.

El fenómeno de la recepción del derecho romano se produjo ya atenuada la


responsabilidad del deudor pese a lo que el código Napoleón previó la prisión del
deudor para casos específicos y la reguló con el nomen iuris del apremio personal.

Recién en la segunda mitad del siglo XIX la legislación de los países de civilización
occidental y cristiana hizo desaparecer este último vestigio de la responsabilidad
personal por deudas, al extremo que se elevó a la categoría de precepto
constitucional la prohibición de la prisión del deudor por el hecho de serlo.

En el Perú republicano también se proscribió la prisión por deudas alcanzando la


prohibición a dar contenido a un precepto constitucional. En la actualidad integra
el derecho a la libertad y seguridad personal como derecho fundamental de la
persona, aunque permite la prisión por mandato judicial ante el incumplimiento de
deberes alimentarios4.

1.3. CONCEPTOS RESPECTO AL FRAUDE

El fraude se origino con la evolución de la responsabilidad de los deudores cuando


esta torna de personal a patrimonial. De ahí que se ha imprescindible su

3
CAPILLA RONCERO "Introducción al Derecho Patrimonial Privado", Valencia-España 2001,
Editorial Tirant lo Blanch.
4
LASARTE ÁLVAREZ "Curso de Derecho Civil Patrimonial e Introducción al Derecho", última Edición,
Editorial Tecnos.

7
delimitación conceptual, pues por u origen es un fraus creditorium, un fraude los
derechos crediticios del acreedor, y es bajo este concepto como lo legisla la
codificación civil, incluido nuestro vigente código 5.

El vocablo fraude viene de la locuciones latinas fraus, fraudis, que significa


falsedad, engaño, malicia, abuso de confianza que produce un daño, por lo que es
indicativo de mala fe de conducta ilícita este significado aplicado a las relaciones
jurídicas de naturaleza obligacional o crediticia, resulta indesligable de los actos de
disposición que realiza el deudor con los que ese reduce la insolvencia o, por lo
menos, opone dificultad para su acreedor o acreedores pueden hacer efectivo su
derecho a ser pagados.

El concepto de fraude que estamos delimitando debe distinguirse del llamado fraude
a la ley, pues este consiste, como señala messineo en eludir una norma o sea, en la
violación del orden jurídico y puede no producir daño a nadie. Del fraude como lo
estamos delimitando esta dirigido a los acreedores e importa una lesión a un derecho
crediticio según el mismo messineo por fraude en este sentido debe entenderse un
malicioso y desleal daño obra en daño ajeno, en el cual debe apreciarse agravada la
figura de la mala fe en sentido objetivo. La figura del fraude se presenta, así, cuando
una persona enajena sus bienes a fin de sustraerlos a la ejecución de sus acreedores,
pero con una voluntad real, lo que distingue el acto jurídico fraudulento del acto
jurídico simulado.

El fraude se realiza mediante un acto jurídico real y verdadero cuyos efectos son
requeridos por el fraudator. Consiste en la enajenación de bienes, a titulo oneroso o
gratuito, que realiza un deudor para evitar que su acreedor pueda ejecutarlo y
hacerse pago con dichos bienes, o en la renuncia de derechos o en la constitución
de garantías a favor de un acreedor en detrimento de otro u otros o constituyéndolas
por deudas ajenas teniendo deudas propias. Frente a tales actos, en el derecho
pretoriano se dio creación a la acción denominada pauliana, como un remedio a
utilizarse por el acreedor.

El código civil pese al epígrafe del título VII de su libro II legisla sobre el fraude
pero sin adoptar noción alguna. El epígrafe a nuestro parecer es equivoco en cuanto

5
PEREZ VIVES, Teoría General.de las Obligaciones , Editorial Temis

8
se refiere al “fraude del acto jurídico” y por eso hemos preferido nominar este
capítulo como “el acto jurídico fraudulento”. El articulado de la materia lo dedica
al código civil a la regulación del ejercicio de la acción pauliana, de la que su
presupuesto en el fraus creditorum.

1.4. AUTONOMÍA Y TIPICIDAD DEL ACTO JURÍDICO


FRAUDULENTO

La delimitación conceptual de la figura del fraude nos lleva a concluir en la


autonomía y tipicidad del acto jurídico fraudulento o frauda torio, pues se trata de
un acto con un nomen iuris propio, sometido a un régimen legal y respecto al cual,
si bien el código civil no ha adoptado una noción, de sus artículos 195 y 196 se
infieren las notas características que le dan tipicidad. Se trata, como hemos visto,
de un acto real y verdadero cuyos efectos son requeridos por el fraudator, quien con
la finalidad de perjudicar al derecho de su acreedor a ser pagado dispone de sus
bienes, o la afecta o abdica derechos 6.

La autonomía y tipicidad del acto jurídico fraudulento permite distinguirlo del acto
simulado, pues la idea de fraude también implica la de engaño. El acto simulado,
como hemos visto, es un acto aparente en el que los simulantes no se engañan entre
sí, pues el engaño está dirigido a los terceros, por el contrario, el acto fraudulento
es un acto verdadero y realmente querido por el fraudator quien puede o no actuar
en concilio con el sujeto en cuyo favor dispone de sus bienes, no se trata de un
engaño a su acreedor o acreedores sino de un perjuicio a su derecho a ser pagados.

1.5. TRATAMIENTO SISTEMÁTICO

La misma delimitación conceptual de la figura del fraude y el hecho de que sea el


presupuesto para el ejercicio de la acción pauliana permite inferir que el rigor no es
un tema que constituya un tópico inherente a la teoría del acto jurídico sin embargo
el código civil manteniendo el tratamiento sistemático del de 1936, ubica el fraude
dentro del desarrollo legislativo de la teoría del acto jurídico y, al igual que el
derogado, regula el ejercicio de la acción pauliana. Nosotros creemos que el código
civil ha podido ser explicado en el desarrollo conceptual del fraude y legislar el

6
SALVAT, Raymundo M., "Del ejercicio de los acreedores de los derechos de los y acciones de su
deudor"

9
ejercicio de la acción pauliana como un “efecto” más de las obligaciones y ser
considerada con las acciones que enumera el artículo 1219 en cautela del derecho
fundamental de todo acreedor como es el derecho a ser pagado.

La figura del fraude en el código civil como lo hemos advertido, es simplemente


referencial, sin embargo, Manuel De La Puente y Susana Zusman, expresaron su
preferencia por mantener la ubicación de esta figura dentro del artículo del acto
jurídico discrepando con el sector de la doctrina que considera que debe legislarse
como acabamos de señalar en la consideración de que la acción pauliana se limitaba
a los actos jurídicos. Esta posición prevaleció al interior de la comisión reformadora
y fue posteriormente adoptada por la comisión revisora.

Planteada la cuestión relativa al tratamiento sistemático y con la advertencia de que


el código civil solo el fraude en el epígrafe más no en el articulado, vamos a
proceder a proceder a estudiar la acción pauliana, aunque comprendiendo aspectos
sustantivos en cuya virtud la figura del fraude mantiene su relevante connotación
jurídica7.

1.5.1. LA ACCIÓN PAULIANA

El planteamiento para el estudio de la acción pauliana es obviamente indesligable


de la figura del fraude, pues esta como fraus creditorium le irve de presupuesto. Si
bien el fraude todo lo vicia, fraus omnia viciatur, como se considera en el derecho
romano, el acto jurídico fraudulento es un acto valido y como tal, eficaz, tanto
respecto de las parte como de los terceros, pero inoponible a estos cuando son
acreedores del enajenante por cuanto pueden impugnarlo mediante la acción
pauliana8.

Pero había que advertir que, en principio, el acto de disposición o el acto abdicativo
es inoponible no a todos los acreedores sino únicamente a los que no tiene
garantizado su crédito por cualquiera de las garantías reconocidas en el derecho,
sea por una garantía personal, como es la fianza, con una garantía real, como es la
prenda, la anticresis o la hipoteca, constituidas sobre bienes de propiedad del deudor
o de terceros, estos acreedores, los que no tienen garantizados su crédito tienen que

7
SANCHEZ DE BUSTAMANTE, Miguel "Acción oblicua"
8
TORRES VASQUEZ, A. "Acto Jurídico", Lima – Perú, Segunda Edición 2001, Editorial Moreno S.A.

10
irse contra el patrimonio del deudor, pues su crédito solo está respaldado por los
bienes que conforman su patrimonio, y en disputa con los demás acreedores
comunes al no haber el deudor constituido garantías reales sobre bienes propios o
de otro. Mientras que el acreedor llamado preferente o privilegiado, por tener
garantizado su crédito con una prenda o una hipoteca, y, por ello asegurado el pago
ejecutando con derecho excluyente y persecutorio las garantías, el acreedor
quirografario o común, es decir, el que carece de garantías reales, esta al descubierto
y no tiene más posibilidad de obtener el pago que ejecutando al deudor n los bienes
que conforman su patrimonio. Es por esta razón que, en principio solo el acreedor
quirografico goza del derecho de impugnar mediante la acción pauliana los actos
que realice el deudor y que califique de fraudulentos, a fin de que tales actos queden
sin efecto. La acción pauliana viene a ser, así, un medio que la ley otorga a los
acreedores quirografarios para la constitución del patrimonio del deudor.

No 0bstante, en algunas circunstancias también los acreedores privilegiados pueden


hacer ejercicio de la acción pauliana, bien puede ocurrir por el producto de la venta
de los bienes gravados resulte insuficiente para cubrir el monto total de los créditos
específicamente garantizados, en cuyo caso los respectivos acreedores pueden
pretender ejecutar los demás bienes del deudor, de ahí, que el código civil no
distinga sobre la calidad de los acreedores quirografarios o privilegiados que
pueden interponer la acción contra el acto jurídico fraudulento 9.

El hecho de que la codificación civil tenga prevista la acción pauliana no significa


que quien sea deudor no goce, en principio, de plena libertad para disponer de sus
bienes, pero como ha escrito Boffi, si en esa disposición se configura un fraude,
entonces la ley pone en manos del acreedor en medio jurídico apto para impedirlo,
que es la acción sub examine. Poe eso, Messineo dice que esta acción opera como
salvaguarda del patrimonio del deudor y del derecho del acreedor

1.5.1.1.ORIGEN HISTÓRICO

La acción pauliana tiene su origen en el derecho romano y aparece como


remedio contra el fraus creditorium cuando la responsabilidad de los deudores
fue tornado solo patrimonial.

9
TORRES VASQUEZ, A. "Acto Jurídico", Lima – Perú, Segunda Edición 2001, Editorial Moreno S.A.

11
Si bien el origen es coincidente con el surgimiento de la responsabilidad
patrimonial no existe consenso en la doctrina para reconocerle la autoría al
pretor Paulus, de quien deriva su nomen iuris.

La acción fraudulenta fue el resultado de la unificación, llevada a cabo por


los compiladores justinianeos de algunos recursos o acciones existentes en el
antiguo derecho romano y que fueron tres: el interdictum fraudatorium, la
restitutio in integrum ob fraudem y la actio personalis in factum o ex
delicto. Sin embargo la más generalizada versión es la de la que la acción
fraudatoria recibió el nombre de pauliana en homenaje al pretor que la
instituyó como un remedio contra los actos de enajenación efectuados por el
deudor con el propósito de eludir el cumplimento de sus obligaciones 10.

1.5.1.2.EVOLUCIÓN DE LA ACCIÓN PAULIANA

La naturaleza jurídica de la acción pauliana como ya hemos podido apreciar


desde su origen en el derecho romano ha generado siempre opiniones
discordantes en cuanto a su naturaleza y caracteres. Su recepción en el
derecho moderno tampoco lo libró del debate doctrinario y la codificación
civil ha asumido diversas posiciones de todo lo cual vamos a ocuparnos a
continuación.

Según expone Boffi, basándose en los orígenes históricos la acción pauliana


que la vinculan al proceso de las ejecuciones en roma se estimo que la acción
es real, no obstante que los romanistas terminaron por inclinarse a
considerarla como una acción personal que nosotros en la clasificación que
trazamos preferimos denominarla creditoria. Para Castán Tobeñas, la mayoría
de los pandectistas antiguos y modernos, así como los civilistas, consideraron
siempre a la acción pauliana como creditoria fundándose: a) en que el digesto
está calificado explícitamente como actio in personam, b) en que dicha acción
se basa en una relación obligatoria y tiene como finalidad la revocación de
actos que pueden afectar no ha derechos reales sino personales, a los que
también hemos denominado creditorios en la clasificación que hemos trazado,
c)en que dicha acción no se puede ejercitar contra cualquier tercero por ser

10
TORRES VASQUEZ, A. "Acto Jurídico", Lima – Perú, Segunda Edición 2001, Editorial Moreno S.A.

12
poseedor, sino por estar obligado por complicidad fraudulenta o por ganancia
injusta, siendo por ello manifiesto en carácter personal (creditorio) de la
acción pauliana.

El mismo Boffi, circunscribiendo la cuestión de la naturaleza jurídica a la


actualidad, aunque en relación al código argentino, considera que la acción
pauliana es personal (creditoria). Por lo pronto expresa la acción no siempre
recae sobre cosa determinada pues a veces su objeto encierra elementos
incorporales, ni deriva de una prenda pues la expresión “prenda común” es
tomada como garantía genérica y no en el sentido de derecho real; nace de un
crédito y procura proteger la garantía común para preservar ese crédito. Si
fuese una acción reivindicatoria, por ejemplo, tendría que poner en
movimiento la acción oblicua para actuar, no a nombre propio, sino en
nombre de otro, y además, alcanzaría a los terceros, sin que ellos sea exacto
en todos los casos y cuando lo es deriva, de la participación del tercero en el
fraude.

Josserand, es concluyente considera que la acción pauliana entra en la


categoría de las acciones personales (creditorias) pues sin duda sus resultados
pueden repercutir sobre los terceros, los adquirientes o los su adquirientes y
por tal razón se pensó ver a ella una acción real, pero como quien la ejerce es,
por hipótesis, un acreedor, la acción está provista de un derecho personal
(creditorio), máxime que no puede concebirse que un derecho de crédito sea
sancionado por una acción real.

En conclusión la acción pauliana es creditoria, ya que de ser real el acreedor


tendría que tener un derecho específico sobre un bien, que sería el que lo
legitima para accionar. El acreedor acciona en virtud de una relación
obligacional que ha dado lugar a la constitución del crédito, por lo que la
acción que se deriva es de carácter creditorio. Y no está además señalar que
este es el carácter que le ha dado nuestra codificación civil, tanto la de 1936
y la actual11.

11
BARANDIARAN, J. L. "Acto Jurídico", Lima – Perú, Seguna Edición 1997, Editorial Gaceta Jurídica
S.R.L.

13
Pero esclarecida la naturaleza creditoria de la acción pauliana es
imprescindible ahora determinar su naturaleza específica, esto es genuino, y
auténtico carácter. Castán Tobeñas, citando a de Castro, resume la naturaleza
específica de la acción pauliana en tres fórmulas: 1) la acción revocatoria es
una acción dirigida a obtener una indemnización de daños y perjuicios, 2) es
una acción de nulidad: su fin es anular el acto frente a terceros y las partes
frente a todos; y 3) es una acción rescisoria: el acto revocable no se considera
eficaz respecto de las personas amparadas por la acción pauliana. Citando
también a Colin y Capitant, el tratadista español hace notar que la acción
pauliana es una acción modelada por los siglos con el propósito de defender
los derechos de los acreedores, respetando al mismo tiempo los intereses de
los terceros de buena fe y que por esa razón ofrece rasgos característicos que
le da una fisionomía especial, no siendo ni una acción de nulidad ni una acción
pura y simple para la reparación del perjuicio, pero tiene algo de la una y de
la otra12.

Interesa, entonces, esclarecer con relación a la naturaleza jurídica de la acción


pauliana, i es una acción revocatoria y también de nulidad, como la considero
nuestro código civil de 1936, o es una acción de ineficacia, como la considera
nuestro código civil en vigencia.

1.5.1.3.NATURALEZA JURÍDICA DE LA ACCIÓN PAULIANA

Al ocuparnos de u origen, evolución y naturaleza jurídica y tal como lo


veremos a continuación, la acción ´pauliana es una acción creditoria por los
fundamentos que hemos expuesto para preferir esta denominación a la de
acción personal. Es también una acción de ineficacia esto es, su finalidad es
que se declare sin efecto el acto jurídico que el acreedor que la incoa califica
de fraudulento, con un carácter individual, en cuanto solo favorece al acreedor
que insta, como acabamos de ponerlo en relevancia, lo cual nos exime de un
mayor desarrollo 13.

12
BARANDIARAN, J. L. "Acto Jurídico", Lima – Perú, Seguna Edición 1997, Editorial Gaceta Jurídica
S.R.L.
13
GONZALO MEZA, M. "El Negocio Jurídico", Lima – Perú , Primera Edición 2003, Editorial Alegre
E.I.R.L.

14
1.5.1.4.TITULARES DE LA ACCIÓN PAULIANA

Los titulares de la acción pauliana son los acreedores legítimamente


constituidos y que, por ello, tiene, un interés directo sobre el patrimonio de
su deudor, aun cuando su crédito esté sujeto a condición o a plazo. Así lo
establece el art. 195: “el acreedor aunque el crédito esté sujeto a condición o
a plazo puede pedir que se declaren ineficaces respecto de él”, la norma fue
tomada del proyecto de la comisión reformadora.

Como puede apreciarse, los acreedores que tienen un crédito no solventado


están legitimados para ejercitar la acción paulina.

Puede tratarse de un acreedor cuyo crédito este sometido a condición


suspensiva o a condición resolutoria, no solo porque lo franquea el art. 195,
sino también porque la acción paulina puede devenir en uno de los actos
conservatorios a que se refiere el art. 173, aunque en tal caso por la
contingencia inherente al crédito sub creditorium el accidente puede quedar
expuesto a la obligación de indemnizar daños y perjuicios. El reconocimiento
de este derecho al acreedor condicional no tiene antecedente en el código civil
de 1936 que nada dijo al respecto, sin embargo, Olaechea, señaló que el
derecho de practicar la acción pauliana correspondía a todos los acreedores,
fueran comunes o privilegiados, inclusive a los acreedores a plazo mas no a
los condicionales, esta posición también fue adoptada por León Barandiarán,
que calificó de idóneo el crédito condicional para la interposición de la acción
pauliana14.

La propuesta de otorgare la acción pauliana a los acreedores condicionales,


finalmente plasmada en el art. 195, fue explicada por Manuel de la Puente y
Susana Zusman en el sentido de que al permitirse el ejercicio de la acción
pauliana al acreedor condicional, se entiende, desde luego, que se está
haciendo referencia a la condición suspensiva, pues en el caso de la condición
resolutoria la situación del acreedor es la misma que la de un acreedor puro

14
GONZALO MEZA, M. "El Negocio Jurídico", Lima – Perú , Primera Edición 2003, Editorial Alegre
E.I.R.L.

15
y simple ya que el crédito puede ser exigido mientras no se cumpla esta
condición.

Puede tratarse también de un acreedor cuyo crédito esté sometido a un plazo,


ya que también no solo la franquea el art. 195 sino porque la acción pauliana
es una acción conducente a la cautela de su derecho, conforme al art. 178 y
sin quedar expuesto a la indemnización de daños y perjuicios por que el plazo
es un hecho de necesaria realización y por que el acreedor puede plantear la
caducidad del plazo en los casos previstos en el art. 181. La naturaleza del
plazo es la que hace incuestionable el reconocimiento de este derecho, pues
el crédito no está sujeto a ninguna eventualidad, sino tan solo tiene diferida
su exigibilidad y por eso su titular tiene expedito el ejercicio de la acción
pauliana.

Al franquear el código civil a la acción pauliana a los acreedores cuyos


créditos están sometidos a condición o a plazo h adoptado el criterio
evolucionado en el sentido de que el crédito no tiene que ser necesariamente
exigible. En la doctrina tradicional para que un acreedor pudiera incoar la
acción pauliana su crédito debía ser exigible pues como lo explica Josserand,
para interponer la acción pauliana era preciso que el demandante tuviera un
crédito liquido y exigible pues un acreedor a término o condicional no podía
ser admitido a criticar los actos realizados por su deudor, no obstante, sin
duda, los actos conservatorios lo eran permitidos pero sin que el ejercicio de
la acción pauliana pudiera ser incluida en esa categoría de actos 15.

Aun cuando el art. 195 no lo explica pero partiendo del criterio de la


interpretación según la cual no se debe distinguir donde la ley no distingue,
creemos que los titulares de la acción pueden ser no solo los acreedores
quirografarios o comunes sino también los privilegiados, cuando la garantía
constituida por el deudor no es suficiente para cubrir el monto del crédito o

15
VIDAL RAMIREZ, F."El Acto Jurídico", Lima – Perú, Cuarta Edición 1999, Editorial Gaceta Jurídica
S.R.L.

16
cuando ejecutaba la garantía, el resultado de la ejecución no solventa la
totalidad de la deuda 16.

La acción pauliana, por lo que queda expuesto, pertenece individualmente a


cada uno de los acreedores del fraudator. Como expresa Josserand, la acción
ha ido perdiendo el carácter de medida colectiva que le dio el derecho romano
tornándose, en el derecho moderno, de carácter individual.

En la doctrina italiana contemporánea que es el inspirado del art. 195 la acción


pauliana se ha individualizado aun más. Según advierte messineo la acción
pauliana es una acción individual que se resuelve en beneficio del acreedor
que insta, no de los otros acreedores ni del deudor de ahí que el primer párrafo
del art. 195- tomado del art. 2901 del código civil italiano precise que el
acreedor que promueve la acción es para la ineficacia de los actos
fraudatorios “respecto de él” , o sea, respecto del acreedor que promovió la
acción. No obstante, nada impide otros acreedores puedan incoar la acción y
hasta pueda produciré la acumulación si se dan los requisitos exigidos por el
código procesal civil.

1.5.1.5.LOS ACTOS JURÍDICOS DONDE PROCEDE LA ACCIÓN


PAULIANA

Los actos jurídicos, que son tales, pues tienen total valides y surten sus efectos
contra los cuales procede la acción pauliana están genéricamente
considerados por el código civil, pues se refiere a ellos como actos de
renuncia de derechos, como actos de disposición gratuita u onerosa y como
actos constitutivos de garantía.

A los actos de renuncia de derecho se refiere el artículo 195que como ya


hemos advertido fue tomada del proyecto de la comisión reformadora. ´´El
acreedor, aunque el crédito este sujeto a condición o a plazo pueden pedir que
se declaren ineficaces respecto de él los actos gratuitos del deudor por lo que
renuncie a derecho..”

16
VIDAL RAMIREZ, F."El Acto Jurídico", Lima – Perú, Cuarta Edición 1999, Editorial Gaceta Jurídica
S.R.L.

17
Los actos gratuitos son susceptible del remedio pauliano porque producen un
empobrecimiento, como es el caso de la donación (art. 1621), también la
condonación de obligaciones y la constitución de renta vitalicia, entre, otros.

El art. 195 se refiere a ellos como los actos gratuitos como los que el deudor
“disminuya su patrimonio y perjudiquen el cobro del crédito”, bastándole al
acreedor que insta la demostración de la gratuidad, pues conforme al aforismo
romano non debet lucrari ex alieno danmo, no debe lucrarse en daño ajeno, el
órgano jurisdiccional tiene que sacrificar el lucro del adquiriente para evitar
el daño al acreedor.

Los actos onerosos también pueden dar lugar al ejercicio de la acción pauliana
cuando comportan un daño al acreedor y el adquiriente tiene conocimiento de
ese daño o adquiere en connivencia con el fraudator para perjudicar al
acreedor. El art. 195 así lo establece pero preceptúa además que deben ocurrir
los requisitos que precisa en sus incisos 1 y 2 de los que nos ocuparemos más
adelante.

1.5.1.6.REQUISITOS DE LA ACCIÓN PAULIANA

La doctrina tradicionalmente ha exigió y sigue exigiendo dos requisitos para


el ejercicio de la acción pauliana: el perjuicio al creedor y el designio
fraudulento. Joserand ha escrito que las condiciones requeridas para el
ejercicio y el éxito de la acción pauliana gravitan en derredor de esas dos
nociones esenciales y tradicionales, agregando y es indispensable que
presente con respecto a el un carácter fraudulento, esto es, que haya sido
realizado en fraude de sus derechos17.

1.5.1.6.1. EL PERJUICIO DEL ACREEDOR

El perjuicio al acreedor esto es el eventus damni, es un requisito objetivo, un


acto jurídico de disposición se considera perjudicial a los acreedores, según
indica josserand, cuando determina su insolvencia y que mientras el deudor
sea solvente, y lo es en tanto sus bienes embargables sean suficientes para
responder frente a los acreedores, estos no están legitimados para actuar

17
SANTOS CIFUENTES "Negocio Jurídico", Buenos Aires – Argentina, Primera Edición 1986,
Editorial Astrea

18
interfiriendo en los actos de disposición que realice, salvo que con tales actos
se produzca una disminución patrimonial que afecte su solvencia y se
presente el eventus damni que como hemos indicado es el requisito que
legitima a los acreedores a ejercitar la acción pauliana. Según barbero, el
eventus damni es un presupuesto de la acción pauliana porque el acreedor,
después del acto de disposición ya no encuentra en el patrimonio del deudor
los medios suficientes para satisfacerse 18.

El articulo 195 ha establecido el requisito del eventus damni en cuanto lo


precisa como los actos al deudor por los que renuncie a derechos o con los
que dismunuya su patrimonio conocido y perjudiquen el cobro del crédito.
Como hemos ya indicado, el acotado articulo 195 se inspiro en el articulo
2901 del código civil italiano y, al no registrar antecedentes en el código civil
de 1936, se aleja del dato objetivo de la insolvencia del deudor que ese código
utilizo, sustituyéndolo por un concepto mas genérico, como es el de que
“perjudiquen el cobro del crédito” que es el eventus damni del derecho
romano. De esta manera, no solamente la insolvencia del deudor es causal
para la procedencia de la acción pauliana sino que se incluyen determinados
actos que sin colocar al deudor en estado de insolvencia, perjudican al
acreedor al poner en peligro la efectividad de su crédito del decrecimiento del
patrimonio del deudor. Por ello en relación con el articulo 195 cuando estaba
proyectado. León barandiaran advirtió que hablaba de perjuicio ocasionado
al acreedor, y no de insolvencia como lo hacían los artículos 1098 y 1099 del
código de 1936.

El código civil ha abandonado pues el criterio de la insolvencia para la


configuración de fraus creditorum y como requisito de la acción pauliana
optando tan solo por el requisito del perjuicio del acreedor aun cuando en la
mayoría de las veces el remedio pauliano tiene su razón de ser en la
insolvencia del deudor, en cuanto ella significa que el acreedor no puede
obtener el pago integro de su crédito. Pero puede haber perjuicio contra el
acreedor, realizando con fraude, sin que el represente insolvencia en términos
absolutos siendo justo en este caso someter el acto perjudicial al remedio

18
FLINT BLANK, Pinkas "Derecho Concursal", Lima – Perú, Primera Edición 2000, Editorial Gaceta
Jurídica S.R.L.

19
pauliano, por cuanto aquel, de todos modos, viene a afectar
desfavorablemente al acreedor.

El criterio adaptado es entonces de una mayor amplitud y abarca en todo caso


a la insolvencia pues reducirse a este estado es una manera de perjudicar al
acreedor. Además hay diversas modalidades como se puede causar perjuicio
al derecho del acreedor y de tales actos ya nos hemos ocupado.

El mismo criterio adoptado no debe llevar a la interpretación de que la acción


pauliana puede ejercitarse con mayor razón cuanto se trata de actos de
disposición gratuita con solo el requisito del eventus damni, fundándose la
interpretación en el aforismo romano non debet lucrari ex alieno damno y el
criterio de que debe sacrificarse el lucro para evitar el daño. Lo que si debe
quedar en evidencia es la existencia de una imprescindible relación de
causalidad entre el acto de disposición practicado por el deudor y el perjuicio
sufrido por el acreedor, por lo que la acción pauliana procede si es que al
momento de ejercitarse el deudor no ha repuesto su patrimonio.

El requisito del eventus damni es suficiente para la interpretación de la acción


pauliana cuando el acto de disposición es a titulo gratuito. Pero tratándose de
los actos de disposición onerosa es imprescindible adicionar y hacer concurrir
el requisito del designio fraudulento.

Ahora bien para que exista el perjuicio al acreedor es obvio que debe existir
en crédito que es el derecho del acreedor que la ley tutela mediante el remedio
pauliano. Tradicionalmente se consideraba que el crédito debía ser
preexistente a la fecha que el fraudator realizaba el acto de disposición.

La doctrina justificaba este requisito en razón de que siendo el fundamento


de la acción pauliana el derecho a ejecutar al deudor en los bienes que
conforman su patrimonio y sobre los cuales recaía la prenda general a favor
de los acreedores los bienes dispuestos con anterioridad a la constitución del
crédito no integraban la prenda general y en consecuencia tal disposición no
podía causar perjuicio a los acreedores asi joserand, al considerar las
condiciones requeridas para el acreedor demandante con acción pauliana,
señala que es preciso que el criterio del demandante haya preexistido al acto

20
atacado sin lo cual no se puede decir que este haya causado un perjuicio al
querellante, si ha habido fraude, solo lo han sufrido los que eran ya acreedores
en el momento en que fue sometido.

La existencia del crédito así considerada, requería de fecha cierta para que se
pudiera considerar determinar la procedencia de la acción pauliana, pues era
su elemento probatorio. El articulo 1102 del código civil de 1936 acogió el
requisito de la preexistencia del crédito precisando que “solo los acreedores
cuyos créditos sean de fecha anterior al acto impugnado, podrán ejercitar la
acción revocatoria”. Olaechea, su ponente así lo dejo de manifiesto al señalar
que se “otorga el ejercicio de la acción pauliana, siempre que su titulo sea de
fecha anterior al acto impugnatorio”. León barandiaran confirmo que en
efecto el articulo 1002 solo exigía para que la acción prosperara que enmarca
de acreedor por crédito anterior al acto fraudatorio y que tal anterioridad había
de de demostrarse por el demandante de la acción. Pero, citando a Colin y
Capitant, advirtió que el acto de enajenación aunque fuera anterior al crédito,
podía ser impugnado si había sido realizado precisamente en atención al
crédito futuro, y a fin de privar por adelantado al futuro acreedor de las
garantías con que hubiera podido contar, por lo que en este caso no podía
decirse que el acreedor no sufría con el acto de disposición y que el motivo
que hacia excluir a los acreedores posteriores no se justificaba y por lo tanto
no debía subsistir esta exclusión.

El código civil ha seguido las ideas del maestro y así resulta el articulo 195
cuando es su inciso 1 se refiere a los créditos anteriores a los actos
fraudatorios y en el inciso 2, actos fraudatorios anteriores al nacimiento del
crédito. Además como lo hemos ya advertido, la norma esta tomada del
articulo 2901 del código civil italiano respecto al cual Messineo considera
que de ordinario es necesaria la anterioridad del crédito, respecto al acto de
disposición porque antes de aquel tiempo el acreedor no era tal y el deudor
no podía proponerse perjudicarlo o tener conciencia de ello, que por otra parte
el acreedor no tiene interés en la declaración de ineficacia porque no tiene
derecho a contar sobre los bienes que no formaban ya parte del patrimonio de
deudor en el acto en que el derecho del crédito nació, pero que sin embargo
si el acto de disposición aunque anterior al nacimiento del crédito, hubiese

21
sido pre ordenado dolosamente por el deudor con la finalidad de perjudicar la
satisfacción de los derechos del acreedor ese acto esta sujeto a la declaración
de ineficacia, así como también que por igual motivo esta protegido por la
declaración de ineficacia el crédito nacido simultáneamente al acto de
disposición fraudulenta cuando pueda comprobarse, en ella la dolosa
preordenacion.

Con la adopción de la norma del artículo 195, el código civil ha quedado


definitivamente delegado del requisito de la preexistencia del crédito. De este
modo aun cuando el acreedor al concertar su crédito, debía conocer la
conformación del patrimonio de su deudor, no puede dejar de considerarse la
factibilidad de que los actos anteriores hayan sido verificados precisamente
con el fin de defraudarlo. Por esta razón es que el código civil ha eliminado
el requisito de la preexistencia del crédito y posibilita el ejercicio de la acción
pauliana por actos fraudatorios anteriores, simultáneos o posteriores a los de
la concertación del crédito.

El conclusión lo que requiere el acreedor para accionar con el remedio


pauliano es alegar el perjuicio que le irroga el acto del deudor que califica de
fraudulento si el adquiere ha actuado con conocimiento del fraude en
convivencia con su deudor para defraudarlos y si el acto fraudulento lo ha
sido a titulo gratuito solo debe probar su condición de acreedor y el perjuicio
que le causa la disposición gratuita.

1.5.1.6.2. EL DESIGNIO FRAUDULENTO

El designio fraudulento es un estado subjetivo que conduce al deudor a


celebrar actos fraudatorios con la finalidad de perjudicar a sus acreedores y el
código civil lo ha previsto como un requisito adicional para el ejercicio de la
acción pauliana para atacar a los actos de disposición onerosa 19.

Consiste el designio fraudulento en la intención del deudor de causar perjuicio


a su acreedor o acreedores y el conocimiento del perjuicio por el adquiriente
de los bienes, quien actúa en conscius fraudis, o en el actuar del acreedor, a

19
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo "El Negocio Jurídico" Primera Edición 1986, Librería
Studium Editores.

22
quien le alcanza también la acción pauliana por actuar en concilium fraudis.
Este requisito no fue considerado en el código civil de 1936 y por eso hemos
señalado que el artículo 195 no registra antecedentes en el código derogado,
siendo su fuente como lo hemos tantas veces indicado, el artículo 2091 del
código civil italiano.

La doctrina ve en este requisito anímico del deudor que lo motiva a perjudicar


a su acreedor, deviniendo el fraudator. Con relación al adquirente o
adquirentes de los bienes, la misma doctrina italiana distingue el designio
fraudulento en scientia damni o conscius fraudis y en consilium fraudis.
Barbero explica el conscius fraudis como la conciencia o conocimiento del
perjuicio que el acto irroga al acreedor, cuando dicho acto ha sido cumplido
con posterioridad al origen del crédito y el consilium fraudis, como la
preordenacion dolosa del acto en perjuicio de la satisfacción del crédito, esto
es cuando el acto perjudicial es anterior al crédito. Pero en este punto, nuestro
código civil se aleja del modelo italiano en virtud de la modificación
introducida al artículo 195 por el código procesal civil (primera disposición
modificatoria).

En efecto, el artículo 195 luego de la modificación acotada deja como único


requisito para el ejercicio de la acción pauliana cuando el acto fraudatorio es
gratuito el del eventus damni, prescribiendo el requisito del designio
fraudulento para los actos frauda torio celebrados a titulo oneroso. El artículo
195 ha quedado estructurado en dos partes: la primera dedicada a los actos
fraudulentos gratuitos y la segunda a los actos fraudulentos onerosos. Los
cuales requieren necesariamente para su declaración de ineficacia del
requisito del designio fraudulento, sea como conscius fraudis o como
concilium fraudis.

Prescribe el texto vigente de la segunda parte del articulo 195 “tratándose de


acto a titulo oneroso deben concurrir además los siguientes requisitos”. 1.si
el crédito es anterior al acto de disminución patrimonial, que el tercero haya
tenido conocimiento de perjuicio de los derechos del acreedor o que según las
circunstancias haya estado en razonable situación de conocer o de no
ignorarlos y el perjuicio eventual de los mismos. 2. Si el acto cuya ineficacia

23
se solicita fuera anterior al surgimiento del crédito, que el deudor y el tercero
lo hubiesen celebrado con el propósito de perjudicar la satisfacción del crédito
futuro”.

Como se puede apreciarse cada uno de los dos incisos transcritos se ocupa de
situaciones diferentes.

El inciso 1 esta referido al acto fraudatorio celebrado con posterioridad al acto


jurídico que origino el crédito y precisa que para el ejercicio de la acción
pauliana el tercero, es decir el adquirente a titulo oneroso, debe haber actuado
conscius fraudis, esto es con conocimiento del perjuicio a los derechos del
acreedor o haber estado en razonables situación de conocer o de no ignorarlos.
La justificación de la declaración de ineficacia radica en este caso en los
conscius fraudis, sancionadose la mala fe del adquirente que conocía o
ignoraba el perjuicio que se causaba al acreedor.

El inciso 2 esta referido al acto fraudulento anterior al acto jurídico que


origino el crédito y precisa que para el ejercicio de la acción pauliana se
requiere que el fraudator y el tercero es decir el adquirente de los bienes a
titulo oneroso hayan celebrado el acto perjudicial en concilium fraudis, esto
es con el propósito de perjudicar el crédito del futuro acreedor. La
justificación de la declaración de ineficacia radica en el concilium fraudis,
sancionadose la mala fe del adquirente por haberse prestado al propósito del
fraudator de engañar al futuro acreedor con la existencia de bienes que ya
estaban fuera de su ámbito patrimonial.

Como ya hemos señalado al considerar los actos contra los cuales procede la
acción pauliana, los actos constitutivos de garantías pueden configurar un
fraus Creditorum. Según el artículo 196: “para los efectos del artículo 195, se
considera que las garantías aun por deudas ajenas, son actos a titulo oneroso
si ellas son anteriores o simultaneas con el crédito garantizado.

Como puede apreciarse, el código civil considera a los actos constitutivos de


garantías, sean por deudas propias o por deudas ajenas, como actos celebrados
a titulo oneroso, por lo que para que se ejercite la acción pauliana el acreedor
perjudicado tendrá que establecer el constitum fraudis si el acto que califica

24
del fraudulento es anterior al crédito o el conscius fraudis, si es posterior. Si
los actos constitutivos de garantías son posteriores, aun cuando sean por
deudas propias y con mayor razón si son deudas ajenas, deben entenderse
como actos gratuitos y en consecuencia para el ejercicio de la acción pauliana
resulta suficiente alegar el eventus damni.

En conclusión lo que requiere el acreedor para accionar con el remedio


pauliano frente a los actos fraudatorios celebrados onerosamente o
considerados onerosos, es del eventus Damni que debe concurrir el designio
fraudulento, ya sea como conscius fraudis o como concilium fraudis, según
el caso.

1.6. LA VÍA PROCESAL

Manteniendo el tratamiento diferente para los actos fraudatorios según sean


gratuitos u onerosos, el artículo 200, en primer párrafo, ha establecido las
correspondientes vías procesales. “la ineficacia de los actos gratuitos se tramita
como proceso sumarísimo, la de los actos onerosos como proceso de conocimiento.
Son especialmente procedentes las medidas cautelares destinadas a evitar que el
perjuicio resulte irreparable”. La norma ha sido introducida por el código procesal
civil (primera disposición modificatoria) 20.

La demanda debe emplazar al fraudator y al adquirente de los bienes.

1.7. LA PRUEBA DE FRAUDE

El acto fraudulento debe ser probado con la demostración del perjuicio al derecho
a ser pagado que tiene el acreedor si el acto fraudatorio es gratuito y si es oneroso
poniendo además en evidencia el designio fraudulento, como conscius fraudis o
como concilium fraudis si el acto fraudatorio es posterior o anterior al acto jurídico
que origino el crédito. De ahí que como acabamos de ver el código civil haya
dispuesto distintas vías procesales.

20
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo "El Negocio Jurídico" Primera Edición 1986, Librería
Studium Editores.

25
Con la finalidad de facilitar la probanza, el código procesal civil ha introducido las
modificaciones al artículo 195 que contienen presunciones y la distribución de la
carga de la prueba.

Para facilitar la prueba del eventus damni establece el articulo 195 “se presume la
existencia de perjuicio cuando del acto del deudor resulta la imposibilidad de pagar
íntegramente la prestación debida o se dificulta la posibilidad de cobro”. Y en
relación con el designio fraudulento: “se presume la intención del tercero cuando
conocía o estaba en aptitud de conocer el futuro crédito y que el deudor carece de
otros bienes registrados”. Como puede apreciarse se trata de presunciones iuris
tantum, pues no son apodícticas y puede ofrecerse prueba en contrario para
desvanecerlas al defenderse el acto de disposición atacado con la acción pauliana.

La distribución de la carga de la prueba la dispone el último párrafo del artículo


195. Incumbe al acreedor la prueba sobre la existencia del crédito y en su caso la
concurrencia de los requisitos indicados en los incisos 1y 2 de este articulo,
corresponde al deudor y al tercero la carga de la prueba sobre la inexistencia del
perjuicio, o sobre la existencia de bienes libres suficientes para garantizar la
satisfacción del crédito 21.

Ya hemos advertido que el acto fraudatorio gratuito solo requiere la prueba de la


existencia del crédito y del perjuicio al acreedor y eso explica la remisión al proceso
sumarísimo mientras que el acto fraudatorio oneroso requiere, además de la prueba
del conscius fraudis o del concilium fraudis y eso explica la remisión al proceso de
conocimiento. La claridad y precisión de la norma nos exime la remisión de mayor
comentario, por lo que solo queremos dejar establecido que pueden usarse todos los
medios probatorios pertinentes incluidos los sucedáneos.

1.8. LOS RESULTADOS DE LA ACCIÓN PAULIANA

Interpuesta la acción pauliana y probados sus fundamentos debe ser declarada


fundada por sentencia judicial.

La sentencia judicial que declara fundada la acción Pauliana favorece únicamente


al acreedor accionante, a diferencia del Código Civil de 1936 la declaración de

21
CORCUERA GARCIA, Marco "Análisis y Comentarios a la Ley de Reestructuración Patrimonial",
Lima-Perú, Primera Edición 1997, Marsol Perú Editores

26
ineficacia del acto fraudulento no la anula, por consiguiente no modifica la relación
jurídica establecida entre el fraudator y el tercero adquiriente limitándose tan solo
a hacer posible que el acreedor pueda embargar los bienes, rematarlos y hacerse
pago con estos a pesar de que se encuentran en el patrimonio del tercero adquiriente,
pero si éste (o sea el tercero adquiriente), los adquirió a título oneroso podrá exigir
al fraudator el saneamiento del caso (devolución del pago).

1.8.1. EL RESULTADO FRENTE A LOS ADQUIRENTES

Como acabamos de indicarlo al ocuparnos de la vía procesal para


el ejercicio de la acción pauliana, el acreedor accionante debe
emplazar con la demanda también al adquirente de los bienes pues
la sentencia va a sufrir sus efectos respecto a el declararse la
ineficacia del acto jurídico que celebro con el fraudator y va
afectar los derechos que adquirió con ese acto.

En efecto según el artículo 199. “el acreedor puede ejercitar frente


a los terceros adquirentes las acciones que le correspondan sobre
los bienes objeto del acto ineficaz. El tercero adquirente que tenga
frente el deudor derechos de crédito pendientes de la declaración
de ineficacia no puede concurrir sobre el producto de los bienes
que han sido objeto del acto ineficaz sino después que el acreedor
haya sido satisfecho”. La norma fue tomada del proyecto de 1936
siendo su fuente el artículo 2902 del código civil italiano.

Como puede apreciarse el acotado artículo 199 en su primer


párrafo se refiere a las acciones que puede promover el acreedor
defraudado frente a los terceros adquirentes respecto a los bienes
objeto del acto jurídico cuya ineficacia ha sido declarada en su
favor. Al respecto, León Barandiaran considero que este párrafo
no es sino una especie de epifonema a lo que se ha establecido
fundamentalmente sobre la acción fraudatoria en seguridad de los

27
intereses del acreedor accionante. Y es así en efecto pues como en
el régimen del código civil la ineficacia solo favorece al acreedor
que insta la declaración de ineficacia, al no anular el acto
fraudatorio no modifica la relación jurídica entablada entre el
fraudator y el adquirente, limitándose tan solo a posibilitar a que
el acreedor pueda embargar los bienes y hacerse pago con ellos,
aun cuando estos se encuentren en el ámbito patrimonial del
adquirente.

El segundo párrafo así mismo articulo 199 precisa a la situación


del subordinación en que queda el adquirente respecto al acreedor
accionante ya que no puede concurrir sobre el producto de los
bienes que han sido objeto del acto ineficaz sino después que el
acreedor haya cobrado lo suyo pues establece que el derecho del
adquirente a concurrir solo lo puede hacer valer sobre el
remanente. La reclamación que formule el adquirente al fraudator
y la eventual indemnización que obtenga solo pondrá hacerla
efectiva sobre bienes distintos a los que han sido objeto de la
acción pauliana22.

1.8.2. EL RESULTADO FRENTE A LOS


SUBADQUIRENTES

Los subadquirentes son aquellos que adquieren los bienes de quien


a su vez los adquirió del defraudator, se trata de establecer
entonces la situación de quienes vienen a ser los subadquirentes o
ulterios adquirentes, pues la situación del primer adquirente ha
sido anteriormente considerada.

22
CORCUERA GARCIA, Marco "Análisis y Comentarios a la Ley de Reestructuración Patrimonial",
Lima-Perú, Primera Edición 1997, Marsol Perú Editores

28
El código civil ha previsto la situación de los subadquirentes y
plantea una solución en el artículo 197. “la declaración de
ineficacia del acto no perjudica los derechos adquiridos a titulo
oneroso por los terceros subadquirentes de buena fe”. La norma
fue tomada del proyecto de la comisión reformadora y registra
como antecedente al artículo 1110 del código civil de 1936.

Como puede apreciarse la norma que esta referida a trasmisiones


realizadas por el primer adquirente pone a salvo del remedio
pauliano a quienes hayan adquirido a titulo oneroso y de buena fe.
Por interpretación contrariu sensu, la declaración de ineficacia si
perjudica los derechos adquiridos a titulo gratuito y también los
adquiridos a titulo oneroso pero de mala fe. La cuestión nos ubica
nuevamente frente a la figura de la oponibilidad o inoponibilidad
de los actos jurídicos.

Castan Tobeñas resume los alcances de la acción pauliana contra


los subadqurentes, sea contra los que adquirieron del adquirente
directo o inmediato del fraudator, como de los que adquirieron a
su vez un subadquirente, en los siguientes requisitos: 1) que
concurran los supuestos legales generales que son necesarios para
que la acción pauliana sea puesta en marcha; 2) que el
subadquirente lo sea a titulo gratuito o si lo es a titulo oneroso, que
haya procedido de mala fe pues quedan inmunes a los efectos de
la acción pauliana los subadquirentes a titulo oneroso y de buena
fe.

El criterio expuesto que es el de la generalidad de la doctrina, se


encuentra también acogido por el articulo 197 de nuestro código
civil, la ineficacia del acto de la subadquisicion gratuita se rige por
la contraposición de un lucro y un daño: como el acto es perjudicial
29
se debe preservar el derecho del acreedor frente al lucro que se
deriva para el subadquirente a título gratuito. Para la ineficacia de
los actos onerosos la solución es distinta pues como se presenta un
desequilibrio patrimonial lo que se sanciona es la mala fe del
subadquirente.

1.9. LA PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PAULIANA

La prescriptibilidad de la acción pauliana fue prevista en el derecho promano y con


esta modalidad de extinción fue receptada en la codificación civil moderna, aun
cuando ha sido materia de diversos plazos prescriptorios.

El código civil para el que la acción Pauliana es una acción declarativa de ineficacia,
en el inciso 4 de su artículo 2001 le fija un plazo prescriptorio de dos años:
“prescriben, salvo disposición diversa de la ley: A los dos años la acción
revocatoria.” La norma de la que fuimos ponentes ante la comisión reformadora fue
tomada de su proyecto, denominándola acción revocatoria como lo hacia el código
civil de 1936, manteniéndosele ese nomen iuris por error, pues en el proyecto
sometido a la comisión revisora a la acción pauliana se le había ya dado naturaleza
de una acción de ineficacia.

En la exposición de motivos de nuestro proyecto, si bien indicamos que se trataba


de la acción revocatoria proveniente del fraude esto es de la acción pauliana,
posteriormente, atendiendo al tratamiento que se le da en los artículos 195 y
siguientes con el carácter de acción de ineficacia, frente a las dudas que su
nominación por el inciso 4 del articulo 2001 suscitada hemos dejado expuesto que
no se le puede llamar acción revocatoria y que lo mas propio es llamarla
simplemente acción pauliana como la hemos venido llamando, o acción fraudatoria.

30
CONCLUSIONES

Luego de haber realizado el presente, llegué a las siguientes conclusiones:

• Independientemente de las cifras que se extraen del mundo de las


estadísticas en lo referente al fraude, este delito tiene la fuerza suficiente
para alcanzar las mismas raíces de la solvencia de personas y empresas, y
algunos han llegado a decir que podría socavar los cimientos del orden
económico en general si se le deja seguir avanzando sin oponerle adecuados
mecanismos preventivos.
• En nuestros días, la criminalidad económica que tiene mayor trascendencia
es aquella que se apoya en medios fraudulentos. Estos se han ido adaptando
paulatinamente a las nuevas formas de delinquir que han surgido con los
medios técnicos (de forma particular en los informáticos).
• Para colmo la sociedad cultiva con mayor intensidad disfunciones
específicas que afectan de lleno a un número no despreciable de personas
dotadas de gran capacidad para adaptarse a los avances y dinámica sociales.
• Entre esas disfunciones sociales se ve el constante reclamo del éxito
material con olvido de los valores para la convivencia y el respeto
comunitario. Se la llama cultura de la ‘ADQUISICION’ porque los modelos
humanos más deseados son los que se fundan en el éxito material, en los
negocios o en lo económico.
• A pesar de estas consideraciones individuales el protagonismo de la
delincuencia económica, hoy día, no es solamente asumido por la persona
física individualmente considerada. Una infinidad de delitos están inscriptos
en el marco de la criminalidad organizada o sea en la existencia de una
asociación de personas destinada a la realización de tácticas y medios
perseguidores de eficacia y de impunidad.

31
BIBLIOGRAFÍA

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Valencia-España 2001, Editorial Tirant lo Blanch.
2. LACRUZ BERDEJO "Nociones de Derecho Civil Patrimonial e
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Primera Edición 1986, Editorial Astrea
12. FLINT BLANK, Pinkas "Derecho Concursal", Lima – Perú, Primera
Edición 2000, Editorial Gaceta Jurídica S.R.L.
13. LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo "El Negocio Jurídico"
Primera Edición 1986, Librería Studium Editores.
14. CORCUERA GARCIA, Marco "Análisis y Comentarios a la Ley de
Reestructuración Patrimonial", Lima-Perú, Primera Edición 1997, Marsol
Perú Editores

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