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XVIII Encuentro Latinoamericano De Pastoral Castrense - Buenos Aires


31 Ago/04 Sept 2015

Palabras de Bienvenida del Sr. Administrador del Obispado Castrense de


Argentina, Mons. Pedro Candia
1 INTRODUCCIÓN

S.E.R. Mons. Fabio Suescun Mutis, Obispo Castrense de Colombia y responsable


del Departamento de Comunicación Eclesial y Diálogo del CELAM, en nombre de mi País
y particularmente de quienes integramos el Ordinariato Militar de Argentina, quiero darle la
bienvenida al igual que a todos los participantes del XVIII Encuentro Latinoamericano de
Pastoral Castrense.

Asimismo, deseo manifestarles la inmensa alegría que moviliza los corazones de


quienes con empeño silencioso se han dedicado a la preparación del presente Encuentro, lo
cual ha permitido ir viviendo por anticipado esta experiencia eclesial que manifiesta una
vez más la vitalidad evangelizadora de nuestras Iglesias particulares en la presencia del
Señor que peregrina entre nosotros que somos su pueblo en tierras latinoamericanas.

2 SOBRE EL TÍTULO DEL ENCUENTRO

El título del Encuentro “La familia castrense evangelizada y evangelizadora”


delinea la ruta que emprendemos hoy con las valiosas exposiciones previstas tales como:

1- “La Pastoral Familiar en el ámbito Castrense” a cargo de Mons. Fabio Suescún


Mutis;

2- “Los desafíos de la familia en el mundo globalizado” presentado por Mons.


Alberto Bochatey”;

3- “La familia en el Sínodo de los Obispos. Grandes líneas de acción” a cargo del
Pbro. Antonio José Velásquez.
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A dichas exposiciones se agrega el siempre rico y fructífero intercambio pastoral


propio de los trabajos en grupo y de las conversaciones que naturalmente se suscitarán
fuera del programa establecido.

Sin duda el tema seleccionado deja de manifiesto el interés de las Iglesias


Castrenses de América Latina por palpitar al ritmo de los acontecimientos que se vienen
dando en la Iglesia Universal. Más aún, la temática elegida aparece como sumamente
oportuna para hacer fructificar el impulso espiritual que produce la proximidad de la XIV
Asamblea General del Sínodo Ordinario de los Obispos; el trabajo previo desarrollado en el
Sínodo del Año 2014; y las reflexiones que en cada diócesis venimos alentando sobre la
base del Instrumentum Laboris 2015 con el objetivo de que todos aportemos desde la
oración y el intercambio de ideas.

Como decía hace un momento “tenemos una ruta marcada” a partir del tema que
expresa el título. Pero yo me pregunto en voz alta: ¿cuál es el contexto en el cual nos
moveremos? ¿Repetiremos lo de siempre? ¿Buscaremos la novedad? ¿Nos ajustaremos al
discurso políticamente correcto? En definitiva: ¿Dejaremos actuar al Espíritu Santo o lo
encerraremos en nuestras seguridades personales y nuestros conceptos?.

3 SOBRE EL TEMA DEL ENCUENTRO ESPECÍFICAMENTE

Últimamente el tema de la Familia, puesto en el centro de atención por el Santo


Padre, ha sido y es objeto de pródigos estudios de las más diversas índoles: estudios
sociológicos, estudios de psicología, estudios de antropología, de historia, de teología
bíblica, de doctrina social de la Iglesia, de economía, etc. En todos y cada uno de ellos se
presentan aportes de diferente valor a la hora de “hacer pastoral”, pero muchas veces esos
mismos trabajos incluyen un paradigma que actúa de marco referencial en el cual hay que
poner atención para poder depurar los elementos que sí pueden servir como aporte. Para
ilustrar esta afirmación basta mencionar los estudios sobre violencia familiar en los cuales
cada especialista toma como punto de partida una concepción diversa de familia de la cual
deriva conclusiones a la hora de analizar los elementos relevados en la experiencia de
campo.
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Creo que nuestra finalidad en estos días, sin dejar de lado la apertura a los campos
de la ciencia que nos aportan diversas facetas y matices para el conocimiento objetivo de la
realidad, está centrada en que nuestra tarea no se quedará en los aportes de las ciencias
humanas sino que principalmente la Fe iluminará dicha realidad para que se dé a luz una
reflexión pastoral concreta que sirva de orientación de las acciones en pos de una respuesta
de calidad a los desafíos peculiares de la familia en el mundo castrense.

4 EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA COMO MARCO REFERENCIAL

Nosotros, fieles a la enseñanza de la Iglesia, tendremos como punto de partida


aquello que brota de la enseñanza del Señor y que llega a nosotros en la tradición dos veces
milenaria de la comunidad de discípulos misioneros pastoreados por Pedro.

Para tomar conciencia del trabajo magisterial realizado menciono los documentos
señeros del siglo XX y del inicio del XXI:

Concilio Vaticano II

 Lumen Gentium, 1964; nn. 11, 12, 35

 Gaudium et spes, 1965; nn. 46-52, 93

 Apostolicam Actuositatem, 1966; n. 11

 Gravissimum Educationis, 1965; n. 3

MAGISTERIO PONTIFICO

Pio XI

 Casti Connubii, 1930

Pio XII

 Mensaje a los participantes del Congreso internacional de la Familia, 1958

Juan XXIII

 Mater et Magistra, 1961; nn. 32, 33, 144, 173, 180, 182, 229
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Pablo VI

 Humanae vitae, 1968

 Discurso al Movimiento «Equipes Notre-Dame», 1970

 Discurso para la Peregrinación de los «Equipes Notre-Dame», 1976

Juan Pablo II

 Familiaris consortio, 1981

 Mulieris dignitatem, 1988

 Gratissimam sane, 1994

 Ad paucos dies, 1994

 Evangelium Vitae, 1995

 A cada una de vosotras, 1995

Benedicto XVI

 Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones


entre personas homosexuales, 2003

 Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración del hombre y la


mujer en la Iglesia y el mundo, 2004

 A los participantes en la VIII Asamblea Plenaria del Pontificio consejo para la


Familia, 2006

 A los participantes de la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para la Familia


con tema: “Los abuelos: su testimonio y presencia en la familia”, 2008

 A los participantes a la XIX Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para la


Familia, 2010

 A los participantes a la Plenaria del Pontificio Consejo para la Familia, 2011

Como puede observarse en el último siglo se ha desarrollado en la enseñanza del


Magisterio Universal un variado despliegue de elementos que iluminarán por mucho
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tiempo el tema teológico de la familia. Sin embargo en la discusión actual ventilada por la
prensa frente a los nuevos desafíos las posiciones tienden a reducirse a tres fundamentales:

1. Quienes van por la ruptura con la línea planteada hasta hoy. Especialmente aquel
espacio sociocultural autotitulado “progresismo” apuesta a desechar toda
concepción clásica de la familia con el único fundamento ideológico de que ello es
obstáculo para el progreso, de alguna manera respondiendo a lo que el Papa
Francisco llama el paradigma tecnocrático que aplasta al hombre en la dinámica
tecnológica de una economía y sociedad sin alma que concibe a la familia como un
producto.

2. Quienes entienden que detrás de los nuevos desafíos hay simplemente un problema
hermenéutico. Esto quiere decir que los usos y costumbres, y la misma concepción
de familia deberían de despojarse de los aspectos arrastrados por la cultura
occidental y retomar solo lo esencial de las enseñanzas bíblicas generando de esta
manera una flexibilización para repensar la familia con nuevos códigos. Detrás de
esta aproximación vemos diluirse la historicidad del sujeto humano que es fruto de
la historia de una familia, de un pueblo y de una cultura. El ser histórico y relacional
del hombre es parte de su identidad y por tanto no puede desecharse.

3. Quienes reducen el problema pastoral a un ajuste comunicacional de la doctrina. En


este último grupo se ubican los que entienden la doctrina de la Iglesia como algo
puramente estático ordenado más a las seguridades mundanas que a las espirituales.
Estos grupos añoran las imágenes postales de las familias de antaño confundiendo
esos tradicionalismos con la tradición de la Iglesia.

Lo que tenemos como objeto de nuestra reflexión en estos días de encuentro es un


verdadero desafío pastoral que exige de cada uno de nosotros revisar el arcón de la Iglesia
para sacar de allí lo nuevo y lo viejo y guiados por el mismo Espíritu acercar una respuesta
capaz de ser encarnada en los hombres y mujeres de este tiempo que la providencia pone en
nuestras manos.

Me pregunto, entonces: ¿nosotros seremos capaces de asumir el desafío de no


reducir el problema a ninguna categoría premoldeada? ¿Seremos capaces de asumir la
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familia actual con sus luces y sus sombras? ¿Podremos intentar una respuesta pastoral para
un mundo plural y secular sin negarlo porque ya está y sin claudicar ante sus pretensiones?

5 CONSIDERACIÓN FINAL

Permítanme agregar un último punto tomado del Instrumentum Laboris en el cual se


destaca un aspecto que todos experimentamos en nuestro compromiso pastoral y que nos
devuelve a la realidad marcando un horizonte lleno de esperanza:

“La Iglesia desempeña un rol precioso de apoyo a las familias, partiendo de la


iniciación cristiana, a través de comunidades acogedoras. Se le pide, hoy más que nunca,
tanto en las situaciones complejas como en las ordinarias, que sostenga a los padres en su
empeño educativo, acompañando a los niños, muchachos y jóvenes en su crecimiento
mediante itinerarios personalizados, que introduzcan al sentido pleno de la vida y susciten
decisiones y responsabilidad, vividas a la luz del Evangelio. María, en su ternura,
misericordia, sensibilidad materna puede alimentar el hambre de humanidad y vida; por
eso la invocan las familias y el pueblo cristiano. La pastoral y una devoción mariana son
un punto de partida oportuno para anunciar el Evangelio de la familia”1.

6 CONCLUSIÓN

A modo de conclusión quiero compartir con ustedes la oración a la Sagrada Familia


que cierra el documento que acabo de citar:

Jesús, María y José

en vosotros contemplamos

el esplendor del verdadero amor,

a vosotros, confiados, nos dirigimos.

Santa Familia de Nazaret,

haz también de nuestras familias

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XIV Asamblea General Ordinaria “La Vocación Y La Misión De La Familia En La Iglesia Y En El Mundo
Contemporáneo“ Instrumentum Laboris. 2015
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lugar de comunión y cenáculo de oración,

auténticas escuelas del Evangelio

y pequeñas Iglesias domésticas.

Santa Familia de Nazaret,

que nunca más haya en las familias episodios

de violencia, de cerrazón y división;

que quien haya sido herido o escandalizado

sea pronto consolado y curado.

Santa Familia de Nazaret,

que el próximo Sínodo de los Obispos

haga tomar conciencia a todos

del carácter sagrado e inviolable de la familia,

de su belleza en el proyecto de Dios.

Jesús, María y José,

escuchad, acoged nuestra súplica.

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