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Colegio Integral Sololateco

Magisterio DE educación Infantil Bilingüe Intercultural

Grado: Sexto Magisterio

Curso: Literatura

Sección: “A”

Catedrática: Ingrid Carolina Pérez Sapón

“Fragmentos de Obras”

integrantes: Claves:
Josefina Ajquichí Poz 3
Sofía Lucrecia Bixcul Guarcax 7
Marta Chiroy 12
Vanessa Yosebeth Cuxulic Rodas 14
Astrid Janina Flores García 15

Fecha: 09 de julio de 2,018


MESTER DE JUGLARÍA
Enrique Lihn
Ocio increíble del que somos capaces, perdónennos
los trabajadores de este mundo y del otro
pero es tan necesario vegetar.
Dormir, especialmente, absorber como por una pajilla delirante
en que todos los sabores de la infelicidad se mixturan
rumor de vocecillas bajo el trueno estos monstruos
nuestras llagas
como trocitos de algo en un calisdoscopio.

Somos capaces de esperar que las palabras nos duelan


o nos provoquen una especie de éxtasis
en lugar de signos drogas
y el diccionario como un aparador en que los niños perpetran sus asaltos nocturnos
comparación destinada a ocultar el verdadero alcance de nuestros apetitos
que tanto se parecen a la desesperación a la miseria
Ah, poetas, no bastaría arrodillarse bajo el látigo
ni leernos, en castigo, por una eternidad los unos a los otros.
En cambio estamos condenados a escribir, y a dolernos del ocio que conlleva este
paseo de hormigas
esta coda de nada y para nada fatigosa como el álgebra
o el amor frío pero lleno de violencia que se practica en los puertos.

Ocio increíble del que somos capaces yo he estado almacenando


mi desesperación durante este invierno,
trabajadores, nada menos que en un país socialista
He barajado una y otra vez mis viejas cartas marcadas
Cada mañana he despertado más cerca de la miseria
esa que nadie puede erradicar,
y coño, qué manera de dormir
como si germinara a pierna suelta
sueños insomnes a fuerza de enfilarse a toda hora frente a un amor frío pero lleno
de violencia como un sargento borracho
estos datos que se reúnen inextricables
digámoslo así en el umbral del poema
cosas de aspecto lamentable traídas no se sabe para qué desde todos los rincones
del mundo
(y luego hablaron de la alquimia del verbo)
restos odiosos amados en una rara medida
que no es la medida del amor

De manera que hablo por experiencia propia


Soy un sabio en realidad en esta cosa de nada y para nada y francamente me
extraña
que los poetas jóvenes a ejemplo del mundo entero se abstengan de figurar en mi
séquito
Ellos se ríen con seguridad de la magia
pero creen en la utilidad del poema en el canto.

Un mundo nuevo se levanta sin ninguno de nosotros


y envejece, como es natural, más confiado en sus armas que en sus himnos

Trabajadores del mundo, uníos en otra parte


ya os alcanzo, me lo he prometido una y mil veces, sólo que no es éste el lugar
digno de la historia,
el terreno que cubro con mis pies
perdonad a los deudores morosos de la historia
a estos mendigos reunidos en la puerta de servicio
restos humanos que se alimentan de restos
Es una vieja pasión la que arrastramos
Un vicio, y nos obliga a una rigurosa modestia
En la Edad Media para no ir más lejos
no llenaron la boca con la muerte,
y nuestro hermano mayor fue ahorcado sin duda alguna por una cuestión de
principios

Esta exageración
es la palabra de la que sólo podemos abusar
de la que no podemos hacer uso -curiosidad vergonzante-, ni mucho menos aún
cuando se nos emplaza a ello
en el tribunal o en la fiesta de cumpleaños
Y siempre a punto de caer en el absurdo total
habladores silentes como esos hombrecillos del cine mudo -que en paz descansen-
cuyas espantosas tragedias parodiaban la vida:
miles de palabras por sesión y en el fondo un gran silencio glacial
bajo un solo de piano de otra época
alternativamente frenético o dulce hasta la naúsea

Esta exageración casi una mala fe


por la que entre las palabras y los hechos
se abre el vacío y sus paisajes cismáticos donde hasta la carne parece evaporarse
bajo un solo de piano glacial y en lugar de los dogmas surge
bueno, la poesía este gran fantasma bobo
ah, y el estilo que por lo cierto no es el hombre
sino la suma de sus incertidumbres
la invitación al ocio y la desesperación y a la miseria

y este invierno para no ir mas lejos lo desaproveché pensando


en todo lo relacionado con la muerte
preparándome como un tahúr en su prisión
para inclinar el azar en mi favor
y sorprender luego a los jugadores del día
con este poema lleno de cartas marcadas
que nada dice y contra el cual no hay respuesta posible y que ni siquiera es una
interrogación
un as de oro para coronar un sucio castillo de naipes una cara marcada una de esas
que suelen verse en los puertos ellas nos hielan la sangre
y nos recuerdan la palabra fatal
un resplandor en todo diferente de la luz
mezclado a historias frías en que el amor se calcina

Todo el invierno ejercicios de digitación en la oscuridad de modo que los dedos


vieran manoseados
estos restos
cosas de aspecto lamentable que uno arrastra y el ocio
de los juglares, vergonzante
padre, en suma, de todos los poemas:
vicios de la palabra

Estuve en casa de mis jueces. Ellos ahora eran otros no me reconocieron


Por algo un envejece, y hasta podría hacerlo, según corren los tiempos, con una
cierta dignidad
Espléndida gente. Sólo que, como es natural, alienados
Televidentes escuchábamos al líder yo también caía en una especie de trance

Algún día se sabrá


que hicimos nuestro oficio el más oscuro de todos o que intentamos hacerlo
Algunos ejemplares de nuestra especie reducidos a unas cuantas señales de lo que
fue la vida en estos tiempos
darán que hablar en un lenguaje todavía inmanejable

Las profecías me asquean y no puedo decir más.


Esopo
El aprendiz, la zorra y el lobo

Una zorra buscaba a un maestro para que le enseñe las técnicas de caza a su
pequeño hijo, y para ello visito a un lobo para que le enseñase a casar. El lobo no
tuvo problemas en aceptar al pequeño zorro como su alumno, así que la madre se
volvió tranquila a su cueva.
El lobo para comenzar a enseñar a su alumno, lo llevo a unos corrales de ovejas
para robar una de ellas, pero la mala suerte no estaba de su lado, los perros,
sintieron al lobo y al pequeño zorro, y no tuvieron más alternativa que salir huyendo.
Cansado el lobo, subió a un cerro con su discípulo y le dijo – hemos tenido mala
suerte y estoy cansado, así que vas a vigilar desde aquí si las ovejas o cualquier
otro rebaño salen a pastar, cuando salieren me despiertas, para ver si podemos
cazar alguna.

El pequeño zorro, se quedó vigilando desde lo alto del cerro, y cuando vio a unas
vacas, hablo al lobo para avisarle, el cuál respondió – ¿Qué quieres? Dijo el lobo,
el pequeño zorro respondió – ahí abajo hay unas vacas – déjalas dijo el lobo, son
muy peligrosas, además los pastores son muy fuertes, y los perros son grandes y
tienen pinta de ser muy bravos, si las atacamos nos van a perseguir y nos van a
matar. Después de decir esto se dio la vuelta y siguió durmiendo.
El discípulo siguió vigilando desde la cima y después de un rato vio a unas yeguas
y le hablo nuevamente al lobo.

Señor, ahí abajo en el prado hay un grupo de yeguas – oyendo esto el lobo – se
levantó y bajo con mucha cautela donde estaban las yeguas – agarro por las narices
una de las más gordas y la ahogo – luego se la devoraron.
El pequeño discípulo creyendo que ya estaba preparado para cazar por su cuenta,
le dijo a su maestro – señor, ya se lo suficiente para buscarme la vida, así que quiero
licenciarme para irme de aquí y volver con mi madre.

El lobo le respondió – sinceramente no quiero que te vayas, ya que todavía te falta


por aprender – ya se lo bastante – dijo el discípulo. Viendo el lobo que el pequeño
alumno quería irse le dijo – vete entonces, pero te lo vuelvo a repetir, todavía no
estás preparado del todo, para salir a cazar por tu cuenta.

El pequeño zorro volvió con su madre para decirle que ya estaba preparado para
salir de caza; cuando la zorra vio a su hijo le pregunto qué ¿Por qué, se había vuelto
tan pronto?, el hijo le respondió que ya estaba instruido en el arte de la caza y que
se lo iba a demostrar con hechos y para ello se llevó a su madre a un establo donde
estaban unas ovejas, pero no pudieron llevarse ninguna porque los perros que las
vigilaban se dieron cuenta de la presencia de ellos y los hicieron huir.

Luego el hijo llevo a la madre a la cima de un cerro y le dijo que se quedase vigilando
hasta que apareciera un rebaño. La madre hace caso a su hijo y se queda vigilando,
después de una rato ve a un grupo de vacas y despierta a su hijo. Este se levanta
y le dice que las vacas son muy fuertes, y que además están acompañadas por los
pastores y tienen perros grandes, así que le dice mejor otro rebaño.
La madre se queda vigilando nuevamente hasta que aparecen un grupo de yeguas,
habla a su hijo, el cual se despierta y le dice que le va a demostrar lo que aprendió
con el lobo. Baja hasta el prado donde estaban las yeguas, y ataca a una de las
más gordas, cogiéndola por las narices, para ahogarla.

Pero la yegua es demasiado grande y fuerte para el pequeño zorro y comienza a


defenderse y a correr hacia los pastores, la madre que ve todo desde la cima, le
dice a su hijo que se suelte, pero el pequeño zorro no lo puede hacer, ya que tiene
los colmillos clavados en la nariz de la yegua, al final la yegua llega hasta donde los
pastores, los cuales dan muerte al pequeño zorro.

Moraleja del pequeño zorro aprendiz


La persona necia piensa siempre que todo, y muchas veces suelen pagar caro dicha
presunción. No debemos jactarnos de ser un sabelotodo ni despreciar a quien nos
educa.

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