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LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO

La historia se centra en la rebelión de un grupo de seres marginados, reunidos en


una ciudad pequeña llamada Canudos (Brasil) que lucharán contra la República,
recién instaurada, creyéndola que era el Anticristo.

La novela inicia la historia de Antonio el Consejero, un hombre muy flaco, y


misterioso que recorría el Sertón de Bahía, predicando la palabra del Buen Jesús y
anunciando la llegada del fin del mundo. Era seguido por un grupo de hombres; en
cada pueblo que entraba restauraba iglesias y cementerios.

En su caminar se le unieron: Joâo Abade, un cruel cangaceiro que era buscado por
la policía. Joâo Grande, un negro errante que había matado a la mujer que lo crió;
Antonio, el Beatito, joven con vocación religiosa y un gran amor por el prójimo;
Pajeú, cangaceiro con una enorme cicatriz que le dibujaba la cara por completo;
Antonio Vilanova, comerciante que había caído tres veces en la ruina económica; el
León de Natuba, un ser deforme y pequeño, que caminaba como animal, tenía una
hermosa letra y que posteriormente se convirtió en el escriba de Canudos; María
Quadrado, mujer que había peregrinado a Monte Santo por haber matado a su
pequeño hijo; y otros seres desposeídos.

El Consejero y toda su gente se asentó en Canudos, la tierra prometida, que era


llamada Belo Monte; construyendo un gigantesco templo de piedra para el Buen
Jesús. Rechazaban el matrimonio civil, la separación de la iglesia del Estado, el
censo, el dinero, el sistema métrico decimal. Pasaron así los primeros años y
cuando se enteraron las autoridades de esta situación enviaron una comitiva para
buscar al dirigente de la rebelión. Los pobladores de Canudos , Se hacían llamar
yagunzos, por ser alzados- los corrieron, dándoles una buena paliza.

Esta escaramuza provocó el envío de un centenar de soldados para el exterminio


de Canudos. Esta primera expedición estuvo dirigida por el Teniente Pires Ferreira.
Acamparon en Uauá y los yagunzos salieron a su encuentro. Los soldados
descansaban y cuando vieron a lo lejos una procesión de gentes miserables, no se
preocuparon por nada. Todos los yagunzos les caen encima ganando, de esta
manera, su primera gran batalla.

Por otro lado, en Salvador o Bahía andaba un hombre rubio, tocando cráneos, era
Galileo Gall, revolucionario y frenólogo escocés. A él le llega una orden de expulsión
del país, por ser un extranjero indeseable; así que antes de ser expulsado decide
solidarizarse con Canudos, lugar en el que veía como prosperaba una sociedad
libre. Para esto va al diario “El Jornal de Noticias”, donde conoce a su director y
presidente del Partido Republicano Progresista, Epaminondas Gonçalves. El
anuncio que desea publicar no puede salir impreso. Tiempo después Gonçalves le
propone llevar armas a Canudos, le pagaría bien y lo ayudaría a salir del país. Gall
acepta, pero por cuestiones ideológicas.
Galileo Gall busca un pistero llamado Rufino, para que lo lleve a Canudos. Éste
acepta, pero se va con la gente del ferrocarril de Jacobina. El revolucionario guarda
las armas, que estaban en una carreta, en la casa del pistero. Pero se las roban e
intentan matarlo, después de esta situación se abraza fuertemente con Jurema,
esposa de Ruf.

Ella despierta sus deseos sexuales y la viola. Pasados unos días es visitado por
Caifás, hombre de Gonçalves que le confiesa que él había robado las armas e
intenta matarlo pues su jefe necesitaba un hombre muerto con sus características
físicas para hacerlo pasar como un inglés. Gracias a este muerto y las armas de
marca inglesa, armaría una tetra para acusar al Barón Cañabrava, Jefe del Partido
Autonomista, de conspiración y de querer restaurar la monarquía, ayudado por
Inglaterra. Caifás estuvo a punto de matarlo, pero Jurema lo salvó y cuando Gall
intenta hacer lo mismo, Jurema se lo impide. Ambos huyen en una mula; el
revolucionario era casi ya un cadáver.

Por esos días había llegado a Queimadas la segunda expedición contra Canudos.
Este nuevo ejército lo dirigía el Mayor Febronio de Brito, que tenía a cargo a más
de quinientos hombres, dos cañones Krupp y dos ametralladoras. Al acampar en
Mulungú, todos los guías, pisteros y cargadores se escaparon y fueron a pedirle
perdón al Consejero por haber servido al Can.

La lucha comenzó en las faldas de Cambaio, los yagunzos caían y perdían terreno.
Tiempo después huyen rumbo a Canudos. Los soldados creyendo que habían
ganado, se tiraron al suelo, abriéndose sus ropas y zapatos. Mientras tanto en Belo
Monte se reunieron hombres, mujeres, niños, ancianos y fueron en búsqueda de los
ateos. Los sorprendieron descansando y los mataron. Es la segunda gran victoria
yagunza.

Canudos había comenzado a crecer y todos los días llegaban miles de peregrinos.
El Beatito los recibía y veía si eran los elegidos; Antonio Vilanova repartía los lotes
para que las familias construyan sus casas; Joâo Grande se convirtió en el Jefe de
La Guardia Católica, que tenía por misión cuidar al Consejero; María Quadrado, La
Madres de los Hombres, tenía a cargo el Coro Sagrado, conformado por ocho
beatas, que cocinaban, lavaban y cuidaban al Consejero.

Por otro lado, Gall estuvo a punto de morir y el circo del Gitano lo acogió junto a
Jurema; la barbuda, el idiota y el enano ,sobrevivientes del circo, organizaban sus
funciones para sobrevivir. En Ipupiará son alcanzados por Caifás, pero esta vez no
intentó matarlo, sólo le cortó su cabellera.

Los hombres que acompañaban a Caifás desenterraron a un loco que se suicidó


después de haber matado a sus dos hijos para hacerlo pasar por Gall. La cabellera
y el loco servirían para coartada de Gonçalves.Rufino había comenzado a buscar a
su esposa y al revolucionario para cobrar venganza y limpiar su honor. Antes de
comenzar su empresa va a la hacienda del Barón de Cañabrava para romper una
promesa y poder matar a Jurema. En estas circunstancias el Barón se enterará del
montaje de Gonçalves; manda a buscar al revolucionario; era su mejor arma para
echar por los suelos las artimañas de su rival político.

El Partido Republicano Progresista presentó un cadáver carbonizado y una


cabellera rubia, decían que era un agente inglés, que había sido atrapado con armas
de marca inglesa y que el Barón apoyaba una conspiración en contra de la
República. Gonçalves hizo creer a todos su versión; logrando que el Séptimo
Regimiento dirigido, por el Coronel Moreira César - llamado el corta pescuezos por
haber degollado a más de un centenar de personas en un levantamiento – se
convirtiera en la tercera expedición hacia Canudos.

El Periodista miope, hombre de aspecto caricaturesco, que fumaba opio y sufría de


estornudos, viajó con Moreira César, como corresponsal del Diario “El Jornal de
Noticias”, donde trabajaba. En el camino Moreira César sufre un taque de
convulsiones. Él necesitaba un lugar cómodo para descansar y reponerse y es
llevado a Calumbí, hacienda del Barón de Cañabrava, a sabiendas que el
republicano Moreira se molestaría. En Calumbí, Moreira y el Barón de Cañabrava
mantienen una fuerte discusión sobre la conspiración, luego continúa la marcha y
hace llegar su regimiento a Canudos.

Cuando ve que las cosas no van bien, toma su caballo para dirigir el ataque, pero
cae herido por un proyectil. Es operado urgentemente y antes de morir se entera
que su regimiento está perdiendo terreno; ordena un nuevo ataque, pero su Estado
Mayor no obedece sus órdenes. Con mucha cólera ordena al Periodista miope
redactar un acta del hecho.

Los yagunzos comienzan a ganar y todo el regimiento huye. El Periodista miope en


su huída se encuentra con el Padre Joaquim – cura que servía de informante a
Canudos y proveía de medicina e información sobre las expediciones-. Estaba
amarrado, cuando lo desata lo sigue a Canudos, donde conoce a Jurema, mujer
que había visto morir a su esposo, Rufino y Galileo Gall, en una sangrienta pelea.
Rufino había encontrado a su esposa, pero no a Gall que había sido llevado ante el
Barón (éste lo deja libre y le da a Ulpino, un pistero para llevarlo a un lugar seguro)
Rufino, llevando a Jurema, inicia nuevamente la búsqueda del revolucionario.

Ulpino, su amigo, le dice el paradero dónde dejó a Gall.Pajeú y un grupo de


yagunzos van a la hacienda de Calumbí, propiedad del Barón de Cañabrava y le
comunican que la van a quemar porque la tierra de tanto sudar merece descansar.
Este hecho provocará una honda tristeza en el Barón y la locura de Estela, su
esposa, cuando ve que se quema en Calumbí gran parte de su vida.

El Periodista miope conoce a Jurema en Canudos; Pajeú se enamora de la mujer


con nombre de flor, pero ella no siente amor por él. En una situación difícil, el miope
y Jurema descubren el amor con grandes dosis de erotismo. Cuando sucede esto
Jurema se había convertido en los ojos del Periodista miope, éste había roto sus
gafas. También se convirtió en una especie de madre para el enano .Canudos se
había llenado de trincheras por todos lados.
Los hombres luchaban y dormían en ellas defendiendo Belo Monte. El templo del
Buen Jesús servía de parapeto para los yagunzos que desde sus torres disparaban
sin cesar. Así esperan la última expedición del General Artur Oscar que dirige, un
ejército de cinco mil hombres armados hasta los dientes. Este ejército tenía un
enorme cañón que los yagunzos lo llamaron “La matadeira”. Este canón provocará
gran destrucción en la ciudad santa. Varias veces intentaron destruirlo pero fallaron
.Así comienza la guerra del fin del mundo, una guerra sin reglas; ganar un milímetro
de terreno significaba un gran triunfo. Ambos bandos tenían miles de bajas.

El ejército pidió refuerzos; mientras en Canudos, Joâo Abade, Pajeú, Joâo Grande,
jefes máximos de la resistencia, luchaban contra los enviados del Perro; Antonio
Vilanova proveía de alimentos y municiones a los yagunzos. Los niños eran
utilizados como mensajeros, se les llamaba “párvulos”.Llega un momento en que
Belo Monte se convierte en unas cuantas calles, por el gran avance del ejército.
Éste logró apoderarse de la única laguna que abastecía de agua a Canudos. Todo
faltaba en la tierra santa y los yagunzos sólo eran huesos; los párvulos se
deslizaban en las noches a robar agua, pocos regresaban, el resto moría a balazos.
El agua era para los yagunzos de las trincheras, así podían resistir y seguir luchando
unos día más. Los ataques no paraban y cada día eran más los muertos; los
yagunzos los enterraban con un trozo de madera –ésta se había acabado en Belo
Monte- para que sean bien recibidos por El Padre. Del otro lado, los soldados se
desintegraban en plena tierra. Su hospital estaba lleno de cientos de enfermos y
heridos que eran engañados, prometiéndoles su pronta curación. Aquí muere Pires
Ferreira, por pedido suyo, de un tiro en la sien que le dio el joven médico Teotónio
Leal Cavalcanti .

Días antes de la caída de Canudos muere el Consejero. Sus hombres más


allegados acordaron enterrarlo en el Santuario y decirle a los yagunzos que subió
al cielo en cuerpo y alma, porque si les decían la verdad no resistirían la noticia. El
Consejero en sus últimas horas manda a llamar a Antonio Vilanova y lo hace
prometer que recorriera el mundo enseñando la palabra del Padre. Vilanova escapa
junto con su familia, el Periodista miope, Jurema y el Enano. Para esto Pajeú va a
lado contrario a entretener a los soldados para que Vilanova escape por el río. Antes
de volver a Canudos es herido y apresado por el Soldado Queluz.El caboclo Pajeú
es devuelto a las trincheras decapitado.

Días después el Beatito logra cruzar el círculo yagunzo y va al lado de los soldados
a rogar por la vida de las mujeres y niños de Canudos. Los soldados acceden al
pedido. Los yagunzos los acribillan cuando cruzan el cerco, llamando a este hecho
las muertes piadosas. Los matan para que no los humillen y corten el cuello, como
lo hicieron con Pajeú.Luchan hasta el final, pero Canudos no pudo resistir más y el
círculo fue roto por los soldados; murieron más de tres mil soldados y veinticinco mil
yagunzos. Cuando todo estaba destruido obligaron al Beatito a llevarlos al lugar
donde estaba enterrado el Consejero. El Beatito les indica el lugar por temor que lo
coloquen en medio de una jauría (los perros entraban a Canudos a devorar muertos)
y su cuerpo sea llevado por pedazos al infierno por los mensajeros del Can.
Profanaron la tumba del Consejero y lo decapitan. Su cabeza es llevada para
estudios posteriores, pero ésta acabará en el fondo del mar. El Beatito es degollado
y enterrado junto al cuerpo sin cabeza del Consejero.En este panorama desolador
el coronel Geraldo Macedo, un cazador de bandidos busca insistentemente a Joâo
Abade, cangaceiro que había perseguido por más de una década. Pregunta a los
pocos sobrevivientes por el paradero de Joâo Abade y una ancianita le dice que lo
subieron al cielo unos arcángeles.El Barón de Cañabrava se alía con Epaminondas
Gonçalves, y éste es llevado a la gobernación de Bahía. Esta jugada la realizan
para que no sean absorbidos por los federales y poder seguir manteniendo
autonomía de Bahía y todas sus propiedades.

Tiempo después de la caída de Canudos el Barón de Cañabrava recibe la visita del


periodista miope que acude a él, para pedirle trabajo en su diario. Ambos mantienen
una larga conversación sobre Canudos y su rebelión. El Periodista miope no quiere
que la historia de la guerra de Belo Monte se olvide; ahora él vive con Jurema y el
Enano.

El Barón de Cañabrava se ha retirado de la política y vive sus últimos días en su


casa junto con su esposa Estela, que no recuperó la razón. Después que el
Periodista miope se retira de su casa, se dirige al cuarto de su esposa que duerme
junto con la mucama negra, sebastiana; y viola a esta última mujer en presencia de
su esposa.
IFB CERTUS

RESUMEN DE LA NOVELA

‘’LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO’’

MARIO VARGAS LLOSA

DOCENTE: RAÚL OSORIO ANTÚNEZ DE MAYOLO

ALUMNA: WENDY CELESTE LLANOS COAQUIRA

SECCION: CANI 201

TURNO: NOCHE

CARRERA: NEGOCIOS INTERNACIONALES

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