Вы находитесь на странице: 1из 282

3

“Rompiendo las Reglas”


4

Título original: Rompiendo las Reglas. Ética para un Carapán


Segunda edición: Enero 2017

© Abel García Arcas, 2016


oxesabel@gmail.com

Ilustración Portada:
© Andresr · Dreamstime.com · Breaking Chain Photo

Idea Original Portada:


Vanessa Gramaje Tomás

Diseño Portada:
Vanessa Gramaje Tomás & Abel García Arcas

Diseño y Maquetación:
Vanessa Gramaje Tomás
varam@varam.es - www.varam.es

Depósito legal:
CS-851-2016

Impresión:
Ismael Miralles.
ismaelmiralles@gmail.com
5
“Rompiendo las Reglas”

A mis abuelos...
Fernando y Elpidia
6
7

Índice
“Rompiendo las Reglas”

¿Qué es Ser un Carapán? 13

Introducción: Si tienes menos de 18 años 19

1. No eres Tonto 27

- Caminando que es Gerundio… y Necesario


- La Experiencia, la Madre de la Ciencia… de la Vida

2. Hablar y Sentir 37

- El que Tiene Boca, Si No Piensa Antes, Se Equivoca


- ¿Cuál Es la Relación Entre Hablar y Sentir?

3. Sentirse Bien 45

- ¿Sentirnos Mal o Sentirnos Bien? He ahí la Cuestión


- Dime Qué Haces y Te Diré Cómo Te Sientes

4. Una Cuestión de Actitud 55

- La Importancia de la Buena Actitud en el Deporte


- La Importancia de la Buena Actitud en la Vida
- El Arte del No Poder
- ¿Qué Gano Yo Queriendo Ser Mejor Persona?

5. Aprendiendo a Escoger 67

- ¿Por Qué Es Tan Importante Aprender a Escoger?


- Pelando la Cebolla, Buscando en el Interior
8

- ¿Cuáles Son las Decisiones Importantes de la Vida?


- Escrutando Nuestras Motivaciones

6. Escogiendo… que es Gerundio: Di No a las Malas Actitudes 79

- No Olvides Tu Actitud
- Revisando Nuestras Herencias
- ¡Cuidado con las Influencias!
- La Hora de la Verdad

6.a. El Enfado 89

- No te enfades… Carapán
- ¿Por Qué Nos Enfadamos?
- ¿Qué Conseguimos a Través del Enfado?
- ¿Qué Quiere/n Conseguir Aquello/s que Nos Enfada/n?
- El Poder de Tener el Control

6.b. Di No a la Culpa 101

- La Culpa
- ¿Por Qué Nos Sentimos Culpables?
- ¿Qué Conseguimos a Través de la Culpa?
- ¿Qué Pretenden Conseguir Aquellos que Quieren que Nos
Sintamos Culpables?
- La Culpa y sus Secuaces
- ¿Qué Podemos Hacer? ¿Cuál es la Solución?

6.c. Di No a la Suerte 111

- ¿Quién dijo Suerte?


- ¿Por Qué Nos Acogemos a la Suerte?
- ¿Qué Creemos Conseguir a Través de la Suerte?
- ¿Qué Quieren Conseguir Aquellos que Pretenden que nos
Aferremos a la Suerte?
- ¿Qué podemos hacer? ¿Cuál es la solución?
- No te Quedes Esperando a la Suerte Carapán
9
“Rompiendo las Reglas”

6.d. Di No al Miedo 121

- El Miedo y la Inseguridad
- ¿Cómo Nos Afecta el Miedo?
- ¿Por Qué Nos Afecta el Miedo?
- ¿Cómo Desarrollar la Confianza en Nosotros Mismos?
- ¿Por Qué Nos Aferramos al Miedo?
- ¿Qué Quieren Conseguir Aquellos que Fomentan el Miedo?
- Poniéndonos a Prueba
- ¿Cómo Podemos Superar el Miedo?

6.e. Di No al Miedo a la Muerte 139

- Cómo Nos Afecta el Miedo a la Muerte


- La Muerte y la Religión
- La Muerte y la Biología
- Venciendo a la Muerte

6.f. Di No a la Violencia 155

- Un paseo por el Tiempo


- La Violencia en la Vida Cotidiana
- Dejando la Violencia a un Lado
- ¿Qué Puedo Hacer si Sufro algún tipo de Violencia o soy Tes-
tigo de Ella?

6.g. Di No a la Intolerancia 167

- El Sueño Español
- Dinos de Dónde Vienes y Veremos Cómo te Recibimos
- Tierra a la Vista
- El Único Color que Importa… el Color del Dinero

6.h. Vocabulario de Malas y Buenas Actitudes 181

- Hemos aprendido a decir No a…


- Y que deberíamos decir SÍ a…
10

7. Di Sí a la Vida 185

- ¿Por Qué Es Bueno Vivir Bien?


- Para Vivir debes estar dispuesto a Intentarlo
- ¿Cómo Podemos Decirle Sí a la Vida?
a. la Comprensión Emocional (CE)
b. la Programación Positiva (PP)
c. la Teoría del 50% (T50%)
- ¿Cómo Utilizar las Tres Herramientas del Sí?

7.a. La Comprensión Emocional (CE) 197

- El Yo Colectivo
- El Yo Individual, ¿Por Qué Mirar en el Interior?
- Los Momentos de la Comprensión Emocional
- ¡El Momento es Ahora!
- El Perdón

7.b. La Programación Positiva (PP) 211

- Programando Nuestro Futuro


- Creando un Camino Común al Éxito
- Otros Tipos de Lenguaje y Comunicación
- ¿Cómo Podemos Empezar a Trabajar en Positivo?
- El Gran Poder de las Palabras y los Pensamientos

7.c. La Teoría del 50% (T50%) 225

- Esta Teoría en la Capoeira


- Si No Sois Capoeiristas
- La Teoría del 50% para Resolver los Problemas de la Vida
- Aplicando la Teoría del 50%

8. La Despedida: el Gran Comienzo 237

- La Vida, la Mejor Escuela


- Aprendiendo a Vivir, Tomando la Medida
11
“Rompiendo las Reglas”

- ¡Atento Carapán! Para Aprender Hay que Observar


- ¿No Sabes Qué Hacer? Muévete Carapán… ¡Haz Deporte!
- Generando “Deuda” Positiva
- Lamento Decirte que No es un Camino Cómodo
- Vive y Deja Vivir
- Siguiendo un Sueño, Alcanzando la Utopía
- El Fin no es más que un Nuevo Comienzo

9. Epílogo. Si tienes más de 18 años 251

- Cómo Surgió este Libro


- ¿Jóvenes Problemáticos o Jóvenes con Problemas?
- Las Reglas del Juego
- La Colectividad Individual
- El Individuo Colectivo: Rompiendo las Reglas
- Entonces… ¿de Qué Trata este Libro?

10. Algunas Referencias 265

- Fuentes de Inspiración e Influencia


- Los Verdaderos Maestros de mi Vida
- Ironías de la Vida
- La Otra parte de la Ecuación, mis Otros Maestros
- Cómo Leer este Libro
12
13
“Rompiendo las Reglas”

Qué es
un Carapán?
14

Lo que voy a intentar explicarte ahora es bastante complicado.


Y es que en realidad no hay una definición exacta para los carapanes,
pues son criaturas muy complejas que pueden adoptar todo tipo de
formas y colores. Eso entre otras cosas. Pero, a pesar de la dificultad
que entraña describirlos, debes saber que estás rodeado por ellos. Los
hay por todas partes y si te fijas bien los reconocerás, no pasan des-
apercibidos.

Algunos son más grandes, otros más pequeños; algunos de un


color, otros son de otro o incluso de varios. También los hay de todas
las edades. Al respecto de su hábitat tampoco hay nada concluyente
pues muchos son los que gustan de la playa, del campo o incluso de la
montaña. Pero la gran mayoría habitan en ciudades en cualquier lati-
tud del planeta, pues debes saber que gracias a su gran movilidad, cu-
riosidad e inteligencia están por todas partes. Debido a esto, algunos
prefieren nadar, otros correr o ir en bicicleta y los más atrevidos hasta
gustan de hacer el pino o soñar con volar, cosa que muchos terminan
por conseguir. Con algunos compartes idioma, a otros no les entende-
rás nada de nada, pero igualmente sabrás que se trata de un carapán.

Suelen ser seres sociales y sociables, pero cabe decir que algu-
nos lo son más que otros. A pesar de esta distinción no encontraréis
ninguno que no guste de un buen abrazo, de un gesto amable o de
unas bonitas palabras de ánimo, pues ya creo haber dicho que los ca-
rapanes son capaces incluso de hablar, por eso meten tanto la pata a
veces. De hecho los abrazos son ese saludo especial que ayuda a los
carapanes a reconocerse, de este modo no necesitan olerse los cuartos
traseros. No importa el lugar ni que no hablen el mismo idioma: un
abrazo de carapán es inconfundible.

Los pequeños carapanes llegan al mundo cuando una mamá y


un papá carapán… Bueno, creo que esta parte más o menos ya os la
sabéis, ¿verdad? Pues eso, que llegan pequeñitos, desnuditos y con
una cara de pan que dan ganas de pellizcar suavemente, pues inspiran
ternura y delicadeza. Tras nacer los carapanes crecen, van a la escuela
de los carapanes, siguen creciendo, luego hacen más cosas de carapa-
nes, dejan de crecer, se reproducen con otros de su misma especie y un
día dejan de ser, dejan de existir.
15
“Rompiendo las Reglas”

Aunque esto parezca algo trágico en realidad no lo es pues la


vida de un carapán promedio es bastante larga: dura muchos soles
y lunas e implica algunas lágrimas y muchas caricias. En la duración
de su aventura vital los carapanes son capaces de todas las cosas
que antes he descrito e incluso de algunas más. Los carapanes son
realmente unas criaturas bastante peculiares y únicas.

Parte de esta peculiaridad reside en que suelen tener la


constante sensación de que les falta algo, por eso siempre andan
buscando. Pero lo más curioso es que algunos no saben el qué.
Esto conduce al carapán a hacerse muchas y complejas preguntas,
algunas de las cuales no tienen fácil respuesta. Entre otros el ca-
rapán se plantea interrogantes como: ¿de dónde vengo y a dónde
voy?, ¿podré llegar allí volando o dando volteretas?, ¿por qué no
me siento del todo satisfecho?, ¿por qué, en ocasiones, es tan difícil
convivir o entender a otros carapanes?, ¿puedo chuparme el codo
o morderme las uñas de los pies? Cuestiones todas ellas de suma
importancia en la vida de un carapán.

Aunque todos los carapanes son buenos por naturaleza no


siempre actúan bien. Esto es debido a esa sensación que comen-
taba antes: ¿por qué me siento así?, ¿qué es eso que me falta?
Aquellos que peor se comportan son los que más desorientados y
perdidos se sienten y son también los que más urgencia tienen en
encontrar respuestas. Pero esa búsqueda puede finalmente llevar-
les a buen puerto y dejar atrás toda esa zozobra y malestar, pues
comportarse mal suele hacer sentir mal a un carapán: él/ella sabe
que ésa no es su verdadera naturaleza y algo en su interior les em-
puja a buscar sentirse y actuar bien. Afortunadamente los carapa-
nes nunca caminan solos, siempre hay cerca otro carapán dispuesto
a echar un cable o del que tomar buen ejemplo. Pero cada carapán
debe encontrar sus propias respuestas, pues no todos se hacen las
mismas preguntas ni dudan de la misma manera.

Lo de los carapanes es caso aparte porque además no tienen


una función determinada. Debido a ello pueden dedicarse a cualquier
cosa que se les ocurra. O lo que es más importante: deben encontrar
por sí mismos para qué valen o en qué son buenos. No en vano, los ca-
16

rapanes son capaces de realizar casi cualquier tarea que se propongan,


pues sus posibilidades y talentos son muchos. A algunos les gusta ha-
cer música, a otros escribir o cantar, leer, pintar, inventar, soñar, cuidar,
jugar…

Aunque a veces pueden ser excesivamente torpes y despistados


todos son muy cariñosos e imaginativos; pero algunos, que no lo son
tanto, inventaron algo que dieron por llamar trabajo, rutina y dinero. El
carapán se marchita ante ellos. ¿Habéis visto a un delfín ir a trabajar o
a un pájaro metiéndose por voluntad propia en una jaula y cantar libre-
mente para otros? Raro, cruel y triste, ¿no es cierto? A los carapanes
les pasa lo mismo. Trabajar no es una de esas cosas de carapanes, a no
ser que tengan un buen jefe o un trabajo en el que poder volcar toda su
creatividad o desarrollar algunas de sus grandes cualidades. Tampoco el
dinero es importante para ellos… ¿habéis probado a comerlo o respirar-
lo?

Pero hay una cosa más curiosa e interesante todavía al respecto


de los carapanes. La mayoría cuando se hacen mayores, al crecer, pare-
cen olvidar que lo son y también los días en los que fueron unos cara-
panes jóvenes llenos de energía, alegría y ganas de aportar y mejorar
el mundo. En este sinsentido su desorientación es máxima. Por eso se
afanan en crear e inventar reglas absurdas: para aliviar sus temores e in-
seguridades. Reglas que dirigen a otros a esta extraña situación, porque
el brillo de la auténtica libertad les trae recuerdos de días en los que se
sintieron un poquito mejor. Pero aunque ellos lo hayan olvidado todo
carapán mayor sigue albergando en su interior el indomable espíritu de
100 carapanes jóvenes, apenas tienen que volver a conectar con ellos,
consigo mismos. Nunca nadie está completamente solo o perdido. Nun-
ca es del todo tarde para sentirse bien.

Aun con todo, los carapanes son seres alegres que gustan de es-
tar bien, lo desean y necesitan, motivo por el cual dedican mucho tiem-
po y energía a conseguir ese estado. Son criaturas empáticas que saben
reconocerse en sus semejantes, pues a pesar de únicos e irrepetibles no
dejan de compartir muchas cosas con los demás. Pero no lo olvides: aun
siendo todos casi idénticos no hay ni un solo carapán igual a otro, cada
uno tiene su propia esencia. Todos son de un valor incalculable.
17
“Rompiendo las Reglas”

Si has leído con atención todas estas líneas y te has reído al


hacerlo, si te has sentido identificado o si espontáneamente hubieras
añadido alguna característica más, si alguna vez has intentado chu-
parte el codo… entonces ya sabes lo que te voy a decir a continua-
ción: ¡en efecto, tú también eres un/a carapán! Y este libro es para ti.
Cuando lo leas te dará la impresión de haberlo escrito tú mismo; eso
es porque lo he escrito yo, que soy otro carapán, uno de los grandes.
Los carapanes se entienden y se ayudan los unos a los otros. Ahora ya
sabes que hay más como tú; hay más carapanes ahí fuera. ¡Bienvenido
al club!

Así pues, este pequeño libro va de todo eso, de las cosas que
le importan, preocupan e interesan a los carapanes, sobre todo a los
más jóvenes, pues son los que más tienen que aprender sobre la vida.
Ser un carapán es algo muy humano. También tiene el objetivo de re-
cordarles a aquellos que lo han olvidado en qué consiste eso de ser un
carapán. ¿Me acompañas durante estas páginas? ¿Profundizamos un
poquito más en la vida de los carapanes? ¿Profundizamos en la tuya?
Prometo que no te dolerá, palabra de carapán.
18
19
“Rompiendo las Reglas”

Introducción

Sitienesmenos
. de 18 años…
20
Introducción

Si vas a leer este pequeño libro me gustaría explicarte primero


un par de cosas sobre él, aunque tal vez terminen por ser siete.
Déjame que te diga que aunque tiene forma de libro no es como todos
los demás que hasta ahora has leído, al menos eso creo o así lo he
intentado escribir. Es lo bueno que tienen algunas cosas: por fuera
pueden aparentar ser una cosa pero por dentro ser algo totalmente
diferente, insospechado y sorprendente.

En realidad un libro es como cuando te hacen un regalo que


está envuelto herméticamente: no tienes ni idea de lo que hay dentro
hasta que lo abres, o en este caso hasta que pasees por todas sus
páginas. Puede que a eso se refieran cuando dicen aquello de que no
hay que juzgar un libro por su portada; probablemente con las personas
deberíamos proceder del mismo modo. También quiero que sepas que
yo mismo tuve una relación similar con ellos, con los libros, pero ahora
somos grandes amigos. Los buenos amigos, al igual que algunos libros,
son también un gran regalo.

Por eso mismo, porque sé cuánto cuesta comenzar a leer, intenté


escribirte de manera que no sintieras que estabas leyendo un libro.
Si te aventuras con éste puede incluso que llegues a pensar que en
realidad no estás leyendo sino hablando con un amigo. Y si lo terminas
verás que ese amigo con el que has estado hablando a través de todas
estas páginas no eras más que tú mismo.

Qué bonito, ¿verdad? Tú hablando contigo mismo, tú


conectando con tu yo interior. ¿Lo habías hecho alguna vez? De eso
va precisamente este libro: de conectar con nosotros (tanto individual
como colectivamente), de conocernos un poco mejor y de intentar
comprender el entorno en el cual nos desenvolvemos. Y si, de momento,
no encontramos solución al menos tendrás un amigo con quién hablar
de estas cosas tan importantes. Eso siempre ayuda.

Puede que aun habiéndote dicho estas cosas sigas pensando


que eso no son más que chorradas y que este libro no es para ti.
Entiendo tu resistencia, no me sorprende. Otros jóvenes han pensado
así antes que tú y han terminado por devorarlo; es más, la mayoría de
ellos han contribuido, incluso, a darle forma y, sobre todo, sentido y
21
“Rompiendo las Reglas”

razón de ser. Otros siquiera lo han leído porque aún no existía, pero
me ayudaron a escribirlo mientras me contaban sus experiencias,
sentimientos e inquietudes. Por eso este libro es un regalo que te
hacemos un montón de amigos que aún no conoces. De hecho este
libro está lleno de abrazos.

Si alguna vez te has sentido triste sin motivo aparente, si


alguna vez has pensado que este mundo es un lugar injusto, sombrío
y hostil… este libro es para ti. Si alguna vez te has sentido solo aun
estando rodeado de mucha gente o te has preguntado por qué actúas
como actúas y por qué piensas como piensas… este libro es para ti. Si
alguna vez has tenido la sensación que en tu casa no te comprenden
o que todos están en tu contra, si alguna vez has sentido una rabia
incontrolable que no sabías cómo enfocar o si no puedes dormir por
las noches… este libro es para ti. Si alguna vez te has planteado qué
será de ti en un futuro o te has preguntado quién eres, si alguna vez
has sentido miedo y has deseado sentirte mejor… sin duda alguna este
libro es para ti. ¿Cómo lo ves ahora? ¿Empezamos a hablar ya el mismo
idioma? No sé por qué pero me da la impresión que sí.

Pero no te sientas mal por ello, pues el motivo de juntar tantas


letras, darles forma de palabras y envolverlas dentro de un regalo con
aspecto de libro, no es otro que intentar buscar una respuesta a todas
esas preguntas que surgen del párrafo anterior y perseguir el bienestar
que tanto mereces. Debes saber que no eres el único, muchos son los
que se sienten desorientados o mal. Creo que precisamente ésa es una
de las principales razones por las que el mundo, además de parecer,
sí es a veces un lugar gris y solitario. Porque, si no fuera así, si todos
nos sintiéramos realmente bien… ¿habría algún motivo para que las
personas se traten mal las unas a las otras?

La verdad es que en algunos casos, a veces incluso en muchos,


el mundo de los adultos es un auténtico disparate, una locura. Y si no
poned un rato las noticias, abrid un periódico, comeos de una sentada
los anuncios que ponen en una película un sábado por la noche,
intentad comprender las modas que vienen y van o las trifulcas de patio
de colegio y las mentiras de aquellos que nos gobiernan o pretenden
hacerlo...
22
Introducción

Realmente da la impresión que nada tiene ni pies ni cabeza,


sobre todo cuando vemos a otros seres humanos matándose entre sí,
personas huyendo de zonas en conflicto mientras el resto de países se
piensan si los acogen o no o simplemente esperando a morir de hambre
aquí o allá, mientras que a nosotros no nos falta de nada. Hace tiempo
estas cosas pasaban en lugares bastante remotos, pero hoy en día
puede incluso que sean tus vecinos los que están siendo desahuciados
o viviendo alguna mala situación relacionada con el dinero o la crisis. Ya
hace dos años que no tengo tele y, por lo que veo y me cuentan, todo
sigue funcionando igual.

Hace falta mucho amor en el mundo y esto es debido, entre


otras cosas, a la gran desconexión que vivimos con nosotros mismos y
con los demás, pues aun siendo tan distintos, aun viviendo en lugares
tan distantes, todos somos la misma cosa: seres que tan sólo aspiran a
sentirse bien, a pesar de que en algunas ocasiones nos complicamos
demasiado las cosas en tal aventura, la de la vida.

Pero, si nuestro objetivo es tan sencillo, si tenemos todo lo


necesario para vivir bien, ¿por qué entonces seguimos sintiéndonos
mal?, ¿por qué seguimos haciendo sentir mal a otras personas?, ¿por qué
no nos ayudamos más los unos a los otros? Hace falta mucha humildad
para reconocer nuestros fallos y torpezas y también mucho coraje para
superarlos convenientemente. Y abrazos, hacen falta muchos abrazos.

La realidad social, ese mundo compuesto por personas más


mayores que tú, está llena de normas que han provocado la ilusión
que nuestras vidas deben girar entorno las prisas, el trabajo, el dinero
y los objetos materiales. Ve al colegio, después al instituto, estudia
una carrera, escoge una profesión y consigue un trabajo, cómprate un
piso, paga tus impuestos, busca una pareja, no pienses ni cuestiones,
perpetua el ciclo…

Quieren que aprendamos sus matemáticas, sus idiomas,


su historia, sus normas de conducta… quieren que aprendamos a
obedecer. Y lo hacen a través de la mal llamada cultura del esfuerzo,
la cual nos mantiene muy ocupados dándonos codazos y poniéndonos
la zancadilla, compitiendo por conseguir más y más cosas. ¿Esfuerzo
23
“Rompiendo las Reglas”

para qué y para quién?, ¿para que aquellos que ya lo tienen todo sigan
engordando sus egos y bolsillos? A todo esto los adultos le llamamos
vivir en el mundo libre, vivir en libertad. ¿Quieres ser mayor en un
mundo así?

Trabajar, competir, maltratar, acumular, desperdiciar… para


después no irte ni con lo puesto. No, si ya dicen que lo decía Alejandro
Magno (ya os contaré quién era si os interesa y si no sabéis de él).
Porque esa es otra: un día te vas a morir, después de mí claro. Aunque
yo viviré al menos 140 años. Es decir, 101 años más sin tele. Mola. Aún
nos quedan mucha fiesta y muchos regalos.

Tienes un móvil de última generación, zapatillas en los pies,


buena ropa que vestir, comida en la mesa, un techo y una cama, la
posibilidad de estudiar, una familia (del tipo que sea), un ordenador
con acceso a Internet… Creo que también sabes resolver algunas
ecuaciones, decir buenos días en inglés, las preposiciones de carrerilla
e incluso saltar a la pata coja. Pero nada de todo eso te ayuda cuando
te sientes mal o tienes que resolver un conflicto personal; nada de todo
eso te define como persona, a no ser que se te dé muy bien lo de
la pata coja. ¿Cuál es la raíz cuadrada de esa profunda sensación de
tristeza que oprime tu pecho por las noches?

Ayuda hacer una llamada a un ser querido o recibir su abrazo, dar


alivio a unos pies cansados, prestarle una sudadera a un amigo, cobijar
a aquellos que se quedaron sin techo, aprovechar nuestra cercanía al
conocimiento y al saber en cosas positivas… Ayuda llorar, reír, abrazar,
tocar, acariciar, cuidar, colaborar, festejar, creer y crear, inventar, regalar,
soñar…

Ayuda sentir. Ayuda hacer sentir bien a otros. Ayuda que otros
nos ayuden a sentir cosas buenas. Pero nunca nos han enseñado a
hacerlo, nunca nos han enseñado a sentir ni a ayudar. Sin embargo no
dejamos de necesitarlo. Y todo esto sí nos ayuda a definirnos como
seres humanos, sí ayuda a identificar y potenciar nuestra esencia como
individuos únicos e irrepetibles. Puede que ellos todavía no se hayan
dado cuenta, probablemente tú tampoco, pero eres imprescindible
para la sociedad y para el planeta. Todos necesitamos de ti.
24
Introducción

¿Seguimos hablando el mismo idioma? Sin duda. Porque sé que


sí te preocupan las broncas en casa; sé que quieres ser aceptado en
ese grupo de amigos; sé que te afecta que tu madre se sienta mal
porque ha perdido su trabajo; sé que sí quieres abrazar a tu padre; sé
que por dentro aún no te has recompuesto de aquella tragedia y que
todavía sientes la falta de esa persona que se fue antes de tiempo; sé
que querrías gustarle a él o a ella; sé que nunca te perdonarás haber
reaccionado así de mal con tu hermano/a; sé que no querrías haber
suspendido o repetido curso; sé que hubieras querido poder decir la
verdad en aquella ocasión, pero te faltó valor; sé que a veces quisieras
expresar todo esto pero no sabes cómo hacerlo, no encuentras la
manera de abrirte a los demás... ¿Y sabes por qué sé todo esto? Pues
porque resulta que el amigo del cuñado de un conocido del mecánico
de la frutera de su vecina le contó a su prima tercera, la que vive en el
primero, que escuchó a un mimo, que no tiene tele, susurrarle a una
flor, a una rosa, que él también se sintió así un día. Ese mimo, un poco
memo, no soy yo.

Mi propuesta para ti es la siguiente:

- vamos a observarnos y analizarnos a nosotros mismos en busca de


los por qué que nos mueven, para comprender porqué somos cómo
somos y ver si queremos seguir siendo así o si, en cambio, sentimos la
necesidad de mejorar algunas cosas,
- vamos a observar y analizar nuestro entorno familiar y social para
intentar comprender sus reglas y cómo nos condicionan… y si hace
falta las romperemos o cambiaremos. Pero no antes, o como mucho al
tiempo, de trabajar en nosotros esos cambios positivos que luego se
traducirán en aportar cosas favorables a nuestro entorno.

Pero además:

- vamos a aprender a confiar en nosotros mismos y entendernos los


unos a los otros,
- vamos a darnos abrazos y hacernos regalos,
- vamos a aprender a conocernos y tratarnos bien,
- vamos a descubrir nuestros talentos ocultos y nuevas inquietudes,
- vamos a aprender a darle un nuevo sentido a las palabras miedo y
25
“Rompiendo las Reglas”

problema, también a resolver nuestros conflictos desde una perspectiva


más sana e inteligente, que además nos aporte algún beneficio…

La clase, o este libro, será nuestra nueva familia experimental,


nuestra pequeña sociedad, donde practicaremos todas estas cosas y
podremos darnos cuenta de que otro tipo de convivencia es posible.
Sentirse bien es posible. Pero para eso hay que dejar de lado el miedo,
la violencia, las malas formas, la intolerancia, la inseguridad, el egoísmo,
los pensamientos negativos… vamos a entrenarnos en eso también.
Eres capaz de las más grandes y justas hazañas.

Y no lo olvides: no estás leyendo un libro, apenas estás


manteniendo una charla con un amigo. Por eso es tan importante que
hables, que te pienses, que comuniques tus necesidades y expreses tus
inquietudes, que reconozcas tus sentimientos y emociones. Si haces
todo esto estarás mejorando tu vida y la de quienes te rodean; además
también me estarás ayudando a mejorar este libro y, al tiempo, les
harás un regalo a las siguientes personas que lo lean. Tú bienestar es
también el de otros, pues recuerda que todos formamos parte de la
misma cosa.

Ojalá hablar este libro te ayude tanto como a mí escribirlo, pues


no dejo de sentir en mí a aquel jovenzuelo inquieto y algo travieso
que un día fui y que, de tanto en tanto, aún se manifiesta. Gracias por
aportar tu granito de arena, por querer mejorar este mundo al que
algún día tú saldrás a pecho descubierto para derrochar todo tu talento
y generosidad. Gracias por haberme hecho este bonito regalo. Nos
debemos un abrazo.
26
27
“Rompiendo las Reglas”

No eres
1. Tonto
“Cada vida es única y valiosa, por lo tanto estará llena de experien-
cias también únicas e igual de valiosas”.
28
1. -No eres tonto

Hola Carapán ¿Qué tal estás? Espero que muy bien. Yo estoy muy
contento y emocionado porque sé que me estás leyendo y a pesar de ser
esta la primera vez que hablamos, de que no te conozco, quería decirte
una cosa: sé que no eres tonto. A partir de este mismo momento tenemos
la oportunidad de comenzar una gran aventura juntos. Pero vamos poco a
poco.

Como digo nos acabamos de conocer y algunos incluso añadirían


que nuestro encuentro quizá no tenga lugar en la mejor de las circunstan-
cias. Pero yo creo que no había momento mejor que este preciso instante
para conocerte: primero porque no ha habido otro (ni lo habrá) y segundo
porque yo sé que no eres tonto. Y si no eres tonto quiere decir que enton-
ces eres inteligente, y mucho.

Así pues, nos encontramos todos en este momento especial. De


sobra sabemos, y mucho te insisten en esto, que este curso es realmente
un gran privilegio y una gran oportunidad, y eso es muy cierto, pero…
¿qué curso no lo es? También sabemos que no es la línea normal de estu-
dios, lo cual podría hacer pensar a algunos, incluido a ti, que algo no va del
todo bien. Si me has seguido hasta aquí, si he logrado hacerme entender,
¡gracias y enhorabuena! Porque así podremos seguir hacia delante. ¿Ves
cómo sí eres inteligente? Pero continuemos.

Caminando que es gerundio… y necesario

Es verdad que este es un camino distinto a los cursos ordinarios,


normales, pero no deja de ser eso, un camino. Que un camino sea diferen-
te no lo hace peor que otros y esto quiere decir también varias cosas más,
todas muy importantes:

- que no haya camino equivocado significa que cualquier camino es bueno


y que de todo caminar/caminante se puede aprender y extraer algo de
provecho, mientras sepa por dónde estoy andando,

- al no haber un destino fijo en la vida tengo la libertad, y la responsabili-


dad, de poder ser cuantas cosas sienta y quiera ser, pero debo querer ser
algo,
29
“Rompiendo las Reglas”

- tampoco hay una dirección o tiempo determinados para recorrer nuestro


camino; podremos avanzar, pararnos a descansar o contemplar el paisa-
je, retroceder, cambiar de camino… y además podremos invertir todo el
tiempo que necesitemos para todo esto, pues el tiempo límite es la dura-
ción de nuestra propia vida, aunque tal vez también por esto no debiéra-
mos entretenernos demasiado en comenzar o continuar caminando.

Sigamos con el caminar. Entonces, si no hay caminos mejores que


otros, si no importa el recorrido ni el tiempo que empleemos en recorrer-
lo… ¿por qué sí parecen querer decirnos por dónde debemos ir? ¿A qué
vienen tantas prisas? Pues en principio os podría decir que todo esto se
debe a que, en algún momento, a alguien que se encargaba de todo esto
se le olvidó que somos todos tan parecidos como distintos; se le olvidó
pensar que a todos no nos hacen sentir las mismas cosas; se le olvidó
tener en cuenta que no somos simples piezas de un puzzle.

Antes de todo eso… ¿Por qué caminar? ¿Por qué no quedarnos


quietecitos y tranquilitos? ¿Para qué todo esto si, a pesar de tan sólo
haber comenzado, se ve complicado o por lo menos poco sencillo? Bien,
muy bien. Si te has planteado alguna de estas preguntas u otras pareci-
das… sigues pensando y además ya has empezado a caminar. Pero ya
intentaremos responder a ese tipo de cuestiones un poco más adelante,
en futuros artículos, si me hacéis el gran honor de acompañarme en este
pequeño viaje que os voy a proponer a través de ellos.

¿Os habéis dado cuenta? ¿Os habéis fijado que en lugar de facili-
taros respuestas os estoy friendo a preguntas? Pues ya os puedo adelan-
tar que casi siempre será así: una buena pregunta tendrá como respuesta
otra buena pregunta, y así sucesivamente.

La Experiencia, la Madre de la Ciencia… de la Vida

Podemos decir entonces que la duda, las ganas de saber y la cu-


riosidad serán algunos de los motores que deberemos emplear para po-
nernos en movimiento, para empezar a caminar. El movimiento nos traerá
experiencias muy variadas y las conclusiones que extraigamos de ellas
conformarán nuestro conocimiento y sabiduría.
30
1. -No eres tonto

Y de esto último podemos ver, e incluso comprender, una de esas


desconexiones que observamos cuando se enfrentan padres, profesores
o el entorno social con vosotros, los más jóvenes. Si entendemos que
más caminar conlleva más experiencia y sabiduría, no es de extrañar que
aquellos más mayores supongan que los más jóvenes sois unos inexper-
tos pues lleváis mucho menos tiempo en este mundo y por tanto sois
menos sabios.

Esto en cierto modo es verdad y aceptarlo os supone un gran


esfuerzo, pero es uno que no debéis despreciar. Pero lo que los mayores
olvidan, con demasiada facilidad, es que tener menos experiencia no sig-
nifica no tener ninguna en absoluto. Y en este descuido olvidan que ellos
un día, no tan lejano, fueron jóvenes como vosotros y probablemente
también sufrieron la misma incomprensión. Tenéis experiencias distintas
pero las preocupaciones básicamente son, o fueron, las mismas. Pero
os diré más… ¿os habéis planteado alguna vez cómo afrontaríais voso-
tros el reto de establecer este contacto? Dicho de otro modo… ¿cómo
actuaréis vosotros respecto a los jóvenes cuando tengáis 40 años? ¿Os
acordaréis de todos estos detalles que estamos empezando a ver?

Aquí podemos ver otro de los problemas derivados de esta in-


comprensión mutua: los más mayores, los más expertos, os suelen que-
rer imponer sus experiencias, su sabiduría, a la fuerza apelando a vuestra
inexperiencia. Pero vuestras experiencias, por pocas que sean, son muy
válidas en tanto y cuanto tienen consecuencias reales para vosotros y
vuestro entorno, así que no deberían ser menospreciadas.

Lo que aquellos más expertos deberían hacer es acompañaros


durante esos momentos, ofrecer sus experiencias y actitud como ejem-
plo y no como soluciones absolutas. Deberían mostrarse comprensivos,
aunque eso no descarta la firmeza, y preocuparse por cuáles son vues-
tros intereses y por cómo os afectan vuestras vivencias en lugar de com-
pararlas con las suyas o con las que la sociedad intenta imponernos a
todos. Cada vida es única y valiosa, por lo tanto estará llena de experien-
cias también únicas e igual de valiosas, experiencias que no se pueden
aplicar tal cual a otras personas pero que sí pueden servir de inspiración
y ayuda en momentos de necesidad.

31
“Rompiendo las Reglas”

Por el mismo motivo vosotros tampoco deberíais ser tan im-


prudentes como algunos de vuestros mayores: no despreciéis la sabi-
duría y el interés verdadero que ellos puedan mostrar por vosotros en
algún momento. Pero daros cuenta que lamentablemente no actuáis
así y, casi por defecto, hacéis oídos sordos a lo que los mayores os
dicen.

Así que yo sigo insistiendo: no sois tontos, en todo caso sois


inexpertos, del mismo modo que un hombre de 39 años puede ser
menos experto que un señor de 59, pero no por ello tonto. Cada eta-
pa de la vida contiene una sabiduría propia que debemos aprender a
extraer y dar forma para que nos ayude a afrontar las siguientes fases
de nuestra existencia, pues el joven de hoy será el adulto del mañana
y el adulto de hoy fue ayer un joven. En realidad estamos mucho más
conectados y relacionados de lo que algunos pueden alcanzar a ver,
por lo que es imprescindible que todos pongamos un poquito de
nuestra parte, o un muchito.

Debemos ver, pues, que somos más parecidos que diferentes;


debemos apoyarnos más y ser más pacientes los unos con los otros.
Entendiendo y aceptando las características de cada etapa y persona
podremos tolerarnos e incluso aprender los unos de los otros. Porque
ya os he dicho que no sois tontos, pero os diré algo más: el profesor
tonto es aquel que piensa que no tiene nada que aprender de sus
alumnos. Por lo mismo, no caigáis en la tentación de pensar que no
tenéis nada que aprender de los profesores.

Mis queridos amigos y amigas, ayudad a este humilde apren-


diz de maestro a aprender de vuestra sabiduría. Dejad que os haga
dudar y que os ayude a sacar lo mejor que lleváis dentro para así po-
der contagiarme de vuestras ganas y vitalidad. Ayudadme a aprender
más sobre la vida y sobre mí mismo a través de vosotros/as.

Yo, por mi parte, espero saberos contagiar el entusiasmo de


mi caminar; espero inspiraros y que haya algo en mí que despierte
vuestra curiosidad y ganas de aprender; espero que podáis sentir mi
entusiasmo y preocupación y que os preguntéis por qué un completo
desconocido quiere hacer todas estas locuras por vosotros.
32
1. -No eres tonto

Habiendo dicho ya demasiado os hago, de momento, una úl-


tima propuesta: ¿nos acompañamos en nuestro caminar durante este
tiempo que vamos a compartir? ¿Sí? Excelente. ¿Os he dicho ya que
sois muy buenos? Pues... dejad que os lo repita: vosotros… vosotras…
sois muy muy buenos/as… Y muy inteligentes.

Intentando Resumir un Poco:

- sin conocernos sé que no sois tontos, al contrario sé que sois muy


inteligentes,
- no hay caminos equivocados, que un camino sea distinto de otros no
lo hace peor,
- tener la necesidad de recorrer otros caminos no es en absoluto cosa
de tontos, es de personas muy inteligentes querer continuar avanzan-
do aunque sea por otras sendas,
- la duda, el deseo de saber, es el motor del caminante, lo que le inspira
a seguir avanzando, y las buenas preguntas su combustible,
- para comenzar a caminar necesitamos ser tutelados por otros más
mayores que nosotros, más expertos,
- con frecuencia los intereses de vuestros tutores no son los mismos
que los vuestros,
- esta diferencia de experiencias y de motivaciones provoca una barre-
ra de incomprensión, de dos direcciones, que dificulta la comunicación
entre las partes y el proceso en sí,
- ser menos experto o tener otras inquietudes no significa, por defecto,
estar siempre equivocado,
- tampoco es muy inteligente, y vosotros sí lo sois, rechazar, sí o sí, las
lecciones que nos ofrecen aquellos más mayores,
- toda experiencia y toda vida es muy preciosa y válida, de todos y de
todo se puede sacar un aprendizaje positivo,
- para que esto se pueda dar es necesario un acercamiento de todas las
partes implicadas en el proceso: la vuestra y la de los demás,
- la vida nos obliga a caminar… llenemos ese recorrido con curiosidad y
sabiduría de forma que logremos querer ser un poquito mejor cada día,
- ¿os he dicho ya que sois muy inteligentes y que me alegro mucho de
comenzar esta aventura a vuestro lado?
33
“Rompiendo las Reglas”

Práctica:

1. ¿Por qué crees que estás leyendo este libro? ¿Qué esperas de él?
2. ¿Cuáles son tus inspiraciones y aspiraciones?
3. ¿Qué cosas te gustan o despiertan tu curiosidad? ¿Sobre qué que-
rrías saber más?
4. ¿Qué te ha parecido el texto? ¿Cómo te has sentido al leer el artí-
culo?
5. ¿Dirías que el texto está escrito de forma negativa o positiva? Busca
frases o fragmentos que confirmen tu respuesta.
6. ¿Crees que hay diferencia en los resultados cuando hablamos de
forma negativa o positiva? ¿Cómo te sientes si te hablan de una mane-
ra y cómo si lo hacen de la otra? ¿Es importante para ti que te hablen
utilizando un buen tono o buenas formas?
7. Abrir y/o fomentar un debate al respecto de las últimas preguntas de
la práctica, haciendo hincapié en la diferencia emocional y actitudinal
que implica utilizar un lenguaje o un tono de voz determinado y que
sirva de introducción al segundo artículo “Hablar y Sentir”.

Algunas Citas Interesantes:

- “Cada uno tiene su forma de aprender –se repetía así mismo–. La


manera de él no es la mía, y la mía no es la de él. Pero ambos estamos
buscando nuestra Leyenda Personal, y yo lo respeto por eso”. Paulo
Coelho, “El Alquimista”
- “La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras hayan niños
infelices”. Albert Einstein
- “Los niños tienen cien maneras de pensar, de soñar... pero les roban
noventa y nueve”. Loris Malaguzzi

Algunas Recomendaciones Interesantes:

Permitidme que os de la paliza un poco más. Hablar de todas


estas cosas me ha hecho recordar mi adolescencia y a mis padres. Afor-
tunadamente ellos sí mostraron mucha paciencia y comprensión conmi-
34
1. -No eres tonto

go, algo por lo que ahora les estoy enormemente agradecido. Una de
las estrategias, métodos, que ellos emplearon para llegar hasta mí fue
predicar con su propio ejemplo, y algunas de esas buenas cosas que
ellos gustaban de hacer (sobre todo mi queridísima madre, Elia) eran
leer y escuchar buena música.

Son muchas las canciones que recuerdo heredadas de mis pa-


dres pero una de ellas, un poco relacionada con todo lo que antes he-
mos comentado, era una adaptación de un poema de Antonio Macha-
do del cantautor Joan Manel Serrat (“Dedicado a Antonio Machado,
poeta”, 1969). Yo tengo a bien compartir el poema original con voso-
tros. Ojalá os guste tan sólo un poquito. Un día de estos escuchamos el
poema musicado, ¿vale?

Antonio Machado
Caminante no hay camino
Extracto de Proverbios y cantares (XXIX)

Caminante, son tus huellas


el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

La Odisea, atribuida al poeta griego Homero, es otro de esos


caminares épicos que ha perdurado al paso del tiempo. Narra las in-
creíbles aventuras, y desventuras, que el héroe griego Ulises debe vivir
para regresar de nuevo a su hogar en Ítaca, donde era rey, tras finalizar
la guerra de Troya. Y lo digo así porque Homero hizo que al pobre
Ulises le costara, nada más y nada menos que, diez años volver a su
casa, poniéndolo en numerosos aprietos e infortunios. Tal vez estas
cosas os suenen un poco: en un capítulo de los Simpson hacen honor a
35
“Rompiendo las Reglas”

esta epopeya y no hace demasiado se hizo una nueva versión sobre la


guerra de Troya en una película titulada Troya, protagonizada por Brat
Pitt, quien interpreta el papel de otro gran y conocido héroe griego
clásico, Aquiles. Cuando yo era niño había una serie de dibujos anima-
dos que se titulaba “Ulises 31”, donde el mismo protagonista vivía sus
peculiares aventuras en un tiempo futuro a través del universo; destino:
regresar a la Tierra.

Tal vez os apetezca saber más sobre estas cosas. Os invito a ser
curiosos y a investigar en Internet, allí lo podréis encontrar casi todo.
¡Suerte y curiosidad!
36
37
“Rompiendo las Reglas”

hablar y
2. Sentir
“… Será fundamental aprender a mantener una buena comuni-
cación con los demás y saber encontrar y expresar aquellas
cosas que nos hacen sentir bien…”
38
2. -Hablar y sentir

¿Recordáis el artículo que leímos el otro día? En él comentamos


muchas cosas importantes y debo valorar muy positivamente vuestra
colaboración. Escuchasteis con atención y mostrasteis que podéis pen-
sar, y además muy bien.

El caso es que terminamos la charla hablando sobre las distintas


formas de dirigirnos a los demás. Si las resumimos las podemos dejar
en tan sólo dos: hablar mal o hablar bien. También eran dos las conse-
cuencias de estas formas de hablar: si me hablan mal me siento mal y,
en cambio, si me hablan bien me siento bien.

Esto parece que quedó bastante claro y todos supisteis reco-


nocer, por ejemplo, esas situaciones en las que algunos profesores o
adultos se dirigían a vosotros de mala manera, ¿verdad? También su-
pisteis ver que había una gran diferencia en la forma de comunicarme
con vosotros, la cual os ha parecido más amable y agradable y debido
a ello tenéis a bien leerme, o escucharme, con tanta atención. Vosotros
entendisteis esto y respondisteis también con agradables formas.

Todo esto viene a propósito de haceros notar que antes de


nuestro encuentro éramos completos desconocidos y que las herra-
mientas que todos nosotros empleamos, aquél gran día para comenzar
nuestra curiosa relación, fueron el habla y la escucha. Resulta imposible
hablar con otra persona si no somos capaces de escucharla, y vicever-
sa. Y lo mismo sucede con cualquier desconocido o relación: el habla
es una de las maneras más directas de establecer contacto con otras
personas. Desde luego hay otras tantas, pero hablar resulta sencillo,
en ocasiones incluso demasiado, y en principio no debemos adquirir ni
preocuparnos con métodos demasiado novedosos o intimidatorios.

Vimos también que si me hablaban mal, haciéndome sentir mal,


yo respondía también mal, lo cual tampoco me ayudaba a sentirme
mejor. Pero al reaccionar así entramos en una espiral de malas formas
en la que, junto con las personas con las que hablamos, todo son malas
situaciones. Además podemos acostumbrarnos a actuar así e incluso
llegar a pensar que lo normal es hablar mal. Pero, amigos/as, no siem-
pre lo más frecuente o normal es lo mejor ni esto tiene porque conti-
nuar así.
39
“Rompiendo las Reglas”

Cuando decimos hablar mal nos referimos a utilizar, por ejem-


plo: gritos o palabras y/o expresiones fuera de tono, insultos, frases
que minen la autoestima o que sabemos no tienen otra intención que
hacer daño a la otra persona… creo que todos sabéis a qué me refiero.
Sabemos también que, cuando se trata de vosotros y en la mayoría de
las ocasiones, interpretáis así cualquier palabra/pregunta relacionada
con todo asunto que no os apetezca o que no os resulte cómodo.

El que Tiene Boca, Si No Piensa Antes, Se Equivoca

Entonces, siendo esto así, reconocíamos dos partes en este pro-


ceso de comunicación: la vuestra y la de los demás, pudiendo ser estos
padres, familiares, profesores, amigos… Y reconocisteis un par de co-
sas más también muy importantes:

- la primera, que no siempre tenemos razón en todo,

- la segunda, que muchas veces actuabais/hablabais mal aun sabiendo


que no teníais razón.

Obviamente esto también significa que, en nuestro caso, no


siempre estaréis equivocados y/o que no siempre tendrán los padres o
profesores la razón. Pero por el mismo motivo ni padres ni profesores
estarán siempre equivocados. No nos encabezonemos con esto ahora,
carapanes. Sigamos investigando a ver qué más encontramos.

Pues eso. Que reconocisteis que en algunas ocasiones habla-
bais mal sin motivo y que en otras, al veros en una situación que no os
apetece, os da por hacer/decir lo contrario de lo que se os sugiere. Y
nos reímos bastante al darnos cuenta de esto, ¿os acordáis? Todos lo
entendisteis, y eso es un gran logro por vuestra parte. ¡Bien hecho!

Resulta que a los demás les sucede como a vosotros: pensáis


que todo el mundo os va a hablar mal sí o sí, y ellos piensan lo mismo
de vosotros. Menuda tontería, ¿no? Entonces nos encontramos con
que padres/profesores/adultos y alumnos/jóvenes están enfrentados
sin motivo la mayoría de las veces.
40
2. -Hablar y sentir

Debéis intentar ver que, del mismo modo que vosotros no po-
déis hacer nada para que los demás no os hablen mal sin motivo apa-
rente, ellos tampoco pueden evitar que vosotros actuéis de esa forma
tan impulsiva y sin fundamento. ¿Quién podrá entonces modificar esa
conducta? Únicamente vosotros mismos. Cada persona debe buscar
trabajar y solucionar sus conflictos y situaciones, no hacer responsables
a los otros siempre y por defecto.

¿Cuál Es la Relación Entre Hablar y Sentir?

Si muchas veces actuamos mal sin motivo aparente o por hacer


la puñeta, y no os riáis que ya me río yo, aun cuando en realidad no
quisiéramos hacerlo, ¿qué es lo que nos hace hablar o actuar de forma
inapropiada? La norma podría ser ésta:

- hablo mal y actúo mal cuando me siento mal.

Por lo tanto también podremos encontrar lo contrario:

- hablo mejor y actúo mejor cuanto mejor me siento.

Y de aquí podemos extraer otras dos lecciones:

- si me siento mal seguramente continúe actuando mal y…

- si me siento bien será más fácil que tenga disposición a hablar y actuar
de esta misma manera… bien.

Cómo podéis ver ambas situaciones pueden desembocar en


una conducta cíclica, en forma de círculo en este caso, donde:

- las malas actuaciones y sentimientos conllevan a un malestar perma-


nente que parece no tener fin ni otro objeto que el mismo malestar y,
por el contrario…

- las buenas actuaciones y los buenos sentimientos nos motivarán e


impulsarán para conseguir todo aquello que nos propongamos.
41
“Rompiendo las Reglas”

Entonces, ¿qué podemos hacer para no hablar mal? ¿Qué po-


demos hacer cuando nos hablan mal? Esto es algo que necesitará de
una buena revisión pero podemos comenzar diciendo y haciendo lo
siguiente: si lo que hago ahora mismo no me funciona tal vez puedo
intentar hacer lo contrario. Si por norma hablo mal debo fijarme y evitar
hacerlo. Y lo mismo cuando me hablan mal: puedo intentar hacer oídos
sordos a la provocación y responder, también, de forma amable, sor-
prendiendo a quién nos habló mal y rompiendo esta mala inercia. Pero
como ya he dicho, ya profundizaremos en esto más adelante y veremos
de qué herramientas disponemos para lograr hacer todo esto.

Todo esto es importante porque, sí o sí, somos seres que viven


y se desarrollan en sociedad, es decir: siempre viviremos entre otros se-
res humanos y la palabra será una de las formas más directas y eficaces
de comunicarnos con ellos. Además, una de las aspiraciones de toda
persona es llegar a sentirse bien. Así pues, será fundamental aprender
a mantener una buena comunicación con los demás y saber encontrar
y expresar aquellas cosas que nos hacen sentir bien para conseguir
conquistarlas de una manera apropiada.

Qué gran salto hemos dado amigos/as. Acabamos de relacionar


la forma de actuar con la manera de sentir. También hemos visto que
si nos ofrecen algo malo no tenemos porque aceptarlo o seguir brin-
dando cosas malas a los demás. ¿Lo entendéis? ¡Estupendo chicos/as!
Insisto en que daros cuenta de estas cosas, por sencillas y tontas que os
parezcan, es un grandísimo avance. Sigamos pues descubriendo más
cosas sobre nosotros mismos. De momento aquí lo dejamos. Muchísi-
mas gracias por vuestra atención y curiosidad. ¡Hasta la próxima cara-
panes!

Intentando Resumir un Poco:

- hablar es una de las formas más directas de comunicación que existen,


- para poder hablar con otros es fundamental saber escuchar,
- la forma en que nos dirigimos a los demás condiciona el resultado del
proceso de comunicación, desprendiéndose buenas o malas sensacio-
nes de él,
42
2. -Hablar y sentir

- si nos hablan mal nos pueden hacer sentir mal; si hablamos mal pode-
mos hacer sentir mal,
- si nos hablan bien pueden motivarnos; si hablamos bien podemos
motivar a otros o a nosotros mismos,
- no siempre escucharemos o recibiremos cosas agradables de los de-
más, pero esto no nos obliga a pagar con la misma moneda,
- si logramos no entrar en ese juego de malas formas romperemos una
inercia malsana y tal vez logremos sentirnos algo mejor,
- el que tiene boca se puede equivocar, así que deberíamos estar pen-
dientes de nuestras palabras y gestos, conscientes de nuestra capacidad
de equivocarnos, lo cual nos puede ayudar a comprender los fallos de
otros,
- si las palabras, o acciones, que utilizamos no están obteniendo el resul-
tado esperado tal vez debamos probar a hacer lo contrario,
- todo esto es importante porque somos seres sociales que utilizan la
palabra y durante nuestra vida será imprescindible el contacto con otras
personas, por tanto es importante conocer algunos de los mecanismos
que regulan este proceso de comunicación con el fin de lograr nuestras
metas,
- hablar y sentir están íntimamente relacionados, pues hablamos confor-
me nos sentimos y sentimos aquellas cosas que decimos o escuchamos,
- de nosotros depende aceptar u ofrecer cosas buenas o malas a nues-
tros compañeros de viaje y también modificar nuestro estado de ánimo
para enfocarnos hacia el bienestar.

Práctica:

1. ¿Podrías decir cómo sueles hablar? ¿Y cómo te sueles sentir?


2. ¿Qué tipo de vocabulario o tono se suele utilizar en los ambientes que
frecuentas? ¿Crees que te influyen de alguna manera?
3. ¿Podrías poner algún ejemplo de persona que suele hablarte bien?
¿Cómo te hace sentir?
4. ¿Podrías poner algún ejemplo de persona que suele hablarte mal?
¿Cómo te hace sentir?
5. Y tú… ¿hay alguien a quién le hables bien/mal por defecto? ¿Sabes
cuál es el motivo de este comportamiento?
6. En caso afirmativo… ¿crees que serías capaz de intentar modificar
43
“Rompiendo las Reglas”

este comportamiento conscientemente?


7. Ya has leído mi opinión al respecto de estos asuntos pero… ¿cuál es
para ti la relación entre los conceptos hablar bien/mal y sentirse bien/
mal?

Algunas Citas Interesantes:

- “Cuida tus palabras; que ellas no levanten jamás un muro entre ti y los
que viven contigo”. Tales de Mileto
- “Las palabras amables no cuestan nada, pero valen mucho”. Autor des-
conocido
- “Sea esta la regla de nuestra vida: decir lo que sentimos, sentir lo que
decimos. En suma, que la palabra vaya de acuerdo con los hechos”. “Há-
blame para que yo te conozca”. Séneca
- “Sea como fuere lo que pienses, creo que es mejor decirlo con buenas
palabras”. William Shakespeare

Algunas Recomendaciones Interesantes:

Ya que en este capítulo hemos hablado, entre otras cosas, de la


importancia que tiene mantener una buena comunicación con el resto
de personas de nuestro entorno, y esto resultaba fundamental debido
a que en parte de ello depende que podamos manifestar de forma más
clara nuestras necesidades e intenciones, me permito haceros una curio-
sa recomendación.

Se trata de la película “El Pequeño Salvaje”, del director francés


François Truffaut. En ella se cuenta la historia de un pequeño muchacho
que, tras ser abandonado en el bosque a muy corta edad y crecer sin
contacto alguno con otros seres humanos, es capturado en el bosque
por unos cazadores. Este hecho le hace desconocer, por ejemplo, algo
tan imprescindible para nosotros como el lenguaje. La película narra el
proceso de normalización que sigue el muchacho de manos de un médi-
co y que tiene como fin su adhesión al grueso de la sociedad.
44
2. -Hablar y sentir

Esta es una cinta muy curiosa en la cual podremos ver refleja-


do parte del proceso que nosotros mismos debimos pasar para for-
mar parte de un conjunto y disfrutar así de protección; a diferencia del
joven Víctor, nuestra socialización fue algo menos traumática ya que
desde el inicio estuvimos incluidos dentro de un grupo, el cual ya nos
servía de ejemplo. El aprendizaje por imitación es algo fundamental a
la hora de aprender las reglas del juego social, algo con lo que nues-
tro protagonista no pudo contar. Sinceramente creo que la película os
puede resultar muy interesante, así pues os invito a buscarla en la red.
45
“Rompiendo las Reglas”

sentirse
3. Bien
“… La vida es siempre para estar lo mejor posible…”
46
3. -Sentirse bien

En el artículo anterior relacionamos los términos hablar y sentir y


vimos también un poco en qué consistía esa conexión. Pero además de
estas dos palabras, que eran importantes porque tenían mucho que ver
en el proceso de comunicación/relación con otras personas, podríamos
incluir unas cuantas más que también están involucradas en ese mismo
proceso. Esas palabras son: actuar, reaccionar y pensar.

Hablar, actuar, reaccionar, pensar… sentir, y a ser posible sentirnos


bien. Pero, ¿por qué es tan importante sentirse bien? Podríamos decir
que porque es la base de una buena existencia, pues parece ser que,
sí o sí, el ser humano aspira, busca y desea sentirse bien. Aunque
no alcancemos a entender en este momento la importancia de esta
necesidad, o de dónde proviene ese deseo, sí podemos ver que
sentirse mal, algo que seguramente ya habréis experimentado, no es
deseable para nadie. Intentad pensar en cómo os habéis sentido en
ambas situaciones, haced un pequeño esfuerzo y entenderéis lo que
quiero decir. Muy bien, pero... ¿qué es eso de sentirse bien?

Antes de ir más allá tendremos en cuenta una cosa. Ved que


aquí tan sólo barajamos dos opciones: estar bien o estar mal, el punto
medio no nos interesa. Estar regular, lo que podríamos definir como
indiferentes al entorno, no es algo que contemplaremos porque no
nos conduce a ningún lugar, y no olvidemos que nosotros queremos
llegar muy lejos. Esto es algo, que más o menos, aplicaremos en otras
ocasiones: intentaremos reducir toda toma de decisiones, o toda
situación, a tan sólo dos opciones, pues dudar ante una sola opción
será del todo innecesario y escoger entre dos opciones siempre será
más sencillo que escoger entre diez, ¿verdad? Es lo que llamamos
Teoría del 50%, que explicaremos detalladamente algo más adelante.

¿Sentirnos Mal o Sentirnos Bien? He ahí la Cuestión

Continuemos. Simplificando mucho y para ofrecer un ejemplo


claro, diremos que estar bien podría significar no tener conflictos
conmigo mismo o con los demás, es decir: no tener problemas.
Siguiendo esta forma de pensar también podríamos decir que estar
mal sería vivir la situación contraria: tener problemas.
47
“Rompiendo las Reglas”

Pero si aplicamos la norma del párrafo anterior, aquella que


decía que tan sólo tendremos que escoger entre dos opciones, veremos
que en la vida apenas podemos estar de dos maneras: o estaremos
mal o, por el contrario, estaremos bien, por lo tanto tendremos un
50% de probabilidades de estar en una u otra situación. Lo cual quiere
decir que en la vida será tan fácil encontrar situaciones buenas como
situaciones malas. ¿Todo claro hasta aquí? Ojalá que sí.

Bien. Entonces podemos estar bien o mal, y nada más. Cuando


estamos bien… estupendo, todo marcha genial. Pero… ¿y cuándo las
cosas van mal? Como ya hemos dicho es casi seguro que en más de
una ocasión, por simple estadística, estaremos mal y viviremos malas
situaciones. ¿Quiere decir eso que la mitad de la vida será buena y
la otra mitad mala? Nos gustaría afirmar rotundamente que esto no
es así, aunque de momento tan sólo diremos que no lo creemos: la
vida es siempre para estar lo mejor posible. Pero, por esto último, lo
que sí quiere decir es que, a pesar de tener que pasar por esas malas
situaciones, deberemos buscar estar y sentirnos bien. Y decimos que
deberemos hacer esto porque, como ya hemos indicado algunas líneas
más arriba, el ser humano aspira a tener una buena existencia, aun
cuando se ve envuelto en un mar de tormentos.

Pensar… Pensemos pues; quizá esté ahí la clave, el secreto de


todo este proceso. Si os fijáis ya lo estáis haciendo desde hace algún
tiempo, pues juntos venimos pensando desde hace varias páginas.
Cuando os preguntáis si estáis bien o estáis mal… estáis pensando;
cuando os paráis a ver cuál es la diferencia entre estar bien y estar mal…
estáis pensando; cuando analizáis vuestros actos, vuestras palabras y
sus consecuencias para ver si son buenas o malas… estáis pensando.
Sigamos pensando carapanes.

Dime Qué Haces y Te Diré Cómo Te Sientes

Y pensando y pensando habéis llegado a la conclusión de


que cuando os sentís bien, cuando pensáis buscando mejorar vuestro
estado de ánimo, tenéis más ganas de hacer cosas, y estas cosas que
hacéis con y de buena gana os impulsan a tener más ganas de seguir
48
3. -Sentirse bien

haciendo cosas… normalmente cosas buenas… cosas que os sientan


bien... cosas que incluso pueden hacer sentir bien a otros.

De esto último podemos entender varias cosas. Como hemos


visto, cuando estamos bien tenemos ganas de seguir sintiéndonos así.
Por otro lado, estar mal no nos conduce a ninguna situación buena, sin
contar que, cuando nos sentimos así, es fácil que otros reciban este
malestar, si no lo enfocamos bien, y contribuyamos a que también nos
acompañen en ese sentimiento. El estado de ánimo es contagioso.

¡Pero no queda ahí la cosa! Resulta que, como ahora ya sabemos


distinguir entre cuando estamos mal y cuando estamos bien y también
que lo normal es querer sentirse bien, podremos utilizar esta valiosa
información para actuar:

- cuando me sienta algo desanimado, si no sé qué hacer para sentirme


mejor, siempre puedo acercarme a otros que sí parecen sentirse bien
para intentar contagiarme de su alegría y tal vez, así, poder aprender
algo de ellos/as. Y en el caso contrario…

- cuando me sienta mal o alguien/algo me haga sentir repetidamente


mal puedo, tal vez debo, alejarme de él/ella/ello.

Ahora bien, aunque sí me puedo apoyar en otros para intentar


sentirme mejor en ningún caso puedo dejar en sus manos mi bienestar
ni tampoco puedo hacerles responsables de él.

Llegados a este punto ya podemos decir que sabemos unas


cuantas cosas más sobre nosotros mismos. Sabemos que debemos
distinguir entre cuándo nos sentimos bien y cuándo nos sentimos mal.
Sabemos que para hacer esto es bastante apropiado parar, respirar
profundamente, calmarnos y pensar, porque también hemos visto que
sí sabemos pensar. Sabemos que es muy importante conocer nuestro
estado de ánimo porque de él depende, en gran medida, que nos
podamos relacionar satisfactoriamente con el entorno que nos rodea.
Sabemos que según cómo sintamos, actuemos o hablemos podremos
sentirnos bien o mal y hacer a otros partícipes de las mismas emociones
y sensaciones. Sabemos que podemos alejarnos de las cosas que nos
49
“Rompiendo las Reglas”

hacen sentir mal y que, en cambio, podemos curiosear cerca de aquellos


que parecen estar casi siempre, o siempre, bien para contagiarnos.
Sabemos que esto último nos hace únicos responsables de nuestras
decisiones (pues también estamos Aprendiendo a Escoger), de cómo
nos sintamos y de cómo acabemos viviendo nuestra vida, pues nadie
ha de vivirla por nosotros.

Estar bien es bueno y hace sentir bien. Estar bien es contagioso


y nos impulsa a seguir satisfaciendo esa vital necesidad. Estar bien
nos obliga a movernos y a recorrer distintos caminos que nosotros
mismos debemos escoger. Estar bien, aun sin saber muy bien por qué
quieres estar así, te hace sentir curiosidad para seguir hacia delante y
esto nos obligará a tener que tomar algunas decisiones… Y amigas/os,
responder a la curiosidad, aceptar el desafío de la duda, es el motor
que impulsa la inteligencia. Nosotros/as somos muy inteligentes, pero
queremos serlo más.

Aquí lo dejamos por ahora. En próximas entregas veremos


qué podemos hacer para sentirnos bien o cómo podemos aprender a
escoger. Pero esas serán otras historias. Ahora, podéis iros contentos y
en paz, como yo. ¡Axê Guerreiros/as!

Nota: a propósito hemos hecho en este artículo un planteamiento


dual de la vida y de las situaciones que ésta nos habrá de plantear,
jugando apenas con los términos bien y mal. Esto es tan sólo para
comenzar a mover el culo, pues si no lo hemos hecho antes es porque,
por algún motivo, nos resultó demasiado complicado comenzar. Así
pues, esta línea de actuación, consciente de sus limitaciones y cojeras,
únicamente pretende facilitar el enorme, pero muy satisfactorio,
desafío que vivir con plenitud puede suponer. En los próximos artículos,
habiendo ya superado los primeros peldaños, iremos ampliando nuestra
visión de la vida y veremos, entre otras cosas, que ésta no es ni buena
ni mala y que su interpretación dependerá del sentido que nosotros
podamos o queramos darle. Será, pues, una Cuestión de Actitud.
50
3. -Sentirse bien

Intentando Resumir un Poco:

- el ser humano es un ser social que aspira a estar/sentirse bien,


- estar bien es no tener problemas conmigo mismo o con los demás,
o contar (buscar al menos) con la tutela y las herramientas necesarias
para superarlos satisfactoriamente,
- la vida nos ofrece únicamente situaciones buenas o malas y no
podemos eludir ninguna de ellas,
- cuando nos relacionamos con otros damos y recibimos información
sobre cómo nos encontramos/sentimos,
- esa comunicación está condicionada por nuestro estado emocional,
- el estado de ánimo es contagioso,
- si me siento bien me relaciono mejor, hago sentir bien a otros y tengo
ganas de hacer cosas buenas, lo cual provoca que me siga sintiendo
bien, o incluso mejor,
- si me siento mal me comunico mal, puedo hacer sentir mal a otros, no
habiendo un resultado positivo que recoger de esta forma de proceder,
- si me calmo un poco y pienso puedo ver la diferencia entre estar
bien y estar mal, pudiendo encaminarme entonces hacia ese bienestar,
debiendo ser cada vez más cuidadoso y selectivo en mis elecciones,
- cuando estoy mal puedo realizar actividades positivas y/o apoyarme
en otros,
- si hay ciertas personas, actividades o conductas que me sientan mal
también puedo, debo, alejarme de ellas,
- los demás influyen en nuestro bienestar pero no son los responsables
de que lo alcancemos,
- si los demás me ayudan a conseguir mi bienestar yo debería, debo,
también hacer lo mismo por ellos o al menos no contribuir a lo contrario,

Práctica:

1. ¿Qué es para ti Sentirse Bien? ¿Qué es para ti Sentirse Mal?


2. ¿Eres consciente de cuándo te sientes bien y cuándo mal?
3. ¿Qué puedes hacer por/para sentirte bien?
4. ¿Qué no debemos hacer para sentirnos bien?
5. ¿Cómo crees que influyen los demás en tu bienestar?
6. ¿Cómo puedes influir tú en el bienestar de los que te rodean?
51
“Rompiendo las Reglas”

7. Haz una lista con 10 cosas que te hacen sentir bien/mal


8. Haz una lista con 5/10 personas que te hacen sentir bien/mal
9. Haz una lista con 10 cosas que te harían sentir bien
10. Haz deliberadamente buenas acciones por aquellas personas de
tu entorno más próximo e íntimo, registrando qué cosas has hecho y
cuáles han sido las consecuencias de esos actos. Después responde a
estas preguntas…
¿Tus actos han ayudado a otros?
¿Se han dado cuenta de tus buenas acciones?
¿Cómo han sido valoradas?
¿Cómo te has sentido al hacer esas cosas?
¿Han surgido preguntas sobre el motivo de tu buen proceder?
¿Te ha alegrado/gustado ayudar y ser de utilidad?
¿Te resultaría muy costoso repetir con más frecuencia esas buenas
acciones?

Algunas Recomendaciones Interesantes:

En este capítulo me gustaría recomendaros una película que


además de ilustrar convenientemente su contenido refleja gran parte
de la intención de todo este libro; se trata de “El Club de los Cinco”.

En ella un grupo de cinco jóvenes de ambientes muy dispares,


pero alumnos del mismo instituto, son castigados a pasar el sábado en
la biblioteca al cuidado del director del centro. Cuando, por una serie
de circunstancias, los jóvenes quedan solos comienza la convivencia y
surgen los primeros conflictos: todos ellos se creen enfrentados. Pero
poco a poco brota la empatía y empiezan a abrirse y sincerarse. De
este modo se dan cuenta que, a pesar de parecer muy distintos, todos
se sienten insatisfechos, y parte de esa insatisfacción proviene de la
presión del entorno del que provienen y del rol que se supone deben
jugar socialmente. Finalmente terminan por conocerse un poco mejor
así mismos y aprenden a desarrollar nuevos vínculos y actitudes que,
sin duda, conseguirán encaminarles hacia ese bienestar del que tanto
vamos a hablar en este libro y por el cual también nosotros vamos a
preguntarnos.
52
3. -Sentirse bien

Una película de gran interés debido a su temática emocional.


También refleja aquel enfrentamiento entre generaciones que os
comentaba en el primer capítulo y que genera una gran sensación
de incomprensión entre las partes implicadas, con el consecuente
malestar que ello conlleva. ¿Seremos igual que nuestros padres?...
llega a preguntarse uno de los miembros de este improvisado club de
nuevos amigos.

Por otro lado, cuenta, además, con una excelente banda sonora
original, buena música de los años ochenta. ¿Qué cuándo fue eso?
Pues no hace tanto; informaos, sed curiosos. Estoy seguro de que os
gustará mucho la película… e incluso su música.
53
“Rompiendo las Reglas”
54
55
“Rompiendo las Reglas”

cuestion de
4. Actitud
“… El Guerrero Inteligente acaba por comprender que es mejor ser
aquél que protege que ser aquél que hace daño a los demás…”
56
4. -Cuestión de actitud

En el artículo anterior terminamos diciendo que teníamos que


hablar sobre qué podemos hacer para sentirnos bien o cómo pode-
mos aprender a escoger. Pero antes de ello tal vez deberíamos aclarar
algo muy importante en todo esto. Es otra de esas palabras clave que
reflejará nuestra voluntad y predisposición a realizar algunos actos o
acciones. Me estoy refiriendo a la Actitud.

También comentamos otras cosas muy importantes. ¿Recordáis


aquello de que la vida tan sólo nos ofrece dos opciones: situaciones
buenas y situaciones malas? Seguro que sí. Bien, sigamos pues. Parece
obvio entonces que, dado que es probable que nos encontremos en
estas situaciones en un 50%, no podemos estar la mitad de nuestra
vida mal ni lamentándonos por nuestra mala suerte. Si uno de nuestros
objetivos era sentirnos bien este no parece el camino más adecuado,
¿verdad?

Personalmente, y a este respecto, hay un par de cosas que me


viene gustando hacer desde hace algún tiempo y que me ayudan a
sentirme mejor: me gusta hablar y pensar en positivo. Me ha parecido
entender que hablar desde una actitud negativa y con palabras nega-
tivas pesa incluso en aquél que habla. ¡Imaginad cuánto debe pesar
entonces vivir desde una actitud negativa!

Habiendo dicho esto, ¿qué os parece si hacemos un cambio?


¿Qué os parece si empleamos otras palabras o expresiones más posi-
tivas para esas situaciones malas de la vida? ¿Y si empleamos palabras
como reto, desafío, oportunidad, aprendizaje, adaptación o crecimien-
to en lugar de problema? ¿Y por qué no lo ponemos en práctica? ¿No
lo veis claro? Pues dejad que intente poneros algunos ejemplos…

La Importancia de la Buena Actitud en el Deporte

Muchos sois los que practicáis deportes. Aquellos que partici-


páis de deportes de equipo estáis familiarizados con la competición y a
buen seguro os habréis enfrentado a algún otro equipo en alguna oca-
sión. Este enfrentamiento podría suponer un problema, como los que
la vida nos ofrece a veces, pero en cambio no lo afrontáis desde esa
57
“Rompiendo las Reglas”

perspectiva. Lo veis como un desafío, una forma de poneros a prueba


y de saber hasta qué punto sois buenos; y entendéis que si queréis que
el resultado sea lo más favorable posible debéis trabajar en equipo,
colaborando con vuestros compañeros, respetando las reglas y esfor-
zándoos mucho.

Los que practicáis deportes de contacto estáis en las mismas,


quizá hasta con un punto más de intensidad pues hay cierto riesgo,
aunque controlado, de sufrir algún tipo de daño físico. El combate re-
glado, en competición por ejemplo y dentro de unos límites, nos pa-
rece incluso una prueba deseable. Saber si estamos preparados, si el
entrenamiento ha dado su fruto… todo eso hace que bien nos merezca
la pena encajar algún que otro golpe, o los que hagan falta.

¿Y qué me decís de aquellos que entrenan deportes individua-


les como natación, atletismo, gimnasia artística…? Siempre luchando
por perfeccionar la técnica, por arañarle unas décimas al cronómetro,
entrenando horas y horas, persiguiendo la excelencia en soledad…

Independientemente de la disciplina, vosotros ya veis todas es-


tas situaciones difíciles como exámenes, y lo cierto es que no os im-
porta ser examinados de esta manera, es más muchas veces hasta lo
deseáis. Pues bien amigos/as, esa es la actitud de la que os hablaba al
principio de este documento, que no es más que tener el valor y las ga-
nas de demostrarnos a nosotros mismos, y no a los demás, que somos
un poquito mejores en nuestro día a día, o que al menos lo intentamos
independientemente del escenario en el cual nos encontremos o de las
circunstancias que vivamos.

La Importancia de la Buena Actitud en la Vida

No os voy a negar que el combate que ahora os propongo sea


algo más complicado, o confuso, que las otras situaciones descritas.
Para empezar, si queréis reconocer a vuestro oponente, tendréis que
poneros frente al espejo: ¡vosotros mismos seréis vuestro principal ene-
migo! Y no precisamente lo que veáis por fuera, sino que tendréis que
luchar con lo que desde dentro quiere salir, para descubrir de qué se
58
4. -Cuestión de actitud

trata, para potenciarlo, controlarlo y/o modificarlo. Pero la vida no es


sólo una competición ni un cruel campo de batalla, ni siquiera un cua-
drilátero.

¿Qué cómo es esto? ¿Qué cómo se hace? Pues siendo y hacién-


dolo, ni más ni menos. Os lo intentaré ilustrar un poco mejor:

- ¿quién os impide devolver una sonrisa a aquél que os pone mala cara?
- ¿quién puede mandar una palabra amable en respuesta a un intento
de ofensa?
- ¿quién debe dejar de sentirse amenazado para poder abrirse al mun-
do?
- ¿quién es el responsable de que seáis vosotros quiénes empuñéis
esas malas armas en primer lugar?
- ¿quién debe ser tan crítico consigo mismo como con los demás?
- ¿quién, si no tú, debe mostrar más interés por tu propio bienestar?
- ...

Únicamente vosotros mismos. En vuestras manos tendréis siem-


pre la libertad de escoger una alternativa mejor ante una mala situación
o una aparentemente poco favorable. O dicho de otro modo: tenéis la
opción, y la capacidad, de transformar una mala situación en otra de
provecho para vosotros mismos. ¿Lo entendéis ahora un poco mejor?

Desde luego que es de todo menos sencillo, pero sí es algo


necesario y que realmente merece la pena intentar, o al menos ésa es
mi opinión. De entrada porque seguimos necesitando sentirnos bien, y
claro está que las cosas sugeridas en los guiones anteriores no tienen
consecuencias demasiado positivas. Sois vosotros mismos, pues, los
responsables de vuestros propios actos y sus posibles consecuencias.

Fijaos en mi actitud respecto a vosotros: muchos son los des-


plantes que recibo por vuestra parte y casi las mismas son las veces
que os rompo los esquemas respondiéndoos con humor y buenas for-
mas. Yo podría ofenderme y molestarme, pero sería una actitud poco
productiva tanto para vosotros como para mí, por lo tanto elijo actuar
de una manera más positiva que, de paso, nos pueda servir a todos.
59
“Rompiendo las Reglas”

El Arte del No Poder

Cierto que no es un camino fácil, pero pensad por un momento


en la otra opción: acabaríamos todos a leches, y eso no parece dema-
siado inteligente. Pero nosotros sí lo somos, ¿verdad? No, no es nada
fácil, pero el otro camino es peor y más complicado; de hecho algunos
ya habéis transitado sendas un poco tortuosas y, mal que bien, ya sa-
béis a qué me refiero.

El objeto de todo esto es llegar a sentirnos bien, llegar a ser


personas íntegras que entienden que ser buenas personas es algo be-
neficioso para nosotros mismos y para nuestros compañeros de viaje.
Y creedme que debemos ser buenos compañeros porque, antes o des-
pués, necesitaremos la ayuda de otras personas. No hay nadie capaz
de ser humano sin otras personas alrededor, pues es en los demás don-
de podemos ver reflejada nuestra propia humanidad, cosa del todo
imposible si hubiéramos nacido entre chimpancés. En el transcurso de
nuestro particular viaje nos veremos inmersos en una gran cantidad de
situaciones en las que podremos ponernos a prueba. Y todo esto, a ser
posible, con la mayor de las alegrías, con la mejor de las actitudes.

Os diré algo más, algo que sí entendéis y valoráis. Las pruebas


más duras, siempre desde mi opinión, son las que más nos aportan,
las que más sacan de nosotros mismos. Esto no quiere decir que haya
que castigarse o aplicarse toda clase de torturas para ser mejor perso-
na. Pero preguntadle al hombre con los brazos más grandes de cual-
quier gimnasio si consiguió esos bíceps tan espectaculares levantando
las pesas más pequeñas. Sé que ya sabéis la respuesta, hasta os hace
gracia que lo haya sugerido. No, los brazos grandes se consiguen le-
vantando pesas grandes, incluso intentando levantar aquellas que no
puedes levantar en un principio.

Vuestro contramaestre, a quien también le gusta levantar pesas,


tiene un dicho a este respecto: el culturismo es el arte del no poder.
Esto significa que uno crece y se hace grande intentando levantar aque-
llos pesos que le suponen un gran esfuerzo, pues los pesos pequeños
no provocan ninguna modificación en nuestra estructura ósea y/o mus-
cular. El culturista transforma ese no poder con tenacidad, disciplina,
60
4. -Cuestión de actitud

constancia, voluntad y superación personal y para eso descarta la pe-


reza, la comodidad, los pesos y ejercicios fáciles, hábitos y costumbres
poco favorables para su objetivo: ser mejor por fuera… Pero, resulta
que, también tenemos algo dentro, ¿verdad que ya lo habéis notado?

Haciendo una paralelismo, un poco arriesgado, con la vida: esas


situaciones buenas que la vida nos ofrece podrían ser los pesos ligeros
del culturista, aquellos que él descarta porque poco le van a aportar a
su desarrollo físico. Desde luego nos debemos alegrar y saberlas dis-
frutar, pues de ellas podremos extraer un merecido éxito y descanso, o
la calma para reflexionar.

Pero también debemos ver que, al menos según mi entender,


no resultan las más interesantes para crecer por dentro, o que al me-
nos no son tan estimulantes como las situaciones malas, las cuales nos
obligan a movernos sí o sí. ¡Ah! Es verdad, ¡no recordaba que ya os ha-
bía dicho que esas situaciones no existen! Porque hemos cambiado de
actitud, ¿verdad? Igual que el culturista que quiere ser mejor por fuera
nosotros hemos aceptado esas situaciones como pruebas, retos con
los que ponernos a prueba y de los cuales podremos extraer grandes
beneficios, tanto dentro como fuera de nosotros.

¿Qué Gano Yo Queriendo Ser Mejor Persona?

El tema ahora es precisamente ése: ¿cuál es el beneficio de


querer ser mejor persona? ¿Cuál es la recompensa de trabajar también
lo de dentro? ¿Qué obtengo yo de bueno de todo esto? De nuevo más
y más preguntas.

Esto, amigos/as, es lo que pretenden todos estos textos que os


dedico: tratar de explicaros porqué es mejor ser buena persona que
mala. Y aunque no tengáis muy claro este por qué espero al menos que
sí entendáis que ser mala persona (lo cual te afecta a ti en primer lu-
gar, pues ya no lo digo sólo por los demás) no es una buena opción, ni
siquiera una regular, porque no nos hacía/hace sentir bien. Sí sabemos
lo que es malo podemos descartarlo y probar otras opciones, tal vez
en apariencia, más favorables tras el análisis adecuado. Los beneficios
61
“Rompiendo las Reglas”

llegarán solos y os colmarán de alegrías y satisfacciones, confiad en


mí, jóvenes guerreros/as; aunque ya me gustaría deciros es que la
principal recompensa del Guerrero Inteligente es saberse libre para
escoger su actitud y su camino.

Así pues os invito a no ser cómodos en vuestras acciones y


elecciones, sobre todo si ya habéis comprobado que tienen malos
resultados. Sed valientes y atreveos a ver la vida desde otra pers-
pectiva, una mucho más positiva y beneficiosa; una desde la que nos
podamos reír incluso delante de las adversidades o al menos sentir-
nos satisfechos al haberlas afrontado con valentía y buen hacer. No
tengáis miedo a equivocaros, tan sólo estad despiertos para recoger
las lecciones de cada vivencia y seguir construyendo en base a ellas.
El objetivo: sentirnos bien, ser más dueños de nosotros mismos.

Ése es, en mi opinión, el inicio del camino que el Guerrero In-


teligente debe atreverse a tomar. Es el camino del Guerrero Valiente
que decide abandonar la seguridad de lo conocido y la protección de
las murallas de su castillo para ponerse a prueba ante la incertidum-
bre que un mundo desconocido le puede ofrecer. Pero es también el
camino del Guerrero Justo al cual no le sirve luchar o ganar de cual-
quier manera; es el camino del Guerrero Libre que quiere ser dueño
de sus actos, que quiere dominar sus impulsos, que quiere entender
porque hace una cosa y no otra, que se ayuda a sí mismo y a los de-
más… porque el Guerrero Inteligente acaba por comprender que es
mejor ser aquél que protege que ser aquél que hace daño a los de-
más. Aquel guerrero que emprende batallas injustas entenderá, tarde
o temprano, que tan sólo se hace daño a sí mismo.

Veo en vosotros grandes guerreros deseosos de mostrar su
valía y estoy contento por poder compartir tanta energía positiva. Y
os digo que no os faltarán pruebas en las que demostrar vuestra acti-
tud y coraje, pero primero nuestro cometido será darle buena forma
a tanta voluntad y encauzarla. ¿Seguimos caminando juntos y bata-
llando hombro con hombro con la mejor de las actitudes como hono-
rables Guerreros Inteligentes? ¿Sí? Excelente respuesta, muy buena
elección.

62
4. -Cuestión de actitud

De momento aquí, a las puertas de una nueva elección, nos que-


damos, pues los Guerreros Inteligentes también necesitan descansar y
hacer sus cosas. Muchas gracias por vuestra atención, gracias por haber-
me escogido.

Intentando Resumir un Poco:

- a la lista de todas las palabras clave que hemos visto hasta ahora de-
bemos añadir una más: ACTITUD, que en este caso se trata de la buena
disposición y voluntad para hacer frente de la mejor manera a los retos
de la vida,
- con su ayuda hemos cambiado palabras y expresiones negativas como
malas situaciones, problema, mala vida por otras más positivas como
reto, desafío, prueba, oportunidad de aprendizaje, superación, adapta-
ción, crecimiento…
- a su vez también nos ayudarán a mantener una buena actitud, mucho
más aconsejable que lo contrario,
- la mayoría sois deportistas y de forma continua os ponéis a prueba para
superaros a través de competiciones regladas, y lo hacéis desde una
perspectiva positiva,
- los retos que la vida propone son como esas pruebas que vuestros de-
portes os plantean, sería aconsejable adoptar la misma actitud respecto
a ellos,
- nuestro principal oponente somos nosotros mismos,
- por más adversas que sean las circunstancias siempre tendremos la
libertad de tomar decisiones o adoptar posturas más favorables,
- las pruebas más exigentes serán las que más oportunidad de crecimien-
to nos ofrezcan,
- las situaciones fáciles de la vida nos ofrecen el descanso y el tiempo
necesario para disfrutar de nuestros éxitos y reflexionar,
- si intuimos que una opción es mala debemos descartarla y explorar en
otra dirección,
- no importa caer (fallar) mientras te puedas levantar e intentarlo de nue-
vo de manera más eficaz,
- la recompensa del guerrero inteligente es la libertad… y ésta supone
arriesgarse a tomar decisiones por nosotros mismos, saber por qué las
tomamos y responsabilizarnos de sus consecuencias.
63
“Rompiendo las Reglas”

Práctica:

1. Lee con atención el artículo; subraya y pregunta el significado de


toda palabra o expresión que te resulte desconocida.
2. ¿Prácticas algún tipo de deporte o actividad que requiera de un
entrenamiento regular? ¿A qué nivel o intensidad? ¿Cuántas veces por
semana y durante cuánto tiempo?
3. En ese deporte o actividad… ¿los resultados son importantes para ti?
4. ¿Siempre se te ha dado bien esa actividad? ¿O por el contrario has
tenido que esforzarte para mejorar?
5. Cuando algo relacionado con esa actividad no te sale a la primera…
¿te rindes o te esfuerzas para superar esa dificultad? ¿Recuerdas algún
momento, alguna técnica o algún movimiento en concreto que te cos-
tara especialmente conseguir?
6. ¿Hay alguna actividad o deporte que llame tu atención pero que no
te atrevas a realizar? ¿Cuál? ¿Por qué te gusta? ¿Qué es lo que te echa
para atrás?
7. ¿A qué te gustaría dedicarte profesionalmente en el futuro? Para
llegar a conseguirlo… ¿crees que será necesario esforzarse? ¿Estarás
dispuesto a hacerlo?
8. Fuera ya de ese trabajo, actividad o deporte… ¿crees que en tu vida
hay alguna situación personal complicada por la que quizá deberías
hacer un cambio de actitud para afrontarla e intentar solucionarla? ¿Te
importaría compartirla con tus compañeros y tu profesor?
9. Ya que hemos hablado también del uso del cuerpo en este capítulo...
¿Qué cosas sabes de tu cuerpo? ¿Cuáles son sus principales herramien-
tas a la hora de hacer deporte? ¿Qué más cosas sabes o crees que son
importantes para hacer un buen uso del cuerpo y obtener un buen ren-
dimiento? ¿ Crees que el cerebro es importante en el uso del cuerpo?.

Algunas Citas de Interés:

- “No se debe nunca decir yo no habría podido hacer tal cosa; sino sola-
mente, que extraño es que no la haya hecho muchas veces”. Nietzsche
- “No quiero verme condicionado por mi entorno, quiero que mi en-
torno se vea condicionado por mí”, de la película Infiltrados, de Martin
Scorsese
64
4. -Cuestión de actitud

- “La debilidad de actitud se vuelve debilidad de carácter”. Albert Eins-


tein
- “A cada acción le corresponde una decisión, así como cada decisión
le corresponde una actitud”. Félix Campoverde Vélez
- “No digas: es imposible... Di: no lo he hecho todavía”. Proverbio ja-
ponés
- “El mundo cambia con tu ejemplo, no con tu opinión”. Paulo Coelho

Algunas Recomendaciones Interesantes:

La recomendación de hoy es un libro que leí hace muchos años,


cuando era algo más joven (pero tenía menos pectorales) y también an-
helaba (deseaba) ser un gran guerrero, pues entonces tan sólo creía que
los guerreros podían ser de ese tipo, grandes. Aún no podía sospechar
que existían otras formas de ser un guerrero. Y casualmente llegó a mis
manos aconsejado por mi padre, el más grande de los guerreros inte-
ligentes que yo conozco, un libro con un título que no podía ser más
alentador y desconcertante… “El Guerrero Pacífico, de Dan Millman”.

Este libro narra las aventuras de un muchacho que en apariencia


tiene mucho éxito: gimnasta de élite, estudiante aplicado, popular y
con ganas de superarse… Pero cuando llegaba la noche, al quedarse a
solas, no conseguía conciliar el sueño: algo había que le hacía sentirse
intranquilo y desdichado y no lograba entender el motivo. Una noche
decidió, en lugar de dar vueltas en la cama, salir a dar un paseo. Entró
en una gasolinera a comprar algunos refrescos y allí conoció a un an-
ciano muy particular, tanto le llamó la atención que decidió interesarse
y conocerle un poco más. Este joven no podía imaginar que acababa
de conocer a un nuevo maestro, uno que le guiaría en la conquista del
autogobierno, la responsabilidad y el crecimiento interior. ¿Queréis sa-
ber cómo lo consiguió? Leed el libro, no os defraudará y entenderéis
porqué los auténticos guerreros pueden y deben ser pacíficos, entre
otras tantas cosas.

Un apunte curioso sobre el libro: el anciano maestro no dice


su nombre, por lo que el protagonista decide llamarle, dada su gran
sabiduría, Sócrates. Sócrates fue un filósofo griego que vivió hace más
65
“Rompiendo las Reglas”

de dos mil años y es considerado, por muchos, uno de los más grandes
filósofos de todos los tiempos. Sócrates fue maestro de Platón (autor
de Alegoría de la Caverna, muy interesante también para nosotros),
quién a su vez instruyó a Aristóteles, quién también fue tutor de Alejan-
dro Magno, hijo de Filipo II de Macedonia, otra de las grandes figuras
históricas más inspiradoras de los últimos tiempos.

Como siempre os invito a curiosear sobre todos estos datos.


En la red encontraréis todo lo que necesitáis. Sed curiosos… si no os
acaba pareciendo interesante la información siempre la podéis borrar
de vuestro disco duro.
66
67
“Rompiendo las Reglas”

aprendiendo
5. a Escoger
“… Queremos ser nosotros mismos asumiendo las ideas de otros y
para cuando nos toca ser adultos la mayoría no son más que una copia
de su vecino…”
68
5. -Aprendiendo a escoger

Hablar mal o hablar bien, sentirse mal o sentirse bien, intentar


hacer sentir bien a los demás o no hacerlo, escoger una actitud positiva
o una negativa, vivir bien o vivir mal… Como podéis ver, además de
una cuestión de actitud, se trata de escoger y de aprender a hacerlo.

Pero ¿cómo podemos hacer esto último? ¿Cómo podemos sa-


ber si nuestras elecciones serán las más convenientes para nosotros?
¿Qué pasa si nos equivocamos o si las cosas no resultan como había-
mos deseado en un principio? Más y más preguntas, ¿recordáis que ya
os lo advertí? Pero tranquilos, tenemos tiempo de sobra para seguir
hablando y pensando sobre todas estas cosas.

¿Por Qué Es Tan Importante Aprender a Escoger?

Para empezar os diré que escoger es algo que deberemos hacer


sí o sí y que, además, si no nos encargamos de tomar nuestras propias
decisiones alguien lo hará por nosotros, con el peligro que conlleva
extremarse en las dos posturas resultantes:

- si siempre dejas que otros elijan por ti correrás el riesgo de perder tu


personalidad o de no aprender a desarrollarla, resultando de ello una
persona altamente insegura y dependiente,
- si eres quién toma las decisiones por otros puedes acabar por pensar
que tú sabes mejor que nadie lo que le conviene a los demás; en el
buen nombre de este último supuesto ya se han cometido, y continúan
sucediendo, gran cantidad de barbaridades a lo largo de la historia.

Obviamente ahora no me estoy refiriendo a dilemas tales como


qué comeré hoy, a qué hora me acostaré o qué ropa vestiré para salir
de casa… si bien, a pesar de su sencillez, éstas cuestiones sí nos pue-
den resultar de utilidad para aclarar un poco más este asunto. Real-
mente parecen algo tonto pero… ¿qué pensaríais si alguien pretendie-
ra deciros siempre a qué hora debéis comer, dormir o qué ropa debéis
vestir en todo momento? Daros cuenta como algo tan simple se ha
convertido de repente en un tema tanto más serio y peliagudo, ¿no? Y
¿qué os parece si trasladamos ese tipo de planteamiento a temas más
importantes? ¿Podéis ver el problema?
69
“Rompiendo las Reglas”

El problema es que dejar que otros decidan por nosotros pue-


de llegar a ponernos en una situación de gran dependencia, o incluso
de pseudo esclavitud, ¿no creéis? ¿Qué os parecería que os dijeran
cómo debéis pensar, a qué os debéis dedicar en un futuro, a qué re-
presentantes políticos debéis votar, qué libros podéis o no leer…? Y
como ésas un montón de otras preguntas similares. ¿Entendéis ahora
un poco mejor el problema que podría suponer no ser los dueños de
nuestras propias decisiones? Sabía que lo entenderíais y sigo pensando
ciegamente que esto se debe, más que a mi buen hacer o explicar, a
vuestro buen entender… a vuestra gran inteligencia.

Desde luego no voy a ponerme yo ahora a deciros lo que debéis


o no hacer, pensar, vestir, comer, beber, leer, escuchar… ¡estaríamos en
las mismas! Pero sí me gustaría hacernos notar un par de cosillas… Si
lo pensamos un poco, por ejemplo, nos podremos dar cuenta de cómo
habéis, hemos, ido ganando independencia con la edad: nacimos bien
indefensos y dependíamos por completo de nuestros padres, si bien
casi siempre éramos nosotros los que decíamos cuándo teníamos
hambre y cuándo tenían que cambiarnos los pañales. Durante algunos
años nuestros protectores padres nos cuidaron día y noche, escogieron
nuestras comidas y vestimentas, decidieron a qué colegio debíamos ir
y también las actividades extraescolares. Hasta que, entrando en la pu-
bertad, nos asomamos al mundo y pudimos ver que hay más opciones.

Del colegio pasamos al instituto, donde el abanico de posibili-


dades se amplía y, curiosamente, pretendemos mostrar nuestra inde-
pendencia uniéndonos a grupos con determinadas normas o estética.
Queremos ser nosotros mismos asumiendo las ideas de otros y para
cuando nos toca ser adultos la mayoría no son más que una copia de su
vecino, algo, en mi opinión, totalmente contrario a ser uno mismo. Y no
olvidemos la gran fuente en que ahora se ha convertido Internet, con
apenas un click tenemos acceso a cualquier parte del mundo, pudien-
do recibir las influencias, ideas y tendencias que lo recorren a velocida-
des realmente vertiginosas. Es bastante curioso pero a casi nadie, pues
siempre hay gratas excepciones, terminan de gustarle sus vecinos.

La cuestión es que parece que nos dan opciones, y en cierto


modo sí lo hacen. Pero, en mi opinión, esas opciones apenas nos ofre-
70
5. -Aprendiendo a escoger

cen una ilusión de libertad y se limitan a que podamos escoger la tribu


urbana a la que pertenecemos, la marca de la ropa que vestimos, los
perfumes que nos enmascaran, la música que nos ensordece, el vehícu-
lo que vamos a utilizar... Es más, me atrevería a decir que nos obligan a
escoger deliberadamente, a propósito, entre determinadas opciones,
lo cual es una grandísima limitación de la libertad bien entendida.

Opino que ser libre significa tener la capacidad y la posibilidad


de escoger sin coacción, y esto nada tiene que ver con poder decidir
entre una tele de plasma de 42 pulgadas u otra de 85, entre un teléfo-
no móvil así u otro asá o entre una Play Station o una Xbox 360... cosas
del todo innecesarias para vivir. Esa libertad que nos ofrecen puede
llegar a esclavizarnos si no intentamos ver un poco más allá, pues lo
que sí garantiza es la creación de necesidades materiales que, además,
resultan muy difíciles de satisfacer.

Pelando la Cebolla, Buscando en el Interior.

El problema viene, y siempre en mi opinión, cuando la mayoría


de las personas se centran únicamente en este tipo de elecciones su-
perfluas y no atienden a los conflictos internos que van surgiendo, sí o
sí, a lo largo de la vida, los cuales nos empujan a cambiar y también nos
obligan a decidir entre varias alternativas. Debemos ver que, a pesar de
tener todos esos bienes materiales de más o menos valor, una persona
puede seguir sintiéndose mal o poco libre, o simplemente percibir que
le sigue faltando algo en la vida.

Expresado de otro modo, utilizando un dicho popular: los ricos


también lloran. ¿Verdad que tienes ropa para vestirte, comes todos los
días, tienes un techo y una cama para descansar y hasta un teléfono
móvil con cámara? ¿No eres entonces, a tu modo, rico y afortunado? ¿Y
por qué sigues teniendo una mala relación con tus padres, hermanos o
profesores? ¿Por qué sigues sin prestar la debida atención a tu forma
de ser y de relacionarte con ellos? ¿O por qué sigues sin comportarte
como sabes que debes en casa o en clase? Son apenas unos pocos
ejemplos de situaciones que podrían indicarnos que algo sigue sin an-
dar bien, pero las alarmas pueden llegar por otros tantos sitios.
71
“Rompiendo las Reglas”

Si desde fuera parecen querer imponernos bastantes cosas, al-


gunas convenientes y otras no tanto, sobre las que no podemos decidir,
o al menos eso parece, tal vez debamos mirar en otro lugar. Y como ya
decimos en nuestras charlas: si no hago una cosa puedo probar a hacer
lo contrario… si no miras fuera tendrás que hacerlo dentro, en tu inte-
rior, pues ése es un terreno que tan sólo te pertenece a ti. Quizá traba-
jando nuestro interior algún día también podamos intentar modificar el
exterior en el que nos desenvolvemos, o al menos nuestra percepción
sobre él. Ése es, entonces, el asunto primordial: descubrir cuáles son las
cuestiones sobre las que debemos fijar nuestra atención.

Si no tienes que preocuparte por conseguir comida, si vas ves-


tido adecuadamente (independientemente del precio y marca de la
ropa), si tienes un techo y una cama, si tienes una familia y amigos…
¿por qué entonces no te sientes del todo bien? Sentirse cansado, con
poco o demasiado apetito, estar nervioso o alterado sin razón, no sen-
tir curiosidad por la infinidad de cosas que la vida nos ofrece, tener pro-
blemas de concentración y dificultad para relajarnos o dormir podrían
ser otros síntomas de que tenemos algunas cuestiones personales que
atender, cuestiones que los objetos materiales no pueden solucionar.

Ojo: acabo de citar cosas que podrían ir mal, pero aunque os


pasen o no esas cosas, u otras, en absoluto estoy diciendo, ni tampoco
insinuando, que vosotros seáis los responsables de esos problemas o
los causantes de ese malestar; estos son asuntos que tendremos que
ver y pensar más adelante con mucha calma y atención, aunque en al-
gunos casos puede que algo de responsabilidad sí tengamos.

¿Cuáles Son las Decisiones Importantes de la Vida?

Parece ser que el dilema podría encontrarse, entonces, en las


cosas que nos paramos a pensar y sobre las que tomamos decisiones.
Tal vez pudiera ser que no estamos prestando atención a las cosas real-
mente importantes de la vida, ¿no os parece? El tipo de decisiones a
las que nos estamos refiriendo son aquellas que contribuyen a mejorar
nuestro bienestar día a día y también el de aquellos que nos rodean y
que lo hacen, sobre todo, de forma duradera.
72
5. -Aprendiendo a escoger

Aunque tal vez no os lo parezca, a mí sí me da la impresión de


que la mayoría de personas sí buscan sentirse bien pero lo hacen, nor-
malmente, en los lugares menos indicados. ¿Por qué, si no, la gente le
da tanta importancia a ir a la última moda, a salir de fiesta, a los coches
caros, a los teléfonos móviles, a los regalos, al calzado y los complemen-
tos, al famoseo fácil y sensacionalista…? ¿O por qué la gente come tanto
sin necesidad real de esa comida o bebe alcohol y fuma en exceso?

Buscando una respuesta sencilla, aunque no del todo completa:


porque sienten que les falta algo y quieren solucionar el tema cubrién-
dose de cosas. Otra respuesta sencilla, y de nuevo incompleta: porque
todos queremos agradar. Pero es muy difícil hacerlo, por ejemplo, desde
el planteamiento de la sociedad de las modas: cambian cada pocos me-
ses y además el cambio no lo marcas tú, te lo imponen. Es muy normal
sentirse desorientado. ¡Es una completa locura!

Mi conclusión al respecto es que la gente busca agradar a los


demás porque no se gustan a sí mismos o porque se sienten inseguros y
necesitan la aprobación de los demás. Y es verdad: vivimos en colectivi-
dad y necesitamos ser aceptados por nuestros compañeros de aventura.
Pero opino que para ello no es en absoluto necesario convertirse en
alguien sin personalidad que escoge ser como otros le dicen para, así,
ser aceptado a cualquier precio por esas personas también carentes de
personalidad propia. ¡Menudo despropósito!

Os diré una cosa más de la que estoy completamente convenci-


do: haced por aceptaros y gustaros a vosotros mismos y veréis como de
ese modo gustaréis más a los demás. Y si no les gustáis… ¡tanto os dará!
¿Por qué? Porque tendréis confianza en vosotros mismos y pronto os
cruzaréis con alguien que sí sabrá valorar vuestra autenticidad; porque
las personas seguras de sí mismas gustan, y gustan mucho.

¿Qué os parece, pues, si dejamos de fijarnos tanto en los obje-


tos materiales y en el exterior y nos permitimos mirar dentro de noso-
tros mismos e invitamos a quienes nos rodean a hacer lo mismo? Daros
cuenta ya que cubriros de cosas no os hará sentir mejor ni que vuestras
relaciones familiares o con los profesores o vuestras notas mejoren, por
citar algunos ejemplos de esos que tanto les gustan a los mayores.
73
“Rompiendo las Reglas”

¿Qué os parece si nos olvidamos de móviles, Internet, las fiestas


y el colegueo y nos dedicamos a ver si realmente nos sentimos bien con
lo que hacemos o si las elecciones que tomamos a diario sirven para en-
focarnos hacia ese bienestar que tanto necesitamos?

Escrutando Nuestras Motivaciones

¿Cómo sabrás si estás haciendo buenas elecciones? ¿Cómo


saber si estamos prestando atención a los asuntos importantes de la
vida? Pues buscando los por qué, los motivos reales de tus elecciones.
Pregúntate cómo sería tu vida sin tener a esa persona a tu lado o sin
poder hacer esto o aquello otro; pregúntate de qué modo afectan tus
decisiones y actos a los seres queridos que te rodean; pregúntate con
sinceridad si realmente necesitas unas u otras cosas. Pregúntate, por
ejemplo, qué te reconforta más a la larga: poder abrazar a tus padres
todos los días o estrenar unas caras zapatillas de la marca de turno; o
qué sentirías más: dejar que se estropee la relación con un familiar por
ser descuidado o no tener ese móvil nuevo.

No tengáis miedo a las respuestas que podáis encontraros; para


empezar a escoger bien hay que saber aceptar el punto de partida
porque, por malo que os parezca en este momento, si decidís actuar se
transformará, de repente, en un momento maravilloso, uno que podría
marcar un antes y un después… el comienzo de la gran aventura de
vuestras vidas.

Estos son, de momento, los únicos consejos que me permitiré


daros a estos respectos. Opino que intentar plantear unas bases más
amplias podría resultar peligroso y, además, algunas personas podrían
sentirse agredidas. Y lo entendería. Mi intención es intentar buscar una
base común tan simple que todo el mundo pueda aceptarla sin reser-
vas. Y creo que perseguir conscientemente nuestro bienestar y aportar
cosas positivas a nuestro entorno bien pudiera ser ésa base deseable
por y para todos. A mí me parece un buen comienzo, ¿y a vosotros?

Así pues, mis valientes compañeras/os de viaje, seguid esco-


giendo sentiros bien, seguid escogiendo atreveros a mirar en vuestro
74
5. -Aprendiendo a escoger

interior y seguid escogiendo buscar una buena respuesta a vuestra cu-


riosidad. El resto… es cosa vuestra, de cada uno, pues recordemos
que todos somos tan parecidos como diferentes y que pocos consejos
podemos dar que no limiten la libertad de las personas. Desde una mí-
nima estructura, con tiempo, paciencia y perseverancia seréis vosotros
quienes deberéis construir vuestro porvenir, aprendiendo a escuchar
las necesidades personales e inquietudes que vayáis sintiendo durante
vuestro gran caminar, lo cual aportará conciencia, actuar sabiendo el
porqué de nuestras acciones, a la gran aventura de la vida.

¿Os parece bien que lo dejemos aquí de momento? Esta vez


me he cansado hasta yo de mí mismo. Cuánta paciencia tenéis. ¡Cómo
y cuánto estáis cambiando mis jóvenes Guerreros/as Inteligentes! Os
habéis ganado, una vez más, mis felicitaciones y un merecido descanso.

Intentando Resumir un Poco:

- debemos comenzar a practicar conscientemente, y por cuenta propia,


el buen Arte de la Elección,
- ceder mis elecciones ante otros puede suponer dependencia e inse-
guridad,
- tomar decisiones por otros puede suponer exceso de confianza y au-
toridad, lo cual también es síntoma de gran inseguridad,
- a menudo buscamos independencia y autoafirmación asumiendo las
normas y/o estética de determinados grupos sociales, lo cual supone lo
contrario a desarrollar ideas propias,
- la cultura/sociedad de la moda y del consumo parece ofrecer una
ilusión de libertad al permitirnos escoger entre muchas opciones mate-
riales, impuestas e impersonales,
- la necesidad de responder ante los cambios de las modas y de ceder
nuestras elecciones y voluntad son síntoma de inseguridad personal y
muestran la necesidad de un cambio interno,
- la mayoría de personas intentan resolver los conflictos internos a tra-
vés de los objetos materiales, lo cual sigue promoviendo y reforzando
ese malestar al no encontrar una solución satisfactoria en el materialis-
mo, a la par que perpetua la cultura de la moda,
- tener cubiertas las necesidades materiales y seguir sintiendo malestar
75
“Rompiendo las Reglas”

es otro síntoma evidente de que estamos buscando soluciones en el


lugar menos indicado,
- si no nos centramos en el exterior tal vez debamos mirar en nuestro
interior para reconocer los posibles conflictos y poder comenzar a tra-
bajar en su resolución,
- nuestro interior es un terreno sobre el que sí podemos comenzar a
trabajar con independencia,
- los conflictos interiores difícilmente encontrarán solución en el exte-
rior,
- si quieres gustar a los demás comienza por gustarte a ti mismo,
- para saber si estamos escogiendo bien podemos comenzar por pre-
guntarnos los verdaderos motivos de las elecciones que tomamos a
diario e interpretar de qué forma nos afectan y favorecen, o no, a nues-
tro bienestar,

Algunos Ejemplos Prácticos de Buenas Elecciones:

A continuación mostraremos un esquema en el cual se compa-


ran algunas situaciones bastante dispares que pretenden hacer notar
la importancia y peso de unas acciones más superficiales o poco pro-
vechosas en comparación de otras un tanto más enfocadas a ese bien-
estar interior, al cual podemos acceder, a menudo, buscando la proxi-
midad de nuestros seres queridos o a través de actividades y aficiones
saludables.
76
5. -Aprendiendo a escoger

Práctica:

1. Para variar lee con atención el artículo y subraya y pregunta el sig-


nificado de toda palabra o expresión que te resulte desconocida. No
hay vergüenza cuando de aprender se trata y a nosotros… ¡nos gusta
tanto aprender!
2. Tomando como ejemplo las situaciones del cuadro de la página an-
terior…
- según tus vivencias y necesidades…
haz 5 sugerencias de acciones antagonistas (contrarias) para proponer
cambios positivos en tu entorno más cercano: familia, instituto, grupo
de amigos....
- según tu propia interpretación del entorno y de la sociedad…
haz 5 sugerencias de acciones antagonistas pensando en una escala
mayor proponiendo realizar cambios positivos en: tu barrio, tu ciudad,
tu país o en el planeta entero.
3. Habiendo practicado ya un poco con tu entorno, intenta hacer ahora
el ejercicio anterior pero con un enfoque más personal, señalando 5
cosas respecto a tu actitud que no te acaban de gustar y otras 5 con
posibles alternativas más positivas y favorables. Se tan crítico con tus
hábitos y actitudes como te sea posible.
4. Para finalizar, podemos ponerlas en común y debatir vuestras pro-
puestas en clase para enriquecernos con las ideas que todos podáis
aportar.

Algunas Citas Interesantes:

- “Aprendí que no puedo escoger cómo me siento pero sí puedo esco-


ger qué hacer al respecto”. William Shakespeare
- “El hombre le hace caricias al caballo… para montarlo”. Facundo Ca-
bral
- “É o tempo quem te faz Mestre nâo o diploma que comprou”. Can-
ción Popular de Capoeira
- “La Felicidad es Interior, no Exterior; por lo tanto no depende de lo
que tenemos sino de lo que Somos”. Pablo Neruda
- “La ambición que proviene de la mente te puede servir para conse-
guir bonitos castillos y buenos caballos. Sin embargo, sólo la ambición
77
“Rompiendo las Reglas”

que proviene del corazón puede darte, además, felicidad… La ambi-


ción del corazón es pura. No compite con nadie y no hace daño a na-
die. De hecho, le sirve a uno de tal manera que sirve a otros al mismo
tiempo. Las personas que tienen ambiciones del corazón desarrollan
su potencial para beneficio de todos”. El Caballero de la Armadura
Oxidada, Robert Fisher

Algunas Recomendaciones Interesantes

Otro de esos libros curiosos, y muy divertido, que me gusta


compartir y recomendar es El Caballero de la Armadura Oxidada (Ro-
bert Fisher, Ediciones Obelisco 1989). Esta simpática aventura cuenta
la historia de un caballero bienintencionado que gustaba de hacer el
bien y responder a su posición de valiente caballero, por lo que siempre
andaba demasiado ocupado haciendo lo que se suponía debía y quería
hacer. Pero llega un punto en que se da cuenta de que se ha convertido
en un extraño para sus seres queridos y lo más preocupante: también
para él mismo. De tanto llevarla, o de no quitársela, nuestro caballero
se ve prisionero dentro de su propia y, finalmente, oxidada armadura.
La nueva misión del gentil caballero: liberarse de su armadura.

Esta historia nos cuenta con humor cómo podemos librarnos


de nuestras armaduras, o de nuestros temores e inseguridades, y nos
enseña a aceptarnos, liberarnos y trabajarnos desde la comprensión, la
colaboración y la propia confianza.

Si me permitís haceros una sugerencia de elección: si tenéis que


escoger entre tener otro par de zapatillas más, un juego nuevo para
la consola o un par de cubatas… olvidad todo eso. Este libro es una
inmejorable alternativa que os aportará una satisfacción sin compara-
ción que atesoraréis por muchos años, tantos como yo mismo, y que
además podréis compartir con otras personas.
78
79
“Rompiendo las Reglas”

escogiendo...
que
es Gerundio
6. di no a las malas actitudes
“… Ser un Guerrero Inteligente es la actitud constante y consciente
de aquellos que no se conforman con ser unas simples marionetas
en manos de las circunstancias…”
80
6. -Escogiendo que es gerundio

En el artículo anterior terminé diciendo que poco os podía


decir sobre cómo enfocar y dirigir vuestras vidas, por aquello de no
limitar vuestra libertad. Sí vimos, en aquél último cuadro, algunas
propuestas en las que comparábamos actividades o actitudes poco
provechosas con otras más productivas y beneficiosas para nosotros
y para nuestro entorno más próximo. Quisiera continuar por ahí. Así
pues, en los artículos que siguen os haré algunas sugerencias más y
vosotros decidiréis si os apetece ponerlas en práctica o no, aunque en
mi opinión son de lo más recomendable.

Estas sugerencias tendrán que ver con distintas actitudes que


podemos encontrar y adoptar en el día a día y tienen como fin inten-
tar conseguir ser más tranquilos en nuestro caminar, más conscientes
y más dueños de nuestros actos y actitudes, para conquistar desde el
propio conocimiento ésa libertad e independencia tan ansiadas y de
las que tanto venimos hablando.

Veremos algunas de ésas actitudes o posturas, exponiendo


sus causas, los motivos por los cuales nos aferramos a ellas y cómo
intentar superarlas, cambiándolas por otras mucho más saludables,
curiosas e incluso divertidas. Hablaremos de actitudes como:

- el enfado
- la culpa
- la suerte
- el miedo
- el miedo a la muerte
- la violencia
- la intolerancia

Ante todas ellas deberíamos escoger decir siempre un rotundo


NO, pues suelen contribuir a minar nuestra autoestima y capacidad
de acción, limitando nuestro crecimiento y desarrollo como seres ple-
nos, sanos y emocionalmente inteligentes. Exponiéndolas y tratándo-
las de cerca podremos tomar conciencia de sus malas consecuencias
y de la necesidad de aplicar un enfoque distinto, uno más positivo y
conciliador.
81
“Rompiendo las Reglas”

No Olvides Tu Actitud

Ni que decir tiene, pero aun así insistiré una vez más, que no
son cosas que vayamos a corregir o hacer bien a la primera. Éstas son
actitudes que podemos ver a diario, casi constantemente, y debido a
ello resulta demasiado fácil imitarlas y perpetuarlas, con los malos re-
sultados que ello conlleva. Por tanto, nuestro empeño por superarlas
deberá ser tan grande como nuestra necesidad y nuestra exposición
a ellas. Pero todo esto sin olvidar que somos seres falibles, pues con
este enfoque lograremos no desanimarnos cuando algún día metamos
la pata o no consigamos el resultado esperado, cosa que casi con toda
seguridad habrá de suceder.

Para esclarecer un poco el párrafo anterior recordaremos de


nuevo a aquel culturista del que hablamos en el cuarto artículo. Resulta
que ese deportista se entrenó durante mucho tiempo para conseguir
esos grandes y llamativos brazos. Pero una vez conseguidos deberá
seguir trabajando en ellos si desea conservarlos. Si, por el contrario,
decidiera relajarse y dejar de entrenar las mejoras conseguidas des-
aparecerían al cabo de algún tiempo. Si queremos que algo perdure
debemos seguir trabajándolo con constancia, inconformismo y perse-
verancia.

Pero además, ese culturista, deberá hacer frente a situaciones


tales como la pereza, el cansancio, resfriados, gripes, lesiones… Situa-
ciones que antes o después aparecerán y que no deberían menguar la
voluntad de alcanzar sus objetivos. Y si realmente desea conseguir esas
mejoras externas deberá comprender también que cada músculo de su
cuerpo, cada fibra, sigue las órdenes directas de su cerebro, por lo que
lograr una mente tranquila y ordenada también debería estar en su lista
de objetivos: un cuerpo es tan fuerte como lo es su cabeza. Y tampoco
olvidemos lo importante que será seguir una buena alimentación (no
sólo arroz y pechuga de pollo), descansar bien, realizar estiramientos
y ejercicios de relajación… Para trabajar una sola cosa resulta que, en
realidad, debemos considerarnos como un todo y trabajarlas todas,
pues somos máquinas precisas cuyas piezas están íntimamente rela-
cionadas y deben considerarse en su conjunto. Cuando nuestro amigo
entienda esto, y espero que no demasiado tarde, caerá en la cuenta de
82
6. -Escogiendo que es gerundio

que… ¡también tiene que entrenar sus piernas! Y sus pectorales, sus
deltoides…

Entonces, regresando a lo nuestro, las conquistas conseguidas


no deberán volvernos confiados. En cambio sí deberemos seguir sien-
do inquisitivos, revisarnos y trabajarnos día a día para consolidar las
metas alcanzadas. Llegar a ser un Guerrero Inteligente no es algo que
se consiga de la noche a la mañana tras recibir el mágico toque de
una varita como tampoco es una meta concreta que alcanzar. Ser un
Guerrero Inteligente es, ante todo, la actitud constante y consciente
de aquellos que no se conforman con ser unas simples marionetas en
manos de las circunstancias y que, en cambio, deciden revisarse sin
descanso para continuar creciendo, haciendo las modificaciones con-
venientes, según los designios e inquietudes de su firme voluntad.

Revisando Nuestras Herencias.

Antes hemos mencionado, brevemente, que estamos expues-


tos a estas negativas actitudes, lo cual significa que nuestro entorno
influirá, en parte, sobre nuestra forma de ser. Me explico un poquito
mejor: si desde pequeños nos gritan en casa probablemente nosotros
gritaremos cuando nos queramos comunicar con otras personas; si nos
acostumbran a ser cariñosos seguramente nosotros también lo seamos;
si somos testigos de (o sufrimos) cualquier tipo de maltrato corremos
el riesgo de incurrir en las mismas faltas en el futuro. ¿Más sencillo
todavía? Vale: si a tu padre y a tu madre les gusta el queso a ti, segura-
mente, también te acabará por gustar el queso.

Es prácticamente imposible evitar estos condicionamientos,


pues no podemos cambiar de escenario así como así. Por ejemplo,
un niño de dos años poco podrá hacer ante una mala situación o un
mal escenario. Pero sí podremos con el tiempo, y conforme vayamos
ganando en madurez e independencia, modificar o erradicar aquellas
conductas menos provechosas y potenciar las más positivas.

Aunque en la actualidad las familias siguen todo tipo de es-


quemas, los modelos más importantes son, sin duda alguna, nuestros
83
“Rompiendo las Reglas”

padres. Convivimos con ellos largos años y terminamos por querer


emularlos: ser tan grandes y mañosos como papá, tan fuertes y valien-
tes como mamá… Desgraciadamente, a pesar incluso de las buenas
voluntades y del mayor de los empeños, no siempre esos modelos a
los que estamos expuestos son los mejores ni el ambiente familiar es
el más conveniente, lo cual puede ocasionar grandes problemas en el
individuo.

Os diré una cosa: cuando un padre o una madre no actúan como


deberían actuar es porque tiene serios problemas. Ellos, nuestros pa-
dres, también son individuos que deben hacer sus propios malabaris-
mos para vivir y sentirse bien en este mundo que no siempre les trata
con el debido cariño. Esta última observación debe aportarnos cierta
comprensión sobre la situación emocional de otras personas; pero en
ningún caso debe suponer aceptar, tolerar o adoptar conductas sa-
bidamente censurables que dañen, directa o indirectamente, a otros
seres humanos. De hecho haber tenido malas experiencias a este res-
pecto debería hacernos más sensibles y comprensivos, pues habremos
podido averiguar de primera mano cuan nefastas y dañinas son y por
tanto quizá debiéramos esforzarnos un poquito más por superarlas,
sobre todo si la salud emocional de aquellos que nos siguen está en
juego.

Pero por lo mismo, aunque los referentes sí sean los mejores,


no todo depende de ellos. Nuestra interpretación sobre los valores
recibidos y su aplicación en nosotros mismos y en nuestras relaciones
sociales será, en última instancia, lo verdaderamente importante. Pero
resulta que, en innumerables ocasiones, desperdiciamos o negamos
magníficas aptitudes a aquellos que tanto nos quieren. Ni todo es tan
bueno ni tampoco todo es tan malo.

Es por todo esto que os recuerdo que debemos ser críticos con
nuestras herencias, aquellas cosas que recibimos de nuestro entorno
más próximo, pues de no serlo correríamos el serio riesgo de aceptar
como válidas malas conductas por el simple hecho de haber estado ex-
puestas a ellas durante mucho tiempo. Parte de ganar esa independen-
cia, madurez y poder consistirá en tomar vuestras propias decisiones
y en ver qué caminos querréis recorrer. Aunque en un principio sí nos
84
6. -Escogiendo que es gerundio

condicionen seremos nosotros mismos quienes finalmente decidamos


si queremos perpetuarlas o si, en cambio, debemos mejorar algunos
aspectos. Si realmente no te gusta… ¡no tienes por qué comer queso!

¡Cuidado con las Influencias!

He hecho mención a los condicionantes familiares pero resul-


ta que no termina ahí la cosa. En la actualidad las sociedades se en-
cuentran bombardeadas por la cultura de las modas, teniendo a la pu-
blicidad como máximo exponente y escaparate. Así pues, peinados,
música, ropa, coches, gafas, móviles, películas, deportes, televisores,
programas de televisión, discursos políticos… están diseñados para
crear en nosotros ciertas necesidades que también pueden llegar a
condicionarnos de manera muy significativa.

¿Cada cuánto tiempo se dejan barba los hombres? ¿En qué


épocas la gente va a comprarse ropa y de qué tipo? ¿Cuándo empie-
zan a anunciarse los coleccionables en la tele? ¿Los productos de la
teletienda son realmente tan imprescindibles como los pintan? ¿Qué
deporte se lleva casi exclusivamente toda la atención de los medios y
por qué?

Llamadme desconfiado pero querer influir tanto en los demás,


mediante cosas tan superfluas, debe tener algún motivo, ¿no os pare-
ce? Yo no termino de verle el beneficio a ser una social victim, en nin-
guna de sus múltiples facetas. Así pues, ser un individuo social, nacido
determinada cultura, supone recibir por defecto una herencia concreta,
la cual haríamos bien en revisar.

Pero afortunadamente no todo son malos ejemplos en esta vida


y del mismo que una persona puede estar expuesta a malos condicio-
nantes en un escenario concreto también puede recibir, al tiempo y
desde un entorno distinto, otros que le muestren que existen mejores
formas de proceder. Ésta es una de las ventajas que nos ofrece vivir en
sociedad.
85
“Rompiendo las Reglas”

La Hora de la Verdad.

De eso trata todo esto, sobre todo los artículos que vamos a
ver a continuación, de darnos cuenta de que sí tenemos capacidad
de elección y de que sí podemos cambiar las cosas. Aunque no sé si
habiéndoos dicho todo lo anterior os he animado mucho a seguir el
camino del Guerrero Inteligente. Pero, para mí, escudarse tras estos
condicionantes, tras malas actitudes o malas herencias, no es de verda-
deros guerreros, pues supondría ceder nuestra voluntad ante esos fac-
tores externos y si queremos vivir bien no podemos permitirnos el lujo
de dejarnos influir tan gratuitamente. Por lo que, visto de este modo,
no nos queda otra opción. Y como es la única no es ni buena ni mala, es
apenas la que es: simplemente la mejor. El Camino del Guerrero Inteli-
gente promete, sin lugar a dudas, grandes e innumerables aventuras.

Entonces, así como el hijo de un mecánico, que se crió entre


potentes motores, podrá llegar a convertirse en un notable cirujano
o el hijo un cirujano, crecido entre enciclopedias, pueda preferir ser
mecánico, el hijo de alguien enfadado y violento podrá ser alegre y
muy cariñoso en el futuro. Finalmente, nuestro destino, a pesar de to-
dos los condicionantes que hemos visto y veremos, está únicamente en
nuestras manos, resultando los únicos responsables de todos nuestros
pensamientos y acciones, quedando así libres ante cualquier tipo de
cadenas.

Aceptar esa responsabilidad supone, al menos para mí, dar el


primer paso para conquistar la tan anhelada libertad, la de verdad.
Acertar en nuestras decisiones y recibir sus beneficios será cosa de
justos; criticarnos, aceptar y corregir nuestros defectos será síntoma y
señal de verdadera inteligencia y sabiduría.

Debéis saber que yo mismo debo esforzarme cada día para ser
lo mejor posible, tanto para mí como para vosotros, pues tan sólo me-
recéis de lo bueno lo mejor. Y aquí me tenéis, luchando por ser valedor
del gran honor de vuestra atención y compañía. Gracias por confiar en
mí, mis jóvenes guerreros/as. Sé que algún día vosotras/os también
querréis ser mejores para vosotros y para los demás. Seguid así.
86
6. -Escogiendo que es gerundio

Después de todo esto entremos en materia, abordemos esas


malas actitudes. Veamos cómo podemos decirles NO para, un poquito
más adelante, poder decirle un gran SÍ a la Vida.

Intentando Resumir un Poco:

- aunque no está bien decidir por otros sí hay ciertas actitudes que no
son en absoluto recomendables para nadie,
- estas malas actitudes atenazan a las personas, impidiendo su correc-
to desarrollo individual y social, pues dificultan la relación fluida entre
individuos,
- prácticamente a diario, de una forma u otra, estamos expuestos a
estas malas actitudes,
- la familia, nuestro círculo de amistades, la sociedad… desde todas par-
tes nos llegan influencias que deben ser revisadas convenientemente,
- el motivo de utilizar estas malas actitudes es intentar conseguir algún
beneficio propio de los demás, lo cual ya denota una enorme falta de
seguridad y confianza en aquellas personas que actúan de este modo,
- sólo a través de la reflexión, la conciencia y la constancia lograremos
sobreponernos a estos perniciosos condicionantes,
- debido a ello es urgente desarrollar un espíritu crítico que nos permita
ver la necesidad de actuar de forma diferente ante ellas e incluso recha-
zarlas como estrategias para relacionarlos con otras personas,
- desde luego que no todo son malas influencias en esta vida, hay bue-
nos ejemplos por doquier, tan sólo hay que tener ganas de reconocer-
los y mejorar,
- a pesar de todos estos condicionantes somos nosotros los únicos res-
ponsables de la forma que le demos a nuestros pensamientos y emo-
ciones, así como de nuestras elecciones y actos,
- asumiendo las riendas del autogobierno y la autodeterminación evita-
remos ser simples marionetas en manos del destino u otras personas,

Práctica:

1. ¿Crees que tus padres influyen mucho en tu actual forma de ser?


¿Has “heredado” alguna de sus “costumbres”?
87
“Rompiendo las Reglas”

2. ¿Te gusta lo que en casa se te ofrece? ¿Qué cosas te gustan? ¿Cuáles


no?
3. ¿Podrías plantear las preguntas de los dos puntos anteriores a tu cír-
culo de amigos y a aquellas actividades a las que dedicas más tiempo?
4. ¿Crees que la sociedad intenta influir de algún modo en ti? ¿Cómo?
5. Con ayuda del profesor haced una puesta en común y escribid en la
pizarra todos los adjetivos que se os ocurran que puedan ser utilizados
para describir la personalidad de alguien. A continuación redacta una
descripción sobre ti mismo en una hoja y guárdala. Para seguir, asig-
naos un compañero y describíos mutuamente. Para finalizar comparad
ambas descripciones: la tuya propia y la que tu compañero hizo de ti.
Podéis hacer este ejercicio en voz alta.

Algunas Citas Interesantes:

- “No somos libres de dejar de ser libres”. Jean Paul Sartre


- “Si sufres es por ti. Si te sientes feliz es por ti. Si te sientes dichoso es
por ti. Nadie más es responsable de cómo te sientes, sólo tú y nadie
más que tú. Tú eres el infierno y el cielo también”. Osho

Algunas recomendaciones interesantes:

De nuevo me gustaría hablaros de una película que ejemplifica,


en cierto modo, la temática que hemos tratado artículo. Se trata de
El Show de Truman. En ella Truman Burbank (Jim Carrey) es un joven
que tiene una apacible vida en su ciudad natal, Seahaven, pero que no
sabe que ésta no es más que un gigantesco plató de televisión y que
su vida, desde su misma concepción, es una suerte de Gran Hermano,
del cual él es el protagonista. En realidad toda la ciudad está montada
alrededor de Truman, incluidos sus habitantes, donde todo el mundo
sabe que se trata de un montaje menos él. Nuestro héroe cree tener y
hacer una vida normal sin llegar a imaginar que sus motivaciones se ven
influenciadas, de un modo u otro, por el director del programa, un tal
Christof, quien siempre encuentra la manera de frustrar cualquier tipo
de curiosidad que Truman pueda llegar a sentir, sobre todo si ésta le
dirige fuera de su ciudad. Pero extrañas coincidencias, hechos inexpli-
88
6. -Escogiendo que es gerundio

cables o descuidos de los figurantes hacen que Truman comience a sos-


pechar de la autenticidad de su entorno, tanto que decide abandonar
de una vez por todas Seahaven. Ni que decir tiene que el director del
programa le pone todo tipo de impedimentos; pero finalmente Truman
consigue llegar a la salida del plató y, a pesar de las amenazas y del
miedo que Christof intenta infundirle, decide salir al mundo exterior y
tomar las riendas de su propia vida.

Esta película nos invita a reflexionar sobre la necesidad de cues-


tionar nuestras motivaciones, costumbres y herencias, para lograr ser
los verdaderos dueños de nuestras vidas. Además nos muestra como
a través de la duda, la curiosidad y las ganas de vivir podemos vencer
esos condicionantes que nos amenazan.

Otras cintas que nos incitan a realizar esta misma crítica ante el
exceso o defecto de normas y el efecto que éstas tienen sobre el indi-
viduo, aunque desde perspectivas y tratamientos muy dispares, o que
también plantean el tema de vivir la propia vida desde la autenticidad
son: “Fahrenheit 451”, “Rebelión en las Ondas”, “El Club de la Lucha”,
“Matrix”, “V de Vendetta”, “Ciudadano Kane”, “Una Botella en el Mar
de Gaza”…

Si queréis ver bomberos en misión oficial provocando fuegos en


lugar de apagarlos, jóvenes rebelándose ante las asfixiantes imposicio-
nes de los adultos, hombres luchando unos con otros para dejar salir
su frustración o queriendo colapsar el sistema social, a Neo decidiendo
entre una vida plácida aunque poco real o si luchar por su libertad, a
un enmascarado y poético personaje alentando a las masas a levan-
tarse contra la opresión, a un multimillonario que no consigue ser feliz
a pesar de que siempre consigue cuanto se propone o a dos jóvenes
que no logran entender el odio existente entre sus países rivales y que
deciden ser amigos a pesar de las dificultades que eso conlleva… éstas
son sin duda vuestras películas. Ninguna de ellas tiene desperdicio, así
que no voy a desvelaros nada más sobre ellas. Os invito, como siempre
a ser curiosos. Buscadlas, no cuesta nada de nada y os pueden aportar
mucho.
89
“Rompiendo las Reglas”

di no
6.a al enfado
“… Tener el control significa estar bien con uno mismo, por eso poco importa
que los demás estén en desacuerdo contigo, que haya colas o que llueva. Por
eso mismo, aquél que tiene el poder sobre sí mismo no necesita imponer nada
a los demás…”
90
6.a -Di no al enfado

No te enfades… Carapán

Hay ocasiones en que ni hecho aposta. Y hay días que parece


que el mundo entero se ha puesto de acuerdo para tocarnos las na-
rices: los profesores parecen más antipáticos, los compañeros están
muy bordes, has suspendido dos exámenes, querías comer una cosa
y te encuentras con otra menos apetecible, han quitado tu programa
preferido de la tele, el tren o el bus llegan con retraso, no encuentras
la camiseta que querías ponerte o no está planchada, hay que hacer
cola en la panadería, en casa todos parecen estar en tu contra… y así,
mil situaciones más por el estilo. Viéndolo de esta forma es fácil decir
eso de: ¿cómo no voy a enfadarme?, la culpa es de los demás, dejadme
tranquilo… ¡dejadme vivir!

Pero es que resulta que incluso cuando estamos solos, pensan-


do, leyendo una noticia, viendo la tele, escuchando una canción, recor-
dando cualquier cosa… nos podemos sorprender a nosotros mismos
en medio de un enfado tonto y aun así solemos responsabilizar a otros
de nuestro absurdo estado de ánimo. O peor aún, decimos aquello
de: no puedo hacer nada, yo soy así y forma parte de mi carácter. Vale,
viéndolo así, también llevabas pañales o llorabas hasta conseguir lo
que querías cuando eras un bebé y hace algunos años te gustaba un
tipo de música y usabas un estilo de ropa que es fácil que ahora no te
gusten.

Ya has sido de muchas maneras distintas a lo largo de tu vida


y la mayoría de ellas volverán a cambiar cuando llegue el momento, o
cuando tú lo creas oportuno. ¿Por qué, entonces, no ibas a ser capaz
de cambiar o modificar tu capacidad de enfado? Ya os lo digo yo, no
hay nada que os lo impida.

Estoy seguro que la mayoría de vosotros conocéis a alguna per-


sona que está casi siempre de mal humor: muy seria, que siempre se
fija en los fallos de los demás, poco positivo/a, con poco sentido del
humor o que grita mucho. También conoceréis a otros que, aunque en
menor grado, son casi igual de carapanes: aparentemente son más ale-
gres y positivos pero enseguida saltan o se enfadan por cualquier cosa,
hasta por las más pequeñas, y la montan bien gorda. Tampoco éstas
91
“Rompiendo las Reglas”

son las personas más apropiadas para bromear, a no ser que sean otros
el objeto de risa, entonces son los primeros en soltar la carcajada.

Ambas personalidades descritas se excusan en que son perso-


nas temperamentales y/o con mucho carácter. Yo opino que, sincera-
mente, no me parece que enfadarse o gritar sean síntomas evidentes
de tener más personalidad o carácter, más bien me sugiere todo lo
contrario: falta de control, personalidad y autoestima.

¿Por Qué Nos Enfadamos?

Y precisamente por ahí podríamos comenzar el asunto, por el


control. Se podría decir que es una cuestión de control o poder, en la
que ante una situación inesperada y poco agradable perdemos el con-
trol sobre nosotros mismos, cediéndolo a aquellas personas o hechos
que han desencadenado esta situación. Cuando nos enfadamos deja-
mos de ser nosotros mismos para ser aquello que otros quieren que
seamos, y eso sugiere de todo menos una gran personalidad, ¿no os
parece?

Una situación en la que nos encontramos así, descolocados, re-


quiere que nos adaptemos de nuevo y eso será algo muy complicado
de conseguir desde el enfado. De hecho el enfado suele mostrar eso
mismo: falta de adaptabilidad. Y fijaos en otra cosa: no resolvemos
nada enfadándonos. Incluso cuando tengamos razón poco ganaremos
a través de ese tipo de reacciones. Al enfadamos el pulso se acelera, la
respiración se entrecorta llegando menos oxígeno al cerebro y así no
se puede pensar con claridad. Y precisamente pensar es lo que puede
marcar la diferencia entre unos y otros.

Desde luego hay muchas formas de llegar al enfado, pero todas


son igual de poco provechosas. Imaginad:

- esperabas un día de sol y tenías un magnífico plan al aire libre, en


cambio amaneció lloviendo… por más que te disgustes no conseguirás
que deje de llover; pero cambiando de actitud se te pueden ocurrir
otros tantos planes para pasarlo bien, aunque sean de interior,
92
6.a -Di no al enfado

- un amigo te ha fallado de nuevo, confiaste en él y de un modo u otro te


traicionó… una vez más, y tú te enfadas con él. Desde luego es una op-
ción pero también podrías darte cuenta de que ese amigo quizá no me-
rezca tanta confianza y deberías revisar el tipo de amistad que mantienes
con él. O, si te interesa tanto su amistad también podrías pensar que es
tan humano y tan capaz de fallar como tú mismo, y si tú te perdonas en
tus errores podrías comprender sus fallos y perdonarle a él también. En
cualquier caso… ¡enfados fuera!

- el pesado del instituto viene de nuevo a hacerse el gracioso a tu cos-


ta… ¡menuda novedad! Recordad aquello del regalo: un regalo no es
vuestro si no lo aceptáis. Por tanto si alguien os ofrece algo malo no
tenéis porqué aceptarlo. En lugar de enfadaros ante ese ofrecimiento
rechazadlo e incluso probad otras estrategias, os mostraré algunas un
poco más adelante.

- llegas a la caja del supermercado y hay una cola enorme… ¡no te enfa-
des! Puedes, en cambio, pensar otras cosas: piensa que el cajero tal vez
va lento porque lleva todo el día trabajando y está algo cansado ya. O
intentad recordad alguna canción o cualquier otra cosa que te parezca
interesante repasar, por ejemplo las secuencias de iniciación, los golpes
directos, cuántos instrumentos se emplean en capoeira o incluso la tabla
del siete. También puedes fijarte en si has ido a comprar en una hora
punta, de ese modo tal vez podrías evitarla en la siguiente visita. Fácil,
¿verdad?

- vas en coche con toda la familia y os encontráis con un gran atasco,


pues… poned la radio y cantad todos juntos a pleno pulmón, haced jue-
gos de agilidad mental con las matrículas de los coches que os rodean o
incluso dale un pequeño masaje a tu padre/madre en los hombros desde
el asiento de atrás. De ese modo el rato de espera puede ser hasta muy
divertido y agradable.

- dos amigos hablando sobre un tema llegan a un punto en el que no se


ponen de acuerdo y ahí se montó el jaleo: fulanito a voz en grito inten-
tando convencer a Pepito y éste igual… Resultado: los dos se enfadan
y ninguno escucha al otro. Algunas personas piensan que si gritan o se
enfadan sus argumentos ganarán peso y serán aceptados por los demás
93
“Rompiendo las Reglas”

fácilmente, y además también pueden excusarse diciendo que la otra


persona les hizo perder la paciencia con su cabezonería… menudos ca-
rapanes.

- recibir críticas tampoco suele ser del agrado de casi nadie, viendo en
estos comentarios ataques personales en lugar de la oportunidad de criti-
carnos y mejorarnos, independientemente de la opinión que nos merezca
esa persona.

-…

Y así un montón de ejemplos más para situaciones parecidas. Fi-


jaos, la norma podría ser esta: haz cualquier cosa menos enfadarte. Enfa-
darse tan sólo es una de tantas opciones, una que no suele aportar otra
cosa que más enfado todavía.

En cambio si pensamos un poco, algo que tan sólo podremos ha-


cer desde la calma, no será difícil encontrar muchísimas otras alternativas
tanto más interesantes y productivas para nosotros mismos y para aque-
llos que nos rodean, que de otro modo incluso podrían convertirse en
víctimas de nuestro mal humor. Alternativas que, además, nos ayudarán a
conocernos mejor y ganar ese control, ese poder, sobre nosotros mismos.

No sé si es del todo bueno que añada lo siguiente pero resulta


que quién tiene control sobre sí mismo también puede controlar, de algún
modo, a los demás. Esto último es delicado porque ese poder tan sólo de-
bería ser utilizado para ayudar, así que hablaremos de esto más adelante.

¿Qué Conseguimos a Través del Enfado?

Ésta es una pregunta muy interesante, porque… si no pode-


mos cambiar las circunstancias que conducen al enfado ni solucionamos
nada… ¿para qué escoger enfadarse? Podríamos decir que aquellos que
se enfadan con facilidad lo hacen porque, entre otros motivos, no han
intentado probar otras cosas, y recordemos que era tan fácil como hacer
lo contrario, por ejemplo, de lo que ya estamos haciendo.
94
6.a -Di no al enfado

Pero desafortunadamente enfadarse también puede tener su re-


compensa, una que desde nuestro punto de vista sigue siendo una mala
excusa para tirar por el lado fácil del asunto. Entre otras cosas, lo que
aquellos que se enfadan mucho pueden estar buscando es:

- descargar su ira y frustración en otros, empleando malos tonos y formas,


incluso palabras y gestos de los que más tarde, seguramente, se arrepen-
tirán, uno de los grandes motivos para evitar dejarnos llevar por el enfado
o el énfasis; todo por no aceptar su parte de responsabilidad en su mala
situación, les resulta más sencillo culpar a otros que hacer lo necesario para
evitar que la cosa se vuelva a repetir,

- llamar la atención montando un cuadro, creyendo que así la persona afec-


tada cederá ante sus peticiones,

- chantajear a la otra persona: tú me has hecho algo que no está bien y yo


aprovecho la situación para, a través de tu arrepentimiento conseguido
mediante un enfado desproporcionado, ganar algo en contrapartida como
compensación, aunque resulte injusto o innecesario,

- esto último sería algo parecido a lo siguiente: hacerse la víctima, llamando


así la atención de otros sobre nuestra penosa situación y sacar algún pro-
vecho del asunto,

- responsabilizar a otros, e incluso a la mala suerte, de las consecuencias de


sus malas elecciones, quedando ellos libres de toda responsabilidad y, de
paso, poder seguir excusándose en que no es más que una cuestión de su
personalidad,

- intentar salirnos con la nuestra en una discusión o cualquier otra situación;


las personas que me rodean se sentirán amenazadas por mí si cada vez
que hacen o dicen algo que no me gusta me enfado; o cuando veo que no
tengo razón me enfado para no tener que aceptar ese hecho,

- por el mismo motivo… intentar que otros adopten nuestra forma de pen-
sar. Pero, aunque grites o te enfades… ¿qué necesidad tiene la otra perso-
na de pensar como tú? Es más… ¿qué necesidad tienes de que otro piense
del mismo modo que tú? Acallar a otros mediante gritos no me parece muy
95
“Rompiendo las Reglas”

buena idea pues cuando gritas no escuchas, ni a ti mismo, y puede que


nos estemos perdiendo una buena opinión, o idea, que podría mejorar la
nuestra. Además, después de escuchar y de pensar en lo que nos ofrecen
siempre podemos rechazarlo con toda la educación del mundo, sin menos-
preciar a nadie ni perder nunca la sonrisa o las buenas formas.

No es necesario decir, pero aun así insistiré, que estos argumen-


tos, aunque muy frecuentes y extendidos, no son más que parches que
siguen enmascarando la necesidad de cambios en quienes los utilizan.
Lo mismo sucede con los casos mostrados en el siguiente apartado.

¿Qué Quiere/n Conseguir Aquello/s que Nos Enfada/n?

Otra pregunta interesante… veamos varias situaciones:

- en el caso de las colas, las inclemencias meteorológicas, los atascos, los


retrasos, máquinas estropeadas, pinchazos… es muy presuntuoso por
nuestra parte pensar que todas esas personas, situaciones o artefactos
se han puesto de acuerdo para fastidiarnos el día. ¿De verdad piensas
que las nubes han acordado estropearte el día? Pues lo llevas claro cara-
pán. En este caso, como podéis ver, no hay motivación alguna por parte
de los demás por fastidiarnos, así que no es necesario que descargue-
mos en ellos, u otros, nuestra cólera; además recordad que poco íbamos
a cambiar o ganar con ello… al mal tiempo buena cara,

- también están aquellos/as que sí gustan de fastidiar a los demás, los


provocan hasta hacerlos estallar; obviamente estos personajes buscan
ganar poder sobre los demás y lo consiguen cuando entramos en su
juego; si alguien te dice, por ejemplo, “¿eres tonto?”, tú podrías res-
ponder… “¿tú también te has dado cuenta?”. Ocurrencias así suelen
descolocar y como ésa hay muchas más, tan sólo es cuestión de echarle
imaginación y sentido del humor. Piensa que es una forma muy inteligen-
te de reaccionar pues, además, no tienes otras muchas opciones: si te
enfadas refuerzas sus ganas de seguir fastidiándote pues habrá logrado
lo que pretendía, así que tan sólo te queda ser más despierto que él.
Desde luego los que se dedican a atacar a los demás sí que tienen un
96
6.a -Di no al enfado

verdadero problema y en lugar de afrontarlo escogen crear problemas a


los demás… una mala elección, ¿verdad?

- el profesor me tiene manía… ¿en serio? ¿Seguro que te han suspendi-


do el examen? ¿No lo has suspendido tú? Y en el caso de que el profesor
esté algo alterado… ¿has colaborado tú en ello? ¿Y si tiene algún tipo
de problema y sin querer lo paga con otros? A buen seguro se te puede
ocurrir alguna manera de evitar enfrentamientos innecesarios e incluso
mostrar preocupación e interés por alguna de ésas personas que, de un
modo u otro, también cuidan de ti y que a buen seguro también querrían
sentirse mejor; en cualquier caso, aunque no es imposible, es muy atre-
vido pensar que un profe os tiene manía sin más,

- ya está otra vez… Pepito comienza a gritar en cuanto los demás no


hacen las cosas que él quiere, y para muchos es más cómodo dejar que
Pepito se salga con la suya… y aún se quejarán después; si accedes al
chantaje… culpa tuya nene/a,

Como veis, lo que aquí planteamos no es más que un cambio


de actitud, ¿os suena esto?, que nos lleva a responsabilizarnos de nues-
tro propio estado emocional. No se trata de hacernos impermeables a
nuestro entorno, cubriéndonos de una coraza aislante, como la de aquel
oxidado caballero. Se trata de darnos cuenta que tenemos el poder de
transformar cualquier mala situación en una más favorable y provechosa
para nosotros. Porque, si el tiempo pasa igual… ¿para qué malgastarlo
en un enfado?

También es una cuestión de mantener nuestra propia personali-


dad, sabiendo que a veces debemos y/o podemos gestionarla mejor en
algún sentido en lugar de dejarnos llevar transformándonos en alguien
capaz de perder los nervios o el control. ¿Difícil? ¿Costoso?… Tal vez.
Pero no más que mantener un enfado y, desde luego, sí mucho más
productivo y beneficioso, sin que esto signifique que no seamos buenos
o válidos o que tengamos que dejar de ser nosotros mismos. Ser bueno
no impide ser mejorable. La elección es tuya, Guerrero/a Inteligente.
97
“Rompiendo las Reglas”

El Poder de Tener el Control

Aclaremos ahora eso de tener poder sobre otros. Aquél que se


controla así mismo en realidad no necesita controlar a nadie; en cambio
sí puede ayudar a otros a mejorarse a través de su templanza. Dicho esto
no es difícil entender que aquellos que pretenden tener el control sobre
otros demuestran, en realidad, tener muy poco control sobre sus propias
vidas; probablemente alguien se lo esté arrebatando de alguna manera
y ellos piensan que haciendo lo mismo pueden recuperarlo. Pero no es
así.

Tener el control significa estar bien con uno mismo, por eso poco
importa que los demás estén en desacuerdo contigo, que haya colas o
que llueva. Por eso mismo, aquél que tiene el poder sobre sí mismo no
necesita imponer nada a los demás. El control proviene de la aceptación
y ésta conduce al conocimiento; cuando uno se conoce se da cuenta de
que está expuesto a las mismas dificultades que cualquier otro ser huma-
no y que es tan capaz de fallar como el que más. Quién se controla sabe
que si los demás no lo hacen es porque tienen algunas dificultades en
ciertas áreas de sus vidas y esto despierta empatía en él, poniéndose a
su servicio aportando, ante todo, calma, paciencia y comprensión. Quién
se controla se ha encontrado y sabe que quién quiere quitarle el poder
a otros está perdido; lo sabe porque él también estuvo perdido un día y
otros tuvieron paciencia con él y por eso ahora tiende su mano a todo el
mundo.

Ésa es, para mí, la verdadera aportación que aquel que tiene el
poder de controlarse debe hacer al mundo. Cualquier otra aplicación
de este poder con otros fines es del todo censurable. Incluso cuando
veamos a otros ir directos hacia el fallo no podremos hacer otra cosa que
sugerir con mucho cariño, pues si quisiéramos imponer estaríamos incu-
rriendo en uno de los errores principales: limitar la libertad de los demás,
y para evitar eso hasta el derecho a equivocarse debe ser respetado.

Además, en muchas ocasiones tener el control, muy poco tiene


que ver con controlar algo sino, más bien, con aceptar que, en realidad,
hay ciertas cosas que no se pueden controlar, o que no se pueden mo-
dificar. Por lo tanto, y como ya hemos dicho, esas situaciones requerirán
98
6.a -Di no al enfado

de nosotros un cambio de actitud o de proceder, logrando esa adapta-


bilidad que también hemos mencionado. Ante estas situaciones muchas
personas se aferran a lo conocido para mantener ese supuesto control.
Pero resulta que esas situaciones que intentan mantener son las mismas
que les han hecho sentir mal. Por tanto ese poder también tiene que
ver con la capacidad de cambio, adaptación, y no tanto con mantener el
control, que en estos casos puede significar anclarnos a una mala actitud,
una que exige un verdadero cambio.

Intentando Resumir un Poco:

- tenemos el poder y la capacidad, y casi la obligación, de modificar nuestro


estado de ánimo,
- el enfado es una de esas actitudes de las cuales nos tenemos que cuidar,
- la expresión corporal, actitud, forma de hablar y/o de reaccionar ante si-
tuaciones difíciles puede indicarnos si una persona es más o menos irascible,
- la información anterior nos puede decir qué podemos esperar de ese tipo
de personas,
- enfadarse con facilidad o gritar no son síntomas que muestren una gran
personalidad sino todo lo contrario: miedo, inseguridad, falta de control y
autoestima,
- el enfado suele surgir por falta de adaptabilidad ante una situación ines-
perada,
- cuando nos enfadamos perdemos el control sobre nosotros y lo cedemos
a aquellas personas o situaciones que provocaron esa inestabilidad,
- para mantener el control es preciso estar tranquilos, respirar y pensar,
cosa imposible desde el enfado,
- el enfado no ayuda a solucionar las nuevas situaciones por lo tanto no es
una estrategia inteligente ni provechosa,
- el enfado puede utilizarse como arma para manipular a los demás según
nuestros propios intereses,
- el enfado también puede ser utilizado por otros para conseguir sus malas
intenciones,
- utilizar el enfado o los gritos como herramienta para conseguir algo tam-
bién supone falta de poder o autocontrol personal, haciendo notar que hay
algunos problemas de trasfondo que deberíamos trabajar y que tampoco
se solucionan con esta mala actitud,
99
“Rompiendo las Reglas”

- para bien o para regular, todos los días tendremos oportunidad de luchar
contra el enfado; no es fácil y es algo que requiere mucha práctica pero sí
es algo que merece la pena, la recompensa no podría ser mayor: ser due-
ños de nosotros mismos, tener el control de nuestras vidas,

Práctica:

1. Para variar lee con atención el artículo y subraya y pregunta el sig-


nificado de toda palabra o expresión que te resulte desconocida. No
hay vergüenza cuando de aprender se trata y a nosotros… ¡nos gusta
tanto aprender!
2. ¿Te describes como una persona que se enfada con facilidad? ¿Cómo
es tu carácter?
3. ¿Cómo es el carácter de las personas de tu ambiente familiar? ¿Se
enfadan mucho y con facilidad? ¿No lo hacen?
4. ¿Has utilizado alguna vez el enfado para conseguir algo que querías?
¿Lo han utilizado contigo? ¿Cómo te has sentido cuando lo han hecho?
5. Habiendo respondido a la pregunta anterior… ¿sabrías ver ahora si
alguien intenta sacar provecho de ti a través del enfado? Y… ¿sabrías
evitarlo sin enfadarte?
6. Describe al menos 3 situaciones en las que tú personalmente te sue-
les enfadar con facilidad. Hecho esto, piensa y escribe posibles solucio-
nes o estrategias que podrían ayudarte a evitar el enfado.

Algunas Citas Interesantes:

-“El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro. El miedo lleva a la ira, la


ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Veo mucho miedo en ti”.
Maestro Yoda. La Guerra de las Galaxias
- “El odio lleva a la ira, la ira al lado oscuro y ahí no se ve nada”. Emilio
Delgado, Aquí no hay quién viva… en una junta de vecinos.
- “Lo que empieza en cólera acaba en vergüenza“. Benjamin Franklin
- “Todo el mundo es capaz de enfadarse, eso es fácil. Pero enfadarse
con la persona adecuada, en el grado justo, en el momento adecuado,
por la razón justa y de la manera adecuada, eso ya no es tan fácil“.
Aristóteles
100
6.a -Di no al enfado

Algunas Recomendaciones Interesantes

Ahí va otra película. Henry Altmann (Robin Williams) es El Hom-


bre Más Enfadado de Brooklyn y ciertamente es una persona que siem-
pre hace gala de un humor de perros. Pero un día, al visitar a su médi-
co, le dan un diagnóstico equivocado según el cual le quedan apenas
90 minutos de vida. A partir de ese momento la vida de Henry es un
completo frenesí pues se propone una complicada misión: arreglar to-
dos sus asuntos pendientes antes de que llegue el final. En esta carrera
nuestro protagonista deberá hacer frente a diversas situaciones que
le harán consciente del momento en el cual perdió la alegría de vivir
y cómo su actitud ha afectado a su entorno más próximo, incluidos su
mujer y su hijo.

¿Queréis saber qué le sucede a Henry durante estos 90 minu-


tos? Podéis ver la película en Internet; buscadla y haced ese ejercicio
que tanto nos gusta: ponernos en la piel de los demás para saber cómo
pueden afectar nuestras acciones, comportamiento y actitud tanto a
nosotros como a aquellos que nos rodean. Satisfaced vuestra curiosi-
dad carapanes.
101
“Rompiendo las Reglas”

dino
6.b culpa
“… La culpa no sirve para nada porque no asegura, si cometimos un fallo,
que éste no se vuelva a repetir…”
102
6.b -Di no a la culpa

¿Cómo va eso Carapanes? ¿Ya habéis tenido mucho qué y dón-


de escoger hoy? ¿No? Pues entonces dejad que vuestro viejo contra-
maestre siga hablándoos de sus cosas raras. Vamos a por otra de esas
buenas sugerencias para poder sentirnos mejor y actuar con mayor
libertad en el momento presente. En esta ocasión hablaremos de la
culpa.

La Culpa

¿Sentirse culpable? ¿Y eso qué es? Por mucho que os hagáis los
duros sé que en el fondo, e incluso no tan en el fondo, sabéis de qué
estoy hablando. Seguro que alguna vez, queriendo o sin querer, habéis
hecho algo de lo que más tarde os habéis arrepentido y que además
os provocó una profunda sensación de desdicha; o tomasteis una de-
cisión, que aunque no era mala, no contentaba algunas personas y esa
situación también os causó desazón… Sea como fuere, la culpa es otra
de esas actitudes que no aporta nada bueno y que también tendríamos
que aprender a desechar por ser agotadora, consumista, poco produc-
tiva e inmovilizante.

El hecho de sentirse culpable en el momento presente siempre


se debe al resultado de una acción pasada y esta especificación, por sí
misma, ya debería ser suficiente para ver que la culpa no sirve absoluta-
mente para nada. Pero intentaré explicarme mejor. Como no podemos
viajar en el tiempo, no podemos modificar el pasado así que no nos
será de ninguna utilidad sentirnos así: lo hecho… hecho está.

Obviamente esto también debe incluir al futuro en el cual, aun


dada la distancia y que no hemos hecho nada bueno o malo todavía, no
sería muy inteligente sentirse mal por cosas que todavía no han sucedi-
do. Por tanto, y por descarte, tan sólo nos queda una alternativa válida:
actuar en el momento presente, y éste siempre se vuelve más ligero si
lo vivimos sin este tipo de lastres.

Ya que las decisiones se toman en el presente, en el ahora, de-


beríamos sentirnos siempre lo mejor posible en él para poder afrontar-
las convenientemente. Así pues, vemos de forma sencilla y lógica cuán
103
“Rompiendo las Reglas”

importante es estar bien en el momento actual, pues proyectarse de


forma negativa hacia delante o hacia atrás en el tiempo resulta, además
de infructuoso, malsano y nos impide estar centrados ahora ante lo que
realmente pudiera suceder. Será siempre, pues, el presente el momen-
to más importante y vital de todos, así que volveremos a hablar de él
más adelante.

¿Por Qué Nos Sentimos Culpables?

Vale, pero, si esto es así… ¿por qué las personas parecen sentir-
se tan culpables? ¿Por qué es tan complicado deshacerse de la culpa?
¿Cuál es la razón de mantenernos aferrados a ella con tanto agrado?
Preguntas y más preguntas… la cosa sigue sin cambiar, ¿os dais cuenta
amigos/as? Intentemos encontrar algunas respuestas entonces.

Si os parece buscaremos la ayuda de unos pequeños y entraña-


bles, pero también inmejorables, maestros: los bebés y los niños pe-
queños. ¿Habéis visto algún niño preocupado por las cosas que acaba
de hacer? ¿Habéis oído decir a un niño que se siente culpable? Seguro
que no y esto es, simplemente, porque ellos no entienden de esas co-
sas: los bebés y los niños son hojas en blanco, no saben nada de nada,
apenas tienen algunos instintos muy básicos relacionados con la su-
pervivencia. Pero eso sí: aprenden con mucha rapidez y facilidad todo
aquello que ven y viven, recordad aquello de que el entorno nos con-
diciona. El caso es que el castigo y la culpa suelen ser las herramientas
más empleadas para enseñarles ciertas cosas, si no casi todo. Desde
luego opino que, como leeréis dentro de poco, esto no debería ser así.

Por lo tanto podríamos decir que tal vez la culpa, como tantas
otras sensaciones y sentimientos, pudiera ser una actitud aprendida.
¿De quién? De los mayores que nos rodean que sin querer, o querien-
do, han adoptado esa postura tan inapropiada. Pero… ¿habéis visto
algún niño pequeño que no vuelva a realizar la misma trastada después
de haberse llevado una bronca?

Parece ser que la sociedad, para brindarnos su perdón, nece-


sita ver que nos arrepentimos de nuestras malas acciones, palabras o
104
6.b -Di no a la culpa

pensamientos, o de aquellas cosas que no comparten con nosotros.


Y como nosotros sufrimos esa exigencia también se la hacemos a los
demás, perpetuando así esta inercia tan negativa, idéntica a aquella de
la que ya hablamos en el artículo 2, Hablar y Sentir. Todo para hacer ver
al mundo que hemos aprendido la lección y que ese error no volverá a
repetirse, lo cual sí es importante.

Pero resulta que, una y otra vez, las personas continúan actuan-
do de manera que dañan a otros o a sí mismos, recayendo incansable-
mente en las mismas conductas que condujeron a la culpa por primera
vez. ¿Podría ser que esta forma de corrección no es muy eficaz? Los
resultados ahí están. ¿A cuántas personas adultas has visto cometer,
alegremente, el mismo fallo una vez tras otra? ¿Por qué el ser humano
es el único animal que tropieza con las mismas piedras sin cesar? Por
algún motivo, da la impresión que las personas prefieren la culpa a ha-
cer las cosas que realmente necesitarían hacer y, parece también, que
la culpa no es un mecanismo eficaz de autocorrección.

Y… ¿qué adulto no cometió nunca un fallo? Los mayores, en


cuanto se suman al grueso de la sociedad adulta, parecen olvidar que
un día también ellos fueron jóvenes y que también ellos tuvieron sus
tropiezos, algunos de ellos muy sonados y necesarios para aprender
lecciones de vital importancia. Además, aplicando el planteamiento,
acertado para mí, de la teoría del 50% vemos que resulta práctica-
mente imposible no fallar nunca en la vida, ¿verdad? Entonces, ya que
tenemos que pasar por el trance de la equivocación, ¿por qué no conti-
nuamos haciendo juegos de palabras y cambiamos la palabra culpa por
otra verdaderamente interesante? Esta nueva palabra es: responsabili-
dad.

La responsabilidad de aprender la lección para tratar de no co-


meter el mismo fallo una y otra vez; la responsabilidad de ganar con-
ciencia sobre nuestras acciones y sus consecuencias; la responsabilidad
de saber que, aunque actúes con conciencia y bien, no siempre podrás
contentar a todo el mundo, no siempre acertarás o no siempre tus ac-
ciones tendrán éxito; la responsabilidad de aceptar las riendas de tus
decisiones, aun cuando el error pueda ser uno de los resultados de
nuestras elecciones, porque nadie más que nosotros va a vivir nues-
105
“Rompiendo las Reglas”

tra propia vida; la responsabilidad de entender que somos tan iguales


como diferentes por lo que nadie podrá asegurar a ciencia cierta que
sus vivencias y conclusiones sean válidas para otros… Por tanto tampo-
co seremos nosotros nadie para imponer a otros todas estas cosas…
tampoco podremos nosotros imponer, ni imponernos, la culpa.

¿Qué Conseguimos a Través de la Culpa?

Al igual que con el enfado, las personas que recurren a esta ac-
titud también pueden llegar a pensar que sentir culpa de una manera
desmedida resulta beneficioso y éstas podrían ser algunas de sus razo-
nes, muy relacionadas y parecidas a las del enfado:

- hacer notar nuestro gran arrepentimiento por nuestra mala conducta,


pudiendo ser éste real o fingido, buscando…
- intentar que la persona afectada por mi mal proceder suavice su en-
fado al verme tan mal por causa de la culpa, en este caso el arrepenti-
miento suele ser más fingido que otra cosa,
- siguiendo con el punto anterior… conseguir incluso que se cambien
las tornas haciendo que el afectado pueda llegar a sentirse culpable
por si tal vez su enfado hubiera sido desproporcionado o injusto,
- también se utiliza como excusa para no realizar los cambios oportunos
para superar la culpa; ya hemos comentado que realizar en nosotros
los cambios necesarios para evitar/corregir/erradicar estas conductas
es costoso y conlleva una gran implicación de la conciencia, cosa que
algunos no están dispuestos a hacer, prefiriendo cargar con la culpa el
tiempo que le exijan para contentar a otros; es decir, a veces mostrar
culpa suele ser el único precio exigido ante una falta,
- dado que pocos son los que quieren hacer este esfuerzo, contando
con que en realidad cuesta lo mismo mantener la culpa que trabajar
sobre ella, aceptando la culpabilidad conseguimos no desentonar en
nuestro entorno, resultando más fácil la integración social, es decir…
utilizar la culpa como medio para ser aceptados por los demás,
- la culpa también es algo que se puede arrojar; algunas personas ac-
túan al tuntún, sin pensar en consecuencia alguna, y cuando las cosas
salen de aquella manera se ocupan en echarle la culpa a las circunstan-
cias, a otras personas, al mal tiempo, a la crisis económica… todos son
106
6.b -Di no a la culpa

responsables de su mala situación, todos excepto ellos/as,


-…

¿Qué Pretenden Conseguir Aquellos que Quieren que Nos Sinta-


mos Culpables?

No os sorprendáis si os digo que algunas personas gustan de


hacer sentir culpables a otros para extraer algún tipo de beneficio
propio. Ni que decir tiene que, si la culpa es mala, utilizarla como
arma arrojadiza no es mucho mejor, diría incluso que es peor pues
supone un uso consciente de esta negativa actitud:

- al pretender que otros mantengan su culpa ante una supuesta falta


ejercemos un control sobre ellos, acentuando la supuesta deuda con-
traída entre el deudor y el afectado,
- la culpa también puede ser utilizada como herramienta preventiva, a
ver si os suenan este tipo de frases: es que me matáis a disgustos, o
si haces tal cosa a mí me va dar un patatús… intentando provocar que
la persona que recibe estas lindezas opte por no hacer lo que tenía en
mente, fuera bueno, malo o regular…
- al igual que en el apartado anterior… la culpa es empleada contra
los demás como herramienta para mantenernos dentro del plantea-
miento aceptado por toda la comunidad; si no te sientes culpable
das la nota, y podrías hacer que los demás se sientan más inseguros
todavía, acentuando su necesidad de proyectar la culpa (su culpa)
sobre otros… hacia ti.

La Culpa y sus Secuaces

Para empezar con este apartado recordaremos lo que ya he-


mos dicho: la culpa no sirve para nada porque no asegura, si cometi-
mos un fallo, que éste no se vuelva a repetir. Tampoco ayuda a poner-
se en movimiento: si una persona siente mucho miedo ante la culpa
que puede provocar el error o el fallo probablemente le cueste mu-
cho moverse o tomar la decisión que tanto malestar le está causando.
En cambio, desde este planteamiento, una vez tomada, independien-
temente del resultado, ese miedo desaparece.
107
“Rompiendo las Reglas”

Asociadas a la culpa van otras tantas sensaciones y/o actitudes


igual de poco provechosas, algunas de ellas son el arrepentimiento
y el castigo. Ya hemos dicho que la culpa puede ser sustituida por la
responsabilidad, la cual nos aportará conciencia y experiencia, que
podremos aplicar en futuras situaciones. Con el arrepentimiento su-
cede exactamente igual.

Arrepentirse conlleva lamentarse por el resultado de una ac-


ción pasada y ya hemos dicho que no merece la pena perder el tiem-
po mirando hacia atrás, a no ser que sea para aprender, lo cual ya se
llama ser responsable.

Respecto al castigo… otro tanto de lo mismo. A buen seguro


todos y todas habéis probado el amargo sabor del castigo y seguro,
también, que éste no os ha ayudado demasiado a no tener ganas de
repetir aquello que os condujo a esa situación. Sucede que algunas
veces sí sabemos por qué somos castigados, reflexionamos sobre ello
e intentamos no repetir el fallo. Pero otras:

- no compartimos esas normas por las que somos castigados por tan-
to no encontramos sentido al castigo, lo cual no nos motiva a actuar
de otra forma la próxima vez,
- al no comprender las normas ni el castigo nos enfadamos, reforzán-
dose incluso las malas conductas que nos llevaron al castigo,
- tras los dos puntos anteriores lo más normal es que volvamos a rea-
lizar aquella acción, por la que fuimos censurados, de la misma mane-
ra, es decir, no demasiado bien, con lo cual no habremos adelantado
nada,
- otro problema del castigo es que la pena impuesta no suele ayudar
a modificar convenientemente la conducta a mejorar, pues no invita a
realizar una reflexión directa sobre el hecho en sí.

El castigo, además, es algo que puede sobrevenir cuando es-


tamos bajo la tutela de alguien, cosa probable y deseable a vuestra
edad. Pero lo cierto que es un día, no muy lejano, dejaréis de estar a
cargo de vuestros padres o tutores legales y... ¿qué haréis entonces?
¿castigaros sin salir o mandaros a vuestro cuarto a reflexionar cuando
metáis la pata? O, ¿cómo procederéis vosotros cuando estéis a cargo
108
6.b -Di no a la culpa

de otras personas? Parece, pues, que no hay más remedio de que


afrontar el asunto desde otra perspectiva.

¿Qué Podemos Hacer? ¿Cuál es la Solución?

Ya la hemos mencionado antes: ser responsables. Debemos


pensar bien qué es aquello que queremos conseguir y planificar, uti-
lizando el coco, los movimientos que vamos a realizar para lograrlo,
como si de un jogo de capoeira o de una partida de ajedrez se tratara.
Aun con todo no olvidéis aquello que hemos dicho algunas líneas más
arriba: es imposible tenerlo en cuenta todo y es imposible no fallar
nunca.

Pero dado que la vida es, entre otras muchas cosas, movimien-
to, como la capoeira, quedarnos parados no es una opción y el mie-
do a fallar tampoco, exactamente igual que en capoeira. Y, aunque la
solución a las cosas suele pasar directa y exclusivamente por nuestras
manos, preguntar y pedir consejo a personas con más experiencia bien
pudiera ser un gran punto de apoyo, pero difícilmente una solución
definitiva.

Sed valientes y aceptad el resultado de vuestras acciones, estad


atentos y dispuestos a corregiros y mejorar si es preciso; sabed que
caeréis pero que siempre podréis volveros a levantar; perseverad y no
os rindáis a la primera de cambio. El resto no son más que las cosas de
la vida, de la cual ni siquiera los Guerreros Inteligentes tienen las rien-
das, pero sí tienen, en cambio las riendas de su propio destino. Hasta
la próxima ocasión mis valientes compañeros y compañeras de viaje.

Intentando Resumir un Poco:

- la culpa es otra de esas actitudes que debemos eliminar de nuestro vo-


cabulario y forma de proceder,
- ya que no podemos viajar en el tiempo resulta poco lógico preocuparse
por las consecuencias de acciones pasadas o que todavía no han sucedido,
- debido a lo anterior, el momento fundamental será el presente,
109
“Rompiendo las Reglas”

- la culpa es algo que se adquiere durante el aprendizaje temprano o


por imitación por lo tanto es algo que aprendemos, pero que también
podremos desaprender,
- la culpa suele emplearse para manipular la conducta de los demás y
para no modificar la propia, manteniendo (sin reflexión alguna) las pos-
turas que nos condujeron a una situación poco deseable,
- acompañando a la culpa podemos encontrar otras actitudes o sensa-
ciones como el arrepentimiento y el castigo, que resultan igual de poco
productivos y convenientes que la propia culpa,
- el antídoto para la culpa es la responsabilidad, buscando ser algo más
conscientes sobre nuestros futuros actos y sus posibles consecuencias,

Práctica:

1. ¿Has realizado actos que te hayan hecho sentir después culpable? En


caso afirmativo, ¿de dónde venía la culpa: del acto, de las consecuen-
cias, de la disconformidad de tus padres o amigos…?
2. ¿Sueles actuar pensando en las consecuencias de tus actos? ¿Por
qué?
3. ¿En ocasiones haces cosas que sabes que no son lo más convenien-
te? ¿Por qué?
4. ¿Alguna vez te han intentado hacer sentir culpable aun cuando tú
pensabas que tus actos no eran malos? ¿Podrías recordar ese hecho?
5. ¿Te han hecho sentir culpable alguna vez? ¿Te han intentado mani-
pular mediante la culpa? ¿Cómo te has sentido cuando lo han hecho?
¿Crees que está bien que te hagan esto?
6. ¿Has utilizado alguna vez la culpa para conseguir algo que querías?
¿La han utilizado contigo? ¿Crees que está bien hacerlo?
7. Habiendo respondido a la pregunta anterior… ¿sabrías ver ahora si
alguien intenta sacar provecho de ti a través de la culpa? Y… ¿crees
que sabrías evitarlo?
110
6.b -Di no a la culpa

Algunas Citas Interesantes:

- “Cuando la culpa es de todos, la culpa no es de nadie”. Concepción


Arenal
- “Echarle la culpa de tus errores a tu naturaleza no cambia la naturale-
za de tus errores”. Thomas Harris
- “Lo importante para mí no es echar la culpa de un error a alguien, sino
ver qué provocó el error”. Akio Morita
- “No estamos buscando a alguien a quien culpar. Es lo que hemos
hecho toda la vida y no nos ha llevado a ninguna parte”. John Verdon
- “El resentimiento, la crítica, la culpa y el miedo aparecen cuando cul-
pamos a los demás y no asumimos la responsabilidad de nuestras pro-
pias experiencias”. Louise Hay

Algunas Recomendaciones Interesantes:

“Dentro del Laberinto” es una emocionante película de Jim


Henson, creador de los Teleñecos, entre otras cosas. Una extraña no-
che la adolescente Sarah queda al cuidado de su hermano pequeño,
un bebé de pocos meses, mientras sus padres están fuera debido a
una reunión. El pequeño Toby no le pone las cosas nada fáciles a su
hermana, quién, haciendo alarde de una gran imaginación, invoca a
unas criaturas fantásticas para que se lleven a su hermano. Lo que Sa-
rah no esperaba es que su petición iba a ser atendida por el rey de los
Goblins, Jareth, quién se lleva al pequeño a su reino, emplazado en el
centro de un enorme y traicionero laberinto lleno de retos y peligros.
Sarah apenas tendrá 13 horas para recuperar a su hermano y para ello
deberá superar toda suerte de pruebas y buscar ayuda en nuevos e
inusitados compañeros.

Nuestra protagonista deberá mostrar un valor insospechado


para superar tanto el sentimiento de culpa por haber perdido a su her-
mano como para concluir con éxito tan excitante aventura. Pero, ¿lo-
grará Sarah rescatar a su hermano antes de que se cumpla el plazo? No
te quedes con las ganas de saberlo. Busca la película, te garantizo que
al menos pasarás un buen rato.
111
“Rompiendo las Reglas”

dino
6.c suerte
“… Los Guerreros Inteligentes construyen su buena fortuna paso a paso,
a través de la constancia y la perseverancia…”
112
6.c -Di no a la suerte

¿Quién dijo Suerte?

Ésta es otra de aquellas actitudes a la que las personas suelen


echar mano a la hora de tomar una decisión o de plantear y analizar sus
resultados o consecuencias. Dicho esto, y como veremos, no es difícil
imaginar que el empleo de la suerte también puede condicionar nega-
tivamente la forma de actuar y reaccionar de los seres humanos.

La suerte es algo que, desde luego, no cuenta para los Gue-


rreros Inteligentes. A pesar de que parece mucho más benévola que
las anteriores actitudes descritas, enfado y culpa, la suerte me parece
peligrosa, entre otras cosas, precisamente por eso, porque parece no
serlo. Sin embargo, en esta aparente inocuidad es donde se halla el
riesgo de dar cabida a la suerte, o a otras sutiles pero perniciosas acti-
tudes, en nuestras vidas.

Sin duda habréis escuchado muchas veces decir cosas como


“tuvo mucha suerte”, o aquello otro de “la suerte en esta ocasión no
estuvo de su lado”. Ambas expresiones aparentan tener un aspecto
muy inofensivo pero en mi opinión encierran una forma de ser poco
recomendable. Cuando apelamos a la suerte estamos dejando que
factores externos, que generalmente atribuimos al azar, gobiernen
nuestra vida. Algunas personas incluso van más allá al otorgar poder a
misteriosas fuerzas. No pretendo yo ahora ponerme a juzgar a nadie
pero lo cierto es que me parece que la vida aun siendo sorprendente,
interesante y toda una aventura tiene bien poco de misterio.

Por otro lado hay cosas ante las cuales no tenemos ningún tipo
de control: no podemos decidir cuándo lloverá, si el tren llegará con
retraso, que nos encontremos dinero en el suelo o que de repente la
lavadora deje de funcionar. Tampoco aquí es cuestión de buena o mala
suerte.

¿Por Qué Nos Acogemos a la Suerte?

La Suerte va asociada al resultado de una decisión o una acción


y básicamente a través de ella apelamos a aquellas cosas que pueden
113
“Rompiendo las Reglas”

favorecernos o perjudicarnos y que en teoría están fuera de nuestro


control. Esto ya nos dice varias cosas importantes:

- para empezar… que aceptamos que estos factores externos pueden


desbaratar nuestros planes y, como son intangibles, cedemos a ante
ellos nuestro poder de acción,

- para continuar… nos dice también que, junto con lo anterior, nos
despreocupamos de parte del proceso porque pensamos que no todo
está en nuestra mano; en cierto modo no es mentira, pero esto no tiene
por qué dar cabida a nuestra dejadez o a fuerzas misteriosas, o incluso
a pensamientos tales como que no merecemos que nos sucedan cosas
buenas,

- para terminar… se puede leer entre líneas, además, que no somos


enteramente responsables del resultado de nuestras decisiones, lo cual
nos exculpa de posibles malas elecciones y/o resultados.

Ni que decir tiene que todo esto es algo que no podemos creer
de ninguna manera. Si lo que andamos persiguiendo es conquistar
conscientemente nuestra libertad, si ceder ante el chantaje emocional
de la culpa y el enfado no es bueno ni recomendable por anularnos
como individuos… entonces dejar en manos de la suerte y del azar
nuestro destino es una auténtica irresponsabilidad.

De nuevo nos vemos ante una situación en la cual el lenguaje es


un poco traicionero y sin darnos cuenta nos condiciona. Pero, afortuna-
damente, si las malas actitudes tienen su propio vocabulario las buenas
también lo tienen. Así pues, una vez más, os propongo un juego de
palabras; os sugiero que en lugar de utilizar la palabra suerte, empleéis
otras o expresiones como: planificación, esfuerzo, constancia, perseve-
rancia, revisión consciente de los resultados…

Todos los términos anteriores tienen en común varias cosas:

- son todos actitudes que deben provocarse y que deben ser persegui-
das a propósito, conscientemente; por tanto cuanto más las practique-
mos mejor se nos irá dando su correcta aplicación,
114
6.c -Di no a la suerte

- no están relacionadas con aquellas cosas que podríamos o no me-


recer y sí con la implicación directa de nuestra actuación para lograr
todo aquello que deseemos y nos propongamos,

- debido a lo anterior, precisan de la aplicación de otro término, del


que ya hemos hablado antes, que resume con bastante acierto este
modesto manual… responsabilidad.

¿Qué Creemos Conseguir a Través de la Suerte?

Pues ya lo hemos dicho arriba, el empleo de la suerte sirve úni-


camente para excusarse, no esforzarnos o intentar ser menos respon-
sables de nuestros actos. Así pues:

- mediante la suerte algunas personas pretenden poder echar la culpa


del mal resultado de sus acciones y decisiones a factores externos; es
curioso porque las mismas personas cuando aciertan no suelen decir
que han tenido suerte sino que trabajaron duro,

- la suerte, la mala, puede servirme como excusa por no haberme es-


forzado lo suficiente en algún cometido, tarea u obligación; en cambio
ya sabemos que el resultado de una acción depende, casi en exclusiva,
del empeño que pongamos en todo aquello que hagamos,

- en algunas ocasiones incluso cedemos ante la suerte, de nuevo la


mala, al pensar que no merecemos que nos sucedan cosas buenas, que
desde luego nunca llegan desde esta actitud pasiva de no acción,

- creer en la suerte es caldo de cultivo para generar otra serie de inse-


guridades que minan la confianza de algunas personas que, para variar,
prefieren ser perezosos antes que aceptar la realidad de las consecuen-
cias de sus actos.

Esto último llama, además, a la superstición que por definición


es la propensión a la interpretación no racional de los acontecimientos
y creencia en su carácter sobrenatural, arcano o sagrado. Esto roza,
prácticamente y como veremos en un próximo artículo, con la religión.
115
“Rompiendo las Reglas”

¿Qué Quieren Conseguir Aquellos que Pretenden que nos Aferre-


mos a la Suerte?

La suerte no es algo que se pueda arrojar como la culpa, el


enfado, el arrepentimiento o el castigo. Sin embargo sí puede ser
sembrada y el terreno sobre el cual crece es fecundo para llegar de-
sarrollar otro tipo de inseguridades que, a la par, podrían derivar en
que seamos fácilmente manipulados por terceras personas, las cuales
manejarán los hilos de manera que esa suerte les beneficie en primer
lugar, y normalmente casi en exclusividad, a ellos mismos.

Echando mano una vez más de la historia y por poner un


ejemplo, los aztecas de alta alcurnia tenían grandes conocimientos
en astrología y los usaban para manipular y controlar al pueblo llano,
ofreciendo fenómenos predecibles, eclipses de sol o de luna, como
fenómenos enviados por crueles deidades que precisaban de cierto
tipo de rituales para aplacar su ira; la prosperidad de sus cosechas y
su bienestar dependían de las exigentes y despiadadas ofrendas que
hicieran a los dioses.

En aquel entonces aquellos hechos ya tenían bien poco de aza-


roso o misterioso. En la actualidad la curiosidad del hombre se ha
encargado de desentrañar la mayoría de enigmas que antaño parecían
acontecimientos mágicos o inexplicables. Una manipulación similar
existió también con anterioridad en los oráculos griegos.

Es curioso pero, a día de hoy, siguen sembrándonos de dudas


que nos hacen susceptibles de ser manipulados. Políticos, brujos y bru-
jas, banqueros, brokers, echadores de cartas, telepredicadores de todo
orden, vendedores de la teletienda, la publicidad, casas de apuestas,
casinos o anuncios de lotería tampoco ayudan demasiado. Muchas de
estas personas aprovechan el filón de la falta de autoconfianza para
transformarlo en un lucrativo negocio que suele aportarles, de un modo
u otro, pingües beneficios, porque eso sí lo saben ver bien.

Todos ellos emplean la suerte para justificar el fallo o acierto


de sus medidas o decisiones o como un páramo donde todo tipo de
actuaciones e interpretaciones tienen cabida.
116
6.c -Di no a la suerte

¿Qué Podemos Hacer? ¿Cuál es la Solución?

La solución pasa una vez más por ser responsables de nuestras de-
cisiones y sus posibles consecuencias. Ante una acción cabe meditar bien
de antemano y prepararnos concienzudamente para tal fin. Para hacer
esto deberemos estudiar la naturaleza de nuestras intenciones y necesida-
des y las distintas posibilidades que se barajan, pensando bien los pros y
contras de cada una de ellas.

Ya hemos dicho, y volveremos a repetir, que el fallo, a pesar de


nuestras buenas intenciones y de nuestro gran esfuerzo, es uno de los
resultados posibles de una acción, sobre todo cuando no dominados la
materia que tenemos entre manos. También dijimos que con la actitud
adecuada el fallo nos indica dónde debimos proceder de manera distinta,
por lo tanto incluso fallar, con la debida atención, puede ser provechoso.

Este planteamiento no deja cabida a la suerte ni a fuerzas externas


o extrañas. Así, si la cosa fue bien seguramente se deba a que obramos
concienzudamente para lograr ese éxito, el cual será fruto del trabajo pro-
pio. Si por el contrario fallamos tampoco tendrán otros la culpa y el fallo
habrá venido por no aplicar la debida atención o por no tener suficiente
destreza o experiencia en un determinado cometido. Los aciertos serán
nuestros, los fallos también. En cualquier caso la suerte está demás.

Entonces, dicho todo esto, no es difícil ver que no es más que una
cuestión de actitud y preparación, debiendo mostrarnos despiertos y dis-
puestos a:

- reflexionar sobre nuestra situación,


- querer estar mejor o ser mejores en algo, proponiéndonos objetivos rea-
les y asequibles, pero que nos permitan alcanzar, a su vez y llegado el
momento, cotas más altas,
- esforzarnos en el aprendizaje, comprendiendo las bondades, y también
las limitaciones, de cada una de sus etapas,
- ser capaces de aceptar el fallo y aprender de él,
- responsabilizarnos de nuestras decisiones y sus resultados, sabiendo ex-
traer algo positivo de todas ellas,
-…
117
“Rompiendo las Reglas”

Cierto es que no todo depende de nuestro esfuerzo, actitud o


planificación, pero cuantos menos cabos dejemos sueltos más posibilida-
des habrá de que los resultados obtenidos se aproximen a aquellos que
deseábamos.

No te Quedes Esperando a la Suerte Carapán

No lo olvidéis carapanes, la suerte no se tiene… se provoca. Y


esto conlleva, una vez más, pasar a la acción, ponernos en movimiento,
pues si nada hacemos nada habrá de suceder, ni bueno ni malo. Acor-
daos de nuestro amigo culturista; él, en lugar de quedarse en casa a
ver si por casualidad le crecen los brazos, va al gimnasio a entrenar para
provocar con su trabajo y esfuerzo los cambios que desea para sí mis-
mo. Pero además de esto, seguramente, cuando no esté en el gimnasio
se imaginará disfrutando de esos grandes brazos a los que tanto aspira.

Pero cuando de vivir bien se trata realmente el tamaño de los


brazos no es tan importante. Lo bueno es que sí podemos utilizar esas
mismas estrategias para mejorarnos por dentro y por fuera; para pro-
vocar los cambios y mejorías en nuestro entorno y circunstancias, aque-
llos que en no pocas ocasiones necesitaremos.

Así pues, los Guerreros Inteligentes construyen su buena fortu-


na paso a paso, a través de la constancia y la perseverancia; sin resig-
narse a dejar en terceras manos el resultado de sus actos o su misma
existencia; sin temer ponerse a prueba porque únicamente intentando
superarlas lograremos averiguar cuán buenos guerreros somos en rea-
lidad. Lo demás no son más que cuentos.

Intentando Resumir un Poco:

- la suerte es otra de esas malas actitudes utilizadas para no aceptar la


responsabilidad de nuestras decisiones, actos o sus resultados,
- la suerte o los resultados azarosos se pueden evitar empleando térmi-
nos como planificación, esfuerzo, constancia, perseverancia… respon-
sabilidad,
118
6.c -Di no a la suerte

- la suerte, al contrario que otras malas actitudes, no se puede arrojar


pero sí cultivar, por lo tanto es una actitud no exenta de manipulación,
- también sirve de base para sufrir otro tipo de inseguridades,
- la solución de nuevo pasa por tomar las riendas de nuestra vida, esto
incluye adoptar una postura totalmente responsable sobre nuestros
pensamientos y actos,

Práctica:

1. Como siempre, subraya o anota las palabras y/o expresiones que te


resulten desconocidas. ¡Y no olvides preguntar! No esperes a que la
suerte desvele su misterioso significado; no te quedes con las ganas
de saber.
2. ¿Te consideras bueno en algo? No es momento para ser modesto.
3. ¿Cómo conseguiste aumentar tu destreza en esa actividad? ¿Tuviste
suerte y las cosas vinieron solas? ¿O quizá tuviste que esforzarte para
conseguir los buenos resultados de los que hoy, merecidamente, pue-
des presumir?
4. ¿En qué otras facetas, áreas o ámbitos crees que no debemos dejar
nuestros resultados en manos de la mal llamada buena suerte?
5. ¿Crees que mereces que te sucedan más cosas buenas o que te vaya
algo mejor en al vida? Ahora, piensa un poco antes de responder a la
siguiente pregunta… ¿Crees que a través de un planteamiento activo,
responsable y consciente tú mismo podrías ponerte las cosas un poco
más fáciles para conseguir tus metas de bienestar?

Algunas Citas Interesantes:

- “¿Qual é a maior mentira do mundo? É esta: em determinado mo-


mento da nossa existencia, perdemos o controle de nossas vidas, e
elas passam a ser governadas pelo destino. Esta é a maior mentira do
mundo”. Paulo Coelho
- “La suerte favorece sólo a la mente preparada”. Isaac Asimov
- “Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuánto más duro
trabajo, más suerte tengo”. Thomas Jefferson
- “La suerte está en tu mente; si crees que tienes mala suerte la tendrás.
119
“Rompiendo las Reglas”

Si crees que tienes buena suerte eso mismo atraerás”. Anónimo


- “Merecemos todas las cosas buenas que seamos capaces de cons-
truir”. Cm Abel García

Algunas Recomendaciones Interesantes:

Buscapé es un joven nacido en Ciudad de Dios, una de las fa-


velas en construcción durante los años 60 en Río de Janeiro. La vida
allí no es fácil y tampoco ofrece muchas alternativas. Buscapé parece
destinado a ser vendedor de pescado, como su padre, o delincuente,
como su hermano Marreco; pero los vendedores no aspiran a un futuro
muy prometedor y los delincuentes viven rápido y mueren muy jóve-
nes. Ninguna de estas opciones satisface a nuestro protagonista que
no se resignará a correr esa misma suerte.

Consciente del futuro que le espera, sobre todo si no hace nada


para cambiarlo, luchará por y para comenzar a buscar la manera de salir
de ese lugar tan peligroso. Finalmente Buscapé será capaz de encon-
trar en ese escenario tan poco prometedor su nueva pasión, la fotogra-
fía, gracias a la cual logrará salir vivo de Ciudad de Dios y alcanzará ese
bienestar del que sabía merecedor.

La azarosa aventura de nuestro decidido y bienintencionado hé-


roe se entrelaza además con la de otros personajes que no son capaces
de romper la inercia de un futuro concreto marcado por sus malas de-
cisiones, pues en realidad nada es cuestión de suerte.

“Ciudad de Dios” es, además de una gran película brasileña,


una historia real de superación que se desarrolla en un ambiente mar-
ginal, hostil y muy violento y en la cual podemos ver cómo no debemos
dejarnos vencer por el entorno o por un destino que parece ya escrito.
Como ya os he dicho en este artículo, vuestra suerte está en vuestras
propias manos. Buscad la película, os gustará mucho.
120
121
“Rompiendo las Reglas”

di
al
no
6.d miedo
“… Vuestras vidas están ya llenas de grandes retos superados… ¿por qué no
ibais a ser capaces de volver a disfrutar del éxito o aprender de los errores?…”
122
6.d -Di no al miedo

El Miedo y la Inseguridad

El miedo y la inseguridad están detrás de casi todas las dolen-


cias emocionales y actitudinales que podamos llegar a sentir, sirviendo
como base y fundamento a todos nuestros temores y comportamientos
inadecuados. Así pues, los seres humanos pueden llegar a sentir mie-
dos tales como:

- miedo a equivocarse o al fracaso


- miedo a defraudar o al rechazo
- miedo al dolor y al sufrimiento
- miedo al amor y al desamor
- miedo al pasado, al futuro e incluso al presente
- miedo a la incertidumbre y a lo desconocido
- miedo a las novedades y a los cambios
- miedo a no se sabe qué
- miedo a la responsabilidad y a la independencia
- miedo a la compañía y a la soledad
- miedo a envejecer y a hacerlo solo
- miedo a la muerte, al que bien merece la pena dedicar un artículo
entero, ¿verdad?
-…

¿Cómo Nos Afecta el Miedo?

Si seguimos teniendo en cuenta que el miedo es la peor de


las actitudes que podemos adoptar entenderemos también que sus
consecuencias son nefastas: el miedo paraliza, inmoviliza e impide con-
tinuar avanzando en la aventura de la vida. Si la vida es movimiento el
miedo lo detiene. Por lo que podríamos decir, sin exagerar o drama-
tizar, que vivir con miedo es morir en vida, aunque ya hablaremos de
esto más adelante.

El miedo impide actuar y eso es justo lo contrario de lo que la


vida nos suele pedir, que es vivirla con dinamismo, arrojo y valentía. Ya
dijimos anteriormente que una mala situación, o una poco deseable,
nos obliga a revisarnos y a actuar de forma distinta en un futuro para
123
“Rompiendo las Reglas”

obtener resultados más favorecedores. Si no hacemos estos ajustes


está más que claro que seguiremos igual de mal. ¿Veis el poco sentido
que tiene este planteamiento? Lo cierto es que no tiene ninguno, no
tiene ni pies ni cabeza. De este modo el miedo se convierte en una se-
ñal de alarma que nos indica que tenemos algún tema pendiente. Así
pues, ante el miedo… ¡acción!

¿Por Qué Nos Afecta el Miedo?

Puede ser por muchas cosas, algunas simples y otras un poco


más complicadas. Pero la dificultad del origen del problema no debería
ser excusa para renunciar al reto sino todo lo contrario: a mayor necesi-
dad de cambio, pues eso es lo que nos indica un problema o el mismo
miedo, mayor debería ser nuestro empeño por lograr superarlo. Recor-
demos de nuevo a aquel culturista que se entrenaba duro levantando
los pesos que le cuestan un gran esfuerzo para lograr que sus brazos
crezcan, aunque ya sabemos que hay otros muchos músculos que en-
trenar y otras tantas cosas que trabajar también fuera del gimnasio,
¿verdad? Veamos, entonces, algunos detalles más sobre el asunto.

El miedo y la inseguridad provienen de la falta de confianza en


uno mismo, en nuestras propias posibilidades o en las de los demás.
Esto puede ser debido a varias cosas pero la principal es que, como la
confianza se aprende, puede que no nos hayan enseñado a confiar en
nosotros mismos. La confianza debería desarrollarse durante la infancia
y la adolescencia, etapas éstas fundamentales de nuestro desarrollo
como individuos plenos y para ello sería deseable contar con buenos
ejemplos de los cuales aprender y disfrutar de un ambiente favorable
donde poder ponerla en práctica. Desde luego estas etapas son muy
delicadas y complejas y no obtener el apoyo apropiado en ellas puede
derivar en todo tipo de dolencias físicas y/o emocionales, durante las
mismas o en el individuo adulto.

También hay que tener en cuenta que supone demasiada res-


ponsabilidad para los más pequeños, jóvenes y carapanes actuar cons-
ciente y apropiadamente a esas edades debido a su inexperiencia,
fragilidad y falta de poder. De ahí la vital importancia de recibir, y de
124
6.d -Di no al miedo

ofrecer llegado el momento, una buena tutela durante la niñez. Aun-


que opino, como ya imaginaréis, que no es imposible desarrollar con-
fianza, u otras cualidades, en un ambiente negativo, poco propicio o a
cualquier edad.

¿Cómo Desarrollar la Confianza en Nosotros Mismos?

Para haber aprendido a tener confianza en nosotros mismos


deberíamos haber sido educados en un ambiente que nos estimulara
a tener muchas experiencias, a hacer muchas cosas, sobre todo con
nuestro propio cuerpo: trepar árboles y subir en cosas, pintar y ensu-
ciarse, moldear, inventar historias y vivirlas, escuchar y hacer música,
tener trato con otros seres humanos, tener contacto con la naturale-
za…

También es imprescindible haber recibido mucho cariño y ha-


ber tenido cerca a personas que nos ofrecieran su mano, al principio,
pero que más tarde nos enseñen la forma de ponernos en pie solos
tras las múltiples caídas sufridas durante lo largo del aprendizaje, que
dura lo que dura la propia vida. Al tiempo, la mano que guía debe
ofrecer cierta firmeza y disciplina. Todo en su justa medida, desde
luego, pero como me recordaba antaño un buen amigo se cazan más
moscas con miel que a cañonazos.

Aun habiendo recibido una educación así de excelente el éxito


no está asegurado, pues todos estos son asuntos que deberemos ter-
minar de comprender e interiorizar por nosotros mismos y poner en
práctica conscientemente a diario durante toda nuestra vida. Pero lo
que sí es cierto es que si existe exceso de celo durante la educación
temprana, respecto a los factores que acabamos de mencionar en el
párrafo anterior, el desastre está prácticamente asegurado, pues:

a. si nos miman demasiado, si nos sobreprotegen del mundo exte-


rior y nos privan de las experiencias antes mencionadas, correremos
el riesgo de convertirnos en el futuro en personas extremadamente
dependientes y temerosas; personas que siempre necesitarán de la
aprobación de los demás para hacer las cosas, personas torpes llenas
125
“Rompiendo las Reglas”

de dudas y pequeños temores que se sentirán incapaces de actuar


ante cualquier circunstancia; personas con miedo a ponerse a prueba
por falta de confianza, precisamente debido a esa carencia de expe-
riencias, a la inmovilidad. Ya dijimos al principio del artículo que vivir
con miedo no es vivir… este es un mal planteamiento entonces,

b. si no nos miman en absoluto, si son excesivamente severos con no-


sotros y el resultado de nuestras acciones, si nos exigen demasiado y
con demasiada presión y no nos ofrecen cariño y ternura puede que
nos tornemos seres demasiado temerarios, que sientan la misma ne-
cesidad de aprobación que los anteriores pero a través de conductas
despreocupadas e indolentes. Es decir, estas personas demuestran su
miedo actuando de forma que hacen parecer frente los demás que no
lo tienen, resultando seres que ponen en riesgo su integridad, o la de
otros, inútilmente o personas agresivas con poca empatía por y hacia
los demás. Este planteamiento no es mejor que el anterior pues estas
personas tan sólo actúan, es decir: representan un papel en lugar de
enfrentarse a sus malas situaciones, que terminan por convertirse en
verdaderos problemas y que además generan problemas a otras per-
sonas. De nuevo una mala elección.

Esto no es más que una pequeña muestra de que los extremos


se tocan: exceso y defecto resultan igual de poco convenientes en
cualquiera de las facetas de nuestra vida. Como veis, entrenarnos de
manera consciente en encontrar la justa medida de las cosas será una
de nuestras ineludibles tareas, pues de ello depende que podamos
disfrutar de un vida digna de ser vivida y celebrada. Aunque no hare-
mos esa distinción en cuanto a las malas actitudes, las cuales buscare-
mos erradicar por completo.

¿Por Qué Nos Aferramos al Miedo?

Principalmente porque así nos sentimos menos responsables de


nuestras propias vidas. A muchas personas parece resultarles, y digo
que sólo parece porque pagan un precio muy alto igualmente, más
cómodo seguir en una mala situación que actuar apropiadamente, o
simplemente que intentar hacer algo por mejorar. Pero… ¿por qué?:
126
6.d -Di no al miedo

- porque de esta manera evitan enfrentarse a nuevos retos, aunque cier-


tamente estos podrían abrirles la puerta hacia el bienestar que tanto
necesitan; de esta actitud surge aquel refrán tan conocido que reza así:
más vale malo conocido que bueno por conocer,

- porque, al no hacer nada, pueden echar la culpa a otros y seguir que-


jándose de su mala suerte o situación,

- además, sus malas situaciones serán obvias para aquellos que les ro-
dean, quienes les ofrecerán su amparo y su hombro para consolarles;
puede incluso que se sientan tan mal que hasta hagan las cosas que esa
persona debería hacer por sí misma, lo cual refuerza la inactividad del
afectado, que puede llegar a utilizar la pena como arma manipuladora,

- esa compasión se transforma en ocasiones en autocompasión, refor-


zando de nuevo el papel de víctima, atrayendo de nuevo la atención de
quienes me rodean,

- porque actuando así siempre tienen una excusa para no hacer nada,
asociando el miedo a la mala suerte, aquella que en realidad no existe,
de su vida o a fuerzas externas, lo cual sigue liberándoles de su respon-
sabilidad como protagonistas y únicos responsables de sus vidas,

- otras veces porque así creemos que estamos elevándonos a través del
sacrificio de vivir una mala situación, anteponiendo el supuesto bienestar
de otros al nuestro propio; esta actitud suele ir acompañada de la idea
de que un día la vida compensará a los sufridores, los cuales sin duda
alguna seguirán sufriendo mientras no hagan nada por si mismos; por
esta senda no suele haber recompensa alguna,

- relacionado con el punto anterior… hay personas que alguna vez ac-
tuaron mal para con los demás y piensan que deben pagar esta deuda
dejándose pisotear por otros, igual que él/ella pisó a cuantos quiso; la
verdad es que no creo en este tipo de deudas. Si realmente queréis com-
pensar a otros por vuestras faltas la solución no pasa por ser manipula-
dos sino por ayudarles desde la libertad y la responsabilidad; vimos esto
mismo en el artículo dedicado a la culpa y lo volveremos a tratar en el
apartado Generando “Deuda” Positiva, del último capítulo de este libro.
127
“Rompiendo las Reglas”

Ni que decir tiene que ninguna de las actitudes reflejadas arri-


ba, tanto la de la persona insegura como la de quienes se apiadan de
él, ayudan en absoluto a superar ningún tipo de problema, los cuales
siguen esperando que actuemos. Estas maneras tan irresponsables
de vivir se refuerzan así mismas pues el miedo llama al miedo, per-
petuando un pernicioso ciclo similar a aquel que describíamos en el
gráfico del segundo artículo de este manual.

Pero fijaos que esta situación de inamovilidad sigue afectan-


do a estas personas, las cuales no se dan cuenta que el precio a pa-
gar por vivir mal es mucho mayor que atreverse a tomar las riendas
de sus propias vidas. Y esto es así aun cuando hayamos de caer o
fallar, pues ya vimos que con la actitud adecuada estas situaciones
de aprendizaje no restan, sino suman, experiencia y conocimiento a
nuestras vidas.

Así pues, no hacer, es decir tener miedo, es mucho peor que


atreverse a dar el paso que nos ayudará a liberarnos de sus cadenas.
No hacer es mucho peor que hacer y equivocarse. Ahora bien, la
idea, insistimos, es querer hacer y querer aprender hasta de los tro-
piezos de la vida, de los cuales, por otro lado, nadie queda exento.

¿Qué Quieren Conseguir Aquellos que Fomentan el Miedo?

¿Recordáis aquel artículo, el sexto, en el que hablábamos so-


bre el poder de tener el control? A este respecto el miedo es como
aquél anillo que servía para gobernarlos a todos. El miedo puede
otorgar un poder que puede ser empleado para manipular a otras
personas. Sería algo así como el arma definitiva de la maldad.

El miedo, al igual que el resto de emociones y actitudes, pue-


de ser proyectado en otros. Desde luego no hace falta decir que las
personas que actúan así no están completamente equilibradas. Es
más, esta forma de proceder denota que estos individuos, que pre-
tenden infundir cualquier tipo de miedo o inseguridad en otros, tie-
nen algún que otro problemilla por resolver. Y lo mismo sucede con
aquellos que echan la culpa a los demás o los que se enfadan mucho.
128
6.d -Di no al miedo

El principal motivo de infundir miedo e inseguridad en otros es


generar una dependencia hacía el manipulador, obligando, en cierto
modo, a que el manipulado esté siempre cerca de éste y dispuesto a
satisfacer cualquiera de sus demandas. Esta forma de miedo tiene múl-
tiples caras y se puede encontrar en cualquier ámbito que requiera de
relaciones sociales y/o personales:

- con los padres: padres o madres que tan sólo enseñan desde el casti-
go y la represalia, gritando y empleando malas formas en lugar de cari-
ño y disciplina; o que no saben ver nada bueno en los actos, inocentes,
de sus hijos,

- con los profesores: algo parecido a los padres, pues los profesores
deberían ser casi como unos segundos padres,

- con la pareja: mujeres u hombres que dependen económicamente de


sus parejas; novios y novias que amenazan con abandonarnos si no nos
doblegamos y que además sueltan perlitas como “no vas a encontrar
nadie como yo”, “quién te va a querer a ti” o “¿de verdad crees que
mereces ser querido/a?”; padres o madres que utilizan a los hijos como
arma arrojadiza,

- con el jefe y el trabajo: jefes abusivos que amenazan con despedir si


no accedemos a hacer horas extras sin cobrar, por ejemplo; conservar
un trabajo que no nos motiva ni realiza como individuos por miedo a no
encontrar nada mejor o simplemente por pensar que no lo merecemos,

- con los amigos: amigos que abusan de otros amigos aprovechando


la fuerza física, la burla o su popularidad, haciéndoles sentir que son
menos importantes; o grupos de amistades que aportan dudosos be-
neficios y que nos excluyen si no hacemos lo mismo que ellos,

Dicho todo esto, podemos ver cómo el miedo que estas per-
sonas inseguras pretenden para los demás consiste en un castigo, en
dejar de darles algo o en dejar de recibir algún tipo de beneficio. Ya
hemos dicho que, desde luego, los manipuladores tienen mucho tra-
bajo que hacer en sus propias personas. Pero lo que no ven quiénes se
dejan manipular es que la supuesta recompensa que reciben cuando
129
“Rompiendo las Reglas”

las cosas van bien siempre es insuficiente, el manipulador ya se encarga


bien de esto, de llevarse la mayor parte del pastel.

Una forma de conseguir estas cosas es minando la autoestima


de los demás, haciéndoles sentir menos importantes como personas o
poco merecedores de una buena existencia y trato. Los manipuladores
se aprovechan de la necesidad de aprobación y cariño de estas perso-
nas que no ven, o no quieren ver, y que prefieren sufrir abusos antes
que tomar las riendas de su vida. A estas personas les diría que no hay
sufrimiento, ni falta, que merezca durar toda una vida ni vida que me-
rezca ser vivida desde el sufrimiento.

Por otro lado nadie nos obliga a vivir esas situaciones, que por
ineludibles que parezcan no tienen por qué ser eternas. Lo mejor en
estos casos es romper con lo malo desde la lógica y la responsabilidad,
cayendo en la cuenta de que estas personas manipuladoras no actúan
bien pero viendo también qué situaciones no nos convienen para des-
cartarlas y sustituirlas por otras verdaderamente provechosas. Además
de una cuestión de actitud, 4º artículo, o de aprender a escoger, 5º artí-
culo, se trata también de aprender a decir no a determinadas actitudes,
como estamos viendo en estos últimos capítulos.

El miedo puede también heredarse de forma inconsciente, de


manera que ni unos ni otros se den cuenta de que esto está sucedien-
do. Así, podemos ver que algunos de los temores sufridos por algunos
padres pasan a sus hijos. Esta es otra de las situaciones importantes de
la vida que hemos de evitar y que nos hace ver, además, que es funda-
mental estar libre de temores, o al menos saber que los tenemos para
comenzar a trabajarlos, cuando llegue el momento de tutelar, guiar, a
otros. Cuánto más libres nos sintamos de miedos más libres podremos
hacer sentir a otros: padres, madres, hermanas, amigos, compañeras,
parejas…

Poniéndonos a Prueba

Si el miedo proviene de la inseguridad y de la falta de confian-


za y su resultado es la parálisis total frente la vida tal vez la solución
130
6.d -Di no al miedo

pase, una vez más, por hacer justamente lo contrario de lo que es-
tamos haciendo, aunque invirtiendo el orden. La confianza no llega
así como así, por lo que deberemos, en primer lugar, ponernos en
movimiento: deberemos hacer cosas y tener el máximo de experien-
cias posibles, exitosas o no.

Pero… ¿y si fallo? Ok, ¿acaso ya se os ha olvidado que el


fallo es un concepto que entra dentro de la ecuación de la vida?
Por este motivo también deberíamos tener experiencias con él. Ex-
perimentarlo nos hará ser realistas pero sobre todo nos señalará,
directamente, las cosas que podríamos hacer mejor o dónde de-
bimos esforzarnos más; o simplemente nos hará entender que no
todo depende de nuestro gran empeño y voluntad. Los fallos, las
caídas y los errores muestran nuestros puntos débiles o puntos en lo
cuales la vida se muestra inflexible, por tanto casi debemos estarles
agradecidos porque de este modo podremos corregirlos convenien-
temente y aprender.

Es comprensiblemente normal que la primera vez que ha-


gamos algo no nos salga como desearíamos o no resultemos de-
masiado eficaces en ese cometido. A través de la repetición y de la
constancia lograremos perfeccionar nuestra forma de proceder has-
ta conseguir dominar la materia que tengamos entre manos, y esto
es aplicable a todo lo que se os ocurra. Mediante la práctica iremos
aprendiendo cuales son los factores importantes de cada actividad
o vivencia, de manera que poco a poco iremos acumulando conoci-
miento. Gracias a este conocimiento propio, y al de otros, podremos
actuar responsabilizándonos de nuestros actos y decisiones al tiem-
po que también sabremos encaminar mejor nuestras futuras decisio-
nes. De esta forma, la experiencia se convierte en una herramienta
muy eficaz que nos ayudará a ir desterrando nuestros temores.

Por otro lado vuestras vidas, a pesar de cortas, están ya lle-


nas de grandes retos superados: aprendisteis a gatear y caminar,
adquiristeis un complicado sistema de signos y sonidos para comu-
nicaros con los demás, lograsteis ir sobre dos ruedas, ya trepasteis a
sitios muy altos, superasteis vuestro primer día de instituto, vuestra
primera charla en público, domináis complicados aparatos de alta
131
“Rompiendo las Reglas”

tecnología… y a buen seguro unas cuantas situaciones más perso-


nales no tan agradables. Qué bueno fue sobrevivir a todo eso, ¿ver-
dad? Lo hicisteis, incluso en aquellas situaciones que no tuvieron el
mejor de los finales. Entonces, ¿por qué no ibais a ser capaces de
volver a disfrutar del éxito o aprender de los errores?

Ante la visión anterior no son pocos los que citan aquella


ilustre frase: cualquier tiempo pasado fue mejor. Esto es difícil de
afirmar con exactitud y más si tenemos en cuenta, como dijimos en
el artículo de la culpa, que nos resulta del todo imposible viajar en
el tiempo y vivir en cualquier otro momento que no sea el actual;
presente, siempre es el presente. Respondiendo a esa frase alguien
dijo muy inteligentemente: no, cualquier tiempo pasado fue ante-
rior. Esto quiere decir eso mismo, que el pasado es inalcanzable e
inmutable, pero no por ello mejor o peor. Entonces… ¿por qué la
gente utiliza la primera frase? Porque habiendo transcurrido el tiem-
po las pruebas superadas en el pasado dejan de verse como muros
infranqueables. Es decir los retos, al ser superados, dejan de serlo y
dejan también de dar miedo. E insisto: ya habéis superado cientos
de ellos. ¿No queréis saber de qué más sois capaces?

Por otro lado, afortunadamente no nos desenvolvemos en


un sólo ámbito, en un único escenario. A diario interactuamos con
personas distintas en lugares diferentes por tanto podemos acabar
tomando conciencia, por comparación, si no recibimos un buen tra-
to en uno u otro sitio o por unas u otras personas, de que estamos
viviendo situaciones poco agradables y que, además, limitan nues-
tro desarrollo como individuos plenos, y por tanto que nos hacen
sentir y ser temerosos e inseguros.

Dejadme ahora que relacione conceptos, pues pudiera pa-


recer que el último párrafo no tuviera demasiado que ver con el in-
mediatamente anterior. Pero mirad, si somos conscientes, mediante
esa comparación que hemos propuesto, de nuestros temores y si
somos conscientes también de todo el buen trabajo que ya llevamos
a nuestras espaldas, tal vez podamos juntar ambas cosas, la expe-
riencia y el buen ejemplo de otros y la nuestra, para intentar afrontar
con valor los nuevos desafíos. Si veis que otros han superado sus
132
6.d -Di no al miedo

obstáculos y si ya habéis superado los vuestros anteriormente, ¿por


qué no ibais a superar las nuevas aventuras que la vida os proponga?

No tener miedo no significa actuar a tontas y a locas. En abso-


luto. Ciertamente algunas situaciones requieren de nosotros toda nues-
tra atención y conciencia y actuar apresuradamente, sin haber observa-
do bien la naturaleza de nuestros temores o problemas, puede resultar
infructuoso, inútil, e incluso contraproducente. De este modo el miedo
puede hacer que, por el contrario de todo lo dicho hasta el momento y
tan sólo en apariencia, algunas personas se muevan mucho y hagan mu-
chas cosas para convencerse y convencer a otros de que están intentando
resolver sus asuntos o que no tienen miedo. Pero fijaos que he dicho en
apariencia, porque la agitación de estas personas no son más que palos
de ciego o rodeos para evitar ir directos al grano. Los primeros actúan
así porque no tienen claro cuál es el verdadero origen del problema en
cuestión. Los segundos sí saben cuál es el problema pero se dedican a
dar vueltas a su alrededor en lugar de resolverlo. En ambos casos estas
personas se mueven mucho, pero lo hacen de forma ineficaz, consciente
o inconscientemente.

Debo añadir respecto a lo anterior que a veces esos rodeos y vuel-


tas son necesarias. En algunas situaciones no estamos preparados, como
ya hemos dicho, para desempeñar una tarea o tomar bien una decisión.
Finalmente esas vueltas pueden conducirnos al punto correcto. Así esos
rodeos se convierten en parte de nuestro aprendizaje vital. Obvio que
hubiera sido deseable marearse menos o incluso invertir menos tiempo
en la resolución de ese conflicto, pero castigarnos, como decíamos en los
artículos del enfado y la culpa, no nos aportará nada bueno. Así que inclu-
so de esta situación nos podremos aprovechar con la actitud adecuada.

Esto no quiere decir en ningún caso que podamos actuar de for-


ma inconsciente ya que al final las cosas se acaban por arreglar: no, en
ningún caso. En este supuesto lo que nos terminará por ayudar es tomar
conciencia de lo poco acertado de nuestras anteriores, o actuales, de-
cisiones. Así pues, siempre será una intervención consciente la que nos
aporte las verdaderas enseñanzas, sabiendo valorar, una vez superada la
prueba, todo el proceso seguido para lograrlo. Las cosas se arreglan si
hacemos algo.
133
“Rompiendo las Reglas”

Escuché no hace demasiado una frase muy buena que bien pue-
de servir para ilustrar un poco mejor todo esto: lo consiguieron porque
no sabían que era imposible… Ahí queda eso carapanes. ¡No hay nada
imposible!

¿Cómo Podemos Superar el Miedo?

Ahora ya estáis preparados para conocer el secreto de la fórmu-


la mágica que nos ayudará a superar nuestros miedos e inseguridades.
Pero, dicho todo lo anterior, también espero que ya os hayáis dado
cuenta de que, en realidad, no va a ser ni tan mágica ni tan secreta.
Es más la venimos proclamando, a gritos prácticamente, desde hace
largo, desde el principio de este manual. La fórmula simplemente con-
siste en ponerse en movimiento. Ése es el gran secreto.

En realidad es un secreto a voces y es verdaderamente sencillo,


aunque lo cierto es que tampoco es del todo fácil ponerlo en práctica
al principio. Pero volvemos a lo mismo otra vez: intentarlo hasta con-
seguir algún beneficio será siempre mucho mejor que no hacer nada y
obtener siempre, y por defecto, malos resultados a sabiendas. Si nues-
tro propósito es mejorar como personas, y siempre hay algo que pulir,
la decisión se va haciendo más obvia.

Y dejadme seguir insistiendo. Nuestros temores no son nada


nuevo. Son los que cualquier ser humano es capaz de sentir y desde
luego no somos los primeros habitantes de la Tierra, tampoco seréis los
últimos. Daos cuenta que caminamos sobre pisado y que la vida siem-
pre se abrió nuevas sendas cuando así fue necesario. Haced lo mismo
mis Valientes Guerreros/as, sed audaces y no deis la espalda a ningún
desafío si vuestro bienestar es lo que está en juego. La propia vida es
cambio, resistirse a él, desde el miedo o desde cualquier otra actitud
negativa, no será vivir.

Por grande e insuperable que nos pueda parecer el miedo, por


más que lo disfracemos de bestia cruel, lo cierto es que el miedo
no somos más que nosotros mismos poniéndonos la zancadilla. Qué
absurdo, ¿no os parece? Vuestros temores e inseguridades serán tan
134
6.d -Di no al miedo

grandes como vosotros queráis que sean y lo único que tenéis que
hacer es dejar de alimentarlos poniéndoos en movimiento con toda la
inteligencia y conciencia que os sea posible aplicar.

¿Recordáis cuándo os dije, en el cuarto artículo, que la lucha era


contra nosotros mismos y que para ver a nuestro mayor enemigo tan
sólo debíamos ponernos frente al espejo? No dejéis de hacerlo hasta
que logréis ver a un amigo en su reflejo. Éste, el del miedo, es el gran
combate, la gran pelea, el ineludible desafío. ¡No podemos perder mis
guerreros/as!

Aun con todo lo referido sé que la tarea de vencer al miedo


no es sencilla pero afortunadamente aún contamos con algunas herra-
mientas más. Por ese motivo este manual debe continuar, aunque os
pese debo seguir dándoos la paliza un poquito más. Ánimo mis jóvenes
amigos y amigas, ya no falta casi nada para terminar. No nos vamos a
rendir ahora que estamos tan cerca del final, ¿verdad? Excelente cara-
panes, realmente excelente vuestra actitud. Noto desde hace tiempo
cómo y cuánto estáis cambiando.

Intentando Resumir un Poco:

- el miedo y la inseguridad están detrás de todas las dolencias emocio-


nales del ser humano, que incluso pueden derivar en dolencias físicas,
somatización,
- el miedo provoca parálisis, impidiéndonos avanzar en la vida y anclán-
donos en malas situaciones que necesitan ser revisadas con urgencia,
- a mayor miedo e inseguridad mayor es la necesidad de cambio,
- miedo e inseguridad provienen de la falta de confianza en uno mismo
y ésta, a su vez, de una escasez de experiencias,
- nuestras vidas, cortas o largas, ya están llenas de victorias ante el
miedo; cada vez que hiciste algo nuevo, independientemente del re-
sultado, te enfrentaste y venciste al miedo,
- si ya venciste en el pasado… también podrás hacerlo en el futuro,
- si ya tropezaste y aprendiste de tus errores en el pasado… también
podrás hacerlo en el futuro,
- dado que el fallo es uno de los posibles resultados de nuestras de-
135
“Rompiendo las Reglas”

cisiones y/o acciones también deberíamos tener experiencias con él,


para así saber qué forma tiene, aprender a superarlo y actuar mejor en
una futura ocasión, con esta actitud incluso fallar es bueno,
- para vencer al miedo en el pasado tan sólo tuviste que actuar… hazlo
ahora también, ¡muévete!
- intentar hacer y equivocarse es mucho mejor que no hacer nada y
seguir estando mal, pues de los fallos podremos extraer enseñanzas
mediante las cuales enfocarnos mejor en el futuro; en cambio la inmo-
vilidad, no hacer nada, no aporta nada,
- uno de los motivos para mantenernos en el lado de la inseguridad es
el miedo a los cambios, aunque estos puedan aportarnos cosas bue-
nas, muchas de ellas las necesitamos con urgencia,
- por miedo a ese cambio y a ser responsables de sus vidas muchos
dejan en manos de otros sus decisiones vitales, resultando personas
dependientes y muy inseguras que no disfrutan de una existencia ple-
na, personas que incluso prefieren acogerse a la pena y a la compasión
antes que a la responsabilidad,
- las personas manipuladoras muestran, al contrario de lo que aparen-
tan, tener grandes miedos y ser muy inseguras, de ahí su necesidad de
reafirmarse utilizando a otros, éste ya es un gran motivo para dejar de
tenerlos como referencia o ejemplo,
- nuestros temores son los mismos que los de cualquier otro ser huma-
no pueda llegar a sentir,
- el miedo no somos más que nosotros mismos dudando ante el resul-
tado de una decisión… lo mejor para superarlo es moverse, disfrutar
del éxito o corregirnos ante el fracaso, pero siempre con la alegría de
haberlo intentado, de habernos puesto a prueba,

Práctica:

1. Como siempre, subraya o anota las palabras y/o expresiones que te


resulten desconocidas. ¡Y no olvides preguntar su significado! Recuerda
que lo peor que puedes hacer es quedarte con las ganas de saber algo
pues también el conocimiento puede ayudarnos a superar el miedo.
2. ¿Te consideras una persona temerosa e insegura? ¿Te importa con-
tarnos cuáles son tus miedos?
3. ¿Eres consciente de si en el pasado superaste alguna gran dificultad?
136
6.d -Di no al miedo

¿Cuál? ¿Cómo lo hiciste? ¿Alguien te ayudó?


4. Esas situaciones del pasado que supiste superar… ¿te dan miedo
ahora? ¿Cómo las afrontarías en este momento? ¿A qué crees que es
debido ese cambio de actitud?
5. ¿Conoces la historia de alguien que haya superado algún temor?
6. ¿Crees que podrías plantarte intentar superar conscientemente al-
guno de tus temores actuales utilizando las herramientas que facilita
este artículo?

Algunas Citas Interesantes:

- “El miedo es el factor fundamental que incita a las personas a tener


vidas pequeñas y carentes de autenticidad. La mayoría de los temores
no son más que una ilusión”. Robert Sharma
- “Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar”. Paulo
Coelho
- “Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender”. Marie
Curie
- “El miedo puede llevar a los hombres a cualquier extremo”. George
Bernard Shaw
- “El valor no es la ausencia del miedo, sino la conquista de éste”. Anó-
nimo
- “Entrénate hasta poder ver un amigo en el reflejo del espejo, luego…
regala el espejo a alguien, tú ya no lo necesitarás”. Cm Abel García

Algunas Recomendaciones Interesantes:

El libro titulado El Alquimista, del conocido escritor brasileño


Paulo Coelho, es un gran ejemplo de superación del miedo. La historia
comienza en España y cuenta la extraña aventura de un humilde pastor
de ovejas que casi todas las noches sueña encontrar un tesoro cerca de
las pirámides de Egipto.

Por otro lado el joven Santiago, así se llama nuestro amigo, se


siente tentado en tener una vida acomodada: comprar una casa, buscar
esposa, tener cierta seguridad… Pero el misterioso sueño vuelve una y
137
“Rompiendo las Reglas”

otra vez hasta que un día Santiago decide correr detrás de él. Esto le
obligará a dejar todo lo conocido para adentrarse en tierras extranjeras
y a afrontar toda suerte de situaciones, muchas de ellas no muy agra-
dables. Pero, aunque dudó muchas veces, nuestro protagonista no se
rindió.

¿Queréis saber cómo termina la esta historia? ¿Nos os intriga


saber si había un tesoro en las pirámides? ¿Queréis saber qué les ocu-
rre a aquellos valientes que persiguen sus sueños y que parecen locos
a aquellos que prefieren la comodidad por miedo a perder cosas que
nunca han poseído? Leedlo carapanes. Es un libro cortito, muy sencillo
y agradable de leer. Os lo recomiendo encarecidamente.

También me gustará recordaros la sugerencia que ya os hice en


el 5º artículo, Aprendiendo a Escoger. ¿Os acordáis de “El Caballero
de la Armadura Oxidada”? ¿Recordáis por qué se oxidó su armadura?
Lo hizo porque el caballero dejó que sus miedos e inseguridades se
apoderaran de él, con lo que acabó siendo su propio prisionero. ¿No
acabáis de leer algo así en este artículo? Si aún no habéis leído el li-
bro... ¿a qué esperáis carapanes? ¿A la película?

El grupo valenciano Seguridad Social tiene un par de canciones


muy motivadoras y que también reflejan inquietudes sobre los temas
que hemos tratado en este artículo. Estas canciones son: Acción y Soy
un salmón. Os recomiendo buscarlas en la red.
138
139
“Rompiendo las Reglas”

6.e
“… La mejor forma de vencer a la muerte es vivir con la mayor plenitud
posible estando tan ocupados en vivir intensamente bien que no tengamos
tiempo para preocuparnos por ella…”
140
6.e -Di no al miedo a la muerte

Me da la impresión de que éste siempre fue el mayor de todos


los temores del ser humano. La preocupación a su respecto hizo que
sociedades y culturas enteras condicionaran su forma de entender la
vida. Desde los primeros enterramientos en los que se incluían objetos
personales, mausoleos, criptas, piras fúnebres, tumbas, la incineración
moderna… Todos estos hechos demuestran, junto a otros tantos, que
la muerte siempre jugó un papel predominante en la forma de vivir.

La religión, junto con la curiosidad de la ciencia, fue uno de esos


conceptos que, en parte o por completo, vino a intentar dar consuelo
al ser humano frente a la idea de la muerte. Desafortunadamente casi
todas las religiones mayoritarias aprovecharon este temor para ejercer
cierto control sobre las personas en vida. A día de hoy esta influencia,
perniciosa en muchos casos, sigue vigente.

Creo que ya hemos comentado anteriormente algo sobre nues-


tra condición de animales racionales y precisamente puede que aquí
nos impongamos la trampa. Esta condición nos obliga, en cierta forma,
a proyectarnos hacia el futuro y a ser posible éste debe ser prometedor
y agradable. Pensar que un día moriremos no es, a priori, lo más bonito
o lo más deseable. Pero por otro lado no podemos escapar a esta cues-
tión, quiero decir que nos resulta imposible no plantearnos este tema,
aunque lo que sí podemos es hacernos estas preguntas desde otra
perspectiva, algo más relajada, echando mano de la razón y la lógica.

Cómo Nos Afecta el Miedo a la Muerte

Creo que este miedo se plantea desde dos perspectivas bien


relacionadas entre sí: miedo ante la pérdida de nuestros seres queridos
más próximos, padres sobre todo, y el miedo ante nuestra propia muer-
te. Movamos el más poderoso de nuestros músculos para intentar con-
seguir, como decíamos, un enfoque diferente al respecto de la muerte.

a. Miedo ante la propia muerte:

Creo que sabéis que todo lo que nace muere, así es en todo el
mundo natural y el ser humano no se libra de ese irremediable hecho.
141
“Rompiendo las Reglas”

Parece, pues, que la muerte es una condición inseparable de la vida,


algo natural. Si tenemos en cuenta que sin vida no hay muerte tal vez
también podríamos decir que sin muerte no hay vida; es decir: si quieres
vivir habrás de morir. Por más duro o crudo que suene, esto es así y en
realidad no me parece nada dramático, tan sólo un punto del contrato
que no nos han consultado, que no admite vuelta de hoja y que debe-
mos acatar con la mejor de las actitudes. O ¿acaso vas a vivir toda tu vida
apesadumbrado porque un día vas a morir? ¿Qué tipo de existencia sería
ésa? ¿Recordáis los artículos Una Cuestión de Actitud o Di no al Miedo?

El enfoque podría ser este: en lugar de preocuparme por el final


del trayecto me dedico a disfrutar del viaje, independientemente de su
duración, aunque cuánto más largo y bueno mejor, ¿verdad? De este
modo la vida se convierte, de pronto, en un hermoso regalo del cual
tenemos la obligación de exprimir todo el jugo y sacar el máximo prove-
cho, pues recordad que ya hemos dicho antes que la vida es para vivirla,
pero para vivirla bien, sea cual sea su duración. Y dicho esto no es difícil
entender que cualquiera de los otros temores, superado el mayor de
todos, no son sino meros trámites de la vida, de los cuales, como hemos
ido viendo, siempre podremos extraer lecciones que nos hagan más sa-
bios y expertos, que nos fortalecerán y ayudarán a valorar más nuestra
existencia y a completarnos como seres humanos.

Otro de los motivos para aceptar la propia muerte con cierto


estoicismo es que me ha parecido ver, en el contacto con personas de
avanzada edad, que todos acaban deseando, de un modo u otro, el final
del viaje. Algunos lo hacen desde el lamento y el arrepentimiento, y esto
sí me parece una tragedia. Toda su vida han vivido como si sus actos no
tuvieran consecuencias en ellos mismos o en los demás, han hecho y
desecho a cualquier precio y al sentir la muerte acechar llegan también
los remordimientos. Es entonces cuando lamentan haber trabajado de-
masiado y no haber disfrutado de sus familias o de las cosas sencillas
de la vida, o no haberse atrevido a perseguir sus sueños, o de repente
se dan cuenta de que aquella discusión que hizo que dejaran de hablar
con un ser querido fue una grandísima tontería. Estas personas sienten,
bajo estas condiciones, que la muerte es algo trágico y feo. Todo por no
haber vivido de forma consciente, por haber dejado cosas pendientes
para el mañana, un mañana que nunca tuvieron valor de hacer llegar.
142
6.e -Di no al miedo a la muerte

Otros, en cambio, lo hacen desde una satisfacción y plenitud


que asombra: parecen en paz con ellos mismos y con la vida, han acep-
tado de buen grado el condicionante biológico que a todos se nos ha
impuesto. ¿Por qué? Probablemente porque vivieron de manera cons-
ciente, reflexionando y buscando el porqué de sus actos. Tal vez por-
que vivieron de forma que no dejaron nada para mañana, no dejaron
nada en el tintero. Así, cuando llega el momento, que sin duda ha de
llegar, pueden despedirse tranquilos pues dijeron no a las cosas malas
de la vida: dijeron no al enfado, a la culpa, a la suerte, al miedo al fraca-
so, al miedo a vivir, al miedo a morir... Pero también porque dijeron Sí
a la Vida y porque tuvieron el valor de intentar levantar el vuelo incluso
cuando el viento no soplaba a favor, como el salmón que no se rinde
cuando lucha contra la corriente.

b. El miedo ante la muerte de los seres queridos próximos

A título personal, este hecho es algo que me ha traído, y trae,


un poco de cabeza, pero resistirme ante él tenía muy poco sentido, así
que he tenido que trabajarlo mucho. En mi caso, si no tenéis inconve-
niente en seguir leyendo sobre mis experiencias, mi mayor temor se
fundamenta en la certeza de que un día mis padres dejarán de estar a
mi lado y venía de saber que un día me quedaría solo en este mundo.
Cierto es que hay más familiares, como los hermanos, pero los padres
representan la tutela de toda una vida. Son las personas más próximas
que van por delante de nosotros en el camino y de quiénes aprende-
mos y recibimos la base sobre la cual nos habremos de desarrollar. Por
todo esto, y mucho más, la figura de los padres es tan importante para
nosotros.

Ni que decir tiene que, además de padres, ellos son unos indi-
viduos más que tienen que hacer lo propio para aceptar su condición
de mortales; su partida, sin drama, nos prepara para aceptar la nuestra.
Opino, aunque esto para algunos sea muy discutible, que antes que
padres, madres, hijos, hermanas… somos todos individuos únicos, por
tanto cargarles a otros, a ellos, el peso de nuestros temores es harto
egoísta. Además, la naturaleza, a pesar de los vínculos, suele llamar a la
independencia. Así, progenitores y crías se separan cumplido el tiempo
143
“Rompiendo las Reglas”

que los primeros creen necesario para que se complete el aprendizaje


de los segundos; pasado ese periodo el cachorro debe buscarse la vida
por sí mismo. Una forma de honrarles, en vida, es siendo unos buenos
alumnos mientras dura ese entrenamiento previo a nuestro vuelo en
solitario. Por otro lado, ya he dicho que el ser humano es ante todo un
individuo con ciertas necesidades, estar al cuidado de otro ser ocupa
casi por completo el tiempo a los padres, que se dedican en cuerpo y
alma a los hijos; no estará demás aprender rápido y bien para que ellos
puedan dedicarse pronto así mismos el tiempo que tan amablemente
nos han cedido.

Sin duda echaremos de menos su presencia, sus palabras, su


cariño, sus abrazos… pero eso no cambiará lo que desde generacio-
nes, desde el principio de nuestra existencia como especie, ha venido
sucediendo. Además, no nos dejan tan desamparados pues han vol-
cado en nosotros toda una vida llena de experiencias y sabiduría, una
vida plagada de aciertos que celebraron y de errores que les hicieron
aprender a la fuerza; todo eso tras haber insuflado en nosotros el ge-
neroso aliento de la vida. En el peor de los casos, y aplicando de nuevo
la Teoría del 50%, veremos, si somos capaces de reflexionar con acier-
to, cosas que no habremos de repetir. Si en vida podemos quererlos
sin tenerlos necesariamente siempre a nuestro lado también podremos
sentirlos en nosotros cuando se hayan ido, pues de ellos vinimos, de
nuestros queridos padres, y eso es algo inmutable, dure lo que dure
nuestro viaje. Sin ellos nosotros nunca habríamos existido.

Aunque todas los son, especialmente duras y difíciles de asimi-


lar son aquellas muertes traumáticas o que llegan antes de hora, sobre
todo cuando atañe a personas jóvenes o a padres que han perdido
a algún hijo o hija, y viceversa. El motivo viene de la idea de que esa
vida se ha truncado antes de tiempo, afectando al orden natural, ha-
biéndonos sido imposible prepararnos debidamente para su partida.
Siendo conscientes del planteamiento social que abunda al respecto
de la muerte, esta afirmación se queda en una pequeña mentira que
nos contamos a nosotros mismos, pues nunca se llega a estar del todo
preparado para algo así como tampoco existe ese orden por el cual cla-
mamos. Apenas el tiempo podrá brindar algo de respiro a estas personas
y a su sufrimiento.
144
6.e -Di no al miedo a la muerte

Lamento si tenéis que llorar por alguien. Aun con todo y en honor
a esas vidas que se nos escaparon de entre las manos, y de las nuestras
propias, lo más aconsejable es continuar avanzando, estoy seguro de
que ellos lo querrían así. Llorad cuánto sea necesario, echadles de menos
cuánto queráis, no huyáis del dolor. Pero, por favor, no os enfadéis con la
vida ni terminéis por dedicar a esas personas tan importantes más lágri-
mas que sonrisas. Atesorad todos los buenos momentos y recuerdos que
compartisteis con ellos y preocupaos por fabricar otros tantos nuevos.
Otros que otras personas puedan utilizar para recordaros con alegría en
un futuro, cuando ninguno de nosotros estemos ya aquí. Y para hacer eso
debéis vivir bien tu presente, desde ya. Empieza ahora mismo.

La Muerte y la Religión

Ya hemos mencionado que la religión fue creada, entre otras co-


sas, para intentar dar algún tipo de respuesta a los hechos que escapaban
a la comprensión de los seres humanos. La muerte fue, y es desde luego,
uno de esos misterios que necesitaban una respuesta urgentemente.

La muerte sigue inquietándonos hasta tal punto que muchas per-


sonas necesitan recurrir a historias del todo increíbles, sin querer faltar el
respeto a nadie, que al final del cuento ofrecen maravillosos paraísos de
recompensa para aquellos que acataron fielmente sus doctrinas. Casual-
mente aquellos que no se portaron tan bien tienen un castigo, en forma
de dantescas e infernales escenas, para toda la eternidad. Recompensa
y castigo… más que una respuesta a la muerte me parece un método de
control de masas. También me resulta muy curioso reparar que se aplica
el término eterno a seres con fecha de caducidad.

Por otro lado, fijaos como no necesitamos imaginar, a no ser que


tengamos entre 3 y 9 años, un cielo de pajaritos, otro de gatitos, otro
de perritos… creo que me entendéis, ¿verdad? Entonces ¿por qué los
seres humanos sí necesitan pensar que debe haber algo después de la
muerte? Pues porque, y debido a esa capacidad de sabernos vivos y de
proyectarnos hacia delante en el tiempo, nos da miedo pensar que la
película un día habrá de terminar. No digo que no suene mal la idea de
que haya algo más esperándonos tras la muerte, pero hasta donde yo
145
“Rompiendo las Reglas”

sé, nadie, aunque algunos insistan en que uno sí lo hizo, ha regresado de


la muerte para contar nada. Por eso, y es una opinión muy personal, yo
prefiero seguir trabajando a conciencia en esta terrenal dimensión.

Otras formas de pensamiento creen que tras la muerte nos ha-


bremos de reencarnar si no hemos cumplido todas nuestras misiones
en la vida anterior. Opino que esto nos está diciendo, de alguna manera
y como en el caso anterior de la vida eterna, que no hace falta que nos
preocupemos demasiado por cómo vivimos esta vida, que ya haremos
lo que toca en la siguiente, y si no en la próxima. Mira, si partes desde
ese planteamiento, muy irresponsable, no tendrías vidas suficientes para
aprender a vivir como toca. A mí me suena un poco a excusa para no
vivir de manera responsable en tu actual vida, que es la única a la que de
momento puedes echar mano.

También resulta muy llamativo el intento por parte de los vivos


de obtener consuelo ante la muerte en estas doctrinas religiosas pues se
supone que, en todo caso, el desgraciado, por así decirlo, es aquél que
murió. Pero resulta que de toda la escena todos sufren menos el falleci-
do, lo cual sigue indicando que la muerte es cosa de aquellos que están
muy vivos.

Me gusta decir, cuando surge este tema en alguna conversación,


a aquellos creyentes que si finalmente tras la muerte hubiera un dios para
juzgarnos no creo que en absoluto le importara que hubiéramos vivido
de la forma que aquí planteamos, consciente y responsable, pues le ha-
bríamos quitado un trabajo de encima, con toda la gente y las cosas que
hay que hacer aquí y allá en el mundo. Desde luego yo no espero encon-
trarme a nadie cuando me vaya, pero no está demás ser respetuoso, y
precavido, ante otras opiniones.

Debo aclarar, tras haber señalado algunos puntos que no com-


parto con las religiones, que no es malo todo lo que ofrecen. A grosso
modo brindan también, en la mayoría de casos, una serie de pautas
que ayudan a ordenar, en gran medida, la convivencia entre los seres
humanos, ofreciendo algunas normas morales bastante acertadas para
tal fin. Lo que sucede es que la religión aunque evoque a la divinidad no
deja de ser cosa de hombres, incluyendo a ambos géneros, y estos, no-
146
6.e -Di no al miedo a la muerte

sotros, siempre fueron muy proclives a traicionar sus propias creencias,


tanto las terrenales como las divinas.

A pesar de todo lo dicho en absoluto estoy sugiriendo a aquellos


que sí son creyentes que dejen de creer. Lo que intento deciros a todos,
creyentes o no, es que en primer lugar debéis aprender a creer y confiar
en vosotros mismos. Si logrado esto seguís teniendo inquietudes sobre
este tema os invito, como siempre, a que seáis curiosos y a saciar esa
duda tan sana y deseable en las fuentes que creáis oportunas, aunque
siempre desde una perspectiva crítica que evite que acatemos cualquier
tipo de doctrina de forma ciega y exagerada.

La Muerte y la Biología

Todo tiene un principio y un final, así dicta la ley natural. Nada


que exista se resiste a este hecho. El mundo natural nos ofrece a diario
hermosos espectáculos relacionados con la vida y la muerte, de hecho
todo en él está condicionado por esta estricta regla: todo lo que nace
muere. Así pues estamos rodeados de macro y micro ciclos que nos re-
cuerdan cual será nuestro futuro: el amanecer y el ocaso, las mareas, las
supernovas y las estrellas fugaces, los ciclos de las estaciones, animales
longevos que finalmente perecen y otros que apenas viven días u ho-
ras, salmones remontando ríos a contracorriente para morir tras desovar,
nuestras queridas mascotas, machos que son devorados por las hembras
tras la cópula…

Con el correr del tiempo la curiosidad de algunos hombres y muje-


res, que se resistían a dejar en manos de los dioses sus destinos, hizo que
muchos de aquellos hechos inexplicables fueran encontrando respuestas
alejadas de toda divinidad. Curiosamente, al respecto de la muerte y a
pesar de todos los avances científicos y tecnológicos, la humanidad no ha
conseguido superar esa barrera psicológica, o al menos no del todo.

Los científicos han logrado grandes avances e innovaciones en


cuanto a medicina se refiere. Estos hallazgos han conseguido robarle pro-
tagonismo a la muerte alargando nuestras vidas frente a enfermedades
antaño mortales casi por necesidad. También se han descubierto cuáles
147
“Rompiendo las Reglas”

son los factores que favorecen poder disfrutar de una vida longeva y salu-
dable a través de la alimentación y otros tantos hábitos muy recomenda-
bles. Pero no hemos evitado, en ningún caso, la muerte.

A este respecto me gustaría señalar que, aun con toda esa preocu-
pación por la muerte, muchas personas mantienen formas de vida que
son verdaderas condenas de muerte. Esto indica que, paradójicamente,
la forma en que vivimos no está muy en sintonía con esa preocupación an-
cestral. Quizá viviendo con un poco más de responsabilidad no nos haría
tanta falta preguntarnos qué habrá después de esta vida. Dediquémonos
a vivir bien ésta primero a todos los niveles, ¿no os parece?

Por otro lado, es normal que los jóvenes no os planteéis con de-
masiada seriedad el tema de la muerte, y es que la prepotencia de las
hormonas y la inexperiencia hacen que simplemente os quede todavía
muy lejos. Esa energía juvenil fue la que siempre logró que la humanidad,
aun con toda su arrogancia, prosperara como especie. Pero esa misma
arrogancia es la que también hace que desoigáis los consejos de aquellos
que un día fueron jóvenes y que ya superaron las mismas pruebas, algu-
nos incluso con buena nota. Superada la adolescencia podemos ver que
hay algo más, comenzamos a pensar más en el mañana y agudizamos
nuestro instinto de conservación, el cual hace que no veáis a muchas per-
sonas adultas hacer balconing, por ejemplo.

También es cierto que el cuerpo pierde su capacidad de regene-


ración con el tiempo. Poco a poco nos vamos sintiendo más cansados y la
velocidad de los cambios de nuestro entorno debe hacer que acabemos
por perder capacidad de adaptación ante las novedades de la vida, con-
siguiendo que poco a poco nos sintamos desplazados o fuera de lugar.
Todos estos factores se suman y contribuyen a la justificación, forzosa, de
que la vida ha de terminar algún día.

Sea como fuere, la vida cansa, sobre todo si la vivimos intensa-


mente, pero mucho más si la vivimos mal, ¿de qué otra forma querrías
vivir tu vida? Pero todo eso no debería empañar, sino brindar una dimen-
sión aún mayor a nuestra aventura, la grandeza de ese proceso al que lla-
mamos vivir. Es la misma fragilidad de la vida la que le brinda ese enorme
valor.
148
6.e -Di no al miedo a la muerte

Venciendo a la Muerte

Aun con toda nuestra inteligencia, nuestra mente se sigue colap-


sando ante la inminente certeza de una muerte anunciada, como si tan sólo
pudiéramos reaccionar cuales reos condenados en el corredor de la muerte,
completamente solos y aislados ante esa fatal resolución. La cuestión es
que nuestra puñetera condición de animales racionales nos traiciona cuan-
do chocamos con la idea de la muerte y puede que parte de esa resistencia
también se deba a que buscamos perdurar, queremos ser recordados. Es un
poco lo que le pasó a Aquiles cuando tuvo que decidir entre tener una vida
larga y feliz pero anónima o morir heroicamente en una batalla épica que le
brindaría fama universal, la de Troya. ¿Recordáis? Él escogió la fama eterna.

Pretender ser recordado no está mal, pero hay que ser un poco más
humilde y realista. El paso del tiempo ha sepultado y condenado al olvido
a centenares de generaciones; incluso la grandiosa hazaña de Aquiles se
acabaría por olvidar si se perdieran todas sus referencias escritas. Pero este
hecho, trágico para muchos, no les quita valor a todos esos héroes anóni-
mos pues sus descendientes son quienes han logrado que la aventura del
ser humano como especie continúe. Por otro lado está muy bien querer ser
recordado por generaciones venideras pero no olvidemos que las personas
verdaderamente importantes son aquellas que comparten escenario con
nosotros ahora mismo. De nuevo saber estar, y vivir, en el aquí y ahora se
torna fundamental, pues el presente sigue siendo el único momento autén-
tico de verdad.

Con todos estos quebraderos de cabeza que pensar en la muerte


provoca no son pocos los que andan por la vida atormentados por el más
allá. Es gracioso pero se me ocurre que el modo en que hayamos vivido,
aquí y ahora, será el único legado que la naturaleza nos permitirá dejar tras
nuestro paso por la vida. Y se me antoja, también, que la mejor forma de
vencer a la muerte, o la única opción que tenemos de sacarle la lengua en
nuestra infinita arrogancia, es vivir con la mayor plenitud posible estando tan
ocupados en vivir intensamente bien que no tengamos tiempo para preocu-
parnos por ella.

Así pues, para vencer la muerte lo único que hay que hacer es vivir
bien, con entusiasmo y alegría, pues ya os dije al principio del libro que vivir
149
“Rompiendo las Reglas”

mal era, incluso, equiparable a morir en vida, lo cual no es desde luego una
alternativa a tener en cuenta. Tal vez si logramos sobreponernos a la pena, a
los condicionantes heredados y a los conflictos interiores podamos terminar
por aceptar que la muerte es un fenómeno más natural que misterioso. Tal
vez podamos aprender de algunas culturas y terminar por ver con más sere-
nidad la partida de nuestros seres queridos, o la nuestra propia, celebrando
en lugar de lamentar, llegado el momento, todo el tiempo que pudimos
compartir con ellos, las cosas buenas que vivimos y toda la sabiduría que
nos transmitieron o que supimos legar. Esa sí sería una muy buena forma de
rendir honores a toda una vida.

Cerraré este artículo diciendo que aquellos que tienen gran confian-
za en sí mismos, que se responsabilizan de sus actos, que no tienen miedo
a caer una y otra vez, que transforman la dificultad en superación y aprendi-
zaje, que saben tanto de su fragilidad como de su grandeza… aquellos que
viven de esta manera no necesitan dejar en manos de nadie su futuro como
tampoco necesitan mitos para aceptar que un día morirán. La gran hazaña,
en este caso, no es vencer el miedo a morir a través de dioses, pócimas,
conjuros o conocimientos, sino no tener miedo a vivir así, como un simple
y auténtico mortal. Y tal vez podamos lograr esto si trabajamos consciente-
mente sobre nuestra forma de pensar y nuestras emociones, y a eso se le
llamamos Comprensión Emocional, de la cual también hablaremos en un
próximo artículo de este libro.

De cualquier modo, la muerte sigue siendo, estrictamente, asunto


de los que aún están muy vivos, como tú, como yo… como todos nosotros.
Amigos, amigas… que nuestros temores y condicionantes, o los de otras
personas, no nos amarguen la vida. Así que… ¡a seguir disfrutando de la
fiesta hasta que la música deje de sonar mis jóvenes guerreros/as!

Intentado Resumir un Poco:

- la muerte es uno de nuestros mayores temores como especie y es tal


su importancia que puede llegar a condicionar nuestra forma de vivir y
nuestras creencias,
- la ley natural que se impone a todo ser vivo nos dice que un día ha-
bremos de morir,
150
6.e -Di no al miedo a la muerte

- el miedo a morir se debe a que somos animales racionales con capa-


cidad para proyectarnos hacia delante en el tiempo,
- vivir teniendo miedo de la muerte no es vivir en absoluto, hay que vivir
aquí y ahora con la máxima plenitud,
- la religión es una de las herramientas de las que el ser humano ha
echado mano desde siempre para intentar superar el temor a morir,
- el miedo ante la pérdida de nuestros seres queridos más próximos, el
miedo ante nuestra propia muerte y el deseo de perdurar en el tiempo
y de ser recordado son algunas de las manifestaciones de este temor,
- este temor puede conseguir que seres racionales adopten creencias
y posturas desmedidas,
- a pesar del miedo a morir muchas personas viven desde planteamien-
tos malsanos y/o contradictorios con este temor,
- la única opción lógica es vivir intensamente desde la responsabilidad,
la conciencia y la curiosidad,
- las consecuencias de nuestros actos serán lo único que habremos de
dejar tras nuestra partida, por lo que no estaría mal recapacitar sobre
ellos,
- ni la religión ni la ciencia han encontrado una respuesta ante la muer-
te, por tanto podríamos intentar afrontar el tema desde la perspectiva
de la Comprensión Emocional, que nos ayudará a conocer el porqué
de nuestras reacciones y emociones ante la gran aventura de la vida,

Práctica:

1. Al tiempo que lees el texto señala las palabras y/o expresiones que
te resulten desconocidas y no olvides preguntar su significado. Además
tu pregunta bien puede resolver la duda de un compañero. ¡Atrévete
a saber más!
2. ¿Cuál es tú opinión sobre el tema? ¿Te lo habías planteado antes?
3. Si no te resulta embarazoso… ¿tienes alguna experiencia al respec-
to? ¿Alguien cercano o conocido ha fallecido o falleció? ¿Cómo viviste
ese momento? ¿Cómo te sientes ahora? ¿En quién o en qué te apoyas-
te para intentar superar esa situación o en quién lo harías si la vivieras?
4. Si has perdido a alguien querido… ¿podrías redactar una lista con las
buenas cualidades de esa persona? ¿Cómo influyó esa persona en ti?
¿Qué cosas buenas te aportó y qué cosas aprendiste de ella?
151
“Rompiendo las Reglas”

5. ¿Tienes alguna opinión respecto a la religión? ¿Y tu familia?


6. ¿Crees que hay algo más allá de la vida? ¿Qué te hace pensar así?
7. ¿Llegado el momento de tu partida... ¿por qué cosas te gustaría ser
recordado? Si fueras a morir mañana... crees que dejarías un bonito
legado?

Algunas Citas Interesantes:

- “Nuestra vida se cimenta en la muerte de otros”, Leonardo da Vinci


- “La mayoría de las personas tienen miedo a la muerte porque no han
hecho nada de su vida”. Peter Alexander Ustinov
- “Fe es lo que se tiene en cosas que no existen… tu grandiosidad es
real”. Homer Simpson
- “Memento Mori”, es una locución latina que significa: Recuerda que
morirás. Se utilizaba en los tiempos de la Antigua Roma para recordar a
los emperadores que, a pesar del gran poder que acumulaban, no eran
más que simples mortales,
- “Nadie sale con vida de este mundo”. Woody Allen
- “No volveré a ser joven”. Jaime Gil de Biedma, Poemas póstumos,
1968

Que la vida iba en serio


uno lo empieza a comprender más tarde
como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
152
6.e -Di no al miedo a la muerte

Algunas Recomendaciones Interesantes

Como ya hemos mencionado la preocupación sobre este tema


viene de largo, la cultura siempre resultó un buen testimonio para pro-
fundizar en este temor. Pero para no irnos demasiado lejos me gustaría
reseñar algunas obras de la cultura moderna que demuestran este he-
cho:

- Música… “Princes of the Universe”, “Show must go on”, “Bohemian


Rapsody”, “Who Wants to Live Forever”… de la mítica banda de rock in-
glesa Queen, su vocalista Freddy Mercury contrajo el sida, que antes era
prácticamente una muerte anunciada, esta situación sin duda le obligó a
enfrentarse a este hecho y el resultado fueron algunas de las canciones
más bellas del siglo pasado; el grupo español El Último de la Fila tam-
bién canta a lo accidental de la vida en su canción “Soy un Accidente” y
el cantante español Loquillo incluye en su álbum “La Vida por Delante”
una versión musicada del poema de Jaime Gil de Biedma que hemos
visto antes,

- Poemas y literatura… el poeta Antonio Machado también retrata la


muerte en el poema “A un Olmo Seco”, dedicado a su mujer, enferma
de gravedad; Jorge Manrique reflexionó sobre la muerte de su padre
en sus “Coplas por la Muerte de su Padre” y Miguel Hernández ante el
fallecimiento de un gran amigo en su “Elegía a Ramón Sijé”, de la cual el
grupo andaluz Jarcha hizo una memorable versión musicada,

- Cine… “La Fuga de Logan”, “1984”, “Blade Runner”, “Los Inmortales”,


“Entrevista con el Vampiro”, “El Hombre Bicentenario”, “Yo, robot”, “El
Último Hombre Solo… Vivo”, “Momo”, “Noviembre Dulce”, “El Precio
del Mañana”, “La Fiesta de Despedida”, “Un paseo por el bosque”...
Algunas de estas películas muestran directamente el dilema del hombre
frente a su deseo de vivir para siempre o ante la tristeza de una muerte
impuesta y el paso del tiempo; otras, además, nos ofrecen sociedades y
situaciones, que aunque futuristas no son tan distintas a la nuestra, y nos
obligan a cuestionarnos si cualquier forma de vida es válida.

Lo mejor es verlas todas e informarse, pues hay muchas más y


muy interesantes. Cabe decir que la mayoría de estas películas se basan
153
“Rompiendo las Reglas”

en libros con el mismo título, o parecido, donde se puede disfrutar de


la historia con mayor lujo de detalles y son todos altamente recomenda-
bles. ¿Os atrevéis a dejar que vuestras cabecitas se llenen de todas estas
nuevas ideas? Seguro que sí.
154
155
“Rompiendo las Reglas”

Di
No

6.f
“… Ser tolerante es, pues, la actitud consciente de aquellos que saben valorar
la diversidad y riqueza que cualquier forma de vida pueda aportar…”
156
6.f -Di no a la intolerancia

En esta ocasión hablaremos de otra mala actitud, la intoleran-


cia, pero observándola desde el fenómeno económico-social de la in-
migración, que suele ir acompañado de la discriminación. Si me per-
mito emplear una estructura distinta a la de los anteriores artículos de
esta serie es por lo siguiente:

- esta nueva actitud también se destila de las anteriores, siendo con-


secuencia del miedo a lo desconocido, de la ignorancia, de la carencia
de confianza, de la falta de espíritu colaborador entre las personas…
- como los anteriores conceptos ya los hemos trabajado bastante de
forma específica, me permito daros un descanso hablando de esta mala
actitud a través de una problemática concreta, la inmigración, también
con la intención de que la novedad os resulte más interesante,
- todos habéis oído hablar del supuesto problema de inmigración y,
como la mayoría de personas, tenéis cierta opinión formada al respec-
to la cual también podría estar condicionada por el entorno en el que
habéis crecido, al igual que las otras conductas que describimos en el
libro,
- intento, pues, aportar más datos que tal vez no habíais tenido en
cuenta y que quizá puedan resultar de interés y utilidad,
- ofrezco una visión muy crítica de nuestra actual sociedad, basada en
la democracia del capitalismo, y de la historia, escrita por vencedores
que maquillaron sus más que cuestionables gestas,
- esta crítica sigue la línea de todas las anteriores ofrecidas en este
manual, mostrando una vez más como corremos el riesgo de ser ma-
nipulados, incluso en lo referente a la historia, si no somos capaces de
desarrollar un espíritu crítico y una opinión propia,
- desde luego, mi opinión al respecto de este tema es muy concreta,
por lo que os invito a no aceptarla de entrada; sed curiosos, pensad,
haced paralelismos, buscad más información… y sacad vuestras pro-
pias conclusiones.

El Sueño Español

Me gustaría que comentáramos en esta ocasión un tema de


candente actualidad y que al parecer también suscita en vosotros cierta
curiosidad. Lo creo importante porque nos puede ayudar a poner en
157
“Rompiendo las Reglas”

práctica algunas de las cosas sobre las cuales ya hemos hablado largo
y tendido en los textos anteriores y también porque en este tipo de
sociedad parece ser un tema siempre de gran interés, o tal vez preocu-
pación, para la mayoría. Bien, ese tema en cuestión es la inmigración.

Casi todos los días, y más en estos últimos y movidos tiempos,


podéis escuchar y ver comentarios o noticias sobre inmigrantes asal-
tando tal valla de contención en aquella frontera o pateras arribando
a tal costa o incluso datos algo más elaborados que ofrecen complica-
dos porcentajes que muestran como la inmigración ha aumentado o
descendido debido a la crisis. A pesar de todo algunos ya se han dado
cuenta que eso del sueño español, occidental o capitalista, puede lle-
gar a ser la peor de las pesadillas de un ser humano.

Precisamente puede que todo comience por ahí, por querer al-
canzar un sueño, por el anhelo de conseguir algo mejor para lograr vivir
con cierta dignidad ante una realidad que ofrece un futuro insuficiente.
Y quizá esto también sea muy importante de comprender para intentar
averiguar por qué cientos de miles de personas son capaces de renun-
ciar a sus vidas, familias, países, costumbres… para arriesgarse a correr
tan penosas aventuras en tierras ajenas. ¿Por qué en ciertas partes del
mundo, aun siendo casi todas muy ricas en recursos, su población es
tan pobre y carente? ¿Tendrá nuestro estilo de vida algo que ver en
tal desigualdad? Son preguntas que nos guardaremos para algo más
tarde.

Dinos de Dónde Vienes y Veremos Cómo te Recibimos.

Ser un inmigrante, y lo eres para el país que te recibe, conlleva


ser también un emigrante, pues lo eres para el país que abandonas.
Ambos términos forman parte del fenómeno conocido como migración
y ésta es su definición según el diccionario de la Rae (Real Academia
Española)…

Migración (del latín migratio, -onis).


1. f. emigración,
2. f. Acción y efecto de pasar de un país a otro para establecerse en él.
158
6.f -Di no a la intolerancia

Se usa hablando de las migraciones históricas que hicieron las razas o los


pueblos enteros,
3. f. Viaje periódico de las aves, peces u otros animales migratorios,
4. f. Desplazamiento geográfico de individuos o grupos, generalmente
por causas económicas o sociales.

Ser un inmigrante casi siempre conlleva cierto grado de drama


humano, pues supone el abandono de todo lo conocido para arriesgarse
en tierras desconocidas, y aunque ya no estamos en la época de aquellos
aguerridos exploradores (de los cuales también hablaremos) esto siem-
pre implica pena y un profundo pesar. Algo común entre casi todos los
inmigrantes es el arduo deseo de regresar a su país de origen, ya sea por
nostalgia (saudade en portugués) o por querer aportar algo para mejo-
rarlo. El caso es que irse suele dejar un amargo sabor de boca.

Así pues, las migraciones actuales suelen promover el despla-


zamiento de personas de áreas (comunidades, regiones, países, con-
tinentes…) deprimidas, es decir pobres, a otras de mayor proyección
económica. O lo que es lo mismo: la inmigración es cosa de pobres. Sin
embargo cuando el proceso se produce en sentido contrario se llama tu-
rismo. Mientras el inmigrante abandona todo por un espacio de tiempo
indeterminado y en condiciones inciertas, el turista, o aventurero, tiene
una fecha límite en su visita a aquellos ricos paraísos. Y fijaos en otra
cosa muy curiosa: ellos, los pobres, buscan escapar de sus condiciones
en esos países mientras los otros, los ricos, van a esos mismos lugares
para disfrutar de su belleza y riqueza naturales. ¿Cómo puede ser esto
posible? ¿Cómo el mismo lugar puede ser malo para unos, los propios, y
bueno para otros, los extraños?

Otro aspecto llamativo de este ir y venir de personas de unos a


otros países es que mientras a nosotros ellos siempre, o casi siempre,
nos reciben con los brazos abiertos, y creo que no es sólo por el dinero
que podamos dejar allí, nosotros no hacemos más que ponerles trabas e
impedimentos. Por lo que tal vez pudiéramos extraer la siguiente conclu-
sión: la hospitalidad de un pueblo o país es proporcionalmente inversa
a su pobreza, es decir... cuánto más pobres mejor tratan al extranjero, lo
cual incluye también respetar sus tradiciones, costumbres y creencias,
actitud realmente rara de encontrar en los países ricos.
159
“Rompiendo las Reglas”

¿A cuántos asiáticos, africanos, hindúes, sudamericanos… habéis


visto tomando el sol a vuestro lado en la playa en vacaciones? ¿A cuántos
blancos habéis visto vendiendo cd’s, rosas, refrescos, pulseras, dando
masajes o de gorrillas en esa misma playa? ¿Os lo habíais planteado de
ese modo? Probablemente no. Y… ¿por qué no? ¿No os parece curioso?
Desde luego esas personas, que se lo juegan casi todo en busca de un
porvenir mejor, no tenían pensado trabajar en esos dignos oficios. Con
toda seguridad ellos ven desde sus países de origen, a través de los me-
dios de comunicación, que la situación en otros países es simplemente
mejor que la del suyo propio y por ese motivo vienen aquí. ¡Imaginad
entonces cómo deben vivir allí! Seguramente también muchos de esos
intrépidos valientes incluso tienen estudios o preparación de algún tipo,
pero de poco les sirven aquí, donde su ilegalidad les obliga a aceptar
trabajos en oscuras y míseras condiciones. Estoy convencido de que, aun
sabiendo que las cosas no iban a ser fáciles, éste no es el sueño que ellos
esperaban.

Visto desde este planteamiento: nuestros países son las pesa-


dillas en las que se convierten los sueños de muchos necesitados. Los
suyos, en cambio, son como resorts gigantes a los cuales podemos
acudir en busca de disfrute siempre que nos venga en gana. Todo bien
enmarcado dentro un sistema económico y social que dice velar por
la igualdad de la libre competencia como único modelo válido de de-
sarrollo personal equitativo. Pero, personalmente y a pesar de utilizar
gafas, me cuesta encontrar esa igualdad.

Tierra a la Vista

Desde luego eso de las migraciones no es cosa nueva; la huma-


nidad viene haciéndolo prácticamente desde el principio de los tiem-
pos y así es cómo hemos ocupado, casi en su totalidad, la superficie
del planeta. Las causas… cualquiera de las que se os puedan ocurrir:
búsqueda de mejores condiciones climáticas o de zonas más ricas en
recursos donde establecerse, expansión por aumento de la población,
supersticiones, destierros, aventureros curiosos… Aunque estas causas
fueron varias y muy variables podríamos decir que desde hace bastan-
te la nueva base sobre la cual se ha construido esta expansión de las
160
6.f -Di no a la intolerancia

culturas y sociedades es la codicia, o al menos esa parece ser la moti-


vación de muchos.

Para no irnos muy atrás en el tiempo tan sólo nos remontare-


mos a la era de los descubrimientos y del Nuevo Mundo, una época
relativamente cercana. Escogemos esta época por ser más próxima que
otras y porque implica directamente, y casi por completo, a los países
que responden en la actualidad a ese esquema de pobreza que obliga
a sus habitantes a salir de ellos por la puerta de atrás. También porque
el mapa mundial actual obedece, básicamente, a las normas que desde
entonces se han venido estableciendo.

Durante esta etapa, que comenzó allá por el año 1450, los im-
perios en auge del viejo continente y cuna de nuestra actual cultura y
sociedad, Europa, buscando nuevas rutas para comerciar con los paí-
ses asiáticos, con los que ya tenían contacto desde hacía mucho (véase
la Ruta de la Seda, por ejemplo), tropezaron con un nuevo continente
ajeno para ellos, América, el cual tomó su nombre del italiano Américo
Vespucio. Lo que no les resultaba extraño fueron sus innumerables ri-
quezas naturales; aquellas nuevas tierras eran muy verdes y generosas
y empezaron a frotarse las manos ante tamaño botín. Tan sólo había
un pequeño problema para aquel importante descubrimiento, uno sin
importancia alguna para ellos: aquellas tierras ya estaban pobladas por
cantidad de sociedades con complejas y ricas culturas. Imagino que se-
gún lo verían aquellos colonizadores, y parece ser que aún sigue siendo
así, los nativos debían estarles agradecidos pues les habían encontrado,
antes de llegar ellos… ¡estaban perdidos!

La continuación de la historia es un despropósito de atrocidades


cometidas en nombre del progreso y la religión en las que toda forma
de vida debía rendirse a los pies de los nuevos señores de tez pálida y
brillantes corazas. Por otro lado, las enormes posibilidades que ofrecían
las Américas exigían de gran cantidad de mano de obra y debido a
ello otro de los grandes negocios de la historia, incluida la más actual,
tomó nuevas dimensiones: la esclavitud, que afectó en gran medida al
continente africano. Todo pueblo era considerado inferior y fue some-
tido y convertido, de algún modo, en esclavo. Así pues los habitantes
de esos ricos lugares lo perdieron todo: identidad cultural, posesiones,
161
“Rompiendo las Reglas”

creencias, tierras, derechos… el hombre blanco se lo arrebató a través


del engaño y la fuerza. Las riquezas de estos importantes enclaves, de-
nominados colonias, fueron llevadas a Europa y se sumaron a las apor-
taciones de las colonias de otras zonas ya conocidas del planeta: África,
Asía, Oriente…

Las naciones de la vieja Europa, pues, se dedicaron a repartirse


el mundo como si de un pastel se tratara y desplegaron sus influencias,
por decirlo suavemente, allí por donde pasaban. Desde entonces otros
jugadores se han sumado a este juego: ver quién influye más en el resto
del mundo para extraer un beneficio propio. Con el tiempo, aunque las
formas han cambiado, el juego se ha mantenido exactamente igual: el
Renacimiento, la Ilustración, la Independencia Americana, la Revolución
Francesa, la Revolución Industrial, el Capitalismo, la Globalización Mun-
dial… Se pasó de un colonialismo presencial y violento a otro financiero
más disimulado, que aplica la misma desigualdad a través de la aparen-
temente inofensiva presencia del dinero.

Un pequeño apunte personal, uno más: los que mandaban siem-


pre quisieron seguir haciéndolo por lo tanto nunca han concedido esa li-
bertad que hoy la gente cree tener; para mantener la esclavitud se creó
el trabajo remunerado y otras tantas triquiñuelas que han obligado a
las antiguas colonias, e incluso a sus propias naciones y compatriotas, a
seguir bajo el yugo de las mismas manos explotadoras, que en nombre
del progreso continúan esclavizando a su antojo el mundo entero.

El Único Color que Importa… el Color del Dinero.

Pues lo dicho, el juego sigue en marcha y son las mismas manos


las que reparten la baraja, y ya sabéis lo que dicen: la banca siempre
gana… siempre. Tristemente la nuestra también fue una de aquellas
naciones que se dedicaron a extender su sombra por todo el globo,
hasta que un día peces más grandes nos hicieron soltar presa y Espa-
ña se convirtió en otro de eso países obligados a bailar al ritmo de los
mandamases. No son pocos los que añoran aquel tiempo de esplendor
sin lamentar, o cuestionar mínimamente, las atrocidades cometidas por
nuestros antepasados.
162
6.f -Di no a la intolerancia

Fijémonos en una cosa: la mayoría de inmigrantes viene a ha-


cer trabajos que casi ningún español, u occidental, suele querer ha-
cer. Y otra cosa más: en otros tiempos, y debido a esto último, los
inmigrantes eran bienvenidos. Esto quiere decir que las personas sí
tenemos la capacidad de aceptar, acoger y tratar bien a otras perso-
nas. ¿Qué es, o quiénes son, entonces lo que nos hace cambiar de
opinión? Respuesta: el mismo juego y los que en estos momentos lo
dirigen. Según sus intereses hacen pensar a todos que esto o aquello
es más conveniente, y entre las cosas que creen que pueden decir-
nos es cómo gestionar nuestra capacidad como seres humanos. Todo
para que ellos puedan seguir llenándose los bolsillos. Pero, si cambia-
mos esos intereses tan egoístas por otros… ¿no podríamos también
cambiar de forma de pensar? ¿No podríamos romper sus reglas e
incluso llegar a cambiar el juego?

Ciertamente la situación actual de nuestro país es grave. Las


condiciones empeoran, las oportunidades escasean y desde ésa pers-
pectiva no son pocos los que se creen con derecho de cerrar las puer-
tas y exigirles a los extraños que nos devuelvan lo que parece ser
nuestro. Pero menos aún son los que se acuerdan de que no hace de-
masiados años, por ejemplo, miles de españoles tuvieron que emigrar
para ganarse la vida. Preguntadles a vuestros padres o abuelos y a
buen seguro ellos os contarán la historia de algún familiar o conocido
que tuvo que marchar a buscar trabajo a Francia, Alemania, Suecia,
Argentina… ¿Qué les obligó a marcharse fuera? España también es
un pueblo de emigrantes y por ese motivo, y por muchos más, no-
sotros deberíamos saber ofrecer al inmigrante la acogida que todo
ser humano, que tan sólo busca mejorar la condición de vida de los
suyos, merece.

En estos momentos este macabro juego está obligando, de


nuevo, a muchos españoles/as a abandonar, con tristeza, sus seres
queridos y su país. Mucha gente con estudios superiores está traba-
jando de camarero o niñera en otros países. Otros, en cambio, encon-
traron lo que fueron a buscar aunque el precio a pagar también fue
alto. ¿Qué pensarán de ellos los habitantes de esos lejanos lugares?
¿Cómo les recibirán y tratarán? ¿Nos veremos obligados nosotros a
vivir algún día esa misma situación?
163
“Rompiendo las Reglas”

Lo que está claro es que los jugadores, los seres humanos, no


pueden dejar de serlo pero lo que sí podemos intentar cambiar es el
juego. Un juego que es capaz de explotar a países enteros y de ma-
niatar a sus habitantes, yéndose a otra parte cuando allí se acaba el
chollo. Es algo costoso y complicado de conseguir, más conforme pasa
el tiempo, pero desde hace mucho se ve que un juego basado en la
competitividad no es del todo bueno y que más caro nos saldrá a todos
nosotros si no reaccionamos, y me da la impresión de que ya llegamos
bastante tarde. Si esto es así… ¿por qué seguimos jugando si no nos
gusta o si no nos conviene realmente?

Sois aún jóvenes, cosa que también se arreglará, pero, aunque


no podéis alcanzar a ver la despiadada naturaleza del juego al que ha-
bréis de jugar de mayores, ya habéis empezado a jugar, todos lo hemos
hecho. La historia habla de años dorados de descubrimientos asombro-
sos pero la realidad es que nuestras modernas culturas y sociedades
se han construido gracias a todo lo que les hemos robado a otros pue-
blos. Es decir: hemos construido sobre una mentira, y no contentos con
eso a día de hoy seguimos sin permitirles levantar cabeza.

No sé si es posible devolverles todo lo que les fue arrebatado


pero lo que sí podemos hacer ahora es ofrecerles un trato respetuoso y
digno e intentar, en la medida de lo posible, que sus aventuras en nues-
tros queridos países puedan tener algunas pinceladas de amabilidad
y comprensión, entendiendo el enorme valor y el gran coraje que son
necesarios para realizar tantos sacrificios. Esta sería una buena forma
de pagar la deuda de honor que hemos contraído con ellos, los verda-
deros aventureros de la humanidad.

Por otro lado, la tolerancia no se aplica únicamente a la inmigra-


ción, sino que es algo que debemos practicar todos los días en nues-
tro propio entorno. Ser tolerante no es más que mostrar la capacidad
de aceptar a otras personas independientemente de su origen, color,
credo o condición social/económica. La tolerancia también incluye sa-
ber dar valor a las diferencias, buscando en ellas otros estímulos que
nos ayuden a ampliar nuestras miras y oportunidades. Ser tolerante es,
pues, la actitud consciente de aquellos que saben valorar la diversidad
y riqueza que cualquier forma de vida pueda aportar.
164
6.f -Di no a la intolerancia

Y de momento aquí lo dejo. Como siempre os invito a seguir


curioseando sobre los temas que tratamos en nuestras charlas. Os in-
vito a dudar sobre lo que os he contado, buscad más información en
otras fuentes, utilizad el coco y formad vuestra propia opinión. Y lo
mismo con cualquier otro tema. Los Guerreros Inteligentes no suelen
conformarse sólo con las cosas que les cuentan, por eso llegan a ser in-
teligentes. Gracias por leerme con tanta avidez y por permitirme seguir
a vuestro lado.

Intentando Resumir un Poco:

- inmigrar suele ser algo que afecta a poblaciones pobres de países


pobres,
- la inmigración es un fenómeno que se da por la necesidad de sobre-
vivir u ofrecer un futuro mejor a los seres queridos,
- actualmente es algo que ocurre, casi exclusivamente, por motivos
económicos,
- los pobres son inmigrantes… los ricos turistas,
- la pobreza de estos países y de sus habitantes se debe, normalmente,
a los saqueos que sufrieron en el pasado y a las duras condiciones que
se les sigue imponiendo en la actualidad,
- nuestro país fue una de aquellas potencias que en el pasado perjudi-
caron a otros pueblos y naciones,
- debido a las nuevas tendencias e ideologías surgidas en los países
occidentales ricos del sistema colonial se pasó al neocolonial y de éste
al neoliberalismo económico… capitalismo,
- el deseo de obtener mayores ganancias a cualquier costa hace del sis-
tema capitalista uno que genera desigualdad, escasez, pobreza, muer-
tes por desnutrición, contaminación…
- por lo general los inmigrantes suelen ser bienvenidos, si el sistema
dice necesitarlos, para llevar a cabo tareas que los habitantes del pro-
pio país no suelen querer desempeñar,
- debido a que el sistema capitalista controla los recursos, la produc-
ción, la industria, la economía y los medios de comunicación (aunque
no todos) no les resulta difícil manipular, de algún modo, la información
que recibimos sobre estos temas y la opinión que debemos tener al
respecto, generando una especie de Síndrome de Estocolmo Social,
165
“Rompiendo las Reglas”

- si el juego capitalista no nos gusta tal vez podríamos buscar la manera


de participar lo menos posible de él,
- España también es un pueblo de emigrantes por lo tanto los espa-
ñoles deberían comprender la necesidad de otros pueblos y de sus
habitantes,

Práctica:

1. ¿Tenías algún tipo de información sobre este tema? ¿De qué medios
la obtuviste?
2. ¿Cuál era antes tú opinión personal al respecto? ¿Conoces la opinión
de tu familia?
3. ¿Cuál es tu opinión ahora? ¿Ha cambiado de alguna manera después
de tener un poco más de información?
4. ¿Conoces la historia de alguien, español o extranjero, que se en-
cuentre en esta situación? ¿Qué te parece que los españoles vayan a
otros países en busca de mejores oportunidades?
5. ¿Cómo crees que afrontarías tú el hecho de tener que irte a trabajar
al extranjero?
6. ¿Crees que hay personas que piensan que los extranjeros no deben
venir aquí pero en cambio no ven ningún problema en que los españo-
les vayan a trabajar fuera? ¿Qué opinas sobre eso?
7. ¿Qué cosas crees que podrías hacer para no contribuir en el juego
del consumismo y la desigualdad?
8. ¿Vas a buscar más información por tu cuenta ahora que sabes un
poco más sobre el tema?

¿Sabías que…

- … hace 70 mil años comenzaron las primeras migraciones desde el


continente africano hacia el resto del mundo?
- … en la España de la época colonial, en su máximo apogeo, nunca
se ponía el sol? Esto se decía porque nuestro país tenía sus colonias
repartidas prácticamente por todo el mundo y cuando en uno de estos
lugares era de noche en cualquiera de los otros brillaba el sol,
- … casi toda la tecnología moderna que utilizas necesita de gran can-
166
6.f -Di no a la intolerancia

tidad de minerales que son extraídos por grandes multinacionales de


países pobres o deprimidos? Además, esa tecnología está diseñada
para que deje de ser funcional al cabo de poco tiempo, con lo cual
son necesarias más de estas materias primas, fomentando guerras ge-
nocidas, consumismo y desigualdad. Este fenómeno, provocado para
obtener más ganancias, se conoce como obsolescencia programada.
- … hay documentales en la Red que hablan sobre todas estas cosas?
“El Orden Criminal del Mundo”, “Thrive”, “Home”, “Diez mil millones”
y “El proyecto Venus” son algunos de ellos, los puedes encontrar en
Youtube con facilidad.

Algunas Recomendaciones Interesantes:

A continuación me gustaría sugeriros algunas películas bastante


interesantes que, de un modo u otro, ilustran los temas que hemos tra-
tado en este capítulo: “El Gran Dictador”, “Su Excelencia”, “Elysium”,
“Queimada”, “Apocalypse Now”, “Los Santos Inocentes”, “Doce Años
de Esclavitud”…
167
“Rompiendo las Reglas”

6.g violencia
“… Sólo podemos ser humanos ante otros iguales y si sabemos reflejar en
ellos todas las bondades que existen también en nosotros…”
168
6.g -Di no a la violencia

Si, como vimos en los artículos anteriores, el miedo y la inseguri-


dad, o la carencia de confianza y cariño, estaban detrás de todo mal que
el ser humano es capaz de sentir, es fácil comprender que la violencia
pueda, y suela ser, una de las reacciones que con más frecuencia se des-
prende de todas esas nefastas actitudes.

No hace falta que diga que la violencia está muy extendida por
todo nuestro mundo. Lamentablemente a diario podemos ser testigos,
directa o indirectamente, de situaciones que contienen, de una u otra
forma, una violencia manifiesta. Guerras, asesinatos, ejecuciones, lincha-
mientos, agresiones, pueblos enteros muriendo de hambre o sed, ciertas
medidas políticas… Son hechos que muestran una violencia fácilmen-
te reconocible. Pero creo que aquí debemos trabajar sobre actos más
cotidianos, y cercanos a nosotros, que, aunque no lo parezca, también
pueden entrañar cierto grado de violencia y que, si no caemos en la
cuenta, pueden hacernos partícipes de esta nada provechosa forma de
proceder.

Así pues, podemos encontrar violencia en pequeños gestos


como el trato recibido por compañeros y/o amigos e incluso en el len-
guaje y vocabulario que empleamos o recibimos a diario. Estos compor-
tamientos tensan las relaciones pues, aunque no se reconozcan como
violencia, provocan malestar y su continuidad puede hacer que nos
acostumbremos a ellos y que incluso seamos nosotros mismos quienes
los empuñemos contra otros. Puede también que esta costumbre sea
la que sirva para alimentar conflictos a mayor escala, como guerras, y
los argumentos de aquellos que dicen que la violencia está en la misma
esencia del ser humano, sugiriendo con ello también que poco, o nada,
podemos hacer por corregir este tipo de comportamientos. Ni que decir
tiene que este último planteamiento me parece muy limitante, que no
enteramente falso, y por lo tanto también insuficiente para la labor que
nos traemos entre manos.

Una vez más debemos estar alerta frente al entorno que nos ro-
dea, mostrándonos críticos ante sus influencias, modelos, reglas y heren-
cias; y una vez más no debemos, y no tenemos porqué, conformarnos: si
algo no nos satisface, si algo nos hace sentir mal… no tenemos porqué
mantenerlo. Sí es verdad que estos condicionantes existen, pero no es
169
“Rompiendo las Reglas”

menos cierto que también tenemos la capacidad de cuestionarlos y su-


perarlos en pos del bienestar y la libertad, si hay verdadera voluntad
para ello.

Un paseo por el Tiempo

A día de hoy no son pocos los conflictos que se están desarrollan-


do en el mundo. No importa que leáis estas líneas dentro de algunos años,
probablemente estas o aquellas naciones habrán encontrado una buena
excusa para comenzar un nuevo conflicto armado. De hecho la historia de
la civilización occidental se construyó con la violencia como estandarte.

Si hacemos un ejercicio de memoria histórica, curioso término


creado por personas con muy poca voluntad de recordar, podremos ver
que cada pocos años, contando desde la actualidad y yendo atrás en el
tiempo, se produce algún tipo de gran conflicto bélico en el mundo. Y así,
retrocediendo en el calendario, podemos llegar hasta la época de la Gre-
cia Clásica, considerada una de las mayores influencias de nuestra actual
cultura. Allí se dieron los orígenes de la democracia y de la política, por
eso nos hemos detenido ahí pues, precisamente, estos conceptos pudie-
ron haber surgido para intentar organizar y regular la convulsa convivencia
entre las antiguas regiones y tribus del mundo helénico, enfrentadas en
innumerables y cruentas guerras.

Las guerras, en teoría, surgen cuando existen conflictos que no en-


cuentran una solución por la vía diplomática. Vista la gran cantidad de con-
tiendas que podemos encontrarnos, y que ya se han registrado, se podría
decir que la guerra supone el fracaso de la diplomacia, de la política y de
la democracia. Y una de dos: o bien somos excesivamente tercos y no te-
nemos solución o bien aquella política, la misma que se practica ahora, ya
dejaba demasiadas opciones a los conflictos bélicos y a la violencia. Dicho
de un modo más sencillo y claro: la política y la democracia contemplan la
guerra como una herramienta lícita más de su propio sistema.

Entonces, encontramos unas guerras sucediendo a otras. Cuando


no fue aquí fue allá y si no fue antes fue apenas un poco más tarde. No
obstante ni la guerra ni la política han podido evitar posteriores conflic-
170
6.g -Di no a la violencia

tos. Pero la guerra, con su desgarradora violencia, sí puede asegurar


varias cosas tras su desenlace:

- un empate, buscado por las partes implicadas tras un enorme desgas-


te material y/o económico e innumerables pérdidas humanas o…

- un ganador y un vencido, el cual suele siempre guardar un amargo


recuerdo, uno peor que el vencedor, el cual le lleva a buscar la revan-
cha, tratando de recuperar lo perdido, con lo que de nuevo una guerra
llama, antes o después, a otra. Este escenario, este círculo sin fin, no
parece el mejor para establecer futuras y positivas relaciones,

Ha habido, y hay, guerras de todo tipo: por recursos, expan-


sionistas, económicas, preventivas, independentistas, religiosas, civiles,
por aires de grandeza… Ya sea por temor, codicia, castigo, extremismo
o intolerancia en la guerra siempre ha habido una parte que ha querido
imponer, o quitar, algo a la otra a través de la violencia. Y quizá este
simple verbo, imponer, pueda ayudarnos a entender cómo puede afec-
tar la violencia a nuestro entorno y a nosotros mismos.

La violencia es, pues, una de las actitudes que con más frecuen-
cia utilizan los adultos para resolver sus problemas, aunque de este
modo se generen otros. Menudos carapanes son estos mayores y me-
nudo es el ejemplo que nos ofrecen. Muchos no se enteran de la pe-
lícula pero aun así pretenden contárnosla. Creo que algunos de ellos
bien podrían ya fijarse un poquito en vosotros y en el cambio que estáis
mostrando.

La Violencia en la Vida Cotidiana

La democracia, con su política, ha permitido que la guerra se


convierta en un simple juego de choque de fuerzas e intereses del que
se desprende una sencilla ley: si quieres algo, cógelo y haz lo necesario
para lograrlo. Por ejemplo: si no me gusta el precio al que me dejas
el barril de petróleo o si te relacionas con este país en lugar de con
aquél… te la lío bien gorda. También tenemos como ejemplo la bien
conocida colonización del Nuevo Mundo, ya habéis leído el capítulo
171
“Rompiendo las Reglas”

titulado El Sueño Español. De esta forma la violencia es incluso, para


ellos, algo que puede estar muy justificado. Cierto es también que la
guerra se ha ido sofisticando alcanzando altos grados tecnológicos, pu-
diendo hacerse bien tranquilito a distancia, o que incluso ha adoptado
formas en apariencia más sutiles y benévolas como bloqueos económi-
cos, sanciones internacionales…

Siendo esta norma demasiado frecuente es, en cierto modo,


normal que tras tanto enfrentamiento a gran escala las relaciones entre
los individuos también se vean afectadas en su nivel más básico y sim-
ple. ¿Recordáis aquello que os dije en el primer capítulo de que habían
dos bandos enfrentados: el vuestro y el de los demás? ¿Lo recordáis? Si
queréis podéis echarle un vistazo. Y todo porque no nos sentimos bien
con nosotros mismos.

En este marco de gran inestabilidad no son pocos los que pre-


tenden buscar y conseguir aquellas cosas que nos hacen sentir bien a
cualquier costa, y digo esto habiendo dicho también que la mayoría
de personas procuran ese bienestar en la sociedad de las modas y el
consumismo. También os dije que este planteamiento tan sólo asegura
una mayor dependencia y un menor grado de libertad, con lo que el
individuo se va sintiendo cada vez más encerrado en sí mismo, aun sin
darse cuenta de esto en un principio, generándose debido a ello una
gran sensación de malestar que puede, y suele, desembocar en com-
portamientos violentos, tanto para él como para otros. ¿Cuáles son
estos comportamientos? Esperad que ahora viene una pequeña lista. A
ver si os suenan algunos:

- hablar mal a otras personas, gritando o utilizando tonos inapropiados,


- faltar al respeto,
- regalar insultos y cualquier otro tipo de lindezas similares,
- aprovecharse de la debilidad de otros para conseguir algún beneficio
propio,
- agredir físicamente a otras personas,
- enfadarse por cualquier motivo,
- imponer nuestra voluntad a través de la fuerza, la intimidación o el
miedo,
- discriminar a otras personas,
172
6.g -Di no a la violencia

- tener comportamientos y actitudes sabidamente inapropiados,


- intentar manipular a otras personas,
- intimidar o hacer sentir miedo a otros,
-…

Qué bonito ha sonado todo eso… ¿verdad carapanes? Lo que


todas esas cosas tienen en común es que, de entrada, suenan verdade-
ramente mal, además de que:

- dada su negatividad hacen sentir mal a aquellos que las reciben,


- también hacen sentir mal a aquellos que las practican, pues recorde-
mos que tan sólo denotaban que esas personas se sienten en realidad
muy mal y que, además, tienen gravísimos problemas,
- no provocan cambios positivos en nosotros mismos, o en nuestro en-
torno, que nos puedan ayudar a alcanzar nuestro propio bienestar,
- no provocan buenas sensaciones ni ofrecen estímulos positivos en
aquellos que las reciben, por tanto se mostraran más cerrados y agre-
sivos ante nosotros, nunca lo contrario,
- su empleo sí asegura que sigamos dentro de esa dinámica, tan ten-
denciosa como negativa, desde la cual es bastante complicado llegar
a actuar de una manera más positiva y productiva, colaborando en pos
de un bien común; de nuevo os remito al gráfico del segundo artículo.

Dejando la Violencia a un Lado

Colaborar, precisamente lo contrario que imponer. He aquí otra


buena y bonita palabra para nosotros. Fijaos, ya hemos dicho que no
estamos solos en este mundo y que, aun sin quererlo, compartimos sí
o sí protagonismo con muchas personas en la obra de la vida. También
vimos cómo otras personas pueden llegar a influir tanto negativa como
positivamente si las dejamos y que incluso nos podemos inspirar y apo-
yar en el buen ejemplo de otros. Por tanto, colaborar y saber compar-
tir, que no imponer, será fundamental en nuestra aventura vital. Sólo
podemos ser humanos ante otros iguales y si sabemos reflejar en ellos
todas las bondades que existen también en nosotros. Ofrecer violencia
y agresividad queda muy lejos de todo esto, es precisamente lo opues-
to, y en absoluto sirve de base para crear un escenario más amable y
173
“Rompiendo las Reglas”

generoso sobre el cual podamos convivir con cierta calma y armonía.


La tarea que estamos proponiendo es monumental, por lo que no nos
vendrá nada mal tener un poquito de ayuda de otros, a fin cuentas es
un esfuerzo que todos debemos realizar por el bien común.

Para colaborar es necesario comprender a los demás, aunque


tan sólo sea un poquito; para intentar lograr esto viene muy bien po-
nerse en la piel de la otra persona y a esto último se le llama tener
empatía. Empatizar es eso mismo: aceptar que nosotros mismos somos
capaces de cometer los mismos fallos que las otras personas, incluso
los peores y más horrendos, y supone, al mismo tiempo, realizar una
auto-crítica cuando veamos en otros esas malas actitudes, preguntán-
donos si también nosotros actuamos así en alguna ocasión. De hecho
muchas veces la violencia surge cuando:

- no entiendo algo o a alguien,


- no acepto algo o a alguien,
- siento miedo de algo o alguien, como consecuencia directa de los dos
puntos anteriores,
- no soy capaz de controlar mi ignorancia, entendiendo esto como la
incapacidad de hacer las cosas propuestas en el párrafo anterior al res-
pecto de la colaboración y la empatía, aquellas cosas que, además,
podrían librarnos de caer en los tres puntos anteriores a éste.

Es una verdadera tragedia que muchos conflictos cotidianos


sean consecuencia de esta ignorancia, es decir del profundo desco-
nocimiento y despreocupación por los demás. Es más, me atrevería a
añadir incluso que vosotros mismos no tenéis claro, en algunas oca-
siones, cuál fue la razón que en este momento os impide ofrecer un
gesto amable a personas queridas. Por ejemplo, ¿recuerdas por qué
dejaste de darle abrazos a tu madre? ¿Sabes cuándo empezaste a ha-
blarle mal a tu abuelo? Ojalá podáis daros cuenta de lo infructuoso que
resulta continuar actuando así. ¿De verdad queréis seguir enfrentados
con unos y otros? Dejemos de juzgar y actuemos de manera valiente
amigas y amigos. Hagamos lo propio y si los demás no mueven ficha tal
vez debamos ser nosotros quienes empecemos con una buena jugada
maestra, una que les descoloque y que deje de lado la violencia e invite
a la conciliación.
174
6.g -Di no a la violencia

Cómo he dicho, es una auténtica pena que ni unos ni otros se-


pamos bajarnos del burro para dar algo tan sencillo, pero a la par tan
gratificante y hermoso, como un liberador abrazo. No subestiméis nun-
ca los grandes poderes de los abrazos y del cariño. Os invito a probar-
lo, aunque de hecho… ¡ya nos saludamos y despedimos todos los días
con uno!

¿Qué Puedo Hacer si Sufro algún tipo de Violencia o soy Testigo de


Ella?

¿Sabéis aquello de que dos no riñen si uno no quiere? Esa podría


ser una buena máxima para nuestro entrenamiento, ¿no os parece? Tene-
mos que hacer lo mismo que hemos estado viendo hasta ahora: si algo no
nos satisface, o no nos sienta bien, tenemos todo el derecho del mundo a
decir BASTA, a decir NO. Del mismo modo que renunciamos a sentirnos
mal, al miedo, al enfado, a la culpa, a la intolerancia… De la misma manera
podemos poner freno a la violencia.

¿Qué no siempre es fácil? Desde luego que no, de hecho casi nun-
ca nada lo es. Pero ése no me parece motivo suficiente para no intentarlo.
Lo que sí puede facilitarnos un poco el asunto es echar mano de todas
esas cosas que ya hemos ido viendo a lo largo de todos los artículos ante-
riores. Si en clase nos funcionan esas cosas… ¿por qué no iban a funcionar
también fuera de ella? Tan sólo es una Cuestión de Actitud; tan sólo se
trata de ir Aprendiendo a Escoger; apenas hay que tener más de ganas de
Sentirse Bien que de sentirse mal.

En ocasiones para eludir la violencia basta con evitar cierto tipo de


ambientes, actividades o actitudes. Tal vez ese grupo de amigos que lo
resuelven todo a gritos y golpes o ir al parque a determinadas horas de la
noche a realizar ciertas fechorías con nocturnidad y alevosía pueda influir
negativamente de algún modo en nosotros. De nuevo deberemos ser muy
críticos y selectivos con nuestro entorno, pues nadie nos obliga a tomar
ese tipo de decisiones. A veces bien merece la pena renunciar a esas amis-
tades y actividades, o al menos revisarlas muy a fondo, y prepararnos bien,
en otros ámbitos y compañías o incluso en soledad si es necesario, para
futuras y más productivas relaciones.
175
“Rompiendo las Reglas”

Desde luego resulta mucho más sencillo eludir malas formas o ma-
las palabras que evitar, de manera no violenta, golpes o agresiones físicas,
sobre todo cuando estás en clara inferioridad física. Entonces, ¿qué pode-
mos hacer cuando nos veamos envueltos en ese tipo de situaciones?

- si las agresiones o vejaciones tienen lugar en el centro escolar debéis


notificar esos hechos a las autoridades del mismo: tutores, jefes de estu-
dios, directores… ellos deben ofrecer un marco de mínima seguridad en
el que la violencia física, y a ser posible de ningún otro tipo, tenga cabida;
vuestros padres, o tutores legales, también deberían ser conscientes de la
mala situación que podríais estar viviendo,

- si las agresiones son en el ámbito familiar y provienen de alguno de vues-


tros tutores legales (padres, madres, tíos, hermanos mayores…) debéis
poner en conocimiento de otro adulto de vuestro círculo esa mala situa-
ción para que os ayude a solucionarla; en caso de no obtener respuesta
favorable en casa acudid a las autoridades de vuestro centro educativo,
seguramente ellos sepan tutelaros y aconsejaros,

No paréis de buscar ayuda hasta que alguien responda a vuestra


llamada de auxilio. ¡No estáis solos! De nuevo vuelve a resultar impres-
cindible la ayuda de otros para superar un problema; puede incluso que
cuanto mayor sea el problema mayor vaya a ser la ayuda a necesitar. No
sintáis vergüenza por pedirla. Tampoco por vivir esas malas situaciones, si
es ese el caso, pues no las escogisteis ni provocasteis vosotros y suponen
sufrir, de la peor de las maneras, los problemas de otras personas. Quizá
al pedir ayuda a otros también estemos brindando, de algún modo, ayuda
a aquellas personas que nos infringen ese dolor, físico y emocional, tan
injusto como innecesario.

No sabéis cuánto me gustaría poder evitaros esos trances, mis jó-


venes Guerreros Inteligentes. No os podéis hacer una idea de cómo me
apena escuchar algunas de vuestras desventuradas vivencias. Aunque, por
otro lado, también me alegro porque el hecho de que las queráis contar
deja ver las ganas que tenéis de sentiros bien y de mejorar vuestras vi-
das. Y os diré algo más, que sepáis reconocer todas esas situaciones ya
supone, además de una gran valentía, una denuncia a la violencia y es
también, por tanto, el inicio de su rechazo.
176
6.g -Di no a la violencia

Así que, una vez más, debo descubrirme ante vosotros y felici-
taros por la gran madurez y sensibilidad que estáis demostrando, pues
aunque no seáis conscientes de ello ya habéis empezado a cambiar y
a entender por qué necesitáis hacer las cosas de un modo distinto. ¡Ya
habéis empezado a transformar vuestro mundo! ¡No os detengáis aho-
ra! ¡Seguid así! Aquí me despido ya… ¡hasta el siguiente abrazo!

Intentando Resumir un Poco:

- emociones y actitudes como el miedo, la inseguridad, la falta de ca-


riño o de confianza pueden derivar en algún tipo de comportamiento
violento,
- palabras, gestos o actitudes de nuestro día a día pueden contener
cierto grado de violencia,
- estar expuesto durante mucho tiempo a la violencia puede hacer que
la lleguemos a ver como una forma normal y natural de reaccionar,
cuando esto no debería ser así,
- el mundo de los adultos es bastante competitivo y violento, esto des-
emboca en un clima de crispación y desconfianza generalizada que tan
sólo invita a continuar por ese mismo mal camino,
- debido a esa violencia generalizada es normal que las relaciones in-
terpersonales también se vean regidas por los mismos dudosos valores
de competitividad,
- malas formas, insultos, envidias, discriminación, agresiones físicas y/o
verbales, enfados, manipulaciones y chantajes… todos ellos son gestos
y actitudes violentas que no favorecen en nada la convivencia entre las
personas,
- la violencia también surge de la ignorancia que genera el miedo a lo
desconocido o a aquellas cosas que no podemos comprender,
- intentar comprender a los demás, empatizar con ellos en lugar de
imponer, puede ayudarnos a sentir menos miedo, a sentirnos menos
amenazados y a tener reacciones menos violentas,
- colaborar también será de gran ayuda para comenzar a establecer las
bases de una convivencia no violenta más firme y perdurable,
- alejarse, pedir ayuda o buscar apoyo en otras personas también pue-
de ayudarnos a superar situaciones que contengan algún tipo de vio-
lencia,
177
“Rompiendo las Reglas”

- si sufres algún tipo de violencia física lo más adecuado sería buscar


ayuda y poner en conocimiento de algún adulto tu situación,
- reconocer la violencia de otros y admitir la propia supone el primer
paso para su rechazo y posterior abandono,

Práctica:

1. Para variar lee con atención el artículo y subraya y pregunta el sig-


nificado de toda palabra o expresión que te resulte desconocida. No
hay vergüenza cuando de aprender se trata y a nosotros… ¡nos gusta
tanto aprender!
2. Tomando el instituto y las clases como escenario…
- ¿podrías realizar una lista exponiendo 5/10 gestos o actitudes que a
tu parecer podrían considerarse violentas?
- ¿crees que podrían haber otro tipo de soluciones que no incluyeran
la violencia?
3. Tomándote ahora a ti como protagonista en el mismo escenario…
- ¿serías capaz de criticarte y realizar una lista con posibles actitudes
violentas que tú pudieras tener en algún momento dado?
- ahora que eres un poco más consciente de esas situaciones… ¿se te
ocurre alguna forma más amable de proceder en esas mismas situacio-
nes?
- ¿podrías escribirlas?
4. Tomando ahora tu ámbito familiar como escenario…
- ¿podrías realizar una lista exponiendo 5/10 gestos o actitudes que te
hacen sentir amenazado o mal y que a tu parecer podrían considerarse
violentas? Incluye también las tuyas.
- ¿se te ocurre algún tipo de soluciones para alguna de esas situacio-
nes?
-¿podrías escribirlas?
(escribe sin miedo y con toda la franqueza que te sea posible todo
aquello que creas oportuno, después no tendrás que leerlo o compar-
tirlo con nosotros si no quieres; pero debes saber que, si lo necesitas,
puedes confiar en tus compañeros o comentarme en privado cualquier
tema que te preocupe)
178
6.g -Di no a la violencia

Algunas Citas Interesantes:

- “Guardadme de la violencia, ya se exprese mediante la lengua, el


puño o el corazón”, “La violencia no es el remedio, tenemos que hacer
frente al odio con el amor”. Martin Luther King
- “La violencia es el último recurso del incompetente”. Isaac Asimov
- “No hay que apagar la luz del otro para lograr que brille la nuestra”.
Gandhi
- “Ninguna cosa impuesta por la violencia será duradera. La violencia
lleva implícita en sí misma la debilidad”. Paul Valéry
- “La violencia es miedo a las ideas de los demás y poca fe en las pro-
pias”. Antonio Fraguas
- “¡Soldados! ¡No luchéis por la esclavitud! ¡Luchad por la libertad!”, de
la película “El Gran Dictador”, de Charles Chaplin
- “… de quién debo defenderme si no conozco enemigo, si el sonido
de las balas ya me produce terror…”, de la canción ¿Qué puedo hacer
yo?”, Celtas Cortos

Algunas recomendaciones interesantes:

En “American History X”, Derek es un joven skin head de mar-


cada ideología neonazi que termina en la cárcel por asesinato. Allí se
preguntará por los motivos que le han conducido a esa situación y a
sentirse tan enfadado con la vida, cayendo en la cuenta de que su in-
fancia fue el principio de todo. Su poco cariñoso padre era un policía
alcohólico y racista que maltrataba a su mujer y a sus hijos. Al crecer en
este ambiente tan hostil y violentó Derek hizo suyas, sin darse cuenta
y con toda naturalidad, esas malas conductas, así como también sus
terribles consecuencias. Finalmente Derek sale de prisión habiendo he-
cho las paces consigo mismo y con el mundo, dispuesto a enmendar
sus errores y a vivir la vida desde otro enfoque, opuesto al anterior.
Pero al volver a casa descubre que su hermano pequeño, quien lo ido-
latra, está siguiendo su pasos, los mismos que le condujeron a él a una
existencia llena de dolor y odio. Su esfuerzo se centrará ahora en hacer
comprender a su hermano pequeño cuán equivocado estaba e intentar
evitar que cometa los mismos errores.
179
“Rompiendo las Reglas”

Esta película es un gran ejemplo de cómo los valores que recibi-


mos de pequeños pueden condicionarnos hasta límites insospechados.
A la par es un gran resumen de este libro pues el protagonista sufre,
prácticamente, el mismo proceso que en él describo:

- se siente mal y cae en la cuenta de que necesita sentirse bien,


- cuestiona su mala actitud y comportamiento y decide buscar los mo-
tivos que le han empujado a esa situación,
- al revisar su herencia comprende que está repitiendo los mismos erro-
res que sus padres,
- decide que quiere algo mejor para su vida y que sí puede escoger su
propio destino,
- decide cambiar de actitud y decir NO a todas las malas actitudes del
pasado que tanto le condicionaron,
- decide aceptar sus errores y aprender de ellos, pedir perdón y per-
donar,
- decide decirle un gran Sí a la Vida y enfocarse al mundo de la manera
más constructiva y positiva posible.


180
181
“Rompiendo las Reglas”

6.h
182
6.h -Vocabulario de buenas y malas actitudes

- Hemos aprendido a decir No a…

creer que somos tontos, poco capaces o poco inteligentes


ser una pieza más del puzzle
sentir apatía y desinterés
sentirse mal
hablar mal
reaccionar mal
actuar sin pensar
hacer cosas que nos sientan mal
tener una actitud negativa y derrotista
mala situación, problema…
las soluciones o caminos sospechosamente fáciles
al conformismo
ver enemigos en los demás
conformarnos o rendirnos ante una mala situación y/o perpetuarla
seguir viviendo sintiéndonos mal
sentirnos presos de viejas y malas costumbres
dañar a otros
dejarnos llevar por las decisiones de otros o escoger por los demás
asumir la identidad de otros
ser un esclavo, una marioneta, alguien sin identidad propia…
huir de los conflictos interiores mediante los objetos materiales
lo superfluo, a lo exterior, a lo material…
seguir haciendo las mismas cosas si no dan buenos resultados
no cuestionar los porqués de nuestras elecciones
permanecer inmóviles en nuestro malestar
ser confiados y arrogantes ante el éxito
rendirnos ante el fracaso
el enfado
la culpa
la suerte
el miedo
el miedo a la muerte
la violencia
la intolerancia y la discriminación
183
“Rompiendo las Reglas”

- Y que deberíamos decir SÍ a…

creer en nuestras grandes posibilidades e inteligencia


ser un individuo capaz de convivir
ser curioso
sentirse bien
hablar bien
reaccionar bien
pensar antes de actuar
hacer cosas que nos sientan bien
tener una actitud positiva y vitalista
reto, desafío, oportunidad, aprendizaje, adaptación, crecimiento…
aceptar los grandes retos con alegría y buena disposición
superación personal
reconocernos como el único oponente a vencer
ver la posibilidad de transformar algo malo en algo de provecho
ser valientes para buscar nuestro bienestar
ser verdaderamente dueños de nosotros mismos y de nuestros actos
ser útil a otras personas
tomar nuestras propias decisiones
atrevernos a descubrir quiénes somos
perseguir la auténtica libertad
hacer frente a los conflictos, buscando su resolución
buscar en nuestro interior los verdaderos motivos de nuestra inquietud
probar a hacer cosas nuevas en busca de mejores resultados
ser críticos ante los motivos y resultados de nuestras elecciones
intentar mejorar y buscar el bienestar de otros
seguir en guardia incluso en el éxito
perseverar cuando no obtengamos los resultados esperados
mantener la calma y el control cuando algo no resulte como esperábamos
dejar atrás los errores del pasado desde el perdón y el positivismo
afrontar la vida con responsabilidad y conciencia
aceptar, con alegría y emoción, los constantes cambios que la vida ofrece
asumir que todo tiene un fin y que por ello debemos vivir con intensidad
valorar y respetar la integridad de los demás
aceptar otras formas de vida.
184
185
“Rompiendo las Reglas”

7.
“… A través de la persecución de la satisfacción y el bienestar propios
podemos desarrollar y mejorar nuestro interior e incluso podemos aportar
cosas positivas a nuestros semejantes y a nuestro entorno…”
186
7. -Di sí a la vida

¿Os parece casualidad que este capítulo esté en la recta final


del libro? Pues, visto lo visto, no. Mirad, hasta el momento nos he-
mos estado preguntando cómo nos sentimos y por qué; hemos visto
la gran cantidad de condicionantes a los que estamos expuestos y
cómo pueden llegar a nublar nuestra voluntad, nuestra libertad de
elección y nuestra comprensión sobre nosotros mismos o la propia
vida. Hemos visto cómo reaccionar ante unas cuantas actitudes nada
recomendables que también pueden llegar a minar la confianza en
nosotros mismos. Hemos revisado ejemplos de todo tipo y hemos
hablado mucho, hemos hecho ejercicios e incluso listas.

Ahora, que ya sabéis un poquito más sobre cómo funcionáis


vosotros y también los demás, ha llegado el momento de cogerlo
todo y decir un gran Sí a la Vida, porque:

- si no sabías que eras inteligente, ¿cómo hubieras podido empezar a


actuar como tal?
- si no sabías que escuchar cosas malas y decirlas podría ser malo para
ti y para otros, ¿cómo ibas a querer dedicar y escoger pensamientos
y palabras más amables?
- si no sabías que tenías tantos condicionantes y que sí tienes capaci-
dad de elección, ¿cómo ibas a atreverte a vivir y decidir por ti mismo?
- si la vida ha sido tan dura contigo, ¿cómo podías imaginar que cam-
biando de actitud ésta podría transformarse en una gran, intrigante y
sorprendente aventura?

Pues bien, también os he dicho ya todas estas cosas ¿Y todo


esto por y para qué? Pues nada más y nada menos que para levanta-
ros un poquito los ánimos; para que sepáis que no estáis solos en este
mundo y que al menos un adulto, aunque sea un carapán como yo,
os comprende. También porque no podemos quedarnos encerrados
en nosotros mismos, seríamos prisioneros dentro de nuestras bonitas
armaduras de guerreros. Pero eso no sería demasiado inteligente y
vosotros sí lo sois.

Las armaduras pueden ser muy atractivas, brillar mucho y pro-


tegernos, pero ya os he dicho también en alguna ocasión que la vida
no es sólo un lugar al cual se viene a sufrir o un cruel campo de bata-
187
“Rompiendo las Reglas”

lla. La vida está repleta de cosas maravillosas y es más deslumbrante


que la más bruñida coraza y más preciosa que cualquier hecho atroz
que podáis imaginar. Por doquier, si tenéis ganas de encontrarlas, po-
déis ver a muchas buenas personas actuando con ejemplaridad. Las
armaduras, amigos y amigas, nos pueden negar el contacto con toda
esa alegría y bondad. Por ello los Guerreros Inteligentes prefieren ir
bien ligeros, casi desnudos y libres de cargas, para poder empaparse
y sentir la alegría y el gran gozo que supone vivir bien.

¿Por Qué Es Bueno Vivir Bien?

Creo que ya tenemos bastantes argumentos para comprender,


de una vez por todas, que vivir mal no es una opción válida que de-
bamos contemplar como estilo de vida. Así pues tan sólo nos queda
la otra única opción: vivir bien… o al menos intentarlo. Y sucede que
incluso a intentarlo se le coge el gustillo y que, de tanto intentarlo, al
final se acaba consiguiendo.

Desde luego que la vida es tanto mejor si nos rodeamos de co-


sas buenas: buenos pensamientos, buenas palabras, buenas acciones
y gestos, buenas personas, buen entorno… Pero este mundo no es
ideal, al menos no todavía, así que parece ser que deberemos buscar
estímulos, e incluso saber provocarlos, que nos impulsen hacia delan-
te con energía y optimismo. Para tal fin es conveniente sentir curiosi-
dad por la vida y las cosas que ésta nos pueda ofrecer, algo del todo
imposible desde un enfoque apático, otro motivo más para intentar
vivir bien.

Pero, si la vida ofrece un amplio abanico de posibilidades…


¿por dónde empezar? Pues empieza por tener muchas ganas de vivir-
la. Tal vez puedas continuar buscando desarrollar y/o potenciar algu-
nas de tus habilidades o inquietudes. Es decir, puedes preguntarte:
¿en qué cosas puedo ser bueno? ¿Qué quiero hacer? ¿Qué podría
ofrecerle yo a la vida? ¿Qué me gustaría recibir? Sin duda tienes mu-
chas y grandes cualidades, pues no debes olvidar nunca que eres muy
inteligente, inquieto, alegre, curioso… Una base inmejorable para en-
trenarse o adquirir otras tantas, las que tú te propongas.
188
7. -Di sí a la vida

Así pues, busca aquellas buenas cosas que, de un modo u otro,


te ofrezcan satisfacción. Me veo en la obligación de recordaros que
la satisfacción no proviene tan sólo de hacer algo muy bien, sino que
también debemos aprender a valorar el proceso mediante el cual con-
solidamos esas destrezas, evitando así la frustración y abandonar a la
primera de cambio. La satisfacción obtenida de este proceso es mucho
más perdurable y placentera que la que cualquier objeto material nos
pueda aportar pues, entre otras cosas, nos ayuda a dar verdadero valor
a aquellas cosas que llegan a través del esfuerzo y la fuerza de volun-
tad. Tener un objetivo deseable y claro nos ayudará a comprender me-
jor el porqué del aprendizaje, aceptando sus subidas y bajadas como
parte natural del proceso.

Resulta que para llegar a dominar alguna materia es necesario


invertir mucho esfuerzo, empeño, tiempo, alegría, voluntad, paciencia,
ganas de mejorar… Cuando aprendes e intentas ser mejor en algo te
estás mejorando a ti mismo, y esto es así independientemente del re-
sultado obtenido. Y lo mejor es que habiendo hecho este arduo, pero
grato, esfuerzo podrás aplicar ese aprendizaje, ese dominio y ese co-
nocimiento de ti mismo a cualquier otra materia. Obvio que algunas
cosas cuestan más que otras, pero sin esfuerzo, empeño, tiempo, ale-
gría, voluntad, paciencia, ganas de mejorar… sin todo eso no se consi-
gue absolutamente nada.

¿Os pongo un ejemplo de lo anterior? Mirad un buen capoeiris-


ta, uno que se haya dedicado mucho tiempo a la Capoeira y que haya
cultivado bien todas y cada una de sus facetas, tiene todo un mundo
de posibilidades frente sí pues:

- puede aplicar los conocimientos musicales para tocar otros instru-


mentos o participar en grupos o eventos ajenos a la capoeira;
- debido a sus grandes cualidades y habilidades físicas y rítmicas puede
trabajar como acróbata, actor, modelo o bailarín;
- puede cursar estudios superiores de Educación Física, Fisioterapia,
Medicina, Quiromasaje, Orientador Social… para completar su forma-
ción como atleta y para aprender cómo enseñar y cuidar bien de otras
personas;
- como consecuencia de las grandes connotaciones históricas que la
189
“Rompiendo las Reglas”

esclavitud tuvo en la capoeira y el mundo puede convertirse en un gran


estudioso y conocedor de la historia universal;
- puede utilizar la alegría y entusiasmo que desprende su buen hacer
para colaborar en programas de inclusión social;
- puede dar clases que, a la par para divulgar las excelencias de la Ca-
poeira, sirvan también para inculcar todos estos valores tan deseables
y positivos;
- para mejorar su mensaje puede dedicarse a leer sobre didáctica, me-
todología, historia, filosofía, ética… y terminar por escribir su propio
libro sobre ética para aportar su pequeño granito de arena a este mun-
do.

Ya veis como a través de la persecución de la satisfacción y el


bienestar propios podemos desarrollar y mejorar nuestro interior e in-
cluso podemos aportar cosas positivas a nuestros semejantes y a nues-
tro entorno, cosas que realmente favorezcan una convivencia apta y
apacible para todo el mundo. Una vez más se confirma: el bien propio
no está reñido con el bien común. Incluso algunas veces, sino todas,
nuestro bienestar depende, en cierta medida, de aquellas cosas que
podamos aportar a la sociedad para mejorar este mundo.

Para Vivir debes estar dispuesto a Intentarlo

Grandes maestros en eso de la curiosidad, la alegría y el volverlo


a intentar son los bebés y los niños pequeños pues todo les parece in-
creíble y sorprendente. Y aunque ya no os acordáis vosotros seguisteis
el mismo proceso que ellos, porque también vosotros fuisteis niños pe-
queños un día. También vosotros quedasteis embobados ante objetos
que pendían sobre vosotras rechonchas caritas felices, intentasteis en-
cajar coloridas piezas en huecos equivocados, balbuceasteis e hicisteis
reír a carcajadas a los adultos hasta conseguir articular el lenguaje de
forma apropiada, os caísteis muchas veces antes de aprender a andar
o ir en bicicleta… De una manera muy natural y espontánea ya dijisteis
Sí a la Vida… ¿por qué no seguir haciéndolo ahora?

Puede que una de las diferencias entre el aprendizaje de un


niño y un adolescente sea que el fallo no tiene consecuencias negativas
190
7. -Di sí a la vida

en el caso de los primeros y es interpretado, por los adultos, como parte


natural del proceso. No sucede así con vosotros, que ya notáis desde largo
la presión que os imponen para obtener buenos resultados. Puede que
esa presión, ese miedo a fallar, al juicio y a la calificación sea la que, en
muchas ocasiones, nos mantenga inmóviles, paralizados ante la vida. Si el
miedo al fracaso o a las situaciones difíciles son lo que nos impide actuar
veamos, pues, qué más podemos hacer para superarlas. La vida debe ser
vivida desde la emoción, la actitud, la acción y la valentía. ¡A por ella en-
tonces!

¿Cómo Podemos Decirle Sí a la Vida?

Para seguir ayudándoos me gustaría ofreceros tres herramientas


concretas más; y digo concretas porque en realidad ya las estáis poniendo
en práctica desde el comienzo de nuestra entrañable relación. Así que
ahora tan sólo les pondremos nombre, que no apellidos, y las expondre-
mos algo más detalladamente. Estas tres herramientas son:

a. la Comprensión Emocional (CE), que no es más que mostrar la sensatez,


la inteligencia y la voluntad de sentirnos mejor en esta vida a través de la
comprensión de nuestras emociones actuales, buscando su origen para
intentar hacer la adecuada interpretación que nos ayude a proyectarnos
con alegría hacia el futuro; así pues la CE se encarga de gestionar las emo-
ciones y de equilibrarlas con nuestras inquietudes y necesidades pasadas,
presentes y futuras,

b. la Programación Positiva (PP), a través de la cual veremos la convenien-


cia de tener un enfoque positivo en la vida y cómo lograrlo,

c. la Teoría del 50% (T50%), mediante la cual podremos practicar y entre-


narnos en el arte de la buena elección, pudiendo hacer esto incluso cuan-
do nos equivoquemos en nuestras decisiones.

Estas tres estrategias suponen una excelente ayuda en la resolu-


ción de conflictos personales o para tomar decisiones. Pueden ser utiliza-
das por separado, pero juntas resultan mucho más eficaces, pues aúnan
de forma progresiva y ordenada:
191
“Rompiendo las Reglas”

- pensamiento y conciencia, (CE)


- actitud y voluntad, (PP)
- decisión y acción, (T50%)

Debo añadir que el proceso puede tener el sentido opuesto, co-


menzando por la parte física para llegar finalmente a la plena conciencia.
En realidad el orden no altera el resultado: o llegamos a ese conocimiento
propio trabajando de dentro hacia fuera o bien lo hacemos al revés, de
fuera a dentro.

¿Cómo Utilizar las Tres Herramientas del Sí?

Conforme entremos en materia veréis de qué tratan estas tres


estrategias que os sugiero. En principio lo importante es que las vayáis
practicando, utilizándolas como ejemplo. Pero en ningún caso son normas
o reglas cerradas que no admitan revisión o modificaciones. De hecho
puede que las necesiten. Por eso sigo pensando en ellas, en vosotros, en
mí mismo.

Tampoco son soluciones definitivas, y por mejor pinta que puedan


tener, por muy bien que puedan sonar, no son nada si no las cuestionamos
y ponemos en práctica. No son más que meras sugerencias que bien po-
drían, incluso deberían, ser adaptadas por vosotros según vuestras nece-
sidades personales. Las únicas normas de este modesto libro son: pensar,
criticarnos con intención positiva, querernos mucho y hablar y proceder
siempre de la mejor manera posible. ¿Os parece pedir demasiado? Segu-
ro que no.

Una vez las hayáis practicado y adquirido cierta pericia os iréis sintiendo
mejor y ganaréis confianza, incluso delante de los errores. Esto os invitará a ser
creativos y a poner a prueba vuestras propias estrategias, basadas en vuestras
experiencias personales; os empujará a pensar y actuar por vosotros mismos.
De hecho sería más que deseable que algún día vosotros mismos aprendierais
a desarrollar vuestras propias estrategias de acción. Porque, de aquí unos años,
¿quién os conocerá mejor que vosotros mismos? Absolutamente nadie. En rea-
lidad ésa también es una de las metas propuestas por este libro: comenzar a
recorrer el camino que nos conducirá al autogobierno.
192
7. -Di sí a la vida

¿Y por qué es tan importante aprender a desarrollar nuestras


propias herramientas y estrategias? Pues simplemente por aquello que
decía en el quinto y en el sexto capítulo al respecto de aprender a
tomar nuestras propias decisiones. Desde luego al principio sí es nece-
sario algún tipo de guía o disponer de algunos buenos referentes que
nos ayuden a comenzar el proceso. Pero habiendo hecho esto no creo
muy apropiado seguir ciegamente doctrinas ajenas por los siguientes
motivos:

- a pesar de la flexibilidad que éstas puedan mostrar es prácticamente


imposible que ofrezcan preceptos, normas, suficientemente individua-
lizados o flexibles para que todas las personalidades tengan cabida;
por tanto se corre el riesgo de recaer en actitudes demasiado estanda-
rizadas e impersonales o bien que nos frustremos al intentar amoldar-
nos a unas normas que no nos sirven por no ser nuestras,

- aunque al principio sí pueda funcionar aceptar normas estrictamente


ajenas al final siempre suele producirse un conflicto entre los intereses
de éstas y los nuestros propios, pues fueron creadas por personas con
necesidades concretas que, por muy bien intencionadas que sean, no
tienen por qué coincidir con las nuestras,

- aceptar ciegamente doctrinas ajenas no invita al autogobierno, no


ayuda a alcanzar la verdadera libertad; por tanto si alguien intenta im-
ponernos estas cosas, sin tener en cuenta todos estos detalles, es dig-
no de toda desconfianza, pues o bien no se ha enterado de la película
o tiene algún interés oculto en ofrecérnosla de un modo concreto.

Y dejadme que insista en esto último. Creo que, precisamente,


uno de los cometidos más urgentes de todo ser humano es poder te-
ner la oportunidad de conocerse y desarrollarse al máximo, de buscar
y darle sentido a su existencia, de tal forma que llegado el momento
sea cada cual quién diseñe su plan de vuelo, las rutas alternativas y,
porque no, los protocolos de actuación para casos de emergencia. Es
decir: cada persona debería desarrollar sus propias herramientas para
perseguir y conquistar su bienestar y su libertad. Esta labor es muchí-
simo más importante para vivir que, simple y únicamente, estudiar o
trabajar para ganar más o menos dinero en un futuro, para tener estas
193
“Rompiendo las Reglas”

o aquellas cosas que, aunque vistosas y llamativas e incluso aparente-


mente imprescindibles, en absoluto son necesarias y que, desde luego,
tampoco nos aseguran disfrutar de una vida digna y plena.

Las cosas no se respiran, no alimentan, no dan abrazos como


tampoco ofrecen calor ni comprensión. Además, si no eres capaz de sen-
tir, si no eres realmente capaz de vivir mostrando esa valentía y buscando
esa intensidad… ¿para qué quieres todas esas cosas? Pues quizá precisa-
mente por eso: porque controlar objetos materiales puede resultar más
sencillo que intentar ser los auténticos dueños de nuestras vidas. Pero ya
sabemos que eso no es vivir en absoluto y que, en cambio, nosotros sí
queremos sacarle todo el jugo a la vida, y para ello estamos dispuestos
a hacer los cambios necesarios en pos del bienestar duradero.

Así pues, os invito a seguir liberándoos de cargas inútiles para ir


más ligeros en vuestro caminar y a que combinéis, en los mismos ojos,
la mirada cautivadora, inquieta, sincera, alegre y curiosa de un bebé con
la mirada del tigre que, aunque serena, está ávida de retos y de grandes
proezas; aquella mirada que se ilumina pensando en el día de mañana y
que nos dice que está lista para hacer de la vida aquello que queramos
que sea, que está dispuesta a ponerse a prueba y a decirle un gran Sí. La
mirada que acabo de describir… es la vuestra.

Intentando Resumir un Poco:

- para vivir bien tenemos que intentar descartar todas aquellas actitudes
negativas,
- con la curiosidad adecuada lograremos encontrar un millón de motivos
por los que apasionarnos y enfocarnos positivamente en la vida,
- tus amplias cualidades te hacen ser capaz de casi cualquier cosa,
- intenta explotar aquellas cualidades o inquietudes personales que ya
poseas,
- atrévete a explorarte realizando cosas novedosas,
- proponte objetivos asequibles, aunque sin la actitud adecuada ninguno
lo será,
- prepárate para disfrutar aprendiendo, también a través del fallo, pues
sólo el tiempo, la práctica y la paciencia lograrán acercarnos al éxito,
194
7. -Di sí a la vida

- esta actitud será transferible al aprendizaje de cualquier materia, de-


biendo convertirse en una de las bases de nuestra personalidad,
- la CE, la PP y la T50% son algunas de las sencillas herramientas que
tenemos a nuestra disposición y que podremos utilizar para resolver con-
flictos personales, tomar decisiones o enfocarnos mejor en la vida,
- a través de ellas intentamos desarrollar una mayor conciencia sobre
nosotros mismos y equilibrar nuestras emociones y necesidades con el
mundo exterior,
- este camino es de doble sentido pero siempre intenta comunicar nues-
tro interior con el exterior, uniendo lo físico con lo mental,
- dada nuestra singularidad individual deberemos ser nosotros mismos
quienes, con el tiempo, desarrollemos nuestras propias estrategias para
alcanzar los objetivos expuestos en las líneas anteriores,
- las únicas normas de este modesto libro son: pensar, criticarnos, que-
rernos mucho y hablar y proceder siempre de la mejor manera posible
para con nosotros y con los demás,

Práctica:

1. En tu opinión, ¿qué cosas crees necesarias para tener un buen enfo-


que en la vida?
2. ¿Crees que conocer aquellos factores que entorpecen tu vida puede
ayudarte a combatirlos y mejorarla?
3. ¿Puedes hacer una lista con aquellas cosas que te gustaría mejorar o
cambiar en tu vida?

Algunas Citas Interesantes:

- “Juventud, ¿sabes que la tuya no es la primera generación que anhela


una vida plena de belleza y libertad?”. Albert Einstein
- “Miles de velas pueden encenderse con una sola vela, y la vida de la
vela no se acortará. La felicidad nunca se disminuye si se es comparti-
da”. Buddha
- “Nunca mires a nadie por encima del hombro a menos que les estés
ayudando a levantarse”. Jesse Jackson
- “El éxito es fácil de obtener. Lo difícil es merecerlo”. Albert Camus
195
“Rompiendo las Reglas”

Algunas Recomendaciones Interesantes:

La película “La Vida es Bella”, de Roberto Benigni y basada en


el libro del escritor romano Rubino Romeo Salmoni “Al final derroté
a Hitler”, es una auténtica oda a la vida. Está ambientada en la Italia
previa al estallido del fascismo y la Segunda Guerra Mundial (1939) y
en ella un joven italiano muy sagaz y de ascendencia judía se enamora
de la maestra de la escuela, con la que finalmente se casa y tiene un
hijo. Al poco tiempo las cosas se van complicando en Europa, haciendo
que algunos líderes políticos, como Hitler y Mussolini, extremen sus
políticas hasta puntos insospechados, una de ellas fue recluir al pueblo
judío, entre otras etnias, en campos de exterminio.

Nuestros tres protagonistas se ven afectados por esta situación,


que lleva a que la familia, separada, sea también internada. Y aquí em-
pieza la gran proeza: el padre intentará hacer que su hijo no sea cons-
ciente de las malas experiencias que se viven dentro de un campo de
concentración. Así pues, el padre pondrá todo su ingenio e imagina-
ción al servicio del positivismo convirtiendo tan penosa situación en un
juego divertido y luchando contra la adversidad más cruel logrará que
su hijo sobreviva sin perder nunca la sonrisa.

Es una película amable que trata de manera muy conmovedora


un tema excesivamente crudo y que nos hace conscientes de nuestra
dualidad pues por un lado muestra como somos capaces que infligir-
nos, los unos a los otros, las torturas más inhumanas; por otro, es un
canto a la esperanza, a la alegría y a la vida que nos anima a explorar
nuestra cara más cordial y emotiva.
196
7. -Di sí a la vida
197
“Rompiendo las Reglas”

Di Sí a la Vida
La
comprensión
7.a emocional
“… Comprender supone buscar el origen de nuestro errores y es, también, el
necesario comienzo para poder dejarlos atrás…”
198
7.a -La comprensión emocional

¡Hola Carapanes! El artículo que hoy nos ocupa es de bastante


relevancia pues supone, en cierto modo, el epicentro de todos estos
temas que venimos tratando. Su título contiene, además, otras dos
palabras clave para nosotros, ya que sin ellas no podremos ser capa-
ces de conquistar esa independencia y libertad bien entendidas, que
resumen todos nuestros asuntos:

- comprensión: entender, conocer, querer saber… encontrar cuáles son


las motivaciones que nos impulsan y dan forma a nuestra personalidad,

- emocional: relativo a aquellas sensaciones, emociones, sentimien-


tos y reacciones que tienen lugar en nuestro interior y que surgen al
respecto de la convivencia con nosotros mismos u otras personas, al
desempeño de posibles actividades o a nuestra proyección como indi-
viduos hacia el futuro.

Vivir deja huella y como ya sabéis nuestras acciones tienen con-


secuencias, las cuales lamentablemente no siempre son buenas. A tra-
vés de la CE se busca comprender cómo afecta el conjunto de todas
las sensaciones y emociones vividas por cada individuo, y según esas
vivencias y sus resultados procederemos de una forma u otra en el
momento presente. Así pues, nuestro Yo actual es el fruto de nuestras
experiencias pasadas. Al hacer balance de nuestro recorrido, al echar
la vista atrás, extraeremos las conclusiones que regirán nuestro futuro.
Pero para lograrlo deberemos aprender a construir las redes que nos
comunicarán con nosotros mismos, y con los demás, en el presente.

Así pues, en esta ocasión buscaremos enfrentarnos a nosotros


mismos, pero no en un sentido literal queriendo pelearnos con nuestro
yo interior. Más bien pretenderemos todo lo contrario: intentaremos
sintonizarnos bien para lograr ser más conscientes, sinceros y justos
con nosotros mismos… Intentaremos hacer las paces con nosotros
mismos, con los demás y con nuestro entorno.

Queda bastante claro que, según la trayectoria que venimos


describiendo, para lograr esta gran hazaña deberemos dejar de lado
todo lo negativo aplicando y agudizando aquél cambio de actitud; co-
geremos todas las emociones malas y las analizaremos buscando su
199
“Rompiendo las Reglas”

origen, si es posible, para estudiar cómo desterrarlas de nuestro pro-


ceder.

El Yo Colectivo

Una vez más insistimos en aquello de que somos seres sociales.


Por tanto el éxito de nuestra aventura recae, en cierto modo, en el ca-
mino que otros han abierto antes que nosotros. Es por ello que, además
de trabajarnos en un plano individual, también debemos tener en cuenta
nuestra sociabilidad.

Todo aquello que vivimos y hacemos provoca una serie de estí-


mulos químicos en nuestro sistema nervioso que nos incitan a reaccionar
de un modo u otro. Muchos de ellos resultan impulsivos, violentos, pri-
marios… casi instintivos. Imagino que esto es así debido a que, bioló-
gicamente hablando, somos animales y en algún momento pasado de
nuestra historia evolutiva nuestra supervivencia dependió de que fuéra-
mos capaces de reaccionar de esa manera, como mecanismo de defen-
sa. Obviamente no todo era crueldad pues también debían establecerse
vínculos afectivos entre los distintos miembros de las familias, tribus o
clanes que permitieran al grupo crecer y mantenerse cohesionado. Su-
pongo que son estos motivos por los cuales te pudiera apetecer más, a
priori, dar collejas que abrazos cuando te tocan las narices.

Pero el dominio sobre otras especies animales que suponían una


amenaza para nosotros y sobre el entorno, junto al desarrollo de la con-
ciencia y el uso de la razón, hizo que, con el paso del tiempo y siempre
de manera mejorable visto con la debida perspectiva, cayéramos en la
cuenta de que nos necesitábamos los unos a los otros para poder tener
éxito como especie y que, por tanto, era imprescindible cambiar la forma
de relacionarnos con nuestros semejantes. La convivencia se volvió algo
más pacífica y ociosa ocasionando que aquellas reacciones primarias e
instintivas se fueran suavizando y matizando, dando origen a la gran sen-
sibilidad que el ser humano es capaz de mostrar, sentir y ofrecer a los
demás. Y es por ello que hoy en día se ven mejor los abrazos que las
collejas, lo cual no quita que la gente lo haga ni que tú tengas menos
ganas de propinar alguna.
200
7.a -La comprensión emocional

Buscamos sentirnos bien a través de las cosas que hacemos o de


las relaciones que mantenemos con otras personas, pero no siempre es
ése el resultado; sucede también que en ocasiones esas relaciones, ac-
tividades o cosas nos vienen impuestas. La vida no siempre es un lugar
ideal y nuestros deseos, necesidades, voluntades y anhelos chocan cons-
tantemente con los deseos, necesidades, voluntades y anhelos de otros o
contra las mismas normas sociales.

Es por este motivo que ya hemos hablado, y mucho, sobre cómo


nos afectan todos los condicionantes externos a los que, desde tempra-
na edad, estamos expuestos. Ya dijimos cuanto limitaba al individuo vivir
desde una perspectiva negativa; vivir así pesa y también deja su huella
en nosotros y en nuestros actos. Vivir cargando un peso excesivo e inne-
cesario no es una buena forma de vivir, pero lamentablemente muchas
personas no caen en la cuenta de esta situación y malviven arrastrando
problemas pasados que les siguen allá donde quiera que vayan y que
generan más circunstancias negativas en su momento presente.

El caso es que, como hemos dicho ya, nuestros actos tienen con-
secuencias pero como también apuntamos en el sexto artículo, concreta-
mente en el apartado Revisando Nuestras Herencias, las acciones y actos
de los demás, incluida la sociedad en su conjunto, también tienen con-
secuencias en nosotros. Deberemos, pues, estudiar concienzudamente
cuáles son sus resultados y cómo inciden en nuestra conducta, en nuestro
propio ser.

Si bien es verdad que no todas las personas tienen la misma ne-


cesidad de sociabilizar, no es menos cierto que todos los seres humanos,
incluso los más solitarios, compartimos ciertas etapas que se tornan indis-
pensables para el desarrollo de esa autoestima, la misma que nos apor-
tará fuerza y confianza para afrontar pruebas futuras. Estas etapas son: la
infancia y la adolescencia, y vosotros estáis despegando en la segunda.


El Yo Individual, ¿Por Qué Mirar en el Interior?

Como hemos dicho las situaciones expuestas en el apartado ante-


rior tienen una repercusión directa en nuestro interior. Como seres emo-
201
“Rompiendo las Reglas”

cionales que somos, nada debería ser más urgente e importante que bus-
car nuestra propia forma de ser, poder dar salida a nuestras inquietudes
personales e individuales y alcanzar ese bienestar, aquél que nos habrá
de impulsar para querer seguir viviendo desde la alegría y la ilusión, pues
parece que los seres humanos no tenemos suficiente tan sólo con nacer,
respirar, comer, dormir, trabajar, reproducirnos y morir.

La falta de especialización en nuestra especie, comparándonos


con otros animales, nos libera de un destino predeterminado, resultando
de esto que los seres humanos seamos capaces, como ya hemos demos-
trado para bien y para mal, de lograr casi cualquier hazaña. Hemos su-
plido con inteligencia, ingenio, ciencia y tecnología aquellas limitaciones
que la naturaleza nos había impuesto, todo ello gracias a la inquietud y a
la curiosidad que somos capaces de sentir y mostrar. Imaginad el primer
ser humano que quiso volar, sus compañeros deberían pensar que estaba
loco. Y sin embargo hoy en día volamos. Que tampoco te digan a ti que
no eres capaz de alcanzar tus sueños y anhelos.

A pesar de toda la presión externa que podamos sentir pocos


sitios son tan nuestros como nuestro propio interior, mientras no deje-
mos de pensar en cómo mejorar nuestra situación. Quizá por ello algunas
personas, incluido aquél caballero de oxidada armadura, deciden aislarse
del mundo exterior para evitar la frustración y el dolor que la vida en
sociedad, y en general, les provoca. Normalmente son personas que han
sufrido muchos desencantos y que no han contado con el suficiente apo-
yo emocional; su autoestima suele ser baja y, debido a ello, se encierran
en sí mismos para evitar sentir más sufrimiento. Pero en mi opinión estas
personas hacen, sin darse cuenta, mucho más que eso. Ya comentamos
cómo las armaduras nos podían proteger de ciertos peligros de la vida
pero, al mismo tiempo, también pueden, y esto es mucho peor, dejarnos
encerrados con nosotros mismos, sin opción de escape, y con los miedos
que ya nos condicionaban desde un principio y sin saber pedir ayuda al
exterior.

Opino que la soledad es buena e incluso necesaria. Nada tan


grato como el silencio para poder disfrutar de nuestros momentos de
introspección en intimidad e intentar descubrir quiénes somos, qué
pretendemos en esta vida, cómo conseguirlo y cómo proyectarnos so-
202
7.a -La comprensión emocional

cialmente. Pero no me parece apropiada como forma de vida, sobre todo


cuando la recibimos impuesta, por otros o por nosotros mismos, como
castigo a nuestra inadaptabilidad o incapacidad de ser más positivos.

Hay mucha vida dentro de nosotros, pero no debemos olvidar


que fuera hay mucha más. Hay millones de cosas increíbles por las que
sorprenderse y una gran variedad de sensaciones y emociones que nos
pueden hacer estallar de júbilo. Tan sólo hay que querer salir a buscar-
las… sin armadura; para sentir frío y calor, alegría y melancolía, placer y
dolor; para empaparnos de todo tipo de contrastes y experiencias que
curtirán y darán forma a nuestro verdadero Yo.

El respaldo de la masa ofrece gran consuelo al individuo; pero


sucede que, en ocasiones, el Bien Social no concuerda con el Bien Indivi-
dual, sobre todo en la sociedad actual, tan anclada en la superficialidad,
la inmediatez y el materialismo. Por eso a veces es necesario buscar más
allá, no conformarnos con las cosas que nos ofrecen, sobre todo si no nos
gustan o si nos causan algún tipo de dolor.

Sin embargo en este punto algunas personas prefieren resignar-


se. Cansados de intentarlo, si es que lo han hecho, terminan por rendirse
y no se esfuerzan en perseguir sus propias inquietudes, pues mantenerse
en pie e intentar encajar ya es demasiado sacrificio para ellos. Sin duda
esta forma de vida también pasa factura, pues son estas mismas personas
las que luego afirman no sentirse dueños de sus vidas o no haber vivido
en absoluto, pues tan sólo se han dejado llevar.

La vida es para mucho más que para lamentarse o para vivir con-
forme nos dicten otros. Deberíamos tener la oportunidad de buscar nues-
tro espacio y no limitarnos tan sólo a ocupar el lugar que se supone debe-
mos ocupar; deberíamos poder tomarnos nuestro tiempo para ahondar
en la naturaleza de nuestro ser y no dejarnos llevar por la corriente de la
multitud; deberíamos poder entender cuáles son los condicionantes que
nos dan forma para romperlos si es necesario y no conformarnos con se-
guir patrones impuestos o heredados.

La CE puede ayudarnos a ocuparnos de todos estos asuntos tan


vitales e ineludibles. Pero para ello debemos empezar a preguntarnos
203
“Rompiendo las Reglas”

qué pasa en nuestro interior y debemos querer hacer esto por y para
nosotros mismos, más allá de lo que se supone o de lo que nos dicen
debemos ser.

Por otro lado, no debemos olvidar que muchas de las cosas que
aquí planteamos, o que debemos aprender, las ganaremos precisamente
gracias a esa oposición que el entorno nos pueda mostrar. Será cuando
nos demos cuenta que las reglas que nos ofrecen no se ajustan a nosotros
cuando podremos ver, con más claridad, la necesidad de tomar cierto
tipo de decisiones, de este modo iremos conformando nuestra propia
personalidad. Y no olvidéis que los grandes retos, si bien exigen mucho,
son siempre los que más nos aportan y obligan a crecer.

Los Momentos de la Comprensión Emocional

Acorde con la experiencia vital de todo ser humano podemos es-


tablecer tres importantes áreas sobre las que cualquier individuo debe
trabajar, comprendiendo éstas el pasado, el presente y el futuro.

· conciliación con el pasado: esto supone estar en paz con nuestro pasa-
do, pues no hacerlo conllevaría arrastrar un penoso lastre que, segura-
mente, seguiría influyendo negativamente en la toma de decisiones del
momento presente, y por ende también en el futuro.

En el supuesto de existir fracaso o frustración en el pasado de-


bemos intentar extraer el lado positivo, aunque tan sólo sea cayendo en
la cuenta de aquello que no se ha de volver a repetir, rompiendo la per-
petuidad de la inercia de esa cadena tendenciosa. Para ello debemos
perdonar, entendiendo las limitaciones de las personas y del entorno que
nos rodeaba en aquel entonces; tal vez no lo hicieron mal a propósito,
probablemente hicieron lo mejor que sabían con los escasos (o muchos
incluso) medios y/o recursos de que disponían. En el supuesto de haber
tenido una buena infancia saber aceptar y reconocer sus excelencias tam-
bién será imprescindible.

En cualquier caso, nuestro pasado será la base sobre la cual se


desarrollará el Yo del futuro, y las conclusiones extraídas de aquellas
204
7.a -La comprensión emocional

experiencias conformarán las, prácticamente ineludibles, normas que nos


habrán de condicionar (La Jaula del Carapán). Desde luego no es cosa fá-
cil caer en la cuenta de todo esto; el proceso exige madurez, conciencia,
sensibilidad… cualidades que el sujeto debe haber aprendido inculcadas,
en el mejor de los ámbitos y con la conciencia de la necesidad de estas
herramientas en el individuo futuro, o que, a pesar de la adversidad del
entorno, el individuo sienta la vital urgencia de adquirir para equilibrar su
interior… porque desea llegar a sentirse bien.

· realización en el momento presente: más o menos, aceptado y solucio-


nado el pasado, el individuo debe hacer frente al momento existencial
del ahora. En esta fase debemos equilibrar los condicionantes pasados
con los anhelos, inquietudes, habilidades y conocimientos actuales y con
el entorno social, familiar, cultural y económico al que pertenecemos.

· proyección satisfactoria hacia el futuro: ésta es una fase que se da si-


multáneamente con la anterior. Debido a nuestra naturaleza de animales
conscientes tenemos la capacidad de la conciencia y ésta, a su vez, nos
obliga a proyectarnos favorablemente, a poder ser, hacia el futuro, lo cual
puede traernos no pocos quebraderos de cabeza. Y decimos que suce-
den al tiempo porque cuando el futuro llegué ya se habrá convertido en
presente, por lo tanto parece más que claro que para tener o aspirar a un
buen futuro debemos vivir un buen y gran presente.

¡El Momento es Ahora!

Debemos ser conscientes de la inmediatez de cada una de las


fases expuestas en el apartado anterior y de cómo cada una de ellas se
transforma en alguna de las otras. Queremos decir que el proceso es
interminable: el presente pronto será tanto pasado como futuro. Lo cual
tan sólo nos deja, en el ser consciente, el presente… siempre el presente,
pues éste es el momento más vital e ineludible de todos. El futuro puede
parecer lejano aún. El pasado puede estar lleno de velos que dificulten su
comprensión. Pero el presente siempre se muestra claro y desde él, por
ejemplo, siempre podremos comenzar la ardua labor de la responsabili-
dad de la conciencia hacia detrás o hacia delante. Entonces el momento
de actuar es precisamente éste… ¡mueve el culo ahora carapán!
205
“Rompiendo las Reglas”

Me gustaría insistir en esto último. Liberados de las cadenas del


pasado, podemos dedicarnos a explorarnos en el presente, intentando
realizarnos y aplicando las regulaciones convenientes a nuestra actua-
ción, según obtengamos fracaso o éxito de ellas. Si hacemos esto, lle-
gado el momento, el pasado siempre será liviano, pues provendrá de la
aceptación de un presente escogido con libertad y conciencia. A la par
esto nos ayudará, impulsará, a seguir proyectándonos hacia el futuro
con inquietud, curiosidad y optimismo.

Si, por algún motivo, no podemos o aún no somos capaces de


dejar atrás el pasado, ofreciendo ese perdón a otros o a nosotros mis-
mos, no pasa nada. Sin duda la tarea queda pendiente y deberá ser
resuelta a su debido tiempo; pero el hecho de ser conscientes de que
esa situación existe hará que su peso se alivie un poco. Tal vez deba-
mos entrenarnos con otras de nuestras cuentas pendientes antes de
afrontar ésa que se nos hace tan cuesta arriba; desde luego nos es lo
mismo huir o esconderse que aceptar nuestras limitaciones y seguir
buscando como superarlas. La idea es afrontar toda experiencia vital
desde un punto de vista positivo.

Obvio que de niños es harto complicado poder obtener esta vi-


sión global y positivista de nosotros mismos pues andamos faltos de re-
cursos, experiencias y poder. Es por ello que es ahora cuando os hablo
de todas estas cosas a través de estos artículos y de este libro, porque
ya no sois niños y porque ya no os sentís como tales. Habéis ganado
conciencia sobre vosotros mismos, comenzáis a querer ser dueños de
vuestras decisiones y ahora ya sabéis que hay otras muchas formas de
comprender y vivir la vida, pero sólo una que debemos evitar a toda
costa: vivir mal.

Creo que todas las personas, aun sin estar al tanto de ella, prac-
tican la CE de una u otra forma, lo que sucede es que la mayoría no son
conscientes de ello. Puede que en direcciones, lugares o formas distin-
tas pero todo el mundo aspira y anhela sentirse mejor. Puede incluso
que lo hagan utilizando otros términos para las mismas definiciones;
también que para algunos sea algo inherente a su naturaleza aun sin
siquiera haberse planteado ninguna de estas cuestiones de forma tan
trascendental. No importa la forma, la dirección, el lugar, los términos,
206
7.a -La comprensión emocional

las definiciones… Insistimos: todo el mundo desea sentirse bien. Noso-


tros, al menos, sí opinamos que querer sentirse bien y hacer lo propio
por lograrlo es síntoma de gran inteligencia.

El Perdón

Puede que ésta sí sea una de las cosas más complicadas que os
vaya a explicar y pedir en este libro, pero en el perdón se encuentra el
inicio de nuestra liberación aunque lamentablemente es una moneda de
cambio muy poco usual. Dejad que, con mis vueltas, intente explicarme
un poco mejor.

Vivimos en un mundo marcado por la inmediatez de los acon-


tecimientos. El ritmo es demasiado vertiginoso y no hay casi tiempo, o
eso dicen, para pararse a ver cuáles son las consecuencias que nuestros
actos tienen en nosotros mismos, en nuestros semejantes o en nuestro
entorno. La nuestra es la sociedad del quiero, del ahora y del hacer lo
que sea necesario para conseguir mis propósitos, por oscuros y egoístas
que estos sean. Este escenario poco llama a la cordialidad y a las buenas
intenciones, quedando éstas en manos de unos pocos locos, y en el cual
sus actores pasan a desempeñar apenas dos papeles: el de víctima y el
de verdugo, lamentándose cuando les toca el primero y siendo negli-
gentes y despreocupados en el segundo.

Resulta bastante complicado pedir a personas tan jóvenes como


vosotros que perdonéis a aquellos seres queridos de vuestro entorno
más próximo que os han hecho daño, más aun cuando se supone que la
mayor preocupación de un padre o de una madre es ofrecer a sus hijos
amor, cariño, cobijo y comprensión. Ya os lo he dicho antes, vosotros no
tenéis la culpa de las malas experiencias de vuestros padres y sin embar-
go lo más fácil es que paguéis el pato junto con ellos.

¿Cómo perdonar la falta de cariño, la sobreprotección, los mal-


tratos, abandonos, vejaciones, una excesiva disciplina o todo un largo sin
fin de despropósitos? A decir verdad no me resulta nada fácil explicaros
estas cosas porque puedo llegar a entender vuestra postura. Pero tal
vez lo que deberíais intentar vosotros es entender a aquellos que os han
207
“Rompiendo las Reglas”

hecho ese tipo de daño. También os lo dije: el padre/madre que maltra-


ta, de la forma que sea, a sus hijos se está maltratando, principalmente,
a sí mismo/a y revive, en cierto modo, las malas experiencias que él/
ella sufrieron en su trágico pasado. Visto de este modo no resulta difícil
comprender que sus errores actuales como progenitores, o cualquiera
de sus otras torpezas, se deben a sus malas experiencias pasadas como
hijos, las cuales no han sabido equilibrar convenientemente tal y como
sugeríamos en apartados anteriores en este mismo artículo.

Éste podría ser un buen argumento para perdonarles: no caer,


una vez más, en los errores que otros cometieron con ellos, y que de
nuevo ellos repiten casi inconscientemente; para no pasarle el problema
a la siguiente generación, vuestros futuros hijos e hijas; para no ser vícti-
mas que luego se convertirán en verdugos. Si recordáis esto mismo fue
lo que le sucedió al protagonista de la película “American History X” que
os recomendaba en el capítulo dedicado a la violencia.

Otro motivo lo podemos encontrar en aquellas ocasiones en las


cuales nosotros cometimos la falta y necesitamos del perdón de otros.
Pensadlo un poco… ¿qué circunstancias os empujaron a actuar así aun
sabiendo que no estabais obrando bien? ¿Cómo os sentíais en esos mo-
mentos? ¿Acaso sois los únicos que podéis tener momentos de flaqueza
o que se creen obligados por las circunstancias? No en vano dijimos bien
temprano en estos artículos, concretamente en el segundo capítulo, que
quien actúa mal es porque se siente mal. En tal caso, ¿no es el verdugo
siempre una víctima? Me parece una muy buena pregunta. ¿Habéis sido
ya verdugos hoy? Ésa tampoco me parece mala.

De nuevo me da la impresión que todo pasa por comprender


cuales son nuestras propias limitaciones, pues sólo conociéndolas podre-
mos dejarlas atrás y será entonces cuando podremos comprendernos,
entender a los demás y ayudarles, si es el caso, a superar las suyas. Si
tu madre, por ejemplo, no es nada afectuosa, ¿cómo vas a hacerle ver
la situación si tú mismo no eres consciente de lo que sucede o si, y esto
es más importante todavía, no le das muchos abrazos? Comprender no
significa en absoluto justificar, más bien todo lo contrario: supone buscar
el origen de nuestros errores y es el necesario comienzo para poder de-
jarlos atrás, para no volver a repetirlos.
208
7.a -La comprensión emocional

Por otro lado, perdonar también puede ayudarnos a dejar atrás


estos fatídicos episodios de nuestras vidas, cerrando heridas y capí-
tulos dolorosos que nos acompañan y condicionan en nuestro actual
caminar. No perdonar supondría continuar cargando un peso que en-
torpecería nuestra evolución y que, seguramente, no nos corresponde.
Esto provocaría en nosotros cierto grado de resentimiento, ira y dolor,
que precisamente son los mejores ingredientes para adoptar y repe-
tir los fallos de otros, o para cometer otros nuevos de nuestra propia
cosecha pero del mismo calibre. Por este camino no se llega nunca al
bienestar.

En ocasiones perdonar lleva su tiempo y supone un verdade-


ro proceso, pero debemos estar abiertos a él, al perdón, pues de él
dependerá, en gran medida, que podamos seguir hacia delante con
mayor ligereza y optimismo. A veces, lo que más cuesta es perdonarse
a uno mismo pues podemos llegar a pensar que realmente merecemos
las cosas malas que nos pasan. Pero dejad que os diga que eso no es
cierto. Lleváis poco tiempo en este mundo y además habéis ido de la
mano de otras personas; es ahora cuando os toca mover ficha y empe-
zar a ampliar vuestros horizontes. Ni la vida termina a los 16 ni tampoco
nada de lo que hayáis hecho puede condenaros eternamente.

El caso es que, sea como fuere, ofrecer perdón y recibirlo alivia


la existencia a cualquiera, calma los ánimos y relaja el ambiente, así que
no seáis excesivamente severos con vosotros mismos o con los demás.
Haced gala de esa nueva actitud y comprensión que vais adquiriendo
y aprended a afrontar los retos de la vida, incluso estos, desde una
óptica más amable; utilizad toda esa brillantez e ingenio para superar
cualquiera de sus pruebas. Yo sé que sois muy inteligentes pero ya va
siendo hora ponernos en marcha y demostrarlo, ¿verdad amigos/as?

Intentando Resumir un Poco:

- somos seres emocionales y todas las cosas que experimentamos y


hacemos dejan una huella en nosotros,
- resulta muy importante comprender cómo nos han afectado, y afec-
tan, nuestras vivencias,
209
“Rompiendo las Reglas”

- como seres sociales, que crecen bajo la tutela de otros, los actos de
los demás también tienen repercusiones en nosotros,
- también son extremadamente influyentes las normas sociales y fa-
miliares, siendo conveniente revisarlas llegado el momento, pues en
ciertas fases de nuestro desarrollo es muy complicado hacerse cierto
tipo de preguntas con verdadero espíritu crítico,
- la imposición y una mala gestión de estas normas, acumular un segui-
do de malas experiencias o resultados o vivir sintiendo que no encajas,
o que no eres dueño de tus propias decisiones, puede resultar muy
pesado y tener fatales consecuencias en ti y en quienes te rodean,
- los momentos existenciales sobre los cuales deberemos trabajar serán
el pasado, el presente y el futuro, siendo éstas fases que se suceden
con mucha inmediatez,
- haber vivido un pasado traumático sí nos condiciona pero no tiene
por qué condenarnos al malestar o a una mala vida, siempre tendremos
opción de sobreponernos,
- para aspirar a una buena proyección en el futuro es imprescindible
gozar de un buen momento presente,
- nuestra naturaleza de seres conscientes no-especializados hace que
no tengamos suficiente con satisfacer nuestros imperativos biológicos
y que podamos resolver con inteligencia e ingenio todos los retos, y
problemas, que nos propongamos,
- lo mejor que podemos hacer para liberarnos del pasado y continuar
hacia delante libres de cargas es perdonarnos a nosotros mismos y a
aquellos que nos ocasionaron, u ocasionan, algún tipo de daño,

Práctica:

1. Para variar lee con atención el artículo y subraya y pregunta el signi-


ficado de toda palabra o expresión que te resulte desconocida.
2. Conforme a los momentos reseñados al respecto de la CE indica:
- 3 cosas que te gustaría cambiar de tu pasado,
- 3 cosas que no te gustan de tu presente,
- el futuro lo dejamos para el siguiente ejercicio,
3. Siguiendo el esquema de la pregunta anterior, indica ahora:
- 5 cosas buenas que recuerdes de tu pasado,
- 5 cosas buenas que estás disfrutando en el presente,
210
7.a -La comprensión emocional

- 5 cosas que deseas para tu futuro, tanto el inmediato como el más


lejano,
4. ¿Qué podrías hacer para dejar atrás las cosas que pesan de tu pa-
sado?
5. ¿Qué podrías hacer para alcanzar tus metas presentes y futuras?

Algunas Citas Interesantes:

- “Si cambias tus Pensamientos cambias tus Emociones. Si cambias tus


Emociones cambias de Actitud. Si cambias de Actitud cambias tu Vida.
Si cambias tu Vida puedes cambiar tu Destino”. Autor Desconocido
- “Gnosce te ipsum” – “Conócete a ti mismo”. Aforismo griego
- “Yo nunca pienso en el futuro. Viene demasiado rápido”. Albert Eins-
tein

Algunas Recomendaciones Interesantes:

“Atrapado en el tiempo” es una divertida película que cuenta,


en tono de comedia, la disparatada historia de un egocéntrico presen-
tador de televisión que debe repetir, literalmente, el mismo día una y
otra vez. Al principio le parece divertido pues se dedica a sacar partido
de la situación, pero finalmente le resulta angustioso vivir repetidamen-
te el mismo día sin remedio. Hasta que una buena mañana, la misma
otra vez, decide que tal vez podría ayudar los demás en lugar de apro-
vecharse de ellos. Este cambio de actitud le ayudará a superar errores
y traumas pasados y a plantearse y afrontar el futuro con una nueva
perspectiva.

En esta historia ficticia el destino se permite otorgarle al pro-
tagonista un día perpetuo de entrenamiento pero, quitando adornos
cinematográficos y narrativos, queda claro que el éxito que finalmente
logra tener nuestro amigo se debe a que toma conciencia de su ne-
cesidad de cambio y a que, día tras día, se esfuerza para superar sus
limitaciones, aprendiendo a ser más responsable a la hora de tomar
decisiones.
211
“Rompiendo las Reglas”

Di Sí a la Vida
La
programación
7.b positiva
“… Tenemos el poder de cambiar nuestras vidas así como la responsabilidad
de querer aceptar el desafío. Los pensamientos pueden transformar la realidad
que vivimos…”
212
7.b -La programación positiva

Qué cerca estamos ya del final de nuestro caminar juntos, mis


jóvenes Guerreros/as Inteligentes. Un pequeño esfuerzo más y todos/as
lo habremos logrado; vosotros lo habréis logrado. ¡Ánimo!

Desde hace largo os vengo advirtiendo sobre cómo y cuánto


puede llegar a condicionarnos el hecho de desarrollarnos, crecer, en
medio de un ambiente determinado, pues las excelencias o carencias
que de él recibamos nos pueden acompañar de por vida. Esto es cosa
estupenda cuando hemos recibido cosas buenas de nuestros educado-
res o entorno; pero no lo es tanto cuando no lo son, cuando éstas son
malas.

Por eso decíamos en el sexto artículo aquello de que debemos


revisar bien nuestras herencias con gran espíritu crítico, para:

- en primer lugar ser conscientes de nuestro punto de partida y ver a


qué tipo de condicionantes estamos expuestos y cómo nos afectan,

- en segundo, discernir cuáles eran aquellas cualidades que debíamos


potenciar y cuáles desterrar, por aquello de no incurrir en las mismas
carencias o torpezas en un futuro, o incluso ahora mismo.

Pero dejad que os ilustre un poquito mejor. Desde el primer ca-


pítulo hemos visto cómo puede influirnos que otros piensen de noso-
tros que somos tontos, torpes o poco inteligentes; hemos visto, e inclu-
so sentido, lo mal que hace sentir que nos hablen o traten mal. Hemos
comprendido que vivir desde una mala actitud o hacer siempre malas,
o dudosas, elecciones puede hacernos pensar, y creer, que la vida es
únicamente un lugar hostil y cruel. Ya somos conscientes del desánimo
que vivir desde una perspectiva negativa puede ofrecer, por tanto tam-
bién somos capaces de ver que desde una perspectiva negativa se vive
negativamente mal.

La Programación Positiva es una herramienta que pretende ha-


cernos ver esto último y nos anima a vivir desde la perspectiva contraria:
si una serie de factores externos negativos puede influir para mal qui-
zá otros más positivos influyan positivamente. Tiene muchísima lógica,
¿verdad? Por eso también hemos hecho notar esta diferencia en nues-
213
“Rompiendo las Reglas”

tras charlas y artículos. De hecho comenzamos por ahí, mostrándonos


muy positivos. ¿Recordáis aquello de “No eres Tonto”?

Programando Nuestro Futuro

Pero otra cosa que desde el principio también venimos diciendo


es que el cambio debe comenzar por y desde nosotros. Somos nosotros
quienes sentimos esa necesidad de mejorar nuestras vidas, por tanto no
podíamos seguir echando balones fuera, teníamos que hacer frente a
nuestra situación. A esto le llamábamos vivir desde la responsabilidad.

Siendo esto así, ¿por qué no empezar poniéndonos las cosas un


poquito más fáciles? ¿Por qué no hablarnos y tratarnos bien a nosotros
mismos en primer lugar? ¿Por qué no ser positivos? Os doy un par de
ellos si queréis:

- porque si buscamos nuestro bienestar somos los primeros interesados


en hacer todas estas cosas, fijaos: estar bien y estar mal, ¿hay diferen-
cia?, ¿verdad que sí?
- porque algo positivo siempre sienta mejor que algo negativo,
- porque algo positivo anima mucho más que algo negativo, y creedme
que en algunos casos necesitaremos mucho ánimo y buen humor para
continuar avanzando,
- porque, a priori, no podemos incidir en otros, por tanto nuestra área
de influencia se reduce, únicamente, a nuestra propia persona, hacien-
do la tarea mucho más asequible,
- porque, habiendo hecho lo anterior, nuestro buen ejemplo sí puede
animar e inspirar positivamente a otros, invitándoles a buscar por ellos
mismos su propio cambio personal,
- porque es mucho mejor ver a un amigo cuando nos miremos en el
espejo que a un enemigo,
- porque nadie puede, ni debe, tener más ganas de estar bien que no-
sotros mismos,
- porque, al depender únicamente de nosotros, podemos practicar to-
das estas cosas en cualquier lugar y a cualquier hora,
- porque siempre encontraremos situaciones para trabajar en nuestro
positivismo,
214
7.b -La programación positiva

- porque cuesta muy poco volverlo a intentar si no me sale bien en


alguna ocasión,
- porque el coste físico y emocional de ser positivo es prácticamente
cero, mientras que lo contrario pesa siempre,
- porque estamos hablando de nuestra única vida, por tanto cuanto
mejor nos hablemos y tratemos más disfrutaremos de las cosas bue-
nas y mejor nos sabremos enfrentar a los nuevos retos y desafíos que
nos podamos encontrar,
- porque, simplemente, ser positivo sienta genial,

Este cambio de orientación hacia el positivismo individual


también forma parte de la Programación Positiva, de hecho es su fun-
damento pues partimos precisamente del supuesto de que los indivi-
duos, las personas, son el centro de todo y desde él se enfocan para
interactuar e influir de una manera más productiva en su entorno. Des-
de luego no es lo mismo recibir ciertas influencias y condicionantes
que habremos de criticar con ahínco en un futuro, que directamente
dejarnos llevar por una serie de normas y reglas externas adoptadas
sin revisión y que, además, se presentan como inmutables. Este últi-
mo supuesto me parece del todo peligroso e impersonal pues roza,
sospechosamente, la esclavitud… ¡el peligro de siempre!

Creando un Camino Común al Éxito

Una vez hayáis comprendido esto, una vez os hayáis empe-


zado a tratar bien y comiencen a verse los primeros resultados de
vuestro buen hacer, os daréis cuenta también de lo poco que cuesta
aplicar esta forma de ser en otras personas y ámbitos, pues ya habrá
dejado de ser una técnica o una imposición. Porque fijaos… si poner-
me las cosas fáciles, si hablarme y tratarme bien, si ser positivo es, sí
o sí, bueno para mí… ¿qué podría suceder si aplicáramos un poco de
este positivismo renovado en nuestras familias y entornos más ínti-
mos? ¿Qué pasaría si no les diéramos excusas a los demás para estar
mal? ¿Qué sucedería si tan sólo ofrecemos cosas buenas?

Pues pasaría que quizá todos se relajarían un poquito, hacien-


do que el escenario común que compartimos se vuelva bastante más
215
“Rompiendo las Reglas”

amable. Porque si hemos de vivir en uno… ¿por qué no contribuir


también a su buen funcionamiento? Un ambiente poco favorable sue-
le ir acompañado de estímulos y mensajes de poco provecho; nor-
malmente en estos ámbitos se vive en una limitación permanente en
la cual el individuo siente tener poca proyección y en la que su voz
y sus necesidades no tienen cabida. Vivir en un buen escenario bien
podría ayudarnos a todos a vivir mejor nuestra vida, ¿verdad?

Esta visión positiva nos obliga, en cierto modo, a pasar a la


acción, invitándonos a provocar también aquellos cambios positivos
en nuestro entorno para lograr nuestro bienestar. Y a esto bien se le
podría llamar empezar a ser dueños de nuestras propias vidas, vivir
con responsabilidad.

Así, desde este enfoque tan positivo, seremos capaces de


aportar críticas constructivas basadas en hechos tangibles en lugar
de permanecer inamovibles, quejándonos de nuestra mala suerte,
aquella que no existe, o de las limitaciones de nuestro entorno social;
dejaremos de lado el miedo, el enfado, la culpa, el azar y la inercia
para pasar a la acción sin más excusas ni demoras.

Actuando de esta forma podremos sentir que nuestras nece-


sidades sí tienen cabida y que nuestra voz sí puede ser escuchada e
incluso respondida. Sentiremos que sí podemos ser individuos úni-
cos completos, capaces de interactuar con otros seres humanos, que
conviven en una sociedad capaz de criticar y aceptar sus errores en
pos de un mejor funcionamiento en el futuro. Porque… si tenemos
que preparar y recorrer nuestro camino, que al tiempo es también el
de otros, si tiene que haber un porvenir… ¿no sería mejor poder di-
bujar, crear, uno más acogedor en el que poder vivir todos? A mí, por
lo menos, sí me gustaría y, desde luego, no me sobráis ninguna/o.

Otros tipos de Lenguaje y Comunicación.

Pero no sólo nos comunicamos y expresamos mediante el len-


guaje de las palabras. Las inquietudes y emociones que sentimos, e
incluso nuestros pensamientos, se transparentan a través del nuestra
216
7.b -La programación positiva

piel y nuestras vestimentas. Cierto es que esto sucede de forma incons-


ciente e incluso en ocasiones de manera muy sutil, pues la mayoría de
personas no suelen estar muy en sintonía con su mundo interior, pero
desde luego las conexiones están ahí. El lenguaje y la expresión corpo-
ral son dos tipos de lenguaje muy a tener en cuenta ya que nos brindan
la posibilidad de obtener una información extra de nuestro entorno y
las personas que lo conforman.

Así pues podemos encontrarnos caras que expresan todo tipo


de estados anímicos, brazos caídos o cruzados, manos que se mueven
mucho al hablar, uñas muy cortas o mordidas, espaldas corvadas o de-
masiado rectas, erupciones cutáneas, piernas que no dejan de mover-
se, ropas oscuras o de colores muy estridentes, comer mucho y/o con
excesivo recelo, risas nerviosas o exageradas, ojos esquivos o miradas
desafiantes, tics nerviosos, complexiones muy delgadas o muy grue-
sas… Todas estas actitudes corporales, y muchas más, nos dan pistas
sobre las distintas personalidades, y sus necesidades, de la gente que
nos rodea. El cuerpo entero, sin excepción, es un gran instrumento de
comunicación.

También es verdad que las cosas no siempre son lo que aparen-


tan, pero recordemos que no pretendemos enjuiciar a los demás por
todo esto. Lo que queremos es saber convivir con ellos mejor y, porque
no, ver también cómo podríamos estar utilizando nosotros ese lengua-
je corporal, ver qué tipo de mensajes mandamos al exterior cuando
empleamos nuestros perfectos cuerpos. Una vez más el camino del au-
toconocimiento y de la comprensión ajena es una vía de dos sentidos,
pues comprendiendo a los demás puedo llegar a conocerme a mí. Y
viceversa: conociéndome y comprendiéndome a mí puedo conocer y
respetar mejor a los demás.

Si queréis ver la expresión corporal en estado puro observad


detenidamente a un bebé. Ellos no esconden ninguna de sus emocio-
nes o inquietudes, pues en cierta manera les va la vida en ello. Tampoco
saben nada acerca de condicionantes, herencias o normas sociales…
apenas son, sienten y actúan. Desde luego que la cosa, una vez hemos
crecido, no es tan simple, pero tampoco es necesario complicarla tan-
to, ¿verdad carapanes? Continuemos pues.
217
“Rompiendo las Reglas”

¿Cómo Podemos Empezar a Trabajar en Positivo?

¿Qué cómo se empieza a ser positivo? Ya os lo he dicho… em-


pezando, ni más ni menos. Empezaréis cuando comencéis a mover el
culo. ¿No queríais estar mejor? ¿O es que acaso se te ha olvidado que
ya sabes distinguir entre aquellas cosas que te sientan mejor y aque-
llas otras que te sientan peor? Si sabes reconocer unas también sabrás
reconocer las otras e instantáneamente podrás ver cuáles resultan más
convenientes hacer.

¿Lo queréis un poco más fácil todavía? Vale. Coged todo lo ne-
gativo y cambiadlo, convertidlo en algo positivo. Generalmente para
hacer esto apenas hay que hacer lo contrario de lo que hacíamos, como
ya hemos visto a lo largo de todo el libro y como veremos de forma
más amplia en el próximo capítulo: si no hago una cosa, hago la contra-
ria. ¿Lo recordáis? Esta pequeña norma, por sencilla y tonta que parez-
ca, puede resultarnos de gran utilidad pues ayuda a orientar nuestras
intenciones un poco mejor, siempre y cuando movamos el culo.

Así pues, ya tenemos un punto de partida y la actitud adecuada.


Entonces sólo nos queda, por ejemplo, coger la lista de expresiones
del vocabulario negativo, el de las malas actitudes del artículo 6.h., y
convertirlas en positivas, transformándolas de paso en buenas actitu-
des que nos animen e impulsen a continuar buscando ese bienestar, e
incluso a mantenerlo. Si hacemos esto ya tendremos casi la mitad del
trabajo hecho, por lo que intentar continuarlo puede que ya no cueste
tanto como parecía. Eso sí, todo seguirá dependiendo de nuestra apor-
tación y actitud: ¿qué te vas a ofrecer?, ¿qué le vas a ofrecer a la Vida?,
¿vas a seguir moviéndote?

Pero desgraciadamente no todo depende de nosotros. Por muy


bien que nos lleguemos a tratar y expresar siempre habrá personas
que no estarán receptivas ante tan positiva actitud. No os desaniméis
por ello; no es culpa vuestra. Es tan sólo que esas personas aún no han
comprendido algunas de las cosas que para nosotros ya empiezan a ser
muy naturales. Porque… ¿quién rechazaría un gesto amable? Pues, sin
lugar a dudas, alguien que se siente mal, alguien que aún no ha reco-
nocido o no está afrontando bien sus problemas, alguien que en cierto
218
7.b -La programación positiva

modo se siente perdido y desorientado, tanto como lo pudierais estar


vosotros algunos capítulos atrás. O es que, sabiendo todo lo que ahora
ya sabes… ¿vas a enfadarte, o a echarle la culpa, o a sentir miedo, o a
reaccionar con violencia o a ser intolerante con alguien que se siente
tan mal? Estoy convencido de que no. Ahora ya no. Y saberlo me alegra
mucho. Sé que tan sólo estaréis ahí, por si en algún momento necesitan
que tendáis vuestra amable mano.

Nada más que eso hace falta para comenzar amigas/os. Y recor-
dad que si no nos sale bien… ¡siempre lo podemos volver intentar! Tan
sólo hay que mantener la actitud adecuada y tener muchas ganas de
practicar, pues tenemos aún muchos retos y mucha vida por delante.

El Gran Poder de las Palabras y los Pensamientos

Éste es, amigos y amigas, el gran poder de las palabras y los


pensamientos. Un poder que, en primera y última instancia, descan-
sa en vuestras manos, por lo que, de nuevo, todo lo anteriormente
referido podría resumirse en una sola palabra, la misma de siempre:
responsabilidad. Poder y responsabilidad otra vez cogidos de la mano.
Tenemos el poder de cambiar nuestras vidas así como la responsabili-
dad de querer aceptar el desafío y utilizar todos los buenos medios que
tengamos a nuestro alcance para tal fin.

Las palabras son el comienzo de nuestro caminar, de uno mejor.


Las palabras dan forma a nuestros pensamientos, que pueden mejorar
y ser más amables. Las palabras son el medio más directo de establecer
contacto con otras personas y del uso que hagamos de ellas depen-
derá que otros, e incluso nosotros mismos, entiendan mejor nuestras
emociones, necesidades e inquietudes.

Y lo mismo sucede con vuestros pensamientos, pues ya os he


dicho que de ellos surgen las palabras que empleáis. Quizá en primera
instancia resulte más fácil ser conscientes de nuestras palabras que de
nuestros pensamientos, es por eso que aquí le doy más relevancia a las
primeras; pero tan sólo porque sirven de base para trabajar en las dos
direcciones en las que siempre debemos trabajar: hacia dentro, para
219
“Rompiendo las Reglas”

cuando hablemos con nosotros mismos, y hacia fuera, para cuando nos
comuniquemos con los demás.

Así, la importancia de los pensamientos está en que ellos dan


forma a nuestros deseos y voluntades. Gracias a ellos podemos pro-
yectarnos mentalmente de forma positiva en aquellas situaciones que
querríamos vivir o mejorar, sin obstáculos u oposición. Toda acción y
toda palabra debería provenir de un arduo proceso mental mediante
el cual las escogemos consciente y cuidadosamente según el propósi-
to del mensaje que deseamos transmitir; de ahí la gran relevancia de
pensar en positivo y de pensar bien. Una vez más la actitud, la buena,
se muestra imprescindible.

Entonces, aprender a manejar el lenguaje y la mente serán


también puntos importantes para un Guerrero Inteligente, pues las
palabras pueden cortar más que la más afilada espada y pueden ofre-
cer suaves caricias cual delicadas manos y los pensamientos pueden
transformar la realidad que vivimos. Por desgracia hablar y pensar mal,
como ya hemos visto, es tan fácil como hablar y pensar bien, aunque
sus consecuencias son mucho más pesadas.

Aseguraos de no estar batallando injustamente con vuestras


palabras y pensamientos, de no golpearos con ellos y de tampoco ata-
car a otros. Utilizadlas sólo para construir cosas bellas y buenas. Sed
prudentes incluso cuando las empleéis para defender alguna buena
causa. Y si no podéis ser amables con otros intentad al menos no ser
tan injustos como ellos. Haced también lo mismo con vosotros.

Desde luego tenéis que hacer sólo lo vuestro. Vivir desde la res-
ponsabilidad supone entender y aceptar que las otras personas deben
aprender a ser responsables de sus propias vidas. Si, en cierto modo,
intentábamos andar más ligeros por la vida, no nos carguemos pesos
ajenos; no les quitemos a nuestros compañeros de viaje sus oportuni-
dades de aprendizaje y crecimiento.

Pero en ocasiones los intereses de los otros también son los


nuestros. Así pues, tan sólo se trata de comprender que, cuando esto
sucede, quizá sí sea conveniente saber enfocar esa energía positiva al
220
7.b -La programación positiva

exterior, en busca de ese beneficio común. Puede que ese en ocasio-


nes sea más frecuente de lo que podáis imaginar, así que preparaos
para estar dispuestos a ofrecer aquello que tal vez algún día vayáis a
necesitar vosotros.

Quizá por todo esto, por todas estas cosas de las que hemos
hablado, habéis querido seguir escuchando, desde aquel primer día
en que nos conocimos, a un carapán de pelo largo y musculado. Quizá
fueron mis amables palabras y mis cuidadosas formas más que el mo-
vimiento de mis pectorales, y sirva este documento para recordar que
un día los tuve, las que os han invitado a pensar y actuar de forma dife-
rente. No tengo duda de que con tiempo, paciencia y práctica lograréis
inundar de pensamientos, palabras y actos positivos vuestras vidas y
puede que, algún día, también queráis contagiar a otros esa alegría de
vivir.

Y con estas amables y positivas palabras ya me despido. Como


he dicho al principio, el final está muy cerca ya y me emociona sobre-
manera que hayamos sabido y podido llegar juntos hasta este punto,
colaborando, esforzándonos por crear un espacio común, bueno para
todos, en el que poder mostrar nuestras inquietudes, respetarnos y
crecer sin rivalidad. Gracias por haber sido tan generosos conmigo.

Intentando Resumir un Poco:

- debemos ser críticos con nuestro entorno para saber qué tipo de con-
dicionantes nos ofrece, para poder tener la oportunidad de cambiarlos
o potenciarlos,
- los estímulos positivos favorecen el desarrollo del individuo y del en-
torno,
- a veces no podemos escoger el entorno ni los incentivos que nos
ofrece pero siempre podremos tratarnos a nosotros mismos de manera
más positiva, cuanto más mejor,
- debemos ser los primeros en ofrecernos a nosotros mismos estímulos
positivos que nos alienten e impulsen a continuar con garra y alegría,
Programación Positiva,
- este enfoque personal positivo puede finalmente contribuir a cambios
221
“Rompiendo las Reglas”

favorables en nuestro entorno próximo,


- para empezar a ser positivos tan sólo debemos comenzar, transfor-
mando todas aquellos pensamientos y estímulos de negativos a posi-
tivos,
- a pesar de nuestras buenas intenciones no todo dependerá de no-
sotros, en ocasiones toca respetar el proceso de aprendizaje de otras
personas,
- aunque sí debemos participar activamente en pos del bienestar co-
mún tan sólo somos responsables de nuestra propia actuación en esta
vida,
- que alguien no sea capaz de aceptar este positivismo suele ser sínto-
ma de su malestar,
- el cuerpo, mediante el lenguaje y la expresión corporal, también
“habla”, su lectura puede brindarnos información que sirva para afinar
las relaciones que mantenemos con otras personas,
- a través del estudio y observación de las palabras, emociones y actitu-
des podemos alcanzar un mayor conocimiento sobre nosotros mismos
y los demás,
- debemos ser responsables con el lenguaje y las palabras que em-
pleamos, si las utilizamos bien tendremos el poder, la oportunidad, de
modificar o adaptar nuestra vidas y nuestro entorno,
- ser positivos sienta bien, y esa es la mejor excusa para intentar y que-
rer serlo,

Práctica:

1. Para variar lee con atención el artículo y subraya y pregunta el sig-


nificado de toda palabra o expresión que te resulte desconocida. No
hay vergüenza cuando de aprender se trata y a nosotros… ¡nos gusta
tanto aprender!
2. Coge la lista del vocabulario de malas actitudes, del apartado 6.h.,
y convierte todas las expresiones referidas en otras positivas; es decir,
tomando como referencia esos malos ejemplos crea tu propio vocabu-
lario positivo para las Buenas Actitudes.
3. Responde a las siguientes preguntas:
- ¿Cómo sueles tratarte/hablarte?
- ¿Cómo sueles tratar/hablar a los demás?
222
7.b -La programación positiva

- ¿Tus pensamientos suelen ser positivos o negativos?


- ¿Cómo crees que influyen en ti tus pensamientos negativos? ¿Tienes
ejemplos de situaciones en las que hayas mostrado una actitud negati-
va? ¿Qué sucedió finalmente?
- ¿Cómo crees que influyen en ti tus pensamientos positivos? ¿Tienes
ejemplos de situaciones en las que hayas mostrado una actitud positi-
va? ¿Qué sucedió finalmente?
- ¿Crees que en estos momentos sería conveniente cambiar de estrate-
gia ante alguno de tus problemas? ¿Opinas que ser más positivo podría
ayudarte a superarlos?
- Haz un ejercicio mental e intenta imaginar cómo podría resultar eso
que quieres mejorar desde una perspectiva positiva.
- Hecho lo anterior… ¿sería muy complicado aplicarlo ahora a tu vida?
4. Para finalizar os propongo una actividad extra. Se trata de ofrecer
algún gesto positivo a aquellas personas que, de alguna forma, no ha-
yan sido amables con nosotros. Podéis hacer este ejercicio desde ahora
mismo y practicarlo en cualquier lugar y a cualquier hora. Es más, sería
bastante conveniente que lo aplicarais durante toda vuestra increíble
vida.

Algunas Citas Interesantes:

- “Un libro no acabará con la guerra ni podrá alimentar a cien personas,


pero puede alimentar las mentes y, a veces, cambiarlas”. Paul Auster
- “La Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener
diferentes resultados. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre
lo mismo”. Albert Einstein
- “Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio no lo digas”.
Proverbio árabe
- “Primero el hombre aprende en la vida a andar y a hablar. Más tarde,
a sentarse tranquilo y a mantener la boca cerrada”. Severo Ochoa
- “No exijáis aquello que no sabéis ofrecer y no ofrezcáis aquello que
no os gustaría recibir”. Cm Abel
223
“Rompiendo las Reglas”

Algunas Recomendaciones Interesantes:

En esta ocasión me gustaría hablaros de un par de películas. La


primera es “Cadena de favores”, basada en la novela de la escritora
americana Catherine Ryan Hyde “Pay it Forward”. En ella un niño dise-
ña un experimento para su clase de ciencias sociales en el que propone
realizar una cadena de favores en la cual una persona debía hacer un
favor a otras tres, y así sucesivamente, de manera que la cadena se va
extendiendo, llegando a alcanzar dimensiones y consecuencias inespe-
radas. Una pequeña muestra de cómo un pequeño gesto de amabili-
dad puede llegar a tener grandes y positivos resultados.

La segunda es “Sólo el más fuerte”, una película de capoeira en


la cual un joven regresa a Miami tras pasar algunos años en Brasil, don-
de aprendió Capoeira. En su adolescencia fue un chico rebelde pero la
confianza de un profesor del instituto le ayudó a centrarse y a cambiar
de actitud. Debido a ello un día decide visitarle y de forma casi fortuita
acaba dando clases de capoeira a los alumnos más problemáticos del
centro. A pesar del desalentador comienzo el improvisado profesor de
capoeira se da cuenta de no son chicos problemáticos, son chicos con
problemas. Así pues decide cambiar de nuevo de actitud para ser él
quien en esta ocasión tienda su confianza y su mano a estos muchachos
para ayudarles a superar sus dificultades. El resultado de nuevo es real-
mente alentador. ¿Os suena de algo?

Ambas películas, cada una en su género y a su manera, nos


muestran cómo el ser humano sí puede cambiar, sobre todo si se aco-
ge a ese positivismo que hemos recomendado en el capítulo de hoy,
sus circunstancias y por ende también su vida. Pero también tienen en
común que, en cierto modo, sus protagonistas acaban por comprender
que para sentirse bien deben contribuir de alguna manera a mejorar su
entorno: realización a través del compromiso.
224
225
“Rompiendo las Reglas”

Di Sí a la Vida

7.c
“… el fallo nos aproxima al acierto y además nos curte y brinda una nueva
lección, ganando conciencia sobre nosotros mismos y sobre aquellos que nos
rodean…”
226
7.c -La teoría del 50%

Como habéis podido comprobar, una vez tras otra en todos ar-
tículos de este modesto manual y en vuestro día a día, la vida no es más
que una concatenación de decisiones ante las situaciones y circunstan-
cias que vivimos a diario, tanto las que nos gustaría vivir como las que
no. Casi podríamos decir, incluso, que la vida se basa en saber escoger,
y si hilamos más fino… en saber escoger bien. Escoger cómo afrontar
o gestionar el éxito o el fracaso, escoger un tipo de mensajes, escoger
un tipo de actitud, escoger una forma de relacionarnos…

Pero, ¿cuándo nos han enseñado a escoger? ¿Cómo realizar el


proceso de selección ante las diversas opciones? ¿Qué hago con el
fracaso y cómo lo afronto? Sinceramente, este libro también ha sido
pensado para intentar ayudaros ante estos dilemas.

Por si lo anterior no fuera poco, si queremos ser los verdaderos


dueños de nuestras vidas deberemos ser nosotros quienes escojamos
esas actitudes conscientemente pues, como ya habéis visto en ejem-
plos anteriores, hay personas que intentan manipular a los demás bus-
cando su propio beneficio y hay otras que gustan de ser manipuladas:

- los primeros actúan así porque son muy inseguros: no son capaces de
controlarse a sí mismos y por eso pretenden controlar a los otros.
- los segundos porque prefieren ser manejados, muchas veces a sabien-
das, antes que actuar con conciencia y responsabilidad.

Estas formas de enfocarnos ante la vida y ante nuestros com-


pañeros de viaje no resuelven los problemas ni de unos ni de otros,
probablemente los agrave e incluso pueden crear más.

La solución no pasa por acertar siempre en nuestras decisiones,


pues dada nuestra inexperiencia es seguro que habremos de fallar para
aprender la mayoría de las cosas, sino en atrevernos a intentarlo desde
la actitud adecuada. Pero está más que claro que la capacidad de fallar
nos pesa, de ahí que hayamos hablado ya de todas estas cosas; de ahí
que os haya intentado facilitar algunas herramientas que os ayuden y
guíen en esa toma de decisiones. La buena noticia es que, si ponemos
el interés y la atención necesaria, también aprenderemos a escoger
debidamente cuando llegue el momento.
227
“Rompiendo las Reglas”

Ahora me gustaría ofreceros otra de esas herramientas, para mí


la mejor de todas. Me gusta especialmente por su sencillez y su fácil
aplicación. También porque ayuda a tomar decisiones dejando de lado
las cadenas emocionales, que son las mismas que nos llenan y cargan
de complejos, temores e inseguridades.

Esta herramienta, que ya he mencionado bastantes veces aun-


que nunca he llegado a explicar ampliamente, no es más que nuestra
Teoría del 50%, heredera directa de aquél divide y vencerás. Esta teoría
dice, básicamente, que ante un dilema debemos reducir el número de
opciones hasta que únicamente nos queden dos, situación ante la cual
será harto más sencillo tomar una decisión.


Esta Teoría en la Capoeira

La Teoría del 50% se desarrolló como apoyo a las explicaciones


de la parte motriz de mis clases de Capoeira. Durante el proceso de
aprendizaje, tras haber asimilado de forma estática algunos de estos
gestos técnicos básicos, el alumno debe ponerse en movimiento, des-
plazarse y realizar combinaciones con estas técnicas. Intentando simpli-
ficar, facilitar y orientar al alumno me di cuenta que al combinar varios
movimientos y/o técnicas o bien continuamos en la misma dirección
en la que comenzamos a movernos o bien cambiábamos de dirección.
Es decir: si no voy hacia un lado voy hacia el otro. Y lo mismo sucedía
con todo lo referente al esquema corporal: pude reducir toda toma de
decisiones a únicamente dos opciones. Así pues podemos guiarnos por
estas sencillas directrices:

- si no voy hacia un lado… voy hacia el otro,


- si no voy hacia delante… voy hacia atrás,
- si no voy hacia arriba… voy hacia abajo,
- si no apoyo o muevo una mano… tendré que apoyar o mover la otra,
- si no apoyo o muevo un pie… tendré que apoyar o mover el otro,

Estas sencillas normas son aplicables a cualquier movimiento,


incluso a los más complejos, pues estos se componen de otros más
sencillos y básicos por lo que terminan por obedecer a las mismas re-
228
7.c -La teoría del 50%

glas. Así pues, no importa la dificultad del movimiento porque siempre


tendremos la posibilidad de diseccionarlo para comprenderlo, entre-
narlo y conquistarlo. De este modo no habrá movimiento que no poda-
mos ejecutar, incluso aquellos que parecían, en un principio, fuera de
nuestro alcance.

Sucede también que este método tiene una gran ventaja: si


me doy cuenta de que he fallado en la aplicación de esta teoría (lo
cual implica actuar con conciencia plena sobre mis gestos y opcio-
nes) obtengo, inmediatamente, la solución al problema pues tan sólo
tendré que intentarlo aplicando la única opción restante. Es decir, el
fallo nos conduce al acierto; si sé dónde fallé y por qué podré poner
solución fácilmente. Y de aquí podemos extraer otro gran beneficio:
no hay que tener miedo a intentar hacer las cosas ni a equivocarse
porque hasta el error puede ser provechoso, pues nos indicará por
dónde no hemos de volver a intentarlo, lo cual no es poca cosa. ¿Os
suenan todas estas cosas? ¿Las habéis leído o escuchado antes en
nuestras charlas? ¡Buena memoria carapanes!

Si No Sois Capoeiristas

Si no habéis tenido la suerte de practicar Capoeira no pasa


nada. Todo lo referido a ella al respecto a la Teoría del 50% es aplica-
ble a cualquier disciplina física o a cualquier cosa que tenga que ver
con el movimiento. Y resulta que todo en esta vida lo es.

Si practicáis otros deportes fijaos e intentad aplicar esta inte-


resante teoría. Cierto que es muy sencilla, tanto que algunos hasta
les da la risa cuando la oyen. Pero esa sencillez no le resta validez, al
contrario: su valor aumenta dado que todos pueden comprenderla
y aplicarla con suma facilidad. No es una herramienta complicada
que necesite de una gran capacidad de comprensión ni otros cono-
cimientos teóricos previos. He ahí el inmenso valor de esta teoría.

Ya hemos dicho que si no sois capoeiristas no pasa absolu-


tamente nada, pues todo lo dicho en este artículo, en este libro, es
aplicable a cualquier persona, de cualquier edad, en cualquier ámbi-
229
“Rompiendo las Reglas”

to. Pero me gustaría haceros una pregunta… ¿a qué estáis esperan-


do para hacer capoeira? Ahí lo dejo caer.

La Teoría del 50% para Resolver los Problemas de la Vida

Tras experimentar con ella, me di cuenta de que esta teoría


realmente sí ayudaba a mis alumnos a asimilar su esquema corporal,
a interiorizar los novedosos movimientos de capoeira y a orientarse
con más facilidad. Debido a esto pensé que, tal vez, también podría
aplicar este mismo planteamiento en lo referente a la resolución de
problemas y conflictos cotidianos, y resultó que sí.

Algunos problemas o situaciones pueden verse igual que


muchos de los llamativos movimientos de Capoeira: excesivamente
complejos, inalcanzables e irresolubles. Ante tal situación no es difícil
sentirse desbordado, sensación que poco ayuda a pasar a la acción,
pues los problemas siguen ahí, esperando que les hagamos frente,
con la consecuente carga que supone tener asuntos por resolver.

De los movimientos complejos de Capoeira nos podemos ol-


vidar, dejarlos de lado, pues somos nosotros quienes decidimos in-
tentarlos o no, aunque visto lo visto queda claro que abandonar no
es una opción válida para nosotros. Pero resulta que no sucede lo
mismo con los problemas del día a día los cuales, muchas veces, se
nos plantean aun sin haberlos llamado propiamente y aunque inten-
temos eludirlos nos damos cuenta de que esa circunstancia persiste.

Entonces, ¿cómo podemos hacer frente a un gran e ineludi-


ble problema? Respuesta: dividiéndolo en otros más pequeños. Para
hacer esto deberemos buscar y reconocer el problema y cogerlo por
los cuernos, es decir: aceptar el inevitable desafío. Actuando así po-
dremos observarlo con detenimiento, preocupándonos por su na-
turaleza, su origen y las consecuencias que acarrea. Tras hacer todo
esto nos podremos dar cuenta de que la mayoría de situaciones se
pueden resolver manteniendo o no esta o aquella actitud, haciendo
o no haciendo aquello otro, esforzándonos más o menos… diciendo
SÍ o NO.
230
7.c -La teoría del 50%

Convivir con un problema irresoluto es malo; no lo será tanto


intentar hacer algo para solucionarlo, pues aun cuando erremos en la
decisión tomada estaremos un fallo más cerca de la solución que andá-
bamos buscando, ya que tan sólo nos debatíamos entre dos. De nuevo
el fallo nos aproxima al acierto y además nos curte y brinda una nueva
lección, ganando conciencia sobre nosotros mismos y sobre aquellos
que nos rodean. Y habremos hecho algo, habremos actuado, lo cual
era uno de los primeros antídotos para superar el miedo, la apatía y la
falta de curiosidad en la vida, ¿recordáis?

Habiendo visto esto, y habiendo dicho lo dicho en el apartado


anterior, no será difícil terminar por aceptar los problemas con cierto
agrado, pues habremos comprendido y aceptado que no son más que
situaciones distintas que la vida nos plantea que ofrecen, a la par, la
oportunidad de ponernos a prueba, de superarnos y de aprender más
sobre nosotros, sobre los demás y sobre el mundo en el que nos han
dejado caer.

La palabra problema podrá entonces convertirse en otras, tales


como: reto, desafío, oportunidad, aprendizaje, adaptación… CRECI-
MIENTO… (Programación Positiva, Una Cuestión de Actitud). Y si en-
tendemos esto veremos que no actuar ante un problema, permanecer
impasible, no es una opción que debamos contemplar, pues partíamos
de una situación que nos causaba malestar y en la cual no obteníamos
beneficio alguno. Así que, de nuevo, cambiando la actitud lo puedes
cambiar todo.

Todo esto me ha hecho recordar, una vez más, a un bebé o a


un niño pequeño. A ellos se les invita a probar muchas cosas, de hecho
cuántas más experiencias emocionales positivas, motoras y sensoriales
puedan vivir mejor. Pero, a diferencia con el mundo de los adultos, en
esta etapa no importan tanto los resultados como la propia experien-
cia o el cariño que se recibe, e incluso ambas al tiempo, pues sería del
todo injusto e irreal pretender que un niño desempeñe bien todos sus
cometidos a la primera. Por lo tanto valorar el esfuerzo y el intento será
del todo algo fundamental para desarrollar y reforzar la confianza en el
bebé o niño. ¿Por qué no aplicar este buen planteamiento al resto de
etapas de la vida?
231
“Rompiendo las Reglas”

Desde luego sí resulta más que interesante y conveniente que


nuestras acciones terminen por tener resultados satisfactorios. Pero,
teniendo en cuenta que nuestra capacidad para fallar no desaparecerá
nunca, tal vez deberíamos aprender de los más pequeños a mantener
esa alegría inherente ante la curiosidad y las novedades y a darnos
cuenta de que ofrecer calor, comprensión y apoyo puede resultar mu-
cho más interesante que censurar el proceso de aprendizaje, el propio
o el de otros. Si no tenéis mucha experiencia en algo es normal que no
os salga bien a la primera, e incluso que os lleve cierto tiempo ganar la
destreza conveniente. Continuad siendo inteligentes y positivos, apli-
caos y disfrutad del aprendizaje.

Aplicando la Teoría del 50%.

Si en esta vida vamos a encontrarnos retos, pruebas y desafíos


mejor estar preparados, ¿verdad? Para eso es esta teoría y todas las
herramientas que ya hemos visto, aunque para aplicarlas debemos ser
conscientes de que estamos ante una situación así.

En ocasiones estas pruebas son más o menos complejas. Cuan-


do lo son mucho nos parecen insuperables, nos desbordan como ya
hemos dicho: nos encontramos ante un montón de frentes abiertos, lo
cual hace que nos sintamos pequeños y que la situación parezca irre-
soluble. Y es aquí cuando el miedo, del que ya hemos hablado mucho,
entra otra vez en escena; llega el pánico y de nuevo nos quedamos in-
móviles. El resultado ya sabemos cual es: acabamos por no hacer nada.

Por otro lado, casi por defecto y sin querer menospreciar la si-
tuación de nadie, las personas suelen hacer grandes montañas de sus
problemas cotidianos. Ante este planteamiento cabe ser más práctico:
si toca luchar mejor hacerlo con garra. Por eso no es necesario compli-
carnos más la vida con dramatizaciones, a fin de cuentas es todo una
cuestión de actitud, y si la cosa de por sí ya es pesada no será necesario
imponernos más trabas o dificultades.

Es por ello que debemos dividir para vencer, hacer al enemigo


pequeño antes de atacarlo. Imagina un jogo de capoeira de 4 contra
232
7.c -La teoría del 50%

1… sería un poco desigual, ¿verdad? Visto así es muy normal sentirse


superado de ante mano; pero no sucede lo mismo cuando sólo nos
enfrentamos a un único oponente. Por eso quizá también resulte con-
veniente dividir estas pruebas en otras más pequeñas, pues ver que la
situación es más asequible nos invitará a pasar a la acción. Aunque no
podremos cantar victoria todavía mis jóvenes guerreros y guerreras.
Sigamos pues.

Una vez reconocida la problemática original intentaremos se-


guir dividiéndola para ver si podemos simplificar más todavía la situa-
ción, pretendiendo llegar a ese punto, del que hablábamos antes, en
el cual tan sólo nos encontraremos ante dos únicas opciones. ¿Por qué
esto? Pues exactamente por lo mismo que lo anterior: si luchar contra
1 es más sencillo que contra 4, decidir entre dos opciones siempre será
mucho más fácil que si son más las alternativas.

Entonces, habiendo quitado ya unos cuantos velos, habiendo


pelado la cebolla sin llorar, hasta llegar al centro del asunto y habiendo
racionalizado nuestros problemas para poder afrontarlos con y desde
la actitud conveniente… Habiendo llegado a este punto, nos daremos
cuenta de que ante una problemática, ante una duda, tan sólo ten-
dremos que decidir entre dos opciones, dos únicas alternativas, que
además se resuelven diciendo SÍ o NO. Así, veréis que podréis resol-
ver estas situaciones, ya más normalizadas, respondiendo a preguntas
como:

- ¿mi actitud ha sido la correcta?


- ¿sería conveniente actuar del mismo modo en el futuro?
- ¿debí o debo esforzarme más?
- ¿me siento bien con las cosas que hago?
- ¿algo en concreto de lo que hago me hace sentir mal?
- ¿debo seguir haciéndolo?
- ¿estoy enfocándome bien ante un problema?

O si queréis os propongo ejemplos más prácticos todavía:

- ¿le he contestado bien a mi madre?


- ¿se merecía que le hablara mal sólo porque no estoy de humor?
233
“Rompiendo las Reglas”

- ¿debo prepararme bien para el próximo examen de capoeira?


- ¿ha estado bien subirme al pupitre para impulsar manualmente el
ventilador de la clase?
- ¿es bueno para mí o para mis compañeros llamarles tontos o cualquier
otro piropo similar?
- ¿debo continuar con esta relación sentimental o en este trabajo?
- ¿es bueno para mí enfadarme constantemente?
- ¿estoy ocupándome de mis actos y circunstancias o responsabilizo a
otros de mi mala situación?
- ¿realmente he hecho todo lo que estaba en mi mano o he sido pere-
zoso y descuidado?
- ¿me convienen las cosas que hago con este grupo de amigos?
- ¿es bueno que me quede encerrado en mi cuarto lamentándome?
-…

Como podéis comprobar encontrarnos en estas situaciones, o


el resultado derivado de ellas, poco o nada tienen que ver con la suer-
te pues todas y cada una de ellas depende únicamente de nuestra
actitud y de nuestro sentido de la responsabilidad, no hay cabida para
elementos externos o aleatorios. Estos ejemplos muestran claramente
que, en caso de que sigáis creyendo en la suerte, ésta no se tiene… se
provoca. Así nuestras acciones y sus resultados tan sólo dependen de
nosotros mismos ¿Lo recordáis? ¿Para qué seguir dejando en manos
ajenas nuestro destino? Construyámoslo paso a paso, piedra a piedra,
aceptando con humildad las lecciones que la vida nos ofrece, viendo en
cada situación una oportunidad de crecer y aprender, incluso cuando
debamos reconocer nuestros errores.

Otro punto muy importante de esta teoría, y que hemos men-


cionado de pasada al principio de este artículo, es que aplicarlo podrá
ser de gran utilidad cuando existen connotaciones personales o emo-
cionales. En ocasiones los vínculos desarrollados con otras personas,
trabajos, actividades o cosas nublan nuestra capacidad de ser objetivos
o racionales. Esta teoría ayuda a distanciarse un poco de estas facetas,
pudiendo ver con cierta perspectiva aquello que resulta más conve-
niente hacer. Una vez reconocidos los obstáculos que plantea esa mala
situación y las posibles soluciones tal vez nos resulte más sencillo tomar
una decisión y actuar dejando de lado estos condicionantes.
234
7.c -La teoría del 50%

Mis queridos y queridas carapanes, cada vez queda menos para


el final. ¿Queréis ver cómo termina todo esto? ¿Sí? ¿No? ¿Dudáis? Para
mí la elección está más que clara. Os veo en el próximo capítulo de
nuestra aventura en común. ¡Gracias por estar ahí!

Intentando Resumir un Poco:

- la vida es, sí o sí, una sucesión de situaciones que nos obligarán a to-
mar decisiones constantemente,
- tener decisiones pendientes puede hacer que nos sintamos mal, pues
estamos retrasando algo que debemos afrontar,
- atrevernos a afrontar este reto con alegría y buena voluntad es muy
importante pues nos ayudará a ganar experiencia, confianza y conoci-
miento sobre nosotros mismos,
- para tomar esas decisiones sería conveniente disponer de algún tipo
de herramienta que nos ayude a resolver nuestros conflictos cotidia-
nos; la Teoría del 50% es una de esas herramientas,
- esta sencilla teoría dice que ante un problema tendremos que decidir
entre dos únicas opciones... A y B, entre SÍ y NO,
- si optamos por A y acertamos… ¡estupendo! Podremos continuar ca-
minando, deseosos de afrontar el próximo reto,
- si optamos por B y fallamos tan sólo deberemos poner en práctica la
otra opción posible, la A, porque si no es una… ¡es la otra!
- visto desde esta perspectiva incluso fallar puede ser productivo y dada
la sencillez de la rectificación esta teoría nos invita a actuar sin miedo
pues tan sólo deberemos fijarnos bien en nuestras dos únicas opciones,
- utilizar, una vez más, un lenguaje positivo nos ayudará a tener una
mejor disposición a afrontar las distintas situaciones y decisiones que la
vida nos ofrezca, PP…
- así pues no veremos problemas en la vida… veremos retos, desafíos,
pruebas, aprendizaje, crecimiento…
- no actuar no será nunca un opción, pues supondría seguir teniendo
cosas pendientes por resolver,
- una vez más para aprender, y también para aprender a escoger, debe-
remos actuar… ponernos en marcha,
- aceptado todo lo anterior veremos, una vez más, que todo depende
de nuestra actitud y de nuestro sentido de la responsabilidad, lo cual
235
“Rompiendo las Reglas”

exime de culpa a otras personas o deja fuera de juego a fuerzas exter-


nas e irracionales,

Práctica:

1. Para variar lee con atención el artículo y subraya y pregunta el sig-


nificado de toda palabra o expresión que te resulte desconocida. No
hay vergüenza cuando de aprender se trata y a nosotros… ¡nos gusta
tanto aprender!
2. Responde a las preguntas del apartado Aplicando la Teoría del 50%.
Si crees oportuno variar las preguntas o tomarlas como ejemplo para
plantear otras que se correspondan mejor a tu situación personal…
hazlo sin reparos.
3. Proponte las mismas preguntas tomando como referencia los artícu-
los al enfado, la culpa, la suerte y el miedo. Habiendo respondido con
sinceridad… ¿sobre quién dirías que recae la responsabilidad última en
esas situaciones?

Algunas Citas de Interés:

- “No únicamente somos responsables de lo que hacemos, sino tam-


bién de lo que no hacemos”. Moliere
- “Jamás dejes que las dudas paralicen tus acciones. Toma siempre las
decisiones que necesites tomar, incluso sin tener la seguridad o certeza
de que estás decidiendo correctamente”. Paulo Coelho
- “El primer paso indispensable para conseguir las cosas que quieres de
la vida es éste: decide lo que quieres”. Ben Stein
- “Podemos tratar de evitar tomar decisiones y no hacer nada, pero
incluso eso es una decisión”. Gary Collins
- “Cuando un hombre honesto descubre que se ha equivocado, o deja
de estar equivocado o deja de ser honesto”. Anónimo
236
7.c -La teoría del 50%

Algunas Recomendaciones Interesantes:

Sin querer, al hablar de todo, esto me ha venido a la memoria


una cosa que me parece interesante. Cuando yo era pequeño existía,
no sé si ahora aún lo hacen, una serie de libros juveniles que llevaban
como título genérico “Elige tu propia Aventura”. Cada uno tenía una
temática distinta, pero todos tenían en común el hecho de que te ha-
cían participar activamente en la historia. ¿Cómo hacían esto? Hacién-
dote escoger en determinados puntos de la aventura y dependiendo
de tu elección los protagonistas corrían una suerte u otra. Lo bueno es
que si el resultado de tu elección no te gustaba siempre podías volver
atrás y hacer otra elección más favorable. Quizá en la biblioteca de
vuestro centro educativo o barrio aún podáis encontrar ejemplares de
esta serie de aventuras.

Otra buena recomendación, aunque un poquito menos amable,


es el libro del psiquiatra austríaco Viktor Frankl “El Hombre en Busca
de Sentido”. Este hombre también sufrió la vida de un campo de con-
centración y sobrevivió para contarlo. En su libro muestra como los
prisioneros se jugaban la vida a diario en función de las decisiones que
tomaban y cómo se torna imprescindible para seguir valorando la pro-
pia existencia en esas dramáticas situaciones amar la vida por encima
de todo. Es un relato sencillo fácil de leer, aunque no siempre cómodo,
y sirve, una vez más, para ejemplificar tanto la decadencia como la ex-
celencia del ser humano.

Tal vez en la vida las cosas no sean tan sencillas como volver
algunas páginas más atrás, pero salvo la muerte todo tiene remedio.
Si en alguna ocasión debemos deshacer algún tramo del camino re-
corrido… ¡hagámoslo! Seamos nosotros quienes escojamos nuestros
destinos… y si no nos gustan… ¡cambiémoslos! Es vuestra aventura y
de nadie más.
237
“Rompiendo las Reglas”

8.
238
8. -La despedida: el gran comienzo

Con mucha alegría debo anunciaros, carapanes, que nuestro via-


je en común llegará a su fin al concluir este artículo. Y está muy bien que
así sea. Hemos compartido muchos momentos y hablado de muchas
cosas importantes e interesantes para nosotros. Y lo hemos hecho muy
bien; vosotros lo habéis hecho muy bien.

Precisamente gracias a ese buen hacer también habéis tomado


mayor conciencia sobre vosotros mismos y sobre vuestras circunstan-
cias, inquietudes y necesidades. Tras el obligado análisis os conocéis
un poquito mejor y habéis caído en cuenta que teníais algunos asuntos
pendientes, y siendo esto así es comprensiblemente normal que las co-
sas no nos fueran del todo bien, ¿verdad?

Pero ahora, aunque todavía queda mucho por hacer, ya pode-


mos salir ahí fuera dispuestos a intentarlo de nuevo desde otra perspec-
tiva. Ha llegado el momento de empezar la verdadera aventura, la vues-
tra. Éste, entonces, bien podría ser vuestro particular Gran Comienzo.

La Vida, la Mejor Escuela

Vuestras cortas vidas, aunque no por ello menos vividas e inten-


sas, ya os han brindado muchas experiencias. Pero dejad que os diga
que lo mejor está por llegar. En este libro he intentado quitarle un poco
de intriga a esto de vivir, pero aunque no sea un misterio debemos ad-
mitir que la vida sí es una auténtica maravilla.

Para empezar estáis muy vivos, lo cual no es, en absoluto, poca


cosa. ¿Sabéis cuántas células tienen que ponerse de acuerdo para daros
la apariencia que tenéis? Es realmente toda una proeza de la ingeniería
biológica. Y lo mismo sucede con el resto de formas de vida y fenóme-
nos naturales. Estar vivo es todo un gozo, así que… ¿vas a desaprove-
char esta oportunidad tan grande que te han brindado? Estoy seguro
de que no. Antes o después os daréis cuenta de lo que quiero decir y
empezaréis a mover el culo.

Puedes emocionarte con una imponente lluvia de estrellas, pue-


des recibir la energía del sol en un bonito día de playa, puedes sentir tus
239
“Rompiendo las Reglas”

pelos erizarse bajo una refrescante tormenta estival, puedes subir a lo


alto de una montaña y percibir cuán insignificantes somos en realidad.
Pero también puedes correr, saltar, pintar, cantar, viajar, crear historias,
nadar, imaginar, dibujar, contar, saltar en paracaídas, entrenar, reparar
cosas, bucear, pensar, montar en bicicleta, leer, escribir, trepar...

Son tantas las cosas de las que podéis ser capaces mis valien-
tes carapanes. Podéis ser actores, médicos, electricistas, ingenieros,
profesionales del deporte, mecánicos, pintores, cantantes, peluqueros,
enfermeros, quiroprácticos, intérpretes, nutricionistas, científicos, acró-
batas, inventores, veterinarios, bailarines, poetas, pilotos, traductores,
ingenieros forestales, agricultores, maestros, bomberos, cocineros…
Pero sobre todo sed eso… valientes.

Entonces, proponte una meta, pues de una forma u otra pue-


des ser lo que quieras. Tan sólo necesitas creer en ti y en tus posibi-
lidades, ser constante, esforzarte y no rendirte con facilidad. Explota
alguna de tus muchas cualidades, o todas, y ten confianza. Eres real-
mente valioso y, sin duda, tienes muchas cosas buenas que aportar.

El mundo puede ser tan grande como quieras que sea. Puedes
quedarte encerrado en ti u optar por salir ahí fuera con optimismo,
ilusión y muchas ganas de aprender. Ya creo haber comentado que
nacemos dentro de jaulas metafóricas, pero nosotros podemos deci-
dir su tamaño y cuán prisioneros queremos sentirnos. El mismo cielo
puede ser tu límite, a no ser quieras ser astronauta, y visto de este
modo la jaula ya no parece tan pequeña, ¿verdad? Hay muchísimas
maneras de vivir mal una vida, pero apenas una de vivirla bien. Ser
positivos es esa única manera responsable de vivir desde la cual las
posibilidades de nuestra existencia se multiplicarán exponencialmen-
te.

Y no lo olvidéis: la vida, nuestra escuela, está cambiando cons-


tantemente. No tengáis nunca miedo a evolucionar con y a través de
ella. Esos cambios no son sino mejoras que, además, responderán
a nuestras necesidades vitales, o ¿acaso no actualizáis el móvil o el
portátil cada cierto tiempo? No tengáis miedo a actualizaros vosotros
también, no tengáis miedo a querer ser mejores.
240
8. -La despedida: el gran comienzo

Aprendiendo a Vivir, Tomando la Medida

¿Qué cómo se aprende a vivir? Pues de la misma manera que


se aprenden el resto de las cosas: haciendo y, en este caso, viviendo.
Para aprender a dibujar, por ejemplo, tendrás que coger, al menos, un
lápiz y una hoja de papel y practicar mucho. Tampoco estará mal ver
algún tutorial, inscribirse en algún curso, imitar las obras de conocidos
artistas o recibir los consejos de alguien más diestro que tú. Pero lo
fundamental será siempre empezar por utilizar nuestras propias manos,
incluso ensuciarlas.

Para aprender a vivir tendremos, pues, que proceder de igual


manera: coge tu vida y empieza a hacer cosas con ella. La vida es el
conjunto de todos nuestros pensamientos; pero también, y sobre todo,
son todos los pensamientos que conscientemente somos capaces de
generar y llevar a la acción. Siempre podremos tomar como referente
la experiencia y el camino de otros, pero nunca olvidéis que nada será
más significativo y provechoso que aquellas cosas que terminemos por
vivir en primera persona.

Como os decía en el capítulo 6.d. dedicado al Miedo, los ex-


tremos se tocan. Es decir, exceso y defecto suelen terminar por tener
las mismas malas consecuencias pues, necesariamente y como con-
secuencia compensatoria, un exceso de algo implica que exista un
defecto por otro lado. Pero en ocasiones, si no siempre, tanto uno
como otro suponen obligadas partes del ineludible proceso de apren-
dizaje/entrenamiento mediante el cual podremos hallar ese término
medio tan conveniente. Así, para aprender a tomarle la medida a la
vida, deberéis quedaros cortos y/o excederos. Es como hervir arroz
por primera vez: tienes que tener en cuenta la intensidad del fuego,
la capacidad de la olla, la cantidad de agua y arroz, el tiempo de coc-
ción, ¿le echamos aceite y sal?, ¿y un ajo o dos?… ¿Fácil? No tanto, al
menos no al principio. Bien, pues ahora piensa en hacer una paella.

Aun con todo, la vida es mucho que los tres consejos que yo,
o cualquier otro carapán tirando ya a viejo, os pueda dar pues saber,
y mucho menos hablar, no garantiza actuar siempre de la manera co-
rrecta o con la intensidad adecuada. Así que empezad ya mismo a
241
“Rompiendo las Reglas”

poneros a prueba y recordad que podéis equivocaros cuantas veces


haga falta. Excedeos o quedaos cortos, pero aseguraos de extraer
una lección de cada experiencia vivida. La vida también es eso que
pasa mientras aprendemos a tomarle la medida a las cosas.

¡Atento Carapán! Para Aprender Hay que Observar

Para entrenarnos en el Arte del Buen Vivir debemos vivir y


hacer. Pero para ello, ya que aprendemos por imitación, resulta im-
prescindible iniciarse también en el arte de la observación. Porque, si
no observas con atención, ¿cómo vas a imitar, corregir o mejorar esas
cosas que resultan tan necesarias para disfrutar bien la vida? ¿Cómo
vas a darte cuenta de si te has quedado corto o si te has pasado tres
pueblos?

Aprender a vivir requiere un mínimo de atención, por no decir


toda la que podamos dedicar. Mi padre me decía con bastante fre-
cuencia una cosa que aún hoy se ve en la obligación de recordarme de
tanto en tanto: cuando estés haciendo algo haz y piensa sólo en esa
cosa. Es decir, enfoca tu atención y asegúrate de poner lo mejor de ti
en cada intento que realices. No importa la materia ni la situación, a
veces incluso no importa si terminamos fallando. Pero céntrate, pues
cada instante es precioso y puede aportarnos una valiosa información
si estamos atentos a aquellos detalles que deben fijar nuestro interés.
Pero incluso a esto tendremos que aprender, como a todo lo demás.

Coged vuestra atención y escrutaos a vosotros mismos, a los


que os rodean y a vuestro entorno; observad bien de qué manera se
relaciona la gente, qué cosas hacen o se ofrecen los unos a los otros
y cómo reaccionan. Preguntaos qué repercusiones tienen todos esos
actos y actitudes, sacad vuestras propias conclusiones e intentad lue-
go obrar en consecuencia. Contemplad la vida, maravillaos con ella,
aprended a escucharla. Y recordad que muchas veces las emociones
y las actitudes dicen más cosas de las que parece, más incluso y más
verdaderas que las propias palabras. Así que mucha atención carapa-
nes: poned todos vuestros sentidos en la vida. ¿Has observado ya la
vida hoy? ¿A qué esperas?
242
8. -La despedida: el gran comienzo

¿No sabes qué hacer? Muévete Carapán… ¡Haz Deporte!

Entiendo que puedas sentirte algo desorientado aún y que no


tengas claro hacia dónde dirigirte o enfocarte o qué utilizar para lograr-
lo. Realmente son muchas las opciones. Así que me gustaría haceros
una sugerencia más: haced deporte. Me atrevería a decir que, al me-
nos, hay un deporte para cada persona.

El ejercicio físico realizado con cierta frecuencia, control e in-


tensidad es una de las mejores fórmulas para ser los dueños de una
excelente salud física y mental. Los beneficios que el deporte puede
ofrecernos son más que obvios y entre otras cosas, además de mejorar
las capacidades físicas básicas (fuerza, resistencia, flexibilidad y veloci-
dad), también nos ayudará en los siguientes aspectos:

- ayuda a aumentar la autoestima y el propio concepto,


- invita a la socialización, pues a buen seguro, incluso en los deportes
individuales o de contacto, tendremos la oportunidad de conocer y
hacer buenos amigos,
- al ser el cuerpo la principal herramienta de trabajo de un deportista se
establece una íntima conexión entre éste y la mente,
- ya sean individuales o colectivos casi todos implican grandes dosis de
motivación, positivismo y autosuperación,
- un individuo puede aportar sus buenas cualidades al grupo y, a su
vez, puede aprovechar los beneficios que formar parte de un conjunto
aporta,
- el ejercicio constante y programado puede provocar increíbles trans-
formaciones físicas y mentales,
- ayuda a gestionar y controlar la agresividad y a liberar tensiones a
través de su función catártica,
- su práctica está relacionada con la segregación de ciertas hormonas
íntimamente vinculadas con el bienestar, como las endorfinas, la sero-
tonina o la dopamina,
- entre otras cosas, la competición ayuda a ponernos a prueba y obli-
ga a tomar decisiones, pudiendo ser este entrenamiento transferible a
otros ámbitos,
- la socialización obliga a conocer y comprender las normas que rigen
ese deporte y la convivencia que de él desemboca,
243
“Rompiendo las Reglas”

- la experimentación en un ambiente controlado de toda serie de emo-


ciones y sentimientos ayuda a su gestión y a perder el miedo a enfren-
tarnos a adversidades,
- el deporte enfocado a la persecución y obtención de buenos resulta-
dos supone imponerse cierta disciplina, a la par que planificar y criticar
nuestra actuación en pos de esas mejorías,
- a través del ejercicio físico podemos mejorar otras áreas de nuestra
vida que favorecen nuestro rendimiento o que se vean beneficiadas
debido al entrenamiento regular,
- la práctica de deporte ayuda a enfocar nuestra atención, nos obliga a
centrarnos y a proponernos metas, así como a buscar la mejor manera
de alcanzar estos objetivos,
- su práctica puede derivar en otras tantas actividades relacionadas con
el mundo del deporte, la salud y el bienestar,
-…

¿Habéis visto? Algo tan aparentemente inocente y cotidiano


como el deporte encierra una cantidad enorme de beneficios, tanto
para nuestro cuerpo como para nuestra mente, para el bien individual
y como para el colectivo.

Además, si habéis leído con atención, habréis notado que el


deporte nos ofrece la oportunidad de practicar todas las cosas suge-
ridas en este manual para mejorar nuestro bienestar y nuestras vidas
conscientemente:

- nos vuelve más despiertos e inteligentes,


- nos ayuda a sentirnos bien,
- nos obliga a cambiar nuestra actitud hacia la vida,
- supone renunciar a ciertas conductas que entorpecen los buenos re-
sultados o la convivencia con compañeros, deportistas o no, empuján-
donos a compartir y colaborar,
- favorece la comprensión y la gestión de nuestras emociones, nos en-
frenta a ellas a través de intensas vivencias,
- el positivismo y la proyección de nuestras metas y objetivos será tam-
bién una constante y, prácticamente, una imperiosa necesidad,
- nos obliga a ser creativos en la resolución de problemas y en la toma
de decisiones, así como también a ser críticos a través de la revisión del
244
8. -La despedida: el gran comienzo

resultado de éstas,
- ayuda a conectar el mundo exterior con nuestro universo interior,
- nos infunde el valor necesario para continuar avanzando con alegría
en la vida,

En especial recomiendo actividades como las artes marciales,


teniendo para mí el Kárate y la Capoeira un lugar muy especial. El Ká-
rate por su disciplina, su gran precisión técnica y el autocontrol que
infunde; también por el amplio abanico de maravillosos valores que
ayuda a gestar en el individuo. La Capoeira por su increíble plasticidad
y espectacularidad; por la velocidad, eficacia y agilidad de sus movi-
mientos; por exigirles al cuerpo y a la mente a través de aparentemente
movimientos imposibles; por su gran tradición histórica y cultural, en
estrecha relación con la historia del mundo moderno, que se transmite
a través de la música y el canto; por sus connotaciones individuales y
grupales…

Pero yo, ¿qué voy a decir? Si apenas llevo treinta años haciendo
artes marciales, veinte de los cuales dedicados casi en exclusividad a la
práctica, estudio y divulgación de la capoeira y sus innumerables valo-
res y beneficios. Ésa es mi recomendación. Pero las posibilidades son
prácticamente infinitas. Sed curiosos, investigad y haced vuestra propia
elección.

Generando “Deuda” Positiva

Es fácil que el nuevo cambio de perspectiva en tu enfoque hacia


la vida te haga sentir muchas y muy distintas cosas, al principio puede
que hasta te sientas muy desorientado. Ganar conciencia sensibiliza
bastante, de repente estamos abiertos a percibir aquellas emociones y
sensaciones que antes ignorábamos o nos negábamos. Todo se torna
extremadamente intenso y desconcertante, tanto que incluso puede
llegar a doler, o al menos así lo viví yo.

Es como poner tu canción favorita a todo volumen, por más que
te guste sonará desagradablemente distorsionada. Pero si consigues
regular el volumen al nivel adecuado lograrás percibir todos sus mati-
245
“Rompiendo las Reglas”

ces de una manera más armónica y placentera. Por otro lado que no te
asuste sentir, puede que hayas estado un poco cerrado y todo esto te
pille un poco por sorpresa. Todo es cuestión de enfocarse y de apren-
der a tomar la medida, de regular el volumen de nuestras emociones,
pues a través de ellas establecemos y mantenemos el contacto con
nuestra realidad, tanto la interna como la externa.

Una de las emociones que con frecuencia más se desprenden


de este tipo de vivencias transformadoras es la gratitud. Gratitud ha-
cia aquellas personas, actividades o pensamientos que contribuyeron a
que el cambio fuera posible; o simplemente gratitud hacia la vida mis-
ma, si por un casual no existiera esa figura. Gratitud porque, sea como
fuere, has aprendido a darle valor a las cosas y ya eres consciente del
gran regalo que supone estar vivo, incluso cuando el panorama se nos
presenta un tanto cuesta arriba. Y esto está muy bien.

Pero generalmente el planteamiento más extendido al respecto


de este sentimiento de agradecimiento en la sociedad del materialis-
mo, ésa en la que vivimos, se traduce en deuda: deuda hacia el intere-
sado benefactor, que se ofrece a interceder por un módico precio. Pero
nosotros también nos vemos en la obligación de romper esta regla. Los
verdaderos maestros no pretenden ni esperan nada de sus alumnos
más que su total independencia, pues probablemente ellos mismos
también recibieron ayuda de alguien cuando perseguían su propia li-
bertad.

Este planteamiento negativo de la deuda de nuevo incurre en la


dependencia, por tanto debe ser descartado por completo. Así lo que
debemos hacer con ese sentimiento de deuda es transmitirla de for-
ma lateral o descendente, es decir: deberíamos pagar nuestra gratitud
ayudando, cuando llegue el momento y sin esperar nada a cambio, a
otras personas. Es lo que se conoce como Deuda Positiva, muy similar
a lo que se plantea en la película Cadena de Favores que ya os reco-
mendé en el capítulo 7.b.

No desmerezcáis nunca el valor de la amabilidad y recordad


que tratando bien y ayudando a los demás os estáis tratando bien y
ayudando a vosotros mismos. Generad vínculos que pretendan y des-
246
8. -La despedida: el gran comienzo

emboquen en esa libertad y bienestar para vosotros y para quienes


os rodean, de este modo estaréis colaborando a construir un mañana
mejor.

Lamento Decirte que No es un Camino Cómodo

Ya hemos visto a lo largo del libro que las cuestiones que aquí
tratamos, aunque muy simples, son imprescindibles para conseguir te-
ner una buena existencia. Pero también hemos entendido que el de la
responsabilidad y la libertad no es un camino fácil. Aunque me gustaría
señalar que, a título personal, no encuentro esta senda más complicada
que las otras alternativas que la sociedad nos puede ofrecer. Ya hemos
hablado mucho sobre esto durante todo el libro: vivir mal o vivir bien,
¿recordáis?

Vivir, sobre todo si lo hacemos mal, conlleva un gran coste físico


y emocional, uno que es más satisfactorio y productivo si buscamos
ese ansiado bienestar. Entonces, y por ejemplo, no creo que realmente
cueste un mayor esfuerzo intentar comportarse de una manera más
amable con nosotros mismos o con los demás, encuentro complicado
intentar ser amable en un mundo que no lo es.

En ocasiones da la impresión de que estamos nadando contra
corriente y por mejores que son nuestras intenciones para con la vida
parece que nunca cambia nada o que nunca va a hacerlo. De ahí que
muchos escojan los otros caminos, por una comodidad que finalmen-
te no es tal cosa. Por eso es tan urgente aplicar todos estos aspectos
y divulgarlos tanto como nos sea posible a través de nuestro propio
ejemplo, pues cuantas más personas positivas y generosas haya en este
mundo más ligero será el caminar de todos. No hacer nada siempre
será peor.

Entonces, saber dibujar la línea entre nosotros y los demás sin


renunciar al espíritu colaborador y de búsqueda del bien común re-
sultará fundamental. Pero, sin duda, será del todo imposible estar de
acuerdo con todo el mundo siempre; por lo mismo tampoco estare-
mos siempre en desacuerdo con ellos como tampoco está todo mal
247
“Rompiendo las Reglas”

en nuestra sociedad. Es por ello que tendremos que aplicar al máximo


nuestro instinto y capacidad crítica, para ver en qué ocasiones debere-
mos alzar la voz para exigir cambios y romper las reglas, o cuáles alabar
sus virtudes. La cuestión es mantener una participación social activa
de manera que logremos una sociedad plural y tolerante, verdadero
reflejo de los individuos que la componen y los cuáles, a su vez, puedan
sentirse identificados en ella.

La vida no es mala ni buena, ni fácil ni difícil; es lo que nosotros


queramos hacer de ella y tan sólo lograremos modificar nuestras cir-
cunstancias, que no la propia vida, a través de nuestra actitud y acción.
Si has de invertir un esfuerzo, invierte primero en ti.

Vive y Deja Vivir

Me gustaría insistir sobre otra cosa. Hemos hecho todo este


gran y significativo esfuerzo, y nos hemos comprometido con nosotros
mismos a mantenerlo, para ser cada vez un poquito más dueños de
nuestras vidas, para disfrutarlas en todas sus facetas con emoción e
intensidad, persiguiendo eso que hemos llamado libertad.

Bien, ¿podríais hacerme un gran favor? No seáis vosotros quie-


nes algún día les robéis la libertad a otras personas. Del mismo modo
que está muy mal que otros intenten vivir sus vidas a través de la nues-
tra, mal estaría que lo hicierais vosotros. Recordad que tenemos la li-
bertad y el derecho de equivocarnos y recordad también que incluso
eso de equivocarse puede convertirse en un arte si lo hacemos de la
manera adecuada, y ésta es haciendo que los fallos sirvan para algo,
aprendiendo de ellos.

Así pues, dejad que los demás cometan sus propios errores y
también que disfruten de sus éxitos, dejad que recorran su camino y
que aprendan todo aquello que deben aprender. Lo único que podéis
hacer, si queréis, es estar cerca para ayudarles, si llega el momento, o
disfrutar con ellos las alegrías.
248
8. -La despedida: el gran comienzo

Siguiendo tus Sueños y Pensamientos para Construir la Utopía

Una utopía, según la definición de la RAE, es un proyecto, idea


o sistema irrealizable en el momento que se concibe o se plantea. Así
pues y a día de hoy, resulta que intentar conseguir un mundo más ama-
ble y equitativo es una utopía, y una de las grandes, y aquellos que
corren detrás de este sueño inalcanzable y que tienen este tipo de
pensamientos son llamados utópatas, soñadores, idealistas…

Para mí utopía es intentar mantener, sin revisión ni cambio


alguno, un sistema social y económico terriblemente desigual, en el
que una parte del planeta vive a costa de la otra, como si esto fuera
lo más normal del mundo. Utopía es querer vivir la vida a través de
ropa, objetos, series de televisión, películas, personajes famosos… ha-
ciendo caso omiso a nuestras necesidades de bienestar, estabilidad,
individualidad y libertad. Utopía es vivir en un sistema que pretende
que creamos que todos somos iguales, pero queriendo que unos sean
más iguales que otros. Utopía es pensar que podremos respirar o co-
mer dinero, ignorando la nefasta actuación que tenemos con el medio
ambiente. Utopía es querer colonizar Marte, al parecer cosa bastante
estudiada, porque aquí no tenemos ya nada que hacer, ¿y cuándo nos
carguemos el Planeta Rojo? Y podría seguir poniendo cosas de este
estilo; pero no es momento de esto, al menos ya no en este libro

Llamadme malpensado pero se me ocurre, así a bote pronto,


que la mayoría de factores que en la actualidad entorpecen la convi-
vencia entre individuos y/o sociedades y que, por ejemplo, destruyen
el medio ambiente están estrechamente relacionados con el dinero o
con la capacidad de los que gobiernan para ganarlo. ¿No será pues
que este sueño, esta utopía que muchos anhelamos, no es económi-
camente rentable? Visto así, ¿no será la sociedad del dinero, egoísta
y destructiva, la única y verdadera utopía y en tal caso la nuestra ya
no sería un sueño inalcanzable? Y si esto puede ser planteado de este
modo… ¿no somos nosotros mismos quiénes estamos alimentando y
haciendo posible este sueño de destrucción con nuestra falta de críti-
ca, imaginación y acción? Me parecen preguntas bastante interesan-
tes.
249
“Rompiendo las Reglas”

En muchos aspectos, y no siempre de manera obvia, la socie-


dad nos propone vivir bajo unas condiciones que, en lo fundamental,
no admiten crítica, imponiéndonos unas amables normas, en forma,
que pueden terminar por limitar nuestro desarrollo y capacidad de
elección. Hay personas mayores que, por ejemplo, aseguran haber vi-
vido sin sentir que eran los dueños de sus decisiones, de sus propias
vidas. Vivir sin revisión el planteamiento que otros te ofrecen es el
auténtico sinsentido; es como vivir en un sueño, pero el de otros. Si
tienes que vivir soñando escoge tú, al menos, el sueño.

Si la utopía que aquí proponemos no se puede llevar a término


es, en parte, por falta de voluntad y conciencia, por dejarnos llevar por
la inercia que la sociedad del consumismo propone. Si realmente quie-
res ser dueño de tu vida asegúrate de ser tú quién maneje las riendas,
participa activamente de ella atreviéndote a pensar y a tomar decisio-
nes por tu cuenta.

La necesidad de encontrar nuevas formas en la convivencia en-


tre los seres humanos y de enfocarnos convenientemente en este pla-
neta, el único del que a día de hoy disponemos, es extremadamente
urgente. Pon las noticias, echa un vistazo al periódico… aunque no son
pocos los trazos amables que podemos encontrar aún siguen siendo
demasiadas las cosas por las que aún debemos esforzarnos. Es una la-
bor titánica para una sola persona, por eso debe hacerse en conjunto;
por eso es tan importante que nos sintamos tan únicos como parte de
un grupo, algo más grande que nosotros mismos; por eso necesitamos
a todos los soñadores con todos sus sueños.

A pesar de estas necesidades comunes, sólo aquellos que si-


guen intentado mejorar conscientemente su vida y la de los demás son
tachados de soñadores, como queriendo insinuar que pretender algo
mejor que vivir y compartir es el auténtico sueño, mientras que aque-
llos que siguen la senda del egoísmo son admirados e imitados. Esta
es tu única vida, ¿vas a dejar que te digan cómo debes vivir o con qué
debes soñar o no? Estoy convencido de que no. Tienes todo el derecho
del mundo, pero también la responsabilidad y la obligación, a vivir bien
tu vida.
250
8. -La despedida: el gran comienzo

Las civilizaciones siempre avanzaron gracias a los sueños de


unos cuántos locos iluminados que asombraron al mundo con sus ge-
niales ocurrencias, las cuales casi siempre provinieron de un sueño a
priori inalcanzable o de una forma de pensar diferente a lo estableci-
do. Así que, amigos y amigas, atreveros a pensar… atreveros a soñar.
Quién sabe, tal vez algún día seáis vosotros quienes aportéis grandes
ideas que logren transformar el mundo. Perseguid vuestros sueños y
ayudad a los demás a alcanzar los suyos si es necesario.

El Fin no es más que un Nuevo Comienzo

Y ahora sí ha llegado el momento de poner punto y final a este


libro. Pero antes… ¿recordáis cómo comenzó nuestra amistad? Lo hizo
diciéndoos que no sois tontos, que sois precisamente lo contrario. ¿Y
queréis saber por qué comenzó así? Pues porque yo ya sabía que sois
muy inteligentes y capaces. Desde el primer momento pude percibir a
través de vuestras miradas, por vuestros gestos y actitudes, cuántas ga-
nas teníais de sentiros mejor. Dejad que os diga que, al menos para mí,
no hay mayor síntoma de inteligencia que ése: querer mejorar nuestra
existencia, querer vivir bien la vida a través de la conciencia, la compren-
sión, la aceptación y el control de nuestras emociones.

Habiendo dicho esto último, cerrando el círculo al unir principio y


final; habiéndoos hecho conscientes de vuestras inmensas capacidades y
de vuestro gran poder… Habiendo hecho todo esto, ahora, ya os puedo
dejar marchar, ya sabéis casi tanto como yo. Os invito a probar en solita-
rio y en libertad, que no solos, esas fulgurantes alas que os han salido.

Pero debéis saber una última cosa más. Sabed que al leer este
libro os habéis comprometido, aunque no conmigo: os habéis compro-
metido con vosotros mismos, con vuestros seres queridos, con la natura-
leza, con el resto del mundo… con la vida. Ahora sí sois verdaderos Gue-
rreros Inteligentes de la Orden de los Carapanes. Ahora que sabéis, id y
haced el bien mis jóvenes amigos y amigas. Id, volad muy alto y olvidaos
de mí, pero no, a ser posible, del calor que os hicieron sentir mis buenas
palabras. ¡Nos vemos por el camino! Y no lo olvidéis: nos debemos un
abrazo...
251
“Rompiendo las Reglas”

Epílogo

9.
252
9. -Si tienes mas de 18 años

Cómo surgió este libro

Cuando recibí aquella llamada nada hacía sospechar que este li-
bro sería una de sus consecuencias, pues si alguien se hubiera aventura-
do a decirme hace algunos años que yo iba a escribir un manual sobre es-
tos menesteres me habría parecido un chiste, aunque de dudosa gracia.
Pero el caso es que allí estaba yo, dispuesto a afrontar aquel nuevo reto
sin siquiera atisbar cuáles serían sus magnitudes ni repercusiones. Y sin
embargo era la oportunidad que andaba buscando desde hace tiempo.

Tras más de 15 años trabajando en actividades dirigidas en cen-


tros de ocio, gimnasios y escuelas cayó en mis manos una oferta muy difí-
cil de rechazar: participar en un programa educativo especial destinado a
combatir el fracaso y el abandono escolar de muchachos de entre 13 y 16
años, con bajo rendimiento académico y notables problemas de conduc-
ta, a través de un currículo adaptado y la participación en talleres de lo
más variopinto. Mi labor: ayudar, junto a mis compañeros del programa,
a arrancar de las garras del lado oscuro a estos jóvenes enseñándoles
Capoeira, arte marcial brasileño de gran atractivo y plasticidad.

Lo cierto es que tenía cierta experiencia en este ámbito pues al-


gunos de mis alumnos ya habían presentado, en un principio, la misma
radiografía, la cual los relegaba a no ser más que un simple cliché y al
menosprecio, propio y ajeno. Sin embargo estos mismos muchachos re-
conocieron en la Capoeira, desde bien temprano, un elemento que les
permitió explorar y valorar sus cualidades y desarrollar una curiosidad y
unas ganas de vivir que sorprendieron a sus antiguos tutores y que logró
encumbrarlos hasta cotas realmente insospechadas para casi todos. Pero
no para mí que, afortunadamente, supe guiar y contribuir a dar forma a
tanta energía juvenil, no sin cometer algunas torpezas. Tal vez en esta
ocasión, ya un poco mas experto, pudiera llegar a suceder lo mismo con
mis nuevos estudiantes.

Así pues llegó el primer día de curso, que consistió en una reu-
nión en la que estaban presentes todo el alumnado, el cuerpo docente
y algunas de las autoridades locales que daban apoyo al programa. La
escena era de lo más pintoresca. Todo el mundo estaba muy serio, de-
masiado. De pronto comenzaron los discursos por parte de los adultos
253
“Rompiendo las Reglas”

responsables acerca de la gran oportunidad que suponía poder parti-


cipar en aquel curso, sobre el gran esfuerzo humano y económico que
conlleva un proyecto de esas características, la suerte que tenían al ac-
ceder a él y del compromiso y de los grandes resultados que de ellos se
esperaba. Uno por uno todos los profesores y monitores fueron repitien-
do prácticamente el mismo discurso y casualmente todos optaron por
la misma versión fatalista, lo cual me dejó bastante perplejo. El efecto
atemorizador que aquellas palabras provocaban en esos niños grandes,
pero niños a fin de cuentas, era más que palpable. También lo era la
profunda escisión que existía entre los distintos grupos generacionales:
jóvenes y adultos.

Fue entonces cuando llegó mi turno de hablar. Los tenía allí delan-
te, callados y dispuestos a escuchar, con la docilidad a la que en ocasiones
induce el miedo, cualquier cosa que yo tuviera que decir. Y lo único que
se me ocurrió decirles es: “a pesar de que estáis aquí y de que no os ha
ido muy bien anteriormente en el instituto yo sé que no sois tontos”. Los
muchachos me miraron atónitos; parecían, al igual que algunos de los
adultos, no dar crédito a lo que acaban de escuchar, pero acto seguido
sus rostros reflejaron tranquilidad y confianza. La posible razón: un com-
pleto desconocido les hablaba de forma positiva, sin amenazas, les acep-
taba tal cual y mostraba preocupación por ellos. Me agarré a ese clavo y
por ahí continuó mi improvisada, pero consciente, aportación: diciéndo-
les a aquellos muchachos y muchachas que en la vida, a pesar incluso de
la mejor de las voluntades, no siempre acertamos en las decisiones que
tomamos o no siempre tenemos éxito, pero que hasta a eso de fallar se le
puede sacar cierto beneficio aplicable, para fallar mejor e incluso acertar,
en la siguiente ocasión. Positivista y motivador al cien por cien.

Para las siguientes clases desarrollé aquel discurso inicial de “No


eres tonto”, prácticamente el mismo que abre este libro en su primer ca-
pítulo. Agudicé mis buenas formas e interactué con el alumnado preocu-
pándome por sus anhelos, expectativas y circunstancias, cayendo en la
cuenta que lejos de ser problemáticos aquellos no eran más que chicos
y chicas con problemas. La mayoría de ellos, que no todos, provenían de
familias carentes o desestructuradas en algún sentido, resultando en el
peor de los casos los ámbitos familiar, económico y de amistades los más
influyentes y degenerados.
254
9. -Si tienes mas de 18 años

A partir de ahí, sentadas las bases de nuestra futura relación,


los alumnos comenzaron a abrirse al apreciar mi preocupación sincera
y desinteresada por ellos, ajena a su pasado, a los resultados académi-
cos y a sus posibles consecuencias. En este marco de confianza no fue
difícil caer en la cuenta de que esos jóvenes no eran más que personas,
niños jugando a ser adultos, que deseaban, por encima de todo, llegar
a sentirse bien, cosa que algunos no lograban desde hacía demasiado
tiempo.

De esta manera fui pensando y programando las siguientes in-


tervenciones. En principio no eran más que eso: charlas relajadas en las
que los alumnos podían sincerarse sin temor a recibir críticas o censura
alguna. Y funcionaba. Mostraban interés y participaban de buen grado,
lo cual resultaba chocante dado que ése no acostumbraba a ser el clima
en el resto de materias o en su día a día. Debido a los buenos resultados
nada podía ser aleatorio, todo debía estar íntimamente relacionado y
obedecer a sus inquietudes y necesidades. A la par debía también resul-
tarles atractivo y deseable. La labor, aunque muy motivadora, no iba a
ser nada sencilla. Pero su convulsa realidad, sus ganas y la Capoeira me
abrirían la puerta. Algo estaba sucediendo y yo debía aprovechar cada
oportunidad que se me presentara.

Para adaptar mejor el contenido de las charlas a mis nuevos


alumnos empecé a preguntarme por los motivos que provocan que la
adolescencia sea una etapa tan compleja y desconcertante, tanto para
unos como para otros. Comencé a mirar con ojos más críticos nuestra
sociedad y sus normas. Irremediablemente también tuve que hacer un
análisis personal de mi propia adolescencia, cada vez más lejana, reme-
morando cuáles fueron mis circunstancias y cómo afectaron, a mí y a mi
entorno, todos los trámites que debí resolver durante la misma. Recordé
cuánta presión había sentido para enfocarme, sobre todo en lo laboral;
recordé que se me pidió participar de un juego que no alcanzaba a com-
prender, pero que ante todo no me interesaba. Pensé, ya en el momen-
to presente, que tal vez mis jóvenes alumnos pudieran estar sufriendo,
además, ésa misma incomprensión y desinterés.

Dado el gran contacto que mantengo con el mundo de los jó-


venes, y mi bagaje personal, concluí también que tal vez eran ésas ca-
255
“Rompiendo las Reglas”

racterísticas que todos los adolescentes podían llegar a presentar, inde-


pendientemente del entorno o la clase social y que ese “no eres tonto”
bien podía traducirse en un “eres bien capaz” o “eres muy valioso”. Era
hora, pues, de ahondar con verdadero ahínco en todas estas cuestiones
ya que, lejos de únicamente limitarme a enseñar Capoeira, mi atención
recaía desde hace largo en el hecho de cómo esta actividad era capaz
de despertar el interés y las ganas en cualquier persona, en especial en
los más jóvenes, y que incluso muchos utilizaban como bote salvavidas
para equilibrar sus vidas.

Había llegado el momento de estudiar todo esto y de aplicarlo


de forma consciente, pues ya había observado y comprendido que el
bienestar favorece el aprendizaje; pero también que tal vez era más im-
portante, y conveniente, que las personas aprendieran a sentirse bien.
No se trataba de chicos listos o tontos con buenos o malos resultados
académicos. Así pues, si quería que los nuevos alumnos me escucharan
y se convirtieran en mis cómplices conscientes, ya que nuestra relación
les venía impuesta, era imprescindible que les ayudara a sentirse bien. Y
con tal fin surgieron todos los capítulos de conforman este libro.

¿Jóvenes Problemáticos o Jóvenes con Problemas?

La adolescencia es, sin lugar a dudas, una de las etapas más


convulsas y confusas del desarrollo humano; está llena de grandes e im-
portantes cambios fisiológicos y hormonales capaces de alterar la con-
ducta de aquellos niños más serenos. A la par supone para los jóvenes
la obligación de asomarse al inestable mundo de los adultos, lleno de
normas y exigencias que los primeros no siempre están dispuestos a
acatar ciegamente. Si bien son muchos los que navegan por estas aguas
con cierta docilidad, o sin problemas aparentes, no son menos los que sí
presentan vicisitudes de todo tipo apenas comparables con las subidas
y bajadas de una furibunda montaña rusa. He de reseñar al respecto de
esa posible docilidad que no es síntoma, en absoluto, de que todo esté
yendo bien, resultando en ocasiones señal de todo lo contrario.

Las etiquetas son consabidos lastres que, además de injustos y


contraproducentes para quien las recibe, pueden distorsionar por com-
256
9. -Si tienes mas de 18 años

pleto la perspectiva desde la cual, como testigos, accedemos a una de-


terminada situación, pudiendo verse afectado también nuestro proceder
ante ella. No creo necesario explicar que por el hecho de tener proble-
mas una persona no se convierte en alguien problemático sí o sí. Eso por
un lado.

Por otro, y dando continuación a mis cavilaciones anteriores, sur-


gieron otras tantas cuestiones más. Si los adolescentes son poco más que
niños grandes, y tanto unos como otros tienen una cantidad muy limitada
de experiencias en la vida, y más aún de control sobre ella… ¿de dónde
provienen los problemas que acosan a nuestros niños y jóvenes? ¿Real-
mente han creado ellos mismos todo el clima de malestar que pueden es-
tar viviendo? Mi respuesta fue inmediata y rotunda: decididamente NO.
Entonces, ¿podríamos tener los adultos, y nuestras reglas, algún grado
de responsabilidad sobre cómo se enfocan los más jóvenes ante la vida?
Desde luego que SÍ.

Somos seres sociales y gregarios que aprenden por imitación, tan-


to lo bueno como lo malo. Inexpertos, dependientes e indefensos llega-
mos al mundo dentro de entornos y estructuras sociales con normas bien
definidas y nuestra supervivencia se ve ligada a ellos, incluso cuando éstas
son dudosas e inestables. A la par, los núcleos familiares se ven influencia-
dos por las corrientes sociales, culturales y los imperativos económicos.
Es decir, al nacer, en ningún caso somos libres de escoger ese escenario
en el cual nos habremos de desarrollar ni tendremos el poder de cues-
tionar los condicionantes que de él recibiremos, lo cual relega el futuro
de los tutelados al buen hacer, o no, de sus mentores. Ellos dependen de
nosotros y de nuestra adaptabilidad.

Ya puede ser entre algodones, espinas u oropeles pero todos na-


cemos en una jaula. Sus barrotes distan mucho de ser metafóricos cuando
tomamos conciencia del peso e influencia de tal condicionamiento y su
calidez dependerá de aquellos valores transmitidos y de la metodología
empleada para tal fin. No en vano, el hijo del gato caza ratones, aunque
bien pudiera hacer mucho más, sobre todo si lo primero no le complace.

Instruir para la vida es, pues, uno de los mayores retos que nos
podamos imponer. Pero no resulta nada sencillo gobernar nuestras pro-
257
“Rompiendo las Reglas”

pias vidas como adultos, más si no tenemos en cuenta el contenido de


los párrafos anteriores. Lamentablemente muchos son los que pagan sus
consecuencias sin llegar a ser conscientes de esos hechos o de su calado.
Cuando no falta la voluntad lo hacen las formas. Cuando no la paciencia,
el buen hacer, la empatía, la benevolencia, la disciplina, la flexibilidad, los
recursos, la imaginación, el equilibrio emocional o cualquiera de los otros
mil factores y conceptos a tener en cuenta para llevar a buen término tan
excelsa misión.

Dicho todo esto, no estaría de más que nos preguntásemos los


adultos si también estamos legando a nuestros tutelados nuestros temo-
res y limitaciones personales, e incluso si puede que nuestro enfoque y
actuación supongan parte de los problemas, si no todos, que les ator-
mentan.

Las Reglas del Juego

Vivir parece que se ha convertido en un simple choque de fuerzas,


un juego al que se van incorporando los nuevos, guiados por los vetera-
nos. Pero, ¿es realmente este juego tan conveniente? ¿Nos hemos pre-
guntado en realidad de qué manera nos afecta, cómo nos hace sentir y si
responde a nuestras necesidades o inquietudes? ¿Nos hemos parado a
pensar en el beneficio que obtenemos y en el uso que estamos haciendo
de nuestros recursos sociales e individuales? Duras preguntas éstas si se
pretenden responder con sinceridad.

Creo que casi todo adulto es capaz de reconocer algunas de las


muchas cojeras que nuestro sistema social presenta: la oxidada forma de
relacionarnos, las prisas, el macabro interés por el dinero y por rentabilizar
cualquier cosa, el mal uso de los ya maltrechos recursos naturales, el con-
sumismo y las modas de usar y tirar como generadores de bienestar, el
caso omiso que se hace a las emociones y a las inquietudes individuales,
la falta de honestidad y el gran egoísmo del que hacen gala las personas
aferradas a cargos de poder, la competitividad y el beneficio propio como
motor impulsor… Todos estos, y muchos más, son factores que alguna
vez, en un grado u otro, se nos han cruzado por el camino y que pueden
deteriorar nuestra calidad de vida. Son, conforme yo lo veo, las conse-
258
9. -Si tienes mas de 18 años

cuencias que sufrimos al dejarnos llevar por la comodidad de la inercia


social, y ninguno estamos enteramente a salvo de ellos por el simple
hecho de pertenecer a un colectivo. Si todos esos hechos mencionados
pueden llegar a nublar el juicio y la existencia del adulto más pintado,
¿qué consecuencias pueden tener en nuestros inexpertos jóvenes? ¿Es
ése realmente el porvenir que les queremos ofrecer y al cual les esta-
mos encauzando?

No es difícil comprender que, debido a lo convulso de esta


etapa, resulta imprescindible que los adultos sepan ofrecer un buen
ejemplo a los más jóvenes, razonablemente desorientados ante la estri-
dencia de tanto estímulo exterior. Pero lamentablemente esto no siem-
pre es así. Sospecho que muchos adultos, y no os ofendáis por esto,
seguimos siendo adolescentes, aunque con más años. Adolescentes
grandes que se han visto arrollados o que se han adaptado de la mejor
de las maneras, si les ha sido posible, a este cuestionable juego, con
el que a buen seguro no están del todo conformes y que incluso quizá
un día quisieron cambiar. Es por ello que en el libro hablo a los chicos
sobre las reglas del juego y de cómo éstas pueden haber absorbido,
de algún modo, a los mayores que les rodean, motivo éste por el cual
no siempre nos comportamos como debería hacer un adulto emocio-
nalmente equilibrado.

Los adultos deberíamos tener en cuenta que la adolescencia es,


además, la ventana mediante la cual nos asomamos con cierta inde-
pendencia al mundo para recibir sus influencias, ya amenazantes desde
la más temprana edad, pero también para ofrecer nuestra aportación.
Los más jóvenes intentan agudizar durante esta etapa su personalidad
y lo hacen, muchas veces, a través de la negación de los valores impe-
rantes hasta el momento en sus vidas, representados por los tutores
más cercanos. Desde luego, es más un gesto de reafirmación personal
que algo visceral. Así no será difícil ver a hijos de gatos intentando
renunciar a los ratones o realizando otros tantos disparates. Muchos
adultos ven en este hecho un acto de inusitada violencia y rebeldía pa-
sajera que intentan sofocar con implacable firmeza y férrea disciplina,
arguyendo que tal bravura es injustificada y por tanto debe ser poco
menos que doblegada. Y, obviamente, hacemos esto por su bien.
259
“Rompiendo las Reglas”

Pero, ¿cuánto hay de cierto en esta última afirmación? ¿Cuál es


el precio que nosotros debimos pagar para apaciguar tanta energía?
¿Tan seguros estamos de no haber perdido una parte de nosotros por
el camino en pos de esa adaptación social? ¿Cuánto de impersonal hay
encerrado tras este doloroso proceso y cuáles son las consecuencias
emocionales para el individuo? No hay duda de que ser miembro de
un grupo conlleva grandes ventajas. Pero me temo que hay más en la
letra pequeña del contrato de lo que, en primera instancia, alcanzamos
a ver.

Buscar la respuesta a todas estas preguntas bien podría hacer-


me comprender un poco mejor la situación de nuestros jóvenes. A la
par supone, a mi entender, el necesario acercamiento para intentar lo-
grar cierto éxito en mi cometido. Si a ellos, los jóvenes, no les interesan
los asuntos de los mayores tal vez resultase conveniente que los segun-
dos se bajen un poco del burro para averiguar cuáles son las inquietu-
des de los primeros. Las tortillas siempre tienen, al menos, dos caras y
mientras haya burros metafóricos habrá, también, cola para subir.


La Colectividad Individual

El juego social pide que nos adaptemos a él; nos dice que de-
bemos ser piezas que encajen a la perfección en el esquema predis-
puesto. Pero sucede que, y esto es algo que todos sabemos bien, este
esquema puede resultar opresivo, limitador e incluso excluyente. No
hace falta recurrir a estudios oficiales con escandalosos resultados por-
centuales para caer en la cuenta de que el mundo se halla inmerso en la
apatía y la impotencia y que el bien común que como sociedad global
perseguimos es apenas beneficioso, que no bueno, para unos pocos.
La única responsabilidad que se le exige al individuo en su madurez es
aquella que atañe a la economía, baremo éste utilizado también para
medir la valía social. Hemos adoptado como propios, y sin revisión, los
valores sociales de nuestro entorno, lo cual limita peligrosamente el
verdadero desarrollo individual. De esta manera las sociedades corren
el riesgo de volverse intolerantes e impersonales y sus miembros opa-
cos e impermeables. Aquí no suele haber cabida para la unicidad, que
debe ser sacrificada en pos de ese beneficio común.
260
9. -Si tienes mas de 18 años

Aun con todas sus ventajas, la sociedad también supone otra


gran jaula, una colectiva y enorme que abarca todas las individuales. Lo
primordial es la supervivencia y reproducción del orden establecido y
se hace desde la persecución de la rentabilidad económica, la opulen-
cia del despilfarro y la imposición de necesidades materiales irreales. La
mayoría de centros educativos se han puesto al servicio, involuntaria-
mente, de este mecanismo arrollador y se han convertido en otros de
los grandes limitadores del individuo. Con frecuencia los valores que se
transmiten son carentes, dudosos o directamente pretenden distorsio-
nar la realidad, la de la lógica y las necesidades naturales.

A la par, este sustento multitudinario, inconsciente e irracional


conlleva que cada vez resulte más complicado atisbar los malos resul-
tados de la huella de nuestro sistema pues el orgullo de la masa logra
empañar el criterio personal: cuanto mayor es un colectivo más compli-
cado puede resultarle aceptar su mal proceder, reconocer su torpeza y
dar marcha atrás. Difícil es que sociedades y culturas enteras afronten
sus equívocos con honestidad. Desde esta falta de humildad, la laxa
moral capitalista cabalga a sus anchas haciendo de las suyas, aunque
para ello algunos países deban enfrentarse o explotar a otros, literal-
mente.

Desde este clima de enfrentamiento no es de extrañar que las


relaciones interpersonales cotidianas también se vean contagiadas por
tanta competitividad, hostilidad y recelo, llegando el reflujo de este ve-
neno cuando nos enfocamos en aquello de enseñar a otros. La mayoría
terminan por sacrificar los instintos individuales a favor de los designios
colectivos.

Pero lo que todos los adultos sí parecen haber olvidado es que


las etapas previas a la madurez están marcadas por la curiosidad y por
las ganas de querer saber; parece también que el sistema en el que
vivimos logra inhibir de algún modo el interés por tan buenas y nece-
sarias cualidades. Puede entonces que esta etapa, la nuestra, no deba
estar exenta de aprendizaje y que debamos ser más humildes, pruden-
tes y flexibles a la hora de enfocar nuestras vidas y de enseñar a otros
a gobernar las suyas.
261
“Rompiendo las Reglas”

El Individuo Colectivo: Rompiendo las Reglas

Desde este libro invito a los más jóvenes a invertir el proceso de


aprendizaje. Si lo de fuera parece, cuanto menos, dudoso… ¿dónde ha-
bremos de buscar las respuestas? Pues, si no lo hago fuera sólo nos queda
una opción: dentro de nosotros mismos. ¿Y cómo hago esto? Animándo-
les a hacerse preguntas muy sencillas pero que bien podrían tambalear
algunos cimientos, sobre todo en los adultos pues son los que creen estar
mejor asentados. Les insto a que se observen y cuestionen su entorno, su
conducta y las consecuencias de sus actos y a que reflexionen y me digan
si se sienten completamente bien, o no, con todas aquellas cosas que es-
tán haciendo y viviendo. A partir de ahí, con mucho cariño y sentido del
humor, seguimos jugando a tirar del hilo a través de situaciones prácticas
y ejemplos familiares y de muy fácil comprensión, persiguiendo ese bien-
estar, el cual supone la base de este libro y un anhelo común en todo ser
humano.

Este manual muestra algunas de las reglas del juego a los jóvenes,
pues sí o sí tendrán que jugar, pero al tiempo ofrece a los adultos la opor-
tunidad de cuestionar la conveniencia de las mismas. Este hecho suele pro-
vocar acercamiento, pues no resulta nada complicado para un adulto verse
reflejado en algún joven, y la empatía necesaria para aceptar nuestra parte
de responsabilidad en esta ecuación. Es por ello que éste será otro de los
grandes objetivos de este manual, la empatía, pues saber lo que pudieran
estar viviendo y sintiendo los demás bien podría ayudarnos a entender que
está sucediendo dentro de nosotros. De esta manera logramos desarrollar
en el individuo la capacidad de comprender y respetar a los demás y de
aportar y colaborar colectivamente en pos de un verdadero bien común.

Así pues, les invito a ver la paja en el ojo ajeno para quitarla y po-
nerla en el suyo, pues los errores, fallos y faltas de los demás bien podrían
ser los nuestros. De nada sirve criticar y exigir a los otros si nosotros mis-
mos somos capaces de cometer las mismas torpezas con plena indolencia
e impunidad. Pero de mucho menos sirven las críticas, los juicios o las eti-
quetas si, a la par, no podemos aportar nada constructivo o no sabemos
ser magnánimos e indulgentes con nuestros semejantes, y recordemos
que nos denominamos así por ser algo más que increíblemente parecidos
los unos a los otros.
262
9. -Si tienes mas de 18 años

Pero no sólo nos igualan nuestras faltas. Lo hacen también, y sobre


todo, nuestras inquietudes, anhelos y necesidades. Además de gregarios,
somos seres creativos y emocionales que necesitan disponer de la oportuni-
dad, así como del apoyo y del espacio, de realizar esa introspección que nos
aproxime a la conciencia, al autogobierno y al bienestar, actitudes desde las
cuales podremos enfocarnos productivamente al mundo. Somos seres inte-
ligentes, curiosos y sagaces capaces de colaborar para crear una sociedad
más amable y en verdadera sintonía con nuestro talento y con el resto de
formas de vida.

En nuestro particular caso, el aula iba a ser nuestro improvisado la-


boratorio de experimentación, pues basta con juntar en el mismo espacio a
varias personas para que, casi espontáneamente, se produzcan todo tipo de
situaciones, las mismas que sirven como excusa para hablar y desarrollar to-
dos estos temas. La clase sería nuestra pequeña sociedad y sus paredes con-
formarían los barrotes de nuestra jaula, pero seríamos nosotros quienes esco-
geríamos la decoración para hacer de ella un lugar más acogedor y amable;
supondría nuestro pequeño campo de pruebas donde conocer, cuestionar e
incluso romper las reglas establecidas, buscar respuestas y poner en práctica
todas aquellas estrategias que luego utilizaríamos en el mundo exterior.

Entonces… ¿de qué trata este libro?

Trata sobre cosas sencillas, tanto que, prácticamente, han ido pasan-
do desapercibidas hasta ser casi ignoradas o no atendidas debidamente por
la mayoría. Pero este hecho no disminuye la urgencia de recuperar, a través
de la práctica consciente, estos pequeños, aunque imprescindibles, concep-
tos y valores. La autoestima, con todos sus derivados, supone el verdadero
motor impulsor de nuestra aventura vital.

Este libro trata sobre la comprensión, el autoconocimiento, la con-


ciencia y la confianza necesarias para poder despegar el vuelo como seres
íntegros e independientes. Sobre el cariño que todos somos verdaderamen-
te capaces de mostrar por los demás y de la amabilidad que necesitamos
encontrar en nuestro entorno y en nuestros compañeros de aventura para
impulsarnos mutuamente y ayudarnos con el propósito de construir algo me-
jor que vivir y legar.
263
“Rompiendo las Reglas”

Estas páginas hablan también de la necesidad de una autocrí-


tica real y efectiva que nos ayude a reconocer con humildad que no
somos perfectos y a dejar de tropezar una vez tras otra con las mis-
mas piedras que, como especie, nos persiguen, atormentan y ponen
en entredicho la superioridad de nuestra inteligencia. Hablan al tiempo
de soltar lastre y del perdón necesario para dejar atrás los errores del
pasado y las malas actitudes que acechan en cada esquina.

Habla de paciencia y buenas formas; sobre que no hay disciplina


buena que valga si, al mismo tiempo, no hay más cariño y amor todavía
que ofrecer; de seguir nuestros instintos e inquietudes, de atreverse a
querer ser y de no poner límites a los demás, a nuestra imaginación o a
nuestro propio ser. Habla este libro sobre el cambio de actitud y el po-
sitivismo necesarios para vivir una buena vida, lo más libre de cargas y
temor posible. Habla de entusiasmo, de curiosidad, de vitalidad, de in-
quietudes y de buenos sentimientos. Es un viaje, deliberado, a nuestro
interior en busca de nuestros defectos, que no son tantos, y nuestras
inconmensurables virtudes, muchas de las cuales aguardan aún impa-
cientes por ver la luz del sol.

Y lo hace desde la comprensión y el desenfado, sin pretender


señalar culpables; ofreciendo consejos simples y flexibles consignas de
actuación mediante formas directas y sencillas que invitan a realizar,
amablemente, esa introspección tan imprescindible. Son estos temas
que nos atañen a todos y que por tanto todos debemos ser capaces de
manejar y comprender, incluso los más pequeños y jóvenes, pues la la-
bor ya es lo suficientemente ardua como para complicarla con tediosas
palabras e indescifrables fórmulas. En nuestras manos recae, también,
la responsabilidad de aproximarles a estos asuntos de manera accesi-
ble y deseable.

Pretende ser este modesto manual una pequeña tabla en la que


aquellos más desorientados, jóvenes o no, puedan descansar y encon-
trar un poco de comprensión y sosiego en las tormentas de la vida.

Aunque lejos de proponer soluciones definitivas, que no exis-


ten, invita a que cada cual aprenda a construir su propia balsa. Quiere
ser, también, un puente entre unos y otros. Pero no uno de plata para
264
9. -Si tienes mas de 18 años

favorecer la huida, sino uno que conduzca al acercamiento y al entendi-


miento mutuo, sobre todo entre jóvenes y adultos. Un puente dirigido,
al tiempo, a equilibrar racional y emocionalmente nuestro interior con
el entorno y a hacer del bienestar una meta alcanzable para todos.

Abel García Arcas


Junio de 2015

“Hay dos legados para dejar a los hijos:


el primero, raíces, el segundo, alas”
Miguel de Unamuno
265
“Rompiendo las Reglas”

10. Referencias
266
10. -Algunas Referencias

Como ya dijera en la introducción este libro surgió casi por


accidente. Aun con esto, está pensado, y mucho, para esta peculiar
ocasión y su contenido es completamente genuino. ¿Por qué? Porque
dadas las características del público al que va dirigido debía ser lo más
sencillo y próximo posible. De poco hubiera servido llenar sus pági-
nas de continuas referencias a otros autores o publicaciones; hubiera
entorpecido la lectura, que no es precisamente el punto fuerte de los
jóvenes, tornándola más tediosa. Por otro lado, debía notarse la cerca-
nía y la preocupación y para alcanzar tal objetivo creí oportuno basar
el contenido del libro en mis propios pensamientos y experiencias, de
manera que los chavales pudieran llegar a sentirse identificados y que
se les hablaba de tú a tú.

Por el mismo motivo el lenguaje empleado en el libro es har-


to asequible, al menos en su inicio. Al respecto de formas y términos
empleados, deliberadamente los artículos van ganando cierta comple-
jidad conforme avanzamos en el libro, pues otro de los objetivos pro-
puestos es fomentar la lectura y la escritura en estos alumnos con el fin
de mejorar estas habilidades. Para facilitar la asimilación realizamos una
lectura en común, durante la cual se sugiere al alumnado que anote
o subraye aquellos términos, palabras o expresiones que les resulten
desconocidas o que no acaben de comprender. Este era un aspecto
peliagudo, pues muchos sugerían que tal complejidad podría echar
atrás a los alumnos; pero, generalmente, solía suceder lo contrario y a
diario, a medida que entregaba cada nuevo artículo, debía responder
a su curiosidad y ganas de saber también en este aspecto.

Fuentes de Inspiración e Influencia

Por accidente, sí; pero no accidental. Teniendo en cuenta los


factores que contemplo en el libro, ¿qué persona se libra de recibir las
influencias de su entorno? Ninguna, nadie puede hacerlo. Así, aunque
este libro no esté inspirado en ninguno, sí supone el sincretismo de
una serie de ideas y experiencias determinadas por la lectura concreta
de algunas obras desde una óptica determinada. Y es también ése el
mismo motivo por el cual puede que este libro no deje de parecerse a
otros tantos: por simple convergencia de ideas y formas.
267
“Rompiendo las Reglas”

Debo admitir que, a pesar de tener una lectora insaciable en


casa, mi afición por la lectura llegó tarde, pero al menos llegó bien. El
primero de aquellos significativos libros fue “O Alquimista” de Paulo
Coelho, al que siguieron otros tantos del mismo autor y la trilogía de
Noah Gordon “El Médico”, “El Chamán” y “La Doctora Cole”. Luego
vino “El Guerrero Pacífico” de Dan Millman. Todos ellos libros que invi-
taban a la aventura, a la valentía y a la introspección.

Poco a poco fueron llegando muchos más. Generalmente libros


de autoconocimiento, novela histórica, manuales de relajación, medi-
tación u otras disciplinas. Pero poco a poco mi interés se fue centrando
en aquellos textos que podían complementar mi formación y actuación
como docente y dar algún tipo de respuesta a las preguntas que in-
cesantemente me abordaban. Así pues comencé a leer ensayos sobre
metodología, filosofía, ética, metafísica, psicología, arquitectura so-
cial… Dejad que, a continuación, refleje en una pequeña lista aquellos
autores y libros que, de un modo u otro, más me gustaron e influyeron.

Frede Abreu, “O Barracâo do Mestre Waldemar”,

Theodor W. Adorno, “Educación para la Emancipación”,

Jorge Amado, “Capitâes da Areia”,

Matilde Asensi, “El Último Catón”, “El Salón de Ámbar”, “El Origen
Perdido”,

Richard Bach, “Alas para Vivir, una Aventura del Espíritu”,

Dan Brown, “Ángeles y Demonios”, “El Código da Vinci”,

Jorge Bucay, “El Camino de la Felicidad”, “El Camino del Encuentro”,


“El Camino de las Lágrimas”, “Déjame que te Cuente”, “Cuentos para
Pensar”,

Blandine Calais-Germain, “Anatomía para el Movimiento”, volúmenes


I y II,
268
10. -Algunas Referencias

Jack Canfield, “Sopa de Pollo para el Alma” (junto a Mark Victor Han-
sen),

Nestor Capoeira, “A Street-Smart Song, Capoeira Philosophy and Inner


Life”, “Pequeno Manual do Jogador de Capoeira”, “Galo ja Cantou”,

Orson Scott Card, “El Juego de Ender”,

Ignasi M. Carrero, “Llegar a Ser”,

Paulo Coelho, “O Alquimista”, “O Demônio e a Srta. Prym”, “A Orillas


del Río Piedra me Senté y Lloré”, “Veronika Decide Morir”, “El Peregri-
no de Compostela”, “Brida”, “El Manual del Guerrero de la Luz”,

Descartes, “Discurso del Método”,

Philip K. Dick. “¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?”,

Wayne W. Dyer, “Tus Zonas Erróneas”,

Albert Espinosa, “El Mundo Amarillo”, “Si Tú me Dices Ven lo Dejo


Todo pero Dime Ven”, “Brújulas que Buscan Sonrisas Perdidas”, “Todo
lo que Podríamos Haber Sido Tú y Yo si no Fuéramos Tú y Yo”

Robert Fisher, “El Caballero de la Armadura Oxidada”,

Ken Follet, “Los Pilares de la Tierra”, “Un Lugar Llamado Libertad”,

Viktor Frankl, “El Hombre en Busca de Sentido”,

Paulo Freire, “Pedagogia do Oprimido”,

Gabriel García Márquez, “Cien Años de Soledad”, “El Coronel no tiene


quien le escriba”, “Amor en tiempos de Cólera”,

Khalil Gibran, “El Profeta”,

Noah Gordon, “El Médico”, “El Chamán”, “La Doctora Cole”,


269
“Rompiendo las Reglas”

Elson M. Haas, “La Salud y las Estaciones”,

Hermann Hesse, “Siddhartha”, “Demian”,

Aldous Huxley, “Un Mundo Feliz”,

Franz Kafka, “La Metamorfosis”,

Immanuel Kant, “Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres”,


“Crítica de la Razón Pura”,

Krishnamurti, “El Libro de la Vida”,

Milan Kundera, “La Insoportable Levedad del Ser”, “La Ignorancia”,

Carlos Eugênio Líbano Soares, “A Capoeira Escrava”,

Valerio Massimo Mafredi, “La Última Legión”, Trilogía “Alexandros”,

Dan Millman, “El Guerrero Pacífico”,

Marlo Morgan, “Las Voces del Desierto”,

Jair Moura, “A Capoeiragem no Río de Janeiro Através dos Seculos”,

Miyamoto Musashi, “El Libro de los Cinco Anillos”,

Masatoshi Nacayama, “La Dinámica del Kárate” (volúmenes I y II),

Friedrich Nietzsche, “Así Habló Zaratrusta”,

José Luis Oliveira Cruz (Mestre Bola Sete), “Capoeira Angola, do In-
ciante ao Mestre”, “Histórias e Estórias da Capoeiragem”,

Monserrat Oliveros, “Reiki para Todos”,

George Orwell, “1984”, “Rebelión en la Granja”,


270
10. -Algunas Referencias

Arturo Pérez-Reverte, “La Sombra del Águila”,

Platón, ”Alegoría de la Caverna”, “El Banquete”,

Eduard Punset, “Excusas para No Pensar”, “Porqué Pensamos como


Pensamos”,

Swami Rama, “Yoga y Respiración” (junto a los Drs. Rudolph Ballentine


y Alan Hymes),

James Redfield, “La Novena Revelación”, “La Décima Revelación”,

Robin Rice, “Cien Caminos Hacia el Destino”,

Joan Riera Riera, “Aprendizaje de la Técnica y la Táctica Deportivas”,

Ken Robinson, “El Elemento”,

Luís Rojas Marcos, “Resiliencia, Superando la Adversidad”,

Félix Saenz Fernández, “Kárate, Programación y Métodos de Enseñan-


za”, “Kárate para Todos” (junto a José Manuel Egea),

Antoine de Saint-Exupéry, “El Principito”,

J. D. Salinger, “El Guardián entre el Centeno”,

J. Santos Nalda, “Zen, Un Camino Hacia Ti Mismo”,

Fernando Savater, “Ética para Amador”, “Política para Amador”, “Éti-


ca de Urgencia”,

Malba Tahan, “El Hombre que Calculaba”,

Gerard Taylor, “Capoeira, The Jogo de Angola from Luanda to Cybers-


pace”,

Lao Tsé, “Tao Te Ching”,


271
“Rompiendo las Reglas”

Sun Tzu, “El Arte de la Guerra”,

Mario Vargas Llosa, “La Fiesta del Chivo”,

Boris Vian, “Escupiré sobre Vuestra Tumba”,

César Vidal, “El Médico del Sultán”,

Borja Villaseca, “Qué Harías Si No Tuvieras Miedo”

A la par, las nuevas inquietudes que se desprendían de mi labor


como docente me llevaron a curiosear por las novedosas corrientes peda-
gógicas y metodológicas que se iban rescatando o introduciendo. Así, fue
muy grato encontrar todo tipo de material en la red que mostraba que no
era el único que abogaba por un cambio de rumbo en lo referente a la
educación y transmisión de ciertos valores humanos deseables. Documen-
tales como “La Educación Prohibida” y “Entre Maestros”, las conferencias y
libros de personas como Julio Anguita o Ken Robinson arrojaron un poco de
luz y esperanza en mi cometido y en la determinación de concluir este libro,
realizando mi humilde aportación a ese bien común del que tanto hablo en
él.

En añadidura, los incómodos documentales de Michael Moore y


John Pilger, por ejemplo, también me confirmaron lo que desde hace bas-
tante tiempo venía sospechando: que la nuestra no es una sociedad tan
inocente y que la cultura del bienestar que supuestamente disfrutamos está
fundamentada en el sufrimiento de otras sociedades. Otros, como “El Pro-
yecto Venus” de Jacque Fresco, “Thrive, la Energía Toroidal” o pensadores
como el físico teórico Nassim Haramein me mostraron alternativas al actual
diseño social o a la forma de explotar los recursos naturales del planeta, así
como nuevas fuentes de energía.

Obviamente todo lo expuesto en estos documentos puede ser más


que discutible, pero lejos de buscar una solución única y concreta a nuestra
situación como especie, dependiente de cierto equilibrio con su entorno,
muestran con claridad muchas facetas de nuestra sociedad que requieren
de una profunda revisión. Pero también que somos bien capaces de encon-
trar soluciones de lo más ingenioso a nuestros problemas, si mostramos la
voluntad apropiada.
272
10. -Algunas Referencias

Aunque aún son muchos los autores por estudiar y descubrir,


últimamente siento una gran curiosidad hacia la obra de pensadores ta-
les como Primo Levi, Cornelius Castoriadis, Erich Fromm, Francis Fuku-
yama, Marx, Engels, Adam Smith, Edward Bernays, Rousseau, Bernard
Manin, Hayek, Gramsci, Perry Anderson, Noam Chomsky, Hernando de
Soto, Joan Garcés, Arcadi Oliveres, Vicenç Navarro, Manolo Sacristán,
Adolfo Sánchez Vázquez o el biólogo emocional Bruce Lipton y sus más
que interesantes estudios sobre epigenética. Sin duda, y teniendo en
cuenta las características del proceso de aprendizaje, todavía me que-
da mucho por hacer y aprender, pues en ningún caso el camino termina
aquí.

Los Verdaderos Maestros de mi Vida

Pero lo que realmente hace que este libro sea de todo menos ac-
cidental es el condicionamiento que vengo recibiendo desde el mismo día
de mi concepción. Siendo esto así, se me hace imprescindible mencionar
en estas líneas a los verdaderos maestros y arquitectos de mi persona: mis
padres, Ginés y Elia. Desde luego no fueron perfectos pero incluso en eso
supieron dar ejemplo, mostrando humildad al reconocer sus torpezas y la
voluntad requerida para superarlas y llegar a ser mejores, por su propio bien
y por el de los suyos.

Cuando hice esa revisión sobre mi infancia y mi adolescencia, que


menciono en la introducción, caí en la cuenta que viví todas las cosas que
recomiendo hacer a los chavales. De este modo, me quedó bien claro que
nada de lo que mis padres me ofrecieron fue aleatorio o improvisado. Con
la debida perspectiva pude ver que cada pieza de mi puzzle tomaba su
lugar. Y si esto fue así es gracias a su infatigable labor, aún en vigor a día de
hoy. Así pues, no me sorprendió recordar que:

- crecí entre muchos y muy variados animales, llegando a formar parte, in-
cluso, de sus manadas,
- la música clásica, de otras culturas o latitudes, new age o canciones pro-
testa no dejaban de sonar, sobre todo aquellas afables y divertidas mañanas
de domingo,
- se me invitó a ser creativo a través del dibujo, la pintura o la construcción
273
“Rompiendo las Reglas”

de todo tipo de ingenios manufacturados,


- a los 7 años se me introdujo en el mundo de las artes marciales y otras dis-
ciplinas que requerían control y un uso consciente del cuerpo,
- las palabras rebosaban de la gran biblioteca de mi madre, que leía incan-
sable un libro tras otro,
- tuve mucho contacto con otros familiares, especialmente gratificante fue la
convivencia con mis abuelos, Fernando y Elpidia, tíos y primos,
- se me invitó a salir de casa y a tener contacto con otros niños,
- íbamos mucho de acampada, nunca de hotel, y teníamos un gran contacto
con el mundo natural,
- no recibí ningún tipo de condicionamiento en lo referente a política o re-
ligión, no hubieron banderas, colores o estandartes que seguir con incues-
tionable fe ciega,
- nunca hicieron nada por mí si pensaban que yo era capaz de hacerlo por
mí mismo, empujándome a ser creativo en la resolución de problemas y a la
independencia,
- se me dijo NO en tantas ocasiones como se me dijo SÍ, o por lo menos
todas las veces que así lo creyeron oportuno,
- desde temprano, tanto como fue posible, se me inició en el mundo de la
responsabilidad, ayudando y participando, por ejemplo, de las tareas do-
mésticas o del cuidado de mis hermanos animales,
- participé y viví de forma activa en la educación y crecimiento de mis her-
manos pequeños, Aarón y Elia, que ahora tienen 24 y 19 años, teniendo yo
39…¡echad cuentas!
- el mundo de la salud responsable siempre estuvo presente en casa a través
de la medicina tradicional china, de la cual mi padre es un gran maestro, así
como de otro gran número de terapias naturales que implican la conciencia
y actuación directa del paciente en su recuperación,
- a pesar de que el dinero nunca abundó, más bien todo lo contrario, el ca-
riño, la imaginación y la alegría siempre estuvieron en el aire y aunque ellos
sí pasaron hambre a mí nunca me faltó de nada,
- mi primer trabajo fue también de la mano de mis padres, con el conse-
cuente coste económico y moral que tener trabajando a un carapán pueda
suponer para un empresario/a,
- ese trabajo aunaba todas las cualidades que habían ido inculcando en mí:
creatividad, eficiencia, fuerza, habilidad, constancia, inteligencia… su sacrifi-
cio tenía un fin determinado y ya anticipaba muchos de mis posibles errores,
- fui testigo directo del gran esfuerzo y de la gran evolución personal de
274
10. -Algunas Referencias

mis padres, que siempre fueron los primeros en aquello de dar ejemplo y
aplicarse el cuento,

A pesar de sus intentos, como buen adolescente, no siempre se


lo puse fácil. Pero ellos nunca desistieron, nunca tiraron la toalla y nun-
ca renunciaron a la responsabilidad que como padres habían adquirido.
Aun con todo, el tiempo llamó a la madurez y poco a poco, tras una
suerte de crisis existencial después de un terrible infortunio familiar y
tocar fondo, decidí que había llegado el momento de hacer las cosas
de otra manera. Este nuevo enfoque me obligó a mover ficha y afectó
a todas las áreas de mi persona. Fue literalmente un nuevo renacer. Y
resultó que esa nueva forma de ver las cosas coincidía, casi al cien por
cien, con el esquema que mis padres ya hubieran adelantado en mi
infancia y adolescencia.

Debido a todo esto y como les digo a los chicos y chicas, en


realidad este libro está escrito pensando en mí mismo, en mi yo de
hace 20 años. Y a ese yo, a mí, le cuento las cosas que hubiera queri-
do escuchar en aquel momento, a pesar de que mis padres ya me las
dedicaban. Es por ello que este pequeño manual supone también un
homenaje a las personas más importantes de mi vida: al humilde sabio
al cual se le puso una montaña debajo para encumbrarlo, y eso que
él no quería, y a la valiente, amorosa y paciente bruja de los pelos de
colores.

Ironías de la Vida

Al aunar esa sordera selectiva adolescente a mis buenas inten-


ciones actuales, al querer hablarles a los jóvenes sobre todas estas co-
sas, me sobreviene una anécdota tan curiosa como ilustrativa, al menos
para mí. Resulta que, ya inmerso en la creación de este libro, me topé
de nuevo con Savater y su ética. Y digo de nuevo porque ya me lo ha-
bían presentado cuando estudié filosofía y ética en el instituto. Pero, y
para no dejar de honrar a los de mi tipo, no le hice ni puñetero caso. En
cambio hoy aquel mensaje que él lanzó me parece de lo más acertado
y conveniente.
275
“Rompiendo las Reglas”

Al releer de nuevo sus obras fue muy gracioso ver que este
buen señor hizo un gran esfuerzo por acercar a los más jóvenes todos
estos temas, y curiosamente yo pretendía lo mismo, aunque desde otra
perspectiva. Fue entonces cuando me pregunté: “¿También yo seré
ignorado?” Respuesta: “Probablemente sí, pues tan sólo leerán con
atención y harán lo que tienen que hacer cuando sientan la necesidad
de leer y hacer. Ni antes ni después, tal y como yo hice. Siembra y ten
paciencia, al fin y al cabo los frutos no son para ti”. Muy en la línea pro-
puesta por este libro, ¿verdad? Resulta que al final de la partida Savater
sí ganó, y yo con él.

Ciertamente la humildad y simpleza de este libro no pueden ha-


cerle sombra a Savater ni a otros consolidados autores. Ni puede ni lo
pretende. Pero a su modo sí supone un pequeño ejemplo sobre cómo
todos podemos ser capaces de abordar estas materias. En mi opinión
y debido a cuánto hay en juego, toda persona debería convertirse en
erudito de sí misma y de sus asuntos; todos debiéramos entregarnos a
esa introspección hasta convertirnos en improvisados pensadores, ca-
paces de tomar las riendas de su propio destino, que no dejan estas
cuestiones en terceras manos. Creo que Savater es de la misma opi-
nión.

La otra Parte de la Ecuación: mis otros Maestros

En esto de enseñar es común pensar que las partes están bien


definidas y que docentes y discentes se mantienen inamovibles en es-
tos roles. Pero la realidad del proceso de enseñanza-aprendizaje no es
algo estático o inmutable y para que se establezca el vínculo necesario
que permita tal intercambio de información la comunicación debe estar
abierta y funcionar en doble sentido.

Esto quiere decir que, según mi experiencia y la de muchos


otros, el docente debe mostrarse sensible ante las necesidades del
alumno, siendo imprescindible para tal cosa un acercamiento sincero
hacia el individuo, sin barreras ni prejuicios, lo cual hace de este proce-
so de todo menos algo mecanizado e impersonal. Esta actitud aporta al
maestro un gran conocimiento sobre las motivaciones y entresijos de la
276
10. -Algunas Referencias

condición humana, aplicables a su propia persona, pues no olvidemos


que al respecto de determinadas cuestiones a todos se nos debería
aplicar el mismo rasero.

Así, el del aprendizaje se torna un proceso vivo, en constante


cambio y evolución, donde las estrategias de ayer no tienen por qué
funcionar hoy. Esta característica debe hacer al docente más flexible,
adaptable, crítico y curioso, de manera que siempre se encuentre en
constante evolución, la misma que este proceso requiere. De este modo
los roles docente-discente quedan en total ambigüedad, debiendo el
maestro ser capaz de aprender de sus propios alumnos, valorando sus
aportaciones y reflexiones, experiencias e inquietudes.

Por otro lado, la de enseñar es, o así me lo parece a mí, una de


las labores más egoístas ya que somos nosotros quienes sentimos la
necesidad de hacer llegar nuestras ideas al mundo, ideas que a prio-
ri nadie ha pedido. Nosotros creemos firmemente que tenemos algo
bueno que aportar a la sociedad y para realizarnos individualmente
necesitamos, sí o sí, alguien al otro lado que reciba nuestra dudosa
sabiduría. Precisamente esta presunción, a pesar de nuestras grandes
y buenas intenciones, debe respaldarse en los conceptos reseñados en
los párrafos anteriores, de otro modo nos convertiremos en personas
intolerantes, frías e impermeables y en un nefasto ejemplo para aque-
llos a los que nos dirigimos, cosa que debemos evitar a toda costa.

Así pues, sin un público al cual poder dirigirme yo nunca hu-


biera podido tener todas las experiencias que he vivido ni llegar a las
conclusiones que llegué. Dicho todo esto, la otra ineludible mención
de agradecimiento es para mis alumnos de toda la vida, los pequeños
carapanes de los coles, los muchachos y muchachas de los institutos y
para todas aquellas personas a las cuales he tenido la inmensa fortuna
de enseñar algo, y que a su vez me han aportado algo a mí. Es home-
naje, es reconocimiento, es gratitud y es, además, una verdad como un
templo. Sin esa exposición mutua, sin su calor, sin su confianza, sin su
amistad o su perdón ante mis fallos… yo no hubiera podido aprender
a desempeñar esta excelsa labor, que es a la par toda una suerte po-
der realizar, a través de la cual sigo enriqueciéndome personalmente a
diario. Y lo que creo más importante aún: sin ellos, sin su impronta, yo
277
“Rompiendo las Reglas”

no sería la persona que hoy soy, pues hasta la fecha no he sabido, si es


que es necesaria aunque sospecho que no, dibujar la línea que separe
al Abel eterno aprendiz de maestro del Abel eterno aprendiz de ser
humano. Somos la misma cosa.

Cómo Leer este Libro

Puedes leerlo como quieras. Ciertamente los capítulos tienen


un orden determinado para mostrar, poco a poco y con coherencia,
los asuntos que he pretendido esclarecer en el libro. A fin de reforzar
esa continuidad y conexión generalmente todos ellos comienzan resu-
miendo de forma breve el inmediatamente anterior. Tampoco será raro
encontrar referencias, también progresivas, al contenido de anteriores
capítulos conforme vayáis avanzando en la lectura.

Al tiempo, todos pueden leerse de forma independiente según


las necesidades de cada persona en ese momento, otro motivo para
incluir el pequeño resumen inicial que acabo de reseñar en el párrafo
anterior. La intención es que los lectores no sufran la presión que algu-
nos sienten a la hora de empezar un libro. No os agobiéis, tomároslo
con calma. Por el mismo motivo he intentado hablar de todos estos te-
mas tan relevantes de manera muy sencilla y desenfadada, empleando
palabras y expresiones comunes fáciles de manejar, para que aquellos
poco familiarizados con estos asuntos los vean asequibles y deseables,
pretendiendo incluso establecer una suerte de diálogo mental entre
lector-autor que amenice la lectura y la labor que ésta sugiere.

Si, en cambio, ya estáis curtidos y habéis leído mucho sobre


estos temas no me censuréis por tal sencillez. Si me permitís querría
seguir abogando por aquellos motivos que expuse más arriba: son es-
tos temas que nos incumben e interesan a todos, cuanto más cercanos
y manejables los expongamos probablemente más sean aquellos que
deseen emprender la tarea del autogobierno. Sentirse Bien, al igual
que el conocimiento o el acceso a la cultura, no es algo relegado a
determinados ámbitos de erudición o a cierto tipo de personas. Opino
firmemente que se trata de una tarea a la que todos tenemos el deber
y la imperiosa necesidad de entregarnos; también que tenemos que
278
10. -Algunas Referencias

poner la imaginación y la inteligencia al servicio de tal divulgación, con


el fin de seguir encontrando la manera de llegar a nuestros tutelados.

Es de suponer que algunos vean en este trato de la materia


expuesta o de la terminología empleada, tan simplista, una falta de
fundamento o rigor. De nuevo vuelvo a enarbolar la misma bandera: la
erudición, el saber, los términos complejos de interminables definicio-
nes o interpretaciones, autores de gran renombre o reconocimiento…
nada de todo esto asegura que, ni unos ni otros, lleguen a comprender
estos asuntos con la debida propiedad o que sean capaces, y esto es
para mí lo fundamental, de llevarlos a la práctica. Además, demostrado
está que ciertas formas producen una galopante alergia en la mayoría
de las personas, más aún en los jóvenes, lo cual me parece un claro
indicativo de la necesidad de encontrar ese enfoque que nos englobe
a todos. Ni que decir tiene que formas simples pueden invitar, igual-
mente, a querer completar esta información a través de otras fuentes,
y es ahí donde los autores ya consolidados seguirán teniendo su peso
y su valía.

Decir, también, que los capítulos contienen, además del cuerpo


principal, varias secciones comunes, tales como:

- Intentando Resumir un Poco; donde expongo de forma resumida y


concisa los puntos más relevantes de cada capítulo; además de reforzar
el contenido da ejemplo a los alumnos sobre cómo extraer las ideas
más importantes de un texto, habilidad más que recomendable y trans-
ferible a otro tipo de materias o situaciones.

- Práctica; pensada para terminar de interiorizar los contenidos más


importantes de cada sesión, pues invita al alumno a pensar y plasmar
sobre el papel sus reflexiones personales sobre ellos.

- Algunas Citas de Interés; donde dejo que otros autores reflejen su


sabiduría condensada en esas maravillosas frases; me pareció una for-
ma original de aproximar al alumnado a la cultura sin atemorizarlos ni
aburrirlos, pues siempre les invito a buscar más información sobre el
autor o el texto que ha llamado su atención.
279
“Rompiendo las Reglas”

- Algunas Recomendaciones Interesantes; donde me permito aconsejar


poemas, libros, canciones, series de televisión... pero sobre todo pelí-
culas que puedan ilustrar, de forma amena y atractiva, los contenidos
tratados en cada artículo. Las pocas referencias del libro hacen men-
ción a las obras recomendadas en esta última sección.

Ahora que conocéis un poquito mejor las motivaciones que me


llevaron a escribir este libro quizá os sintáis un poco identificados y
queráis leerlo, pues los adultos también necesitamos de todas las cosas
que se habla en el libro. Gracias por tu atención, paciencia y confianza.

Si tras leerlo te apetece contarme qué te ha parecido el manual


o deseas hacerme alguna sugerencia u observación puedes escribirme
a la siguiente dirección: oxesabel@gmail.com. Tu aportación no caerá
en saco roto.

“La Teoría es asesinada tarde o temprano por la Experiencia”


Albert Einstein.
280

Вам также может понравиться