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ÉPOCA COLONIAL

Como el resto de la gastronomía mexicana, los dulces y postres son producto


de las tradiciones culinarias indígenas, así como de la cocina española y de otras
partes del mundo. Algunos de los dulces más emblemáticos de nuestro país
surgieron en los conventos coloniales y con la llegada de numerosos confiteros
extranjeros que trajeron sus técnicas e ingredientes a México, nacieron aún más
recetas.
Para cerrar con broche de oro una comida, aquí te dejamos una lista de 12 dulces
para que no te falten en estas fechas:

1.- Ate: Surge durante la época de la Colonia; su creación se atribuye a los frailes
franciscanos que produjeron una pasta con azúcar y la pulpa del membrillo a altas
temperaturas y luego de un tiempo largo de cocción, obtuvieron la textura
gelatinosa de este postre.

2.- Alegrías: Son el dulce más representativo de México. La receta para la


elaboración del dulce de alegría ha pasado de generación en generación durante
muchos siglos, hasta llegar a nuestros días sin sufrir modificaciones importantes.
Se preparan con semillas de amaranto como ingrediente principal, miel y pasitas.

3.- Palanquetas: Generalmente se elaboran de cacahuate tostado, mezclado con


piloncillo, miel o azúcar. Sin embargo, también se pueden encontrar con otros
ingredientes como las semillas de calabaza o pepitas, ajonjolí, nuez o en una
combinación de ellas.

4.- Muéganos: Originados en San Martín Texmelucan en 1905, los muéganos son
uno de los íconos dentro de los dulces típicos mexicanos. Están hechos con
harina de trigo que se fríe con aceite y se cubre con azúcar y piloncillo.
5.- Glorias: Originarias de la ciudad de Linares, Nuevo León, las glorias son dulces
elaborados a base de leche quemada, miel de maíz, vainilla y nuez. El origen de
su nombre es incierto, pero se dice que los consumidores las nombraron así
porque cuando las probaban “se sentían en la gloria”.

6.- Pepitorias: Son delgadas láminas de trigo redondas, se les agrega un poco de
jarabe de maíz, miel o piloncillo y se doblan por la mitad; en la orilla se les coloca
semillas de calabaza sin cáscara. Suelen ser de colores, aunque la oblea
originalmente es blanca.

7.- Cocada: Este típico dulce mexicano se elabora a base de coco rallado
finamente con sabor de vainilla o limón, horneado.

8.- Dulces cristalizados: Se trata de frutas sumergidas en azúcar hirviendo hasta


quedar como una deliciosa joya. En el caso de los limones con coco, el relleno se
mezcla con leche y la cáscara de limón es recubierta con azúcar.

9.- Tortitas de Santa Clara: Uno de los dulces más reconocidos de Puebla,
creados en el Convento de Santa Clara por las religiosas durante la Colonia. La
historia cuenta que una de las monjas buscaba nuevas recetas con el dulce de
pepita y se le ocurrió combinarlo con una galleta y fue así como nació tan delicioso
manjar.

10.- Cajeta: Es un dulce de leche elaborado mediante la combinación de leche


de cabra hervida, azúcar morena y canela; originaria de la ciudad
de Celaya, Guanajuato. Adquirió el nombre de cajeta, debido a las cajas de
madera en las que originalmente se almacenaba el dulce.

11.- Dulces de leche: Son tronquitos de dulce hechos a base de leche y azúcar
envinada.

12.- Chongos zamoranos: Es un postre de leche cuajada, original de


la gastronomía de México. Su origen se atribuye a los conventos de la época
virreinal, en la ciudad de Zamora, Michoacán. Para su elaboración, se le agrega a
la leche pastillas de cuajado especial, azúcar, canela y unas especias más, dando
un exquisito sabor y consistencia.

Los caramelos nacen a raíz de la necesidad del hombre por encontrar un alimento
ligero que sirviese de sustento para los viajes. Los primeros dulces, creados con
pulpa de fruta, cereales y miel, servían a los viajantes y mercaderes para soportar
los largos trayectos y proveerse de energía rápidamente. Muchos de los dulces
que se conocen actualmente encuentran sus orígenes en la época prehispánica;
en esos tiempos se cocían en una miel de maguey muy espesa, dulce y oscura,
pero el piloncillo la fue sustituyendo poco a poco hasta sacarla totalmente del
ámbito gastronómico. Otras mieles que se utilizaban para endulzar son la de la
hormiga mielera, la de la caña de la planta del maíz y de la abeja pipiola, entre
otras. De estas fechas data, por ejemplo, el tzoalli o saule, ahora llamado dulce de
alegría.
En los años en que surgió la Conquista se introdujo la caña de azúcar para hacer
miel de caña, piloncillo y azúcar, mismas que desplazaron a los otros endulzantes,
dado que el azúcar de caña era más fácil de obtener. Muchos de los dulces que
hoy son tradicionales llegaron a España en la Época virreinal: de ese entonces
son los famosos dulces conventuales. Varios de estos dulces se modificaron y
siguen intactos; otros, especialmente los hechos a base de frutas, se sustituyeron
por diversos productos autóctonos; así nacerían los dulces y ates de guayaba,
tejocote y muchas otras frutas.

BIBLIOGRAFÍA:
http://www.milenio.com/opinion/varios-autores/universidad-tecnologica-del-valle-
del-mezquital/breve-historia-de-los-dulces-tipicos-de-mexico
https://www.inside-mexico.com/12-dulces-tradicionales-mexicanos/.
EL MARIDAJE EN LA GASTRONOMÍA
Si bien el maridaje más popular es el de los vinos con la comida, pues un vino fino merece
ser degustado con una comida a la par, el maridaje puede darse con todo tipo de comidas
y bebidas.
La bebida correcta puede hacer que cualquier comida se sienta aún más sabrosa. Es que
las notas de sabor combinadas en forma correcta, pueden elevar toda receta a su máxima
potencia y hacer que su sabor se sienta mejor que nunca.
Encontrar la pareja perfecta puede resultar difícil al comienzo, pero una vez que tomes
práctica verás que no es necesario acompañar todas las comidas con refresco cola o con
vino. Cada vez que comiences a pensar en una receta, haz el ejercicio de pensar cuál es la
mejor bebida para acompañar la misma. Poco a poco mejorarás las decisiones y tus platos
conseguirán el mejor sabor posible.
El maridaje puede mejorar enormemente la experiencia de degustar un platillo, no sólo en
las más elegantes recetas de libros gourmet, sino que también en el día a día con
cualquier tipo de comida. Seguro ya has notado la diferencia que produce acompañar una
comida con una bebida o con otra, pues al elegir la bebida que mejor va ya estás
haciéndolo. Claro que, hacerlo de forma consciente y comprendiendo los sabores que
utilizas, la experiencia es diferente y puedes elegir mejor y, en consecuencia, lograr una
experiencia más placentera al paladar.
Como ves, el maridaje no es sólo para las personas que levantan el meñique al beber té,
sino que todo amante de la comida, cualquier tipo de comida, puede hacerlo.
Personalmente creo que es algo necesario para toda receta y que todas las personas que
cocinen deben saber qué es el maridaje. Con el Gran Chef podrás distinguir qué bebidas
son las mejores para determinados platillos, así que no te lo pierdas.
Puedes comenzar a prepararte para aprender de maridaje realizando algunas recetas de
bebidas como una bebida helada de banana o una bebida helada de piña y mango.

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