GESTIÓN EDUCATIVA

Partiendo del concepto de gestión como el acto de disponer recursos de diversa naturaleza
como personas, recursos financieros y de infraestructura, para realizar laboras de tipo
administrativo en armonía con el objeto de la organización; por lo anterior podemos deducir que
gestión educativa es la disponibilidad de personas, recursos financieros y de infraestructura para
las labores administrativas en la prestación del servicio de educación. Si a este concepto le
anexamos gestión educativa de calidad, se nos hace más complejo dar un concepto preciso por el
simple hecho que no estamos hablando de un producto o servicio de calidad ofrecido a mercado
determinado.

En la prestación del servicio de educación de calidad no tenemos unos clientes precisos a los
que debamos llegar con el servicio, sino ciudadanos con derechos y deberes adquiridos por
simplemente por ser miembros de una comunidad y con unas características particulares de
acuerdo al contexto en el se desempeña el individuo.

Para el desarrollo de la gestión educativa se han desarrollado diferentes modelos en

conformidad a las características sociales y económicas de las etapas de la historia
latinoamericana, de los cuales se hacen visibles dos modelos de gestión en la actualidad como lo
es el normativo y el modelo estratégico participativo, teniendo en cuenta que el modelo permite
representar a la organización desde la parte gerencial y administrativa, los modelos anteriormente
descritos se definen como: modelo normativo como la gestión que se centraliza en una figura
gerencial como lo es la del rector, regido por un conjunto de normas internas y un control externo y
el modelo estratégico participativo como un trabajo en equipo por los diferentes actores educativos
donde se generan normas que rigen y regulan la gestión de una manera abierta y flexible dentro de
un marco legal establecido.

Para poder aplicar la gestión educativa de calidad se hace importante la articulación del modelo
de gestión y el concepto de calidad. Lo que ha llevado a gobiernos nacionales y dependencias
regionales a desarrollar estrategias que permitan el cumplimiento de objetivos políticos en relación
con la prestación del servicio de educación. Por lo que la verdadera calidad educativa se ha
tornado distante ya que estas estrategias se han centrado en la gestión administrativa, y no se ha
dado la importancia requerida a los otros direccionamientos como lo es la parte académica, la
connotación individual y en el impacto social en cada uno de los individuos que reciben el servicio.

Por lo descrito anteriormente el modelo de gestión que se adecua a la gestión educativa de

calidad es el estratégico participativo, complementado por una dirección que incluya todos los
actores educativos y se generen los canales de comunicación que permitan el flujo de información
y se retroalimente el sistema de gestión para la mejora continua en la prestación del servicio;
donde los ciudadanos en los diferentes contextos sociales, culturales y económicos perciban un
servicio de educación que los lleve a mejorar sus condiciones de vidas y cree en estos actos
responsables con el medio que los rodea. Para lo cual los actores políticos deben motivar el
proceso a través de estrategias más influyentes en el proceso.