Вы находитесь на странице: 1из 2

NOTICIENCIA 2018-01 (Mayo 24 de 2018)

Por el Cambio Climático


Hasta el Arroz Sufre
Muchos decían burlonamente que el Cambio Climático era producto del
“calenturiento” cerebro de algunos científicos. Pronto, las evidencias fueron
realmente abrumadoras, tanto que hoy en día son muy pocos los que se atreven a
contradecir la voz de la ciencia. El problema es que, pese a los acuerdos y esfuerzos
internacionales, la producción de gases de efecto invernadero no disminuye
significativamente y los efectos siguen a la alza.

El viernes pasado (mayo 18 de 2018), un grupo de investigadores de la Universidad


de Tokio, situada entre las de mayor nivel de investigación en el mundo, dio a
conocer los resultados de un estudio realizado con muestras de arroz obtenidas en
campos experimentales, el cual reveló que el incremento de bióxido de carbono
(CO2) en la atmósfera terminará por reducir el valor nutritivo del cereal.

En el estudio se observó, específicamente, una reducción en los niveles de hierro y


zinc, así como en el de las proteínas y las vitaminas B1, B2, B5 y B9, en el arroz
cultivado bajo las altas concentraciones de CO2 que se pronostican para la segunda
mitad de este siglo (568 a 590 partes por millón).

Esto es preocupante, porque, tal como señaló el Profr. Kazuhiko Kobayashi, de la


universidad japonesa, coautor del estudio y experto en efectos de la contaminación
sobre la agricultura: “El arroz no es sólo una importante fuente de calorías, sino
también de proteínas y vitaminas para mucha gente en los países en vías de
desarrollo, y para las comunidades más pobres de los países desarrollados”.

Los científicos prevén que las poblaciones de países que comparten el mayor
consumo de arroz y el producto interno bruto (PIB) más bajo pueden experimentar
serios problemas de desnutrición, a medida que decline el valor nutritivo de
alimentos básicos de bajo costo, como el arroz.

Pero no todas las variedades de arroz respondieron del mismo modo ante los niveles
de CO2, por lo que los investigadores vislumbran la posibilidad de encontrar
alguna(s) que mantengan su valor nutritivo a pesar del cambio atmosférico.

Los investigadores cultivaron el arroz en algunos sitios de China y Japón, utilizando


un método a campo abierto, en el que construyeron octágonos con tubería de
plástico de 17 metros de ancho, elevados unos 30 centímetros por encima de las
plantas en campos de cultivo estándares.

Una red de sensores y monitores se encargó de medir la dirección y velocidad del


viento, para determinar qué tanto CO2 era preciso liberar fuera de la tubería para
elevar la concentración local del mismo al nivel experimental deseado. Esta técnica
se conoce como Enriquecimiento Libre del Bióxido de Carbono en el Aire (FACE, por
sus siglas en inglés).

El propio Kobayashi explicó: “Empecé a usar esta técnica en 1998, porque sabíamos
que las planta cultivadas en un invernadero no crecen igual que las obtenidas
normalmente en condiciones de campo abierto. Esta técnica nos permite probar el
efecto de concentraciones superiores de bióxido de carbono sobre plantas que
crecen en las mismas condiciones en que los campesinos las cultivarán dentro de
algunas décadas”.

La razón de elevar la tubería es la de minimizar los riesgos que representa la


intervención de la fauna silvestre local, como los mapaches, que muerden todo y
ponen en peligro los resultados del experimento.

En total, los investigadores analizaron los niveles de hierro, zinc y proteínas en 18


distintas variedades de arroz. Por su parte, se utilizaron nueve variedades de arroz
cultivado en China para analizar el contenido de las vitaminas del grupo B: tiamina
(B1), riboflavina (B2), ácido pantoténico (B5) y ácido fólico (B9).

Con información de la Universidad de Tokio, tomada del sitio electrónico de la agencia AlphaGalileo
(https://www.alphagalileo.org/en-gb/Item-Display/ItemId/163849).

Вам также может понравиться