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CARRERA DE ECONOMÍA
INTEGRANTES
LILIBETH DE LA “A”
STEFANIA DOMO
SAMANTHA SALAS
CURSO
4/4
DOCENTE
GUAYAQUIL – ECUADOR
CONTENIDO
CONCLUSIONES .......................................................................................................... 10
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 12
CARACTERÍSTICAS ECONÓMICAS DE LOS 80´S Y 90´S EN EL
ECUADOR
La crisis, entiéndase como “los periodos en los cuales un sistema económico afronta
dificultades durante un tiempo prolongado” de los años 80’s y 90’s que afectó a la
economía ecuatoriana se debe a factores exógenos, factores endógenos y a la propia
política económica implementada.
El modelo de crecimiento aplicado en el país entre 1950 y 1980, llego a su límite a inicios
de los años ochenta, cuando se produjo un estrangulamiento externo debido al descenso
del precio internacional de petróleo y, sobre todo, a la paralización de las corrientes de
financiamiento que dio inicio a la crisis de la deuda latinoamericana.
Hasta ese entonces el modelo que se había aplicado estuvo basado en la industrialización
sustitutiva de importaciones, debido a una demanda creciente de divisas para la
importación de maquinarias, equipos, insumos, materias primas, etc., las cuales fueron
provistas por el auge petrolero y el endeudamiento externo, entiéndase como “la suma de
las deudas que tiene un país con entidades extranjeras”.
Es cierto que hasta 1970 la principal actividad productiva se basaba en el sector agrícola
y las exportaciones dependían de unos cuantos productos de ese sector. Sin embargo, a
partir de 1972 el Ecuador empezó a exportar petróleo en cantidades importantes, de
manera que el hidrocarburo se convirtió en la principal fuente de divisas, cuyo monto ha
fluctuado de manera notable, especialmente por la volatilidad del precio internacional del
barril de petróleo.
De cierta manera, las políticas aplicadas en torno a la actividad petrolera han provocado
los desajustes y desequilibrios de los años ochenta y noventa, debido a la enorme
dependencia del país de los ingresos provenientes de un bien no renovable y de cotización
volátil como es el petróleo.
En porcentaje
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150
100
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1975 1980 1985 1990 1995 2000
Deuda/PIB% Servicio/Exporta.%
Porcentajes
(Sucres por dólar)
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1975 1980 1985 1990 1995 2000
Este último hecho significó una reducción de la oferta agregada y pérdidas en alrededor
de 400 millones de dólares en términos de exportaciones de banano, café y cacao. Los
desequilibrios macroeconómicos pronto se hicieron sentir en distintos sectores. La
desaceleración productiva del 3.9 al -2.8% anual, entre 1981 y 1983, influyó
considerablemente en un inusitado proceso inflacionario: en el transcurso de un año
(septiembre/1982 - septiembre/1983) la tasa variación anual de los precios pasó de 16,7%
a 63,4%. La vulnerabilidad de la economía se vio acrecentada por la pérdida de las
reservas internacionales que, durante el período 1980-1983, bajaron drásticamente de
U$857 a U$151 millones, mientras que el déficit en cuenta corriente en 1982 se situaba
en los 1.182 millones de dólares, cifra equivalente al 9% del PIB.
Durante el mandato del Dr. Borja Cevallos que inició en agosto de 1988, se implementó,
a diferencia de la administración anterior, una política de ajuste gradual, dentro del cual
la recuperación del sector externo cobró especial importancia lográndose reducir en alto
grado los desequilibrios que afectaron a la economía en 1987. La balanza comercial pasó
de U$ -33 a U$1.009 millones entre 1987 y 1990; el nivel de las reservas mostró una
recuperación constante hasta alcanzar U$760 millones a finales de 1991. En este resultado
influyó notablemente el incremento del precio del petróleo en los años 89 y 90. Las
exportaciones de banano también cobraron dinamismo y en cierto modo compensaron la
baja en las ventas de otros productos primarios. De esta manera, la década de los ochenta
plantea la necesidad urgente de reorientar la estrategia de desarrollo, tan dependiente de
los ingresos petroleros y el endeudamiento.
En la década de los 90 del siglo XX el Ecuador atravesaba por una de sus peores crisis
sociales, políticas y económicas. De manera evidente, la deuda pública alcanzaba valores
superiores al valor total del Producto Interno Bruto; la inflación experimentaba cifras
superiores al 60%; el desempleo y por consiguiente el subempleo alcanzaban valores
cercanos al 16% y 50% de la población económicamente activa, respectivamente; la
devaluación de la moneda local, el Sucre, había alcanzado los tres dígitos medios, cerca
del 500% en los últimos dos años del siglo pasado, entre otras situaciones. Ante la
gravedad del escenario económico, social y político el Gobierno, para contrarrestar esta
situación y como un elemento que permitiera la oficialización de la presencia ya
mayoritaria del dólar en la economía ecuatoriana, procedió a la adopción del dólar como
moneda oficial del Ecuador. El debate político y económico se centró en el impacto que
representó el valor de las remuneraciones, el salario mínimo de los trabajadores quedó
reducido a cuatro dólares, ya que representaba en ese momento 100 000 sucres.
¡Necesitamos que vengan dólares! era la exclamación más frecuente para mantener la
dolarización, y, efectivamente, los migrantes los enviaron y en grandes cantidades. La
dolarización, no solamente que es la pérdida de la Política Monetaria, de la posibilidad
de utilizar la devaluación para corregir potenciales desequilibrios externos, sino que exige
eficiencia económica para generar bienes y servicios exportables que reporten dólares a
la economía ecuatoriana, caso contrario una economía sin liquidez no es viable.
(NARANJO, 2004)
En resumen, tenemos una economía que depende de una moneda extranjera, que para que
sea viable se debe incrementar la productividad y la competitividad para aumentar las
exportaciones, que a la postre serán una de las fuentes de ingresos de dólares al país para
sostener la dolarización. Evidentemente, la dolarización mostró las debilidades de la
economía ecuatoriana con una baja productividad y poca competitividad, especialmente
porque la producción local tiene una alta dependencia de insumos y bienes de capital
importados, generando un saldo negativo y persistente en la balanza de pagos. El
escenario económico ecuatoriano en dolarización requiere de actividades productivas
exportables que eviten la salida de dólares para que el saldo en balanza sea favorable.
CONCLUSIONES
En resumen, dos elementos de origen externo explican el proceso de agresivo
endeudamiento de la América Latina de los años setenta e inicios de los ochenta, primero,
el exceso de liquidez gestado por el ciclo económico en los Estados Unidos y el mundo
desarrollado y, segundo, los llamados “petrodólares” que terminaron colocándose en esta
parte del mundo.
Las políticas expansivas del presidente Ronald Reagan, que buscaba reducir los
impuestos para estimular la producción en los Estados Unidos, hicieron que el déficit
fiscal se incremente considerablemente y, para evitar la inflación, como señalamos en el
párrafo anterior, la Reserva Federal elevó considerablemente la tasa de interés, la cual
pasó del 4 y 6 por ciento a alrededor del 20 por ciento. Con esta medida, los Estados
Unidos se convirtieron en una nación casi ilimitadamente a traedora de capitales, que esta
vez fluyeron del Sur al Norte gracias a un aumento notable de la tasa de interés.
Latinoamérica, y dentro de ésta el Ecuador, se convirtió en exportadora neta de capitales.
La deuda externa no solo significó una pesada carga difícil de ser sobrellevada, sino que
además condicionó toda la gestión macroeconómica de los países latinoamericanos, los
cuales debieron ajustar sus economías como consecuencia de los acuerdos para la
renegociación de dicha deuda.
Se instauraron entonces lo que se llamarían las “políticas de ajuste”, las cuales tenían
como objetivo principal conseguir excedentes de divisas en las economías
latinoamericanas para poder hacer frente al servicio de la deuda.
Conviene señalar que, aunque la estrategia de desarrollo fue distinta en los diferentes
países de la región en la década de los setenta (unos mantenían el esquema de
industrialización sustitutiva de importaciones y otros ensayaban ya la llamada “estrategia
neoliberal”), los resultados del endeudamiento fueron bastante similares en el momento
en que se inicia la crisis, con la declaratoria de moratoria o suspensión de pagos por parte
de México a los acreedores internacionales, en agosto de 1982. La deuda externa se ha
convertido en un elemento crítico perdurable, al menos para el caso del Ecuador. Veinte
años después, esta nación continuaba con constantes renegociaciones y aplazamientos.
BIBLIOGRAFÍA