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1. ¿Sumando espero?
Sin embargo, una decisión judicial tan grave como la determinación de la extensión
del plazo de persecución penal contra un ser humano, no puede reducirse a contar
burbujas numéricas. Ese no es el razonamiento limitante que impone la
Constitución.
Los arts. 78.1 y 80 del Código Penal regulan la prescripción y su plazo ordinario;
mientras que el art. 83 regula el plazo extraordinario de prescripción extraordinaria,
y establece como tiempo límite el plazo de la prescripción ordinaria más la mitad de
ese mismo plazo. En ese orden, el ejercicio del poder punitivo está habilitado para
la persecución punitiva solo dentro del plazo establecido en el Código Penal.
4. Acuerdos y desacuerdos
En un primer momento, con base en la indefinición temporal del art. 339.1 del
NCPP, se pretendió desbordar todo límite temporal de prescripción; no obstante, esa
interpretación contrariaba los límites de autocontención impuestos por la
Constitución. Empero, el Derecho penal, como saber de contención[13], intentó
encontrar el límite temporal en la figura de la interrupción prevista en el art. 83 del
C.P.
La interpretación era elemental. Así, dado que el art. 83 del CP, regula los supuestos
de interrupción y los límites del plazo de prescripción, en el último párrafo señala
que: “sin embargo la acción penal prescribe, en todo caso, cuando el tiempo
transcurrido sobrepasa en una mitad el plazo ordinario de prescripción”. En ese
orden, el texto “en todo caso”, abarcaría también los supuestos[14] de suspensión
del plazo de prescripción. Esa fue la tensión inicial entre el poder punitivo y el
Derecho penal, como saber de contención
Desde la otra orilla, el saber penal de contención se expresó con razones opuestas
al Acuerdo Plenario 1-2010/CJ-116; así, en el Auto de Sobreseimiento, emitido en
el expediente 4430-2008-19, por el Tercer Juzgado Penal de Investigación
Preparatoria de Trujillo, desarrolló los argumentos siguientes:
– Que el artículo 84 del CP, establece que: “Si el comienzo o la continuación del
proceso depende de cualquier cuestión que deba resolverse en otro procedimiento,
se considera en suspenso la prescripción hasta que aquel quede concluido”.
Antinomia entre las hipótesis del art. 83 del CP y del art. 319.1 del NCPP.
5. Sumando resuelvo
5.2. Otra vertiente judicial mayoritaria estimó que los plazos de interrupción y de
prescripción corrían de manera sucesiva e independiente: uno era el plazo
de interrupción, y otro distinto era el plazo de suspensión. En ese orden, el trascurso
de los tramos temporales era considerado de manera independiente y no corrían
simultáneamente; así, los efectos son los siguiente: i) el tiempo transcurrido antes
de la formalización de la investigación preparatoria se computa de manera
independiente, y ii) la formalización de la investigación preparatoria suspende el
plazo de prescripción por un plazo equivalente al plazo ordinario y extraordinario
de prescripción; iii) vencido este plazo se reinicia el plazo de interrumpido de la
prescripción.
A es procesado por delito de estafa (art. 196 del CP) que prevé una pena
privativa de libertad no mayor de 6 años; el Fiscal formaliza investigación
preparatoria, por tanto, se suspende el plazo de prescripción por tiempo
acumulado equivalente al plazo de la prescripción ordinaria (6 años) más la
mitad de dicho plazo (3 años) equivalente al plazo de 9 años, computados
desde la fecha de formalización de investigación preparatoria.
Si antes de la formalización de investigación preparatoria, transcurrieron 5
años se interrumpe su curso temporal de prescripción; desde esa fecha opera un
plazo de suspensión que no debe exceder 9 años. Vencido este plazo de
suspensión, se reinicia el plazo de prescripción con los 4 años faltantes del
plazo de prescripción interrumpido. La suma de los plazos de interrupción y
suspensión, se habría duplicado el plazo de prescripción hasta 18 años.
El cómputo del plazo –plazo ordinario más su mitad- que se realiza es desde la
formalización de la investigación preparatoria; para luego reiniciar el plazo
interrumpido de la prescripción. Este razonamiento lleva al despropósito de duplicar
el plazo de prescripción.
5.3. Esta interpretación es ajena a la realidad del tiempo vital de las personas
humanas. El tiempo es un dato real, no transcurren en dimensiones temporales
diferentes para cada individuo, el sujeto imputado tiene sólo un único lapso vital,
materialmente no duplicara su tiempo de vida. Esa interpretación punitiva duplica
materialmente el plazo de prescripción; esa duplicación es tácita y contra
reo contraria al imperativo constitucional previsto en art. 139.11 de la Constitución,
que prohíbe la integración analógica y las interpretaciones extensivas que afecten o
limiten los derechos y libertades. Recurrir a una interpretación histórica supondría
aplicar normas derogadas para empeorar la situación del procesado,[18] más aún si
está proscrita la sospecha penal permanente[19].
6. Casaciones vinculantes
Esta forma gravosa de sumar los plazos de interrupción y suspensión, dio lugar a
que la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema, mediante la Casación 383-
2012, La Libertad, establezca un plazo límite; conforme se aprecia de la síntesis
siguiente:
El delito imputado de lesiones leves, previsto en el art. 122 del CP, está
sancionado con pena privativa de libertad no mayor de dos años.
El delito lesiones se habría cometido el 3 de octubre del 2011. Se formalizó
investigación preparatoria el 19 de diciembre del 2012. Hasta ese momento,
transcurrieron un año y 16 días, plazo que corresponde al plazo de prescripción.
Fundamento decimosexto. Para evitar cualquier sesgo, es necesario su
reproducción literal: “Sin embargo, se da inicio a la suspensión de la
prescripción de la acción penal con fecha diecinueve de diciembre del dos mil
doce, y en aplicación del plazo máximo de la pena más la mitad, tenemos que
terminará indefectiblemente pasados tres años (los dos años más la mitad que es
uno). Esto fue el 19 de diciembre del dos mil quince”.
La concluyente razón del Fundamento Decimosexto, no deja duda alguna:
“(…) siendo que tal acción prescribiría el 19 de diciembre de dos mil
quince (…)
Sin embargo, esto no supone estar de acuerdo con la limitación temporal establecida
por la Casación 332-2015, pues también sus fundamentos cuantitativos e
integrativos son cuestionables desde la razón y la Constitución. Corresponde
atender a razone de interpretación conforme a la Constitución.
Estos plazos son legales y se encuentran previstos en el artículo 342 del CPP. Es
definidamente una interpretación sistemática porque los dispositivos interpretados
se encuentran ubicados en un mismo cuerpo normativo –CPP– regulados en el
Libro Tercero, Sección I Título III, “La Investigación Preparatoria”; esto es en el
mismo subconjunto normativo que corresponde al Investigación Preparatoria.
Esta interpretación sistemática tiene la bondad de determinar de manera legal el
plazo máximo de suspensión de la prescripción de la acción penal, previsto en el art.
339 inc 1 del CPP; y, excluye la posibilidad de que el Juez fije discrecionalmente el
plazo integrando el límite temporal del plazo de prescripción previsto en los arts. 80
y 83 del CP, al plazo de suspensión previsto en el art. 339.1 del CPP. Además, es
coherente con una interpretación constitucional limitante del ejercicio del poder
punitivo, conforme a los imperativos previstos en el art. 139.9 y 139.11 de la
Constitución.
[6] Pena de banquillo. Supone una situación en la que sin base suficiente se lleva a
una persona al banquillo de los acusados y sufre con ello la pena de escarnio y
humillación en la posición de imputado que siempre será estigmatizante.
[9] Supuestos de suspensión del plazo de prescripción de la acción penal están previ
stos en: i) La cuestión previa prevista en el artículo 4º del CPP del 2004; ii) La cuest
ión prejudicial prevista en el artículo 5º del CPP del 2004; iii) El antejuicio constitu
cional previsto en el artículo 99º de la Constitución, y iv) El desafuero previsto en el
artículo 93° de la Constitución.
[10] El art. 339 Inc. 1 CPP prescribe que “la formalización de la investigación suspe
nderá el curso de la prescripción de la acción penal”.
[13] Señala Zaffaroni que “el derecho penal es la rama del saber jurídico que, media
nte la interpretación de las leyes penales, propone a los jueces un sistema organizad
or de decisiones que contiene y reduce el poder punitivo, para impulsar el
progreso del estado constitucional de derecho” (Zaffaroni, Eugenio Raúl, Derecho
Penal, parte general, Ediar, 2000, Buenos Aires Argentina, pág. 4).
[16] El Artículo 83 del Código Penal establece que la prescripción de la acción pena
l se interrumpe por las actuaciones del Ministerio Público y el art. 339 Inc. 1 CPP pr
evé un supuesto en el que tiene lugar una actuación de Ministerio Público, entonces,
el art. 339 Inc. 1 NCPP habría incorporado al ordenamiento procesal jurídico un
supuesto de interrupción y no de suspensión. En todo caso
se trataría de un supuesto de exceso de información normativa.
[18] Dice el Acuerdo Plenario, cabe asimilar, para satisfacer tal expectativa social, e
l mismo límite temporal que contenía el derogado artículo 122° del Código Penal de
1924.
← Breves reflexiones sobre el asesinato por lucro y el asesinato por veneno (art. 108.4 CP) en el Proyecto de
Ley Nº 1194/2011-CR
Uno de los temas vinculados con la entrada en vigencia del Código Procesal Penal
que mayor discusión ha generado en la doctrina y jurisprudencia nacionales es el
referido a la nueva causal de suspensión de prescripción de la acción penal prevista
en el art. 339 inc. 1 de dicho cuerpo normativo. Este precepto agrega a la
“tradicional” causal de suspensión del prescripción de la acción penal del art. 84
CP un nuevo hecho generador de suspensión: la formalización de la investigación
preparatoria. En efecto, el art. 339 inc. 1 CPP prescribe que “la formalización de la
investigación suspenderá el curso de la prescripción de la acción penal”.
El debate que ha detonado la redacción de este artículo gira alrededor del límite
temporal de dicha suspensión. A diferencia del art. 84 CP, que contiene
implícitamente un límite máximo de la suspensión, el citado art. 339 inc. 1 no
prevé ningún plazo máximo. Del tenor literal del art. 84 CP se puede deducir sin
mayores dificultades que la suspensión de la prescripción de la acción penal se
mantendrá hasta que el procedimiento en la vía extrapenal haya llegado a su fin
mediante resolución firme. Esta conclusión, que ya era posible apreciar hasta antes
de la entrada en vigencia del Código Procesal Penal, ha sido confirmada por el art.
5 inc. 2 de este texto normativo. En el caso del art. 339 inc. 1 CPP, tal límite ni ha
sido previsto expresamente ni puede desprenderse de su redacción de otra manera.
Ante la falta de una regulación en tal sentido, la doctrina intentó una solución. En
opinión de algunas voces importantes de nuestra dogmática penal, el término
“suspenderá” debe interpretarse como “interrumpirá”. A esta conclusión se llega a
través de un razonamiento bastante original pero equivocado a mi entender: a) el
art. 83 CP establece que la prescripción de la acción penal se interrumpe por las
actuaciones del Ministerio Público (o de las autoridades judiciales), b) el art. 339
inc. 1 CPP prevé un supuesto en el que tiene lugar una actuación de Ministerio
Público, c) por tanto, el art 339 inc. 1 CPP regula una causal de interrupción. La
utilización del término “suspenderá”, a juicio de la doctrina, no sería más que una
deficiente técnica en la que habría incurrido el legislador peruano.
El debate acerca de la necesidad de un plazo fijo para esta “nueva” suspensión se
dejó sentir y motivó el Acuerdo Plenario Nº 1-2010/CJ-116, mediante el cual se
pretendió zanjar la discusión sobre el alcance del art. 339 inc. 1 CPP. Así, en primer
lugar, la Corte Suprema de la República señaló que no había dudas en cuanto a que
el citado precepto regulaba un supuesto de suspensión y no de interrupción, pues
el texto así lo indicaba (Fundamento Nº 27). Por otra parte, en cuanto a los límites
temporales de tal suspensión, que es lo que a fin de cuentas importaba a la
doctrina y a la judicatura nacionales, el supremo tribunal indicó que “queda sin
efecto el tiempo que transcurre desde este acto fiscal (formalización) hasta la
culminación del proceso con una sentencia o resolución judicial que le ponga fin o
en su caso hasta que sea aceptada la solicitud de sobreseimiento del Fiscal”
(Fundamento Nº 26).
[1] La propuesta que aquí ofrezco fue expuesta por primera vez en un Coloquio organizado
por el Colegio de Abogados de La Libertad celebrado el 23 de febrero de 2011, y,
actualmente, es motivo de un artículo en elaboración. Resulta relevante mencionar este
dato, dado que un asistente a dicho evento académico, quien poco tiempo después me
haría una consulta sobre el mismo tema y se mostraría a favor de esta tesis, la plasmó
como propia en una publicación suya.