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Prescripción de la acción penal:

ficción y sinrazón, por Francisco Celis


Mendoza Ayma
«Este límite está contenido en la institución de la prescripción de la acción penal. Su
justificación estriba en que una persona no puede ser convertida en un objeto de
persecución punitiva indefinida, dado que con ello se cosifica al imputado como
objeto de persecución, y se afecta de manera directa su dignidad como persona
humana».
POR
FRANCISCO CELIS MENDOZA AYMA
-
ABRIL 18, 2018

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Lo que nos urge a todos es


combatir las burbujas, la
banalidad y la religión, tres
elementos nocivos tanto en la
literatura como en cualquier
otro ingenio humano.[1]

1. ¿Sumando espero?

Cuando la persecución penal deviene en una indeterminación temporal y se banaliza


en una simple sumatoria de burbujas temporales, anuncia un nuevo rebrote
del punitivismo irracional. De la realidad temporal se hace una ficción de
burbujas; no interesa el tiempo vital del imputado, es solo una sumatoria aritmética
del plazo de interrupción más el plazo de suspensión, y si es con burbujas mejor[2],
pues es una operación de aritmética básica.

La simpleza de evitar un razonamiento jurídico y su reemplazo por una suma tuvo


su presencia con la hechiza “ampliación de prisión preventiva”[3]; ese mezquino
ahorro en el razonar retornó rozagante y arrogante con otra suma punitiva pero
ahora con un “aporte”: las burbujas como forma de “razonar”.

Lea también: Delito de contaminación ambiental es de naturaleza omisiva y de


carácter permanente [Casación 383-2012, La Libertad]

Sin embargo, una decisión judicial tan grave como la determinación de la extensión
del plazo de persecución penal contra un ser humano, no puede reducirse a contar
burbujas numéricas. Ese no es el razonamiento limitante que impone la
Constitución.

El método de interpretar la ley penal se encuentra previsto de manera específica en


la Constitución. En efecto, dos tenazas sujetan al juez penal al aplicar la ley: i) la
aplicación de la ley más favorable en caso de conflicto normativo, y ii) la
prohibición de interpretaciones extensivas o integraciones analógicas en la
aplicación de la ley penal. Estos principios regulados se configuran en su desarrollo
procesal en el art. VII del TP del Código Procesal Penal. Los jueces que suman
burbujas tienen la carga de dar razones de la inaplicación de estos principios
constitucionales reglados.
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2. Prescripción y límite punitivo


El Estado es el titular del poder punitivo, como poder de castigar o imponer otras
consecuencias (medidas de seguridad)[4], previo debido proceso. Es en virtud de
ese poder que la Fiscalía está habilitada para perseguir delitos, pero con límites
configurados en núcleos pétreos que se expresan como derechos fundamentales[5].
Un límite al poder punitivo es el temporal.

Este límite está contenido en la institución de la prescripción de la acción penal.


Su justificación estriba en que una persona no puede ser convertida en un objeto de
persecución punitiva indefinida, dado que con ello se cosifica al imputado como
objeto de persecución, y se afecta de manera directa su dignidad como persona
humana (art. 1 de la Constitución). El hecho de someter a una persona a la
condición de imputado, implica hacerla asumir la grave carga aflictiva de sujeción a
un proceso penal incierto[6]; esta situación se hace más aflictiva si el tiempo de
persecución es indefinido. La habilitación del poder punitivo, en un estado
democrático, sólo será aceptable si se materializa dentro de un plazo razonable.

Los arts. 78.1 y 80 del Código Penal regulan la prescripción y su plazo ordinario;
mientras que el art. 83 regula el plazo extraordinario de prescripción extraordinaria,
y establece como tiempo límite el plazo de la prescripción ordinaria más la mitad de
ese mismo plazo. En ese orden, el ejercicio del poder punitivo está habilitado para
la persecución punitiva solo dentro del plazo establecido en el Código Penal.

Es importante destacar el término inicial del plazo de prescripción. En ese orden, el


cómputo de la prescripción será distinto conforme se configure el momento
consumativo. Así, en un delito instantáneo, se contará desde la consumación del
hecho; en un delito continuado, se computará desde el día en que terminó la
actividad delictuosa; y en los delitos permanentes, desde el día en que cesa la
permanencia. Y el término final del plazo de prescripción corresponde a los plazos
límites establecidos en los arts. 80 y 83 del Código Penal. Debe quedar claro que
estos plazos fijados en estos dispositivos es el plazo límite. Este límite que establece
la norma material debe interpretarse siempre en clave limitante, con la finalidad de
evitar extensiones temporales arbitrarias.

Sin embargo, además de la institución de la interrupción de la prescripción, el art.


84 del Código Penal regula la institución de la suspensión del plazo de
prescripción; y establece como supuesto condicional de que “el comienzo o la
continuación del proceso penal dependa de cualquier cuestión que deba resolverse
en otro procedimiento” y como consecuencia, la suspensión de la prescripción hasta
que aquel quede concluido[7].

Una de las expresiones normativas de la suspensión del plazo de prescripción está


prevista en el art. 339.1 del CPP, que asigna la consecuencia de la suspensión del
plazo de prescripción al acto procesal de formalización de la investigación
preparatoria[8].

3. Persecución sin límites

La causal de suspensión de prescripción de la acción penal[9] prevista en el artículo


339.1 del CPP[10] y su aparente indefinición temporal, generó un escenario de
contienda entre el poder punitivo y el Derecho penal, como saber de contención.

El debate se centró en dos problemas: por un lado, i) determinar si el efecto jurídico


de la formalización de la investigación preparatoria era bien la suspensión o
la interrupción del plazo de prescripción; por otro lado, ii) determinar el límite
temporal a la suspensión o interrupción. Inicialmente el primer punto adquirió
centralidad en la búsqueda de un límite temporal del plazo de suspensión de la
prescripción, con la base del efecto temporal previstas para la interrupción del plazo
de prescripción.

El plazo de suspensión de la prescripción de la acción penal, previsto en el


artículo 84 del CP, no presenta problemas de indefinición temporal. Su límite
temporal se desprende del propio dispositivo, pues precisa que la suspensión del
plazo de prescripción de la acción penal se mantendrá hasta que el procedimiento
en la vía extrapenal concluya. Así, uno de los supuestos de suspensión de la
prescripción está previsto en el artículo 5, inc. 2 del CPP, que suspende el plazo de
prescripción del proceso penal hasta que en otra vía recaiga resolución firme[11].

Sin embargo, la suspensión de la prescripción de la acción penal prevista en el art.


339.1 del NCPP –como efecto de la formalización de la investigación preparatoria-
ha generado problemas de interpretación[12] pues no establece un límite temporal.

4. Acuerdos y desacuerdos
En un primer momento, con base en la indefinición temporal del art. 339.1 del
NCPP, se pretendió desbordar todo límite temporal de prescripción; no obstante, esa
interpretación contrariaba los límites de autocontención impuestos por la
Constitución. Empero, el Derecho penal, como saber de contención[13], intentó
encontrar el límite temporal en la figura de la interrupción prevista en el art. 83 del
C.P.

La interpretación era elemental. Así, dado que el art. 83 del CP, regula los supuestos
de interrupción y los límites del plazo de prescripción, en el último párrafo señala
que: “sin embargo la acción penal prescribe, en todo caso, cuando el tiempo
transcurrido sobrepasa en una mitad el plazo ordinario de prescripción”. En ese
orden, el texto “en todo caso”, abarcaría también los supuestos[14] de suspensión
del plazo de prescripción. Esa fue la tensión inicial entre el poder punitivo y el
Derecho penal, como saber de contención

En un segundo momento la pulsión expansiva del poder punitivo se manifestó en


el Acuerdo Plenario Nº 1-2010/CJ-116. En este los jueces supremos señalaron
que: i) el art. 339.1 del NCPP regula un supuesto de suspensión y no de
interrupción, conforme a la literalidad del dispositivo -Fundamento Nº 27-
; ii) pero, con relación al límite temporal de la suspensión, estableció que “queda
sin efecto el tiempo que transcurre desde este acto fiscal (formalización) hasta la
culminación del proceso[15] con una sentencia o resolución judicial que le ponga
fin o en su caso hasta que sea aceptada la solicitud de sobreseimiento del Fiscal” -
Fundamento Nº 26”.

Con este fundamento todos los delitos devenían en imprescriptibles, pues la


prescripción quedaría “suspendida” hasta la solución definitiva del conflicto. Era un
absurdo lógico proponer que el cómputo del plazo se reiniciaría con la conclusión
del proceso con resolución final; en efecto, ya no tendría sentido la reanudación del
plazo de prescripción pues el proceso ya concluyó. Así, el curso del tiempo
posterior a la conclusión de un proceso con resolución firme es irrelevante para los
efectos de la prescripción. Este Acuerdo Plenario no solucionó la indefinición
temporal.

Desde la otra orilla, el saber penal de contención se expresó con razones opuestas
al Acuerdo Plenario 1-2010/CJ-116; así, en el Auto de Sobreseimiento, emitido en
el expediente 4430-2008-19, por el Tercer Juzgado Penal de Investigación
Preparatoria de Trujillo, desarrolló los argumentos siguientes:

Suspensión de la prescripción como consecuencia de otro procedimiento

– Que el artículo 84 del CP, establece que: “Si el comienzo o la continuación del
proceso depende de cualquier cuestión que deba resolverse en otro procedimiento,
se considera en suspenso la prescripción hasta que aquel quede concluido”.

 La alusión del artículo 84 del CP a “otro procedimiento”, inequívocamente está


referido a una vía administrativa o judicial completamente distinta al propio
proceso
 La formalización de la investigación preparatoria no esese “otro
procedimiento” distinto al proceso penal, sino que es una etapa del proceso
penal común.

– Por tanto, la formalización de la investigación preparatoria, no suspende la


prescripción.

Antinomia entre las hipótesis del art. 83 del CP y del art. 319.1 del NCPP.

 La formalización de la investigación preparatoria (FIP) parala norma


sustantiva (art. 83 del CP) es una causa de interrupción[16].
 La formalización de la investigación preparatoria (FIP) para la norma adjetiva
(art 1 del NCPP) es una causa de suspensión.
 Debe aplicarse la norma más favorable por mandato constitucional prevista en el
artículo 11 de la Constitución.
 Tratándose de la prescripción penal, la norma más benigna está contenida en el
Código Penal.

5. Sumando resuelvo

En un tercer momento, la pulsión del ejercicio expansivo del poder punitivo se


expresó en el Acuerdo Plenario Extraordinario 3-2012/CJ-116; quedó claro que
el artículo 339.1 del CPP regula un supuesto de suspensión y no de interrupción; y,
para solucionar la absurda consecuencia de la falta de un límite temporal del plazo
de suspensión, se fijó judicialmente un plazo máximo de suspensión, que debe
ser un período equivalente al plazo ordinario de prescripción más una mitad de
dicho plazo del delito que corresponda, conforme a la pena privativa de libertad en
su umbral máximo.

5.1. No obstante, este Acuerdo Plenario no ha resuelto el problema. Se han


presentado dispares interpretaciones del texto de dicho Acuerdo Plenario; así, una
vertiente jurisdiccional interpretó que con el Acuerdo Plenario se precisó dos
efectos de la formalización de la investigación preparatoria, por un
lado, i) interrumpía de manera definitiva el plazo de prescripción transcurrido –
ordinario y/o extraordinario– y, por otro, ii) suspendía el plazo de prescripción por
un tiempo igual al máximo de la pena más su mitad. Vencido el plazo de
suspensión la acción penal prescribía indefectiblemente, sin posibilidad de un
reinicio del plazo interrumpido. Este sector de la judicatura interpretó que
el Acuerdo Plenario 3-2012/CJ-116, satisfizo la exigencia de determinación del
plazo de suspensión con la fijación de un límite temporal de la suspensión similar al
plazo de la interrupción: “período igual al máximo de la pena más una mitad de
dicho plazo”. Sin embargo, esta interpretación no fue asumida por un gran sector de
la judicatura; y, se plantean cuestionamientos a su extensión, pues no corresponde al
plazo legal de la investigación preparatoria, ni es proporcional con la satisfacción
adelantada del objeto de la investigación preparatoria.

5.2. Otra vertiente judicial mayoritaria estimó que los plazos de interrupción y de
prescripción corrían de manera sucesiva e independiente: uno era el plazo
de interrupción, y otro distinto era el plazo de suspensión. En ese orden, el trascurso
de los tramos temporales era considerado de manera independiente y no corrían
simultáneamente; así, los efectos son los siguiente: i) el tiempo transcurrido antes
de la formalización de la investigación preparatoria se computa de manera
independiente, y ii) la formalización de la investigación preparatoria suspende el
plazo de prescripción por un plazo equivalente al plazo ordinario y extraordinario
de prescripción; iii) vencido este plazo se reinicia el plazo de interrumpido de la
prescripción.

Esta interpretación expansiva punitiva justificó su postura en el texto literal


del Acuerdo Plenario Nº 3-2012/CJ-116 que dice: “la suspensión de la
prescripción de la acción penal en el caso del artículo 339 inc. 1 el CPP, no podrá
prolongarse más allá de un tiempo acumulado equivalente al plazo ordinario de
prescripción más la mitad de dicho plazo”. En efecto, así se desprende de la
literalidad del texto, pero desbordan sus límites literales, cuando consideran que
vencido el plazo de suspensión se reinicia el plazo interrumpido de la prescripción;
eso no dice el Acuerdo.

Un ejemplo permite entender la sumatoria expansiva del punitivismo:

 A es procesado por delito de estafa (art. 196 del CP) que prevé una pena
privativa de libertad no mayor de 6 años; el Fiscal formaliza investigación
preparatoria, por tanto, se suspende el plazo de prescripción por tiempo
acumulado equivalente al plazo de la prescripción ordinaria (6 años) más la
mitad de dicho plazo (3 años) equivalente al plazo de 9 años, computados
desde la fecha de formalización de investigación preparatoria.
 Si antes de la formalización de investigación preparatoria, transcurrieron 5
años se interrumpe su curso temporal de prescripción; desde esa fecha opera un
plazo de suspensión que no debe exceder 9 años. Vencido este plazo de
suspensión, se reinicia el plazo de prescripción con los 4 años faltantes del
plazo de prescripción interrumpido. La suma de los plazos de interrupción y
suspensión, se habría duplicado el plazo de prescripción hasta 18 años.

Esa línea de interpretación extensiva se expresa en el expediente No. 00326-2011-


83- 0401-JR, emitida por la Primera Sala Penal de Apelaciones de Arequipa, que
declaró improcedente una excepción de prescripción en la resolución No. 04-2012;
en el considerando Octavo, señalan:

Octavo: En el caso materia de autos según lo debatido en esta audiencia de


apelación los hechos imputados al procesado han tenido lugar el día 01 de octubre
del 2010, mientras que la disposición de formalización de la investigación
preparatoria es de fecha 04-01-2011, de acuerdo a lo explicado anteriormente este
acto fiscal produce el efecto de la suspensión del plazo de prescripción, por un
periodo de tiempo equivalente al plazo ordinario más la mitad, esto es para el caso
de autos, el artículo 118 del Código Penal prevé una pena no mayor a dos años, sin
embargo estando la responsabilidad restringida por la edad del imputado esta se
reduce a la mitad, de tal manera que el equivalente al plazo ordinario más la mitad
es a un año y seis meses; este periodo es de suspensión a partir del 04-01-2011
hasta el 04-07-2012 fecha a partir del cual por efecto del Acuerdo Plenario 03-
2012/CJ-116, se reiniciará el plazo de prescripción suspendido; desde esta última
fecha hasta la hasta la fecha de la resolución de prescripción 01-09-2012 han
transcurrido dos meses, los que sumados desde la fecha de los hechos hasta la
fecha de la suspensión de la prescripción (3 meses, tres días), no se verifica haya
transcurrido el plazo extraordinario de prescripción, habiendo transcurrido en
total bajo este último cómputo7 meses y once meses, por lo que para el caso de
autos no ha operado aún el plazo de prescripción extraordinaria…[17].

El cómputo del plazo –plazo ordinario más su mitad- que se realiza es desde la
formalización de la investigación preparatoria; para luego reiniciar el plazo
interrumpido de la prescripción. Este razonamiento lleva al despropósito de duplicar
el plazo de prescripción.

Desde la expedición de esta operación sumatoria con cobertura de resolución, hasta


la actualidad la sustitución de razones por sumas y burbujas sigue siendo una
perversa práctica judicial; en efecto,

5.3. Esta interpretación es ajena a la realidad del tiempo vital de las personas
humanas. El tiempo es un dato real, no transcurren en dimensiones temporales
diferentes para cada individuo, el sujeto imputado tiene sólo un único lapso vital,
materialmente no duplicara su tiempo de vida. Esa interpretación punitiva duplica
materialmente el plazo de prescripción; esa duplicación es tácita y contra
reo contraria al imperativo constitucional previsto en art. 139.11 de la Constitución,
que prohíbe la integración analógica y las interpretaciones extensivas que afecten o
limiten los derechos y libertades. Recurrir a una interpretación histórica supondría
aplicar normas derogadas para empeorar la situación del procesado,[18] más aún si
está proscrita la sospecha penal permanente[19].

Es claro que no se puede duplicar plazos de persecución punitiva por voluntad


pretoriana, esta, en su caso corresponde al legislador positivo, siempre conforme a
la Constitución; así se procedió en la duplicación del plazo de prescripción en los
delitos contra la Administración Pública que afecte el patrimonio estatal; en efecto,
solo por voluntad expresa e indubitable del legislador se puede establecer los
máximos temporales legales, obviamente conforme a los núcleos pétreos de la
Constitución; pues en caso de desbordar estos límites constituyentes puede ser
objeto de inaplicación en el caso concreto o la expulsión del ordenamiento jurídico.
Pero los jueces no pueden vía interpretación extensiva o integración analógica
extender plazos por mera voluntad punitiva de una inaprensible de evitar la
impunidad.

6. Casaciones vinculantes

Esta forma gravosa de sumar los plazos de interrupción y suspensión, dio lugar a
que la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema, mediante la Casación 383-
2012, La Libertad, establezca un plazo límite; conforme se aprecia de la síntesis
siguiente:

FORMALIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN FRENTE A LA PRESCRIPCIÓN DE


LA ACCIÓN PENAL. La suspensión del plazo prescriptorio no es indeterminado o
ilimitado, sino que éste tiene como límite un tiempo equivalente al plazo ordinario
de prescripción más una mitad de dicho plazo, tal como lo ha establecido el
Acuerdo Plenario tres guión dos mil doce oblicua CJ guion ciento dieciséis.

No obstante, la suma de burbujas temporales continúa hasta la fecha; sin embargo,


la ficción en burbujas no podrá continuar pues la Casación N° 332-2015, publicada
el 14 de marzo de 2018 en el diario oficial El Peruano, establece como fundamento
vinculante –Undécimo- que:

En consecuencia, el computo de los plazos de prescripción no es ilimitado el


cómputo de los plazos de prescripción de la acción penal, en los casos de
suspensión por formalización de investigación preparatoria, sino por un periodo
equivalente a un plazo ordinario más la mitad, por lo que LA ACCIÓN PENAL
PRESCRIBIRÁ INDEFECTIBLEMENTE CUANDO HAYA CULMINADO
DICHO PLAZO[20]. Todo ello conforme a lo que ya se ha establecido en el
Acuerdo Plenario de las Salas Penales de la Corte Suprema N° 3-2012.

Para precisar de manera clara el alcance interpretativo vinculante de la Casación, es


necesario analizar el caso concreto que motivo dicha Casación:

 El delito imputado de lesiones leves, previsto en el art. 122 del CP, está
sancionado con pena privativa de libertad no mayor de dos años.
 El delito lesiones se habría cometido el 3 de octubre del 2011. Se formalizó
investigación preparatoria el 19 de diciembre del 2012. Hasta ese momento,
transcurrieron un año y 16 días, plazo que corresponde al plazo de prescripción.
 Fundamento decimosexto. Para evitar cualquier sesgo, es necesario su
reproducción literal: “Sin embargo, se da inicio a la suspensión de la
prescripción de la acción penal con fecha diecinueve de diciembre del dos mil
doce, y en aplicación del plazo máximo de la pena más la mitad, tenemos que
terminará indefectiblemente pasados tres años (los dos años más la mitad que es
uno). Esto fue el 19 de diciembre del dos mil quince”.
 La concluyente razón del Fundamento Decimosexto, no deja duda alguna:
“(…) siendo que tal acción prescribiría el 19 de diciembre de dos mil
quince (…)

No cabe duda de la ratio decidendi de la Casación. Esta posición lo manifiesta en


contextos académicos uno de los Jueces Supremos que suscribe la Casación, el
destacado profesor José Neyra Flores.

Si se sigue aplicando la suma de burbujas de plazo de suspensión más burbujas de


plazo de interrupción, se estarían apartando de esta doctrina jurisprudencial
asentada en esta Casación, con la obligación de dar las razones de su inaplicación,
con riesgo de responsabilidad sobreviniente. “Más papistas que el Papa” no se
puede ser. La reorientación de las decisiones judiciales conforme la doctrina
jurisprudencial fijada en la Casación 332-2015, es urgente, para amenguar de alguna
manera el desborde punitivo de las burbujas.

Sin embargo, esto no supone estar de acuerdo con la limitación temporal establecida
por la Casación 332-2015, pues también sus fundamentos cuantitativos e
integrativos son cuestionables desde la razón y la Constitución. Corresponde
atender a razone de interpretación conforme a la Constitución.

7. De vuelta a la razón constitucional limitante

Sin embargo, siempre en línea de limitar la extensión de un persecución punitiva


permanente –efecto de la suspensión del plazo de suspensión con la formalización
de la investigación preparatoria–, la doctrina nacional desde un primer momento
interpretó de manera constitucional el fundamento de la institución de la suspensión
y con base en una interpretación sistemática determinar el plazo de suspensión
previsto en el mismo CPP. En efecto, el profesor Shikara Vásquez
Shimajuko[21]propuso que el fundamento de la suspensión se encuentra en la
necesidad de determinar la existencia de elementos que funden el carácter
delictuoso de la conducta imputada. Esta necesidad se expresa de la siguiente
manera:

 En una vía extra penal, como consecuencia de amparaseuna cuestión


prejudicial[22], es razonable la suspensión del curso de la prescripción de la
acción penal, a fin de que el Estado no se vea limitado temporalmente en
la persecución penal.
 En el proceso penal común, el objeto de la etapa de la investigación
preparatoria[23], es reunir elementos de convicción, de cargo y de descargo,
que permitan al Fiscal decidir si formula o no acusación y, en su caso, al
imputado preparar su Tiene por finalidad determinar si la conducta incriminada
es delictuosa, las circunstancias o móviles de la perpetración, la identidad del
autor o partícipe y de la víctima, así como la existencia del daño causado.
 Por tanto, el plazo de suspensión no debe superar el previsto legalmente para la
satisfacción de su objeto.

Esta interpretación es sistemática pues considera el efecto de la suspensión del


plazo de prescripción de la acción penal, prevista en el art. 339.1 del NCPP, y el
plazo de la investigación preparatoria y la satisfacción de su objeto, previsto en los
arts. 342.1 del CPP; por tanto, el plazo de suspensión de la prescripción es el plazo
que corresponde a la investigación preparatoria, e incluye cualquier tipo de
ampliación del plazo de investigación preparatoria. Este plazo es de 120 días
naturales, empero, en las investigaciones complejas el plazo es de 8 meses y se
puede prorrogar por igual plazo –16 meses[24].

Estos plazos son legales y se encuentran previstos en el artículo 342 del CPP. Es
definidamente una interpretación sistemática porque los dispositivos interpretados
se encuentran ubicados en un mismo cuerpo normativo –CPP– regulados en el
Libro Tercero, Sección I Título III, “La Investigación Preparatoria”; esto es en el
mismo subconjunto normativo que corresponde al Investigación Preparatoria.
Esta interpretación sistemática tiene la bondad de determinar de manera legal el
plazo máximo de suspensión de la prescripción de la acción penal, previsto en el art.
339 inc 1 del CPP; y, excluye la posibilidad de que el Juez fije discrecionalmente el
plazo integrando el límite temporal del plazo de prescripción previsto en los arts. 80
y 83 del CP, al plazo de suspensión previsto en el art. 339.1 del CPP. Además, es
coherente con una interpretación constitucional limitante del ejercicio del poder
punitivo, conforme a los imperativos previstos en el art. 139.9 y 139.11 de la
Constitución.

La interpretación sistemática –intrasistemática– ha sido asumida también por el


profesor Raúl Pariona Arana, en el Pleno Jurisdiccional de Cajamarca, en junio del
2016, y por el profesor Percy García Cavero[25].

No hay otra forma de realizar una interpretación sistemática; interpretación


sistemática no es recurrir a otros cuerpos normativos como lo hace el Acuerdo
Plenario, que si tiene un nombre: integración analógica contra reo, prohibida
constitucionalmente.

Así, la integración analógica está proscrita constitucionalmente; y, qué duda cabe,


constituye integración analógica contra reo, cuando el plazo legal de prescripción
ordinaria y extraordinaria, determina el plazo de suspensión de la prescripción; no
por mandato legal sino solo por v0luntad pretoriana de analogar, so pretexto de
evitar la impunidad. Esta integración de un efecto temporal no previsto, está
insumida de ideología punitivista; y, soslaya el dato de la realidad de que la
punición no resuelve los conflictos penales que genera la realización de un hecho
punible.

[1] Ignacio Fernández Herrero.

[2] A falta de burbujas, buenos son los dedos.

[3] En la audiencia de esa malhadada ampliación no se discutía ningún supuesto


habilitante de extensión del plazo de prisión preventiva, sino se procedía a una suma
y resta. Con la Casación 146-2016, se puso fin a la a la suma.
[4] El poder punitivo, que es entendido de manera errada como “el derecho a penar”
, como lo expresa Diego Manuel Luzón Peña, Curso de Derecho Penal, Parte Gener
al I, Editorial Universitas, S.A. 1996, pág. 47.

[5] Estos derechos, fundamentalmente se derivan de la dignidad personal y


presunción de inocencia, por ello es que debe considerarse a un inculpado
“como persona humana, sujeto y portador de derechos individuales, y no como
simple objeto de la persecución penal”, en términos de Klaus Tiedenmann
en Constitución y derecho penal, Palestra Editores, Lima, 2003, págs., 169-170.

[6] Pena de banquillo. Supone una situación en la que sin base suficiente se lleva a
una persona al banquillo de los acusados y sufre con ello la pena de escarnio y
humillación en la posición de imputado que siempre será estigmatizante.

[7] Suspensión de la prescripción Artículo 84°.- Si el comienzo o la continuación


del proceso penal depende de cualquier cuestión que deba resolverse en otro
procedimiento, se considera en suspenso la prescripción hasta que aquel quede
concluido5

[8] Artículo 339˚.- Efectos de la formalización de la investigación 1. La


formalización de la investigación suspenderá el curso de la prescripción de la acción
penal.

[9] Supuestos de suspensión del plazo de prescripción de la acción penal están previ
stos en: i) La cuestión previa prevista en el artículo 4º del CPP del 2004; ii) La cuest
ión prejudicial prevista en el artículo 5º del CPP del 2004; iii) El antejuicio constitu
cional previsto en el artículo 99º de la Constitución, y iv) El desafuero previsto en el
artículo 93° de la Constitución.

[10] El art. 339 Inc. 1 CPP prescribe que “la formalización de la investigación suspe
nderá el curso de la prescripción de la acción penal”.

[11] Artículo 5.- Cuestión prejudicial.-

2. Si se declara fundada, la Investigación Preparatoria se suspende hasta que


en la otra vía recaiga resolución firme.
[12] Desde una óptica limitante se podría afirmar que incluso que el Acuerdo
Plenario 3-2012, habría dado una respuesta integrativa in malam parte

[13] Señala Zaffaroni que “el derecho penal es la rama del saber jurídico que, media
nte la interpretación de las leyes penales, propone a los jueces un sistema organizad
or de decisiones que contiene y reduce el poder punitivo, para impulsar el
progreso del estado constitucional de derecho” (Zaffaroni, Eugenio Raúl, Derecho
Penal, parte general, Ediar, 2000, Buenos Aires Argentina, pág. 4).

[14] Entre estos supuestos la Formalización de la Investigación Preparatoria.

[15] Las negritas son nuestras.

[16] El Artículo 83 del Código Penal establece que la prescripción de la acción pena
l se interrumpe por las actuaciones del Ministerio Público y el art. 339 Inc. 1 CPP pr
evé un supuesto en el que tiene lugar una actuación de Ministerio Público, entonces,
el art. 339 Inc. 1 NCPP habría incorporado al ordenamiento procesal jurídico un
supuesto de interrupción y no de suspensión. En todo caso
se trataría de un supuesto de exceso de información normativa.

[17] Las negritas son nuestras.

[18] Dice el Acuerdo Plenario, cabe asimilar, para satisfacer tal expectativa social, e
l mismo límite temporal que contenía el derogado artículo 122° del Código Penal de
1924.

[19] El Tribunal Constitucional así se ha pronunciado en el expediente EXP. N. º


06079-2008-PHC/TC, fundamento 5. “No obstante, este Tribunal ha precisado
también que cuando la investigación preliminar del delito a cargo del Ministerio
Público exceda el plazo razonable corresponde estimar la demanda por vulneració
del principio de interdicción de la arbitrariedad, pues resulta irrazonable el hecho
que una persona esté sometida a un estado permanente de investigación fiscal o
judicial.”

[20] Negritas y resaltado nuestro.


[21] Precisa que “A mi parecer, la solución debe buscarse en el fundamento de la fi
gura de la suspensión de la prescripción de la acción penal (art. 83 CP) y no en una
interpretación contra legem, en la existencia de un antinomia o en la interpretación
histórica. Dicho fundamento se encuentra en la necesidad de determinar la
existencia de elementos que fundamenten
(posteriormente y de manera definitiva en la sentencia) el carácter
delictuoso (o no delictuoso) de la conducta imputada en una vía extrapenal. Y es, pr
ecisamente, esta necesidad la que conlleva a detener el curso de la prescripción de la
acción pena, a fin
de que el Estado no se vea limitado temporalmente en la persecución penal.

El fundamento de la etapa de la investigación preparatoria, por su parte, es también


la necesidad de recabar elementos que sustenten (posteriormente y de manera
definitiva en la sentencia) el carácter delictuoso (o no delictuoso) de la conducta
investigada, que sirvan para fundamentar el requerimiento acusatorio o el
requerimiento de sobreseimiento, según corresponda.” Click aquí.

[22] Artículo 5 Cuestión prejudicial.-

1. Lacuestión prejudicial procede cuando el Fiscal decide continuar con la Investig


ación Preparatoria, pese a que fuere necesaria en vía extra –
penal una declaración vinculada al carácter delictuoso del hecho

[23] Artículo 321.- Finalidad.-

1. La Investigación Preparatoria persigue reunir los elementos de


convicción, de cargo y de descargo, que permitan al Fiscal decidir si formula o n
o acusación y, en su caso, al imputado preparar su defensa. Tiene por finalidad d
eterminar si la conducta incriminada es delictuosa, las circunstancias
o móviles de la perpetración, la identidad del autor o partícipe y de la víctima, as
í como la existencia del daño causado.

[24] Artículo 342 Plazo.-

1. Elplazo de la Investigación Preparatoria es de ciento veinte días.


Sólo por causas justificadas, dictando la Disposición correspondiente, el Fiscal p
odrá prorrogarla por única vez hasta por un máximo de sesenta días naturales.
2. Tratándose de investigaciones complejas, el plazo de la Investigación
Preparatoria es de ocho.
La prórroga por igual plazo debe concederla el Juez de la Investigación preparat
oria.

[25] Intervención en el Acuerdo Plenario 01-2010.

26 Mar de 2018 @ 16:35

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Ley Nº 1194/2011-CR

La suspensión de la prescripción de la acción penal del


art. 339.1 CPP: una propuesta personal[1]
Posted on 6 Noviembre, 2012 by Shikara Vasquez

Uno de los temas vinculados con la entrada en vigencia del Código Procesal Penal
que mayor discusión ha generado en la doctrina y jurisprudencia nacionales es el
referido a la nueva causal de suspensión de prescripción de la acción penal prevista
en el art. 339 inc. 1 de dicho cuerpo normativo. Este precepto agrega a la
“tradicional” causal de suspensión del prescripción de la acción penal del art. 84
CP un nuevo hecho generador de suspensión: la formalización de la investigación
preparatoria. En efecto, el art. 339 inc. 1 CPP prescribe que “la formalización de la
investigación suspenderá el curso de la prescripción de la acción penal”.

El debate que ha detonado la redacción de este artículo gira alrededor del límite
temporal de dicha suspensión. A diferencia del art. 84 CP, que contiene
implícitamente un límite máximo de la suspensión, el citado art. 339 inc. 1 no
prevé ningún plazo máximo. Del tenor literal del art. 84 CP se puede deducir sin
mayores dificultades que la suspensión de la prescripción de la acción penal se
mantendrá hasta que el procedimiento en la vía extrapenal haya llegado a su fin
mediante resolución firme. Esta conclusión, que ya era posible apreciar hasta antes
de la entrada en vigencia del Código Procesal Penal, ha sido confirmada por el art.
5 inc. 2 de este texto normativo. En el caso del art. 339 inc. 1 CPP, tal límite ni ha
sido previsto expresamente ni puede desprenderse de su redacción de otra manera.

Ante la falta de una regulación en tal sentido, la doctrina intentó una solución. En
opinión de algunas voces importantes de nuestra dogmática penal, el término
“suspenderá” debe interpretarse como “interrumpirá”. A esta conclusión se llega a
través de un razonamiento bastante original pero equivocado a mi entender: a) el
art. 83 CP establece que la prescripción de la acción penal se interrumpe por las
actuaciones del Ministerio Público (o de las autoridades judiciales), b) el art. 339
inc. 1 CPP prevé un supuesto en el que tiene lugar una actuación de Ministerio
Público, c) por tanto, el art 339 inc. 1 CPP regula una causal de interrupción. La
utilización del término “suspenderá”, a juicio de la doctrina, no sería más que una
deficiente técnica en la que habría incurrido el legislador peruano.
El debate acerca de la necesidad de un plazo fijo para esta “nueva” suspensión se
dejó sentir y motivó el Acuerdo Plenario Nº 1-2010/CJ-116, mediante el cual se
pretendió zanjar la discusión sobre el alcance del art. 339 inc. 1 CPP. Así, en primer
lugar, la Corte Suprema de la República señaló que no había dudas en cuanto a que
el citado precepto regulaba un supuesto de suspensión y no de interrupción, pues
el texto así lo indicaba (Fundamento Nº 27). Por otra parte, en cuanto a los límites
temporales de tal suspensión, que es lo que a fin de cuentas importaba a la
doctrina y a la judicatura nacionales, el supremo tribunal indicó que “queda sin
efecto el tiempo que transcurre desde este acto fiscal (formalización) hasta la
culminación del proceso con una sentencia o resolución judicial que le ponga fin o
en su caso hasta que sea aceptada la solicitud de sobreseimiento del Fiscal”
(Fundamento Nº 26).

La solución que traía consigo el Acuerdo Plenario Nº 1-2010/CJ-116 no fue


aceptada pacíficamente. Contra ella se decía que dicha propuesta convertiría, en la
práctica, en imprescriptibles todos los delitos, pues el cómputo de la prescripción
quedaría “congelada” hasta la solución definitiva del conflicto (cosa juzgada),
perdiendo toda relevancia el hecho de que dicho cómputo se reinicie una vez la
resolución final haya adquirido la calidad de firme. Por esta razón, la tesis de que
el art. 339 inc. 1 CPP introduce al ordenamiento jurídico un caso de interrupción –
y no de suspensión– de la prescripción de la acción penal se fortaleció y fue
acogida la judicatura. La razón de esta recepción se encuentra en el hecho de que,
en virtud de la tesis de la interrupción, se excluye la posibilidad de un
“congelamiento” indefinido del curso de la prescripción y se cuenta con un límite
temporal máximo: el plazo extraordinario de prescripción de la acción penal. Así,
el Auto de Sobreseimiento de 1 de agosto de 2011 emitido por el Tercer Juzgado
Penal de Investigación Preparatoria de Trujillo (Exp. 4430-2008-19), a cargo del
Juez Giammpol Taboada Pilco, echó mano de lo sostenido por la doctrina nacional,
agregando a dicho argumento la idea de la existencia de una antinomia entre los
arts. 84 CP y 339 inc. 1 CPP, la misma que se resolvería aplicando el principio de
favorabilidad. Es justo reconocer aquí que esta decisión es anterior a la plasmada
en la Sentencia de 21 de marzo de 2012, emitida por la Sala Penal de Apelaciones
de la Corte Superior de Justicia de Huaura (Exp. Nº 592-2008); decisión que, a
diferencia de ésta, no ha sido mencionada en el Acuerdo Plenario Nº 3-2012/CJ-
116.

Sin embargo, a mi juicio, ni el interesante razonamiento llevado a cabo por parte


de la doctrina peruana ni el recurso a la antinomia resulten ser correctos. En
contra del argumento de que el art. 339 inc. 1 CPP regula un caso de interrupción,
hay que señalar que todo método de interpretación de la ley no puede superar el
tenor literal del precepto. Incluso la interpretación teleológica encuentra su límite
en la letra de la ley. En ese sentido, le asiste razón a la Corte Suprema cuando
sostiene que no es posible interpretar el término “suspenderá” como
“interrumpirá”. Si bien es cierto que el art. 339 inc. 1 CPP parece regular un caso
de interrupción (por tratarse de una actuación del Ministerio Público), y puede
resultar incluso deseable, el texto del citado precepto impide una interpretación en
esa dirección.

Por otra parte, el argumento de la existencia de una antinomia tampoco puede


mantenerse seriamente. Una antinomia tiene lugar cuando dos dispositivos legales
ofrecen soluciones incompatibles a un mismo supuesto de hecho, y respecto a los
efectos de la formalización de la investigación preparatoria no existen soluciones
legales incompatibles. Muy por el contrario, en nuestro ordenamiento jurídico,
contamos con un único precepto al respecto: el art. 339 inc. 1 CPP. Así las cosas, no
se cuenta con el presupuesto para hablar de la existencia de una antinomia legal.

La incorrección de ambos argumentos manejados por la doctrina y la judicatura


peruanas parece no haber convencido a la Corte Suprema, la misma que, en el
Acuerdo Plenario Nº 3-2012/CJ-116, ha propuesto una solución al problema que
sólo en apariencia diverge de la ofrecida por ambos sectores. Nuestro supremo
tribunal se ha inclinado por una interpretación histórica, que la ha llevado a fijar el
plazo máximo de suspensión en un período igual al plazo ordinario de prescripción
más una mitad de dicho plazo (del correspondiente delito). Esto, como puede
apreciarse fácilmente, supone arribar a la misma conclusión compartida por
nuestras doctrina y jurisprudencia, si bien con diferentes argumentos, pues el
“período igual al plazo ordinario de prescripción más una mitad de dicho plazo” se
corresponde con el plazo extraordinario de prescripción de la acción penal. Sin
embargo, no encuentro razones de peso para apelar a tal interpretación histórica,
que, por lo demás, no encuentra sustento en la ley.

A mi parecer, la solución debe buscarse en el fundamento de la figura de la


suspensión de la prescripción de la acción penal (art. 83 CP) y no en una
interpretación contra legem, en la existencia de un antinomia o en la
interpretación histórica. Dicho fundamento se encuentra en la necesidad de
determinar la existencia de elementos que fundamenten (posteriormente y de
manera definitiva en la sentencia) el carácter delictuoso (o no delictuoso) de la
conducta imputada en una vía extrapenal. Y es, precisamente, esta necesidad la
que conlleva a detener el curso de la prescripción de la acción penal, a fin de que el
Estado no se vea limitado temporalmente en la persecución penal. El fundamento
de la etapa de la investigación preparatoria, por su parte, es también la necesidad
de recabar elementos que sustenten (posteriormente y de manera definitiva en la
sentencia) el carácter delictuoso (o no delictuoso) de la conducta investigada, que
sirvan para fundamentar el requerimiento acusatorio o el requerimiento de
sobreseimiento, según corresponda.
Pues bien, con ello se observa que la figura de la suspensión de la prescripción de
la acción penal del art. 83 CP y la investigación preparatoria comparten un
fundamento común, que hace posible, a mi entender, hallar un límite temporal a lo
dispuesto por el art. 339 inc. 1 CPP sin caer en las contradicciones sistemáticas que
la doctrina y jurisprudencia nacionales han creído encontrar. Pues bien, si tenemos
en cuenta que la suspensión de la prescripción de la acción penal en general –es
decir, no sólo la prevista en el art. 83 CP, sino también la del art. 339 inc. 1 CPP–
halla su justificación en la necesidad de determinar la existencia de elementos que
fundamenten (posteriormente y de manera definitiva en la sentencia) el carácter
delictuoso (o no delictuoso) de la conducta imputada, entonces se hace evidente
que la suspensión de art. 339 inc. 1 CPP debe mantenerse en la medida en que se
mantenga el fundamento de su existencia, y, por lo tanto, dicha suspensión sólo
podrá extenderse hasta la culminación de la etapa de la investigación preparatoria
y no más allá de ella.
Esta solución no sólo fija de manera exacta un plazo máximo de la suspensión de la
prescripción de la acción penal del art. 339 inc. 1 CPP –excluyendo, de esa manera,
que dicho límite temporal sea establecido arbitrariamente por el juez–, sino que
también tiene la ventaja de que brinda una explicación coherente de la figura de la
suspensión de la prescripción y sus causales, evitando, así, las distorsiones
axiológicas que generan las propuestas elaboradas por la doctrina y la
jurisprudencia. Con todo, alguien podría afirmar que la solución aquí ofrecida no
puede sostenerse, dado que, en el art. 83 CP, la búsqueda de elementos que
fundamenten el provisional carácter delictuoso de la conducta tiene lugar en una
vía procesal extrapenal mientras que, en el art. 339 inc. 1 CPP, dicha búsqueda se
lleva a cabo en la vía penal. Sin embargo, tal crítica no es contundente, pues de lo
realmente relevante no es en qué vía se proceda a recabar dichos elementos, sino la
necesidad de determinar la existencia de elementos que fundamenten
(posteriormente y de manera definitiva en la sentencia) el carácter delictuoso (o no
delictuoso) de la conducta imputada. Que ello se lleve a cabo en distintas vías no
deja de ser una diferencia fenotípica –y no genotípica– que no afecta al núcleo del
argumento aquí utilizado.

[1] La propuesta que aquí ofrezco fue expuesta por primera vez en un Coloquio organizado
por el Colegio de Abogados de La Libertad celebrado el 23 de febrero de 2011, y,
actualmente, es motivo de un artículo en elaboración. Resulta relevante mencionar este
dato, dado que un asistente a dicho evento académico, quien poco tiempo después me
haría una consulta sobre el mismo tema y se mostraría a favor de esta tesis, la plasmó
como propia en una publicación suya.

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