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SEXUAL
SANTIAGO, Chile
2009
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
Resumen
Rol del Psicólogo de Atención Primaria en Salud Sexual
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AGRADECIMIENTOS
3
ÍNDICE Págs.
I. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA 5
2. SALUD SEXUAL
2.1 Sexualidad: Definición y conceptualización 10
2.2 Salud Sexual y Reproductiva 11
2.2.1 Salud Sexual: Propuesta de categorización 12
2.3 Salud Sexual en Chile. 12
2.3.1Prevalencia en Salud Sexual y Problemas Sexuales en Chile 13
2.3.2 Políticas Públicas y Sanitarias en Salud Sexual y Reproductiva 15
2.3.2.1 Políticas en Educación Sexual 15
2.3.2.2 Programas en Salud Sexual 16
III. OBJETIVOS 25
2. DISEÑO DE INVESTIGACIÓN 28
2.1 Dispositivo de muestreo 28
2.2 Dispositivo de recolección de datos 28
2.3 Dispositivo de análisis 29
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3. PROCEDIMIENTOS ÉTICOS 30
V. ANÁLISIS DE RESULTADOS
1. DISPOSICIONES INSTITUCIONALES PARA EL ABORDAJE DE
LA SALUD SEXUAL 32
1.1 Inexistencia de estandarización del rol de psicólogo en el abordaje
de la Salud Sexual 32
1.2 Permanencia Perspectiva Biomédica 33
VII. CONCLUSIÓN 52
IX. ANEXOS
I. Derechos Sexuales 61
II .Preocupaciones Sexuales 63
III. Carta de Consentimiento Informado 65
IV. Pauta de Entrevistas Psicólogos 66
V. Pauta Entrevistas Jefe Unidad Salud Mental 68
VI. Informe de Antecedentes 70
VII. Rejillas de Análisis 71
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I. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
En la actualidad, son diversos los estudios (Abouzahr & Vaughan, 2000; Silva & Barrientos,
2008; Schwartzmann, 2003) que especifican las dimensiones que componen la calidad de vida,
resaltando entre éstas la sexualidad, dada la constatable importancia del bienestar sexual en la
consecución del bienestar general (MINSAL, 2002). Sin embargo, al considerar las numerosas
cifras que evidencian la incidencia de problemas sexuales en los chilenos, cabe preguntarse por
el ejercicio de prácticas que promuevan dicho bienestar. Actualmente, se estima un aumento de
casos de contagio por VIH de 20% anual en promedio (Wolff, 2002) y una incidencia del
embarazo en la adolescencia de alrededor de 16% (Molina et. Al, 2004). Así mismo, la
prevalencia de disfunciones sexuales en mujeres alcanza un 67,7% (Kamei, 2005), mientras
que en hombres la prevalencia de disfunción eréctil es de 51,5% (Baeza, 2004). Considerando
tales cifras, no sorprende la inclusión de la Salud Sexual y Reproductiva (SSR) como una de las
16 prioridades a ser abordadas por los programas de salud (Ortega, 2004) y por lo tanto, como
orientación de las acciones del nuevo Modelo Integral de Salud (MINSAL, 2002).
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acciones se han limitado a materias de educación sexual enfocadas en la prevención del
embarazo adolescente y el contagio de enfermedades de transmisión sexual, lo que podría
implicar una visión negativa y amenazante de la sexualidad que dificulta la promoción de la
Salud Sexual (SS) positiva (UCH, 2001). Además, la SS ha quedado enmarcada dentro del
ámbito de la Salud Reproductiva (SR), concepto que no es suficientemente amplio para incluir
todos los elementos que conforman la sexualidad humana. La SS, como ámbito independiente y
prioridad en sí misma, debiese estar encaminada al desarrollo humano y de las relaciones
interpersonales, y no solamente en la atención del ámbito reproductivo de la sexualidad
(MINSAL, 2002). Lo anterior, permite concluir que Chile mantiene pendiente el cumplimiento de
los desafíos en materias de SS y que se está aún lejos de concretar la posibilidad de que
hombres y mujeres elijan cómo vivir plenamente su sexualidad (UCH, 2001).
Sin embargo, al confrontar la práctica en salud con la intención de ofrecer una atención multi e
interdisciplinaria, históricamente el aporte de la psicología ha estado al margen. No es menor
que no exista consenso ni claridad sobre cuál es el rol específico del psicólogo en el Sistema de
Salud Pública, lo que se convierte en un obstáculo para su labor. Conjunto a ello, los psicólogos
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han sido vistos como ajenos dentro del contexto médico en tanto no formarían parte del equipo
de Salud (Beaín, 1994), lo cual se observa en que aún muchos profesionales de la salud
perciben al psicólogo como especialista de problemas de Salud Mental y, por lo tanto,
solamente le derivan pacientes cuando presentan serios trastornos a nivel mental o
comportamental (Tobón & Nuñez, 2000). Tanto los psicólogos como los demás profesionales
del campo de la Salud, deben ir más allá de la comprensión de la Psicología desde el
mentalismo y lo psicopatológico e incorporarla en el quehacer biopsicosocial. Específicamente,
en la AP, el psicólogo debe integrar a su labor las principales tareas de éste sistema; promoción
y prevención de la Salud.
Finalmente, y considerando los cambios paradigmáticos realizados que suponen una mayor
participación de los psicólogos y los desafíos aún pendientes en relación a la SS, surge la
pregunta: ¿Cómo es el rol que cumple el psicólogo de AP en el abordaje de la SS?
En búsqueda de generar nuevos conocimientos y reflexionar en torno a la problemática, el
abordaje privilegiará una mirada integral de la SS y del quehacer del psicólogo, tensionando
aquello que se muestra en la teoría con lo que acontece en la práctica.
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II. MARCO TEÓRICO
El Sistema Público de Salud en Chile, está compuesto por instituciones que cumplen diferentes
funciones: Ministerio de Salud, Sistema Nacional de Servicios de Salud (SNSS), Fondo
Nacional de Salud (FONASA), Central de Abastecimiento y el Instituto de Salud Pública y los
establecimientos de AP.
Los cambios en la expectativa de vida de la población, el creciente desarrollo del país y los
cambios epidemiológicos impulsan al Estado Chileno a realizar una importante reforma del
sector salud. Los objetivos principales de la Reforma de Salud son mejorar los logros sanitarios
alcanzados, enfrentar los desafíos derivados de los cambios experimentados por la sociedad
chilena y del envejecimiento de la población, corregir las inequidades y proveer servicios
acordes con las expectativas de los usuarios.
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1.2 Servicio de Atención Primaria: Transición hacia el Modelo Biopsicosocial
Los servicios de AP son el primer nivel de contacto de los individuos, la familia y la comunidad
con el Sistema Público de salud. Buscan llevar lo más cerca posible la atención ambulatoria al
lugar donde residen y trabajan las personas a través de: Centros de Salud (CES), Centros de
Salud Familiar (CESFAM), Centros Comunitarios de Salud Familiar (CECOF), Postas Salud
Rurales (PSR) y SAPU (Servicio de AP de Urgencia).
El Objetivo de la AP es otorgar una atención equitativa y de calidad, centrada en las personas y
sus familias, enfocada en lo preventivo y promocional, es decir, anticipándose a la enfermedad.
Estos Centros de Salud son administrados en su mayoría por las municipalidades, quedando
algunos pocos bajo la administración del Servicio de Salud correspondiente. En 1980 se dictó el
DFL. Nº 1/3063, que permitió el traspaso de los establecimientos asistenciales de nivel primario
a la administración municipal con los objetivos de descentralizar al máximo la ejecución de las
acciones de salud, mejorar el control y fiscalización de establecimientos muy alejados de las
jefaturas de las direcciones de los servicios del SNSS, adecuar los programas de salud a las
necesidades sentidas de la población, hacer posible una mayor participación comunitaria en la
base social, entre otros (UCH,2001). Se estima que alrededor de 8 millones de chilenos están
inscritos en la AP municipalizada (MINSAL, 2004)
Como estrategia para mejorar la calidad del servicio, la AP de Salud en nuestro país se
encuentra en transición desde un Modelo Biomédico, centrado en el trabajo individual y en
recuperar la salud, hacia un Modelo con Enfoque Biopsicosocial. La familia es el objetivo de
atención del nuevo Modelo que constituye un paradigma alternativo para solucionar problemas
existentes en las prestaciones del Servicio de Salud, junto con humanizar la medicina del nivel
primario, ya que entiende el proceso de salud y enfermedad de una manera integral (SERNAM
1994). Se pretende mejorar la calidad de vida de las personas, familias y comunidades y centrar
las acciones en el contexto de la enfermedad, ya sea, personal, familiar y/o social. Con el fin de
lograr tales propósitos, se espera transformar todos los CES en CESFAM para el año 2010. Los
CESFAM enfatizan sus acciones en la anticipación, promoción y prevención de la enfermedad,
fomentando el autocuidado del usuario y sus familias. Esta tarea se plantea como un desafío
para los CES ya que implica un esfuerzo adicional de los equipos de salud, lleva a plantearse
nuevos esquemas de trabajo sin dejar de lado el cumplimiento de todas las actividades
asistenciales y administrativas ya programadas. Así mismo, implica modificaciones en los
usuarios externos exigiendo un cambio de actitud y responsabilidad de su propia salud, dando
real importancia al autocuidado (Escobar y Vergara, 2006). De esta manera, se promueve la
responsabilidad compartida entre los miembros de la familia y de la comunidad, favoreciendo el
empoderamiento de los usuarios de sus propios procesos de salud enfermedad.
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El Modelo Biopsicosocial con Enfoque familiar, está orientado a proporcionar a los individuos,
familias y comunidades, las condiciones necesarias para el mantenimiento y cuidado de la
salud. Espera dar respuesta a las demandas de los usuarios de manera integral e integrada,
continua, oportuna y eficaz, accesible y de calidad (MINSAL, 2008). Requiere que los equipos
de salud, aborden el proceso salud enfermedad centrándose en las personas desde una
perspectiva sistémica. Por otro lado, los equipos de salud deben ser capaces de otorgar
servicios acordes a las particularidades socioculturales de la población usuaria (MINSAL, 2008).
2. SALUD SEXUAL
11
2.2 Salud Sexual y Reproductiva.
Se ha requerido de un largo proceso para que la sexualidad sea tomada en cuenta y validada
en el ámbito de los derechos y la salud.
En la Conferencia de Teherán (1968) se incorporan, en el marco de los Derechos Humanos, los
Derechos Reproductivos, entendidos como “el derecho básico de la parejas e individuos para
decidir libre y responsablemente sobre el número y espaciamiento de sus hijos, y para tener
información, educación y medios para hacerlo” (Ortega, 2004). En 1969, con el Fondo de
Población de la Naciones Unidas (FNUAP), se comienza a desarrollar un ciclo de Conferencias
Internacionales donde la temática de Derechos Reproductivos se incorpora al debate
permanente de organizaciones multinacionales (Ortega, 2004). Destaca entre ellas la
“Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de las Naciones Unidas” (CIPD),
efectuada en El Cairo (1994), donde se deja de lado el término de Salud Materna e Infantil para
acuñar por primera vez el de Salud Sexual y Reproductiva (SSR). Posteriormente, el Programa
de Acción de la CIPD da un giro radical al establecer que las políticas de población deben tener
como metas el bienestar de los individuos y su calidad de vida y han de localizarse siempre
dentro del marco de los derechos humanos. Así, deja de lado las concepciones reduccionistas
de las relaciones sexuales como medio para un fin reproductivo y de la mujer como madre y
cuidadora (Mazarrasa, 2006). De igual forma, reconoce el papel central de las relaciones entre
hombres y mujeres en todo aquello que se refiere a la salud y los derechos de la mujer, y afirma
que los hombres deben asumir la responsabilidad sobre su comportamiento sexual, su
fecundidad, el contagio de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y el bienestar de sus
parejas y de los hijos e hijas que procreen (Langer & Nigenda, 2000). Esta conferencia resulta
de suma importancia en relación a la temática de la sexualidad porque establece un quiebre
entre la concepción existente hasta el momento y una nueva visión en que se enmarca el
concepto de SSR.
Dicho concepto (SSR) se define como “un estado general de bienestar físico, mental y social, y
no la mera ausencia de enfermedades o dolencias en todos los aspectos relacionados con la
sexualidad y la reproducción, que entraña la posibilidad de ejercer los derechos” (OMS, 2000).
Desglosando sus dos componentes, podemos referirnos a la SR concibiendo el bienestar
general en las distintas dimensiones del ser humano, pero aludiendo exclusivamente al sistema
reproductivo, sus funciones y procesos (WAS, 1999). Por otra parte, la SS mantiene la visión
anterior de un estado global de bienestar, pero se refiere específicamente a lo meramente
sexual, sin considerar los aspectos reproductivos (Mazarrasa, 2006). La SS por tanto, requiere
un enfoque respetuoso y positivo hacia la sexualidad y las relaciones sexuales, así como hacia
la posibilidad de tener relaciones sexuales placenteras y seguras, libres de coerción,
discriminación y violencia. Para poder alcanzar y mantener la SS, los Derechos Sexuales (ver
12
Anexo 1) de todas las personas deben ser respetados, protegidos y satisfechos”. (Mazarrasa,
2006)
Por este motivo, la presente investigación adhiere la propuesta realizada por la OPS-OMS que
especifica el campo de la SS, dentro del cual conceptualizan de modo independiente los
problemas sexuales de las preocupaciones relacionadas con la SS. Los problemas se
caracterizan por representar una amenaza para el bienestar de las personas e incluso para la
vida, perteneciendo a esta categoría las infecciones de transmisión sexual (ITS), la violencia
doméstica manifestada en diferentes aspectos (sexual, psicológica, física), las violaciones, y las
disfunciones sexuales. En cambio, las preocupaciones son situaciones de vida ligadas a la
salud y el bienestar sexual que exigen la toma de medidas preventivas y educativas por parte
de la sociedad, con objeto de garantizar que sus miembros alcancen y mantengan la SS
adecuada (OPS-OMS, 2000). En ese sentido, dentro de esta categoría se establecen todas
aquellas situaciones que puedan afectar la SS, relacionadas con: la integridad corporal y
sexual, el erotismo, el género, la orientación sexual, los vínculos afectivos y la reproducción.
Considerando las primeras iniciativas realizadas por el Gobierno chileno en materias de SS, se
destaca su participación y aprobación de la Convención para la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) en 1989, la que asegura que mujeres y
hombres tengan derecho a decidir libre y responsablemente tanto el número de hijos, como el
intervalo entre los nacimientos. También se incluye el derecho a tener acceso a la información,
educación y a los medios que les permitan ejercer estos derechos (Dides et al, 2007). Por
consiguiente, los Derechos Sexuales y Reproductivos (DDSSRR) contenidos en la CEDAW y
otras declaraciones internacionales, “se incorporan al ordenamiento jurídico interno de acuerdo
13
a lo previsto en la Constitución Política del Estado en Chile. No obstante, no existe ninguna
norma constitucional o legal que reconozca el derecho de mujeres y hombres a tomar
decisiones libres e informadas en materia de sexualidad y reproducción” (Dides et al, 2007, p.
26)
Cinco años mas tarde, cobra relieve la participación de Chile en la Conferencia del Cairo, en
donde se validaron conceptualmente las nociones de Salud Sexual y Derechos Reproductivos
adscribiéndose a las definiciones elaboradas por la OMS. En esta instancia, la posición y
compromiso de Chile se concretó al refuerzo de los conceptos consensuados en El Cairo (UCH,
2001).
En el año 1997, el Ministerio de Salud incorpora a la SSR dentro de las “16 Prioridades de
Salud País” a ser abordadas por los Programas de Salud, lo que implicó reconocer la
sexualidad como un aspecto de la salud de los individuos e inherente a la condición humana
(Ortega, 2004). Una de las manifestaciones que dieron cuenta del interés que presenta Chile en
relación a la SSR, fue su participación en la última de tres sesiones de encuentro de países
Latinoamericanos, donde se buscó explorar estrategias para promover la convergencia de los
procesos de Reforma del sector salud y el mejoramiento de la SSR. (Langer & Nigenda, 2000).
Dicha Reforma, ofrece hoy una oportunidad para establecer nuevas formas de organización de
programas y servicios, que en temas de SSR, permitiría superar el enfoque vertical tradicional
ofreciendo una excelente oportunidad para la implementación de servicios más integrales (UCH,
2001).
A pesar de las diferentes medidas implementadas, “es posible constatar que este desafío sigue
pendiente en el país y se está aún lejos de concretar la posibilidad de que hombres y mujeres
elijan cómo vivir plenamente su sexualidad y, menos aún, puedan ejercer este derecho que ha
sido tan ampliamente reconocido: derecho a alcanzar el nivel más elevado de SSR; derecho a
adoptar decisiones sobre la reproducción sin sufrir discriminación; derecho a contar con la
información y los medios necesarios.” (UCH, 2001, p. 2). Entre sus razones, destaca que la
atención en salud ha puesto especial énfasis en temas relacionados a la SR (UCH, 2001) y los
problemas acotados a esta área, sin considerar planeamientos en torno a la asistencia de las
preocupaciones en materias de sexualidad. Así también, se recalca la necesidad de incorporar
a la Atención de Salud los conceptos de libertad, autodeterminación, equidad, placer y bienestar
que permitan a hombres y mujeres una vivencia sexual saludable y placentera. (Ortega, 2004)
14
largo del país (Dides, et al, 2007). El inicio de la vida sexual es más prematuro en hombres
(70%) que en mujeres (45%) (UCH, 2001).
ITS y VIH/SIDA
La incidencia de las Infecciones de Trasmisión Sexual (ITS) tiende a ser mayor en mujeres
(60%) que en hombres (40%) (Dides et al, 2007). En el caso de las estadísticas en relación al
SIDA, se plantea un aumento progresivo, alcanzando un total de 3.741 enfermos y 4.395
personas asintomáticas hasta Junio del año 2000 (Vidal, 2002). Además, según datos de la
Comisión Nacional del SIDA (CONASIDA), a la misma fecha han muerto 2.479 personas a
causa de este síndrome. Sin embargo, en el año 2006 la prevalencia tiende a bajar (de 9,7 el
2003 a 8,7 casos por cada 100.000 habitantes). Aun así, se manifiesta que la baja observada
puede no ser del todo exacta, debido a que existe un retraso en las notificaciones, por lo que los
datos del último año pueden estar reflejando dicho retraso más que una real disminución de la
tasa de notificaciones. Entre el año 2002 y el 2006 la tasa más alta de notificaciones se registró
en personas entre los 30 y los 39 años de edad, seguido del grupo comprendido entre los 20 y
los 29 años (Dides et al, 2007).
Violencia Sexual
En la Región Metropolitana (RM) existe una prevalencia de más del 50% de violencia conyugal,
ya sea esta física, psicológica o sexual. Predomina la psicológica (16,3%), y luego la
combinación de violencia física y sexual (12,5%) (Dides et al, 2007). En cuanto a la violencia
sexual, se estima que se producen cerca de 20.000 agresiones sexuales al año, y
específicamente en la RM ocurre una agresión sexual que constituye delito cada 25 minutos
(Valdes, Guajardo, 2007).
Según datos de peritajes de sexología forense del Servicio Médico Legal, las muertes por
agresiones sexuales aumentaron en un 49%, pasando de 1.981 casos durante el año 1999 a
2.970 en el 2005. Se constata que la muerte causada por abuso sexual es la de mayor
incidencia, seguida de la violación. Pese a esto, las muertes causadas por violación han ido en
alza llegando a aumentar en un 10% en el mismo período (Dides et al, 2007).
Disfunciones Sexuales
Las Disfunciones Sexuales presentan alta incidencia en la población, alcanzando un 67,7 % en
mujeres (Kamei, 2005). En cuanto a los hombres, no se encontraron estudios en Chile que
establezcan la prevalencia de disfunciones sexuales generales. Sin embargo, existen algunos
que refieren específicamente a la Disfunción Eréctil que se manifiesta en un el 51,5 % de la
población masculina fluctuante entre los 40 y 92 años (Venegas, 2004).
15
2.3.2 Políticas Públicas y Sanitarias en Salud Sexual y Reproductiva
En Chile, los lineamientos políticos en SS y Reproductiva han debido ajustarse producto de los
compromisos adquiridos por el país a nivel mundial, la firma de gran parte de las convenciones
antes citadas y por los cambios acontecidos en la situación epidemiológica nacional. Sin
embargo, es posible afirmar que esta temática es uno de los aspectos complejos de abordar en
el proceso de Reforma de Salud Pública. Dentro de los factores que explican la complejidad de
su abordaje es posible destacar las tensiones existentes entre los derechos de las personas y
responsabilidades de las instituciones sociales, respecto de las orientaciones a promover como
respuestas al riesgo sexual y en relación a los derechos a la información y acceso a servicios
(Palma, 2001).
Luego de realizar una revisión de las políticas públicas y sanitarias que atañen a la SS de los
chilenos, es posible afirmar que en su mayoría hacen referencia a la educación sexual, a la
prevención de enfermedades de transmisión sexual y al embarazo adolescente. Datos
encontrados en diversas investigaciones y encuestas acentúan la importancia de establecer
legislaciones con respecto a dichas problemáticas. El CONASIDA (1998) revela una tendencia
al descenso de la edad de la primera relación sexual en las generaciones chilenas nacidas en
las últimas décadas, especialmente en las mujeres. Así mismo, la maternidad adolescente se
concentra en los grupos de 18 y 19 años en 54%, de 15 a 17 años en 43%, mientras que las
menores de 15 años representan un 3% (Palma, 2001).
Según afirman Barrientos y Silva (2008), una vez recuperada la democracia en nuestro país, se
reinician las discusiones sobre sexualidad y Derechos Sexuales y Reproductivos, poniendo
énfasis en el inicio sexual de la juventud, el embarazo adolescente y su prevención, las ETS, el
VIH/SIDA y las minorías sexuales. De esta manera, en el año 2002 el Ministerio de Salud fija los
Objetivos Sanitarios para la década 2000-2010 donde cobra relevancia la conducta sexual de
los individuos, en tanto es considerada como uno de los determinantes de un mayor riesgo de
embarazos no deseados, aborto, contagio de ETS y/o VIH (MINSAL, 2002).
El MINSAL afirma la necesidad de que los equipos de salud desarrollen todas las estrategias
necesarias para la promoción de la SSR y la prevención de problemas en la expresión de una
sexualidad sana. Así, se favorece el acceso a los servicios de SSR a la población que lo
demande, sin discriminación de edad, sexo ni opción sexual (MINSAL, 2008).
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La relevancia de la sexualidad en el desarrollo pleno plantea la necesidad de considerar esta
dimensión en la educación formal. Una educación de calidad debe perseguir la “satisfacción de
las necesidades de aprendizaje requeridas para un desarrollo Socio-afectivo sano y maduro que
favorezca el crecimiento humano pleno de niños y jóvenes. Por tanto, esta dimensión de la
formación humana debe estar presente en el currículo escolar” (MINEDUC, 2001. pp. 5).
En el año 1993, el Ministerio de Educación (MINEDUC) implementa las Jornadas de
Conversación sobre Afectividad y Sexualidad (JOCAS) en cerca del 70% de los liceos
subvencionados entre los años 1996 y 2000 (Meneses, 2006). La incorporación de la
sexualidad en el marco curricular de manera transversal, ha permitido incorporar objetivos,
contenidos y aprendizajes relacionados con el desarrollo armónico e integral de la afectividad y
sexualidad, en los distintos subsectores del aprendizaje escolar, permitiendo la promoción de
una comprensión multidisciplinaria de la sexualidad (MINEDUC, 2001).
La revisión de los currículum relativos a SSR en Enseñanza Media, señala el enfoque en la
tolerancia y el respeto a la diversidad como valores éticos orientadores. Sin embargo, se
desconoce la cantidad de horas asignadas a estas temáticas (Meneses, 2006).
Para llevar a cabo la Educación Sexual en el Sistema de Educación Formal se requiere
estimular la incorporación de los padres, priorizando una actividad conjunta con la escuela en la
formación de esta dimensión. A pesar de estas iniciativas, existe la necesidad de una mayor
participación de la familia en las actividades formativas que aborden la sexualidad en los
establecimientos escolares.
Por último, desde entidades sociales civiles se han desarrollado distintas propuestas
pedagógicas que buscan favorecer la incorporación de la sexualidad en las comunidades
educativas, así como la implementación de actividades e iniciativas que beneficien su abordaje
(MINEDUC, 2006).
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actividades promocionales prescritas se han centrado básicamente en consejería sobre
prevención de la transmisión del VIH-SIDA, con objeto de fomentar conductas sexuales seguras
y hábitos de vida más saludables. Así mismo, se han incluido todo tipo de actividades de
atención y tratamiento (MINSAL, 2002).
Además de las campañas masivas existen Consejerías Individuales (cara a cara en los
Servicios de Salud, cara a cara a través de Organizaciones Sociales y telefónicas) y actividades
grupales comunitarias para abordar la prevención del VIH/SIDA.
Estas y otras medidas que han sido tomadas por el Sistema de Salud en cuanto al abordaje de
esta problemática revelan su importancia y carácter de prioridad.
De este modo, es posible evidenciar diversas iniciativas realizadas por el Gobierno chileno en
materias de SS, lo cual ha orientado intervenciones políticas y programáticas que favorecen su
desarrollo. Si bien el área de la Educación, como de la Salud, han visto impulsadas algunas
medidas en cuanto al abordaje de esta problemática, no se encuentran programas concretos
focalizados específicamente en el tratamiento de las preocupaciones sexuales, con excepción
de las capacitaciones finalmente mencionadas.
18
psicólogos se incorporan a los equipos de psiquiatría, involucrándose específicamente en el
abordaje de la Salud Mental. (Tobón & Nuñez, 1997).
Hasta entonces, los Sistemas de Salud sostenían un Modelo Biomédico como paradigma
reinante en la concepción de la salud y enfermedad, basado específicamente en la comprensión
dualista del ser humano. Esto influyó inevitablemente en el quehacer de la Psicología Clínica
inserta en dicho campo ocupacional, pues vio limitada su intervención al área de lo mental.
Dicha razón haría entonces de la intervención psicológica, una práctica tradicionalmente
acotada al estudio y tratamiento de los trastornos mentales y psicopatológicos (Videla, 1991).
Con el paso del tiempo, poco a poco la Psicología logra separarse de la Psiquiatría,
desarrollando nuevos roles en el campo de la Medicina General (Beaín & Solar, 1994). Así,
comienza a abrir su mirada hacia la implicación de lo psicológico en la enfermedad física, dando
paso a la instauración de diversas disciplinas, tales como la Medicina Psicosomática, Psicología
Médica, la Medicina Conductual, y ya hacia fines de los 70, la Psicología de la Salud. (Tobón,
1997b). Paulatinamente, se instala entonces una visión holista del ser humano, que propiciará
cambios en la comprensión de la salud y enfermedad; dichos procesos comienzan a entenderse
como productos de la integración de factores biológicos, psicológicos y sociales (Oblitas, 2004),
propulsando así la instalación de un nuevo paradigma denominado Biopsicosocial.
19
violencia en sus relaciones familiares (Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría [PNSMP],
2000). De este modo, la preocupación se ha centrado en generar innovaciones en las políticas
de Salud Mental, a modo de incorporar un enfoque integral en el estudio de aquellos problemas
psiquiátricos destacados como prioridades en el abordaje de intervenciones psiquiátricas y
psicológicas, que consideren la multiplicidad de factores involucrados en su aparición; así
también, se pone énfasis en acciones basadas en la promoción y prevención en salud, además
de las relacionadas a la recuperación y rehabilitación (PNSMP, 2000). Sin embargo, un reciente
estudio ha constatado que “los psicólogos del nivel de AP del sistema público de salud en Chile
dedica la mayor parte de su jornada laboral a actividades asistenciales de atención directa y de
carácter individual, en desmedro de actividades comunitarias dirigidas a fortalecer los factores
protectores de la salud mental.” (Scharager & Molina, 2007. p. 16). En ese sentido, se
constataría que la Psicología aún no logra abordar la Salud de una manera integral,
descuidando el estudio de sus múltiples determinantes y el abordaje desde intervenciones que
contribuyan al cambio de sus condiciones estructurales, a saber, los factores
macrosocioambientales (Videla, 1991). El enfoque técnico propuesto por el nuevo Plan en
Salud Mental sería entonces materia pendiente, en tanto no se ha logrado incorporar un
enfoque comunitario, orientado a la promoción y prevención en AP.
Por otra parte, es menester reconsiderar que existen otros problemas que involucran variables
psicológicas que afectan el estado de salud de las personas, y que no están siendo abordados
por la Psicología desde la AP de Salud, debido a que no pertenecen al grupo de problemas a
tratar con carácter prioritario. (Barrales & Castillo, 2007). Entre estos, destacan los enmarcados
en el área de la SSR, el maltrato infantil, los comportamientos paternos que propician hábitos
nutricionales incorrectos en los niños, los ambientes familiares disfuncionales, la adolescencia y
las dificultades de adaptación, el aislamiento social, las reacciones de adaptación a los cambios
y situaciones frecuentes en la adultez mayor, entre tanto otros. (Morales, 1999).
20
población (Werner et al., 2002). Como preocupaciones debiese centrarse en la implementación
de acciones que favorezcan la promoción de salud, la prevención de enfermedades, la atención
de los enfermos y la adecuación de los servicios de salud a las necesidades de la población,
entre otros. De esta manera, su intervención debe trascender los problemas de Salud Mental,
relacionándose con todas aquellas problemáticas que atañen a la salud. Ello vuelve innegable
el aporte del psicólogo al área de los servicios de salud y la búsqueda del bienestar psicosocial.
Así, entre las perspectivas de intervención psicológica en el Sistema de Salud, destacan las
actividades orientadas hacia la promoción. Dicha área se preocupa en fomentar en los usuarios
la incorporación de estilos de vida saludables que les protejan de diversas enfermedades y les
permitan sostener una buena calidad de vida. (Alfonso, 2003).
21
3.3 Rol del Psicólogo en Salud Sexual
22
En nuestro país, gracias a la propuesta Gubernamental de Sexualidad 2000-2006 elaborada por
el MINSAL, se la logrado enfocar la atención en SS en tres áreas de acción, realizadas en los
centros de AP: Educación Sexual, Consejerías Sexuales e Intervenciones Terapéuticas
(evaluación diagnóstica y derivación). En sentido general, estas medidas buscan fomentar la
prevención y promoción en materias de sexualidad, destacando entre sus acciones la entrega
de información, el desarrollo de actitudes y valores sexuales, la promoción de habilidades
interpersonales para el logro de intercambios sexuales, y fomentar una reflexión crítica respecto
de los roles sexuales (MINSAL, 2002).
En el área de las preocupaciones sexuales se ha recomendado el abordaje y atención desde
los servicios de salud a partir de una amplia gama de profesionales que a menudo no necesitan
capacitación clínica especializada (OPS-OMS, 2000), así también se ha relevado la
participación de los psicólogos, puesto que se consideran como los profesionales más
preparados para dar cuenta de la sexualidad desde una mirada integral (Paiva, 2008). En
sentido general, se espera un trabajo desde un equipo interdisciplinario, en el cual se logre la
atención integral.
Educación Sexual
Si bien en Chile no existen estipulaciones específicas respecto al rol del psicólogo en la
Educación Sexual, el Colegio de Psicólogos de Madrid hace varias décadas logró delimitar sus
funciones en dicha área (Gonzáles, 1984).
Entre ellas, se encuentran aquellas medidas orientadas a la Orientación y Asesoramiento, que
tienen como objetivos: responder a las demandas puntuales de los usuarios, parejas y grupos
que surgen como preocupaciones sexuales; así también, colaborar en todas aquellas instancias
y con todos aquellos organismos que requieran definir proyectos, planificaciones, actividades de
intervención o evaluaciones en la comunidad, relacionadas a la sexualidad, como por ejemplo,
los programas de educación sexual realizados en el ámbito escolar y de orientación sexual; en
ese sentido, destacan actividades que faciliten el acceso a materiales y recursos de reciente
difusión y la coordinación de grupos y actividades desarrolladas por los mismos protagonistas.
Otro aspecto que da cuenta de las funciones del psicólogo en materias de Educación Sexual,
son las medidas relacionadas a la Información, que buscan recoger, elaborar y divulgar
información referente a las actitudes y el grado de conocimiento sobre materias de sexualidad
en la comunidad usuaria de los servicios de salud. Así también, los psicólogos deberán
concretar los contenidos mínimos ofrecidos y contrastados en cada una de las actividades con
el apoyo de un material (folletos, carteles, paneles, guías de recursos, audiovisuales, etc.).
Por último, destacan sus funciones de Coordinación, en tanto es la característica organizativa
más peculiar en los equipos interdisciplinarios. Recoge y engloba las actividades que conforman
los programas y el trabajo de todos los participantes (lo hayan hecho en todas sus fases como
23
en una sola) ya sean componentes del equipo o colaboradores habituales o eventuales del
mismo (Gonzáles, 1984)
Consejerías Sexuales
Los requisitos propuestos por el MINSAL para los profesionales a desempeñarse como
consejeros, conciben a “personas capacitadas para facilitar a otros el análisis de sus problemas,
identificar y desarrollar soluciones y tomar sus propias decisiones” (MINSAL, 2002, p.131). Por
lo tanto, las habilidades requeridas para su realización son la empatía, escucha, asertividad al
informar, imparcialidad en tanto a juicios morales, capacidad de promover diálogo y reflexión,
competencia en apoyo psicológico (que permitan al paciente identificar y explorar sus
sentimientos), promoción de autonomía y velar por la confidencialidad (MINSAL, 2002). De esta
manera, las competencias y conocimientos de los psicólogos favorecen una intervención acorde
a la complejidad de la SS.
En este punto, es importante considerar que la SS no está ajena a la vida personal de quienes
integran los equipos de salud, pudiendo experimentar fenómenos personales que serán
necesarios conocer y manejar (rechazo, rabia, sentimientos encontrados, prejuicios, etc). Estos
contra sentimientos pueden interferir en el establecimiento de la relación de confianza y
confidencialidad con el usuario y en la estabilidad emocional del profesional (MINSAL, 2002),
dificultades que un psicólogo está preparado para afrontar, dadas sus competencias en el área
de lo interrelacional.
Cabe destacar hasta la actualidad las consejerías sexuales han favorecido principalmente
materias de SR, teniendo por objetivo la prevención de la aparición de enfermedades de
transmisión sexual, disminuir los embarazos en adolescentes, y favorecer la toma
de decisiones informada en SSR, específicamente a todas aquellas personas que
soliciten servicios de Regulación de la Fertilidad. (Subsecretaría de Salud Pública, 2008)
Intervenciones Terapéuticas
En estas intervenciones se ponen en juego las habilidades, competencias y destrezas que
presentan los profesionales de AP, para poder reconocer el estado de SS de los consultantes.
Debido a que la sexualidad tiene múltiples dominios, se debe realizar una recopilación en los
distintos ámbitos de la persona, a saber, biológica, psicológica, social, interaccional y cultural
(MINSAL, 2006). Por ende, la meta es que todos los profesionales de AP sean capaces de
reconocerlas y realizar una adecuada derivación. Puesto que las intervenciones son parte de la
labor del especialista en el tema (MINSAL, 2006), se releva aquí el trabajo del psicólogo en
cuanto a reconocer las variables psicológicas implicadas en la SS.
24
3.3.3 Psicología y Problemas Sexuales
En lo referido a problemas de disfunción sexual, las acciones a seguir para su manejo son, en
principio, clasificar la disfunción sexual, según su origen, sea este orgánico o psicológico.
En caso de haber prioridad de dicho segundo aspecto, se reconoce que los psicólogos son los
profesionales más competentes en proporcionar a una mayor ayuda al paciente, para que este
reconozca y pueda resolver el conflicto psicológico que condujo la aparición o mantención de la
disfunción sexual acontecida (Alcoba et al, 2004). De este modo, es importante realizar una
evaluación psicológica dentro de una intervención integral e interdisciplinar de las DS, para
evaluar la existencia o no de antecedentes relacionados a psicopatologías, abusos sexuales,
separaciones traumáticas, baja autoestima o incapacidad de enfrentar problemas (Alcoba et al,
2004)
Finalmente, y considerando todos los aportes manifiestos que los psicólogos pueden otorgar en
las dimensiones de la SS, se constata que las diversas áreas abocadas específicamente al
tratamiento de las preocupaciones sexuales, son espacios fértiles para el desempeño de
dichos profesionales en el Sistema de Salud. Así, específicamente en los servicios de AP, las
25
consejerías sexuales y la Educación Sexual, pudiesen ser futuros campos de desempeño para
los psicólogos, favoreciendo la atención a los usuarios, en relación a la promoción y prevención
en SS.
III. OBJETIVOS
Objetivo General
Conocer el rol que cumple el psicólogo de AP en el abordaje de la SS.
Objetivos Específicos
-Conocer las percepciones del psicólogo de AP con respecto a su práctica en SS.
-Describir las prácticas del psicólogo de AP en el área de Consejería Sexual, Educación Sexual,
Intervención Terapéutica.
-Describir la inserción del psicólogo de AP en el nuevo Enfoque Biopsicosocial.
26
IV. MARCO METODOLÓGICO
27
De igual manera, se buscó comprender a las personas dentro de sus propios marcos de
referencia. Los investigadores fueron conscientes de los posibles efectos que ejercen en las
personas objetos de estudio y, por lo tanto, se empeñaron por controlar o reducir éstos al
mínimo. Así también, se realizaron esfuerzos por apartar las propias creencias, perspectivas y
predisposiciones para comprender las valiosas perspectivas de los entrevistados (Ezquerra &
Jabbaz, 2000).
Desde su definición, dicho enfoque ha sido calificado como un método efectivo para el
descubrimiento y conceptualización de diversos fenómenos sociales, puesto que tiene como
principal propósito la generación y construcción de teorías (Strauss & Corbin, 2002). En
consecuencia, el presente estudio se dirigió desde dicha perspectiva, en tanto el objetivo fue
generar conocimientos referentes al rol del psicólogo de servicios de AP de salud, respecto a
temáticas relacionadas con la SS.
Glaser & Strauss (1967), creadores del enfoque de la Teoría Fundada, forjaron una
diferenciación entre lo que llamaron Teoría Sustantiva y Teoría Formal. El primer caso, se
28
refiere a la indagación de un área en particular (por ejemplo, cuidado de enfermos,
delincuencia, investigación en organizaciones), por lo cual se utiliza como estrategia la
comparación de distintos grupos dentro del área que se pretende indagar. Por otra parte, la
Teoría Formal se orienta hacia la producción de conceptos (rol, estigma, autoridad, etc.),
utilizando entonces la comparación de una amplia variedad de casos que den cuenta del
concepto que se desea estudiar, y que no pertenezcan a una sola área.
Dado el interés del presente proyecto acotado al conocimiento del rol del psicólogo de AP en
temáticas de SS, se estableció que la diferenciación forjada por los creadores de la Teoría
Fundada no permite abarcar el objeto de estudio. Por ello se propuso la integración de ambas
estrategias en el proceso de investigación, en tanto se indagó el problema desde un área en
particular y sólo se investigó a sujetos pertenecientes a dicha área. En ese sentido, cabe
recalcar que el presente estudio buscó establecer un particular concepto, entendido como rol
del psicólogo, pero referido a un quehacer circunscrito en un área definida y a una temática en
particular, es decir, el abordaje de la SS en los servicios de AP.
Dado que el presente proyecto adoptó a la Teoría Fundada como enfoque de investigación, se
utilizó como dispositivo de muestreo la Codificación Temática (Strauss, 1998), método que guió
la selección de la muestra en tanto se funda en un análisis reflexivo del investigador en torno a
la búsqueda de los sujetos y contextos que más favorezcan el propósito teórico.
Concretamente, este método se caracteriza por definir a priori los grupos que se investigarán.
Específicamente, la muestra se compuso de cuatro psicólogos y dos de sus respectivos Jefes
del Programa de Salud Mental de Centros de Salud Familiar (CESFAM) de distintas comunas
de Santiago.
29
Centros de Salud de AP, mediante una búsqueda telefónica. Una vez informados acerca de los
objetivos del presente estudio y firmada la Carta de Consentimiento Informado, se realizaron las
entrevistas en las fechas y lugares que acomodaban a los entrevistados. Estas fueron
registradas mediante el uso de una grabadora de audio.
30
Se desarrolló, así, un proceso de codificación abierta, el cual supuso la interpretación y
organización de los datos, para posteriormente realizar comparaciones entre estos y poder
identificar, construir y relacionar conceptos. Dicho proceso de conceptualización permitió reducir
grandes cantidades de datos por medio de su agrupación a partir de propiedades similares. Así,
teniendo datos más pequeños y manejables constituyendo categorías, se inició el proceso de
codificación axial, donde se relacionaron dichas categorías con subcategorías que explicaban el
fenómeno abarcado. Para tal objetivo se realizó un esquema de clasificación, facilitando un
ordenamiento conceptual que permita dar cuenta de las dimensiones, propiedades e
interrelaciones de las categorías. De esta manera, se constituyó e integró el marco conceptual
de la teoría (Strauss & Corbin, 2002).
3. PROCEDIMIENTOS ÉTICOS
31
utilizó con la única finalidad de expandir y contribuir el conocimiento en el área, por lo tanto,
será de exclusivo acceso de los investigadores, resguardando la confidencialidad de los relatos
hechos por los participantes. Dichas entrevistas fueron conservadas mediante una grabación en
audio, con el previo consentimiento de los individuos.
Los entrevistados decidieron libremente sobre su participación en la investigación luego de
firmar la carta de consentimiento informado (anexo) donde se explicaron los procedimientos a
seguir, objetivos del proyecto, rol que ellos cumplirían, además de asegurar que no se
atentaría de ninguna forma ante sus derechos y bienestar.
En el mismo documento, se incluyeron los datos de contacto de las supervisoras a cargo, para
que los partícipes pudieran acudir a ellas ante cualquier duda. A su vez, se recolectaron datos
de los sujetos con el propósito de enviar los resultados finales de la investigación en un informe.
32
V. ANÁLISIS DE RESULTADOS
“Lo que pasa es que en salud sexual no hay protocolos, no es como… no puedo
darte cosas tan definidas porque no tenemos protocolos que nos guíen, ¿me
entendí?” (Magdalena, párrafo 36).
“(…) pero tiene que ver con las motivaciones personales, si alguien en este Centro
de Salud le preocupa mucho, mucho la Salud Sexual y Reproductiva y quiere
33
hacer algo, seguro que lo podría hacer, pero son motivaciones personales”
(Ángela, párrafo 113).
“Podría a lo mejor de mi surgir algo y hacerlo, pero eso es una iniciativa personal y
tiene que partir por uno... y la pega la tiene que hacer uno, uno tiene que ver las
cosas, ¿cachai?” (Ángela, párrafo 94).
“Mira, yo tengo la sensación de que existe la libertad de definir eso… yo siento que
lo primero que uno tiene que hacer, al menos lo que yo hago, es ver si el tema es
competencia mía, o sea si yo puedo resolverlo desde acá (…) probablemente me
quedaría con el caso e intentaría intervenir con ella” (Fernando, párrafo 49).
“(…) Ellos (MINSAL) envían supuestamente recursos a los CESFAM para que
nosotros cumplamos esas metas, no otras... o sea, no podemos poner ni más ni
menos, porque nosotros también... tanto infraestructura como recursos humanos
son calculados supuestamente para llegar a esas metas... es decir, tener 750
pacientes en tratamiento de depresión, 75 pacientes ingresadas este año por VIF,
por ejemplo, 60 de alcohol y drogas y 30 infanto-juvenil…” (Daniela, párrafo 28)
Por lo tanto, se observa como la inexistencia de estandarización del rol del psicólogo en
el abordaje de la Salud Sexual, repercute paradojalmente en su quehacer; por un lado la
inespecificidad otorga libertades en el ejercicio profesional, mientras que, al mismo
tiempo, las metas, prescripciones y normativas establecen limitantes.
34
“Como Atención Primaria es lógico, por que además este es un contexto médico…
por lo tanto, la gente no viene aquí a consultar por problemas psicológicos, viene
por un problema médico” (Adán, párrafo 31)
“A mi me da la sensación de que el tema de lo sexual va a estar siempre
relacionado con lo genital, entonces la consulta es primero al ámbito médico…
matrona o algo así” (Fernando, párrafo 76)
35
“Históricamente este es un tema que manejan las matronas acá, las matronas son
las que ven todo el tema de la Salud Sexual y Reproductiva… ellas, ellas tienen el
mando acá” (Ángela, párrafo 93)
“Todo lo que tenga que ver con orientación sexual lo hacen las matronas… por lo
menos es lo que yo tengo entendido acá” (Fernando, párrafo 82)
“(Lo sexual) es mucho más campo de la matrona que del psicólogo” (Magdalena,
párrafo 88)
Considerando las citas anteriores, es posible concluir que el campo de la Salud Sexual no es
abordado desde una perspectiva biopsicosocial, por lo tanto, los fenómenos no son
comprendidos en su total integridad. Así, se evidencia que la compleja transición hacia el nuevo
modelo de atención, no ha podido concretarse, predominando aún la mirada biomédica.
A través de los discursos de los profesionales es posible distinguir que existe un reconocimiento
de la importancia que tiene la salud sexual en la calidad de vida de las personas; ésta es
considerada como parte fundamental del desarrollo integral y saludable del ser humano.
Sin embargo, a lo largo de las narraciones, se pone de manifiesto una tensión ante tal
concepción de la Salud Sexual. Por una parte, es concebida como un aspecto relevante en la
calidad de vida de los individuos, mientras que por otra, es considerada como un tema
secundario, en la cual no sería necesario ahondar.
36
“Siento que es importante pero tengo la certeza de que hay 800 cosas más
importantes...” (Ángela, párrafo 137)
“No es la idea tampoco, no es la función de los psicólogos hacerla tema, hacer un
problema a un paciente que no lo ve” (Adán, párrafo 110)
Los entrevistados dan cuenta de una invisibilización de las temáticas de Salud Sexual por parte
de los usuarios del sistema de salud, la cual a su vez es mantenida mediante los relatos de los
propios psicólogos y jefes del área de salud mental. Se mantiene por tanto invisibilizada dicha
materia, no generándose datos al respecto como tampoco programas de abordaje.
“(…) Pero no es un tema que yo siento que esté así, que sea tan visible” (Ángela,
Párrafo 112)
“Lo que se cuantifica en el fondo es depresión, violencia intrafamiliar, lo que tiene
que ver con infanto-juvenil y alcohol y drogas. Todo lo otro no es cuantificable por
lo tanto es difícil obtener números, tendríamos que revisar la ficha de todos los
pacientes del día nomás.” (Magdalena, Párrafo 80)
A partir de esto, es posible observar la incongruencia con que los entrevistados se refieren a la
importancia otorgada a la Salud Sexual, manifestada entre el discurso sostenido y las prácticas
concretas a la que abocan su tarea. Así, no quedaría totalmente claro el lugar en que los
entrevistados posicionan a la Salud Sexual.
37
“No es a modo de excusa pero te insisto uno muchas veces, muchas veces se
queda con lo que hay ponte tú” (Fernando. Párrafo 96)
Los relatos muestran cómo los psicólogos se enfrentan ante el Sistema de Salud, desde una
perspectiva poco informada y más bien automática, acatando pasivamente el funcionamiento
del sistema, por lo que no se posicionan como agentes de cambio.
En el plano relacionado a la Salud Sexual propiamente tal, plantean que es posible realizar
aportes, puesto que en general está la disposición por parte de los superiores a aceptar sus
propuestas.
“ Sí, o sea, acá en general te dicen que sí a todo… no todo, pero si yo quiero, por
ejemplo acá si quieres hacer talleres (...)como psicoterapia ponte tu, que pueden
ser los menos médico posible…” (Ángela, párrafo 112)
“Por ejemplo, yo me imagino, ponte tu, si yo algún día llegara así con un programa
que enfocara eso ponte tu y se lo presentara a mi jefe y le diría (…) yo tengo la
sensación de que si efectivamente, dirían mira que interesante, o mira que bueno.”
(Fernando, párrafo 87)
De esta forma, existe la sensación de que si ellos plantean nuevas propuestas o programas
estos serian aceptados. No obstante, se puede desprender del discurso que en la práctica no se
dan tales situaciones, lo que señala la existencia de una nueva tensión. Si bien sienten que
existen los espacios para desarrollar y llevar a cabo sus ideas, estos no son aprovechados.
“A lo mejor mi aporte en ese sentido es como bien escaso. Porque.... ahora que tu
me lo preguntai y estoy hablando de esto yo tengo la sensación de que claro
efectivamente podría haber una posibilidad de implementarlo como una lógica”
(Fernando, Párrafo 90)
38
2.3 Emociones asociadas a su desempeño en el abordaje de la Salud Sexual:
Frustración y Desesperanza
Existen ciertos sentires que acompañan el quehacer de los psicólogos en este contexto
específico, emociones que resultan fácilmente identificables a través de los discursos, tales
como frustración y desesperanza
“Entonces hay veces en que por ejemplo alguien dice si yo creo que tiene que ir, y
tu miras la ficha y ella ha tenido 500 abandonos de la psicología... Entonces uno ya
empieza a conocer las intervenciones” (Ángela, párrafo 22)
“(…) de alguna manera siento que tu podi hacer mucho desde acá, pero yo siento
a la vez que esto es una fuente inagotable de frustraciones” (Fernando, párrafo 56)
“En lo sexual es lo mismo, o sea años que vienen funcionando bajo la misma lógica,
cambiarles eso es profundamente difícil (…)” (Fernando, párrafo 62)
Los profesionales sienten que es sumamente difícil intervenir en el ámbito de la Salud Sexual,
debido a que hay creencias y una cultura a la base sumamente arraigada, las que son
vivenciadas como un gran obstáculo imposible de sobrepasar, lo que genera frustraciones y
falta de esperanza en los posibles cambios.
39
Concluyendo este punto, se destaca que la invisibilización de la Salud Sexual como temática
relevante a abordar, la pasividad y escasa mirada crítica, además de la frustración y
desesperanza caracterizan el rol del psicólogo en el abordaje de la Salud Sexual.
“Es el contexto el que justifica que esto se de así, porque esto no es porque a
alguien se le ocurrió así como de la mala onda que no hagamos salud sexual, sino
porque la gente misma no (lo consulta) (…)” (Adán, párrafo 105)
En relación a ello, los psicólogos manifiestan que si es que la sexualidad aparece, sería
secundaria al motivo de consulta. De esta forma, su escasa importancia sería
responsabilidad de los usuarios, los que no consultarían por dichas temáticas.
“De repente cuando uno le pregunta (a los pacientes), o cuando están contando lo
que les ha pasado a ellas en su entorno familiar, aparece este tema, pero por ellas
no, no surge sola” (Ángela, párrafo 62).
“Es poco probable que la persona llegue por un problema de esos (de Salud
Sexual), por ejemplo, en general es un tema que sale a partir de otra consulta”
(Magdalena, párrafo 142)
En ese sentido, se releva cómo el Modelo de Atención Primaria de Salud esta consolidado en
un contexto social particular, el cual ha sido definido por los entrevistados como un escenario
difícil y multiproblemático. Esto se debería a que asisten mayoritariamente personas de escasos
40
recursos, lo que además se acompaña de urgencias y problemas que parecen más primordiales
que la Salud Sexual.
“(…) la población que asiste a este consultorio es una población que tiene muchas
carencias especiales (…)” (Adán, Párrafo 5)
Consideran que la sexualidad es, y ha sido, un tema polémico y poco discutido en nuestra
sociedad, más aún en los contextos donde se encuentran insertos los CESFAM. Se trata de un
asunto, generalmente, privado e íntimo, que no suele ser comentado ni discutido abiertamente.
“La sexualidad... eee... tiene que ver con eso, tiene que ver con una mirada que
viene, digamos, culturalmente dada de hace mucho tiempo, que está instalada y
que sacarla desde ahí, digamos, es un poco complejo” (Fernando, párrafo 62)
“Miles de personas, pero miles, no tienen idea lo que es un orgasmo, te dicen:
“pero yo no se si es un orgasmo”... obvio que no, entonces, si no lo sabe es porque
no lo ha tenido” (Ángela, párrafo 139).
“(… ) siento que es un tema que es más íntimo y, por lo tanto, es menos visible y,
por lo tanto, uno hace menos cosas” (Ángela, párrafo 127)
Se observa como los profesionales vislumbran desinterés en la población con respecto a las
temáticas de Salud Sexual. De manera similar, reconocen la presencia de mitos y
desinformación que dificultan la vivencia saludable de la sexualidad.
“Ahora yo pienso que es importante tener en cuenta que la población que asiste a
este consultorio es una población que tiene muchas carencias
especiales...históricamente, probablemente, muchas de las mujeres que nosotros
vemos están acostumbradas a vivir una sexualidad así, ¿me entiendes?...
entonces... como que tampoco la información de como la sexualidad puede vivirse
más sanamente es importante... por lo tanto, no consultan esos temas” (Adán,
párrafo 105)
“Yo creo que hay muchas que no tienen deseo o que no sienten placer pero que no
es tema pa' ellas, no es una queja... no, no sientes que sea algo por lo cual
preocuparse incluso... sienten que es parte de la vida, nadie les dijo que podían
pasarlo bien, que tenían que disfrutar o que, que era una alternativa el poder
disfrutar, no, les da mucha vergüenza...” (Ángela, párrafo 61)
41
Relevan el apego de la población al Modelo Biomédico de atención y la intención de resolver
rápidamente sus problemáticas a través de la medicina tradicional. La posibilidad de acceder a
una intervención psicológica es menos deseable que recibir tratamiento médico con fármacos
porque requieren de mayor tiempo y esfuerzo, además de tratarse de un método menos
conocido.
“Te insisto, tu cuando quieres instalarte desde el lado preventivo con la gente, a la
gente le cuesta porque quiere lo automático, cachai” (Fernando, párrafo 44)
“Uno les dice (a los pacientes): “ya bueno, ok su problema con una alteración de
salud mental, que se yo, vaya al psicólogo”, frena, ya no les encantó tanto la idea
porque andan buscando algo mucho más inmediato” (Ángela, párrafo 57)
“Ojalá por ellos hubiera una pastillita y que con eso se acabara el problema”
(Sonia, párrafo 32).
Escaso
abordaje de
la
sexualidad
SS
no es Premisa:
motivo de “La SS no es Usuarios no
consulta una interesados
necesidad” en SS.
Preferencia
de los
usuarios por
el abordaje
Biomédico
FIGURA 1
42
Fig. 1: A partir de la premisa institucional respecto a que “la Salud Sexual no es una
necesidad”, se pueden evidenciar cuatro factores que en conjunto sostienen la creencia en
dicho supuesto. Por una parte, los psicólogos manifiestan que la Salud Sexual no es un motivo
de consulta, de lo que además desprenden que los usuarios no estarían interesados en esta
dimensión de la salud. Asimismo, relevan el escaso abordaje social y cultural de la sexualidad,
manteniéndolo como un tema oculto y/o propio del espacio privado. Finalmente, su experiencia
con usuarios que prefieren un tratamiento médico, con su respectivo uso de medicamentos y
centrado en la búsqueda de soluciones rápidas, constituye el cuarto factor que favorece el
sostenimiento de la premisa mencionada. Todos estos factores evidencian como los
psicólogo/as justifican su pasividad en el abordaje de la Salud Sexual, responsabilizando así a
la población usuaria.
3.2 Externalización Institucional de la Responsabilidad
Los psicólogos desplegaron una serie de argumentos para explicar que la Salud Sexual no es
materia de su competencia. En ese sentido, señalaron que el programa para la atención en
salud no considera esta temática como parte de las necesidades a las que obedecen sus
prioridades y posteriores metas, razón que sostiene una práctica estrictamente limitada al
cumplimiento de las mismas, con una consecuente postergación de otras problemáticas como
es la Salud Sexual.
“(…) hay otros temas que si son mas prioridad o sea desde el ministerio en el
fondo y porque la gente también recién se esta abriendo a estos temas”
(Magdalena, párrafo 127-128)
“(…) aquí tenemos un gráfico con las actividades que tenemos que hacer, las
metas… y si tu te fijas en ninguna parte está (Salud Sexual) (Sonia, párrafo 90)
Así mismo, los psicólogos conciben que la poca disponibilidad de tiempo es otra limitante a su
práctica, en tanto deben orientarla principalmente a las metas perseguidas. Esto conlleva a una
difícil apertura a nuevas propuestas o proyectos.
“Entonces, se nos va el tiempo dentro de cumplir las metas, entonces por eso es
que no hay espacios (para la Salud Sexual)” (Sonia, párrafo 90)
“(La puesta en marcha de nuevos proyectos) depende del manejo de los tiempos
porque (…) los trabajos en comunitario se dirigen de acuerdo a ciertas actividades
que se comprometen a principio de año y esas actividades deben cumplirse”
(Adán, párrafo 89)
“(…) resulta que las prioridades son tantas que dentro de eso tu también teni que ir
viendo que es lo que tu puedes hacer en relación a los recursos y al tiempo
(Magdalena, párrafo 108)
43
“Yo creo que uno puede aportar desde muchos lados, el tema (de no intervenir en
otras áreas) pasa por que (…) uno esta mediado por metas, por objetivos, por la
hora, por la cuestión que tiene que hacer.” (Fernando, párrafo 86)
Escasez de Expectativas
Cumplimiento
tiempo para la
de Metas
práctica
Limitantes de
la práctica
FIGURA 2
Fig. 2: En función de los datos recopilados, es posible dar cuenta de tres principales limitantes
institucionales de la práctica del psicólogo de Atención Primaria en SS. En primer lugar, se
encuentra el cumplimiento de metas como principal objetivo a seguir, guiando el quehacer
profesional. En segundo lugar, se observa la escasez de tiempo con que cuentan los
profesionales para atender a los usuarios, lo que impediría una intervención de mayor
profundidad. Por último, se releva la falta de expectativas de los Centros de Salud Familiar para
la práctica del psicólogo en SS.
De este modo, los psicólogos se posicionan desde un rol pasivo en tanto a la instalación de
nuevas miradas a abordar. Así mismo, restringen sus criterios a los establecidos desde la visión
organizacional, invisibilizando sus apreciaciones o perspectivas personales. Esto habla de una
subjetividad puesta entre paréntesis, que conlleva un no cuestionamiento de lo normado.
44
“(...) éste es un espacio, nosotros somos una institución pública, tampoco podemos
llegar y poner sobre la mesa todo lo que yo creo que está bien, y todo lo que yo
creo que se debería hacer” (Ángela, párrafo 99)
“Por eso te respondo yo creo que uno puede aportar desde muchos lados, el tema
pasa por que eee... claro eee... uno esta mediado por metas, por objetivos, por la
hora, por la cuestión que tiene que hacer” (Daniela, párrafo 35)
“Ahí si hay metas por ejemplo, de pesquisar, es que ahí hay una contradicción del
sistema, porque en el fondo lo que te piden es promocionar la salud y por otra
parte te piden pesquisar enfermedades, pero eso es algo que no se va a resolver
en un tiempo (Magdalena, párrafo 175)
“Intentamos (trabajar desde el Modelo Biopsicosocial), no te puedo negar que
muchas veces nos vemos así como enfrascados un poquito, así como en continuar
la dinámica que te decía (intervenciones médicas)” (Fernando, párrafo 67).
Prescripciones
Prescripciones Modelo
Modelo Biopsicosocial
Médico
FIGURA 3
45
FIGURA 4
A través del discurso de los diferentes psicólogos, fue posible constatar la presencia de una
significativa tensión instalada en el límite entre la externalización de la responsabilidad social y
la institucional. Así, se observa que si bien los psicólogos consideran a la sexualidad como un
área fundamental del desarrollo humano, esta se problematiza por la desinformación e
inexactitud con que las personas suelen concebirla, lo que conlleva a una invisibilización del
problema por parte de los usuarios.
“(...) porque hasta el día de hoy igual el tema sexo es como sucio… se ve con esa
mirada… que no debiera ser” (Sonia, párrafo 130)
“(...) a mi me parece en verdad como aberrante la irresponsabilidad sexual,
aberrante…“ (Ángela, párrafo 81)
“(...) yo creo que lo importante que... que es comprender que la sexualidad sana se
tiene que dar en un contexto que los niños saben donde termina, o sea, por lo
menos condiciones de intimidad mínimas.” (Adán, párrafo 80)
“(...) probablemente exista mucho problema de salud sexual, pero las personas
muchas de ellas no sabe” (Adán, párrafo 74)
Señalan, entonces, debiese cambiarse dicha situación, sin embargo, explicitan que al no ser
meta para el Sistema de Salud, no es de su competencia orientarse al abordaje de las
problemáticas de Salud Sexual, y en ese sentido, tampoco es su responsabilidad informar a los
usuarios respecto a problemas en su vivencia de la sexualidad. Así, se invisibiliza y sostiene el
problema prescrito.
“(...) el de arriba (Ministerio de Salud) tiene que choquear pa’ abajo que nosotros
estamos como en lo mas local o nosotros somos los que tenemos que empezar a
generar que sea un tema país (…) siento que es importante, pero tengo la certeza
de que hay 800 cosas más importantes” (Ángela 135-137)
“(...) claro, eso del aspecto psicológico de la sexualidad está yo creo un poquito
descuidado en la atención primaria, porque tampoco es el tema, hay otras
cuestiones que tienen que ver, no se po, ¿cuáles son las GES? las depresiones”
(Adán, párrafo 62)
46
que permitiría el sostenimiento de la invisibilización de la Salud Sexual como problemática.
En función de lo anterior, cabe destacar que hace más de una década se ha incorporado la SS
y Reproductiva (SSR) dentro de las “16 Prioridades de Salud País”, con objeto de ser abordada
por los Programas de Salud. Así, el MINSAL ha conferido su preocupación institucional a estas
temáticas para la salud integral de las personas, sin embargo, aún no ha establecido una
conceptualización teórica de la SS con independencia de la SR. Esto releva la inexistencia de
una consecuente operacionalización de la SS en programas concretos, obstaculizándose así la
protocolización de pautas para el abordaje de consultas acotadas a dicha temática. Se generan,
entonces, diversas repercusiones tanto, en los profesionales de la Salud, como en los
respectivos usuarios, constituyendo focos de análisis que serán indagados posteriormente.
47
Así, a la luz de los hechos mencionados y considerando el análisis de los resultados obtenidos
en el presente estudio, se desprenden dos aspectos principales de discusión debido a su
importancia para el abordaje de la SS desde la mirada de la Psicología. En primer lugar,
destaca la ambigüedad en la que se sostiene el abordaje de la SS en los Centros de Salud
Familiar (CESFAM), y sus repercusiones en el enfrentamiento de los profesionales a las
temáticas sexuales de los consultantes. En segundo lugar, se releva, específicamente, el lugar
que ocupa el psicólogo actualmente en la SS, enfatizando las consecuencias de su
sensación de entrampamiento en los modos de funcionamiento propios del Sistema de AP.
Ambas dimensiones son relevantes debido a sus implicancias en el abordaje de las
necesidades de la población consultante de los CESFAM asociadas a la SS, por lo que su
revisión aporta nuevos conocimientos para ampliar la comprensión del quehacer de la
Psicología en el área.
48
se fundan en base a dicha visión. Así, se instala el riesgo de un manejo tentativo y
peligrosamente subjetivo en torno al ejercicio de acciones preventivas o promocionales de la
SS, en tanto, se encuentran teñidas por el marco de referencia propio de cada profesional.
Dicho fenómeno, en tanto inherente a la práctica, resulta además inconsciente, debido a que no
es visualizado e identificado críticamente por los mismos, lo que podría repercutir
negativamente en las intervenciones en SS; por un lado, aquellas preconcepciones sesgan su
comprensión, mientras que, por otro, limitan el ejercicio de los Derechos Sexuales de los
usuarios.
Hasta este punto se han discutido aquellos factores que intervienen en la manera de abordar la
SS en los CESFAM, por lo que a continuación resulta necesario distinguir sus implicancias
concretas en el quehacer de los profesionales.
Como ya ha sido mencionado, la atención en salud ha puesto especial énfasis en temas
relacionados a la SR (Universidad de Chile, 2001), sin considerar planeamientos en torno a la
asistencia de otras preocupaciones en materias de SS. De esta manera, aquellas situaciones
relacionadas con la integridad corporal y sexual, el erotismo, el género, la orientación sexual y
los vínculos afectivos, carecen del tratamiento necesario. Esta primera dimensión de la SS
-preocupaciones sexuales- distinguida para efectos de la presente investigación, se encuentra
relegada debido a la preponderancia de la segunda, a saber, los problemas sexuales.
Recordando la definición planteada, se han definido como amenazas para el bienestar de las
personas e incluso para la vida, perteneciendo a esta categoría las infecciones de transmisión
sexual (ITS), la violencia sexual y las disfunciones sexuales. En dichos problemas sexuales
predominan aspectos orgánicos, por lo que su abordaje ha sido históricamente a partir del
enfoque Biomédico. Este se focaliza en la búsqueda de la mejora de la enfermedad,
49
desconsiderando la promoción y prevención de la salud. Así, se releva la importancia de la
dimensión biológica de la sexualidad, en desconsideración de aquellas relacionadas con lo
social, cultural y psicológico. La sexualidad se ve reducida meramente al ámbito de la
genitalidad, repercutiendo en la emergencia de intervenciones que no logran ser integrativas.
Esto, por un lado, favorece la mantención de la visión sesgada de la sexualidad a nivel socio-
cultural, lo que conlleva a una vivencia desinformada y riesgosa. Por otra parte, se restringe el
ejercicio de los Derechos Sexuales de la población usuaria, en tanto se limita el acceso
oportuno a la información y la toma de decisión libre y responsable.
En relación al segundo eje de discusión propuesto, acorde al lugar que ocupa el psicólogo
actualmente en la SS, se presentarán a continuación aquellos alcances en sus prácticas, como
también, en sus repercusiones a la población usuaria.
Así, a partir del proceso de análisis, se constató una escasa mirada crítica y reflexiva en torno a
sus capacidades y competencias disciplinarias, las cuales limitarían el despliegue de una
práctica dinámica y proactiva en AP. Según los resultados, los psicólogos se consideran los
profesionales más idóneos para el manejo de problemáticas en SS, sin embargo, no fueron
capaces de argumentar las razones concretas que les hacen merecedores de dicha posición de
experticia. Esto denotaría una falta de empoderamiento del rol de los psicólogos, en relación al
escaso aprovechamiento de sus capacidades para actuar como agentes propiciadores y
favorecedores del bienestar psicosocial de los usuarios.
Además, se puede destacar que dada la ausente delimitación del rol del Psicólogo, estos han
centrado su práctica en el acatamiento sostenido de las metas ministeriales, lo cual refuerza sus
escasas posibilidades de movilizarse autónomamente. El cumplimiento de dichas normas y su
50
consecuente funcionamiento, conllevaría, por una parte, a un quehacer que no impulsaría la
promoción de cambios y desafíos que releven las significativas implicancias del abordaje
psicológico en el tratamiento de la enfermedad o la promoción de la salud.
Por otra parte, dicho acatamiento a las metas, conllevaría a que los psicólogos se adhirieran
indirectamente a la perspectiva biomédica. En función de ello, es necesario relevar que estas
son emitidas por el MINSAL para el área de Salud Mental de los servicios de AP, destacando la
depresión, la VIF, el abuso de sustancias, VIH/SIDA, etc. De este modo, institucionalmente se
ha recalcado la indicación de atender con preferencia tales problemáticas, las cuales han sido
orientadas desde una perspectiva Biomédica, que enfatiza la enfermedad y la concepción
patologísta, junto a la preponderancia del diagnóstico biológico (Ceitlin & Gómez, 1997).
Por consiguiente, el problema radicaría en la manera en que son abordadas las metas y no en
el criterio de selección de las mismas. Es decir, las temáticas propuestas por el MINSAL
resultan necesarias, sin embargo, aún no se ha logrado integrar el Modelo de Salud Familiar
como enfoque de salud, que favorezca la atención psicológica.
Así, es posible considerar a los psicólogos como sostenedores del Modelo Biomédico, puesto
que es aceptado y validado en cuanto limitan su práctica al abordaje establecido para la
consecución de tales metas. Esto conllevaría a un rol tensionado, situado en el conflictivo
escenario del Sistema de Salud, que persigue la necesaria implementación del modelo
Biopsicosocial y sin embargo se frena en gestiones operacionalizadas desde un modelo
Biomédico. Asimismo, resulta paradójico que, de considerarse la incorporación de los
psicólogos como una de las posibles medidas implementadas estratégicamente para la
transición hacia un modelo de atención Biopsicosocial, sean estos quienes justamente
participen en el señalado sostenimiento de la herencia biomédica.
De esta manera, si bien los psicólogos se adhieren al discurso que expone las múltiples
ventajas y cambios que la adopción del Modelo Biopsicosocial, sus prácticas y acciones
realizadas en función de la SS, manifiestan una incongruencia entre el discurso promulgado y la
gestión realizada. Considerando este contexto, no es de extrañar la falta de conocimiento e
iniciativa de los profesionales de salud mental respecto a la SS y su tratamiento. La no inclusión
de ésta temática en las metas sanitarias, repercute en una pobre y casi inexistente intervención
por parte de los psicólogos en SS.
Así, es posible distinguir cómo la participación de estos profesionales se ve restringida a lo
meramente “mental”, entendido como aquello relacionado al padecer psíquico. Se perpetúa, así,
la mítica separación mente-cuerpo, lo que a nivel sociocultural podría suponer un refuerzo al
prejuicio que considera a la Psicología una disciplina acotada únicamente a lo psicopatológico.
51
Finalmente, considerando el marco cultural que sostiene la mirada de la sexualidad en Chile, es
necesario que los profesionales se empoderen de un rol más activo en la detección de las
necesidades de los usuarios en las problemáticas de SS. La posición de tabú de la sexualidad
facilita a los psicólogos señalar que las preconcepciones de los usuarios respecto de la
sexualidad, sea uno de los principales obstáculos para el tratamiento y logro de la SS en los
CESFAM. Manifiestan que dichos prejuicios destacan aquellos aspectos negativos, obviados y
temidos de esta dimensión humana, sosteniendo una perspectiva centrada en la enfermedad.
Así, externalizan sus responsabilidades en el tema, justificando su escasa atención.
De ese modo, se torna deseable que las dinámicas de atención en SS, cuente con una decisión
política intencionada, pues de lo contrario permiten que la sexualidad en Chile siga siendo una
temática tabú. De esta manera, el conflicto toma el mando de su abordaje, convirtiéndolo en un
aspecto difícil de atender y consensuar. Lo anterior, además, perjudicaría la posibilidad de una
plena consecución de los Derechos Sexuales de la población.
Junto con la externalización hacia los usuarios, se evidencia aquella que apunta hacia las
instituciones, lo que dejaría a la problemática del abordaje de la SS sin agentes que se hagan
cargo de buscar soluciones adecuadas. De esta manera, la SS en nuestro país queda a la
deriva.
Por lo tanto, se recalca la necesidad de contar con políticas públicas que delimiten el rol y el
consecuente aporte, del psicólogo en la SS, así como con normativas que regulen sus
intervenciones y favorezcan un abordaje integral. De esta manera, se releva la importancia de
que las autoridades encargadas se responsabilicen por la puesta en marcha de políticas
eficaces para el abordaje de la SS, respondiendo a su condición de prioridad en salud.
52
VII. CONCLUSIONES
En consideración de los objetivos propuestos para el análisis del rol del psicólogo de AP en SS,
orientados a recoger información acerca de las percepciones del psicólogo en cuanto a su
quehacer en SS, como también su proceso de inserción en el nuevo Enfoque Biopsicosocial, se
logró constatar que éste se encuentra tensionado, principalmente, por dos fenómenos. Por una
parte, se evidenció que las propias concepciones del profesional con respecto a su quehacer,
obstaculizarían el ejercicio de su rol, en tanto están cargadas de una visión limitada y teñida por
la frustración. Por otro lado, ciertas características del sistema de salud, como la jerarquización,
apego a la normatividad y falta de concreción de proyectos, entre otras, dificultarían una
participación proactiva y oportuna del psicólogo, capaz de responder a la relevancia de la SS.
Así, los psicólogos de AP no participan en las áreas de Consejería Sexual, Educación Sexual e
Intervención Terapéutica.
Por otra parte, es importante distinguir que si bien la presente investigación acotó su análisis a
los CESFAM dados sus objetivos, características y, especialmente, por tratarse de aquellos
centros de salud más avanzados en el proceso de transición hacia el Modelo Biopsicosocial,
lamentablemente, se constató su escaso desarrollo. Las tareas en relación a la atención integral
de la SS como prioridad, han sido postergadas e invisibilizadas; asimismo, los objetivos de
prevención y promoción de la salud no se han implementado a cabalidad.
Dados los vacíos existentes y las preguntas que quedan sin responder con respecto al rol del
psicólogo en el abordaje de la SS en AP, es necesario plantear algunas posibles proyecciones
en torno a la problemática.
En primer lugar, es necesario que los psicólogos se empoderen del rol central que tienen en el
proceso de desarrollo biopsicosocial del individuo, teniendo en consideración las diferentes
áreas que le constituyen. Resultaría beneficiosa la instalación de espacios orientados a la
reflexión sobre la práctica, en los cuales participaran tanto los psicólogos, como también todos
aquellos profesionales que formen parte de los equipos de AP. Sería interesante el
53
planteamiento de una reflexión en torno a la manera en que estos profesionales se posicionan
frente a las múltiples dimensiones de la SS, específicamente en referencia a la psicosocial, con
el fin de conseguir un abordaje apropiado e interdisciplinario. De esta manera, la realización de
un análisis crítico del abordaje de la SS desde los diferentes profesionales ligados a la AP,
supondría dichas implicancias positivas para la atención en SS.
Asimismo, la implementación de capacitaciones específicas en SS para los psicólogos de los
CESFAM, potenciarían una participación más activa en el abordaje de problemáticas
relacionadas a dicho tema.
En segundo lugar, sería favorable la generación de una mayor cantidad de investigaciones que
profundicen en la participación del psicólogo en el área de la salud de nuestro país. Su reciente
integración al Sistema de Salud Pública y la difícil adaptación a su funcionamiento, vuelven
indispensable la producción de conocimientos que potencien la gestión de medidas concretas
para mejorar su situación. La inexistencia de normas y pautas que guíen el accionar del
psicólogo, complican y entorpecen su quehacer, por lo que resulta indudable la necesidad de
protocolización del rol del psicólogo en los CESFAM, específicamente en la SS.
Por último, cabe enfatizar la necesidad de generar programas ministeriales que, más que
simplemente prevenir, promuevan la SS, es decir, destaquen sus aspectos positivos y se
enfoquen en la consecución de una sexualidad sana y plena. Se vuelve necesario destacar la
relevancia de la educación y promoción de la SS en el contexto chileno de salud, puesto que se
ha caracterizado por la existencia de discursos conservadores difundidos unívocamente, a
pesar de no corresponder al comportamiento de la población (Vidal, 2003).
De este modo, se concluye que la SS es un área fértil para el desempeño de los psicólogos en
el Sistema de Salud, por lo que es necesario que se constituyan políticas que favorezcan su
desarrollo. Asimismo, y considerando la relevancia que actualmente se otorga a la promoción y
prevención en Salud en los servicios de AP, se releva entonces los beneficiosos aportes que la
Psicología podría otorgar al desarrollo biopsicosocial de todos aquellas personas usuarias del
Sistema de Salud chileno.
Para finalizar, resulta necesario tener en cuenta que el lento arraigamiento del nuevo Modelo de
Atención en Salud es un fenómeno esperable dentro de un proceso de cambio, más aún
cuando su desarrollo e instalación requiere del involucramiento de diversos agentes implicados
en el Sistema de Salud. Por ello, es importante continuar trabajando en pos de los objetivos
propuestos, con el fin de brindar un mejor servicio de salud a los usuarios de la AP.
54
VIII. REFEENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS
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60
Vidal, P. (2003). “Juventud chilena y derechos en sexualidad”. Polis. Revista Académica On-line
de la Universidad Bolivariana de Chile Volumen 1 Número 4.
61
ANEXOS
ANEXO I DERECHOS SEXUALES
Los derechos sexuales son derechos humanos universales basados en la libertad, dignidad e
igualdad inherentes a todos los seres humanos. Dado que la salud es un derecho humano
fundamental, la salud sexual debe ser un derecho humano básico. (WAS, 1999) Sin embargo,
generalmente los derechos sexuales son los menos difundidos (Mazarrasa, 2006) Para
asegurar el desarrollo de la salud sexual, los derechos sexuales deben ser reconocidos,
promovidos, respetado y defendidos por todas las sociedades con todos sus medios. (WAS,
1999). La Organización Mundial de Sexologia (1999) plantea como derechos sexuales los
siguientes:
El derecho al placer sexual, propone una aceptación del goce sexual, como fuente de
bienestar físico, psicológico, intelectual y espiritual.
El derecho a la expresión sexual emocional, va más allá del placer erótico o los actos
sexuales y considera el derecho que tiene todo individuo a expresar su sexualidad a través de
la comunicación, el contacto, la expresión emocional y el amor.
62
El derecho a la libre asociación sexual, significa la posibilidad de contraer o no matrimonio,
de divorciarse y de establecer otros tipos de asociaciones sexuales responsables.
El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables., esto abarca el
derecho a decidir tener o no hijos, el número y el espacio entre cada uno, y el derecho al
acceso pleno a los métodos de regulación de la fecundidad.
63
ANEXO II
PREOCUPACIONES RELACIONADAS CON LA SALUD SEXUAL
4. Situaciones relacionadas con la orientación sexual que pueden afectar la salud sexual
• Existencia de discriminación basada en la orientación sexual
• Falta de libertad para expresar la orientación sexual personal de una manera segura y
responsable dentro de un conjunto de valores que respete los derechos de los demás
64
5. Situaciones relacionadas con los vínculos afectivos que pueden afectar la salud sexual
• Necesidad de estar libre de relaciones de explotación, coercitivas, violentas o de manipulación
• Necesidad de obtener información acerca de la elección de opciones y estilos de vida
familiares.
• Necesidad de contar con destrezas, tales como la toma de decisiones, comunicación,
seguridad en sí mismo y negociación, que permitan mejorar las relaciones personales
• Necesidad de lograr una expresión respetuosa y responsable del amor y la intimidad
• Prevención y cuidado adecuado del desajuste y la aflicción de la pareja
• Manejo adecuado de la separación y el divorcio
65
ANEXO III
CARTA CONSENTIMIENTO INFORMADO
Si es que lo deseo, tendré acceso a los resultados de la investigación, al igual que el Jefe de
Salud Mental de la institución.
66
Teléfono Facultad de Psicología Universidad Diego Portales: (56- 2) 6762501
ANEXO IV
PAUTA DE ENTREVISTAS PSICÓLOGOS
Consigna de Inicio:
Esta entrevista tiene como objetivo principal conocer las percepciones y el rol que ejerce el
psicólogo de Atención Primaria de Salud en el abordaje de la Salud Sexual. Para ello nos
hemos reunido en una sesión que durará aproximadamente una hora, su participación en este
estudio es completamente voluntaria, por lo que puede decidir terminar con la entrevista en
cualquier momento si usted así lo desea, del mismo modo tiene plena libertad de negarse a
contestar alguna pregunta si es que ésta no le parece adecuada.
Las entrevistas serán grabadas y transferidas en su totalidad, la información recabada en ellas
será absolutamente confidencial, siendo su participación resguardada en todo momento, se le
asegura anonimato y la máxima confidencialidad de sus datos.
“Salud Sexual”
6. ¿Cómo entiende usted la Salud Sexual? ¿Qué se entiende como Salud Sexual en el
consultorio?”
7. ¿Llegan consultas acerca de problemas en Salud Sexual al consultorio? ¿Y a usted
como psicólogo?
8. ¿Qué problemáticas en Salud Sexual son las más frecuentes de atender?
9. ¿Cómo es abordada en el CESFAM la temática de Salud Sexual? (¿Cómo se
detecta un problema de Salud Sexual? ¿Qué procedimientos se realizan? ¿Quiénes
son los encargados de atender a aquellos usuarios que llegan con problemáticas en
Salud Sexual?) especificar si existen programas e intervenciones.
67
10. ¿Cómo enfrenta los problemas en SS que UD. recibe? ¿Cómo se siente al atender
pacientes con problemas en el ámbito de la Salud sexual?
11. ¿Existen programas o capacitaciones para la especialización de los profesionales del
CESFAM en torno a la Salud Sexual?
12. ¿Ha influido el proceso de cambio hacia el Modelo Biopsicosocial de los CESFAM en el
abordaje de la Salud sexual?
13. ¿Existen consejerías sexuales? ¿Quién las realiza? ¿A qué usuarios están orientadas?
¿Conoce qué objetivos persiguen? ¿Cómo describiría su modalidad de trabajo?
14. En materia de educación sexual, ¿existen actividades orientadas a los usuarios? ¿Qué
les caracteriza? ¿Conoce sus objetivos? ¿Cómo describiría su modalidad de trabajo?
15. ¿Sabe usted si existen actividades orientadas a la promoción y prevención en Salud
sexual? ¿Cuáles? ¿Cual cree usted sería la importancia de esta área?
16. ¿Cómo evaluaría el trabajo del CESFAM en esta área especifica? ¿Qué críticas haría a
los programas realizados en el CESFAM en torno a estas temáticas?
68
ANEXO V
PAUTA ENTREVISTA JEFE UNIDAD SALUD MENTAL
Consigna de Inicio:
Esta entrevista tiene como objetivo principal conocer las percepciones y el rol que ejerce el
psicólogo de Atención Primaria de Salud en el abordaje de la Salud Sexual. Para ello nos
hemos reunido en una sesión que durará aproximadamente una hora, su participación en este
estudio es completamente voluntaria, por lo que puede decidir terminar con la entrevista en
cualquier momento si usted así lo desea, del mismo modo tiene plena libertad de negarse a
contestar alguna pregunta si es que ésta no le parece adecuada.
Las entrevistas serán grabadas y transferidas en su totalidad, la información recabada en ellas
será absolutamente confidencial, siendo su participación resguardada en todo momento, se le
asegura anonimato y la máxima confidencialidad de sus datos.
“Salud Sexual”
1. ¿Cómo entiende usted la Salud Sexual? ¿Qué se entiende como Salud Sexual en la
Atención Primaria?
2. ¿Llegan consultas acerca de problemas en Salud Sexual al consultorio? ¿Y al área de
Salud Mental? ¿Conoce qué problemáticas en Salud Sexual son las más frecuentes de
atender?
3. ¿Cómo es abordada en el CESFAM la temática de Salud Sexual? (¿Cómo se
detecta un problema de Salud Sexual? ¿Qué procedimientos se realizan? ¿Quiénes
son los encargados de atender a aquellos usuarios que llegan con problemáticas en
Salud Sexual?) Especificar programas e intervenciones.
4. ¿Existen consejerías sexuales? ¿Quién las realiza? ¿A qué usuarios están orientadas?
¿Conoce qué objetivos persiguen? ¿Cómo describiría su modalidad de trabajo?
5. En materia de educación sexual, ¿existen actividades orientadas a los usuarios? ¿Qué
les caracteriza? ¿Conoce sus objetivos? ¿Cómo describiría su modalidad de trabajo?
6. ¿Existen actividades orientadas a la promoción y prevención en Salud sexual?
¿Cuáles?
7. ¿Existen programas o capacitaciones para la especialización de los profesionales del
CESFAM en torno a la Salud Sexual?
8. ¿Cree que ha influido el proceso de cambio hacia el Modelo Biopsicosocial de los
CESFAM en el abordaje de la Salud sexual? ¿Qué cambios nota usted?
69
“Psicólogos y Salud Sexual”
70
ANEXO VI
INFORME DE ANTECEDENTES
Antecedentes CESFAM:
Nombre:
Comuna:
Antecedentes Personales:
Edad:
Sexo:
Título Profesional:
Nivel de especialización:
Ocupación actual:
Años de experiencia laboral:
Años de participación en el CESFAM:
71
ANEXO VII
REJILLAS DE ANALISIS
CATEGORÍAS CITAS
72