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ROL DEL PSICÓLOGO DE ATENCIÓN PRIMARIA EN SALUD

SEXUAL

Memoria para optar al Grado de Licenciado en Psicología

Alumnos: Jennifer Dowding Barrón


Marily Rivera Zamora
Camila Sierpe Silva

Profesor Patrocinante: Eliana Heresi M.


Asesor Metodológico: Ma. Ester Buzzoni G.

SANTIAGO, Chile
2009

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

Resumen
Rol del Psicólogo de Atención Primaria en Salud Sexual

Jennifer Dowding, Marily Rivera y Camila Sierpe

La reciente inclusión de los psicólogos en el Sistema Público de Salud chileno, se


enmarca en la transición desde un Modelo Biomédico de atención hacia uno
Biopsicosocial con Enfoque Familiar. Ambos fenómenos se despliegan en un
escenario de grandes innovaciones y actualizaciones técnicas, administrativas y
financieras que buscan impulsar la mejoría de la calidad de vida de los usuarios.
En la actualidad, se ha evidenciado la existencia de distintas dimensiones
componentes de la calidad de vida, destacándose la Salud Sexual. Considerando
su relevancia, el Ministerio de Salud la ha incluido dentro de las 16 prioridades a
ser abordadas por los programas de salud a nivel país.
La presente investigación busca indagar en el rol del psicólogo de Atención
Primaria, específicamente, en el abordaje de la Salud Sexual. Para tal objetivo, se
realizaron entrevistas semi-estructuradas a psicólogos y Jefes de Salud Mental de
distintos CESFAM de Santiago.
Se constató, finalmente, el rol tensionado del psicólogo, principalmente, por sus
propias concepciones con respecto a su quehacer y las limitaciones impuestas
por el Sistema de Salud. Ambos fenómenos dificultarían la participación del
psicólogo en un abordaje integral e interdisciplinario de la Salud Sexual.
Se proponen, así, posibles lineamientos que favorezcan la integración del
profesional en el área de salud.

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AGRADECIMIENTOS

Agradecemos cariñosamente a nuestras familias, amigos y profesores, por su


compañía y apoyo incondicional durante nuestro proceso formativo.

Particularmente, agradecemos a nuestras docentes Eliana y María Ester por su


guía cercana, disposición y preocupación durante el desarrollo de la presente
Memoria

Jennifer, Camila y Marily.

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ÍNDICE Págs.
I. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA 5

II. MARCO TEÓRICO


1. SISTEMA DE SALUD: ATENCIÓN PRIMARIA 8
1.1 Descripción Sistema de Salud 8
1.2 Servicio de Atención Primaria: Transición hacia el Modelo Biopsicosocial 9

2. SALUD SEXUAL
2.1 Sexualidad: Definición y conceptualización 10
2.2 Salud Sexual y Reproductiva 11
2.2.1 Salud Sexual: Propuesta de categorización 12
2.3 Salud Sexual en Chile. 12
2.3.1Prevalencia en Salud Sexual y Problemas Sexuales en Chile 13
2.3.2 Políticas Públicas y Sanitarias en Salud Sexual y Reproductiva 15
2.3.2.1 Políticas en Educación Sexual 15
2.3.2.2 Programas en Salud Sexual 16

3. ROL DEL PSICÓLOGO Y SERVICIOS DE SALUD PÚBLICA.


3.1 Inserción de los Psicólogos en el Sistema de Salud 17
3.2 Funciones del psicólogo en Atención Primaria 19
3.3 Rol del Psicólogo en Salud Sexual 21
3.3.1 Definición de Rol 21
3.3.2 Psicología y Preocupaciones Sexuales 21
3.3.3 Psicología y Problemas Sexuales 23

III. OBJETIVOS 25

IV. MARCO METODOLÓGICO


1. MARCO TEÓRICO METODOLÓGICO 26
1.1 Fundamentación del uso de la metodología cualitativa 26
1.2 Fundamentación del enfoque especifico utilizado: teoría fundada 27

2. DISEÑO DE INVESTIGACIÓN 28
2.1 Dispositivo de muestreo 28
2.2 Dispositivo de recolección de datos 28
2.3 Dispositivo de análisis 29

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3. PROCEDIMIENTOS ÉTICOS 30

V. ANÁLISIS DE RESULTADOS
1. DISPOSICIONES INSTITUCIONALES PARA EL ABORDAJE DE
LA SALUD SEXUAL 32
1.1 Inexistencia de estandarización del rol de psicólogo en el abordaje
de la Salud Sexual 32
1.2 Permanencia Perspectiva Biomédica 33

2. CARACTERÍSTICAS DEL PSICÓLOGO EN EL ABORDAJE DE LA SALUD


SEXUAL. 35
2.1 Invisibilización de la Salud Sexual como temática de abordaje psicológico
en los CESFAM 35
2.2 Pasividad y escasa mirada crítica 36
2.3 Emociones asociadas a su desempeño en el abordaje de la Salud Sexual:
Frustración y Desesperanza 37

3. ARGUMENTOS SOSTENEDORES DEL ROL. 38


3.1 Externalización Social de la Responsabilidad 39
3.2 Externalización Institucional de la Responsabilidad 42
3.3 Tensión entre la externalización de la responsabilidad social e institucional:
sostenimiento e invisibilización de la SS como materia de abordaje. 44

VI. DISCUSIÓN DE RESULTADOS 46

VII. CONCLUSIÓN 52

VIII. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 54

IX. ANEXOS
I. Derechos Sexuales 61
II .Preocupaciones Sexuales 63
III. Carta de Consentimiento Informado 65
IV. Pauta de Entrevistas Psicólogos 66
V. Pauta Entrevistas Jefe Unidad Salud Mental 68
VI. Informe de Antecedentes 70
VII. Rejillas de Análisis 71

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I. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

En las últimas décadas, Chile ha experimentado diferentes cambios sociodemográficos y


epidemiológicos que han impulsado reformas en el Sistema de Salud Pública. El Ministerio de
Salud ha implementado una serie de innovaciones y actualizaciones técnicas, administrativas y
financieras, con la finalidad de lograr la modernización de sus políticas. Así, el Modelo de Salud
en Atención Primaria (AP) se encuentra actualmente en una transición desde una mirada
Biomédica hacia un enfoque Biopsicosocial (Escobar y Vergara, 2006) que opera a través de un
Modelo de Atención Integral y Familiar priorizando las intervenciones promocionales y
preventivas más que las recuperativas. Se propone entonces un paradigma alternativo para
solucionar los problemas existentes en las prestaciones del servicio de salud y la humanización
de la medicina a nivel primario, pues entiende el proceso de salud y enfermedad de una manera
integral (SERNAM, 1994).
Para el logro de los objetivos de la Reforma del sector salud, se ha establecido como uno de los
pilares fundamentales el propulsar la mejoría de la calidad de vida de las personas, las familias,
y las comunidades (Rubio, 2005).

En la actualidad, son diversos los estudios (Abouzahr & Vaughan, 2000; Silva & Barrientos,
2008; Schwartzmann, 2003) que especifican las dimensiones que componen la calidad de vida,
resaltando entre éstas la sexualidad, dada la constatable importancia del bienestar sexual en la
consecución del bienestar general (MINSAL, 2002). Sin embargo, al considerar las numerosas
cifras que evidencian la incidencia de problemas sexuales en los chilenos, cabe preguntarse por
el ejercicio de prácticas que promuevan dicho bienestar. Actualmente, se estima un aumento de
casos de contagio por VIH de 20% anual en promedio (Wolff, 2002) y una incidencia del
embarazo en la adolescencia de alrededor de 16% (Molina et. Al, 2004). Así mismo, la
prevalencia de disfunciones sexuales en mujeres alcanza un 67,7% (Kamei, 2005), mientras
que en hombres la prevalencia de disfunción eréctil es de 51,5% (Baeza, 2004). Considerando
tales cifras, no sorprende la inclusión de la Salud Sexual y Reproductiva (SSR) como una de las
16 prioridades a ser abordadas por los programas de salud (Ortega, 2004) y por lo tanto, como
orientación de las acciones del nuevo Modelo Integral de Salud (MINSAL, 2002).

En materias de sexualidad, estas acciones debiesen favorecer el cumplimiento de los Derechos


Sexuales, es decir, el libre ejercicio de la sexualidad sin riesgos, el placer físico y emocional, la
libre orientación sexual, la libre elección del número de hijos, la protección de la maternidad,
entre otros (Agencia Española de Cooperación Internacional, 2005). Sin embargo, a pesar de
existir dicha intención, no se han logrado gestar cambios mas allá de aquellos referidos
específicamente a las mujeres y adolescentes, puesto que, por una parte, la mayoría de las

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acciones se han limitado a materias de educación sexual enfocadas en la prevención del
embarazo adolescente y el contagio de enfermedades de transmisión sexual, lo que podría
implicar una visión negativa y amenazante de la sexualidad que dificulta la promoción de la
Salud Sexual (SS) positiva (UCH, 2001). Además, la SS ha quedado enmarcada dentro del
ámbito de la Salud Reproductiva (SR), concepto que no es suficientemente amplio para incluir
todos los elementos que conforman la sexualidad humana. La SS, como ámbito independiente y
prioridad en sí misma, debiese estar encaminada al desarrollo humano y de las relaciones
interpersonales, y no solamente en la atención del ámbito reproductivo de la sexualidad
(MINSAL, 2002). Lo anterior, permite concluir que Chile mantiene pendiente el cumplimiento de
los desafíos en materias de SS y que se está aún lejos de concretar la posibilidad de que
hombres y mujeres elijan cómo vivir plenamente su sexualidad (UCH, 2001).

Se advierte entonces la necesidad de seguir integrando proyectos en sexualidad como parte de


los servicios de salud, principalmente en la AP. Las 8 millones de personas inscritas en la
Atención Primaria municipalizada (MINSAL, 2004) relevan la importancia de indagar en esta
puerta de entrada a la asistencia sanitaria, pues es dónde acuden aquellos con menos recursos
en búsqueda de ayuda, apoyo y solución a sus problemas de salud. Resulta necesario destacar
esta población ya que existe una clara relación entre nivel socioeconómico y satisfacción sexual
como uno de los indicadores de SS, puesto que aquellos más insatisfechos con su sexualidad
pertenecen a la población de menor nivel socioeconómico (Barrientos, 1998; Valdés, Benavente
y Gysling, 1999; Godoy y Mauro, 2001).

Ante tal incidencia, la propuesta Gubernamental de Sexualidad 2000-2006 elaborada por el


MINSAL ha enfocado su atención en tres áreas: Educación Sexual, Consejerías Sexuales e
Intervenciones Terapéuticas (evaluación diagnóstica y derivación). Entre sus objetivos destacan
la entrega de información, el desarrollo de actitudes y valores sexuales, la promoción de
habilidades interpersonales para el logro de intercambios sexuales, y fomentar una reflexión
crítica respecto de los roles sexuales (MINSAL, 2002). Su ejercicio debiese ser abordado desde
un enfoque interdisciplinario, pues se fundamentan en una concepción integral de la sexualidad
que incluye las diferentes dimensiones del ser humano (biológicas, interaccional-sociales,
culturales y psicológicas). De esta manera, es indispensable un abordaje multidisciplinario e
interdisciplinario que cuente con el aporte de los distintos profesionales relacionados con el área
de la sexualidad, a saber, ginecólogos, obstetras, urólogos, sexólogos, matronas, asistentes
sociales, psiquiatras y psicólogos.

Sin embargo, al confrontar la práctica en salud con la intención de ofrecer una atención multi e
interdisciplinaria, históricamente el aporte de la psicología ha estado al margen. No es menor
que no exista consenso ni claridad sobre cuál es el rol específico del psicólogo en el Sistema de
Salud Pública, lo que se convierte en un obstáculo para su labor. Conjunto a ello, los psicólogos

7
han sido vistos como ajenos dentro del contexto médico en tanto no formarían parte del equipo
de Salud (Beaín, 1994), lo cual se observa en que aún muchos profesionales de la salud
perciben al psicólogo como especialista de problemas de Salud Mental y, por lo tanto,
solamente le derivan pacientes cuando presentan serios trastornos a nivel mental o
comportamental (Tobón & Nuñez, 2000). Tanto los psicólogos como los demás profesionales
del campo de la Salud, deben ir más allá de la comprensión de la Psicología desde el
mentalismo y lo psicopatológico e incorporarla en el quehacer biopsicosocial. Específicamente,
en la AP, el psicólogo debe integrar a su labor las principales tareas de éste sistema; promoción
y prevención de la Salud.

Finalmente, y considerando los cambios paradigmáticos realizados que suponen una mayor
participación de los psicólogos y los desafíos aún pendientes en relación a la SS, surge la
pregunta: ¿Cómo es el rol que cumple el psicólogo de AP en el abordaje de la SS?
En búsqueda de generar nuevos conocimientos y reflexionar en torno a la problemática, el
abordaje privilegiará una mirada integral de la SS y del quehacer del psicólogo, tensionando
aquello que se muestra en la teoría con lo que acontece en la práctica.

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II. MARCO TEÓRICO

La revisión teórica presentada a continuación, aborda, principalmente, tres grandes ejes de


análisis. Inicialmente, se realiza una descripción del Sistema de Salud chileno, detallándose,
específicamente, las propiedades y características del servicio de AP. Posteriormente, se revisa
el estado del arte actual en torno a la SS, relevando su prevalencia a nivel país, como el
respectivo manejo político otorgado a su tratamiento. Así, finalmente, se indagan sus relaciones
con la Psicología, a través de una revisión del rol actual de los psicólogos en el Sistema de
Salud, y particularmente en los servicios de AP, para finalizar con el rol específico del Psicólogo
en materias de SS.

1. SISTEMA DE SALUD: ATENCIÓN PRIMARIA

1.1 Descripción Sistema de Salud

El Sistema de Salud chileno es de carácter mixto, es decir, contempla la participación de


entidades públicas y privadas. El subsistema público es normado y dirigido por el Ministerio de
Salud, y es responsable de desarrollar actividades de fomento y protección de la salud para
toda la población y de atender las necesidades de recuperación y rehabilitación de los
beneficiarios de la Ley 18.469. Este grupo está compuesto por trabajadores activos, ya sea
dependientes o independientes que cotizan en el Fondo Nacional de Salud (FONASA),
incluyendo sus cargas familiares, y también por personas indigentes o carentes de recursos, no
cotizantes (Giaconi, 1994). Todos los cotizantes del sistema público pueden ser atendidos en
los establecimientos del Sistema Nacional de Servicios de Salud (SNSS).

El Sistema Público de Salud en Chile, está compuesto por instituciones que cumplen diferentes
funciones: Ministerio de Salud, Sistema Nacional de Servicios de Salud (SNSS), Fondo
Nacional de Salud (FONASA), Central de Abastecimiento y el Instituto de Salud Pública y los
establecimientos de AP.

Los cambios en la expectativa de vida de la población, el creciente desarrollo del país y los
cambios epidemiológicos impulsan al Estado Chileno a realizar una importante reforma del
sector salud. Los objetivos principales de la Reforma de Salud son mejorar los logros sanitarios
alcanzados, enfrentar los desafíos derivados de los cambios experimentados por la sociedad
chilena y del envejecimiento de la población, corregir las inequidades y proveer servicios
acordes con las expectativas de los usuarios.

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1.2 Servicio de Atención Primaria: Transición hacia el Modelo Biopsicosocial

Los servicios de AP son el primer nivel de contacto de los individuos, la familia y la comunidad
con el Sistema Público de salud. Buscan llevar lo más cerca posible la atención ambulatoria al
lugar donde residen y trabajan las personas a través de: Centros de Salud (CES), Centros de
Salud Familiar (CESFAM), Centros Comunitarios de Salud Familiar (CECOF), Postas Salud
Rurales (PSR) y SAPU (Servicio de AP de Urgencia).
El Objetivo de la AP es otorgar una atención equitativa y de calidad, centrada en las personas y
sus familias, enfocada en lo preventivo y promocional, es decir, anticipándose a la enfermedad.
Estos Centros de Salud son administrados en su mayoría por las municipalidades, quedando
algunos pocos bajo la administración del Servicio de Salud correspondiente. En 1980 se dictó el
DFL. Nº 1/3063, que permitió el traspaso de los establecimientos asistenciales de nivel primario
a la administración municipal con los objetivos de descentralizar al máximo la ejecución de las
acciones de salud, mejorar el control y fiscalización de establecimientos muy alejados de las
jefaturas de las direcciones de los servicios del SNSS, adecuar los programas de salud a las
necesidades sentidas de la población, hacer posible una mayor participación comunitaria en la
base social, entre otros (UCH,2001). Se estima que alrededor de 8 millones de chilenos están
inscritos en la AP municipalizada (MINSAL, 2004)

Como estrategia para mejorar la calidad del servicio, la AP de Salud en nuestro país se
encuentra en transición desde un Modelo Biomédico, centrado en el trabajo individual y en
recuperar la salud, hacia un Modelo con Enfoque Biopsicosocial. La familia es el objetivo de
atención del nuevo Modelo que constituye un paradigma alternativo para solucionar problemas
existentes en las prestaciones del Servicio de Salud, junto con humanizar la medicina del nivel
primario, ya que entiende el proceso de salud y enfermedad de una manera integral (SERNAM
1994). Se pretende mejorar la calidad de vida de las personas, familias y comunidades y centrar
las acciones en el contexto de la enfermedad, ya sea, personal, familiar y/o social. Con el fin de
lograr tales propósitos, se espera transformar todos los CES en CESFAM para el año 2010. Los
CESFAM enfatizan sus acciones en la anticipación, promoción y prevención de la enfermedad,
fomentando el autocuidado del usuario y sus familias. Esta tarea se plantea como un desafío
para los CES ya que implica un esfuerzo adicional de los equipos de salud, lleva a plantearse
nuevos esquemas de trabajo sin dejar de lado el cumplimiento de todas las actividades
asistenciales y administrativas ya programadas. Así mismo, implica modificaciones en los
usuarios externos exigiendo un cambio de actitud y responsabilidad de su propia salud, dando
real importancia al autocuidado (Escobar y Vergara, 2006). De esta manera, se promueve la
responsabilidad compartida entre los miembros de la familia y de la comunidad, favoreciendo el
empoderamiento de los usuarios de sus propios procesos de salud enfermedad.

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El Modelo Biopsicosocial con Enfoque familiar, está orientado a proporcionar a los individuos,
familias y comunidades, las condiciones necesarias para el mantenimiento y cuidado de la
salud. Espera dar respuesta a las demandas de los usuarios de manera integral e integrada,
continua, oportuna y eficaz, accesible y de calidad (MINSAL, 2008). Requiere que los equipos
de salud, aborden el proceso salud enfermedad centrándose en las personas desde una
perspectiva sistémica. Por otro lado, los equipos de salud deben ser capaces de otorgar
servicios acordes a las particularidades socioculturales de la población usuaria (MINSAL, 2008).

El proceso de cambio de Modelo de Atención ha sido paulatino, y actualmente, se trabaja en


forma paralela con ambos enfoques: Biomédico y Biopsicosocial. Cabe mencionar que las
modificaciones necesarias para la implementación de los CESFAM, han generado en los
equipos de Salud y en los usuarios incertidumbre y desconfianza que se traducen a la larga en
temor y resistencia al cambio. Escobar y Vergara (2006), identifican algunos factores que
inciden en la resistencia a este cambio: falta de una política clara que ordene el cambio de
Modelo, personal de salud no capacitada en salud familiar, inestabilidad al incorporar un
enfoque más integral y dificultad para adoptar o modificar hábitos y costumbres adquiridas,
entre otros.

2. SALUD SEXUAL

2.1 Sexualidad: Definición y conceptualización.

La sexualidad es un aspecto de suma importancia en la vida de las personas, ya que refiere a


una dimensión fundamental del hecho de ser humano. Se puede experimentar de diversas
maneras, ya sea como pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores,
actividades, prácticas, roles y/o relaciones. Así, la sexualidad abarca la interacción de factores
biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos, y espirituales, por lo tanto, es la
práctica que se expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos (OPS-OMS,
2000).
La dimensión biológica de la sexualidad hace referencia al ámbito reproductivo, incluyendo el
sexo (diferenciación macho-hembra), la función sexual, el proceso reproductivo, así como los
determinantes fisiológicos, genéticos y hormonales comprometidos (MINSAL, 2006). La
dimensión de la interacción-social, relacionada con el proceso por el cual configuramos el
autoconcepto, incluye desde las diferencias corporales, vivencias personales y la interacción
con diversos contextos sociales (MINSAL, 2006.) La dimensión cultural abarca el valor y
significado que una sociedad o cultura otorga a la sexualidad (MINSAL, 2006), siendo el último
aspecto el psicológico, desde el cual los procesos simbólicos y conductuales permiten a los
individuos caracterizar su vivencia sexual. Este dominio incorpora los otros mencionados desde
el espacio subjetivo de cada persona (MINSAL, 2006).

11
2.2 Salud Sexual y Reproductiva.

Se ha requerido de un largo proceso para que la sexualidad sea tomada en cuenta y validada
en el ámbito de los derechos y la salud.
En la Conferencia de Teherán (1968) se incorporan, en el marco de los Derechos Humanos, los
Derechos Reproductivos, entendidos como “el derecho básico de la parejas e individuos para
decidir libre y responsablemente sobre el número y espaciamiento de sus hijos, y para tener
información, educación y medios para hacerlo” (Ortega, 2004). En 1969, con el Fondo de
Población de la Naciones Unidas (FNUAP), se comienza a desarrollar un ciclo de Conferencias
Internacionales donde la temática de Derechos Reproductivos se incorpora al debate
permanente de organizaciones multinacionales (Ortega, 2004). Destaca entre ellas la
“Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de las Naciones Unidas” (CIPD),
efectuada en El Cairo (1994), donde se deja de lado el término de Salud Materna e Infantil para
acuñar por primera vez el de Salud Sexual y Reproductiva (SSR). Posteriormente, el Programa
de Acción de la CIPD da un giro radical al establecer que las políticas de población deben tener
como metas el bienestar de los individuos y su calidad de vida y han de localizarse siempre
dentro del marco de los derechos humanos. Así, deja de lado las concepciones reduccionistas
de las relaciones sexuales como medio para un fin reproductivo y de la mujer como madre y
cuidadora (Mazarrasa, 2006). De igual forma, reconoce el papel central de las relaciones entre
hombres y mujeres en todo aquello que se refiere a la salud y los derechos de la mujer, y afirma
que los hombres deben asumir la responsabilidad sobre su comportamiento sexual, su
fecundidad, el contagio de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y el bienestar de sus
parejas y de los hijos e hijas que procreen (Langer & Nigenda, 2000). Esta conferencia resulta
de suma importancia en relación a la temática de la sexualidad porque establece un quiebre
entre la concepción existente hasta el momento y una nueva visión en que se enmarca el
concepto de SSR.
Dicho concepto (SSR) se define como “un estado general de bienestar físico, mental y social, y
no la mera ausencia de enfermedades o dolencias en todos los aspectos relacionados con la
sexualidad y la reproducción, que entraña la posibilidad de ejercer los derechos” (OMS, 2000).
Desglosando sus dos componentes, podemos referirnos a la SR concibiendo el bienestar
general en las distintas dimensiones del ser humano, pero aludiendo exclusivamente al sistema
reproductivo, sus funciones y procesos (WAS, 1999). Por otra parte, la SS mantiene la visión
anterior de un estado global de bienestar, pero se refiere específicamente a lo meramente
sexual, sin considerar los aspectos reproductivos (Mazarrasa, 2006). La SS por tanto, requiere
un enfoque respetuoso y positivo hacia la sexualidad y las relaciones sexuales, así como hacia
la posibilidad de tener relaciones sexuales placenteras y seguras, libres de coerción,
discriminación y violencia. Para poder alcanzar y mantener la SS, los Derechos Sexuales (ver

12
Anexo 1) de todas las personas deben ser respetados, protegidos y satisfechos”. (Mazarrasa,
2006)

2.2.1 Salud Sexual: Propuesta de categorización.


Para el presente estudio se ha decidido ahondar específicamente en la SS, ya que es allí donde
existe un mayor vacío conceptual, político y programático, debido a que no ha logrado
separarse del marco de la SR. Cabe entonces reconsiderar que la sexualidad ha sido vista a la
luz de la reproducción, pero no ha sido planteada de forma separada, como un derecho
independiente y una prioridad en sí misma (Ortega, 2004). Un ejemplo de ello, son los hombres
o grupos que no están en edad reproductiva (niños, adultos mayores), como también grupos
con distinta orientación sexual. Para estos, no han existido consensos mundiales que incluyan
sus necesidades y que les consideren en su derecho al ejercicio de una sexualidad plena
(Ortega, 2004).

Por este motivo, la presente investigación adhiere la propuesta realizada por la OPS-OMS que
especifica el campo de la SS, dentro del cual conceptualizan de modo independiente los
problemas sexuales de las preocupaciones relacionadas con la SS. Los problemas se
caracterizan por representar una amenaza para el bienestar de las personas e incluso para la
vida, perteneciendo a esta categoría las infecciones de transmisión sexual (ITS), la violencia
doméstica manifestada en diferentes aspectos (sexual, psicológica, física), las violaciones, y las
disfunciones sexuales. En cambio, las preocupaciones son situaciones de vida ligadas a la
salud y el bienestar sexual que exigen la toma de medidas preventivas y educativas por parte
de la sociedad, con objeto de garantizar que sus miembros alcancen y mantengan la SS
adecuada (OPS-OMS, 2000). En ese sentido, dentro de esta categoría se establecen todas
aquellas situaciones que puedan afectar la SS, relacionadas con: la integridad corporal y
sexual, el erotismo, el género, la orientación sexual, los vínculos afectivos y la reproducción.

2.3 Salud Sexual en Chile

Considerando las primeras iniciativas realizadas por el Gobierno chileno en materias de SS, se
destaca su participación y aprobación de la Convención para la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) en 1989, la que asegura que mujeres y
hombres tengan derecho a decidir libre y responsablemente tanto el número de hijos, como el
intervalo entre los nacimientos. También se incluye el derecho a tener acceso a la información,
educación y a los medios que les permitan ejercer estos derechos (Dides et al, 2007). Por
consiguiente, los Derechos Sexuales y Reproductivos (DDSSRR) contenidos en la CEDAW y
otras declaraciones internacionales, “se incorporan al ordenamiento jurídico interno de acuerdo

13
a lo previsto en la Constitución Política del Estado en Chile. No obstante, no existe ninguna
norma constitucional o legal que reconozca el derecho de mujeres y hombres a tomar
decisiones libres e informadas en materia de sexualidad y reproducción” (Dides et al, 2007, p.
26)
Cinco años mas tarde, cobra relieve la participación de Chile en la Conferencia del Cairo, en
donde se validaron conceptualmente las nociones de Salud Sexual y Derechos Reproductivos
adscribiéndose a las definiciones elaboradas por la OMS. En esta instancia, la posición y
compromiso de Chile se concretó al refuerzo de los conceptos consensuados en El Cairo (UCH,
2001).
En el año 1997, el Ministerio de Salud incorpora a la SSR dentro de las “16 Prioridades de
Salud País” a ser abordadas por los Programas de Salud, lo que implicó reconocer la
sexualidad como un aspecto de la salud de los individuos e inherente a la condición humana
(Ortega, 2004). Una de las manifestaciones que dieron cuenta del interés que presenta Chile en
relación a la SSR, fue su participación en la última de tres sesiones de encuentro de países
Latinoamericanos, donde se buscó explorar estrategias para promover la convergencia de los
procesos de Reforma del sector salud y el mejoramiento de la SSR. (Langer & Nigenda, 2000).
Dicha Reforma, ofrece hoy una oportunidad para establecer nuevas formas de organización de
programas y servicios, que en temas de SSR, permitiría superar el enfoque vertical tradicional
ofreciendo una excelente oportunidad para la implementación de servicios más integrales (UCH,
2001).
A pesar de las diferentes medidas implementadas, “es posible constatar que este desafío sigue
pendiente en el país y se está aún lejos de concretar la posibilidad de que hombres y mujeres
elijan cómo vivir plenamente su sexualidad y, menos aún, puedan ejercer este derecho que ha
sido tan ampliamente reconocido: derecho a alcanzar el nivel más elevado de SSR; derecho a
adoptar decisiones sobre la reproducción sin sufrir discriminación; derecho a contar con la
información y los medios necesarios.” (UCH, 2001, p. 2). Entre sus razones, destaca que la
atención en salud ha puesto especial énfasis en temas relacionados a la SR (UCH, 2001) y los
problemas acotados a esta área, sin considerar planeamientos en torno a la asistencia de las
preocupaciones en materias de sexualidad. Así también, se recalca la necesidad de incorporar
a la Atención de Salud los conceptos de libertad, autodeterminación, equidad, placer y bienestar
que permitan a hombres y mujeres una vivencia sexual saludable y placentera. (Ortega, 2004)

2.3.1 Prevalencia en Salud Sexual y Problemas Sexuales en Chile

Iniciación Sexual Adolescente


En la actualidad, la iniciación sexual entre los 16 y los 18 años de edad es la tasa más alta,
tanto para hombres (57%) como para mujeres (55%), tendencia que se mantiene constante a lo

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largo del país (Dides, et al, 2007). El inicio de la vida sexual es más prematuro en hombres
(70%) que en mujeres (45%) (UCH, 2001).

ITS y VIH/SIDA
La incidencia de las Infecciones de Trasmisión Sexual (ITS) tiende a ser mayor en mujeres
(60%) que en hombres (40%) (Dides et al, 2007). En el caso de las estadísticas en relación al
SIDA, se plantea un aumento progresivo, alcanzando un total de 3.741 enfermos y 4.395
personas asintomáticas hasta Junio del año 2000 (Vidal, 2002). Además, según datos de la
Comisión Nacional del SIDA (CONASIDA), a la misma fecha han muerto 2.479 personas a
causa de este síndrome. Sin embargo, en el año 2006 la prevalencia tiende a bajar (de 9,7 el
2003 a 8,7 casos por cada 100.000 habitantes). Aun así, se manifiesta que la baja observada
puede no ser del todo exacta, debido a que existe un retraso en las notificaciones, por lo que los
datos del último año pueden estar reflejando dicho retraso más que una real disminución de la
tasa de notificaciones. Entre el año 2002 y el 2006 la tasa más alta de notificaciones se registró
en personas entre los 30 y los 39 años de edad, seguido del grupo comprendido entre los 20 y
los 29 años (Dides et al, 2007).

Violencia Sexual
En la Región Metropolitana (RM) existe una prevalencia de más del 50% de violencia conyugal,
ya sea esta física, psicológica o sexual. Predomina la psicológica (16,3%), y luego la
combinación de violencia física y sexual (12,5%) (Dides et al, 2007). En cuanto a la violencia
sexual, se estima que se producen cerca de 20.000 agresiones sexuales al año, y
específicamente en la RM ocurre una agresión sexual que constituye delito cada 25 minutos
(Valdes, Guajardo, 2007).
Según datos de peritajes de sexología forense del Servicio Médico Legal, las muertes por
agresiones sexuales aumentaron en un 49%, pasando de 1.981 casos durante el año 1999 a
2.970 en el 2005. Se constata que la muerte causada por abuso sexual es la de mayor
incidencia, seguida de la violación. Pese a esto, las muertes causadas por violación han ido en
alza llegando a aumentar en un 10% en el mismo período (Dides et al, 2007).

Disfunciones Sexuales
Las Disfunciones Sexuales presentan alta incidencia en la población, alcanzando un 67,7 % en
mujeres (Kamei, 2005). En cuanto a los hombres, no se encontraron estudios en Chile que
establezcan la prevalencia de disfunciones sexuales generales. Sin embargo, existen algunos
que refieren específicamente a la Disfunción Eréctil que se manifiesta en un el 51,5 % de la
población masculina fluctuante entre los 40 y 92 años (Venegas, 2004).

15
2.3.2 Políticas Públicas y Sanitarias en Salud Sexual y Reproductiva

En Chile, los lineamientos políticos en SS y Reproductiva han debido ajustarse producto de los
compromisos adquiridos por el país a nivel mundial, la firma de gran parte de las convenciones
antes citadas y por los cambios acontecidos en la situación epidemiológica nacional. Sin
embargo, es posible afirmar que esta temática es uno de los aspectos complejos de abordar en
el proceso de Reforma de Salud Pública. Dentro de los factores que explican la complejidad de
su abordaje es posible destacar las tensiones existentes entre los derechos de las personas y
responsabilidades de las instituciones sociales, respecto de las orientaciones a promover como
respuestas al riesgo sexual y en relación a los derechos a la información y acceso a servicios
(Palma, 2001).

Luego de realizar una revisión de las políticas públicas y sanitarias que atañen a la SS de los
chilenos, es posible afirmar que en su mayoría hacen referencia a la educación sexual, a la
prevención de enfermedades de transmisión sexual y al embarazo adolescente. Datos
encontrados en diversas investigaciones y encuestas acentúan la importancia de establecer
legislaciones con respecto a dichas problemáticas. El CONASIDA (1998) revela una tendencia
al descenso de la edad de la primera relación sexual en las generaciones chilenas nacidas en
las últimas décadas, especialmente en las mujeres. Así mismo, la maternidad adolescente se
concentra en los grupos de 18 y 19 años en 54%, de 15 a 17 años en 43%, mientras que las
menores de 15 años representan un 3% (Palma, 2001).
Según afirman Barrientos y Silva (2008), una vez recuperada la democracia en nuestro país, se
reinician las discusiones sobre sexualidad y Derechos Sexuales y Reproductivos, poniendo
énfasis en el inicio sexual de la juventud, el embarazo adolescente y su prevención, las ETS, el
VIH/SIDA y las minorías sexuales. De esta manera, en el año 2002 el Ministerio de Salud fija los
Objetivos Sanitarios para la década 2000-2010 donde cobra relevancia la conducta sexual de
los individuos, en tanto es considerada como uno de los determinantes de un mayor riesgo de
embarazos no deseados, aborto, contagio de ETS y/o VIH (MINSAL, 2002).
El MINSAL afirma la necesidad de que los equipos de salud desarrollen todas las estrategias
necesarias para la promoción de la SSR y la prevención de problemas en la expresión de una
sexualidad sana. Así, se favorece el acceso a los servicios de SSR a la población que lo
demande, sin discriminación de edad, sexo ni opción sexual (MINSAL, 2008).

2.3.2.1 Políticas en Educación Sexual

16
La relevancia de la sexualidad en el desarrollo pleno plantea la necesidad de considerar esta
dimensión en la educación formal. Una educación de calidad debe perseguir la “satisfacción de
las necesidades de aprendizaje requeridas para un desarrollo Socio-afectivo sano y maduro que
favorezca el crecimiento humano pleno de niños y jóvenes. Por tanto, esta dimensión de la
formación humana debe estar presente en el currículo escolar” (MINEDUC, 2001. pp. 5).
En el año 1993, el Ministerio de Educación (MINEDUC) implementa las Jornadas de
Conversación sobre Afectividad y Sexualidad (JOCAS) en cerca del 70% de los liceos
subvencionados entre los años 1996 y 2000 (Meneses, 2006). La incorporación de la
sexualidad en el marco curricular de manera transversal, ha permitido incorporar objetivos,
contenidos y aprendizajes relacionados con el desarrollo armónico e integral de la afectividad y
sexualidad, en los distintos subsectores del aprendizaje escolar, permitiendo la promoción de
una comprensión multidisciplinaria de la sexualidad (MINEDUC, 2001).
La revisión de los currículum relativos a SSR en Enseñanza Media, señala el enfoque en la
tolerancia y el respeto a la diversidad como valores éticos orientadores. Sin embargo, se
desconoce la cantidad de horas asignadas a estas temáticas (Meneses, 2006).
Para llevar a cabo la Educación Sexual en el Sistema de Educación Formal se requiere
estimular la incorporación de los padres, priorizando una actividad conjunta con la escuela en la
formación de esta dimensión. A pesar de estas iniciativas, existe la necesidad de una mayor
participación de la familia en las actividades formativas que aborden la sexualidad en los
establecimientos escolares.
Por último, desde entidades sociales civiles se han desarrollado distintas propuestas
pedagógicas que buscan favorecer la incorporación de la sexualidad en las comunidades
educativas, así como la implementación de actividades e iniciativas que beneficien su abordaje
(MINEDUC, 2006).

2.3.2.2 Programas en Salud Sexual

Prevención del VIH/SIDA


La Comisión Nacional del SIDA, CONASIDA, es el organismo técnico responsable de la
elaboración, coordinación ejecutiva y evaluación global del Programa de Prevención y Control
del SIDA en Chile. Desarrolla políticas públicas orientadas a que, a través de la reflexión y el
diálogo, la sociedad asuma la prevención y la disminución del impacto biopsicosocial del
VIH/SIDA y las Enfermedades de Transmisión Sexual.
Hacia finales del año 2005, se notificaron en Chile un total de 15.894 casos de VIH. El impacto
de estas cifras impulsa la realización de diversas actividades preventivas. Hasta el año 2007, se
han realizado nueve campañas comunicacionales, abarcando gran parte de los medios masivos
del país de mayor cobertura poblacional. En dicho año, se tuvo como objetivo de salud reforzar
la prevención del VIH-SIDA en los jóvenes del país (MINSAL, 2007); por ello, el análisis de las

17
actividades promocionales prescritas se han centrado básicamente en consejería sobre
prevención de la transmisión del VIH-SIDA, con objeto de fomentar conductas sexuales seguras
y hábitos de vida más saludables. Así mismo, se han incluido todo tipo de actividades de
atención y tratamiento (MINSAL, 2002).
Además de las campañas masivas existen Consejerías Individuales (cara a cara en los
Servicios de Salud, cara a cara a través de Organizaciones Sociales y telefónicas) y actividades
grupales comunitarias para abordar la prevención del VIH/SIDA.
Estas y otras medidas que han sido tomadas por el Sistema de Salud en cuanto al abordaje de
esta problemática revelan su importancia y carácter de prioridad.

Capacitaciones a Profesionales en el Sistema de Salud


En el año 2003 se lleva a cabo la “Capacitación en Sexualidad para Profesionales de la AP” con
el objetivo de generar conocimientos básicos sobre sexualidad humana, conciencia de las
actitudes personales hacia la propia sexualidad y la de otros, actitud respetuosa hacia las
diferentes orientaciones y prácticas sexuales y, por último, destrezas básicas para identificar y
referir los problemas de SS al profesional adecuado. Considerando que otorgar educación y
capacitación en SS a una amplia gama de profesionales de la Salud es necesaria para la
promoción eficaz de la materia entre la población (WAS, 2000).
La Asociación Mundial de Sexología sugiere que los profesionales capacitados en estos
programas cuenten con un perfil mínimo que debiese alcanzar los objetivos propuestos (WAS,
2000).
En nuestro país, dichas capacitaciones fueron realizadas a los más diversos profesionales
pertenecientes a la AP. De esta forma, dentistas, kinesiólogos, psicólogos, etc., a lo largo de
todo el país, se encuentran capacitados para abordar la prevención y promoción de la SS de los
usuarios.

De este modo, es posible evidenciar diversas iniciativas realizadas por el Gobierno chileno en
materias de SS, lo cual ha orientado intervenciones políticas y programáticas que favorecen su
desarrollo. Si bien el área de la Educación, como de la Salud, han visto impulsadas algunas
medidas en cuanto al abordaje de esta problemática, no se encuentran programas concretos
focalizados específicamente en el tratamiento de las preocupaciones sexuales, con excepción
de las capacitaciones finalmente mencionadas.

3. ROL DEL PSICÓLOGO DE LOS SERVICIOS DE SALUD PÚBLICA.

3.1 Inserción de los Psicólogos en el Sistema de Salud.


A nivel Latinoamericano, ha sido posible constatar que el ingreso de la Psicología al campo de
los Sistemas de Salud remite a las primeras décadas del siglo pasado. En dicho momento, los

18
psicólogos se incorporan a los equipos de psiquiatría, involucrándose específicamente en el
abordaje de la Salud Mental. (Tobón & Nuñez, 1997).

Hasta entonces, los Sistemas de Salud sostenían un Modelo Biomédico como paradigma
reinante en la concepción de la salud y enfermedad, basado específicamente en la comprensión
dualista del ser humano. Esto influyó inevitablemente en el quehacer de la Psicología Clínica
inserta en dicho campo ocupacional, pues vio limitada su intervención al área de lo mental.
Dicha razón haría entonces de la intervención psicológica, una práctica tradicionalmente
acotada al estudio y tratamiento de los trastornos mentales y psicopatológicos (Videla, 1991).

Con el paso del tiempo, poco a poco la Psicología logra separarse de la Psiquiatría,
desarrollando nuevos roles en el campo de la Medicina General (Beaín & Solar, 1994). Así,
comienza a abrir su mirada hacia la implicación de lo psicológico en la enfermedad física, dando
paso a la instauración de diversas disciplinas, tales como la Medicina Psicosomática, Psicología
Médica, la Medicina Conductual, y ya hacia fines de los 70, la Psicología de la Salud. (Tobón,
1997b). Paulatinamente, se instala entonces una visión holista del ser humano, que propiciará
cambios en la comprensión de la salud y enfermedad; dichos procesos comienzan a entenderse
como productos de la integración de factores biológicos, psicológicos y sociales (Oblitas, 2004),
propulsando así la instalación de un nuevo paradigma denominado Biopsicosocial.

Particularmente en Chile, antes de la instalar dicho paradigma, la incorporación de la Psicología


al Sistema de Salud se centraba en los niveles de Atención Secundaria y Terciaria, siendo sólo
a principios de los años 90 cuando la AP de Salud comenzó a expandirse como campo
ocupacional para dicha disciplina. Entre los fenómenos que incitaron su ingreso se encontraban
los cambios en el la compresión de la Salud, conjunto a alta prevalencia de trastornos mentales
a nivel país. Todo ello hizo necesario el ingreso de una mayor dotación de profesionales al área
de la Salud Mental, y específicamente a los servicios de AP, siendo los psicólogos los últimos
en incorporarse. (Scharager & Molina. 2007).

Cabe destacar que en la actualidad no se encuentran referencias que expongan una


descripción específica de los roles desempeñados por los psicólogos en los Sistemas de Salud
(Makrinov et. al., 2005; Arroyave et. al., 1985; citado en Scharager & Molina, 2007), sin
embargo, a nivel latinoamericano se ha constatado que la psicología no ha logrado
desenmarcarse del área clínica y lo psicopatológico (Tobón & Nuñez, 1997). Si consideramos la
actual prevalencia de trastornos mentales en la población chilena, es posible comprender dicho
fenómeno, pues se evidencia que de todos los usuarios consultantes del nivel primario de
atención, un 30% se ven afectados por trastornos depresivos, un 40% de los hombres
presentan dependencia y abuso de alcohol, y un 36% de las mujeres viviría algún grado de

19
violencia en sus relaciones familiares (Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría [PNSMP],
2000). De este modo, la preocupación se ha centrado en generar innovaciones en las políticas
de Salud Mental, a modo de incorporar un enfoque integral en el estudio de aquellos problemas
psiquiátricos destacados como prioridades en el abordaje de intervenciones psiquiátricas y
psicológicas, que consideren la multiplicidad de factores involucrados en su aparición; así
también, se pone énfasis en acciones basadas en la promoción y prevención en salud, además
de las relacionadas a la recuperación y rehabilitación (PNSMP, 2000). Sin embargo, un reciente
estudio ha constatado que “los psicólogos del nivel de AP del sistema público de salud en Chile
dedica la mayor parte de su jornada laboral a actividades asistenciales de atención directa y de
carácter individual, en desmedro de actividades comunitarias dirigidas a fortalecer los factores
protectores de la salud mental.” (Scharager & Molina, 2007. p. 16). En ese sentido, se
constataría que la Psicología aún no logra abordar la Salud de una manera integral,
descuidando el estudio de sus múltiples determinantes y el abordaje desde intervenciones que
contribuyan al cambio de sus condiciones estructurales, a saber, los factores
macrosocioambientales (Videla, 1991). El enfoque técnico propuesto por el nuevo Plan en
Salud Mental sería entonces materia pendiente, en tanto no se ha logrado incorporar un
enfoque comunitario, orientado a la promoción y prevención en AP.

Por otra parte, es menester reconsiderar que existen otros problemas que involucran variables
psicológicas que afectan el estado de salud de las personas, y que no están siendo abordados
por la Psicología desde la AP de Salud, debido a que no pertenecen al grupo de problemas a
tratar con carácter prioritario. (Barrales & Castillo, 2007). Entre estos, destacan los enmarcados
en el área de la SSR, el maltrato infantil, los comportamientos paternos que propician hábitos
nutricionales incorrectos en los niños, los ambientes familiares disfuncionales, la adolescencia y
las dificultades de adaptación, el aislamiento social, las reacciones de adaptación a los cambios
y situaciones frecuentes en la adultez mayor, entre tanto otros. (Morales, 1999).

3.2 Funciones del psicólogo en Atención Primaria: Promoción y Prevención


Tradicionalmente, se concibe a la Psicología como la ciencia que estudia el comportamiento de
los seres humanos, para lo cual recurre al método científico con objeto de estudiar las variables
que influyen en la conducta de las personas, en los niveles cognitivo, emocional y motor
(Oblitas, 2007). A partir de dicha matriz disciplinaria, la Psicología despliega su quehacer en
diferentes campos ocupacionales, debiendo ahondar en sus características específicas para
desde allí focalizar su intervención.
La Psicología, como disciplina acotada al campo de los Sistemas de Salud, debiera interesarse
en todos los aspectos psicológicos y sociales que intervienen en la determinación del estado de
salud, en el riesgo de enfermar, en la condición de enfermedad y en la recuperación, así como
las circunstancias interpersonales que se manifiestan en la prestación de servicios de salud a la

20
población (Werner et al., 2002). Como preocupaciones debiese centrarse en la implementación
de acciones que favorezcan la promoción de salud, la prevención de enfermedades, la atención
de los enfermos y la adecuación de los servicios de salud a las necesidades de la población,
entre otros. De esta manera, su intervención debe trascender los problemas de Salud Mental,
relacionándose con todas aquellas problemáticas que atañen a la salud. Ello vuelve innegable
el aporte del psicólogo al área de los servicios de salud y la búsqueda del bienestar psicosocial.

En Chile, ha habido intentos para sistematizar el quehacer de la Psicología en el ámbito de la


Salud, abriéndose una subárea para la formación de los psicólogos, denominada Psicología de
la Salud. Dicha iniciativa ha tenido un lento desarrollo (Montecinos & Preciado, 1990), razón por
la cual, hoy es mínima la presencia de dichos especialistas, participando en los sistemas de
salud.

Sin embargo, gracias al advenimiento de la comprensión de la salud como proceso


biopsicosocial y ambiental, se ha ampliado el campo para el quehacer psicológico, lo que
resaltaría la necesidad de un mayor involucramiento de la Psicología en el servicio de AP.

En ese sentido, se ha discutido a nivel internacional la comprensión de los aportes específicos


que esta disciplina puede realizar, relevándose así sus contribuciones en tanto actividades de
prevención de las enfermedades y promoción de la salud, bajo criterios ajustados al fomento de
la salud y no a la cura de la enfermedad. (Tobón & Nuñez, 1997). En consecuencia, se ha
reconocido que si se sigue una lógica con énfasis en lo promocional y preventivo, se tendrán
actividades más eficientes que si se persiste en el trabajo clínico individual tradicional. (Morales,
1999)

Así, entre las perspectivas de intervención psicológica en el Sistema de Salud, destacan las
actividades orientadas hacia la promoción. Dicha área se preocupa en fomentar en los usuarios
la incorporación de estilos de vida saludables que les protejan de diversas enfermedades y les
permitan sostener una buena calidad de vida. (Alfonso, 2003).

Por otra parte, y en materia de prevención, el aporte de la Psicología desde la AP se orienta


hacia llevar a cabo acciones que permitan reconocer los factores de riesgo “en el ámbito de lo
biológico, lo psicológico y lo social (para después de esto pasar a) modificar los factores de
riesgo psicológico específicos en las enfermedades estudiadas” (Tobón & Nuñez, 1997, p. 8).
Se ha señalado la necesidad de realizar intervenciones que valoren el involucramiento en
terreno, que supongan la participación comunitaria y la educación. (Ospina, 1993).

21
3.3 Rol del Psicólogo en Salud Sexual

3.3.1 Definición de Rol


Usualmente, el concepto rol ha sido asociado a aquellos deberes específicos
asignados a la persona que ocupa un determinado lugar o puesto en una
organización social, siendo éste responsable del cumplimiento de dichos deberes o
de hacer lo necesario para satisfacerlos (Larragaña, 2001). Es posible identificar que
dicha definición enfatiza la noción de deberes asociados a la consecución de
objetivos, como también, la deliberación que realizan los sujetos acerca de la
relación causal entre sus acciones y la consecución de dichas metas.
Otros autores han ampliado la concepción de lo que abarcaría el concepto de rol,
incluyendo otras dimensiones que incluyen y destacan la subjetividad de la persona
(Pizano, 1999). En ese sentido, postulan una visión multidimensional del rol, que
comprende específicamente 4 niveles, a saber: 1) nivel actitudinal, que corresponde
a las normas que gobiernan los derechos y obligaciones del rol; 2) nivel conductual,
relacionado con las actividades que se llevan a cabo; 3) nivel emocional o afectivo,
asociado a la satisfacción con el rol; y 4) nivel simbólico, que indica los diferentes
significados del rol dado por los sujetos.
Dados los propósitos de la presente investigación, se utilizará como referente la
última propuesta para indagar respecto al rol que poseen los psicólogos de AP en
materias de SS.

3.3.2 Psicología y Preocupaciones Sexuales


Desde la conceptualización propuesta por la OMS-OPS respecto a la SS, es posible evidenciar
como una categoría a las preocupaciones sexuales. Estas abarcan a todas aquellas
situaciones ligadas a la salud y el bienestar sexual (ver anexo 2), por lo cual, se ha destacado
la especial atención que debiese otorgarles el sector salud, puesto que su permanencia e
irresolución quebranta la SS, y por ende, la salud general de la persona. Del mismo modo, su
aparición pudiese indicar la presencia de otros problemas de salud, y en el caso de no intervenir
en función de su resolución, estas pudiesen ocasionar y perpetuar otros trastornos en la
persona, familia y comunidad. Por ello, se ha hecho un llamado internacional a promocionar la
SS de la población, recomendando instaurar medidas preventivas y educativas, a través de la
ejecución de programas de atención integrados y adecuados (OPS-OMS, 2000).

22
En nuestro país, gracias a la propuesta Gubernamental de Sexualidad 2000-2006 elaborada por
el MINSAL, se la logrado enfocar la atención en SS en tres áreas de acción, realizadas en los
centros de AP: Educación Sexual, Consejerías Sexuales e Intervenciones Terapéuticas
(evaluación diagnóstica y derivación). En sentido general, estas medidas buscan fomentar la
prevención y promoción en materias de sexualidad, destacando entre sus acciones la entrega
de información, el desarrollo de actitudes y valores sexuales, la promoción de habilidades
interpersonales para el logro de intercambios sexuales, y fomentar una reflexión crítica respecto
de los roles sexuales (MINSAL, 2002).
En el área de las preocupaciones sexuales se ha recomendado el abordaje y atención desde
los servicios de salud a partir de una amplia gama de profesionales que a menudo no necesitan
capacitación clínica especializada (OPS-OMS, 2000), así también se ha relevado la
participación de los psicólogos, puesto que se consideran como los profesionales más
preparados para dar cuenta de la sexualidad desde una mirada integral (Paiva, 2008). En
sentido general, se espera un trabajo desde un equipo interdisciplinario, en el cual se logre la
atención integral.

Educación Sexual
Si bien en Chile no existen estipulaciones específicas respecto al rol del psicólogo en la
Educación Sexual, el Colegio de Psicólogos de Madrid hace varias décadas logró delimitar sus
funciones en dicha área (Gonzáles, 1984).
Entre ellas, se encuentran aquellas medidas orientadas a la Orientación y Asesoramiento, que
tienen como objetivos: responder a las demandas puntuales de los usuarios, parejas y grupos
que surgen como preocupaciones sexuales; así también, colaborar en todas aquellas instancias
y con todos aquellos organismos que requieran definir proyectos, planificaciones, actividades de
intervención o evaluaciones en la comunidad, relacionadas a la sexualidad, como por ejemplo,
los programas de educación sexual realizados en el ámbito escolar y de orientación sexual; en
ese sentido, destacan actividades que faciliten el acceso a materiales y recursos de reciente
difusión y la coordinación de grupos y actividades desarrolladas por los mismos protagonistas.

Otro aspecto que da cuenta de las funciones del psicólogo en materias de Educación Sexual,
son las medidas relacionadas a la Información, que buscan recoger, elaborar y divulgar
información referente a las actitudes y el grado de conocimiento sobre materias de sexualidad
en la comunidad usuaria de los servicios de salud. Así también, los psicólogos deberán
concretar los contenidos mínimos ofrecidos y contrastados en cada una de las actividades con
el apoyo de un material (folletos, carteles, paneles, guías de recursos, audiovisuales, etc.).
Por último, destacan sus funciones de Coordinación, en tanto es la característica organizativa
más peculiar en los equipos interdisciplinarios. Recoge y engloba las actividades que conforman
los programas y el trabajo de todos los participantes (lo hayan hecho en todas sus fases como

23
en una sola) ya sean componentes del equipo o colaboradores habituales o eventuales del
mismo (Gonzáles, 1984)

Consejerías Sexuales
Los requisitos propuestos por el MINSAL para los profesionales a desempeñarse como
consejeros, conciben a “personas capacitadas para facilitar a otros el análisis de sus problemas,
identificar y desarrollar soluciones y tomar sus propias decisiones” (MINSAL, 2002, p.131). Por
lo tanto, las habilidades requeridas para su realización son la empatía, escucha, asertividad al
informar, imparcialidad en tanto a juicios morales, capacidad de promover diálogo y reflexión,
competencia en apoyo psicológico (que permitan al paciente identificar y explorar sus
sentimientos), promoción de autonomía y velar por la confidencialidad (MINSAL, 2002). De esta
manera, las competencias y conocimientos de los psicólogos favorecen una intervención acorde
a la complejidad de la SS.

En este punto, es importante considerar que la SS no está ajena a la vida personal de quienes
integran los equipos de salud, pudiendo experimentar fenómenos personales que serán
necesarios conocer y manejar (rechazo, rabia, sentimientos encontrados, prejuicios, etc). Estos
contra sentimientos pueden interferir en el establecimiento de la relación de confianza y
confidencialidad con el usuario y en la estabilidad emocional del profesional (MINSAL, 2002),
dificultades que un psicólogo está preparado para afrontar, dadas sus competencias en el área
de lo interrelacional.

Cabe destacar hasta la actualidad las consejerías sexuales han favorecido principalmente
materias de SR, teniendo por objetivo la prevención de la aparición de enfermedades de
transmisión sexual, disminuir los embarazos en adolescentes, y favorecer la toma
de decisiones informada en SSR, específicamente a todas aquellas personas que
soliciten servicios de Regulación de la Fertilidad. (Subsecretaría de Salud Pública, 2008)

Intervenciones Terapéuticas
En estas intervenciones se ponen en juego las habilidades, competencias y destrezas que
presentan los profesionales de AP, para poder reconocer el estado de SS de los consultantes.
Debido a que la sexualidad tiene múltiples dominios, se debe realizar una recopilación en los
distintos ámbitos de la persona, a saber, biológica, psicológica, social, interaccional y cultural
(MINSAL, 2006). Por ende, la meta es que todos los profesionales de AP sean capaces de
reconocerlas y realizar una adecuada derivación. Puesto que las intervenciones son parte de la
labor del especialista en el tema (MINSAL, 2006), se releva aquí el trabajo del psicólogo en
cuanto a reconocer las variables psicológicas implicadas en la SS.

24
3.3.3 Psicología y Problemas Sexuales

Es posible mencionar el aporte de la Psicología dentro de la categoría de Problemas


relacionados a la SS antes descrita, en cuanto al VIH/SIDA, violencia sexual y disfunciones
sexuales.

En diversos estudios se manifiesta el aporte del psicólogo en el complejo abordaje del


VIH/SIDA, específicamente en el cuestionamiento de aspectos esenciales como la sexualidad,
vulnerabilidad, discriminación y muerte, donde se identifica el posible aporte en los cuidados
paliativos (Barbero, 2006). De igual manera, resulta sumamente necesario que pacientes con
VIH/SIDA reciban un tratamiento integral que incluya a la Psicología para lograr una mayor
adherencia y apoyo emocional, y que favorezca mejoras en la respuesta inmune que podría
verse deteriorada (Swofford & Pérez, 2006).

Con respecto a la violencia sexual, se vislumbran aportes de la Psicología en distintos aspectos.


En el Abuso Sexual Infantil, el profesional puede aportar desde la prevención, detección,
evaluación y tratamiento (COPC, 2009). En cuanto al abuso en mujeres, el psicólogo puede
contribuir a la realización de tratamientos grupales, reconocidos como una de las intervenciones
más eficaces (Duque, 2005). Así mismo, se reconocen algunos principales aspectos del
tratamiento psicológico a víctimas de violencia sexual en el sector salud, como la expresión de
sentimientos y la contención emocional (IPAS, 2007).

En lo referido a problemas de disfunción sexual, las acciones a seguir para su manejo son, en
principio, clasificar la disfunción sexual, según su origen, sea este orgánico o psicológico.
En caso de haber prioridad de dicho segundo aspecto, se reconoce que los psicólogos son los
profesionales más competentes en proporcionar a una mayor ayuda al paciente, para que este
reconozca y pueda resolver el conflicto psicológico que condujo la aparición o mantención de la
disfunción sexual acontecida (Alcoba et al, 2004). De este modo, es importante realizar una
evaluación psicológica dentro de una intervención integral e interdisciplinar de las DS, para
evaluar la existencia o no de antecedentes relacionados a psicopatologías, abusos sexuales,
separaciones traumáticas, baja autoestima o incapacidad de enfrentar problemas (Alcoba et al,
2004)

Finalmente, y considerando todos los aportes manifiestos que los psicólogos pueden otorgar en
las dimensiones de la SS, se constata que las diversas áreas abocadas específicamente al
tratamiento de las preocupaciones sexuales, son espacios fértiles para el desempeño de
dichos profesionales en el Sistema de Salud. Así, específicamente en los servicios de AP, las

25
consejerías sexuales y la Educación Sexual, pudiesen ser futuros campos de desempeño para
los psicólogos, favoreciendo la atención a los usuarios, en relación a la promoción y prevención
en SS.

III. OBJETIVOS

Objetivo General
Conocer el rol que cumple el psicólogo de AP en el abordaje de la SS.

Objetivos Específicos
-Conocer las percepciones del psicólogo de AP con respecto a su práctica en SS.
-Describir las prácticas del psicólogo de AP en el área de Consejería Sexual, Educación Sexual,
Intervención Terapéutica.
-Describir la inserción del psicólogo de AP en el nuevo Enfoque Biopsicosocial.

26
IV. MARCO METODOLÓGICO

1. MARCO TEÓRICO METODOLÓGICO


1.1 Fundamentación del uso de la metodología cualitativa
La metodología hace referencia al modo en que son enfocados los problemas y se buscan
respuestas en el proceso investigativo. De acuerdo a los objetivos planteados en el presente
estudio, se empleó una metodología de tipo cualitativa, cuyos hallazgos responden a un
procedimiento no estadístico o matemático de interpretación (Strauss & Corbin, 2002). Esta
permite estudiar fenómenos cuya naturaleza requiere de interpretaciones más complejas, ya
sean sentimientos, emociones o procesos de pensamiento. De esta forma, resultó adecuado
para la profundización en las percepciones de los psicólogos del rol que ejercen en la AP de
salud y en sus prácticas. Específicamente, en las percepciones de los propios psicólogos y de
aquellos a cargo de los Centros de Salud en el tratamiento de la SS por parte de dichos
profesionales.

La metodología cualitativa consiste en la descripción detallada de hechos, personas e


interacciones que son observables, incorporando además las reflexiones y experiencias de los
participantes desde su propia perspectiva. Además, supone una realidad múltiple, multipersonal
y construida, de esta manera, el investigador y sus valores son parte de la realidad investigada.
Es así como el conocimiento no es neutro ni aséptico, si no que es relativo a los significados de
los seres humanos en interacción (Pérez Serrano, 1994, citado en Ezquerra, C. & Jabbaz, M.,
2000).

Taylor y Bogdan (2000) postulan algunas características de la investigación cualitativa


relevantes de mencionar considerando los objetivos del estudio. La investigación cualitativa es
inductiva, por lo tanto, se desarrollan conceptos y comprensiones a partir de los datos
recopilados en el contexto al que pertenecen las personas. En este caso, se recogieron datos
directamente de los Centros de AP de salud, escenario que fue observado desde una
perspectiva holística; en donde personas, grupos y contexto fueron considerados como un todo.

27
De igual manera, se buscó comprender a las personas dentro de sus propios marcos de
referencia. Los investigadores fueron conscientes de los posibles efectos que ejercen en las
personas objetos de estudio y, por lo tanto, se empeñaron por controlar o reducir éstos al
mínimo. Así también, se realizaron esfuerzos por apartar las propias creencias, perspectivas y
predisposiciones para comprender las valiosas perspectivas de los entrevistados (Ezquerra &
Jabbaz, 2000).

1.2 Fundamentación del enfoque específico utilizado: Teoría Fundada


Dada la naturaleza del objeto a estudiar, y en concordancia con la elección de la metodología
cualitativa como paradigma de abordaje, se utilizó la Teoría Fundada como enfoque
investigativo.

Desde su definición, dicho enfoque ha sido calificado como un método efectivo para el
descubrimiento y conceptualización de diversos fenómenos sociales, puesto que tiene como
principal propósito la generación y construcción de teorías (Strauss & Corbin, 2002). En
consecuencia, el presente estudio se dirigió desde dicha perspectiva, en tanto el objetivo fue
generar conocimientos referentes al rol del psicólogo de servicios de AP de salud, respecto a
temáticas relacionadas con la SS.

La Teoría Fundada, como enfoque, se caracteriza por proponer un particular método de


recolección de datos, que se encuentra, a su vez, firmemente articulado con el procedimiento
de análisis. De este modo, estipuló la realización de un proceso investigativo abocado en una
sistemática recolección de datos asociados al fenómeno de interés, a partir de los cuales se
formuló un conjunto de conceptos teóricos que, una vez vinculados, constituyeron el marco
conceptual de la teoría. Así, como estrategia para su desarrollo, fue necesario el uso de un
método de análisis inductivo para el establecimiento del esquema conceptual (Corbin & Strauss,
2002).

De esta forma, sobrevienen la utilidad y privilegios de uso de la Teoría Fundada como


herramienta de investigación, en tanto crea una teoría enraizada en datos de la realidad (Corbin
& Strauss, 2002). La adopción de éste enfoque favoreció la obtención de datos desde la
percepción de los sujetos participantes, para desde allí proponer un marco conceptual
relacionado al rol que les compete.

Glaser & Strauss (1967), creadores del enfoque de la Teoría Fundada, forjaron una
diferenciación entre lo que llamaron Teoría Sustantiva y Teoría Formal. El primer caso, se

28
refiere a la indagación de un área en particular (por ejemplo, cuidado de enfermos,
delincuencia, investigación en organizaciones), por lo cual se utiliza como estrategia la
comparación de distintos grupos dentro del área que se pretende indagar. Por otra parte, la
Teoría Formal se orienta hacia la producción de conceptos (rol, estigma, autoridad, etc.),
utilizando entonces la comparación de una amplia variedad de casos que den cuenta del
concepto que se desea estudiar, y que no pertenezcan a una sola área.
Dado el interés del presente proyecto acotado al conocimiento del rol del psicólogo de AP en
temáticas de SS, se estableció que la diferenciación forjada por los creadores de la Teoría
Fundada no permite abarcar el objeto de estudio. Por ello se propuso la integración de ambas
estrategias en el proceso de investigación, en tanto se indagó el problema desde un área en
particular y sólo se investigó a sujetos pertenecientes a dicha área. En ese sentido, cabe
recalcar que el presente estudio buscó establecer un particular concepto, entendido como rol
del psicólogo, pero referido a un quehacer circunscrito en un área definida y a una temática en
particular, es decir, el abordaje de la SS en los servicios de AP.

2.- DISEÑO DE INVESTIGACIÓN

2.1 Dispositivo de muestreo


Se señaló como universo de estudio a todos aquellos psicólogos que formaran parte de centros
de AP de la Región Metropolitana, como también, a Jefes del Programa de Salud Mental. Tal
delimitación fue definida según el propósito teórico del proyecto investigativo. Estos sujetos se
caracterizaron por conformar parte de la estructura organizacional de los centros de AP de
Salud y estar estrechamente relacionados al quehacer de los psicólogos en actividades o
programas acotados a la promoción y/o prevención de la SS.

Dado que el presente proyecto adoptó a la Teoría Fundada como enfoque de investigación, se
utilizó como dispositivo de muestreo la Codificación Temática (Strauss, 1998), método que guió
la selección de la muestra en tanto se funda en un análisis reflexivo del investigador en torno a
la búsqueda de los sujetos y contextos que más favorezcan el propósito teórico.
Concretamente, este método se caracteriza por definir a priori los grupos que se investigarán.
Específicamente, la muestra se compuso de cuatro psicólogos y dos de sus respectivos Jefes
del Programa de Salud Mental de Centros de Salud Familiar (CESFAM) de distintas comunas
de Santiago.

2.2 Dispositivo de Recolección


En cuanto al procedimiento de recolección de datos, lo primero fue contactar a los sujetos
participantes a través de referencias de terceras personas, que facilitaron la entrada a los

29
Centros de Salud de AP, mediante una búsqueda telefónica. Una vez informados acerca de los
objetivos del presente estudio y firmada la Carta de Consentimiento Informado, se realizaron las
entrevistas en las fechas y lugares que acomodaban a los entrevistados. Estas fueron
registradas mediante el uso de una grabadora de audio.

Para conocer las prácticas y percepciones de los psicólogos en torno a su participación en el


abordaje de la SS, se utilizó como instrumento de recolección de datos la entrevista semi-
estructurada.
Se comprendió la entrevista como un acto de interacción personal entre dos personas donde se
efectúa un intercambio de comunicación; a través de éste, el entrevistador trasmite interés,
empatía y confianza, mientras que el entrevistado devuelve información personal en forma de
descripción, interpretación y evaluación (Ruiz, 2003). El sujeto participante transmite entonces
sus significados, perspectivas e interpretaciones en torno al fenómeno de estudio, de acuerdo
al cómo las experimentan y clasifican.

Específicamente, la entrevista semi-estructurada se caracteriza por ser no-directiva. De esta


forma, se utilizó una pauta-guía flexible, en tanto sus preguntas fueron reformuladas para
acomodarse a cada entrevistado y al ritmo de la entrevista. Se conformó, principalmente, por
preguntas abiertas que permitieron al entrevistado explayarse en sus respuestas.
En materias de contenido, las preguntas estuvieron orientadas a la obtención de información
respecto al rol del psicólogo en temáticas de sexualidad. Por esta razón, indagaron en las
diferentes dimensiones del concepto rol, conceptualizadas desde un nivel actitudinal (normas,
deberes, responsabilidades y/o objetivos), conductual (actividades del rol), emocional o afectivo
(percepciones respecto a la satisfacción con el rol) y simbólico (significados del rol) (Larrañaga,
2001; Pizano, 1999).

El proceso de recolección de información finalizó al producirse la saturación de información, la


cual se constató a través de una última entrevista. Dicho encuentro puso término al proceso de
recaudación de datos, al verificar mediante el nuevo relato, el rebosamiento de información,
redundando en los hallazgos previamente realizados.

2.3 Dispositivo de Análisis


El proceso de análisis de los datos recopilados a partir de las entrevistas semi-estructuradas, se
realizó por medio de la técnica conocida como microanálisis. Esta se caracteriza por ser un
trabajo en detalle, línea por línea, necesario para la generación de categorías y sus
interrelaciones.

30
Se desarrolló, así, un proceso de codificación abierta, el cual supuso la interpretación y
organización de los datos, para posteriormente realizar comparaciones entre estos y poder
identificar, construir y relacionar conceptos. Dicho proceso de conceptualización permitió reducir
grandes cantidades de datos por medio de su agrupación a partir de propiedades similares. Así,
teniendo datos más pequeños y manejables constituyendo categorías, se inició el proceso de
codificación axial, donde se relacionaron dichas categorías con subcategorías que explicaban el
fenómeno abarcado. Para tal objetivo se realizó un esquema de clasificación, facilitando un
ordenamiento conceptual que permita dar cuenta de las dimensiones, propiedades e
interrelaciones de las categorías. De esta manera, se constituyó e integró el marco conceptual
de la teoría (Strauss & Corbin, 2002).

Finalmente, mediante el proceso de codificación selectiva se determinó la categoría central que


permitió reunir y explicar las categorías principales en un todo explicativo. Su propósito
persiguió la integración del cuerpo teórico, que extendiera “el análisis de una manera que
también incluya interpretaciones” (Wolcott, 1994, citado por Strauus & Colbin, p.21). Además,
se redefinió la teoría quitando los datos excedentes y completando las categorías poco
desarrolladas.

Cabe mencionar que se tomó como resguardo metodológico, la técnica cualitativa de la


Triangulación de investigadores para favorecer la objetividad en el análisis de los datos
recopilados. Se redujeron los sesgos de utilizar un único investigador en la recopilación y
análisis de datos y se agregó consistencia a los hallazgos encontrados (Okuda & Gómez-
Restrepo, 2005). De esta manera, cada entrevista se realizó con la presencia de dos
entrevistadoras, mientras que aquella que no participó colaboró con su mayor objetividad
durante el análisis de los datos.

3. PROCEDIMIENTOS ÉTICOS

En la presente investigación se trabajó en directa relación con profesionales de la AP, por lo


que se realizaron ciertos compromisos éticos que perseguían su protección.

En primer lugar, se solicitó autorización a la autoridad correspondiente del CESFAM a


intervenir, en este caso al Jefe de Salud Mental, comunicándosele los objetivos, sentido y
alcances de la investigación.
De la misma manera, los entrevistados permanecieron en estricto anonimato, por lo que sus
nombres reales y cualquier característica que permita su identificación no fueron revelados,
experimentando modificaciones. Por otra parte, la información conseguida en las entrevistas se

31
utilizó con la única finalidad de expandir y contribuir el conocimiento en el área, por lo tanto,
será de exclusivo acceso de los investigadores, resguardando la confidencialidad de los relatos
hechos por los participantes. Dichas entrevistas fueron conservadas mediante una grabación en
audio, con el previo consentimiento de los individuos.
Los entrevistados decidieron libremente sobre su participación en la investigación luego de
firmar la carta de consentimiento informado (anexo) donde se explicaron los procedimientos a
seguir, objetivos del proyecto, rol que ellos cumplirían, además de asegurar que no se
atentaría de ninguna forma ante sus derechos y bienestar.
En el mismo documento, se incluyeron los datos de contacto de las supervisoras a cargo, para
que los partícipes pudieran acudir a ellas ante cualquier duda. A su vez, se recolectaron datos
de los sujetos con el propósito de enviar los resultados finales de la investigación en un informe.

32
V. ANÁLISIS DE RESULTADOS

CATEGORÍA CENTRAL: Ambigüedad del Rol del Psicólogo en Salud Sexual

1.- DISPOSICIONES INSTITUCIONALES PARA EL ABORDAJE DE LA SALUD SEXUAL

Los diferentes entrevistados hicieron referencia a la relevancia de las disposiciones


ministeriales en relación a la definición y delimitación de su rol. En ese sentido, dan cuenta de
la inespecificidad a la que se ven enfrentados en materias de Salud Sexual, como también a las
limitantes que pone el Sistema de Salud para un abordaje proactivo.

1.1 Inexistencia de estandarización del rol de psicólogo en el abordaje de la Salud


Sexual
En las diferentes entrevistas, los psicólogos manifestaron que la falta de protocolos y
reglamentos que especifiquen su labor en el abordaje de la Salud Sexual restringe sus
prácticas, y por tanto, su aporte en dicha área.

“Lo que pasa es que en salud sexual no hay protocolos, no es como… no puedo
darte cosas tan definidas porque no tenemos protocolos que nos guíen, ¿me
entendí?” (Magdalena, párrafo 36).

Al no existir estandarización acerca de cómo abordar problemáticas de Salud Sexual, la


participación del psicólogo en estas temáticas depende de sus propios criterios, conocimientos
teóricos e intereses. De esta manera, dado el vacío protocolar existente, poseen libertad en la
toma de decisiones con respecto a qué es adecuado, conveniente e importante tratar en cuanto
a la Salud Sexual.

“(…) pero tiene que ver con las motivaciones personales, si alguien en este Centro
de Salud le preocupa mucho, mucho la Salud Sexual y Reproductiva y quiere

33
hacer algo, seguro que lo podría hacer, pero son motivaciones personales”
(Ángela, párrafo 113).
“Podría a lo mejor de mi surgir algo y hacerlo, pero eso es una iniciativa personal y
tiene que partir por uno... y la pega la tiene que hacer uno, uno tiene que ver las
cosas, ¿cachai?” (Ángela, párrafo 94).
“Mira, yo tengo la sensación de que existe la libertad de definir eso… yo siento que
lo primero que uno tiene que hacer, al menos lo que yo hago, es ver si el tema es
competencia mía, o sea si yo puedo resolverlo desde acá (…) probablemente me
quedaría con el caso e intentaría intervenir con ella” (Fernando, párrafo 49).

En consecuencia, los entrevistados manifiestan sentirse con la libertad de ahondar en temáticas


de Salud Sexual. Sin embargo, dichos espacios no son aprovechados, ya que la demanda por
parte del MINSAL, no la incluye dentro de las metas en Salud Mental. El quehacer del
psicólogo se encuentra limitado por el cumplimiento de metas prescritas para el área de Salud
Mental de los CESFAM, siendo estas prioridades en la orientación y programación de sus
intervenciones.

“(…) Ellos (MINSAL) envían supuestamente recursos a los CESFAM para que
nosotros cumplamos esas metas, no otras... o sea, no podemos poner ni más ni
menos, porque nosotros también... tanto infraestructura como recursos humanos
son calculados supuestamente para llegar a esas metas... es decir, tener 750
pacientes en tratamiento de depresión, 75 pacientes ingresadas este año por VIF,
por ejemplo, 60 de alcohol y drogas y 30 infanto-juvenil…” (Daniela, párrafo 28)

Por lo tanto, se observa como la inexistencia de estandarización del rol del psicólogo en
el abordaje de la Salud Sexual, repercute paradojalmente en su quehacer; por un lado la
inespecificidad otorga libertades en el ejercicio profesional, mientras que, al mismo
tiempo, las metas, prescripciones y normativas establecen limitantes.

1.2 Permanencia Perspectiva Biomédica


Mediante el discurso de los diferentes actores entrevistados, tanto psicólogos como Jefes del
área de Salud Mental, se evidencia la persistencia de la perspectiva biomédica en el abordaje
de la salud. Específicamente, es posible observar cómo la atención se limita al tratamiento de la
enfermedad por sobre la prevención y la promoción de la salud, a pesar de su condición de
CESFAM.

34
“Como Atención Primaria es lógico, por que además este es un contexto médico…
por lo tanto, la gente no viene aquí a consultar por problemas psicológicos, viene
por un problema médico” (Adán, párrafo 31)
“A mi me da la sensación de que el tema de lo sexual va a estar siempre
relacionado con lo genital, entonces la consulta es primero al ámbito médico…
matrona o algo así” (Fernando, párrafo 76)

Los psicólogos entrevistados están conscientes de su acoplamiento al sistema de salud, regido


aún por el modelo Biomédico. Si bien consideran que ya se debiese haber concretado el
modelo de Salud Familiar, operan en función de los modos tradicionales. Lo que se observa, en
la manera en que focalizan su tiempo y recursos al cumplimiento de metas que responden a
expectativas orientadas al tratamiento de patologías.

“O sea, todos los profesionales psicosociales se adaptan al sistema de salud (…)


sin ser esa su área, tienen que empezar a funcionar desde el área de salud,
enfermedades” (Sonia, párrafo 73).
“Este contexto en el que están ustedes ahora es un consultorio, es un centro de
asistencia de salud organizado por médicos y, por lo tanto, lo psicológico es… más
bien… un apoyo a esa asistencia médica” (Adán, párrafo 40).

En su abordaje, la sexualidad es reducida exclusivamente a lo biológico, desconsiderando las


demás dimensiones que la componen desde una visión integral. De esta manera, lo psicológico
de la Salud Sexual es invisibilizado como factor que pudiese estar a la base, tanto como causa
o como perpetuador de los fenómenos.

“La Salud Sexual aparece un poquito más asociada a la matrona que a lo


psicológico” (Adán, párrafo 40).
“En cuanto a la parte sexualidad propiamente tal, se ve solamente la parte
biológica… es un modelo totalmente biomédico y que debería ya ser distinto,
porque somos un Centro de Salud Familiar, tenemos un modelo de salud familiar
que es biopsicosocial… no debiéramos ser tan, tan cuadrados” (Sonia, párrafo
144).

Los psicólogos identifican su escasa participación en el tratamiento de temas relacionados con


la sexualidad y reconocen que éste se encuentra al mando de las matronas. Cuando llegan
motivos de consulta en problemáticas sexuales, la matrona es el profesional que se hace cargo,
a pesar de que no existan protocolos especificados para su abordaje. El equipo de salud acepta
y valida este manejo aún cuando conocen el carácter biomédico de sus intervenciones.

35
“Históricamente este es un tema que manejan las matronas acá, las matronas son
las que ven todo el tema de la Salud Sexual y Reproductiva… ellas, ellas tienen el
mando acá” (Ángela, párrafo 93)
“Todo lo que tenga que ver con orientación sexual lo hacen las matronas… por lo
menos es lo que yo tengo entendido acá” (Fernando, párrafo 82)
“(Lo sexual) es mucho más campo de la matrona que del psicólogo” (Magdalena,
párrafo 88)

Considerando las citas anteriores, es posible concluir que el campo de la Salud Sexual no es
abordado desde una perspectiva biopsicosocial, por lo tanto, los fenómenos no son
comprendidos en su total integridad. Así, se evidencia que la compleja transición hacia el nuevo
modelo de atención, no ha podido concretarse, predominando aún la mirada biomédica.

2.- CARACTERÍSTICAS DEL PSICÓLOGO EN EL ABORDAJE DE LA SALUD SEXUAL.


En las distintas entrevistas se aprecian ciertas características comunes que destacan dada su
persistencia y transversalidad, las que dan cuenta del quehacer particular del psicólogo de
atención primaria en el abordaje de la Salud Sexual.

2.1 Invisibilización de la Salud Sexual como temática de abordaje psicológico en


los CESFAM

A través de los discursos de los profesionales es posible distinguir que existe un reconocimiento
de la importancia que tiene la salud sexual en la calidad de vida de las personas; ésta es
considerada como parte fundamental del desarrollo integral y saludable del ser humano.

“¿Cómo entiendo yo la salud sexual? Como una...un área muy importante en la


vida de las personas” (Sonia, Párrafo 2)
“(…) La salud sexual yo lo enfocaría desde ahí ¿cachai? del desarrollo ponte tu de
la sexualidad mas allá de lo genital, así como el desarrollo digamos general del
individuo” (Fernando, Párrafo 25)

Sin embargo, a lo largo de las narraciones, se pone de manifiesto una tensión ante tal
concepción de la Salud Sexual. Por una parte, es concebida como un aspecto relevante en la
calidad de vida de los individuos, mientras que por otra, es considerada como un tema
secundario, en la cual no sería necesario ahondar.

36
“Siento que es importante pero tengo la certeza de que hay 800 cosas más
importantes...” (Ángela, párrafo 137)
“No es la idea tampoco, no es la función de los psicólogos hacerla tema, hacer un
problema a un paciente que no lo ve” (Adán, párrafo 110)

Los entrevistados dan cuenta de una invisibilización de las temáticas de Salud Sexual por parte
de los usuarios del sistema de salud, la cual a su vez es mantenida mediante los relatos de los
propios psicólogos y jefes del área de salud mental. Se mantiene por tanto invisibilizada dicha
materia, no generándose datos al respecto como tampoco programas de abordaje.

“(…) Pero no es un tema que yo siento que esté así, que sea tan visible” (Ángela,
Párrafo 112)
“Lo que se cuantifica en el fondo es depresión, violencia intrafamiliar, lo que tiene
que ver con infanto-juvenil y alcohol y drogas. Todo lo otro no es cuantificable por
lo tanto es difícil obtener números, tendríamos que revisar la ficha de todos los
pacientes del día nomás.” (Magdalena, Párrafo 80)

A partir de esto, es posible observar la incongruencia con que los entrevistados se refieren a la
importancia otorgada a la Salud Sexual, manifestada entre el discurso sostenido y las prácticas
concretas a la que abocan su tarea. Así, no quedaría totalmente claro el lugar en que los
entrevistados posicionan a la Salud Sexual.

2.2 Pasividad y escasa mirada crítica


En cuanto a la reflexión que realizan los propios entrevistados del sistema de salud y de su
quehacer, destaca la pasividad ejercida por los psicólogo/as, éstos no exponen una visión
crítica de los fenómenos, más bien cumplen sin mayor cuestionamiento las leyes y normas
establecidas.

“(Se pregunta por cómo evaluaría al CESFAM en torno al trabajo en el área de


Salud Sexual). Es que no conozco bien lo que se hace, es que no es algo
especifico es como parte de las consultas como cualquier consulta.” (Magdalena,
párrafo 153)
“Y que me gustaría saber cuál crees tu que es tu aporte como en este contexto
particular, tu como psicólogo en cuanto a la salud sexual. Cual podría ser tu aporte,
o cual esta siento tu aporte.
F: “Si seguimos con la auto critica yo siento que ninguno po, efectivamente, tu me
haces la pregunta ahora y yo me lo pregunto y digo... mmm ... claro
no...”(Fernando, párrafo 94-95)

37
“No es a modo de excusa pero te insisto uno muchas veces, muchas veces se
queda con lo que hay ponte tú” (Fernando. Párrafo 96)

Los relatos muestran cómo los psicólogos se enfrentan ante el Sistema de Salud, desde una
perspectiva poco informada y más bien automática, acatando pasivamente el funcionamiento
del sistema, por lo que no se posicionan como agentes de cambio.

“Intentamos (trabajar desde el Modelo Biopsicosocial), no te puedo negar que


muchas veces nos vemos así como enfrascados un poquito, así como en continuar
la dinámica que te decía” (Fernando, párrafo 67).

En el plano relacionado a la Salud Sexual propiamente tal, plantean que es posible realizar
aportes, puesto que en general está la disposición por parte de los superiores a aceptar sus
propuestas.

“ Sí, o sea, acá en general te dicen que sí a todo… no todo, pero si yo quiero, por
ejemplo acá si quieres hacer talleres (...)como psicoterapia ponte tu, que pueden
ser los menos médico posible…” (Ángela, párrafo 112)
“Por ejemplo, yo me imagino, ponte tu, si yo algún día llegara así con un programa
que enfocara eso ponte tu y se lo presentara a mi jefe y le diría (…) yo tengo la
sensación de que si efectivamente, dirían mira que interesante, o mira que bueno.”
(Fernando, párrafo 87)

De esta forma, existe la sensación de que si ellos plantean nuevas propuestas o programas
estos serian aceptados. No obstante, se puede desprender del discurso que en la práctica no se
dan tales situaciones, lo que señala la existencia de una nueva tensión. Si bien sienten que
existen los espacios para desarrollar y llevar a cabo sus ideas, estos no son aprovechados.

“A lo mejor mi aporte en ese sentido es como bien escaso. Porque.... ahora que tu
me lo preguntai y estoy hablando de esto yo tengo la sensación de que claro
efectivamente podría haber una posibilidad de implementarlo como una lógica”
(Fernando, Párrafo 90)

Entonces, se evidencia la pasividad con la que responden a su quehacer, en tanto,


desaprovechan las oportunidades de implementar nuevos proyectos. Además, la poca
reflexividad manifestada no contribuye a un cuestionamiento acerca de su rol, que
beneficie su desarrollo profesional.

38
2.3 Emociones asociadas a su desempeño en el abordaje de la Salud Sexual:
Frustración y Desesperanza

Existen ciertos sentires que acompañan el quehacer de los psicólogos en este contexto
específico, emociones que resultan fácilmente identificables a través de los discursos, tales
como frustración y desesperanza

“Entonces hay veces en que por ejemplo alguien dice si yo creo que tiene que ir, y
tu miras la ficha y ella ha tenido 500 abandonos de la psicología... Entonces uno ya
empieza a conocer las intervenciones” (Ángela, párrafo 22)
“(…) de alguna manera siento que tu podi hacer mucho desde acá, pero yo siento
a la vez que esto es una fuente inagotable de frustraciones” (Fernando, párrafo 56)

Las mismas emociones se observan en el desempeño que realiza el psicólogo en el abordaje


de la SS.

“ (...) yo en general no, en sesión no hago toda la intervención para explicarle a la


gente que el tema es súper normal y que no se qué... creo que es algo tan, tan, tan
cultural que tendría que estar ochocientas cincuenta sesiones sólo para trabajar que
la sexualidad es un tema que se puede trabajar tan como una depresión” (Ángela,
párrafo 97)

“En lo sexual es lo mismo, o sea años que vienen funcionando bajo la misma lógica,
cambiarles eso es profundamente difícil (…)” (Fernando, párrafo 62)

“(...) porque insisto como y te decía al principio a mi me da la sensación de que el


tema de lo sexual va a estar siempre relacionado con lo genital, entonces la
consulta es primero al ámbito medico... matrona o algo así.” (Fernando, párrafo 76)
“(…) un tema súper importante es el contexto sociocultural en que el consultorio
está, o sea, probablemente exista mucho problema de salud sexual, pero las
personas muchas de ellas no sabe” (Adán, párrafo 74)

Los profesionales sienten que es sumamente difícil intervenir en el ámbito de la Salud Sexual,
debido a que hay creencias y una cultura a la base sumamente arraigada, las que son
vivenciadas como un gran obstáculo imposible de sobrepasar, lo que genera frustraciones y
falta de esperanza en los posibles cambios.

39
Concluyendo este punto, se destaca que la invisibilización de la Salud Sexual como temática
relevante a abordar, la pasividad y escasa mirada crítica, además de la frustración y
desesperanza caracterizan el rol del psicólogo en el abordaje de la Salud Sexual.

3.- ARGUMENTOS SOSTENEDORES DEL ROL.

En los discursos de los profesionales entrevistados, aparece constantemente la externalización


de la responsabilidad del escaso abordaje psicológico de la Salud Sexual. Específicamente, es
posible identificar dos grandes justificaciones; la primera, en relación a los usuarios y a la
sociedad, mientras que la segunda, hace referencia a las instituciones a cargo de la salud en
nuestro país.

3.1 Externalización Social de la Responsabilidad


Los psicólogos explican la mantención de su rol en materias de sexualidad a través de
justificaciones que apelan a características de la población usuaria del centro de salud. Afirman
que las problemáticas en Salud Sexual no son un motivo de consulta común y que en pocas
oportunidades aparece como factor secundario a otro problema.

“Es el contexto el que justifica que esto se de así, porque esto no es porque a
alguien se le ocurrió así como de la mala onda que no hagamos salud sexual, sino
porque la gente misma no (lo consulta) (…)” (Adán, párrafo 105)

En relación a ello, los psicólogos manifiestan que si es que la sexualidad aparece, sería
secundaria al motivo de consulta. De esta forma, su escasa importancia sería
responsabilidad de los usuarios, los que no consultarían por dichas temáticas.

“De repente cuando uno le pregunta (a los pacientes), o cuando están contando lo
que les ha pasado a ellas en su entorno familiar, aparece este tema, pero por ellas
no, no surge sola” (Ángela, párrafo 62).
“Es poco probable que la persona llegue por un problema de esos (de Salud
Sexual), por ejemplo, en general es un tema que sale a partir de otra consulta”
(Magdalena, párrafo 142)

En ese sentido, se releva cómo el Modelo de Atención Primaria de Salud esta consolidado en
un contexto social particular, el cual ha sido definido por los entrevistados como un escenario
difícil y multiproblemático. Esto se debería a que asisten mayoritariamente personas de escasos

40
recursos, lo que además se acompaña de urgencias y problemas que parecen más primordiales
que la Salud Sexual.

“(…) la población que asiste a este consultorio es una población que tiene muchas
carencias especiales (…)” (Adán, Párrafo 5)

Consideran que la sexualidad es, y ha sido, un tema polémico y poco discutido en nuestra
sociedad, más aún en los contextos donde se encuentran insertos los CESFAM. Se trata de un
asunto, generalmente, privado e íntimo, que no suele ser comentado ni discutido abiertamente.

“La sexualidad... eee... tiene que ver con eso, tiene que ver con una mirada que
viene, digamos, culturalmente dada de hace mucho tiempo, que está instalada y
que sacarla desde ahí, digamos, es un poco complejo” (Fernando, párrafo 62)
“Miles de personas, pero miles, no tienen idea lo que es un orgasmo, te dicen:
“pero yo no se si es un orgasmo”... obvio que no, entonces, si no lo sabe es porque
no lo ha tenido” (Ángela, párrafo 139).
“(… ) siento que es un tema que es más íntimo y, por lo tanto, es menos visible y,
por lo tanto, uno hace menos cosas” (Ángela, párrafo 127)

Se observa como los profesionales vislumbran desinterés en la población con respecto a las
temáticas de Salud Sexual. De manera similar, reconocen la presencia de mitos y
desinformación que dificultan la vivencia saludable de la sexualidad.

“Ahora yo pienso que es importante tener en cuenta que la población que asiste a
este consultorio es una población que tiene muchas carencias
especiales...históricamente, probablemente, muchas de las mujeres que nosotros
vemos están acostumbradas a vivir una sexualidad así, ¿me entiendes?...
entonces... como que tampoco la información de como la sexualidad puede vivirse
más sanamente es importante... por lo tanto, no consultan esos temas” (Adán,
párrafo 105)
“Yo creo que hay muchas que no tienen deseo o que no sienten placer pero que no
es tema pa' ellas, no es una queja... no, no sientes que sea algo por lo cual
preocuparse incluso... sienten que es parte de la vida, nadie les dijo que podían
pasarlo bien, que tenían que disfrutar o que, que era una alternativa el poder
disfrutar, no, les da mucha vergüenza...” (Ángela, párrafo 61)

41
Relevan el apego de la población al Modelo Biomédico de atención y la intención de resolver
rápidamente sus problemáticas a través de la medicina tradicional. La posibilidad de acceder a
una intervención psicológica es menos deseable que recibir tratamiento médico con fármacos
porque requieren de mayor tiempo y esfuerzo, además de tratarse de un método menos
conocido.

“Te insisto, tu cuando quieres instalarte desde el lado preventivo con la gente, a la
gente le cuesta porque quiere lo automático, cachai” (Fernando, párrafo 44)
“Uno les dice (a los pacientes): “ya bueno, ok su problema con una alteración de
salud mental, que se yo, vaya al psicólogo”, frena, ya no les encantó tanto la idea
porque andan buscando algo mucho más inmediato” (Ángela, párrafo 57)
“Ojalá por ellos hubiera una pastillita y que con eso se acabara el problema”
(Sonia, párrafo 32).

De esta manera, se observa la presencia de distintas justificaciones posicionadas en la


población para explicar el limitado abordaje desde lo psicológico de la Salud Sexual en los
CESFAM según los profesionales entrevistados. Resulta relevante mencionar que,
probablemente, esto signifique que la Salud Sexual no sea incorporada como temática en las
consultas e intervenciones con la población, perpetuando la escasez de su abordaje.

Escaso
abordaje de
la
sexualidad

SS
no es Premisa:
motivo de “La SS no es Usuarios no
consulta una interesados
necesidad” en SS.

Preferencia
de los
usuarios por
el abordaje
Biomédico

FIGURA 1

42
Fig. 1: A partir de la premisa institucional respecto a que “la Salud Sexual no es una
necesidad”, se pueden evidenciar cuatro factores que en conjunto sostienen la creencia en
dicho supuesto. Por una parte, los psicólogos manifiestan que la Salud Sexual no es un motivo
de consulta, de lo que además desprenden que los usuarios no estarían interesados en esta
dimensión de la salud. Asimismo, relevan el escaso abordaje social y cultural de la sexualidad,
manteniéndolo como un tema oculto y/o propio del espacio privado. Finalmente, su experiencia
con usuarios que prefieren un tratamiento médico, con su respectivo uso de medicamentos y
centrado en la búsqueda de soluciones rápidas, constituye el cuarto factor que favorece el
sostenimiento de la premisa mencionada. Todos estos factores evidencian como los
psicólogo/as justifican su pasividad en el abordaje de la Salud Sexual, responsabilizando así a
la población usuaria.
3.2 Externalización Institucional de la Responsabilidad
Los psicólogos desplegaron una serie de argumentos para explicar que la Salud Sexual no es
materia de su competencia. En ese sentido, señalaron que el programa para la atención en
salud no considera esta temática como parte de las necesidades a las que obedecen sus
prioridades y posteriores metas, razón que sostiene una práctica estrictamente limitada al
cumplimiento de las mismas, con una consecuente postergación de otras problemáticas como
es la Salud Sexual.

“(…) hay otros temas que si son mas prioridad o sea desde el ministerio en el
fondo y porque la gente también recién se esta abriendo a estos temas”
(Magdalena, párrafo 127-128)
“(…) aquí tenemos un gráfico con las actividades que tenemos que hacer, las
metas… y si tu te fijas en ninguna parte está (Salud Sexual) (Sonia, párrafo 90)

Así mismo, los psicólogos conciben que la poca disponibilidad de tiempo es otra limitante a su
práctica, en tanto deben orientarla principalmente a las metas perseguidas. Esto conlleva a una
difícil apertura a nuevas propuestas o proyectos.

“Entonces, se nos va el tiempo dentro de cumplir las metas, entonces por eso es
que no hay espacios (para la Salud Sexual)” (Sonia, párrafo 90)
“(La puesta en marcha de nuevos proyectos) depende del manejo de los tiempos
porque (…) los trabajos en comunitario se dirigen de acuerdo a ciertas actividades
que se comprometen a principio de año y esas actividades deben cumplirse”
(Adán, párrafo 89)
“(…) resulta que las prioridades son tantas que dentro de eso tu también teni que ir
viendo que es lo que tu puedes hacer en relación a los recursos y al tiempo
(Magdalena, párrafo 108)

43
“Yo creo que uno puede aportar desde muchos lados, el tema (de no intervenir en
otras áreas) pasa por que (…) uno esta mediado por metas, por objetivos, por la
hora, por la cuestión que tiene que hacer.” (Fernando, párrafo 86)

Escasez de Expectativas
Cumplimiento
tiempo para la
de Metas
práctica

Limitantes de
la práctica

FIGURA 2

Fig. 2: En función de los datos recopilados, es posible dar cuenta de tres principales limitantes
institucionales de la práctica del psicólogo de Atención Primaria en SS. En primer lugar, se
encuentra el cumplimiento de metas como principal objetivo a seguir, guiando el quehacer
profesional. En segundo lugar, se observa la escasez de tiempo con que cuentan los
profesionales para atender a los usuarios, lo que impediría una intervención de mayor
profundidad. Por último, se releva la falta de expectativas de los Centros de Salud Familiar para
la práctica del psicólogo en SS.

De este modo, los psicólogos se posicionan desde un rol pasivo en tanto a la instalación de
nuevas miradas a abordar. Así mismo, restringen sus criterios a los establecidos desde la visión
organizacional, invisibilizando sus apreciaciones o perspectivas personales. Esto habla de una
subjetividad puesta entre paréntesis, que conlleva un no cuestionamiento de lo normado.

44
“(...) éste es un espacio, nosotros somos una institución pública, tampoco podemos
llegar y poner sobre la mesa todo lo que yo creo que está bien, y todo lo que yo
creo que se debería hacer” (Ángela, párrafo 99)

“Por eso te respondo yo creo que uno puede aportar desde muchos lados, el tema
pasa por que eee... claro eee... uno esta mediado por metas, por objetivos, por la
hora, por la cuestión que tiene que hacer” (Daniela, párrafo 35)

Los psicólogos se manifiestan concientes de ciertas contradicciones asentadas en las


normativas establecidas por el Ministerio de Salud, las que serían vivenciadas como una
tensión para la orientación de su práctica. Estas contradicciones serían una manifestación de
una difícil transición hacia la instalación de las indicaciones propuestas por el Modelo
Biopsicosocial.

“Ahí si hay metas por ejemplo, de pesquisar, es que ahí hay una contradicción del
sistema, porque en el fondo lo que te piden es promocionar la salud y por otra
parte te piden pesquisar enfermedades, pero eso es algo que no se va a resolver
en un tiempo (Magdalena, párrafo 175)
“Intentamos (trabajar desde el Modelo Biopsicosocial), no te puedo negar que
muchas veces nos vemos así como enfrascados un poquito, así como en continuar
la dinámica que te decía (intervenciones médicas)” (Fernando, párrafo 67).

Prescripciones
Prescripciones Modelo
Modelo Biopsicosocial
Médico

FIGURA 3

Se manifiesta así que la instalación de los psicólogos en el Sistema de Salud es limitada y


estrecha, producto de prescripciones y normativas institucionales que restringen el despliegue
de un abordaje más integral.
Externalización Salud Externalización
Social Sexual Institucional
3.3 Tensión entre la externalización de la responsabilidad social e institucional:
sostenimiento e invisibilización de la Salud Sexual como materia de abordaje.

45
FIGURA 4

A través del discurso de los diferentes psicólogos, fue posible constatar la presencia de una
significativa tensión instalada en el límite entre la externalización de la responsabilidad social y
la institucional. Así, se observa que si bien los psicólogos consideran a la sexualidad como un
área fundamental del desarrollo humano, esta se problematiza por la desinformación e
inexactitud con que las personas suelen concebirla, lo que conlleva a una invisibilización del
problema por parte de los usuarios.
“(...) porque hasta el día de hoy igual el tema sexo es como sucio… se ve con esa
mirada… que no debiera ser” (Sonia, párrafo 130)
“(...) a mi me parece en verdad como aberrante la irresponsabilidad sexual,
aberrante…“ (Ángela, párrafo 81)
“(...) yo creo que lo importante que... que es comprender que la sexualidad sana se
tiene que dar en un contexto que los niños saben donde termina, o sea, por lo
menos condiciones de intimidad mínimas.” (Adán, párrafo 80)
“(...) probablemente exista mucho problema de salud sexual, pero las personas
muchas de ellas no sabe” (Adán, párrafo 74)

Señalan, entonces, debiese cambiarse dicha situación, sin embargo, explicitan que al no ser
meta para el Sistema de Salud, no es de su competencia orientarse al abordaje de las
problemáticas de Salud Sexual, y en ese sentido, tampoco es su responsabilidad informar a los
usuarios respecto a problemas en su vivencia de la sexualidad. Así, se invisibiliza y sostiene el
problema prescrito.

“(...) el de arriba (Ministerio de Salud) tiene que choquear pa’ abajo que nosotros
estamos como en lo mas local o nosotros somos los que tenemos que empezar a
generar que sea un tema país (…) siento que es importante, pero tengo la certeza
de que hay 800 cosas más importantes” (Ángela 135-137)
“(...) claro, eso del aspecto psicológico de la sexualidad está yo creo un poquito
descuidado en la atención primaria, porque tampoco es el tema, hay otras
cuestiones que tienen que ver, no se po, ¿cuáles son las GES? las depresiones”
(Adán, párrafo 62)

De esta manera, se concluye que el abordaje psicológico de la Salud Sexual se encuentra


tensionado por la externalización de las responsabilidades, tanto social como institucional, lo

46
que permitiría el sostenimiento de la invisibilización de la Salud Sexual como problemática.

VI. DISCUSIÓN DE RESULTADOS

A modo de contextualizar la presente discusión, es menester considerar diversos factores


sociopolíticos que enmarcan la complejidad del abordaje de la SS desde el Sistema de Salud
chileno.
Inicialmente, es importante destacar aquellas tensiones existentes entre los Derechos Sexuales
de las personas y las responsabilidades de las instituciones sociales, respecto de sus
orientaciones a promover una respuesta concreta a dichos derechos, al acceso a su
información y a servicios de atención (Palma, 2001). Cabe destacar que los Derechos Sexuales
y Reproductivos se incorporaron hace casi dos décadas al ordenamiento jurídico chileno, sin
embargo, aún no existe ninguna norma constitucional o legal que (les) reconozca” (Dides et al,
2007 pp.26). En la práctica, esto ha significado tener un enfoque salubrista que no contempla
dicha temática en su integralidad (Berendsen et al, 2008), lo que releva la necesidad de contar
con un Estado que implemente adecuados servicios de difusión de los Derechos Sexuales,
como también el desarrollo de servicios de salud y educación, que favorezca su libre ejercicio
(Vidal, 2003).

En función de lo anterior, cabe destacar que hace más de una década se ha incorporado la SS
y Reproductiva (SSR) dentro de las “16 Prioridades de Salud País”, con objeto de ser abordada
por los Programas de Salud. Así, el MINSAL ha conferido su preocupación institucional a estas
temáticas para la salud integral de las personas, sin embargo, aún no ha establecido una
conceptualización teórica de la SS con independencia de la SR. Esto releva la inexistencia de
una consecuente operacionalización de la SS en programas concretos, obstaculizándose así la
protocolización de pautas para el abordaje de consultas acotadas a dicha temática. Se generan,
entonces, diversas repercusiones tanto, en los profesionales de la Salud, como en los
respectivos usuarios, constituyendo focos de análisis que serán indagados posteriormente.

47
Así, a la luz de los hechos mencionados y considerando el análisis de los resultados obtenidos
en el presente estudio, se desprenden dos aspectos principales de discusión debido a su
importancia para el abordaje de la SS desde la mirada de la Psicología. En primer lugar,
destaca la ambigüedad en la que se sostiene el abordaje de la SS en los Centros de Salud
Familiar (CESFAM), y sus repercusiones en el enfrentamiento de los profesionales a las
temáticas sexuales de los consultantes. En segundo lugar, se releva, específicamente, el lugar
que ocupa el psicólogo actualmente en la SS, enfatizando las consecuencias de su
sensación de entrampamiento en los modos de funcionamiento propios del Sistema de AP.
Ambas dimensiones son relevantes debido a sus implicancias en el abordaje de las
necesidades de la población consultante de los CESFAM asociadas a la SS, por lo que su
revisión aporta nuevos conocimientos para ampliar la comprensión del quehacer de la
Psicología en el área.

Considerando, entonces, los hallazgos descubiertos, se constató la ausencia de acuerdos


comunes en SS entre los profesionales de AP, como también, de distinciones conceptuales
instaladas en los CESFAM, respecto de esta temática. En ese sentido, se evidenció que los
profesionales que conforman la estructura de estos servicios, desconocen la existencia y
contenido de la definición sostenida desde el MINSAL, respecto a la SSR. Esto podría dar
cuenta del ejercicio de una práctica desligada de la SS como prioridad salud, además de la
dificultad institucional de instalar políticas coherentes en esta temática.
En el mismo sentido, los psicólogos entrevistados manifestaron que la inexistencia de
protocolos y reglamentos que especifiquen la labor de los profesionales en el abordaje de la SS,
restringe las prácticas, y por tanto, el aporte en dicha área. Esto permite indicar que, si bien el
MINSAL ha declarado la necesidad de que los equipos de salud desarrollen todas las
estrategias necesarias para la promoción y prevención de la SSR (MINSAL, 2008), dichas
disposiciones parecen haber dejado escasos lineamientos orientadores, por lo que las prácticas
implementadas han resultado ineficaces. Estas no se basan en prescripciones específicas que
favorezcan el desarrollo de tales estrategias, y, además, no comprenden la complejidad de la
SS; así, se abandona la temática en un vacío conceptual, político y programático que genera,
entonces, un abordaje limitado y de corto alcance.

En consecuencia, los profesionales manifiestan recurrir a definiciones fundadas en sus propias


preconcepciones, ideas que formarían parte del marco de referencia que guía sus prácticas.
Éstas son desarrolladas a partir de las influencias culturales, como también, información
académica aprendida durante la formación profesional.
Cabe destacar que, si bien los profesionales se muestran críticos de la visión cultural de la
sexualidad, en tanto es caracterizada como un tema tabú, oculto, no discutido y sesgado por
una mirada que acentúa los riesgos y problemas asociados, muchas de sus preconcepciones

48
se fundan en base a dicha visión. Así, se instala el riesgo de un manejo tentativo y
peligrosamente subjetivo en torno al ejercicio de acciones preventivas o promocionales de la
SS, en tanto, se encuentran teñidas por el marco de referencia propio de cada profesional.
Dicho fenómeno, en tanto inherente a la práctica, resulta además inconsciente, debido a que no
es visualizado e identificado críticamente por los mismos, lo que podría repercutir
negativamente en las intervenciones en SS; por un lado, aquellas preconcepciones sesgan su
comprensión, mientras que, por otro, limitan el ejercicio de los Derechos Sexuales de los
usuarios.

De esta manera, el manejo de la SS depende de la idiosincrasia de cada profesional, por lo que


sus intereses y motivaciones personales adquieren un rol significativo. Así, la indagación y
consideración de dicha temática en el espacio de las consultas clínicas, obedece a si su criterio
considera el área de la SS como un aspecto significativo para el bienestar biopsicosocial del
individuo. Tal arbitrariedad, sería un rasgo transversal a nivel de los diferentes profesionales de
los CESFAM, lo cual influye negativamente en el ejercicio de un abordaje interdisciplinario. Por
lo tanto, se ve dificultado el común acuerdo en torno a las orientaciones a seguir, pudiendo
presentarse contradicciones en el quehacer de las distintas disciplinas.
Considerando todo lo anterior, es posible señalar que la mencionada ausencia de un
vocabulario común en esta materia y el desmedido involucramiento de las preconcepciones son
un factor agravante, que problematiza el abordaje de las consultas relacionadas a la SS, y
entorpece la intención institucional de fomentar una práctica integral en las consultas de los
usuarios.

Hasta este punto se han discutido aquellos factores que intervienen en la manera de abordar la
SS en los CESFAM, por lo que a continuación resulta necesario distinguir sus implicancias
concretas en el quehacer de los profesionales.
Como ya ha sido mencionado, la atención en salud ha puesto especial énfasis en temas
relacionados a la SR (Universidad de Chile, 2001), sin considerar planeamientos en torno a la
asistencia de otras preocupaciones en materias de SS. De esta manera, aquellas situaciones
relacionadas con la integridad corporal y sexual, el erotismo, el género, la orientación sexual y
los vínculos afectivos, carecen del tratamiento necesario. Esta primera dimensión de la SS
-preocupaciones sexuales- distinguida para efectos de la presente investigación, se encuentra
relegada debido a la preponderancia de la segunda, a saber, los problemas sexuales.
Recordando la definición planteada, se han definido como amenazas para el bienestar de las
personas e incluso para la vida, perteneciendo a esta categoría las infecciones de transmisión
sexual (ITS), la violencia sexual y las disfunciones sexuales. En dichos problemas sexuales
predominan aspectos orgánicos, por lo que su abordaje ha sido históricamente a partir del
enfoque Biomédico. Este se focaliza en la búsqueda de la mejora de la enfermedad,

49
desconsiderando la promoción y prevención de la salud. Así, se releva la importancia de la
dimensión biológica de la sexualidad, en desconsideración de aquellas relacionadas con lo
social, cultural y psicológico. La sexualidad se ve reducida meramente al ámbito de la
genitalidad, repercutiendo en la emergencia de intervenciones que no logran ser integrativas.
Esto, por un lado, favorece la mantención de la visión sesgada de la sexualidad a nivel socio-
cultural, lo que conlleva a una vivencia desinformada y riesgosa. Por otra parte, se restringe el
ejercicio de los Derechos Sexuales de la población usuaria, en tanto se limita el acceso
oportuno a la información y la toma de decisión libre y responsable.

De esta manera, emerge la necesidad de generación de políticas públicas orientadas a la


instalación de conceptualizaciones claras e integrales en el abordaje de la SS, que cuenten con
los recursos y las herramientas adecuadas para su real implementación por parte de los
equipos. Esto beneficiaría el asentamiento del Modelo de Salud Familiar con enfoque integral,
respondiendo a los objetivos ministeriales que consoliden una práctica multidimensional e
interdisciplinaria.

En relación al segundo eje de discusión propuesto, acorde al lugar que ocupa el psicólogo
actualmente en la SS, se presentarán a continuación aquellos alcances en sus prácticas, como
también, en sus repercusiones a la población usuaria.

Como se señaló anteriormente, se ha vislumbrado la ausencia de una delimitación explícita


respecto al rol del Psicólogo y su quehacer en el Sistema de Salud. Esto, en lugar de operar
como un gatillante promovedor de un ejercicio más libre, proactivo y creativo, estaría limitando
su campo de abordaje, debido a diferentes factores a considerar.

Así, a partir del proceso de análisis, se constató una escasa mirada crítica y reflexiva en torno a
sus capacidades y competencias disciplinarias, las cuales limitarían el despliegue de una
práctica dinámica y proactiva en AP. Según los resultados, los psicólogos se consideran los
profesionales más idóneos para el manejo de problemáticas en SS, sin embargo, no fueron
capaces de argumentar las razones concretas que les hacen merecedores de dicha posición de
experticia. Esto denotaría una falta de empoderamiento del rol de los psicólogos, en relación al
escaso aprovechamiento de sus capacidades para actuar como agentes propiciadores y
favorecedores del bienestar psicosocial de los usuarios.

Además, se puede destacar que dada la ausente delimitación del rol del Psicólogo, estos han
centrado su práctica en el acatamiento sostenido de las metas ministeriales, lo cual refuerza sus
escasas posibilidades de movilizarse autónomamente. El cumplimiento de dichas normas y su

50
consecuente funcionamiento, conllevaría, por una parte, a un quehacer que no impulsaría la
promoción de cambios y desafíos que releven las significativas implicancias del abordaje
psicológico en el tratamiento de la enfermedad o la promoción de la salud.
Por otra parte, dicho acatamiento a las metas, conllevaría a que los psicólogos se adhirieran
indirectamente a la perspectiva biomédica. En función de ello, es necesario relevar que estas
son emitidas por el MINSAL para el área de Salud Mental de los servicios de AP, destacando la
depresión, la VIF, el abuso de sustancias, VIH/SIDA, etc. De este modo, institucionalmente se
ha recalcado la indicación de atender con preferencia tales problemáticas, las cuales han sido
orientadas desde una perspectiva Biomédica, que enfatiza la enfermedad y la concepción
patologísta, junto a la preponderancia del diagnóstico biológico (Ceitlin & Gómez, 1997).
Por consiguiente, el problema radicaría en la manera en que son abordadas las metas y no en
el criterio de selección de las mismas. Es decir, las temáticas propuestas por el MINSAL
resultan necesarias, sin embargo, aún no se ha logrado integrar el Modelo de Salud Familiar
como enfoque de salud, que favorezca la atención psicológica.

Así, es posible considerar a los psicólogos como sostenedores del Modelo Biomédico, puesto
que es aceptado y validado en cuanto limitan su práctica al abordaje establecido para la
consecución de tales metas. Esto conllevaría a un rol tensionado, situado en el conflictivo
escenario del Sistema de Salud, que persigue la necesaria implementación del modelo
Biopsicosocial y sin embargo se frena en gestiones operacionalizadas desde un modelo
Biomédico. Asimismo, resulta paradójico que, de considerarse la incorporación de los
psicólogos como una de las posibles medidas implementadas estratégicamente para la
transición hacia un modelo de atención Biopsicosocial, sean estos quienes justamente
participen en el señalado sostenimiento de la herencia biomédica.

De esta manera, si bien los psicólogos se adhieren al discurso que expone las múltiples
ventajas y cambios que la adopción del Modelo Biopsicosocial, sus prácticas y acciones
realizadas en función de la SS, manifiestan una incongruencia entre el discurso promulgado y la
gestión realizada. Considerando este contexto, no es de extrañar la falta de conocimiento e
iniciativa de los profesionales de salud mental respecto a la SS y su tratamiento. La no inclusión
de ésta temática en las metas sanitarias, repercute en una pobre y casi inexistente intervención
por parte de los psicólogos en SS.
Así, es posible distinguir cómo la participación de estos profesionales se ve restringida a lo
meramente “mental”, entendido como aquello relacionado al padecer psíquico. Se perpetúa, así,
la mítica separación mente-cuerpo, lo que a nivel sociocultural podría suponer un refuerzo al
prejuicio que considera a la Psicología una disciplina acotada únicamente a lo psicopatológico.

51
Finalmente, considerando el marco cultural que sostiene la mirada de la sexualidad en Chile, es
necesario que los profesionales se empoderen de un rol más activo en la detección de las
necesidades de los usuarios en las problemáticas de SS. La posición de tabú de la sexualidad
facilita a los psicólogos señalar que las preconcepciones de los usuarios respecto de la
sexualidad, sea uno de los principales obstáculos para el tratamiento y logro de la SS en los
CESFAM. Manifiestan que dichos prejuicios destacan aquellos aspectos negativos, obviados y
temidos de esta dimensión humana, sosteniendo una perspectiva centrada en la enfermedad.
Así, externalizan sus responsabilidades en el tema, justificando su escasa atención.
De ese modo, se torna deseable que las dinámicas de atención en SS, cuente con una decisión
política intencionada, pues de lo contrario permiten que la sexualidad en Chile siga siendo una
temática tabú. De esta manera, el conflicto toma el mando de su abordaje, convirtiéndolo en un
aspecto difícil de atender y consensuar. Lo anterior, además, perjudicaría la posibilidad de una
plena consecución de los Derechos Sexuales de la población.

Junto con la externalización hacia los usuarios, se evidencia aquella que apunta hacia las
instituciones, lo que dejaría a la problemática del abordaje de la SS sin agentes que se hagan
cargo de buscar soluciones adecuadas. De esta manera, la SS en nuestro país queda a la
deriva.

Por lo tanto, se recalca la necesidad de contar con políticas públicas que delimiten el rol y el
consecuente aporte, del psicólogo en la SS, así como con normativas que regulen sus
intervenciones y favorezcan un abordaje integral. De esta manera, se releva la importancia de
que las autoridades encargadas se responsabilicen por la puesta en marcha de políticas
eficaces para el abordaje de la SS, respondiendo a su condición de prioridad en salud.

52
VII. CONCLUSIONES

En consideración de los objetivos propuestos para el análisis del rol del psicólogo de AP en SS,
orientados a recoger información acerca de las percepciones del psicólogo en cuanto a su
quehacer en SS, como también su proceso de inserción en el nuevo Enfoque Biopsicosocial, se
logró constatar que éste se encuentra tensionado, principalmente, por dos fenómenos. Por una
parte, se evidenció que las propias concepciones del profesional con respecto a su quehacer,
obstaculizarían el ejercicio de su rol, en tanto están cargadas de una visión limitada y teñida por
la frustración. Por otro lado, ciertas características del sistema de salud, como la jerarquización,
apego a la normatividad y falta de concreción de proyectos, entre otras, dificultarían una
participación proactiva y oportuna del psicólogo, capaz de responder a la relevancia de la SS.
Así, los psicólogos de AP no participan en las áreas de Consejería Sexual, Educación Sexual e
Intervención Terapéutica.

Por otra parte, es importante distinguir que si bien la presente investigación acotó su análisis a
los CESFAM dados sus objetivos, características y, especialmente, por tratarse de aquellos
centros de salud más avanzados en el proceso de transición hacia el Modelo Biopsicosocial,
lamentablemente, se constató su escaso desarrollo. Las tareas en relación a la atención integral
de la SS como prioridad, han sido postergadas e invisibilizadas; asimismo, los objetivos de
prevención y promoción de la salud no se han implementado a cabalidad.

Dados los vacíos existentes y las preguntas que quedan sin responder con respecto al rol del
psicólogo en el abordaje de la SS en AP, es necesario plantear algunas posibles proyecciones
en torno a la problemática.

En primer lugar, es necesario que los psicólogos se empoderen del rol central que tienen en el
proceso de desarrollo biopsicosocial del individuo, teniendo en consideración las diferentes
áreas que le constituyen. Resultaría beneficiosa la instalación de espacios orientados a la
reflexión sobre la práctica, en los cuales participaran tanto los psicólogos, como también todos
aquellos profesionales que formen parte de los equipos de AP. Sería interesante el

53
planteamiento de una reflexión en torno a la manera en que estos profesionales se posicionan
frente a las múltiples dimensiones de la SS, específicamente en referencia a la psicosocial, con
el fin de conseguir un abordaje apropiado e interdisciplinario. De esta manera, la realización de
un análisis crítico del abordaje de la SS desde los diferentes profesionales ligados a la AP,
supondría dichas implicancias positivas para la atención en SS.
Asimismo, la implementación de capacitaciones específicas en SS para los psicólogos de los
CESFAM, potenciarían una participación más activa en el abordaje de problemáticas
relacionadas a dicho tema.
En segundo lugar, sería favorable la generación de una mayor cantidad de investigaciones que
profundicen en la participación del psicólogo en el área de la salud de nuestro país. Su reciente
integración al Sistema de Salud Pública y la difícil adaptación a su funcionamiento, vuelven
indispensable la producción de conocimientos que potencien la gestión de medidas concretas
para mejorar su situación. La inexistencia de normas y pautas que guíen el accionar del
psicólogo, complican y entorpecen su quehacer, por lo que resulta indudable la necesidad de
protocolización del rol del psicólogo en los CESFAM, específicamente en la SS.

Por último, cabe enfatizar la necesidad de generar programas ministeriales que, más que
simplemente prevenir, promuevan la SS, es decir, destaquen sus aspectos positivos y se
enfoquen en la consecución de una sexualidad sana y plena. Se vuelve necesario destacar la
relevancia de la educación y promoción de la SS en el contexto chileno de salud, puesto que se
ha caracterizado por la existencia de discursos conservadores difundidos unívocamente, a
pesar de no corresponder al comportamiento de la población (Vidal, 2003).

De este modo, se concluye que la SS es un área fértil para el desempeño de los psicólogos en
el Sistema de Salud, por lo que es necesario que se constituyan políticas que favorezcan su
desarrollo. Asimismo, y considerando la relevancia que actualmente se otorga a la promoción y
prevención en Salud en los servicios de AP, se releva entonces los beneficiosos aportes que la
Psicología podría otorgar al desarrollo biopsicosocial de todos aquellas personas usuarias del
Sistema de Salud chileno.

Para finalizar, resulta necesario tener en cuenta que el lento arraigamiento del nuevo Modelo de
Atención en Salud es un fenómeno esperable dentro de un proceso de cambio, más aún
cuando su desarrollo e instalación requiere del involucramiento de diversos agentes implicados
en el Sistema de Salud. Por ello, es importante continuar trabajando en pos de los objetivos
propuestos, con el fin de brindar un mejor servicio de salud a los usuarios de la AP.

54
VIII. REFEENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS

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61
ANEXOS
ANEXO I DERECHOS SEXUALES

Los derechos sexuales son derechos humanos universales basados en la libertad, dignidad e
igualdad inherentes a todos los seres humanos. Dado que la salud es un derecho humano
fundamental, la salud sexual debe ser un derecho humano básico. (WAS, 1999) Sin embargo,
generalmente los derechos sexuales son los menos difundidos (Mazarrasa, 2006) Para
asegurar el desarrollo de la salud sexual, los derechos sexuales deben ser reconocidos,
promovidos, respetado y defendidos por todas las sociedades con todos sus medios. (WAS,
1999). La Organización Mundial de Sexologia (1999) plantea como derechos sexuales los
siguientes:

El derecho a la libertad sexual, referida a la posibilidad de una expresión sexual plena,


excluyendo toda forma de coerción, explotación y abuso sexuales en cualquier tiempo y
situación de la vida.

El derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexuales del cuerpo, incluye la


capacidad de tomar decisiones autónomas sobre la propia vida sexual en función de la ética
personal y social, a su vez considera la capacidad de control y disfrute del propio cuerpo, libre
de tortura, mutilación y violencia de cualquier tipo.

El derecho a la privacidad sexual, comprende el derecho a las decisiones y conductas


individuales realizadas en el ámbito de la intimidad, siempre que éstas no interfieran en los
derechos sexuales de otros.

El derecho a la equidad sexual, refiere al derecho de no discriminación, en cuanto a sexo,


género, orientación sexual, edad, raza, clase social, religión o limitación física o emocional.

El derecho al placer sexual, propone una aceptación del goce sexual, como fuente de
bienestar físico, psicológico, intelectual y espiritual.

El derecho a la expresión sexual emocional, va más allá del placer erótico o los actos
sexuales y considera el derecho que tiene todo individuo a expresar su sexualidad a través de
la comunicación, el contacto, la expresión emocional y el amor.

62
El derecho a la libre asociación sexual, significa la posibilidad de contraer o no matrimonio,
de divorciarse y de establecer otros tipos de asociaciones sexuales responsables.
El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables., esto abarca el
derecho a decidir tener o no hijos, el número y el espacio entre cada uno, y el derecho al
acceso pleno a los métodos de regulación de la fecundidad.

El derecho a información basada en el conocimiento científico, implica que la información


sexual debe ser generada a través de la investigación científica libre y ética, así como el
derecho a la difusión apropiada en todos los niveles sociales.

El derecho a la educación sexual integral, plantea la sexualidad como un proceso que se


inicia con el nacimiento y dura toda la vida y que debería involucrar a todas las instituciones
sociales.

El derecho a atención de la salud sexual, manifestada en el deber de que ésta se encuentre


disponible, tanto en prevención como en el tratamiento de todos los problemas, preocupaciones
y trastornos sexuales.

63
ANEXO II
PREOCUPACIONES RELACIONADAS CON LA SALUD SEXUAL

1. Situaciones relacionadas con la integridad corporal y sexual que pueden afectar la


salud sexual
• Dificultad en lograr comportamientos que promuevan la salud a fin de identificar prontamente
los problemas sexuales (por ej., reconocimientos médicos y exámenes de salud regulares,
autoexamen de las mamas y de los testículos)
• Eliminar forma de coerción sexual como, por ejemplo, de la violencia sexual (incluido el abuso
y el acoso sexuales)
• Existencia de mutilaciones corporales (por ej., mutilación genital femenina)
• Necesidad de estar libre de contraer o transmitir de infecciones de transmisión sexual (lo que
incluye pero no se limita al VIH/SIDA)
• Necesidad de reducir las consecuencias sexuales de las discapacidades físicas o mentales.
• Necesidad de reducir la repercusión en la vida sexual de las condiciones o tratamientos
médico-quirúrgicos.

2. Situaciones relacionadas con el erotismo que pueden afectar la salud sexual


• Falta o insuficiencia de conocimientos acerca del cuerpo, particularmente en cuanto a
respuesta y placer sexuales
• Necesidad de reconocimiento del valor del placer sexual disfrutado durante el transcurso de la
vida de manera segura y responsable, dentro de un conjunto de valores que respete los
derechos de los demás
• Necesidad de promover la práctica de las relaciones sexuales seguras y responsables
• Necesidad de fomentar la práctica y el disfrute de las relaciones sexuales consensuales, libres
de explotación, honestas y mutuamente placenteras

3. Situaciones relacionadas con el género que pueden afectar la salud sexual


• Falla en el reconocimiento y observación de equidad de género
• Necesidad de estar libre de todas las formas de discriminación basada en el género
• Necesidad de lograr el respeto y la aceptación de las diferencias de género

4. Situaciones relacionadas con la orientación sexual que pueden afectar la salud sexual
• Existencia de discriminación basada en la orientación sexual
• Falta de libertad para expresar la orientación sexual personal de una manera segura y
responsable dentro de un conjunto de valores que respete los derechos de los demás

64
5. Situaciones relacionadas con los vínculos afectivos que pueden afectar la salud sexual
• Necesidad de estar libre de relaciones de explotación, coercitivas, violentas o de manipulación
• Necesidad de obtener información acerca de la elección de opciones y estilos de vida
familiares.
• Necesidad de contar con destrezas, tales como la toma de decisiones, comunicación,
seguridad en sí mismo y negociación, que permitan mejorar las relaciones personales
• Necesidad de lograr una expresión respetuosa y responsable del amor y la intimidad
• Prevención y cuidado adecuado del desajuste y la aflicción de la pareja
• Manejo adecuado de la separación y el divorcio

6. Situaciones relacionadas con la reproducción que pueden afectar la salud sexual


• Necesidad de tomar decisiones fundamentadas y responsables acerca de la reproducción
independientemente de la edad, el género y el estado civil
• Necesidad de tomar decisiones y adoptar prácticas responsables en relación con la
reproducción
• Insuficiente acceso a la atención de la salud reproductiva
• Insuficiente acceso a la maternidad sin riesgo
• Falta de servicios de prevención y cuidado de la infertilidad

65
ANEXO III
CARTA CONSENTIMIENTO INFORMADO

Santiago, ___ de ___________ de 2009.

Yo......................................................................... he sido invitado (a) a participar del estudio “Rol


del Psicólogo de Atención Primaria en el abordaje de la Salud Sexual” que se enmarca en la
Memoria para optar al título de Licenciado en Psicología y tiene por objetivo indagar acerca del
rol y las percepciones del psicólogo en el abordaje de la Salud Sexual en la Atención Primaria.

Mi participación consistirá en responder una entrevista que ahondará en las prácticas,


percepciones y reflexiones en torno al abordaje de la Salud Sexual, la cual tomará
aproximadamente 1 hora. Las entrevistas serán grabadas y transcritas en su totalidad. Su
realización se efectuará en una fecha y lugar consensuados con anterioridad con las
investigadoras.

Mi participación en este estudio es estrictamente voluntaria. La información que se recoja será


confidencial y utilizada con la finalidad única de expandir y contribuir al conocimiento en el área.
Ni mi participación en el proyecto, ni la información que entregue tendrán consecuencias en mi
trabajo actual. En este sentido, mi participación estará resguardada en todo momento,
asegurando la confidencialidad de mis datos y mi anonimato a través de la modificación de mi
nombre y de cualquier otra información que me identifique.

Estoy en libertad de suspender mi participación en el estudio en cualquier momento, sin que


esto tenga alguna consecuencia.

Si es que lo deseo, tendré acceso a los resultados de la investigación, al igual que el Jefe de
Salud Mental de la institución.

Nombre del Participante Firma del Participante

*Memoria desarrollada bajo la supervisión de las profesoras Eliana Heresi


(eliana.heresi@udp.cl) y María Ester Buzzoni (maria.buzzoni@mail.udp.cl)

66
Teléfono Facultad de Psicología Universidad Diego Portales: (56- 2) 6762501
ANEXO IV
PAUTA DE ENTREVISTAS PSICÓLOGOS

Consigna de Inicio:

Esta entrevista tiene como objetivo principal conocer las percepciones y el rol que ejerce el
psicólogo de Atención Primaria de Salud en el abordaje de la Salud Sexual. Para ello nos
hemos reunido en una sesión que durará aproximadamente una hora, su participación en este
estudio es completamente voluntaria, por lo que puede decidir terminar con la entrevista en
cualquier momento si usted así lo desea, del mismo modo tiene plena libertad de negarse a
contestar alguna pregunta si es que ésta no le parece adecuada.
Las entrevistas serán grabadas y transferidas en su totalidad, la información recabada en ellas
será absolutamente confidencial, siendo su participación resguardada en todo momento, se le
asegura anonimato y la máxima confidencialidad de sus datos.

“Prácticas del Psicólogo de atención Primaria”

1. ¿Cómo llegó a trabajar en este CESFAM?


2. ¿Cuáles son sus obligaciones y responsabilidades como psicólogo en el CESFAM?
Describir sus actividades, rutinas, horarios.
3. ¿Cuál es su equipo de trabajo?
4. ¿Qué casos clínicos suele atender con mayor frecuencia? (¿Cuáles son los principales
motivos de consulta que recibe?)
5. ¿Cuál es el procedimiento para acceder a una consulta psicológica?

“Salud Sexual”

6. ¿Cómo entiende usted la Salud Sexual? ¿Qué se entiende como Salud Sexual en el
consultorio?”
7. ¿Llegan consultas acerca de problemas en Salud Sexual al consultorio? ¿Y a usted
como psicólogo?
8. ¿Qué problemáticas en Salud Sexual son las más frecuentes de atender?
9. ¿Cómo es abordada en el CESFAM la temática de Salud Sexual? (¿Cómo se
detecta un problema de Salud Sexual? ¿Qué procedimientos se realizan? ¿Quiénes
son los encargados de atender a aquellos usuarios que llegan con problemáticas en
Salud Sexual?) especificar si existen programas e intervenciones.

67
10. ¿Cómo enfrenta los problemas en SS que UD. recibe? ¿Cómo se siente al atender
pacientes con problemas en el ámbito de la Salud sexual?
11. ¿Existen programas o capacitaciones para la especialización de los profesionales del
CESFAM en torno a la Salud Sexual?
12. ¿Ha influido el proceso de cambio hacia el Modelo Biopsicosocial de los CESFAM en el
abordaje de la Salud sexual?
13. ¿Existen consejerías sexuales? ¿Quién las realiza? ¿A qué usuarios están orientadas?
¿Conoce qué objetivos persiguen? ¿Cómo describiría su modalidad de trabajo?
14. En materia de educación sexual, ¿existen actividades orientadas a los usuarios? ¿Qué
les caracteriza? ¿Conoce sus objetivos? ¿Cómo describiría su modalidad de trabajo?
15. ¿Sabe usted si existen actividades orientadas a la promoción y prevención en Salud
sexual? ¿Cuáles? ¿Cual cree usted sería la importancia de esta área?
16. ¿Cómo evaluaría el trabajo del CESFAM en esta área especifica? ¿Qué críticas haría a
los programas realizados en el CESFAM en torno a estas temáticas?

“Psicólogos y Salud Sexual”

17.¿Cómo evaluaría su trabajo específico en torno a problemáticas de salud sexual?


18.¿Cómo evaluaría el trabajo específico de los psicólogos en esta área?
19.¿Cómo se siente respecto a su participación en este ámbito? ¿Qué le gustaría cambiar?
20.¿Cuál cree usted es el aporte de la psicología a los usuarios de los CESFAM con
respecto a la Salud Sexual? ¿y de su participación en particular?
21.¿Si es consultorio fuera suyo, cómo abordaría el tema de Salud Sexual?

68
ANEXO V
PAUTA ENTREVISTA JEFE UNIDAD SALUD MENTAL

Consigna de Inicio:

Esta entrevista tiene como objetivo principal conocer las percepciones y el rol que ejerce el
psicólogo de Atención Primaria de Salud en el abordaje de la Salud Sexual. Para ello nos
hemos reunido en una sesión que durará aproximadamente una hora, su participación en este
estudio es completamente voluntaria, por lo que puede decidir terminar con la entrevista en
cualquier momento si usted así lo desea, del mismo modo tiene plena libertad de negarse a
contestar alguna pregunta si es que ésta no le parece adecuada.
Las entrevistas serán grabadas y transferidas en su totalidad, la información recabada en ellas
será absolutamente confidencial, siendo su participación resguardada en todo momento, se le
asegura anonimato y la máxima confidencialidad de sus datos.

“Salud Sexual”

1. ¿Cómo entiende usted la Salud Sexual? ¿Qué se entiende como Salud Sexual en la
Atención Primaria?
2. ¿Llegan consultas acerca de problemas en Salud Sexual al consultorio? ¿Y al área de
Salud Mental? ¿Conoce qué problemáticas en Salud Sexual son las más frecuentes de
atender?
3. ¿Cómo es abordada en el CESFAM la temática de Salud Sexual? (¿Cómo se
detecta un problema de Salud Sexual? ¿Qué procedimientos se realizan? ¿Quiénes
son los encargados de atender a aquellos usuarios que llegan con problemáticas en
Salud Sexual?) Especificar programas e intervenciones.
4. ¿Existen consejerías sexuales? ¿Quién las realiza? ¿A qué usuarios están orientadas?
¿Conoce qué objetivos persiguen? ¿Cómo describiría su modalidad de trabajo?
5. En materia de educación sexual, ¿existen actividades orientadas a los usuarios? ¿Qué
les caracteriza? ¿Conoce sus objetivos? ¿Cómo describiría su modalidad de trabajo?
6. ¿Existen actividades orientadas a la promoción y prevención en Salud sexual?
¿Cuáles?
7. ¿Existen programas o capacitaciones para la especialización de los profesionales del
CESFAM en torno a la Salud Sexual?
8. ¿Cree que ha influido el proceso de cambio hacia el Modelo Biopsicosocial de los
CESFAM en el abordaje de la Salud sexual? ¿Qué cambios nota usted?

69
“Psicólogos y Salud Sexual”

1. Los psicólogos, ¿Atienden pacientes con problemas en el ámbito de la Salud sexual?


¿Cómo enfrentan esa clase de problemas? (modalidad de trabajo, posibles
derivaciones, etc.)
2. ¿Cómo evaluaría el trabajo de los psicólogos/as en torno a problemáticas de
salud sexual? ¿DESDE SU PERPECTIVA, CUÁL ES EL APORTE ESPECÍFICO DE
LOS PSICÓLOGOS EN LA SS?
3. ¿Cuál cree usted es el aporte de la psicología a los usuarios de los CESFAM con
respecto a la Salud Sexual?
4. ¿Cómo evaluaría el trabajo del CESFAM en esta área especifica?

70
ANEXO VI
INFORME DE ANTECEDENTES

Antecedentes CESFAM:
Nombre:
Comuna:

Antecedentes Personales:
Edad:
Sexo:
Título Profesional:
Nivel de especialización:
Ocupación actual:
Años de experiencia laboral:
Años de participación en el CESFAM:

71
ANEXO VII
REJILLAS DE ANALISIS

CATEGORÍAS CITAS

ROL DEL PSICÓLOGO EN SALUD SEXUAL

• Disposiciones del Cargo v/s Características


del Psicólogo.

CONCEPCIONES DE LA SALUD SEXUAL

• Concepciones del Paciente


• Concepción Institucional
• Concepciones de los Profesionales

ABORDAJE DE LA SALUD SEXUAL

72

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