Existen muchas técnicas y terapias cuyo fin es gradualmente erradicar la

influencia negativa que el estrés tiene en la vida de algunos individuos, cada

una tiene un enfoque diferente y puede ser aplicada en diferentes

circunstancias, en esta investigación se presentaran algunas que han sido

conocidas hace más de un siglo y otras un poco mas nuevas. Todas las que se

presentan a continuación y sus resultados han sido respaldados por varias

investigaciones, sin embargo todavía queda un gran campo por analizar.

El estrés es el resultado de la combinación de algunos elementos: el ambiente,

los pensamientos negativos y las respuestas físicas (McKay, Davis, & Fanning,

1985). Por lo general el primer paso que facilita un estado de estrés es el

ambiente, pero también son necesarios los pensamientos que organizan y

significan los estímulos presentados por el ambiente, lo que después produce

una respuesta física en el individuo (McKay, Davis, & Fanning, 1985). La

intervención cognitiva del estrés busca que las personas puedan manejar o

controlar como intervienen cualquiera de estos tres elementos, cuya

combinación se conoce como el síndrome del estrés (McKay, Davis, & Fanning,

1985). Al cambiar la conducta se puede cambiar la manera en que el ambiente

interacciona con la persona. Además, está dentro de las capacidades de

cualquier persona está el poder cambiar sus patrones de pensamiento para

percibir la realidad con otros enfoques y reducir el estrés, ansiedad o

depresión. También se pueden reducir estos efectos negativos calmando las

respuestas de alarma, lo que de alguna manera se logra relajando el cuerpo y

la mente (McKay, Davis, & Fanning, 1985).

Es debido comprender que toda experiencia en la vida de un individuo está

siendo interpretada por él, es decir que las personas se describen el mundo
constantemente, clasifican cada vivencia, le ponen etiquetas y le dan un juicio

de valor y determinan como las va a afectar (McKay, Davis, & Fanning, 1985).

Estas etiquetas se forman mediante el interminable dialogo de una persona

consigo misma, el cual sucede la mayoría de veces de manera inconsciente y

permite matizar cada experiencia de forma positiva o negativa (McKay, Davis,

& Fanning, 1985).

El teórico cognitivo Aaron Beck definió a este dialogo interno como

pensamientos automáticos, porque este concepto engloba mejor la naturaleza

que estos tienen, ya que son establecidos sin reflexión consciente, de manera

automática y esto sucede por irracionales que sean (Beck, 1976). Las personas

que frecuentemente tienen pensamientos negativos y que sufren de algún tipo

de depresión, ansiedad o estrés, tienden a experimentar el mundo con una

visión bastante limitada, esto se da porque omiten todo pensamiento contrario

a los pensamientos automáticos y a su vez no analizan ni reflexionan sobre

estos últimos (Beck, 1976). La gran mayoría de los diálogos internos no

causan daño en sí, sin embargo los pensamientos automáticos son los que si lo

hacen, pueden ser identificados porque preceden a una emoción ansiógena

(Beck, 1976). Para poder realizar dicha identificación se debe recordar los

pensamientos que se tenía inmediatamente antes de experimentar la emoción

y también los que acompañaron al mantenimiento de esta. La reducción del

estrés en la vida se verá facilitado al desconfiar de los pensamientos

automáticos, cuestionándolos y reflexionando sobre ellos (Beck, 1976).

En cualquier punto en el que se intervenga con el estrés, se estará actuando

para romper el circuito de retro alimentación negativo (McKay, Davis, &

Fanning, 1985). Cuando la persona internalice el hecho de que los sucesos

ambientales están fuera de su control pero las reacciones ante ellos, sí lo

están, habrá dado un gigantesco paso hacia su recuperación y su búsqueda de

un cambio emocional.

Está claro que el estrés es el producto de una interpretación limitada de las

situaciones por las que pasa cada individuo (McKay, Davis, & Fanning, 1985).

Por lo que algunas terapias se han direccionado con el fin de ampliar la visión

de las personas y permitirles tener una percepción integral de la realidad con

reflexiones profundas sobre cada vivencia. Este es justamente el enfoque que

busca el Mindfulness o meditación de atención plena. La meditación se define

como un proceso por el cual la persona observa y gana consciencia de lo que

sucede a cada momento en su mente y cuerpo, aceptando las situaciones e

integrándolas en la vida (Sarmiento & Gómez, 2013). Esta práctica propuesta

en un inicio por Buda hace más de dos mil quinientos años tiene como finalidad

eliminar el sufrimiento y las emociones destructivas, ya que la felicidad o la

tristeza no dependen de las circunstancias sino de la propia mente (Rimpoche,

2000). El Mindfulness presenta un modo de dirigir la atención de manera

intencional focalizándose en cada situación con una actitud de aceptación

evitando el establecimiento de juicios de valor (Kabat-Zinn, 1990).

La base de la atención plena esta en entrenar, tanto dentro de cada sesión de

meditación como fuera de ella (Brito, 2011). Es decir que se busca entender el

mundo como una totalidad en todo momento, se debe logar mantener un

estado de consciencia elevada en todo aspecto de la vida cotidiana, y esto solo

se logra mediante la practica (Sarmiento & Gómez, 2013). Esto permitirá

observar de forma clara y reflexionar sobre los estímulos que entran en el

campo de atención del individuo sin juzgarlos como buenos o malos (Baer,
2003). Este ejercicio atencional recurrente desactivara gradualmente los

patrones mentales que son la base del malestar humano, estos son los que

causan acercamiento a lo que se considera agradable, avercion a lo

considerado desagradable y la ignorancia sobre verdaderas causas de la

felicidad (Kabat-Zinn, 2003), estos puntos son considerados los tres venenos

en el budismo.

Así como la elevación de la consciencia puede beneficiar a los individuos en el

manejo del estrés, existen otro tipo de terapias que suponen el uso de agentes

externos al cuerpo humano. Una de estas es la Terapia Floral de Bach, aunque

la ciencia todavía difiere sobre su efectividad, existen varias investigaciones

que confirman lo que Edward Bach teorizó. Esta terapia se basa en la premisa

de que el estado emocional prolongado influye en el estado biológico del

cuerpo y su salud, por lo que el equilibrio emocional incide directamente en la

salud (Bach, 1997). Las flores de Bach poseen la cualidad de una gran

armonización electromagnética que al entrar en contacto con un campo

electromagnético en desarmonía pueden armonizarlo, es decir que equilibran

los flujos de energía de los campos energéticos a los que sean aplicadas

(Bach, 1997). En un estudio se proporciono el tratamiento floral de Bach a 25

estudiantes que se encontraban en situaciones de estrés académicas y

personales. La evolución favorable de la mayoría de los individuos, 17 de

estos, expuso la eficiencia del tratamiento después del análisis correspondiente

(Del Toro, Gorguet, González, Arce, & Reinoso, 2014). Existen algunos

estudios referentes a los resultados de este tratamiento con resultados

similares, pero todavía existen una gran gama de factores por analizar en

investigaciones posteriores.
Además de las terapias existe también un sinfín de técnicas que pueden ser

aplicadas en una situación de estrés determinada. Estas técnicas pueden ser

bastante simples como controlar el ritmo respiratorio en ciclos de 5 segundos o

pueden ser ligeramente más complejas como retirarse de la situación

estresante por cinco minutos para reflexionar y relajarse. Entre las técnicas ya

mencionadas también se encuentran: Descanso de 60 segundos, masaje del

pecho para mejorar la respiracion, imaginación de algo pacifico o de una zona

de confort y escuchar música relajante (Dewe & Dewe, 2013). El uso de estas

técnicas no está pensado para el largo plazo, son mas como el inicio de un

control emocional mayor, pueden ser muy útiles para personas con niveles

altos de estrés y de bajo control emocional (Dewe & Dewe, 2013), estas

técnicas pueden ayudar a comenzar el proceso de maduración emocional ya

que requieren de un cambio en el manejo de cada situación y con el pasar del

tiempo la persona puede mejorar la forma en que lidia con cualquier estimul, la

forma en que este lo afecta y el pensamiento inmediato que tiene a causa de él

(Dewe & Dewe, 2013). El punto clave al utilizar estas técnicas y prácticamente

toda visión acerca de reducir el estrés, es que la persona tiene absolutamente

todo el control sobre sus pensamientos, emociones y reacciones (Dewe &

Dewe, 2013).
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