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LA n{FLUrf{CH Dr

LA RTLIGI()I{
TI{ LA I

SOCITDAD T§PAI{OLA

Gustavo Bueno, Amando de Miguel,


Gonzalo Puente 0jea. Javier Sádaba
y GabrielAlbiac

Ensayo
prende, por tanto, que, a veces, se les critique sólo por su
irracionalidad. Cuando es más abultada aún la inmoralidad
de sus propósitos. En cualquier caso, la religión civil de los
indiferentes y todos sus aliados coyunturales parece que tie-
ne larga vida. Es una forma de control social que el poder de
turno suele agradecer. Por eso, una labor constante de la
inteligencia y, especialmente, de la filosofía moral es la de
ajustar las cuentas con toda moral mezclada con la religión.

II
I.A INFLUENCIA DE LA
RELIGIÓX NN I,A ESPAÑA
DEMOCnÁrrca
por Gustavo Bueno

36
PLANTEAMIENTO MBTODOLÓGICO
DE I.A CUESTIÓN

I
El análisis de la ,,influencia,,de la religión en la España
democrática
lequiere utiliza4 desde luego] Io, ,""u.ro.' áái
método sociológico, pero no soro de eroí. El método
tristoii-
co es también ineludible y los métodos antropológicos
tierer,
sin duda, un amplio margen de aplicación. Bi anaiisis
de fiásl
tas "religiosas" tales como la Rómería de la Virgen
piño, en Pontevedra, o el análisis de las instituciónes
d;i ó;;_
o" t"ia-
pia sagrada tales como las que practican los santos
curande_
ros andaluces Aceituno, Santón de g-u, ;io,
-Santo agradece ser llevado
pastequeiros gallegos "tc._,
aAetánte po, piá_
cedimientos similares.alos que er etnólogo utitizabaiáia'es-
tudiar la danza del eclipse dé luna de los"indio, ;riñiq*
describió- Lafiteau) o lás que se utilizaban o se
utirizan oara
estudrar los chamanes tunguses o a los derviches giróvágos

lllil_l Sl,antropológicos,.psicológicós)
.Tbmq9, esros métodos positivos
1.o"íoiági"?.,
no,,agotan,, el íema j
lll,_orrl_o-?l
soore todo, no nos suministran criterios suficlientes
enjuiciamiento_del mismo, debido a que los fenómenos
pu.u ,í
reii_
g1T?:-:l l, "España democrática,,, en la medida en que se
ctan rnmersos en un tejido histórico cultural
rnuv
comprometen Ideas que requieren ser consideradás "orntl"i.,-
¿"sd. .jo_
ordenadas.que desbordan los límites estrictos de
una
-y,
categorización positiva (s.ociológica, antropológicu,
.tL.),
por tanto, obligan a movilizar algún sistemi de-ideas
firá;¿-

39
T',-

vos, sino también de insertarlos en el sistema de ideas impii-


ficas. Al final del verano de 1979 (por tanto, promulgada ya cadas en ellos, a saber, y principalmente, la Idea misma de
la Constitución democrática de 1978) tiene lugar la III Asam-
"religión" y la idea de "influencia" (o causalidad) de la reli-
blea Nacional de la Renovación Carismática, en el convento
gión en el "todo complejo" (para usar la expresión de E. B.
de dominicos de San Pedro Mártir (carretera Madrid-Burgos)
con casi cuatro mil participantes' Es indudable que el análi- §lor) constituido por la "sociedad (cultura) de la España de-
mocrática".
sis de esta asamblea (agitación de brazos levantados al estilo
Por otra parte, ese "sistema de ideas" que consideramos
pop-litúrgico, cánticos, abrazos entre los participantes,
ineludible no es uno determinado. Pero el reconocimiento de
fuii*.ut áctivos de curación, etc.) puede llevarse a cabo, la diversidad de sistemas filosóficos disponibles (cuyo número
durante un gran trecho, del mismo modo a como llevaríamos
es, en todo caso, muy limitado) no nos libera de la necesidad
a cabo el añálisis de una ceremonia de danza de los citados
de acogernos a alguno de ellos, enfrentándonos, por tanto,
derviches giróvagos (incluyendo la investigación de polémicamente a los otros sistemas alternativos. Es evidente
secrecionel d" en el participante
"rdotfinas -tanto
carismático como en los derviches- con efectos analgésicos
que nuestro juicio sobre la influencia de la religión en la so-
ciedad española de la época democrática será muy distinto
o alucinógenos). sin embargo, no es posible omitir la circuns-
según que entendamos la religión al modo de un musulmán,
tancia de que en esta III Asamblea Carismática, estuvo pre-
por cierto, en o bien al modo de un católico, de un rabino, de un testigo de
sente, por éjemplo, el cardenal Süenens
-{u9t
unu áudu, metáfora, digna de un fray Gerundio de la socie-
Jehová, o de un racionalista marxista o mecanicista; puesto
que la interpretación de los hechos será distinta en cada caso,
dad industrial, comparó la "renovación carismática" con un
o en todos (el musulmán o el judío, o incluso el cristiano,
avión cuyas dos alas fuesen María y Pedro' Pero ya la mera
interpretará quizás la nueva situación de libertad religiosa
intervención del cardenal Süenens obligaría a poner en co-
por cierto, ya en la Ley de Libertad Civil en Ma-
nexión la III Asamblea Carismática con el Sacro Colegio, por -iniciada,
teria Religiosa de l-967- como condición de la nueva era de
tanto, con la Historia de la Iglesia (que incluye, a su-vez, la
esplendor de la vida religiosa que contemplan sus profecías
Uistorla de la Teología, tanto como la Historia de los Papas):
respectivas; el racionalista acaso puede ver en esta competen-
El "horizonte antropológico" y la "neutralidad antropológica"
cia mutua de las confesiones religiosas el mejor modo de
el que inicialmente envolvíamos a la Asamblea- que-
-en neutralizar el poder de control casi absoluto que la Iglesia
da desboidado por un horizonte histórico-político (partidista)
Católica detentó durante el franquismo y, acaso, el comienzo
que nos remite ál presente práctico-des-de el cuál nosotros nos
de una caída de la influencia de las religiones, en general,
di.pon"-ot a juz§at (a criticar, a clasificar) esaAsamblea,.en como consecuencia de esa competencia mutua.
función (neceiariámente) de determinadas coordenadas filo-
sóficas (no meramente antropológicas o. sociológicas) que
están incluidas en la misma teología católico-romana, en tan-
to ésta no puede ser descrita al margen de la tradición filosó-
2
fica griega (Platón, Aristóteles o los neoplatónicos)' Lo¡ ryá-
Hsis IociátOgicos, antropológicos o históricos, son, desde lue- Supuesta la imposibilidad de tratar el tema titular, en las
go, ineludibles; son necesarios pero no.son suficientes para condiciones expresadas, desde el "conjunto 0" de premisas
íoi*u.ro. un juicio filosófico. Que habrá de ser capaz no solo (filosóficas) procederé a declarar las mías del'modo más bre-
de coordinar ios resultados de los diferentes métodos positi- ve, dejando de lado, por el momento, la obligada polémica

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con sistemas de premisas alternativos. El espacio que me ha analogado, al conjunto de los sujetos corpóreos numinosos o
sido concedido no da pie para un tratamiento a fondo de la "bultos sagrados" vultus, rostro-, númenes finitos; y,
entonces, definiremos-dea la religión, a partir de este núcleo
cuestión; en cambio si parece posible desarrollar aquí, a títu-
1o metodológico, nuestro propio planteamiento. Los esquemá-
numinoso, como multiplicidad de contenidos culturales que
tengan relación interna (también ex contactu) con el núcleo
ticos desarrollos ofrecidos deberán tomarse, por tanto, antes
de referencia (el templo será un contenido religioso en cuan-
como hipótesis de trabajo, que como tesis formales o, menos
aún, que como respuestas al "test proyectivo" constituido, sin
to es la morada del numen; el sacerdote es el experto en el
trato con los númenes y de ahí su significado religioso...). En
duda, por el mismo tema titular que el editor ha propuesto,
El Animal divino escogimos, como núcleo de las religiones,
acaso sin quererlo, a los colaboradores de este libro.
a los númenes corpóreos. En gran medida, porque, a partir de
Ante todo, declararé mis premisas sobre la religión, en
ellos, podemos pasar más fácilmente a los templos, a los sa-
general. Desde luego estas premisas huyen de todo enfoque
cerdotes y aun a los dioses incorpóreos imaginarios, o al Dios
metafísico o teológico en el momento de ocuparnos de la Idea
absoluto (como Numen supremo) que recíprocamente. Las
de religión (por ejemplo, concibiendo a la religión "como la
trasformaciones de los númenes originarios, propios de las re-
respueita obligada que ya el hombre primitivo hubo de dar a
ligiones primarias (de morfolo gía zoomórfica antes que
los interrogantes que le planteaba su existencia", o bien pre-
antropomórfica), en númenes secundarios (dioses o demonios
suponiendo que la religión es "religación del hombre con Dios
celestes o terrestres, zoomorfos o antropomorfos) anteceden
en cuanto fundamento del Universo"); pero también huyen de
a las trasformaciones de los númenes secundarios en el nu-
un enfoque meramente "fenomenológico" (la religión como men terciario, por ejemplo a la transformación de Zeus en el
rapsodia de "vivencias" o de "experiencias" susceptibles de Dios infinito e inmóvil de Aristóteles; un Numen-límite que,
.". descritas en los términos de la "reducción
por su infinitud, al perder su rostro bulto, vultus- deja
fenomenológica"). "Religión" se entenderá aquí, en principio, -su Si el Dios de la
de ser Numen con significado religioso.
desde un punto de vista positivo, como rótulo de una multi- Ontoteología cristiana sigue siendo tulna persona con signifi-
plicidad de instituciones, ceremonias, etc., dadas necesaria- cado religioso se debe a que ha recuperado alguno de los
mente en un plano fisicalista (fuera del cual negamos rotun- atributos zoomórficos o antropomórficos que los filósofos
damente todo significado homologable de la palabra "expe- griegos desde Jenófanes, y aun antes, pretendieron eliminar
riencia"), tales que mantienen entre sí relaciones internas de la Idea del Ser Supremo. Las religiones terciarias fiudaís-
capaces de constituir algo así como un "análogo de atribu- mo, cristianismo, islamismo,...) según esto, se nos presentan
cién". Como primer analogado podríamos escoger, por ejem- como aquellas religiones que, superponiendo al "Dios de los
plo, a los templos; y, entonces, podríamos definir a la reli- filósofos" determinaciones finitas, aún a título de apariencias
giór, por una suerte de recurrencia, de este modo: "religión docetistas, han logrado conferir al Ser Supremo un significa-
és el óonjunto de los templos y de todo aquello que esté in- do religioso, según aquellas declaraciones que Pascal formu-
ternamente concatenado con los templos en las diferentes ló contra Descartes: "Solo conozco a Dios a través de Jesu-
sociedades: sacerdotes o especialistas religiosos (con sus teo- cristo".
Iogías correspondientes), fieles, imágenes de santos, sujetos En segundo lugar, declararé mis premisas sobre los mo-
corpóreos sagrados "en carne viva", al menos intencional dos de influencia (o causalidad) de los contenidos religiosos
(como pueda serlo el buey Apis o el Corpus Christi en el en el resto del "todo complejo" constituido por la "cultura",
iagrarib...). Tambien podríamos tomar, como primer según la fórmula consabida de E. R. Tylor. Descartaremos,

42 43
desde luego cualquier "influencia espiritual" (tal como Ia titución simple, sino compuesta de múltiples instituciones,
entiende él espiritualismo mágico o incluso el "idealismo contenidos o ceremonias tales como "asambleas",
histórico"), sin que por ello nos consideremos obligados a "invocaciones al numen", "jetarqLtía sacerdotal", "libros sa-
acogernos a los esquemas tradicionales del "materialismo grados", "sacramentos", "templos", "concierto sacro", etc. No
histérico"; sobre todo, cuando, distinguiendo entre basey su' es fácil explicar la unidad en virtud de la cuál todos estos
perestructura , asigna la religión, desde luego, a la superes- contenidos, ceremonias o instituciones se entretejen en una
iructura de una sociedad. Y, con ello, se obliga a considerar a red llamada "religión". Tan solo diremos que no es solo la
los contenidos religiosos como si fueran emanaciones, filosofía de la Religión la que pretende explicar tal unidad,
epifenómenos o subproductos de determinadas disposiciones porque la "actividad nematológica" de las di-
d^e las fuerzas y reláciones de producción de la sociedad de
-teológica-
versas religiones, se dirige también, en gran medida, a expli-
referencia. (Se les concederá, a lo sumo, a los contenidos car esa unidad y las de las otras religiones a partir de los
religiosos una cierta capacidad de re-acción o contragolpe propios principios dogmáticos (interpretando, por ejemplo, los
sobie la base de la que emanan). Ahora bien: la distinción, númenes de otras religiones como apariencias producidas por
en cada modo de producción, entre base y superestructura es el diablo reconocido, como un númen maligno, en la propia).
muy grosera y carece de aplicabilidad a la dinámica histórica
(y no hablamos aquí de las consecuencias malignas que esta
dlstinción ha podido tener en el planteamiento de muchos pro- 3
blemas políticos). Entre otras cosas, porque las estructuras
básicas de una sociedad dependen, a su vez, de ideas Cuando hablemos de la influencia de la religión (en el
superestructurales propias de la sociedad precursora' Una sentido dicho) en una sociedad concreta, considerada en un
fáúrica de automóviles llega a ser parte básica del modo de intervalo histórico definido ----como pueda serlo la "democra-
producción de la sociedad industrial; sin embargo, los auto- cia española a partir de 7978"- tendremos que distinguir tres
móviles, según su marca, dependen de una Idea a la que rea- planos diferentes (diferentes esencialmente, porque
lizan o encarnan. Cuando los "alemanes del Este" saltaban el existencialmente se dan siempre en interacción) a través de
muro de Berlín gritando Freiheit!(¡libertad!), lo que busca- los cuales podrá tener lugar esa influencia:
ban, entre otras cosas, pero fundamentalmente, no era un ideal I. Ante todo, el plano de la influencia que podríamos lla-
abstracto, sino un ideal tan concreto como pudiera serlo un mar "gravitatoria" si es que ella puede atribuirse a la misma
Mercedes Berrz,la encarnación más plena en aquel momento inercia (o masa inercial) de las instituciones religiosas ya en
de su Idea de libertad. marcha, en tanto tienden a "reproducirse" (o, en su caso, a
En lugar de base y superestructura distinguiremos, por propagarse) en el ámbito del "todo complejo". No es necesa-
nuestra parte, instituciones categoriales instituciona- rio postular que la energía asignable a estas "qlasas inerciales
les- y entorno global de -redes
esas instituciones (o redes), que religiosas" sea específicamente religiosa ella misma (puesto
srrporémos constitutivas, en su conjunto, del "todo comple- que sus fuentes pueden manar de lugares muy diversos); es
jo;, tomado in medias res y en movimiento. "Religión" sig- suficiente que, cualquiera que sea el origen de tal "energía
nificará, según esto, ante todo, una red categorial de institu- cinética", ella se desarrolle a través de cauces institucionales
ciones conóatenadas según lazos de diverso orden; o, dicho específicamente religiosos. La energía asignable a una multi-
de otro modo, no consideraremos a la religión como una ins- tud de creyentes reunidos periódicamente para "esperar" la

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aparición de la Virgen, no procede, desde luego, ni del nu- ser desempeñadas por instituciones no religiosas. Los fenó-
men virginal, ni tampoco de las expectativas de su aparición, menos religiosos, en virtud de su influencia instrumental en
sino, por ejemplo, de las necesidades de evasión de una vida el "todo complejo", pueden cobrar un funcionalismo econó-
atormentada o, simplemente, rutinaria en unos o revanchista mico o social que, al mismo tiempo que permita verlos como
en otros; pero es la expectativa de la aparición de la Virgen "socialmente pertinentes", usar los conceptos de Max
la que canaliza todas esas energías, confiriéndoles una "iner- Weber- los condiciona, -para
pero no hasta el punto de que poda-
cia" específicamente religiosa, que es característica de la re- mos reducirlos a la situación de meras expresiones de sustratos
ligiosidad secundaria (mitológica, supersticiosa) recuperada en económicos o políticos de la sociedad de referencia. Un hos-
"experiencias" tales como las de los "virginianos" de El Es- pital, o un centro de enseñanza, sostenidos por una Iglesia son
corial, ya desde 1980. Sin duda, la influencia gravitatoria de hoy las formas más ordinarias de influencia instrumental en
las instituciones religiosas específicas irá asociada a otro tipo la sociedad entorno de las instituciones religiosas. Por otro
de funciones (de sanación, de confraternización); pero preci- lado, la sustituibilidad de tales servicios es muchas veces
samente de lo que se trata es de poner entre paréntesis, por puramente teórica; además, con frecuencia,la iniciativa en el
abstracción, a tales funciones, a fin de poder atenernos a la desempeño de los servicios de referencia puede haber parti-
"pura gravitación" de la masa institucional dada (una masa do de las mismas instituciones religiosas. Puede darse el caso,
heterogénea, pero con sus partes intercomunicadas, aunque además de que estas instituciones se consideran como inter-
con centros de gravedad cambiantes). En el extremo límite de namente comprometidas con tales servicios (sin que esto
tal abstracción, la "masa institucional" religiosa considerada implique que el compromiso recíproco haya de ser reco-
la veremos ocupando por si misma una parte del "todo com- nocido).
plejo"; y bastaría atenernos a esta ocupación para vernos La influencia gravitatoria y la influencia instrumental de
obligados a reconocer su influencia en el resto del todo com- las instituciones religiosas no actúan independientemente. Más
plejo, puesto que ya esa "mera ocupación" del espacio total bien se componen como los vectores de un cuadrilátero de
implica el bloqueo de otros contenidos alternativos suscepti- fuerzas. Por ello, no es correcto tomar a la influencia instru-
trles también de ocuparlo. A la simple realidad de la Catedral mental como la única forma de entender la posibilidad de la
activa en la ciudad desprendiéndola de toda otra fun- influencia de la réHgión en una sociedad (la concepción de la
ción que pueda irle-aún
asociada- corresponde una influencia religión como el "opio del pueblo", ya sea en el sentido en
gravitatoria que podría medirse por la resistencia que opone que entendió Marx esta formula opio que el pueblo se
a la presión irrbanística que se hará sentir, suponemos, en el administra a sí mismo para soportar -el la miseria de su condi-
casco antiguo en la forma de proyectos de derribo de edifi- ción- ya sea en el sentido en que la entendió Lenin
cios antiguos, incluidos los templos, a fin de sustituirlos por -opio
que los explotadores administran al pueblo para mantenerles
nuevas iniciativas laicas (ardines, pabellones universitarios, sujetos- es una concepción instrumentalista de la religión).
edificios residenciales o almacenes comerciales). Pero, aun reconociendo la posibilidad de una influencia
il. En segundo lugar, una influencia que podríamos de- gravitatoria, hay que añadir que solo por abstracción podrá
nominar "instrumental", puesto que ahora las instituciones o verse a la inercia de una institución religiosa actuando por si
ceremonias religiosas no influyen en el todo complejo en misma. De hecho, esa inercia actú,a en el compacto contexto
virtud de su "masa específica" sino en calidad de instrumen- de otras instituciones capaces de frenarla o dereforzarla. Esto
tos de funciones genéricas que, al menos en principio, podrían ocurrirá cuando la inercia de Ia institución alcance una influen-

,4t 47
cia instrumental de importancia tal que sea posible hablar de ciación religiosa de confesión diferente, pone en movimiento
una "realimentación", si no en relación con la inercia de la una parte de Ia maquinaria judicial del Eitado y proporciona
institución (que supondremos fija), sí en relación con las re- trabajo a abogados, impresores, fiscales y juecls.
sistencias que el entorno pueda ofrecerle. La inercia consti-
tutiva de una comunidad de monjes benedictinos les mueve a
repetir regularmente sus ceremonias, entre las que ocupa, sin
4
duda, un lugar central el canto gregoriano; pero el désplie-
gue de esa inercia se verá "facilitado" por la influencia ins-
trumental, de índole estética, que sus grabaciones (del canto . La metodología que, desde las coordenadas trazadas, se
deriva en orden al análisis de la ,,influencia de la religióí
gregoriano) puedan alcanzar entre los consumidores de dis- en
la España democrática" consiste principalmente, en la deter-
cos compactos. Estos consumidores, son unas veces los ha- minación (diferencial), según los diversos tipos áe influencia
bitantes de chalets adosados, obligados constantemente a au- que hemos distinguido, de Ias formas de influencia de
mentar el repertorio de discos utilizables para proporcionarse, los
contenidos religiosos en la sociedad española democrática,
unas veces, medieval relajación y otras veces la posibilidad comparativamente con los tipos de influencia paralelos
de llevar a cabo, con sus amigos, una velada de rock exótico. que
fuera posible asignar a esos contenidos en Ia España franqriis_
Para los monjes benedictinos de Silos, en cambio, el éxito de ta. Pues el análisis diferenciar de los tipos de influencia'que
sus compactos gregorianos es una bendición de Dios que ga- pueda determinarse en el ámbito de lá España democrática
rantiza, por unos años, la "recurrencia inercial" de sui cere- solo será verdaderamente significativo cuando podu-os
monias íntimas. Unas ceremonias que aparecen puestas en coÁ_
pararlo. co-n los tipos de influencia durante la Época
peligro no desde dentro, desde luego, pero sí desde fuera, por de Fran_
co. A fin de cuentas, la influencia de las instituóior",
la resistencia que le oponen a la vida beata las necesidades religio_
sas en la España democrática, en tanto no tiene por
económicas de los tiempos presentes. (Habría que investigar que ajus_
tarse a una norma autónoma, agradece ser visia
en todo caso la contribución de los componentes religiosos unu
aceleración (positiva, negativa o nula) de la influen.lu
"órnoqr. u
residuales, pero específicos, al auge espectacular que los dis- las instituciones religiosas pudiera coríesponderles
cos gregorianos han experimentado en el año que corre; pues anterior.
en lu é;;.;
es obvio que la religiosidad histórica representad.a
citada- a través de la música puede formar parte -.no "¡er-
del placer
estético de un ejecutivo en cuya pequeña biblioteca figura El
nombre de la rosa).
III. En tercer lugar, reconoceremos una influencia que
puede ser denominada "intercalar" puesto que se funda en la
intercalación en los procesos sociales y económicos de las
instituciones religiosas (a diferencia de la intercalación inver-
sa, de instituciones religiosas en procesos sociales o econó-
micos; que se reduce al tipo de las "influencias instrumen-
tales"). El pleito civil, reivindicativo de propiedades inmobi-
liarias, promovido por una orden monástica frente a otra aso-

48 49
1. LA "INFLUENCIA GRAVIIATORI4"
DE LAS INSTITUCIONES RELIGIOSAS
EN LA ESPAÑA DEMOCRATICA

Venimos insistiendo en la conveniencia de entender el ró-


tulo "influencia de la religión en la España democrática,,(tam-
bién en otras épocas históricas) como un modo de referirnos
a la influencia, coordinada o no, de muy diversas institucio-
nes religiosas dotadas de inercias muy distintas (tanto por su
magnitud, cuanto por su orientación en dirección y sentido)
que, sin embargo, pueden dar lugar a una resultante, frente a
terceras, y, a veces, oponerse frontalmente entre sí, como se
opusieron moros y cristianos, o judíos y cristianos o católi-
cos y protestantes a lo largo de los siglos de nuestra historia.
Pero, acaso en ninguna otra época como en la época franquis-
ta, al menos en su primera década,la coordinación de tai Oi-
versas instituciones religiosas fue tan perfecta y minuciosa y
su resultante fue tan compacta y homogénea. Una coordina-
ción conseguida tras la victoria en la guerra civil, que fue
considerada por la Iglesia (por lo menos hasta Juan XXI[)
como una cruzada. Todavía en 1959, con ocasión de la inau-
guración del Valle de los Caídos, el cardenal primado, pla y
Deniel consideraba que "en el desarrollo de nuástra guerra hay
mucho de providencial y milagroso,,.
Desde luego, la casi perfecta coordinación de las institu-
ciones religiosas en un solo orden jerárquico y monocolor (el

51
del catolicismo apostólico-romano) implicaba 1a segregación soplaba donde quería, a saber, en las vocaciones tardías su-
perabundantes, en la fundación de institutos religiosos nue-
de toda corriente religiosa no asimilable o de sentido contra-
rio (lo que planteaballgrnos problemas particulares con los vgg "misioneras evangélicas", "alonsinog"...-
*r*t-ur"i de la guaráia mora y con el capitán general de en el-¿'¿yglinos",
incremento de las sociedades religiosas tradicionales o
Galicia, musulmán, el día de Santiago)' Pero, en todo caso' anteriores ala gterra, como jesuitas, dominicos, capuchinos,
el peso que a la religión católica-romana-preconciliar
corres- Opus Dei, etc.). Pero también tendremos que computar la
p*oioerrlaconstitucióndelaEspañafranquista-era.consi- incorporación del pueblo a aquellas Santas misiones que ocu-
paban las ciudades durante unos días (recuerdo la del año 1950
áerable y, desde luego, suficiente para desmentir de plano el
;'diagnóstico-" que Azaia había formulado en la épo- en Salamanca), a aquellas procesiones de la Virgen de Fátima,
famoso
II ñepública: "España ha dejado de ser católica"' a las misas dominicales, a las novenas y rosarios vespertinos,
ca de la
a las coronaciones de Vírgenes, a las consagraciones de Co-
Como si hubieia dicho (traduciendo el diagnóstico a nuestras
,,la influencia gravitatoria de la religión católi- razones de Jesús, a las restauraciones y edificaciones de tem-
coordenadas:)
ca en Españá onu cantidad despreciable"' España-seguía plos, etc.
"s
siendo cátóhca durante la República si no en su totalidad sí ¿Cuál era lanatualeza de esta religiosidad? Descontando
po- algunos componentes fetichistas ("elbrazo de Santa Teresa"
en partes muy sólidas de ella. Fue la misma imprudente
que Franco tenía como talismán) acaso cabría afirmar que la
fitióa anticlerical de los gobiernos republicanos, muy poco
maquiavélicos, uno de loi principales desencadenantes de la religión católica se mantuvo en sus planos tradicionales, di-
,.u""ió, integrista promovida, sobre todo, por un clero aco- versos y mejor o peor coordinados. Ante todo, como religión
sado durante-los años 30. Se ha dicho que así como los
"na- terciaria, filosófica y teológica, a través de las Universidades
cionales" se distinguieron fusilando a maestros de escuela' los
pontificias y de los seminarios conciliares o de la enseñanza
"republicanos" (cón excepción de los del país u§"o) se dis- obligatoria de la religión en las universidades públicas y en
tinguieron fusilando a curas, frailes y monjas' No dYdamos los centros de enseñanza. Contando con manuales muchas
qrá lu gran recuperación de la "energía gravitatoria" de la veces excelentes, desde el punto de vista teológico-doctrinal.
ángiOri"utOlica tradicional durante el franquismo tuvo lugar También como religión secundaria, o, si se prefiere, como re-
u trí"¿t de la Iglesia ierurqtizada y coordinada con amplias
ligión con abundantes contenidos secundarios (culto a los
O, la soc"iedad urtani (a través de.la Acción Católica) santos locales, rogativas para la lluvia, apariciones de la Vir-
y áu-p"*iru (a través de los párrocos,-Cai1s de Ahorros, etc')'
"upu, gen en Garabandal) pero controlados desde la misma "reli-
b"tpoet de lá "victotia",la Iglesia Católica acaparí J con- gión teológica" administrada por la cúpula de la jerarquía. En
trolá la prírcticatotalidad de las funciones instrumentales que este sentido, el nacional-catolicismo representó (me parece)
le eran asequibles; desapareció cualquier resistencia a su ac- paradójicamente, y en virtud, en gran parte, de su mismo
tividad y, en este sentidó, cabríadecir que el peso propio que monopolio del milagro, un principio de "racionalidad"
la masa religiosa católica pudiera haber alcanzado después de
(teológica frente a la mística) o de sobriedad frente a los
iu gu"..u seidisponía a manifestarse en caída libre durante la excesos de la religiosidad supersticiosa man-
tenida bajo control (prohibición de las-secundaria-
sesiones espiritistas,
""?ffiñ"remos, como componentes principales de esa ace- de la brujería, etc.).
leración gravitatoria del catolicismo de la postguerra, ante Sin perjuicio del reconocimiento que estamos haciendo de
todo, el iñcremento notable de la "masa clerical" (el Espíritu la especificidad religiosa de la gran masa resultante de esa

5Z 53
curas obreros, diálogo "marxismo-cristianismo": "marxistas
maquinaria coordinada de instituciones de la época del
y cristianos podemos ir juntos hasta la muerte; allí nos sepa-
franquismo, es preciso, sin embargo, salir al pulo gt la ten-
raremos, ustedes irán al cielo y nosotros al infierno"). Al fi-
dencia, por parti de algunos historiadores, a atribuir a la re-
nal de los 50 Juan XXIII bendice ya, en un famoso telegra-
ligión ia cordi"iót de primer motor de la sociedad franquis-
ma, "a todos los españoles que han sido obligados a abando-
ta] ms motores de esl sociedad no eran de índole religiosa,
nar su país". El mismo cardenal de Toledo, Pla y Deniel,
incluso en aquellas situaciones que más lo parecían' El pro-
manifiesta su apoyo a los obreros de la HOAC y de la JOC.
yecto de ejecución del Valle de los Caídos, por ejemplo mas
Después del Vaticano II las contradicciones de la Iglesia
qr" pot un proyecto inspirado por la "vocación trascenden-
Católica se acentúan en la época de Pablo VI. En el Valle de
ti" del Caudi[o, podría rrerse como un episodio de la ideolo- los Caídos, al final de los 60 comienzan las VII Jornadas
gía del nuevo régimen, en tanto vivía una "conciencia de eter-
Nacionales de la Acción Católica Española, pero sus conclu-
ñidud", de estirpe más estética que religiosa. Una conciencia
siones serán rechazadas por la jerarquía acusadas de
que se expresuba u través de las formas neoclásicas y que fue
"temporalismo": Destituciones o dimisiones de dirigentes de
ulg.rrut vices aún más lejos (o mas atrás), a saber, hacia las
Acción Católica, clausura de la revista Signo. Una gran parte
fo"rmas faraónicas, las dei Valle de los Reyes. Los descubri-
del clero comienza a dar más importancia a su acción prácti-
mientos de carter se habían divulgado ampliamente entre los
ca en los barrios obreros, "en el siglo", que en la sacristía y
oficiales del ejército de la República; Franco debió de haberlos
aparecen núcleos cada vez más importantes de "curas casa-
admirado y, de hecho, parece que en un principio P"§ó l§-
dos" que celebran misas ayudados por sus esposas, inmersos
nar el Valie de los Caídos con una gigantesca pirámide' De
en una conciencia luminosa de modernidad y progresismo.
este modo, los benedictinos de Don Justo Pétez de Urbel, a
Probablemente en esta conciencia podríamos ver el boquete
quienes Franco había encomendado el culto, acaso estaban
a través del cuál comenzó a desgarrarse una de las redes más
desempeñando antes el papel genérico de hierofantes
eficaces para el control de la población de las que disponía la
intempórales que el papel específico de sacerdotes católicos.
Iglesia Católica, a saber, la red de confesionarios distribuida
tam¡ién es verdáa que eite orden compacto de las insti-
por todo el país (una red que ejercía la función de una red de
tuciones religiosas coménzó a perder cohesión a partir ya de
consultorios psicológicos o psiquiátricos de utilidad indiscu-
la segunda década de la posguerra, lo que no podía- ser de otro
tibte). La confesión auricular (individual y secreta) tenía como
modó cuando se tiene eñ cuenta la heterogeneidad de institu-
condición el celibato del confesor, puesto que solo a alguien
ciones coaligadas, cada una, por una inercia e intereses pro-
que por su situación se mantenía (al menos teórica e
pios y qu" tolo en intervalos de tiempo muy cortos podían
institucionalmente) al margen de la familia era posible reve-
*r."Íruf en convergencia plena con las demás' Los "curas lar los secreta cordis (secretos casi siempre ligados con asun-
vascos" pero también loJ "curas catalanes", con el Abad
tos de adulterio o de fraudes económicos, que podían correr
Escarré de Montserrat a la cabeza, fueron seguramente las
como la pólvora si se entregaban a un confesor casado). La
principales "unidades inerciales" que marcaron líneas de di-
iglesia romana sabía de siempre, y lo corroboró con la expe-
vergencia con la Iglesia de Toledo, movidos por interese.s
riencia del luteranismo, que la confesión privada está asocia-
nactna[stas (separatistas) que se disfrazaban de ideales reli-
da al celibato. La multiplicación de los "escándalos" de los
giosos (odavia no se decía "eclesiales") y qtt" estaban-muy
curas casados, el incremento de la moda antisotana (interpre,
6ien dispuestos a aliarse con fuerzas de oposigiqlSl tada sagazmente por la gente como movida por la disposición
franquismo (componentes católicos ya en los inicios de ETA;

54 55
de los curas "vestidos de paisano" a buscar compañera "en
el Católica en España. Esta caída estaba ya determinada desde
.i"iá;iirrt" con el abandono del tatín en la misa, fue una de dentro y en la última década del franquismo. La democracia
i;-;r;ü; principales de la "desacralizaci1n" del clero (sin del 78 legitimó la situación, sobre todo limitando las prerro-
perjuicio dá que Lnu g.un parte de-l mismo..permaneciera fiel gativas constitucionales de la Iglesia Católica o, si se prefie-
i rür rotot, ál m.noien teoría). Y con ello' del desvanect- re, confiriendo legalidad plena a otras instituciones religio-
áiérto del núcleo principal de ia fuerza de inercia del com- sas no católicas. Ante todo, a las iglesias protestantes (la pre-
oi"lá deinstitüciones religiosas coordinadas en 1a sión de Estados Unidos) y a las confesiones musulmanas (la
loliu"o*ructo
á.i'rrimer franquismo y muy principalmente' d9l It- presión de los pozos petrolíferos), pero también a otras mu-
.blo unt. Iá coniesión áuricular. Esta desacralización del cle-
chas instituciones religiosas más o menos marginales.
io tiene también como componente paralelo el abandono del
;iri;;; de la teología escolástica tradicional, que.n9 pudo. ser No es nada fácil enjuiciar el alcance de la nueva situación
rrJii"i¿" por otral El sistema escolástico..permitía al clero en relación con la cuestión de la influencia de la gravitación
á-¡.pon., (én Teología Dogmática y Moral) de un saber ca- específicamente religiosa en la democracia. En términos ge-
racterístico que lo óistinguía de los seglares' La coherencla nerales, acaso podrían trazarse tres líneas generales de esta
interna, la sütileza y la érudición de este saber -que tuvo influencia, no siempre compatibles entre sí:
i"rt..érir"tes tan iiustres como el padre Santiago Ramírez A) Ante todo la línea de incremento del subjetivismo de
Olp.. f¿e quien los "cristianos progresistas". poco amigos del la conciencia individual (Una suerte de luteranización termi-
latin, iolo'conocieron su desgraciado libro de encargo contra nal del catolicismo hispánico) como fuente de las "experien-
óii.Lá y c"siet)- conferíañ al clero una plataforma indis- cias religiosas" y del respeto a todo cuanto pueda ser presen-
oensáblé para mantener su fuerza propia' Pero el sistema es- tado como emanación de la conciencia subjetiva ("objeción
¡;iñi¿"'no engranaba con el estaáo presente de las ciencias de conciencia", llamada a vaciar los cuarteles, "yo pienso de
el clero más progresista se vio obli-
il.^i. l áriropzrogi"as;¿existencialismo"
grao dialogár col el con el "personalis- que..."); a ello, se une la apelación a la felicidad y a la liber-
"
ñro" o con el""estructuralismo", es decir con modas efímeras tad, como argumentos supremos. La elevación de la "concien-
(én realidad inventos editoriales franceses o italianos) que cia subjetiva" y de la propia "experiencia íntima" a la condi-
.ántiiuuv.ton a hacerlo más mundano,. por no decir vulg¿r a ción de Tribunal Supremo de la acción ética contraste
.á.iá ¿.'¿"rproveerlo de cualqu_ier sabiduría_ específica. Esta con la norma de la Iglesia Católica en favor de-en una concien-
iiirá.iOn .*fli.u que proyectos filosófico teológicos com? los cia objetiva supraindividual, que necesitaba ser formada y
oue desarroilo X. Zubiri en los años 50 y 60 fueran tan bten dirigida por un director espiritual- es acaso el principal efec-
i..iuioo, por la vanguardia del catolicismo Iiberal.que co- to de la influencia de la Iglesia en una democracia muy toca-
,t"á fu n'ecesidad dé un "sistema racional" acapaz de armo-
Julián Marías' da ya ideológicamente por el krausismo. Equivale a una trans-
;i; 6;j"r de lo que al orteguismo, pese
de formación del catolicismo romano en un protestantismo s¿¿l
i.-tid, cltólico, le estaba periritido¡ éon el cristianismo
generis, que guarda las formas y las acata, pero no las cum-
nuestro tiemPo.
ple. La perspectiva subjetivista es también la fuente de la
tolerancia, del relativismo, de la estimación de la neutralidad
2 absoluta como cualidad última y definitivamente madura del
juicio público. En realidad, se trata de la madurez caracterís-
El advenimiento de la Democracia no puede tomarse tica del escepticismo pragmático. Por ejemplo, ante la cues-
("oÁo uigrros integristas pretenden) como razón formal de
tión de Dios, no se considerará como posición madura, de
i^ ..tp".tí"rlar caídá de la^"fuerza gravitatoria" {e la Iglesia

56 57
(estas efectiva, constituya una posición más respetuosa tolerante y
interés púbtico, la del ateísmo o la del teísmo militante
como posiciones pri- madura que la de quien se inclina o toma partido abierto por
Ñi".d;t tenáerán a ser consideradas agrrosticismo' Un agnos- alguna de las opciones; la "madtJtez" invocada no es otra cosa
iadas). La maduez corresponderá al
sino pragmatismo ignorante, como sería ignorante la posición
ticisío "militante" o "poitulatorio", el que propugnó Tierno de quien, ante un teorema geométrico como el de Pitágoras,
é"i"ar. Un agnosticisáo que equivale a declarar innecesaria pretendiera que es más tolerante y madura la posición de quien
Ádu p.orurcáción ante la1'cuestión de Dios", en el momen-
c9n- reconoce la posibilidad de triángulos rectángulos que no cum-
to deia instauración de una conciencia éticay política' !e
de desvincular plen la relación pitagórica, que la posición dogmática de quien
irrJiiá aquí la posibilidad, y aún la necesidad
"cerrilmente" niega cualquier posibilidad de que un triángu-
i;tü yiu poiiti"u de,,sila iáea de Dios, ---contra la proposi- lo rectángulo pueda dejar de sostener la relación pitagórica.
¿" bostoiewski: Dios no existiera, todo estaría pg.-
"ion
1¡i1id6"-, con la conveniencia o la necesidad del agnosticis-
B) En segundo lugar y como correlato socializadg del
subjetivismo individual, se incrementarán las manifestaciones
.no, actitud más idónea para la conformación de una
"or.ro que más pintorescas del "Espíritu del pueblo", justificadas por un
coístitución democrática; es decir, no se tendrá en cuenta
de la idea de relativismo cultural en ascenso. Ceremonias "medievales"
i" p"titiiiard de desvincular a la democracia no decir otra cosa- tales como los "empalaos" de
Diós, la abre precisamente al ateísmo' Ni se tendrá en cuenta
-por
Valverde de la Vera, en Cáceres o los "picaos" de San Vicen-
iu*po"o que si se acepfa la,mera posibilidad de la idea de te de la Sonsierra, en La Rioja, serán tratados con el más
ñiáli;rti'"d es quien debe demostiar que Dios no existe")' exquisito respeto, como expresiones profundas de la cultura
f" áti"'" y la políiica no se concebirían del mismo modo (lo y de la espiritualidad popular: la democracia favorecerá esas
qlu" a decir que la democracia agnóstica es solo una
expresiones populares que, entre otras cosas, constituyen
á.*oóru"iu transicionil, técnica o formal). El neutralismo ab-
"quirufe
atractivos turísticos, por su interés folclórico. La caída del
tof"to, asociado al principio de la subjetividad llevará' por "interés teológico" permitirá la proliferación de formas "su-
a adoptar'losici'ones intermedias" ante disyuntivas
"i"-pio, las apariciones de la Vir- persticiosas" de religiosidad, que germinan siempre en los
d;;;" no lás adáiten. Así, ante y ámbitos cristianos pero que en el franquismo estaban
gen, reafirmadas enérgicamente por.videntes y prosélitos
por los sofrenadas: apariciones de la Virgen en el Escorial o en la
iál"ort como impo.i"bl"., en términos.absolutos' Pedrera; sanaciones en Orihuela. La casi absoluta penuria
raJionalistas, el présentador de la televisión de la democracia
antropológica y teológica de los periodistas, que controlan los
,lnOtti"u ni afirmará ni negará: se atendrá, por respeto a la medios de comunicación, es lo que explica su determinación
.ítl"tiuiAua del vidente, a las manifestaciones de éste' no para de "informar" respetuosamente de estos milagros, sin afirmar-
es cierto, pero tampoco para negarlas tilg-.ti-.-
los, es cierto, pero también sin negarlos: tan solo presentán-
pi""i"rt" p"ia informar de ellas, reconociendo su posibilidad'
"ááputtmut,
dolos como situaciones posibles, a fin de que el espectador
IQrr. cuál siga sus propios criterios, respetando al que
"libremente los interprete según su conciencia"; aunque, eso
mintiene posicionés contrarias"' Como si defender la mera
"u¿á
sí, sin dar opción a que un racionalista argumente sobre su
oosibilidaá de las apariciones "reales" de la Virgen no impli-
imposibilidad y explique semejantes sanaciones por vía fisio-
.u., yu una toma dé posición en favor del milagro' una toma lógica (por ejemplo la vía según la cuál puede curarse una
por
de pásición que envuelve también la descalificación'
no amaurosis histérica). Más aun, el lugar que corresponde al
dog'mático, de quien niega la misma posibilidad' Pues es
de disyunción racionalista será ocupado por un médico ignorante que acu-
,áíu el neutrañ**o, ante situaciones
"tuto'que
5B 59
darios tradicionales se establecen explícitamente emic por los
la cienci¿"
dirá a la pantalla para decir "en nombte de -16 creyentes. Los "mensajeros de Elohim" llaman .,elohines,, a
del niño de Orihuela no
oue va dice todo- que la curación un tipo de extraterrestres semiangélicos que, según ellos,
es también
lñ"r;x;'ñ"ián ,u"-ionut. La España democrática
religiosas orien- sobrevuelan la Tierra; estos mensajeros interpretan a la Bi-
;É;pril;ia proliferación de lás asambleas
blia como una colección de relatos de ,,experiencias,, con
(un especie de vudú para
i;d"J la sanación por vía espiritual extraterrestres, ulteriormente transformadas en dogmas
uso de" sociedades industriales)
-""Ct teológicos. Los grupos "Rama" en España
cual penetra-
Bn i.t"", lugar, una linea. a través.de la -clasificados cósmicas,,
como secta peligrosa- hablan de "conspiraciones
que la democracia debe
rán desde el exterior, ""cinos de extraterrestres enfrentados entre sí y acechando a los hom-
"omo que no.sean "destructivas")
admitir, numerosas sectas (siempre bres, unos para atacarlos, otros para protegerlos, otros terce-
estado repri-
;;;;t de relieiosiá,á ittun¿utiá que habían de la época fran-
ros para "aprender de ellos o investigarlos". Sixto paz, un
ilil;;0 t,rp"t"ír.l p", la religión teólógica
peruano que, de la oficina del banco en el que trabajaba pasó
incremento
ouista.'Ácaio lo mai notable iea el espectacular a ocupar puestos importantes en "Rama,', asegura ante las
través del cine-
¡#;"i;ilr* r" i.il"isión, y no solamente a
entrevistas con tolerantes cámaras de la televisión democrática haber viaja-
H;;tór; ttio tamuién a tiavés de las
do en una nave interplanetaria de extraterrestres. Algunos
;;;;i;";"á".") del interés por los "extraterrestres" que'-en
los
grupos más radicales del genero "Rama" llegan afirmar ha-
de visitantes
últimos años, acostumbrán a tomar la forma ber recibido mensajes firmados por el propio Jesucristo y hasta
a mujeres que.(y.esto es 1o más asombro-
üi;;J;.. ivisitan áiedo á declarar sus "contactos" eil
por Dios padre. Lo que nos interesa destacar aquí, sin embar-
so) llesan a perder el go, no son tanto estos "testimonios" (así se les denomina con
;,r¿ñil;, LI"^Áil"res de espectadores' con la conciencia todo respeto) de personas muy diversas (a veces con estudios
al dar "testimonio"
de estar realizando un acto de'heroísmo' medios o superiores, militares o pilotos de aviación) sino tam-
extraterrestes' La
de sus contactos sexuales con visitantes bién la nube de "investigadores ufólogos,, que se dedican y
no hay que ponerla,
novedad de nuestra epo"u o.-octática viven del "estudio científico" de los testimonios sobré
con extraterrestres'
nor tanto, en estas experiencias sexuales extraterrestres; y nos interesa, sobre todo, el tratamiento que
expe-
Itr"';; i; decisión de la agraciada de(en lugar de ir.alsuconfe-
hacer pública
la prensa y la televisión dan a estos "testimonios,,. Los titu-
riencia ante millones de esiectadores lares suelen estar formulados como enunciados de hechos,
t"t^" En on p'ogtu*a de la televisión estatal cuya confirmación no se asegura, pero cuya posibilidad se
"iptiquiatra). daba a entender' lleno de res- presupone: "ur taxista detiene en Ujo su coche al avistar a
i;óáaig.iÚio"; "íp'"'entaáor sus entrevistadas'
neto informativo ante las declaraciones de un platillo volante que se le acercaba por la caruetera,, (el
visitas y que darles o
Ir" ¿i rá r.nru, la posibilidad de tales qué taxista reveló su "experiencia" al periódico porque sabía que
il;ili;;;;;;á; privada de cada espectador (¿por el periodista no iba a llamar al psiquiatra).«Los contactos ovni
de las religiones
no llevó a su programá a algún historiador de Luis José Grifol" titula en última página El país (Agosto
y democrático de la
iipi d" infoimar.i p't-11"-"t' ilustrado
donjuanes
de 1983) que nos informa cómo este profesor mercantil y
álación ¿e titiaciOn entre esos diplomado en Comercio exterior, "con muchos contactos ovni
"tii""rru
áxtraterrestres y los diablos íncubos que'
siglos atrás' se apa-
en Montserrat",lleg6 a dar una conferencia sobre ovnis ante
seductores?
recían a algunas moje'es en forma de-'utottes una comisión de la Cámara de los Lores en Gran Bretaña.
caso' las
lá"u* debi-do u.u p,'opiu ignorancia?)' En cualquier "Científicos soviéticos confirman el aterrizaje de un ovni al
i'nterconexiones entie lbs eitraterrestres
y los númenes secun-

60
6l
en La Nueva
sur de Moscú", leemos en grandes titulares
que info.rma del asunto de
;;p;;. Go de bctubie oe r§ae¡ bola o disco brillante
V.'ron"rt en éstos términos: "uíu gtun
una
Luego atet\26' se abrió
t "itá."Urevolando el parque' con formas hu-
"
escoti[a y salieron, o,u, do' o tres ciiaturas
del año 1987: "Exper-
;;"*--.'i Otros titular". dt lu prensa
de
,;;;;;""-ericanos investigaron hace 40 años 4 cadáveres
extraterrestres,,. En parece,que es posible de.cir 2. LA "INFLUENCIA INSTRUMENTAL»
"on"loiiórr,
España democrática,'lbs medios de comunicación DE LAS INSTITUCIONES RELIGIOSAS
;;;. ; la
5l il;lJ. p"tio¿ittut- mantienen (sea por. convicción
que sus
.,rn.,iu sea Dor c'onocimiento del "interés periodístico"
una respetuosa
i;iñ;;táes tienen para sus compradores)
que
comolicidad universal con los creyentes en extraterrestres 1
de modo al in-
;;"t#;1" rt"*uni¿u¿, contrib-uyendo ese
y ala consolidación de la Durante el franquismo, la Iglesia Católica, continuando una
cremento del número Je'creyentes
veces' Iee) esas'.'i$ot- tradición milenaria, mantuvo su entretejimiento con la trama
;;;;;;ir. El público que escicha (v.a más o menos incipiente integra de las instituciones sociales
áá"i*"." vá fortalecida una creencia solo políticas-,
v. sobre todo, comieÁii u ut "u"rse a dar "testimonio púb!- la incrementó, bautizando o bendiciendo-noincluso institucionesy
L; ;;",uI';""p.ti.n"ius"' Los periodistas de la democracia o ceremonias originariamente laicas (era frecuente la ceremo-
con la cuestión de los nia de bendecir una cafetería). Sobre todo, legitimó su régi-
desempeñan de este Ááao 1"' relación
;;;t-"";;tt.s) el mismo papel qy9 en la época del franquismo men de monopolio respecto de otras confesiones religiosas,
á;,^frñ;bú los frailes o los frailes dominicos lo que significó lapráctica anulación de influencias alternati-
"upoótri,or Purgatorro o de inter- vas. Toda la vida civil recibió, en el franquismo, una colora-
#i;;á; á" apariciones de ánimasatajadas
del
por eficaces inter- ción religiosa: la imagen de los obispos en las Cortes, o de
venciones malignas de demonios,
Esos periodis-
venciones amistosas áe los ángeles clstodios. las monjas y frailes en el Ministerio de Educación (se le lla-
que a las formas se- maba el "Monasterio de Educación") llegó a ser habitual. En
i*^á. i, g.paña democrática son, por 1o
de los capuchi-
cundarias de retigión i"'p"ctu los^sucesoies muchos casos, esta coloración se aplicó de modo obligatorio,
ya directamente (por vía ejecutiva o legislativa) ya indirecta-
nos de la EsPaña franquista'
mente, por la presión social de los párrocos encargados de
extender "partidas de bautismo" o "certificados de buena
conducta" aún de "comunión anual"- que resultaban
muchas veces-y necesarios para desenvolverse en la vida civil
y laboral.
Especialmente importante fue este proceso de impregna-
ción aplicado a los "ritos de paso", sobre los cuales la Iglesia
Católica mantenía un control mayoritario, a pesar de que,
durante la República, importantes sectores de la poblaclón

62 63
órganos, ceremonias) pero siempre cristalizados, "funciona-
(sobretodourbana)sehabíaliberadodelcontroleclesiástico les" para llevar a cabo el desarrollo de los ritos de paso regu-
iil;"" se llamó 'ila apostasía de las masas"' un sintagma
lares en la vida social o política, demostró su "utilidad prác-
acaso puede verse en la famosa
i"árági." cuya versiónlaica tica" y los "seryicios" indudables a los ciudadanos que, a lo
roi-íru de órtega "la rebelión de las masas")'
largo de los años y de las generaciones llegarían a identificar
el ceremo-
Durante el naóional-catolicismo, sencillamente, esos ritos, instituciones o ceremonias civiles con las formas
nial católico, en estos ritos de paso, se hizo prácticarnente
religiosas en las que los conocieron. En cualquier caso, la
;;g;;; para todos los españoles' Todos los recién naci- Iglesia Católica ya no podrá ser vista ahora como una enti-
era el único
á;;i;;il {rr" .", bautizadoi, puesto que este de pila"; todos dad metafísica, orientada a conducir a las almas hacia un más
;;;, en la práctica, de recibii su "nomtrre
así allá trascendente; ella se ha convertido en una agencia de
;í.ti q"e recibit "í ru",u*"'to de la "confirmación"'
que eguivS- servicios que "diseña", en régimen de monopolio, activida-
como la "primera comunión" (ceremonia social
des tan terrestres y cotidianas como la de imponer el nombre
la edad de
fti u tu reóepción de la toga piaetexta al cumplir nombre de a un hijo, presentarle en sociedad, casarle o conducir al ca-
q,i" 'iotut bandera" en el
1l iuio"> lá¿os tenían dáver al cementerio con un mínimo de decoro ceremonial. Y
la lglesia" y volver a
iji"t, v iodos tenían qo. ""uiutte p-or
por f-in' qu.e
son estos servicios instrumentales ("inmanentes" no "trascen-
b;;¡L;, a sus hijos. tb¿os los españoles tenían'
dentes") de la religión católica aquellos que más contribuyen
á"rJi. a la iglesia para pedir la '?extrema-unción" del mori- a consolidarla socialmente y a conseguir que sea vista como
;;;á; y, á"ñ. luego, para enterrarle en. elpaso' "camposanto"'
present:" necesaria e insustituible. Servicios tan insoslayables como los
El áonopolio ca1ólico de estos ritos de
:i ritos de paso, y que, además, constituyen un sistema ubicuo
cualquier sáciedad humana a partir de un cierto estado de
y permanente, realimentándose unos con otros, aumentarán el
áá."ii"rr", determinó la atrofiá progresiva de otras formas radio de influencia de la Iglesia Católica hasta el punto de con-
de ritos de paso o áe ceremonias civiles alter- seguir su identificación día a día con la vida civil y política
"rnU.iorrurius
nativas. Teóricamente era posible "casarse
por lo-civil", pero
de un modo que pudo llegar a parecer indisoluble. Algunos
estaba cerrada' Todavía a fina-
án la práctica esta posibilidad católicos actuales, intimistas y vivencialistas, acusan a la re-
i.. J"'tot 60, alguien que quisiera renunciar al "matrimonio
ligiosidad española de la época franquista de "externa", "su-
por probar (pues.t9 que es-
sac.umertat" fe;ía que comenzar perficial" y "burocrática", suponiendo, al modo protestante,
pero demostracton no era
laba bat¡Íizado) su apostasía; .e{-a que "la experiencia religiosa auténtica" brota del interior del
publicidad necesaria' parl que
fácil, porque no era posible la alma. Olvidan que la cosecha más abundante de experiencias
se confirma-
i; f;fi; áe la apostasía del tu1uro contrayente
a su párroco
religiosas íntimas, la cosecha de las que se llamaron "voca-
se. En consecuencla, elba:utizado que declaraba ciones tardías", tuvo lugar precisamente en los años 40 y 50,
;;l"j;i"nto de lá fe cristiana, incluso el aborrecimiento
en pleno fervor del nacional-catolicismo.En realidad, la reli-
apóstata' sino
reiterado de la misma' no era clasificado como giosidad de las primeras décadas del franquismo es el mejor
en una tentación pasajera'
o, pecador quehabía caído ejemplo moderno de "religiosidad civil" el sentido de
"o*o podía arrepentirse' Tras re- -enpositiva y muy
á. i" q"", en cualquier momento Varrón-, de religiosidadpráctica, funcional,
podría casarse "como
cibir la ábsolución correspondiente, poco metafísica, salvo en la apariencia.
Dios manda"' El funcionalismo de la religión católica, sin embargo, no
canales pre-
Es evidente que la Iglesia Católica, al ofrecer se reduce solo al ofrecimiento de sus servicios para la reali-
gran calidad estética: templos'
figurados (y a veces dé una
65
64
zación de los ritos de paso civiles o para dignificar las ma- operantis; pero si nos atenemos al finis operis de cada una
gistraturas políticas con la "gtacia de Dios". En todos los de estas campañas, me parece obligado reconocer a esas ini-
planos de la vida social se deja notar la actividad instrumen- ciativas funciones instrumentales de gran importancia desde
ial de la iglesia según ese régimen de monopolio o, por lo el punto de vista personal y social. A través de la confesión
menos, de situación privilegiada que hemos subrayado. Los auricular un gran número de mujeres y de varones recibían
servicios de la Iglesia Católica en materia de educación pri- asistencia psicológica o psiquiátrica gratuita y, en ocasiones,
maria y secundaria (durante el franquismo Ia Iglesia no se una auténtica terapia de conducta, por cuanto la absolución
responsabilizó masivamente de la enseñanza universitaria, catílica requería Ia reparación objetiva, es decir, las obras y
aunque la controló todo lo que pudo y la vigiló estrechamen- no solo lafe.El rosario en familia, en una época en que no
te) són de sobra conocidos. Cristo había dicho, a través de San había televisión, constituía un medio muy sencillo y barato
Niarcos, o de quien realmente escribiera su evangelio: "id a para conseguir que los grupos familiares estuviesen reunidos
todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura"; y Ia en casa sin hablar tanto, sin chismorrear, o sin reñir-
Iglesia sabía que el evangelio, la doctrina cristiana, no podía -porcolectiva, por lo menos tan interesan-
entregados a una tarea
pérrnanecer aislada de las matemáticas (pues se acabaría el te como el juego de la brisca. En cuanto a las "normas de
milagro de los panes y los peces), de la historia, de la biolo- decencia" (por ejemplo, la propuesta por la instrucción de los
gía o de la astronomía; sabía que estas enseñanzas podían metropolitanos españoles para la "cru,zada de la decencia y
áesmandarse y tomar un aspecto no muy favorable al dog- moralidad", en 1957: "no puede aceptarse que los novios
ma. De ahí la preocupación constante de la Iglesia por el vayan cogidos del brazo") que tanta hilaridad producen a los
control de la educación, y, más que por enseñar las diversas católicos postconciliares más "modernos" , habúa que subra-
ciencia, por evitar, que, a su sombra, se enseñasen doctrinas yar su gran funcionalismo en una época en la que la "píldo-
heréticai o piarum aurum offensiva. La forma mejor ra" o el "preservativo" no eran accesibles. Los metropolita-
más, la más rentable desde el punto de vista empresarial-
-ade- nos españoles sabían, sin necesidad de haber leído a Freud,
era la de crear colegios de enseñanza a cargo de frailes y (la "experiencia secular" del confesionario daba ciento y raya
monjas (en la democracia, se dice oficialmente "religiosos" a las experiencias de los consultorios y divanes de los psicoa-
y "religiosas"). nalistas) dónde acaban por las tardes los novios que por la
En cualquier caso la influencia instrumental de la religión mañana se cogen delbrazo en el paseo, y las consecuencias
no se agota en estos servicios sino que tiene lugar por otras terribles para la madre de aquella época de un hijo natural.
vías más difusas, pero no menos eficaces. Por ejemplo, y casi De este modo las "normas de decencia" de los obispos espa-
al azar; las campañas en favor de la práctica de Ia confesión ñoles de los años 50 desempeñaban la misma función instru-
auricular, las campañas en pro del rezo del rosario en familia mental que la campaña en pro del preservativo ("póntelo,
o la promulgación de las "normas de decencia" que la "Co- pónselo") en los años 90 del gobierno socialista: La ministra
misién episcopal" proponía regularmente (y que las autorida- Matilde Fernández no es otra cosa, en el cuerpo de la socie-
des franquistas procuraban hacer cumplir con los medios a su dad española socialista, sino el homólogo del obispo Guerra
alcance). Sin duda, muchos (entre ellos el clero de vanguar- Campos en el cuerpo de la sociedad española franquista.
dia) verán esas iniciativas como efectos de la mas p\ray gaz-
moña voluntad de poder de un clero tradicional voraz e insa-
ciable. No discuto el diagnóstico por 1o que se refiere alfinis

66 67
) la noche a la mañana, incluso suponiendo que se desee, el
recambio, de instituciones tan arraigadas como las del bau_
tismo, la primera comunión, la boda por la iglesia y el fune-
Ya en las últimas etapas del franquismo las funciones
ral católico. Ocurre con estas instituciones como con el román
instrumentales ejercidas por las instituciones religiosas (so-
paladino con el que todos los días hablamos al vecino. No es
bre todo las de la Iglesia Católica) evolucionaron notablemen-
posible ningún recambio desde arriba, puesto que es necesa_
te, en la dirección del relajamiento de la disciplina, conven-
tual o cuartelera, de las primeras etapas. Fue decisivo el con-
rio seguir hablando en 1a lengua común mientras los
innovadores, en nombre de la Innere Sprachform euskérica
tacto de los cientos de miles de trabajadores españoles que
por ejemplo, preparan desde arriba las nuevas gramáticas: el
salieron a Francia, a Suiza o a Alemania, así como también
intento de gobiernos autónomos, partidos políticos, maestros
el impacto de las crecientes oleadas de turistas (aumentaban
de escuela y antiguos clérigos para intentai el recambio de la
por millones) procedentes de una Europa recuperada de la
lengua española por la lengua catalana, vasca, valenciana o
gr"rra por el Plan Marshall: los obispos, pretendiendo man-
gallega tiene muy difícil la consecución de sus objetivos. pero
i"oer rigor de sus normas de decencia en las playas y clu-
"[
bes se enfrentaban en vano con los gobernadores civiles, más
los gobiernos autónomos o centrales, los servicioi sociales, o
Ios partidos de izquierda de la democracia ni siquiera han
tolerantes, porque los turistas, junto con sus "indecencias",
intcntado ofrecer "gramáticas alternativas,, para céremonias
traían las divisas.
tan importantes socialmente como la imposición del nsmbre
Lo que la Iglesia Catílica perdió con la constitución de-
a los recién nacidos, el matrimonio o el entierro. Se echó mano
mocrátiia fue propiamente el monopolio legal del control de
del matrimonio civil, institución que fue extendiéndose poco
los ritos de paso. Crecieron, aunque modestamente, otras
a poco, pero sin dotarla de un mínimo decoro ceremonial:
confesiones (adventistas, testigos de Jehova, musulmanes) o
durante años, a quienes querían contraer matrimonio civil se
aparecieron fenómenos sui generis como el del Palmar de
Ies ponía en una cola del juzgado junto con los que iban a
Tloya (un fenómeno muy poco estudiado desde el punto de
pagar una multa de tráfico; más tarde se habilitaron salas,
vistá de la antropología y de la fenomenología de la religión);
importancia no puede modestas por cierto, para que los invitados pudieran presen_
pero estos nuevos fenómenos
-cuya
desestimarse en la coloración del nuevo paisaje de libertad de
ciar el acto, pero con un ceremonial prácticamente deicuida_
do. También la democracia ha descuidado el ceremonial del
cultos- fueron siempre minoritarios y la Iglesia Católica entierro civil y no ha ofrecido nada similar a un funeral cató-
mantiene con la democracia su control de facto. (Una pelícu-
lico. Solo en los casos en los que el cadáver es ilustre (artis-
la sobre el papa Clemente, autodenominado Gregorio XVII,
ta, escritor, o alcalde de Madrid) se improvisa algún cei"*o_
y subvencionada por el Ministerio de Cultura del gobierno so-
nial, se pronuncian discursos sobre la tumba; pero en los casos
cialista, orientada a ridiculizar a la iglesia palmariana, se
de los "ateos o agnósticos anónimos,' nada puede hacerse y
convertía a su intención "racionalista" y "desmiti-
Ios católicos integristas pueden decir que los ,.descreídosl,
ficadora"--pese
en una apología indirecta de la "Iglesia verdade-
tienen en la democracia el entierro que se merecen: se les
ra" en tanto esta no era merecedora de desmitificaciones si-
entierra como a peros. La solemnidad o el simple decoro, en
milares, subvencionadas por el Ministerio).
la imposición del nombre, en las bodas o en los entierros hav
Seguramente puede afirmarse que la Iglesia Católica man-
clue ir a buscarlos todavía a la Iglesia Católica. y así las bo'-
nvo áe facto el control que sobre los ritos de paso detentaba
tlas ¡ sobre todo, los entierros de militantes de partidos de
de iure en la época franquista. No es nada fácil conseguir de

6B 69
izquierda, incluso de militantes del partido comunista, suelen irán a sus lugares de origen, financiados por los gobiernos
,"óg"rr" libremente (es decir, inercialmente) a los ceremonia- regionales respectivos, a buscar, generalmente en la prehisto-
les que proporciona la Iglesia Católica. ria, las "señas de identidad" de la región histórica que les fi-
gn tó¿o caso, la democracia trajo consigo una eclosión nancia). Más aún, la democracia representó también la evo-
notable del laicismo, incluso una suerte de anticlericalismo lución de instituciones en cierto modo paralelas a las de la
pasivo, que desacraliza a los "sacerdotes", quepasarán a lla- religiosidad calvinista. Me refiero, por ejemplo, a la patoló-
,nurr. i'iuras" con un matiz caraeterístico aplicable al cura sin gica proliferación de loterías, concursos, juegos de azar, etc.
sotana y sin alzacuello. (Antes hemos observado como ofi- que han ido educando al ciudadano en la actitud de expecta-
cialmente a las monjas se les llama "religiosas" y a los frai- tiva reverente, no ya ante la Gracia divina (que concede Dios
les, "religiosos"). En gran parte, esta "desacralización del clero con independencia de las obras), sino ante el bombo de la
fue la reácción obligáda a la época de los "curas con sotana" lotería. Diariamente, millones de espectadores de televisión
guardianes de la "décen c.ia" ' La democracia vino con el "des- contemplan cómo numerosos individuos son agraciados con
iape" (incluso este se le anticipó unos años) no solo en revis- pequeñas o menos pequeñas fortunas, tales que un trabajador
tai iluitradas, cine y televisión, sino también en las playas' (y menos aún un desempleado) no podría reunir en mil años.
Contribuyó a este pioceso de secularización la masiva deser- Este calvinismo mecanizado constituye, a nuestro juicio, una
ción camino del rnatrimonio, en los años 70 y 80, de los "cu- de las mayores fuentes de corrupción civil, por cuanto con-
ras" y los "frailes", y de la popularización de la figura de los tribuye, entre otras cosas, a poner en diario ridículo las retri-
"curás casados". La consecuencia inmediata de los ejemplos buciones que puedan obtenerse a cambio de un trabajo "hon-
cadavez más abundantes de estos curas que se casaban fue, rado".
como ya hemos dicho, la disminución progresiva de la.con- Ha sido, en todo caso, sorprendente el ritmo vertiginoso
fesión auricular. La confesión auricular, junto con el celibato que, con el advenimiento de la democracia, experimentó el
sacerdotal y la misa obligatoria de los domingos habían sido alejamiento de los españoles respecto de las instituciones
las tres insiituciones a través de las cuales la Iglesia romana "funcionalmente básicas" de la.confesión, elcelibato y la misa
pudo ejercer su control, durante siglos, sobre las sociedades dominical. Los confesionarios, los seminarios y los templos
irrop"á.. Estas tres instituciones fueron abolidas por Lutero, han quedado prácticamente vacíos (aún cuando en algunas
al reiucir la confesión a una relación directa entre el pecador ciudades, el1,5% de la población que sigue yendo a misa los
y Dios, al aconsejar a los "pastores de almas" que fundaran domingos sea suficiente en cuenta el incremento
demográfico- para mantener -teniendo
iamitias y al prociamar que "todos los días son domingo" (es la apariencia de la iglesia lle-
decir, al óstablecer que nlngún día 1o es en particular)' Podría na en misa de doce). Los acontecimientos cíclicos por los que
decirse que la democracia española, en este sentido, comen- se mide y estructura el tiempo anual han dejado de estar re-
zó siendb a su modo una especie de democracia luterana gulados por el Calendario litúrgico y son establecidos, para
secularizada (los años 70 fueron los años del ascenso acadé- millones de españoles, por la Liga de fútbol. Para millones
mico y profeiional de la Psicología; los antiguos candidatos de españoles de la democracia, el papel que desempeñaban
u o directores espirituales se reconvertían en psi- los nombres del Corpus,laAsunción o San Pedro, será des-
"oni".or"t
cólogos o asistentes sociales; después de los años 70, con el empeñada por los nombres de los días de la entrega de la Copa
desarrollo de las autonomías, la democracia contemplará el del Betis, del BarEa, o del Zaragoza (que, por cierto, será ofre-
auge de la Antropología cultural, y docenas de antropólogos cida a continuación a la Virgen del Pilar).

70 71
..-

Sin embargo, y sin perjuicio del alejamiento de la lglesia, puede tomarse en todo caso como una prueba de solidaridad
la gran mayoría de los españoles (el B}Vo o acaso más) sigue por parte de quien lo aporta. De hecho, durante la democra-
"creyendo en Dios"; un Dios lejano, pero visto como un prin- cia, y particularmente en la etapa socialista, los medios de co-
cipio tan necesario, en su función de "cúpula del universo y municación se han caracterizado por ofrecer regularmente y,
de la vida", como pueda serlo el "cielo azul" como "cúpula ¿r veces, con gran despliegue, "testimonios" de vida religio-
de la Tierra". De hecho, en la democracia, la palabra ateo sa, generalmente católica aunque también muy minorita-
resulta malsonante, se prefiere, como hemos observado, el riamente, en función de la cuota democrática, de otras confe-
termino "agnóstico", más neutro y propio para inscribir en los siones, faltando al respeto de quienes distinguen entre lo que
pasaportes. Por algo el termino "agnóstico" resulta más "cul- cs un testimonio de sus propias convicciones psicológicas y
to", igual que le ocurre al termino "ética", frente al termino lo que es un testimonio de una supuesta realidad. Se consa-
"moral", tradicionalmente utilizado por la derecha. En cierto gran espacios de televisión pública, como "días del señor",
modo, la estructura de la democracia del 78 podría deducirse ocupan tiempos generosos los susodichos "testimonios" etc.
de las vacilaciones y confusiones que suscitan los pares de Pero no se conceden, salvo fugazmente y a cuentagotas es-
términos agnóstico/ateo, éticalmoral y curalsacerdote. Mien- pacios de exposición o "debates a fondo" de signo "raciona-
tras que "ateo" arrastra el matiz agresivo de una negación, que lista". Se diría que existe un consenso firme entre todos quie-
se considera muchas veces como signo de mala educación, nes ejercen el "cuarto poder" (periodistas, presentadores de
el término "agnóstico" viene a querer decir para muchos: "las televisión, conductores de programas de radio) a propósito de
cuestiones religiosas son cuestiones privadas". En la demo- ciertos postulados implícitos, mucho más numerosos de los
cracia decir "soy agnóstico" equivale a decir: "las cuestiones que cabría imaginar en una "situación de libertad". Entre estos
religiosas pertenecen a mi vida privada y es impertinente postulados implícitos figura , junto al postulado de "respeto
suscitarlas en público". El agnóstico considera a las cuestio- a la monarquía", el postulado de "respeto a la religión", es
nes religiosas, por tanto, tan privadas como las cuentas co- decir, los postulados de respeto al trono y al altal. El cuarto
rrientes y, de hecho, los agnósticos suelen tener todos ellos poder, que se autodefine a sí mismo por la norma de la liber-
cuentas corrientes, también secretas, en bancos importantes. tad de expresión tantos servicios ha prestado sin duda,
Lo que conviene, sin embargo, constatar son las consecuen- -que
a la democracia en el desenmascaramiento de las corrupcio-
cias favorables a Ia religión de este agnosticismo militante nes en la aplicación de las reglas vigentes- se detiene, sin
(democráticamente militante). En efecto supuesto que nadie embargo, ante las reglas mismas, y no ya ante aquellas que
pueda demostrar que Dios no existe (el supuesto del agnósti- puedan considerarse necesarias para la propia democracia,
co) y, por tanto, supuesto que no tiene sentido que alguien sino ante otras muchas que solo lo son para cierto tipo de
proclame lo que no existe, cobrará en cambio un sentido nuevo clemocracia, que son discutibles siempre, pero que no se dis-
el escuchar a quienes dan con sus palabras "testimonio" del cuten de hecho. Nos referimos a los postulados relativos al
Dios vivo. Pues "no poder demostrar que Dios no existe" es agnosticismo militante, a la abolición absoluta de espacios
tanto como admitir la posibilidad de Dios; y, entonces tendrá destinados regularmente a la crítica sistemática de la religión
sentido escuchar a quienes dicen dar testimonio existencial de en general y a la crítica a la idea de Dios en particular. Pare-
una posibilidad, puesto que ese testimonio siem- ce como si el "cuarto poder" compartiese con el primero
pre, dicen quienes lo dan, olvidando que no-respetuoso
hace todavía 20 consideramos como tal al ejecutivo- esta proposición
años enviaban a la muerte civil al ateo, con los increyentes- -si
con la que Voltaire traducía la sabiduría política dc Critias:

72 t3
"No hay un hombre que teniendo que gobernar a 600 perso-
nas, quisiera que éstas fueran ateas". Napoleón lo expresó de
un modo más expeditivo, por no decir más grosero: "IJn cura
me ahorra cien gendarmes".

3. LA INFLUBI\CIA INTERCALAR

La naturaleza de las que denominamos "influencias


intercalares" de la religión en la sociedad española permite
un tratamiento conjunto de Ia época franquista y de la época
democrática, no por que no haya diferencias importantes, sino
por que, a la escala en que nos movemos, estas diferencias
pueden ponerse entre paréntesis.
En efecto, supuestas las instituciones religiosas funcionan-
do regularmente en el conjunto de la vida civil, es decir, "in-
tercaladas" en el tejido de esta vida, se comprende que su
entramado con ella sea cada vez más tupido. Las institucio-
nes religiosas ya en marcha, en la vida de una sociedad, da-
rán lugar necesariamente a movilizaciones de actuaciones
civiles o políticas destinadas a ordenar las relaciones a las
cuales, en un plano genérico (y no específicamente religioso)
ha de dar lugar el juego o tráfico de las propias instituciones
religiosas. Pues, obviamente, las relaciones entre institucio-
nes religiosas no tienen por qué ser siempre de naturaleza
religiosa (y no de natualeza civil, jurídica o política). Cuan-
do dos cofradías se disputan a palos la prioridad en el desfile
de una procesión de Semana Santa tendrá que ser la policía
municipal o la nacional la que acuda al lugar de los hechos;
como cuando el Papa decide visitar la capital del Reino, o
cualquier otra ciudad española, planteará problemas diplomá-
ticos, de seguridad, de protocolo, etc., ante los que ningún
gobierno agnóstico podría permanecer ajeno, aunque no sea
más que por los motivos genéricos de intendencia u orden
público que suscita la movilización de cientos de miles de
ciudadanos.

74 75
Pero acaso el cauce regular, no ya circunstancial o episó- consagración incluida, resultaría una parodia y aún una sacrí-
dico, a través del cual las instituciones religiosas se han in- lega profanación a los ojos de los creyentes, puesto que la
tercalado en la vida democrática, ha sido el cauce de lo que consagración es un milagro que está por encima de la cultura
se contiene bajo el ambiguo rótulo de "cultura". La idea de y que es supra-cultural, por lo mismo que es sobre-natural.
"cultura objetiva" (como hemos defendido en otros lugares) De hecho las fronteras que separan el "Reino de la Gra-
es una idea moderna. Su precursora en la Europa cristiana, cia" (bajo cuya jurisdicción se encuentran los templos, las
fue la idea del Reino de la Gracia y a la Gracia se reducía la tallas artísticas, las custodias, la música sacra) del "Reino de
práctica totalidad de los contenidos que hoy llamamos "cul- la Cultura" (del patrimonio histórico-artístico) no están bien
turales" (comenzando por las propias instituciones religiosas, definidas y suelen ser establecidas por las reglas de la pru-
pero también incluyendo a las artísticas, a las jurídicas y a dencia. Sin embargo es evidente que la atención que la de-
las políticas, a los "Reyes por la gracia de Dios"). En la de- mocracia ha venido prestando a las instituciones religiosas en
mocracia, en cambio, la Cultura comienza a ser, inversamente, su calidad de instituciones culturales (subvención a concier-
una idea con pretensiones de envolver a las mismas institu- tos sacros, a exposiciones religiosas, a restauración de tem-
ciones religiosas. "La religión es cultura". Esta tesis, que plos, asistencia de la guardia civil a procesiones religiosas,
práctica financiación de los "años santos" y de las rutas
suscribiría, desde luego, cualquier antropólogo, no podría ser
jacobeas, etc.) ha sido muy notable.
suscrita por un teólogo católico consecuente, para quien la
También merece una mención la intercalación de las ins-
Gracia es un "don sobrenatural", siendo así que la Cultura es
tituciones religiosas, a través sobre todo de la idea de cultu-
en todo caso menos para quien define al hombre como
-al el contenido de la naturaleza humana o ra, con el "estado de las autonomías", creado por la constitu-
"animal cultural"- ción democrática del 78. La vocación ecuménica de la Igle-
de la historia. Sin embargo, los católicos que han aceptado sia Católica ha inspirado una y otra yez saber, cuando sus
las reglas democráticas la totalidad- acep- relaciones con los Estados no eran todo -alo fluidas que ella
tan también gustosos la-prácticamente,
concepción de la religión como cul- deseaba- políticas independentistas de diversas regiones
tura y apelan a la "cultura religiosa" como a una de las prin- dadas dentro de esos Estados. Desde su latín ecuménico re-
cipales premisas para requerir de los poderes públicos la ne- sultaba además extremadamente cómodo el fomento de las
cesidad de mantener la enseñanza de la religión (católica) en lenguas regionales capaces de mantener a distancia a los fe-
los centros de enseñanza (los poderes públicos agnósticos ligreses de la lengua del Estado poco amigo. Es bien sabido
podrían también propiciar la enseñanza crítica de la religión, que en España fueron clérigos o seminaristas los principales
en la forma de una Historia de las religiones comparadas). Se inspiradores de las "lenguas nacionales" que acercaban a la
trata de una aceptaciín aggiornata pero muy confusa y am- Iglesia ecuménica al pueblo, particularmente al pueblo cata-
bigua. ¿Qué obispo católico o qué comisión episcopal acep- lán o al pueblo vasco (acaso el pueblo gallego constituye una
taría sin protesta el montaje de un ballet por el excepción puesto que la Iglesia Católica ha sabido mantener
Ministerio de Cultura- que consistiera en -promovido
representar en un en Galicia el uso del castellano, acaso por la proximidad del
teatro del Estado una misa pontificial? Las ceremonias de una gallego con la lengua "supersticiosa" de meigas y
misa solemne son, sin duda, desde el punto de vista pastequeiros). La idea de Cultura ahora, por
su denotación a lo que en la época del -aproximada
franquismo se llamaba
antropológico ceremonias culturales, como también son ce-
remonias culturales las ceremonias de pubertad de los apaches el F olklore: cultura catalana, cultura vasca, cultura andalttza-
chiricahua. Pero una escenificación laica de esa misa, con la acude ahora a propiciar los lazos entre la Iglesia ecuménica
y el Estado de las autonomías.

7i¡
FINAL

En la España de Franco no se podía vivir sin Dios (nos


referimos al bios de la ontoteología cristiana). No podían vivir
sin Dios, por supuesto, los sacetdotes (especialistas religio-
sos, teólogos, etc.) que vivían del altar; ni tampoco podían
vivir sin Dios los ateos declarados, a quienes se les daba, si
no ya la muerte física (como en la Edad Media) si la muerte
civil; ni podía vivir sin Dios la práctica totalidad de la pobla-
ción que sólo a través de Dios podía recibir el nombre, casar-
se o enterrar a sus muertos.
En la España democrática se puede vivir sin Dios, pero de
hecho, la mayoría, sigue viviendo con é1, aunque sea en la
forma de un éter residual y lejano que tranquiliza las vidas
de los ciudadanos y les libera de cualquier inquietud de natu-
raleza filosófica, dejándoles todo el tiempo para dedicarse a
sus cuentas corrientes, a sus deportes, a sus discotecas o in-
cluso, en el caso de las minorías más cultas, a dar algún bo-
cado a las enciclopedias científicas o históricas y, sobre todo,
a las novelas que ocupan los primeros puestos en las listas de
best-sellers. Los "pensamientos", como si fuesen "sentimien-
tos", han pasado a ser considerados como propiedad privada,
asuntos í.ntimos Es frecuente escuchar, por ejemplo, por bpca
de periodistas: 'opara mí... la unidad nacional de España no
cristalizó hasta el siglo XVII")' Los pensamientos y, en par-
ticular, las creencias teológicas son, para una parte muy im-
portante de la gente que se considera de 2quierdas, sentimien-
tos, pensamientos privados. Se confunde la autonomía del
juició moral con los dictados de la conciencia subjetiva, al

79
mismo tiempo que el desarrollo de los medios de transporte
y de comunicación facilita la expansión gigantesca de ciertas
instituciones ejemplo, las romerías de la Virgen del
-por o las procesiones de Semana Santa- en
Rocío en §amonte
las cuales los componentes religiosos desempeñan una fun-
ción intensamente intercalar aunque no accidental (las rome-
rías de la Virgen del Rocío se alimentan de intereses sociales
no religiosos, cerca de los que mueven el creciente interés por
la ópera en otras capas sociales; pero es la religión, por no
decir el fetichismo, el cauce que los canaliza).
El ideal de la inmensa mayoría de quienes viven en la de-
mocracia española, en 1o que a las cuestiones religiosas con-
cierne, acaso podría ajustarse a la siguiente norma de conduc-
ta: "usted puede pensar decir y hacer lo que quiera, con tal III
de que yo pueda pensar, decir y hacer lo que me dala gana".
O, de otro modo: "respeto tanto sus pensamientos, dichos y
hechos en materia de religión por motivos psicológi- DEL CONFESIONALISMO
-sea que, con tal de que no
cos, sea por motivos antropológicos- AL CRIPTOCONFESIONALISMO
interfieran con los míos, puedo decirle que me tienen sin
cuidado". Una nueva forma de hegemonía
¿No es esta la más absoluta falta de respeto a los pensa- de la Iglesia
mientos de los demás?
por Gonzalo Puente Ojea
Madrid, Febrero de 1994

BO

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