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DEMOCRACIA EN CHINA

La República Popular China arrastra una historia fascinante. Hablamos de una


sociedad que ha vivido siempre bajo el poder de unos pocos y que ha sido capaz de
mantenerse unida al paso del tiempo, infranqueable e irrompible al devenir de los
acontecimientos. Su estilo de vida propio, sus tradiciones, y el sistema político, han
arraigado profundamente en el corazón de sus gentes. China ha avanzado, pero
siempre con el retrovisor bien regulado y mirando al pasado. “Modernization and
tradition”. Si nos fijamos en los rasgos puramente civilizatorios, rápidamente
descubrimos que siempre han estado muy por delante del resto del mundo en casi
todo, pese al distanciamiento (para mal) experimentado en los siglos XIX y XX.
Parte de los problemas del país estarían relacionados con la ausencia de tierras
cultivables, y de su enorme población. Pensemos que China, para el poco tiempo que
le dedican nuestros medios, representa el hogar de 1.360.000.000 personas.
Hablamos de una población 5 veces superior a la de EEUU para la cual se repartirían
un territorio de similares características. En esta sociedad tan literalmente “cercana”
lógicamente primará el colectivo y desde luego la familia. Quizás esto, junto a su
herencia confuciana sean los responsables de su lealtad al gobierno y al Estado.
Centrándonos en la estructura formal del régimen político diremos que ésta se basa
en la Constitución estatal adoptada en 1982, modificada en 1999 por el Congreso
Popular Nacional, que sería el cuerpo legislativo superior de China. Esta Constitución
es un reflejo de la determinación de Deng Xiaoping por establecer una base
institucional sólida, duradera y que permitiera la real modernización de China.
Rompían con la lucha de clases y ponían el énfasis en otros aspectos e intereses
ajenos al PCCh, sin restarle a éste la labor de dirección central del país. Estamos
hablando de un sistema de partido único. Derechos como el sufragio activo y pasivo,
la libertad de expresión, de reunión, religiosa o la libertad de prensa estarían aquí
positivadas. Como cualquier lector sabrá, esto no significa que se respeten. Una
Constitución nunca mide por si sola la vida cotidiana de los ciudadanos. Las hay
“preciosas”, pero que en la práctica se convierten en papel mojado.
Las únicas elecciones que se han permitido han sido en ámbitos de gobierno local en
pequeñas localidades. En Hong Kong y Macao se celebran elecciones legislativas,
pero sólo para elegir a un tercio de los miembros de los consejos legislativos de las
dos regiones administrativas especiales.
El CPN tiene la competencia de elegir al presidente (Xi Jinping desde marzo de 2013)
y al vicepresidente (Li Yuanchao desde marzo del 2013) para mandatos de cinco
años. El primer ministro es nominado por el presidente y confirmado por el CPN. El
CPN también designará al consejo Estatal, que equivaldría al clásico gabinete
occidental. El Consejo Estatal parece responder en la práctica al Secretariado del
PCCh por debajo del Buró Político y su respectivo Comité Permanente.
Pese a la afirmación anterior, no es del todo cierto que en China haya un solo partido,
Por Yang Fengchun, profesor adjunto de la Facultad de Ciencias Políticas y
Administración Gubernamental de la Universidad de Beijing, habla de sistema de
cooperación multipartidaria y consulta política bajo la dirección del PCCh. Existirían 8
partidos más, con estatus de partidos participantes en los asuntos estatales, que
cooperan y participan en el poder del Estado. Serian los siguientes:
1) Comité Revolucionario del Kuomintang de China
2) Liga Democrática de China
3) Asociación para la Construcción Nacional Democrática de China
4) Asociación para la Promoción de la Democracia en China
5) Partido Democrático Campesino y Obrero de China
6) Zhigongdang de China
7) Sociedad Jiusan
8) Liga de Autonomía Democrática de taiwan
Según el profesor, el principio básico del Partido Comunista sería el de “coexistir de
forma duradera, supervisarse mutuamente, tratarse con el corazón en la mano y
compartir tanto la gloria como las afrentas”.
¿Qué hay de la democracia?
Manuel Castells señalaba en un artículo en La Vanguardia en el año 2010 que en
encuestas internacionales relativamente fiables sobre niveles de apoyo al Gobierno,
China alcanzaba el más alto nivel (72%), en contraste con la crisis de confianza
experimentada en las democracias occidentales. Como vemos, no siempre los
modelos más democráticos son los mejor valorados. Solo hay que ver como valoran
los españoles a los partidos políticos o al Gobierno. Quizás deberíamos reflexionar un
poco antes de ir dando tumbos por el mundo con la cabeza tan alta y exportando
nuestro modelo. No digo que sea malo, pero desde luego no es el único.
Castells nos explica también que sus sociedades han mejorado. Se sienten fuertes
ante el resto del mundo. Sostienen países con sus masivas compras de deuda y
compran los bonos del tesoro de su máximo rival “ideológico”, Estados Unidos.
La denuncia de las taras del modelo chino es algo totalmente legítimo, pero bajo
ningún concepto ha de mezclarse con los infructuosos intentos de exportar nuestro
modelo, a veces desde Washington, véase el famoso disidente Liu Xiaobo.
Quizás suene absurdo, pero es posible que exista más discusión entre las enormes
facciones que integran el Partido Comunista, donde encontramos desde marxistas-
leninistas ortodoxos, hasta neoliberales o thatcheristas, que en los dos clásicos
partidos americanos, ambos liberales, todo y ser conscientes de las enormes
discrepancias que integran especialmente el Partido Republicano. En EEUU el modelo
económico no es negociable. En Europa cada vez menos.
Tal vez, si exportásemos nuestro modelo al gigante asiático nos daríamos con un
canto entre los dientes al desatarse resultados inversos. China, a su manera, está
sabiendo crear riqueza. Es cierto que se está produciendo un aumento de la
desigualdad, pero esta vendría de la mano del modelo económico más que político.
En occidente ha ocurrido lo mismo. Ronald Inglehart, en su más que conocida Teoría
de la Modernización Revisada predecía que países como China o India se convertirían
en democracias liberales en un plazo de entre 15 y 20 años. ¿Hablamos de El fin de
las ideologías de Daniel Bell?
CONCLUSIONES
1. La democracia es algo más que un modelo fijo. Es la fórmula en la que unos
ciudadanos deciden “libremente” vivir.
2. Los ciudadanos de China se han acostumbrado a vivir de un determinado modo, y
en su mayoría respetan el modelo. No sé hasta qué punto estos son conscientes o
están influenciados, “manipulados”, directamente por el régimen.
3. La democracia “muta” en cada territorio. La cultura política y la forma con la que se
han venido haciendo las cosas ejerce un peso determinante en cada territorio. Nos
guste o no hay ciertas cosas que no son exportables.
4. China no es una democracia, eso no quiere decir que no exista cierto grado de
participación ciudadana. Dicha participación, muy relacionada con las mejoras
económicas experimentadas por gran parte de la sociedad, ejerce presiones
democratizadoras. Además, el gobierno está perdiendo legitimidad y se ve poco a
poco cada vez más obligado a “abrirse”. La corrupción, cada vez menos
“disimulable” también sería un elemento a tener en cuenta.
5. Cuando un estudiante chino protesta, suele pedir reformas, que no democracia, y
mucho menos liberalismo. El peso del pasado sigue ejerciendo gran poder sobre la
ciudadanía. A este hay que sumarle el sentimiento nacionalista, ideología
dominante entre los jóvenes. Al chino lo que le interesa es que su país vaya bien,
el cómo no es tan sumamente importante.
6. Hablamos de un territorio enorme y muy heterogéneo. Existen múltiples realidades
en China, (minorías sociales, grandes cleavages…) con lo que cualquier
generalización es peligrosa.
7. Hay que ir con pinzas al realizar ciertas afirmaciones. En el mundo actual las cosas
no ocurren como nos esperamos, y en muchas ocasiones los cambios se producen
más rápidamente de lo previsto. Las ciencias sociales se intentan aproximar a la
realidad e intentan predecir, pero no son ciencias exactas.
8. El gobierno ha de saber adaptarse al nuevo contexto a base de reformas
importantes. Los medios de comunicación, y sobretodo internet, facilitan nuevas
formas de protesta, y permiten que se convoquen, cada vez con mayor rapidez,
todo tipo de protestas al sistema político.
9. Los cambios pueden producirse de forma lenta y pausada mientras que la
economía marcha bien. China crecía a un 7,45 en el primer trimestre del 2014. No
sabemos lo que podría ocurrir si baja el crecimiento.
10. China ha sido tendente a acallar las protestas con grandes dosis de violencia. En la
actualidad resulta imposible pensar que pudiera reaccionar del mismo modo, con lo
que las protestas tal vez podrían terminar por ganar la partida.

Fuente:
https://ssociologos.com/2014/07/01/democracia-en-china/

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