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EL ARTE DE LA GUERRA

Sun Tsu
Perspectiva Desde La Administración Del Siglo XXI
-Alessandra Bocanegra Narro-

I. Introducción

En el presente trabajo, se pretende analizar la actualidad de la obra “El arte de la


Guerra”, obra del chino Sun Tzu, desde la perspectiva de la administración del siglo XXI,
la intención es revisar algunos de los conceptos más relevantes del libro y compararlos
con algunos de los teóricos actuales de la administración y que por ello ejercen una gran
influencia en la vida de los actuales y futuros profesionales de la administración de
México y el mundo, que manejan empresas públicas o privadas, así como
organizaciones no lucrativas. Se busca enfatizar la relevancia de este pensador oriental,
en la vida de los estrategas organizacionales del mundo de hoy, muchos de los cuales
se rigen por la administración estratégica.

II. Antecedentes historicos

Hablar de datos biográficos de Sun Tzu, es algo complejo y difuso, según el sitio web
Famous people (2000, p. 1), se sabe que vivió en China, entre los años 722 al 481 antes
de Cristo, que era militar y alcanzó el grado de general, que participó en diversas
batallas, muchas de las cuales no siempre le fueron afortunadas. Se sabe que su obra
“El arte de la guerra” conocida también como “Los trece capítulos”, fue escrita
aproximadamente hacia el año 500 antes de Cristo, en la cual nos habla sobre tácticas
y estrategias militares, esta obra fue el primer intento conocido sobre lecciones de
guerra y de estrategia. En ella, el autor nos muestra con gran inteligencia y habilidad,
sus conocimientos en la batalla, así como los preparativos para la guerra; según las
pocas referencias históricas.

Este ensayo podemos señalar que es un estudio de carácter esencialmente exploratorio,


pues tal como se señala en su obra Rafael Hernández Sampieri “Los estudios
exploratorios se efectúan, normalmente, cuando el objetivo es examinar un tema o
problema de investigación poco estudiado o que no ha sido abordado antes. Es decir,
cuando la revisión de la literatura reveló que únicamente hay guías no investigadas e
ideas vagamente relacionadas con el problema de estudio”. (Hernández S., 2002, pág.
70). Dicho lo anterior, no nos resta sino adentrarnos en el material de trabajo, un libro
muy atractivo y sobre todo, escrito con una sencillez que solo es rebasada por la
profundidad de los conceptos. Como ya señalamos, la intención de abordar este tema
surge, tras una revisión de diversos programas y autores de obras de administración.

Este estudio busca responder a un vacío específico de información de la revisión de la


obra de Sun Tzu, en tema como son de uso común en la administración, tales como: La
estrategia, el liderazgo, la acción, la negociación, la dirección y la ética.

III. Desarrollo

A lo largo de la obra, el autor expone de manera clara, sencilla y fluida sus diversas
conclusiones sobre el manejo de la organización militar. El autor es un gran observador
y mejor analista, su prosa es poderosa a la vez que precisa.

En la organización empresarial actual, la vida está inmersa en una competencia


permanente y agresiva, de no saber cómo hacerlo pueden morir, el mundo globalizado
no ha hecho sino acrecentar los niveles de competencia; ello le da vigencia al concepto
de este pensador oriental, quien en el primero Capítulo, llamado “Sobre la evaluación”,
el autor nos señala que “la guerra es de vital importancia para el Estado; es el dominio
de la vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio…”
(Tzu, 2001, pág. 3). El tema anterior ha marcado la preocupación desde Frederic Taylor
hasta Peter Drucker.

En otra parte de su obra, este pensador oriental nos señala otro punto relevante de la
enseñanza de la administración, misma que está presente en casi todos los programas
educativos universitarios; La ética. En su libro afirma que “El arte de la guerra se basa
en el engaño” (Tzu, 2001, pág. 4), aunque monstruosamente actual, consideramos que
desde el punto de vista ético, ya no debería tener cabida este concepto, aunque no
podemos ignorar que habrá líderes de poca o nula preocupación por la responsabilidad
social y humana, solo basta leer una obra del norteamericano Robert Kiyosaki o darse
una vuelta por cualquier hotel de este polo turístico y acercarse a los vendedores de
tiempos compartidos; por desgracias aún hay muchos administradores para quienes lo
que afirma Sun Tzu es algo usual y válido. En esa dirección, autores como el Inglés
Peter A. Singer, señalan que la ética “… es una rama de la filosofía que se ocupa del
estudio racional de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir” (Singer, 1979).
En el mismo sentido de la palabra, pero con un tono más informal, pero con mayor
impacto en el colectivo moderno de habla castellana, el filósofo español Fernando
Savater nos menciona que “…los hombres podemos inventar y elegir en parte nuestra
forma de vida. Podemos optar por lo que nos parece bueno, es decir, conveniente para
nosotros frente a lo que nos parece malo e inconveniente…A ese saber vivir, o arte de
vivir si prefieres, es lo que llaman ética” (Savater, 1991, págs. 32-33). Es evidente que
las consideraciones éticas entre Singer y Savater no son similares a las de Sun Tzu y
Kiyosaki, pero ojalá la forma de ver la ética de los primero, fuera la forma de ver la
competencia empresarial. Sin lugar a dudas nuestro autor base sigue siendo actual y
existen muchos seguidores que han abonado la relatividad práctica de la ética.

En el capítulo siguiente, cuyo nombre es “Sobre la iniciación de las acciones”, Sun Tzu
nos señala que “Una vez comenzada la batalla, aunque estés ganando…si mantienes
tu ejército durante mucho tiempo en campaña, tus suministros se agotarán”. (Tzu, 2001,
pág. 5) Ello sigue siendo válido hoy en día, cualquier obra de administración nos señala
como elemental la planeación de los recursos a emplear, para ello sugieren la
elaboración de diversos tipos de esquemas presupuestales, solo por citar algún autor
actual nos referimos al norteamericano Koontz, quien señala que “La planeación incluye
seleccionar proyectos y objetivos, y decidir sobre las acciones necesarias para
lograrlos…cierra la brecha entre dónde estamos y dónde queremos ir” (Koontz &
Weirich, 2008, pág. 106). Es de vital, subrayar la importancia que se sigue dando a la
planeación, en la organización militar de la vieja China y la que se le sigue dando en las
organizaciones del mundo moderno.

Para ahondar en el tema anterior, nos encontramos que el autor nos menciona que “…lo
más importante en una operación militar es la victoria y no la persistencia” (Tzu, 2001,
pág. 6) En su opinión la victoria es el objetivo, en ello coincidirá con la mayoría de los
estrategas actuales de la casi totalidad de las empresas, donde para ellos lo vital serán
las utilidades que arroje su organización.

En el capítulo tres, el autor nos dice que “La victoria completa se produce cuando el
ejército no lucha, la ciudad no es asediada, la destrucción no se prolonga durante mucho
tiempo y en cada caso el enemigo es vencido por el empleo de la estrategia” (Tzu, 2001,
pág. 8). Aquí es importante señalar lo vital que es la estrategia para este viejo autor,
mismo que ha sido ratificado y profundizado por personajes contemporáneos como
Michael Porter, Henry Mintzberg y Fred R. David entre otros teóricos relevantes en la
administración.
En otra parte de su obra, hace unas buenas reflexiones sobre estrategia y planeación,
de hecho señala que “…un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después;
un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después. Esta es la
diferencia entre los que tienen estrategia y los que no tienen planes premeditados”. (Tzu,
2001, pág. 11). En esta frase, el autor se adelanta 2,400 años a sus predecesores, es
una expresión que firmaría cualquiera de los autores contemporáneos previamente
señalados, incluyendo a los estudiantes del Doctorado en Administración de la
Universidad del Sur. Como ejemplo para reforzar lo anterior, podemos mencionar que
“…el propósito de cada plan y de todos los planes…consiste en promover el logro de
los objetivos de la organización…la eficiencia de un plan se mide por cuánto contribuye
al propósito y a los objetivos, compensando los costo…” (Koontz & Weirich, 2008, pág.
626). Esta afirmación confirma la pertinencia de la obra del pensador oriental, en el
mundo del siglo XXI.

En otro capítulo, nos expresa que “Gobernar sobre muchas personas como si fueran
poco es cuestión de dividirlas en grupos o sectores: es organización” (Tzu, 2001, pág.
12). Esta afirmación es tan moderna como la administración misma, es tan
poderosamente actual como lo es el mundo de la estrategia empresarial, la organización
es incluso una de las partes del proceso administrativo, solo para precisar el uso que le
damos a este concepto en la educación de los administradores.

Líneas adelante, Sun Tzu nos indica lo que para su punto de vista es la competencia y
la visión de los competidores, pues señala que “…lo que impulsa a tus adversarios a
venir hacia ti por propia decisión es la perspectiva de ganar. Lo que desanima a los
adversarios… es la probabilidad de sufrir daños” (Tzu, 2001, pág. 14). Ello coincide con
lo que en su momento señalan personajes como Warren Buffet en una conferencia ante
estudiantes del MBA en Harvard, respecto a “…construir un cerco de protección
alrededor de tu empresa, como un castillo medieval, que te proteja de la competencia y
que entre más alimañas y cocodrilos tenga el foso que rodea al castillo, mayor será la
fortaleza de la empresa y menos se animaran las empresas enemigas a enfrentarles
(Boyett, 1999, pág. 63). Solo para contextuar la importancia mundial de Buffet, diremos
que es considerado el mejor estratega del mundo de los negocios bursátiles, a la vez
que se le ubica como uno de los cinco hombres más ricos del mundo.

En el tema subsecuente, nos arroja una de las más grandes verdades que se trata de
transmitir a los estudiantes de administración y es lo que tiene que ver con el liderazgo
y la visión del director de la empresa, cuando señala que “La dificultad de la lucha
armada es hacer cercanas las distancias largas y convertir los problemas en ventajas”
(Tzu, 2001, pág. 18). Esto se puede complementar con lo que señala Koontz, quien dice
que “Los gerentes de compañías empresariales necesitan identificar y hacer frente a la
innovación y a la adversidad, tomando riesgos y respondiendo con rapidez, así como
absorber importantes retrocesos. Los gerentes más efectivos parecen deleitarse con el
ritmo alocado y a veces caótico y lo encuentran desafiante y estimulante…” (Koontz &
Weirich, 2008, pág. 520).

Sobre el punto anterior, vale la pena reconocer la enorme visión del general Chino, pues
sus comentarios versan de hace más de dos siglos y coinciden en muchos puntos que
desvelan a los managers o directivos de toda clase de empresas, desde los pequeños
changarros hasta las grandes corporaciones multinacionales, ello ha llevado a los
teóricos de la administración a tratar de encontrar alternativas viables para estos
personajes que de diversas maneras gobiernan las sociedades de nuestro siglo.

En páginas posteriores, el autor hace mención que “…los generales que conocen las
variables posibles para aprovechar el terreno saben cómo manejar las fuerzas armadas”
(Tzu, 2001, pág. 22). Ello me gustaría contrastarlo con la siguiente afirmación de Koontz,
quien afirma lo siguiente “…La estrategia, por otra parte se refiere a la dirección en la
que los recursos humanos y materiales serán aplicados para incrementar la oportunidad
de alcanzar los objetivos seleccionados” (Koontz & Weirich, 2008, pág. 131). En ambos
casos hay elementos muy interesantes y de alguna manera similares, desde la
perspectiva siempre subjetiva de este y cualquier ensayo, parecen demasiado
hermanados, sobre todo si consideramos que entre uno y otro hay un abismo de más
de dos mil cuatrocientos años.

Un aspecto relevante para el administrador moderno y para el teórico de la


administración actual, es lo que tiene que ver con la estrategia empleada para realizar
el trabajo cotidiano y que arroje los mejores frutos para la organización, por ello es
pertinente mencionar lo que Sun Tzu nos comunica cuando afirma que “…el enemigo
que actúa aisladamente, que carece de estrategia y que toma a la ligera a sus
adversarios, inevitablemente acabará siendo derrotado…” (Tzu, 2001, pág. 27). Esto
puede complementarse con lo que se expresa a continuación “los profesores de la
universidad de Harvard Gary Hamel y C.K. Prahalad, citados por Koontz (2008) quienes
analizaron compañías que lograron liderazgo global, ellos encontraron que “…esas
empresas tenían la obsesión de ganar, no solo el más alto nivel, sino en toda la
organización, esta obsesión se llama intención estratégica…” (Koontz & Weirich, 2008,
pág. 135). Ambas son posiciones hermanas y complementarias, con muchos elementos
de cercanía conceptual. La organización del siglo veintiuno, tiene rasgos comunes con
sus similares del siglo cinco antes de nuestra era, para un administrador actual esta
cercanía no es algo en lo que usualmente piense.

Para continuar con la exposición de hallazgos interesantes, pero ahora en materia del
manejo de los recursos humanos o del personal que hace posible la vida misma de las
organizaciones, incluso desde una perspectiva del conductismo dos mil años antes de
Iván Pavlov o de Watson, va la siguiente cita “Mira por tus soldados como miras por un
recién nacido; así estarán dispuestos a seguirte hasta los valles más profundos; cuida
de tus soldados como cuidas de tus queridos hijos, y morirán gustosamente contigo…las
recompensas no deben usarse solas, ni debe confiarse solo en castigos…” (Tzu, 2001,
pág. 30).

El punto de vista anterior, se pude analizar de forma actual con la siguiente perspectiva
de un teórico actual, quien afirma que “…los empleados también tienen necesidades y
objetivos que son especialmente importantes para ellos. A partir de la función de dirigir,
los administradores ayudan a las personas a ver que pueden satisfacer sus propias
necesidades y utilizar su potencial…Así los administradores deben entender los roles
asumidos por las personas y las individualidades y personalidades de la gente”. (Koontz
& Weirich, 2008, pág. 412). En esta tesitura también se inscribe lo señalado por el autor
mexicano, egresado del Tecnológico de Monterrey, Luigi Valdés, quien al respecto
menciona que “…la imagen del capataz que controlaba a los trabajadores se vuelve
obsoleta; el padre de familia autoritario y castigador ya no es efectivo, el maestro que
educaba bajo la premisa “la letra con sangre entra” es cosa del pasado. El látigo tiene
que concederle el lugar a la razón, a la inteligencia y al convencimiento; la ignorancia al
conocimiento y la represión a la libertad…” (Valdes, 2002, pág. 25). Si comparamos las
expresiones del viejo autor oriental contra los modernos y occidentales pensadores
señalados, tendríamos que coincidir en que para los tres es una preocupación nodal el
manejo de los recursos humanos, solo que ahora se observa una tendencia a buscar la
mejoría en el individuo como premisa para buscar el logro de objetivos empresariales,
mientras que para el autor de origen chino, el trato no debía rebasar la esfera de lo
formal y desde el enfoque militar.

En otro apartado, ahora enfocado al renacer organizacional, que hoy es algo muy
estudiado y analizado, este autor señala que “…la ira puede convertirse en alegría, y la
cólera puede convertirse en placer, pero un pueblo destruido no puede hacérsele
renacer, y la muerte no puede convertirse en vida. En consecuencia, ninguna
organización empresarial puede revivir si no logramos reconstruirla a tiempo” (Tzu,
2001, pág. 34). En la actualidad lo anterior tiene tanta vigencia que hasta se inventó una
corriente administrativa que se llama reingeniería, que tiene como principal objetivo el
salvar a aquellas organizaciones que de no hacer algo están condenadas a la muerte o
a sobrevivir con pérdidas económicas cada vez de mayor envergadura, así un autor
moderno nos señala que “En la reingeniería paramos de cabeza el modelo industrial.
Decimos que para hacer frente a las demandas contemporáneas de calidad, servicio,
flexibilidad y bajo costo, los procesos deben ser sencillos. La necesidad de sencillez
produce consecuencias enormes en cuanto a la manera de diseñar los procesos y de
darles forma a las organizaciones”. (Champy, 2004, pág. 54).

Se hace una referencia sobre el actuar con inteligencia en una organización usando la
herramienta o procedimiento adecuado, y Champy insiste en la indudable necesidad de
utilizar la sencillez para el diseño de dichos procedimiento o herramientas para lograr
los objetivos en las organizaciones, pero de inicio para evitar que se mueran, por haber
descuidado sus mercados o haber extraviado su avance, a causa de impactos externos
e incluso a errores en la estrategia de la propia empresa. Es decir que nuestro viejo
pensador chino, nos abrió puertas que han mirado más allá, gracias a sus aportaciones
precedentes.

Antes como ahora, las organizaciones deben conocer la situación de los adversarios,
para saber qué hacen, por ello se gasta mucho dinero en espionaje de la competencia,
ya sea a través de empresas de marketing o de encuestas a los clientes, es relevante
conocer lo que está pasando con mi competencia y la forma en que ellos ven a nuestra
organización, las escuelas de administración tratan de enseñar diversas técnicas para
comprender el mercado y a los competidores, ello no era ajeno a Sun Tzu, quien sobre
el tema menciona “Siempre que vayas a atacar y a combatir, debes conocer primero los
talentos de los servidores del enemigo, y así puedes enfrentarte a ellos según sus
capacidades…es esencial para un gobernante conocer las cinco clases de espionaje, y
este conocimiento depende de los agentes dobles; así pues, éstos deben ser bien
tratados” (Tzu, 2001, pág. 40).

Lo anterior se puede contextuar con lo que señala un pensador de la administración


moderna, de origen latinoamericano, que al respecto nos dice“…el desempeño de la
función recibe muchas influencias exteriores, por ejemplo, considérese una relación
entre jefe y subordinado en que el primero pretende asignar una función de investigación
al segundo. Las empresas solo empiezan a operar cuando las personas encargadas de
desempeñar papeles específicos y realizar actividades requeridas ocupan sus
posiciones respectivas…” (Chiavenato, 2009, pág. 222). El uso inteligente de los
recursos es sin duda alguna, el aspecto que marca la diferencia entre el éxito o el fracaso
de una empresa, ya que el saber utilizar las capacidades y competencias de estos
recursos, nos permitirá como menciona Chiavenato, optimizar nuestra funcionalidad, así
se trate de investigar al contrario o de desarrollar nuestro trabajo cotidiano dentro de la
organización.

IV. Conclusiones

Este trabajo, nos muestra muchas de las características interesantes que tiene para el
administrador actual, el punto de vista del general de origen chino Sun Tzu, su fluidez,
su frescura y sobre todo su profunda mirada sobre la estrategia en la actividad de las
organizaciones; por su profesión, el autor oriental tiene una visión militar y para él todo
se refiere a la organización del ejército, para nosotros el enfoque es por el lado de las
organizaciones empresariales, aunque la esencia es similar, pues en todos los casos
hablamos de agrupaciones de personas, sometidas a sus propias dinámicas y
exigencias.

Referente al tema de la ética, podemos concluir que para este autor, no tiene una gran
relevancia, pues según él la finalidad es lo que cuenta, es decir lo relevante es la victoria;
sin embargo, en una sociedad como la actual, donde la problemática derivada del mal
manejo de los recursos de todo tipo nos ha llevado a una encrucijada tal que debemos
replantearnos seriamente cambiar esta premisa (el éxito económico sobre todo), pues
el planeta está cada vez más contaminado y los recursos se agotan, entonces las
consideraciones éticas deben ser diferentes a las que en su momento plantea Sun Tzu;
ahora la ética y la responsabilidad ambiental y social deben ser elementales.

Por otro lado, no hay sino que coincidir con el autor chino, sobre temas como la
necesidad de la planeación y del cuidado en el manejo de los recursos, para lograr los
mejores resultados, para él como militar el resultado esperado es la victoria del ejército
y para el administrador actual será la obtención de utilidades y por supuesto el logro de
objetivos de la empresa, usando las estrategias adecuadas.

Su manejo conceptual de la estrategia es notable, esto lo lleva a hacer observaciones


sobre temas como el manejo de los recursos humanos (en su caso, los soldados) para
sacar de ellos el mejor provecho, de los recursos materiales, así como del conocimiento,
en ello coincide con autores como Michael Porter, Fred R. David, Koontz, Chiavenato,
etc. Pues todos ellos han abordado en diferentes aspectos y de diversas maneras, los
temas iniciados por el estratega chino, no haciendo sino profundizar y complementar
sus observaciones iniciales.
Otro tema vital es el liderazgo, mismo que es tratado con gran variedad de matices,
donde por citar algunos aspectos relevantes podemos hablar de su insistencia en la
capacidad del líder para realizar cambios en la estrategia, según el ambiente,
adicionalmente del deber que tiene el líder de conocer la forma de pensar de sus
subalternos y de sus enemigos, para poder dirigir bien a los primeros y usar la estrategia
adecuada para prevalecer sobre los segundos, por mis más de 20 años de experiencia
administrativa, puedo afirmar que esta verdad vale oro por sí misma.

Dado que los recursos que maneja el estratega o el líder empresarial moderno, son
escasos, siempre es bueno contar con teorías o ideas que nos ayuden a planear la
mejor forma de aplicarlos en beneficio de la empresa para la que prestamos nuestros
servicios, ya que intrínsecamente si la compañía prospera existen más probabilidades
de que el personal que labore ahí tenga la misma suerte y que al país le vaya mejor.
Podemos iconcluir que sí se aplican los principios de Sun Tzu y de sus sucesores,
acompañados de un trabajo serio y responsable, que analice los factores externos e
internos de la empresa, para elegir las estrategias que mejor se adapten a nuestra
situación particular, se tienen mayores posibilidades de triunfar en las actividades
emprendidas dentro de una organización en pleno siglo XXI, por ello la actualidad de
este autor en la visión de la administración moderna.

V. Referencias

 Boyett, J. &. (1999). Hablan los Gurus. Bogotá: Norma.


 Champy, J. &. (2004). Reingeniería (5a ed.). (J. C. Nannetti, Trad.) Colombia:
Grupo Editorial Norma.
 Chiavenato, I. (2009). Administración de Recursos Humanos (4a ed.). (A. V.
Aparicio, Trad.) Bogotá: Mc Grow Hill.
 Greene, R. &. (2010). Las 48 Leyes del Poder. Buenos Aires: Atlántida.
 Hernández S., R. (2002). Metodología de la Investigación. México: Mc GrawHill.
 Keshavan, N. (2006). Gandhi. El más alto estándar de liderazgo. México:
Selector.
 Koontz, H., & Weirich, H. &. (2008). Administración una perspectiva global y
empresarial. México: McGraw Hill.
 Savater, F. (1991). Etica para Amador. Barcelona: Ariel.
 Singer, P. (1979). Etica Práctica. Cambridge: Cambridge University Press.
 Tzu, S. (2001). El Arte de la Guerra. http://perso.wanadoo.es/ddragon/.
 Valdes, L. (2002). La re-evolución empresarial del siglo XXI. Bogotá: Grupo
Editorial Norma.

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