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PRIMER ANO l2 - 13 ANOS IGLESIA PENTECOSTAL UNIDA DE COLOMBIA FUNDACION EDUCACION CRISTIANA HISTORIA DE LA ENSENANZA DE LOS NINOS EN LA IGLESIA PENTECOSTAI UNIDA DE COLOMBIA Desde que los misioneros Larsen comenzaron su labor en Colombia en 1937, el trabajo con los nifios fue importante. Es as{ como la hermana Abigail Gertrudes (primera esposa del misionero), reunia los dias sabados, a un grupo de infantes y les ensefiaba canticos como «Pescadores yo os haré» y lecciones de la Palabra de Dios. Y recordemos que en el segundo grupo de bautizados en el nombre de Jesus (1940), en la ciudad de Bucaramanga, se encontraban los nifios Campo Elias Bernal y Jorge Blanco. Cuando Fayetta Bamard contrajo matrimonio con el misionero, ante la muerte de su primera esposa, ella continu el trabajo con los nifios. Tenia experiencia en ese tipo de trabajo. Habia crecido en el ambiente de la Escuela Dominical y habia hecho labor misionera entre los nifios hispanos, en el sur de los Estados Unidos En los afios cuarenta, en Bucaramanga, primera iglesia donde se organizé la ensefianza de los nifios, se recuerda que tanto la hermana Fayetta Larsen como la esposa del misionero Balll (Grace Helen) eran extraordinarias para dar las lecciones. Los nifios se sentian atraidos por el trato, las atenciones que se les brindaban y la cercania de las misioneras. Por eso amaban las clases de los s4bados por la tarde. Sentian que los tenian en cuenta: programas de navidad, del dia de la madre, cnticos especiales etc. Ademds, las clases eran ilustradas. Cuando la congregacién en esa ciudad, bajo la administracién de James Elmer Ball, pudo adquirir una propiedad, se organizé la Escuela Dominical, y las clases infantiles fueron trasladadas a los domingos. Habia dos maestros: un joven, Marcos, para los mas grandecitos, y la esposa del misionero para los mas pequefios. Los nifios entraban al salon para contar a la iglesia lo que habian aprendido. El misionero Ball estaba pendiente de los adolescentes y él, en forma personal, les daba ensefianzas de Daniel, de Josué, del anticristo, etc. La Escuela Dominical comenzaba a la 9:00A.M., todos reunidos en el salén (grandes y pequerios). A las diez terminaba la alabanza. Les ponian tareas para memorizar textos de la Biblia. Hacia 1950 se puede pensar que asistlan unos diez 0 quince nifios. Por su parte los padres manifestaban su interés llevandolos, pregunténdoles en casa, ensefiéndoles textos biblicos y cantos especiales que preparaban para el domingo. Después, los Larsen organizaron la Escuela Dominical en Barranquilla. Los sbados por la tarde el misionero recogia a los infantes en su camioneta «Studebaker», y su esposa era la encargada de dictarles las clases. Terminadas estas, en ocasiones les repartian helados o golosinas. El dia domingo, en la mafiana, se iniciaba el culto con los nifios y los adultos reunidos en el sal6n principal. Después de un tiempo de alabanza, los nifios y los jOvenes eran repartidos en clases, por edades, para recibir su respectiva ensefianza. Esta forma se refiere especificammente a cémo se llevaba a cabo el trabajo, cuando ya la congregacién adquirié una propiedad en el barrio Boston. Para 1954, la hermana Larsen era la directora de la Escuela Dominical en la iglesia de Barranquilla. Ella orientaba a los maestros, tanto en lo doctrinal como en el trabajo que debian realizar, y éstos debian presentar informes de sus actividades. Tiempo después la iglesia comenzé cultos de nifios en algunos barrios de la ciudad, y como una manera de articular el trabajo sabatino con el de la Escuela Dominical, el misionero recogia a los nifios de los barrios en su camioneta, los llevaba al templo y después nuevamente los trasladaba a sus hogares. En la iglesia de Barranquilla se utilizaba, ya a finales de los afios cincuenta, el material didactico preparado por Editorial Vida. El libro del profesor se llamaba «El Sendero». En tanto que a los mas grandes se les entregaba un cuademillo de trabajo titulado «El Comparieron. Era una forma agradable de aprender las verdades biblicas. También se repartian unas hojas cada domingo, llamadas «Joyas Escogidas», que contenian lecciones biblicas e historias ilustrativas. Ademas, se utilizaban figuras de las historias y pasajes biblicos, que los maestros pegaban en el franelégrafo. Todo este material era traido de Norteamérica Se recuerda que todas las iglesias manejadas por misioneros tenian Escuela Dominical. Se ha dicho que el misionero tenia tanta visién por la Escuela Dominical, que practicamente las iglesias se iniciaron con este culto. En verdad esta actividad fue tenida, inclusive para los adultos, como una verdadera escuela para la formacién de lideres. En el aspecto administrativo, la Escuela Dominical se dividié en clases por edades y por sexos. Habia un superintendente y un asistente, encargado de recoger y guardar las ofrendas, ademas de mantener un registro contable de las mismas y uno estadistico de la asistencia. En Barranquilla era agradable para los muchachos participar en la Escuela Dominical. El templo tenia un patio con arboles frutales, propios de la zona tropical: guayaba, ciruela, tamarindo, marafién, etc. Habia pdjaros, y hasta una perra feroz. En este ambiente medio campestre se desarrollaba la ensenianza EI mes de diciembre de cada afio era especial. En dicho mes se premiaba con los. ‘mejores regalos a los que no habian faltado a las clases. Eso daba un claro mensaje de la importancia de ser fieles en la asistencia a la Escuela Dominical. Cuando Ilegé la segunda mitad de los afios sesenta ya muchos hermanos colombianos colaboraban en la formacién de los nifios y adolescentes, y dado que no era posible traer el material de ensefianza de Norteamérica, la formacion de esa nifiez enfrent6 una etapa en la cual el reto fue ensefiar con la direccion de Dios, y el uso de los recursos con que se contaba, recursos espirituales, pedagégicos, humanos y econémicos. En Cali, por ejemplo, la hermana Ruth Drost habia dado, desde los afios cincuenta, instrucciones pedagdgicas basicas a los maestros y ellos preparaban lecciones para los nifios. En Barranquilla y Bucaramanga, también desde antes, se les habia dado orientacién para ensefiar lo mejor posible. En Bucaramanga se le inculcaba al maestro la idea de que era el pastor de sus alumnos y se le ensefiaba a sentir la necesidad de su grupo. Es interesante recordar como resultado de lo que estamos diciendo, cémo el hermano Alvaro Torres empezaba a pensar en la década del sesenta en una formacién secuencial para las clases de Escuela Dominical, de tal manera que el nifio al terminar su formacién tuviera una formacién integral. Veinte afios mas tarde, ese pensamiento se convertiria en la materia prima del Pensum Nacional de Escuela Dominical. Cuando la hermana Isabel Torres regres de su trabajo misionero en Espafia, a principios de los setenta, trajo una preocupacién por el desarrollo de la ensefianza a los nifios. Y propuso a las iglesias y pastores organizar «Escuelas Biblicas Vacacionales», que permitieran a los infantes y adolescentes participar en ciclos cortos de ensefianza, en su tiempo de asueto con actividades manuales, de tal manera que los llevaran a tomar una decisién con Dios. Pronto, esta actividad fue adoptada como una manera de trabajar con los nifios y trajo bendicién Pero no sélo eso fue su. preocupacién. También empezd a escribir lecciones para ensefiar a los nifios. Podemos rememorar que eran escritas en maquina de escribir y reproducidas con el viejo sistema del mimedégrafo, que algunos recordarén era un sistema por el cual se hacia la matriz en una hoja hecha de material parecido a la parafina, que al escribir quedaba perforada y las letras bien delineadas. También se podia hacer dibujos con un estilete o algo puntiagudo. Luego se colocaba en el cilindro de! mimeégrafo, el cual se impregnaba con tinta. Puesto a funcionar, el cilindro giraba y tomaba las hojas en blanco de una bandeja alimentadora, y al pasar bajo el cilindro quedaba impreso lo deseado. Fue un trabajo pionero. Luego, cuando ya la iglesia habia adquirido la maquina impresora litografica, y empezaba a organizarse el departamento de publicaciones, se comenzé a publicar la cartilla «Sembremos». Ella también prepard material para capacitar a los maestros. Se recuerda el libro titulado «La Ensefianza en la Escuela Dominicalo, el cual igualmente fue impreso y distribuido por el departamento de publicaciones.

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