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ESCUELA DE DERECHO
SEMANA 1
EL VALOR DE LA FILOSOFÍA
Bertrand Russel
Esta opción sobre la filosofía parece resultar, en parte, de una falsa concepción de
los fines de la vida, y en parte de una falsa concepción de la especie de bienes que
la filosofía se esfuerza en obtener. Las ciencias físicas, mediante sus invenciones,
son útiles a innumerables personas que las ignoran totalmente: así, el estudio de
las ciencias físicas no es sólo o principalmente recomendable por su efecto sobre
el que las estudia sino más bien por su efecto sobre los hombres en general. Esta
utilidad no pertenece a la filosofía. Si el estudio de la filosofía tiene algún valor para
los que no se dedican a ella, es sólo un efecto indirecto, por sus efectos sobre la
vida de los que la estudian. Por consiguiente, en estos efectos hay que buscar
primordialmente el valor de la filosofía, si es que de hecho lo tiene.
Verdad es que muchos filósofos han pretendido que la filosofía podía establecer la
verdad de determinadas respuestas sobre estos problemas fundamentales. Han
supuesto que lo más importante de las creencias religiosas podía ser probado como
verdadero mediante una demostración estricta. Para juzgar estas tentativas es
necesario hacer un examen del conocimiento humano y formarse una opción sobre
los métodos y limitaciones. Sería imprudente pronunciarse dogmáticamente sobre
estas materias; pero si las investigaciones de nuestros capítulos anteriores no nos
han extraviado, nos vemos forzados a renunciar a la esperanza de hallar una prueba
filosófica de las creencias religiosas. Por lo tanto, no podemos alegar como una
prueba de valor de la filosofía una serie de respuestas a estas cuestiones. Una vez
más, el valor de la filosofía no puede depender de un supuesto cuerpo de
conocimientos seguros y precisos que puedan adquirir los que la estudian.
De hecho, el valor de la filosofía debe ser buscado en una larga medida en su real
incertidumbre. El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía va por la vida
prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias
habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en su espíritu
sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre el
mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio; los objetos habituales no le
suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son desdeñosamente
rechazadas. Desde el momento en que empezamos a filosofar, hallamos, por el
contrario, como hemos visto en nuestros primeros capítulos, que aun los objetos
más ordinarios conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas
muy incompletas. La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la
verdadera respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas
posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberar de la tiranía de la
costumbre. Así, el disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las cosas
son, aumenta en alto grado nuestro reconocimiento de lo que pueden ser, rechaza
el dogmatismo algo arrogante de los que no se han introducido jamás en la región
de la duda liberadora y guarda vivaz nuestro sentido de la admiración, presentando
los objetos familiares en un aspecto no familiar.
…En la contemplación, todo el personal o privado, todo lo que depende del hábito,
del interés propio o del deseo perturba el objeto, y, por consiguiente, la unión que
busca el intelecto. Al construir una barrera entre el sujeto y el objeto, estas cosas
personales y privadas llegan a ser una prisión para el intelecto. El espíritu libre
verá, como Dios lo pudiera ver, sin aquí ni ahora, sin esperanza ni temor fuera
de las redes de las creencias habituales y de los prejuicios tradicionales serena,
desapasionadamente, y sin otro deseo que el del conocimiento, casi un
conocimiento impersonal, tan puramente contemplativo como sea posible
alcanzarlo para el hombre. Por esta razón también, el intelecto libre apreciará más
el conocimiento abstracto y universal, en el cual no entran los accidentes de la
historia particular que el conocimiento aportado por los sentidos, y dependiente
como es forzoso en estos conocimientos, del punto de vista exclusivo y personal, y
de un cuerpo cuyos órganos de los sentidos deforman más que revelan.
Para resumir nuestra discusión sobre el valor de la filosofía: la filosofía deber ser
estudiada, no por las respuestas concretas a los problemas que plantea, puesto
que, por lo general, ninguna respuesta precisa puede ser conocida como verdadera,
sino más bien por el valor de los problemas mismos; porque estos problemas
amplían nuestra concepción de lo posible, enriquecen nuestra imaginación
intelectual y disminuyen la seguridad dogmática que cierra el espíritu a la
investigación; pero, ante todo, porque por la grandeza del Universo que la filosofía
contempla, el espíritu se hace a su vez grande, y llega a ser capaz de la unión con
el Universo que constituye su supremo bien.
ACTIVIDADES.
1. Según el autor ¿por qué debe ser estudiada la filosofía?
2. ¿Qué es la contemplación filosófica?, según la lectura.
3. ¿Estás de acuerdo con el autor cuando afirma que el hombre que no tiene
ningún barniz de filosofía va por la vida prisionero de sus prejuicios?
4. Elabora un vocabulario de 20 palabras y con la ayuda de un diccionario de
filosofía define cada palabra.
SEMANA 2
LA DUDA METÓDICA
René Descartes
Hace ya mucho tiempo que me he dado cuenta de que, desde mi niñez, he admitido
como verdaderas una porción de opiniones falsas, y que todo lo que después he ido
edificando sobre tan endebles principios no puede ser sino muy dudoso e incierto;
desde entonces he juzgado que era preciso seriamente acometer, una vez en mi
vida, la empresa de deshacerme de todas las opiniones a que había dado crédito,
y empezar de nuevo, desde los fundamentos, si quería establecer algo firme y
constante en las ciencias. Mas pareciéndome muy grande la empresa, he
aguardado hasta llegar a una edad tan madura, que no pudiera esperar otra más
propia luego para llevar a bien mi proyecto; por lo cual lo he diferido tanto tiempo,
que ya creo que cometería una falta grave si perdiera en deliberar el que me queda
para la acción. Hoy, pues, habiendo, muy a punto para mis designios, librado mi
espíritu de toda suerte de cuidados, sin pasiones que me agiten, por fortuna, y
gozando de un seguro reposo en un apacible retiro, voy a aplicarme seriamente y
con libertad a destituir en general todas mis opiniones antiguas. Y para esto no será
necesario que demuestre que todas son falsas, lo que acaso no podría conseguir,
sino que por cuanto la razón me convence de que a las cosas, que no sean
enteramente ciertas e indudables, debo negarles crédito con tanto cuidado como a
las que me parecen manifiestamente falsas –bastará, pues, para rechazarlas todas,
que se encuentre, en cada una, razones para ponerla en duda. Y para esto no será
necesario tampoco que vaya examinándolas una por una, pues fuera un trabajo
infinito; y puesto que la ruina de los cimientos arrastra necesariamente consigo la
del edificio todo, bastará que dirija primero mis ataques contra los principios sobre
que descansaban todas mis opiniones antiguas.
Todo lo que he obtenido hasta hoy por más verdadero y seguro, lo he aprendido de
los sentidos o por los sentidos; ahora bien: he experimentado varias veces que los
sentidos son engañosos, y es prudente no fiarse nunca por completo de quienes
nos han engañado una vez.
Pero aunque los sentidos nos engañen, a las veces, acerca de cosas muy poco
sensibles o muy remotas, acaso haya otras muchas, sin embargo, de las que no
pueda razonablemente dudarse, aunque las conozcamos por medio de ellos; como
son, por ejemplo, que estoy aquí, sentado junto al fuego, vestido con una bata,
teniendo este papel en las manos, y otras por el estilo. Y ¿cómo negar que estas
manos y este cuerpo sean míos, a no ser que se empareje a algunos insensatos,
cuyo cerebro esta tan turbio y ofuscado por los negros vapores de la bilis, que
afirman de continuo ser reyes, siendo muy pobres, estar vestidos de oro y púrpura,
están en realidad desnudos, o se imaginan que son cachorros, o que tienen el
cuerpo de vidrio? Más los tales son locos; y no menos extravagante fuera yo si me
rigiera por sus ejemplos.
Sin embargo, he de considerar aquí que soy hombre y, por consiguiente, que tengo
costumbre de dormir y de representarme en sueños las mismas cosas y aun a veces
casos menos verosímiles que esos insensatos cuando velan. ¡Cuántas veces me
ha sucedido soñar de noche que estaba en este mismo sitio, vestido, sentado junto
al fuego, estando en realidad desnudo y metido en la cama! Bien me parece ahora
que, al mirar este papel, no lo hago con ojos dormidos; que esta cabeza, que muevo,
no está somnolienta; que si alargo la mano y la siento, es de propósito y a
sabiendas; lo que en sueños sucede no parece tan claro y tan distinto como todo
esto. Pero, si pienso en ello con atención, me acuerdo de que muchas veces,
ilusiones semejantes me han burlado mientras dormía; y al detenerme en ese
pensamiento, veo tan claramente que no hay indicios ciertos para distinguir el sueño
de la vigilia, que me quedo atónito, y es tal mi extrañeza, que casi es bastante a
persuadirme de que estoy durmiendo.
Y por la misma razón, aun cuando pudieron ser imaginarias esas cosas generales,
como cuerpo, ojos, cabeza, manos y otras por el estilo, sin embargo, es necesario
confesar que hay, o lo menos, algunas otras más simples y universales, que son
verdaderas y existentes, de cuya mezcla estas formadas todas esas imágenes de
las cosas, que residen en nuestro pensamiento, ora son verdaderas y reales, ora
fingidas y fantásticas, como asimismo están formadas de la mezcla de unos cuantos
colores verdaderos.
Entre tales cosas están la naturaleza corporal en general y su extensión, y también
la figura de las cosas extensas, su cantidad o magnitud, su número, como asimismo
el lugar en donde se hallan, el tiempo que mide su duración y otras semejantes. Por
lo cual acaso haríamos bien es inferir de esto que la física, la astronomía, la
medicina y cuantas ciencias dependen de la consideración de las cosas
compuestas, son muy dudosas e inciertas; pero que la aritmética, la geometría y
demás ciencias de esta naturaleza, que nos tratan sino de esas cosas simples y
generales, sin preocuparse mucho de si están o no en la naturaleza, contienen algo
cierto e indudable; pues duerma yo o esté despierto, siempre dos y tres sumarán
cinco y el cuadrado no tendrá más de cuatro lados; y no parece posible que unas
verdades tan claras y tan aparentes puedan ser sospechosas de falsedad o de
incertidumbre.
Sin embargo, tiempo ha que tengo en el espíritu cierta opinión de que hay un Dios
que todo lo puede, por quien he sido hecho y creado como soy. Y ¿qué sé yo si no
habrá querido que no haya tierra, ni cielo, ni cuerpo extenso, ni figura, ni magnitud,
ni lugar, y que yo, sin embargo, tenga el sentimiento de todas esas cosas, y que
todo ello no me parezca existir de distinta manera de la que yo veo? Y es más aún:
como yo pienso, a veces, que los demás se engañan en las cosas que mejor creen
saber, ¿qué sé yo si Dios no ha querido que yo también me engañe cuando adiciono
dos y tres, o enumero los lados de un cuadrado, o juzgo de cosas aún más fáciles
que esas si es que puede imaginarse algo que sea más fácil? Mas acaso Dios no
ha querido que yo sea de esa suerte burlado, pues dícese de Él que es suprema
bondad. Sin embargo, si repugnarse a su bondad el haberme hecho de tal modo
que me equivoque siempre, también parecería contrario a esa bondad el permitir
que me equivoque alguna vez, no obstante lo cual no es dudoso que lo ha permitido.
A esto dirán quizá algunos, que prefieren negar la existencia de tan poderoso Dios,
que creer que todas las demás cosas son inciertas. Mas por el momento no les
opongamos nada y hagamos, en su obsequio, la suposición de que todo cuanto se
ha dicho aquí de un Dios es pura fábula; sin embargo, cualquiera que sea la manera
en que supongan haber yo llegado al estado y ser que tengo, atribúyanla a algún
destino o fatalidad, refiéranla al azar o explíquenla por una continua consecuencia
y enlace de las cosas o de cualquiera otra suerte, puesto que errar y equivocarse
es una imperfección, cuanto menos poderoso sea el autor que asignen a mi origen,
tanto más probable será el que yo sea tan imperfecto que siempre me engañe. A
estas razones nada tengo, ciertamente, que oponer; pero, en suma, heme aquí
obligado a confesar que todo cuanto yo creía antes verdadero, puede, en cierto
modo ser puesto en duda y no por consideración o ligereza, sino por muy fuertes
razones, consideradas con suma atención; de ser suerte que, en adelante, si he de
hallar algo cierto y seguro en las ciencias, deberé abstenerme de darle crédito, con
tanto cuidado como si fuera manifiestamente falso.
Mas no basta haber hecho las anteriores advertencias; he de cuidar, además de
recordarlas siempre; que esas viejas y ordinarias opiniones tornan a menudo a
ocupar mi pensamiento, pues el trato familiar y continuado, que han tenido conmigo,
les da derecho a penetrar en mi espíritu sin mi permiso y casi adueñarse de mi
creencia; y nunca perderé la costumbre de inclinarse ante ellas y entregarles mi
confianza, mientras las considere como efectivamente son, a saber: dudosas en
cierto modo, como acabo de mostrar, pero muy probables, sin embargo, de suerte
que más razón hoy para creer en ellas que para negarlas. Por todo lo cual, pienso
que no será mal que, adoptando de intento un sentir contrario, e engañe a mi mismo
y finja por algún tiempo que todas las opiniones esas son enteramente faltas e
imaginarias; hasta que por fin habiendo equilibrado tan exactamente mis antiguos y
nuevos prejuicios, que no pueda inclinarse mi opinión de un lado ni de otro, no sea
mi juicio en adelante presa de los malos usos y no se aparte del camino recto que
pueda conducirle al conocimiento de la verdad. Pues estoy bien seguro de que,
mientras tanto, no puede haber peligro ni error en ese camino, y de que no será
nunca demasiada la desconfianza que hoy demuestro, pues no se trata ahora de la
acción, sino solo de la meditación y el conocimiento.
ACTIVIDADES.
1. Según la lectura, ¿en qué consiste la duda metódica?
2. ¿Qué es lo que Descarte comenta, sobre su niñez, en la lectura?
3. ¿Qué es lo que teme Descartes, al despertar de un sueño?
4. De acuerdo a la lectura, ¡Descartes cree en Dios? ¿Por qué?
5. Confeccionar un vocabulario de 10 palabras y definirlas con un diccionario de
filosofía.
6. Elabora un resumen de 10 renglones de la lectura.
SEMANA 3 y 4
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
Este ilustre filósofo, que fue considerado por Marx como el más grande pensador de la
antigüedad, fue contrario a las ideas de su maestro, Platón.
Solía decir: Soy muy amigo de Platón, pero más amigo soy de la verdad; pues no hay un mundo
exterior al que vivimos (Platón como sabemos defendía la existencia de dos mundos); sólo hay
un mundo en el que nos movemos. Esto constituye el llamado realismo aristotélico.
Planteó las ideas del “ser de la cosas” y los principios son: i) potencia (lo que todavía no es), ii)
acto (lo que ya es), iii) esencia (lo que permite diferenciar a un ser de otro ser) y iv) existencia
(lo que reafirma al ser).
Dividió a las ciencias en: Teóricas (trata sobre el conocimiento desinteresado), Prácticas (cuya
finalidad es la dirección de la conducta) y Técnicas (tratan del ideal de las artes).
Sostuvo que el hombre era un “animal político” o “animal social” y justificó la esclavitud
señalando que era una necesidad de la sociedad. En su obra La Política. Decía que algunos
hombres nacen para mandar y otros para obedecer.
Planteó que el fin del hombre era la felicidad. Afirmaba que la mayoría de la gente creía que la
verdadera felicidad lo daban los bienes materiales y las riquezas, están equivocados decía; pues
la verdadera felicidad lo da el conocimiento.
Sostuvo la teoría de las cuatro causas: Material, Formal, Eficiente y Final. En una estatua la causa
material era de que estaba hecha la estatua; la causa formal es lo que representa la estatua, la
causa eficiente, lo representaba el que hace la estatua y los instrumentos que utiliza; y por
último la cusa final, estaba representada el propósito por el que era hecha la estatua.
Defendió la teoría del término medio, pues el exceso o el defecto no conducían a nada, sino el
equilibrio, decía. No te acerques mucho al fuego porque te quemas, ni te alejes mucho porque
te enfrías.
Para Aristóteles el mundo Sublunar o Tierra estaba formado por 4 elementos: aire, agua,
fuego, tierra; y para el mundo astronómico concibió la existencia de un quinto elemento,
el Éter que se caracterizaba por ser perfecto, eterno e incorruptible.
Kant y su pensamiento filosófico:
a) Los hipotéticos (son aquellos que dependen siempre de una condición: "si quieres ser buen
ciudadano paga tus impuestos al Estado").
b) Los categóricos (reza así: “obra de tal manera que la máxima de tu voluntad pueda
convertirse en norma de la legislación universal"). Dicho de otra forma: vive de tal manera que
tus actos se conviertan en una ley general para todo; yo entiendo que quiso decir, da ejemplo.
El imperativo categórico (señalo esto para comprenderlo mejor), es el principio kantiano según
el cual todas las reglas de conducta deberían ser universalizables, es decir, aplicable a todas las
personas, como lo afirma Mario Bunge. Aquí no hay condiciones. El imperativo se impone desde
y por sí mismo. La voluntad es la capacidad de legislar universalmente. La voluntad para Kant,
es lo único incondicionalmente bueno. La voluntad es el fin que orienta la vida. El único móvil
de la buena voluntad es el cumplimiento del deber. Las dos propiedades esenciales de la moral
kantiana son, la formalidad y la autonomía. Que la ética kantiana sea formal y no material surge
del mismo imperativo categórico: la forma que tiene el sujeto de actuar. Lo que importa no es
lo que hace, sino cómo lo hace. El que la ética kantiana sea autónoma surge del deber mismo.
El deber, se impone por sí mismo. El sujeto, con su voluntad, se autoimpone el deber; eso hace
que esa moral sea autónoma: no depende de nada exterior a ella.
Decía Kant que el hombre no es un medio sino un fin, por lo tanto es digno de
sí. Sabemos que la dignidad (valor ético fundamental), tiene en el respeto su fundamento;
por lo que todos somos merecedores de respeto por parte de los demás, pero antes
debemos comenzar por respetarnos a nosotros mismos.
Hegel y su pensamiento filosófico:
El sistema filosófico de Hegel (según sus estudiosos), es el más ambicioso, completo y
complicado de todos los posteriores a Kant y quizá el más grande e interesante. Según Popper,
Kant y Hegel son los dos más grandes filósofos de todos los tiempos.
Su pensamiento abarca toda la realidad y la realidad, según él, es todo el Universo del ser y el
ser es el pensamiento absoluto. El ser se halla en continuo “devenir”; el “devenir” es la esencia
del ser y constituye una necesidad para su coexistencia.
El ser hegeliano es cambiante, del ser al no ser o a la nada, es ejercicio dinámico de negaciones
recíprocas entre el: SER, el DEVENIR y la NADA.
Afirmaba que el motor de todos los cambios es la DIALÉTICA está compuesta por una TRIADA
de: Afirmación (tesis), Negación (antítesis) y Negación de la Negación (síntesis); refiriéndose al
ser decía: la afirmación es el SER; la negación vendría a ser la NADA; y la negación de la negación
sería el DEVENIR.
Decía que a través del conocimiento se debería llegar a un estado espiritual (esta postura llevó
a Engels amigo de Marx, a sostener de que Hegel escondía su verdadera espiritualidad y creencia
en un ser Superior) y al hacerlo se llega a la esencia de lo que existe en sí mismo. El espíritu
abriga todo el universo, es alimento del pensamiento, el mismo universo es un proceso del
pensamiento, la expresión es una mente universal.
Hegel señalaba que en la realidad el Espíritu está presente en el Estado, en la Sociedad y en el
individuo. El espíritu del Estado se denomina Espíritu absoluto (por encarnar o representar al
Espíritu Objetivo) y el Espíritu del individuo se denomina Espíritu Subjetivo.
ACTIVIDADES.
1. ¿Quién de los tres filósofos consideras que aportó más al campo de la filosofía? ¿Por qué?
2. ¿Qué es el espíritu absoluto para Hegel?
3. ¿Qué es la realidad para Hegel?
4. ¿Cómo explicar lo dicho por Kant, de que el hombre no es un medio, sino un fin?
5. ¿Qué es el imperativo categórico en Kant?
6. ¿Cómo se explica lo dicho por Kant, de que las cosas son incognoscibles?
7. Según Kant, la belleza, el orden, la realidad, el entorno que nos rodea, está en nosotros o
en las cosas?
8. ¿Compartes lo dicho por Aristóteles, que algunos hombres nacen para mandar y otros
para obedecer? ¿Por qué?
SEMANA 5
División histórica.
Siguiendo a Salazar Bondy, Augusto, hacemos una breve reseña de la historia de carácter
filosófico en el Perú.
Periodo de la escolástica.
Este periodo se extiende desde 1550 hasta mediados del siglo XVIII, se refiere a la introducción
y posterior desarrollo en el país de las ideas de los grandes pensadores de la Edad Media y sus
doctrinas difundidas por las órdenes religiosas como: Dominicos, Jesuitas, Mercedarios y
Franciscanos. Sobresalen las ideas de San Agustín, Santo Tomás, Duns Scoto, Francisco Suárez.
Pensamiento de la ilustración.
Abarca aproximadamente, desde la segunda mitad del siglo XVIII y el primer tercio del siglo XIX.
Esta etapa se caracteriza por la lucha de las corrientes del pensamiento moderno, en particular
el “empirismo” contra el “racionalismo escolástico”. La llegada de ilustres viajeros, permitió el
contacto intelectual con los pensadores peruanos y a su vez, la difusión de las diferentes ramas
del saber. Esto permitió señalar una etapa semejante a la “Época de las luces” en Europa.
El pensamiento romántico.
Este periodo puede situarse entre 1830 y 1880. Se caracteriza esta etapa por el predominio de
los temas políticos, sobre los especulativos.
Discrepancias políticas entre: Monárquicos, Republicanos, Federales, Liberales, Conservadores,
especialmente estos últimos. Es notorio el desplazamiento del sensualismo por el eclecticismo
y el idealismo.
Destaca: Bartolomé Herrera, Benito Lasso, Francisco de Paula Gonzáles Vigil, José María
Quimper, etc.
El positivismo:
Esta etapa comprende desde las últimas décadas del siglo XIX, hasta los principios del siglo XX.
Se nota claramente en esta etapa la influencia del positivismo francés e inglés. Se difunden las
ideas de Augusto Comte, Herbert Spencer.
Entre los representantes peruanos destacan: Gonzáles Prada, Mariano Cornejo, Joaquín
Capelo, Carlos Wiesse, Manuel Vicente Villarán y Javier Prado.
La reacción espiritualista.
Asimismo, dentro de este periodo, se puede mencionar aquellos intelectuales que han
destacado desde distintos ángulos: Científicos, Doctrinarios, Históricos, Políticos. Así tenemos
a Luis E. Valcárcel, Raúl Porras Barrenechea, José Carlos Mariátegui, Víctor Raúl Haya de la
Torre, especialmente este último quien adapta la Teoría Física de Einstein, al campo de la
ciencia social, mediante una doctrina de corte relativista, lo que le permite vigencia hasta hoy
en día, pleno siglo XXI.
La filosofía actual.
Filosofía Contemporánea o del siglo XX en que destacan contados representantes del saber y
la cultura de manera especial Mariano Iberico quien representa, según Salazar Bondy, la
prolongación del vitalismo bergsoniano; Honorio Delgado y su preocupación por la función
axiológica y ontológica de la trascendencia a la que llama idealismo objetivo, todo esto recogido
de su libro “Formación espiritual del individuo”, Julio Chiriboga, quien tuvo gran influencia en
la renovación de la enseñanza filosófica en San Marcos, en donde implantó el sistema de los
seminarios; Carlos Cueto Fernandini, especialista en educación y psicología y en el campo de la
filosofía es clara la orientación por la Fenomenología de Husserl; Luis Felipe Alarco, quien
además de identificarse con el ontologismo crítico de Hartman (desarrollados en la
Universidad), se ha preocupado de los problemas de la Metafísica y la Filosofía de la Educación.
Junto a los nombrados también destacan: Ruso Delgado; Li Carrillo, Miró Quezada, Francisco.;
Peñaloza, Walter; Belaúnde, Víctor Andrés, etc.
Esta denominada Filosofía actual corresponde a la llamada Filosofía Contemporánea, que así
se denomina a la Filosofía que culmina en el siglo XX.
El siglo XXI nos presenta un panorama diferente en cuanto a la Filosofía se refiere por cuanto
ha cobrado gran auge disciplinas filosóficas como la Lógica, la Epistemología, la Ontología, etc.;
además de predominar en el mundo el avance de la Ciencia y su aplicación la Tecnología.
ACTIVIDADES
SEMANA 6
A.- Introducción:
3.- LA INDIVIDUALIDAD
Es decir el carácter singular de los hechos. Cada uno de ellos tiene su propia
y singular existencia, la que no se confunde con la existencia del otro.
4.- EL SER EN SÍ
¿Existen otros entes, además de los entes reales?. Algunos piensan que sí.
Entre ellos y en primera fila, PLATÓN, para quien existirían, con una existencia
incluso superior a los entes reales o concretos: las ideas. Las ideas, según Platón
existen objetivamente, en sí, independientemente del sujeto cognoscente. Frente a
la fugacidad de las cosas reales, Platón considera que detrás de ellas, por decirlo
así, existe lo permanente, lo eterno, lo que no cambia. Los sentidos nos presentan
a las cosas como carenciales, aproximadamente a algo distinto a ellas. Una hoja de
papel, por ejemplo, no llega a ser completamente blanca o plenamente rectangular.
En consecuencia, según Platón, tienen que existir lo plenamente blanco o lo
plenamente rectangular, vale decir la idea de lo blanco y la idea de lo rectangular.
Las cosas como que sugieren la existencia de lo ideal.
Existe pues, una clase distinta de entes, que Platón denomina ideas y que
expresan no sólo, la esencia de las cosas, sino su perfección, su acabamiento
pleno. Por eso, las cosas reales tienden hacia a las ideas, las que se constituyen en
sus modelos o arquetipos.
Hay, en la actualidad, los que admiten la existencia de los entes ideales y usan
la palabra ideal en un sentido distinto al uso platónico. Los entes ideales tienen
en común con las ideas platónicas la inespacialidad, la intemporalidad, la
permanencia, la generalidad y el ser en sí. Pero no se las entiende como
arquetipo de las cosas, no son lo perfecto frente a lo imperfecto. En esto los
entes ideales se distinguen de las ideas platónicas. En la actualidad a los entes
ideales se les llama “objetos abstractos”.
Debo señalar, que el autor al referirse a los entes, no considera los entes u
objetos valores, como por ejemplo: la justicia, la solidaridad, la dignidad, etc. que
como bien afirma MAX SCHELER se captan por “intuición emocional”. Como
sabemos los valores son entes abstractos que valen por sí mismos y que hacen
valer a quien participe de ellos.
ACTIVIDADES.
SEMANA 7
LA EXISTENCIA DE DIOS
Santo Tomás de Aquino
Dificultades.
1. Si de dos contrarios supones que uno sea infinito, éste anula totalmente su
opuesto. Ahora bien, el nombre o término Dios significa precisamente un bien
infinito. Si, pues, hubiese Dios, no habría mal alguno. Pero hallamos que en el
mundo hay mal. Luego Dios no existe.
Por otra parte, en el libro del Éxodo dice Dios de sí mismo: YO SOY EL QUE SOY.
Respuesta.
Es innegable, y consta por el testimonio de los sentidos, que en el mundo hay cosas
que se mueven. Pues bien, todo lo que se mueve es movido por otro, ya que nada
se mueve más que en cuanto está en potencia respecto a aquello para lo que se
mueve. En cambio, mover requiere estar en acto, ya que mover no es otra cosa que
hacer pasar algo de la potencia al acto, y esto no puede hacerlo más que lo que
está en acto, a la manera como lo caliente en acto, v.gr. (*), el fuego, hace que un
leño, que está caliente en potencia, pase a estar caliente en acto. Ahora bien, no es
posible que una misma cosa esté, a la vez, en acto y en potencia respecto a lo
mismo, sino respecto a cosas diversas: lo que, v.gr., es caliente en acto, no puede
ser caliente en potencia, sino que en potencia es, a la vez frío. Es, pues, imposible
que una cosa sea por lo mismo y de la misma manera motor y móvil, como también
lo es que se mueva a sí misma. Por consiguiente, es necesario llegar a un primer
motor que no sea movido por nadie, y éste es el que todos entienden por Dios.
Hallamos que en este mundo de lo sensible hay una orden determinada entre las
causas eficientes; pero no hallamos que cosa alguna sea su propia causa, pues en
tal caso habría de ser anterior a sí misma, y esto es imposible. Ahora bien, tampoco
se puede prolongar indefinidamente la serie de las causas eficientes, porque
siempre hay causas eficientes subordinadas, la primera es causa de la intermedia,
sea una o muchas, y ésta, de la última; y puesto que, suprimida una causa, se
suprime su efecto, si no existiese una que sea la primera, tampoco existiría la
intermedia ni la última. Si, pues, se prolongase indefinidamente la serie de causas
eficientes, no habría causa eficiente primera y, por tanto, ni efecto último ni causa
eficiente intermedia, cosa falsa a todas luces. Por consiguiente, es necesario que
exista una causa eficiente primera, a la que todos llaman Dios.
Hallamos en la naturaleza cosas que pueden existir o no existir, pues vemos seres
que se producen y seres que se destruyen, y, por lo tanto, hay posibilidad de que
existan y de que no existan. Ahora bien, es imposible que los seres de tal condición
hayan existido siempre, ya que lo que tiene posibilidad de no ser hubo un tiempo en
que no fue. Si, pues, todas las cosas tienen la posibilidad de no ser, hubo un tiempo
en que ninguna existía. Pero, si esto es verdad, tampoco debiera existir ahora cosa
alguna, porque lo que no existe, y, por lo tanto, si nada existía, fue imposible que
empezase a existir cosa alguna, y, en consecuencia, ahora no habría nada, cosa
evidentemente falta. Por consiguiente, no todos los seres son posibles o
contingentes, sino que entre ellos, forzosamente, ha de haber alguno que sea
necesario. Pero el ser necesario o tiene la razón de su necesidad en sí mismo o no
la tiene. Si su necesidad depende de otro, como no es posible, según hemos visto
al tratar de las causas eficientes, aceptar una serie indefinida de cosas necesarias,
es forzoso que exista algo que sea necesario por sí mismo y que no tenga fuera de
sí la causa de su necesidad, sino que sea la causa de la necesidad de los demás,
a lo cual todos llaman Dios.
4ª. La cuarta vía considera los grados de perfección que hay en los seres.
Vemos en los seres que unos son más o menos buenos, verdaderos y nobles que
otros, y lo mismo sucede con las diversas cualidades. Pero el más y el menos se
atribuyen a las cosas según su diversa proximidad a lo máximo, y por esto se dice
lo más caliente de lo que más se aproxima al máximo calor. Por tanto, ha de existir
algo que sea verísimo, nobilísimo y óptimo, y por ello ente o ser supremo; pues,
como dice el Filósofo, lo que es verdad máxima es máxima entidad, ahora bien, lo
máximo en cualquier género es causa de todo lo que en aquel género existe, y así
el fuego, que tienen el máximo calor, es causa del calor de todo lo caliente, según
dice Aristóteles. Existe, por consiguiente, algo que es para todas las cosas causa
de su ser, de su bondad y de todas sus perfecciones, y a eso llamamos Dios.
Soluciones -
1. Dice San Agustín que siendo Dios el Bien Supremo, de ningún modo
permitiría que hubiese en sus obras mal alguno si no fuese tan omnipotente y
bueno que del mal sacase bien. Luego pertenece a la infinita bondad de Dios
permitir los males para de ellos obtener bienes.
(* Verbigracia = ejemplo).
ACTIVIDADES.
1. ¿Estás de acuerdo de que DIOS es tan bueno que nos muestra lo malo para
que no lo hagamos? ¿Por qué?
2. ¿Cuál de las 5 vías, según tu criterio, demuestra mejor la existencia de Dios?
¿Por qué?
3. Según la lectura ¿Qué significa, posible, contingente y necesario? Explica
brevemente.
4. De acurdo a la lectura, ¿cuál es el primer motor que no es movido por nadie?
Explica brevemente.
SEMANA 9
Manuel Kant
El conocimiento trascendental
El SER no es real sino trascendental; INMANENTE es lo que permanece en algo;
TRASCENDENTE es lo que excede o trasciende de algo.
Para Kant el conocimiento no se puede explicar, sólo por la interpretación del SER,
es necesario hacer una teoría trascendental del conocimiento y este conocimiento
será el puente entre el YO y las COSAS.
La razón pura
Los títulos de Kant pueden inducir a error. Kant titula uno de sus libros CRÍTICA DE
LA RAZÓN PURA y el otro CRÍTICA DE LA RAZÓN PRÁCTICA. Parece que
práctica se opone a pura, no es así. La razón práctica es también pura y se opone
a la razón pura especulativa (o teórica) y razón pura práctica. Pero como Kant
estudia en la primera Crítica las condiciones generales de la razón pura y en la
segunda la dimensión práctica de la misma razón, escribe abreviadamente los
títulos.
Los juicios
Los juicios analíticos son aquellos cuyo predicado está contenido en el concepto de
sujeto. Ej. LA ESFERA ES REDONDA.
Los juicios sintéticos son aquellos cuyo predicado no está incluido en el concepto
de sujeto, sino se añade a él. Ej. LA MESA ES DE MADERA.
Los juicios analíticos explicitan el concepto del sujeto, los sintéticos lo amplían.
Estos, por tanto, aumentan mi saber y son los que tienen valor para la ciencia.
ACTIVIDADES.
SEMANA 10 y 11
Blaise Pascal
Vuelto a sí mismo, considere el hombre lo que es él a costa de lo que es;
considérese perdido en este cantón apartado de la naturaleza; y desde esta célula
en que se halla alojado, me refiero al universo, aprenda a estimar la tierra, los reinos;
las ciudades y a estimarse a sí mismo en su justo precio. ¿Qué es un hombre en el
infinito?
Pero, para presentarle otro prodigio igualmente sorprendente, que busque dentro
de lo que conoce las cosas más delicadas. Que un Cirón le ofrezca en la pequeñez
de su cuerpo partes incomparables menores, piernas con articulaciones, venas en
sus piernas, sangre en sus venas, humores en esta sangre, gotas en estos
humores, vapores en estas gotas, que dividiendo todavía estas últimas cosas, agote
sus fuerzas en estas concepciones y que el último objeto a que pueda llegar sea
ahora de nuestro discurso; pensará tal vez que es ésta la extrema pequeñez de la
naturaleza, en el recinto de este compendio de átomos. Que vea en él una infinidad
de universos, cada uno con su firmamento, sus planetas, su tierra, en la misma
proporción que en el mundo visible, en esta tierra, animales y finalmente cirones, en
los cuales encontrará lo que han dado los anteriores; y al encontrar todavía en los
otros la misma cosa sin fin y sin reposo, que se pierda en estas maravillas, tan
pasmosas en su pequeñez como lo son las otras por su extensión; porque ¿quién
no se admirará de que nuestro cuerpo, que antes no era perceptible en el universo,
imperceptible en el seno de todo, sea ahora un coloso, un mundo o más bien un
todo respecto de esa nada a que no se puede llegar?
¿Qué hará, pues, sino barruntar alguna apariencia del medio de las cosas, en una
eterna desesperación por no conocer ni su principio ni su fin? Todas las cosas han
salido de la nada y van llevadas hasta el infinito ¿Quién podrá seguir estas
sorprendentes andanzas? El autor de estas maravillas las comprende. Ningún otro
puede hacerlo.
He aquí nuestro verdadero estado; es lo que nos hace incapaces de saber
ciertamente y de ignorar absolutamente. Avanzamos en un vasto medio, siempre
incierto y flotante, empujados de un extremo al otro. Si damos con un término a que
pensamos vincularnos y en que pensamos afianzarnos, tambalea y nos abandona;
y si lo seguimos, se nos escapa de las manos, se desliza y nos huye con una fuga
eterna. Nada se detiene por nosotros. Es el estado que nos es natural, y, sin
embargo, el más contrario de nuestra inclinación; ardemos en deseos de encontrar
una sede firme y una última base constante para edificar sobre ella una torre que
se alce hasta el infinito, pero todos nuestros cimientos se quiebran y la tierra se abre
hasta los abismos.
Una vez bien comprendido esto, creo que cada cual quedará tranquilo en el estado
en que la naturaleza le ha colocado. Estando este medio que nos ha sido legado en
herencia siempre distante de los extremos, ¿qué importa que el hombre tenga un
poco más de inteligencia de las cosas? Si la tienen, toma a aquellas desde un poco
más arriba. ¿No se halla siempre infinitamente alejado del término y la duración de
nuestra vida no es igualmente ínfima en la eternidad, aunque dure diez años más?
Ante la visión de estos infinitos, todos los finitos son iguales; y no veo por qué
asentar su imaginación en uno más bien que en otro. Nos apena la sola
comparación que establecemos entre nosotros y lo finito.
El hombre, por ejemplo, tiene relación con todo lo que conoce. Necesita un lugar
que contenga, tiempo que durar, movimiento para vivir, elementos que lo
compongan, calor y alimentos para nutrirlo, aire para respirar; ve la luz, siente los
cuerpos; finalmente, todo cae bajo su alianza. Para conocer al hombre, es preciso,
pues, saber de dónde viene el que tenga necesidad de aire para subsistir; y para
conocer el aire, saber por dónde tiene éste relación con la vida del hombre, etc. La
llama no subsiste sin aire; por lo tanto, para conocer la una, es preciso conocer al
otro. Siendo, pues, todas las cosas causadas y causantes, ayudadas y ayudantes,
mediatas e inmediatas y manteniéndose todas por un nexo natural e insensible que
liga las más alejadas y las más diferentes, tengo por imposible conocer las partes
sin conocer el todo, así como conocer particularmente las partes.
Y lo que remata nuestra impotencia para reconocer las cosas es que ellas son
simples en sí mismas, y nosotros estamos compuestos de dos naturalezas opuestas
y de distinto género, alma y cuerpo. Porque es imposible que la parte que razona
en nosotros sea otra cosa que espiritual; y si se pretendiera que fuéramos
simplemente corporales, ello nos excluiría mucho más del conocimiento de las
cosas, puesto que nada hay tan inconcebible como decir que la materia se conoce
a sí misma; no es posible conocer cómo habría de conocerse a sí misma.
De aquí viene el casi todos los filósofos confundan las ideas de las cosas, y hablen
de las cosas corporales espiritualmente y de las espirituales corporalmente. Porque
dicen audazmente que los cuerpos tienden a bajar, aspiran a su centro, huyendo de
su destrucción, temen al vacío, que la naturaleza tiene inclinaciones, simpatías,
antipatías, cosas todas que no pertenecen más que a los espíritus. Y hablando de
los espíritus los consideran como en un lugar, y les atribuyen movimientos de un
lugar a otro, cosas que no pertenecen sino a los cuerpos.
En lugar de recibir las ideas de estas cosas puras, las teñimos con nuestras
cualidades e impregnamos con nuestro ser compuesto todas las cosas simples que
contemplamos.
ACTIVIDADES.
1. ¿Estás de acuerdo que el pensamiento constituye la grandeza del hombre?
¿Por qué?
2. Elabora un vocabulario de 20 palabras con sus significados.
3. Confecciona un resumen de 10 renglones de la lectura.
4. ¿Estás de acuerdo con lo afirmado por el autor sobre el hombre: Una nada
frente al infinito, un todo frente a la nada, un medio entre la nada y todo?
¿Por qué?
5. Según la lectura, ¿cuál es la grandeza y miseria del hombre?
SEMANA 12
LO BELLO COMO RELACIÓN
Denis Diderot
Ante de entrar en la más difícil búsqueda de origen de lo bello, había notado, por de
pronto, con todos los autores que han escrito sobre ello, que, por una especie de
fatalidad, las cosas de las que más se habla entre los hombres son de ordinario
aquellas que menos se conocen y tal es, entre muchas otras, la naturaleza de lo
bello. Todo el mundo razona sobre lo bello: se lo admira en las obras de la
naturaleza, se lo exige en las producciones artísticas, se está de acuerdo o se
rechaza esta cualidad en todo momento; sin embargo, si preguntamos a los
hombres que gusto más seguro y más seguro y más exquisito, cuál es su origen, su
naturaleza, su noción precisa, su idea verdadera, su definición exacta; si es alguna
cosa absoluta o relativa: si existe algo bello que sea eterno, inmutable, regla y
modelo de lo bello subalterno, o si en ello sucede lo mismo que en las modas, se
ve en seguida que los sentimientos difieren, y unos confiesan ignorancia, otros se
arrojan en el escepticismo. ¿Cómo es posible que casi todos los hombres estén de
acuerdo en que existe lo bello: cómo es posible que haya, entre ellos, tantos que lo
sientan vivamente donde existe, y que tan poco sepan lo que es?
Bello es un término que aplicamos a una infinidad de seres; pero sea cual fuere la
diferencia existente entre estos seres, es preciso o bien hacer una falsa aplicación
del termino bello o que exista en todos estos seres una cualidad cuyo signo sea el
término bello.
Pero entre las cualidades comunes a todos los seres que llamamos bellos, ¿cuál
elegiremos para aquello cuyo signo es el término bellos? ¿Cuál? Es evidente, me
parece, que esta no puede ser otra que aquella cuya presencia los vuelve bellos a
todos; cuya frecuencia o infrecuencia, si es susceptible de frecuencia o infrecuencia,
los vuelve más o menos bellos, cuya ausencia los hace cesar de ser bellos, que
no puede cambiar de naturaleza sin hacer cambiar lo bello de especie, y cuya
cualidad contraria tornaría los más bellos en desagradables y feos; aquella, en una
palabra, gracias a la cual la belleza comienza, aumenta, varía al infinito, declina y
desaparece. Luego, solo la noción de relación es capaz de producir esos efectos.
ACTIVIDADES.
1. ¿Qué es lo bello para el autor? ¿Compartes su definición? ¿Por qué?
2. Haz un ensayo de 15 renglones de la lectura.
3. Confecciona un vocabulario de 10 palabras y sus significados.
SEMANAS 13 y 14
Todos los días nos encontramos con una serie de interrogantes como: ¿Qué
son los valores?; ¿El valor está en el objeto o en el sujeto?; ¿Porqué, todos los
seres humanos no valoran igual las cosas?; ¿Qué relación hay, entre objeto-
sujeto en la determinación del valor?. Bien podríamos hacer otro número de
interrogantes. Pero vayamos por partes. La existencia del valor es indudable. Las
cosas o las personas valen o no valen. Los valores cumplen un rol fundamental
en nuestras vidas. Metafísicamente uno de los primeros problemas del valor es
su existencia; y de hecho los valores existen en el mundo, pero en forma ideal.
Otro problema viene a ser; ¿por qué la experiencia valorativa varía de persona a
persona? Para responder a esta interrogante recurriremos a Kant cuando afirma:
“vemos las cosas no como ellas son, sino, como son nosotros”. Y por último
otro problema es la naturaleza de los valores: ¿de qué están hechos los valores?
Si los valores son entes ideales, su existencia, como hemos señalado
anteriormente, es metafísica, tienen existencia abstracta.
El tema de los valores, hoy en día en que vivimos etapas de incesante cambio;
en que todos los que nos encontramos comprometidos con la enseñanza y el
aprendizaje, nos sentimos desconcertados (hay una crisis de valores, lo
trataremos inmediatamente, porque es un tema de profundo análisis. Por lo que
en esta oportunidad obviaremos para concretar sólo lo siguiente:
2.-El educador debe conducir a sus educandos hacia los valores como: el bien,
la justicia, la responsabilidad, la ética.
3.-Nuestros objetivos y fines deben tener como norte, los bienes culturales: el
arte, el trabajo, la ciencia, los usos y costumbres, etc.
4.-Los valores, tiene altura, jerarquía; pero a nosotros solamente nos deben
interesar, aquellos que nos conducen a nuestra auto realización.
5.-Debemos estar motivados por aquellos que mueven nuestros intereses por el
trabajo y el estudio, aspectos que nos llevarán a conseguir nuestras más
nobles metas como personas.
Es corriente oír hoy en día que hay un resquebrajamiento de los valores, crisis
de valores que rebasan los linderos de la nacionalidad para trascender y
difundirse por todo el mundo.
LA TABLA DE VALORES.
A partir de estas realidades podemos afirmar que existen valores, de tal modo
evidentes, en la vida de los pueblos que permiten considerarlos como deseables,
apreciables por todos los hombres, en un momento histórico dado y que
dependerá de aquellos, cumplir un papel específico, sui géneris (únicos en su
género).
Ahora bien permítanme ofrecer, para la reflexión, algunas frases que encontré
en el libro: “La perspectiva científica” de Bertran Russell.
- Nuestro mundo tiene una herencia de cultura y belleza, pero
desgraciadamente esta herencia ha sido manejada por los miembros
menos activos e importantes de esta generación.
- El gobierno del mundo, ha venido a caer en manos de hombres que ignoran
el pasado, que no tienen ternura por lo tradicional, ni comprensión de lo
que están destruyendo.
- Es mejor hacer poco de bien, que mucho daño.
- Subir del infierno al cielo es bueno, aunque es un proceso lento y laborioso;
el caer del cielo al infierno es malo; aunque pueda realizarse con la
velocidad de Satanás.
- Prevenir la extrema pobreza es importante, pero aumentar los bienes de
los que ya poseen mucho es un gasto de esfuerzo sin valor.
- Más importante que el conocimiento es la vida de las emociones. Un
mundo sin deleite y sin afecto es mundo privado de valor.
- Los nuevos poderes que la ciencia ha dado al hombre pueden ser
manejados sin peligro por aquellos que, bien por el estudio de la historia, o
por su propia experiencia de la vida; hayan adquirido alguna reverencia por
los sentimientos humanos y alguna ternura por las emociones que dan
colorido a la existencia cotidiana de hombres y mujeres.
A partir de algunas de estas reflexiones podemos sacar conclusiones
valiosísimas del papel que cumplen los valores en el campo de la vida, de
las sociedades; para ir haciendo del ser humano que sea más humano, al
hombre más hombre y que en el correr del tiempo inexorable alcance la
plenitud de su existencia. Porque entendemos, que cada época de la
historia necesitó, necesita y necesitará, amar menos al mundo y amar más
al hombre, amar la belleza espiritual más que a la belleza física, buscar el
conocimiento de DIOS para la vida eterna y no creer haberlo encontrado,
para ser más que ÉL.
Pero antes, creo necesario definir: ¿Qué se entiende por valores éticos, y por
qué el término de fundamentales?.
Se llaman valores éticos a todos aquellos valores que tienen que ver con la
moral de la persona; entendiéndose por moral, al conjunto de normas que el
hombre ha inventado en el transcurso del tiempo y que está ligado a la forma o
manera (buena o mala), de conducirse dentro de la sociedad del cual forma parte.
Ahora bien, conducta que debe ser necesariamente buena, porque de lo contrario
no sería moral, sino inmoral.
1. La dignidad:
Así como la amistad tiene en la lealtad su más firme expresión o el amor
lo tiene en la fidelidad, la dignidad encuentra en el respeto su más clara
expresión.
2. La justicia
Dar a cada quien según su capacidad o dar a cada quien según sus
necesidades, ha sido, es y será una de las aporías que presenta la convivencia
entre los seres humanos.
Dar a cada uno lo que le pertenece, exige una justicia teniendo en cuenta
el derecho de los demás, una justicia teniendo en cuenta la equidad, es decir,
oyendo la voz del deber, antes que la voz de la ley; y en fin, una justicia
teniendo en cuenta el mandato divino. En todos los casos señalados, la
exigencia es rectitud en el obrar, la constancia y la firmeza para dar a cada
cual lo que le corresponde como verdaderos hijos de Dios, como hombres
libres, pero merecedores al fin, de un trato ecuánime imparcial, lícito o legal.
La justicia es dar a cada quien lo que le corresponde, según sus
necesidades, pero sin desconocer sus capacidades.
3. El bien
La idea de bien encierra la idea de perfección. Entiendo que la perfección
deviene de Dios, pero el hombre no es un ser perfecto, pero sí perfectible.
Ahora bien: ¿Qué es lo que hace al hombre perfectible?; el buscar ser
verdaderamente feliz, satisfecho de sus anhelos de plenitud, tratando alcanzar
el gozo de su espíritu, elevándose y superándose cada día mediante su
esfuerzo. Cristo decía: “Mi Padre quiere que ustedes sean perfectos,
como ÉL es perfecto”
Sabemos que el ser humano es un eterno viajero, desde que nace hasta
que muere está desplazándose en el tiempo y en el espacio, en un viaje que
no sabemos cuanto acabará, y, en cada año de su vida cada acción que realiza
siempre está enmarcada dentro de actividades que tienen una dirección.
Debemos entender que el hombre no tiene más que un fin, una última estación,
un último paradero, es decir, alcanzar el bien.
4. La solidaridad
Hay cierta clase de acciones (que realiza el hombre), que están muy
relacionadas a la misericordia, la benevolencia, la benignidad. Estas acciones
son las que permiten dar a nuestros semejantes un trato especial, de tal
manera que podamos socorrerlos en sus necesidades, ayudarlos en sus
desgracias; buscando ofrecer para los demás lo que quisiéramos para
nosotros.
¿Qué es la caridad?:
ACTIVIDADES.
1. Elabora tu propia tabla de valores y jerarquiza, explicando porqué consideras
en primer lugar el valor que has señalado.
2. confeccionar un resumen de 20 renglones de la lectura.
3. ¿Qué se debe entender por sentirse realizado como persona?
4. A partir de la lectura elabora tus propias definiciones de los valores éticos
fundamentales.
5. Explicar lo siguiente:
- Que el respeto se obtiene y se gana.
- ¿Qué significa respetarse a sí mismo?
- ¿Quiénes de tus seres queridos, consideras que merece mayor respeto?
¿Por qué?
SEMANA 15
LIBERTAD Y AUTODETERMINACIÓN
Max Scheler
Ahora bien, esta segunda manera de examinar las cosas no conduce jamás a un
conjunto de factores que pudiera agotar el significado de “libre” en forma alguna, ni
tampoco su contrario “coerción”. Si fuéramos seres que contemplan el mundo
únicamente como observadores teóricos, entonces no hubiéramos tomado nunca
conciencia ni de la idea de la libertad ni de la coerción.
De lo que sigue se podrá ver con toda claridad cuán poco coinciden las oposiciones
indeterminación con libertad y coerción.
En que existe una interrelación esencial según la cual cuanto más libremente se
lleve a cabo un acto (y ello significa al mismo tiempo: cuanto más firmemente lo
determine la persona “misma” –y no las relaciones de ésta con situaciones y
vivencias individuales-) tanto mayor es, a su vez, la duración, y tanto más intensa
la penetración de los sistemas parciales de la persona anímica.
Por supuesto, no es posible saber por el cuadro externo del comportamiento, si
alguien actúa uniformemente por costumbre o por libertad. Y no obstante, la
costumbre es una especie de actuar compulsivo, y lo contrario de la libertad.
¡Es pues una ficción que la creencia en el fenómeno de la libertad –la efectiva
existencia de alternativas en la vida del hombre, su legítima vocación para decidir
acerca de la realidad o irrealidad de los contenidos- signifique una destrucción de
toda seguridad y confianza, y que conduzca al caos!
Este cuadro que nos presenta el determinismo –desde que Hobbes lo pintara con
los colores más ardientes- es efectivamente un producto del “miedo a la libertad”.
Todos conocemos ese miedo, en primer término en lo empírico y pequeño, que
finalmente se extiende en el tipo de filósofo determinista en un vago miedo
metafísico a la arbitrariedad absoluta y al caos. ¡Cuán difícil es, y qué lucha significa,
por ejemplo, para el amante, dejar en libertad al ser amado, es decir, confiar en la
constancia de los sentimientos del prójimo más que en medidas de protección y
defensa morales y jurídicas! Y sin embargo, y pese a ello, la única atadura del
amigo, de la mujer, a nosotros es la pura y total liberación sin restricciones de su
persona y de su amor.
ACTIVIDADES.
1. Confeccionar un ensayo de 20 renglones de la lectura.
2. ¿El hombre es enteramente libre? ¿Por qué?
3. ¿Qué significa autodeterminación, según lo leído?
4. ¿Qué significa indeterminación, para el autor?