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Ciencia[editar]

Industria Química BASF en Ludwigshafen, Alemania, 1881, Las Fábricas fueron una edificación
fundamental para el desarrollo de la Revolución Industrial.

El desarrollo de medicina concuerda directamente con los fenómenos migratorios, los


hacinamientos en las ciudades y precarias condiciones de su vida de la clase trabajadora
propios de la Revolución Industrial. Su consecuencia fue la proliferación de enfermedades
infecciosas (sífilis, tuberculosis) o relacionadas con la
mala alimentación (pelagra, raquitismo, escorbuto). Dichas problemáticas son cruciales para
entender el origen de la medicina social de Rudolf Virchow y el nacimiento del sistema
de salud pública de Edwin Chadwickque darían lugar a la actual medicina preventiva. La
misma Revolución Industrial, con el agregado de las numerosas guerras y revoluciones,
generarían un desarrollo científico generalizado que contribuiría en la instauración de
condiciones técnicas para el triunfo de la asepsia, de la anestesia y la cirugía.4
Las revoluciones burguesas, promotoras de ciudadanos librepensadores, construyen una
nueva medicina científica y empírica, desligada de lo místico y artesanal. Se culmina con la
opresión de los viejos cánones éticos del absolutismo y el catolicismo instaurando nuevos
cánones, nuevos calendarios. El siglo XIX verá nacer la medicina experimental de Claude
Bernard, la teoría de "Omnia cellula a cellula" de Rudolf Virchow, la teoría microbiana, la teoría
de la evolución de las especies de Charles Darwin, y la genética de Gregor Mendel.
Al identificarse a los microorganismos como causantes de numerosas enfermedades, la
medicina avanzó enormemente, de una forma mucho más rápida que en cualquier otra época
anterior de la historia. Al conocerse esto, empezaron a emplearse métodos como las vacunas,
los antibióticos, la esterilización, además empezó a haber un aumento considerable de la
higiene. Todos estos avances lograron que la esperanza de vida que era de tan solo 30-40
años a inicios del siglo XIX aumentara a 50-60 años a inicios del Siglo XX, siendo un avance
tan rápido y eficaz nunca antes logrado en la historia de la medicina.
Véase también: Medicina en el Siglo XIX

El siglo se caracteriza por romper definitivamente con la fusión que la Historia había tenido
con la literatura. Leopold von Ranke se compromete con una historia crítica y escéptica. Se
deja influir por las corrientes filosóficas predominantes del momento, tales como
el liberalismo y el nacionalismo llegando a caer incluso en el etnocentrismo, racismo y
particularmente en el eurocentrismo. Las reflexiones sobre la sociedad de Saint-
Simon producen dos tendencias que modificarían las tendencias historiográficas:
El Positivismo y el Materialismo histórico, también influido por la dialéctica hegeliana. Ambas
entienden que el comportamiento de la historia se encuentra sometido a leyes. La primera
concibe el desarrollo de la historia como procesos ordenados, la segunda lo concibe como
resultado de los conflictos entre los estratos sociales.
Véase también: Historia de la Historia del Siglo XIX
Política[editar]
Artículo principal: Historia política del siglo XIX

Otto von Bismarck.

En Europa el siglo XIX se caracterizó por el nacimiento de las democracias censitarias y el


ocaso de las monarquías absolutas.5 La Revolución francesa y la posterior era
napoleónica ayudarían a expandir las ideas republicanas y liberales. Los monarcas, en el caso
de sobrevivir, se convertirían en déspotas ilustrados que actuaban permisivamente con
la clase dominante. Surgiría la idea de izquierda y derecha a partir de la Revolución francesa.
Los políticos se identificarían en Jean Paul Marat y Maximilien Robespierre, o en el conde de
Mirabeau y el marqués de La Fayette. El transitorio ocaso de las revoluciones en pro de la
restauración de las monarquías solo lograría potenciarlas en oleadas revolucionarias más
radicales como las de 1848, hasta el desarrollo de las ideologías sociales y el movimiento
obrero, que culminaría en el triunfo de la revolución rusa de 1917.
Véase también: Historia de Europa, siglo XIX

La emancipación de América Latina dio comienzo en este siglo. Los levantamientos


indígenas en nombre de Túpac Amaru y de los comuneros de Asunción serían antecedentes
de una identidad naciente. Identidad que nacería y sería defendida por los grandes próceres
latinoamericanos, promotores de la idea de una nación latinoamericana: Francisco de
Miranda, José Miguel Carrera, Bernardo O'Higgins, José Joaquín de Olmedo, Francisco de
Paula Santander, Antonio José de Sucre, Simón Bolívar, José de San Martín, Mariano
Moreno, Manuel Belgrano, Antonio Nariño, José Artigas y Juan Pablo Duarte. Su revolución,
constituida en el marco de las revoluciones burguesas, sería estrictamente latinoamericana.
Sus revoluciones fracasarían en buena medida a causa de caudillismos, intereses de las
burguesías locales y coimas de las potencias europeas, pero cada uno de ellos sería
convertido, a menudo por quienes los traicionaron, en una leyenda. Las fronteras americanas
variaron notablemente en todo el siglo y los gobiernos tomarían una estructura bipartidista en
donde pululaban los golpes de estado y los fraudes electorales.
Véase también: Guerras de independencia hispanoamericana

África sería objeto de abierto uso y abuso por parte de los imperios Europeos. Cecil
Rhodes sería una figura fundamental en el desarrollo del imperialismo británico. También
surgiría lentamente el Imperialismo estadounidense a partir de una aparentemente
inocente doctrina Monroe. Dicho siglo anunciaría la decadencia Imperio otomano que
acaecería con la primera guerra mundial. La guerra del Opio humillaría al histórico Imperio
chino en sus tratados desiguales y culminaría con la caída de la Dinastía Qing en 1911.
Véanse también: Reparto de África y África en la era colonial.

Arte[editar]
Véanse también: Historia del Arte del siglo XIX y Literatura del siglo XIX.

El historicismo marca a la nueva arquitectura, que se deja influir por la añoranza al pasado,
que encuentra su originalidad en el estudio del pasado origen. Concentraba todos sus
esfuerzos en recuperar la arquitectura de tiempos pasados. Al neoclasicismo del pasado siglo
le continuó el neogótico, asociada a los ideales románticos nacionalistas. La arquitectura
ecléctica, en hace evolucionar a la historicista, combinando variedad de estilos arquitectónicos
en una nueva estructura.
El movimiento Arts & Crafts contempló la idea de aprovechar el desarrollo industrial y
tecnológico, viendo en el artesano una figura destacable. Con la disolución de sus ideales y la
dispersión de sus defensores, las ideas del movimiento evolucionaron, en el contexto francés,
hacia la estética del art nouveau, considerado el último estilo del siglo XIX y el primero
del siglo XX.
El romanticismo del siglo XIX fue la antítesis del neoclasicismo. La moderación, el
racionalismo, la pública inmoralidad serán tajantemente reemplazados por el exceso, el
sentimentalismo, la búsqueda de crear una moralidad cada vez más inalcanzable. Los ideales
cimentados por Rousseau, el precursor ideológico del romanticismo, culminarán en
la Revolución francesa, que sería el punto de partida para la creación de una nueva época. La
revolución será constantemente evocada a lo largo del siglo, junto con ideales como
la libertad, la independencia y el nacionalismo, en ese entonces perteneciente a la izquierda
política. Los pilares son el individualismo burgués, que quedaría plasmado en
el subjetivismo literario; la evasión de la realidad, en pro de la creación de una nueva
sociedad mejorada; la exaltación de la naturaleza, en la cual suponían que el Hombre estuvo
exento de dramas y dificultades.
Hacia el postromanticismo se gestaría la idea de que la belleza del arte se encuentra en
el arte mismo: El arte por el arte. Varias corrientes se consideran postrománticas:
El parnasianismo, se caracterizaría por su ruptura con el subjetivismo y con el exceso de
sentimentalismo; el simbolismo según definió el propio Jean Moréas es «Enemigo de la
enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad, la descripción objetiva», se encuentra
impregnada de intenciones metafísicas, misterio y misticismo; el decadentismo surge por el
acto de potenciar a Baudelaire, que buscaba la belleza en lo repugnante.
Otra alternativa al romanticismo fue el realismo, inspirado en los efectos sociales del nuevo
capitalismo. Es habitual el uso de la sátira, la denuncia, las temáticas de enfermedad,
suciedad, locura, pobreza, vicios y prostitución. El realismo se potenciaría en el naturalismo,
más influenciado por el materialismo, el positivismo o el determinismo.
La pintura del siglo XIX no estuvo exonerada del quiebre histórico con su historia. Tampoco lo
estuvo de la multitud de corrientes de filosofía del arte. También se dejó influenciar por
el fenómeno político francés, la ruptura con el tradicional artista que muestra lo que
la monarquía y su aristocracia pretende. El mundo no está en orden, y eso pretende mostrar el
nuevo arte, al mismo tiempo que propone un nuevo orden: El Romanticismo. Allí donde
el neoclasicismo propone una belleza ideal, el racionalismo, la virtud, la línea, el culto a la
Antigüedad clásica y al Mediterráneo, el romanticismo se opone y promueve el corazón, la
pasión, lo irracional, lo imaginario, el desorden, la exaltación, el color, la pincelada y el culto a
la Edad Media y a las mitologías de Europa del norte.
Hacia mediados de siglo hay una vuelta, en cierta forma, al racionalismo como fuente de
inspiración. El notorio desarrollo industrial provocado por la Revolución industrial, sus «efectos
secundarios» y la frustración con los estímulos revolucionarios de 1848 llevan al artista a
olvidarse del tema político y a centrarse en el tema social. El manifiesto realistacomprende
que la única fuente de inspiración en el arte es la realidad, no existe ningún tipo de belleza
preconcebida más allá de la que suministra la realidad, y el artista lo que debe hacer es
reproducir esta realidad sin embellecerla.
Los pintores paisajistas ingleses del romanticismo afianzarían las bases sobre las que más
adelante trabajarían los impresionistas. De Turner los impresionistas tomarían su gusto por la
fugacidad, sus superficies borrosas y vaporosas, el difuminado y la mezcla de colores
intensos; pero desecharían el componente sublime, propio de la pintura romántica.
Hacia finales de siglo y comienzo del siglo XX se podía ver una gran variedad de vanguardias.
El punto máximo del individualismo implicaba que cada artista debía promover su
propia vanguardia, que afirmaba, de carácter universal y verdadero. El postimpresionismo,
el puntillismo, el simbolismo pictórico, el expresionismo, el cubismo, el fovismo, el surrealismo,
el futurismo darían cuenta de una sociedad que vive en la revolución por la revolución, la
vanguardia por la vanguardia, la universalidad por la universalidad. Una sociedad donde los
plazos son cada vez más pequeños, el ritmo cada vez más rápido.
Aunque rompió con la moderación armónica, el Romanticismo no necesariamente funcionó
como antítesis del clasicismo. Beethoven (1770-1827), que significó un nexo entre ambos
estilos, desarrolló principios heredados de Haydn en término de contraste, al mismo tiempo
que extendió temporalmente la forma sonata. Se retomó la tonalidad cromáticaampliándola y
llegando al extremo, en el Postromanticismo, de suspenderla o creando tonalidad errante
generalizada. También fue ampliado el tamaño de la orquesta llegando a extremos utópicos
como el de Berlioz. En este siglo se gestaría el culto al pasado, particularmente a Bach y el
barroco, por lo que se daría inicio a la interpretación como nueva rama. Hacia mediados de
siglo también sería importante el papel del nacionalismo como búsqueda estética.
Hacia fin de siglo se gestaría el impresionismo, que buscaría su expresión en la ruptura con
la tonalidad, buscando en la modalidad como forma búsqueda arcaizante. También se
inspiraría en músicas "exóticas", particularmente en la música de gamelán. Rompería el
contraste en favor de la homogeneidad incluso hasta llegar al concepto de música funcional,
como es el caso de la pieza experimental de Erik Satie «Musique d'ameublement».
Mientras que el modalismo y escalismo del Impresionismo influenciarían más tarde a los
compositores modernistas, el interés por la música con mínimos contrastes influenciaría
al Minimalismo. El cromatismo postromántico, por el contrario, ejercería más influencia en
el Expresionismo, que desarrollaría el atonalismo Libre y posteriormente el Dodecafonismo.

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