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DERECHO CIVIL V
EL SANEAMIENTO
La institución del saneamiento tiene sus orígenes en la antigua Roma con la figura
de la mancipatio (forma antigua de transmitir la propiedad), la cual se llevaba a cabo
mediante el cobre y la balanza, de conformidad con la ley de las doce tablas o lex
deudecim tabularum (texto legal que contenía normas para regular la convivencia
del pueblo romano). El mancipante vendedor estaba comprometido a garantizar el
bien objeto de la compraventa, en caso existiese algún tercero alegando mejor
derecho, con el objeto de salvaguardar los interés del comprador.
En cuanto a Guatemala el Código Civil que data del año 1964, lo sitúa en su
libro quinto, del derecho de obligaciones, el cual a su vez se subdivide en dos partes:
la primera se denomina obligaciones en general y la segunda contratos en
particular, de la cual es saneamiento se sitúa en la primera parte, en el título quinto,
el cual establece las obligaciones provenientes de contrato. El saneamiento en
principio se originó del contrato de compraventa y posteriormente se extendió a los
demás contratos, pero cabe resaltar que en Guatemala no se aplica en los contratos
a título gratuito.
Definición:
Sin embargo es ese mismo cuerpo legal el que en su artículo 1544 el que
indica que por pacto expreso las partes pueden ampliar, restringir o incluso que no
se preste el saneamiento en un contrato con la salvedad de que no se ha mediado
mala fe por parte del enajenante.
Y en algunos caso el adquiriente puede pedir la rescisión del contrato en lugar
del saneamiento como por ejemplo si sólo hubiere perdido el enajenante una parte
de la cosa, siempre que esta parte fuere de tal importancia con respecto del todo,
que sin ella no la habría adquirido, por ejemplo en el caso de que una persona haya
adquirido un vehículo de último modelo, seminuevo, pero al darse cuenta el
comprador le hacía falta el motor, y si bien sabemos un vehículo aun siendo de
último modelo sin el motor no serviría de nada, algo que da lugar a la rescisión del
contrato en lugar del saneamiento. Por otra parte cuando se dé el lugar saneamiento
por que el enajenante esté obligado a pagar una cantidad que exceda de la mitad
del precio que recibió también podrá el adquiriente rescindir el contrato en lugar del
saneamiento, esto acorde a lo que establece el artículo 1547 del Código Civil.
Clases de saneamiento:
Algunas de las causas que dan lugar a que el adquiriente pierda el derecho al
saneamiento por evicción son las siguientes:
Art. 1559 C.C. “El enajenante está obligado al saneamiento por los vicios o
defectos ocultos de la cosa enajenada que le hagan impropia o inútil para uso a que
se le destina, o que disminuya este uso de tal modo que, de haberlos conocido el
adquiriente, no hubiera aceptado la cosa o el precio convenido. Al analizar lo que
establece el artículo antecedido nos damos cuenta que esta clase de saneamiento
se da cuando por algún motivo el enajenante pretendía transferir esa propiedad,
derecho o uso de la cosa, sin que el adquiriente sepa de alguna anomalía con la
que no podría gozar plenamente de ese bien o derecho. Por ejemplo en el caso de
que una persona haya vendido a otra un teléfono celular de última generación y por
un precio bastante cómodo, pero al darse cuenta el comprador, el teléfono se le
descargaba demasiado rápido, al darse cuenta más detenidamente al teléfono ya
no le funcionaba la batería porque no era la original, y observando más
detenidamente el teléfono ya tenía algunos golpes que el enajenante reparó
pintando esos pequeños detalles.
Por otra parte si la cosa enajenada fuere bien inmueble y resultare gravado
con servidumbres no aparentes de las que no se dio noticia al adquiriente al tiempo
de contratar, puede éste ejercitar la acción de reducción del precio, si no prefiere la
redhibición; pero deberá intentar aquella dentro de tres meses contados desde
el día en que tenga conocimiento de la servidumbre.